martes, 8 de abril de 2025

Esta maldita espalda...

«La fisio habla mientras deshace los nudos de mis músculos. Tengo nudos aquí y allá, además, claro, del nudo en la garganta, que ha devenido crónico. Dice la fisio que habría que llevar al cuidado del cuerpo la cultura de mantenimiento que tenemos respecto a la puesta a punto del coche o de la caldera de gas.
 
Todo el mundo —añade— sabe cuándo cambiar el aceite a su automóvil, pero la gente viene a verme cuando lleva dos meses sin que nadie le haya echado un ojo a su espalda. A la gente le duele la espalda por falta de mantenimiento. Y creo que es la primera causa de baja laboral.
[Medicinas varias: paracetamol, ibuprofeno, alprazolam, arcoxia...]
Estoy de acuerdo. Sólo acudimos al médico cuando estamos enfermos y al psicólogo cuando escuchamos voces. La prevención no entra en nuestras mentes porque vamos de cabeza. Me duele un poco aquí, pero voy tirando, voy aguantando, me trago un ibuprofeno o dos, quizá un paracetamol, también un ansiolítico. Y con toda esa carga medicamentosa me meto en el metro para no faltar al trabajo. No tomo una decisión seria respecto a mi salud hasta que me rompo.
En el metro hay de todo
Gente rota y gente con tres brazos, dos para ocultar el llanto y el otro protege la cartera
El metro está lleno de gente rota: no hay más que mirar las expresiones de sus rostros. El mundo, en general, está roto. Hay gente muy poderosa rompiéndolo, haciéndolo añicos. Donald Trump es en sí mismo una empresa de demoliciones. No para de romper. ¿Cómo me voy a preocupar por mi tobillo cuando la realidad está hecha añicos?
[Trump y su amigo Musk a bordo de un Tesla]

En cambio, si la nevera hace un ruido raro, llamo corriendo al técnico, no vaya a perder la fortuna invertida en productos congelados. Tememos los cortes de luz no porque nos impidan leer a Unamuno (pobre Unamuno, al que ya nadie lee pese al empeño que puso en escribirnos), sino por miedo a que se rompa la cadena de frío. La cadena de frío es uno de los grandes inventos de la humanidad. Interpreto, en fin, mejor los ruidos de mis electrodomésticos que los de mis intestinos.

Tienes aquí una contractura de caballo — se queja ahora la fisio al tiempo de internarse en la región lumbar.
[En la cabina de masaje]
Llego a casa con ganas de meterme en la cama, pero en casa siempre hay que arreglar algo: una persiana que no cierra, un enchufe que se ha desprendido de la pared, una cerradura atascada, un radiador de la calefacción que gotea... Por un momento, me parece que todo gotea, que todo hace agua. A ver si localizo a un fontanero.» 

Tomado de Juan José Millás, Todo gotea, Diario de Ibiza (12/2/2025)

jueves, 3 de abril de 2025

Sobre «Zurbarán (sobre) natural» en Barcelona

Velázquez versus Zurbarán (don monstruos)
¡Qué gran cumbre de la pintura sería Zurbarán (1598-1664) si no se le hubiera ocurrido nacer solo diez meses antes que el gran Velázquez, y fallecer solo cuatro años después! Y, ¡qué gran exposición sería juntar a ambos dos en una! (las ha  habido, pero es más costoso montarlas). Dos productos de la Escuela sevillana del XVII: equilibrio, serenidad y austeridad. Ambos sintieron atracción por el realismo naturalista y el claroscuro de Caravaggio (que había muerto cuando ambos contaban aún diez años), pero llevó cada uno su camino. El de Zurbarán, más espiritual, y Velázquez, que se afincó en la Corte.
Cartel de la exposición Zurbarán (sobre) natural, en el MNAC
[Del 21 de marzo al 29 de junio de 2025]
Pero no teníamos noticia de esta exposición de Zurbarán en el MNAC, de Barcelona, si no fuera porque Miquel Cartisano nos habló de ella en su blog. No se le ocurrió otra cosa, según nos contaba, que ir a Montjuïc un domingo, con partido del Barça, carrera de bicicletas y museo gratis total para todos, todas y todes. Pero, a pesar de todo eso, le valió la pena.

