Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 61
El cianuro...
solo o con leche?
(1963)
Farsa de humor negro, en dos actos, original de JUAN JOS ALONSO MILLAN (Madrid 1936) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
2
A Luis Fraga, Cayetano Luca de Tena y Guillermo Marn, por su fe en esta obra. ALONSO MILLN Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
3
Esta obra fue estrenada en el teatro Infanta Beatriz, de Madrid, el da 7 de junio de 1963, con el siguiente
REPARTO (por orden de aparicin en escena)
LAURA Mari-Carmen Prendes. ADELA Isabel Pallars. VENERANDA Mara Luisa Arias. SOCORRO Lola Glvez. MARCIAL Pedro Espinosa. JUSTINA Amparo Bar. ENRIQUE Guillermo Marn. MARTA Ana Mara Vidal. LLERMO Jos Morales. EUSTAQUIO Rafael Gil Marcos. DON GREGORIO Luis Roses.
Escenografa: EMILIO BURGOS. Direccin: CAYETANO LUCA DE TENA. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
4 Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
5
GUA DEL ESPECTADOR
Para que el espectador pueda identificar en cualquier momento las caractersticas de los personajes ms importantes que intervienen en esta obra, ofrecemos una sntesis de los mismos, en orden alfabtico, tan til a los desmemoriados, como a los metdicos. MARTA: Seora estupenda. Tiene unos veinticuatro aos y aparenta veintitrs, que es lo bueno. Est casada y, adems, lo representa, pero lo que mejor representa es esta funcin. ENRIQUE: Seor estupendo. Guapo a rabiar, culto como l solo y ms fino que un guante. Este personaje tiene la virtud de caer de maravilla a todo el mundo. Tanto es as, que la gente se lo quiere llevar a su casa para siempre. ADELA: Paraltica de cintura para abajo segn se mira, esta y no otra, es la causa de que se pase toda la funcin en un cmodo silln de ruedas. A pesar de esto no es feliz. LAURA: Hija de doa Adela, como su nombre indica. Soltera desde que naci. Tiene cuarenta aos y muchos aseguran que nunca tuvo dieciocho. DON GREGORIO: No hace ms que agonizar el hombre, porque es algo mayor. Ahora, llega un momento que se le toma cario. JUSTINA: Sobrina de la familia. Es un bombn y, adems, retrasada mental. Al igual que la mayora de las mujeres que conocemos todos, su cerebro se cans de funcionar a los cinco aos. LLERMO: Su verdadero nombre es Guillermo. Las gentes bien intencionadas lo llaman con ese diminutivo carioso porque no puede tener hijos. Est casado con Justina. LADY AGATHA: No sale, pero hace precioso en un programa. EUSTAQUIO: Es una bellsima persona, pero el burgo provinciano le conoce por "El stiro de Extremadura". DOA SOCORRO: De profesin, sus visitas. Un da fue a la playa y tom mucho el sol; desde entonces, cuando en una conversacin no entiende algo, lo relaciona inmediatamente con el sexto Mandamiento. DOA VENERANDA: Amiga inseparable de la anterior; adems, tiene un hijo que est hecho un hombre, entre otras cosas, porque tiene treinta y siete aos, y ella dice que es el consuelo de su vejez. MARCIAL: Hijo de doa Veneranda. Es detective de profesin y de vocacin; naturalmente, vive de las rentas de su madre, la cual hizo una gran fortuna en 1756 fundando una cadena de estancos en Brazzaville (frica Ecuatorial francesa). Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
6 Invitados, gentes del lugar, burgueses y solicitantes, diosecillos, hadas, gnomos, bailarines, cantantes y un guardia. El tren Expreso Madrid-Irn, que cruza velozmente el segundo acto, es una gentileza de la RENFE. La accin de esta comedia transcurre en Badajoz (Extremadura), provincia espaola, situada al oeste de Espaa, entre los 37 grados, 56 minutos y 39 grados, 27 segundos de latitud Norte del meridiano de Madrid. A pesar de esto, los rabes llamaban cariosamente a Badajoz BALEDAIX. Es la noche de Todos los Santos, vspera de los Difuntos. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
7
ACTO PRIMERO
El decorado durante toda la funcin es la habitacin cuarto de estar de una casa perteneciente a la clase media de provincia, ms fea y triste que lo normal. Tres puertas practicables y un balcn, tambin practicable.
(Al levantarse el teln son las once y pico de una noche crudsima de Badajoz. Se avecina una gran tormenta. Hace fro. Sentada, en un silln de ruedas est DOA ADELA. LAURA habla por telfono, y sentadas alrededor de una mesa- camilla estn DOA VENERANDA y DOA SOCORRO. En una silla, un poco ms retirado, se encuentra MARCIAL, que viste exactamente igual que lo hubiera hecho Sherlock Holmes si hubiese pasado alguna noche en Badajoz. Como msica de fondo se oir, con breves intervalos, los quejidos lastimeros que vienen de la habitacin del foro. Son del abuelo, que est agonizando.) LAURA. (Hablando por telfono.)...Espera, voy a tomar nota... (Toma un papel y un lpiz.) Tmese agua de sa que sale por el grifo y djese hervir... S, unos segundos... Luego se echan los granos negros... Ah!... Despus de molerlos, comprendo..., y se tapa con un objeto plano. Despus hay que esperar ocho minutos... Perfecto... Creo que sabr... A continuacin, se cuela con un objeto que sirve para colar... y se vierte el lquido negro en un recipiente bien limpio... Perfectamente... Ya... Cmo?... Qu maravilla! (Tapando el auricular.) Madre! Madre! ADELA.Dime, hija, dime. LAURA.Tambin se puede migar pan!... No es alucinante? ADELA.Esto del caf es un invento del demonio. LAURA. (Sigue hablando por telfono.)Ya est perfectamente claro... Muchas gracias... Igual... Sigue lo mismo... Adis, Amelia. (Cuelga.) Al fin, madre! Por fin me he enterado cmo se hace el caf. VENERANDA.El caf solo o con leche? ADELA.Por Dios, doa Veneranda, no sea tan vehemente!... El caf solo, que es el ms sencillo de aprender. Cuando Laura practique, estoy segura que cualquier da har un "cortao", si se lo propone. SOCORRO.Es que su hija tiene una mano para la cocina, nica. LAURA. Madre, estoy decidida!... Esta noche no fallaremos. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
8 ADELA.Espermoslo, hija. Que esto no es vida. SOCORRO.Qu! Algo para don Gregorio? ADELA.S, doa Socorro... Un medicamento muy bueno... Justo lo que necesita l... y nosotras. LAURA.El mes que viene cumple noventa y dos aos... No les parece que ya es mucho cumplir? VENERANDA.Cmo!... Es casi casi, una grosera. Hombre tena que ser! SOCORRO.Y qu le van a dar? Algn remedio alemn..., verdad?... Hganme caso; los alemanes, se dan unas maas para las medicinas... O, si no, que lo diga aqu, Veneranda. VENERANDA.Ya lo creo. Y para las radios y la mecnica, no digamos. Adems, como son tan rubios y tan altos... ADELA.Ustedes han odo hablar del cianuro? VENERANDA.No, doa Adela. Viajamos tan poco... De medicamentos y porqueras por el estilo, lo que mejor nos va es el termmetro. Verdad, Socorro? SOCORRO.Es cierto; pero lo tuvimos que dejar, porque nos haca llagas. VENERANDA.A m me sentaba muy bien. ADELA.El termmetro? SOCORRO.Como se lo decimos. Lo usbamos de reconstituyente. Me abra un apetito!... Y, en verano, es tan fresquito!... SOCORRO.Lo malo es que me bajaba un poco la tensin. Esto no quiere decir nada. A lo mejor, el cianuro no baja la tensin. LAURA.Es un remedio infalible. Como la leja, pero en polvo. Y rapidsimo. Un alarde de la tcnica. VENERANDA. (Se re.)Has odo, Socorro?... Qu disparate!... Como la leja... SOCORRO.Ya, ya... Y quin es la que va a tener el hijo? VENERANDA.Pero..., qu has entendido, mujer?... Qu costumbre...! SOCORRO.Es que no he odo bien. VENERANDA.Disclpela. Es la cuarta visita que llevamos hoy, y la pobre se hace un lo. Ya saben su costumbre: cuando no entiende alguna conversacin, lo relaciona con el sexto Mandamiento. Suele acertar casi siempre. ADELA.Me hago cargo... Pero es muy desagradable... Comprndalo... El abuelo cerca de tres meses agonizando... y..., y... (Llora.) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
9 VENERANDA.Vamos, vamos, doa Adela... SOCORRO.No se preocupe, mujer... Maana son los Santos Difuntos. No hay que perder la esperanza. VENERANDA.Claro..., a lo mejor..., Quin sabe? ADELA.Lo dicen para consolarme... Pero yo s que le queda cuerda para rato. LAURA.Son ustedes demasiado optimistas. Eso pensbamos hace una semana... pero pasa el tiempo... y todo sigue igual... Escuchen, escuchen... No es desesperante? (Todos callan, y se oye al abuelo agonizar.) SOCORRO.Lo hace muy entonadito ya, el pobre. VENERANDA.Qu ruido arma! Con este jaleo, no les dejar or la radio. LAURA.Seora, en esta casa nunca tuvimos radio. ADELA.Se empieza por una radio de galena y se acaba yndose una tarde al cine. La vida no es slo diversin, como algunos creen... (MARCIAL, que est dormido en la silla, empieza a roncar.) Comprndalo... (MARCIAL sigue roncando cada vez ms fuerte.) Sufrimos tanto!... Estamos extenuadas... Da y noche (Sigue roncando MARCIAL.)..., da y noche... cuidndole, como hermanas de la Caridad... (DOA ADELA coge el silbato, que lleva colgado del cuello, y da un pitido bastante fuerte. Inmediatamente MARCIAL deja de roncar. Luego deja colgar el silbato, como si nada hubiese ocurrido.) Nunca pens que el abuelo tuviera esta salud... La gente, al llegar a ciertas edades, se muere... No?.... VENERANDA.Por lo menos, eso pasaba en nuestros tiempos, que ramos ms decentes. LAURA.Pero de esta noche no pasa. (Se oye un trueno tremendo. Hay pausa. Todas suspiran y no saben qu decir.) SOCORRO.Es que usted, doa Adela, es una santa... Una santa! VENERANDA.Desde luego... Y, hablando de santas, aqu, Laura, dan ganas de rezarla un Padrenuestro. SOCORRO.Es que hay que ver. Tanto tiempo llamando Dios a don Gregorio, y usted, doa Adela, tan entera... Esa es la palabra: tan "entera". ADELA.Entera..., lo que se dice entera... Si no hubiera tenido la cada... Ya saben..., las piernas... Claro que, voluntad, eso s.... no falta nunca! Se sufre tanto en esta vida!... O, si no, que lo diga mi hija. Laura, hija..., se sufre en esta vida, o no? LAURA.Por qu se dirige usted a m?... Porque no soy agraciada, no he tenido nunca novio y he nacido en Extremadura?... Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
10 VENERANDA.Lo mismo que Pizarro. LAURA.Pero era un hombre. Yo, en cambio... Claro que llegar mi hora. Toda mi vida hecha una ruina, una esclava... Primero, mi padre... ADELA.No nombres a tu padre, Laura, que hay visita. LAURA.Luego t, madre..., que eres la peor... Despus, el abuelo..., y esta maldita casa. SOCORRO.No te gusta la casa?... Pues parece alegre y cobija. LAURA.Eso es lo malo..., que es alegre..., es demasiado alegre. Y aqu no debera existir nada que nos recordara que somos seres humanos... Pero todo esto acabar. ADELA.Qu carcter tienes, hija!... A veces me pregunto si has tenido alguna vez dieciocho aos. SOCORRO.Dieciocho, doa Adela?... Es posible? Y todos viven? LAURA.Ya me est usted hartando con sus idioteces, doa Socorro! Si no sabe ir de visita, no salga de su casa! Es lo menos que se le puede pedir. VENERANDA. (Rindose.)Perdnela..., es una nia..., no tiene malicia. LAURA.Chist! Prohibido!... En esta casa est prohibido rerse. Esto no es ningn circo. Si quieren rerse, jugar a los prohibidos o fumar grifa... A la calle!... O donde se lo consientan... (MARCIAL empieza a roncar.) ADELA.Hija, por favor, no te alteres. LAURA.Djeme, madre. Si no cortamos las risas y las diversiones a tiempo, esta casa se convertira en una sala de fiestas o algo por el estilo. (MARCIAL sigue roncando.) Y bastante podrido est ya todo para... (DOA ADELA hace funcionar otra vez su silbato varias veces. Muy despacio, MARCIAL se pone de pie y se estira.) Ya est bien..., no? Has tomado esta casa por un saln de conferencias: en cuanto oyes hablar, te duermes. VENERANDA.Qu buen mozo es!... Has dormido bien, hijo? Anda, da un beso a tu madre. (Se acerca y le da un beso.) La pipa, hijo, la pipa en los dientes. (MARCIAL saca una pipa del bolsillo y se la pone en la boca.) As... Muy bien, Marcial. Anda, ensea a doa Adela la lupa que te has comprado. (MARCIAL mueve la cabeza.) Por qu no quieres? SOCORRO.Le da vergenza. (MARCIAL se sienta y se vuelve a dormir.) VENERANDA.Se ha comprado una lupa buensima, para ver las huellas dactilares de sus semejantes. Y una cartera con ganzas. Verdad, Marcial?... Marcial..., Marcial...! Vaya por Dios!... Doa Adela, haga el favor... Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
