El Doriforo
El Doriforo
El Doriforo
Introducción.
El lancero apoya su peso sobre una pierna, mientras que la otra está
descargada, desplazándose ligeramente hacia atrás, al igual que la lanza. La
mano contraria a la pierna sobre la que se apoya la estatua en sutil balanceo o
contrapposto, sujeta esa lanza hoy inexistente, mientras que la otra relajada
cae a lo largo del cuerpo. Todo ello crea sensación de volumen y profundiza
en la tercera dimensión.
De su vocación didáctica nos queda una obra conocida siempre por las
citas de otros autores, titulada el Canon, donde nos muestra su interés por las
matemáticas y la geometría, por las formas esféricas y circulares,
aproximándose grandemente a las ideas de Platón y de Pitágoras, y sobre
todo al Timeo.
La cabeza es perfecta, como una de esas esferas dada por los dioses a
los hombres por considerarlas la parte más noble del cuerpo y reflejo de la
imagen del universo. Polícleto recoge en esta esfera un rostro de mirada
serena y embelesada, detenida posiblemente en un tiempo anterior, hierático
como todos los kuroi.
Por todo ello algunos autores han tildado esta obra como de demasiado
pesada y no exenta de cierta robustez y además de ser una obra arcaizante
que está dentro de los límites de la frontalidad de los kuroi y de las korai. En
fin, la imperfección de lo perfecto, sin embargo el Doríforo se identificará
plenamente con el Canon y será el prototipo de belleza, de medida y de
armonía eterna.