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Noel Streatfeild
Las zapatillas de ballet Traduccin del ingls de Gema Moral Bartolom
Traduccin del ingls de
Gema Moral Bartolom
Ttulo original: Ballet Shoes
Ilustracin de la cubierta: Almut Kunert / Carlsen Verlag, GmbH, Hamburgo, 2009 Copyright Noel Streatfeild, 1936 Copyright de la edicin en castellano Ediciones Salamandra, 2013 Fragmento de The Blue Bird de Maurice Maeterlinck Dodd, Mead & Company, Inc., 1907, 1935 Publicaciones y Ediciones Salamandra, S.A. Almogvers, 56, 7 2 - 08018 Barcelona - Tel. 93 215 11 99 www.salamandra.info Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografa y el tratamiento informtico, as como la distribucin de ejemplares mediante alquiler o prstamo pblicos. ISBN: 978-84-9838-500-7 Depsito legal: B-2.836-2013 1 edicin, febrero de 2013 Printed in Spain Impreso y encuadernado en: RODESA - Pol. Ind. San Miguel. Villatuerta (Navarra)
Sobre las tres protagonistas
de este libro
Pauline, Petrova y Posy Fossil no son hermanas de
verdad, pero han crecido juntas como si fueran de la misma familia. Cuando an eran muy pequeas, su tutora cay en la pobreza. Alguien le dijo que cuando se es pobre incluso unas nias pueden aportar su granito de are na, as que las envi a la Academia de Danza e Inter pretacin. En Inglaterra no se permite que los nios acten en el teatro hasta los doce aos, e incluso entonces es preciso un permiso especial. La primera en cumplir los doce fue Pauline, y pronto estuvo muy ocupada. Debut como Alicia en Alicia en el Pas de las Maravillas, y en su ltima representacin fue el prncipe pri mognito en Ricardo III; ms adelante, se dedic a ha cer pelculas. Ahora est en Hollywood. Petrova cumpli los doce casi dos aos despus que Pauline. No tuvo xito, pero consigui el papel de Gra no de Mostaza en Sueo de una noche de verano. Tras esa actuacin no volvi a pronunciar palabra sobre un escenario: se limit a hacer de comparsa y bailar en una compaa teatral. Nunca le import. Detestaba actuar y su corazn estaba prendado de los aviones 7
y aeroplanos. Pero conviene prestarle atencin, pues
algn da dar que hablar. Posy an no tiene el permiso especial. No cumplir los doce hasta el prximo septiembre. Si sois amantes del ballet, no la perdis de vista: las bailarinas como ella no nacen todos los das. Noel Streatfeild Julio de 1936
1 El to abuelo Matthew y sus fsiles
Las hermanas Fossil vivan en Cromwell Road. En el
extremo de la calle ms alejado de Brompton Road, aunque lo bastante cerca del Museo Victoria & Albert como para que las llevaran a ver las casas de mue cas en los das lluviosos. Si no llova demasiado, era de esperar que se ahorraran un penique y fueran an dando. Ahorrar peniques y caminar eran dos de las prin cipales caractersticas de su vida. Gum deba de ir en taxi a menudo deca Pauli ne, la mayor; seguramente nunca pens que tendra que ir caminando a los sitios, de lo contrario no se habra comprado una casa en el extremo ms alejado de la calle ms larga de Londres. Supongo que tena coche y que nunca alquilaba ningn vehculo opinaba Petrova, la segunda. G.U.M. era el nombre abreviado con que se refe ran a su to abuelo Matthew (Great-Uncle Matthew). Para ellas era una figura legendaria, pues, antes de que fueran lo bastante mayores para recordarlo con claridad, el anciano se haba ido de viaje y no haba vuelto. Aun as, haba representado un papel de suma importancia en la vida de las nias. 9
Era como la cigea del cuento coment Pau
