Resumen de Derecho Constitucional
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ORDEN POLÍTICO:
Es el que encarna las fuerzas sociales y a través del cual se expresa el espíritu del pueblo: cuando
madura el orden político se traduce en el poder constituyente, dentro del cual pujan las corrientes
políticas en pugna con el Estado. Para llegar al funcionamiento del poder constituyente los pueblos
deben superar primero sus antinomias y contradicciones; ellos deben integrarse.
El poder constituyente crea el ORDEN CONSTITUCIONAL que es el que ordena el funcionamiento y
la competencia de los poderes públicos poniéndoles límites en salvaguarda de los derechos de los
particulares.
✛ decretos.
✛ ordenes ministeriales.
✛ practica, uso, la costumbre y la jurisprudencia.
En lo cual el sujeto pasivo es el estado y la obligación fundamental que debió cumplir para satisfacer
aquellos derechos era la de OMISIÓN, se diseñó el estado como ABSTENCIONISTA.
Paulatinamente el horizonte se fue ampliando hasta:
Considerar que los particulares son también sujetos pasivos, junto con el estado, obligados a respetar
los derechos del hombre.
Añadir a la obligación de omitir violaciones, la de dar o de hacer algo en favor del titular de los
derechos.
Este primer constitucionalismo de la etapa inicial se denomina LIBERAL, y el estado por su
organización: estado LIBERAL.
CONSTITUCIONALISMO SOCIAL.
Las transformaciones sociales y las valoraciones colectivas en avance dieron lugar a un segundo ciclo
que tiene inicio en el siglo XX y es el constitucionalismo social. La primera constitución de este
sentido es la MEXICANA de 1917, después le siguió la ALEMANA de 1919 con mayor difusión mundial.
Después de la segunda posguerra el constitucionalismo social cobró curso y auge con las
constituciones de ITALIA y de BONN en Alemania a la que acompañaron mas tarde la ESPAÑOLA
(1978), la PERUANA (1979), la COLOMBIANA (1991), etc..
El constitucionalismo social no hace amputaciones al constitucionalismo clásico sino que lo completa,
y lo amplia, porque a los clásicos derechos civiles o individuales les agrega los derechos sociales que
ahora se desglosan en económicos, sociales y culturales.
La democracia liberal pasa a ser democracia social; el estado liberal avanza hacia un estado social, la
igualdad formal ante la ley le adiciona igualdad real de oportunidades, los derechos ya no van a
quedar satisfechos solamente con el deber de abstención u omisión a cargo del sujeto pasivo, sino
que muchos de ellos van a ser derechos de prestación, de crédito o solidaridad, es decir, tratar de
facilitar su disfrute en la dimensión sociológica o que alcancen vigencia sociológica.
También el constitucionalismo quiere regular la llamada “cuestión social” que se refiere a:
La relación del hombre en función del trabajo.
Las relaciones entre capital y trabajo, clases sociales, factores de producción, empleadores y
trabajadores, sindicatos y estados
Lo social va unido a lo económico. El constitucionalismo social considera que el estado debe
estructurar y promover un orden económico justo que permita el acceso a todos los hombres, a las
fuentes de trabajo y de producción y que se haga posible una distribución equitativa de la riqueza y
de los bienes de producción y de consumo: de allí las pautas constitucionales sobre el derecho de
propiedad. Todas las referencias a la promoción y la planificación social y económica siempre que
encuadren en un espacio de suficiente libertad.
Aparecen las prestaciones positivas que no se satisfacen con garantizar el libre goce de derechos sino
que requiere, además:
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Remover los obstáculos que obstruyan o dificulten a algunos hombres o sectores de la sociedad el
efectivo ejercicio de sus derechos por carecer de similares oportunidades de hecho.
Promover la liberación y el desarrollo de todos los hombres, suprimiendo no solo la forma de
explotación y opresión.
Promover la igualdad real de oportunidades y de tratos (el estado gendarme o policía, que solo cuida
y vigila, se pasa a un estado de bienestar social que hace y promueve).
En la supresión del liberalismo se produce un intento de organizar y coordinar el valor de la libertad y
de la autonomía individual con la justicia, la solidaridad y la cooperación social, pero no mediante un
mero juego de relaciones y competencias privadas, sino a través de una acción estatal de
intervención, planificación y fomento. El estado procura atenuar y compensar las desigualdades
sociales y nivelar los desequilibrios sociales y económicos que surgen del desajuste entre fuerzas y
situaciones de hechos entre situaciones diferentes.
Como en toda ambición perfeccionista, el estado de bienestar exageró a veces con inflaciones
desmesuradas o imposibles de hacer realidad y agravando su tecnodemocracia. Fomentó las
ilusiones y las promesas, lo que aumentó la carga de demandas sociales. El estado de bienestar entró
en crisis.
LA FORMA REPRESENTATIVA.
Es la democracia indirecta (siglo XVIII) presupone en el orden de normas donde se encuentra
descripta que el gobierno actúa en representación del pueblo, y que el pueblo se gobierna así mismo
por medio de sus representantes es la vieja tesis de la democracia como forma de gobierno o
democracia popular. Para nosotros no existe ni puede existir. El pueblo no gobierna, el pueblo no es
soberano, el pueblo no es representable ni representado. Por consiguiente, la forma representativa
no tiene vigencia porque es irrealizable. Además de la declaración del art. 1º : “La nación Argentina
adapta para todo su gobierno la forma representativa, republicana y federal, según la establece la
presente constitución”. ; el art. 22: “el pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus
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representantes y autoridades creada por esta constitución. Toda fuerza armada o reunión de
personas que se atribuyan los derechos del pueblo y peticiones a nombre de este, comete delito de
sedición”. Este artículo recalca que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus
representantes y autoridades creadas por la constitución.
De esta norma se desprende que para la constitución, el gobierno federal “gobierna en
representación del pueblo”.
Del art. 22 surge también en concordancia con el art. 44: “Un congreso compuesto de dos cámaras,
una de diputados de la nación y otro de senadores de las provincias y de la ciudad de buenos aires,
será investido de poder legislativo de la nación”. ; los diputados se consideran representantes del
pueblo o de la nación. Esta fórmula traduce en el orden normativo la ficción del mandato
representativo conferido por todo el pueblo a sus supuestos representantes.
El art. 22 termina diciendo: “que toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuyen los
derechos del pueblo y peticionan a nombre de este, comete delito de sedición”.
LEGALIDAD.
Art.19 : “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y la moral
publica, ni perjudiquen a un tercero, están solo reservadas a dios y exentas de la autoridad de los
magistrados. Ningún habitante de la nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni
privado de lo que ella no prohíbe.”
El principio de legalidad responde al de despersonalización o impersonalidad del poder y al de
legitimidad racional. No se trata de que el poder no sea ejercido por los hombres sino de que esos
hombres que ejercen el poder lo hagan ajustándose al orden jurídico establecido en las normas
Legales. De ahí surge que no gobiernan los hombres sino la ley.
La finalidad del principio de legalidad es afianzar la seguridad individual de los gobernantes. La ley
predetermina la conducta debida o prohibida ; de forma que los hombres pueden conocer de
antemano lo que tienen que hacer u omitir y quedar exento de decisiones sorpresivas que dependan
solamente de la voluntad ocasional de quien manda. Este aspecto toma en cuenta el valor de
previsibilidad.
El principio de legalidad, se completa con el que anuncia todo lo que no está prohibido está
permitido. Aplicado a los hombres significa que una vez que la ley no ha regulado la conducta de los
mismos con lo que les manda o les impide hacer queda a favor de ellos, una esfera de libertad
jurídica en la que está permitido todo lo que no está prohibido.
La legalidad es netamente formalista en cuanto exige la “forma” normativa de la ley para mandar.
intervienen en la economía como en la política, dando como resultado Estados bomberos, en donde
los contendientes se apropian del estado.
El estado liberal por excelencia es el estado gendarme. El estado postindustrial, es el estado de la
globalización (todo globalizado : moneda común en el comercio ; comunicaciones, culturas ;
lenguajes). Los Derechos Humanos son el primer elemento de la globalización.
El Constitucionalismo social atiende las ofertas (de servicios, cosas, mercaderías). Se tiende a unificar
la oferta (alimentos para todos, al igual que educación pública, década del 20 y 30 en Argentina). Son
subdesarrollados, debido a que no hay acumulación de capital por lo que el Estado hace el trabajo de
la burguesía = al Estado de Bienestar. Hay bienestar interior, por lo que se puede poner su oferta lo
que es igual a nacionalismo peronista, donde se genera una alta demanda, lo que se produce no se
amortiza con la oferta : comunicaciones, trenes, servicios, todos estos defectuosos, por lo que la
comunidad pide mejoras. Debido a esto se entrometen las empresas privadas porque el estado
comienza a desprenderse de aquello que no les sirve (los liberales procuran desprenderse de todo,
pero esta decisión tan amplia no es conveniente).
El Constitucionalismo postindustrial es el de la demanda ; cuando la sociedad aumentan la necesidad
de la demanda está referido a las cosas que se globalizan, al consumo (por lo que se debe dar una
protección al consumidor).
Con las privatizaciones el estado se vuelve más pequeño, más eficiente y más vigilante. Es
interventor en cuanto a salud y educación. El Estado Gendarme moderno es preventivo, ya que evita
el caos.
LA CONSTITUCIÓN FORMAL :
El derecho constitucional formal se maneja con una constitución formal.
Si se piensa en su tipo clásico de constitución escrita o codificada, la podemos describir según estas
características :
• la constitución es una ley suprema.
• esa ley es escrita.
• la formulación escrita está codificada, cerrada, reunida en un texto único y sistemático.
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• por su origen se diferencia de las leyes ordinarias o comunes ya que es producto de un poder
constituyente que formalmente aparece elaborándola.
• destaca la normatividad.
LA CONSTITUCIÓN MATERIAL :
• El derecho constitucional remite a la dimensión sociológica.
• La constitución material es una constitución vigente y eficaz (derecho constitucional positivo)
de un estado aquí y ahora en tiempo presente.
• Es material cuando tiene urgencia sociológica, actualidad y positividad.
• Destaca la vigencia sociológica.
• Según el derecho constitucional material contiene :
• poder (parte orgánica)
• hombres en su situación política : Relación del hombre - hombre.
Relación del hombre - Estado. (Parte Dogmática).
La interpretación de la constitución.
Pautas preliminares:
a) la constitución formal es un conjunto o complejo normativo (unidad sistemática de varias normas)
que obliga a correlacionar y coordinar unas con otras.
b) la supremacía de la constitución se proyecta a todo el orden jurídico infraconstitucional y lo
subordina a ella; la constitución es, toda ella, jurídica y tiene fuerza o vigor normativo.
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Que es interpretar
Significa la interpretación de las normas que componen la constitución formal, así como de las
normas que, fuera de ella, tienen naturaleza o contenido constitucional. La interpretación busca
desentrañar el sentido de la descripción efectuado por el autor de la norma, ello supone dos cosas:
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Clases de interpretación.
Se denomina:
1) interpretación literal la que, valiéndose del método gramatical, procura reconocer el
sentido lingüístico de las palabras que la norma emplea. Por ejemplo en el art. 75 de la C.N
se consigna el verbo “arreglar” en tres oportunidades, y en ocasión de delimitarse las
competencias del congreso: arreglar el pago de la deuda, arreglar los correos, y arreglar los
límites del estado. En cada una de estas veces, la palabra “arreglar” nos da la pauta de que
hace falta un acuerdo entre partes, y de que no es posible una solución unilateral. El
tecnicismo del autor de la constitución salta a la vista, ya que después de usar el verbo
“arreglar” para referirse a los límites internacionales, lo cambia y hecha mano del verbo
“fijar” para referirse a los interprovinciales
2) la interpretación literal, con ser útil, impide detenerse en ella. Hay que dar el salto a la
voluntad histórica del autor de la norma, a fin de descubrir lo que quiso ese autor. Tal es la
interpretación histórica.
3) El interprete debe preferir la voluntad real e histórica del autor, a la formulación hecha en la
norma, o sea, a de prevalecer la interpretación histórica sobre la literal. Si la norma dice más
de lo que quiso describir la voluntad de su autor, la interpretación ha de achicar o encoger la
norma, para ajustarla a la voluntad del autor; esto se llama interpretación restrictiva. Si la
norma dice menos de lo que quiso describir la voluntad de su autor, la interpretación ha de
ensanchar la norma, también para acomodarla a la voluntad del autor; esto se llama
interpretación extensiva. En tales casos, se advierte que la interpretación histórica toma en
cuenta el fin propuesto y querido por el autor de la norma; se trata de ensamblar por eso la
interpretación finalista .
• Ejemplo de interpretación restrictiva: art. 100: literalmente, interpretaríamos que todos los
actos del presidente de la República requieren refrendo; históricamente, en cambio, creemos que
la voluntad del autor a sido eximir de refrendo algunos actos presidenciales personalísimos: como
la renuncia.
• Ejemplo de interpretación extensiva: la norma del art. 73 que impide a los gobernadores de
provincia ser miembros del congreso por la provincia de su mandato. Es menester ampliar la
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norma para dar cabida a la voluntad del autor, que suponemos ha sido la de prohibir que un
gobernador sea miembro del congreso no solo por su provincia, sino por cualquier otra.
La Corte Suprema tiene dicho que “por encima de lo que las leyes parecen decir literalmente, es
propio de la interpretación indagar lo que ellas dicen jurídicamente y que en esta indagación no cabe
prescindir de las palabras de la ley, pero tampoco atenerse rigurosamente a ellas cuando la
interpretación razonable y sistemática así lo requiere”. También afirmó que “la primera regla de
interpretación de las leyes es dar pleno efecto a la intención del legislador, computando la totalidad
de sus preceptos de manera que armonicen con el ordenamiento jurídico restante y con los principios
y garantías de la constitución”.
El respeto fiel a la voluntad del autor de las normas no impide la interpretación dinámica de la
constitución, que también fue querida por su voluntad.
La integración.
La carencia de normas: el orden de normas es lagunoso. Ello quiere decir que hay carencia de
normas, y a tal carencia la calificamos como “histórica”, porque es el autor de las normas quien
omitió formular una o varias. (el decir que hay lagunas coincide con la teoría egológica, la cual
admite que es materialmente imposible cubrir la vida humana en su totalidad con normaciones, y que
la cantidad de normas positivas está sumamente restringida). El interprete debe entonces crear una
norma con la cual salvar la omisión de normas y rellenar la laguna. Este proceso se denomina
integración.
Como siempre es posible integrar el orden normativo, decimos que el mundo jurídico en su plenitud
es hermético.
Hay otro tipo de carencia denominada dikelógica de norma: la ausencia de norma proviene de
descartar la norma injusta. En este supuesto también se integra el orden normativo creando una
norma justa que reemplace a la injusta que se margina.
Bien que integración e interpretación difieren, no hay que desconectarlas, porque siempre que se
lleve a cabo la integración de carencias normativas se traba un nexo con la interpretación.