11 (DOA ADELA toca el silbato. MARCIAL se levanta.) MARCIAL. (Paseando por la habitacin, contando los pasos.)Est clarsimo... Veintisis pasos por ocho... En esta casa est a punto de cometerse un asesinato. (Se oye un trueno.) VENERANDA. (Aplaude.)Bravo, Marcial! Muy bien! Ha visto, Socorro? Vale mi chico, o no vale?... Marcial, la pipa! ADELA.Por qu dice usted eso... del asesinato? MARCIAL.Lo huelo... Yo tengo un olfato para esto, nico. No se me escapa nada. Aqu huele a crimen. VENERANDA.Muy bien, Marcial! La pipa! Ensea ahora la lupa. ADELA.Lo que huele es el brasero, que tiene un poco de tufo. LAURA.No haga usted caso. No sabe lo que est diciendo. No hace ms que dormir. MARCIAL.No duermo; pienso. Mi mente no descansa nunca. LAURA.Y, qu me dices del "Stiro de Extremadura"?... Ese se re de ti, de la Polica y de toda la regin. Has ledo la Prensa, Marcial? Anoche volvi a las andadas. VENERANDA.Es posible? Qu horror! ADELA.Ese monstruo se ha propuesto no dejar vivir en paz a las mujeres solteras... A quin le ha tocado esta vez? MARCIAL.A Hilaria, la hija de Felipe, el de la encuadernacin de la calle de la Salud. SOCORRO. A sa bajita, con pecas?... Pobre hombre! VENERANDA.Querrs decir pobre mujer... soCORRO.Lo deca por el stiro ese... Que hace falta ser un degenerado. LAURA.Me figuro que la pobre abrazar alguna orden monstica... MARCIAL.De momento, lo nico que va a abrazar es al novio. Dice que no le importa el accidente. Es un buen muchacho y se casan el mes que viene. LAURA.Es indignante! Y mientras tanto, t durmiendo y acompaando a tu madre a hacer visitas. MARCIAL.Ya te he dicho hace un momento que aqu ola a muerto, a crimen... Llevo mucho tiempo dedicado a este individuo. Ahora ya tengo la lupa, la pipa y la ganza. Adems, mi cerebro. El stiro caer en mis manos esta noche, y os convenceris de todo lo que es capaz Marcial. VENERANDA.Di que s, hijo! Muy bien contestado! Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
12 LAURA.No me ro, porque podra pensar la gente que se haba muerto el abuelo. Pero, me das asco! Eres un estpido! El "Stiro de Extremadura" es mucho ms hombre que t y que yo! MARCIAL.Si esta noche no cae ese individuo, dejo la profesin. VENERANDA.Hijo, la pipa!... La pipa!... Muy bien. Da gusto verle. Qu bien le sienta el uniforme! MARCIAL.Bien, madre. Creo que debemos irnos. An me faltan por ultimar algunas cosas. VENERANDA.S, vamos, hijo. (Se pone en pie.) Vamos Socorro. Bueno, muchas gracias por la cena. Tan austera!... Claro que en momentos como stos, la cena no cuenta. Verdad, Socorro? SOCORRO.Desde luego; adems, que nosotros no venamos por las croquetas... (Se oye un trueno.) LAURA. (Va hacia el balcn.)Por fin, va a caer una buena tormenta. Estaba haciendo mucha falta. Lo presenta. No me ha dolido el costado en toda la tarde, y cuando no me duele el costado, es que va a haber tormenta. Siempre hay vctimas, estragos y algn que otro siniestro. (Relmpago y trueno.) A ustedes no les gustan las tormentas? SOCORRO.Nosotros somos gentes de ciudad, sencillas. VENERANDA.Como no somos labradores!... SOCORRO.Es una cosa que me fastidiara mucho. Una vez conoc a un labrador y no me gust nada. Tan colorado! No haca ms que beber agua de un botijo, el muy gamberro! Un ingeniero es otra cosa. ADELA.Y pensar que an nos queda otra noche en pie!... VENERANDA.Y usted, por las noches, en pie?... Est sola o la sostienen? ADELA.Es un decir, doa Veneranda. Ya ve, ms de veinte aos en este silln, y lo que ms me cuesta es hablar con propiedad. VENERANDA.Por qu no va usted a Lourdes? SOCORRO.Es verdad. Tengo entendido que aquello es muy sano. ADELA.Laura, mi hija, no me deja. LAURA.Cuando se muera el abuelo, iremos donde quieras. Viajaremos si es su gusto, madre. Le encantar la U. R. S. S. MARCIAL.Son ms de las once y media. Adems, est empezando a llover. VENERANDA.S, llevas razn, hijo. Que se mejore don Gregorio. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
13 LAURA.No sea usted gafe! SOCORRO.Pero..., cmo? Es que hay algn enfermo? LAURA.Usted, seora ma..., sigue tan idiota! SOCORRO.Es que me hago un lo con las visitas... Hoy ya vamos muy retrasadas; an nos quedan tres: un recin operado de prstata, con perdn, y un velatorio muy bueno, mejorando lo presente. VENERANDA.Los Estvez; l era abogado. SOCORRO.S, pero no ha muerto de eso, porque no ejerca. VENERANDA.Son gente muy esplndida. Cuando la abuela, dieron hasta bizcochos borrachos. MARCIAL.Bueno, Laura... Mucha resignacin... Doa Adela, salud para cuidarlo. LAURA.Gracias, Marcial... MARCIAL.Sigo creyendo que esta casa huele a asesinato. VENERANDA.Bien, hijo, bien... Ahora a otra casa y duermes un ratito. Y abrgate; no vayas a coger fro. SOCORRO.Adis, Laura... Adis, doa Adela... No se levante; conocemos el camino. VENERANDA.S, no se levante; su hija nos acompaa. ADELA.Qu ms quisiera yo que levantarme... Llevo veinte aos diciendo adis a las visitas desde aqu. VENERANDA.Y hace usted muy requetebin. Adis. (Otro trueno.) LAURA.Esta noche va a haber una tormenta de las que hacen poca. (Hacen mutis todos menos DOA ADELA. Se escucha al abuelo. Al momento vuelve LAURA.) LAURA.Cre que no se iban a ir nunca... Y luego, el mamarracho de Marcial. ADELA.S, hija... Pero posiblemente nos sean necesarios... Anda a ver cmo est el abuelo... (LAURA entra al cuarto. Luego sale.) LAURA.Nada!... Sigue igual... El caso es que se le mira a la cara y parece que se va..., pero todo intil!... Se ha propuesto enterrarnos a todos... Madre! Si usted no se atreve, lo har yo sola. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
14 ADELA.No, hija, no. Ser esta noche, en el caf... (Pausa.) Tarda mucho Justina... (Pausa.) Fue muy buena la idea de pedir a doa Matea un poco de cianuro. A ella le sobra de su bodega. LAURA. Ya lo creo... A veces me asusto de lo que usted sera capaz de hacer, si anduviera. ADELANo me des coba... Y t? Te sientes capacitada para hacer el caf? LAURA.Creo que s, madre... Creo que s... Mire usted; en esta receta, est perfectamente claro... Yo, ponerme a hacer caf para desayunar o para mojar tostadas, no sirvo... Pero para echar cianuro... (Se oye el timbre de la puerta.) ADELA.Debe ser la nia, con el veneno... Anda hija, ve a abrir. LAURA.S, madre. Voy ahora mismo. (Vase al fondo. Aparece seguida de JUSTINA, que viene chorreando.) JUSTINA.Hola, tita, guapa. (Le da un beso. Habla como una nia de cinco aos.) ADELA.Te has mojado... Vienes empapada. JUSTINA.Un poco... Brrrr!... Cmo llueve! (Se re.) Llueve ms... Qu risa!... (LAURA le da una bofetada.) LAURA.Nada de risas. Cmo hay que decrtelo? Imbcil! JUSTINA.Ay, ta!... Qu bofetada me ha dado!... Me va a dejar sorda de los golpes que me da. LAURA.Mejor. A tu edad no se oye nada bueno. Y te mereces muchos ms. ADELA.Has trado todo lo que te encargamos? JUSTINA.S, todo... Con las quince pesetas que me han sobrado, he sacado de la Biblioteca para leer las obras completas de Franz Kafka, que son muy entretenidas. Y a las retrasadas mentales nos hacen descuento. ADELA.Y..., lo otro, nena? Lo que tenias que pedir a doa Matea! JUSTINA.El qu?... Ya no me acuerdo. LAURA.No seas idiota... El cianuro de potasa! JUSTINA.Anda!... Anda, ta, qu palabrota!... Los demonios la van a comer! Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
15 ADELA.No chilles a la nia... Ven aqu rica... Son esos polvitos blancos, que tena que darte esa seora tan simptica, que te trae peladillas... JUSTINA.Ah!, el matarratas... Aqu est. (Entrega un pequeo paquete.) LAURA.Quin te ha dicho que es para matar a las ratas? JUSTINA.Ella, doa Matea... Y mira que yo le deca que no..., que no..., que era para matar al abuelito... (LAURA le da una bofetada.) LAURA.Toma, calamidad!... Intil! JUSTINA.Otra! Vaya un da! ADELA.Ven para ac, bonita... Estos polvos son para matar a las ratas..., como la del cuento que se encontr un centimito. Recuerdas? JUSTINA.No. Los nicos cuentos que s son las narraciones terrorficas de Alan Poe. ADELA.Pobre hija!... Esto no tiene nada que ver... Las ratitas se multiplican como los chinos... y hay que exterminarlas..., comprendes? JUSTINA.S, s!... Esto es para envenenar al abuelo!... Al abuelo!... Al abuelo!... Al abuelo!... Y como la ta me pegue..., lo dir a todo el mundo... Ea! LAURA. (Que ha cogido unas tijeras.)Hace mucho tiempo que debimos cortarle la lengua. Pero somos de carcter dbil, y de eso te has aprovechado... Venga la lengua! JUSTINA.No, ta... No. No dir hada a nadie!... Lo prometo! LAURA.La lengua, pronto! ADELA.Aqu no, hija... Lo vas a poner todo perdido... Crtasela en el cuarto de bao... (Suena el timbre de la puerta.) LAURA.Qu es eso? (Suena muchas veces.) JUSTINA.Perdname, ta... No lo volver a hacer. ADELA.Quin se atrever a llamar as? LAURA.Yo abrir... T, Justina... Ojo! (Le ensea las tijeras.) Algn da puede que eches de menos tu lengua. (Hace mutis.) JUSTINA.Me ha perdonado la ta Laura? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
16 ADELA.S, Justina, s... Laura es una santa. (Irrumpen en escena MARTA y ENRIQUE. MARTA lleva una maleta, no excesivamente grande. ENRIQUE, una maleta y una sombrerera.) ENRIQUE.Estoy seguro que es lo que menos podais imaginar... ADELA.Enrique!... Qu significa esto? ENRIQUE.Un abrazo, ta... Ests estupenda; no pasan los aos por ti. ADELA.T en esta casa, y con una mujer pintada! MARTA.Buenas noches... Si le gusta mi tono de labios, le dir dnde lo he comprado. LAURA.Enrique... Estamos esperando una explicacin... Podas haber escrito, o puesto un telegrama... ENRIQUE.Y la alegra de la sorpresa?... Hace ms de seis aos que vi por ltima vez esta casa... Qu te parece, Marta? A que es como yo te la haba descrito? MARTA.Parece que la conoca... Enrique me ha hablado tanto de ella... LAURA.Enrique, qu significa esta mujer?... MARTA.Si es algo inmoral...! ADELA.Ya sabes que Badajoz no es Madrid y estas cosas se saben. ENRIQUE.Por Dios, ta. Es Marta, mi prometida. La semana que viene nos casaremos. Verdad, cario? MARTA.Exacto. En Portugal. Su sobrino no quera que me convirtiera en su mujer sin haberlas conocido a ustedes. LAURA.No me gusta... No me gusta... ENRIQUE. (A JUSTINA.)T... T eres la prima Justina?... JUSTINA.Para servir a Dios y a usted. ENRIQUE.Qu barbaridad!... Pero... si ests hecha una mujer! JUSTINA.Lo habis odo?... Una mujer. MARTA.Y una mujer guapsima... ENRIQUE.Ya me enter de tu boda. Bueno... Y tu marido? Dnde est ese hombre afortunado? JUSTINA.Pues... LAURA.De eso es mejor no hablar. Justina est separada. MARTA.Es posible? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
17 ADELA.Una desgracia, seorita. Una desgracia muy grande. LAURA.Guillermo, as se llama ese desgraciado, es estril. No puede tener hijos. Por eso todo el mundo le llama Llermo. ADELA.Nos enteramos el mismo da de la boda... Desde entonces no dejamos que vea a la nia. Vive en esta misma casa, pero en la buhardilla. MARTA.Vaya por Dios!... Y..., cmo saben que no puede tener hijos? Yo creo que es un poco prematuro, no? Estas cosas requieren algn tiempo. LAURA.Cuestin de tradicin. En su familia son todos estriles. Y l ms que ninguno. Adems, esta pobre miserable, para qu va a querer un marido?... Es una calamidad. MARTA.Un poco dejada, nada ms. Ese pelo... Maana va a estar mucho mejor. Te voy a hacer un arreglo al estilo de Pars. JUSTINA.No se moleste... La ta me lo corta al cero cada tres meses. MARTA.Es posible? LAURA.Naturalmente. No querr usted que vaya por ah, provocando lascivia. Es una mujer casada. ENRIQUE.Y el abuelo?... Dnde est ese granuja? ADELA.Si guardas silencio unos segundos, le oirs agonizar. (Todos guardan silencio y, efectivamente, se oyen los quejidos.) JUSTINA. (A MARTA.)Sintese aqu. Desde este sitio es de donde mejor se oye. MARTA.Muchas gracias, pero... ENRIQUE.Es que...? Es que est tan mal? ADELA.Mucho peor que eso. LAURA.Posiblemente maana vayamos de entierro. Usted, seorita, habr trado algo negro! MARTA.Solamente un lpiz. El negro me hace muy delgada. ADELA.Justina le dejar algo suyo. Ella, en cambio, toda la ropa que tiene es negra. Ya sabe, por la lascivia. LAURA.T, Enrique, te pondrs algo del abuelo. ENRIQUE.Bueno, no hablis as... An no ha ocurrido... Pobre abuelo! LAURA.Es ley de vida... Hoy el abuelo, maana mi madre... En fin... Pobre abuelo. ADELA.Si, pobrecillo... Lo que debe sufrir! Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
18 JUSTINA.Si os da tanta pena el abuelito, por qu queris darle esos polvos de...? LAURA. (Dndola una bofetada.)Por qu no vas a la cocina y haces un poco de caf? JUSTINA.Pero si no s!... LAURA. (Le da la receta.)Toma esta receta, intil. Sigue las instrucciones y, ahora, vete... Vete a la cocina! (Vase JUSTINA llorando.) ADELA.Comprndalo... Es retrasada mental. Tiene el cuerpo de una mujer de veinticinco aos y la inteligencia de una de cinco. ENRIQUE.Eso no es grave. En Madrid es frecuente. MARTA.Claro, y nadie les da bofetadas. Eso era antes. ENRIQUE.Ahora se las pone un piso. (Se re.) ADELA.Te olvidas que ests en casa de tu familia..., y hay ciertas bromas que no toleramos. Laura es soltera. ENRIQUE.Est bien. No os ofendis. Me gustara ver al pobre abuelo. No olvidis que sigo siendo mdico. MARTA.Su sobrino es el mejor traumatlogo de Madrid. LAURA.Ya estamos enteradas que le ha dado por especializarse en huesos, al muy asqueroso. ENRIQUE.Vamos! Vamos! Con permiso. (Entra en el cuarto del abuelo. Hay una pausa. Las dos mujeres miran descaradamente a MARTA. Esta no sabe qu decir y se siente incmoda.) MARTA.!Vaya, vaya, conque de Badajoz! (Da un relmpago y un trueno.) Enrique! LAURA.Para qu quiere a mi primo? Acaso le asustan las tormentas? MARTA.No..., no..., nada de eso... Es que... En fin, no tiene importancia. ADELA.Han debido telefonear que vendran. Les hubiramos preparado migas o algo as. Porque a estas horas... MARTA.Por Dios, no se moleste! Cenamos por el camino. Adems, fue tan precipitado el viaje... Luego, la lluvia, y esas carreteras. Si no, hubiramos estado aqu para las nueve. LAURA.(Que no ha dejado de observarla un momento.)Lleva muy pintados los ojos. No le da vergenza? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
