Imperio purépecha

cultura del México precolombino
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El imperio purépecha (en purépecha, Iréchekua Ts'intsúntsani) o imperio tarasco fue un imperio del México precolombino, que abarcaba parte tanto de la región mesoamericana como de la aridoamericana y una extensa área geográfica del actual estado mexicano de Michoacán, partes de Jalisco, sur de Guanajuato, Guerrero, Querétaro, Colima y Estado de México. Es famoso por ser junto con Tlaxcala, uno de los pocos pueblos que los mexicas nunca pudieron someter, a pesar de haberlo intentado múltiples veces en distintas guerras tarasco-mexicas. En el momento de la conquista de México era el segundo estado más grande de Mesoamérica. Su gobierno era monárquico y teocrático y como la mayoría de las culturas prehispánicas, los purépechas eran politeístas.

Reino purépecha
Imperio de Tzintzuntzan
Iréchekua Tsꞌintsúntsani
Estado prehispánico
c. 1300-1530

Glifo


Ubicación de Imperio purépecha
Capital Tzintzuntzan
Entidad Estado prehispánico
Idioma oficial Purépecha
Superficie  
 • Total 75 000 km²
Población (1519)  
 • Total 1 500 000 hab.
 • Densidad 20 hab/km²
Gentilicio purépecha
Religión Politeísta
Período histórico América precolombina
 • c. 1300 Fundación de Tzintzuntzan
 • 1530 Destrucción por Nuño de Guzmán
Forma de gobierno Monarquía teocrática
Irecha o Cazonci
• 1370-1420
• 1450-1486
• 1486-1520
• 1520-1530

Tariácuri
Tzitzispandácuare
Zuangua
Tangáxoan Tzintzicha
Precedido por
Sucedido por
Señorío de Huiquingaje
Señorío de Hiripan
Señorío de Tangáxoan I
Virreinato de Nueva España

Introducción

El estado purépecha fue fundado cerca del inicio del siglo XIV y perdió su independencia ante los españoles en 1522, brevemente subsistió más allá como un reino vasallo de la Corona española hasta la muerte del último irecha en 1530 a manos de Nuño de Guzmán. Los habitantes del imperio eran en su mayoría purépechas, pero también se incluían otros grupos étnicos como los nahuas, otomíes, matlatzincas y chichimecas. Estos grupos étnicos fueron asimilados gradualmente por el grupo mayoritario.

El estado estaba constituido por una red de sistemas tributarios y poco a poco se fue centralizando bajo el control del gobernador del estado al que se llamó irecha. La capital purépecha se encontraba en Tzintzuntzan a orillas del lago de Pátzcuaro, en Michoacán; según la tradición oral purépecha había sido fundada por el primer irecha Tariácuri y dominada por su linaje, los Uacúsecha ('águilas').

El estado tarasco fue contemporáneo y enemigo del Imperio mexica, contra el que luchó muchas veces; bloqueó la expansión de aquella nación hacia el oeste y suroeste, y, a través de una serie de fortificaciones, protegían sus fronteras; lo que dio lugar, posiblemente, al desarrollo del primer estado verdaderamente territorial de Mesoamérica y Aridoamérica. Entre 1476 y 1477 los tarascos derrotaron a los mexicas comandados por el tlatoani Axayacatl y lograron invadir su territorio en numerosas ocasiones, teniendo éxito en varias de ellas y conquistando importantes ciudades como Xicotitlán, Tollocan y Oztuma.

Controversia entre 'purépecha' y 'michoacano'

 
Copia de la lámina que ilustra el capítulo "De la manera que se casaba la gente baja", o maceguales/purépecha. Relación de Michoacán, Lámina 38.

Ríos de tinta han corrido sobre uno de los enigmas más concurridos del pasado prehispánico michoacano: el gentilicio del grupo étnico mayoritario en Michoacán al momento de la llegada de los españoles. A esto hay que agregar que el Michoacán antiguo fue un territorio de una gran diversidad étnica y cultural, donde coexistieron pueblos de diferente parcialidad y lengua, por lo que en cada pueblo, etnia, e incluso linajes de la misma filiación lingüística, fueron nombrados y nombraron con diferentes vocablos a otros grupos humanos.