Les informamos de que la exposición no tiene de Zurbarán más que unas pocas obras religiosas, dos bodegones, alguna pintura realizada en su poblado taller o por sus discípulos (tuvo muchos) y unas obras actuales (los autores son los de la imagen superior) que "no tocan pito" aquí. Pero es lo que se lleva en los museos actuales, buscar paralelismos, la "tranversalidad", todo eso. Respecto a Velázquez, "ni está ni se lo espera". Aun así, allí nos dirigimos anteayer. «Zurbarán bien valía una misa».
Entrada al MNAC / [granuribe50 (1/4/2025)]
Si no son de aquí, no sigan hacia al frente: las exposiciones temporales están en un oscuro espacio residual al que se accede bajando unas escaleras a mano izquierda. Iría bien llevar linterna para no tropezar y para leer bien los letreros, además de buenas gafas, porque las salas son muy oscuras. Son esas cosas de la «sostenibilidad», se gasta menos luz y no se estropean los cuadros. Pero lo cierto es que al "tenebrismo" de Zurbarán (y de algún otro de los artistas invitados) ya le va bien eso.
Francisco de Zurbarán, San Francisco de Asís según la visión del papa Nicolás V
(Lyon, Boston y MNAC) / [granuribe50 (1/4/2025)]
El papa Nicolás V descendió en 1449 al lugar de la basílica de San Francisco de Asís donde se hallaban los restos de san Francisco, para venerar sus estigmas. Allí tuvo una visión del cuerpo incorrupto del santo. Eso es lo que pinta Zurbarán, en el de la derecha (1635). Se guarda en el MNAC pero no se expone. Los otros dos, G.U. no sabe bien si son copias hechas por el propio Zurbarán o por discípulos; en cualquier caso, cambiaron el fondo, dándole más aire por arriba y modificando la sombra arrojada. Una viene de Lyon y otra de Boston. La presentación del conjunto pretende evocar una cripta.
Zurbarán, Bodegón con cacharros (1650)
[Museo del Prado/ MNAC] / [granuribe50 (1/4/2025)]
Una serie de recipientes, metálicos y de barro, están dispuestos sobre un alféizar. El otro protagonista es la luz, que hace aparecer los objetos de la negrura del fondo, modela los volúmenes y contrasta sus colores. Una composición pictórica que respira serenidad y silencio, donde el tiempo está detenido. Hay dos versiones, la de la izquierda en el Museo del Prado, la de la derecha en el MNAC. «Están pintados con luz diferente, el de la derecha está pintado más al atardecer, las sombras son más apreciadas, el de la izquierda tiene más brillo» (M.C.dixit). Además, el tercer cacharro tiene una separación diferente. Esta es una buena oportunidad para ver ambas juntas en Barcelona, algo que no ocurría desde 1988.
Zurbarán, Bodegón con cacharros (1650) / MNAC (colección permanente)
[granuribe50 (1/4/2025)]
¡Qué gusto da ver las grandes obras pictóricas con su marco, no como en las fotos de los libros!
Actividad interactiva para invidentes con los cacharros del bodegón / [granuribe50 (1/4/2025)]
Zurbarán, San Francisco en oración / Museo del Prado
[granuribe50 (1/4/2025)]
Hay también varias vírgenes y santos, además de algunas obras (pocas) que no son de Zurbarán.
Zurbarán, Naturaleza muerta con membrillos / MNAC
[granuribe50 (31/3/2018)]
Zurbarán, Bodegón con limones, naranjas y rosa / Museo del Prado

[Este bodegón, uno de los favoritos de G.U., no figura en la exposición. No se lleven a engaño].



