Oriana Fallaci - El Coran Intoxicador PDF
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ORIANA FALLACI
'Nuestro primer enemigo no es Bin Laden ni Al Zarqaui, es el Corn, el libro que los ha intoxicado'
Despreciada como una Casandra a la que nadie escucha, hace aos que repito: 'Arde Troya'. Y hoy todas nuestras ciudades arden de verdad. Hoy los exiliados somos nosotros / Los que instalaron el nazismo en Europa fueron una minora de desalmados que miraba al profeta Hitler, como los terroristas de hoy miran al profeta Mahoma
Actualizado viernes 15/09/2006 09:09 (CET) ANDRZEJ MAJEWSKI. Especial para EL MUNDO
Polmica y beligerante, desgarradora y sincera, la periodista italiana Oriana Fallaci aprovecha sus ensayos y artculos para manifestar su honda preocupacin por la amplia presencia en Europa de fieles musulmanes. En esta entrevista, realizada por un sacerdote catlico que trabaja adems en la televisin pblica polaca, Fallaci insiste en la idea de que el Despertar del islam es el fin de Occidente. Pregunta.- Los responsables de los atentados terroristas de Londres eran musulmanes nacidos en Gran Bretaa o ciudadanos ingleses.Por lo tanto, se podran considerar ciudadanos europeos. Cree que para defender nuestro continente y la civilizacin europea tenemos que expulsar a todos los musulmanes de Europa? Respuesta.- Para comenzar, no son del todo europeos. No pueden considerarse europeos. O no ms de lo que nosotros podramos ser considerados islmicos, si vivisemos en Marruecos, en Arabia Saud o en Pakistn, con el oportuno permiso de residencia o con la ciudadana. Porque esta ltima no tiene nada que ver con la nacionalidad. A mi juicio, incluso los que tienen la ciudadana son huspedes y nada ms. O mejor dicho: invasores privilegiados. Adems, una cosa es expulsar a los aprendices de terroristas o a los aspirantes a terroristas, a los ilegales, a los vagabundos que viven robando y trapicheando con droga o, incluso, a los imames que predican la guerra santa e incitan a sus fieles a masacrarnos, y otra cosa es expulsar indiscriminadamente a toda una comunidad religiosa. Naturalmente, si quisiesen irse por su propio pie, no llorara.Ms an, le pondra una vela a la Madonna. De hecho, ya lo sugera en el ensayo publicado recientemente en el Corriere della Sera, titulado El enemigo que tratamos como amigo. 'Si somos tan estpidos, tan tontos, tan despreciables y pecaminosos -escriba-, si nos odiis y nos despreciis tanto, por qu no os volvis a vuestra casa?'. Pero deben estar bien aqu, porque no quieren irse. Ni siquiera lo piensan. Y aunque lo pensasen, cmo llevaran a la prctica algo as? Por medio de un xodo parecido al de Moiss guiando a los judos fuera de Egipto a travs del Mar Rojo? Ya son demasiados. Calculando slo los que estn en la Unin Europea, cerca de 25 millones, segn los datos ms recientes, calculando tambin los que estn en los pases que no forman parte de la Unin y en la
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ex Unin Sovitica, cerca de 60 millones. Esta es su Tierra Prometida, o no? Respeto, tolerancia. Asistencia pblica, libertad en abundancia. Sindicatos y jamn, el despreciado jamn, vino y cerveza, el despreciado vino y la despreciada cerveza. Vaqueros y licencia para ejercer su prepotencia por doquier sin ser castigados ni recriminados ni llamados al orden (incluida la licencia de tirar los crucifijos por las ventanas). Protectores o colaboracionistas siempre dispuestos a defenderlos en los peridicos y a impedir su expulsin, aunque venga dictada por los tribunales. Querido padre Andrzej, es demasiado tarde ya para pedirles que vuelvan a su casa. Habramos tenido, habran tenido que pedrselo hace 20 aos. Pero en cambio, los hemos dejado entrar, en nombre de la piedad y del pluriculturalismo, de la civilizacin y del modernismo, aunque en realidad gracias a cnicos acuerdos euro-rabes de los que hablo en mi libro La fuerza de la razn, peor an; tras haber descubierto que no les gustaba ya hacer de proletarios, recoger los tomates, trabajar en las fbricas, limpiar nuestras casas y nuestros zapatos, les llamamos. 