  • El término michoacano surge en el siglo XVI del náhuatl michhuahqueh, con el que se les hacía referencia a los habitantes de la zona del lago de Pátzcuaro, ya que significa «habitantes del lugar donde abundan los peces»; los nahuas también conocieron a los purépechas como quaochpanme, «hombres de cabeza rapada, o raída», probablemente por el rango militar de los valerosos cuachic, reconociendo el valor guerrero.
  • El término Animaxe era el topónimo con el que los mazahuas conocían a Michoacán, su significado es «lugar de águila», relacionado con los uacúsecha.
  • Las palabras ho hohuí o huehohuí, que significa «el guerrero», y hueninche o hue ninche, «el águila», fueron los gentilicios usados por los pirindas-matlatzincas para nombrar a los purépecha.
  • La palabra amanthâhi o amandâhŷ, es el gentilicio que le dieron los otomíes a los purépecha, se traduce como «pueblo del viento».
  • La palabra purépecha quiere decir gente común en la lengua homónima y designa al segmento más numeroso de la población prehispánica del estado tarasco, así como también refiere a los hablantes actuales del pꞌurhé. Fue traducida como «macegual», «plebeyo», «gente común», o «persona».
  • La palabra tarasco se ha propuesto que proviene del vocablo tarasque que significa yerno o suegro en lengua purépecha, que así llamaban los conquistadores a los purépechas de manera burlona, por lo que ese vocablo podría ser despectivo.
  • El término uacúsecha, que significa «águilas» en purépecha, se utilizó en el siglo XVI para referirse a los pueblos fundadores del estado purépecha.[1]

Habitualmente se utiliza el término tarasco para referirse a dicho grupo cultural durante la época prehispánica y purépecha para la época contemporánea. El gentilicio reivindicado por los habitantes de las comunidades indígenas actuales es purépechas.

Geografía y área de ocupación

 
Lago de Pátzcuaro

El territorio que conformaba el estado purépecha es parte de la zona volcánica transversal, y se ubica en su prolongación occidental, entre dos grandes ríos: el Lerma (perteneciente a la zona áridoamericana) y el Balsas. Sin embargo, el estado purépecha se centraba en la cuenca del lago de Pátzcuaro. Incluía zonas de clima templado, subtropical y tropical, que están dominadas por montañas volcánicas del Cenozoico y sistemas lacustres por encima de dos mil metros de altitud, aunque también incluye zonas más bajas como las regiones costeras del suroeste. Los tipos de suelos más comunes en la meseta central son volcánicas jóvenes o andosoles, luvisoles y los menos fértiles acrisoles. La vegetación es conformada principalmente por pinos, pino-encinos y abetos. La ocupación humana se ha centrado en las cuencas de los lagos, que son abundantes en recursos. En el norte, cerca del río Lerma, hay recursos como la obsidiana y fuentes termales.

Historia del estado purépecha

Evidencia arqueológica

El área purépecha ha estado habitada al menos desde principios del período Preclásico. Existe evidencia de sociedades agrícolas tempranas desde antes del 1800 a. C. como la cultura hacedora de tumbas de "el Opeño". Las fechas más tempranas de radiocarbono en los sitios arqueológicos del preclásico caen alrededor del año 1800 a. C. y la cultura del preclásico más conocida en Michoacán es la cultura Chupicuaro que, se considera, habitaron entre el 800 a. C. al 100 d. C. La mayoría de los sitios chupícuarenses se encuentran en la cuenca del lago de Cuitzeo.

Se ha encontrado influencia de Teotihuacán en manifestaciones como la arquitectura monumental, la cerámica del período clásico.

 
El sitio arqueológico de Tzintzuntzan, capital del imperio.