Vamos con los artistas invitados a este asunto. Hay una obra de Tàpies, de Hernández Pijoan, de Guinovart, pinturas ya conocidas, y de otros artistas que G.U. no conoce. Además, una buena fotografía con membrillos pochos, de Tony Catany, muy en su estilo, evocando los membrillos de Zurbarán.
Toni Catany, Natura morta 148 (1988) / MNAC
Bien, a lo que sigue le damos de comer aparte: Eulàlia Valldosera compartió clases de pintura (en la academia de August Rosell, un olvidado) con doña Perpetua, a la sazón profesora en Vilafranca del Penedés. Ambas querían aprender. Eulàlia tenía 14 años, era muy calladita y pintaba unos bodegones preciosos. Pasó el tiempo y a base de bodegones es difícil labrarse camino, por lo que hizo cosas raras muy diversas, mucho más rentables, acompañadas de abundante palabrería, y así le ha ido superbien. 

Podemos leer en su web: «Mi obra artística se ha articulado en torno al fenómeno lumínico, y sigo enfocada en este fenómeno perceptivo (que en su aspecto físico penetra al anímico) aunque ahora vea con los ojos cerrados y capte voces de otras dimensiones. Vivo un cambio de paradigma.» Etc.
Eulàlia Valldosera, María (a Francisco Zurbarán) / Pared en la que se proyecta el montaje
 [granuribe50 (1/4/2025)]
Aquí hace un montaje con proyectores de diapositivas (sin diapositivas, solo emiten luz), cacharros de cerámica y botes de limpieza (Vim, Cif, etc). Uno de éstos proyecta una sombra sobre la pared que pretende evocar la silueta de una virgen, como las que pintó Zurbarán. Doña Perpetua no ha perdido ocasión de que G.U. la retratara proyectada también en la pared. Se ve su sombra a la izquierda.
Órgano en la Sala Oval del MNAC / [granuribe50 (1/4/2025)]
No queríamos irnos sin visitar la Sala Oval, aquella que casi echa a perder la arquitecta Gae Aulenti con su restauración, poniéndole unas graditas y tontunas así. Muy mal. Por lo menos, respetó el órgano...
Barcelona, salida del MNAC / [granuribe50 (1/4/2025)]
A la salida, cientos de turistas y más turistas, cientos de estudiantes y mas estudiantes, llegados todos en el Bus Turístico y en autocares, que se apostan alli a ver Barcelona, mientras un sujeto rasguea una guitarrita con temas de Paco de Lucía. Por suerte, no entran en el edificio. En fin, salimos encantados, aunque nos sabe a poco. A ver si montan una más grande (¡y también con Velázquez!), aunque justo es decir que el MNAC expuso obras del Renacimiento y Barroco español de sus propios fondos en marzo de 2018, como quedó explicado por G.U. en la entrada Renacimiento y Barroco en el MNAC.

lunes, 31 de marzo de 2025

Hace 40 años de la antológica «Francis Picabia»

