Diseñada sobre la base de los personajes de Puss Gets the Boot, aunque con mínimas diferencias, la serie sigue a Jerry, el roedor molesto que suele burlar a su enemigo felino, Tom.
Al nacer, le fue asignado el nombre de Acolmiztli (náhuatl: Acōlmiztli, 'felino fuerte')?, pero las tristes circunstancias que rodearon su adolescencia hicieron que se cambiara el nombre por el de Nezahualcóyotl que significa «coyote que ayuna o coyote hambriento», entendiéndose el ayuno como una forma de sacrificio.
debido al crecimiento de la ciudad y la destrucción de el hábitat este felino ya no se encuentra más en esta área del departamento, en el cual hacia el sur y Occidente aún se encuentran muchos de estos animales.
La cara está en buen estado, con excepción de la boca y la barbilla que le fueron cercenadas con un cincel u otro afilado instrumento. La frente es angosta y un rollete la separa de la cabeza del felino.
El día menos pensado y que amanecía hasta con promesas para los habitantes, el río se abalanzaba como un felino cebado por sobre los predios cultivados y sembrado de hogares humildes, y hacía languidecer todo el latido de vida comarcana, estrangulando los retazos de la rica gleba ubérrima.
Un porvenir halagüeño comunicaba a los suyos el Gran Cerebro Gatuno, quien informaba que pronto el imperio felino se impondría en el planeta, ya que se había detectado lo que los perros tramaban e iba a impedirlo.
El felino cebado en el asalto había capturado lo que ambicionaba: Machala, Santa Rosa y Puerto Bolívar y una gran extensión territorial de la Provincia de El Oro, cayeron bajo el cautiverio injusto en este día.
-Mi nombre es Escarmentarás. Respondió el felino. -¡Curioso nombre el tuyo!- Exclamó el tecolote que saboreándose se echó a volar y dejó tuerto al pobre gato montés.
Veamos el otro, ese que tiene la cabeza cana y la mirada del
felino decrépito; ese sangriento Maztla que se agita en el cubil de su impura senectud, ordenando, aterrorizado, un crimen tras otro crimen, una violación tras otra violación, un fusilamiento tras un tormento.
Práxedis G. Guerrero
Se arrojó con salto nervioso hacia la fuente. En el instante mismo, los endriagos de los tibores, desperezándose, pegando un brinco
felino y cruel, se interpusieron.
Emilia Pardo Bazán
Una hondonada cubierta de breñas favorecía sus movimientos. En su avance
felino, Cata llegó a colocarse a retaguardia de la tropa, casi encima de su jefe.
Eduardo Acevedo Díaz
A la noche siguiente, el tecolote se encontraba, a las mismas horas de la anterior, esperando al gato montés, pero este no acudió a la cita. Molesto ante la impuntualidad de su víctima, el tecolote voló hacia el domicilio que el felino le había dado.