A El Sea La Gloria Por Lo Que Hizo En Mi

Notas.

PROLOGO

¡A EL SEA LA GLORIA! ¡POR LO QUE HIZO EN MI!

Este es un libro motivacional, afirma la Fe y la seguridad de que no estamos solos, que hay un Dios soberano moviéndose en medio de nosotros. Y que tiene pensamientos de bien y no de mal para darnos el fin que esperamos.

Es una narración apasionante de la vida de una mujer que ama al Señor Jesucristo.

La formación que el Señor hizo en esta varona de Dios, es un camino por el cual todos los llamados al servicio del Rey de reyes y Señor de señores debemos atravesar, transcurriéndolo a la vez con la firme convicción de que un día veremos cara a cara la Gloria de Dios revelada a nuestras vidas.

Este libro está diseñado para dar luz espiritual a quienes lo lean, y para entender misterios revelados en la palabra de Dios.

Las experiencias que esta varona ha tenido con el Señor, son fundamentadas en la Biblia.

Una vez más el Señor Jesucristo, le muestra al mundo que es real y que cuando hay un corazón dispuesto, Él trabaja sin limitaciones.

Sea usted creyente o no, léalo, es una historia real que le conmoverá y animará, siempre y cuando lo lea con un corazón abierto.

Este libro le ayudará a entender, con más claridad, que los desiertos, están en los altos propósitos de Dios y que Él es un Dios de retribución, de restauración y de bendición para sus hijos que con amor y paciencia han pasado la escuela de la cruz.

Luz Henao

MAESTRA CEFORMI

CENTRO CRISTIANO ADONAY

NUEVA YORK

PREFACIO

Cuando era adolescente tenía muchas preguntas en mi corazón, ¿quién soy yo? ¿Para qué existo? ¿Cómo es el alma? En fin siempre pensaba en este tipo de preguntas.

En las noches meditaba en ellas y no le preguntaba al Señor, porque no le conocía, me preguntaba a mí misma.

Cuando llegó el tiempo en que me llamó mi Salvador Jesucristo, y me trasladó de las tinieblas a la luz admirable, todas las preguntas fueron contestadas.

¡Qué alegría, saber que Él nos formó desde el vientre de nuestra madre, que no le buscamos nosotros a Él, si no que el Señor nos buscó a nosotros, que ya nos conoció desde antes de la fundación del mundo.

Con mucho amor le presento este libro, sabe, son mis secretos con mi amado Señor Jesucristo, un largo camino de conocerle y experimentar su amor y protección, las experiencias vividas son una manifestación de su presencia y de su Unción.

Prepare su corazón, léalo con gozo y la disposición de sentir Su presencia, ría y llore conmigo, Tenga la certeza, que nuestro Padre Celestial tiene todo bajo su control, no es una casualidad que este libro este en sus manos, el bendito Señor, le prepara para propósitos altos.

Solo pido que reciba este libro de la misma manera en que fue escrito, con una mente totalmente abierta al Señor y su dirección.

Evalúe mis vivencias a la luz de la palabra de Dios, encontrará que mis experiencias, que las comparto con usted en este libro, son totalmente bíblicas.

Un día nos encontraremos y nos abrazaremos en el Reino de los cielos, donde estaremos juntos, glorificando el nombre del Señor.

Teresa Álvarez

Nueva York

Diciembre 15 de 2012

CAPITULO UNO

TESTIMONIO

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Apocalipsis 3:20

Cuando pienso que he pasado muchos años, sin conocer al amado Jesucristo, me digo, ¿Dónde se quedaron mis mejores años de mi juventud?, cuando pude haber hecho mucho en favor de la obra de nuestro Salvador. Y siempre han surgido las preguntas dentro de mi mente, Señor porqué no te conocí cuando era niña, cuánto tiempo desperdiciado, recordar la vida pasada sin Cristo, cómo le avergüenza, pensar que los ojos santos de nuestro Dios vieron tanta ofensa hacia Él, y que El, a cambio, nos llamó con cuerdas de amor, nos perdonó, nos limpió y nos guarda, nos tiene en el cuenco de su mano y nos lleva de victoria en victoria.

Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.

Ezequiel 36:31

Cuando llegué a conocer al Señor, tenía cuarenta años, era la mujer más incrédula, veía a las personas con la Biblia y les detestaba, les juzgaba y no les permitía que me compartan, me parecía una pérdida de tiempo, no creía en la existencia de demonios, me manejaba bajo mis propios criterios humanos, lógicos, y errados.

Hay camino que parece derecho al hombre, Pero su fin es camino de muerte.

Proverbios 16:25

Este era mi camino, cómo le doy gracias a mi Señor Jesucristo, que por su gran amor permitió, que lo conociera, le amara y viviera una vida tomada de su mano, para la gloria de mi Dios.

Un cierto día, vino a visitarme una amiga, que la voy a poner un nombre ficticio para cubrir su identidad. Magdalena estaba en condiciones terribles, pues a ella le había dado el Sida, esta enfermedad que en sus primeros indicios, no teníamos un conocimiento claro de su contagio, teníamos terror, esta amiga sufrió tanto con su familia, su esposo por no arrojarla a la calle, le instaló en un dormitorio aparte, vivía privada del amor de sus hijos, de su esposo y de sus familiares, el único lugar donde le abrieron las puertas fue en una iglesia cristiana, donde se vivía el amor de Jesucristo.