Picabia haciendo el tonto en su casa de Le Tremblay-sur-Mauldre
Francis Picabia (Francisco María Martínez Picabia, París, 1879-París, 1953) era de padre cubano y madre francesa. Su abuelo era gallego y había hecho una gran fortuna con la caña de azúcar en Cuba. Parte de ella la invirtió en la construcción de un tramo del ferrocarril Madrid-La Coruña. Pero le quedó mucha pasta, gracias a la cual su nieto Francis disfrutó de una vida muy acomodada. Tanto es así, que nuestro hombre pudo dedicarse plenamente a sus grandes dos pasiones: los coches (tuvo 128 a lo largo de su vida, Mercer, Rolls Royce, Ford, etc.) y la pintura.
Picabia a bordo de su Mercer, junto a su esposa Gabrielle Buffet / Picabia en bicicleta
Pero no hemos venido aquí a hablar de sus coches ni de las bicicletas, sino a mostrar algunas de sus creaciones. Quizá por estar "forrado", pintó sin ninguna presión aquello que le gustaba o lo que estaba en el candelero. En efecto, bebió de muchas fuentes y pintó de muchas maneras. Esa inconstancia en un estilo determinado se la atribuyeron algunos a sus orígenes hispanos. Empezó por el impresionismo, pero transitó luego por el cubismo, el dadaísmo y la pintura mecanomorfa, el surrealismo, etc. Ciertos críticos enjuiciaron su talento artístico como modesto, pero a G.U. le gusta mucho, digan lo que digan.
Catálogo de la Exposición Antológica de Francis Picabia, en 1985
Habíamos oído hablar de él en la asignatura de Historia del Arte en la carrera, pero poco más. Hasta que en 1985 —se cumplen estos días cuarenta años— hubo una exposición antológica suya que nos impresionó mucho, y hasta hoy. Felizmente ha reaparecido por casa el maravilloso catálogo de aquélla (antes los hacían muy buenos), que andaba missing, y de ahí hemos extraído mucha información.
Francis Picabia, Effet de soleil sur le bord du loing (1904)
Francis Picabia, Bords du Loing; effet d'automne le matin à Moret (1904)
Sus primeras obras fueron impresionistas, en general paisajes. Los dos que adjuntamos son de 1904. Tenía veinticinco años y esa manera de pintar aún daba coletazos, aunque algunos artistas estaban ya a punto de poner el mundo de la pintura patas arriba. No tenía problemas económicos, pero sus cuadros se vendían bien; eso y la confianza que da el éxito le animaron a pintar muchos en ese estilo.


Francis Picabia, Danzas en la fuente (1912)
Estamos en 1912 y Picabia, un tipo inquieto, se suma con entusiasmo al orfismo (término que acuñó Apollinaire, un buen amigo) y al movimiento cubista que habían iniciado Picasso y Braque. 
Francis Picabia, París (1912)
Francis Picabia, La procesión de Sevilla (1912)
A pesar de estar casado desde 1909 con Gabrielle Buffet, Picabia es un "picaflor", le gusta la juerga y liga mucho. Retrata en modo cubista a algunas de las mujeres que iba conociendo. Pero el hombre tenía un problema que arrastró toda su vida: las simultaneidades en sus amoríos le producían desazón y una gran inestabilidad emocional. Varios años más tarde, el alcohol y las drogas harían el resto.
Francis Picabia, Vuelvo a ver en mi memoria a mi querida Udnie (1914)
Francis Picabia, Embarazo (1914)

