RACISMO
Aunque los brotes racistas aparecen aquí y allá, y en ocasiones espoleados desde el mismo poder, es en Estados Unidos donde alcanzan mayor virulencia o, al menos, mayor repercusión mediática. «Los americanos creen en la realidad de la raza como rasgo definido e incuestionable del mundo natural. El racismo […] es la inevitable consecuencia de esta condición inalterable», afirma Ta-Nehisi Coates en su intenso libro Entre el mundo y yo (Seix Barral) escrito en forma de carta a su hijo Samori, de quince años. Y concluye: «Pero la raza no es la madre del racismo, sino su hija».
Coates sostiene que el racismo no proviene únicamente de actos individuales, sino que es un legado histórico enquistado en el ADN nacional y en la conciencia de los Estados Unidos. Y así, le recuerda a su hijo: «Nunca olvides que hemos estado esclavizados en este país mucho más tiempo del que hemos sido libres», y que aún no ha llegado el tiempo de la igualdad real y definitiva.
El libro es una especie de biografía donde Coates narra sus vivencias infantiles para escapar del destino violento o destructor que reservaban a los chicos negros las calles de Baltimore en los años ochenta, las de la serie . Superada esa etapa, sus posteriores lecturas universitarias sobre la cultura negra lo condujeron a asumir un compromiso racial. Sus páginas relatan con emoción y valentía lo que representaba ser negro para alguien de su generación, sus miedos y sus sueños, sus esperanzas y los esfuerzos para llevarlas a cabo. Al mismo tiempo, es un reflejo de un
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