Fuentes etnohistóricas

Si bien se menciona de forma indirecta el uso de códices en Michoacán en la época prehispánica, lo cierto es que todos los documentos pictográficos de origen indígena conocidos hasta ahora, son coloniales. Los pueblos indígenas de Michoacán adaptaron sus discursos dentro del nuevo orden virreinal, elaborando sus propios documentos que fueron usados como instrumentos jurídicos para reivindicar reclamos, por lo que la información contenida debe contrastarse con otras fuentes. En estos documentos pictográficos los indígenas registraron parte de su memoria sobre el pasado prehispánico.

En los siglos XVII-XVIII aparecieron otro género de textos con caracteres escritos, que hoy son conocidos como «títulos primordiales», algunos acompañados con pinturas. Estos documentos contenían la historia fundacional o refundacional del pueblo, pero dado el carácter no occidental de la memoria indígena, estos documentos no tienen coherencia cronológica y suelen mezclarse acontecimientos de distintas épocas. También se mencionan las genealogías de caciques, anales históricos y la demarcación de límites territoriales, que servían para reivindicar los derechos políticos de los caciques o sobre la tierra ante la Corona.

Se conocen más de una veintena de documentos pictográficos de tradición indígena, elaborados en Michoacán durante los siglos XVI, XVII y XVIII, y han recibido distinta nomenclatura por parte de los estudiosos. Varios se encuentran resguardados en archivos y museos, otros más han terminado en el extranjero o colecciones privadas, muchos se han perdido con el paso del tiempo, y algunos aún permanecen inéditos en varias comunidades indígenas. Fueron elaborados con diferentes materiales, como amate, maguey, papel europeo o tela, con una compleja iconografía y la mayoría glosados con caracteres latinos.

La siguiente relación de documentos indígenas pictográficos michoacanos, su nomenclatura y fecha, se ha tomado de las investigaciones de Hans Roskamp, aunque hay muchos otros documentos que no se han investigado, o que han desaparecido. Se coloca entre paréntesis el nombre anterior con el que era conocido para evitar confusiones con los más mencionados, el año de su elaboración cuando es conocido; el lugar de elaboración corresponde con su nombre, a menos que se indique lo contrario en corchetes.

 
Fray Jerónimo de Alcalá entregando el manuscrito al virrey Antonio de Mendoza1, Relación de Michoacán, Lámina 1

Entre los documentos del siglo XVI se pueden mencionar:

  • La Relación de Michoacán,[2] (también conocida como Códice Escurialense), 1541 [Tzintzuntzan-Pátzcuaro]. Esta es la fuente etnohistórica más importante para el pasado de Michoacán, fue escrita entre 1539-1541 por el franciscano fray Jerónimo de Alcalá (ca. 1508-1545), contiene relatos traducidos y transcritos de nobles tarascos. Esta relación contenía tres partes de la "historia oficial uacúsecha", que era conservada a través de la tradición oral: la primera parte se centraba en la religión del estado tarasco, por desgracia, de la primera parte solo se conserva una foja; la segunda parte trata de como los antepasados del cazonci conquistaron el centro de Michoacán; y la tercera parte, trata de la sociedad y la conquista española.
  • La Memoria de don Melchor Caltzin, 1543 [Tzintzuntzan].
  • El Códice de Huetamo y Códice de Cutzio, 1539-1542.
  • El Lienzo de Jicalán (anteriormente Lienzo de Jucucataco), 1566.
  • Los Códices del grupo “Hueapan” elaborados en 1567, entre los que se encuentran el Códice de Valladolid, el Códice de Axacuario, el Códice de Zinapécuaro, el Códice de Queréndaro, el Mapa pictográfico de Queréndaro, el Códice de Irapeo I, el Códice de Irapeo II y el Códice de Irapeo III.
  • El escudo de Armas de la Ciudad de Zintzuntzan Vitzitzilan de la provincia de Michoacán, 1595.