Un día vino a visitarme y cuando la mire en la puerta de mi casa, sentí miedo y terror que entrara a mi domicilio, pero más pudo mi corazón, en aquel tiempo diría lleno de humanidad para mi prójimo, la vi tan delgada y su faz tenía una aura de muerte, la hice pasar y preparé un desayuno para ella, cuando descansó, sacó de su bolso la Biblia y me dijo: ¡hermana, le estoy pidiendo a Dios, que si le sirvo para algo en esta vida! Que me sane del Sida y que me permita compartir su palabra a quienes más amo, y entre los que amo estás tú; me conmovió, y le conteste, si leerme la Biblia te satisface, ¡hazlo, yo lo hacía por ella, no por mí, según yo, estaba muy bien, no necesitaba la Biblia.

Mi amiga abrió la Biblia, recuerdo tan claro como que fuera hoy, la abrió en Mateo:

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Mateo 7:21

¿Cómo exclame! ¡Entonces nadie es salvo! ¿Quién hace la voluntad del Padre que está en los cielos? ¿Cómo saber Su voluntad? Pacientemente mi amiga, me explico que la voluntad del Padre que está en los cielos, está escrita en su palabra:

El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

Juan 14:24

Esto fue como el rema para mi vida, yo amaba a Jesús a mi manera, ¡allí comprendí, que no era a mi manera, sino a la manera de El!

Con mi amiga oramos y le entregué mi vida a mi Señor Jesucristo, cuando vine al Señor, yo no tenía problemas, vivía bien y tenía todo, no vine a buscarlo porque tenía aflicciones, yo vine por amor, porque sentí la necesidad de Él en mi vida, esto lo digo porque muchas personas creen que la Biblia es para ignorantes o para quienes están atravesando situaciones difíciles, quienes han venido al Señor por causas duras, lo han hecho bien, es el único lugar donde encuentras lo que necesitas, a los pies de Cristo, pero no se debe generalizar.

El siguiente paso fue correr a comprarme una Biblia, comencé a leerla y cada vez que la leía, me postraba de rodillas y le pedía perdón al Señor, por la dureza de mi corazón y por haber pensado tan mal de los hermanos, que leían la bendita palabra del Señor.

El Señor en su misericordia, me fue sacando de todos mis errores.

Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.

Juan 14:24

Como había expresado antes, yo no creía en la existencia de demonios, esta vez mi amiga, se empeñó, en que fuéramos a una vigilia, nunca antes había asistido a una, cuando llegamos al lugar, fue impresionante para mí, encontrar a unas ciento veinte personas reunidas en un gran salón, alabando a Dios y glorificando su nombre, me sentí bien, me integre a alabarle al Señor.

De pronto paró la alabanza y se hizo un silencio profundo, el Pastor se dirigió al púlpito y dijo esto:

Hermanos si alguien de ustedes tiene hoy alguna aflicción sería bueno que pase adelante y nos manifieste para orar por esta causa, la oración tiene poder y hoy el Señor hará grandes milagros, porque donde están dos o tres reunidos en su nombre, allí está el Señor y Él ahora está en medio de nosotros.

Pasó una mujer, tenía un gran dolor en su corazón, ella dijo esto: Hermanos les pido que oren por mí, tengo dos hijas y ellas me odian, yo no me alimento en mi casa en la noche que llego de mi trabajo, porque cuando llego a casa, mi parte de la cena la tiran a la basura, y veo que tienen un gran desprecio para su madre. Seguido de esto, pasó una de sus hijas y expreso lo siguiente: Hermanos oren por nosotras, porque odiamos a nuestra madre, no entendemos que está pasando, ¡madre! le pido perdón por nuestra mala actitud con usted, que esta noche el Señor transforme nuestros corazones.

A continuación pasó la otra hija y dijo: Quiero pedir perdón a mi madre públicamente porque yo golpeó a mi madre, yo no quiero hacerlo pero hay algo que me incita a pegar a mi madre.

El Pastor pidió a todos los asistentes que hagamos un circulo y que la familia se quede en el centro y orar por ellos, cuando el Pastor comenzó a orar, paso algo asombroso, la joven que agredía físicamente a la madre, se levantó del piso aproximadamente un metro y medio, y cayó pesadamente, y comenzó a hablar una voz de un hombre de unos setenta años, en una joven de 16 años, esta voz decía: ¡no me saquen, esta es mi casa y no quiero dejarla!, los hermanos oraron fuertemente, eso fue una guerra espiritual muy severa, mientras los hermanos oraban, la joven se lanzó por el piso y hacía movimientos que se asemejaban a una serpiente, se halaba el cabello, se arañaba,se mordía, y gritaba desesperadamente, pero al cabo de unos cuarenta minutos, este espíritu se fue, yo pude percibir que el salón se llenó de un olor a azufre bien fuerte. ¡Comprendí que era verdad la existencia de demonios!, oré y le agradecí al Señor por haber abierto mis ojos espirituales y le dije a Jesús, que nunca más quería soltarme de su mano.

Tenía tanta intriga sobre el tema que fui a buscar los respaldos bíblicos y los encontré, citaré unos pocos:

Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el Cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

Apocalipsis 12:7-9,12

Saber esto fue lo que marcó mi vida, saber que este mundo está plagado de espíritus malignos, que son perversos, que son enemigos de Jesús y de su creación, que están aquí, para matar, robar y destruir,esto abrió mis ojos espirituales y entendí que el ser humano vive una guerra diaria, la persona que ha tenido la bendición de tener la luz espiritual, está en la capacidad de defenderse, pero aquellos que nunca han leído la bendita Palabra del Señor, están en ignorancia sobre este tema y no saben ni entienden las razones por las que viven, vidas destruidas en el alcohol, en la droga, en la prostitución etc.

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de