En efecto, cuando se descubre la ausencia de norma para determinado caso concreto, la integración
que sé enderezca a colmar el vacío mediante la elaboración de una norma sucedánea que resuelva el
citado caso debe confluir a “interpretar” si esa norma sustitutiva de la que falta guarda congruencia
con la constitución o no. Además, para dilucidar tales extremos, también hay que hacer interpretación
“de la constitución”, porque no se sabe si la norma fabricada mediante la integración es compatible
con la constitución sin conocer, a la vez, el sentido de la constitución en la parte que se refiere a la
carencia normativa que se integra, y con la norma que se crea a su reemplazo. Cuando hay una
carencia dikelógica de norma y descartamos la aplicación de una norma existente por su injusticia,
aparece la interpretación, ya que no se puede valorar una norma como injusta si antes no se la
interpreta, debido a que de tal interpretación emerge la aprehensión de su injusticia. Cuando
desaplicada la norma injusta se integra la carencia que de ese modo se provoca, la cuestión funciona
de modo equivalente al caso de integración de la carencia histórica de normas.
Cuando el preámbulo enuncia: “para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los
hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, hemos de interpretar varias
cosas:
a) una pretensión de durar y permanecer hacia y en el futuro.
b) una indicación de que los fines y valores de su proyecto político deben realizarse ya y ahora, en
cada presente, para “nosotros”, los que convivimos “hoy”, sin perjuicio de su prolongación para
los que nos sucedan en el tiempo; el futuro no relega ni amputa al presente.
c) una apertura humanista y universal de hospitalidad a los extranjeros.
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Finalmente viene la invocación a Dios “fuente de toda razón y justicia”. Para el constituyente, la
medida de lo razonable y de lo justo proviene de Dios; los valores que el preámbulo contiene hunden
su raíz última en Dios, Sumo Bien.
El preámbulo comparte la fuerza normativa de la constitución, y como síntesis que es, no agota el
arsenal de pautas, principios y valores que luego se completan en el articulado integral del texto
constitucional.
Este poder constituyente originario fue ejercido por el pueblo. Social e históricamente, las
condiciones determinantes de la circunstancia temporal en que fue ejercido llevaron a que las
provincias históricamente preexistentes enviaran representantes al Congreso de Santa Fe, en
cumplimiento de pactos también preexistentes -el último de los cuales, inmediatamente anterior, fue
el de San Nicolás de 1852-.
El poder constituyente originario ejercido en 1853 fue ilimitado, porque no estuvo condicionado por
ninguna instancia positiva superior o más alta. Pero tuvo en cuenta:
a) los límites suprapositivos del valor justicia (o derecho natural).
b) los pactos preexistentes.
c) la realidad social de nuestro medio.
Incluir a los pactos preexistentes, significa dar razón de que hay límites colaterales también en el
poder constituyente originario. Los pactos preexistentes tuvieron ese carácter. No fueron una
instancia superior o más alta, pero condicionaron colateralmente al poder originario.
que, además, está dirigido al establecido de una convención especial para realizarla. Se trata,
pues, de una rigidez “orgánica”.
b) Con esta primera caracterización de requisitos formales y materiales, obtenemos la afirmación de
que el poder constituyente derivado tiene límites de derecho positivo: unos en cuanto a
procedimiento, otros en cuanto a la materia. Los límites al poder constituyente derivado están
dirigidos: al congreso; a la convención; a ambos; así el quórum de votos para declarar la
necesidad de la reforma limita al congreso; el temario de puntos que el congreso declara
necesitados de reforma limitada a la convención; los contenidos pétreos limitan tanto al congreso
como a la convención.
c) La existencia de límites conduce a sostener que cuando una reforma se lleva a cabo sin
respetarlos la enmienda constitucional es inválida o inconstitucional.
d) Los tratados internacionales incorporados a nuestro derecho interno, muchos de los cuales tienen
jerarquía constitucional, imponen un límite heterónomo, externo y colateral al poder constituyente
derivado, de manera que si al reformase la constitución se incorpora a ella algún contenido
violatorio de un tratado preexistente, ese contenido que es producto de la reforma debe calificarse
como inconstitucional.
e) No hay control judicial de constitucionalidad de la reforma, porque la jurisprudencia de nuestra
Corte tiene establecido que se trata de una cuestión política no judiciable; tal fue lo resuelto en el
caso “Guerrero de Soria, Juana A. c/ Bodegas y Viñedos Pulenta Hnos.”, fallado el 20 de setiembre
de 1963.
El art. 30 dice que la constitución puede reformarse en el todo o en cualquiera de sus partes. Una
mera interpretación gramatical nos llevaría a decir que “toda” la constitución y “todas” sus normas
son susceptibles de reforma.
Pero no es así. La constitución se puede reformar en el “todo” o en “cualquiera de sus partes”
significa que “cuantitativamente” se la puede revisar en forma integral y total. Pero “cualitativamente”
no, porque hay “algunos” contenidos o partes que, si bien pueden reformarse, no pueden alterarse,
suprimirse o destruirse. Precisamente, son los contenidos pétreos.
En nuestra constitución, los contenidos pétreos no impiden su reforma, sino su abolición. Ellos son: la
forma de estado democrático; la forma de estado federal; la forma republicana de gobierno; la
confesionalidad del estado. Lo prohibido sería; reemplazar la democracia por el totalitarismo;
reemplazar el federalismo por el unitarismo; sustituir la república por la monarquía; suprimir la
confesionalidad para imponer la laicidad.
La fijación del temario que el congreso deriva a la convención para su reforma, y el caso de
la reforma de 1994.
Con base en los pactos que el justicialismo y el radicalismo convinieron en noviembre y diciembre de
1993 para encauzar la reforma de la constitución, la ley declarativa de su necesidad Nº 24.309
presentó una novedad sorprendente, cual fue el llamado núcleo de coincidencia básicas.
El conjunto de trece temas o puntos allí reunidos tuvo carácter indivisible y hermético. Conforme al
art. 2º, la ley 24.309 estipuló que “la finalidad, el sentido y el alcance de la reforma... se expresa en
el contenido del núcleo de coincidencias básicas...”.
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Por un lado, se prohibió introducir reformas en los 35 primeros arts. de la constitución. Por otro, el
art. 5º de la ley 24.309 dispuesto que el núcleo de trece puntos debía votarse sin división posible y
en bloque, todo por “si” o por “no”. Por eso se lo denominó la cláusula “cerrojo”.
La reforma de 1972 fue transitoria, y rigió hasta el golpe de estado del 24 de marzo de 1976. Su
vicio deriva de haber sido realizada totalmente por el poder de facto, que dictó el denominado
“Estatuto Fundamental” con el contenido del texto modificado.
Mutación constitucional.
Son cambios y transformaciones reales que se operan en la constitución material, sin que se produzca
modificación alguna en el texto de la constitución formal, es decir, que el orden normativo de la
constitución formal permanece intacto mientras la constitución material acusa a una transformación
respecto de la formal.
Las transformaciones mutativas pueden acontecer, en una gruesa tipología, de la siguiente forma:
a) la primera mutación es la mutación por adición . En ella, se incorpora o agrega a la constitución
material un contenido nuevo que carece de norma previsora en la constitución formal. (ej. : lo
encontramos en el derecho constitucional argentino en los partidos políticos, sobre los cuales la
constitución antes de la reforma de 1994 carecía de norma expresa, y que hallaron recepción en la
constitución material por fuente de derecho espontáneo, de ley, y de derecho judicial).
b) la segunda es la mutación por sustracción, que presenta el fenómeno inverso al anterior. Se
produce cuando normas de la constitución formal que prosiguen incorporadas a ellas pierden
vigencia sociológica, o no llegan a alcanzarla en la constitución material; dos ejemplos:
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1) entre el acuerdo con la Santa Sede de 1966 y la reforma de 1994 -que suprimió las
normas sobre patronato, pase y admisión de ordenes religiosos-, dichas normas
perdieron vigencia sociológica en virtud del citado acuerdo;
2) el juicio por jurados nunca adquirió vigencia sociológica porque tampoco el congreso
dictó la legislación de desarrollo para aplicarla).
c) la tercera es la mutación por interpretación. En ellas las normas de la constitución formal
adquieren un modo de vigencia sociológica que no coincide con la norma escrita en su formulación
expresa. Ejemplo : lo encontramos en la distribución de competencias entre el estado federal y las
provincias, en materia de derecho procesal; la constitución formal reserva a las provincias la
facultad de dictar leyes procesales para sus jurisdicciones respectivas, no obstante lo cual,
interpretando las competencias del estado federal en el campo de las relaciones internacionales,
los tratados internacionales sobre derecho procesal que ratifica el estado federal en uso de su
personalidad internacional, incorporan al derecho interno argentino (con aplicación obligatoria en
las jurisdicciones provinciales), normas de derecho procesal que el congreso no podría dictar con
ese alcance.
d) la cuarta es la descontitucionalización. Se produce cuando toda la constitución formal, o una
parte importante de ella, pierden vigencia sociológica, a raíz de cualquier fuente que la hace
decaer al introducir contenidos opuestos. Ejemplo : en el derecho comparado, se cita el caso de la
constitución alemana de Weimar, de 1919 que, sin ser reforma ni derogada, fue sustituida por una
constitución material divergente durante el régimen nacionalsocialista.
Algunas mutaciones pueden ser violatorias de la constitución formal, y otras pueden no serlo. Hay
que observar, en cada caso, si representan oposición o deformación, respecto de la constitución
formal, o si al contrario se ubican en una zona donde la permisión o la interpretación de la
constitución formal dejan margen para considerarlas compatible con ella.
También resulta de interés, cuando se detectan mutaciones, indagar cual es la fuente del derecho
constitucional que les da origen.
Las leyes injustas: el tema de la carencia dikelógica se vuelve importante. Se trata de decidir sí los
jueces pueden desaplicar leyes y normas intrínsicamente injustas; una posición que afirma
sustentarse en el principio de la división de poderes, entiende que el juez debe aplicar las normas tal
cual estas les son dadas por sus respectivos autores, y que por ende no está habilitado para
prescindir de ellas cuando las valora como injustas. Otra posición razona que la persona intrínseca de
una norma vulnera siempre el mandato de “afianzar la justicia” contenido en el preámbulo, por cuyo
imperio deben los jueces desaplicar dicha norma. Como en el derecho judicial de la Corte se tiene
establecido que los jueces no pueden prescindir de las normas vigentes que resultan aplicables a las
causas que han de sentenciar ( salvo normas que se declaren inconstitucionales), para desaplicar una
norma injusta el juez tiene que declararla inconstitucional.
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Esto lo logra, primero, buscando en la constitución algún principio o algún artículo a los que la norma
injusta transgreda, que por tal trasgresión declarar que la norma injusta vulnera a la constitución en
tal o cual parte o dispositivo: sí fracasa en esa tentativa, creemos que le basta al juez declarar que la
norma injusta que desaplica viola a la constitución en su preámbulo, cuando este enuncia la cláusula
de “afianzar la justicia”
enumera en le texto, lo cual significa dejar abierto un espacio en textura de la constitución para
reconocer y proteger todos los “plus” de derechos, libertades y garantías que haga falta y sea
necesario, a medida que en el transcurso del tiempo histórico van apareciendo nuevas necesidades
humanas y sociales. Ejemplo antes el art. 14 mencionaba la libertad de prensa. Hoy los medios de
expresión fueron progresando con los inventos y la tecnología: cine, radio, televisión, comunicaciones
satelitales, etc.
Conclusión :
Del plexo total de valores principios y derechos que se insertan en las dos partes de la constitución,
hemos de recordar que :
a) Hay que reconocer la dualidad de fuentes: la interna y la internacional (Derecho Internac. De los
Derechos Humanos).
b) Tiene silencios he implicitudes (art. 33) a los que debemos de prestarle atención para interpretar e
integrar a la constitución.
c) Hay que predicar el carácter vinculante y obligatorio que reviste, para que no se suponga que
solamente acumula una serie retórica de consejos, simples orientaciones o proyectos sin fuerza
normativa, y para que no quede a merced de lo que discrecionalmente crean o quieran sus
destinatarios, tanto operadores gubernamentales como particulares.
DISIDENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DR. DON LUIS M. BOFFI BOGGERO : CONSIDERANDO :
1) Que a fs. 3 la actora entabla demanda contra Bodegas y Viñedos Pulenta Hnos., y se agravia de
haber sido dejada cesante con motivo de su participación en la huelga general por tiempo
indeterminado, que declaró la federación de obreros y empleado vitivinícolas y afines.
2) Que a fs. 22 contesta la demandada pidiendo el rechazo de la acción, ya que, si bien admite la
vinculación de trabajo, alega que la citada huelga fue solo parcial y que, en virtud del art. 11 de la
ley 14.786, le asiste el derecho de disolver el contrato laboral desde que esa norma autoriza a las
dos partes de la relación a tomar las medidas que estimasen convenientes una vez vencidos los
plazos para las tratativas. Asimismo, deja planteado el caso federal, alegando la invalidez del art.
14 bis de la C. N..
3) Que a fs. 186/187 se dicta sentencia, haciendo lugar a la demanda, por cuanto la huelga en
cuestión -según los elementos obrantes- fue lícita, “siendo indiferente que primeramente fuera
parcial y luego general, toda vez que el ejercicio constitucional del derecho de huelga no exige
como condición la de que sea general”. Considera que el ejercicio solo suspende y no extingue la
relación individual de trabajo ; y rechaza asimismo, la defensa articulada sobre la base de la
pretendida invalidez del art. 14 de la C. N., por cuanto “la Corte Suprema de Justicia de la Nación
no se ha pronunciado ni dicho nada en contrario”.
4) Que apelado el pronunciamiento (fs. 189)...
5) Que contra esa decisión se interpone el recurso extraordinario (fs. 206/210), por cuanto ella no ha
hecho lugar a la defensa de inconstitucionalidad del art. 14 bis de la C. N., como fuera planteado
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oportunamente. Se funda el recurso en que el citado art. 14 bis “no quedo integrado válidamente
por la Convención Constituyente y por lo tanto su vigencia quedó cuestionada”, todo ello debido a
“que no se realizó una reunión posterior de la convención nacional en la que se debía aprobar el
acta y la versión taquigráfica de dicha sanción”, según tenía establecido el reglamento de la propia
convención, en su art. 11. En cuanto al derecho de huelga sostiene la recurrente que no implica su
violación “el haber procedido al despido previa intimación a retomar tareas de los obreros que se
mostraron contumaces a la intimación de la firma”.
6) Que a fs. 221 la Cámara a quo desestima el recurso incoado, por cuanto él no reúne las
condiciones exigidas para su procedencia por los arts. 14 y 15, de la ley 48.
7) Que en esta causa, pues, se debate acerca de la violación de un precepto constitucional y, más
concretamente, se pone en examen la validez o invalidez con que el se hubiese sancionado por la
convención constituyente. Vale decir que, con independencia del problema de saber si el
importante derecho de huelga se hallaba o no incorporado al ordenamiento jurídico efectivo antes
de la reforma constitucional de 1957, se trae a examen y decisión previa de esta Corte la cuestión
de saber si la norma que entonces la instituyó tiene o no validez constitucional con el alcance
concreto por ella expresado (art. 14 bis, C. N.).
8) Que la opinión adversa al juzgamiento por esta corte encuentra su raíz en una doctrina que, con
invocación al principio de la “separación de poderes”, en realidad detrae al Poder Judicial el
conocimiento de causas en las cuales, con fundamento precisamente en aquel esencial principio, a
de intervenir según lo establecen los arts. 100, 101 dela C. N. y normas afines. En efecto....
9) Que a este respecto cabe recordar que el pueblo, mediante su decisión constituyente, distribuyó
en tres poderes la potestad de gobierno fijando a cada uno su esfera. Al Poder Judicial le asignó,
la de decidir las causas mencionadas en los aludidos arts. de la C. N.