19 MARTA. S..., s... Lleva usted razn. Es que a Enrique le gusta as. LAURA.Donde est una cara lavada... Seguro que va usted teida, no? MARTA.Pues ver... LAURA.No me diga nada. Prefiero no saberlo nunca. MARTA.Bueno, como quiera. (Pausa.) Llueve, verdad? LAURA.Es usted muy lista. MARTA.Ah! Son ustedes una familia deliciosa. Enrique me haba hablado tanto de ustedes... Me encanta esta casa! Esta paz, este sosiego que se respira. A usted, Laura, la imaginaba..., no s, distinta: con gafas, ms estropeada, ms bajita..., y me encuentro con una mujer joven, guapa, sana, alegre y soltera, por serle fiel a una serie de responsabilidades familiares. Ah, cmo la admiro! Creo que seremos muy buenas amigas. LAURA.Permtame que lo dude. Nunca he tenido amigas. MARTA.Y usted, doa Adela, espejo de madres virtuosas, callada, abnegada; todo un ejemplo de heroicidad. Seguro que un da tendr una estatua muy grande, como cualquier conquistador extremeo. Adems, le voy a decir una cosa: el cochecito la sienta muy bien, pero qu muy requetebin. Le hace ms joven..., ms, vvida. La verdad es que no s qu extrao poder tienen las cuatro ruedas, que a las mujeres nos favorecen siempre. ADELA.Est como una cabra. MARTA.Lo que hubiera dado yo por haberme criado en el seno de una familia como sta... Enrique me conquist contndome cosas de ustedes. Es todo tan romntico!... ADELA.Antes era ms. Tenamos un geranio en el balcn; pero un da Laura lo sec. MARTA.Me gustara terminar mis das en una casa como sta y con un cochecito como el suyo. Que me da una envidia, doa Adela!... ADELA.Pues nada, hija, a su disposicin. Si tuviera aqu las muletas, la dejaba dar una vuelta por el pasillo hasta la cocina, que es muy lisito. No me va a creer, pero he llegado a sacarle cerca de cuatro kilmetros a la hora. Verdad, hija? Es mi nico vicio, la velocidad. MARTA.No me extraa. Por favor, Laura. Me gustara lavarme un poco las manos. LAURA.Es aquella puerta. MARTA.Muchas gracias. Hasta ahora, familia. (Se mete en el lavabo. Al momento, las dos mujeres se lanzan sobre el bolso de MARTA. Lo abren.) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
20 ADELA.Date prisa, hija. Pueden aparecer. (Sacan la cartera y el pasaporte.) LAURA. (Abre el pasaporte y lee.)Marta Garca y Garca, seora de Molinos. Madre! Has odo? Seora de Molinos! ABELA.Lo presenta. No es decente; se la ve en seguida. Gurdalo rpidamente. Gurdalo! (Sale ENRIQUE del cuarto. Lo guardan todo.) ENRIQUE.Pobre abuelo!... Est muy mal. No creo que dure mucho. LAURA.Otro igual. Mdico tenas que ser... Todos decs lo mismo; pero lleva as ms de tres meses. ENRIQUE.Ha hablado conmigo. Me ha cogido la mano y me ha dicho: "Pirula..., Pirula, qu rica ests!" ADELA.Dios mo! LAURA.Otra vez esa maldita mujer! Siempre Pirula! De da y de noche, esa maldita mujer! ENRIQUE.Pero, cmo?... Existe Pirula realmente? ADELA.Antes de caer enfermo nos enteramos que el abuelo tena..., tena novia formal... ENRIQUE.Pirula? ADELA.S, Enrique, s. Esa mujer, antes de conocer al abuelo, se ganaba la vida..., me da vergenza decirlo... LAURA.Como empleada en una compaa de seguros. ENRIQUE.Bueno..., no me parece... LAURA.Escriba a mquina clusulas, abra borders... En fin..., hasta fumaba. ENRIQUE.Opio? LAURA.Mucho peor: canario. ADELA.El abuelo quera marcharse con ella a Madrid. Esa Pirula tiene ideas avanzadas. No me extraara nada que quisiera hacer del abuelo... un terrorista. O un jefe de seccin. Pensando de esa manera...! ENRIQUE.Pequeas debilidades humanas. Seguro que ya... (Se oye un grito que viene del lavabo. Aparece MARTA demudada.) MARTA.Enrique! i Enrique!... ENRIQUE.Qu te pasa?... Por qu...? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
21 MARTA.Ah!... En el lavabo!... Metido en la baera hay un hombre... Yo creo que est muerto. LAURA.El Stiro! Seguro que es el Stiro! MARTA.Viste muy raro, con una gorra a cuadros y una pipa en la boca. ADELA.Qu!... El Stiro... LAURA.Esto es el colmo! ADELA. (Tocando el silbato varias veces.)No se asuste; es un conocido. ENRIQUE.No ser el fontanero? (Aparece MARCIAL.) LAURA.Yo creo que est bien!, no? MARCIAL.Disculpe, seora, si la he asustado. Me llamo Marcial y soy detective. Me he quedado dormido mientras espiaba. No s, pero estoy seguro de que aqu se va a cometer un asesinato y trato de impedirlo. ADELA.Eso es ridculo. MARCIAL.Adems, hemos recibido un annimo. El Stiro vendr esta noche a este barrio. No escapar. Por eso me esconda. Esta casa es un primer piso y hay dos mujeres. Perdn otra vez, seora. Ya me voy. Que ustedes sigan bien. (Hace mutis.) MARTA.Qu hombre tan extrao! ENRIQUE.No he entendido una palabra de lo que ha dicho. Mira que decir que en esta casa...! (Se re.) Un asesinato... Tiene gracia! LAURA.Es un imbcil. Siempre est viendo asesinatos por todas partes y no ha descubierto an nada. Es un hombre mimado por su madre, que le ha hecho creerse un detective famoso. Le odio! ENRIQUE.No es para tanto. El hombre cree cumplir con su deber. En fin, hay que perdonar. ADELA.Nada de perdonar! No hay que perdonar nunca! Es que tu padre perdon aquello? LAURA.No hablemos de eso, madre. ADELA.Y eso que slo era un breve refrn castellano. LAURA.Madre, no empecemos! ADELA.Esta seorita tiene que saber lo del accidente... de aquel da. Haba tormenta, una gran tormenta, como ahora. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
22 LAURA.Diga que no! No la escuche. A todo el que viene se lo cuenta. Ya estoy harta! Un da me abrir las venas. MARTA.Bueno. Yo no tengo mucho inters. De manera que podemos jugar a las prendas. Es ms entretenido. ADELA.l me lo deca siempre. Era un canalla! Parece que le estoy viendo. Muy tranquilo, sin alterarse, con la voz montona: "Adela, querida, no seas bicho, que un da te parto la columna vertebral". Y me lo repeta una y otra vez al cabo del da: "Adela, querida, no seas bicho, que..." LAURA. (Sollozando.)Ya est bien, madre! Ya est bien! ADELA.Y as siempre. MARA.Y usted, qu le deca? ADELA.Nada. No le deca nada. A esa frase tan larga yo, en mi ingenuidad, le contestaba con un refrn castellano. LAURA.Eso es! Termina ya! Que lo sepan todo! Cuando mi padre la amenazaba con partirla la columna vertebral, mi madre le deca: "S, s! Perro ladrador, poco mordedor." Usted cree que eso se le puede decir a un marido? MARTA.Ay, ay, ay! Que me estoy oliendo lo del cochecito. LAURA.Un da, acababa mi madre de soltarle el dichoso refrn, cuando mi padre, muy tranquilo, como siempre, sin inmutarse, la cogi en brazos, la sac a la escalera y, una vez all... ADELA.Cllate! Cllate, te lo ordeno! LAURA....la tir con todas sus fuerzas por el hueco. Como ste es un primer piso, tuvo que tirarla seis veces. Luego, mi padre abandon esta casa para siempre. ADELA.Cuando hua, el miserable an pudo escuchar mi voz, desde el suelo, que le deca: "Que el que a buen rbol se arrima, buena sombra le cobija." Y: "Que al que Dios se la d; San Pedro se la bendiga." (Llora.) No lo olvidar jams. LAURA.Se da usted cuenta de mi desgracia? Veinte aos de mi vida rotos, al cuidado de un abuelo enfermo, una retrasada mental y mi madre... Ya la ve usted: hecha unos zorros! ADELA.Qu comparacin ms zafia! LAURA.Pero, ya estoy harta! (Al borde de la histeria.) Todo el mundo se olvid de que yo era una mujer joven, bonita, ignorada de todos. Que sufra! Sufra mucho! Y..., y...! Justina! Justina!... (Aparece JUSTINA.) JUSTINA.Me llamas, ta? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
23 LAURA.Ven para ac! (Se acerca y la da una bofetada. Ms calmada.) Ya puedes irte. (Vase JUSTINA.) Justina me calma un poco. Si no fuera por ella, me habra abierto las venas hace mucho tiempo. (Hay una pausa.) MARTA.Hace calor, eh? (Otra pausa) ENRIQUE.Todos llevamos nuestra cruz. La vida es eso. Pero todo pasa. ADELA.Precisamente, en eso confiamos. Verdad, hija? Muy pronto, todo cambiar. MARTA.Nada, nada, a no pensar ms en cosas tristes. Si quieres, llamo a Justina y nos entretenemos un poco. ENRIQUE.Ta, queremos pasar la noche aqu. Si todo va normal, maana por la maana nos iremos. LAURA.Imposible. Esta noche id a un hotel. MARTA.Me parece muy buena idea. ENRIQUE.Estando el abuelo como est, debera quedarme con l. Si le ocurriera algo esta noche, soy mdico y poda certificar que... MARTA. (A ENRIQUE.)Vmonos de esta casa. No resisto ni un minuto ms. Son unos monstruos! ENRIQUE.No digas tonteras. LAURA.Has odo, madre? ADELA.S, hija, he odo y entendido perfectamente. Se quedarn. (Se oye un trueno. Aparece JUSTINA.) JUSTINA.Traigo el caf..., con lo otro? LAURA.Ahora no es momento. ENRIQUE.Me parece una idea estupenda, y con una copa de coac. LAURA.En esta casa no se sirven bebidas alcohlicas, ni un domin. Esto no es ningn "bar". ENRIQUE.Como Justina deca... LAURA.Justina no deca nada. Recurdame, madre, que maana sin falta tenemos que cortar la lengua a esta nia. JUSTINA.No, la lengua, no! Ser buena! (Llora y se pone de rodillas.) No dir nada! Pero la lengua, no. Ta, perdname. ENRIQUE.Hay que ver el cario que esta criatura tiene a su lengua! MARTA.Es muy natural. Eres hombre, y estas cosas no las entiendes. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
24 ADELA.Basta, nia! No llores, ya veremos. JUSTINA.Es que no quiero perder mi lengua. LAURA.Justina puede dormir conmigo y Enrique en el cuarto de la nia. ADELA.Y la seorita en esa cama mueble. (Seala la mquina de coser. JUSTINA lleva las maletas del primo a su cuarto.) ENRIQUE.No! No toques esas maletas. ADELA.Pero si es... ENRIQUE.Esa maleta y la sombrerera tienen que salir esta misma noche para Pamplona. LAURA.Ahora mismo? Qu disparate! ENRIQUE.No hay ms remedio. Es cuestin de vida o muerte. ADELA. Siendo as... Llermo puede llevarlas ahora mismo a facturar. Anda, llmale, Laura. Dile que baje en seguida. LAURA.Te ensear antes tu cuarto. Sgueme. ENRIQUE.Bien. Te sigo. MARTA.Voy contigo, Enrique. No me dejes sola. ENRIQUE.Vamos, Marta, no seas chiquilla. T duermes aqu. LAURA.Vamos, Enrique. ENRIQUE.S, vamos. (LAURA y ENRIQUE hacen mutis. Suena un trueno y se sigue oyendo al abuelo.) MARTA.Y, dice usted que esto es una cama? ADELA. (A JUSTINA.)Justina, haz la cama a la seorita. (JUSTINA tira del mueble y sale la cama, ya con ropa para dormir.) Siempre ha dormido alguien aqu estas noches. Como el abuelo est as... MARTA. (Que ha abierto su maletn.)Quisiera ponerme el pijama. ADELA.Vaya al cuarto de bao. Y est tranquila. No pasar nada. MARTA.Si estoy tranquila; son los nervios, del viaje. (MARTA entra en el cuarto de bao. Llega LAURA.) LAURA.Justina, va a venir tu marido. Mtete en el cuarto de la plancha y no salgas hasta que te lo ordenemos. Ya sabes que no puede verte. JUSTINA.S, ta. LAURA.Vete. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
25 JUSTINA.Si, tita. (Se va. ADELA se acerca al maletn de MARTA e intenta abrirlo.) LAURAHa sido muy buena idea. As certificar la muerte del abuelo. (Se acerca al telfono y le descuelga. Marca un nmero. ADELA ha abierto el maletn y lo est registrando. LAURA, hablando por telfono.) Llermo, eres t? Soy Laura. Baja inmediatamente. No, an no se ha muerto. (Cuelga.) Qu hace usted, madre? ADELA. (Pensativa.)Al abuelo no le va a pasar nada esta noche. LAURA.Qu quiere usted decir? Qu est tramando esa inteligencia tan fecunda? ADELA.Mira, hija, mira ese maletn. Y dime si no piensas como yo. LAURA.(Mira el interior del maletn de MARTA.)Oh! En mi vida haba visto tanto dinero. (Soadora.) Nos iramos de esta ciudad para siempre. ADELA.Viajaremos! Veremos mundo. Lourdes, Laura, Lourdes! LAURA. Y esta maleta y la sombrerera? ADELA.S, es cierto. Por eso tenan tanto inters en sacarlas de aqu. Seguro que son divisas o drogas y no se atreven a pasarlas por la frontera. Abre la sombrerera! Vamos, hija, brela! LAURA.Voy, madre, voy. Que a usted en seguida la consume la codicia. (Las dos mujeres, muy laboriosas, intentan abrir la sombrerera. Aparece en el umbral ENRIQUE, que ve la escena sin decir palabra.) ADELA.Vamos, vamos! Tenemos que ver qu contiene. LAURA.Est muy bien cerrada. Ya, ya parece que cede. ENRIQUE. (Saca una navaja del bolsillo y avanza hacia ellas.)Si os puedo ayudar... LAURA.Ah!... Me has asustado. ENRIQUE.Con esto os ser ms sencillo. He perdido la llave. ADELA.No, no hace falta. Era una tontera. La pcara curiosidad femenina. (Se re. Llaman al timbre de la puerta.) Debe ser Llermo. Has escondido a la nia, verdad? LAURA.Naturalmente. Voy a abrirle. (Vase.) ENRIQUE.Est muy feo registrar las maletas, ta. No me parece bien. ADELA.Pero, hijo... Ya sabes que me gustan mucho los sombreros. Quera ver cmo me estaba. Lo que me extraa es que pese tanto ese... "sombrero". Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
