La Masacre de San Juan

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Se cumplen 40 aos de una tragedia minera en Bolivia La masacre de San Juan

Vctor Montoya* periodista y pedagogo boliviano La masacre minera de San Juan, acaecida en la madrugada del 24 de junio de 1967, no figura en las p ginas oficiales de la !istoria nacional, aun"ue se mantiene viva en la memoria colectiva y se la transmite a trav#s de la oralidad, de generaci$n en generaci$n, convirti#ndola en algunos casos en cuentos y leyendas, como sucede con los !ec!os !ist$ricos "ue se resisten a sucumbir entre las brumas del olvido% & si lo cuento a"u' y a!ora, es por"ue fui testigo de esa !orrenda masacre a los tres d'as de !aber cumplido nueve a(os de edad% )odo comen*$ cuando las familias mineras se retiraban a dormir despu#s de !aber festejado el solsticio de invierno alrededor de las fogatas, donde se bail$ y cant$ al ritmo de cuecas y +ay(os, acompa(ados con ponc!es de alco!ol, comidas t'picas, coca, cigarrillos, cac!orros de dinamita y cuetillos% ,ientras esto suced'a en la poblaci$n civil de Llallagua y los campamentos de Siglo --, las tropas del regimiento .anger y /amac!o, "ue !oras antes !ab'an tendido un cerco al amparo de la noc!e, abrieron fuego desde todos los ngulos, dejando un saldo de una veintena de muertos y setenta !eridos entre las pun*adas del fr'o y los silbidos del viento% Se estima "ue los soldados y oficiales, "ue ingresaron por la *ona norte entre las nueve y once de la noc!e, partieron en trenes desde la ciudad de 0ruro la tarde del 21 de junio% 2l sereno de la tranca, "ue los vio llegar armados dentro de los vagones, intent$ informar a los dirigentes del sindicato y a las radioemisoras, pero fue intimidado por los oficiales "ue prosiguieron su marc!a% 3s', alrededor de las cinco de la ma(ana, comen*$ la balacera para victimar a !ombres, mujeres y ni(os% 2n un principio, ante el ata"ue sorpresivo, algunos confundieron las r fagas de las ametralladoras con los cuetillos y el estampido de los morteros con la e4plosi$n de las dinamitas% La empresa, en complicidad con los masacradores, cort$ la lu* el#ctrica a"uella madrugada, para "ue las radios no pudiesen transmitir ninguna alarma a los pobladores5 en tanto los soldados, "ue estaban apostados en el cerro San ,iguel, cercano de /ana(iri, La Salvadora y el .'o Seco, bajaron como recuas de asnos por la escarpada ladera y ocuparon a fuego los campamentos, la 6la*a del ,inero, la sede del sindicato y la radio 7La 8o* del ,inero9, donde fue asesinado el dirigente .osendo :arc'a ,aisman, "uien, parapetado detr s de una ventana, defendi$ la radio con un viejo fusil en la mano% La matan*a dur$ varias !oras bajo el sol del 24 de junio% Los muertos se desangraban junto a las ceni*as de las fogatas y los !eridos acud'an al !ospital, mientras las madres, aterradas por los disparos y los gritos, intentaban calmar el miedo y el llanto de sus !ijos% 2n medio del caos y el espanto, no faltaron los !ombres "ue, en un intento desesperado por defenderse, se armaron de dinamitas y capturaron a algunos

soldados, a "uienes les despojaron de sus uniformes y les "uitaron sus armas% 6ero todo !ac'a suponer "ue era ya demasiado tarde para preparar una resistencia organi*ada% 2n la 6la*a del ,inero se llenaron los soldados y la jurisdicci$n de la provincia ;ustillo fue declarada 7*ona militar9% La masacre fue ejecutada por $rdenes e4presas de .en# ;arrientos 0rtu(o, cuyo gobierno baj$ los salarios a niveles de !ambre, desabasteci$ las pulper'as, pro!ibi$ el fuero sindical y desat$ una sa(uda persecuci$n contra los dirigentes pol'ticos y sindicales, con el prop$sito de destruir sistem ticamente el eje principal de la resistencia en el seno del movimiento obrero% <e !ec!o, seg=n testimonios de primera mano, se sabe "ue para el 24 de junio se ten'a previsto la reali*aci$n del ampliado nacional de los mineros en Siglo --, con el fin de e4igir un aumento salarial y apoyar a la guerrilla del /!e con 7dos mitas de su !aber9, e"uivalentes a dos jornadas de trabajo% >na suma importante si se considera a los apro4imadamente 2?%??? trabajadores "ue por entonces ten'a la /orporaci$n ,inera de ;olivia @/0,A;0LB% 2l gobierno y las Cuer*as 3rmadas, informados de los preparativos del ampliado y asesorados por la /A3, se apresuraron en ocupar los centros mineros para evitar cual"uier apoyo moral y material destinado a los guerrilleros "ue se bat'an a tiros en las monta(as de Danca!ua*=% /onsiguientemente, lejos de la ilusi$n de encender una c!ispa libertaria en el continente americano, los mineros del altiplano y los guerrilleros comandado por el /!e eran asesinados con las mismas armas y por los mismos enemigos, separados los unos de los otros, sin verse la cara ni compartir la misma trinc!era contra los mercenarios de la /A3 y las tropas del ej#rcito boliviano% .en# ;arrientos 0rtu(o, "uien sab'a maniobrar sus siniestros planes respaldado en el 7pacto militarEcampesino9, "ue #l mismo estableci$ con la burocracia oficialista de los sindicatos del agro, justific$ la masacre bajo el prete4to de "ue el ej#rcito tuvo "ue disparar en defensa propia y "ue era necesario 7combatir el proceso subversivo9 de los mineros en Siglo --, dispuestos a organi*ar un foco guerrillero para plegarse a la gesta armada de 7los barbudos e4tranjeros9 en Danca!ua*=% 3l mismo tiempo "ue la indignaci$n popular corr'a como reguero de p$lvora a lo largo y anc!o del pa's, los 7sindicatos clandestinos9 organi*ados en el interior de la mina, aparte de declarar por unanimidad un paro de 4F !oras en protesta contra la masacre, ratificaron sus justas demandasG retiro de las tropas del ej#rcito, devoluci$n de la sede del sindicato y de la radio 7La 8o* del ,inero95 respeto al fuero sindical, libertad incondicional para los dirigentes detenidos y confinados, indemni*aci$n a las viudas de los asesinados y e4igencia para "ue no sean desalojadas del campamento5 reposici$n de los salarios a los niveles de mayo de 196H y, como si fuera poco, se fij$ tambi#n una cuota "uincenal de die* pesos por obrero, para gastos del sindicato y para ad"uirir armas% La resistencia popular, en escala nacional, encontr$ su vanguardia indiscutible en los sectores mineros "ue, por su alto grado de conciencia pol'tica y convicci$n combativa, estaban decididos a defender sus derec!os m s elementales y continuar declarando a Siglo -- 7territorio libre9, en un franco desaf'o contra la dictadura militar%