'Venid, queridos, venid, porque tenemos tanta necesidad de vosotros...', y ellos vinieron.A cientos, a miles. Y qu le vamos hacer si, muchas veces, en vez de personas deseosas de labrarse una vida digna trabajando, nos encontramos a menudo con vagabundos. Vendedores ambulantes de inutilidades, dispensadores de droga y futuros terroristas. O terroristas ya entrenados y entrenndose. Y qu le vamos a hacer si desde el momento en que desembarcan nos cuestan un rin! Comida y alojamiento. Escuelas y hospitales. Subsidios mensuales. Y qu le vamos hacer si nos llenan de mezquitas. Y qu le vamos a hacer si se aduean de barrios enteros e, incluso, de ciudades enteras. Y qu le vamos a hacer si, en vez de mostrar un poco de gratitud y un poco de lealtad, pretenden incluso el derecho al voto que, pasndose la Constitucin por el forro, le regalan los partidos de izquierdas.Y qu le vamos a hacer, si para proteger la libertad, por culpa suya tenemos que renunciar a algunas libertades. Y qu le vamos a hacer, si Europa se est convirtiendo o se ha convertido ya en Eurabia. Querido padre Andrzej, no s qu es lo que est pasando en Polonia.Pero en el resto de Europa, comenzando por mi pas, no est sucediendo lo que pas en Viena hace tres siglos. Cuando los 600.000 otomanos de Kara Mustafa pusieron sitio a la capital, considerada el ltimo baluarte del cristianismo, y junto a los dems europeos (excepto Francia) el polaco Juan Sobieski los expuls al grito de Soldados, combatid por la Virgen de Czestochowa. No, no. Aqu est pasando lo que pas, hace ms de 3.000 aos, en Troya, cuando los troyanos abrieron las puertas de la ciudad y condujeron dentro el caballo de Ulises. Despreciada como una Casandra a la que nadie escucha, hace aos que repito sin cesar la misma cancin: 'Arde Troya, arde Troya'. Y hoy, todas nuestras ciudades y pueblos arden de verdad. Exiliar? A quin quiere exiliar? Hoy, los exiliados somos nosotros. Exiliados en nuestra propia casa. P.- Cmo cree que debera reaccionar el papa Benedicto XVI ante esta situacin, siendo, como es, el jefe de la Iglesia Catlica Apostlica Romana y lder de una religin que predica paz, no violencia y bondad? R.- Mire, en mi ensayo El enemigo que tratamos como amigo, en un momento determinado me dirijo directamente a Ratzinger reprochndole lo que le reprochaba a Wojtyla. El dilogo con el islam. 'Santidad -le digo-, cree realmente que los musulmanes aceptan dialogar con los cristianos, incluso con las dems religiones o con los ateos como yo? Cree realmente que pueden cambiar, revisarse y dejar de sembrar bombas?'. Y ahora aado: El terrorismo islmico no es un fenmeno aislado, un hecho en s mismo. No es una iniquidad que se limita a una minora exigua del islam. (En cualquier caso, una minora nada exigua. Se calcula que, en Europa, dispone de 40.000 terroristas dispuestos a sacrificarse. Y no olvidemos que detrs de cada terrorista hay una organizacin concreta, una excelente red de contactos, un ocano de dinero. Ergo, ese nmero de 40.000 hay que multiplicarlo al menos por cinco o por 10).
