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El Tratado McLane-Ocampo PDF

El documento resume la investigación del autor sobre el Tratado McLane-Ocampo firmado entre México y Estados Unidos en 1858. Explica que durante mucho tiempo se criticó a Juárez y Ocampo por este tratado sin una investigación exhaustiva. El autor estudió documentos en archivos de ambos países para entender mejor el contexto y contenido del tratado. Concluye que fue un hábil juego diplomático en vez de una cesión de territorio como se había afirmado.

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El documento resume la investigación del autor sobre el Tratado McLane-Ocampo firmado entre México y Estados Unidos en 1858. Explica que durante mucho tiempo se criticó a Juárez y Ocampo por este tratado sin una investigación exhaustiva. El autor estudió documentos en archivos de ambos países para entender mejor el contexto y contenido del tratado. Concluye que fue un hábil juego diplomático en vez de una cesión de territorio como se había afirmado.

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EL TRATADO

McLANE-OCAMPO
Jorge L . TAMAYO
UNO DE LOS CARGOS que con ms frecuencia se hacen a Beni t o
Jurez y a los hombres de l a Ref or ma, es el de haber nego-
ci ado y f i r mado el " Tr at ado de Tr nsi t o y Comerci o entre l a
Repbl i c a Mexi cana y los Estados Uni dos de Amri ca" , cono-
ci do general ment e como " Tr at ado McLane- Ocampo" .
Dur a nt e ms de un siglo se estuvo atacando a J urez y
Oc ampo con graves cargos apoyados en simples conj eturas o
en apreciaciones deleznables; a su vez, los defensores que pre-
t endi er on acallar las crticas l o hi ci er on en f or ma t mida,
i nvocando argumentos superficiales y dando l a i mpresi n equi -
vocada de que hab a algo censurable en el f ondo y que no
era conveni ent e exami nar el tema en f or ma exhausti va.
Cont r i buy en mucho a esta tendenciosa sospecha, el que
l a Secret ar a de Relaciones hubi er a considerado conf i denci al
el expedi ent e del Tr at ado y negara su consul ta a detractores
y defensores de J urez.
Como era de suponer, en el presente ao dedicado a con-
memor ar el centenari o de l a muer t e de J urez, nuevamente
ha sido t ema de controversi a el Tr at ado, por l o que me ha
pareci do que uno de los mej ores homenaj es que pod a ofrecer
t ant o a J urez, como a Ocampo y dems proceres que le acom-
paar on en Veracruz, es dar a conocer en f or ma resumi da
los resultados de l a investigacin que pude real i zar durant e los
aos de 1963 a 1965, en rel aci n no slo al Tr at ado, sino a
los antecedentes del mi smo, indispensables para poder tener
elementos de j ui c i o sobre t an cont r over t i do tema.
General ment e se presenta como el ms aut ori zado crtico
de J ur ez a Francisco Bul nes, qui e n a travs de sus obras
muest ra encono y pasin; Bul nes us de sofismas y f ue vi si bl e
573
574
JORGE L. TAMAYO
el desconoci mi ento de fuentes documentales en l a medi da
que no hi zo uso de ellas.
A Justo Sierra l o presentan los detractores como el defen-
sor de ms categor a mor al y suponen que por su posicin
of i ci al en el por f i r i at o dispuso de i nf ormaci n adecuada. Sie-
r r a resume el Tr at ado en l a f or ma si gui ente: " U n c ondomi ni o
dent ro del Te r r i t o r i o Mexi cano, en el I st mo de Tehuant epec
y en l a zona vecina o en rel aci n di recta con nuestra f ront era
del Nor t e. U n pacto de reci proci dad y auxi l i os en l a mi sma
f ront era. Un a serie de concesiones en el or den fiscal y mer-
c a nt i l " .
1
Ref i ri ndose a l a cesin a perpet ui dad, l a cal i f i ca de i n-
conveni ente, ol vi dando que ya estaba est i pul ada en el Tr a -
tado de L a Mesi l l a; pero piensa que en el art cul o 7" del
Tr at ado a discusin "se reserva siempre para s l a Repbl i ca
Mexi cana el derecho de soberan a que al presente ti ene sobre
t odo los trnsitos menci onados en este Tr a t a do" , y establece
l a pos i bi l i dad de "hacer t empor al l o perpet uo y vol ver nul o
l o pactado: t al es el r i gor i nt er pr et at i vo de l a cl usul a".
Justo Si erra cal i f i ca el Tr at ado de " ps i mo" y, en rela-
cin a l a l i ber t ad, considera que "los mexi canos que f i r ma r on
o se hi ci er on sol i dari os del Tr at ado, no creyeron venderl a,
sino darl a en pr enda" . - Fi nal ment e, emi t e el si gui ente j ui c i o:
" De l Tr a t a do slo qued una sombra, pero esa sombra nubl a
las fi guras de los caudi l l os de la Ref or ma. Acept ar on ese sa-
cri f i ci o, creyeron en ese tri ste e i nel udi bl e deber. As nos
expl i camos el Tr at ado McLane- Ocampo" . Ms adelante es-
cri be: " A pr i o r i sab amos, que hombres como Jurez, Ocam-
po y Le r do ( Mi guel ) no eran, no pod an ser t rai dores".
Si empre me dol i el j ui c i o de Justo Sierra y fue uno de
los est mulos para dedi car algo ms' de vei nte aos de mi vi da
est udi ando l a Ref or ma, l a l ucha cont ra el I mpe r i o y, por
ende, l a vi da de J urez y sus contemporneos. Ahor a estoy
1 Jurez, su Obra y su Tiempo. Mxico, J. Ballesca y Compaa
Sucesores, Editores. 1905-1906, p. 174.
2 Op. cit., p. 176.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
575
convenci do de que todo el proceso que se desenvuelve en 1858
en Veracruz, es u n j uego di pl omt i co habi l i doso para no dar,
s i n deci rl o expresamente, y sacar ventaj as polticas de l a con-
f usi n.
Ocampo f ue f usi l ado; sus vi ct i mari os seal aron como pre-
t ext o, l a f i r ma del Tr at ado, pero en r eal i dad se l e sacrific
por ser coaut or de las Leyes de Ref or ma.
En mi s bsquedas de fuentes documental es, ni ca f or ma
seria de hacer hi st ori a, encont r en Chi huahua a J os Fuen-
tes Mares enfrascado en el mi smo empeo: estudiar a Jurez.
Estaba real i zando con honest i dad sus investigaciones, si bi en
par t i endo de u n prej ui ci o cont ra J urez; le mol estaban "los
rei t erados homenaj es"; con el f i no humor que en ocasiones
exagera, Fuentes Mares dice en el prl ogo del l i br o que de-
di ca al est udi o del Tr at ado: " E l nombr e de J urez aparece en
todas partes, en t odo moment o, venga o no al caso, como si
real zar l a f i gur a de u n hombr e f uera l o mi smo que sentar las
excelencias de al guna marca de ci garri l l os. "
Me mol est en su l i br o el empeo de empequeecer a J u-
rez; asegura en el ci tado prl ogo que " u n sinf n de testimo-
ni os - l a hi st or i a mi s ma - muest ra cun secundaria resulta
l a f i gur a de J urez en l a etapa gestora de l a Ref or ma. . . "
Estas l neas suyas f uer on est mul o para cont i nuar en mi
i nvesti gaci n y que buscara qui en publ i car a l a documenta-
ci n que hab a r euni do.
De l l i br o ci t ado de Fuentes Mares, el ni co di gno de to-
marse en cuent a con i nf ormaci n document al fehaciente, me
mol est , t ambi n, que hubi er a r ecur r i do a los Archi vos Na-
cionales de Was hi ngt on y a los fondos documentales de la
Sociedad Hi st ri ca de Pensi l vani a. Me mol est que en t ono
humor st i co seal ara que podr a haber l l amado su l i br o " J u-
rez ent re los Ar chi vos Naci onal es de Was hi ngt on" .
Ms t arde comprob l a resistencia de los f unci onari os de
l a Secretar a de Relaciones Exteri ores, que slo pude vencer
3 Jurez y los Estados Unidos. (En tomo a un Tratado Famoso). L i -
bro Mex-Editores. 1960.
576 JORGE L. TAMAYO
por una or den di recta del entonces presidente Ado l f o Lpez
Mateos, para descubrir que el expediente del Tr at ado McLane-
Ocampo no exista, pues se hab a quemado acci dental mente
en 1872 y slo se guardaba en caja fuerte, como document o
conf i denci al , el acuse de reci bo del Congreso a qui en se le
hab an envi ado los documentos fundamental es.
Fuentes Mares me mostr el cami no; recurr a los archi -
vos y f ondos documentales y bi bl i ogrfi cos de los Estados Un i -
dos, con el franco apoyo de mi ant i guo ami go Hug o Mar gai n,
y disfrut de l a cooperaci n personal de Concha Romer o
James.
Fuentes Mares, en su l t i mo l i br o " J ur ez y l a Repbl i -
ca", ya ent i ende a J urez y creo que salvo algunas obj eciones
que an le encuentra, l o considera como personaj e de valiosa
personal i dad y energ a. En reciente art cul o period stico se-
al como hombres de esa cal i dad a Beni t o J urez, Por f i r i o
D az, Pl ut arco Elias Calles y Lzaro Crdenas.
A qui en desee ahondar en el tema, presuntuosamente l o
r e mi t o a los tomos 3 y 4 de mi obra Benito Jurez. Docu-
mentos, Discursos y Correspondencia, y como aparente con-
t r apar t i da, pero en r eal i dad coadyuvante en l a presentaci n
de document os y comentari os, recomi endo el l i br o ya ci t ado
de J os Fuentes Mares. Ta mbi n es i ndi spensabl e consul tar
l a obra de Agust n Cu Cnovas t i t ul ada El Tratado McLane-
OcampoA
En las pginas siguientes ofrezco u n breve resumen de los
comentari os sobre el Tr at ado McLane- Ocampo que se hacen
en mi obra.
Antecedentes remotos del Tratado
McLane-Ocampo (1828-1853)
Para esta investigacin se consul t aron las pocas obras f un-
damentadas que se han ocupado del tema, pues l o ms co-
* Edi t ori al Amrica Nueva. Mxico, 1956.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
577
mn ha si do que las personas que han part i ci pado en esta
cont roversi a no hayan exami nado las fuentes ori gi nal es.
Adems, con mucha frecuencia, los escritos se ci t an en for-
ma parci al , se adul t eran; si estn redactados en ingls, se t ra-
ducen tendenciosamente, etc.
Las obras efectivamente documentadas, f uer on de gran
ut i l i da d para f aci l i t ar l a bsqueda de los ori gi nal es en el Ar -
chi vo de l a Secretar a de Relaciones, los Archi vos Nacionales
de Was hi ngt on, el Ar c hi vo de l a Sociedad Hi stri ca de Pen-
si l vani a, l a Col ecci n Lat i no- Amer i cana de l a Uni ver si dad
de Texas, l a Bi bl i ot eca del Congreso de Washi ngt on, D. C. y
el Ar c hi vo de l a Embaj ada de Espaa en Mxi co.
Estamos satisfechos de l a bsqueda, porque los materiales
reuni dos, al gunos poco conocidos, otros inditos, ofrecen su-
f i ci ent e l uz para mostrar con qu entereza, tal ento y pat ri o-
t i smo act uaron Beni t o J urez, Mel chor Ocampo, J os Mar a
Mat a , J uan Ant o ni o de l a Fuente, etc., f rent e a l a pol ti ca
absorbente de u n veci no poderoso, saliendo t ri unf ant es, pese
a las circunstancias y, sobre t odo, a lo.s antecedentes y com-
promi sos contra dos con ant er i or i dad por otros regmenes.
A l surgi r los Estados Uni dos como Naci n i ndependi ent e
y crearse condiciones favorables para su expansi n, se fue
def i ni endo y precisando l a doct r i na del Destino Manifiesto,
que pr ont o alcanz una ampl i a aceptaci n entre el gr upo di -
r i gent e de esa Naci n y, en general , en su ambi ent e intelec-
t ual , econmi co y pol ti co.
J ohn Qui nc y Aclams, uno de los ms caractersticos ide-
logos de esta corri ent e de opi ni n ( Qui ncy Adams f ue el se-
gundo Presidente de l a Repbl i ca, de 1797 a 1801, reelecto
ms t arde, de 1825 a 1829), escri bi con t odo desparpaj o que
" l a t ot al i dad del cont i nent e nort eameri cano parece encontrar-
se dest i nado por l a Di vi na Provi denci a para ser pobl ada por
una sola Naci n, habl ar u n slo i di oma, profesar u n sistema
uni f or me de pr i nci pi os religiosos y pol ticos, y habi tuarse a
u n sistema general de usos sociales y de costumbres". "
5 SAMUEL FLATO BEMOS. John Quincy Adams and ihe Foundations o)
American Foreign Policy. Cap. I X, p. 182. New York, 1949.