3 la masacre sigui$ la represi$n y el despido de los 7agitadores9 de sus fuentes de trabajo% >nos fueron a dar en las ma*morras y otros en el e4ilio, las viudas y los !u#rfanos fueron e4pulsados del campamento sin indemni*aci$n ni derec!o a nada y la masacre de San Juan "ued$ en la impunidad% La ola de persecuci$n se plane$ en el 3lto ,ando ,ilitar, con el claro objetivo de li"uidar f'sicamente a los dirigentes m s esclarecidos de la resistencia obrera% 3s' fue como dieron con el paradero de Asaac /amac!o, uno de los principales l'deres de los 7sindicatos clandestinos9, a "uien, luego de apresarlo el 29 de julio, en una casa cercana de la 6la*a Iueva en Llalagua, lo torturaron brutalmente y lo desaparecieron sin dejar rastro alguno% .en# ;arrientos 0rtu(o, adem s de la masacre minera, fue el responsable directo del asesinato, encarcelamiento, tortura y desaparici$n de varios opositores a su gobierno, !asta el d'a en "ue muri$ calcinado en el mismo !elic$ptero "ue le obse"uiaron sus aliados del norte% Io obstante, a pesar de los m=ltiples testimonios de esta sombr'a !istoria, todav'a !ay "uienes e4altan su 7patriotismo9 y le llaman 7el general del pueblo95 cuando en realidad no era m s "ue un simple general golpista, un aviador entrenado en 2stados >nidos y un servil lacayo del imperialismo, "ue supo aprovec!ar su mandato presidencial para sa"uear los recursos naturales en medio de un pa's "ue se desangraba en la miseria y lloraba a sus muertos bajo la bota militar% Publicado en BolPress, el peridico online de La Paz (Bolivia), el 19 de junio de 2007. Reproducido en el se anario Peripecias !" #$ el 20 de junio de 2007. %e reproduce en nues&ro si&io 'nica en&e con (ines in(or a&ivos ) educa&ivos.

Crnica de un desaparecido
saac Camac!o era mesti*o de buen parecer5 ten'a estatura regular, fisonom'a delgada, cabellera tendida !acia atr s, bigotes finos, ojos pardos y mirada escudri(adora% Si observamos esta fotograf'a, tomada en un estudio para un documento de identidad, lo primero "ue resalta es el brillo de sus ojos, como si "uisiera comunicar algo a trav#s de la c mara fotogr fica5 viste una camisa abotonada !asta el =ltimo ojal y un saco de bayeta de tierra "ue, en su #poca, era una suerte de uniforme gris "ue identificaba a los militantes poristas en el distrito minero de Siglo --% Iaci$ en la poblaci$n de Llallagua y estudi$ en el Anstituto 3mericano de la ciudad de La 6a*, donde se dedic$ a la bo!emia descuidando sus estudios, mientras su madre, por entonces la c!ic!era m s pr$spera del pueblo, invert'a sus ganancias en el futuro de su !ijo, envi ndole una encomienda semanal para "ue viviera sin perder el orgullo ni el respeto entre "uienes lo conoc'an% ,as #l, junto a otros estudiantes frustrados, deambulaba por las cantinas perif#ricas de la ciudad, derroc!ando el dinero "ue recib'a para el pago de las pensiones y los gastos del Anstituto% 3lgunos dicen "ue se asom$ a los submundos de la capital, !asta "ue un d'a, por esas e4tra(as casualidades del destino, se le atraves$ en su vida la magneti*ante personalidad de /#sar Lora, "uien lo arranc$ de las garras del alco!ol y lo devolvi$ a las minas de Siglo --, donde fue contratado para trabajar en la mort'fera secci$n ;locJEcaving, neg ndose a sacar ventajas de su bagaje cultural%