26 (Entra en escena LLERMO, seguido de LAURA.) ENRIQUE.Hola, Guillermo. Encantado de conocerle. LLERMO.Qu tal? Llmeme Llermo, no me preocupa. Nadie es perfecto. Bien; no tengo ganas de perder el tiempo. A dnde tengo que llevar la maleta y la sombrerera? ENRIQUE.A la estacin. Usted las factura para el primer tren que salga para Pamplona. LLERMO.Enterado. Para Pamplona, no? Cunto? ENRIQUE.Cmo?... No entiendo. LLERMO.Mire usted, seor. A m me da igual que lo que lleve en esa maleta sea contrabando o una bomba. ENRIQUE.Pero... LLERMO.Silencio. Estoy hablando yo. LAURA.No le contradigas. Como est amargado, tiene ese carcter. LLERMO.Cunto est dispuesto a pagar por este trabajito? Ahora hay mucha vigilancia. ENRIQUE.Pues, no s... Veinte duros... Para tabaco y caf. LLERMO.Me voy a dormir. ENRIQUE.Espere... Mil pesetas, vale? LLERMO.Tiene mucho inters. De acuerdo. Cien duros ahora y el resto a la entrega del taln. ENRIQUE.Tenga. (Le da el dinero.) LLERMO. (Con voz baja, a ENRIQUE.)Tengo que hablar con usted. La ha visto? ENRIQUE.A quin? LLERMO.Chist!... (Se lo lleva a un rincn.) A Justina. La ha visto? ENRIQUE.Pues, s. Estaba aqu. LLERMO.Qu le ha parecido? Tengo buen gusto o no? Por eso estoy ahorrando... Un da nos marcharemos, y entonces... ver esta familia si puedo tener hijos o no. ENRIQUE.Muy bien, muy bien. Pues nada, nada... LLERMO.Oiga. Le interesan las cabezas reducidas de seres humanos, para llaveros, alfileres de corbata o para tener en el recibidor? ENRIQUE.Cmo dice usted, muchacho? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
27 LAURA.Cuidado, primo! Intentar venderte cabezas reducidas. No le hagas caso, son falsas. LLERMO.Diga que no. Las cojo en el cementerio y en casa las reduzco; las dejo del tamao de un puo, las pego a un cenicero de baquelita y pongo debajo: "Recuerdo de Badajoz." La gente se cree que son artificiales; pero..., s, s!... ENRIQUE.Si eso hace este monstruo aqu, qu hara en Pars y con estudios? LLERMO.Dice usted? ENRIQUE.Nada, hijo, nada. Que no se le ocurra viajar ni leer... LLERMO.Oiga usted... Si quiere revistas prohibidas, postales, insulina, morfina o una grifa fresqusima, no tiene ms que llamarme a este telfono. (Le entrega una tarjeta.) Y este mechero japons..., que, adems, es una linterna sorda, un abrelatas, un tocadiscos, un bolgrafo y una radio de pilas? Tirado... Por ser para usted... ENRIQUE.Es que... yo no fumo. LLERMO. (Lo enciende.)No importa. Tambin sirve para quemar bosques. ENRIQUE.Tiene razn. ADELA.No seas pesado, hijo. Siempre lo mismo! Ms te vala pensar slo en tu desgracia. (Aparece MARTA en pijama y encima, una bata.) MARTA.Bueno, ya estoy aqu. Caramba! Y este muchacho tan guapo? LLERMO. (Da un silbido al ver a MARTA.)Vaya mujer!... Est usted de miedo, seora! LAURA.Llermo!... Perdone, seorita. Es Guillermo, el marido de Justina. MARTA.Conque sta es la infeliz criatura...? Me alegro mucho de conocerle, Llermo. Me deja que le bese en la mejilla? (Le besa. LLERMO est como atontado.) Todo el mundo me ha hablado de usted... LLERMO.No les haga caso. MARTA.El alma de Badajoz! El marido de Justina, el que vive separado de ella porque tiene una sensibilidad y un espritu muy superior a todos nosotros... ADELA.Ya le ha vuelto a dar la locura. LLERMO. (Que ha sacado un par de medias.)Qu le parecen? MARTA.Oh!... Qu bonitas! Son preciosas, Llermo. Y, adems, dos. Qu detalle! Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
28 LLERMO.Baratas. Casi una ganga. MARTA.Nada de baratas! Estas cosas no se miran por el precio. Por fin le van a quitar a Justina las medias de lana! Bravo! LLERMO.Tambin tengo rayn, tergal, guantes de goma, conjuntos de ban-lon, combinaciones de nylon, polvos, lpices de labios y, adems, hago encargos a Tnger y a Portugal. MARTA. (Que no sabe qu decir.)Vaya con Llermo!... ENRIQUE.Oiga, monstruo. Corbatas, tiene usted? LLERMO.Ya lo creo! En todos los colores, y otras con... (Le habla al odo.) ENRIQUE.Me trae una negra. LLERMO.Cmo? Es que l abuelo ya...? (Se acerca a LAURA.) Vaya, me alegro!... Felicidades. LAURA.No seas idiota. Coge la maleta y la sombrerera y vete. El abuelo an tiene cuerda para rato. LLERMO. (Coge la maleta y la sombrerera.)Est bien. (A MARTA.) Adis... Se llama usted...? MARTA. (Un poco asustada.)Marta Garca. LLERMO.Soltera? MARTA.No, muchacho, casa... ENRIQUE.Marta! MARTA.Soltera, hijo. Soltera y sin compromiso. LLERMO.Bien. Es suficiente. Me parece que usted y yo... vamos a dar mucho que hablar aqu. MARTA.No lo dudo. LLERMO.Un da hice un verso. Ya lo conocer... (Se oye un trueno.) Vaya nochecita! Has odo, Laura? El puente nuevo no est para muchos trotes. A lo mejor, esta noche tenemos suerte. (Hace mutis. Le sigue LAURA. Hay una pausa.) ADELA.Creo que deberamos irnos a la cama. ENRIQUE.S; a todos nos vendr bien un poco de descanso. ADELA.Desde su cama oir perfectamente al abuelo. No se preocupe por nada y duerma tranquila. (Aparece LAURA en el umbral de la puerta.) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
29 LAURA.Si oye ruido, como el que hace una persona al caerse de la cama y chocar contra el suelo, nada de nervios; no se preocupe. No sera la primera noche que el abuelo hace eso. S; al llegar a cierta edad, se tienen rarezas (LAURA empuja el coche de su madre para llevarla a su cuarto.) ADELA.Quiere usted que guarde sus cosas en mi armario? MARTA.No, muchas gracias. No llevo nada de particular. ADELA.Est bien, como quiera. ENRIQUE.Voy a ver al abuelo antes de acostarme. (Entra en la habitacin del abuelo. Se oye un trueno.) LAURA.No le asustarn las tormentas! No? MARTA.No, claro; ya no soy una nia. En Madrid, hasta me divierten. LAURA.No es lo mismo. Los rayos de Badajoz tienen fama. ADELA.A descansar, hija. Buenas noches. MARTA.S, seora. Lo mismo digo. (Madre e hija hacen mutis. MARTA est asustada. No sabe qu hacer. Por fin, se quita la bata y se dispone a meterse en la cama, cuando sale ENRIQUE de la habitacin del abuelo.) ENRIQUE.No s. No acierto a explicarme qu es... Lo ms lgico es que sea una bronquitis. Los sntomas no dejan lugar a dudas. MARTA.Enrique! Estaba deseando hablar contigo a solas. ENRIQUE.Dime, cario. MARTA.Esto no puede ser. Creo que debera volver con Armando. l me perdonara, estoy segura. ENRIQUE.Qu pasa, Marta? Ya no me quieres? MARTA.No s... No s qu me pasa. Creo que son mis nervios. Esta casa... Algo pasa aqu que no es normal. Todo ocurre tan deprisa... ENRIQUE.Con Armando, en cambio, todo iba muy despacio. Adems, te aburras. MARTA.Eso, s: me aburra mucho. Enrique, vmonos ahora mismo de esta casa, tengo un presentimiento. Tengo miedo, un miedo horrible. ENRIQUE.Pero, Marta, la carretera est imposible y, adems, no puedo conducir de noche. Anda, anda, descansa; te sentar bien. Maana vers todo de una manera distinta, y luego t y yo..., solos y juntos, siempre juntos. Le escribiste la carta a tu marido, no? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
30 MARTA.S; ya la habr ledo. Pobre Armando, me quera mucho; pero, era tan pesado! Adems, no me comprenda, nunca me comprendi. T, en cambio... ENRIQUE.Es demasiado joven. Armando slo te lleva tres aos, y el matrimonio necesita tranquilidad y comprensin. Tu marido est ms preocupado de su carrera, de su porvenir, que de ti. MARTA.T eres tan distinto! Contigo me siento protegida. Sabes cundo me enamor de ti? Dirs que soy una cra; pero me gusta hablar de eso. El da que me romp el escafoides y tu me escayolaste. Adems..., me escayolaste tan bien... ENRIQUE.Yo te adoraba mucho tiempo antes. Por eso en la escayola te pint ese corazn traspasado por una flecha y aquellos versos de Campoamor. MARTA.Luego... Yo te regal mi radiografa dedicada. "A Enrique. Marta." ENRIQUE.Estabas tan guapa! Yo la llevaba siempre en la cartera, y cuando te miraba al trasluz, desde la soledad de mi cuarto pensaba en ti. Si no hubiera estado tan loco por ti, me hubiese enamorado al verte el escafoides! MARTA.Enrique! Qu cosas sabes decir a las mujeres! No me canso nunca de orte. ENRIQUE.Bueno. Ahora, duerme. Te hace falta. Maana nos espera un da de apa. MARTA.Pero, t y yo solos. ENRIQUE.Para toda la vida. Adis, amor mo! MARTA.Adis. Buenas noches. (Se tiran un beso.) ENRIQUE.Que descanses. MARTA.Ahora estoy mucho mejor. (ENRIQUE hace mutis. MARTA se mete en la cama y apaga la luz. Al momento, la puerta se vuelve a abrir y entra JUSTINA con una taza de caf y un pequeo paquete.) JUSTINA.Est durmiendo? MARTA.No, rica, pasa. JUSTINA.Le traigo esto. Lo quiere solo o con leche? MARTA.Por qu te has molestado?... Es igual... (Lo va a beber.) Est muy caliente... Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
31 JUSTINA.Tambin le he trado mi pepona. Yo duermo siempre con ella y me hace mucha compaa. Me la hizo mi Llermo... Es una mueca saladsima... Abre y cierra los ojos... Yo la llamo Rosalinda. MARTA.Ah, s?... Qu buen chico es Llermo! Djame verla. Le conoc antes y me parece un muchacho muy listo... Ah... (Da un grito al ver la mueca y salta de la cama.) Pero, qu es eso? JUSTINA.Mi pepona... Rosalinda... MARTA.Enrique!... Enrique!... Tira eso, asquerosa... Es una cabeza... Ay, Dios mo!... (Entra ENRIQUE.) ENRIQUE.Pero, qu te pasa? Qu gritos son esos? MARTA. (Llora.)Mira... mira... lo que hay en mi cama. JUSTINA.Es mi mueca... ENRIQUE.Vamos, Justina... llvate esto... Cochina!... JUSTINA.Pues all ella... Con lo bonita que es... Ven para ac, mi vida!... Pobrecita, que nadie la quiere... (Hace mutis.) ENRIQUE.Clmate, Marta!... Clmate... No es lgico que te pongas as. MARTA.Lo siento, Enrique... Me ha asustado... ver eso... Es repugnante... ENRIQUE.Vamos, cario... Procura sobreponerte. Veas lo que veas y oigas lo que oigas, no le des importancia. Ten en cuenta que son tus nervios, nada ms que tus nervios. MARTA.Lo procurar. ENRIQUE.Anda, acustate y tmate este caf; te sentar bien... Hasta maana... (Hace mutis. MARTA, ya ms calmada, se dispone a tomarse el caf, cuando se abre el balcn de golpe. Entra el viento y la lluvia. Se levanta y la cierra. Se vuelve a la cama, cuando en el quicio se recorta la figura de un hombre alto, con una capa y un sombrero. Da unos golpes en los cristales.) MARTA.Espere un momento... Qu har este hombre ah subido? (Abre el balcn y de un salto se cuela en la habitacin un hombre. Una vez dentro, empieza a dar saltos e imitar el ruido de algunos animales. Se tira al suelo y hace contorsiones variadas.) Bravo!... Lo hace usted muy bien... Pero, por qu no me demuestra sus habilidades maana? Estoy muy cansada y... EUSTAQUIO.Augggg..., augggggg!... Uummmm!... Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
32 (Lleva una nariz postiza.) MARTA.Todo eso, maana... Tengo un sueo espantoso... (Bosteza.) EUSTAQUIO.Auggg..., aug...! At... chist! MARTA.Jess! EUSTAQUIOGracias. (Saca un pauelo y se suena.) Auggg!... Uummmm!, aug...! MARTA.Y dale!... Qu hombre tan pesado... Es que se cree gracioso? EUSTAQUIO.Pero..., no va a gritar? MARTA.Yo, por qu? EUSTAQUIO.Es que... no la asusto? MARTA.Asustarme..., buen hombre? Mire, le cuento yo algo de esta familia y se le pone el pelo blanco. EUSTAQUIO.No... No entiendo... No se llama usted Rafaela Guzmn... (Despus de sacar un papel todo arrugado.), y vive en...? MARTA.Mire, no insista. Me llamo Marta y no soy de aqu. He venido... EUSTAQUIO.Por Dios, qu violencia!... Usted disculpe... (Va a irse por donde ha venido.) At... chist!... iAt... chist!... Vaya, lo he cogido... MARTA.Claro, hombre... A quin se le ocurre salir as con la noche que hace e ir haciendo estas cosas? Venga ac... Seor, Seor!... EUSTAQUIO.No se moleste... Si es... At chist!... At chist!... MARTA. Pero... si est empapado... Qutese esa capa... y todo lo que lleva por la cara tambin... EUSTAQUIO.Por su madre!... Que me busca usted la ruina... MARTA.Vamos... la capa... que parece usted un nio chico... EUSTAQUIO. S, ser lo mejor... (Se quita la capa y la nariz postiza, que lleva sujeta con una goma.) MARTA.Se merece unos azotes... Vamos, que la costumbre...! EUSTAQUIO.Permtame que me presente. Soy el "Stiro de Extremadura", aunque me est mal el decirlo... At... chis! MARTA.Jess!... (Le da una manta.) Tenga, abrguese un poco. Y, aparte de esto, a qu se dedica usted? EUSTAQUIO.Por las maanas, voy a una inmobiliaria. Soy el conserje. Por las tardes, llevo varias contabilidades; y, por las noches, ya lo ve usted... Hay Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