578
JORGE L. TAMAYO
Los l mi t es entre Nueva Espaa y los Estados Uni dos que-
da r on def i ni dos en 1819 por el Tr at ado On s-Adams. Los Es-
tados Uni dos reconoci eron a Mxi co como Naci n i ndepen-
di ent e que sustitua a Espaa, en el di sf rut e y obligaciones
de ese Tr a t a do, y f or mal i zar on la nueva si tuaci n dur ant e
la segunda admi ni straci n de J ohn Qui nc y Adams, cuando
Joel Robert s Poinsett, pr i mer Mi ni s t r o acredi tado ante nues-
t r o Gobi er no, concert el Tr at ado de L mi t es del 12 de enero
de 1828, cuya rati fi caci n t uvo que prorrogarse hasta el 5 de
a b r i l de 1831.
Si n embargo, problemas t an i mport ant es como los l mites
no pudi e r on examinarse opor t unament e y obl i gar on a nego-
ci ar el 3 de abr i l de 1835 una nueva prrroga para l a r a t i f i -
caci n. Fi nal ment e, se pudo hacer el canj e de rati fi caci ones
en Was hi ngt on el 2 de abr i l de 1836.
Post eri orment e a l a f i r ma del Tr at ado de L mi t es del 5
de a br i l de 1831, concertaron ambas Naciones el Tr at ado de
Ami s t ad, Comerci o y Navegaci n.
Ta nt o las prrrogas como el Tr a t a do de Ami s t ad se f i r -
ma r on dur ant e la admi ni straci n de Ancl rew Jackson, siendo
presi dente de Mxi co el general Anastasio Bustamante.
En diversas publ i caci ones de los trei ntas del siglo Dasado,
puede observarse la preocupaci n de Estados Uni dos por ase-
gur ar pasos a travs de Mxi co y, part i cul arment e, por el Ist-
mo de Tehuant epec, pero no hemos encont rado huellas de
ni nguna propuest a o peti ci n a nuestro Gobi er no en t al
senti do.
U n cont rat i st a pr i vado, ami go del presidente Ant oni o L-
pez de Santa Anna, J os de Garay, solicit el 25 de febrero
de 1842 la concesin para l l evar a cabo l a monument al obra
de const r ui r un cami no o f er r ocar r i l en " mu y poco t i empo" .
Por decreto del l" de marzo de 1842, con sorprendente di l i -
gencia burocrt i ca, se le otorg la concesi n dndol e 18 me-
ses de pl azo para hacer el reconoci mi ent o y 10 meses ms
para i ni c i ar las obras.
6
<s Memorias, negociaciones y documentos para servir a la Historia de
las diferencias que han suscitado entre Mxico y los Estados Unidos los
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
579
E l presidente Nicols Bravo, por decreto de 9 de febrero
de 1843, en vista de las razones que argy De Garay para j us-
t i f i car no haber real i zado los estudios, prorrog los plazos de
l a concesi n. Nuevament e se ampl i , por u n ao ms, la con-
cesin del seor De Garay por decreto del presidente Val en-
t n Canal i zo, de 28 de di ci embre de 1843.
E l seor De Garay, qui en segn parece nunca i ni ci tra-
baj os formal es para estudi ar sobre el terreno el proyecto de
r ut a i nt eroceni ca, obt uvo del presidente J os Mar i ano Salas
l a rat i f i caci n de l a concesin el 5 de novi embre de 1846 y,
por f or t una para Mxi co, una prrroga por dos aos o sea
hasta el 5 de novi embr e de 1848.
Mi ent r as t ant o, el 21 de agosto de 1846, De Garay cedi
sus derechos a los ingleses Ma nni ng, Macki nt esh y Schneider.
Ll egamos, por f i n , a l a dol orosa prdi da del 5 1 % de nues-
t r o t er r i t or i o que se consuma el 2 de febrero de 1848 al f i r -
marse el Tr at ado de Paz, Ami s t a d y L mi tes, conoci do como
Tr a t a do de Guadal upe Hi dal go.
Dur ant e las discusiones previas, el pl eni pot enci ari o esta-
douni dense Ni col s P. Tr i s t , pi di , por instrucciones del Se-
cret ari o de Estado, James Buchanan, que se i ncl uyeran los
derechos de trnsi to por varias rutas, entre ellas l a del I st mo
de Tehuant epec. Buchanan aut ori zaba un of reci mi ent o de
15 000 000 de dlares como compensaci n.
Con gr an habi l i dad, los representantes mexicanos Lui s G.
Cuevas, Bernardo Cout o y Mi gue l Atri sti n, pudi er on defen-
derse de esa insistente demanda que se les hi zo desde el armi s-
t i ci o de septi embre de 1847, y que les fue rei terada en las
negociaciones posteriores. Los delegados mexicanos manifesta-
r o n que l a apert ura de una v a y l a cesin de derechos de
paso en el I st mo de Tehuant epec, estaba en manos de sub-
di t os bri tni cos. La sombra del poder o bri t ni co ele esos t i em-
pos nos cubri , pues Ni col s f r i s t ya no insisti.
tenedores del antiguo privilegio concedido para la comunicacin de los
mares Atlntico y Pacific por el Istmo de Tehuantepec. Mxico, 1853.
Jos Fernando Ramrez.
580 JORGE L. TAMAYO
Los poseedores bri tni cos de l a concesi n de De Garay,
verdaderos especuladores, no se i nteresaron en l a obra, acaso
nunc a pensaron en hacerla, pues el ao siguiente, el 27 de
oct ubre de 1848, se enaj en a los ci udadanos estadounidenses
pr opi et ar i os de la f i r ma Hargous Bross, de Nueva Yor k.
Venci da l a l ti ma prrroga de l a concesin de De Garay,
el Gobi er no mexi cano, con i ndi scut i bl e derecho, i nt ent de-
cl arar su caduci dad.
Mi ent r as t ant o, se hab a despertado u n gr an inters en
Estados Uni dos por la comuni caci n a travs del I st mo de Te-
huant epec, siendo esto ms ostensible en Nueva Orl ens, pues
f i nanci eros y empresarios consi deraban ese puert o como pun-
t o de par t i da de l a comuni caci n tehuana. Por el l o, en 1850
se cre en esa ci udad una empresa con el nombr e " The Te-
huant epec Rai l r oad Company of Ne w Orl eans", con u n capi-
t al ele 9 000 000 de dlares, de los que se desti nar an tres para
a dqui r i r de Hargous y socios el traspaso de l a concesin de
De Garay, i nt er vi ni endo, adems, esta persona como accionista.
Susti tuy a Ci i f f or d u n nuevo Mi ni s t r o, Rober t P. Let-
cher, qui e n present sus credenciales al presidente J os Joa-
qu n de Her r er a el 6 de febrero de 1850. Mu y acti vo estuvo
el Mi ni s t r o Letcher, pues logr que se f i r mar a el 22 de j uni o
de ese ao, u n Tr at ado en el que se seal aba que el Gobi er-
no de los Estados Uni dos auxi l i ar a al de Mxi co en l a pro-
tecci n del " cami no, f er r ocar r i l o canal , que atravesando el
I st mo de Tehuant epec comuni que los ocanos At l nt i co y
Pa c f i c o . . . siempre que sea sol i ci t ado para el l o por el Go-
bi er no mexi cano" ; adems, se conced an pri vi l egi os en el
trnsi to al Gobi er no y ciudadanos estadounidenses. No se men-
ci onaba espec fi camente l a concesin de De Garay, por l o que
el Gobi er no de los Estados Uni dos no l a aprob y Dani el
Webster, nuevo Secretario de Estado, i nstruy a Letcher para
que sol i ci t ara la i nt roducci n de modi f i caci ones que le die-
r an mayor cl ar i dad y, sobre todo, preci saran una hegemon a
pol t i ca y mi l i t a r en l a zona stmica de Tehuant epec. La pe-
ti ci n de esos cambios se exi gi en t ono de verdadero ul t i -
mt um.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
581
Despus de largas y enojosas discusiones en que el repre-
sentante mexi cano Ma nue l Gmez Pedraza se neg a aceptar
las propuestas estadounidenses, se lleg a f or mul ar el "Conve-
ni o entre l a Repbl i ca Mexi cana y los Estados Uni dos de
Amri ca, para proteger una v a de comunicaciones por el
I s t mo de Tehuant epec" , que fue f i r mado el 25 de enero de
1851, dur ant e l a admi ni straci n del presidente Mar i ano Ar i s-
ta. Era una versin, con pequeas modi fi caci ones, del Tr a -
t ado del 22 de j uni o de 1850, si bi en se declaraba, expresa-
ment e, que no se reconoc a ni ngn derecho a los pret endi dos
sucesores de l a concesin de De Garay. Despus de diversos
apl azami entos, esperando l a ocasin propi ci a, el presi dente
Ar i s t a envi al Congreso el Conveni o que fue rechazado aplas-
t ant ement e el 7 de abr i l de 1852; slo se emi ti u n vot o a su
f avor y 71 en cont ra.
El presi dente de los Estados Uni dos, Mi l i a r d F i l l mo r e /
r ompi endo precedentes, escri bi el 19 de marzo de 1852, di -
rectamente al presidente mexi cano Mar i ano Ari st a, pl anten-
dol e l a obl i gaci n de Mxi co de pe r mi t i r la construcci n de
una l nea de t ransport e a travs del I st mo de Tehuant epec y
urgi ndol o a que se respetaran los derechos de ios sucesores
de l a concesin de De Garay, pues de l o cont rari o exi st a el
riesgo de que "se t ur ben las relaciones de armon a que hoy
t an fel i zment e existen entre ambos pa ses".
I nmedi at ament e, el 15 de abr i l siguiente, el presidente
Ar i s t a contest en f or ma por dems di gna y decorosa.
El mi ni s t r o de Relaciones. J os Fernando Ram rez, sugi-
ri a la di put aci n federal oaxaquea que propusi era al Con-
greso una autori zaci n para que el gobi erno const i t uyera
una empresa encargada de abr i r u n canal o const rui r una ca-
rret era o f er r ocar r i l en el I t s mo de Tehuant epec. El Estado
mexi cano sera socio de l a empresa y los accionistas ext ranj e-
ros no t endr an l a pos i bi l i dad de recl amaci n a travs de sus
gobi ernos; l a comuni caci n sera franca y l i br e para todas las
Naciones y se negoci ar an tratados con diversos pases para
i A la muerte de Tayl or, ocup la presidencia Mi l i ar d Fi l l more.
582
JORGE L. TAMAYO
que se pactara l a neut r al i dad del paso en el I t smo en caso
de guer r a.
8
Expedi da l a ley el 14 de mayo de 1852, se lanz una Con-
vocat ori a el 29 de j uni o si gui ente y, como resul tado de el l a,
el presi dente i nt er i no, J uan Baut i st a Cebarlos, celebr el 3
de f ebrero del ao siguiente u n cont rat o para crear una em-
presa mi x t a que construi r a l a v a de paso. El cont rat o en
cuest i n f ue suscrito por don Mi gue l Ar r oyo, Of i c i al Mayor
encargado de l a Secretar a de Relaciones del Gobi er no de
Mxi co, por Gui l l er mo Lee, apoderado de A. G. Sloo y aso-
ciados y por Ma nue l Payno y Jos J oaqu n Pesado, estos l-
t i mos como representantes de los socios y empresarios mexi -
canos interesados en l a empresa de l a comuni caci n i nt er-
oceni ca de Tehuant epec.
E l mi ni s t r o Conkl i ng, deseoso de atender las i nstrucci o-
nes reci bi das, y t omando en cuent a l a existencia de l a nueva
empresa, cel ebr el 21 de marzo de 1853 con el general J os
Mar a T o r n e l y don J oaqu n Mar a de Cast i l l o y Lanzas, re-
presentantes del presidente Ma nue l Mar a Lomba r di ni , u n
t r at ado en el que se establ ec a que Mxi co y Estados Uni dos
conj unt ament e se obl i gaban a garant i zar el cont rat o f i r mado
el ao ant er i or con Sloo y Compa a. Ambas partes contra-
tantes, se compromet an a proteger las personas e inversiones
que se ocupar an en la construcci n del cami no, desde su i n i -
ci aci n hasta l a compl et a t ermi naci n de los trabaj os. Segn
ese document o, Estados Uni dos y Mxi co conven an, adems,
en conservar su protecci n a l a r ut a una vez t er mi nada y mi en-
tras dur ar a el cont rat o; adems, ambos gobi ernos garantiza-
ban l a neut r al i dad del cami no a efectos de que el transporte
de personas y propiedades, se real i zara en todo t i empo si n
i nt errupci n.
En el art cul o 8 se i nsertaba una cl usul a que ms ade-
l ant e aparece en el t ext o del Tr at ado McLane- campo. Por
di cho art cul o Mxi co quedaba obl i gado a ot orgar el per mi -
s JOS FERNANDO RAMREZ. Memorias, Negociaciones y Documentos
para servir a la historia..., p. 605.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
583
so necesario para el paso por l a r ut a de tropas de Estados
Uni dos cuando ste l o j uzgara conveni ente.
