Innegable atracción
Por Melissa McClone
()
Información de este libro electrónico
Becca Taylor había trabajado muy duro para superar un pasado difícil. Había empezado una nueva vida y cuando Caleb Fairchild irrumpió en su vida, la atracción que ambos sintieron resultó ser lo último que necesitaba.
Caleb había aprendido la lección de la forma más dura, y nunca volvería a confiar ciegamente. Sin embargo, no podía evitar sentirse atraído por Becca. Cuando los secretos de ella salieron a la luz, la traición parecía inevitable… a menos que la verdad consiguiera resquebrajar las paredes de hierro que él había construido alrededor de su corazón.
Melissa McClone
Wife to her high school sweetheart, mother to two little girls, former salon owner - oh, and author - Jules Bennett isn't afraid to tackle the blessings of life head-on. Once she sets a goal in her sights, get out of her way or come along for the ride...just ask her husband. Jules lives in the Midwest where she loves spending time with her family and making memories. Jules's love extends beyond her family and books. She's an avid shoe, hat and purse connoisseur. She feels that her font of knowledge when it comes to accessories is essential when setting a scene. Jules participates in the Silhouette Desire Author Blog and holds launch contests through her website when she has a new release. Please visit her website, where you can sign up for her newsletter to keep up to date on everything in Jules's life.
Lee más de Melissa Mc Clone
Un amor de cine: Historias de Larkville (5) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBoda con el hombre perfecto: En Las Vegas (4) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Perder y ganar: Bodas (2) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con Innegable atracción
Títulos en esta serie (100)
Ocurrió en Venecia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Bajo el muérdago Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Rescatar un corazón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Corazón de madre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Algo tan irresistible: Duos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un bello romance Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Más de cien besos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl hogar del corazón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSecretos en palacio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Papá por error Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Esposa a medida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La mejor proposición Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Conspiración para dos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Regalo de Navidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHuyendo del hombre perfecto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un retorno inesperado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El sueño de su vida: El deseo de un padre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La mejor familia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El fin de los sueños Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl valor de un millonario Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Princesa a la fuga Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn amor persuasivo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dos bodas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los planes del jefe Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los besos del jefe Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Bajo la superficie Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una larga espera Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Amantes de nuevo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El sueño más real Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Futuro incierto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Libros electrónicos relacionados
Creer en la pasión Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El sueño más real Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sueños hechos realidad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sin condiciones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMás fuerte que el temor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo mereces mi perdón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl amor late bajo el terciopelo azul Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La amante cautiva Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Entre el odio y el amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un amor por navidad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Primavera en el corazón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa capilla nupcial: Tu invitación al romance, #2 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn hombre para recordar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mirada del amor: Libro del Amor, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna noche de ensueño Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn brazos de lo desconocido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBahía Kismet: Antología De Cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLegalmente casados Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn regalo para siempre Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La prueba de ser princesa Calificación: 3 de 5 estrellas3/5BAJO SOSPECHA Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Otro Lado del Silencio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOtra vez en sus redes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl regreso de Melanie Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mejor sorpresa: Para siempre (1) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Miedo a amar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Aquellas noches de verano: (Cool for the Summer) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Marido y mujer? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMás que agua Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHijo de la venganza Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Romance para usted
La Luna Que Él Rechazó: La mestiza del Rey Alfa Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Microrrelatos calientes Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Esposa por contrato Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Dos Mucho para Tí Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El protector Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Después de Ti: Saga infidelidades, #1 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Arte de amar Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Contrato con un multimillonario, La obra completa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Asistente Virgen Del Billonario Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tú de menta y yo de fresa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5A solas con mi jefe Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los amigos no se besan Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Llámame bombón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cómo besa: Serie Contrato con un multimillonario, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Luna Que Él Rechazó: Volumen 2 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Besos a medianoche Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un orgullo tonto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El secreto de tu amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La señora Dalloway Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Obras - Coleccion de Guy de Maupassant Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Posesión: La compañera verdadera del alfa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El manual para enamorarse Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSiempre fuiste tú Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Y si te toco yo? Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuento de Navidad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Jules Verne - Obras completas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Salir a ganar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Lo que tantas veces te dije Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Comentarios para Innegable atracción
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Innegable atracción - Melissa McClone
Editado por HARLEQUIN IBÉRICA, S.A.
Núñez de Balboa, 56
28001 Madrid
© 2013 Melissa Martinez McClone
© 2014 Harlequin Ibérica, S.A.
Innegable atracción, n.º 2538 - enero 2014
Título original: The Man Behind the Pinstripes
Publicada originalmente por Mills & Boon®, Ltd., Londres.
