¿TIENES UNA MENTE EN FORMA?
HAS ROTO TU PULSÓMETRO, en tus abdominales puedes rayar queso y has biohackeado todo tu cuerpo, desde el sexytime hasta la hora de dormir. Pero ¿qué hay de tu mente? ¿La entrenas con igual pasión que tu exterior?, ¿estás tan satisfecho contigo mismo por fuera como por dentro? Se entiende: es tentador el hecho de solo prestar atención a lo que refleja el espejo, pero ser capaz de superar crisis, asumir errores y plantar cara a situaciones complicadas sin perder el control es tan importante o más que tener unos oblicuos perfectos. Es ahí donde entra en juego el tener la mente en forma, y para entenderlo hemos hablado con expertos que estudian la salud mental y los aspectos que se han de entrenar para gozar de plenitud. “Conseguir llegar a un punto óptimo de estado de forma mental implica trabajar aspectos psicológicos como la inteligencia emocional, la vulnerabilidad o la resiliencia”, asevera José Antón López Acevedo, psicólogo del trabajo y las organizaciones, y de la salud e intervención en trastornos mentales y del comportamiento. Adrián Quevedo, psicólogo deportivo, asegura que “cuando dominamos el factor mental, conseguimos que el resto funcione correctamente, lo que nos permite conseguir los objetivos propuestos no solo para el deporte, sino para los retos del día a día”. Por su parte, Roberto Mayo, fisioterapeuta deportivo, lo tiene claro: “La aceptación es básica para mejorar. Nuestra labor es tratar lesiones y animar al paciente a que exprese sus emociones y acepte su nueva condición, ya que sin eso el éxito de la recuperación se ve mermado considerablemente”. Aprovecha la grandiosidad del músculo que reside en tú ático para ser tu mejor versión, y toma nota, porque, como dice el doctor López-Acevedo, “el cerebro tiene la maravillosa cualidad de ser plástico”.
HABILIDAD N.º 1 PERFECCIONA TU
INTELIGENCIA EMOCIONAL
PUEDE PARECER MOÑAS Y PROFUNDO, PERO NO ES MÁS QUE SER CAPAZ DE ENTENDERTE, DE IDENTIFICAR EMOCIONES, ACEPTARLAS Y REGULARLAS (ABRE TU MENTE, TÍO. SUBIRÁS DE NIVEL).
es la capacidad de reconocer los sentimientos y responder ante ellos sin juzgarse. Hay que ser capaces de analizar las emociones de uno mismo, expresarlas y transformarlas