Trátese con cuidado.» Estaba yo enterado de que la señora Adelaide Curtis, de Albany, era la suegra del artista, pero consideré que éste había hecho estampar su nombre a fin de mistificarme mejor.
Pegaba muchos gritos como un tigre en gresca porque su gruesa y agresiva suegra desgraciadamente le venía arrojando vinagre por mugroso.
La revolución se extendió también, como aceite en pañi- zuelo, por el Alto Perú, poniéndose á la cabeza de la indiada el famoso cura Muñecas, quien abandonando á su suegra, mote que algunos clérigos dan al breviario, se armó de sable, canana y trabuco, y el 24 de Septiembre emprendió el ataque de La Paz.
Me alegro por usted, y que sea por muchos años. ¿Que se casa y apechuga con ese gran divisor que se llama suegra? Hombre, ya eso es grave, muy grave.
El padre Vega Loayza, que era el juez en el proceso inquisitorial, se convenció de que estaba perdiendo su tiempo y su latín, y sobreseyó en la causa de perjurio, si bien el juez secular condenó a Valverde a sólo cinco años de cárcel por haber descalabrado al marido de su
suegra, parentesco que de suyo constituía motivo atenuante del homicidio.
Ricardo Palma
Supremo Maestro Mago, Principal Maestro Mago, no están muertos; su sentencia les ha hecho ilustres. Tú eres Mi suegra. Así, ve sus rostros queridos en los que yo traigo”, dijo ella a la abuela.
Han subido mucho los precios de todas las subsistencias... Yo debo mantener a mi suegra, la madre de mi esposa, que vive con nosotros, y a mis hijos.
¡Pero al otro mundo no ha de ir a pagarlo la muy sinvergüenza, cuentera y borrachona!... Y en esto miraba al balcón de su suegra, echando todo el desaliñado busto fuera de la balaustrada.
- Al hombre se le sirve primero y la mejor presa,-dicen las tres y se ríen. - Pero, en nuestra cultura negra, si hay personas mayores, el suegro, la suegra, es a ellos primero.
Extendió el cartulario la escritura, firmándola Valverde y suscribiendo como testigos Domingo Romo (el marido de la
suegra), Rodrigo Pérez y Alonso Donayre.
Ricardo Palma
-Ya adivinará usted que me entraron súbitos escalofríos, al considerar que esa señora no era todavía para mí más que proj'ecto de suegra...
Repetía que había que economizar puesto que no eran ricos, añadiendo que estaba muy contenta, muy feliz, que Tostes le gustaba mucho, y otras cosas nuevas que tapaban la boca a su suegra.