line en una ocasin. Casi podra decirse que nos trajo en el pico. Desde entonces, en la habitacin de las herma nas Fossil siempre llamaban gums a las cigeas. Gum haba sido una persona muy importante. Co leccionaba algunos de los mejores fsiles del mundo, y aunque a muchas personas no les parezca interesan te coleccionar fsiles, para otras son objetos tan fasci nantes y respetables como los sellos. Dado que colec cionaba fsiles, necesitaba un sitio donde ponerlos, y as acab comprando la casa de Cromwell Road. sta tena habitaciones espaciosas y seis plantas, inclu yendo el stano, y en casi todas haba fsiles. Natu ralmente, una casa de tales dimensiones precisaba de alguien que se ocupara de ella, y Gum pronto encon tr a la persona adecuada. Un sobrino suyo haba fa llecido dejando viuda y una hija pequea. Nada pudo parecerle ms conveniente que proponer a la viuda que se instalara en la casa con su hija Sylvia y la ni era, Nana, y que se hiciera cargo de todo. Diez aos ms tarde, la sobrina viuda falleci a su vez, pero para entonces la sobrina nieta, Sylvia, haba cumpli do diecisis aos y, con la ayuda de Nana, pas a en cargarse del cuidado de la casa y los fsiles en susti tucin de su madre. Cuando en la casa no caba un alfiler, Nana sola decir: Seorita Sylvia, querida, haga el favor de decir le a su to que mientras no se desprenda de algunos fsiles no entrar ningn otro por la puerta. Nana la intimidaba demasiado para no obedecerla, pero a Sylvia la horrorizaba hablar as a su to abuelo. Las consecuencias eran terribles. Primero Gum deca que el fsil que abandonara su casa lo hara pasando por encima de su cadver. Luego, cuando se calmaba un poco y reconoca que deba deshacerse de algunos, 10
a pesar de no ser un cadver ni mucho menos, elega
los peores ejemplares que tena y los regalaba. Al cabo de unos das, durante los cuales el anciano vagaba por la casa bajo la mirada severa de Nana y la compasiva de Sylvia, en el Times anunciaban que el profesor Matthew Brown haba donado una generosa colec cin de fsiles a un museo. A continuacin, llegaban unos hombres con cajas de embalaje y se llevaban al gunos de los fsiles ms importantes, lo que a menudo equivala a los ms grandes. Con un suspiro de satis faccin, Nana se apresuraba a quitar el polvo en los lugares donde antes estaban los fsiles, y Sylvia con solaba a Gum mientras ste le contaba dnde pensaba encontrar nuevos ejemplares. En una de esas ocasiones en que Gum iba en pos de esos nuevos ejemplares ocurri el accidente que acab definitivamente con sus expediciones. Al esca lar una montaa, resbal y cay muchos metros abajo; tuvieron que amputarle una pierna. Cualquiera habra pensado que, siendo alguien que viva nicamente para sus fsiles, sentira que nada le quedaba en la vida ahora que ya no podra ir en su busca, pero Gum no era de esa clase de hombres. He viajado mucho por tierra, querida le dijo a Sylvia, pero muy poco por mar. As que ahora voy a ver mundo. Y quiz d con algo interesante que traer a casa. No se moleste, seor intervino Nana con fir meza. La casa est hasta los topes. No nos hace ninguna falta tener elefantes tallados y objetos as por todas partes. Elefantes tallados, dice! Gum le lanz una mi rada desdeosa. El mundo est lleno de maravillas, mujer, y usted me habla de elefantes tallados! Pero Nana no dio su brazo a torcer. De acuerdo, seor; me alegro de que vaya a ver esas maravillas, como las llama usted, pero djelas en paz. En esta casa no necesitamos nada ms. 11
La maravilla que Gum acab llevando a casa fue
Pauline. El barco en que viajaba choc contra un iceberg y los pasajeros tuvieron que subirse a los botes salvavi das. Durante la noche, uno de los botes se llen de agua y sus ocupantes cayeron al mar y se ahogaron. Cuando el bote de Gum acudi a ayudarlos, slo en contraron un beb tendido en un salvavidas y gorjean do alegremente. Gum lo tom en brazos y lo envolvi con su abrigo, y al llegar a Inglaterra a bordo del transatlntico que los haba rescatado intent averi guar de quin era la nia. se era el problema. Nadie saba a ciencia cierta de qu beb se trataba, pues a bordo haban viajado otros bebs, y tres de ellos haban desaparecido. La opinin general fue que deba ingre sar en un orfanato para nias, pero Gum se opuso: todo lo que l encontraba iba a parar a Cromwell Road. Haba pensado llevarle un regalo a Sylvia: acaso ha ba un regalo mejor que se? Esper con impaciencia e inquietud a que prepararan los documentos de adop cin, y en cuanto estuvieron listos se dirigi cojeando a la estacin con el beb en un