El perdón

A mis padres Carmen y Claudio por haberme dado mi fortaleza y aprendizaje.

Gracias por ser grandes maestros

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A mi hija Blanca para que encuentre lo que debe aprender

AGRADECIDO:

A Joaquina Fernández. Eterno agradecimiento por haber hecho posible la persona que soy. Gracias a su sabiduría y generosidad en la entrega de sus conocimientos este libro ha sido posible. Ella fue una muestra viva de lo que es perdonar.

A Mariola Pusz, mi compañera y sufridora de mis eternas proyecciones por su paciencia acompañándome en este camino.

A Mª Jesús Gordo por su incondicional entrega a las revisiones de este y todos los libros que voy publicando.

A todas las personas que con mayor o menor intensidad se han cruzado en mi vida, por los intercambios de proyecciones y aprendizajes que me han llevado a donde estoy ahora.

"He querido culpar a todas las personas que me han rodeado, que han estado más cerca o menos cerca.

Eso ha hecho de mi una persona con grandes recuerdos, con momentos muy, muy, muy importantes, que han considerado y han sido considerados como los artífices de esta persona que soy.

Desde hace exactamente unos 3 años el sentido del rencor desapareció de mi vida y apareció el deseo de volver a mi casa y mi casa es el amor, lo cual quiere decir que he empezado a trabajar exhaustivamente en deshacerme de todo aquello que no me era útil. Cuando me deshice de todo lo que no me era útil, desapareció de mi vida la obsesión, desapareció de mi vida la pérdida de contacto con el fracaso y, sobre todo, el deseo de morir.

Sin embargo, no apareció de una forma consistente el deseo de vivir, lo cual quiere decir que lo único que había hecho, era una parte del camino. Hoy quiero compartir la siguiente parte del camino: qué es, qué sería de nuestra vida, si en lugar de mirar el lado oscuro mirásemos el lado de luz."

Joaquina Fernández

Cita recogida en el Taller de El Perdón (2 de julio de 2011)

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Al salir por la puerta hacia mi libertad supe que, si no dejaba atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, seguiría siendo un prisionero

Nelson Mandela

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN      23

1   REVISIÓN DEL RENCOR    29

Antecedentes sobre el rencor

Enfermedades y rencor

2   CREENCIA EN LA CARENCIA Y EN LA

SEPARACIÓN      45

Los dos mundos y las dos mentes

Sentimiento de carencia

Evolución del rencor de 0 a 24 años

Culpa, miedo y castigo

El rencor como resultado de la creencia en los niveles

3   VISIÓN DEL RENCOR Y SU PROCESO  71

Odio y rencor

Decisiones y rencor

Visión del rencor

Proceso del rencor

4   PROYECCIÓN COMO MEDIO DE ATAQUE  109

Forma

Contenido

Reconocimiento de los contenidos, superación de las formas

5   ACTIVACIÓN DEL PERDÓN    125

El perdón

Valores

Creencias

El perdón y la neuroplasticidad

Proceso del perdón

Patrón del perdón

6   CICLO DEL PERDÓN     209

Ver la carencia

Aceptar que culpas a tus padres

Cambiar parando el ataque

Actuar decidiendo qué hacer para vencer el error / carencia

Liberarte de toda culpa

7   VISIÓN DEL PERDÓN      221

Perdón a la pareja actual

Perdón a la primera pareja

Perdón a tus hermanos

Perdón a tus padres

Perdón a ti mismo

Perdón a Dios

Conclusión al perdón

8 MEDIOS PARA EMPLEAR EN EL PROCESO DE

PERDONAR       265

Distinguir entre autoestima y confianza

Confianza

Tolerancia y paciencia

Conciencia e interiorización

Seguridad y decisión

Liberación del pasado

Aceptación de tu compleción

9   EL GOZO DE PERDONAR    279

La toma de decisiones como introducción al perdón

Qué es gozar

3 maestros y 12 pasos

Autoconocimiento

Autorregulación

Automotivación

Autodepuración

10   EL AMOR Y EL PERDÓN    313

Primer pilar del amor personal (el oído)

Segundo pilar del amor personal (la vista)

Tercer pilar del amor personal (el tacto)

Cuarto pilar del amor personal (el gusto)

Quinto pilar del amor personal (el olfato)

EL POR QUÉ DE ESTE LIBRO

Este libro, como algunos de sus predecesores, surge de la necesidad de compartir un doble camino. Por un lado, lo aprendido a lo largo de 20 años de trabajo mano a mano con Joaquina Fernández, preparando cursos, talleres y seminarios sobre este tema, y la asistencia como alumno a los mismos. Y por otro lado la aplicación a mi vida de todo lo aprendido relacionado con el perdón.