Pero el Tr a t a do Conkl i ng- Tor nel - Del Cast i l l o sobre Te-
huantepec, a pesar de sus trminos not ori ament e favorables a
los intereses de Estados Uni dos , no f ue aprobado por ese Go-
bi er no, pese a que ya hab a sido rat i f i cado por el Congreso
mexi cano el 29 de marzo de 1853.
El Tratado de la Mesilla y la lucha por la va
en el Istmo de Tehuantepec
E l nuevo Gobi er no de Estados Uni dos (1853-1857), en-
cabezado por Fr a nkl i n Pierce, no ofrec a perspectivas favora-
bles respecto a las relaciones mxico-estadounidenses. Ocup
l a Secretar a de Guer r a Jefferson Davi s, esclavista sureo, que
ms t arde f ue presidente de los Estados Uni dos Confederados
dur ant e l a Guer r a de Secesin; como Secretario de Estado
Wi l l i a m L. Mar cy, i mb ui do del pensami ento expansi oni sta del
Destino Manifiesto.
E l Gr al . James Gadsden, nuevo embaj ador, t ambi n su-
reo y l i gado a Davi s, reci bi el 15 de j ul i o de 1853, i nst ruc-
ciones generales, vagas y a l a vez ingenuas.
E l Depart ament o de Estado hab a preparado unas ampl i as
y detalladas i nstrucci ones que se envi ar on post eri orment e, en
que se expl i caba a Gadsden que, para l l evar u n f er r ocar r i l
t rascont i nent al de l a boca del r o Bravo al Pac fi co, en una
l nea vecina de l a f ront era, era necesario mover sta hacia
el sur; pero que, adems, al parecer exi st a l a opor t uni da d
de pl ant ear una ampl i a adqui si ci n de t er r i t or i o en per j ui -
ci o de Mxi co.
Con el propsi to de convencer al presidente Santa Anna ,
Gadsden le escri bi el 29 ele novi embr e una ampl i a comuni -
caci n en la que, con una t ermi nol og a precursora de l a mo-
derna geopol ti ca, expon a l a f at al necesidad para Mxi co de
aceptar l a expansi n t er r i t or i al de los Estados Uni dos , pre-
gonada por el Destino Manifiesto.
En l a conferenci a del 14 de di ci embre, Gadsden present
584
JORGE L. TAMAYO
l a propuest a de adoptar l a l nea nmero 1 de sus i nstrucci o-
nes. El Mi ni s t r o de Relaciones de Mxi co, Ma nue l Diez de
Boni l l a , auxi l i ado por J os Salazar I l ar r egui y Mar i ano Mo n -
t e n! e, rechazaron l a pretensi n, as como la rehabi l i t aci n
de l a concesi n de De Garay. Ant e l a presin de t an poderoso
veci no, t uvi er on que ceder,' f i r mando, el 30 de di ci embre, el
Tr a t a do de La Mesi l l a o Gadsden, como se le l l ama en Esta-
dos Uni dos . Ese texto or i gi nal resolvi cuat ro cuestiones i m-
port ant es: las tres pri meras en f or ma favorabl e a Estados Un i -
dos y l a cuart a en benefi ci o de Mxi co:
1? Anul a ba l o esti pul ado en el art cul o 11? del Tr at ado
de Guadal upe Hi dal go, en el senti do de que el Gobi erno de
Estados Uni dos estaba obl i gado a vi gi l ar y contener las i ncur-
siones de los i ndi os brbaros sobre l a f ront era mexi cana.
2? Ced a a los Estados Uni dos el t er r i t or i o l l amado La
Mesi l l a, afectando el t er r i t or i o de los Estados de Sonora y
Chi hua hua en 109 574 K m -, con el obj et o de dar paso al fe-
r r oc a r r i l t rascont i nent al Nueva Orl ens-San Di ego.
3? El i mi na ba def i ni t i vament e las reclamaciones que M-
xi co pod a haber presentado cont ra E E . UU. por i nc umpl i -
mi e nt o del art i cul o 11? del Tr a t a do de Guadal upe Hi dal go.
4? Estados Uni dos, en el art cul o 3? del Nuevo Tr at ado,
se hac a cargo de las reclamaciones de sus conciudadanos con-
t r a Mxi co, hasta l a fecha de l a f i r ma , i ncl uyendo las deri va-
das de l a concesi n de De Garay.
El Gobi er no estadounidense no remi t i el Tr at ado al Se-
nado para su rati fi caci n; modi f i c el Tr at ado f i r mado en
Mxi co y el i mi n t oda referenci a a los derechos de trnsito
en Tehuant epec, deri vados de l a concesin de De Garay y
traspasados a Hargous.
En el proyecto de resol uci n, se hi ci er on nuevas modi f i ca-
ciones al Tr at ado, en f or ma f avorabl e a los intereses estado-
unidenses en general, crendol e a Mxi co obligaciones respecto
al trnsi to de tropas y muni ci ones a travs del I st mo de Te-
huant epec y garant i zando f ranqui ci as aduaneras a los obj etos
y mercanc as al Gobi er no de Estados Uni dos y sus dudada-
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
585
nos en trnsi to; estos l ti mos quedaban exceptuados de pasa-
portes y cartas de seguri dad. Por l t i mo, aut ori zaban a Esta-
dos Uni dos a i mpa r t i r protecci n a l a obra que .se construyera
para cruzar el I st mo de Tehuant epec.
E l gobi erno de Santa Anna, deseoso de oponer al gn obs-
t cul o a l a expansi n estadounidense, busc en Eur opa el apo-
yo para crear una monarqu a. Los documentos ori gi nal es de
este proyecto se encuent ran en l a Embaj ada de Espaa en
Mxi co.
Los hombres de Ayutla frente al miento
de una nueva expansin (1855-1857)
E l 9 de agosto de 1855, Santa Anna abandon la ci udad
de Mxi co y a pr i nci pi os de oct ubre, J uan lvarez fue de-
si gnado en Cuernavaca Presidente provi si onal . El general
Gadsden se apresur a trasladarse a esa ci udad para not i f i car
al nuevo Gobi er no el reconoci mi ent o de los Estados Uni dos.
Fue designado como nuevo mi ni s t r o un ci udadano de Al a
bama, J ohn Forsyt h, en j ul i o de 1856, pero Forsyt h demor
en trasladarse a Mxi co y hasta el 23 de oct ubre present sus
credenciales al presidente Comonf or t .
En marzo del ao siguiente, el nuevo presidente James
Buchanan y su f l amant e Secretario de Estado, Lewi s Cass, ra-
t i f i car on a Forsyt h en su puesto.
Por vari os meses el mi ni s t r o estadounidense r eduj o sus ac-
ti vi dades a las labores de r ut i na , acaso porque l a serie de
cuartelazos y l a crisis pol ti ca, mant en an en constante ines-
t abi l i dad al gobi erno pr ovi si onal del presidente Comonf or t .
Sin embargo, al exami nar l a situacin, Forsyt h llega a con-
clusiones que se apresura a comuni car al gobi erno en Wash-
i ngt on, y que se reducen a considerar que Mxi co no pod a
regenerarse en base a sus propi os recursos; segn Forsyt h
slo podr a estabilizarse el gobi erno naci onal con el apoyo
de Estados Uni dos ; t al apoyo por el moment o se basar a en
u n t rat ado de comerci o y alianzas mi l i t ares, pero desemboca-
r a ms tarde en el "est abl eci mi ent o de u n prot ect orado ame-
r i cano" .
586 JORGE L. TAMAYO
Forsyt h negoci con Mi gue l Ler do de Tej ada, Mi ni s t r o de
Haci enda y Relaciones si mul t neament e, tres tratados de co-
merci o que pr opor ci onaban a Mxi co emprstitos para saldar-
l a deuda inglesa, cubr i r reclamaciones de estadounidenses y
pr opor ci onar recursos al gobi erno. Estos tratados f uer on con-
cl ui dos por el sucesor de Ler do de Tej ada.
A l r eci bi r l a rati fi caci n de su cargo, Forsyt h insisti en
que se di er a curso a esos tratados y expl i c que no pudo con-
si derar en ellos enajenaciones de t er r i t or i o de Mxi co, por-
que el Pl an de Ayut l a hab a l l evado a l a conciencia pbl i ca
que el t er r i t or i o naci onal era i nal i enabl e y que slo el r umor
de que el gobi erno exami naba l a pos i bi l i dad de venta de una
part e del t er r i t or i o, podr a pr oduci r su cada.
Estados Unidos propone, con franqueza, una nueva cesin
de territorio y perfeccionar el derecho de paso
en Tehuantepec
(1857)
A l i ni ci arse el Gobi er no del presidente Buchanan, ocupa
l a Secretar a de Estado el general Lewi s Cass, qui en pone
odos sordos a las consideraciones del mi ni s t r o Forsyt h, pro-
mot or de l a si gui ente tcti ca amaada f rent e al Gobi erno de
Comonf or t : hab a que ayudarl o con u n emprstito para i m-
ponerse sobre el ej rci t o prof esi onal y domi nar a los di gna-
tari os de l a Iglesia; una vez consol i dado y f i r me este sector,
como consecuencia del mi smo prstamo, se le podr a pl ant ear
l a cesin t er r i t or i al . L o cont rari o, segn Forsyt h, no era po-
sible, pues de f al t ar u n gobi erno fuerte, ste no podr a enf ren-
t ar l a repul sa de l a opi ni n pbl i ca por una nueva prdi da
de t er r i t or i o.
Cass no piensa as; sureo, como el nuevo presidente, an-
sioso de l l evar l a f r ont er a ms al sur y de consolidar el paso
por el I st mo de Tehuant epec, prepara, el 17 de j ul i o de 1857,
dos comuni caci ones en que da instrucciones al mi ni s t r o For-
syth sobre ambos temas y que son el antecedente i nmedi at o de
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
587
las posteriores negociaciones que l l evaron al Tr at ado McLane-
Ocampo.
Respecto al cambi o de f ront era, el Secretario de Estado,
Cass, i nst ruye a Forsyt h para que ofrezca una compensaci n
de 12 000 000 de dlares o 15 000 000 como mxi mo, a cam-
bi o de l a pen nsul a de Baj a Cal i f or ni a, l a mayor part e del
Estado de Sonora y l a superfi ci e de Chi huahua si tuada al nor-
te del paral el o 30 .
Respecto al trnsito por el i st mo de Tehuant epec, se i ni ci a
l a comuni caci n correspondi ente con una decl araci n cate-
gri ca sobre las ventaj as que para Estados Uni dos representa
l a const rucci n de u n f er r ocar r i l .
E n el segundo prrafo de este document o, que r epr oduci -
mos a cont i nuaci n y que subrayamos, se expl i ca l a posicin
del Gobi er no estadounidense y su inters por u n t rat ado com-
pl ement ar i o del de La Mesi l l a:
Conf or me a nuest ro Tr a t a do con l a Repbl i c a Mexi cana,
concert ado el 30 de di ci embr e de 1853, Estados Unidos adqui-
ri un derecho de trnsito a travs del Istmo, que nunca y bajo
ninguna circunstancia abandonar. Lo estipulado en esa opor-
tunidad podra bastar para todo lo que se refiere a los prop-
sitos prcticos; sin embargo, es de desear que las clusulas de
dicho Tratado se confirmen, amplen y se estipulen en forma
ms especfica. En consecuencia, se pr opone ahora, cel ebrar un
nuevo Tr a t a do con este f i n .
Tambi n, apartndose de posiciones anteriores y " en ob-
vi o de confusi ones" segn apunt a Fuentes Mares,
9
expl i ca
Cass l a j ust i f i caci n de l a redacci n del pr i mer art cul o del
proyecto de Tr at ado, que reproduci mos a cont i nuaci n:
Pero, sean cual fueren los derechos de las partes que crean
los conflictos de las concesiones mexicanas, el inters del Go-
bierno y del pueblo de Estados Unidos, demanda que el dere-
cho permanente del camino a travs del Istmo, quede estable-
cido sobre la base de un Tratado. Para ese propsi t o, le trans-
mi t o los art cul os que deben presentarse al Gobi er no mexi cano.
s Jurez y los Estados Unidos. Mxico, 1960. Li br o Mex-Editores. p. 84.
588
JORGE L. TAMAYO
El 10? de estos artculos, despus de confirmar las estipulaciones
a favor de Estados Unidos, en articulo 8<? del Tratado de di-
ciembre de 1853 y hacindolo aplicable a cualquier compaa
o individuos que puedan construir el camino, contiene una
cesin expresa de los derechos de trnsito a travs del Istmo, a
favor de Estados Unidos y sus ciudadanos, en los trminos ge-
nerales y completos, reservndose, sin embargo, el derecho de
soberana a la Repblica Mexicana.