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El terrorismo islmico -prosigue Fallaci- es slo un rostro, un aspecto de la estrategia adoptada en tiempos de Jomeini (en los das de los cnicos acuerdos euro rabes) para poner en marcha la ofensiva global llamada el Despertar del islam. Un despertar que, una vez ms, pretende acabar con Occidente, su cultura, sus principios y sus valores. Su libertad y su democracia. Su cristianismo y su laicismo. (S, seores, tambin con el laicismo.Quizs sobre todo con el laicismo. Todava no se han dado cuenta de que el laicismo no puede cohabitar con la teocracia?). Un despertar, en definitiva, que no se manifiesta slo por medio de las matanzas, sino tambin por medio del secular expansionismo del islam. Un expansionismo que, hasta el asedio de Viena, se produca con los ejrcitos y las flotas de los sultanes, los caballos, los camellos y las naves de los piratas, pero que ahora se realiza por medio de los inmigrantes, decididos a imponernos su religin. Su prepotencia, su enorme capacidad prolfica. Pues bien, el Papa lo sabe mejor que yo. Mejor que todos nosotros.El problema es que se encuentra en una situacin dificilsima desde un punto de vista poltico y humano. Ante todo, por el hecho de estar al frente de una Iglesia que basa su credo en el amor y en el perdn. Una Iglesia que, en trminos ecumnicos, predica el 'ama a tu prjimo, por lo tanto tambin a tu enemigo como a ti mismo'. Despus, por el hecho de gobernar una inmensa comunidad que, respecto al islam, incluso en las filas de su jerarqua, est dividida, es decir, enrocada sobre posiciones opuestas. Piense en Critas que rescata a los ilegales e, incluso, los esconde.Piense en los Combonianos que con la bandera arcoiris sobre la sotana blanca les distribuyen simblicos permisos de residencia.Piense en los sacerdotes que, en los altares de sus iglesias, permiten a los imames celebrar el matrimonio mixto y gritar Al akbar, Al akbar, (como pas, por ejemplo, en Turn). Y por ltimo, al Papa le pesa el hecho de ser el inmediato sucesor de otro Papa, el papa Wojtyla, que fue el primero en hablar de dilogo. Que con el comunismo y con la Unin Sovitica utilizaba el puo de hierro, pero con el islam utilizaba el guante de terciopelo.Que invitaba a los imames a Ass. Que reciba en el Vaticano al ex terrorista y magnate de terroristas, Yasir Arafat. Y que nunca conden directamente a Bin Laden. Pues bien, Ratzinger quera mucho a Wojtyla. Cmo se puede pretender, ahora, que, una vez vestido de blanco, emprenda otro camino y rechace el sueo del dilogo? Y sin embargo, confo en Ratzinger, en Benedicto XVI. Es demasiado inteligente para no darse cuenta de que el Despertar del islam est en marcha como en la poca del Imperio Otomano, y que con su fundamentalismo ha asumido los contornos de un nuevo nazismo. Que dialogar o ilusionarse con poder dialogar con un nuevo nazismo equivale a cometer el mismo error que la Inglaterra de Chamberlain y la Francia de Daladier cometieron en 1938. Cuando, creyendo poder dialogar con Hitler, Francia e Inglaterra firmaron el Pacto de Munich y, un ao despus, se encontraron con Polonia invadida por los nazis. Es un hombre realmente razonable, Benedicto XVI. Mire cmo afronta, por ejemplo, el irresoluble problema de conciliar la fe con la razn. Se da perfectamente cuenta de que el laicismo ha perdido el tren en su relacin con el islam. Han creado un vaco que alguien tiene que llenar. Por eso creo que, antes o despus, l lo llenar. Eso significa recordar a la intransigencia de la fe que la autodefensa es legtima defensa. No un pecado. Significa sostener que, cuando es necesario, incluso un santo puede dar un puetazo en la mesa. Comportarse como Jesucristo que pierde la paciencia en el Templo y tira los puestos de los mercaderes y quizs les lanza tambin un puetazo a la nariz. Y a mi juicio, significa elegir bien a los aliados. Para m, atea-cristiana (devota no, pero cristiana s), el cristianismo no es slo una filosofa de primera calidad, un pensamiento en el que inspirarme, una raz de la que no puedo, no debo y no quiero prescindir.Es tambin un aliado. Un compaero de ruta. Por lo tanto, tambin lo es el que lo interpreta a su mximo nivel. El que lo representa.
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P.- Qu opina de la guerra contra el terrorismo, capitaneada en estos momentos por EEUU? R.- Mire, padre Andrzej. Un mes antes de que estallase la guerra en Irak escrib para el Wall Street Journal y para el Corriere della Sera un artculo titulado La Rabia, el Orgullo y la Duda donde deca: 'Y si Irak se convirtiese en un segundo Vietnam? Y si de la derrota de Sadam Husein naciese una Repblica Islmica de Irak, es decir, una copia de la Repblica Islmica del Irn jomeinista? La libertad y la democracia no se pueden regalar como dos trozos de chocolate. Especialmente, en un pas y en una sociedad, que ignora el significado de esos conceptos. La libertad hay que conquistarla. Quizs me equivoque, pero yo dejara a los iraques cocerse en su propia salsa'.