33 que vivir, seora... Estoy casado y tengo cinco hijos; los colegios, las matrculas... El pequeo tiene tres aitos y el sarampin, y la mayor, Elena, dieciocho. Mire... (Saca un retrato del bolsillo.) Aqu estn los cinco... Mi mujer es la de en medio... Siempre que tengo trabajo por las noches, no se duermen hasta que llego. MARTA.No comprendo bien. EUSTAQUIO.Eustaquio... Llmeme Eustaquio... Lo de "El Stiro" es para la Prensa. Ver usted... Cuando alguna joven de por aqu le pasa algo con el novio... No s si me explico... MARTA.Vamos, Eustaquio; no soy una nia. EUSTAQUIO.Pues bien..., cuando esto ocurre, me dejan recado en la portera. Entonces entro por la ventana una noche, hago algo para llamar la atencin nada de particular, porque soy muy soso, hasta que ella grita... Luego escapo por la ventana, y eso es todo... No s si me ha entendido... At chist! MARTA.No del todo. EUSTAQUIO.Es muy sencillo. Yo me llevo las culpas de todo lo que pasa aqu... y a la nia la casan en seguida. Casi siempre, con el mismo novio. MARTA.Debe ser el padre de media ciudad. EUSTAQUIO.Figrese usted. Por visitas a pisos bajos son setenta y cinco pesetas, y a cinco duros ms por cada piso que hay que subir... At..., at... chist! MARTA.Entiendo... Y, me ha confundido a m con...? EUSTAQUIO.No s cmo habr ocurrido... Debe ser la casa de al lado. Y ahora, con su permiso, vuelvo a la obligacin... (Coge la capa y se pone la nariz.) MARTA.Est usted chorreando; va a coger una pulmona... EUSTAQUIO. Paciencia, seora... Todas las profesiones tienen su lado malo... At chist! MARTA.Tenga, tmese este caf. Ya estar fro, pero le sentar bien. EUSTAQUIO.Oh, no! Muchas gracias. Bastantes molestias... MARTA.No haga que me enfade. Es una orden, Eustaquio. EUSTAQUIO. Est bien..., muchas gracias... (Se toma el caf.) MARTA.A que est bueno! EUSTAQUIO.Un poco amargo... Sabe a demonios. MARTA.Vamos, si no lo ha probado... Todo de un trago. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
34 EUSTAQUIO.Agggg!... Uummm!... Aggg....! MARTA.Otra vez, Eustaquio?... Vamos..., ya no tiene gracia. EUSTAQUIO. (Retorcindose de dolores.)El caf... Agggg!... El caf. El caf... estaba..., envene..., envenenado!... (Cae al suelo.) MARTA.Pero..., Eustaquio... Qu le pasa?... Vamos, arriba... Arriba, caballo moro! Levntese... (Coge la taza del caf.) Ha sido el caf y era... Era para m! Enrique!... Enrique!... Enrique!... (Sale corriendo de la habitacin. Hay una breve pausa. Al momento sale de su habitacin DON GREGORIO, con un camisn de dormir y un gorro. Coge a rastras el cadver del stiro y lo mete en su cuarto. Luego deja la taza en su sitio. Entran ENRIQUE y MARTA.) ENRIQUE.Ahora mismo te vas a tomar estas pastillas y dormirs toda la noche. MARTA.Te digo que entr por ese balcn..., con una capa..., daba saltos e imitaba sonidos de animales... Luego tom el caf y... ENRIQUE.Marta, por el amor de Dios! MARTA.Si es la verdad... Creme, Enrique... Que estoy a punto de volverme loca. ENRIQUE.Cmo me has dicho que se llamaba? MARTA."El Stiro" de aqu. ENRIQUE.De Badajoz?... Vamos, eso..., eso es ridculo... Toma esta pastilla..., te hace falta... (Suena el timbre del telfono.) Yo lo coger... Va a despertar a toda la casa... (Lo coge.) Dgame?... S, diga... Cmo?... (Pausa.) Oiga!... Oiga!... Qu extrao!... (Retirando el auricular de la oreja.) MARTA. (Nerviosa.)Qu pasa, Enrique?... Quin era? ENRIQUE.No s... No acierto a explicarme... Una voz extraa ha canturreado..., "5 de mayo..., 6 de junio..., 7 de julio, San Fermn..." Y luego, misteriosamente, ha dicho: "De Pamplona, nada..., monada!" Y ha colgado. No lo entiendo. (Cuelga el telfono.) MARTA.Las maletas, Enrique!... Las maletas y la sombrerera!... Iban para Pamplona! ENRIQUE.Es cierto... Las maletas y la sombrerera... Estamos perdidos! MARTA.Enrique! Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
35 Se abrazan. Y rpidamente cae el TELN Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
36
ACTO SEGUNDO
A teln corrido, se oyen risas y un twist. Al levantarse el teln, contina la misma decoracin. La cama ha vuelto a su sitio y todo est de la misma forma que al empezar la funcin. La tormenta se ha acentuado. Han pasado un par de horas, aproximadamente. (En escena, DOA ADELA, sentada, como siempre, en su silln de ruedas, como es ya tradicional en ella. A su lado, DOA SOCORRO, sentada en una silla, alrededor de la mesa camilla. No se oye agonizar a nadie.) ADELA. (Rindose como una enana.)Qu graciosa es usted! Hay que ver qu cosas ms verdes se le ocurren!... Y qu imaginacin tan deformada la suya... Pero..., dnde demonio ha aprendido usted esos chistes tan pcaros? SOCORRO.Tuve que soportar a una criada ladrona dos aos, slo porque sala con un brigada de la Legin. l me los contaba y con ms salero que yo... Tena usted que haberle odo... ADELA. (Que no ha dejado de rerse.)Mira que cuando... (Se lo cuenta al odo.) Ese brigada era una cosa mala! SOCORRO.No lo sabe usted bien! Ahora est en un castillo. ADELA.Es duque? SOCORRO.Casi. Por lo visto, tena la fea costumbre de llevarse las cosas de los dems, sin pedir permiso... Qu? Y usted no conoce ningn chiste? ADELA.S, mujer. Lo que pasa es que tengo muy mala pata para contarlos. Debe ser porque a m la Legin nunca me ha dicho nada. SOCORRO.Conoce usted el del loro?... S, mujer... Ese que... (Se lo dice al odo de DOA ADELA, que, al poco rato, se desternilla de risa.) ADELA.Muy bueno. Y, adems, autorizado slo para adultos franceses... (Aparece LAURA.) LAURA.Ocurre algo? ADELA.Esta doa Socorro, que cuenta unos chistes... que te mueres de risa. A m es que me duele aqu. (Seala un costado.) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
37 LAURA.Bien; se acabaron los chistes. Usted, doa Socorro, siempre lo mismo. Es que no sabe estar en un velatorio como las personas sencillas? SOCORRO.Es verdad. Nos hemos olvidado del pobre don Gregorio; ya no volveremos a orle agonizar... Qu lstima!... Aqu, en Badajoz, todo el mundo le quera; ustedes, sin ir ms lejos..., qu horror, lo que es la vida! (Solloza.) ADELA.Vamos..., vamos, doa Socorro, que usted ha venido aqu a darnos nimos; no nos amargue la velada. SOCORRO.Ya lo s..., ya lo s... Pero una es cristiana y... LAURA.Djela, madre, que se desahogue. Al fin y al cabo, tenemos al abuelo en esa habitacin de cuerpo presente y unas lgrimas siempre hacen bien. SOCORRO.Y, dgame..., vamos a ser muchos al velatorio? LAURA.Los menos posibles. Lo vamos a celebrar en familia. Va a ser una cosa sencilla. No ve que estamos de luto? ADELA.Adems, al abuelo no le gustaba la ostentacin ni el lujo, ni el boato, ni la Coca-Cola. SOCORRO.Doa Veneranda vendr de un momento a otro con su hijo. Hace un rato, cuando habl con ella, por telfono, estaba muy animada. Ah! Ya saben que el marido de Pepita est estudiando francs? ADELA.Si? Quiere entrar en un hotel? SOCORRO.Nada de eso... Es para el verano... Se lo digo yo... Ahora los hombres aprenden idiomas por las suecas... Y el marido de Pepita un buen da se ir con una. Si no, al tiempo. ADELA.Eso es verdad. Los hombres de nuestros tiempos, lo ms que estudiaban era farmacia, pero ahora... SOCORRO.Oiga. Cundo voy a poder entrar a ver a don Gregorio, que en gloria est? ADELA.An no; ya se le avisar. No sea usted impaciente. LAURA.Mi primo Enrique est con l desde hace ms de una hora. Le est poniendo presentable. Como es mdico... ADELA.S, lleg anoche, a poco de irse ustedes. Se quedar aqu hasta despus del entierro. Va camino de Portugal. SOCORRO.Solo? ADELA.No, con... LAURA.Y a usted qu le importa!... Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
38 (Aparece JUSTINA con una bandeja, con pastas.) JUSTINA.Dnde pongo las pastas, ta Laura? ADELA.Ah, hija, encima de la camilla. (JUSTINA pone las pastas en la camilla.) LAURA.Doa Socorro, no empiece a probarlas hasta que no vengan los dems. Estn contadas. SOCORRO.Y migas?... No va a haber migas?... Cuando lo del pobre Ceferino, el pasante de don Carlos, fue a base de migas y result muy bien. Con esto no quiero decir nada; cada cual es muy dueo de celebrar sus velatorios como le parezca, pero... ADELA.Tambin en aquel velatorio estaba aquel seor de Medina del Campo, amigo de un vecino, que cantaba jotas navarras, y justo es reconocer que tena una buena voz. LAURA.Ya lo creo! Haba que orle en "Ya no le temo a la fiera..., que la fiera ya muri..." (Estn contentas y empiezan a cantar.) ADELA. (Cantando.)"Un valiente la mat... al revolver de una esquina..." SOCORRO.Pues a pesar de cantar con ese gusto, yo s que tiene un piso puesto en Madrid a una seorita, que se llama Chon, y l la llama Asuncioncita, para que no la confundan. JUSTINA.Abuela... Dice la ta Laura que voy a tener que llevar luto por el abuelo diez aos. O sea, ropa negra y slo pelculas espaolas... No es mucha mortificacin? LAURA.Ustedes la oyen?... Inmoral! Que no quieres a nadie!... Vergenza te debera dar, intentar quitrtelo un da antes! Tienes vocacin de mujer de vida alegre. El da que faltemos nosotras, acabars en un burdel o peor. JUSTINA.Peor que un burdel?... Qu es peor que un burdel, ta? ADELA.Mi hija tiene razn. La juventud de hoy no piensa ms que en diversiones y placeres. Cuando su pobre abuelo est an caliente... SOCORRO. Tiene usted mucha razn. Y eso es el cine que les deforma. No s por qu no cortan las pelculas!... Usted ha visto cmo sale Tarzn?... (Llaman a la puerta.) JUSTINA.Debe ser Llermo... Me dejas que abra? LAURA.Hoy, como estamos de luto, no importa... Pero... cuidado!... Una mirada lasciva y te sacamos los ojos! JUSTINA.Descuide usted, ta. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
39 (Va a abrir, ms contenta que unas Pascuas.) ADELA.Oiga, doa Socorro... Cmo sale Tarzn? SOCORRO.Pues como un ingls en Mallorca, pero con melena. (Entra DOA VENERANDA con su hijo MARCIAL, que viste como siempre.) VENERANDA. (A LAURA, hecha un mar de lgrimas.)Hija... Hija ma. No te puedes figurar cmo lo hemos sentido... (La besa.) Qu desgracia!... En la flor de la vida... LAURA.Vamos, vamos, doa Veneranda... hay que ser fuertes. Adems, lo de la flor de la vida, parece un chiste. VENERANDA.Era un hombre tan bueno..., tan generoso..., tan sabio... Y, adems, un santo; nunca hizo mal a nadie; vea un ciego y... como si nada... (Sigue sollozando.) Doa Adela..., pobrecita ma! No se levante... No se levante... Ha sido horrible!... Quin lo iba a decir? ADELA.Pues todo Badajoz, desde hace tres meses. VENERANDA.Hace unos das, tan lozano... Que daba gusto verle cmo liaba sus cigarrillos. Qu pena! (Solloza.) MARCIAL. (A LAURA, abrazndola.)Laura, no tengo palabras para expresar lo que siento. Es ley de vida... En fin, no somos nada..., nada... LAURA.Mira quin lo ha ido a decir! Anda, pasa y tmate una pasta. MARCIAL. (A DOA SOCORRO, equivocadamente.)Qu pena, doa Socorro! (Le da la mano.) Cmo lo he sentido... La acompao en el sentimiento. SOCORRO.No das una, rico. A m donde me tienes que acompaar es luego a casa. MARCIAL.Y en el sentimiento? SOCORRO.No. Yo soy un deudo, como t y tu madre, y estoy aqu por las pastas. (MARCIAL coge una pasta y se la come.) VENERANDA.Y migas, potes gallego o chorizo de Cantimpalos, no hay? SOCORRO.Nada... Slo pastas. Este es un velatorio de tercera. (Cogen una pasta y se la comen.) VENERANDA.Y las pastas... no son nada del otro mundo... Hablando del otro mundo, cundo vamos a verle? SOCORRO.Ms tarde. Por lo visto, han venido de Madrid... (Las dos mujeres hablan aparte.) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
40 MARCIAL.Doa Adela... Pobrecita ma... Ya sabe cmo lo he sentido. Estoy consternado. ADELA.Ya s... Ya s, muchacho..., pero t consternado, ganas. SOCORRO.Cmo ha dicho su hijo que est? VENERANDA.Consternado. SOCORRO.S, ya..., enamorado... Pero, de quin? Seguro que de alguna mal nacida y no se atreve a decirlo. MARCIAL.Ah!... Para aliviar en parte su dolor, mi madre y yo le hemos trado esta botella de licor Benedictino. Ah! Y este cartucho de almendras garrapiadas legtimas de Logroo. (Entrega las cosas a DOA ADELA.) SOCORRO.Qu ha dicho ahora? Una palabrota? VENERANDA.No; que son almendras garrapiadas, legtimas de Logroo. SOCORRO.Ay, qu susto, mujer!... Entend de Ciudad Real, que son peores. MARCIAL. (A LAURA.)Y... cmo fue el trgico desenlace? LAURA.Nada de particular. Un ataque de corazn, complicado con una pulmona doble. ADELA.Y luego, los aos... Eran noventa y dos. LAURA.Y, adems, el hgado lo tena como un sifn. ADELA.Pero lo peor ha sido el asma. Por lo menos, eso ha dicho mi sobrino, que es mdico, y vino hace unas horas porque se lo figuraba. LAURA.Llevaba unos das pesadsimo... Hasta que hace un par de horas, su fortaleza cedi. MARCIAL.Y, dijo algo antes de ceder? LAURA.Estaban con l Enrique y su prometida. Por lo visto, los llam, se incorpor como pudo en la cama y dijo, con un hilo de voz: "Non plus ultra", y dej de existir. SOCORRO.Qu fue lo que dijo a su novia? VENERANDA.A su novia, nada. Habl en latn. Como era tan bueno!... SOCORRO.Pues era un plan... Adems, iba por rerse, seguro... A esas edades, no se va nunca con buen fin. (Siguen hablando entre ellas.) ADELA.Qu tal van las cosas, Marcialito? Mucho trabajo? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