Forsyt h trata verbal ment e con Comonf or t qui en rechaza
l a propuesta y env a al Mi ni s t r o de Relaciones los proyectos
de t rat ado en una breve y di spl i cente not a.
Con mano dur a, si bi en corts, se da f i n a la nota, af i r-
mando: " . . . l a s negociaciones sern i nfructuosas si S. E. el
seor Forsyt h, si gui endo sus instrucciones, no consiente en
presci ndi r de los punt os i ndi cados. . . "
El gobi erno de Comonf or t mani obr a con habi l i dad y tra-
t a di rect ament e y al margen de l a Legaci n de Estados Un i -
dos, con el senador Benj am n y con La Seve, ambos estado-
unidenses, que desean la concesin del paso en Tehuant epec.
Apr ovechando los intereses mercanti l es de esos " pat ri ot as e
i ntel i gentes caballeros", como con i ron a les l l ama Forsyt h,
Comonf or t los engol osi na dando a l a Compaa Lousiana' de
Tehuantepec una concesi n que def i ni t i vament e da f i n a las
viejas reclamaciones estadounidenses so pret ext o de la conce-
sin de De Garay y de l a posteri or a Sloo.
I r r i t a do el Mi ni s t r o Forsyt h, al comentar el t r i unf o que
el Gobi er no de Comonf or t ha l ogrado, af i r ma que se ha vi o-
l ado el art cul o 8? del Tr at ado de La Mesi l l a o Gadsden y
t ambi n que. . . "todo el espritu y contexto de la concesin,
excluye cuidadosamente la idea de que ningn otro inters,
que no sea el mexicano, ha sido consultado, as como que la
nica autoridad que se reconoce, es la mexicana..."
Forsyth y el golpe de Estado (1857-1858)
El 17 de di ci embr e de 1857 se procl ama el Pl an de Tac u-
baya y por un mes l a naci n mexi cana vi ve graves acontec-
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
589
mi ent os que c ul mi nan con l a deposicin de Comonf or t , el
establ eci mi ento i l egal del gobi erno de Zul oaga en l a ci udad
de Mxi co y el restabl eci mi ento de la l egal i dad al asumi r J u-
rez l a presidencia i nt er i na en Guanaj uat o, el 19 de enero del
ao si gui ente.
Convenci do Forsyt h de que los liberales no ceder an t er r i -
t or i o, establece relaciones con Zul oaga y avisa al Depart amen-
to de Estado que ha .sondeado el pensami ento de " l a admi ni s-
t raci n de Zul oaga en l o que respecta a l a cesin de t erri t o-
r i o " . Opt i mi s t a, considera que "los sntomas son favorables.
Si ste (gobi erno) se consolida en su poder, tengo esperanzas
de alcanzar buenos resul tados".
Creyendo que l a situacin ha madur ado, el 22 de marzo
pl ant ea al Secretario de Relaciones Exteri ores del rgi men
conservador, Lui s G. Cuevas, la peti ci n de mover l a f r on-
tera hacia el sur y ceder Baj a Cal i f or ni a, y t ambi n de am-
pl i ar y regl ament ar el derecho de paso por el I st mo de Te-
huantepec. Las bases para el t rat ado son las mismas presen-
tadas ant eri orment e a Comonf or t y ms tarde a Ocampo.
Dos semanas despus, el 5 de abr i l , el Secretario de Rela-
ciones Ext eri ores del gobi erno conservador, rechaza categri-
camente exami nar l a cesin de t er r i t or i o y, adems, considera
que "ser a pel i groso t ambi n t rat ar sobre el paso del I st mo
de Tehuant epec y sobre el pago de las reclamaciones que pue-
dan hacerse ambos Gobi ernos".
J urez, como es bi en sabido, dej a Guanaj uat o para insta-
larse en Guadal aj ara, resol vi endo trasladarse a Veracruz va
Manzani l l o, Panam, Nueva Orl ens y La Habana, estable-
ci endo l a sede del Gobi er no l eg ti mo en ese puer t o el 4 de
mayo de 1858.
En Guadal aj ara, el 2 de marzo comi si on a J os Mar a
Mat a para que se trasladara a los Estados Uni dos , con obj et o
de obt ener el reconoci mi ent o del gobi erno de esa Naci n. I n -
f ruct uosament e permaneci Mat a hasta fines de 1858 en Was-
hi ngt on; por entonces, segn Mat a el presi dente Buchanan
j uzgaba "conveni ent e esperar a ver qu ventaj as pod a sacar
de l a si tuaci n i nde f i ni da en que nuestro pas se hal l a" .
590
JORGE L. TAMAYO
La misin confidencial del agente William M. Churchwell
El 27 de di ci embre de 1858, el gobi erno de los Estados
Uni dos design a Wi l l i a m M. Chur c hwel l "agente especial en
mi si n secreta", para que se trasl adara a Mxi co a examinar-
l a situacin pol ti ca.
Chur c hwel l desembarca en Veracruz hasta el 19 de enero
del ao si gui ente; vi si t a Jalapa, Pet t e, Mxi co, Ori zaba y
Crdoba, para redactar el 8 de febrero u n i nf or me " pol t i co-
ai Secretario de Estado con certeras observaciones y obj eti vas
apreciaciones, pero con conclusiones deformadas, pues supone
que frente al anhel o de paz de los liberales y l a presin mi l i -
t ar de Mi r amn f rent e a Veracruz, el Gobi erno encabezado
por J urez se dobl egar a al i nf or t uni o y aceptar a las dems
condi ci ones que se l e propon an para reconocerlo como Go-
bi er no de facto.
En Veracruz l ogra hacer contacto con el presidente Ju-
rez, pero no parece que haya pl at i cado con l; probabl ement e
se l i mi t su rel aci n a u n encuent ro breve de carcter social;
por el cont rari o, sostiene varias entrevistas con Mel chor Ocam-
po y Mi gue l Ler do de Tej ada; seguramente mant uvo con
ellos largas conversaciones en que insisti sobre l a proposi -
ci n de ceder Baj a Cal i f or ni a y perfeccionar los trnsitos de
Nogales a Guaymas, de Mont er r ey a Mazatl n y en el I st mo
de Tehuant epec.
El 22 de febrero, redact una i mpor t ant e comuni caci n
para el presi dente Buchanan, que ha sido base para endere-
zar graves cargos a J urez, Ocampo y Ler do de Tej ada, pol-
l a defectuosa o l a tendenciosa traducci n de quienes l a han
ut i l i zado.
Con gran obj et i vi dad y acierto, Chur c hwel l exami na en
esa carta vari os temas, entre ellos l a deuda inglesa y el poder
econmi co de l a Iglesia.
En el archi vo de l a Secretar a de Relaciones, hemos en-
cont rat ado una mi nut a con el t tul o de Extracto de las comu-
nicaciones bajo el mismo pliego que la carta confidencial del
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO 591
Sr. Churchwell, dirigida al Sr. Presidente de Estados Unidos,
fecha 22 de febrero de 1859; aunque no est f i r mada n i r u-
br i cada por nadi e, es i ndudabl ement e autnti ca, porque su
cont eni do se conf i r ma con documentos posteriores y, adems,
f ue publ i cada por el doctor Ma n n i n g como anexo a l a not a
del 7 de a br i l del Mi ni s t r o Mc Lane al Secretario de Estado
Cass.
Do n Al be r t o Mar a Carreo desde 1922 hab a publ i cado
u n document o que af i r ma haber l ocal i zado en el archi vo de
l a Secret ar a de Relaciones Exteri ores, con el que pretendi
pr obar que Ocampo y Ler do de Tej ada adqui r i er on compro-
misos con Chur c hwe l l y que stos quedar on precisados en u n
pr ot ocol o cuya copi a facsi mi l ar post eri orment e .se r epr oduj o
i ncompl et a, pues publ i ca l a pr i mer a pgi na si n f i r ma al guna,
por l o que queda en duda si f ue copi a de u n proyecto o de
u n document o de f i ni t i vo.
1 0
A l a vi st a de los documentos di sponi bl es y con una acti-
t u d obj et i va, puede f ormul arse la si gui ente hiptesis: al dis-
c ut i r l a si tuaci n, Chur c hwel l i ndi c a Ocampo y Ler do de
Te j a da que el posible reconoci mi ent o del gobi erno consti tu-
ci onal estaba condi ci onado a que se accediera a las peti ci o-
nes del gobi er no estadounidense, presentadas ya en ocasiones
anteri ores.
Ambos f unci onari os escucharon, si n rechazar, pero si n con-
ceder y el l o hi zo pensar a Chur c hwel l que estaban de acuerdo
y se si nti aut ori zado a preparar u n proyecto de prot ocol o, el
que se negaron a f i r mar . Este proyecto f ue a dar al Ar c hi vo
y do n Al be r t o Mar a Carreo l o encont r muchos aos despus.
Interesados en l ograr el reconoci mi ent o de Estados Un i -
dos, a t i empo de que Mi r amn si t i aba Veracruz, Ocampo y
Le r do de Te j ada con marrul l er a, pe r mi t i e r on que Church-
we l l supusiese que los punt os conteni dos en el prot ocol o se-
r i a n aceptados. El agente nort eameri cano l o comuni c as ai
presi dente Buchanan en u n document o que ha desaparecido
io La diplomacia extraordinaria entre Mxico y Estados Unidos. 1789
1947. 2? edicin. Ed. Jus. Mxico, 1961.
592 JORGE L. TAMAYO
de los archi vos de los Estados Uni dos, pues no se encuentra
rastro de l.
El ministro McLane reconoce al gobierno de Jurez
T a n l uego como l l egaron al Depart ament o de Estado los
i nf ormes de Chur c hwel l del 8 y 21 de febrero, el presidente
Buchanan decidi establecer relaciones con el Gobi er no de
Jurez; cuando ya estaba deci di do, l l egaron noti ci as exagera-
das de que l a situacin mi l i t a r hab a cambi ado a favor de
Mi ramn, l o que al arm a Buchanan. Propuso a su gabi nete
designar u n mi ni s t r o que se trasladara a Mxi co, i nvest i do de
las facultades necesarias para resolver a su ar bi t r i o a qu go-
bi er no se reconoc a de jacto y, con ese f i n, el 7 de marzo
de 1859, design mi ni s t r o al senador Rober t M. Mc Lane a
qui en, ese mi smo da, el Secretario de Estado Lewi s Cass le
i mpart i ampl i as instrucciones en interesante document o.
Lewi s dej a al buen j ui c i o de Mc Lane escoger el gobi erno
que convenga reconocer, si n preocuparse por su l egi t i mi dad
sino de l a capaci dad del mi smo para negociar. Una vez esta-
blecidas las relaciones di pl omti cas Mc Lane deb a procurar
obtener tratados de l mi tes y de pasos, ut i l i zando las i nst ruc-
ciones que se le di er on a Forsyt h en 1857.
Desembarca Mc Lane el 1? de abr i l y al da si gui ente se
entrevi sta con el mi ni s t r o de Relaciones Exteri ores, Mel chor
Ocampo y con el de Justi ci a, Ma nue l Rui z.
El 4 de abr i l , Mc Lane env a a Ocampo una not a cate-
grica y precisa, apoyndose en el memor ndum del 22 de
febrero de Chur c hwe l l a Buchanan - q u e ha desapareci do- ,
segn el cual el gobi erno de J urez ejerce j uri sdi cci n sobre
l a mayor a de Estados de l a Repbl i ca Mexi cana; de ese i n-
f orme se desprende que el gobi erno de J urez est dispuesto
a ceder Baj a Cal i f or ni a y negociar vari os derechos de paso;
f i nal ment e Mc Lane declara estar convenci do de que el go-
bi er no de Jurez "posee el derecho pol tico de aj ustar, de una
manera honrosa y satisfactoria, las cuestiones pendientes cuan-
do las relaciones entre los dos pases se suspendi eron" y que
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
593
ese gobi er no "est dispuesto a ejercer su derecho y poder
pol t i co en estas premisas con u n esp ritu de l eal t ad y ami st ad" .
A l da si gui ente Ocampo contest con una not a amaada
y habi l i dosa; responde al empl azami ent o de McLane, pero
en nada se compromet e y hace afi rmaci ones parafraseando l a
not a de Mc Lane , l o que debe haber satisfecho a este Mi ni s -
t r o; pero exami nados l i t eral ment e tales argumentos se redu-
cen a aceptar el di cho de Ghur c hwel l ni cament e en cuanto
que el gobi er no de J urez ti ene aut or i dad para "aj ustar de
maner a' honr os a y satisfactoria las cuestiones pendi ent es . . .
con u n esp ritu de l eal t ad y ami st ad" .
Fi nal ment e, el 6 de abr i l , Mc Lane reconoce al gobi erno
Cons t i t uc i onal y presenta sus credenciales al presidente, i nt er-
cambi ndose discursos.