Primero trabajando con ella y después en mis formaciones y trabajos con empresas y organizaciones, he encontrado a muchas personas: jóvenes, adultos, mayores... inteligentes, torpes, alegres o tristes... Sea cual sea la condición de las personas con las que he trabajado, he observado que estaban mas centradas en todo lo que hacían mal, y mucho menos en aquellos valores que eran sobresalientes y que les darían la oportunidad de vencer miedos, frustraciones o cualquier dificultad personal, profesional o social.

Todas ellas estaban centradas en el recuerdo doloroso del pasado donde alguien o algo había incidido en su situación actual.

Estos talleres y las experiencias profesionales sumadas a las que yo he vivido en mi vida personal han conformado un camino de perdón que culmina en este libro, cuyo objetivo es entender claramente el sentido del perdón. Es importante ya que en este mundo solo se puede vivir desde el sentido del perdón, no existe el amor. Entender el principio del perdón parte de entender que solo se puede vivir en el perdón y no en el amor a los demás. El único amor que existe en este mundo es a nosotros mismos y cuando vivimos el amor a nosotros mismos, lo proyectamos.

Vivir el perdón quiere decir: yo vivo este instante contigo, no hay nada más detrás y lo que venga por delante sucederá. Al no existir ninguna relación que no esté vinculada a otra relación en este mundo, no podemos vivir desde el amor a alguien. El amor no es a una persona concreta, sino a todas las personas que han vinculado mi mirada con respecto a esa persona concreta.

Mi planteamiento del perdón es que cuando yo miro a una persona específica, recuerdo a todas las personas que han actuado como esa persona en mi vida. ¿Amo a esta persona? No; la perdono. Y eso quiere decir que la libero de todos mis recuerdos y solo me planteo el recuerdo que nos hace crecer. Eso es perdonar. Todas las dificultades que hemos tenido con hombres, mujeres o niños, son las dificultades que nos hemos planteado por no haber perdonado desde el inicio.

Eso no quiere decir que nos han hecho algo, sino que el recordar tiene dos formas: recordar liberado, que sería el perdón; o recordar con resentimiento, que es el rencor. Nos miramos unos a otro como un recuerdo positivo o no de nuestra vida pasada.

Perdonar es tener un recuerdo positivo de la persona con la que estás. Esto es, unirte a todos los recuerdos de amor que has tenido en tu vida, es decir, a todos los recuerdos donde te has expresado a ti mismo en el otro.

Si yo miro a las personas desde todo lo que me han dado mis padres, desde todo lo que he recibido de ellos no cuestionándomelo, y viviéndolo plenamente, mi mirada hacia los demás es de perdón. Por otro lado, si miro a los demás recordando todos los momentos de dolor que he vivido, quiere decir que miro a los demás únicamente con resentimiento.

Pensemos durante un instante quienes son las personas a las que más amor tenemos en este momento. Ellas son las personas a las que más hemos perdonado en este momento. Si en el recuerdo de estas personas hay un solo momento negativo, no estamos en el perdón. Debemos cultivar la capacidad de almacenar todos los recuerdos positivos sobre alguien, en nuestro cerebro. Debe existir, y tenemos que encontrar, un hilo de Ariadna que nos conduce a través de todos los pensamientos positivos sobre esa persona.

¿Por qué trabajar el perdón?

Porque es la puerta para entrar en el amor a los demás, pero sobre todo en el amor a ti mismo. Después de estos años de experiencia profunda y continuada con personas que viven infelices, doloridas y sensibles a todo lo que les rodea, pude comprobar que sólo cuando se conocen y asumen los cambios que favorecen su Autoaceptación surge el bienestar y la motivación a hacer cosas para ellos y para el entorno.

Los primeros trabajos tienen que ver con la vida pasada y los rencores a sus padres, familia, vivencias infantiles etc. Una vez identificados las repeticiones de comportamientos y las actitudes poco constructivas vamos penetrando en el trabajo con uno mismo y en la verdadera revisión. Quién soy yo y qué he venido a hacer aquí es una cuestión muy repetida en las sesiones de coaching o de cualquier trabajo personal. La respuesta no existe y la justificación es el miedo al fracaso.