No sabe qu es la democracia
Me equivocaba? -se pregunta la veterana periodista-. Me temo que no. Es verdad que me encanta ver a Sadam Husein cado de su trono junto a su banda. Me satisface pensar, aunque slo sea con una migaja de esperanza, que aunque ignoren lo que es la democracia muchos iraques fueron a votar. Pero, visto el precio que estn pagando y que estamos pagando, vistos los muertos que a ambos nos cuesta, sigo pensando que habra sido mejor dejarlos cocer en su propia salsa. En Irak, Estados Unidos se ha empantanado, como se empantan en Vietnam. Y por si eso no fuese suficiente, el Irn de Jomeini se ha quitado la mscara, imponiendo sus centrales nucleares y eligiendo como presidente al torvo individuo que en Tehern dirigi el secuestro de los americanos de la embajada de EEUU. El petrleo aporta mucho dinero, y, con la ayuda de Irn, la Repblica de Irak se torna un fardo cada vez ms pesado. Dicho esto, es decir admitiendo que ya se ha metido la pata, afirmo que atribuir el terrorismo a la guerra de Irak es un error e, incluso, un fraude para engaar a los tontos. El 11 de Septiembre no haba estallado la guerra de Irak. La guerra que declar oficialmente el 11 de Septiembre Osama bin Laden ya estaba en marcha. Desde hace dcadas, los hijos de Al venan atormentando a Europa, a Norteamrica y a Israel con sus matanzas. Recuerda las que, tambin en Italia, sufrimos a manos de Habash y de Arafat? Entiendo hacia dnde apunta su pregunta. Apunta al asunto de la retirada de tropas de Irak. Y le contesto: El terrorismo no cesar ni disminuir imitando al irresponsable e insoportable Zapatero. Al contrario. Cada vez que un contingente se retira, Europa ofrece otra prueba de debilidad y de miedo. P.- A su juicio, definir al islam como una religin de paz y decir que el Corn ensea la misericordia es una tontera.Por qu? R.- Porque, amn de 14 siglos de Historia (siglos durante los cuales el islam no hizo otra cosa que desencadenar guerras, es decir conquistar, someter y masacrar), lo dice el Corn. Es el Corn, y no mi ta, el que llama a los no musulmanes perros infieles. Es el Corn, no mi ta, el que los acusa de oler como los simios y los camellos. Es el Corn, no mi ta, el que invita a sus secuaces a eliminarlos. A mutilarlos, a lapidarlos, a decapitarlos o, al menos, a degollarlos. De tal forma que, si en Arabia Saud, te pillan con una cruz en el cuello, una estampita en la cartera o una Biblia en tu casa, terminas en la crcel y quizs en el cementerio. Hay que meterse en la cabeza esta sencilla, inequvoca e indiscutible verdad: todo lo que los musulmanes hacen contra nosotros y contra s mismos est escrito en el Corn. Viene pedido y exigido por el Corn. La yihad o guerra santa. La violencia, el rechazo de la democracia y de la libertad. La alucinante servidumbre de la mujer. El culto a la muerte, el desprecio a la vida... Y no me responda como los zorros del islam moderado, no me diga que en el Corn hay versiones distintas y diversas. Por mucho que cambien las versiones, en todas ellas la esencia es la
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misma.No entiendo la deferencia con la que ustedes, los catlicos, se refieren al Corn. Al no tiene nada que ver con el Dios del cristianismo. Nada. No es un Dios bueno, no es un Dios padre.Es un Dios malo. Un Dios dueo. No trata a los seres humanos como hijos. Los trata como sbditos, como esclavos. Y no ensea a amar: ensea a odiar. No ensea a respetar: ensea a despreciar.No ensea a ser libres: ensea a obedecer.
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Padre Andrzej, sta es mi respuesta a su ltima pregunta. S muy bien que, al drsela, refuerzo el riesgo de ir a la crcel por delito de opinin enmascarado bajo la acusacin de 'vilipendio al Islam'. S bien que, junto a la crcel, arriesgo la vida, es decir, desafo una vez ms a la nueva HitlerJugend que quiere matarme. Tambin s que tampoco nosotros podemos presumir de santos. Que, en nuestra Historia, tambin nosotros hemos combinado las luces y las sombras. Pero hoy, el peligro no somos nosotros.Son ellos. Es su libro. Y dado que nadie lo dice, dado que alguien debe decirlo, lo digo yo.
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