/on el paso del tiempo, estimulado por las lecturas de los cl sicos del mar4ismo y la f#rrea disciplina partidaria, se troc$ en luc!ador indomable, en ejemplar militante revolucionario y en leg'timo portavo* de los sin vo*% <emostr$ gran capacidad en la tarea de aglutinar simpati*antes y acab$ siendo uno de los cuadros visibles del movimiento sindical minero% Sin lugar a dudas, Asaac /amac!o correspond'a a esa categor'a de !ombres de esp'ritu rebelde, capa* de batirse palabra a palabra y mano a mano con los adversarios de las ideas revolucionarias, "ue #l las consideraba suyas por estar entroncadas en la realidad de sus compa(eros de clase, de esos mineros "ue arrojaban sus pulmones, trocito a tro*o, en los tenebrosos socavones, de donde e4tra'an las ri"ue*as de la 6ac!amama, con la esperan*a de forjar una naci$n m s digna "ue la propuesta por los enemigos de la libertad y la justicia% 3 mediados de 196H, desencadenada la represi$n por el r#gimen de .en# ;arrientos 0rtu(o, y tras el retiro masivo de los sindicalistas de la /orporaci$n ,inera de ;olivia @/0,A;0LB, tanto Asaac /amac!o como /#sar Lora, en su intento de burlar la persecuci$n y buscar un refugio seguro, abandonaron Siglo -- rumbo a la ciudad de Sucre, donde vivieron ocultos por un tiempo, !asta "ue el 26 de julio, al constatar "ue los agentes del <epartamento de Anvestigaci$n /riminal @<%A%/%B segu'an sus !uellas, decidieron retornar a Siglo --, con el prop$sito de organi*ar los sindicatos clandestinos en el interior de la mina% 3l pasar por el valle de Kua(uma, en direcci$n a un caser'o del norte de 6otos', fueron detectados por el agente 2nri"ue ,are(o, "uien, tras al"uilarles una mula para cargar sus pertenencias, se encarg$ de delatarlos ante los organismos de represi$n% <e a!' "ue el 29 de julio, en las pro4imidades de Sacana, a tres leguas de San 6edro de ;uena 8ista, sus captores, vestidos de civiles y al mando de 6r$spero .ojas, los aguardaban en la confluencia de los r'os )oracar' y 8entilla, para ejecutar los planes del ,inisterio del Anterior "ue, por $rdenes e4presas de la /A3, decidi$ la eliminaci$n f'sica del dirigente minero /#sar Lora% Asaac /amac!o, refiri#ndose a las circunstancias del crimen, relat$ "ue primero !ubo un roce de palabras y despu#s un forcejeo "ue culmin$ con el disparo de un rev$lver% 3cto seguido, se liber$ de los bra*os de sus captores, busc$ a su camarada en derredor y, asaltado por el p nico y la confusi$n, lo encontr$ tumbado en el suelo, la cara ensangrentada y la frente perforada por el tiro% 6or un instante, los agentes callaron y se miraron entre s'% ,iraron el rev$lver y miraron a la v'ctima, entretanto Asaac /amac!o, conmovido por el disparo *umb ndole todav'a en los o'dos, se postr$ de rodillas junto al cuerpo "ue yac'a sin un ! lito de vida% :imi$ y bes$ la mejilla de su inseparable compa(ero, a "uien consideraba un caudillo con talento natural, no s$lo por su e4traordinaria capacidad de convocatoria, sino tambi#n por sus luminosas ideas "ue, convertidas en palabras certeras y acciones revolucionarias, provocaron su temprana muerte%

/uando los agentes del gobierno se dispusieron a retirarse, Asaac /amac!o se carg$ de coraje y reaccion$ como sacudido por una corriente el#ctrica% Se puso de pie y, dirigi#ndose a los asesinos, les pidi$ en vo* altaG LM, tenme a m' tambi#n, carajosN LIo tenemos $rdenes Lcontestaron al un'sono y se alejaron del lugar% 2ntonces, entre el llanto brot ndole del alma y el viento sopl ndole en la cara, "ued$ a solas con el cad ver, sin saber a "ui#n pedir au4ilio en un terreno desolado y bald'o% Le lav$ la !erida en el r'o y lo carg$ !asta San 6edro de ;uena 8ista, donde acudi$ a los campesinos para darle transitoria sepultura, apenas envuelto con fra*adas y aguayos% 2l pintor ,iguel 3landia 6antoja, conocedor de los !ec!os, no dud$ en tomar la paleta, el caballete y los pinceles, para plasmar su in"uietante idea sobre el lien*o, a modo de perpetuar la memoria de dos luc!adores mineros "ue, fieles a sus ideales y su condici$n de clase, estaban dispuestos a ofrendar sus vidas en aras de la liberaci$n nacional y la revoluci$n socialista% 2l artista, "ue !ac'a suyas las epopeyas del movimiento obrero boliviano, nos permite apreciar a trav#s de su pintura el dramatismo y el escenario donde se perpetr$ el delito, pues desde un fondo tel=rico, compuesto por cerros y "uebradas, emerge la imagen !uidi*a de Asaac /amac!o, "uien, ataviado con ponc!o y guardatojo, carga en sus bra*os el cad ver de /#sar Lora, cuyo rostro cubierto revela "ue el disparo fue en la cabe*a y cuyos pies descal*os !acen suponer "ue el asesinato fue perpetrado a orillas de un r'o% Asaac /amac!o, a poco de enterrar el cad ver, y sin otro pensamiento "ue denunciar la pol'tica criminal del gobierno, se encamin$ a principios de agosto de 196H con destino a La 6a*, donde lleg$ e4!austo despu#s de !aber asistido a reuniones clandestinas en 6otos', Siglo -- y 0ruro% Los mineros, al recibir la noticia del luctuoso asesinato consumado por la bota militar, no s$lo lloraron por la muerte del caudillo "ue entreg$ su vida y su nombre a la causa de los oprimidos, sino tambi#n arengaron a los cuatro vientos para glorificar su imagen en la memoria colectiva, conscientes de "ue este tipo de !ombres, cuyos ideales de justicia son banderas de libertad, no mueren por muc!o "ue sus enemigos se esfuercen en soterrarlos en el polvo del olvido% Asaac /amac!o, un mes despu#s de denunciar a los culpables de la muerte de /#sar Lora, fue apresado, conducido al campo de concentraci$n de 3lto ,adidi y finalmente encerrado en el 6an$ptico Iacional, de donde fue liberado por una fuerte presi$n popular% 3 su retorno a Siglo --, prosigui$ su luc!a contra la dictadura a trav#s de los sindicatos clandestinos% 3s' se mantuvo !asta la noc!e del 21 de junio de 1967, en "ue se dio inicio a la tradicional fogata de San Juan, encendiendo le(a y trastos viejos en las calles, mientras alrededor del crepitante fuego se reun'an las familias mineras, !aciendo tronar juegos artificiales y brindando en la noc!e m s fr'gida del a(o% Sin embargo, lo "ue muc!os desconoc'an era "ue para !oras m s tarde estaba prevista la inauguraci$n del 3mpliado ,inero, para cuya ocasi$n, y tomando las precauciones debidas, llegaron un d'a antes varias delegaciones

