Desintegrando Facebook
Legisladores, políticos y sociedad cuestionan las bases de su funcionamiento y debaten si desintegrarlas es la solución.
Mark Zuckerberg, fundador, CEO y presidente de Facebook, controla un imperio de casi 5.000 millones de personas. Porque Facebook (con 2.300 millones de usuarios activos al mes), Instagram (1.000 millones) y WhatsApp (1.500 millones), las tres redes sociales más potentes que existen, forman parte de la misma familia: Zuckerberg. Si a esto le añadimos que el propio Zuckerberg cuenta con el 60% de las acciones de la compañía, la situación efectivamente puede volverse abrumadora.
“Es hora de desintegrar Facebook”. Así de tajante se mostraba Chris Hughes, cofundador de Facebook, en el artículo de opinión publicado en el diario ‘The New York Times’ a principios de mayo. “El poder de Mark [Zuckerberg] no tiene precedente […] Su influencia es abrumadora, mucho más que la que cualquier otra persona del sector privado o el gobierno” .
Facebook lleva meses en el ojo del huracán acusado de recolección y venta de datos de usuarios, violación de la privacidad, injerencia en las elecciones presidenciales de EE UU, propaganda política, influencia en el sistema democrático, incitación al odio, fomento de rifirrafes étnicos... Los continuos escándalos han hecho que tanto legisladores como políticos empiecen a cuestionar el poder, no solo del mastodonte de las redes sociales, sino de los gigantes tecnológicos en general. “Google, Facebook o Amazon se han convertido en una amenaza
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