Una y otra vez contesto que el fracaso ya está, ya lo hemos vivido, ahora sólo puede llegar el éxito. Lamentable la mayoría de las personas no saben quiénes son y sin embargo conocen todas sus miserias.

En la última formación que realicé en una organización cuando les pregunté cuáles eran sus cualidades me miraron como si hubiera dicho una gran infamia. Los 10 ingenieros que estaban frente a mi no daban crédito. ¿Cómo me podía permitir preguntar sobre algo positivo si venía a dar una formación sobre habilidades personales para potenciar su desempeño?

El perdón tiene su máximo esplendor cuando nacemos y su mínima expresión en la actualidad.

Cada día desde nuestra concepción vamos acumulando experiencias que nos arrinconan en comportamientos que nada tienen que ver con nuestra esencia real.

Somos un cúmulo de fuerza, movimiento, claridad, acción y plenitud y sin embargo los reflejos equivocados en los que nos miramos nos convierten en imágenes distorsionadas a las que obedecemos sin saber por qué ni para qué.

Si miramos nuestro cuerpo, la decadencia en la que vamos cayendo, el deterioro externo e interno, nos daremos cuenta de que estamos poniendo el foco en lo que no funciona y nos estamos aislando de nuestra realidad, que es la fortaleza y el plan para que esté activa de continuo. Sólo estas palabras no llevarán a sentir la presión de lo continuo, del compromiso, de la falta de libertad que parece presagiar el estado de conciencia presente y activo. Sin embargo, en la medida que tenemos nuestra mente conectada a nuestras fortalezas todos nuestros recursos laboran a favor de nuestros retos y logramos de este modo alcanzarlos con las materias propias, con nuestros activos más vivibles y más asequibles por ello.

Estás leyendo este libro porque ya ha pasado el tiempo de mirarte dentro, de equivocarte y ahora necesitas tomar conciencia de la belleza que tenías dentro escondida y sin emplear. Belleza que está activa sin duda con una mezcla extraña de errores y penalidades que no tienen sentido más allá que por el deseo de sufrir para justificar el no avance.

Nuestra percepción completa es de una capacidad cognitiva que nos permite cambiar lo que no sirve por lo que sí desde un sitio de privilegio. Pongamos la mente en lo que puede ser y no en lo que fue, en lo que tenemos y en ningún caso en lo que no. El rencor, los recuerdos, las basuras sólo sirven para seguir parados.

INTRODUCCIÓN

El perdón está ligado a reconocer tu esencia divina. Tu esencia previa a todo. Es identificar para siempre tu Yo, ajeno a tu alrededor, a lo que hacen los demás, a lo que has vivido, al dolor o la alegría.

El rencor está conectado a tu identidad familiar. Es quizá esto lo más duro que vas a encontrar en este libro. Seguramente estás pensado que vas a tener que analizar a tu familia para perdonar a alguno de tus progenitores, comprender su esencia maligna y disculparla. Te has equivocado.

Vas a ir a tu encuentro familiar, aunque en ningún caso para revisar las maldades o bondades de aquellos a los que tuviste la suerte de encontrar para darle sentido a esta vida. Tu existencia recibe un sentido específico gracias al lugar del que procedes, junto con otras variables que están contempladas como una repetición de tu origen.

Seguramente descubrirás cosas que pasaron, para identificar la utilidad que tuvieron para ti. Este libro quiere que retomes el conocimiento de que tú eres el artífice de tu destino, tanto para alcanzar el perdón, como para sumirte en tu rencor.

Rencor y perdón conviven en ti con la misma fuerza y con la misma intensidad. El primero está asociado a tu crecimiento y los obstáculos que has percibido, y el perdón a tu origen vital y al aprovechamiento que tú le das día a día.

Tienes todo el rencor que has podido acumular en tu negación a aprender. También tienes tanto amor personal como hayas activado tu potencial y lo hayas compartido con tu entorno, agradeciendo a la persona que te lo muestra, para que recuerdes que es tuyo y viene de mucho más allá.

Piensa si este proceso te resulta atractivo. Vas a caminar por un sendero que, siendo sencillo y rápido, te llevará a transitar por zonas que has inundado de piedras, de grietas y de dificultades. Habrá momentos en los que el camino será ligero y fluirás. En otros instantes notarás que los pies se niegan a andar y tus fuerzas se minimizan. Recuerda que tú haces el camino fácil, y tú lo enredas.