La 1ª Guerra Mundial tuvo gran incidencia en los pintores que pululaban por París en aquellos años. Picabia era de nacionalidad francesa, pese a sus orígenes hispanos. Y fue movilizado, una cosa que le deprimió sobremanera, y a quién no, tenía 35 años. Pero, por enchufe de algún conocido, consiguió desarrollar su trabajo militar en una fantasmagórica misión comercial para el ejército francés en Cuba, lugar que le era bien conocido, claro. Pero no debía de ser muy importante ese trabajo, porque se escaqueó a Nueva York sin que nadie lo echara en falta, y eso si que fue trascendente en su carrera.
Francis Picabia., Parade amoureuse (1917)
En efecto, allí llegaron muchos artistas huidos de Europa, entre ellos su amigo Marcel Duchamp, que se había librado del ejército por un supuesto "soplo reumático". En Nueva York, Picabia lleva una vida disipada, escribe poesía, se convierte en editor, hace fotografías, alguna película y sigue pintando, pero ahora son obras de las llamadas "mecanomorfas", inspiradas en cosas que había hecho Duchamp antes. También promueve la revista 391, con dibujos, textos poéticos, noticias, artículos y mucho humor. Lo que hace en ella le permitirá, acabada la guerra, entrar en la revista Dadá, de Tristan Tzara.
Francis Picabia, Hija nacida sin madre (1917)
Desde Nueva York viaja un par de veces a Barcelona con su esposa. Aquí su vida es menos disipada, compone algún ejemplar de la revista 391 y pinta. Conoce al galerista y anticuario Josep Dalmau, pero dura pocos meses en la "Ciudad Condal". Viaja a Sevilla, que le gusta más, y después vuelve a N.Y.
Francis Picabia, Portada y una página interior de un ejemplar de la revista 391 (Marzo de 1918)
Acabada la guerra, nuestro "héroe" vuelve a Europa y hace obras dadaístas y figurativas, de todo...
Francis Picabia, Tableau RastaDada (1920)
Las mujeres españolas estarán presentes en su obra a lo largo de toda su vida; también los toreros.
Inauguración de la exposición Picabia en la galería Dalmau (Barcelona, 1922)
En 1922 vuelve a Barcelona porque el señor Dalmau ha organizado una exposición de su obra. André Breton, entonces gran amigo (luego, ya no), da alguna conferencia al respecto y elabora un texto para el catálogo. En la exposición figura la Mujer española con cigarrillo (1922), como se puede apreciar en la foto. Pero en Barcelona, aparte de Dalmau, no se le hace ningún caso, apenas sale en las reseñas de la prensa y la exposición no tiene éxito alguno. Quizá sea que esa temática no les motiva mucho...
Francis Picabia, Melibée (1931)
El caso es que Barcelona queda atrás y sigue pintando, en muchos casos muy próximo al surrealismo. Hay quien ha visto concomitancias con Dalí, si bien este último nunca las reconoció abiertamente.
Francis Picabia, Autorretrato (1934)
La guerra civil le impacta profundamente y le dedica algún cuadro alegórico, más bien siniestro, claro.
Francis Picabia, Revolución española (1937)
Y sigue pintando hasta su muerte, ya siempre en plan naturalista. Entre otras, a Imperio Argentina, que triunfaba por España y era muy admirada por él (también por Franco, ojo al dato).
Francis Picabia, Nu de dos / Mujeres con bulldog (1940-1942)
Francis Picabia, Imperio Argentina (1941)
En fin, hablando de Argentina, las veces que estuvo en Barcelona vivía en la Avda. República Argentina nº 28, donde tenía un piso. Enmendando el ninguneo de Barcelona en 1922, se le han dedicado dos exposiciones. Una en 1985, la que hemos comentado, y hubo otra, no recordamos cuándo. El Ay Untamiento colocó en 2022, un siglo  después, una placa conmemorativa junto al portal del edificio donde pasó algunas temporadas. Bien hecho, Picabia se lo merece. ¿Para cuándo otra exposición?
Barcelona, Placa conmemorativa, República Argentina nº 28 (Barcelona, 1922)
Picabia siguió pintando hasta su muerte en diferentes maneras, pero ya fue un poco más de lo mismo...

jueves, 27 de marzo de 2025

Un esfuerzo adicional para...

Viñeta de El Roto (23/3/2025)
Viñeta de El Roto (21/3/2025)
Surtido de navajas de Albacete (y alguna suiza) / [granuribe50]
ENTRE TANTO, NOS HAREMOS CON UNA MOCHILITA DE SUPERVIVENCIA



domingo, 23 de marzo de 2025

Sobre «Adolescencia», de la que todos hablan

La serie de cuatro capítulos en Netflix, Adolescencia, está en boca de tothom, como se dice por aquí. Trata del uso y abuso de las redes sociales por los adolescentes, de la necesidad de destacar, de ser deseados, admirados y queridos en esa puñetera edad de la confusión, de la continua incertidumbre.

Y habla del lenguaje de los símbolos en Instagram, de los «incels», de la «manosfera», de la pídora roja, de la regla del «80/20» (según la cual, para los zagales «incel», el 80% de las chicas buscan al 20% de los chicos, los de mayor "valor de mercado sexual" o más guapos o más chulitos, y el resto no se zampan ni una rosca). Términos todos que G.U., en su actual ignorancia, reconoce que desconocía.
Son cuatro capítulos, desarrollados todos ellos en «plano secuencia», sin aparentes cortes de cámara, siguiendo continuamente a los personajes. Ese recurso artístico, utilizado alguna vez por directores excepcionales como Orson Welles y Alfred Hitchcock y también por más de un idiota con afanes experimentalistas, aquí tiene bastante sentido, como comenta el crítico Carlos Boyero en EL PAÍS, en una columna que lleva por título Los misterios de la adolescencia se tornan muy oscuros.