10) Que si por parte legítimamente interesada se niega la existencia válida de un precepto
constitucional a mérito de no haberse guardado el procedimiento establecido por la convención
constituyente, o se sienta como necesaria la convocatoria de una nueva convención que, al
declarar existente la norma, en rigor la crearía en su misión específica que no es de juzgar sino de
constituir...
11) Que, cabe añadirlo, en el sub. lite....
Por lo tanto, oído el Sr. Procurado General, se declara mal denegado el recurso extraordinario
deducido a fs. de los autos principales.
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El control judicial de constitucionalidad cuenta con la fórmula acuñada por la Corte Suprema desde su
fallo del 5 de diciembre de 1865, la cual, si bien se refiere expresamente a las leyes, se torna
extensiva a normas y actos distintos de las leyes. Dicha fórmula dice así: “Que es elemento de
nuestra organización constitucional, la atribución que tienen y el deber en que se hallan los tribunales
de justicia, de examinar las leyes en los casos concretos que se traen a su decisión, comparándolas
con el texto de la constitución para averiguar si guardan o no su conformidad con ésta, y abstenerse
de aplicarlas, si las encuentra en oposición con ella, constituyendo esta atribución moderadora uno de
los fines supremos y fundamentales del poder judicial nacional y una de las mayores garantías con
que ha entendido asegurar los derechos consignados en la constitución, contra los abusos posibles e
involuntarios de los poderes públicos”.
El control judicial de constitucionalidad, y la eventual declaración de inconstitucionalidad de una
norma o un acto, es un deber (u obligación) que implícitamente impone la constitución formal a todos
los tribunales del poder judicial cuando ejercen su función de administrar justicia, o cuando deben
cumplir dicha norma o dicho acto.
✔ El propio juez de la causa que la eleva en consulta al órgano encargado del control para que
resuelva si la norma que ese juez debe aplicar en su sentencia es o no constitucional.
✔ El defensor del pueblo.
✔ Determinados órganos del poder o, de ser éstos colegiados, un determinado número de sus
miembros.
✔ Las asociaciones cuyo fin atiende a la defensa de derechos o intereses de personas o
grupos.
Fuera de esta enumeración obliga a individualizar en cada sistema cuál es la vía procesal para la cual
se habilita a uno o más sujetos como legitimados para provocar control.
Fuera de causas judiciables, en los regímenes donde existen otros tipos de control, se admiten
consultas o requerimientos formulados al órgano encargado del control por otro órgano, a fin de que
se pronuncie sobre la constitucionalidad de normas o actos. En ese supuesto, el órgano que puede
solicitar el control es también un sujeto legitimado para provocarlo.
c) Los efectos del control pueden agruparse en dos grandes rubros :
✔ cuando la sentencia declarativa de inconstitucionalidad sólo implica no aplicar la
norma en el caso resuelto, el efecto es limitado, restringido o entre partes, dejando subsistente
la vigencia normológica de la norma fuera de ese caso.
✔ cuando la sentencia invalida la norma declarada inconstitucional más allá del caso, el
efecto es amplio, “erga omnes” o “extra partes”. Este efecto puede revestir dos modalidades :
1) que la norma inconstitucional quede automáticamente derogada.
2) que la sentencia irrogue la obligación de derogar la norma inconstitucional por parte del
órgano que la dictó.
En el derecho constitucional federal de nuestro país, podemos sistematizar el control de la siguiente
manera :
a) En cuanto al órgano que lo ejerce, el sistema es jurisdiccional difuso, porque todos los jueces
pueden llevarlo a cabo, sin perjuicio de llegar a la Corte Suprema como tribunal último por vía del
recurso extraordinario legislado en el art. 14 de la ley 48.
✑ Solo el poder judicial tiene a su cargo el control ; en un importante fallo, la Corte Suprema decidió
en el caso “Ingenio y Refinería San Martín del Tabacal c/Provincia de Salta”, del 8 de noviembre
de 1967, que cualesquiera que sean las facultades del poder administrador para dejar sin efecto
actos contrarios a las leyes, no cabe admitir que sea de su resorte el declarar la
inconstitucionalidad de éstas, porque el poder judicial es, en última instancia, el único habilitado
para juzgar la validez de las normas dictadas por el órgano legislativo. El principio constitucional
conforme al cual la facultad de declarar la inconstitucionalidad de leyes y de anular actos en su
consecuencia, es potestad exclusiva de los tribunales de justicia, resulta imperativo -según la
Corte- tanto para el estado federal como para las provincias.
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En cuanto a las vías procesales utilizables en el orden federal, no existe duda de que la vía indirecta,
incidental o de excepción es hábil para provocar el control. Lo que queda por dilucidar es si se trata
de la única vía, o si justamente con ella es posible emplear la vía directa o de acción en alguna de sus
modalidades.
Creemos útil trazar una línea divisoria cronológicamente en el derecho judicial de la Corte, que gira
en torno del año 1985.
En 1985 se empieza progresivamente a elastizar el concepto rígido de “caso contencioso” y a admitir
la existencia de acciones de inconstitucionalidad (o vías directas), aunque al día de hoy nunca se ha
llegado a aceptar entre estas últimas a la acción declarativa de inconstitucionalidad pura.
Sigue subsiguiente la vía indirecta.
La Corte afirma que hay acciones de inconstitucionalidad :
a) la acción de amparo y el habeas corpus
b) la acción declarativa de certeza del art. 322 del C. Procesal Civil y Comercial
c) el juicio sumario de inconstitucionalidad
d) el incidente de inconstitucionalidad que se forma de modo anexo a una denuncia penal para
discutir en él una cuestión constitucional.
De acuerdo con nuestra interpretación de derecho judicial actual, decimos que :
a) ahora se tiene por cierto que hay acciones de inconstitucionalidad ; pero
b) no hay acciones declarativas de inconstitucionalidad pura, es decir, sigue no habiéndolas.
Como sujeto legitimado para provocar el control, ante todo se reconoce al titular actual de un
“derecho” (propio) que se pretende ofendido.
provincia, pasando por sistemas en los que el efecto erga omnes de las sentencias del Superior
Tribunal que declaran inconstitucional una norma general no se producen con la particularidad de
que en algunas provincias esa reiteración deroga automáticamente la norma invalida, y en otras
es optativo para el Superior Tribunal asignar ese efecto.
de reconocerse que los tribunal tenían derecho para dirigir mandamus a los miembros del Poder
Ejecutivo, como ya lo había hecho el gran juez Marshall, respecto del presidente Jefferson ; la corte
concluyo por declarar que, el caso no caía ante su jurisprudencia originaria, porque la ley que le había
acordado esa jurisdicción, era inconstitucional.. Si, pues, los tribunales deben atender a la
Constitución, y la Constitución es superior a cualquiera ley de la Legislatura, la Constitución y no la
ley ordinaria debe regir el caso al que ambos sean aplicables.
El leading case “Marbury c/Madison”, del año 1803, ha sido el antecedente inmediato en lo Estados
Unidos de la doctrina de la supremacía y del control constitucionales, y con su ejemplaridad suscitó
seguimiento o imitación dentro y fuera de los Estados Unidos. De allí se trasplantó a nuestro derecho.
4) Establecer y reglamentar un Banco federal con facultad de emitir moneda, así como otros bancos
nacionales.
5) Acordar subsidios del tesoro nacional a las provincias cuya rentas no alcancen, según sus
presupuestos, a cubrir sus gastos ordinarios.
6) Dictar los Códigos Civil, Comercial, de Minería, penal y del Trabajo y Seguridad Social, en cuerpos
unificados o separados, sin que tales códigos alteren las jurisdicciones locales, correspondiendo su
aplicación a los tribunales federales o provinciales, según que las cosas o las personas cayeren
bajo sus respectivas jurisdicciones ; y especialmente leyes generales para toda la Nación sobre
naturalización y nacionalidad, con sujeción al principio de nacionalidad natural y por opción de
beneficio de la Argentina ; así como sobre bancarrotas, sobre falsificación de la moneda corriente
y documentos públicos del Estado, y las que requiera el establecimiento y los juicios por jurados.
7) Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social a la
productividad de la economía nacional ,a la generación de empleo, a la formación profesional de
los trabajadores, a la defensa del valor moneda, a la investigación y desarrollo científico y
tecnológico, su difusión y aprovechamiento.
Proveer el crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover políticas
diferenciadas que tiendan a equilibrar el igual desarrollo relativo de provincias Y regiones. Para estas
iniciativas, el Senado será Cámara de origen.
Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional
respetando la particularidades provinciales. Y locales : que aseguren la responsabilidad indenegable
del Estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la
igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna ; y que garanticen los principios
de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y al autonomía autarquía de las universidades
nacionales.
Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras
del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.
20) Establecer tribunales inferiores a la Corte Suprema de Justicia; crear y suprimir empleos, fijar
sus atribuciones, dar pensiones, decretar honores, y conceder amnistías generales.
21) Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones
internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía
superior a las leyes.
La Declaración americana de los Derechos y deberes del Hombre;... La convención sobre los
derechos del Niño ; en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan art.
alguno de la primera parte de esta constitución y deben entenderse complementarios de los derechos
y garantías por ellos reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el poder Ejecutivo
Nacional, previa aprobación de las 2/3 partes de la totalidad de los miembros de c/cámara.
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Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el
Congreso, requerirán del voto de las 2/3 partes de la totalidad de los miembros de cada cámara para
gozar de la jerarquía constitucional.
24) Aprobar tratados de integración que deleguen competencias y jurisdicción a organizaciones
supraestatales en condiciones de reciprocidad e igualdad, y que respeten el orden democrático y
los derechos humanos. Las normas dictadas en su consecuencia tienen jerarquía superior a las
leyes.
La aprobación de estos tratados con estados de Latinoamérica requerirá la mayoría absoluta de
la totalidad de los miembros de cada cámara. En el caso de tratados con otros estados, el Congreso
de la Nación, con la mayoría absoluta de los miembros presentes de cada cámara, declarará la
conveniencia de la aprobación del tratado y solo podrá ser aprobado con el voto de l mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara, después de 120 días del acto declarativo.
La denuncia de los tratados referidos a este inc, exigirá la previa aprobación de la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara.
25) Autorizar al poder Ejecutivo para declarar la guerra o hacer la paz.
26) Facultar al Poder Ejecutivo para ordenar represalias, y establecer reglamentos para las
presas.
29)Declarar el estado de sitio uno o varios puntos de la Nación, en caso de conmoción interior, y
aprobar o suspender el estado de sitio declarado, durante su receso por el poder Ejecutivo.
31) Disponer la intervención federal a una provincia o a la ciudad de Bs. As. Aprobar o revocar la
intervención decretada, durante su receso, por el poder Ejecutivo.
de las representaciones políticas de cada Cámara. Esta comisión elevará su despacho en un plazo de
10 días al plenario de cada cámara para su expreso tratamiento, el que de inmediato considerarán las
cámaras. Una ley especial sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de
cada Cámara regulará el trámite y los alcances de la intervención del Congreso.
4) Nombra los magistrados de la Corte Suprema con acuerdo del Senado por 2/3 de sus miembros
presentes, en sesión pública convocada al efecto.
Nombra los demás jueces de los Tribunales Federales inferiores en base a una propuesta
vinculante en terna del Consejo de la Magistratura, con acuerdo del Senado, en sesión pública, en la
que se tendrá en cuenta la idoneidad de los candidatos.
Un nuevo nombramiento, precedido de igual acuerdo, será necesario para mantener en el cargo a
cualquiera de esos magistrados, una vez que cumplan la edad 65 años. Todos los nombramientos de
magistrados cuya edad sea la indicada o mayor se hará por 5 años, y podrán ser repetidos
indefinidamente por el mismo trámite.
5) Puede indultar o conmutar las penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal, previo informe del
tribunal correspondiente, excepto en los casos de acusación por la Cámara de Diputados.
6) Concede jubilaciones, retiros, licencias y pensiones conforme a las leyes de la Nación.
7) Nombra y remueve a los embajadores, ministros plenipotenciarios y encargados de negocios con
acuerdo del senado ; por si solo nombra y remueve al jefe de gabinete de ministros y a los demás
ministros del despacho, los oficiales de su secretaría, los agentes consulares y los empleados cuyo
nombramiento no esta reglado de otra forma por esta constitución.
8) Hace anualmente la apertura de la sesiones del Congreso, reunidas al efecto ambas cámaras,
dando cuenta en esta ocasión del Estado de la Nación, de las reformas prometidas por la
Constitución, y recomendando a su consideración las medidas que juzgue necesarias y
convenientes.
9) Prorroga la sesiones ordinarias del congreso, o lo convoca a sesiones extraordinarias, cuando un
grave interés de orden o progreso lo requieran.
10) Supervisa el ejercicio de la facultad del Jefe de Gabinete de Ministros respecto de la
recaudación de las rentas de la Nación y de su inversión, con arreglo a la ley o presupuesto de
gastos nacionales.
11) Concluye y firma tratados, concordatos y otras negociaciones requeridas para el
mantenimiento de buenas relaciones con las organizaciones internacionales y las naciones
extranjeras, recibe sus ministros y admite sus cónsules.
12) Es comandante y Jefe de todas las fuerzas Armadas de la Nación.
13) Provee los empleos militares de la Nación: con acuerdo del senado, en la concesión de los
empleo o grados de oficiales superiores de las fuerzas armadas; y por sí solo en el campo de
batalla.
14) Dispone de las Fuerzas Armadas, y corre con su organización y distribución según las
necesidades de la nación.
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15) Declara la Guerra y ordena represalias con autorización y aprobación del Congreso.
16) Declara el estado de sitio o varios puntos de la Nación en caso de ataque exterior y por un
término limitado, con acuerdo del senado. En caso de conmoción interior, solo tiene esta facultad
cuando el Congreso está en receso porque es atribución que corresponde a este cuerpo. El
presidente la ejerce con las limitaciones prescritas en el art. 23.
17) Puede pedir al jefe de gabinete de ministros y a los jefes de todos los ramos y departamentos
de la administración, y por su conducto a los demás empleados, los informes que crea
convenientes, y ellos están obligados a darlos.
18) Puede ausentarse del territorio de la Nación con permiso del Congreso. En el receso de este,
solo podrá hacerlo sin licencia por razones justificadas de servicio público.
19) Puede llenar las vacantes de los empleos que requieran el acuerdo de senado, y que ocurran
durante su receso, por medio de nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima
legislatura.
20) Decreta la Intervención Federal a una Provincia o la Ciudad de Bs. As. en caso de receso del
Congreso, y debe convocarlo simultáneamente para su tratamiento.
Art. 117: En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las reglas y
excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos concernientes a embajadores,
ministros y cónsules extranjeros, y en los que alguna provincia fuese parte, la ejercerá originaria y
exclusivamente.
e- Los actos políticos y de gobierno. Su control no funciona en el derecho vigente, en el que queda
inhibido por aplicación de la doctrina de las cuestiones políticas no judiciales.
f- Los actos administrativos individuales. Su control funciona en el derecho vigente.
g- Las sentencias. Su control funciona en el derecho vigente (un ejemplo típico lo encontramos en el
control de sentencias por arbitrariedad)
2º) Actividad privada de los particulares:
h- La actividad d ellos particulares. Su control funciona en el derecho vigente (un ejemplo típico lo
encontramos en las acciones de amparo contra actos de los particulares que violan derechos
individuales reconocidos en la constitución)
3º) Actividad del poder constituyente derivado:
e- Los actos políticos y de gobierno. Su control funciona en el derecho vigente, en el queda inhibido
por aplicación de la doctrina de las cuestiones políticas no judiciales.