Se inician las conversaciones con McLane
Obl i gado Mc Lane a permanecer en sus habitaciones por
enf ermedad, el da 13 de abr i l , o sea una semana despus de
su presentaci n de credenciales, decide no perder t i empo e
i ni c i a conversaciones con Ocampo para exami nar el "Proyec-
t o de Tr a t a do referente a Tehuant epec" , si gui endo las ins-
trucci ones i mpar t i das al mi ni s t r o Forsyt h, en 1857.
Por razones tcticas, acaso si n conoci mi ent o de Jurez,
Ocampo, segn McLane, le di j o que el presidente estara dis-
puesto a ceder l a Baj a Cal i f or ni a, " per o duda que el Congreso
que ser el egi do en oct ubre prxi mo, pueda ser i nduc i do a
r at i f i car esta clusula del Tr at ado que ahora se pone a nues-
t r a consi deraci n".
No cabe duda que este es el pr i me r paso de Ocampo para
rechazar l a pretensi n de vender Baj a Cal i f or ni a.
Son das de Intensa act i vi dad di pl omt i ca; Ocampo i nt r o-
duce en las discusiones entre los representantes de ambos go-
bi ernos u n nuevo el emento: presenta el 22 de abr i l l a i ni ci a-
t i va para exami nar una al i anza defensiva y ofensiva entre Es-
tados Uni dos y Mxi co, propuest a que no f ue del agrado de
Mc La ne y menos del Depar t ament o de Estado, por conside-
594
JORGE L. TAMAYO
r ar que el l o representaba modi f i car l a pol tica i nt er naci onal
que por esa poca sostena el gobi erno estadounidense.
Frent e a l a habi l i dosa propuesta de Ocampo de que sean
dos tratados los que se conci erten, uno para los derechos de
paso y ot r o para l a cesin de Baj a Cal i f or ni a, para que cada
uno sea obj et o de t r at ami ent o separado, el presi dente Bucha
na n ordena que sea uno slo, de acuerdo con sus i nstrucci ones
ori gi nal es.
El 18 del mi smo mes, Ocampo presenta u n proyecto de
Tr at ado de Al i anza Ofensi va y Defensiva, entre Mxi co y Es-
tados Uni dos , que segn Fuentes Mares " t en a como f i n ma-
t ar dos pj aros con el mi smo perdign. Buscaba el Gobi er no
Const i t uci onal , en pr i me r l ugar, contar con los Estados Un i -
dos para mant ener en j aque l a i ntervenci n europea, gestio-
nada i nsi stentemente por los conservadores, y en ese senti do,
los art culos 2? y 3? no dej an hueco a l a i nt erpret aci n: t an
def i ni do as resul ta el propsi to que J urez persegu a".
McLane propone en firme un proyecto de Tratado
(1859)
El 20 de j uni o siguiente, en una breve not a, Mc Lane re-
mi t e a Ocampo u n proyecto de Tr at ado y l e i ndi c a que a ese
document o se ha n i ncor por ado los resultados de las conversa-
ciones " con las modi f i caci ones que se me ha ordenado pi -
di er a" .
Dos das despus, en una pr ol i j a not a de Mc Lane, al se-
cretari o Cass, da cuenta que ha sostenido tres ampl i as con-
versaciones con el mi ni s t r o Ocampo y " una conferenci a con
el Presidente, estando presentes el seor Degol l ado, Secretario
de Guer r a y el seor Ocampo, Mi ni s t r o de Relaciones Exte-
ri ores".
I nf or ma que no se podr l ograr l a cesin de Baj a Cal i f or -
ni a, pues los f unci onari os mexicanos argul l en u n nuevo pre-
t ext o; sera rechazada por los estados del nor t e y del cent ro
del pas. Resi gnado, Mc Lane comenta " No insistir ms so-
bre este p u n t o . . . "
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
595
E n not a posteri or del 25 de j uni o, ampl a sus razonami en-
tos; en ella, Mc Lane concluye que no ser posible que el go-
bi e r no de J urez acepte ceder Baj a Cal i f or ni a, Respecto a los
ot ros punt os i ncl ui dos, aclara: " el proyecto que somet al Mi -
ni s t r o de Relaciones Exteri ores, cubre puntos que han sido
en cierto modo regulados por Tratados existentes entre Mxi -
co y Estados Uni dos y u n Tr at ado referente a ellos en el pre-
sente, podra tomarse como una simple ampliacin de lo que
ya existe y es precisamente en este sentido que vo he nego-
ci ado con el l os".
E n valioso document o que se localiz en el Ar chi vo de l a
Secret ar a de Relaciones Exteri ores, mi nut a del or i gi na] que
publ i c a el seor Ma nni ng en l a obra que nos ha servido como
i mpor t ant e fuent e document al , Ocampo se di ri ge el 9 de j u -
l i o al mi ni s t r o McLane, en una not a a l a que adj unt a u n pl i e-
go de observaciones al proyecto de Tr at ado que este l t i mo
presenta. Resul t ado de cambios de i mpresi ones en el seno del
gabi net e esta not a es l a opi ni n responsable del gobi erno
const i t uci onal .
Es en r eal i dad u n contra-proyecto de Tr at ado a l a propo-
si ci n or i gi nal de McLane, que per mi t e observar l a posicin
del gobi erno Const i t uci onal ; es vi gorosa f rent e a l a peti ci n
de ceder Baj a Cal i f or ni a; accesible respecto a la regl amenta-
ci n los derechos de paso; enrgi ca hasta donde las circuns-
tancias del moment o l o per mi t en, frente a las i mpl i caci ones
mi l i t ar es de los derechos de paso.
Dos das despus Mc Lane recalca en u n i nf or me al secre-
t ar i o de Estado Ca.ss, que ha aclarado al gobi erno de Mxi co
" que no deber esperar ayuda econmi ca del gobi erno de los
Estados Uni dos , a menos que se conceda di cha cesin y no
escatimo esfuerzos para asegurarl a". Da aviso que Mi gue l Ler-
do de Tej ada, Mi ni s t r o de Haci enda, ir prxi mament e a Es-
tados Uni dos a conseguir u n prstamo con l a hi poteca de los
bienes del clero, reci entemente nacionalizados, y sugiere que
se le obstaculice, por que si l ogr a el prstamo "es muy seguro
que n i l n i sus colegas (de gabi nete) estarn dispuestos a
ceder l a Baj a Cal i f or ni a en las actuales condiciones del Go-
bi er no Const i t uci onal " .
596 JORGE L. TAMAYO
Ocampo dej a el Mi ni s t er i o de Relaciones, sustituyndolo
J uan Ant o ni o de l a Fuente y Mc Lane piensa que el nuevo
Secretario de Relaciones adoptar una posicin di f erent e a su
antecesor, act i t ud que se propone aprovechar; con ese prop-
si t o le enva el 19 de agosto una not a que acompaa con u n
i nteresante memor ndum que servir de base para una con-
versacin del da siguiente. Ambos documentos, localizados
en el Ar c hi vo de la Secretara de Relaciones Exteri ores, son
de gr an val or para precisar la patri ti ca act i t ud de Ocampo.
Mc La ne i ni c i a el memorndum en f or ma enfti ca cuando i n-
di ca "que no puedo aceptar las modificaciones propuestas por
el seor Ocampo al proyecto referido a su consideracin".
Co n detal l e, ref ut a cada uno de los punt os del contraproyecto
y concl uye en f or ma categrica: "Si el Gobierno Constitucio-
nal permanece en su resolucin ya indicada en la carta de
S. E. el seor Ocampo, siento no tener rdenes que me per-
mitan consumar la negociacin sobre estas bases".
La l ect ura del memorndum es el mej or el ogi o a Ocampo,
pues escrito por l a pl uma de McLane, exhi be l a posicin enr-
gica de Ocampo def endi endo, l o mej or posible, los intereses
ele Mxi co.
I nj ust ament e y sin f undament o, algunos autores preten-
den que el nuevo Secretario de Relaciones Exteri ores man-
t uvo una posi ci n di f erent e a l a ele Ocampo.
El pr opi o Mc Lane contradi ce esta equi vocada apreciacin,
cuando el 27 de agosto, en comuni caci n al secretario Cass,
al rel at ar su entrevista, expl i ca que " el seor De l a Fuent e se
mant uvo a f avor del contraproyecto del seor Ocampo y l o
defendi , di ci endo que el seor presidente no compromete-
r a a su Gobi er no con una cesin de t e r r i t or i o" . Ta mbi n i n-
f or ma que f rent e al inters del nuevo Mi ni s t r o de obtener u n
emprst i t o o r eci bi r compensaci n por los trnsitos, le i ndi c
que el l o no sera posi bl e sino despus de l a rati fi caci n por
ambos gobi ernas, del Tr at ado a que se l l egara. El dilogo en-
t re Mc Lane y De l a Fuente, es i dnt i co a ot r o ant eri or entre
Mc Lane y Ocampo. En ese mi s mo document o af l ora, por par-
te de Mc Lane, l a duda sobre l a capaci dad const i t uci onal del
presi dente J urez para r at i f i car el Tr at ado.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
597
J uan Ant o ni o de l a Fuente, en estupendo document o del
30 de agosto, cuya mi nut a hemos localizado en el Ar c hi vo
de l a Secretar a de Relaciones Exteri ores, precisa l a posicin
de Mxi co, pero conf i r ma l a c ont i nui dad de su acci n con
l a de Ocampo al af i r mar que " el respeto que el Gobi er no
Const i t uci onal tiene a sus estipulaciones en este negocio, f ue
una de las pri nci pal es razones, porque el seor Ocampo ( pr i -
mero) y yo despus, t uvi mos el sent i mi ent o de no aceptar
vari os art culos del proyecto de ust ed".
Mc Lane considera que l a posicin del gobi erno es i r r e-
duct i bl e y resuelve irse a su pas de vacaciones. Su ret orno a
los Estados Uni dos si n el Tr at ado, causa mal a i mpresi n; re-
gresa a su pas mol esto y desani mado.
Diversos comentaristas ol vi dan el cambi o de la si tuaci n
mi l i t a r ; las fuerzas del noreste avanzaron hasta el centro del
pas y l a perspectiva parec a favorabl e al gobi erno l i ber al .
Consecuentemente, l a pol ti ca de discusiones sin comprome-
terse a nada, sostenida por el gobi erno mexi cano, pod a con-
cluirse y t omar una act i t ud f i r me ante el gobi erno de Estados
Uni dos.
Por ot r a parte, el Gobi er no Const i t uci onal hab a alcan-
zado una serie de t r i unf os polticos; logr el reconoci mi ent o
estadounidense, hab a afi anzado las relaciones y era ya di f ci l
que frente a la negati va a una cesin de t er r i t or i os, ' el presi-
dente Buchanan r ompi er a con el presidente J urez.
Se firma el Tratado McLane-0campo
(1859)
Regres Mc Lane de los Estados Uni dos a fines de novi em-
bre, despus de unas vacaciones en las que de paso hab a re-
ci bi do fuertes presiones de su gobi erno para l l evar adelante
.sus punt os de vista respecto al proyectado t rat ado y, sobre
t odo, precisas i nstrucci ones sobre cmo proteger los intereses
estadounidenses en l a zona ocupada por los conservadores, i n-
cluso l l egando al ext remo de envi ar tropas a esa zona, con o
598 JORGE L. TAMAYO
s i n el consent i mi ent o del gobi erno del presidente Beni t o
J ur ez.
La f l uct uant e situacin mi l i t a r estaba ahora en su estapa
adversa al gobi erno l i ber al : consciente de el l o, Mc Lane pre-
si on; J uan Ant oni o de l a Fuent e dej a el puesto de secretario
de Relaciones Exteri ores, que nuevament e ocup Ocampo el
1? de di ci embre.
Cont i nuar on las discusiones; McLane, al convencerse de
l a negati va de J urez a ceder t er r i t or i o, r et i r a su exigencia
de absorber Baj a Cal i f or ni a y part e de Chi huahua y Sonora.
En cambi o insisti y obt uvo los derechos de trnsito en el
I s t mo de Tehuant epec y en las rutas Nogales-Guaymas y Ca-
margo-Monterrey-Sal ti l l o-Mazatl n. Adems, logr l a f acul t ad
di screci onal para el gobi erno de los Estados Uni dos de pro-
teger l a r ut a stmica " en el caso excepci onal de pel i gro i m-
previ st o e i nmi nent e para las vidas o las propiedades de los
ci udadanos de los Estados Un i do s . . . " Ta mbi n l ogr un ven-
taj oso conveni o de i nt er cambi o comerci al .
El gobi erno de Jurez, pese a encontrarse en situacin t an
apurada, hab a l ogrado no ceder t er r i t or i o e i nt r oduc i r la
convenci n para "conservar el or den y l a seguri dad en el te-
r r i t o r i o de la Repbl i ca de Mxi co y de los Estados Uni dos " .