Si esperan un thriller, movimiento, persecuciones, frenesí, G.U no se la recomienda. No tenemos ánimo de hacer spoiler. Pero, aunque lo hiciéramos, daría igual, porque sabemos que muchos de ustedes no la van a ver (por alergia al cine o a Netflix (y las "plataformas de pago") o a los temas de adolescentes o por lo que fuera). La sencilla estructura está fragmentada en cuatro capítulos, que son los siguientes:

1) La policía entra a la brava en una casa para llevarse un zagal (Jamie), presunto asesino de Katie, una compañera de clase. Después, ya en comisaría, asistimos a los primeros interrogatorios, con la policía y con el abogado de oficio. El padre se derrumba al ver imágenes de las cámaras de seguridad.

2)
 La visita de los dos policías al colegio donde estudiaban la víctima y su asesino. Allí ni ella ni él se enteran de nada, salvo lo que cuenta el hijo de él (que estudia allí). Los chavales los torean de mala manera, a los polis y a los profes. Está muy bien cómo lo comentan los dos policías a la salida. Dice él: «No aguanto este puñetero sitio. ¿A ti te parece que alguien esté aprendiendo algo aquí? Parece un puto corral de borregos. Solo ven vídeos en clase...». «Pues todos los colegios son igual», apunta ella.

Y la salida del cole es preciosa, con la soledad de la niña negra, que ha quedado aislada por la muerte de su única amiga, y la cámara sobrevolando hasta el lugar del crimen. Es técnicamente difícil de hacer, y aún mejora porque la subraya la música del gran Sting, cantada por un coro infantil:

 
Imágenes de los cuatro capítulos de Adolescencia (Philip Barantini, director)

3) La entrevista del zagal con la psicóloga que tiene que hacer un informe de evaluación. Aunque algo prolija, queda claro lo mal que lo pasa ella y que el nene te puede seducir fácil con su capacidad para la manipulación emocional, hasta que... aparece el monstruo. En efecto, a medida que la conversación progresa, el zagal estalla de ira y se produce una carrusel de emociones que en casa no nos ha dejado indiferentes. La psicóloga queda desolada, pero se le aclaran muchas cosas. ¡Muy buena!

4) El desenlace, a la espera de que juzguen al muchacho, con un emocionante final, en el que sus progenitores se preguntan qué hicieron mal. El padre acaba entrando al fin en la habitación de su hijo y rompe en un llanto lleno de desgarro. Muy bueno también. Este último está subrayado con una música éterea, muy especial, un punto subyugante, que ya había punteado en otros momentos de la serie, pero que aquí suena especialmente emotiva. Se apoyan muy bien la música y la imagen. Se trata de
Through The Eyes Of a Child, de la cantante noruega Aurora Aksnes. [Según el director del film, la canta Emily Holliday, la actriz que hace de Katie, la niña fallecida y gran olvidada a lo largo de la serie].