El doctor Joaquín M. Cullen expone que en nombre del gobierno provisorio de la Prov. de Santa Fe,
se presenta ante la Suprema Corte, demandando justicia contra el doctor Baldomero Llerena, que lo
ha dispuesto invocando una ley inconstitucional, y pide que ella resuelva la demanda, declarando que
la ley de intervención a Santa Fe, promulgada el 18 de agosto de 1893, es contraría a los arts. 71 y
105 de la C. N.; que el doctor Larena es responsable para con el gobierno de Santa Fe, de todos los
daños y perjuicios provenientes de la ejecución de dicha ley, y que debe restablecer la situación
existente antes de efectuada dicha intervención.
OPINIÓN DEL PROCURADOR GENERAL:
Entre el reconocimiento de la facultad del Ejecutivo de un Estado Independiente, y la autoridad
nacional existente entonces para resolver el pago de letras de aduana, que es la clase de asuntos a
que se refiere el fallo invocado, y la de reconocer a una revolución la facultad de representar una
provincia ligada a la Nación por los vínculos del pacto fundamental, existencias distancias
inaccesibles. Por eso he creído, que el fallo citado es de rigurosa inaplicabilidad al caso sub iudice.
Prescindiendo de la falta de jurisdicción por no ser parte en la demanda instaurada, la provincia de
Santa Fe, y aun admitiendo que lo fuera, la demanda no caería bajo la jurisdicción de V.E., según el
art. 1º de la ley de competencia de 1863.
La suprema corte conocerá, según el inc. 1º de ese art., de las causas que versen entre dos o más
provincias y algún vecino o vecinos de otra; por lo jamás podría extender jurisdicción tan limitada, al
conocimiento y decisión sobre las atribuciones de carácter político conferidas a los poderes públicos,
Ejecutivo y Legislativo de la Nación. Por lo que concluyo, por tanto, que ni por causa de la personería
del demandante ni por razón del objeto fundamental de la demanda, procede la jurisdicción originaria
de V.E., en esta causa, y pido a V.E. se sirva así declarado, desestimando, en consecuencia, la
protesta elevada por los miembros de la junta revolucionaria de Santa Fe. (Sabiano Kier)
Por consiguiente, esta demanda no ha podido ser presentada ante esta Suprema Corte.
Por las consideraciones presentes y de conformidad con lo concordantemente expuesto y pedido por
el señor procurador, se resuelve: que esta Suprema Corte carece de jurisdicción para entender en la
demanda, por razón en la materia sobre que versa.
DISIDENCIA:
Si la Constitución ha empleado los término “todas las causa”, no puede racionalmente hacerse
exclusiones de algunas causas para declarar sobre ellas la incompetencia de los tribunales Federales.
Si la Constitución Argentina ha dado jurisdicción a los tribunales federales, en todas las controversias
que versen sobre puntos regidos por la Constitución, ni la Corte Suprema pueden hacer excepciones.
Allí donde la Constitución no ha hecho distinciones, no puede nadie hacerlas.
En cuanto al juicio de la Corte, sobre las leyes políticas, basta abrir los volúmenes de sus fallos para
encontrar muchos de ellos que las juzgan. El único objeto ostensible de la demanda, es el de pedir la
declaración de inconstitucionalidad de la ley por violación de los preceptos constitucionales que
reglan los procedimientos para la sanción de las leyes.
Es a la forma en que la ley ha sido sancionada, y no al fondo mismo de ella, adonde se dirige la
acción. No se impugna un acto político del Congreso, ni se pretende que él ha ultrapasado los límites
de sus facultades legislativas, dictando leyes sobre materias ajenas a sus poderes delegados. Lo que
la demanda pretende, es que no hay ley, por haberse violado los procedimientos sustanciales que la
Constitución ha marcado para la sanción de las leyes, y esta Corte no podría rechazar de plano una
acción semejante, fundada en que se trata de una cuestión política, sin que su fallo, a propósito de la
jurisdicción, importase un prejuzgamiento respecto del fondo. Tratándose de la demanda traída por el
Dr. Cullen, no puede negarse que ella contiene la resolución de una cuestión respecto a la
constitución, puesto que se discute la validez de una ley que se pretende no existente, por no haber
sido sancionada con los requisitos constitucionales, impugnada en la misma forma en que podría
hacerlo un acto promulgado por el P. E., como ley de la nación, habiendo sido sancionada sin el
quórum constitucional en una Cámara del congreso o en ambas. Resolver si tales actos tienen o no el
carácter de ley, es una atribución eminentemente judicial y no política, y, por tanto, ella corresponde
a los tribunales federales.
...por estos fundamentos se declara competente para entender en esta demanda, y corran los autos
en traslado al Dr. Llerena, ...
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El federalismo argentino.
La génesis del federalismo argentino:
a) Por un lado, las ciudades que los movimientos españoles de colonización fueron fundando a través
de las corrientes del norte, del oeste y del Río de la Plata, extendieron sus zonas de influencia y
prepararon las futuras regiones territoriales que conformaron a las provincias.
b) Por otro lado, los órganos de gobiernos locales, principalmente los cabildos, proporcionaron al
futuro federalismo una base municipal o comunal.
c) Ideológicamente, desde la Revolución de Mayo se perfilaron los dos sectores de opinión: el
unitario y el federal.
En la cronología histórica de nuestro federalismo se componen tres fuerzas de integración de índole
distinta :
a) Una fuerza proveniente del medio físico-natural (mesológica), donde la situación capitalina de Bs.
As. Jugó como polo de atracción de las provincias; dicho medio, aunque algo esfumado en sus
comienzos, conformó un ámbito territorial preexistente a 1853-1860.
b) Una fuerza ideológica, que es la doctrina federal, cuya expresión mejor sistematizada ha sido el
pensamiento oriental, fundamentalmente el de Artigas.
c) Una fuerza instrumentadora, que es el proceso de los pactos interprovinciales.
El derecho federal.
La estructura federal de nuestro estado ha dado curso a la expresión “derecho federal”. En el derecho
comparado y en el derecho argentino, dicha denominación suele usarse latamente para mencionar al
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derecho emanado del estado federal a través del gobierno federal. Al derecho federal en sentido
amplio se lo puede integrar con dos rubros:
a) Derecho federal en cuanto conjunto de normas emanadas de los órganos del gobierno federal; a
este tópico alude especialmente el art. 31, cuando hace prevalecer el orden jurídico federal sobre
el provincial. (Con esta acepción cabe incluir en el derecho federal a las leyes de derecho común
que dicta el congreso, bien que no sean leyes “federales” en sentido estricto).
b) Derecho federal en cuanto abarca, dentro de la federación:
• las relaciones de las provincias con el estado federal.
• las relaciones de las provincias entre sí. (interprovinciales).
A estos dos tópicos del inciso b les podríamos asignar el nombre de “derecho intrafederal”. En él
hallamos las “leyes-contratos”, los convenios entre estado federal y provincias, los tratados
interprovinciales, etc.
“Las provincias podrán crear regiones para el desarrollo económico social y establecer órganos con
facultades para el cumplimiento de sus fines y podrán también celebrar convenios internacionales en
tanto no sean incompatibles con la política exterior de la Nación y no afecten las facultades
delegadas al gobierno federal o el crédito público de la Nación; con conocimiento del congreso
nacional. La ciudad de Bs. As. tendrá el régimen que se establezca a tal efecto.
Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su
territorio”.
Históricamente, no cabe duda de que se está haciendo mención de la incorporación pactada con Bs.
As. en San José de Flores en 1859. Pero creemos que ese agregado deja abierta la puerta que
posibilita la incorporación de nuevas provincias mediante pactos.
Supuestos de extraterritorialidad.
Art. 7: “Los actos públicos y procedimientos judiciales de una provincia gozan de entera fe en las
demás; y el congreso puede por leyes generales determinar cual será la forma probatoria de estos
actos y procedimientos, y los efectos legales que producirán”.
Conformo a la jurisprudencia de la Corte, tales normas exigen no solamente que sé de entera fe y
crédito en una provincia a los actos y procedimientos judiciales de otra debidamente autenticados,
sino que se les atribuya los mismos efectos que hubieran de producir en la provincia de donde
emanaren.
Acreditada la autenticidad de un acto judicial cumplido en una provincia, las autoridades de otra en la
que se quiere hacer valer pueden examinar si el juez que lo ordenó obró con jurisdicción, pero no
pueden juzgar de la regularidad del procedimiento seguido. Las autoridades federales tampoco
pueden desconocer las sentencias firmes de Tribunales Provinciales.
Art. 8: “Los ciudadanos de cada provincia gozan de todos los derechos, privilegios e inmunidades
inherentes al título de ciudadanos en las demás. La extradición de los criminales es de obligación
recíproca entre todas las provincias”.
a) Esto significa que, no obstante la pluralidad de provincias, el territorio del estado federal es uno
solo. El principio de unidad territorial no tiende solamente a salvaguardar la unidad integral de la
federación, sino también a resguardar la territorialidad de cada provincia que la integra. En este
sentido, la garantía federal deparada a las provincias en el art. 5º alcanza a cubrir la defensa e
incolumidad de sus respectivos territorios. Por otra parte, el principio de que las provincias no
pueden desmembrarse asegura también la unidad territorial del estado federal mediante la
integración pluralista de las provincias, en tanto los arts. 3 y 13 impiden al gobierno federal alterar
el elemento territorial de las mismas sin consentimiento de sus legislaturas.
b) La integridad de las provincias exige una triple distinción:
• las provincias no han delegado al estado federal el dominio de sus bienes, sean estos
públicos o privados; no obstante, como la legislación como las cosas (incluyendo su condición
jurídica) es privativa del Congreso federal a través del Código Civil, incumbe a la ley del
congreso determinar cuales son los bienes del dominio público (públicos o dominicales) y del
dominio privado de las provincias.
• en cambio, creemos que es de competencia provincial la legislación sobre uso y goce de
dichos bienes, apartándose del sistema el C. C. que sujeta a sus disposiciones dicho uso y
goce.
• el dominio de las provincias sobre sus bienes no coincide con la jurisdicción; puede haber
dominio sin jurisdicción, y así en materias de ríos las provincias tienen el dominio de los que
corren por su territorio sin perjuicio de la jurisdicción federal del Congreso con respecto a la
navegación y al comercio interprovincial.
Para los enclaves que tienen naturaleza de establecimientos de utilidad nacional en el territorio de la
república, el inc. 30 ha reajustado la letra del anterior inc. 27. En efecto, ya no habla de legislación
“exclusiva” sino de legislación “necesaria”, habiendo además eliminado la mención de que los
establecimientos aludidos se emplazan en “lugares adquiridos por compra o cesión” en las provincias.
Esa legislación necesaria queda circunscripta a los fines específicos del establecimiento, y sobre ellos
las provincias y los municipios conservan sus poderes de policía e impositivos, en tanto no interfieran
en el cumplimiento de aquellos fines.
La redacción actual supera en mucho a la anterior, y se adecua a los parámetros del derecho judicial
emanado de la Corte Suprema, impidiendo que su jurisprudencia pueda retornar a la interpretación
que sentó en 1968, y que siempre juzgamos equivocada por no compadecerse con nuestro
federalismo.
Desde 1976, la Corte retomó su jurisprudencia anterior a 1968, y así prosiguió manteniéndola en
sentencias de los años 1984, 1986, 1989 y 1991. Este derecho judicial vino a consolidar una
continuidad que, seguramente, indujo a la reforma constitucional de 1994 desembocara en la norma
citada del inc. 30 del art. 75.
No obstante, la jurisprudencia tradicional de la Corte sostuvo, hasta 1989, que las municipalidades
eran simples entidades con descentralización administrativa, lo que les asignaba la cualidad de
“autárquicas” pero no de “autónomas”.
A pesar de ello, más allá de la pauta proporcionada por el art. 5º, los municipios tienen autonomía.
Por otra parte, ya el Código Civil los incluía entre las personas jurídicas “de existencia necesaria”
(ahora, de derecho público).
El constitucionalismo provincial desde 1957 y 1985 a la actualidad de un dato importante : los
municipios provinciales integran nuestra estructura federal, en la que damos por existente una
trinidad constitucional : municipio-provincia-estado federal. Si bien las competencias municipales se
sitúan dentro del área de cada provincia, y los municipios no son sujetos de la relación federal, la
base última del municipio provincial arraiga en la constitución federal. Es ésta la que lo reconoce y
exige ; por eso, cuando se habla de competencias “duales” (federales y provinciales) hay que incluir y
absorber en las provinciales las que pertenecen al sector autonómico del municipio que, no por esa
ubicación constitucional, deja de formar parte de la citada trinidad estructural del federalismo
argentino.
ARTICULO 126 : “Las provincias no ejercen el poder delegado a la Nación. No pueden celebrar
tratados parciales de carácter político ; ni expedir leyes sobre comercio, o navegación interior o
exterior ; ni establecer aduanas provinciales ; ni acuñar moneda ; ni establecer bancos con facultades
de emitir billetes, sin autorización del Congreso federal ; ni dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal y
de Minería, después que el congreso los haya sancionado ; ni dictar especialmente leyes sobre
ciudadanía y naturalización, bancarrotas, falsificación de moneda o documentos del Estado ; ni
establecer derechos de tonelaje ; ni armar buques de guerra o levantar ejércitos, salvo el caso de
invasión exterior o de un peligro tan inminente que no admita dilación dando luego cuenta al
Gobierno federal ; ni nombrar o recibir agentes extranjeros”.
ARTICULO 127 : “Ninguna provincia puede declarar ni hacer la guerra a otra. Sus quejas deben ser
sometidas a la Corte Suprema de Justicia y dirimidas por ella. Sus hostilidades de hecho son actos de
guerra civil, calificados de sedición o asonada, que el gobierno federal debe sofocar y reprimir
conforme a la ley”.
ARTICULO 75 inc. 32 : “Hacer todas las leyes y reglamentos que sean convenientes para poner en
ejercicio los poderes antecedentes, y todos los otros concedidos por la presente Constitución al
Gobierno de la Nación Argentina”.
• Competencias concurrentes : son las que pertenecen en común al estado federal y a las
provincias, se hallan : los impuestos indirectos internos, y las que surgen del art. 125 concordado
con el art. 75 inc. 18, más las del art. 41 y el art. 75 inc. 17.
ARTICULO 125 : “Las provincias pueden celebrar tratados parciales para fines de administración de
justicia, de intereses económicos y trabajos de utilidad común, con conocimiento del Congreso
federal ; y promover su industria, la inmigración, la construcción de ferrocarriles y canales
navegables, la colonización de tierras de propiedad provincial, la introducción y establecimiento de
nuevas industrias, la importación de capitales extranjeros y la exploración de sus ríos, por leyes
protectoras de estos fines, y con sus recursos propios.
Las provincias y la ciudad de Bs. As. pueden conservar organismos de
seguridad social para los empleados públicos y los profesionales ; y promover el progreso económico,
el desarrollo humano, la generación de empleo, la educación, la ciencia, el conocimiento y la cultura”.
