(Rima en o a en los versos 2, 4, 6, etc.) a. sinalefa: versos 2, 3, 5, 6, 10, 12, 13, 14, 21, 26, 28, 30, 31, 32, 34, 39, 40, 44, 45 b.
Puede dividirse generalmente en un hemistiquio heptasílabo y otro octosílabo, aunque en ocasiones la sílaba séptima contiene una sinalefa, indicando que ha de sonar como una unidad, sin división en hemistiquios.
La obra de Villanueva Collado también se ha publicado en las siguientes revistas: Revista Chicano-Riqueña, La nuez, Poesía de Venezuela, Revista actual, Exégesis, Cuadernos de poesía, Brújula/Compass, Taller al aire libre, Sinalefa, Correo latino, INTI, SIDAhora, Trasimagen, Tercer milenio, Pliego de murmurios, El cuervo, Sótano, y en revistas cibernéticas como Isla negra, Palavreiros, Desde el límite, Enkidu, Misioletras, Bestiario, Portal Agonía, Letras libres, ABRACE, LART, Contratiempo, BulErías, RedyAcción, Poesía breve, Alex Lootz, Arique, Mar desnudo y Palabras salvajes.
Es célebre entre los españoles la pequeña cantinela «una copita... de ojén», que se canta haciendo una cesura después de pronunciada la palabra «copita» y efectuando una sinalefa en «de ojén».
"El castellano-leonés nos da la diptongación de o tónica en ue: puerta, huerto..." También se estudian fenómenos gramaticales como: la adición, la sustracción, la asimilación, la disimilación, la metátesis, la sinalefa, la proclisis, la énclisis, la analogía fonética, los tiempos verbales, etc...
Menos artísticamente, se usa también por las razones métricas de situar un acento necesario, facilitar una sinalefa o hacer posible una rima.
El poema se compone de 40 coplas escritas en octosílabos con versos de pie quebrado, bajo la forma de doble sextilla de tercetos simétricos, en los que a dos octosílabos sigue un verso corto (el pie quebrado) que puede ser tetrasílabo, o pentasílabo si es posible hacer sinalefa con el verso anterior o este finaliza en sílaba aguda.
Dentro de la música otomí se encuentran cantos que utilizan ritmos basados en las sílabas cantadas, de manera prosódica y por número de sílabas, así como la entonación de dichas sílabas. Líricamente utilizan el recurso de la sinalefa y el yambo, y principalmente versos pentasílabos.
Excepciones: ville, mille y tranquille que se pronuncian /vil/, /mil/ y /tʀɑ̃kil/, respectivamente; k y w sólo aparecen en palabras extranjeras; s = // entre vocales y // en los demás casos o cuando está duplicada; ti, seguida de otra vocal y no al comienzo de la palabra, se pronuncia /sj/; ou = // ante vocal, // en los demás casos; u = // ante vocal, // en los demás casos; y = // ante vocal, // en los demás casos; las d, s, t y x finales en general no se pronuncian, salvo en caso de sinalefa (en tal caso d y t se pronuncian /t/ y s y x se pronuncian /z/).
La evolución desde un latín ILLA HĔDĔRĀTA Ledrada o Ladrada se explica por un fenómeno de la fonética sintáctica medieval, la frecuente sinalefa, que permite en este caso reducir el hiato a-e.
El hexámetro recurre frecuentemente, para lograr la correcta medida cuantitativa del verso, a diversas licencias como la sinalefa o elisión, el hiato, la aféresis, la sinéresis, la diéresis, la sinícesis, la abreviación yámbica o el zeugma de Hermann, entre otras.
El sistema de demostrativos conserva la forma medieval plena del artículo determinado masculino: lo y los o es. Cuando se hace sinalefa con la vocal anterior, pasan a el a els, y se pronuncian 'l y 'ls o 's.