EL RETORNO DE LOS NAZIS ESOTÉRICOS
Al término de la Segunda Guerra Mundial, y en medio del creciente asombro y horror que provocaba entre la población el paulatino conocimiento de las atrocidades cometidas por los nazis, los vencedores se repartían el botín, ajenos a toda moral y en nombre de causas mayores. Con la perspectiva que nos ofrece el tiempo es fácil comprender que los juicios de Núremberg, en los que se juzgaron a un buen número de criminales, no impartieron toda la justicia que habría sido deseable. La doble moral de los Aliados, especialmente de estadounidenses y soviéticos, permitió poner a salvo a grandes criminales a cambio de secretos científicos y tecnológicos; información que con el paso del tiempo resultó determinante para el avance de las superpotencias y la distribución del poder en el mundo de posguerra.
EL CÍRCULO LANDIG
Centenares de científicos y oficiales nazis iniciaron, con renovadas identidades o bien con expedientes inmaculadamente maquillados, nuevas vidas junto a sus familias sin dar cuenta de sus responsabilidades en los horrores del Tercer Reich. Es conocida la ansiedad con la que los estadounidenses y los soviéticos, y unos pasos por detrás los británicos y franceses, salieron en tropel en busca de la tecnología nazi, tomando y desmantelando centros de investigación y fábricas, requisando planos, patentes y materiales. Pero ese potencial requería de las personas para exprimirlo, de ahí las invitaciones cursadas a los equipos científicos para que
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