Pasión y muerte de Jesús
• Llegado el día de los Ázimos, en el que se sacrifica el cordero de Pascua, Jesús prepara la que será su última cena con sus discípulos y en ella les anuncia su fin: (Lc. 22,16). En el relato evangélico de la cena pascual, Jesús lava los pies a sus discípulos y comparte con ellos el pan y el vino como expresión de la Nueva Alianza de Dios con los (Lc. 22, 21) y que su amado Pedro lo negaría tres veces, aunque finalmente se arrepentiría de su acción: (Mc. 14, 30). Tras estas dramáticas revelaciones, una vez acabada la comida pascual, Jesús y sus discípulos abandonaron el cenáculo y caminaron hasta el huerto de Getsemaní. Enseguida, Jesús se apartó en compañía de Pedro, Santiago y Juan, a quienes les dijo: (Mc. 14, 33). Y diciéndoles esto se adelantó y, arrodillado, comenzó a orar: (Lc. 22, 42). Poco después, la guardia del Templo se hizo presente en el lugar y prendió a Jesús; los sacerdotes del Sanedrín habían preferido hacerlo detener lejos de la muchedumbre que lo seguía con fervor. Con el propósito de sorprender a Jesús indefenso, el Sanedrín había comprado la voluntad de Judas Iscariote pagándole treinta monedas de plata, cantidad al parecer equivalente a ciento veinte denarios, que era el precio que se pagaba entonces por un esclavo o el rescate de una mujer, de acuerdo con lo prescrito por la Ley mosaica.
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