ARTICULO 41 : “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para
el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras ; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental
generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos
naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la
información y educación ambientales.
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Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y
a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones
locales.
Se prohibe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los
radiactivos”.
• Competencias excepcionales del estado federal y de las provincias : las que en principio y
habitualmente son provinciales, pero alguna vez y con determinados recaudos entran en la órbita
federal. Así, el establecimiento de impuestos directos por el congreso, cuando la defensa,
seguridad común y bien general lo exigen, y por tiempo determinado (art. 75 inc. 2). Hay
competencias excepcionales de las provincias en iguales condiciones. Así, dictar los códigos de
fondo o de derecho común hasta tanto lo dicte el congreso (art. 126), y armar buques de guerra
o levantar ejércitos en caso de invasión exterior o de un peligro tan inminente que no admita
delación, dando luego cuenta al gobierno federal (art. 126).
ARTICULO 75 inc. 2 : “Imponer contribuciones indirectas como facultad concurrente con las
provincias. Imponer contribuciones directas, por tiempo determinado, proporcionalmente iguales en
todo el territorio de la Nación, siempre que la defensa, seguridad común y bien general del Estado lo
exijan. Las contribuciones previstas en este inciso, con excepción de la parte o el total de las que
tengan asignación específica, son coparticipables.
Una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias, instituirá regímenes de
coparticipación de estas contribuciones, garantizando la automaticidad en la remisión de los fondos.
La distribución entre la Nación, las provincias y la ciudad de Bs. As. y entre éstas, se efectuará en
relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada una de ellas contemplando criterios
objetivos de reparto ; será equitativa, solidaria y dará prioridad al logro de un grado equivalente de
desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional.
La ley convenio tendrá como Cámara de origen el Senado y deberá ser sancionada con la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, no podrá ser modificada unilateralmente ni
reglamentada y será aprobada por las provincias.
No habrá transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva reasignación de
recursos, aprobada por ley del Congreso cuando correspondiere y por la provincia interesada o la
ciudad de Bs. As. en su caso.
Un organismo fiscal federal tendrá a su cargo el control y fiscalización de la ejecución de lo
establecido en este inciso, según lo determine la ley, la que deberá asegurar la representación de
todas las provincias y la ciudad de Bs. As. en su composición”.
• Competencias compartidas por el estado federal y las provincias : hay también facultades
compartidas que no deben confundirse con las “concurrentes, porque las “compartidas reclaman
para su ejercicio una doble decisión integratoria ; del estado federal y de cada provincia
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participante (una o varias). Por ej. la fijación de la capital federal, la creación de nuevas
provincias (art. 3 y 13).
ARTICULO 3 : “Las autoridades que ejercen el Gobierno federal, residen en la ciudad que se declare
Capital de la República por una ley especial del Congreso, previa cesión hecha por una o más
Legislaturas provinciales, del territorio que haya de federalizarse”.
ARTICULO 13 : “Podrán admitirse nuevas provincias en la Nación ; pero no podrá erigirse una
provincia en el territorio de otra u otras, ni de varias formarse una sola, sin el consentimiento de la
Legislatura de las provincias interesadas y del Congreso”.
En el derecho constitucional material se ha observado una marcada inflación de las competencias
federales, a veces en desmedro del reparto que efectúa la constitución formal. Hay pues, en este
punto, una mutación que, cuando implica violarla, es inconstitucional.
La Garantía federal.
Nuestra Constitución prevé la llamada garantía federal.
La garantía federal significa que el estado federal asegura, protege y vigila la integridad, la
autonomía y la subsistencia de las provincias, dentro de la unidad coherente de la federación a que
pertenecen. La propia intervención federal es el
recurso extremo y el remedio tal vez más duro que se depara como garantía federal.
El art. 5 declara que el gobierno federal garantiza a cada provincia el goce y ejercicio de sus
instituciones bajo las precisas condiciones que consigna.
ARTICULO 5 : “Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución nacional ; y
que asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de
estas condiciones, el Gobierno federal garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus
instituciones”.
ARTICULO 122 : “Se dan sus propias instituciones locales y se rigen por ellas. Eligen sus
gobernadores, sus legisladores y demás funcionarios de provincia, sin intervención del Gobierno
Federal”.
ARTICULO 6 : “El gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la forma
republicana de gobierno, o repeler invasiones exteriores, y a requisición de sus autoridades
constituidas para sostenerlas o restablecerlas, si hubiesen sido depuestas por la sedición, o por
invasión de otra provincia”.
Hay que tener en cuenta que el citado art. 6 habla de intervenir “en” el “territorio” de las provincias, y
no de intervenir “a” las provincias, o “las” provincias, lo que da pie para interpretar que la
constitución no impone necesaria ni claramente que la intervención haga caducar, o sustituye, o
desplace, a las autoridades provinciales.
Sin embargo, con la reforma de 1994, el art. 75 inc. 31 establece “Disponer la intervención federal
“a” una provincia o la ciudad de Buenos Aires”.
ARTICULO 75 inc. 31 : “Disponer la intervención federal a una provincia o a la ciudad de Bs. As.
Aprobar o revocar la intervención decretada, durante su receso, por el poder Ejecutivo”.
Se puede advertir comparativamente que mientras el art. 6 habla de intervenir “en el territorio de las
provincias”, el inc. 31 -y su correlativo 20 del art. 99- mencionan la intervención “a una provincia
o...”.
ARTICULO 99 inc. 20 : “Decreta la Intervención Federal a una Provincia o la Ciudad de Bs. As. en
caso de receso del Congreso, y debe convocarlo simultáneamente para su tratamiento”.
Además, se ha previsto la viabilidad de la intervención federal a la ciudad de Bs. As., debido al
régimen que le asigna el nuevo art. 129.
ARTICULO 129 : “La ciudad de Bs. As. tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facultades
propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de
la ciudad.
Una ley garantizará los intereses del Estado nacional, mientras la ciudad de Buenos Aires sea la
capital de la Nación.
En el marco de lo dispuesto en este artículo, el Congreso de la Nación convocará a los habitantes de
la ciudad de Buenos Aires para que, mediante los representantes que elijan a ese efecto, dicten el
Estatuto Organizativo de sus instituciones”.
2) Con pedido de las autoridades de la provincia para sostenerlas o restablecerlas (sin han
sido destituidas o amenazadas) por :
• sedición (dentro de la provincia).
• invasión de otra provincia.
La primera intervención es dispuesta por el gobierno federal, es decir, sin pedido de la provincia
afectada.
Responde a dos causas :
a) garantizar la forma republicana de gobierno, lo que supone una alteración en ella.
b) repeler invasiones exteriores, lo que supone un ataque actual o inminente.
La forma republicana de gobierno no puede reputarse alterada por cualquier desorden doméstico o
conflicto entre los poderes provinciales tan sólo la tipifican :
• los desórdenes o conflictos que distorsionan gravemente la separación de poderes, el régimen
electoral, etc.
• el incumplimiento de cualquiera de las tres obligaciones provinciales de asegurar : el régimen
municipal, la administración de justicia, la educación primaria.
• la violación grave de los principios, declaraciones y garantías de la constitución federal.
La garantía federal juega en la intervención tendiente a tutelar la forma republicana, como una
facultad y una obligación del estado federal, que tanto puede significar sanción a la provincia que la
perturba, cuanto simultáneamente reconstrucción o restauración de sus instituciones (que, a su vez,
implica conservación de las mismas dentro de la compatibilidad y congruencia impuestas por la forma
federal).
La finalidad de la intervención dispuesta para repeler invasiones exteriores es de seguridad, tanto
para la federación cuanto para la provincia. Luce en ella el carácter protector o tuitivo de la medida.
La segunda intervención es dispuesta por el gobierno federal a pedido de la provincia. Son las
“autoridades constituidas” de la provincia las que han de demandar la intervención, respondiendo a
dos situaciones :
a) para ser sostenidas ;
b) para ser restablecidas.
En ambos casos, tanto si concurre :
a) sedición ;
b) invasión de otra provincia.
Está claro que si el art. 6º prevé la intervención para “sostener” a las autoridades provinciales, la
amenaza de deposición es causa suficiente.
El auxilio de la intervención debe ser requerido por las autoridades constituidas de la provincia. Debe
entenderse por tales los órganos titulares de alguno de los tres poderes : Gobernador, Legislatura,
Superior Tribunal de Justicia, aun cuando el texto originario de 1853 mencionaba sólo al Gobernador
y a la Legislatura. En caso de estar funcionando una convención reformadora de la constitución
provincial, ella también entraría en la categoría de autoridad constituida.
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De existir duda acerca de la calidad de una autoridad provincial para saber si es o no constituida,
debe atenderse al hecho de que tal autoridad haya sido reconocida oficialmente por alguna autoridad
federal.
Si acaso ninguno de los tres órganos titulares del poder pudiera de hecho pedir la intervención, la
acefalía total permitiría al gobierno federal presumir la requisitoria para intervenir sin solicitud
expresa.
Si hay una causal de intervención por la que el gobierno federal puede intervenir “por sí mismo” y se
le acumula otra por la que puede intervenir “a requisición” de las autoridades provinciales, creemos
que el gobierno federal tiene suficiente competencia interventora “de oficio”, aunque falte el
requerimiento provincial.
El acto de intervención.
El art. 6º encomienda la intervención al “gobierno federal”, sin individualizar qué órgano es el
competente.
La reforma de 1994 vino a esclarecer la ambigua alusión al “gobierno federal”. En efecto, el nuevo
inc. 31 del art. 75 especifica que es competencia del congreso disponer la intervención federal a una
provincia o a la ciudad de Bs. As.. El art. 99 inc.20 establece que corresponde al presidente de la
república decretar la intervención federal en caso de receso del congreso, y que debe convocarlo
simultáneamente para su tratamiento. Por fin, el inc. 31 del art. 75 le asigna al congreso aprobar o
revocar la intervención decretada durante su receso por el poder ejecutivo.
El acto de intervención, cualquiera sea el órgano que le emita, es siempre de naturaleza política.
Cuando lo cumple el congreso, se reviste de forma de ley.
El órgano que dispone la intervención es el que pondera si existe la causa constitucional para ella.
La intervención federal es una medida de excepción y, como tal, ha de interpretársela con carácter
restrictivo. La prudencia del órgano interviniente se ha de extremar al máximo. Su decisión, pese a
ser política, debe quedar, a nuestro criterio, sujeta a revisión judicial de constitucionalidad si concurre
causa judiciable donde se impugna la intervención. Sin embargo, la jurisprudencia de la Corte
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Suprema tiene resuelto, desde el famoso caso “Cullen c/Llerena”, de 1893, que el acto de
intervención constituye una cuestión política no judiciable y que, por ende, no puede discutirse
judicialmente la inconstitucionalidad o invalidez de dicho acto.
Se exceptúan los actos llevados a cabo por los interventores como autoridad local -por ej., las normas
de derecho provincial que dictan, o los actos administrativos que cumplen en reemplazo del
gobernador-.
UNIDAD V
EL DERECHO DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES
22. Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones
internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía
superior a las leyes.
Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el
Congreso, requerirán el voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada
Cámara para gozar de la jerarquía constitucional.
cual pudiera hallarse supeditada su vigencia; e) Fecha de la suspensión en la aplicación del tratado o
convención, o de su denuncia.
Art. 2.- La publicación en el B.O. se efectuará dentro de los 15 días hábiles siguientes a cada acto o
hecho indicados en el Art. 1
Art. 3.- Los tratados y convenciones internacionales que establezcan obligaciones para las personas
físicas y jurídicas que no sea el estado nacional, son obligatorios sólo después de su publicación en el
B.O.
TENER ESPECIAL CUIDADO CON ESTE TEMA YA QUE SEGÚN LA CATEDRA EL TRATADO NO PUDE
SUFRIR NINGUNA MODIFICACIÓN POR EL CONGRESO, ESTE UNICAMENTE PUEDE APROBAR O
RECHAZAR EL TRATADO.
Cuando nuestro estado se hace parte en un tratado que discrepa con una ley anterior, nos hallamos
ante un caso típico de la ley que, sin ser originariamente inconstitucional al tiempo de su sanción, se
vuelve inconstitucional posteriormente al entrar en contradicción con una norma ulterior (tratado),
hay quienes dicen que mas que de inconstitucionalidad sobreviniente, hay que hablar en la hipótesis
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de “derogación” de la ley anterior por el tratado posterior que la hace incompatible con sus
disposiciones.
El “ius cogens”
El “ius cogens”, consiste en el conjunto de normas internacionales llamadas “imperativas”, recogidas
en su ámbito con el rasgo de la inderogabilidad o indisponibilidad. No puede ser dejado de lado por
normas opuestas o distintas de un tratado; de acuerdo a la pirámide del derecho internacional el ius
cogens se encuentra en el vértice de dicha pirámide. Asimismo se encuentra normado en el Art. 53 de
la Convención de Viena.
En el actual derecho internacional de los derechos humanos la protección de esos derechos suele
considerarse integrativa del ius cogens.
En cuanto a los tratados que son supralegales, la incompatibilidad entre el “ius cogens” internacional
y nuestra constitución siempre deja pendiente la responsabilidad internacional de nuestro tratado.
En la jurisprudencia de nuestra Corte Suprema se registra un interesante caso (Cabrera Washington
c/Comisión Técnica Mixta de Salto Grande – 5/12/83) en que el tribunal declaro invalida una norma
del Acuerdo Sede entre Arg. Y la Comisión demanda por reputarla opuesta a una norma imperativa
del der. Internacional. Aparte de ello, también la declaro inconstitucional dentro de nuestro derecho
interno.
Artículo 31- Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por el
Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de la Nación; y las
autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse a ella, no obstante cualquiera
disposición en contrario que contengan las leyes o Constituciones provinciales, salvo para la Provincia
de Buenos Aires, los tratados ratificados después del pacto del 11 de noviembre de 1859.
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Antigüedad.
Escasas restricciones que se imponían al uso del poder, además de las limitadas prácticas
establecidas por el atraso tecnológico. Eran, postulados morales.
Edad Media.
Cuando las garantías estatales estatuidas de los derechos humanos se promulgaban en forma
documental, la protección de derechos rara vez era general ; implicaba privilegios para determinadas
ciudades, estamentos o clases.
No supone que el hombre medieval no tenía derechos fundamentales. En la Edad Media, durante el
llamado antiguo régimen, conoce derechos estamentales, derechos propios de los estamentos, en el
que aparece estratificada la sociedad feudal. La sociedad se presenta al hombre medieval como
estructurado en orden jerárquico de estamentos con un status desigual, en el que la desigualdad se
asienta esencialmente en el principio hereditario condicionado por el nacimiento.
La edad media no desconocía que todos los hombres más allá de su status social y político
participaban de un orden ético natural.
Si el orden estamental limitaba las oportunidades de los hombres, consagrando su desigualdad social
y política, les ofrece protección dentro de su respectivo status : una protección que podía revestir la
forma de autotutela de un derecho de resistencia de los estamentos mismos, etc..
Fue el desarrollo del estado moderno (absolutismo monárquico), el que planteó en término nuevos el
problema de la limitación del poder del Estado, que un una primera fase era prácticamente el poder
de la corona, en su relación con los súbditos en cuanto individuos.
Reforma y contrarreforma.
Constituye, un período de transición. La tolerancia y la libertad religiosa y de conciencia se
impusieron finalmente.