Fi nal ment e, el 14 de di ci embre, se f i r ma el Tr at ado en
dos copias de sus textos en espaol y en ingls. U n j uego fue
envi ado a los Estados Uni dos , siendo el por t ador Henr y Roy
de l a Rei nt r i e, secretario de l a Legaci n y el ot r o se conserv
en los archi vos del gobi erno mexi cano. Los historigrafos me-
xi canos buscaron esta l t i ma copi a y, al no encontrarl a, su-
pusi eron que el gobi erno mexi cano l a ocul t aba; en real i dad
se hab a quemado en 1872, acci dental mente.
En l a obra publ i cada por don I gnaci o Val l ar l a sobre los
tratados no rati fi cados, dur ant e su gestin como secretario de
Relaciones Exteri ores, omi t i r epr oduci r el texto del Tr at a-
do McLane- Ocampo y t ambi n cual qui er referencia al mi smo.
El l o ocurri sencillamente por que no l o encont r en el ar-
chi vo de l a Secretar a.
En j ul i o de 1861 hab a sido sol i ci tado por el Congreso y
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
599
se l e envi j un t o con las instrucciones y correspondenci a co-
nexa. En 1872 el Congreso sufri u n f uert e i ncendi o en el
que se perdi l a mayor part e del archi vo y ent re su acervo
estaba el expedi ent e del Tr at ado McLane- Ocampo.
Los textos di f undi dos en Mxi co han sido traducciones
de publ i caci ones estadounidenses. El f ol l et o edi t ado en 1914,
cuando por decreto del Congreso estadounidense del 6 de mar-
zo de ese ao dej de tener carcter secreto l a document aci n
sobre este Tr at ado, nos ha servido para t omar el t ext o en es-
paol y en ingls que hemos r epr oduci do en ot r a par t e.
1 1
E l l i cenci ado Hug o B. Margi n di l i gent ement e l ogr ob-
tener copias fotostticas del ej empl ar del texto en espaol y
en ingls, t omado de los archivos nacionales de Was hi ngt on.
Es t i l exami nar cada uno de los art cul os:
E l art cul o 1? en que se cedi a los Estados Uni dos, a
per pet ui dad, el derecho de trnsito es, como se expresa en el
t ext o, una ampl i aci n del art cul o V I I I del Tr at ado de La
Mesi l l a. Leyendo el menci onado art cul o parece que esa ce-
sin es excl usi va a EE. UU. , pero el art cul o 3? seala que el
l i br e trnsito podr concederse "sobre los efectos extranj eros
o mercanc as que pasen bona fide de di cho I s t mo . . . "
En el art cul o 6? se establec a t ambi n l a concesin del
l i br e trnsi to de Nogales a Guaymas y en el 7? el correspon-
di ent e a l a r ut a Mat amoros o Camargo hasta Mazat l n.
Respecto al art cul o 2? ha sido base de acerbas crticas
j unt o con el prrafo f i na l del art cul o 5?. Es J os Fuentes
Mares qui en, en f or ma ms precisa y razonada, ha presentado
la af i rmaci n de que con esas estipulaciones se creaba u n
condominio sobre las rutas de trnsito del I st mo y las otras
del nort e, por l o que parece conveni ente r epr oduc i r l o ms
saliente de su t ext o:
La si t uaci n j ur di ca que di cho art cul o (el 2<>) suscita es
grave de por s, mas l a part e f i na l del art cul o 5? empeora su-
i i Benito Jurez: Documentos, discursos y correspondencia, t. I I I ,
pp. 751-766. Mxico, 1965.
600
JORGE L. TAMAYO
per l at i vament e el caso, ya que resuelve el c ondomi ni o en bene-
f i ci o excl usi vo de uno de los cont rat ant es, o sea, de los Estados
Uni dos . Este art cul o 5? es u n verdadero gal i mat as. En sus
pr i mer as l neas resul t a congr uent e con el art cul o 2<?, ya que
sobre la base del c ondomi ni o previ ene que, si en al gn t i e mpo
se hi ci er a necesario el empl eo de fuerzas mi l i t ares para l a se-
gur i da d y prot ecci n de las personas y bienes en t rnsi t o por
las rut as existentes o que l l egaran a exi st i r a travs del I s t mo,
Mxi c o cont ra a l a obl i gaci n de pr opor c i onar los efecti vos
necesarios para ese f i n , pudi e ndo emplearse las fuerzas de los
Estados Uni dos , a peticin del Gobierno de Mxico.
Pero a la vista de l a parte f i nal de ese artculo en que los
Estados Uni dos quedan autorizados en caso excepci onal de
pel i gro i mprevi st o de envi ar fuerzas mi l i t ares " si n haber ob-
t eni do previ o consent i mi ent o y se reti rarn dichas fuerzas
cuando cese l a necesidad de empl earl as", Fuentes Mares hace
las siguientes consideraciones:
Pl ant eada as l a cuest i n, resul t an las conclusiones si gui entes:
a) E l art cul o 2
1
? establece que el condominio de ambos
pases sobre las vas stmicas, de uno a ot r o mares, " por cual -
qui er cami no que act ual ment e exista, o que exi sti era en l o
sucesivo" - a r t c ul o 1?- , con el agravant e de no f i ncar u n con-
do mi ni o t empor al , por razones de emergenci a, si no absol ut o y
a per pet ui dad. De haberse l l evado a l a prcti ca el Tr a t a do, el
I s t mo de Tehuant epec se encont r ar a hoy suj eto a una condi -
ci n pareci da a la de T nge r , " v i l l a mar r oqu cont r ol ada i nt er -
naci onal ment e" , segn decl araci n del Sul t n de Marruecos del
10 de a b r i l de 1947, y ver dader o c ondomi ni o de diversas po-
tencias a pesar de que l a di vi si n de sus competenci as no se
encuent r a f or mul a da sobre u n pi e de i gual dad.
1
b) E l art cul o 5?, que pr i me r o resul t a compat i bl e, y aun
ami nor a los efectos del 2", f i nal ment e resuelve e c ondomi ni o
en el benef i ci o excl usi vo de una de las partes, o sea que esta-
blece el dominio de los Estados Uni dos . Es obvi o que si u n
pa s puede i nt e r ve ni r mi l i t a r me nt e , a su di screci n, en el t er r i -
t or i o de ot r o, si n que par a el l o sea preciso el consent i mi ent o
de este l t i mo, ser aqul y no ste el t i t ul a r de l a soberan a
sobre el t e r r i t or i o en cuest i n. La l t i ma part e del art cul o 5
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
601
consi gna l a r enunc i a expresa de Mxi co al ej erci ci o de su sobe-
r an a sobre el I st mo de Tehuant epec. Si el art cul o 2? nos re-
duc a a l a condi ci n de una " v i l l a mar r oqu cont r ol ada i nt er-
nac i onal ment e" , el art cul o 5? nos baj aba hasta l a si tuaci n de
l a Gui ne a Es paol a o el f ri ca Ec uat or i al Francesa. Hast a la
del pobr e Bel i ce, suj eto al do mi ni o de una sola pot enci a.
1
-
Gu Cnovas seala, con acierto, cmo algunas naciones
soberanas en f unci n de razones de convi venci a i nt ernaci onal
ha n t eni do que conceder derechos de paso. En 1904 Chi l e es-
t abl eci u n ampl i o y perpet uo derecho de paso comerci al a
Bol i vi a para tener salida al Pac fi co; en 1846 Col ombi a con-
cedi a los Estados Uni dos derecho de paso a travs del I st mo
de Panam a cambi o de que los Estados Ui ri dos garant i zaran
l a neut r al i dad de ese paso y los derechos de soberan a y de
pr opi edad de Col ombi a en ese I st mo.
Cu Cnovas, apoyndose en l a dol orosa real i dad, concl u-
ye a este respecto: "Estas servi dumbres de paso en t erri t ori os
de ot r a Naci n, han sido impuestas por las necesidades eco-
nmi cas y por razones geopolticas determi nantes. En el caso
de Mxi co, su ot orgami ent o a los Estados Uni dos hab a sido
f i j ado en tratados anteriores, aunque contingencias polticas,
mi l i t ar es y de or den pecuni ari o obl i gar on a l a ampl i aci n de
las mismas como recursos obl i gados de una Naci n dbi l y en
l ucha c i vi l , f rent e a u n pas poderoso y ur gi do de establecer
comuni caci ones rpi das para el t ransport e de i ndi vi duos , mer-
canc as y elementos mi l i t ares a sus posesiones de l a costa del
Ocano Pac f i c o" .
1 3
Respecto a l a exenci n de i mpuestos a las mercanc as de
paso, es i ndudabl e que representaba l a prdi da de ingresos
fiscales potenciales que Mxi co podr a r eci bi r al construirse
las obras que per mi t i er an ese trfi co y que no se compensa-
ban con l a i ndemni zaci n de los cuat ro mi l l ones ele dlares
que el Gobi er no de los Estados Uni dos ofrec a pagar. Ade-
12 JOS FUENTES MARES: Jurez y los Estados Unidos. Li br o- Mex,
1960. pp. 179 y 180.
13 AGUSTN CU CNOVAS: Op. cit., p. 209.
602
JORGE L. TAMAYO
ms, y el l o es uno de los aspectos que no se deben ol vi dar , en
el art cul o 8? se establece l a reci proci dad para u n gr upo de
art culos det ermi nados en una l i sta, ya sea " l i bres de derechos
o con el t i po de derecho que f i j e el Congreso de los Estados
Uni dos " .
Ef ect i vament e, el Tr at ado McLane- Ocampo permi t a la
i nt ervenci n mi l i t a r estadounidense en las tres rutas, pero slo
para prot eger " l a seguri dad y protecci n de las personas y
los bienes que pasen por al guna de las precitadas r ut as" y a
sol i ci t ud del gobi erno mexi cano, salvo caso de excepci n;
pero en este l t i mo caso "se ret i rarn dichas fuerzas cuando
cese l a necesidad de empl earl as".
Ta mbi n hay que recordar que el art cul o I de l a Con-
venci n establece que, a s ol i ci t ud del Gobi er no de Mxi co,
podr solicitarse l a ayuda de los Estados Uni dos, para garan-
tizar l a seguri dad y t r anqui l i dad en el pas y r e pr i mi r desr-
denes en l a f ront era.
Con aci erto y j ust i f i caci n, Cu Cnovas considera que
. . . es o po r t uno i nsi st i r en que dichas concesiones t uvi e r on
que establecerse par a evi t ar l a i nvasi n nor t eamer i cana en M-
xi co, anunci ada const ant ement e por l a admi ni st raci n de Bucha
nan. Fr ent e al pel i gr o grave de l a i nt ervenci n mi l i t a r de los
Estados Uni dos , Ocampo y J ur ez hubi e r on de verse obl i gados
a f i j a r l a en u n conveni o ent re ambas Naci ones, l i mi t a da a los
t rnsi t os establecidos en el mi s mo Tr a t a do, r ef er i do excl usi va-
ment e a la seguri dad y prot ecci n del paso de mercanc as y
ci udadanos nort eameri canos y suj eto al t i e mpo en que f uer a
necesaria, en opi ni n del Gobi er no mexi cano, adems de los
casos previ stos en l a Convenci n, pr i nc i pal me nt e f r ent e a los pr o-
bl emas e n l a f r ont er a y los cr menes y at ropel l os de los conser-
vadores en ci udadanos estadounidenses. Ent endemos que ms no
pudi e r o n hacer aquel l os hombres, en una poca en que el i m-
per i al i s mo esclavista nor t eamer i cano, dueo de l poder desde
hac a ms de medi o siglo, par a poder mantenerse en el gobi er no
segu a pr oc l amando como punt o pr i nc i pa l de su pr ogr ama po-
l ti co la expansi n t e r r i t or i a l haci a el sur, es deci r, a costa de
M x i c o .
1 4
" ACUSTN CU CNOVAS: Op. cit., p. 215.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
603
Al e j andr o Vi l i aseor y Vi l l aseor, qui en a fines del siglo
pasado publ i c graves ataques en cont ra de Jurez, que ms
t arde repi ti Francisco Bul nes, reconoce que la situacin era
l a si gui ent e:
. . . que los Estados Uni dos se most r aban bastante exigentes,
se compr ende al consi derar l a si t uaci n en que J urez se en-
cont r aba en Veracruz a pr i nc i pi os de 1859, con sus ej rci t os
der r ot ados por todas partes, con l a ci udad que le serva de re-
f ug i o prxi ma a ser si t i ada por Mi r amn, con las escuadras
francesas e inglesas, fondeadas en Sacrificios y recl amando los
rdi t os de sus convenci ones as como una reparaci n e i ndem-
ni zaci n por los actos de don J uan J os de l a Garza en Tam
pi c o, que i mpus o prst amos forzosos a residentes ext r anj er os " .