de trabajadores del interior del pa's% 2l prop$sito era acordar acciones concretasG e4igir al gobierno el respeto al fuero sindical, el aumento salarial, la reincorporaci$n al trabajo de los mineros despedidos y la declaraci$n de amnist'a para los dirigentes e4iliados, perseguidos y encarcelados% 3simismo, ten'an pensado aprobar un apoyo moral y material a favor de la guerrilla comandada por el /!e :uevara en las monta(as de Danca!ua*=% 2l presidente .en# ;arrientos 0rtu(o y las Cuer*as 3rmadas, al informarse de los preparativos y las intenciones del 3mpliado ,inero, movili*aron a las tropas del ej#rcito para ocupar los distritos de /atavi, Llallagua y Siglo --, intentando evitar el brote de un nuevo foco guerrillero en apoyo al /!e% <e modo "ue el 24 de junio, los soldados, secundados por los agentes del <%A%/%, abrieron fuego al despuntar el alba% Los ocupantes dispararon a mansalva contra "uienes se encontraban todav'a ati*ando en las calles, en tanto la artiller'a pesada, apostada en las faldas de los cerros, dispar$ morteros y ba*ucas contra las viviendas de los campamentos, especialmente a la altura de La Salvadora y el .'o Seco% Los pobladores, sacudidos por el estampido de las granadas y el tableteo de las ametralladoras, pensaron "ue se trataba de dinamita*os y juegos artificiales propios de la festividad5 mas luego se dieron cuenta de "ue se desat$ una verdadera masacre, dejando un reguero de muertos y !eridos% 16 a(os despu#s de la ,asacre de San Juan, y a poco de encontrar la pintura de ,iguel 3landia 6antoja impresa entre las p ginas de un viejo folleto, no pude resistir la tentaci$n de escribir esta cr$nica, a partir de los recuerdos "ue guard# por muc!o tiempo en el po*o de la memoria% La imagen m s n'tida "ue conserv$ de Asaac /amac!o es la del 24 de junio de 1967, cuando #l, en su condici$n de vecino nuestro y en su af n de evadir la persecuci$n, salt$ por el muro del patio "ue daba a nuestra casa, donde fue recibido por los gru(idos del perro% La ma(ana estaba fr'a y no !ac'a muc!o "ue !ab'a cesado la masacre% &o permanec'a acostado en la cama, temblando de miedo como un cac!orro mojado, !asta "ue Asaac /amac!o abri$ la puerta y dej$ penetrar el soplo !elado del viento5 vest'a un abrigo negro y un gorro !asta las cejas, ten'a el cigarrillo !ume ndole en la boca, una mano en el bolsillo y los ojos cansados por la vigilia% Lo mir# como a un !ombre "ue inspiraba seguridad y optimismo, ese optimismo "ue irradian los seres de buena fe% 3poy$ su !ombro contra el marco de la puerta y all' permaneci$ callado, seguramente por"ue en ese instante atravesaba por su mente la idea de !uir de sus captores, rompiendo el cerco de !ierro "ue el ej#rcito tendi$ alrededor de la poblaci$n minera% <espu#s !abl$ con vo* "ueda, casi suave, como si intentara esconder un secreto, mientras el !umo del cigarrillo, formando espirales en el aire fr'o, se disipaba entre sus bigotes como un velo de gasa% L2stos carajos !an matado a !ombres, mujeres y ni(os Edijo, refiri#ndose a los soldados% ,i padre se incorpor$ en la cama, apoy$ la nuca en la pared y pregunt$G

