Ejemplos ?
Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas la están mirando y ella no puede mirarlas. Verde que te quiero verde.
Y un enjoyado ayudante que aparece en ese instante. -Magia gentil de gitana, quiero mirarte la mano. Lo que necesitas ya, girando aparecerá.
-Güeno -exclamó el Petaquero, sentándose a la sombra de un nogal, en tanto Joseíto elegía sitio también cómodo junto a él, y los caballos despuntaban algunos tiernos matujos-, vamos a ver pa qué es pa lo que necesitas tú de mi presona gitana.
El hada con buen humor, es decir, una humorada, se quitó el color de humo al volver a ser humana y al recobrar la humildad, humorista humanitaria, sin más humíferos gestos tan solo dijo humectada: -Pajaritos a volar; aquí el cuento va a acabar y en bien de la humanidad no me vuelvo más a ahumar. Magia gitana Una gitana gemela gime al dolerle una muela; su hermana gira una gema y le dice que no tema.
Nadie: el preciado astrólogo que en vela registrando volúmenes se afana, lo mismo que la estúpida gitana del hondo porvenir penetrará; ya ufano aquél horóscopo lo llame, llámelo ya buena-ventura aquélla, ni él en sus libros, ni en sus rayas ella con el futuro de los hombres da.
"Ramillete de Varias Flores Poéticas" (1675) "La Gitana al Niño Jesús" "Romance Pastoril" "El Sueño de Cielo" "A la Temprana Muerte de Don Baltasar Carlos, Príncipe de España" "A la Desaparición de la Reina Doña Isabel de Borbón"
Una, pues, desta nación, gitana vieja, que podía ser jubilada en la ciencia de Caco, crió una muchacha en nombre de nieta suya, a quien puso nombre Preciosa, y a quien enseñó todas sus gitanerías y modos de embelecos y trazas de hurtar.
-¿Y qué ha con conseguío con ponerle a su gachí, sin que ésta le haiga faltao, una alcancía en la carita gitana?, ¿y qué ha conseguío con poner al Carambuco goliendo a algodones fenicáos?
¿Cuántas veces te esperara?, cara fresca, negro pelo, en esta verde baranda! Sobre el rostro del aljibe se mecía la gitana. Verde carne, pelo verde, con los ojos de fría plata.
-Pos a mí el compadre no me ha encargao más sino que le diga a usté que se cuide mucho y que se quite del relente y que tenga usté güen corazón y guena sangre pa con los que gimen y lloran, conmigo, pongo por caso, ¡que me estoy muriendo a chorros por su presonita gitana!
-Y qué, señor Pepe, qué ha sío eso que ha pasao entre dos tan güenos amigos como lo fueron siempre usté y aquel por mo del cual vino ar mundo mi presonita gitana.
Ni los soles, ni los aires, ni todas las inclemencias del cielo, a quien más que otras gentes están sujetos los gitanos, pudieron deslustrar su rostro ni curtir las manos; y lo que es más, que la crianza tosca en que se criaba no descubría en ella sino ser nacida de mayores prendas que de gitana, porque era en estremo cortés y bien razonada.