1 5
Por el l o estamos compl et ament e de acuerdo con Cu C-
novas cuando caracteriza l a si tuaci n en l a f or ma si gui ente:
. . . f r e n t e a l a di pl omac i a agresiva de l a admi ni st raci n de
Buc hanan, necesitada de adqui si ci ones t er r i t or i al es para mant e-
ner en el poder al pa r t i do esclavista, el gobi er no de J ur ez t uvo
que act uar con una pol t i ca real i sta y prct i ca que concedi era
a l veci no amenazador, l o menos que las ci rcunstanci as i nt ernas
y l a presi n nor t eamer i cana i mpon an a u n par t i do que, como
el l i ber al , l uchaba en dos frentes. E n el i nt e r no, cont ra el par-
t i do conservador, dueo de los i nmensos recursos de l a Igl esi a.
E n el ext erno, cont r a l a Eur opa monr qui ca, al servicio de l a
causa reacci onari a y cont r a los expansi oni stas nort eameri canos
cuya i nt ervenci n mi l i t a r slo pod a evitarse a cambi o de con-
cesiones que pe r mi t i e r a n c onver t i r l o en u n al i ado cont ra l a
i nt er venci n eur opea.
1
'
A l a vista de l a actuaci n ant eri or de J urez, Ocampo, De
l a Fuent e y dems di ri gentes liberales y de su conducta pos-
t er i or , estamos convencidos que, desde que se reci bi l a vi si ta
del agente Chur chwel l , el Gobi er no Const i t uci onal y concre-
t ament e Ocampo resol vi eron seguir l a corri ent e y, si n contraer
15 ALEJANDRO VILLASEOR Y VILLASEOR. Antn Lizardo, El tratado
McLane-Ocampo. El brindis del desierto. Ed. Jus, Mxico, 1962, p. 78.
i o AGUSTN CU CNOVAS. Op. cit., p. 216.
604
JORGE L. TAMAYO
compromi sos, dej ar l a creencia de que estaban anuentes en ad-
qui r i r l os . Apremi ados por McLane, l l egaron al f i n a l a f i r ma
del Tr at ado en l a act i t ud que t an certeramente ha caracteri-
zado Cu Cnovas: "J urez, i nf or mado debi dament e del pr-
x i mo cambi o pol tico en los Estados Uni dos y de l a derrot a
de los esclavistas de Buchanan por los abol i ci oni stas del gran
Abr a ha m Li nc ol n, esperaba que el Tr at ado, a pesar de su ra-
t i fi caci n, no f uera l l evado a cabo por l a nueva admi ni st ra-
ci n nor t eamer i cana" .
1 7
Al e j andr o Vi l l aseor y Vi l l aseor, ya ci tado, escribi tam-
bi n al respecto: " J urez y Ocampo, al di scut i r sus clusulas
- l a s del T r a t a d o - ten an l a secreta esperanza de que cual-
qui er a ci rcunstanci a les permi ti r a evadi r su c umpl i mi e nt o" .
1 3
Por .su parte, el l i cenci ado Ant oni o Car r i l l o Flores en un
memor ndum i ndi to, de carcter par t i cul ar que prepar en
j u n i o de 1961, enj ui ci ando las consecuencias de l a vi genci a
del menci onado Tr at ado, niega que su rati fi caci n " hubi er a
si gni f i cado para Mxi co l a prdi da de su soberan a" y apoya
esa opi ni n en l o si gui ente:
/. No en las cl usul as comerciales, por que l a guerra c i vi l
las hubi e r a hecho i noperant es y despus no se habr an pr or r o-
gado, como no se prorrog en 1866 el Tr a t a do con I ngl at er r a
con respecto de Canad.
2. No en t rat ndose de los pasos, por que como los Esiados
Unidos no reciban el derecho de construirlos, l a t al servi dum-
br e quedaba l i mi t a da a u n compr omi so suj eto a una condi ci n
cuyo c umpl i mi e nt o depend a por ent ero de l a vol unt a d de M-
xi c o. Y conf or me a todos los pr i nc i pi os uni versal es de derecho,
una obl i gaci n c ondi c i onal con esas caracter sti cas no es obl i -
gaci n j ur di ca. Qu consecuencia t uvo el paso concedi do en
el Tr a t a do Gadsden sobre el I st mo de Tehuant epec?
E l Tr a t a do es t er mi nant e: " Reser vndose par a s l a Rep-
bl i ca Mexi c ana el derecho de soberan a que t i ene sobre todos
los t rnsi t os" - a r t c ul o 8<?. Esta enf t i ca decl araci n desde u n
pun t o de vi sta l egal , e l i mi na l a i dea de que se hubi esen creado
i r AGUSTN CU CNOVAS. Op. cit., p. 213.
' s ALEJANDRO VILLASEOR Y VILLASEOR. Op. cit., p. 138.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
605
derechos en f avor de Estados Uni dos que supusi eran " condo-
mi n i o " como ha l l egado a decirse, mxi me cuando es pr i nc i pi o
acept ado en Derecho Int ernaci onal , " que, en caso de duda, l a
presunci n es si empre en cont r a de la exi stenci a de l a servi-
dumbr e .
En cambi o, Car r i l l o Flores reconoce que " l o depl orabl e
del Tr at ado no es, en suma, el efecto real que hubiese t eni do,
sino el aspecto pol ti co i nmedi at o: l a i r r i t ant e subordi naci n
- e n mat er i a t a r i f a r i a - al capri cho del Congreso Amer i cano
y l a event ual protecci n mi l i t a r " .
/.,' Tratado en el senado estadounidense
y decisin final de Jurez
El 15 de di ci embre, a bor do del barco Brooklyn, parti de
Veracruz r umbo a Nueva Orl ens, el secretario de l a Legaci n
de los Estados Uni dos, He nr y Roy de l a Rei nt r i e, l l evando el
Tr a t a do y Conveni o f i rmados el d a ant eri or, cumpl i endo as
el deseo del presidente Buchanan de acelerar los trmites de
esta negoci aci n. El 26 del mi smo mes lleg a Was hi ngt on y
entreg al Depart ament o de Estado los documentos que se
le hab an conf i ado. En f unci n de los medios de t ransport e
de l a poca, fue u n vi aj e rpi do y apresurado.
Hasta el 28 de febrero, en sesin secreta, se exami n el
Tr at ado, habi endo recomendado l a Comi si n de Relaciones
Exteri ores su aprobaci n. En ella, el senador Si mmons seal
que no hab a razn de pagar cuat ro mi l l ones de dlares por
ventaj as comerciales que, al amparo del pr i nc i pi o de " i gual -
dad con l a Naci n ms f avoreci da", podr an obtener otras
naciones.
Text ual ment e el senador Si mmons di j o: " En efecto, te-
ni endo en muchos de nuestros Trat ados l a clusula de l a Na-
i 9 HELEN DWIGHT RED: International Servitudes in Law and Practice.
1932, p. 16. Segn cita del Li c. Carri l l o Flores.
606
JORGE L. TAMAYO
ci n ms favorecida, apenas r at i f i cado el Tr at ado de Vera-
cruz, I ngl at er r a, Rusi a, Franci a, Espaa, Prusi a y todas las
naciones que t i enen esta clusula, querr an que se haga ex-
tensi va a ellas y entonces resul tar que nos veremos obligados
a establecer el l i br e cambi o con muchos pases y respecto de
muchos obj etos que vendr an del ext ranj ero a compet i r con
los similares nacionales y que, sobre mer mar considerable-
ment e las rentas de las aduanas federales, arrui nar an muchos
ramos de l a produccin naci onal " .
El 15 de mayo se discuti el Tr at ado y el Senado se neg
a apr obar l o porque l a protecci n a las rutas de paso "obl i ga-
ba a los Estados Uni dos a i nt er veni r en los negocios domsti-
cos" de Mxi co, " l o cual es cont r ar i o a l a pol tica t r adi ci onal
del pa s". Tambi n se obj et el art cul o 8
o
del Tr at ado como
per j udi c i al " a los intereses de Mxi co y de los Estados LJni-
dos", por que otras naciones podr an anrovechar l a l i br e i m-
port aci n que se establece.
El 30 de mayo, el Senado exami n el Tr at ado y las modi -
ficaciones propuestas; desech estas l ti mas y en nueva vota-
ci n volvi a rechazar el Tr at ado en su t ext o or i gi nal .
El i nf or me del mi ni s t r o Mat a, del 1? de j uni o, es pr ol i j o
y det al l ado; expl i ca l a secuela de este resul tado y las verda-
deras razones del rechazo. Fue el convenci mi ent o de que no
representaba u n t r i unf o para los Estados Uni dos y, adems,
el resul t ado de l a compl i cada oposi ci n parl ament ari a de que
era obj et o Buchanan.
Es el i nf or me de Bar andi ar n al gobi erno de Mi ramn,
del 10 de j uni o, l a base que ha servido para di f undi r l a es-
pecie de que el Senado de los Estados Uni dos rechaz el Tr a -
tado por que quienes se opusi eron t i l da r on al gobi erno l i ber al
de " f acci n que vende a su pas para alcanzar sus mi ras de
r api a y desorganizacin soci al ". Barandi arn at ri buye esas
expresiones a los senadores Ha mmn o d y Seward, si bi en reco-
noce que su f uent e de i nf ormaci n es verbal y no de persona
responsable. No existen document os conocidos que prueben
esa supuesta act i t ud que, adems, cont radi ce el posteri or com-
por t ami ent o de Seward dur ant e l a l ucha cont ra el I mper i o.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO 607
Ti e ne sobrada razn Cu Cnovas cuando seala que:
No es exacto, como ha n af i r mado escritores ant i j uari st as, que
e l Tr a t a do haya sido r epr obado por el Senado est adouni dense,
por cont ener est i pul aci ones cont rari as a l a soberan a mexi cana.
Su r e pudi o f ue, en buena part e, mani f est aci n del conf l i ct o en-
t r e esclavistas y antiesclavistas. Estos l t i mos domi na ba n ya el
Senado nor t eamer i cano. Por entonces exi st an en los Estados
Uni dos , 15 Estados esclavistas f r ent e a 18 no esclavistas.
2 0
J urez consult a su gabi nete en novi embre de 1860 sobre
si deb a hacerse una nueva prrroga; parece pref eri bl e que
sea l qui en rel ate l o sucedi do:
Do mi ng o 4 de oct ubr e. J unt a compuesta de los Sres. Ocam-
po, Empa r a n, Ll ave ( J uan An t o n i o de l a ) , Fuent e ( J os Ma -
r a) , Ma t a y el Presi dent e.
Los seores Ocampo y Ma t a pr opus i er on que era conve-
ni ent e el que se prorrogase el t rmi no de l a rat i f i caci n del
Tr a t a do Mc La ne . E l seor De l a Fuent e pi di que la discusin
t uvi er a l ugar despus, por que necesitaba i mponerse de l Tr a t a do.
Se l e ent r egar on los ori gi nal es y se seal para l a di scusi n el
d a 5 a las 10.
En el d a seal ado se abr i la sesin y el seor De la Fuen-
te expuso por vari as razones que era de opi ni n que no se
hi ci era l a prrroga. Los seores Ocampo, Mat a, De l a Ll ave y
Empar an, o pi na r o n por l a prrroga y el Presi dente resol vi
que no se prorrogase el t rmi no del r ef er i do Tr a t a do. Se le-
vant la s e s i n. "
A l negarse l a prrroga, de hecho, el gobi erno mexi cano
ret i raba su f i r ma del Tr at ado y ste se i ncorporaba al gr upo
de Trat ados frustrados a los que, piadosamente, en los Ar c hi -
vos Naci onal es de los Estados Uni dos se les l l ama " Tr at ados
i mperf ect os".
20 AGUSTN CU CNOVAS: El Tratado McLane-Ocampo. Ed. Amrica
Nueva. Mxico, 1956. p. 239.
=i BENITO JUREZ: Documentos, Discursos y Correspondencia, vol . I ,
pp. 294 y 295.
608
JORGE L. TAMAYO
De los materiales que se han podi do acumul ar, del exa-
me n de peridicos de l a poca y el estudio cuidadoso de las
obras escritas por i mpl acabl es censores de J urez y del Par-
t i do Li ber al , - - as como del i mpor t ant e estudio de Cu C-
novas y l a valiosa obra de Ra l ph Roeder, hemos l l egado a l a
concl usi n de que el Tr at ado no fue aprobado por tres razo-
nes que se ar gument ar on en las discusiones y que f uer on las
siguientes:
a) No se adqui ri t er r i t or i o, o sea que se defraud el pro-
psito expansi oni sta de los sureos; tampoco, respecto a l a v a
i nt eroceni ca y dems rutas, se obt en a el cont r ol absol uto,
quedando reduci do excl usi vamente a derechos de paso.
b) Su aprobaci n produci r a u n cambi o en l a pol ti ca
arancel ari a estadounidense, pasando de protecci oni sta a l i br e-
cambista. Se pensaba, si bi en exageradamente, que esa modi -
fi caci n " arrui nar a l a i ndus t r i a nort eameri cana y reduci r a
las rentas del pa s".
c) Es i ndudabl e que a vari os senadores les preocupaba
l a capaci dad j ur di ca del presidente J urez para rat i f i car el
Tr at ado, no por pr ur i t o legalista si no porque, temerosos de
que ese gobi erno no se consol i dara, slo su perfecci onami ento
j ur di co podr a obl i gar al gobi erno opuesto que le sucediera.