Publicada en español en 2014
Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial. Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.
Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.
® Harlequin, Jazmín y logotipo Harlequin son marcas registradas propiedad de Harlequin Enterprises Limited.
® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia. Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.
Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited. Todos los derechos están reservados.
I.S.B.N.: 978-84-687-4121-5
Editor responsable: Luis Pugni
Conversión ebook: MT Color & Diseño
Capítulo 1
EL INCESANTE ladrido procedente del patio posterior de la mansión confirmó las sospechas de Caleb Fairchild. Su abuela estaba con los perros.
Masculló un juramento y apretó el botón del timbre. Una alegre sinfonía empezó a sonar, ahogando los ladridos. Ni Mozart ni Bach eran suficientes para Gertrude Fairchild, la mujer que había fundado una próspera empresa de cosmética y cuidados para la piel junto a su difunto marido en Boise, Idaho. Ella tenía que tener una pieza por encargo de un reputado compositor neoyorquino.
Caleb estaba allí para poner fin a esa loca fascinación por el mejor amigo del hombre. Era la única forma de salvar Fair Face, la empresa de la familia. La puerta de entrada se abrió. Una bocanada de aire frío le golpeó en la cara. El perfume de su abuela, siempre floral, estaba en todas partes.
La abuela...
Sus rizos cortos y blancos rebotaban en todas direcciones. Parecía que tenía cincuenta y siete años, en vez de setenta y siete.
–¡Caleb! He visto tu coche en las cámaras de seguridad, así que le he dicho a la señora Harrison que ya abría yo –las palabras salían de su boca a toda velocidad–. ¿Qué estás haciendo aquí? Tu asistente me dijo que no tenías tiempo libre esta semana. Es por eso que te mandé por correo las muestras de los productos caninos.
Caleb no esperaba que se alegrara tanto con su visita. Le dio un beso en la mejilla.
–Nunca estoy demasiado ocupado para ti.
Sus pupilas azules bailaron de alegría.
–Esto es toda una sorpresa.
Caleb sintió un sudor frío por la espalda. Era una pena no poder achacarlo a ese caluroso día de junio. Por muy profesional que quisiera parecer, a la abuela no le iba a gustar lo que tenía que decirle, pero se ajustó la corbata y la chaqueta del traje de todos modos.
–No he venido a hablarte como tu nieto. Tengo que hablar contigo como presidente de Fair Face.
–Oh, cariño. Yo te crié. Siempre vas a ser mi nieto.
Sus palabras le golpearon como un puño. Se lo debía todo a la abuela.
La anciana abrió aún más la puerta.
–Entra.
–Bonito sari.
La abuela posó un instante.
–Lo tenía olvidado en el armario.
Caleb entró en el vestíbulo.
–Hay que tener un poquito de Bollywood en el fondo del armario, ¿no? –le dijo.
–Claro –Gertie Fairchild cerró la puerta–. Vamos a charlar al patio.
Caleb miró a su alrededor. Algo había... cambiado. Las obras de arte, dignas de los mejores museos, estaban donde debían estar. Los juguetes de perro, tirados sobre el brillante suelo de parqué, estaban como nuevos. Pero lo que más esperaba ver no estaba en su lugar.
–¿Dónde están...?
–En el salón.
Fue hacia la esquina. Las replicas de los portaviones de la marina de los Estados Unidos, de casi un metro de alto, estaban metidas en una flamante vitrina de madera. Tocó la cubierta del USS Ronald Reagan. Familiar, reconfortante, hogar...
–He hecho algunos cambios por aquí –le dijo la abuela desde detrás–. Pensé que debían estar en un sitio mejor que no fuera el vestíbulo.
Caleb se volvió hacia ella.
–Al abuelo le hubiera encantado.
–Eso pensé yo también. ¿Has comido?
–Piqué algo durante el camino.
–Entonces tienes que tomar postre. Tengo tarta. La hice yo misma –puso su delgada y venosa mano sobre el brazo de Caleb–. De zanahoria, no de chocolate, pero está muy buena.
–Tomaré un poco antes de irme.
La anciana esbozó una sonrisa de satisfacción. Por lo menos uno de los dos era feliz.
Ya de vuelta en el vestíbulo, Caleb le dio una patada a una pelota de tenis.
–Es un milagro que no te rompas la cadera con todos estos juguetes de perro por ahí.
