UN PLAN ANTI-GRIPE… ¿EN VERANO? LOS MEJORES ALIADOS NATURALES
Las señales
De improviso se advierte un malestar general, acompañado a menudo de dolor de cabeza. Aparece la fiebre, acompañada de escalofríos, que sube rápidamente a 38-40 ºC y disminuye, en general, para volver a remontar al día siguiente. También hay secreción nasal, tos, dolor de garganta…
La fiebre, así como un profundo cansancio acompañado de dolores musculares, más acentuados en la espalda y piernas, producen la sensación de haber recibido una paliza. Tenemos encima la gripe. Esta enfermedad se transmite con gran rapidez, al inhalar las microgotitas provenientes de la tos o de los estornudos de una persona infectada o bien a través de sus secreciones.
Se calcula que una persona griposa puede contaminar a otras cinco en sólo un día. Y que cada una de ellas disemina a su vez el virus en 12-24 horas, lo que explica la rápida propagación en casos de epidemia.
Afortunadamente, la gripe evoluciona como una afección leve en el 90% de los casos. Y si alguien tiene recursos para combatirla, ese es nuestro propio cuerpo. De hecho, los síntomas son señales indicativas de que el organismo ha puesto en marcha todos sus mecanismos de defensa para sanar.
Vías respiratorias
Sobre la eficacia de las vías respiratorias en
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