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hay derechos naturales del hombre que, para asegurarlos, cuando el pueblo se constituye en
gobierno, realiza un contrato, situando esos derechos lejos del alcance de la autoridad, y que en el
caso en que, a pesar de todo, estos derechos naturales, sagrados, imprescriptibles, sean violados, la
resistencia es legítima.
La segunda teoría : pertenece a Hobbes y a Rousseau, no hay derechos naturales, que si los
hubiera, deben ser cedidos a la sociedad en el momento de constituirse mediante un contrato social ;
devolviéndolo esta sociedad a cada uno cuando estime oportuno. Los derechos devueltos no es ni
sagrado, ni inviolable, ni imprescriptible.
La sociedad, el estado, permanece como árbitro absoluto y contra esta autoridad absoluta no hay, en
ningún caso, derecho de resistencia.
Se ha insistido mucho en el sentido individualista de la Declaración, cuyo núcleo constituye el art. 2 :
“El fin de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del
hombre. esos derechos, son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión”.
En la Declaración votada por la Convención y colocada al frente de la Constitución del año I (1793),
inspirada por la Robespierre, que a su vez se inspiró en Rousseau, proclamaba tres derechos sociales
(las relativas al trabajo y medios de existencia, la protección contra la indigencia y la instrucción), si
es innegable que el mensaje político de la Revolución Francesa fue en conjunto el advenimiento de
los derechos individuales.
Los derechos humanos en conflictos armados : en 1864 los países occidentales, redactaron la primera
convención de Ginebra para víctimas de conflictos armados.
Establecía que el personal médico debía ser neutral. Otra el principio fue que cada soldado tenía
derecho, a un mínimo de respeto por su esencia como persona, a un mínimo grado de
humanitarismo, aún en la guerra que es la mayor negación del humanitarismo.
El Tratado de 1864 revisado en 1906, y en 1929 se proyectó un nuevo tratado para prisiones de
guerra.
En 1949, se elaboraron nuevos tratados sobre temas de combatientes heridos y enfermos,
prisioneros de guerra, civiles y guerras internas.
Los Tratados de 1949 fueron reafirmados y suplementados en 1977.
Avances Contemporáneos
La Carta de las Naciones Unidas, de 1945, es una Constitución global, sin declaración de derechos y
solo con una escasa mención de los Derechos Humanos.
Una guerra relativamente pequeña, como la guerra austríaca de por la sucesión condujo a la creación
de los derechos humanos en conflictos armados de la década 1860-1870.
La primera guerra mundial llegó a la confirmación de los derechos de las minorías.
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La segunda guerra mundial, condujo al más grande de los esfuerzos para proteger y promover los
derechos humanos.
Esencia de la Ley de las Naciones Unidas : algunas referencias al art. 55. Las Naciones Unidas
promoverán :
a) Niveles de vida más elevados, completa ocupación y condiciones de progreso y desarrollo
económico y social.
b) Soluciones a problemas económicos, sociales, sanitarios y otros afines de carácter internacional ;
cooperación cultural y educacional de carácter internacional.
c) Respeto universal y observancia de los derechos humanos y las libertades fundamentales para
todos sin distinción de raza, sexo, idioma o religión.
Los derechos establecidos por dichos instrumentos han sido incorporados al derecho interno de los
ordenamientos latinoamericanos.
Un fenómeno reciente y generalizado en los ordenamientos latinoamericanos ha sido el incremento
constante de la labor protectora de los organismos jurisdiccionales respecto a los Dº Humanos, la
labor esencial de los jueces, se concentra cada vez más en la resolución de los conflictos de carácter
constitucional y, en particular, en los que se refieren a las violaciones de los Dº fundamentales, pero
además con aplicación directa de las normas supranacionales.
Se observa la tendencia de otorgar a los mencionados instrumentos un carácter superior a las leyes
ordinarias, para que estas no puedan derogarlos, como sucedió en nuestro país hasta 1992.
Concepto
Miguel Angel Padilla : es el conjunto de facultades que corresponden a todos los seres humanos por
ser tales, y deben ser reconocidos y amparados por los Estados.
Gardella : representan espacios de libertad que cada ser humano necesita, para poder desarrollar su
personalidad conforme a sus criterios.
Sobre la justificabilidad de los derechos humanos, existen dos posiciones clásicas, el Iusnaturalismo y
el Positivismo.
Iusnaturalismo : Suearez y Vittoria : siglo 16 y 17, cuyo fundamento se asienta en el dictado de
leyes eternas por Dios y cuyos principios el derecho positivo no debe contradecir, si lo hiciese no
tendría derecho a llamarse derecho. Siglo 18 : se pasa del teocentrísmo al antropocentrísmo. Las
leyes ya no son divinas, sino que son establecidas por la recta razos, leyes que están en la naturaleza
humana.
Positivismo : los derechos humanos son conquistas de los hombres, son históricos, relativos,
heterogéneos.
Bobbio : dice que hay tres vías para fundamentarlos :
• Deducirlo por la divinidad : Dios
• De las verdades evidentes : nuestros sentidos.
• Por el consenso : el consenso es el fundamento de esos valores.
El 10 de diciembre de 1948 se proclama la Declaración Universal de los Dº Humanos, llegando al
consenso más amplio que ha existido en la historia de la humanidad. Desde ese momento los Dº
humanos son indiscutibles.
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Kelsen : dice que los derechos no son absolutos sino relativos a su sociedad, a su tiempo, a su época.
Los Derechos humanos son la pretensión de encontrar unos principios fundamentales, que ayuden a
resolver estos dilemas, en los cuales cada uno pueda fundar sus decisiones.
Naturaleza Jurídica
Tiene sentido preguntarse si son de índole jurídica o si corresponden a esa categoría mestiza
constituida por el Dº natural. Es consistente sin embargo la tesis que ha llevado a muchos teóricos a
sostener que los Dº H. no tiene origen en el ordenamiento jurídico positivo sino en un Dº natural. El
reconocimiento se fue materializando en el desarrollo espiritual de la humanidad. Es por esto que
tales derechos se “descubren” y no se inventan ; se “reconocen” y no se otorgan. Tiene como sujeto
al hombre en cuanto pertenece a la especie que llamamos humana. Si cada hombre es sujeto de
estos derechos, todos se hayan en pie de igualdad en la titularidad de esos derechos. Es al hombre
mismo a quien elegimos como sujeto activo de cada uno de los derechos que componen el catálogo.
Los Derechos Humanos son derechos subjetivos porque se subjetivizan en la persona humana,
corresponden al individuo como tal. Kelsen, para quien el Dº subjetivo es la facultad del sujeto de
poner en movimiento el aparato jurisdiccional, para obtener el cumplimiento de lo que le es debido, y
es también la participación en el proceso de formación de las decisiones concernientes al poder. Dice
Hitters que los derechos humanos tiene una esencia distinta de los derechos subjetivos. Esas
contraposiciones parecían derivar de la pretensión de universalidad de los Dº H., frente a la
subjetividad o individualización que encierra la noción de derecho subjetivo. Los Dº H. tienen como
sustrato material, necesidades humanas socialmente objetivadas. Una distinción fundamental entre
derecho subjetivo entendido como interés jurídicamente protegido y el concepto de Dº H. es que
este último comparta una “universalidad” dentro de las condiciones de “objetivación social”. El
derecho subjetivo no esta constituido en la idea del universal, sino es un cuño que liga al acreedor
versus el deudor y que establece las reglas de resolución de ese conflicto interpartes. La objetivación
social, no apunta, solamente, a la conciencia de necesidad, sino que se refiere sobre todo a los
condicionamientos que se interponen en la satisfacción de la necesidad : obstáculos geográficos de
clima, de suelo, de grado de desarrollo de los medios de producción y de las técnicas productivas, del
atraso, de la dependencia, de la desinformación, etc. El marco social del que hablamos es el de los
países denominados subdesarrollados, en “vías de desarrollo”, “ tercer mundo” o también el de
“países capitalistas dependientes”.
Los derechos humanos quedan subordinados a la prevalencia normativa y jurisdiccional de los Dº
subjetivos. Lo que pretendemos es que se tenga la capacidad de comprender que los Dº h. requieren
de adecuada tutela jurisdiccional, para garantía del acceso y mantenimiento en el uso y goce efectivo
de los Dº H.
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Caracteres
• Fundamentales : porque son anteriores y superiores a cualquier autoridad ; tiene vigencia con
independencia de cualquier autoridad que los otorgue porque son inherentes al hombre.
• Humanos : porque son atribuidos (sin intermediarios) a la persona humana como sujeto de
derechos.
• Universales : los Derechos Humanos son derechos sin frontera, siguen al individuo en todo tiempo
y cualquier lugar que se encuentren.
• Históricos : cambian con el tiempo, es decir que el catálogo de Derechos Humanos se va
agrandando en el decurso temporal.
• Heterogéneos : abarcan desde derechos individuales hasta derechos sociales (voto, revocación de
mandatos, etc.).
• Necesidad : como sustrato material, distinto del interés jurídico que pertenece al derecho
subjetivo.
Reforma de 1994.
El art. 7 de la ley 24309, de convocatoria a reforma, prohibía a la Conversión “introducir modificación
alguna a las declaraciones, derechos y garantías”.
Una reseña de las principales contribuciones puede ser la siguiente, siguiendo la clasificación
tradicional de los derechos y garantías.
a) Derechos Políticos : se enuncian las siguientes nuevas figuras :
✔ Derecho de Resistencia a la opresión contra los gobernantes de facto (art. 36).
✔ Derecho al Sufragio (art. 37).
✔ Igualdad real de oportunidades para varones y mujeres en cuanto a la postulación a cargos
electivos y partidarios. A este fin se legitiman las acciones positivas (art. 37). Normas como la
ley 24012, de cupos femeninos mínimos.
✔ Derecho a formar partidos.
✔ Derecho a la iniciativa popular en materia legislativa (art. 39).
✔ Consulta Popular (art. 40).
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b) Derechos Civiles : en estas área quedaron adosadas nuevas prescripciones y otras de reformas
introducidas a la parte “orgánica” de la Constitución Nacional, relativo a la estructuración de los
poderes del estado.
✔ Derechos ecológicos (art. 41).
✔ Derechos del consumidor y del usuario (art. 42).
✔ Derechos de igualdad. El nuevo texto subrayó la tesis de igualdad real de oportunidades y de
trato, en general, para los niños, mujeres, ancianos y discapacitados (arts. 75 inc. 23).
✔ Derechos de los niños y las madres (art. 75 inc. 23).
✔ Derechos de los trabajadores (principio de justicia social, formación profesional, etc.) (art. 75
inc. 19).
✔ Derechos de los indígenas (art. 75 inc. 17).
✔ Derechos de los educandos (art. 75 inc. 19).
✔ Derechos de los autores (art. 75 inc. 19).
✔ Derechos emergentes de los instrumentos internacionales (convenciones, tratados,
declaraciones) (art. 75 inc. 22).
a) Garantías Constitucionales : el nuevo art. 43 trató explícitamente tres garantías.
✔ Acción de Amparo.
✔ Habeas Data.
✔ Habeas Corpus.
Partes Fundamentales.
La caracterización de la declaración de derechos y de los derechos que ella reconoce, es la siguiente :
a) Hay derechos enumerados, expresamente reconocidos -por ej. los del art. 14- y derechos no
enumerados o implícitos -por ej. los aludidos por el art. 33-
b) Los derechos civiles o “del hombre “, en cuanto persona pertenecen tanto a nacionales o
ciudadanos cuanto a extranjeros.
c) Los mismos derechos reconocidos a todos los habitantes, obligan como sujeto pasivo tanto al
estado federal como a las provincias. (Art. 5 y 8 de la C. N. De esto surge que :
1) ni el estado federal, ni las provincias pueden violar o desconocer la declaración de derechos
contenida en la Constitución Nacional.
1) que esta declaración rige territorialmente en todo el país y personalmente para todos los
habitantes.
d) Los derechos que la Constitución Nacional reconoce no son absolutos sino relativos. Ello quiere
decir que son susceptibles de reglamentación y de limitación, sea para coordinar el derecho de
uno con el derecho de otro, sea para que se cumplan su funcionalidad social en orden al bien
común. Esto surge del art. 14, 14 bis, 18 y 28.
e) En orden a la interpretación de los derechos, la Corte Suprema tiene dicho que la igual jerarquía
de las cláusulas constitucionales requiere que los derechos fundados en cualquiera de ellas, deban
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armonizarse con los demás que consagran los otros preceptos constitucionales, ya sea que versen
sobre los llamados derechos individuales o sobre atribuciones estatales.
f) Todas las normas que declaran derechos gozan de igual rango. Haya que afirmar con el derecho
judicial de la Corte, que si hay conflicto entre valores jurídicos contrapuestos, se debe preferir el
de jerarquía mayor.
g) El goce de los derechos en nuestro estado no puede subordinarse a la reciprocidad que
eventualmente otorguen estados extranjeros en situaciones equivalentes a las protegidas en
nuestra jurisdicción interna.
h) El derecho internacional que se incorpora al derecho interno puede, crear derechos y obligaciones
directas para los particulares.
La relatividad de los derechos presta base constitucional a la teoría del abuso del derecho, dicha
teoría presupone admitir que los derechos tienen o deben cumplir una función social, todo derecho
subjetivo arraiga y se ejerce en el marco de una convivencia social, conde la solidaridad impide
frustrar la naturaleza social del derecho.
Derecho a la Expresión.
Se encuentra nítida y generosamente consagrado en los principales tratados internacionales. La
Declaración Americana en su art. 4 señala que “toda persona” tiene derecho a la libertad de
investigación, de opinión y de expresión y de difusión del pensamiento por cualquier medio, criterio
que se reitera en los arts. del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y que, ha recibido en
el ámbito, un especial protección por el derecho jurisprudencial argentino.
Este derecho no es absoluto. Derechos y deberes se integran correlativamente en toda actividad
social y política del hombre, de suerte que si los derechos exaltan la libertad individual, los deberes
expresan la dignidad de esa libertad.
“Los deberes de orden jurídico presuponen otros, de orden moral que los apoya conceptualmente y
los fundamentan”.
El límite mínimo -y también máximo- del derecho de libertad de expresión no es otro que el de la
dignidad de la persona, la que puede verse afectada por un mal uno de aquella.
Los derechos humanos, otorgan al afectado “por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en
su perjuicio a través de los medios de difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al público
en general”, el derecho “a efectuar por el mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en
las condiciones que establezca la ley”.
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Tal derecho se concede a posteriori de la publicación, por lo que en un modo alguno podría
verificarse la afectación a la libertad de prensa. Pero tal ejercicio de la libertad de expresión no lo
libera de “ulteriores responsabilidades”, si la hubiere. Si grande es la libertad, grande debe ser la
responsabilidad.
✔ Unión tarifaria.
✔ Unión aduanera.
✔ Mercado común.
✔ Comunidad económica.
✔ Unidad monetaria.
Asimismo como los estados siguen siendo soberanos continúan controlando sus relaciones exteriores,
si bien trata de adoptarse una posición común a todos.
Principios del Derecho Comunitario.
✔ Económico : el modelo requiere de dos estados con intereses de integración política y
económica ; y un límite máximo : que no sean todos los estados.
✔ Institucional : la comunidad presupone la existencia de organizaciones supranacionales que han
recibido poder delegado de los estados miembros -delegación de competencias y jurisdicciones-.
Presupuestos.