41 MARCIAL.S, seora. Esta noche, por fin, va a caer "El Stiro de Extremadura". Se lo aseguro. LAURA.Me extraa! (Re.) Coger t al Stiro! MARCIAL.Hemos recibido informes. Esta noche har una visita a Rafaela Guzmn, muchacha que vive aqu al lado. Tenemos cercado el barrio y no escapar. SOCORRO.Dios te oiga, hijo! A ver si, por fin, podemos descansar las mujeres solteras. LAURA.A m me gustara conocerle. (Soadora.) Tiene que ser un ser extraordinario. Valiente! Audaz! Degenerado! Porque lo de la Hilaria es para alarmarse. Creo que me enamor de l el primer da que hizo de las suyas. Adems..., conmigo nunca se ha atrevido, y eso es por algo. ADELA.Hija, no hables as... Que se va a creer la visita que nunca has tenido pretendientes. Y Laura ha tenido muy buenos partidos. LAURA.S, uno. Y est cumpliendo treinta aos por lo de la anciana. Una injusticia, porque, aunque Jacobo tena un cuchillo, la anciana se poda haber defendido. Y, en cambio, treinta aos. Qu asco! (Al borde de la histeria.) Qu asco! ADELA. (Toca el silbato.)Basta, hija! LAURA.Justina! Justina! ADELA.Hija, esta noche no hagas el nmero. LAURA.No puedo, madre! No puedo! (A punto de estallar.) ADELA.Qu tal una tacita de caf? VENERANDA.Yo prefiero jamn. El caf me quita el sueo. SOCORRO.Muy bien dicho. Toma del frasco! (ADELA toca tres veces el silbato y aparece JUSTINA.) LAURA.Qu haces, miserable, que no has venido cuando te he llamado? JUSTINA.Estoy leyendo a Franz Kafka, que es muy entretenido. MARCIAL.Y qu? Has adivinado quin es el asesino? JUSTINA.Casi. Cuando tena un sospechoso, resulta que se convierte en saltamontes. Claro est, que un saltamontes un poco freudiano. LAURA. (Dndola una bofetada.)Calla, ser abyecto! No ves que hay invitados y no les interesan nada tus porqueras? Vamos, intil. Ve a la cocina y prepara un poco de caf. Est hecho; no hay ms que ponerlo a la lumbre. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
42 JUSTINA.Bueno, ta, bueno. Pero no me d usted tantas bofetadas, que un da me voy a espabilar..., y ya vern, ya... (Hace mutis.) ADELA.No hay ms remedio que tratarla as. No hace ms que decir palabrotas, y yo no s dnde las aprende. Porque aqu, en casa, todos somos muy de derechas. (Aparecen, del cuarto del abuelo, ENRIQUE y MARTA; esta ltima est muy nerviosa y en su rostro se aprecian huellas visibles de cansancio. Lleva una rebeca y zapatillas. Est plida y desencajada.) ENRIQUE.Ya podis pasar. No ha quedado nada extraordinario, pero se le puede ver. MARTA.Por favor... Una silla. (Se sienta.) Me encuentro mal. LAURA.Es mi primo Enrique. Traumatlogo. SOCORRO.Pobrecillo! VENERANDA.Y eso, qu es? SOCORRO.Como peluquero, mujer; pero mucho ms limpio. ADELA.Don Marcial Hernndez, detective. (Se estrecha la mano con ENRIQUE.) Mi sobrino Enrique, que viene de Madrid. MARCIAL.No sabe cunto lo siento. ENRIQUE.Mucho gusto. MARCIAL.Conoca bastante a don Gregorio y estoy consternado. Es un bito que no se olvidar fcilmente en Badajoz. Don Gregorio dej huella. VENERANDA.Ha visto qu bien se expresa mi hijo? ADELA.Estas seoras son dos amigas de la casa: doa Socorro y doa Veneranda. Han venido a hacernos compaa. ENRIQUE.A sus pies, seoras. VENERANDA.Besamos a usted la mano. ENRIQUE. (Dando una pastilla a MARTA.)Tmate esto, Marta; te tranquilizar. (MARTA lo toma.) Pobrecilla, est muy impresionada. MARTA.Enrique, vmonos de aqu cuanto antes. Creo que no lo voy a poder resistir. LAURA. (En tono bajo, a ENRIQUE.) Primo, estas seoras quisieran ver al abuelo. Y nosotras tambin. La ltima vez que le vimos estaba vivo. ADELA. As es la vida. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
43 ENRIQUE.S, s; pasen. Le van a encontrar un poco desfigurado. Como muri de tantas cosas, le ha cambiado la expresin de la cara, el carcter y el color del pelo. MARCIAL.S, es frecuente. Y la nariz la tendr ms afilada, no? ENRIQUE.S..., s, eso es..., mucho ms afilada. Pasen, pasen, por favor, y no toquen nada. (Pasan las dos viejas y MARCIAL.). Don Gregorio es eso que est en la caja con hbito de franciscano. MARTA. (Se echa a llorar.)Qu horror! Qu horror! ENRIQUE.Pero, Marta, qu te pasa? Es ley de vida. A todos nos tiene que pasar. Vamos, vamos, clmate! (Aparece MARCIAL.) MARCIAL.Por favor, don Enrique, venga. Mi madre est empeada en ponerle un escapulario y no s cuntas cosas ms a don Gregorio. ENRIQUE.Voy. Voy ahora mismo. Pero que no toquen nada. (MARCIAL se vuelve a meter en el cuarto.) Vamos, Marta, tienes que sobreponerte. MARTA.Djame! Estoy muy mal. Voy.... voy al lavabo; un poco de agua fresca me reanimar. (Se va al lavabo.) ENRIQUE.Pobrecilla, est hecha polvo! En fin. Vosotras no pasis a ver al abuelo? ADELA.S; ahora mismo. (Se oyen ruidos dentro de la habitacin. Sale MARCIAL.) MARCIAL.Corra, mam le est haciendo cosquillas para ver si est muerto! ENRIQUEEst bien. Voy a ver qu pasa ah dentro. (Se mete dentro de la habitacin del abuelo.) ADELA.Por lo visto, no tom el caf. LAURA.O si lo tom, no le hizo efecto. A lo peor, se me fue la mano y ech poca cantidad. Como no tengo costumbre... ADELA.Menos mal que an nos queda un tazn entero de cianuro. LAURA.Pues haremos ms caf y acabaremos con los dos. ADELA.S, hija, cuanto antes. Mira la maleta. Ah est, muerta de risa. LAURA.Ya la veo, madre, ya la veo. Paciencia. Dentro de muy poco ser nuestra.. (Empuja el cochecito de su madre hacia la puerta del cuarto de DON GREGORIO.) Qu feliz me siento! Por fin, la vida nos sonre. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
44 ADELA.Ya era hora. Yo ya empezaba a creer que t eras gafe, hija. Ah! No se te ocurra hacer nada estando Marcial aqu. Podra estropearlo todo. LAURA.Descuide, madre, descuide. ADELA.Anda, llvame un poco a ver al abuelo, que me recree la vista. (Inician el mutis.) LAURA.Madre, soy completamente dichosa. Dentro de poco, a disfrutar de la vida y sus placeres! A usted, madre, la voy a comprar un dos caballos, que se va a chupar los dedos. ADELA.Calla, calla, loca! Que no me dejas concentrarme, y as no podemos entrar a ver al abuelo. No nos falta ms que una bota de vino y cantar: "Ya no le temo a la fiera..." Deja tus aspavientos para cuando estemos solas. LAURA.De acuerdo, madre. Adelante, adelante. El abuelo nos est esperando. (Entran en la habitacin del muerto. Pausa larga. Slo se oye llover. De un armario grande se entreabre la puerta poco a poco y aparece el abuelo, que asoma la cabeza con gorro de dormir. Otea la habitacin, comprueba que sta est vaca y sale. Lleva un camisn de dormir hasta los pies, zapatillas y una manta por los hombros. Va hacia el telfono sigilosamente; lo descuelga y marca un nmero. Luego habla muy bajo, temiendo ser odo por alguien.) GREGORIO.igame... Se puede poner Pirula? Que si se puede poner Pirula? No; es que estoy afnico. Pirula! P de Palencia. S..., eso... No; ella es de Guadalajara. (Por la puerta aparece JUSTINA.) JUSTINA.Hola, abuelo! Qu hace usted ah? Ay, ay!... Siempre levantndose! Se lo voy a decir a la ta. GREGORIO. (Al telfono.)Djelo, es lo mismo. (Cuelga.) Es que me aburra. Qu, guapina, cmo est quedando esto? JUSTINAAhora que me fijo: cmo no est usted en la caja? GREGORIO.Me aburra, y dije: Voy a estirar un poco las piernas. JUSTINA.Ah!... Pero no las tena usted bastante estiradas? GREGORIO.Sabes? La caja no es de mi nmero, y me viene un poco justa. La verdad es que estoy un poco molesto. Me aprieta un poco aqu. JUSTINA.Eso son los primeros aos. Luego ya ver como se acostumbra. Estas cosas, con el uso, dan de s. Oiga, abuelo: por qu no dice a las tas que no me obliguen a llevar luto diez aos? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
45 (Llaman a la puerta. El abuelo se intranquiliza.) GREGORIO.Anda, bonita, ve a abrir. Estn llamando. JUSTINAS, ya voy. Debe ser mi Llermo. "Estaba la pastora; laran, laran, larito..." (Se va cantando al abrir la puerta. El abuelo aprovecha la ocasin de quedarse solo y se va a su escondite, o sea al armario. Al momento, entran LLERMO y JUSTINA. l trae otra vez la sombrerera y la maleta. Las deja en el suelo. Viene chorreando.) LLERMO.Qu manera de llover! Vengo chorreando. Y estas dichosas maletas, que pesan lo suyo. yeme, Justina. Don Enrique y esa seora no se han ido, verdad? JUSTINA.Estn ah, en el cuarto del abuelo. LLERMO.Bien, bien, Justina, al fin solos! (Mirando a JUSTINA, despus de una pausa.) Justina, hace mucho tiempo que no estamos solos. JUSTINA.A ver!... Si es que t eres muy rarillo. Qu culpa tengo yo que de pequeo no te dieran vitaminas? LLERMO.Es mentira, Justina! No soy estril. Han inventado esa historia para que no viva contigo. O si no..., por qu no me dejan que lo intente? Justina, te quiero!... Te quie...! JUSTINA.Basta, Llermo. Que tienes una mirada...! Acostmbrate a verme exuberante. LLERMO.Si quieres, ahora mismo cogemos la moto y nos vamos de Badajoz. No te das cuenta de que no puedo vivir sin ti? Eres mi mujer, mi compaera, y puedo obligarte. JUSTINA.Huy, qu nio ms malo! LLERMO.Seguir con el negocio y en cuanto tenga posibles, t sacar de aqu y te llevar a Madrid, para que veas la calle de Serrano. JUSTINA.Dices unas cosas, horribles. T has debido leer alguna comedia americana. Y adems... est muy mal decirle esas cosas a una seorita como yo. Pura y extremea. LLERMO.Justina! Dime que no me quieres y no volver por aqu. JUSTINA.Bueno, no se lo digas a nadie...; pero yo creo... que te quiero cada vez ms... LLERMO.Justina!... Esposa ma!... (Se besan largo y tendido.) JUSTINA.Qu bruto!... Anda que si las tas estuvieran equivocadas!... Mira que si t fueras un seor!... Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
46 LLERMO.Vmonos ahora mismo... y vers. Y si me das por intil, no volver a molestarte ms. JUSTINA.Bueno... Pero, voy a ser exigente... Vamos... (Al ir a salir, entra MARTA ya ms animada.) MARTA.Hola, Llermo! Vais a salir? JUSTINA.S, seora. Si pregunta el abuelo por m, dgale que estoy haciendo el examen a Llermo. LLERMO.Pobrecita! El abuelo, por desgracia, ya no puede preguntar ni la hora. JUSTINA. (Se re.)No seas tonto. Le he visto hace un momento. Estaba por aqu, porque haba salido a estirar las piernas. LLERMO.Justina!! Eso es mentira! JUSTINA. (Le da una bofetada.)Es verdad. MARTA.Pero eso no puede ser, guapina. JUSTINA.Pues es verdad. Yo creo que se levant a llamar a Pirula. (Aparece ENRIQUE, que ha odo la ltima frase.) ENRIQUE.Me parece de muy mal gusto esa broma, Justina. Est muy feo asustar a la gente. JUSTINA.Me da lo mismo que s lo crean o no. Le he visto! Le he visto y he hablado con l! ENRIQUEJustina, que me ests poniendo nervioso! MARTA.Bueno; dejad de discutir...Si la nena asegura que ha visto al abuelo ser cierto. Porque t nunca mientes, verdad? JUSTINA.Pues claro que no. Por eso la ta Laura me quiere cortar la lengua. MARTA.Y dime... Slo por curiosidad: la taza de caf que me llevaste a la cama, quin te la dio? JUSTINA.El caf lo hice yo, que soy muy habilidosa. La que ech las dos cucharadas de cianuro fue la ta Laura. Dijo que a usted le gustaba muy cargadito. LLERMO. Azcar, bestia! Qu cianuro, ni cianuro! Dices unas cosas que, a veces, me dan miedo. MARTA.Has odo, Enrique? Es tu prima Laura. Te convences? Pero, por qu? Por qu? Es para volverse loca. ENRIQUE. (Viendo las maletas.)Qu hacen estas maletas aqu? Diga! Qu hacen aqu? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
47 LLERMO.Se lo iba a decir, pero no me ha dado tiempo. Cuando he llegado a la estacin estaba cerrada. Hasta maana no pasa ningn tren. ENRIQUE. (Cogindole por las solapas.)Y en este tiempo, qu ha hecho usted? Conteste! Ha abierto las maletas? LLERMO.Eh! Oiga. Las manos quietas. Naturalmente que he abierto las maletas. Spalo de una vez; no he ido a la estacin. (Pausa.) Qu, sorprendido? Usted se crea que yo, adems de estril, era tonto, no? (ENRIQUE se queda muy preocupado y no sabe qu hacer.) MARTA.Pero, qu hay en esa maleta? T me dijiste que cosas de Armando, sin valor. LLERMO. (Se re.)Eso le dijo? Tiene gracia! (La puerta se abre y aparece MARCIAL.) MARCIAL.Bien. Ya les tango que dejar. Hola, Guillermo! Qu tal las cosas? LLERMO.Se hace lo que se puede. (Nervioso.) Todo est muy difcil, ya sabe... MARCIAL. (Encendiendo su pipa.)Ya, ya. Te noto algo extrao. Ya sabes que a m no se me puede engaar. No tienes nada que ocultarme? JUSTINA.Es que le asustan los muertos, Don Marcial. Verdad que de quien hay que tener miedo no es de los muertos, sino de las motos? MARCIAL.Eso es, pequea. Bueno. Me voy. Esta noche presiento que va a ser algo movidita. Huelo a... Huelo a... (Tropieza con una maleta.) Estas maletas no estaban antes. Son tuyas, Llermo? De dnde las has sacado? Contesta! Y no se te ocurra mentir a Marcial. LLERMO.No... no... Ver... ENRIQUE.Son mas. Hace un rato mand a Llermo a facturarlas. Por lo visto, era un poco tarde. MARCIAL. (Cogindolas.)Pesan mucho. Unos ochenta kilos. No sern divisas, drogas o contrabando? ENRIQUE.Don Marcial!... Tenemos cara de contrabandistas? MARTA.Si usted quiere, las abrimos. Son cosas de medicina. tiles de trabajo. (MARCIAL mira las maletas y no sabe qu hacer.) MARCIAL.Era una broma. Me encanta desconcertar a la gente. (Deja las maletas en el suelo.) Bueno, les dejo. Estar por aqu cerca. En cuanto Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