LO& la .adioP OQu# pas$ con R.adio la 8o* del ,ineroRP LLa .adio fue intervenida militarmente Lcontest$% 2n efecto, cuando mi padre movi$ el dial en procura de captar R.adio la 8o* del ,ineroR, no se o'a m s "ue una m=sica marcial, como una forma de manifestar la !ostilidad del gobierno contra los trabajadores% LKay "ue cuidarse LdijoL% Luego a(adi$G LKoy mismo convocaremos a una asamblea en el interior de la mina% /err$ la puerta y desapareci$% <os d'as m s tarde se supo "ue en una asamblea reali*ada en el nivel 411 del interior de la mina, considerado uno de los refugios m s seguros para los dirigentes acosados por los esbirros de la dictadura militar, fue elegido miembro de la Cederaci$n Sindical de )rabajadores ,ineros de ;olivia @CS),;B, ocasi$n en la cual se ratificaron las demandas aprobadas en la reuni$n efectuada, el mismo d'a de la masacre, en .adio 6'o -AAG retiro de las tropas de las minas, devoluci$n de la sede sindical y de R.adio la 8o* del ,ineroR, respeto al fuero sindical, libertad para los dirigentes detenidos y confinados, indemni*aci$n a las viudas de los asesinados y e4igencia para "ue no sean desalojadas del campamento, reposici$n de los salarios a los niveles de mayo del 6H y, como si fuese poco, se fij$ tambi#n una cuota "uincenal de die* pesos por obrero, para gastos del sindicato y para ad"uirir armas% <esde ese d'a, 27 de junio, no volv' a saber nada m s de #l ni volv' a escuc!ar su nombre, sino !asta "ue un mes y una semana m s tarde, e4actamente el 1? de julio de 1967, mi padre, apenas termin# de tomar el desayuno, me alcan*$ una fra*ada d ndome instrucciones precisasG LLl#vale esta fra*ada a Asaac, "ue est viviendo cerca de la 6la*a Iueva, en la casa de los 6aredes, y no digas nada a nadie% 2n ese instante, con la intuici$n propia de un ni(o, me di cuenta de "ue Asaac estaba oculto% :an# la calle, donde el viento soplaba con furia, y me encamin# !acia la casa de los 6aredes% )o"u# la puerta, la mirada alerta y llevando la fra*ada como una pelota entre los bra*os% 3l poco rato se abri$ la puerta y, bajo la p lida lu* del sol, sali$ a mi encuentro una mujer "ue, sec ndose las l grimas y maldiciendo a gritos, dijoG SM2sos desgraciados lo !an apresadoN M/orreydile a tu pap "ue unos polic'as enmascarados se lo llevaron anoc!e en un jeepN%%%T% ,e "ued# estupefacto, sin saber "u# decir ni "u# !acer% La due(a de casa, cuya e4presi$n de sus ojos jam s olvidar#, se cubri$ con su mantilla y tranc$ la puerta antes de "ue me retirara, la respiraci$n a!ogada en el pec!o y la mirada perdida en la nada% 3 partir de esa ma(ana, nunca m s se volvi$ a saber de Asaac /amac!o, salvo por los testimonios de algunos e4 prisioneros "ue especulaban !aberlo visto encadenado en la c rcel de 6urapura, pintando una ventana en la pared de la celda para dejar entrar la lu* del d'a% 0tros dec'an "ue lo vieron en

/!onc!ocoro, el m s famoso campo de concentraci$n del pa's, donde los mercenarios del gobierno, "ue aprendieron a torturar en gatos y perros, acabaron con su vida% Sin embargo, lo m s probable es "ue lo tuvieron preso en las celdas del ,inisterio del Anterior, donde, por $rdenes de la /A3 y del entonces ministro 3ntonio 3rguedas, lo torturaron !asta matarlo, para despu#s fondearlo en el lago )iticaca desde lo alto de un !elic$ptero, el cuerpo ensangrentado y los pies embalsamados en un blo"ue de cemento% /uando los mineros y su esposa reclamaron por su ausencia, el ,inistro del Anterior dijo "ue el 9 de agosto fue embarcado rumbo a 3rgentina% Iada m s falso% Se removi$ cielo y tierra, y no se lo volvi$ a encontrar ni vivo ni muerto% <esapareci$ para siempre OQu# !an !ec!o con sus restosP 2s la interrogante "ue perdura en la mente de "uienes lo consideraban uno de los l'deres m s descollantes del movimiento obrero boliviano%

C"sar Lora Caudillo y m#rtir o$rero


por 8'ctor ,ontoya UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU Junto a un pu(ado de tierra "ue traje desde ;olivia, me traje tambi#n tu fotograf'a, "ue pas$ de manos del dirigente minero /irilo Jim#ne* a manos de mi madre, y de ella a las m'as% <esde entonces no !e dejado de mirarte todos los d'as, pues te tengo en el sitio preferido de mi escritorio% )= me acompa(as en las largas !oras de encierro y eres el primero en leer todo cuanto escribo5 m s todav'a, tu imagen me persigue desde la infancia, desde cuando viv'a en Siglo --, donde el sol ca'a a plomo y los ventarrones !ac'an volar los tec!os por los aires% Qui* por eso, mientras escribo estas l'neas, siento el olor a copagiraV% 2n esta fotograf'a, captada en la gerencia de la 2mpresa ,inera /atavi, llevas orgulloso tu vestimenta de mineroG overol con tiradores y bolsillos amplios a la altura del pec!o, camisa de bayeta percudida por el sudor y el polvo, c!a"ueta gris manc!ada por las grasas de la perforadora y un guardatojoV salpicado por las gotas de s'lice% )u imagen, "ue desprende una aureola de caudillo, parece esculpida en mole de granito, donde los rasgos de tu rostro se muestran en detalle% ,e impresiona la vivacidad de tus ojos sesgados, cuya mirada penetrante est clavada en alg=n punto fijo del entorno, en tanto tus labios entreabiertos, "ue parecen decir algo, dejan entrever unos dientes apretados y menudos5 la sombra de tus bigotes es negra como el arco de tus cejas, y tu mand'bula firme se ensanc!a all' donde aparece el naciente de tu cuello, m s abajo de la patilla de tu abundante pelo rebelde, casi !irsuto, "ue escapa por debajo del guardatojo% )en'as una aguda inteligencia y el don de la palabra, pues en las reuniones y asambleas se !ac'a un repentino silencio apenas se al*aba tu figura y se escuc!aba tu vo*, dispuesta a manifestar las preocupaciones de la conciencia, en momentos en "ue !ablar era un peligro y cuando los conflictos laborales eran ya una llama encendida5 eras de mediana estatura, pero tu fortale*a f'sica la forjaste desde ni(o, desde cuando te !iciste amo de las monta(as y los