En realidad, solo existe tu potencial y un solo aprendizaje que se hace continuo en la vida. Cuando hay una negación al aprendizaje, el potencial va mermando y la mente se inunda de recuerdos. Todos ellos giran alrededor de un mismo tema y en realidad podrías decir que tienes un miedo o un enfado que se muestra a través de diferentes imágenes o recuerdos. Muchas de estas imágenes tienen tanta fuerza que marcan los hitos más importantes de tu vida, haciendo de ella un martirio.

Cabe que te hagas las siguientes preguntas:

¿Qué sería de tu vida si en vez de mirar el lado oscuro mirases el lado de luz?

¿Qué pasaría si en lugar de centrarte en lo que no tienes agradecieras todo lo que tienes?

¿Qué sería de ti si en vez de juzgar al padre que no te ha gustado, pensaras en el que te lo ha dado todo?

Este libro va de eso, de fijar la vista en lo que eres y abrirte a aprender lo que admiras, venciendo el miedo a quedar en evidencia y que puedan dejar de quererte.

El trabajo del rencor te conmina a recordar situaciones de resentimiento y a buscar la disculpa o el entendimiento de estas, revisión que te sume nuevamente en el dolor y te aleja de tus metas.

Actuar para vivir en el perdón es necesario e imprescindible si quieres avanzar en el propósito de tu vida y sentirte libre, más allá de lo que otros te hicieron y de todo bloqueo. La propuesta de este libro es buscar actuaciones que, estudiadas desde ti mismo, impidan que llegues a activar el resentimiento o el rencor.

Activarás una mirada al sentido trascendente de tu vida, que va más allá de lo que te han hecho, y que te permitirá decidir para lograr las metas más elevadas en tu relación con los demás.

Perdonar es una decisión de vivir en la luz. Es necesario decidir porque negarse al perdón indica miedo, cobardía, necesidad de vivirse separado e infeliz. En sí mismo el perdón habla de purificación de tu mirada, de elevación de la conciencia, de trascender las emociones limitadoras: el miedo, la culpa y eliminación del dolor. Decidir perdonar es ante todo conocer, descorrer los velos del pasado y llenarlos de luz. Perdonar es ante todo fijar tu visión en todo aquello que te ha conformado y construido. Para llegar a este modo de vivir, sentir y pensar es imprescindible revisar minuciosamente tu pasado.

Este libro quiere darte pistas para vivir desde el perdón cada día y, disfrutando de ser quien eres, abrirte a compartir con los demás lo mejor de ti.

Perdonar es hacer aquello que te satisface y no repetir actuaciones que te hayan hecho daño o que tu consideres que te podría molestar si te lo hicieran a ti.

01 REVISIÓN DEL RENCOR

Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo que reprocharte, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas la ofrenda.

(Mateo 5:23-24)

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En el aspecto religioso esto te podría estar diciendo que si vas al Altar del Señor y te vas a postrar de rodillas y te das cuenta de que tienes todavía alguien a quien no has perdonado, deberías no hacer la inclinación ¿no? Esto es mucho más importante. Si estás al lado de una persona, sientes amor por ella, y vas a vivir el amor por ella, pero recuerdas que hay alguien a quien no tienes amor, párate antes de hacer la ofrenda de amor porque no va a funcionar, pues si tienes reservas contra alguien, te vas a destruir en esa relación. Esto es lo que yo interpreto en esta frase. No se trata de un aspecto religioso, se trata de un aspecto vital, únicamente vital.

Es inviable vivir el amor, es inviable que participes de un amor de verdad si dentro de ti hay una reserva del tipo que sea contra cualquier persona. Así que, el primer ejercicio que debes plantear en tu mente es: si yo ahora voy a hacer una ofrenda de amor, una ofrenda de amistad, una ofrenda de entrega a alguien, ¿estoy limpio para que realmente eso pueda funcionar?

Si empiezo una pareja, una relación o algo, al estar tan cargado de pasado, es imposible que funcione porque si tienes un solo recuerdo que no sea positivo, no habrá ninguna relación por mucho que intentes que funcione. Ni relación, ni trabajo, ni economía, ni éxito, ni nada, se cobrará de la manera en la que se cobran los rencores.

El rencor se cobra de tres maneras:

Se cobra en el estado físico, es decir en la enfermedad.

Se cobra en el estado emocional,