Ejemplos Oda, Madrigal y Soneto

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(Ejemplo Madrigal)

A UN BOSTEZO DE FLORIS
Bostez Floris, y su mano hermosa,
Cortsmente tirana y religiosa,
Tres cruces de sus dedos celestiales
Engast en perlas y cerr en corales,
Crucificando en labios carmeses,
O en puertas de rubes,
Sus dedos de jazmn y casta rosa.

Yo, que alumbradas de sus vivas luces
Sobre claveles rojos vi tres Cruces,
Hurtar quise el engaste de una de ellas,
Por ver si mi delito o mi fortuna,
Por mal o buen Ladrn, me diera una;
Y fuera buen Ladrn, robando Estrellas.

Mas no pudiendo hurtarlas,
Y mereciendo apenas adorarlas,
Divino Humilladero
De toda libertad, dije, Yo muero,
Si no en Cruces, por ellas, donde veo
Morir virgen y mrtir mi deseo.

Francisco de Quevedo y Villegas








(Ejemplo Soneto)
Un soneto me manda hacer Violante,
en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
Yo pens que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
ms si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando
y aun parece que entr con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando:
contad si son catorce, y est hecho.
Lope de Vega














(Ejemplo Oda)
ODA A LA PATRIA
Oh Patria que te extiendes, egregia y soberana,
sobre un istmo radiante de luz y de verdor;
te arrulla el armonioso murmullar de dos mares
y te cobija un cielo de esplndido fulgor!
Tierra predestinada, que la Naturaleza
ha enclavado en el mismo corazn tropical
para que seas vrtice de los altos designios
que vislumbr Bolvar en su ensueo genial.
Surgiste en el consorcio de las naciones libres
con tu diadema difana de estoica dignidad;
tu historia es un compendio de frvido herosmo
y tu lema, un baluarte de confraternidad.
Eres puente que abraza a los pueblos del mundo
en comunin de anhelos de paz y libertad,
y aunque pareces frgil, por dimensin geogrfica,
grande eres por tu fuerza de solidaridad.
Oh dulce Patria amada, ubrrima y seera,
que vibras y palpitas con latido inmortal,
en cada sacro pliegue de la bandera augusta
y en las trmulas notas del himno nacional!
Nosotros, los que abrimos los ojos en tu tierra,
y en tu entraa bebimos la sabia maternal,
somos, Patria, tus hijos. Y nuestra sangre es chispa
saltada de las vetas de tu gneo pedernal.
Por eso la ofrendamos, solemne, en tus altares,
por tu soberana, prosperidad y honor
y porque ondule siempre, altiva, inmaculada,
bajo tu cielo lmpido, la ensea tricolor.
Hersilia Ramos de Argote

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