riscos de 6anacac!i Lla vieja propiedad agr'cola de tu padreL, donde te dedicabas a criar jilgueros y a cuidar el ganado, mientras go*abas con las lecturas de <on Quijote5 unas veces sentado en la rama del rbol y otras tendido en las m rgenes del r'o% )en'as la agilidad de felino y la velocidad del venado5 cog'as al *orro despavorido en plena carrera, domabas al potro m s salvaje o volteabas al toro por las astas, con la misma fuer*a y facilidad con "ue atrapabas a un c!ivo, lan* ndole a las patas dos boleadoras de piedra atadas por una cuerda% <esde ni(o compartiste la mesa y la cama con los pongos de tu padre, "uien jam s puso en duda tu amor desmedido por los !umildes% 6ose'as un cora*$n noble, una bondad sin l'mites y una modestia "ue, entre los tuyos, se trocaba en generosidad y entrega% .egalabas tu ropa entre "uienes la necesitaban y distribu'as tu dinero entre "uienes te lo ped'an% /omo bien dijo tu !ermano mayorG S,ostrabas un total desinter#s por el dinero y las comodidades materiales% 8iv'as como un monje y dabas la impresi$n de !aber nacido para ser un ap$stolT% )u deseo de justicia, "ue clamaba con energ'a volc nica desde tu interior, te enfrent$ a las fuer*as del orden y al autoritarismo castrense% ,as el desacato a la autoridad y la constante fricci$n con tus superiores te cost$ muy caro, pues el comando del regimiento te envi$ castigado a la in!$spita regi$n de /ura!uara de /arangas, donde te amotinaste junto a los soldados m s belicosos contra la jerar"u'a castrense% Luego vinieron las torturas en los calabo*os% Cuiste sometido a un /onsejo de :uerra y condenado a dos a(os de prisi$n, sin m s consuelo "ue una payasa de paja brava y un plato de comida% /uando ingresaste a trabajar en el interior de la mina, entre penumbra y roca dura, eras el =nico minero capa* de trepar los pi"uesV llevando al !ombro una perforadora y el =nico "ue se atrev'a a cru*ar los bu*ones de un brinco% 2n el trabajo demostrabas una voluntad de !ierro y en el combate un coraje indomable, actitud "ue te permit'a descollar como l'der nato, a la cabe*a de un pi"uete de obreros armados con fusiles y cac!orros de dinamita% 2n los d'as en "ue el fr'o y el viento eran recios, y en las tardes en "ue el ocaso se escond'a detr s de los cerros para dar paso a la noc!e desangr ndose en estrellas, te refugiabas en el paraje del )'oV% 3un"ue tus dic!os y !ec!os estaban en armon'a con los principios del ,aterialismo, te sentabas junto al )'o, beb'as sorbos de aguardiente y mascabas !ojas de coca, no tanto por !acer m s leve el cansancio ni tener la mente proclive a las supersticiones, sino tan s$lo para compartir las creencias de tus compa(eros de ascendencia ind'gena, "uienes, intuitivamente, supieron advertir tu inteligencia y revelar los sentimientos m s profundos "ue escond'as en el alma% 6oco despu#s de la contrarrevoluci$n protagoni*ada por .en# ;arrientos 0rtu(o, en noviembre de 1964, tu vida cambi$ de rumbo5 abandonaste la mina tras la persecuci$n desatada por el gobierno contra sus opositores y encontraste refugio en un pe"ue(o caser'o del norte de 6otos', donde te aguardaban ya tus asesinos, prestos a cumplir las $rdenes emanadas por la Junta ,ilitar y la /A3% Asaac /amac!o, el fiel compa(ero y testigo ocular del acto, nos !a dejado el vivo testimonio del d'a y la !ora en "ue fuiste victimadoG S2l 29 de julio de 196H te encontrabas en las pro4imidades de Sacana, "ue est a tres leguas de San

