Este genio es la poesía. Que a este nombre, señores, no se desplieguen vuestros labios con la sonrisa del desprecio y de la ironía.
Mira tú mismo; si desprecian su cuerpo y desean vivir solos con su alma, ¿no sería el mayor absurdo tener miedo cuando llegue ese instante, afligirse y no ir voluntariamente allá donde esperan obtener los bienes por los cuales han suspirado toda su vida? Porque han estado deseando adquirir la sabiduría y verse libres de este cuerpo objeto de su desprecio.
La burla que hicieron en Milán de la mujer de Federico Barbarroja, le ocasionó a no dejar piedra sobre piedra en Milán, y a desquitar con la sangre de todos la maldad de algunos infamemente regocijados en el desprecio del enemigo ausente.
Da riquezas para empobrecer, da vitorias para rendir, da honras para desautorizar. Y por el contrario, autoriza con el desprecio, hace vitoriosos con la pérdida, y con la pobreza ricos.
Solamente los hechiceros de la ambición pudieron confeccionar corona que quitase corona, honra que atosigase la honra, vida que envenenase la vida, -61- adoración que produjese el desprecio, aplauso que granjease odio.
Es también porque a través de ese silencio nos decimos, y les decimos a quienes tienen la responsabilidad de la seguridad de este país, que no queremos un muerto más a causa de esta confusión creciente que sólo busca asfixiarnos, como asfixiaron el aliento y la vida de mi hijo Juan Francisco, de Luis Antonio, de Julio César, de Gabo, de María del Socorro, del comandante Jaime y de tantos miles de hombres, mujeres, niños y ancianos asesinados con un desprecio y una vileza que pertenecen a mundos que no son ni serán nunca los nuestros...
- Bueno, quizá los sentimientos de usted sean distintos a los míos, porque le aseguro que a mi me parecería muy raro. - ¡A ti! - dijo la Oruga con desprecio-. ¿Quién eres tú?
Quiso que la pregunta fuese hazaña, no curiosidad; y reconoció tan desacreditado en las mujeres el sufrir un secreto, que se examinó en sufrir la muerte, para persuadir que le sufriría. ¡Oh, docto, y entonces religioso, desprecio de la salud!
Sea verdad o no, grave autor lo escribe de la relación de un amigo de César, y debiera recelar este escrito, si no por profecía, por amenaza; y porfiar en el desprecio destas cosas, más es de necio que de constante.
Tienen los príncipes más facilidad en perdonar sus yerros con desprecio, que en premiar los servicios de valor eminente con liberalidad proporcionada, cuanto es más costoso a los príncipes desempeñarse de los acreedores que los molestan, que cobrar de aquéllos a quien son acreedores.
Igualmente procuró el rey Católico asegurar su recelo, y no dar a entender al mundo que tan esclarecido varón intentaba en su infidelidad su descrédito y desprecio.
Lo que yo sé es que esto es un
desprecio que se me hace -observó el escarabajo-, es una ofensa; abandono el servicio y me marcho a correr mundo.
Hans Christian Andersen
