A este tiempo, el capitán Saucedo, uno de los mejores amigos de Al- magro y que acababa de derrotar la vanguaixlia realista, comu- nicó á Pedro de Candía orden de que variase la situación de la artillería.
No tenía estas ropas grises de caminante: Yo nadaba en un lago y escuché lo que escucho. Una nota asustada, suelta mi pecho
magro.
Alfonsina Storni
Quiero saberme en mi tendida alfombra, lejos de ti, de tu esperanza calva; harto de mí, sin componer la salva que me rotule en sombra la cursiva vana de un poemario
magro y un rosario flagro por un amor que agonizó mañana.
Antonio Domínguez Hidalgo
Sin duda no es ni Juan Bautista, ni Juan Evangelista, ni Santiago el menor, ni el mayor: preciso es que sea algún Huno, talento de moda, el que ha escrito esa abominable impertinencia, o algún gracioso sin gracia, bufo magro, que haya querido reírse de lo mas serio que hay en todo el mundo: porque en lugar de ir a asolar el terreno de un vecino sabio e industrioso; era mejor imitarlo; y si cada padre de familia hubiera seguido este ejemplo, pronto se formaba una bonita aldea.
Maltones, musculosos, inocentes y buenos, pasaban su juventud hasta que el cura de Pisco unía a las parejas que formaban un nuevo nido, compraban un asno y se lanzaban a la felicidad, mientras las tortugas centenarias del hogar paterno, veían desenvolverse, impasibles, las horas; filosóficas, cansadas y pesimistas, mirando con llorosos ojos desde la playa, el mar, al cual no intentaban volver nunca; y al crepúsculo de cada día, lloraban, lloraban, pero hundido el sol, metían la cabeza bajo la concha poliédrica y dejaban pasar la vida llenas de experiencia, sin fe, lamentándose siempre del perenne mal, pero inactivas, inmóviles, infecundas, y solas... Esbelto, magro...
Cómo no, a quien tan buena madre y tan saludable le vive, y tan atractiva hermana, y tan buen tío, y tan todo lleno de chicas, sus parientes: ¿por qué cosa él deje de estar magro, el que nada toque sino lo que lícito tocar no es?
Cuanto quieras, por tal cosa, que esté magro, hallarás. 90 Nazca un mago del nefando, de Gelio y de su madre, matrimonio, y aprenda el pérsico aruspicio: pues que un mago de la madre y su nacido sea engendrado propio es, si verdadera es de los persas la impía religión, para que, grato a ellos, venere él con una acepta canción a los divinos, el omento pingüe en la llama cuando él licuezca.
-Pero vas a tomar algo -añadí, alargando la mano hacia la campanilla-. Mistress Crupp te hará café, y yo te asaré unas tajadas de magro en un hornito de Dutch que tengo aquí.
Una melancolía fresca, jovial, sin amargura, pensativa y dulce, envolvía todo su cuerpo esbelto y magro, flexible y de gratos movimientos.
Traed aquella limpísima sartén, que cuelga sobre la chimenea. Cortad de aquel jamonzuelo, que pende de una cuelga en lo alto, unas rodajas de magro.
Lo cierto es que los efectos empezaron a ser notorios con el correr de los meses: el PIB, de crecer al 7%, se expandió un magro 3% en 1998 y en 1999 sería negativo.
Duelos y quebrantos: tocino frito y revuelto con huevos. Caldereta de cordero: magro de cordero rehogado previamente con ajos, cebolla, y cocido con vino y agua.