Es de l ament ar que los protagonistas de esta i mpor t ant e
decisin, no hayan sido ms expl ci tos respecto a las razones
que gui ar on a J urez para t omar t an trascendental acuerdo.
Parece i ndudabl e que el presi dente J urez escuch las opi ni o-
nes y crticas de Juan Ant o ni o de l a Fuente, cuando l a situa-
ci n mi l i t a r era ya f avorabl e a los liberales y se vea prxi ma
l a pos i bi l i dad del t r i unf o. Ta mbi n estuvo convencido que l a
oposi ci n del Senado estadounidense sera difcil de vencer y
de que el gobi erno de los Estados Uni dos no romper a sus re-
laciones di pl omti cas por negarse a prorrogar el plazo de l a
rat i fi caci n.
22 Al ej andro Villascor y Villaseor, Al bert o Mara Carrco y Jos
Fuentes Mares.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
609
E n esta decisin J urez mostr su habi l i dad pol ti ca y de-
most r que ya hab a alcanzado su madurez como estadista.
J uan An t o n i o de l a Fuente, coment ando al ao siguiente
este asunto, af i r maba que Jurez era u n gr an pat r i ot a: " en
novi embr e de 1860 corri gi grandemente l a f al t a que hab a
comet i do en moment os verdaderamente difciles y rechaz el
Tr a t a do McLane- Ocampo, que se propon a de nuevo a su
acept aci n". Es decir, cuando t uvo opor t uni dad, porque los
factores eran ya favorables, recti fi c u n acuerdo que hab a
t eni do que aceptar obl i gado por las circunstancias.
Instalacin del Segundo Congreso Constitucional;
Jurez enjuiciado
De acuerdo con l o dispuesto en l a Convocat ori a a eleccio-
nes de Di put ados y de Presidente de l a Repbl i ca, de no-
vi embr e de 1860, stas t uvi er on l ugar el 5 de febrero en l a
mayor part e del pas, aunque or i gi nal ment e se hab a sealado
l a pr i mer a semana de enero; l a fecha se modi f i c por los
aconteci mi entos habi dos despus de l a Convocat ori a.
A pr i nci pi os de mayo se logr r euni r u n nmero sufi ci en-
te de di put ados que permi ti l a i nstal aci n del Congreso el
9 de ese mes. J urez compareci ante l a representaci n nacio-
nal para i nf or mar sobre las actividades del Poder Ej ecut i vo
a par t i r de " l a funesta noche del 17 de di ci embre de 1857".
En f or ma somera, pero pr ol i j a, di o cuenta al Congreso de
las di ferentes etapas de l a l ucha. Seal el proceso por el cual
el puebl o "si nt i l a i mperi osa necesidad de no l i mi t arse a de-
f ender sus l eg ti mas i nsti tuci ones, sino de mej orarl as, de con-
qui st ar nuevos pr i nci pi os de l i b e r t a d . . . "
Expl i c cmo surgi eron las leyes de Ref or ma y f i nal men-
te decl ar que asum a ante l a asamblea y l a post eri dad " l a
responsabi l i dad de todas las medi das dictadas por mi admi ni s-
t raci n y que no estaban en l a estricta rbi t a const i t uci onal " .
El Presi dente del Congreso, J os Mar a Agui r r e , contest
al Presidente Jurez con u n discurso de al t o cont eni do doct ri -
nar i o; seal que en medi o de l a l ucha por restaurar el orden
610
JORGE L. TAMAYO
const i t uci onal , el puebl o " procl am pr i nci pi os que, nul i f i c an-
do el poder de sus enemigos, dej aron muy atrs a l a Const i -
t uci n de l a Repbl i ca. Esos pr i nci pi os que son los que com-
pr enden las Leyes de Ref or ma f uer on, desde entonces, el es-
t andart e a cuyo rededor se agr upar on los defensores de l a
democr aci a. . . "
El ogi a J urez por su conduct a en los aos de l a guerra
de Ref or ma y cel ebr los esfuerzos para " bor r ar las huel l as
sangrientas de l a revol uci n, cal mando pasiones an conmo-
vi das y haci endo apreciar al puebl o mexi cano los beneficios
de l a paz, baj o las i nst i t uci ones ms l i bres de l a t i er r a" .
La comi si n de Sal ud Pbl i ca del Congreso pr opone l a
suspensin de garant as para que el Ej ecut i vo tenga mayor
l i ber t ad de acci n en l a l ucha cont ra los rebeldes y l a anar-
qu a. En u n ambi ent e de ampl i a l i ber t ad desusado en Mxi co,
se i ni ci a l a discusin de esa propuesta en el Congreso el 28
de mayo, o sea a las dos semanas de i nstal ado. Se l l ama al ga-
bi net e y frente a los mi ni st ros se exhi be l a desconfianza en
cuant o al uso que el Ej ecut i vo puede hacer de esas facultades.
A l d a si gui ente cont i na l a discusin, t erci ando en el l a,
cont ra l a i ni ci at i va, los di put ados Surez Navar r o y Li nares.
E l presidente del Congreso, J os Mar a Agui r r e, abandonan-
do su si t i al va a l a t r i buna para pronunci arse cont ra l a pro-
puesta que considera u n vot o de confi anza al presidente J u-
rez; con not or i a pasin l o acusa de f al t a de i ni ci at i va y de
que, con ol vi do del decoro naci onal , l o puso "a los pies de los
norteameri canos por medi o del Tr at ado McLane, en que se
permi t i r a l a i nt roducci n de tropas extranj eras al t er r i t or i o
naci onal y se aut ori zaba al gobi erno de Was hi ngt on para el
arregl o de los aranceles mexi canos".
Grave y pel i grosa acusacin del di put ado Agui r r e que es
an arma de quienes pret enden atacar l a memor i a y l a actua-
ci n de J urez. Conocen el cargo, pero i gnor an l a f or ma en
que se lanz y l a reacci n del Congreso y de l a opi ni n p-
bl i ca cont empornea.
El 31 de mayo l a Cmar a recibe, por boca de Ma nue l Rui z,
una ampl i a expl i caci n; da l ect ura del t ext o del Tr at ado, l o
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
611
coment a y, adems, hace una det al l ada expl i caci n de l a si-
t uaci n, las presiones y las luchas que el Gobi er no Consti -
t uc i onal t uvo que sostener en Veracruz.
Rui z habl a por s y con autori zaci n del presiednte Ju-
rez. Sus pal abras son de gran ut i l i da d para entender l a situa-
ci n y l a gnesis del menci onado Tr at ado desde el ngul o de
l a r eal i dad pol ti ca.
E l di put ado Agui r r e va a l a t r i buna y aclara que conoc a
el t ext o del Tr at ado por una not a publ i cada en La Crnica
de Nueva Yor k, y acaba pr oponi endo que el Ej ecut i vo enve
al Congreso el Tr at ado y todos los documentos conexos para
que el Congreso los conozca.
No hubo, pues, decisin de ese cuerpo frente a l a temera-
r i a opi ni n del di put ado Agui r r e y en el mi smo Congreso se
seal esa acusaci n como una mani obr a para obl i gar a J u-
rez a dej ar l a presidencia.
A l d a si gui ente se pi de a l a Secretar a de Relaciones el
expedi ent e y dos das despus el mi ni s t r o Len Guzmn l o
r emi t e.
Los graves acontecimientos posteriores di st raj eron l a aten-
ci n del Congreso y el asunto no volvi a tratarse, pero el
expedi ent e cont i nu en el Ar c hi vo del Congreso y en el i n-
cendi o que ste sufri en 1872 se quem, j unt o con numero-
sos document os de i mpor t anci a.
La opi ni n pbl i ca reacci on y surgi eron numerosas pro-
testas cont ra l a opi ni n del di put ado Agui r r e entre l a que se
destaca el magn f i co art cul o de Francisco Zarco, que nos pa-
rece uno de los mej ores anlisis que conocemos de l a situa-
ci n pol t i ca de ese moment o y de l a gnesis del clebre
Tr at ado.
E l 3 de j uni o , Francisco Zarco sali en defensa de J urez
en u n ampl i o y razonado art cul o, cuyo prrafo ms destaca-
do es el si gui ent e:
Cmo sabe el Sr. Agui r r e , cmo puede saber el j ur ado,
cul es er an las i nt enci ones del Sr. J ur ez acerca del Tr a t a do
Mc La ne , cul es las modi f i caci ones que hubi er a propuest o si se
hubi e r a r eanudado l a negoci aci n, cul es los art cul os a que
612
JORGE L. TAMAYO
habr a negado su rat i f i caci n? Esta si mpl e pr egunt a destruye
todos los cargos y l a esperanza ardorosament e expresada por
al gunos rganos de la prensa, de que este i nci dent e basta para
i mpos i bi l i t ar al act ual deposi t ar i o del Ej ecut i vo, de ascender
a la Presi denci a Cons t i t uc i onal de l a Repbl i ca.
Para concl ui r este l argo art cul o, reproduci r como colo-
f n unos prrafos de las memori as de Rober t Mc Lane publ i -
cadas en edi ci n pr i vada en 1903;
2 3
al referirse a su gestin
en Veracruz Mc Lane expresa opi ni ones elogiosas a J urez,
que muest ran l a posicin del gobi erno de los Estados Uni dos
y l a verdadera razn por l a que no fue rat i f i cado el Tr a t a do
por el Senado de esa naci n:
Tuv e grandes di f i cul t ades para vencer los temores y dudas
aun del Gobi er no Cons t i t uc i onal de Veracruz, ya que el seor
Buchanan urg a l a adqui si ci n de l a Baj a Cal i f or ni a y el pre-
si dente J ur ez, con si ngul ar det ermi naci n, rehus ceder u n
pi e de t e r r i t or i o, cual esqui era que fuesen las consecuencias. Por
f or t una, l ogr ganar su conf i anza y benevol enci a, as como su
deseo por i mpul s ar l a ami st ad y el comerci o con Estados Un i -
dos, que consi der resul t ar a ms ventaj oso por medi o de rel a-
ciones comerciales que por l a adqui si ci n de t e r r i t or i o; asimis-
mo, l ograr a l a asi mi l aci n ent re nuest ra robust a pobl aci n y
los i ndi os y mexi canos que entonces vi v an en l a Baj a Cal i f or-
ni a y en los estados de l nor t e del pa s.
Propuse l a aper t ur a de medi os de comuni caci n ent re el
Gol f o de Mxi c o y el Gol f o de Cal i f or ni a y ent re el Pac f i co
y el Gol f o de Mxi co, establ eci endo almacenes de depsi t o en
las t ermi nal es con el derecho de prot eger, en comn con Mxi -
co, estas v as de comuni caci n y los almacenes; asi mi smo, esta-
blecer rel aci ones comerciales ent re ambas repbl i cas.
U n Tr a t a do de esta nat ural eza f ue negoci ado y apr obado
por el presi dent e Buc hanan y por el presi dent e J ur ez. E l sena-
do de Estados Uni dos l o rat i f i c; si n embargo, los par t i dar i os
sureos de l a anexi n del act ual t e r r i t or i o mexi cano, j u n t o con
los defensores de ul t r a , pr ot egi dos i ndust ri al es de Nueva I n -
s ROEEET M. MCLANE, Remiscenses 1827- 1897. Edicin pri vada, 1903,
pp. 140- 145.
EL TRATADO MCLANE-OCAMPO
613
gl at er r a, se opusi er on y c ont i nua r on su di scusi n sobre el pr o-
bl ema gener al de l a escl avi t ud, que cul mi n en la guerra c i vi l
y de secesi n. A u n as, a los mej ores hombres del senado se les
enc omend apoyar el Tr a t a do.
E l Comi t de Rel aci ones Ext eri ores del Senado, que reco-
mendaba su rat i f i caci n por este Cuer po, estaba const i t ui do
por personal i dades notabl es. I nt egr aban este Comi t , Masn,
de Vi r g i n i a ; Seward, de Nueva Yor k; Sl i del , de Loui s i ana; Dou
glas, de I l l i noi s . Estos seores vot ar on a f avor.
E l seor Buchanan si nt i muc ho el rechazo del Senado para
l a rat i f i caci n de este Tr a t a do, puesto que cre a que estable-
cer a las rel aci ones comerciales ent re ambas repbl i cas y que
abr i r a el cami no para l a admi si n de todos los estados mexi ca-
nos en nuest ra Uni n.
Se me sol i ci t me di r i gi er a a Wa s hi ngt on para dar expl i ca-
ciones al Comi t de Rel aci ones Ext eri ores del Senado y nunca
regres a Mxi co.
M i i nt ers en l a mi si n encomendada concl uy con el re-
chazo de l a rat i f i caci n del Tr a t a do en el Senado, y el pel i gro
i nmi ne nt e de guerra c i vi l me i mpi di abandonar en esa poca
mi pa s y mi f ami l i a.

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