48 aparezca el Stiro, caer. Acurdense de lo que les he dicho: esta es una noche importante para Badajoz. (Inicia el mutis.) Que ustedes descansen. (Hace mutis. ENRIQUE coge las maletas rpidamente y se seca el sudor.) LLERMO.Enhorabuena, maestro! Por m, no tema. Estoy a sus rdenes. Usted y yo podemos hacer grandes cosas juntos. JUSTINA.No lo creas, primo. A m me ha dicho lo mismo. LLERMO.Yo, la mano de obra, y usted, la cabeza. Por cierto, hablando de cabeza. Esa que... ENRIQUE. (Tapndole la boca.)Oiga, amigo me jura por su madre que ha abierto la maleta? LLERMO.Y la sombrerera. (Se re mucho.) Hay que ver! Es usted un demonio. MARTA.Pero, se puede saber qu hay en esa dichosa maleta? Para qu...? LLERMO.Ya ve usted lo que es la ignorancia. Yo he empleado siempre para mis cabezas reducidas cebolla. Esto no lo sabe nadie; creen que son de verdad. Pero esta perfeccin... ENRIQUE.Bueno; basta ya. No me gusta esta conversacin. MARTA.Enrique, sigo sin comprender nada de lo que est ocurriendo desde hace un rato. Parece que estoy en un laberinto y la salida se me cierra en cuanto veo una luz. Veamos. Tu prima intent envenenarme, no? JUSTINA.Eso es. Con cianuro. Lo quiere ver? MARTA.S, anda, tremelo, guapina. JUSTINA.Voy volando. Ya ver, ya. (Hace mutis.) MARTA.Luego, aquel hombre que daba saltos... El Stiro... LLERMO.En confianza, le dir que yo creo que "El Stiro de Extremadura" no existe, ni ha existido nunca. Es una artimaa del alcalde de aqu para que vengan turistas. Desde que se han corrido las voces que hay un to que hace las cosas que hace, vienen suecas, inglesas y hasta de Zamora. MARTA.Luego, aquella llamada por telfono. Quin pudo ser, Enrique? Nadie saba que venamos aqu. LLERMO.Fui yo, seora. Yo les llam por telfono, dicindole aquello de: "Uno de enero, dos de febrero..." (Se re.) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
49 ENRIQUE.Vaya con Llermo, qu travieso es! voz DE JUSTINA.Marta!... Marta! Venga, no encuentro el cianuro. MARTA.Perdonen un momento. Voy Justina! (Hace mutis a la cocina.) LLERMO.Hasta ahora mismo, maestro. Vuelvo a mi guarida. Y ya lo sabe. Usted me ensea, y yo a aprender. (Hace mutis a la calle. ENRIQUE va a la puerta y comprueba que est cerrada. Se dirige a la maleta de las joyas, la abre y sonre con satisfaccin al ver que todo est en orden.) ENRIQUE.Chist! Eh! Abuelo..., abuelo...! Ya puede usted salir. (Abre sigilosamente la puerta del armario. El abuelo sale con las ropas del Stiro, o sea el sombrero y la capa.) GREGORIO.Vaya! Cre que no iba a salir nunca de ese dichoso armario. ENRIQUE.Pero, de qu se ha disfrazado? GREGORIO.Son las ropas del pobre Eustaquio. Al fin y al cabo, a l le hemos puesto las mas. Adems, estaba muerto de fro. Qu, nadie se ha dado cuenta del cambio? ENRIQUE.Nadie, ni siquiera Marta. La gente suele tener bastante respeto a los muertos. Ha sido providencial la muerte de ese hombre. Y ahora, qu piensa usted hacer? GREGORIO.Marcharme. Y lo ms rpidamente posible. (Marca un nmero de telfono.) La cara que van a poner maana, cuando vean que me he ido con todos los ahorros de la familia! (Al telfono.) Pirula... Soy Goyito... S, todo perfectamente... Ya te contar... Dentro de diez minutos, en el banco de la plaza... S donde las palomas... (La puerta del cuarto del abuelo se abre y aparece DOA SOCORRO.) SOCORRO.Pobre hombre! Parece que est dormidito. Voy a dar un recado por telfono. Fjese que tenamos para esta noche la primera piedra de un rin de... Ah!... Est ocupado... (A GREGORIO.) Buenas noches. GREGORIO.Muy buenas. Ahora mismo acabo. SOCORRO.Es igual. Luego llamar. No corre ninguna prisa. Qu pena!... Es horrible! (Inicia el mutis. A ENRIQUE.) Oiga... Qu tontera!... Sabe a quin me pareci ese seor que va vestido de tuno? ENRIQUE.S, seora. A don Gregorio. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
50 SOCORRO.Qu pena!... Lo que es la vida! Seor, Seor! Voy otra vez con el pobrecito. (Se mete en el cuarto.) GREGORIO. (Al telfono.)Bien... No tardes... No, nada... Hasta ahora, pues... (Cuelga.) Bueno; esto ya est. ENRIQUEMucho cuidado, abuelo. Un tal Marcial tiene rodeado el barrio con su gente. GREGORIO.Entonces es el momento. Mientras vigile Marcial, no hay peligro. Es el anormal de aqu. ENRIQUE.Abuelo... Quiero pedirle a usted, un favor. GREGORIO.Adelante, hijo. Si est en mi mano... ENRIQUE.No s cmo empezar... Me es un poco violento. (Pausa.) Abuelo... No soy bueno. No, no lo soy. GREGORIO.Vamos, muchacho, vamos...! Se trata de Marta, no? ENRIQUE.S, abuelo. Marta es casada. Y esto que he hecho no est ni medio bien. Su marido... era mi amigo..., mi maestro... Gracias a l aprend todo lo que s... GREGORIO.Marta y t os queris, no es eso? ENRIQUE.S, abuelo. GREGORIO.Y ella, tiene dinero? ENRIQUE.Mire usted... (Le ensea el maletn de las joyas.) Tengo gusto, o no? GREGORIO.Bravo, muchacho! Y tienes remordimientos? Eres un artista! Y el bueno del marido seguro que no se ha enterado, no? (Re.) Hay algunos maridos que no se enteran nunca. ENRIQUE.Efectivamente; no sabe nada. GREGORIO.Qu muchacho! (Re pillinamente.) ENRIQUE.El marido de Marta, el doctor Molinos, mi amigo, mi maestro... est ah en esa maleta... y en la sombrerera. GREGORIO.Enrique! ENRIQUE. (Presentndoles.)El doctor Molinos... Mi abuelo. (Se oye un trueno.) GREGORIO.Des... cuartizado? ENRIQUE.Descuartizado. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
51 GREGORIO.Marta sabe algo? ENRIQUE.Ni lo sospecha. Armando, en el ltimo momento, se enter de todo lo nuestro y no tuve ms remedio que hacerle la autopsia...; pero en vida. Y ahora lo siento. Yo no quera llegar a esto; pero perder a Marta y sus joyas, me enloqueci! La prueba de que lo que le digo es cierto, es que le he trado con nosotros y pensaba facturarlo para Pamplona. Lo que ms le gustaba en el mundo era correr los "Sanfermines". Haba que verle cmo gritaba a los toros! Cmo corra delante de ellos con un pantaln blanco y una boina! Daba gusto verle! Pareca un ingls. (Pausa.) Usted cree que he obrado mal? GREGORIO.Muchacho, yo siempre dije que t llegaras lejos... De pequeo, esta familia de monstruos te llamaba el sdico. ENRIQUE.Lo que quiero pedirle es que se marche con l. Y en cuanto pueda, lo facture para Pamplona. El se lo agradecer. GREGORIO.En la vida hay que ser bien nacidos. T me has hecho un favor muy grande hoy, y yo no puedo negarme. La maleta y la sombrerera no? ENRIQUE. (Le abraza.)Gracias, abuelo. Nunca lo olvidar. GREGORIO.No tiene importancia. Hoy por ti, maana por m. (Se oyen ruidos.) ENRIQUE.Cuidado! Escndase! Me parece que viene alguien. (El abuelo se vuelve a meter en su armario y, al momento, entra LAURA.) LAURA.Enrique, ests solo? Me alegro. Qu es esto? Una tomadura de pelo? ENRIQUE.No s a lo que te refieres. LAURA.Lo sabes de sobra y conmigo no se juega. Quin es se que est metido en la caja, de cuerpo presente, tan serio? ENRIQUE.Pues... el abuelo... Quin va a ser? LAURA.Ja, ja! Qu ms quisiera! El abuelo era mucho ms feo. Y se parece hasta vasco. ENRIQUE.Bueno; ten en cuenta que hay personas que al morir ganan, y despus cambian totalmente. Lo he estudiado, Laura. Se ponen mucho ms plidos y con la nariz afilada. Y eso favorece siempre. LAURA.Y el bigote? ENRIQUE.Lo ests viendo? El bigote..., qu? Le sienta bien? Yo creo que el hombre debera llevar siempre bigote. Esto y el servicio militar es lo nico que le distingue de la mujer. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
52 LAURA.El abuelo nunca tuvo bigote! Qu ms quisiera! Ni barba! Los de su generacin le llamaban el rebelde, porque iba con la cara rapada. ENRIQUE.Qu tontera! Todos los hombres tenemos bigote. Lo que pasa es que unos se lo afeitan y otros no; pero tener bigote, ya lo creo. El que no tiene bigote es el elefante. Por la trompa, claro. En cambio, tiene memoria. (Tratando de pensar.) LAURA.Me ests tomando por idiota? (Aparece DOA SOCORRO.) SOCORRO.Pobrecillo! Hay que ver, qu serio se ha quedado! Ah! Laura, pregunta a tu primo cundo va a venir el resto de la "Tuna". LAURA.Djeme ahora, doa Socorro. Est empeada en que va a venir la "Tuna". Dice que ha visto antes a uno hablando por telfono. SOCORRO.Y es verdad. No es cierto, caballero? ENRIQUE.S, seora, s. LAURA.Enrique, acompame. Esto se va a terminar ahora mismo. ENRIQUE.Laura, te digo que... LAURA.Aqu pasa algo muy raro. Y lo vamos a saber cuanto antes. ENRIQUE.Est bien. Vamos. (Entran ENRIQUE y LAURA. DOA SOCORRO se ha quedado extraada al or las ltimas palabras. Luego, va al telfono y marca un nmero. Al momento, sale del armario sigilosamente DON GREGORIO. DOA SOCORRO no le ve. DON GREGORIO va a por las maletas y la sombrerera y las coge, disponindose a saltar por el balcn. Luego se arrepiente y deja la maleta, cogiendo el maletn de las joyas. Cuando va a saltar por el balcn, DOA SOCORRO le ve.) SOCORRO.Oiga, se va ya? GREGORIO.S; pero vuelvo ahora mismo. SOCORRO.Ya... Con los dems? GREGORIO.Claro. Con todos. Ya ver, ya. SOCORRO.Oiga, conocen '"Clavelitos"? GREGORIO.S, seora. Es lo mejor que nos sale. SOCORRO.Pues no lo canten. Me caen gordos. Buenas noches. GREGORIO. Buenas noches. (Sale por el balcn con la maleta de las joyas y la sombrerera. En escena ha quedado la maleta en que se supone est el cuerpo de ARMANDO MOLINOS.) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
53 SOCORRO. (Hablando por telfono.)Eres t, Rosario? De parte de S.O.S. Hola, hija! S, Socorro... S; te llamo desde aqu. No se os ocurra venir. Que ya habis vestido al nio de marinero? Pues nada; hacedme caso. Es el peor velatorio que se ha visto por aqu. Don Gregorio... Pues nada, que no est consumido. Qutate la cinta del cuello y a la cama. Eso es... (Se oye un disparo en la calle.) Bueno, adis, Rosario... Voy a ver qu pasa ahora... Me parece que tenemos fuegos artificiales. (Cuelga. Mutis al cuarto de DON GREGORIO. Se oyen en la calle, carreras de gente. Un silbato y ms tiros. Larga pausa. Slo se oye llover. Sale del cuarto del abuelo LAURA, que empuja el coche de DOA ADELA.) ADELA.No lo volvis a hacer. Nada! No te lo consiento, hija! LAURA.Pero, madre!... ADELA.He dicho que no! Espero que sea la ltima vez. Estoy impresionada. LAURA.Le digo que era necesario. ADELA.Qu barbaridad! Cmo se puede sacar a un seor de la caja, ponerlo de pie y tallarlo, como si estuviera entrando en quintas, por muy muerto que est? LAURA.Pero, madre. Cunto meda el abuelo? ADELA.Pues... uno sesenta y cinco, como buen espaol. LAURA.Y, cunto el franciscano? ADELA.No s. Pero recuerda lo que ha dicho Enrique... A lo mejor ahora ha dado el estirn. LAURA.Y la cara? Pero, t le has visto la cara? ADELA.Hija! Qu cosas tienes! Le he mirado por encima. Un muerto no es un sello de Suiza, que haya que mirarlo con lupa. LAURA.Madre, el que est en la caja, con hbito de franciscano, lleva bigote. ADELA.Anda! A ver si es franciscano de verdad. LAURA.Cualquiera puede ser, menos el abuelo. De eso estoy segura. ADELA.Y, dnde estar? T crees que Enrique...? LAURA.Estoy segura. Recuerda que nos prohibi entrar en la habitacin hasta pasadas ms de dos horas. ADELA.Hija! Me das miedo. Entonces... el seor que est en ese cuarto... (Aparece DOA SOCORRO muy deprisa. Va al telfono y marca.) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
