No obstante le siguió preguntando: —¿Y cómo es posible poseer estrellas? —¿De quién son las estrellas? —contestó punzante el hombre de negocios. —No sé.
Al General Perón y a la gente nueva que con él colabora entusiastamente va a deber la Argentina – exclusivamente – la pronta reintegración del territorio patrimonial y con aquélla, la reparación de un viejo y punzante agravio inferido a su personalidad internacional.
CORO Rayo de sol, la luz más hermosa de las anteriores que se ha mostrado en Tebas la de las siete puertas, te has mostrado, oh ojo del día dorado, tras venir sobre las corrientes Dirceas, y empujar al mortal de blanco escudo que vino de Argos con la armadura hoplita como fugitivo presuroso con el bocado más punzante...
La leyenda atribuye a todas las grandes personas que ha tenido la humanidad en forma de conquistadores, aventureros, políticos, genios de la guerra, tiranos de pueblos o asesinos sueltos, la característica de la mirada: aguda, acerada,
punzante, fría, sórdida, escrutadora, de águila, en fin.
Florencio Sánchez
En los labios le rebosaban los versos robustos; en la mano le vibraba acaso la espada de la libertad, –que no debiera, por cierto, llevar jamás espada; –en el espíritu la punzante angustia de vivir sobrado de fuerzas sin empleo, que es como poner la savia de un árbol en el corpecillo de una hormiga.
¡Oh, tío mío, tío mío; si hubieras podido saber el dolor que me causaba el recuerdo punzante de tu ternura cuando me alejé del buen camino, no me hubieses demostrado tanto amor, habrías hablado, por lo menos, una vez con dureza a tu Emily, y eso le hubiese servido de consuelo!
A pesar de que el amor se había trocado en odio, sentía un deseo
punzante de encontrarse con la joven para inquirir en su rostro, antes tan amado, las huellas de las caricias del otro.
Baldomero Lillo
engo el gusto de presentar a ustedes a la señora doña Calixta Vendaval y Chumacera, de Guerrilla y Somatén, mujer de cincuenta eneros cumpliditos, enjunta de carnes, pálida de cutis, sutil y hasta punzante de mirada, y bajita de estatura.
Mal revuelto y andrajoso, Entre harapos Del lujo sátira soy, Y con mi aspecto asqueroso Me vengo del poderoso, Y a donde va tras él voy. Y a la hermosa Que respira Cien perfumes, Gala, amor, La persigo Hasta que mira, Y me gozo Cuando aspira Mi
punzante Mal olor.
José de Espronceda
Solo está Orrilo, pero tal se bate que pone a los dos otros casi al filo. Cuanto uno y otro en armas aquilate, la fama escribe con punzante estilo.
Con igual aptitud y facilidad trataba la literatura y la política. En la crítica no tardó en ser maestro, y la sátira punzante tuvo en él aquí un verdadero creador.
i el mal que me destruye, como es firme y punzante, de una color conforme se calzara, la que me abrasa y huye tendría fuego abundante, y allá donde Amor duerme hoy despertara; no tanto mi pie hollara el solitario suelo de bosques y de prados, ni mis dos ojos mojados fueran en tanto que ella sigue hielo, dejando en mi tal drama de sólo fuego y llama.