Del siglo XVII se conocen estos documentos:

  • El Códice de Jarácuaro.
  • Los Títulos de Tócuaro.
  • El Lienzo de Aranza (anteriormente Lienzo de Sevina).
  • Los Anales de Tarecuato, este es un documento muy importante de la misma centuria, pero solo de caracteres latinos, donde se registraron varios acontecimientos muy importantes desde 1519 hasta el año de 1666.

Entre los siglos XVII-XVIII se elaboraron varios documentos indígenas que rescataron parte de la memoria prehispánica, entre los que se encuentran:

  • El Códice de Chilchota.
  • El Lienzo de Puácuaro.
  • El Lienzo de Nahuatzen.
  • El “Corpus de los títulos de Carapan”, es el conjunto de documentos más ricos en información de su tipo, conformado por el Códice de Carapan, Códice Plancarte, Genealogía de los caciques de Carapan, Lienzo de Carapan, Lienzo de Pátzcuaro y el Documento de Tulane.

Del siglo XVIII se conocen los siguientes documentos pictográficos:

  • El Códice Tzintzuntzan.
  • El Lienzo de Comachuén.
  • El Códice Cuara [Pátzcuaro].

Sobre estos documentos aún falta realizar investigaciones, conocer el contexto de elaboración y con qué propósito se usaron, e interpretar la iconografía presente, lo cual va a enriquecer la historia del pasado michoacano.

Fundación y expansión

 
Ruinas de las yácatas de Tzintzuntzan.

A inicios del periodo Posclásico, existieron varios grupos étnicos no p'urhépechas que vivían en el actual estado de Michoacán; grupos de otomíes, matlatzincas, grupos "toltecoides" y nahuas, abarcaban la mayor parte del territorio y una tribu "prototarasca" llamada ziranbanecha que habitaba Naranján.

Los uacúsecha llegaron a la región alrededor del año 1200 desde algún lugar en el norte, se asentaron en el cerro Uringuarapexo (actual cerro El Tecolote). Se cuenta que pidieron al cacique de los Ziram Bénecha que practicaran culto al dios Curicaveri [dios del fuego] y rindieran tributo, el cacique de estos (Ziraziracámbaro) «se indignó por las exigencias de Ireti Ticatame» (líder de los tarascos). Sin embargo la superioridad militar de los Uacúsecha «impidió a los Ziram Bénecha dar una ofensiva, estos le entregaron a Ireti tributo y a la hermana de su líder, Pispérama quien tuvo un hijo con él; a su hijo lo nombraron Sicuirancha».[3]

 
Chaac Mool tarasco exhibido en la Sala Culturas del Occidente en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la Ciudad de México.

Posteriormente los Zirambénechas y tarascos entraron en conflicto, los segundos tuvieron que dejar el cerro donde yacían para emigrar a un pueblo cerca de Pátzcuaro llamado Zichaxucuaro, ahí se mantuvieron durante el resto del reinado de Ireti Ticatame quien murió en una guerra contra los señores de Cumachen, quienes también incendiaron el pueblo. Cuando Sicuirancha y otros hombres llegaron de la cacería encontraron la aldea incendiada, este entonces junto con sus guerreros atacan Cumachen y los destruyeron. De manera que los vencidos fueron sometidos y la capital fue renombrada a Huayameo.

Sicuirancha murió alrededor de los 90 años, heredando el poder su hijo Pauácume.

El cacicazgo de los tarascos entonces entró en un periodo estable y de prosperidad en el que reinaron cinco cazonci.

Un líder visionario tarasco llamado Tariácuri, hijo del señor de Pátzcuaro Tzetahcu, decidió reunir a las comunidades de alrededor del lago de Pátzcuaro creando el reino purépecha. Alrededor del 1300 se llevaron a cabo las primeras conquistas y ya durante su vejez puso a tres de sus descendientes en el poder, dividiendo el reino en tres grandes fracciones: señorío de Huiquingaje (hijo de Tariácuri) en Pátzcuaro, señorío de Hiripan (sobrino de Tariácuri) en Ihuatzio y el señorío de Tongaxoan I (sobrino de Tariácuri) en Tzintzuntzan. Con la muerte de Tariácuri (alrededor del 1350), su linaje mantuvo el control de los principales centros a los alrededores del lago de Pátzcuaro. Su sobrino Tangaxoan I continuó la expansión en la zona de los alrededores del lago de Cuitzeo y su hijo Tzitzipandacuare, tiempo después reunificó los tres señoríos formando así el imperio.