brazo y la vieja y des vencijada bolsa de viaje en la otra mano. Volvi a Lon dres, a su casa de Cromwell Road. Gum, que careca del sentido del tiempo, era inca paz de recordar que en casa podan no estar esperan do su llegada cuando apareca sin avisar tras varios meses de ausencia. Esa vez abri la puerta y, tras de jar en el suelo la bolsa de viaje, busc con la mirada un sitio adecuado para depositar al beb. Al no ver ms que el taquilln del vestbulo y el paragero, llam a Sylvia refunfuando. Hola, Sylvia! Por Dios bendito, tengo un mon tn de mujeres en casa y cuando ms se las necesita no aparece ninguna. Nana y Sylvia estaban en la planta superior mar cando sbanas nuevas. Nana interrumpi su tarea y 12
alz la aguja en el aire como si impusiera silencio con
una varita mgica. Escuche. Me ha parecido or al profesor. Sylvia escuch, y un momento despus se encon traba al pie de las escaleras con Nana jadeando detrs. Querido Gum, por qu no me avis de que volva? Su to le dio un beso. Para qu iba a malgastar un sello? Mira. Le puso el beb en los brazos. Te he trado un regalo. Sylvia apart el chal del bulto y lanz a Nana una mirada de sorpresa y arrobamiento. Un beb! susurr. Un beb? Nana salv de un salto los dos lti mos peldaos y le arrebat la nia a Sylvia. Se volvi hacia Gum. En serio, seor, no s cmo se le ocurre. Segn usted, quin tendr tiempo de ocuparse de un beb? Pensaba que a todas las mujeres les gustaban los bebs protest Gum. Puede ser dijo Nana, furiosa, pero si la se orita Sylvia tiene una pizca de sentido comn no lo aceptar... La nia emiti un gorjeo y, al mirarla por primera vez, Nana enmudeci. Le cambi la expresin, se le abland la mirada y se puso a emitir los tpicos ruidi tos que todo el mundo dedica a los bebs. De repente mir con vehemencia a Sylvia. En qu habitacin lo pondremos? Es evidente que el brusco cambio de opinin de Nana decidi el destino de la nia. La instalaron en el antiguo cuarto de Sylvia, en el piso ms alto de la casa. Nana se convirti en la esclava del beb, y siem pre que lo permita, Sylvia le echaba una mano (lo que no ocurra a menudo, pues Nana quera ocuparse personalmente de la nia). La cocinera, la doncella y la criada la vean como la herona de una novela ro mntica. Quiz el seor salv de las voraces olas a 13
una persona importante, incluso de la realeza, deca
la cocinera mientras coma con las otras dos criadas, que suspiraban y asentan. Tras ciertas discrepancias, le pusieron el nombre de Pauline. Sylvia lo haba propuesto porque a san Pablo tambin lo haban rescatado del mar. Gum que ra llamarla como uno de sus fsiles predilectos, pero Nana no lo permiti. Los bebs a mi cuidado, seor dijo con firme za, nunca han tenido nombres extravagantes, y no van a empezar a tenerlos ahora. La seorita Sylvia ha elegido Pauline, que es un nombre bonito y normal, tomado de un santo, y no vamos a llamarla de nin guna otra manera, y perdone que le hable con tanta franqueza, seor. Un ao ms tarde, Gum llev otro beb a Sylvia. Durante una travesa haba sufrido molestias en la pierna y se haba visto obligado a abandonar el bar co para ingresar en un hospital. All haba trabado amistad con un ruso, un tipo de aspecto desharrapa do y abatido que, no obstante, lograba transmitir la impresin de que no siempre haba estado desharra pado y abatido, sino que antao haba lucido vistosos uniformes y una amplia sonrisa mientras se deslizaba en un trineo con cascabeles entre filas de respetuosos campesinos. Durante la Revolucin haba abandona do Rusia con su esposa, y ambos haban intentado sin xito ganarse la vida como asalariados; tras una breve enfermedad, la esposa haba muerto, dejando un beb. Cuando el hombre, que se llamaba Boris, estaba a su vez a punto de morir, las enfermeras del hospital se mostraron consternadas. Qu vamos a hacer con la nia? dijeron. Est en el pabelln peditrico. No se preocupen por ella les respondi Gum tan campante. En casa tenemos una nia adoptada. Adoptar otra. 14
Sylvia llam Petrova al nuevo beb, pues le pa
