brujo


También se encuentra en: Sinónimos.

brujo, a

1. adj. Que hechiza se enamoró de sus ojos brujos. encantador, hechicero
2. s. m. MITOLOGÍA, OCULTISMO Hombre que, según la superstición popular, tiene poderes mágicos gracias a un pacto con el diablo u otros espíritus malignos un brujo dirigía el ritual del aquelarre. hechicero
3. OCULTISMO Hechicero dotado de poderes mágicos.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

brujo -ja

 
m. f. Persona que, según la superstición popular, tiene un poder sobrenatural o mágico emanado de un pacto con el diablo.
f. Lechuza.
Mujer que, según la superstición popular, tiene un poder sobrenatural o mágico emanado de un pacto con el diablo.
fig.Mujer fea y vieja.
fig.Mujer de malas intenciones y de mal carácter.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

brujo, -ja

('bɾuxo, -xa)
sustantivo masculino-femenino
persona que tiene poderes mágicos y hace hechizos Las brujas vuelan en sus escobas.

brujo, -ja


abreviación
que hechiza, que atrae mucho ojos brujos
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

brujo

, bruja
nombre masculino y femenino
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

brujo

Hexer, Hexe

brujo

bruxo, bruxa

brujo

čarodějnice

brujo

heks

brujo

noita

brujo

vještica

brujo

魔女

brujo

마녀

brujo

heks

brujo

heks

brujo

häxa

brujo

แม่มด

brujo

cadı

brujo

mụ phù thủy

brujo

巫婆, 术士

brujo

術士

brujo

A. ADJenchanting
B. SM
1. (= hechicero) → wizard, sorcerer
2. (LAm) → shaman, medicine man
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005

brujo

m (chamán) shaman
English-Spanish/Spanish-English Medical Dictionary Copyright © 2006 by The McGraw-Hill Companies, Inc. All rights reserved.
Ejemplos ?
Un día en que la miseria era horrible, los dolores de mi enfermo intolerables, un físico, un sabio, brujo, o no sé qué, llegó a mi puerta, reconoció la enfermedad y me ofreció un remedio para mi triste padre, para aliviarle los dolores y dejarle casi sano.
D. Jerónimo Illescas, vecino y natural de Ica, blanco, obeso y decidor, era lo que se entiende por un brujo aristocrático. Sabía echar las cartas como una francesa embaucadora.
Lo misterioso de los preparativos dábales fe. ¡Aquel brujo sí que mataba al dragón!... Llegó el día del combate, y todo el vecindario se agolpó en las murallas, anhelante y pálido de ansiedad.
El brujo abrió la montaña, y ella emprendió el vuelo de regreso, siempre seguida del compañero de Juan, el cual la azotaba con tal fuerza que ella se quejaba amargamente de lo recio del granizo y se apresuraba cuanto podía para entrar cuanto antes por la ventana de su dormitorio.
Ahí están mis Anales, donde figuran entre las penitenciadas muchas prójimas oriundas de la villa de Valverde, y de cuyas marrullerías no quiero ocuparme en este artículo, porque no digan que me repito como bendición de obispo. El primer brujo que floreció en Ica (allá por los años de 1611) merecía más bien el título de astrólogo.
312) = Un día Gerbert, que después fue Papa y que era un brujo muy hábil, quiso convencer de algunas cosas al deán de su monasterio.
Pues ansí, como digo, metía cada noche la llave en la boca, y dormía sin recelo que el brujo de mi amo cayese con ella; mas cuando la desdicha ha de venir, por demás es diligencia.
Río brujo, que te pintas de todos los cielos, Río de La Urbana, planicie pampera, Río de San Félix, solución de gloria, Río de Angostura, cauce de la guerra, Río de Barrancas, Río de pensar cómo puede haber tanta agua en la Tierra, Río de nuestra Esperanza, cuando la Esperanza sea!
No eran sino palos de escoba rematados por cabezas de repollo, a las que el brujo había infundido vida y recubierto con vestidos bordados.
—Usted es para ellos un ser, una entidad de grande influjo que hacia usted les atrae y les sujeta. YO. —No comprendo, doctor ¿me cree usted brujo? DR.
Ya sólo faltaba que Juan adivinase la tercera vez; si lo conseguía, se casaría con la bella muchacha, y a la muerte del anciano Rey heredaría el trono imperial; pero si fallaba, perdería la vida, y el brujo se comería sus hermosos ojos azules.
Nunca había salido con tiempo semejante. -Todos los excesos son malos -dijo el brujo. Entonces ella le contó que Juan había acertado por segunda vez; si al día siguiente acertaba también, habría ganado, y ella no podría volver nunca más a la montaña ni repetir aquellas artes mágicas; por eso estaba tan afligida.