Tzitzipandacuare empezó a institucionalizar el sistema tributario y a consolidar la unidad política del imperio. El creó una burocracia administrativa y las responsabilidades divididas de los tributos de los territorios conquistados entre señores y nobles. En los años siguientes la primera sierra purépecha y luego el río Balsas fueron incorporados al Estado, cada vez más centralizado.

 
Escultura prehispánica tarasca que representa un hombre-coyote .

Durante el reinado del irecha Tzitzi Pandáquare se conquistó varias regiones, fue el punto de auge del estado tarasco, ya que Tzitzipandacuare lograría expandir el territorio hasta los actuales estados de Jalisco, partes de Guanajuato, Querétaro, Estado de México, Colima y Guerrero. En Guanajuato logró vencer a las tribus chichimecas áridoamericanas de "Pames", "Jonaces", "Guamares" y "Tecuexes" estableciendo un imperio que abarcaba 2 regiones la Mesoamérica y Áridoamerica (sur), estableciendo los señoríos de Kuanasii Ato (Guanajuato), Yuririapundaro, entre otros. Tzitzipandacuare también logra derrotar a los Tecos de Jalisco y los cacicazgos aledaños formando así los señoríos de Chapala, Tuxpan y Sayula que abarcaron gran parte del actual estado de Jalisco. En 1460 el estado tarasco llegó a la costa del Pacífico conquistando la región de Zacatula.

 
Herramientas y cascabeles de cobre en el museo de sitio de Tzintzuntzan.

Los aztecas en 1470 bajo comandancia de Axayacatl capturaron una serie de ciudades Matlatzincas en la región poniente del actual Estado de México provocando un éxodo pirinda/matlatzinca hacia Michoacán, quienes fueron acogidos por el Irecha. Los aztecas invadieron territorio tarasco siendo detenidos en la frontera, en la ciudad de Taximaroa, en donde ambos ejércitos protagonizaron la batalla más grande del México precolombino donde finalmente el ejército tarasco salió victorioso, provocando una de las derrotas más dolorosas del Imperio azteca. Tzitzipandacuare pronto realizó una contraofensiva e invadió el territorio controlado por los aztecas, tomando ciudades como Xicotitlan, Temascaltepec, Ixtalhuaca y Tollocan (Toluca). Esta experiencia hizo que el gobernante tarasco fortaleciera aún más la frontera con los aztecas, conformando centros militares a lo largo de la frontera, como en Cutzamala (Guerrero), donde el irecha tarasco creó una guarnición de guerreros a la que llamó Apatzingani. Como la mayoría de las guerras de ese tiempo, los conflictos entre mexica y tarascos eran también batallas religiosas, durante este periodo los guerreros tarascos en Cutzmala tenían la obligación de hostigar a los mexicas fortificados en Oztuma, y lo hacían obligatoriamente pintados de color negro para honrar al dios Apatzi (Dios de la muerte). También permitió a otomíes y matlatzincas que habían sido expulsados de sus tierras por los aztecas instalarse en la zona fronteriza con la condición de que ellos participaran en la defensa de las tierras tarascas. A partir de 1480 el gobernante azteca Ahuizotl intensificó el conflicto con los tarascos, principalmente en Tierra Caliente. Apoyó los ataques a las tierras tarascas con otros grupos étnicos aliados o subyugados por los aztecas como los Matlatzincas, Chontales y Cuitlatecos. Los tarascos, dirigidos por el irecha Zuangua, repelieron los ataques comandados por el tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, quien mando un ejército comandado por el Tlaxcalteca "Tlahuicole". La expansión tarasca se interrumpió hasta la llegada de los españoles.