A través de los ojos de un niño / Through The Eyes Of a Child
El mundo está cubierto por nuestros senderos /  The world is covered by our trails
Cicatrices que cubrimos con pintura / Scars we cover up with paint
Vigílados predicando con amargas mentiras / Watch them preach in sour lies Preferiría ver este mundo a través de los ojos de un niño / I would rather see this world through the eyes of a child
A través de los ojos de un niño / Through the eyes of a child
Los tiempos más oscuros vendrán y se irán / Darker times will come and go
Veces que necesitas verla sonreír / Times you need to see her smile
Y los corazones de las madres son cálidos y suaves / And mothers hearts are warm and mild
Preferiría sentir este mundo a través de la piel de un niño I would rather feel this world through the skin of a child
A través de la piel de un niño /  Through the skin of a child
Cuando un humano acaricia tu piel / When a human strokes your skin
Eso es cuando los dejas entrar /  That is when you let them in
Déjalos entrar antes de que se vayan / Let them in before they go
Preferiría sentirme viva con un alma infantil / I would rather feel alive with a childlike soul 
Con un alma infantil / With a childlike soul
Oye, oh, oye / Hey oh, oh hey
Oh, hola / Oh hey
Ah-ah he / Ah-ah hey
... / ...
Por favor, no me dejes aquí /  Please don't leave me here

En fin, muchas posibles interpretaciones tiene, cada uno la lee a su modo. En casa, nos ha gustado.

viernes, 21 de marzo de 2025

Celebración (sui géneris) del Día de la Poesía

Como habrán observado, casi todos los días del año son el "Día Mundial de Algo". Y hoy, de la Poesía. 
La entrada de ayer, con el poema visual de Vicente Huidobro, nuestros/as comentaristas la han enriquecido con sus aportaciones, como sucede algunas veces, algo que agradecemos mucho aquí. 

1) Por una parte, Joselu incluye en su comentario unas imágenes con trabajos de sus alumnos en 2016, el último año que dio clase, sobre un poema de Gloria Fuertes. Están realizados con una aplicación que G.U. desconocía, VISUAL POETRY, que, si llega a tener noticia en su día de su existencia, tal vez hubiera podido aplicarla en sus clases, quíén sabe. El poema de Gloria Fuertes reza así:


Marinero sin tierra
náufrago sin velamen
huérfano de puerto
nave sin timón.
Rodeado de agua y sediento
rodeado de pescado y hambriento
rodeado de olas y sin saludos
rodeado de dólares y desnudo.

Gloria Fuertes


Ese es el poema, y un alumno de Joselu, aplicando la mencionada aplicación (valga la redundancia) con cierto arte, lo interpretó así, a partir de un dibujito de una ballena realizado por el propio alumno:

[Clic para ampliar]
Los detalles de cómo Joselu diseñó esta actividad para sus alumnos, alumnas y alumnes los encuentran en la entrada de un blog antiguo suyo, titulada Enseñando sin compartimentos estancos: la libertad creadora. Allí se explican cosas que a G.U. le han interesado sobremanera.



2) Por otra parte, María nos inserta un poema (no visual, esta vez) de nuestro bien amado Vicente Huidobro, el que ilustraba la entrada de ayer. Ella escribía: «Meeencanta la poesía de Huidobro, es como una pastilla efervescente de palabras interminables y fíjate, hay un poema que creo q te va de maravilla , espera q lo busco y te lo pego...espero q te guste ...» (sic). El poema es éste (copio y pego):

SOLITARIO INVENCIBLE

Resbalando
Como canasta de amarguras
Con mucho silencio y mucha luz
Dormido de hielos
Te vas y vuelves a ti mismo

Te ríes de tu propio sueño
Pero suspiras poemas temblorosos
Y te convences de alguna esperanza

La ausencia el hambre de callar
De no emitir más tantas hipótesis
De cerrar las heridas habladoras
Te da una ansia especial
Como de nieve y fuego
Quieres volver los ojos a la vida
Tragarte el universo entero
Esos campos de estrellas
Se te van de la mano después de la catástrofe y resurges
Cuando el perfume de los claveles
Gira en torno de tu eje

Vicente Huidobro

A G.U. le gusta mucho el poema de Huidobro y, en efecto, cree que le cuadra; parece que María casi le conoce mejor que el propio G.U. Cierto es que éste no ha profundizado demasiado en su interior, ni realizado aún la introspección suficiente. Sabe que es fan del Atlético de Bilbao y poco más, la verdad.



En cualquier caso, ¡gracias a ambos dos por su aportación al Día Mundial de la Poesía!