✔ Político : (Estado democrático) la comunidad exige participación y representación. La estructura
supranacional debe nacer a imagen y semejanza de la democracia interior de cada estado
miembro.
✔ Económico : el modelo requiere como mínimo la existencia de dos estados con intereses dado
que las propias leyes supremas permiten expresamente la real integración de los Estados.
Derecho Comparado.
EUROPA.
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El Tratado de Roma, en marzo de 1957, dio origen a la Comunidad Económica Europea, estaban en
diferente situación con respecto a su ordenamiento constitucional.
Tres de esos países contenían en sus constituciones preceptos claros de limitación a su soberanía con
la finalidad de servir a la comunidad internacional. La Ley Fundamental de la República Federal
Alemana (art. 24) : “La federación podrá transferir por vía legislativa los derechos de Soberanía a
Instituciones Internacionales”, agregando el art. 25 : “Las normas generales del derecho internacional
público son partes integrante del derecho federal, normas que tienen primacía sobre las leyes y
constituyen fuente directa de derechos y obligaciones para los habitantes del territorio federal”.
En el Preámbulo de la Constitución de Francia de 1946, se disponía que “bajo la reserva de
reciprocidad, Francia consiente en las limitaciones de soberanía necesarias a la organización y a la
defensa de la paz”.
La de Italia (1947) en su art. 11 dice que “en condiciones de reciprocidad con los demás estados,
acepta las limitaciones de su soberanía que sean necesarias para el establecimiento de un orden que
asegure la paz y la justicia entre las naciones”.
En la Constitución de los Países Bajos, se introdujeron en 1956, normas que posibilitan el
adecuamiento constante del orden jurídico interno al orden internacional. En su texto de 1963
dispone que cuando el desarrollo del orden jurídico internacional lo haga necesario, un tratado podrá
dejar sin efecto las disposiciones de la Constitución (art. 63), y que las leyes vigentes en el Reino no
serán aplicables cuando sean incompatibles con las disposiciones de los acuerdos internacionales que
tengan fuerza obligatoria para toda persona, habiéndose concertado o no, después de la aprobación
de tales leyes (art. 66).
Hoy, todas las constituciones europeas han adaptado sus normas al derecho comunitario y han
prevista la solución de este problema.
La española establece en su art. 96 : “Los tratados internacionales válidamente celebrados, una vez
publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno. Sus disposiciones sólo
podrán ser derogadas, modificadas y suspendidas en la forma prevista en los mismos tratados o de
acuerdo con las normas generales del derecho internacional.
La Constitución francesa de 1958 dice en su art. 55 : “Los tratados o acuerdos debidamente
ratificados o aprobados tendrán, desde el momento de su publicación, una autoridad superior a la de
las leyes, a reserva, para cada acuerdo o tratado, de su aplicación por la otra parte”.
Con respecto al funcionamiento de la Comunidad Europea, los autores consultados coinciden en
sostener que en caso de conflicto entre diferentes sistemas de legalidad de la Comunidad y de los
Estados, debe resolverse por la primacía del derecho comunitario.
CENTROAMÉRICA.
El proceso de integración también se va realizando. Luego del Tratado General de Integración
Económica Centroamericana (1960), cuyo fin principal era constituir la Unión Aduanera, se firmó en
1962, por los países centroamericanos, menos Panamá, la Carta de la Organización de Estados
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Centroamericanos (ODECA). Por la Carta se establece que Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El
Salvador y Guatemala son una Comunidad Económica Política que aspira a la integración de
Centroamérica. Tiene órganos supranacionales similares a la Comunidad Europea, aunque no es
obligatoria someter los conflictos de los estados a su decisión.
Es interesante destacar que, salvo Costa Rica, los países centroamericanos contienen en sus
constituciones normas que permiten los más amplios acuerdos, incluso para restablecer la República
de Centroamérica, pues algunas de ellas reconocen, como la de Honduras, que ésta es “un estado
disgregado de la República Federal de Centroamérica”.
El derecho comunitario, se considera como fuente del derecho y se interprete ya que el Tratado
General engendraba facultad en sus órganos “para generar normas de conductas obligatorias para los
Estados y en los Estados”.
LATINOAMÉRICA.
En febrero de 1967 se realizó en Bogotá una Mesa Redonda cuyo objeto fue estudiar las cuestiones
constitucionales que plantea la integración de América Latina.
La Mesa Redonda llegó a la conclusión, para expresarlo en términos generales, de que las
disposiciones constitucionales latinoamericanas vigentes en esa época no eran incompatibles con la
atribución a organismos internacionales de competencia para tomar decisiones “erga omnes”, y que
esa atribución de competencias lejos de menoscabar la soberanía nacional, contribuía a reafirmarla. A
pesar de esto, recomendó como útil y provechoso que “los estados incorporen a sus constituciones,
disposiciones adicionales que reflejen en su normatividad las realidades presentes y las perspectivas
futuras del destino comunitario latinoamericano”.
Ya en 1965, el presidente de Chile proyectó reformas constitucionales cuyo art. 17 proponía un
agregado al art. 43 de la Constitución, por el que “con el voto conforme de la mayoría de los
diputados y senadores, en actual ejercicio, podrán aprobarse tratados que asignen, en condiciones de
reciprocidad, determinados atributos o competencias a instituciones supranacionales, destinadas a
promover y consolidar la integración de las Naciones de América Latina”.
La Constitución del Brasil, enuncia en su art. 3 que la actividad gubernamental del Estado Federal
debe tender a “garantizar el desarrollo nacional”, y en su art. 4 dice : “La República Federal del Brasil
buscará la integración económica, política, social y cultural de los pueblos de América Latina, con
vistas a la formación de una comunidad latinoamericana de naciones”. No obstante, esta Constitución
ha sido señalada en el derecho constitucional comparado como un ejemplo contrario a la tendencia
generalizada hacia la apertura de los mercados, en especial en relación con aquellos en los que existe
un proceso de integración en marcha (MERCOSUR).
Esta observación se basa en el hecho de que su Carta Magna dispone el monopolio de áreas
consideradas vitales para la economía del país, como la minería, el transporte y otros servicios que
quedan pues exclusivamente en manos brasileños (arts. 177 y 178).
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El mejor modo de dar cabal vigencia al principio de integración, es hacer prevalecer el art. 4,
admitiendo que las limitaciones de los arts. 177 y 178, no pueden entorpecer u obstaculizar la
integración económica y política del Brasil con los restantes países de América Latina. Una
interpretación diferente, esto eso, sostener la aplicación a ultranza de los arts. 177 y 178 de la
Constitución, incluso imponiendo sus limitaciones a las empresas nacionales de los países socios del
MERCOSUR, convertirá al art. 4 de la misma, en letra muerta.
La Constitución de la República del Paraguay, sancionada y promulgada en junio de 1992, dispone en
art. 143, que el Estado, en el ejercicio de las relaciones internacionales, se ajustará, entre otros, al
principio de cooperación.
La norma constitucional del Uruguay, preceptúa en su art. 4 el principio de soberanía, por la cual se
reconoce a la Nación, la potestad exclusiva de dictar las leyes que regirán en el territorio. La
consagración de este principio básico de organización estatal no obsta a que se llevan a cabo
procesos de integración que deleguen facultades legisferantes a órganos supranacionales.
La reforma de 1967 incorporó en su art. 6 en segundo inciso relacionado con la integración cuyo
texto reza : “La República procurará social y económica de los Estados Latinoamericanos,
especialmente en lo que se refiere a la defensa de sus productos y materias primas. Asimismo
propenderá a la efectiva complementación de los servicios públicos”. En el mismo art. 6 se proponen
cláusulas de solución de controversias a través del arbitraje u otros medios pacíficos en todos
aquellos tratados que celebre el Estado uruguayo con el exterior.
La experiencia europea.
El total desmoronamiento de Europa fue lo que permitió dar un impulso a la idea de un nuevo
ordenamiento europeo. La primera piedra para la realización de la Comunidad Europea, fue un
proyecto destinado a la unificación de la industria europea del Carbón y del Acero. Este plan se
transformó en realidad con la conclusión del tratado que constituyó la COMUNIDAD ECONÓMICA
DEL CARBÓN Y DEL ACERO (CECA), del 18 de abril de 1951 (TRATADO DE PARIS), y su entrada
en vigor el 23 de julio de 1952. Como colofón, unos años más tardes se creaba mediante los
TRATADOS DE ROMA, del 25 de marzo de 1957, LA COMUNIDAD ECONÓMICA EUROPEA (CEE)
y la COMUNIDAD EUROPEA DE ENERGÍA ATÓMICA (CEEA o EURATOM) . Los estados
fundadores de estas comunidades fueron Bélgica, La República Federal de Alemania, Francia, Italia,
Luxemburgo y los Países Bajos. Luego, en 1973 Dinamarca, Irlanda, y el Reino Unido adhirieron a la
Comunidad. Grecia se incorporó en 1981, España y Portugal lo hicieron en 1986.
Después de la entrada en vigor de los TRATADOS DE ROMA, EN 1958, existen tres comunidades
distintas, cada una de ellas basada en su propio tratado. Persiguen los mismos objetivos de base que
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figuran en los preámbulos de los tres tratados : la realización de una Europa organizada, el
establecimiento de los fundamentos de una unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos,
y un esfuerzo común para contribuir al bienestar de sus pueblos. Por todo ello, en 1978, el
Parlamento se propone designar a las tres comunidades mediante la expresión “COMUNIDAD
EUROPEA”. El ordenamiento jurídico de la comunidad está constituido por tratados comunitarios,
que cada año conforman decisiones que influyen directamente en la realidad de los estados miembros
de la Comunidad y de sus nacionales.
La constitución de la comunidad europea.
Toda sociedad tiene una Constitución que define su sistema político ; a través de ella se establecen
las relaciones de los miembros entre sí frente al conjunto, se fijan los objetivos comunes y se
establece el procedimiento a seguir para la adopción de decisiones obligatorias. La CE es una
sociedad de estados a la que han sido transferidos una serie de funciones y de tareas ; su
constitución es asimilable a la Constitución de un estado.
La Constitución de la Comunidad resulta de un conjunto de normas y valores fundamentales que los
responsables deben acatar imperativamente, y que figuran en los tratados y en los actos jurídicos
adoptados por las instituciones, o que en parte derivan de la costumbre.
El ordenamiento jurídico comunitario se asemeja a la organización institucional de un estado. En esta
organización se han transferido ciertos campos de actividad de carácter esencial para los estados,
desde éstos a la comunidad. La CECA es competente para la gestión comunitaria de la industria del
carbón y del acero, a la CEEA le corresponden las funciones comunes relativas al sector de la
investigación y utilización de la energía nuclear. La CEE tiene como misión conducir a los estados
miembros hacia una comunidad, mediante el establecimiento de un mercado común que una a los
mercados nacionales de los estados miembros, y mediante la aproximación progresiva de las políticas
económicas nacionales.
Los tratados se limitan a determinar el alcance de las competencias de acción conferidas. El alcance
de las competencias así transferidas, tiene unos límites que varían según el tipo de funciones
confiadas a la CE.
A partir de las competencias que les han sido conferidas, las instituciones comunitarias pueden
adoptar actos en calidad de legislador comunitario, jurídicamente independiente de los estados
miembros ; se trata de un derecho comunitario aplicable uniformemente en todos los países de la CE.
Para describir su naturaleza jurídica, se ha impuesto en la terminología jurídica el concepto de
“supranacionalidad”, con el cual se pretende expresar el hecho de que la comunidad es una
organización particular dotada con derechos soberanos y con un ordenamiento jurídico
independientemente de los estados miembros al que están sometidos, en los campos que les han
sido atribuidos, tanto los estados como sus nacionales.
Entre ellos se encuentran : la consecución de una paz duradera, la unidad, la igualdad, la libertad, la
solidaridad y la seguridad económica y social.
INTENTOS DE INTEGRACIÓN.
En 1941, hubo un proyectos argentino de constitución de un “Bloque Austral” que comprendía
también a Brasil y cuyo propósito era la creación de un bloque aduanero regional. Se afirma la
voluntad de ambos países de adoptar un régimen de intercambio libre que permita llegar a una
unificación aduanera abierta a la adhesión de los países limítrofes.
La decisión adoptada en noviembre de 1941 quedó en los papeles, ya que luego se produjo el ataque
japonés a Pearl Harbour, seguido de la Conferencia de Consulta Interamericana de Río de Janeiro que
dio lugar a posturas muy distintas adoptadas por las diplomacias de Brasil y Argentina. El primero
asumió una posición pro-aliada, mientras que nuestro país mantuvo una situación de neutralidad.
Estas posturas disímiles sumadas al enfrentamiento hegemónico entre gobiernos de diferente
orientación ideológica y militar, fueron poderosos factores de separación entre los dos países en las
décadas siguientes.
No obstante este distanciamiento entre los dos países más importantes del Cono Sur, en 1948 nace la
Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que proponía una unión aduanera.
En 1956 la CEPAL vuelve a defender la idea de la creación de un “Mercado Regional Sudamericano”
como una forma de impulsar el proceso de industrialización, objetivo que perseguía la mayor parte de
los gobiernos latinoamericanos de la época. De este modo auspicia también la CEPAL la primera
reunión de Consulta sobre Política Comercial en el Sur del Continente, que tiene lugar en Santiago de
Chile en 1958. En ella, y sobre la base del concepto de cooperación regional, los representantes de
Argentina, Brasil, Chile y Uruguay establecen la conveniencia de que los gobiernos adopten una
liberación progresiva de su comercio recíproco.
En 1959 se celebra la segunda reunión de Consulta sobre Política Comercial en el Sur del Continente
donde se elabora en colaboración con la CEPAL un proyecto de zona de libre comercio. Otros países
de la región como Paraguay, Perú y Bolivia deciden adherir al proyecto.
Finalmente, en 1960 tiene lugar la firma del Tratado de Montevideo, que crea la Asociación
Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC). El objetivo final de la ALALC era la constitución de un
mercado común regional, a partir de la conformación de una zona de libre comercio en un plazo de
doce años. Firman el tratado que da nacimiento a la ALALC Argentina, Brasil, Chile, México,
Paraguay, Perú y Uruguay, a los que se suman posteriormente Colombia y Ecuador.
El Comité Supremo de la ALALC era la Conferencia de Representantes de todos los países miembros
que contaban con un voto cada uno así como también cada miembro se reservaba el derecho de veto
sobre las resoluciones.
Durante los primeros años de la ALALC (1960-1964) se produce la negociación multilateral de “listas
comunes” y “listas nacionales”, producto por producto, rebajas tarifarias, liberación del intercambio y
atenuación de las medidas proteccionistas, medidas éstas tendientes a la ampliación de los mercados
interregionales.
Debemos aclarar que en las “listas nacionales” se incluyen los bienes que cada país juzga
convenientes ; sobre ellos se opera una reducción del 8% anual en 12 años de acuerdo al plazo
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prefijado por la ALALC. En cambio, la “lista común” se hace con todos los bienes exentos de derechos
que propone cada país y que no pueden ser retirados una vez incluidos como tales.
A partir de la segunda mitad de la década del sesenta, y hasta la década del ochenta, los países de
América Latina conocen una serie de regímenes militares y autoritarios, lo que dificulta enormemente
la marcha de la integración regional ya que los gobiernos dictatoriales manifiestan una preferencia
por regímenes económicos cerrados con tendencia a la autosuficiencia.