54 SOCORRO.Rosario? Soy yo, S.O.S. Otra vez. Viste al nio de marinero, coge a tu marido, ponte la cinta al cuello y veniros para aqu lo ms rpidamente posible... Casi nada! Han sacado a don Gregorio de la caja, le han puesto de pie... y se lo quieren llevar a los toros! Y an hay ms: un sobrino de la familia, que es mdico, le est afeitando el bigote... Creo que ahora le van a dar un puro. Daos prisa... Hasta ahora... (Cuelga.) Qu, ustedes no pasan a ver el nmero? LAURA.Dice usted que le est afeitando el bigote? SOCORRO.Ya lo creo! Y doa Veneranda le est pintando un ancla en el brazo, como la que tena don Gregorio..., que se le debe de haber borrado. Bueno... Voy para all... (Hace mutis muy deprisa.) LAURA.Y ahora, se convence, madre? ADELA.S, no cabe ninguna duda. Enrique, juega a algo y no sabemos a qu. Pero, fjate, las joyas estn an ah... No te preocupes ahora por el abuelo; las joyas y el dinero sern para nosotras. A ellos les daremos ms cianuro. Solo o con leche... Eso es lo mismo. LAURA.S, madre. Esta vez no fallar. Madre, vamos a abrir la maleta. Es mejor que saquemos las joyas. Leeremos otra vez el pasaporte, y quin sabe... (Va hacia la maleta.) ADELA.Lo que pasa es que a ti te reconcome la codicia. Ten cuidado, hija! Podra aparecer alguien y sera muy violento que te viera hurgar en la maleta. LAURA.Estos prejuicios tuyos son los que pierden a la gente honesta y trabajadora. (Abriendo la maleta.)Ya est! Por fin! ADELA. (Acerca el cochecito.)A ver... a ver... LAURA.Qu extrao! Han metido las joyas en un plstico negro. ADELA.Ya, ya... Y lo han atado con una cuerda, como si fueran chorizos. LAURA.Raro... Muy raro... Vamos a abrirlo. (Aparece MARTA con una bandeja y tazas de caf.) MARTA.Vaya nochecita! Una taza de caf nos vendr a todos de maravilla. Oigan. No me parece bien que registren mi maleta. LAURA.Cuando el contenido es tan extrao... MARTA.No s qu tiene de extrao. Ropas, cosas de uso personal, el pasaporte y mis joyas. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
55 ADELA.Y acostumbra a guardar todo eso en un plstico negro amarrado con una cuerda? MARTA.Cmo dice? (Entra LLERMO, que viene chorreando, con una sombrerera y detrs, JUSTINA.) LLERMO.Se ha vuelto a escapar! Es un hombre admirable! JUSTINA.Quin se ha vuelto a escapar? LLERMO.El "Stiro de Extremadura". Ms de quince hombres detrs de l y... (Aparece ENRIQUE, que oye lo que cuenta LLERMO.) los ha burlado. Corra como un gamo. LAURA.T le has visto? Era apuesto? LLERMO.Le he visto desde lejos. Con su capa y su sombrero muy grande. Algunas mujeres, desde los balcones, le animaban y le tiraban flores. Ha sido emocionantsimo. MARTA.Entonces no muri. Menos mal. (Va hacia el balcn y mira a la calle.) LLERMOAh! Tenga. No se cmo se las ingeniara el Stiro, pero ha estado en esta casa y se ha llevado la sombrerera. (Se la da.) En la carrera, la dej caer al suelo; yo la vi, y aqu est. Vale Llermo o no vale? LAURA.Que ha estado aqu? Eso s que es raro. Madre, no se habr decidido por fin?... Yo soy soltera! ADELA.Hija, hablas de un degenerado como si fuera un ingeniero industrial. (Suena el timbre de la puerta.) LAURA. Qu raro! Quin podr ser? JUSTINA.Abro? LAURA.Abre, bestezuela. JUSTINA.Voy. Y si es el Stiro con una pulsera de pedida le paso aqu, verdad? LAURA.No te burles, ser abyecto. El amor es un sentimiento noble. (Vase JUSTINA a abrir la puerta.) MARTA. (A ENRIQUE.)Enrique, tenas razn. Me he portado como una estpida. El seor que estuvo aqu se debi desmayar y luego... ENRIQUE.Bueno; no hablemos ms de eso. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
56 (Todos guardan silencio. En el umbral de la puerta ha aparecido MARCIAL. Detrs, JUSTINA.) MARCIAL.Buenas noches. (Pasa, saca la pipa, la llena de tabaco y luego enciende.) LAURA. (Echndose a rer.)Pasa, hombre. Acaba de llegar el terror de Badajoz. (Sigue riendo.) Y el Stiro? Dnde le has dejado? No es sta tu noche? Sherlock-Holmes de pega! (Se retuerce de risa.) Pero... si es para mondarse. ADELA.Bueno, ya est bien, Laura. (MARCIAL mira uno a uno a los presentes como saboreando la situacin.) LLERMO.Cmo se re! JUSTINA.Slo la he visto as el da que explot la mina y murieron treinta y seis obreros Al cabo de las tres horas hubo que ponerla fomentos en los riones. ENRIQUE.Qu, viene a recoger a su madre, comisario? MARCIAL.Y a otra cosa. Les estoy dejando que se diviertan, por aquello de que quien se re al ltimo... ENRIQUE.Qu quiere decir? MARCIAL.Que es intil. Lo s todo. (Pasea par la habitacin.) ADELA. (Tocando el silbato.)Hija, calla, que Marcial lo sabe todo. (Hay una pausa.) MARCIAL.Lo siento por ustedes. El criminal siempre pierde. JUSTINA.Qu bonita frase! Es suya? MARCIAL.No, de mi padre. ENRIQUE.Perdone usted. Ha dicho hace un momento que lo saba todo. Pero, el qu sabe usted? MARCIAL.Por ejemplo, lo de la maleta. (Enciende la pipa. Larga pausa. Todos se miran.) JUSTINA.Anda! Sabe usted lo de la maleta? Sabe lo de la maleta! Ta, ta, Marcial sabe lo de la maleta! Oiga. Y, qu es lo de la maleta? MARCIAL.Esto va a ser el mayor triunfo de mi carrera. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
57 LAURA.Vamos, Marcial, ya est bien! Al grano! A qu maleta te refieres? Y qu tenemos nosotros, gente pacfica provinciana, que ver con una maleta? MARCIAL.Ahora mismo lo van a saber. Doa Adela, siento mucho que esto ocurra en su casa y en unos momentos como stos; pero tengo que cumplir con mi obligacin. Llermo, haz el favor de acompaarme. LLERMO.Quin? Yo? Pero, qu he hecho? De qu se me acusa? MARCIAL.De verdad no lo sabe? Opio, marihuana, grifa, morfina, "Tres Carabelas", insulina. Toda clase de drogas. Contrabando surtido: mecheros, transistores, conjuntos de nylon y revistas prohibidas; amn da una coleccin perfecta de postales muy interesantes. Las tena escondidas en su cuarto, en una maleta. LLERMO.Tengo que vivir. Eso es slo una chapuza. MARCIAL.Desde hace meses le voy siguiendo la pista. S que pasa contrabando de Portugal y hoy, por fin, le he descubierto. Vamos, muchacho. MARTA.Pero, Llermo, eso no est bien. LLERMO.Y yo qu saba! A m me daban un dinero por llevar la mercanca donde me mandaban. Qu iba yo a hacer? LAURA.Qu vergenza! En nuestra familia un delincuente! ADELA.No, si a m este chico nunca me gust. MARCIAL.Cuando quieras, Llermo. LLERMO.Ahora mismo. Adis, Justina. Acurdate un poquito de m. JUSTINA.Pasa por casa y llvate la bufanda que te hice. Te vendr muy bien. Y s bueno. Que estos seores no te tengan que dar garrote. Y no salgas por las noches, sobre todo en invierno. Hala! Ahora, adis, y a ser juicioso. MARTA.Adis, Llermo. No se preocupe. Son cosas que, pasan. Pero todo pasa y usted es muy joven. Le espera an mucha vida. LLERMO.S, s. Y a m, que me gusta usted muchsimo! MARCIAL.Vamos. No se preocupen en acompaarme. Conozco el camino. Dganle a mam que vendr a buscarla dentro de un momento. Y perdonen este mal rato. Hasta luego. (Salen los dos y hay una pausa larga.) LAURA.Lo que es no tener la conciencia tranquila! Verdad, primo? Te has quedado muy plido. ENRIQUE.Yo? Por qu? Qu tontera! MARTA.Qu ha querido decir tu prima, Enrique? Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
58 LAURA.Lo va usted a saber ahora mismo. A m no me gustan las gentes que ocultan algo. En nuestra familia la moral ha sido siempre nuestra obsesin. Usted, seora, es casada, verdad? MARTA.S, lo soy. Pero quiero a Enrique. Con mi marido no me entenda. ADELA.Era sueco? MARTA.No; pero daba lo mismo. Me llevaba ms de veinte aos. Jams le quise. Me cas con l por las dos nicas razones que una mujer como yo se puede casar con un sabio calvo. El me quera y era millonario. ADELA.Era un sabio y millonario? Y dice usted que no era sueco? MARTA.No; de Crdoba, y un da le toc la Lotera. Luego conoc a Enrique y decidimos marcharnos de Espaa y empezar una nueva vida. LAURA.Con el dinero de la Lotera... MARTA.No; solamente me he trado mis joyas... Los regalos que l me hizo. ADELA.Y esa sombrerera? MARTA.Les juro... que no s... ENRIQUE.Ya est bien... Este interrogatorio me parece absurdo y, adems, no tenis ningn derecho. LAURA.Todo esto me parece muy extrao... Enrique, quin es el que est en la caja? Y, por qu llevis las joyas envueltas en un plstico negro? ENRIQUE.Cmo? Qu ests diciendo? ADELA.S..., ah en esa maleta... Yo lo he visto antes, y atado con una cuerda. ENRIQUE.Pero..., cmo es posible?... Marta, djanos solos unos instantes. Ve a ver al abuelo. Tengo que hablar con mi familia. MARTA.Est bien, Enrique, est bien. (Entra en el cuarto del abuelo.) ENRIQUE. (Va hacia la maleta y la abre.)Maldita sea!... (Se empieza a rer.) Bien nos la has jugado, abuelo!... Bien! ADELA.Qu ests diciendo? LAURA. (A JUSTINA.)Nia... vete a la cocina. JUSTINA.Caliento un poco de caf? LAURA.S, s... Pero, lrgate. (JUSTINA Sale, despus de coger el caf.) Habla de una vez; te escuchamos. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
59 ENRIQUE.Queris saber quin est en la caja?... Pues "El Stiro de Extremadura". ADELA.Qu dices? LAURA.Ests loco? Quieres ponerme los dientes largos? ENRIQUE.Se tom el caf que preparasteis para Marta. El abuelo se dio cuenta de todo y, entr los dos, preparamos el plan para que l se pudiera ir con las ropas del Stiro y con todo vuestro dinero... Bien nos la has jugado, abuelo!... Bien!... Cmo te debes estar riendo!... Granuja!! ADELA.Ay, hija!... Que me parece que va a ser verdad. ENRIQUE.Y no termina aqu la historia. Se ha llevado la maleta con las alhajas de Marta. Y nos ha dejado aqu sta y la sombrerera. LAURA.Y qu hay?... Ms dinero? ENRIQUE.Fro..., muy fro... Mi familia es ms tonta da lo que yo me figuraba. Aqu dentro est... el doctor Molinos... El juego completo: la cabeza y el tronco... Voil! LAURA.Mientes! ENRIQUE.La abrimos? ADELA.Menos mal que tu padre me dej paraltica... Si no, me quedo ahora. ENRIQUE.Eso es... Vuestro sobrino Enrique..., la oveja negra..., el santo..., ya lo sabis: est tan loco como todos vosotros. Porque llevo casi doce horas con estas maletas y an no me han dado ganas de morirme... (Pausa.) LAURA.Tiene gracia!... Y la gente creyendo que el velatorio es en esa habitacin!... ADELA.Adis, Lourdes!... ENRIQUE.Por qu se me ocurrira pasar la noche en esta maldita casa?... Si yo saba cmo erais. Lo he sabido siempre. (Aparece JUSTINA con tazas y el caf.) JUSTINA.Aqu est el caf. (Da una taza a cada uno.) T, primo, cmo lo quieres, solo o con leche? ENRIQUE.Solo. (Le sirve y se lo bebe.) LAURA.Con un poco de leche. (La sirve y se lo bebe.) Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
60 JUSTINA.Y usted, ta? ADELA.Yo lo que quiero es veneno... Quiero morirme. JUSTINA.Vamos, vamos, ta. Tenga... est muy bueno (La sirve.) Le echo...? ADELA.No, nada... As... negro, como todos nosotros... (Lo bebe.) JUSTINA.Pues s que estn alegres!... Yo s que tena que estar triste... y estoy ms contenta que unas Pascuas... Que unas Pascuas rusas, claro. LAURA.Nena, qu has echado en este caf? ENRIQUE.Tiene un gusto muy raro... Sabe a cantina de estacin. ADELA.Lo que sabe es a cianuro potsico! Conozco el olor como si fuera perfume francs. LAURA.Qu has echado en este caf?... Contesta! JUSTINA.Pues qu voy a echar... Los polvos blancos que traje esta tarde... No es azcar? LAURA.Justina! JUSTINA.Lo he hecho mal? Vaya, no doy una!... Qu..., pongo la cara, como siempre? LAURA.No... Ya... es lo mismo. (Se sienta al lado de la camilla.) ADELA.Enrique..., estamos listos! ENRIQUE.S, ta... Ya hay tres plazas en el infierno que nos estn esperando. (Se sienta en otra silla. Pausa.) JUSTINA.Pero..., qu serios os habis quedado de pronto!... Vamos!... Alegrar la cara... Ya se ha muerto el abuelito... Qu ms queris?... Os cuento algo del libro que estoy leyendo?... Voy por mi mueca y os la dejo para que la durmis vosotros?... No hay quien os entienda... Ya veris... La voy a traer y veris cmo nos alegramos... (Canta.) "Quisiera ser tan alta como la luna... Ay, ay...! Como la luna, como la luna"... (Hace mutis cantando.) ADELA.Hija, llamamos a un mdico? LAURA.Sera intil... Los mdicos ahora no curan; dan conferencias. ADELA.T eres mdico, Enrique... Qu hacemos? ENRIQUE.Lo que yo; rezar..., a ver si hay suerte. Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ J uan J os Alonso Milln El cianuro... solo o con leche?
61 (Aparece MARTA.) MARTA.ya est amaneciendo... y ha dejado de llover. Parece como si, con el nuevo da, se acabase una noche horrible de pesadillas... (Pausa. Los tres personajes no se mueven. MARTA no los mira. Est a punto de echarse a llorar. A lo lejos se oye la cancin infantil que canta JUSTINA.) He decidido no ir contigo en este viaje... no me preguntes por qu. La respuesta te la dars t mismo algn da. Lo siento, Enrique, pero aun querindote mucho, ms que a mi vida, vuelvo a Madrid con mi marido... Es mejor que no nos volvamos a ver nunca ms. Debimos marcharnos a Portugal en seguida... Te lo peda, Enrique, que me llevases lejos... T me decas: son mi nica familia... Un anciano muy simptico..., una pobre impedida..., su hija, una buena mujer soltera..., y una infeliz retrasada mental... Una casa tranquila, apacible...; te encantar conocerlos a todos..., forman parte de mi vida. Yo te deca que no, que era una locura..., que Portugal estaba muy cerca..., y t, t, Enrique, no me hiciste caso... (Por la ventana ha ido amaneciendo. MARTA, sin mirarlos, coge el abrigo y sale despus de apagar la luz. El grupo queda iluminado por la claridad que entra por el balcn. Al momento entra JUSTINA con su mueca cantando: "Tengo una mueca vestida de azul..." Los mira..., no entiende nada y se sienta en el suelo, cantando y durmiendo a ROSALINDA. Muy despacio va cayendo el
T E L O N
Digitalizado por Risardo para Biblioteca_IRC en mayo de 2004 http://biblioteca.d2g.com
Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/