Ante la presión mexica los tarascos conformaron una serie de señoríos sumamente poderosos que estaban al servicio de la capital Tzintzuntzan que el padre Beaumont identifica con la extensión total del imperio purépecha, siendo esta afirmación errónea al incluir los reinos de Collimán (Colima) y Xalisco (Jalisco y Nayarit); las fronteras que cita el padre Beaumont en su mapa "Plano itnográfico del Reino de Michuacan y estados del Gran Caltzontzin" corresponden con las de dicha confederación; sus fronteras eran las siguientes: Comenzaba al sur del actual estado de Guerrero pasando por Atoyac, Tepecuacuilco e Iguala, en el actual estado de México pasando por Temascaltepec, Tlapujahua e Ixtlahuaca, luego hacia el norte pasando entre Querétaro y San Juan del Río, por la sierra de Xalpa, dando vuelta al noreste de Xichú hasta Apaseo, luego por el río Lerma hasta Papasquiaro, de ahí hasta el noroeste hasta Rosario y Chiametla en Sinaloa.

 
Llegada de los españoles a Tzintzuntzan, la capital tarasca, en 1522. Relación de Michoacán, Lámina 44.

Caída del estado tarasco

 
Paso de Nuño de Guzmán por Michoacán durante la conquista de la Nueva Galicia en 1529. Lienzo de Tlaxcala.

Después de escuchar acerca de la caída del imperio mexica, el irecha Tangaxuán II envió emisarios a los vencedores españoles. Algunos españoles se fueron con ellos a Tzintzuntzan, donde se presentaron y se intercambiaron regalos. Ellos regresaron con muestras de oro y el interés de Cortés en el estado tarasco se despertó. En 1522 un grupo de españoles bajo el mando de Cristóbal de Olid fueron enviados al territorio tarasco y llegaron a Tzintzuntzan en cuestión de días. El ejército tarasco contaba con muchos miles, tal vez hasta 80 000 guerreros, pero en el momento crucial decidieron no luchar. Tangaxuán entregó el señorío a la Corona Española, lo que le permitió mantener el trono y cierta autonomía. Esto dio lugar a una extraña disposición en la que tanto Cortés como Tangaxuán eran considerados propios gobernantes de Michoacán en los años siguientes: la población de la zona rendían homenaje a los dos. Años después, en 1529, Cortés fue despojado de la gobernación de la Nueva España y viajó a España a resolver el asunto. En tanto, Nuño de Guzmán, presidente de la Primera Audiencia de México, se había hecho del poder. En 1529, ante la noticia de que Cortés volvía a México, Nuño de Guzmán partió hacia occidente, lo que lo llevaría a pasar por Michoacán y realizar justicia contra el irecha. Allí Nuño de Guzmán se alió con el noble tarasco Don Pedro Panza Cuinierángari, resultando en la muerte de Tangaxuán. Se inició un período de violencia e inestabilidad. Durante las próximas décadas, los gobernantes tarascos fueron nombrados por el rey de España, cuando Nuño de Guzmán había caído en desgracia el obispo Vasco de Quiroga fue enviado a la zona a evangelizarlos. Se ganó rápidamente el respeto y la amistad de los nativos que dejaron las hostilidades contra la hegemonía española.

Actividades económicas

Se dedicaban a la alfarería, escultura, arquitectura, pintura, orfebrería y notablemente la pesca fue y sigue siendo una actividad primordial para los purépechas. También eran los únicos que manejaban el bronce por lo que era uno de sus secretos.

