8 min de escucha
Tiempo de recordar el arte de BENDECIR = BIEN DECIR
Tiempo de recordar el arte de BENDECIR = BIEN DECIR
valoraciones:
Longitud:
8 minutos
Publicado:
6 mar 2022
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
?ENERGÍA DEL DÍA
Marzo 6 / 12 IQ
Trecena: UNIDAD; Origen y destino
? Tiempo de recordar el arte de BENDECIR = BIEN DECIR
Lección 170 UCDM
En Dios no hay crueldad ni en mí tampoco.
1. Nadie ataca sin la intención de herir. En esto no hay excepciones. Cuando piensas que atacas en defensa propia estás afirmando que ser cruel te protege, que la crueldad te mantiene a salvo. Estás afirmando que herir a otro te brinda libertad. Y estás afirmando también que atacar cambia el estado en que te encuentras por otro mejor, más seguro, donde estás más a salvo de los asaltos del peligro y del temor.
2. ¡Qué descabellada es la idea de que atacando es la manera de defenderse del miedo! Pues he aquí donde se engendra el miedo y se le nutre de sangre para que crezca, se expanda y sea cada vez más rabioso. Ésta es la manera de proteger el miedo, no de escaparse de él. Hoy aprendemos una lección que te evitará más demoras y sufrimientos de los que te puedes imaginar. Y es ésta:
Tú fabricas aquello de lo que te defiendes. Y al defenderte contra ello haces que sea real e ineludible. Depón tus armas, y sólo entonces percibirás su falsedad.
3. Parece ser un enemigo externo a quien atacas. Sin embargo, al defenderte forjas un enemigo interno; un pensamiento extraño que está en guerra contigo, que te priva de paz y divide tu mente en dos bandos que parecen ser totalmente irreconciliables. Pues ahora el amor tiene un “enemigo”, un opuesto; y el miedo, el extraño, necesita que lo defiendas contra la amenaza de lo que realmente eres.
4. Si examinases detenidamente los medios por los que tu ilusoria defensa propia procede a lo largo de su curso imaginario, te percatarías de las premisas sobre las que se basa la idea. En primer lugar, es obvio que las ideas tienen que abandonar su fuente, pues eres tú quien lanza el ataque y quien tuvo que haberlo concebido primero. No obstante, lanzas el ataque contra algo externo a ti y en tu mente te separas de aquel a quien atacas, completamente convencido de que la división a la que has dado lugar es real.
5. En segundo lugar, los atributos del amor se le confieren a su “enemigo”. Pues el miedo se convierte en tu refugio y en el protector de tu paz, y recurres a él en busca de solaz y de escape de cualquier duda con respecto a tu fortaleza, así como con la esperanza de poder descansar en una quietud sin sueños. Y al así despojar al amor de lo que le pertenece a él y sólo a él, se le dota con los atributos del miedo. Pues el amor te pediría que depusieses todas tus defensas por ser éstas meras necedades. Y ciertamente tus armas se desmoronarían y quedarían reducidas a polvo, pues eso es lo que son.
6. Al tener al amor como enemigo, la crueldad se convierte necesariamente en un dios. Y los dioses exigen que sus seguidores obedezcan sus mandatos sin rechistar. A aquellos que cuestionan la sensatez o cuando menos la cordura de tales exigencias, se les castiga severa e implacablemente. Pues son sus enemigos los que son irrazonables y dementes, mientras que ellos son siempre justos y misericordiosos.
Marzo 6 / 12 IQ
Trecena: UNIDAD; Origen y destino
? Tiempo de recordar el arte de BENDECIR = BIEN DECIR
Lección 170 UCDM
En Dios no hay crueldad ni en mí tampoco.
1. Nadie ataca sin la intención de herir. En esto no hay excepciones. Cuando piensas que atacas en defensa propia estás afirmando que ser cruel te protege, que la crueldad te mantiene a salvo. Estás afirmando que herir a otro te brinda libertad. Y estás afirmando también que atacar cambia el estado en que te encuentras por otro mejor, más seguro, donde estás más a salvo de los asaltos del peligro y del temor.
2. ¡Qué descabellada es la idea de que atacando es la manera de defenderse del miedo! Pues he aquí donde se engendra el miedo y se le nutre de sangre para que crezca, se expanda y sea cada vez más rabioso. Ésta es la manera de proteger el miedo, no de escaparse de él. Hoy aprendemos una lección que te evitará más demoras y sufrimientos de los que te puedes imaginar. Y es ésta:
Tú fabricas aquello de lo que te defiendes. Y al defenderte contra ello haces que sea real e ineludible. Depón tus armas, y sólo entonces percibirás su falsedad.
3. Parece ser un enemigo externo a quien atacas. Sin embargo, al defenderte forjas un enemigo interno; un pensamiento extraño que está en guerra contigo, que te priva de paz y divide tu mente en dos bandos que parecen ser totalmente irreconciliables. Pues ahora el amor tiene un “enemigo”, un opuesto; y el miedo, el extraño, necesita que lo defiendas contra la amenaza de lo que realmente eres.
4. Si examinases detenidamente los medios por los que tu ilusoria defensa propia procede a lo largo de su curso imaginario, te percatarías de las premisas sobre las que se basa la idea. En primer lugar, es obvio que las ideas tienen que abandonar su fuente, pues eres tú quien lanza el ataque y quien tuvo que haberlo concebido primero. No obstante, lanzas el ataque contra algo externo a ti y en tu mente te separas de aquel a quien atacas, completamente convencido de que la división a la que has dado lugar es real.
5. En segundo lugar, los atributos del amor se le confieren a su “enemigo”. Pues el miedo se convierte en tu refugio y en el protector de tu paz, y recurres a él en busca de solaz y de escape de cualquier duda con respecto a tu fortaleza, así como con la esperanza de poder descansar en una quietud sin sueños. Y al así despojar al amor de lo que le pertenece a él y sólo a él, se le dota con los atributos del miedo. Pues el amor te pediría que depusieses todas tus defensas por ser éstas meras necedades. Y ciertamente tus armas se desmoronarían y quedarían reducidas a polvo, pues eso es lo que son.
6. Al tener al amor como enemigo, la crueldad se convierte necesariamente en un dios. Y los dioses exigen que sus seguidores obedezcan sus mandatos sin rechistar. A aquellos que cuestionan la sensatez o cuando menos la cordura de tales exigencias, se les castiga severa e implacablemente. Pues son sus enemigos los que son irrazonables y dementes, mientras que ellos son siempre justos y misericordiosos.
Publicado:
6 mar 2022
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Episodio de podcast
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