–Puede que sea vieja, pero todavía me siento ágil –la mirada de la abuela se suavizó. Se tocó el corazón–. Dios, cada vez que te veo, me recuerdas más y más a tu padre. Que Dios le tenga en su gloria.
El estómago de Caleb se retorció como si acabara de comerse unas cuantas alitas picantes de Búfalo. Se había esforzado mucho por no ser como su padre; un hombre que no había querido saber nada de la empresa familiar, que se había dedicado a despilfarrar el dinero... un hombre que había muerto en un violento accidente de lancha cerca de Cote d’Azur con su novia del momento.
La abuela le miró de arriba abajo.
–Pero tienes que dejar de vestirte como un forense.
–No empieces con eso de nuevo –Caleb levantó la barbilla y fue tras ella.
–A juzgar por las fotos que pones en Facebook, te vestiría como a un héroe de acción fornido y curtido, de esos que van sin camisa.
Pasaron por el comedor. Dos enormes lámparas de araña colgaban del techo justo por encima de la mesa de caoba con capacidad para veinte comensales.
–Eres un hombre guapo. Tienes que venderte mejor.
–Soy el presidente. Tengo una imagen profesional que mantener.
–No hay ninguna política corporativa que diga que tienes que llevar el pelo tan corto.
–Este corte me sienta bien, dada mi posición.
–Y los trajes son otro tema distinto. Esa corbata es demasiado sosa. El rojo es poder. Tenemos que ir de compras. Las chicas hoy en día buscan el pack completo. Eso incluye llevar un buen corte de pelo y vestir bien.
Caleb apretó los labios. Ir de compras con la abuela no podía ser un buen plan.
Entraron en la cocina. Había una cesta llena de fruta y una tarta sobre la encimera de mármol. Algo de comida se hacía lentamente al fuego. El aroma a albahaca llenaba la estancia. Todo era normal, pero la visita a casa no estaba siendo lo que esperaba en un principio.
–A las mujeres lo único que les importa es el saldo de mi cuenta bancaria.
–A algunas, no a todas –Gertie se detuvo y le apretó la mano, tal y como había hecho siempre–. Encontrarás a una mujer que te quiera como eres.
Iba a ser difícil, sobre todo porque no estaba buscando nada, pero eso no iba a decírselo a la abuela.
–Me gusta estar soltero.
–Bueno, pero tendrás que tener alguna aventurilla de vez en cuando, o amigas con derecho a roce.
Caleb se encogió por dentro.
–Ya veo que pasas demasiado tiempo en Facebook.
De repente se dio cuenta de algo. Hablar de sexo con la abuela debía de ser más fácil que hablar de los productos de cosmética para perro.
La anciana apoyó las manos en las caderas.
–Me gustaría tener nietos algún día, mientras todavía me queden fuerzas para tirarme en el suelo y jugar con ellos. ¿Por qué crees que diseñé esa línea de productos orgánicos para bebés?
–Todo el mundo en la empresa sabe que quieres nietos.
–Pues claro que sí, como cualquier señora mayor –levantó las palmas de las manos y sus pulseras de oro tintinearon–. Tu hermana y tú no tenéis ninguna prisa por darme nietos mientras estoy viva.
–¿Te imaginas a Courtney haciendo de mamá?
–Todavía tiene que crecer un poco –admitió la abuela.
Entró en la sala de estar, con sus enormes butacones de cuero y la televisión panorámica. Había tantos libros en las estanterías como para abrir una biblioteca.
–Aunque a ti tengo que reconocerte algo de mérito. Por lo menos le propusiste matrimonio a esa cazafortunas de Cassandra.
El aluvión de recuerdos tomó a Caleb por sorpresa. La había conocido durante una cena benéfica. Era lista, sexy como un demonio y sabía de qué hilos tenía que tirar para convertirse en el centro del mundo. Le había hecho sentirse como un guerrero, nada que ver con el empresario que era en realidad.
En un principio no tenía pensado casarse, pero ese ultimátum tan bien calculado le hizo morder el anzuelo. Le pidió matrimonio con un despampanante anillo de diamantes de tres quilates, pero el engaño no tardó en salir a la luz.
–La señorita cazafortunas no era tonta. Se negó a firmar el acuerdo prematrimonial que había sido acordado, engañándote, y contrató a un abogado para el divorcio antes de dar el «sí, quiero». No me extraña que te dé miedo salir con mujeres.
Caleb se puso erguido.
–No tengo miedo.
Era cierto, pero quería ser cauteloso.
Después de la negativa de Cassandra, tuvo que cancelar la boda