Amor a segunda vista

Índice

Argumento.....................................Pág. 3

Capítulo 1.......................................Pág.4

Capítulo 2.......................................Pág.15

Capítulo 3.......................................Pág.27

Capítulo 4.......................................Pág.39

Capítulo 5.......................................Pág.50

Capítulo 6.......................................Pág.60

Sinopsis

1821: CLARISSA DANFORD es una joven de buena familia que desde pequeña ha sido comprometida con el hijo de otra familia tan adinerada como la de ella. Pero su amor, Lord Rowny Nicholson, Vizconde de Bromley, decide romper el compromiso, porque se ha enamorado de otra mujer, que no tiene la clase, ni la condición social de Clarissa. Con el pasar del tiempo, ella conoce a David; un hombre completamente distinto a Rowny, con una forma de ser directa y sin tacto alguno para decir y hacer las cosas. Clarissa no puede ni verlo, pero él en cambio queda prendado de ella, desde que la conoce.

Sus caminos se cruzarán, y por un momento de confusión, quedarán señalados por la sociedad que no les dará más opción que casarse. Ella siente que su vida terminó y resignada a una vida aburrida y muy seguramente llena de desamor, ignora que todavía le falta mucho por conocer de su esposo.

¿Podrá Cupido hacer su magia para que ella decida dejar sus prejuicios de lado y quiera darle una oportunidad al amor? ¿Podrá David tener la suficiente confianza en su esposa para luchar por su matrimonio?

Capítulo 1

CLARISSA ESTABA EN su habitación, llorando por la crueldad de la vida. ¿Cómo era posible que ella se hubiera enamorado de un hombre que ponía sus afectos en una mujer un día y al día siguiente en otra?

Rowny la había dejado por Regina Kirby, la hija del dueño de una librería. Ella todavía no podía creerlo esa chica insípida con cabello rojo como un incendio, que era más propio de una cortesana que de una mujer decente. En su vida, se había imaginado que pasaría por una vergüenza como esa.

Rowny Nicholson, vizconde de Bromley, era el hombre perfecto para ella, de sangre noble, modales perfectos, caballero, amante de la equitación al igual que ella y enormemente rico. Sin hablar de que era muy apuesto, su cabello rubio y sus ojos azules, le daban un aire de dios griego y su cuerpo atlético, más no robusto, siempre le había parecido extremadamente elegante. Habrían hecho una pareja hecha en el cielo, como decían, pero el muy descarado, después de cortejarla y de estar comprometidos en matrimonio por acuerdo de sus familias, ahora le salía con que su corazón no podía amarla, porque le pertenecía a otra.

Clarissa estaba segura de que jamás podría salir a la calle.

Sabía que todo el mundo hablaría de ella.

Alguien llamó a la puerta— ¿Puedo pasar? —era su madre.

—Sí, adelante, madre.

—Hija, me preocupa verte tan acongojada. Nosotros siempre quisimos emparentar con la familia del vizconde, pero tú eres una mujer hermosa, apenas tienes 19años. Todavía tienes tiempo, para encontrar un esposo, pero sobre todo alguien que te agrade y te haga olvidar todo esto.

—Madre—sus ojos llorosos—Jamás podré olvidar a Rowny.

—Claro que lo harás. Siempre pensamos que lo malo que nos pasa es eterno y la desdicha no se irá, pero nada mejor que el tiempo para que todo se olvide—se acercó a ella y la abrazó.

— ¿Crees de verdad que me vuelva a enamorar?

—Estoy segura, mi niña—le dio un beso—ahora, lo que haremos será ir una mañana de compras, eso alegra el humor de cualquier mujer. Tengo varias invitaciones a bailes, me gustaría que las vieras y me dijeras cuales vamos descartando y a cuáles asistiremos.

—No madre, creo que ahora mismo, me gustaría, estar en casa o salir tal vez al campo. No quiero ver a nadie

La mujer lanzó un suspiro resignado—Está bien, veré que podemos hacer para que te tomes un tiempo, después de todo lo que ha sucedido, no creo que tu padre te lo niegue.

Clarissa estuvo dos meses en la casa de campo de su familia. Allí estuvo invitada a varios eventos, pero tampoco allá quiso asistir. Sus padres la dejaron hacer, sin decirle nada. Sabían lo afectada que estaba con la disolución de su compromiso, pero cuando volvieron a la ciudad, tuvieron la excusa perfecta, para que ella saliera de su encierro. Una mañana estaba tomando su desayuno, cuando su madre de manera muy discreta, le insinuó sobre el evento del momento.

— ¿Cuál sería ese evento, madre? —le preguntó cansada de escucharla parlotear.

—Bueno, resulta que la Duquesa viuda de Hertford hará una fiesta por el regreso de su hijo menor Henry, que viene convertido en capitán.

—Oh sí, creo que lo recuerdo. Estudiaba con el primo Ed, peo luego su padre se lo llevó a hacer carrera militar.

—Dicen las malas lenguas, que el muchacho era terrible, hacía todo tipo de cosas indebidas, se juntaba con gente de dudosa reputación y su padre viendo el futuro, que se esperaba a su hijo, decidió llevarlo a donde le dieran disciplina.

—Yo creo...Me imagino que habrá cambiado.

—Dicen que es todo un caballero, pero las mujeres le llueven y el simplemente dice que no está hecho para el matrimonio— luego rio—Todos dicen lo mismo hasta que encuentran la mujer correcta—le lanzó una mirada significativa a su hija.

Ella la vio y enseguida empezó a objetar—Ohhh no, madre, ni por un segundo crea que me va a llevar allí para exhibirme delante de ese hombre.

Ese hombre, es el futuro duque de Hertford, así que obviamente quiero verte con él.

—Nadie sabe si quiere casarse en este momento y si hay algo seguro, es que yo no quiero tener noviazgo con nadie por el momento.

—Clarissa, ya ha pasado un tiempo.  Tu padre y yo, hemos permitido este comportamiento tan impropio de ti, porque quisimos respetar tus sentimientos, pero ya es suficiente—le dijo tajante—No tendré una hija solterona.

— ¿No se supone que, con 19 años, tengo una vida por delante y tiempo para conocer a alguien?

—Sí, sí, eso fue lo que dije, pero no por eso, vamos a desperdiciar el tiempo. Solo será una presentación en ese baile, luego estamos invitados a Bath, a casa de tus tíos y de paso podrás estar en el spa y relajarte.

Clarissa cansada de la insistencia de su madre, aceptó—Está bien madre, vamos al baile, pero prométame, que