6edro de ;uena 8ista% /uando llegaste a la confluencia de los r'os )oracar' y 8entilla, c!ocaste con un pi"uete de civiles "ue estaba al mando de 6r$spero .ojas, 2duardo ,endo*a y otro a "uien llamaban 0sio% 2nri"ue ,oreno, "ue te al"uil$ la mula, se encarg$ de delatarte% >na ve* apresado, estabas siendo conducido !acia San 6edro, pero en el camino, a pocos metros del mencionado cruce de r'os, comen*aron a golpearte y, de s=bito, se escuc!$ un tiro de rev$lverT% Cue entonces cuando ca'ste de bruces, la sangre estall$ en tu cabe*a y tu cora*$n dej$ de latir% 2l disparo, seco y certero, te mat$ en el acto% /uando los asesinos se marc!aron por el mismo camino por donde !ab'an llegado, Asaac /amac!o, postrado de rodillas y sosteni#ndote en los bra*os, constat$ "ue el proyectil te penetr$ por la ceja derec!a y te sali$ por la parte posterior del cr neo% )e mataron a los escasos 1F a(os de edad, "ue lo mismo pod'an !aber sido 6? $ 9?, puesto "ue t= viv'as contra el reloj y enfrentado a tu propio destino% )us restos fueron trasladados a Siglo -- y velados en la sede del sindicato, donde la gente m s !umilde desfil$ al pie de tu ata=d% Los campesinos, de rostros adustos y enfundados en ponc!os negros, acudieron en caravanas desde sus lejanas comunidades para darte sepultura5 en tanto los mineros, con la mirada de furia y el pu(o en alto, montaron guardia noc!e y d'a, !asta "ue lleg$ la !ora en "ue tu ata=d, levantado en vilo sobre el !ombro de los mineros m s j$venes, empe*$ a recorrer por las calles, abri#ndose paso entre la muc!edumbre "ue asisti$ a tus funerales% 2n la 6la*a de Llallagua y en la puerta del cementerio se concentr$ una multitud en estado de furia y se al*aron ovaciones m s rotundas "ue imaginarte puedas% Los mineros y campesinos, a "uienes les dedicaste tu luc!a y tu vida, te rindieron un justo !omenaje y se despidieron con discursos "ue promet'an vengar tu muerte5 de los cora*ones brotaron l grimas de triste*a y de los labios palabras de muc!a pesadumbre% %%%%%%%%%%%% * Copagira& agua me'clada con residuos minerales( de color amarillo o plomi'o( proveniente de la mina) * *uardato+o& casco de proteccin) * ,i-ues& e.cavaciones verticales) * /o& deidad del mal y el $ien( amo y seor de las ri-ue'as minerales)

Luc!ador o$rero en la portada de un li$ro


8'ctor ,ontoya 2sta !ermosa fotograf'a est impresa en el libro 7Anterior mina9 de .en# 6oppe, "uien, luego de !aber trabajado un tiempo en Siglo --, entendi$ "ue para identificar al obrero del subsuelo boliviano no !ab'a mejor rostro "ue el de 8'ctor Si(ani% 2n efecto, este !ombre orgulloso de su 7ra*a de bronce9, adem s de !aber sido minero, fue uno de los dirigentes campesinos del Iorte de 6otos', donde comparti$ las luc!as y la suerte de sus !ermanos de clase, consciente de "ue la tierra era para "uien la trabajaba, como el trigo era el pan de "uien sembraba la semilla% 8'ctor Si(ani aparece en esta fotograf'a con la mirada perdida en la galer'a y el rostro

iluminado por la l mpara del guardatojoV5 tiene los p$mulos prominentes y la nari* e4presiva% La letra 7.9, "ue luce en la pec!era de su c!a"ueta, pod'a ser tran"uilamente la abreviatura de la palabraG 7.evoluci$n9% La c!a"ueta es de gamu*a y diablofuerte, muy fina para ser usada en el laboreo de la mina, pero de seguro "ue a #l no le importaba este detalle, salvo trabajar duro para llevar el pan a la boca de sus !ijos% 6or su origen campesino, era una persona a "uien le gustaba la verdad cruda, incluso violenta, y aun"ue era de car cter taciturno, pronunciaba palabras de asombro cada ve* "ue transmit'a una idea% <aba la sensaci$n de decir muc!o diciendo poco% 8'ctor Si(ani correspond'a a esa estirpe de !ombres del altiplano "ue, siendo parcos en la palabra y desconfiados con los desconocidos, no pod'a compartir sus pensamientos con "uienes no compart'an su realidad ni su tiempo% Cue legendario luc!ador porista, no s$lo por"ue supo permanecer fiel a sus ideas pol'ticas, sino tambi#n por"ue supo batirse, fusil y dinamita en mano, contra los enemigos de los obreros y campesinos% <e sus !a*a(as se cuentan innumerables an#cdotas% Io es para menos, en enero de 196?, fue uno de los "ue encabe*$ la toma de la pla*a de Kuanuni, donde los mineros entraron repentinamente, como una tromba arreada por el viento% 6elearon duro y parejo contra los carabineros, !asta !acerlos desertar de sus trinc!eras% 3s' es, cuando los J!oya loco empie*an el combate no !ay /risto "ue los detenga% 2ste minero de recio temple se enfrent$ contra las dictaduras militares% Sobrevivi$ a las jornadas de SoraESora, en 19645 a la masacre de San Juan, en 19675 al golpe militar de Kugo ;an*er, en 1971% <e sus combates y su coraje daban cuenta sus compa(eros m s cercanosG 72l 8ictu"uito, donde pon'a el ojo, pon'a la bala, dejado fuera de combate a cuentos se le pon'an en el flanco9% 2s decir, lo "ue no pod'a resolver a golpes de palabra, lo resolv'a a tiros% 3 mediados de 1976, tras el fracaso de la !uelga general indefinida decretada por la Cederaci$n Sindical de )rabajadores ,ineros de ;olivia @CS),;B, fue perseguido y apresado en la ciudad de 0ruro, torturado y encarcelado% Los sicarios del gobierno sab'an "ue 8'ctor Si(ani ten'a una larga trayectoria como dirigente mineroEcampesino% 2ra uno de sus representantes m s genuinos, el "ue se mantuvo fiel a los intereses de su clase, sin claudicar sus principios pol'ticos ni ser tr nsfugo como los elementos amarillos% 2staba convencido de "ue pese al cierre de las minas y los decretos antipopulares de 19FH, los mineros se(alar'an el camino de luc!a "ue conducir'a a la naci$n oprimida a liberarse de los l tigos del imperialismo y del despotismo de sus lacayos nativos% ,ientras tanto, recluido en su condici$n de relocali*ado, esperaba con irresistible paciencia el primer campana*o de la asonada final, como "uien estaba acostumbrado a acatar las medidas de la 7acci$n directa de masas9, consciente de "ue la emancipaci$n de los trabajadores ser'a obra de los mismos trabajadores% 8'ctor Si(ani era uno de esos !ombres "ue, por su propia naturale*a, atra'a la atenci$n de los intelectuales pe"ue(os burgueses, "uienes intentaban descubrir los rec$nditos secretos "ue guardaba este militante obrero, pues aparte de estar !ec!o a golpes de e4plotaci$n y miseria, alcan*$ un alto grado de conciencia ideol$gica%