reci que deba tener un nombre ruso; por su parte, Nana pensaba que si a una de las nias la llamaban como a un apstol, a la otra tambin, y Petrova sonaba un poco como Peter, Pedro. Esta vez, Nana ni siquiera protest al ver al beb. Ya tenan un cuarto infantil y a Pauline. Para Pauline ser estupendo tener compaa afirm. Luego mir a Petrova, que era una nia morena y de piel cetrina, muy distinta de Pauline, de cabellos dorados y tez sonrosada. Esperemos que destaque por su inteligencia, pues no creo que sea muy agraciada. Aunque Nana se alegraba de tener a Petrova, ha bl a Gum con firmeza. Antes de marcharse de nuevo, seor, mtase en la cabeza que esta casa no es un orfanato. En un cuarto infantil caben dos bebs perfectamente, como le dirn en cualquier casa que se precie, pero con dos basta y sobra. Si trae otro dimitir, y entonces, qu harn usted y la seorita Sylvia, que saben tan poco de bebs como de gallinas? Tal vez fuera por miedo a la reaccin de Nana, pero el ltimo beb no lo entreg Gum en persona. Envi a la nia en una cesta por mensajero. En la cesta iban tambin unas zapatillas de ballet y una carta. sta rezaba: Querida sobrina: Aqu tienes una nueva Fossil para aa dir a las del cuarto infantil. Es la hijita de una bailarina. El padre acaba de morir, y la pobre y joven madre no tiene tiempo para ocuparse del beb, as que le promet quedrmela. Apar te de las pequeas zapatillas que incluyo, la madre no tena otra cosa que darle a su hija. Lamento no llevarla a casa en persona, pero 15
hoy me he encontrado con un amigo que se
dispone a viajar en su yate a unas islas extra as. Me ha propuesto acompaarlo, y creo que estar fuera una buena temporada. He habla do con el banco para que os enven dinero su ficiente para los prximos cinco aos, aunque volver antes. Tu to que te quiere, Matthew P.D.: Se llama Posy. Nombre poco acertado, pero verdadero. La repentina llegada de la pequea Posy provoc un trastorno en el cuarto infantil. Nana fue la que recibi la cesta, y cuando Sylvia volvi a casa y subi a ver a la nia, la encontr arrugada y bastante rosa, tumbada boca abajo sobre las rodillas cubiertas por el delantal de franela de Nana. sta, que sostena una borla con polvos, alz la vista cuando entr Sylvia. Esto es el colmo de los colmos, ya lo creo que s! refunfu. Sacudi la borla y una lluvia de tierra de batn cay sobre el beb. Sylvia la mir con modestia. No puedo estar ms de acuerdo contigo, Nana. Pero ya la tenemos aqu, qu le vamos a hacer. Nana mir a Posy con expresin colrica. No est bien. Tenemos a Pauline, que casi ha cumplido los cuatro aos, y a Petrova, con diecisis me ses, y ahora aparece esta pequea intrusa. Dos bastan y sobran, siempre lo he dicho. Se lo dej muy claro al profesor. Y quin es esta nia? Otra cosa que me gustara saber. Bueno, se llama Posy y su madre es bailarina. Posy! Qu nombre ms tonto, con lo bonitos que son los de las otras dos, tomados de los Santos Aps 16
toles. Nana solt un bufido de indignacin y luego,
por si acaso la nia se senta dolida, aadi: Pobre criaturita! De acuerdo. Sylvia se volvi hacia la puerta. Ahora que s lo que piensas, le buscar otro sitio, tal vez un orfanato... Un orfanato! Los ojos de Nana echaban chis pas. Pas una diminuta camiseta alrededor de la ca becita de Posy, que no protest. Quin piensa en orfanatos? El profesor la ha mandado aqu y aqu se queda. Pero no aceptar un beb ms, y es mi ltima palabra. Bueno, supongo que no habr ms durante un tiempo dijo Sylvia esperanzada. El to se ha ido por una temporada, quiz cinco aos. Mejor que sean diez dijo Nana, y le dio un r pido beso a Posy. As tendramos alguna posibilidad. Cuatro meses despus lleg una caja a la casa de Cromwell Road dirigida a Las pequeas Fossil. Con tena tres collares: en uno de turquesas pona Pauli ne, una diminuta sarta de perlas pequeas llevaba la etiqueta Petrova, y para Posy haba un collar de coral. Bueno dijo Nana mientras les abrochaba los collares a las nias. Creo que esto es lo ltimo que vamos a saber de l durante un tiempo. Y tena toda la razn.