Respuesta.-El primero y principal de todos es el que tiene el supremo autor de la naturaleza sobre esta gran maquina del Universo que ha salido de su mano omnipotente: él la dirije y la mantiene en este concierto admirable que espanta al filósofo: él cuida de los negocios humanos: el forma, eleva, abate, o destruye los grandes imperios con solo un acto de su voluntad soberana, concurriendo a todo esto como causa primera y universal, y dejando obrar a las causas segundas que son las inmediatas de todos los sucesos humanos.
Y por este motivo remontaba el Paraná hasta un obraje, con sus famosos stromboot. Apenas
salido de Corrientes había calzado sus recias botas, pues los yacarés de la orilla calentaban ya el paisaje.
Horacio Quiroga
-Dos horas casi de danza en los Chaparrales, lo que ese pícaro me tiene que pagar es el haberme lisiao al Cantimplora, que ha salido con un balazo en la cabeza, y a Paco el Dueña, con otro en una pantorrilla.
Angustias, que había
salido ya de la alcoba, no se enteró del arrepentimiento y tristeza que se revolcaban bajo las ropas de aquel lecho.
Pedro Antonio de Alarcón
Vaya tranquilo a su examen; los conductores que un día confunden las palancas no suelen discurrir como usted lo hace. Me he encogido de hombros a sus espaldas, y he
salido más deprimido aún.
Horacio Quiroga
Rosario miró hoscamente a Joseíto; éste le había estafado; ella creyó hasta entonces que el día en que ella hubiera mirado con intención a otro hombre, Joseíto hubiera salido retratado en los periódicos con el pelo de punta, los ojos saliéndosele de la cara, en una mano un cuchillo enorme y con un pie puesto sobre el pecho de su rival, el cual aparecería en el suelo sobre un charco de sangre y con el cuerpo hecho una criba garbancera.
Leigh: -Deseo saber cómo va la gestión para embarcarlo en la Escuela Militar. Carvajal: -Ha salido de La Moneda una cantidad de gente, pero todavía no me han confirmado si entre ellos está Allende.
“Estas tres Queche no se perderán, y nuestras Palabras serán iguales”, dijeron al aplicarse sus nombres. Entonces se les puso nombre también a los Cackchequel: “Fuego salido de la madera” es su nombre.
Rosalía, reliada en el mantón y casi oculto el semblante por el pañuelo, una vez que hubo salido del corral, entornó la puerta, se dirigió jadeante hacia la salida del pueblo; por fin había conseguido enterarse dónde estaba su Joseíto; el Chusquel, en su diálogo con la señora Micaela, creyéndose a solas con ésta, no se había recatado de hablar del señor Juan el Pulío ni de la señora Pepa, su consorte; también se había enterado de que el enfermo mejoraba, pero que su impaciencia por verla era tan grande, que ya se hacía imposible casi retenerle.
En el fondo del lienzo se veía pintado otro cuadro, que figuraba estar colgado cerca del lecho de que se suponía haber
salido el religioso para morir con más humildad sobre la dura tierra.
Pedro Antonio de Alarcón
En el piso bajo de la izquierda de una humilde pero graciosa y limpia casa de la calle de Preciados, calle muy estrecha y retorcida en aquel entonces y teatro de la refriega en tal momento, vivían solas, esto es, sin la compañía de hombre alguno, tres buenas y piadosas mujeres, que mucho se diferenciaban entre sí en cuanto al ser físico y estado social, puesto que éranse que se eran una señora mayor, viuda, guipuzcoana, de aspecto grave y distinguido; una hija suya, joven soltera, natural de Madrid y bastante guapa, aunque de tipo diferente al de la madre (lo cual daba a entender que había salido en todo a su padre)...
No se permitirá la introducción de negros esclavos del Perú al Brasil, ni del Brasil al Perú. Los que pasaren de uno á otro Estado fugados, ó conducidos furtivamente, serán devueltos al Estado de donde hayan salido.