2n #l !i*o carne el programa de la vanguardia revolucionaria del proletariado y en #l se proyectaron como ecos los gritos de protesta de obreros y campesinos% 2n los d'as festivos se lo ve'a en las c!ic!er'as de Llallagua, ya en la calle 0miste @donde mueren los valientesB o en la calle ;allivi n% Le bastaba un c!arango para !acer *apatear a las mo*as de /!ayanta y 6ocoata, "uienes, polleras plisadas, mantillas al !ombro y sombreritos ladeados, bat'an palmas para "ue don 8'ctor rasgueara el c!arango al ritmo de las tonadas nortepotosinas% 3 veces se lo escuc!aba cantar, con vo* de lamento y dolor, el +uay(o dedicado a su camarada y compa(ero /#sar LoraG 7Los mineros lloran sangreW por la muerte de un obreroW ese !a sido /#sar LoraW asesinado en San 6edro%W 6ara el minero no !ay justiciaW para el minero no !ay perd$nW m s bien tratan de aplastarloW capitalistas sinvergXen*as%%%9% <espu#s, c!arango en mano y guardatojo en alto, se lo escuc!aba gritarG 7M8ivan los mineros, carajoN M:loria a /#sar Lora e Asaac /amac!oN%%%9% Io era casual, 8'ctor Si(ani, desde cuando abandon$ el campo y se proletari*$ en las minas, sigui$ los pasos de /#sar Lora, por "uien sent'a una franca admiraci$n y respeto% /re'a ciegamente en sus palabras y acciones, pues sab'a "ue #l !ablaba con sabidur'a popular y con el cora*$n en la boca, y sus !ec!os estaban encaminados a con"uistar una sociedad m s justa y e"uitativa, donde no e4ista ya m s lamento ni clamor ni dolor% )anta era su confian*a depositada en el caudillo obrero "ue, muc!as veces, "uiso creer "ue era el =nico !ombre en la tierra capa* de !acer posible "ue los trabajadores sean los due(os absolutos de su destino, "ue los ojos de los ciegos se abran, "ue los o'dos de los sordos se destapen y la lengua de los pobres se desate con alegr'a% ,as todo este sue(o se torn$ en pesadilla, cuando el 29 de julio de 196H, los c!acales del dictador .en# ;arrientos 0rtu(o, por $rdenes e4presas de la Junta ,ilitar y la /A3%, asesinaron a /#sar Lora, con un disparo en la frente y una sentencia "ue dec'aG 7,uerte a los subversores9% )odav'a recuerdo a"u#lla tarde de verano ardiente de 1974, en "ue 8'ctor Si(ani, seguido por un pi"uete de mineros, se endilg$ al cementerio de Llallagua, al otro lado de pampa ,ar'a ;ar*ola, con el prop$sito de desalojar los restos de /#sar Lora, en cuyo nic!o se pensaba sepultar el f#retro de su finado padre% 8'ctor Si(ani, apenas llegamos al cementerio, cuyas paredes parec'an descolgarse de una colina !acia el fondo del r'o, abri$ el nic!o con martillo y cincel, arrastr$ el caj$n de madera !acia s' y pidi$ "ue nos retir ramos del lugar por el temor a "ue la fetide* del cad ver, en estado de descomposici$n, nos provocara una 7enfermedad9% Iosotros cumplimos su pedido, mientras #l permaneci$ all', solo, en cuclillas y dispuesto a desclavar el caj$n con la punta de un cuc!illo% Se cubri$ la nari* con la c!a"ueta y, a poco de descubrir el cad ver de /#sar Lora, "ue a una d#cada de su asesinato segu'a conservando las facciones de su rostro, se levant$ de golpe y dijoG 73=n no es tiempo de desalojar este cad ver9% <espu#s, con los ojos a punto de estallar en l grimas, volvi$ a clavar el caj$n y a cerrar el nic!o a cal y canto% 8'ctor Si(ani @8ictu"uito, para los amigosB, as' como aparece retratado en esta fotograf'a, "ue !oy forma parte de la portada de un libro, era un minero de pura cepa y un militante ejemplar, como todo revolucionario "ue no se vende ni se al"uila% *losario

GuardatojoG /asco de protecci$n Khoya locosG Locos de la mina RelocalizadoG <espedido de la mina y ec!ado a la calle% WayoG ,=sica popular de los 3ndes de ritmo melanc$lico !ttpGWW+++%margencero%com

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