hija


También se encuentra en: Sinónimos.
Traducciones

hija

filino

hija

filha

hija

dcera

hija

datter

hija

tytär

hija

kći

hija

hija

hija

datter

hija

córka

hija

dotter

hija

ลูกสาว

hija

con gái

hija

女儿
Collins Multilingual Translator © HarperCollins Publishers 2009
Ejemplos ?
Grecia ha visto el admirado ejemplo de Alceste, hija de Pelias; sólo ella se prestó a morir por su esposo, a pesar de tener éste padre y madre; su amor sobrepujó tanto al cariño y a la amistad de aquéllos que comparados con ella parecieron ser unos extraños para su hijo, y su parentesco no más que nominal.
-Yo iré a llamar al médico -dijo la madre, acabando de vendar a su modo la pierna rota del capitán. -¡Eso no! -gritó la hija, entrando en la alcoba-. ¿Qué se diría de mí?
Pero si, por ejemplo, y a propósito de un padre, te preguntara si es o no padre de alguien, tu respuesta para ser justa debería ser que es padre de un hijo o de una hija; ¿no es así?
En defecto de éstos, al hijo primogénito, nacido antes de la muerte del último Rey, de la hija primogénita entre las que tengan hijos varones, y a su descendencia masculina, natural y legítima, y en caso que el último Rey no hubiese dejado hija que tenga varón, a aquél que haya sido designado por su testamento, ya sea entre sus parientes más cercanos, o ya entre aquellos que haya creído más dignos de gobernar a los españoles.
La una, la mayor, hija del Cielo y que no tiene madre, es la que nosotros denominamos Venus celestial; la otra más joven es hija de Júpiter y de Dione y la llamamos Venus popular.
Lo conozco..., inútil fuera llamar al médico... Llamaremos al confesor..., ¡eso sí!..., aunque se asuste mi pobre hija... Pero será cuando usted y yo acabemos de hablar...
Pues, ¿a qué estoy yo en el mundo, si la hija de doña Teresa Carrillo, ¡de mi única amiga!, ha de coger una aguja, o una plancha, o un demonio, para ganarse un pedazo de pan?
en aquel mismo instante sonó un tiro muy próximo; y como la pobre viuda, que también se había acercado a la ventana, viera a su hija detenerse y tentarse la ropa, lanzó un grito desgarrador, y cayó de rodillas, casi privada de sentido.
Si un príncipe se casase sin dicho consentimiento o si se casara, con o sin ese consentimiento, con la hija de un ciudadano sueco particular, perderá el derecho a suceder para sí mismo, para sus hijos y para los descendientes de estos.
--¿A quién se lo ha jurado? --¡A mí mismo, a un muerto, y a tu pobre madre, hija mía! Todos los semblantes se entristecieron súbitamente al escuchar estas palabras.
Porque Lucía, hija al fin de los Amadei, no había nacido para la mortificación y el dolor, sino para agotar las alegrías de la vida, para recrearse en el grato sonido del bandolín, en el armonioso ritmo de las estancias de los poetas, en la magia del color, en la dulce y misteriosa calma de los jardines, donde sonreía la eterna hermosura de las estatuas griegas y sólo el peso de ajenas culpas y el anhelo de la expiación la habían arrojado palpitante de angustia y de terror al pie de los altares, donde a cada minuto recordaba involuntariamente el mundo y sus goces.
No es de extrañar que don Cipriano saliese hacia Proenza de humor perruno, al paso que su hija Ermitas iba jubilosa, a lomos de su pollina gris enjamugada de terciopelo granate y con frontelera de lucios cascabeles.