Gobernantes importantes

A la máxima autoridad se le denominaba Irecha (en purépecha irecha, en náhuatl caltzontzin). Destacan algunos gobernantes:

  • Iretiticátame: decidió que el pueblo se establecería en el territorio que actualmente es el estado de Michoacán, México.
  • Tariácuri: fue fundador del reino tarasco y considerado el primer soberano del mismo.
  • Tzitzíspandácuare: logró centralizar el poder en Tzintzuntzan para 1450. Realizó muchas conquistas en Zacatula, Colima, Jalisco, y sus ejércitos derrotaron a los mexicas en diversas ocasiones.
  • Zuanga: al enterarse del desarrollo de la Conquista de Tenochtitlan, recibió embajadores de paz enviados por el huey tlatoani Cuitláhuac. Envió a sus propios emisarios para evaluar la situación y prefirió mantenerse al margen, negando a Cuitláhuac la ayuda solicitada. Murió debido a la epidemia de viruela, poco antes de que llegaran los españoles a la meseta Purépecha.
  • Tangáxoan Tzíntzicha: hijo de Zuanga, último irecha tarasco. Recibió nuevas peticiones de ayuda por parte de Cuauhtémoc, pues Cuitláhuac, al igual que su padre, había muerto a causa de la viruela. La negativa del nuevo irecha fue contundente pues mandó matar a los emisarios mexicas.[4]​ Emisarios tarascos fueron enviados para negociar la paz con Hernán Cortés en Coyoacán. El conquistador español hizo alarde con la artillería para impresionar a los tarascos. Tangáxoan Tzíntzicha prefirió recibir a Cristóbal de Olid de forma pacífica el 25 de junio de 1522. Después de casi ocho años de convivencia con los españoles, la paz fue quebrantada por Nuño de Guzmán, quién en busca de riquezas, asesinó a Tangáxoan provocando la sublevación de los tarascos.
Cazonci Regencia
Ireti Ticátame ?
Sicuirancha ?
Pauácume ?
Uápeani ?
Curátame ?
Pauácume II ?
Uápeani II ?
Tzétahcu ?-1350
Tariácuri 1370-1420
Tangaxoán I 1420-1450
Tzitzispandácuare 1450-1486
Zuangua 1486-1520
Tangáxoan II Tzíntzicha 1520-1530

Ciudades principales

Ciudad sagrada: Zacapu Harócutin Pátzcuaro, que significa "Piedra en la Orilla donde Tiñen de Negro".

Centros de poder durante el triunvirato: Tzintzuntzan ("Lugar de colibríes"), Pátzcuaro e Ihuatzio ("Lugar de coyotes").

Capital imperial: Tzintzuntzan

Cuna mítica: Zacapu ("Lugar de piedras")

Bosque sagrado: Uruapan lugar donde se ocultó el último emperador tarasco

Dioses

 
El capítulo titulado "De los agüeros que tuvo esta gente y sueños, antes que viniesen los españoles a esta provincia", menciona una serie de portentos que anunciaron la llegada de los españoles. Estos malos presagios se representaron como cometas, temblores, y un concilio de todos los dioses purépechas. Relación de Michoacán, Lámina 42.

Los Purépecha eran politeístas,[5]​ su dios principal era Tiripeme Curicaueri ("Precioso que es Fuego"), sin embargo también era la deidad principal de recolectores, cazadores y de la guerra. También destacan:

  • Curicaveri (el gran fuego): dios patrono del linaje Uacúsecha ("águilas").
  • Tucúpacha: Dios engendrador del cielo, pareja de Cuerauáperi; mandaba las lluvias y daba la vida y la muerte.
  • Cuerauáperi o Kuerajperi: ("La que desata"), representa a la Luna, es la madre de los dioses. Deidad relacionada con el cielo y la lluvia, pues se le consideraba como la productora de las nubes, la auxiliaban cuatro deidades más, que eran sus hijas: Nube Roja, Nube Blanca, Nube Amarilla y Nube Negra.
  • Xarátanga: la que aparece en todas y diversas partes, es una advocación de la Luna o Cuerauáperi, señora o madre luna o luna nueva.
  • Pehuame: la parturienta, es otra advocación de Cuerauáperi o de la Luna madre. Es la deidad del parto y esposa del Sol. Su principal centro de culto estaba en Tzacapu.
  • Nana Cutzi: la madre encorvada. Actualmente los purépechas siguen utilizando el nombre para referirse a la luna.
  • Tata Jurhiata: el padre sol, nombre que en la actualidad los purépechas dan al sol como elemento natural y no deidad.[6]

