toros

toros

('toɾos)
sustantivo masculino plural
bullfighting fiesta de toreo En mi visita a España fui a los toros.
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Traducciones
Ejemplos ?
En 1701, fué cuando, por primera vez, se imprimieron cuar- tillas de papel con los nombres de los toros y de las ganade- rías 6 haciendas.
-Pero ¿se puée saber a qué ha vinío hoy a esta casa, que es mu suya, la Pepa la Garibaldina?, -exclamó Lola interrumpiendo a ésta con acento impaciente. -Pos sí, señora, que se puée saber: yo he vinío pa una cosa que va a ser mu de tu gusto: he vinío pa convidarte a los toros.
"Aquello -le dije señalando un moderno circo de toros, situado cerca del Castillo- es la única institución española que desde aquí se divisa." "¡Ah!
Huele á rancio eso de estai- siem- pre á vueltas y tornas con los labios de coral, y los ojos de gacela, y el cabello de ébano, y la frente de plaza de toros.
-respondía el Capitán en son de afectuosa franqueza-. Cuando salga a la calle, he de llevarlo a usted a los toros y a las riñas de gallos; pues es usted todo un hombre!...
Yo no le diré a usté sino que al minuto no había en mitá de la plaza ni la sombra de un torero. ¡Vaya unas barreeras que se traía el tal animalito, el de los pitones! -Por lo que veo, a usté le entusiasman los toros. -¿A mí?
-Pos tuvieron ustés suerte, poique hombre que la veía hombre que se queaba catalértico, y con razón, que no es poique fuese ella mi jembra, pero la había puesto Dios tantas cosas en el perfil y en las jechuras que cuando diba yo con ella, pongo por caso, a los toros, corría a la que díbamos ya se sabía cuasi to los toreros al tendío, poique los probes se queaban como tontos mirándola.
Supóngase usté... Yo he echao los dientes viendo toros, yo por los toros deliro; por los toros y por las telas. Porque, mire usté, yo creo que ca uno nace pa una cosa, y yo he nacío pa ver toros, pa bregar con telas, y le advierto a usté que los que vivimos detrás de un mostrador somos tan toreros como el mismísimo Guerrita.
Si los toros han tenido y tienen su literatura especial— los listines y las descripciones en que los gacetilleros de los pe- riódicos agotan el tecnicismo tauromáquico,— las lidias gallís- ticas no habían alcanzado á tanto hasta 1874, en que se estrenó el actual circo de Malambito ó portada del Callao.
Aprended la muerte, mientras veis que entre los mismos altares y las solemnes ceremonias se deja la vida.» Los fuertes cuerpos de los toros caen de una pequeña herida, y los animales de grandes fuerzas los derriba el golpe de una humana mano, y con delgado hierro se rompe la nuca de la cerviz; y cuando el nervio que traba el cuello con la cabeza, se corta, cae aquel gran peso.
Entre tanto los partidarios de Oviedo, que eran casi todos los vecinos, se echaron á comprar cuernos de carneros, ovejas y toros, en el rastro ó matadero de Potosí, y una mañana, á la hora del apelde matinal, volvió la turba populachera á presentarse bajo los balcones del Gobernador.
El Cabildo dispuso celebrar la nueva el día siguiente, que era festividad de la Virgen, con árboles de fuego, toros embolados, banquete, misa de gracias, cucaña, lidia de gallos, luminarias, danza de pallas y de africanos, amén de otros festejos populares.