La Madurez Espiritual de Un Líder Introduccion
La Madurez Espiritual de Un Líder Introduccion
La Madurez Espiritual de Un Líder Introduccion
Los lideres efectivos y de impacto son aquellos que tienen una gran pasión y
un gran deseo de seguir creciendo. No se conforman en el nivel que están y
siempre tienen una meta de crecimiento. Continuamente, buscan fuentes para
desarrollarse y madurar. El nivel de madurez y crecimiento que un líder tenga
es lo que va a determinar la clase de persona que atraerá hacia su ministerio u
organización. Por eso, es importante que nos mantengamos creciendo todo el
tiempo. ¿Cuál es la meta finad de Dios para nosotros? Su meta final es
llevarnos a ser perfectos o maduros. Dios no está tan interesado en su
comodidad, Dios está más interesado en su madurez espiritual.
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es
perfecto
Mateo 5:48
Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del
esclavo, aunque es señor de todo, sino que está bajo tutores y administradores
hasta el tiempo señalado por el Padre. Galatas 4:1,2
Este verso nos muestra que no hay ninguna diferencia entre un esclavo y un
hijo heredero, y aunque este hijo es dueño de toda la herencia, todavía es un
niño. El Padre todavía no puede confiársela. Por eso, es importante tomar la
decisión de crecer y madurar para disfrutar de todas las bendiciones de Dios.
¿Cuáles son los pasos que debemos seguir para crecer espiritualmente
como líder?
“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que
planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta
y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa
conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros
sois labranza de Dios, edificio de Dios.” 1 Corintios 3:6-9
Hay ciertas decisiones que usted tiene que tomar como líder o creyente para
llegar a la madurez y al crecimiento espiritual. Estas son:
• Decida ser un líder o un creyente maduro.
Uno de los métodos de crecimiento para un líder es la autodisciplina ¿Tiene
hambre de crecer y madurar como un líder? Comience a disciplinarse en el
estudio de la palabra, en la oración, en la lectura de libros y en asistir a
seminarios. Comience a hacer cosas más allá de lo que el resto de las
personas hacen. La autodisciplina es importante, empiece con cosas
pequeñas; hágalo ahora, no lo deje para mañana. Organice su vida y sus
propiedades. Recuerde lo mencionado anteriormente, que el crecimiento debe
ser algo planificado y no automático y no automático. Tome decisiones que lo
lleven a poner todas sus prioridades en orden. El orden de prioridades debe
ser: primero, Dios y su relación con El, segundo, su familia (dedíquele tiempo
de calidad), tercero la iglesia y su servicio en ella, y cuarto, su trabajo. Tome
decisiones basadas en sus prioridades.
Según el nivel de insatisfacción que el líder tenga, será la pasión que tendrá
por crecer en el mañana.
Yo nunca estoy satisfecho como pastor, como padre y como hijo, pues yo
quiero crecer más, y sé que cada día estoy aprendiendo más hasta llegar a ser
maduro como Jesús. En el momento que usted se conforme con el nivel
espiritual en que se encuentra, en ese momento deja de crecer, es decir, se
detiene el crecimiento de su ministerio de su familia, de su liderazgo, entre
otros. Recuerde que la bendición entra por la cabeza y si usted se encuentra
bajo cobertura que llegó a un tope de crecimiento, nunca podrá crecer más allá
de su líder. Si quiere crecer más que él, tendrá que salirse de esa cobertura
espiritual.
Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si
soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a
quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos
han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Hebreos 12:6-8
Cada uno de nosotros debe tener un mentor, un padre, el cual nos corrija y nos
discipline, porque somos seres humanos con defectos y debilidades, y un
verdadero padre siempre corrige a sus hijos cuando cometen errores. Cada vez
que nos equivocamos, necesitamos que alguien que nos ame lo suficiente, nos
pueda disciplinar y corregir. Cuando eso ocurre, debemos recibir la corrección.
Algunas personas me dicen: “Pastor cuando usted vea algo que no esté bien
en mí, corríjame”. Pero la realidad es que cuando yo los corrijo, no tienen la
madurez para recibir la corrección, entonces se molestan, se hieren, y se van
de la iglesia, y por eso no maduran. Debemos saber que, ser disciplinado y
corregido, es una bendición que nos conduce a madurar y a crecer en el Señor.
Hay algunos aspectos importantes acerca de los cambios, y son los siguientes:
Asóciese con alguien que tenga un mayor éxito y mayor unción que usted, y
con alguien que tenga virtudes que usted desearía tener. Si así lo hace, logrará
crecer y madurar continuamente.
Disciplina: Es la que nos lleva al lugar que queremos ir, sometiendo nuestra
carne, tomando nuestra cruz cada día y negándose a nosotros mismos.
Usted nunca cambiará su vida hasta que cambie lo que hace diariamente. El
secreto de su futuro está en su agenda diaria. Recuerde que usted tiene que
empezar motivando y llegar a la meta por medio de la disciplina.
Tomando como referencia cinco palabras griegas que describe las diferencias
etapas de crecimiento en el desarrollo humano de un hijo en lo natural,
estudiaremos el proceso de madurez del cristiano, pero aplicado al ámbito
espiritual. Esto nos ayudara a identificar en qué nivel de madurez espiritual nos
encontramos.