Referencias

  1. Castro-Leal, Marcía (1989). «Los Tarascos». En Enrique Florescano, ed. Historia General de Michoacán. Colegio de Michoacán, Estado de Michoacán. 
  2. Relación de Michoacán
  3. «Historia antigua de los Purépachas». Archivado desde el original el 30 de agosto de 2012. Consultado el 7 de septiembre de 2013. 
  4. Thomas, 501-512.
  5. Martínez González, Roberto (2018). Cuiripu. Cuerpo y persona entre los antiguos p'urhépecha de Michoacán. http://ru.historicas.unam.mx: UNAM Instituto de Investigaciones Históricas. p. 1-30. ISBN 978-607-30-0551-7. Consultado el 20 de febrero de 2022. 
  6. González Torres, Yolotl (1995). Diccionario de mitología y religión de Mesoamérica. Larousse. 

Bibliografía

  • Carvajal Medina, Ricardo (2019). La guerra en el Michoacán prehispánico en el Posclásico Tardío. Economía política, Estado y sociedad tarasca, Tesis para obtener el grado de Licenciado en Historia. Asesor: Igor Cerda Farías, Morelia, Facultad de Historia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
  • Carvajal Medina, Ricardo (2017). “Los quangáriecha. Órdenes militares, guerra y religión entre los antiguos tarascos”, en: Callicanto. Estudios históricos y patrimonio cultural. Guadalajara, Jalisco, editada por Xalixco. Estudios históricos y Patrimonio Cultural, edición especial núm. I, [El antiguo Occidente mexicano. Investigaciones recientes sobre arqueología y etnohistoria de Jalisco y Michoacán], año 3, vol. III, Pp. 78-92.
  • Carvajal Medina, Ricardo (2019) “Las guerras en la frontera poniente del Estado tarasco, 1450-1520”, en: Tempo. Revista de ciencias sociales y humanidades, Morelia, julio-diciembre, núm. 13, Pp. 26-39.
  • Carvajal Medina, Ricardo (2020). "Los tarascos antes de la Conquista. Nuevas interpretaciones", en: Gómez Mendoza Oriel; Cerda Farías, Igor (Coordinadores). Pátzcuaro: Corazón de la utopía quiroguiana. Pátzcuaro, Gobierno Municipal de Pátzcuaro, Pp. 13-52.
  • Carvajal Medina, Ricardo (2021). “La población divina de Zacapu Harócutin Pátzcuaro: La piedra en la orilla donde tiñen de negro”, en: Martínez Aguilar, José Manuel; Mendoza Molina, Fernando (Coordinadores). Pátzcuaro. Grandeza de una ciudad. Pátzcuaro, Gobierno Municipal de Pátzcuaro, Pp. 27-48.
  • Carvajal Medina, Ricardo (2021). “Los perros en la conquista y colonización del Reino de Michoacán, México (1521-1580)”, en: Muñoz Muñoz, Alejandro; García Cobeña, Ana Rita; Rodríguez Jorquera, Sandra; Galindo Herráiz, Esther (Editores). Actas II y III Congreso de Jóvenes Historiadores y Humanistas de la Universidad de Cádiz. Cádiz, Ediciones El Boletín/Universidad de Cádiz, Pp. 195-202.
  • Covarrubias, Miguel (1957). Indian Art of Mexico and Central America. New York: Alfred A. Knopf. 
  • Gorenstein, Shirley (1993). «Introduction». En Helen Perlstein Pollard, ed. Taríacuri's Legacy: The Prehispanic Tarascan State. The Civilization of the American Indian series, vol. 209. Norman: University of Oklahoma Press. p. xiii–xx. ISBN 0-8061-2497-0. OCLC 26801144. 
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