Como consecuencia de todas las dificultades enumeradas ya en la segunda mitad de los ’60 tiene
lugar una paralización del proceso negociador multilateral para las listas comunes de la ALALC.
A fines de la década del ’60, se produce una fractura entre los países “comercialistas” -Bolivia, Chile,
Colombia, Ecuador y Perú-. Estos últimos, sin abandonar formalmente la ALALC, deciden crear un
subgrupo a través del Acuerdo de Cartagena (1969) al que denominan Pacto Andino.
Durante sus primeros años, el Grupo Andino evolucionó en forma bastante dinámica en lo que se
refiere al establecimiento de programas de desregulación tarifaria, tarifa externa mínima común,
régimen común sobre patentes, etc. Pero el carácter ambicioso del programa integracionista, los
problemas económicos y la falta de homogeneidad política desaceleraron las metas propuestas.
Ante el fracaso de los objetivos de la ALALC los países de la región deciden en 1980 negociar un
nuevo Tratado de Montevideo naciendo así la Asociación Latinoamericana de Integración ALADI, en la
que produce una reestructuración de objetivos, compromisos y modalidades de integración
económica en la región.
La ALADI está integrada por Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay,
Perú, Venezuela y Uruguay. Estos once países están divididos teniendo en cuenta su desarrollo
relativo en : Países con desarrollo económico, países en mayor desarrollo relativo y de menor
desarrollo relativo. Esto prevé una mayor visión integradora, pues posibilita acuerdos de alcance
parcial en los que sólo están obligados los países suscriptores. Esta mayor flexibilidad de la ALADI
con respecto a su antecesora, ALAC, permite que se apunta a la consolidación del mercado regional
en base a la multilateralización de los acuerdos de alcance parcial : el acuerdo firmado por dos países
miembros se le van sumando los demás.
Dentro de este marco nace la idea de una integración preferencial con Brasil. En 1985 comienza una
nueva etapa en las relaciones entre Argentina y Brasil ; se firma la “Declaración de Iguazú” en la que
ambos presidentes se comprometen a acelerar el proceso de integración bilateral y crean con este
propósito una “Comisión Mixta de Alto Nivel” presidida por los ministros de Relaciones Exteriores de
ambos países.
En 1988 se firma el “Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo” entre los dos países cuyo
objetivo es consolidar el proceso de integración bilateral y establecer, en una primera etapa, un
espacio económico común en el plazo máximo de diez años ; se procura la armonización de las
políticas aduaneras, comerciales, agrícolas, industriales, de transportes y comunicaciones, como así
también la coordinación de las políticas monetarias, fiscales y cambiarias.
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En junio de 1990 el presidente norteamericano George Bush lanza la “Iniciativa para las Américas”
cuyo objetivo final a largo plazo sería el de llegar al una zona de libre comercio hemisférico, desde
Alaska a Tierra del Fuego.
En 1990, cuando el proceso entre Argentina y Brasil adquiere un gran impulso al firmarse el “Acta de
Bs. As.”. donde los dos países deciden conformar el mercado común bilateral para diciembre de
1994, es decir, reduciendo a la mitad los plazos acordados anteriormente.
Este acuerdo impactó en el entorno regional inmediato y es así como se suman a él Paraguay y
Uruguay.
En marzo de 1991 y como resultado de intensas gestiones, los presidentes, de Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay, firmaron el Tratado de Asunción que pasó a regir las relaciones económicas y
comerciales de los cuatro países en el período de transición 1991/1994 que precede la plena
conformación del MERCOSUR.
Nace el MERCOSUR. Se consolida el proceso de integración.
Modelos integracionistas.
Varios son los modelos de posible aplicación.
✔ cuando las tarifas de los países que componen el conjunto se reducen a cero y cada uno de ellos
conserva sus propias tarifas con respecto a terceros países, se está en presencia de una “Zona de
Libre Comercio”, un ejemplo de ellos es el NAFTA conformado por México, Canadá y EE.UU.
✔ en cambio, cuando se libera aún de manera gradual el comercio recíproco y se establece una tarifa
externa común, hay una “Unión Aduanera”. Esta es la situación más próxima a la del MERCOSUR.
✔ cuando a la libre circulación de bienes y a la tarifa externa común, de mano de obra, se está en
presencia de un “Mercado Común” como sucede en la Unión Europea (UE).
El comercio internacional actual reconoce tres centros de irradiación : EE.UU., Europa Occidental y
Japón. Europa Occidental con un mercado regional más perfeccionado con características que hacen
de él un mercado común que es la forma de integración multinacional conocida más avanzada. La
otra parte es EE.UU. que realizó una reconversión permitiéndole recuperar su hegemonía económica
y afianzar la paz política y militar mediante el auxilio de México y Canadá. Debido a la heterogeneidad
y distinto grado de desarrollo de esos componentes, no se pudo realizar un mercado común sino una
“Zona de Libre Comercio” (NAFTA).
El modelo de Japón es un caso distinto, este país logró la reconversión en tecnología electrónica y en
organización del trabajo en los años 60, y al hacerlo consiguió un desarrollo peculiar en el Sudoeste
Asiático. Corea del Sur y Taiwán, por su parte, se apoyaron en las características del desarrollo
japonés.
presidentes de Argentina, Carlos S. Menem, de Brasil, Fernando Collor de Melo, de Paraguay, Andrés
Rodríguez y de Uruguay Alberto Lacalle. Se lo conoce también como Tratado de Asunción por la
Ciudad donde se firmó.
Este compromiso presupone crear una zona de libre comercio para la que se abolirán los aranceles
aduaneros y otras barreras comerciales entre los países participantes, la fijación de un arancel común
para todas las importaciones que provengan del resto del mundo, la combinación de política
macroeconómicas y la consiguiente armonización de legislaciones en todas la áreas involucradas al
Tratado.
El Consejo de Mercado Común (CMS), es el órgano superior del MERCOSUR, lo coordinan los
cancilleres y ministros de economía de los cuatro países miembros.
El proceso de integración tiene su mayor dificultad en las fuertes asimetrías que hay entre Brasil y
Argentina, y los marcados desniveles sociales en el seno de cada nación.
Una consecuencia de esto es que surgieron entre estos dos países, dos posiciones encontradas. La
Argentina reclamaba la apertura total del mercado, incluyendo bienes de capital, informática y
electrónica como un modo de volver competitiva la actividad económica, esta además le permitiría un
pleno acceso al mercado brasileño. Brasil en cambio, pretende medidas de protección sobre estos
sectores que considera estratégicos para su modelo de desarrollo. “La existencia de un mercado
común implica niveles de protección mínimas”, es el argumento de Brasil.
Con muy pocas industrias protegidas, y con la economía más abierta del bloque, Paraguay reclama un
arancel inferior a los demás países miembros, con ello aspira a convertirse en un enclave importador
de bienes de origen asiático.
El MERCOSUR ofrece oportunidades y desafíos tanto para los gobiernos como para los sectores
privados de cada estado parte, los primeros deberán tomar las medidas necesarias para lograr el
marco jurídico y administrativo del mercado común y crear las condiciones sociales y económicas que
permitan cumplir con los plazos y objetivos fijados, los privados, por su parte deberán esforzarse
para adaptarse al nuevo contexto produciendo las reestructuraciones necesarias con el fin de
aumentar su eficiencia y competitividad.
Corresponde a los gobiernos de cada región asegurar un conjunto de reglas de juego que no habrán
de variar inesperadamente.
a) Objetivos del MERCOSUR : el objetivo básico del MERCOSUR es el de aumentar el grado de
eficiencia y competitividad de las economías involucradas, ampliando las actuales dimensiones de
sus mercados y acelerando su desarrollo económico mediante el aprovechamiento eficaz de los
recursos disponibles. La preservación del medio ambiente, el mejoramiento de las
comunicaciones, la coordinación de las políticas macroeconómicas y la complementación de los
diferentes sectores de sus economías, la necesidad de lograr una adecuada inserción
internacional.
b) Implicancias del MERCOSUR : la constitución del mercado común importará :
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e) Arancel externo común : la conformación de un estado común, a diferencia de una zona de libre
comercio, incluye la adopción de un arancel externo común frente a terceros países. Los
presidentes de los países del MERCOSUR reunidos en Montevideo a fines de 1992 acordaron que
durante un período de transición del arancel externo común se establecería entre 0 y 20% como
máximo a partir de junio de 1993.
✔ ventajas para Uruguay y Paraguay : Paraguay tiene una población de 3,5 millones de
habitantes, es socio de Brasil en Itaipú y con Argentina en Yaciretá. Importa prácticamente
todo lo que consume, se ha familiarizado con los mercados mundiales especialmente con los
asiáticos, por estas características apunta a ser un puente con el resto del mundo. El sistema
legal uruguayo es el más abierto entre los países del MERCOSUR, facilita la constitución de
empresas incluyendo las llamadas “off-shore” que protege el anonimato de sus directores.
f) Perspectivas de integración con otros bloques : con el NAFTA las estadísticas se encargan de
reflejar que entre los miembros de los dos bloques hemisféricos están las cinco principales
economías de América. La Unión Europea quiere ser socia del MERCOSUR. Esta organización
ratificó a fines de noviembre de 1994 su interés por convertirse en el primer socio comercial e
inversor del MERCOSUR al considerar a la región como “la cuarta” en importancia a nivel mundial.
Tratados no operativos o programáticos : el hecho que los tratados internacionales son actos
complejos que están regulados no sólo por el derecho interno sino también por el derecho
internacional, hace que se susciten problemas al momento de la incorporación de normas
internacionales al ordenamiento jurídico interno del país. Para explicar esta situación la doctrina ha
apelado a dos teorías : monismo y dualismo.
✔ Monismo : esta tesis sostiene que existe un solo ordenamiento jurídico y que el
derecho internacional tiene primacía sobre el derecho interno.
✔ Dualismo : para los juristas enrolados en esta teoría el derecho internacional y el
derecho interno son dos ordenamientos jurídicos separados e independientes entre sí y por ello
no existen conflictos entre ambos.
Quiroga Lavié se inclinó por el dualismo al sostener que el art. 27 de la C. N. exige que los tratados
deben adecuarse a la constitución. Ramella sostenía que “el art. 27 es anacrónico porque muchos
tratados ya firmados por nuestro país contienen cláusulas que no pueden ser invalidadas por el orden
interno”, y da como ejemplo la Carta de la Naciones Unidas ; la convención de la Habana, etc..
Cassagne afirmaba que lo único que pretende el art. 27, por el sentido de su fuente histórica, es que
los extranjeros no pueden tener mayores derechos que los derechos públicos consagrados en la
constitución. Por su parte la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, optó por poner el acento
en el contenido de los Tratados internacionales, advirtiendo que algunos tienen efectos inmediatos
(operativos) y otros necesitan leyes o reglamentos para su cumplimiento (no operativos o
programáticos). Esta postura de la CSJ se inicia en 1921 cuando consideró que la convención 12
sobre accidentes de trabajo de la conferencia internacional del trabajo, necesitaba una ley
reglamentaria para hacerse efectiva. (La ley interna excluía a los trabajadores agrarios de las
reparaciones por accidentes de trabajo y el tratado internacional no hacía distingo entre agrarios y no
agrarios). Esta fue una posición reiterada de la CSJ que invalidó la aplicación directa de numerosos
tratados internacionales por largos años. Tal situación hizo crisis con la ratificación del Pacto de San
José de Costa Rica. Este tratado establece que es la Corte interamericana de derechos humanos la
única con competencia sobre la interpretación y aplicación de las disposiciones del pacto. La Corte
Suprema insistió en su postura y declaró que las cláusulas del pacto eran meramente programáticas
rechazando el derecho a réplica interpuesto en los casos “Sánchez Abeleda c/ Editorial la Urraca en
1989 y Ekmekdjian c/ Neustad en ese mismo año, con el argumento de que la falta de
reglamentación legal impide tener a ese pacto como derecho positivo. Es dable recordar que este
fallo se produce con posterioridad a la firma del Tratado de Asunción, lo que nos indica que la CSJ
respondió favorablemente a los cambios en la política internacional del país y al proceso de
integración que se iniciaba. El argumento sostenido fue que existía la posibilidad de incumplimiento
de un tratado internacional por acción u omisión. La Corte resuelve que ni siquiera por la vía de la
omisión el estado puede dejar de cumplir un tratado internacional ; determinando inclusive las
obligaciones que deben asumir los distintos órganos del estado para hacer aplicables inmediatamente
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POSTERIOR A LA REFORMA.
Régimen internacional de los tratados.
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a) uno derivado de la ubicación que el constituyente les ha dado, en un inc. distinto al 22 (que es el
24) y que tiene sus propias y peculiares previsiones ; hay, entonces, una norma específica y
expresamente reservada para los tratados de integración, por separado de las del inc. 22.
b) otro proviene en cuanto el inc. 22 reserva el factor de la jerarquía constitucional únicamente para
tratados de derechos humanos.
El aludido inconveniente radica en que si, acaso, integrado nuestro estado, una norma de derecho
comunitario, que solo tiene rango supralegal es resistida por supuesta incompatibilidad con la
constitución, y mucho más si es declarada inconstitucional (especialmente por la Corte Suprema de
Justicia) toda la arquitectura comunitaria se resiente y falla, con deterioros de su funcionamiento, que
debe ser solidario entre cuantos estados componen el sistema de integración. En este aspecto, pues,
el inc. 24 no satisface el principio de primacía del derecho comunitario al modo como cree Bidart
Campos, que deba asegurarse para que una organización supra estatal exista y funcione con
coherencia, y satisfaga la finalidad de su creación, tanto como la que es propia de la incorporación de
cada estado parte. En 1980, Ramella, lamentaba que en nuestra constitución existiera la
imposibilidad de buscar fuera de los propios órganos jurisdiccionales del Estado la garantía de los
derechos individuales para hacer posible esa protección internacional. Expresaba que, “se requiere en
primer lugar que en la constitución interna se admita el recurso de ir a buscar en un organismo de
carácter supra nacional la guarda de los derechos fundamentales violados.
dispone el monopolio de áreas consideradas vitales para la economía del país, como la minería, el
transporte, y otros servicios que quedan pues en manos exclusivamente brasileñas (arts. 177 y 178).
Principio de Integración
En efecto, el art. 4 de la mencionada constitución estable en su párrafo único que : “La República
Federativa de Brasil buscará la integración económica, política, social y cultural de los pueblos de
América Latina, con vistas a la formación de una comunidad latinoamericana de naciones”. El mejor
modo de dar cabal vigencia al principio de Integración claramente estatuido por el legislador
constituyente, es haciendo prevalecer el art. 4, admitiendo que las limitaciones de los arts. 177 y 178
antes aludidos no pueden entorpecer u obstaculizar la integración económica y política de Brasil con
los restantes países de América Latina.
Es obvio que las disposiciones de estos dos arts. deben ceder frente a los Estados Miembros del
MERCOSUR.
superior y legibus solutur, el concepto clásico, en versión de los nacionalismos, y una soberanía para
fuera, integrada, acordada, participada, el concepto moderno, en versión de los internacionalismos
porque en esos organismos supranacionales, somos parte, tenemos una alícuota de soberanía
participada.
Es interesante tener en cuenta en este análisis el aspecto subjetivo : quién es el destinatario ?. El
delegante es el estado argentino, el delegatario solo pueden serlo las organizaciones supraestatales.
No puede serlo un estado extranjero, sino una organización, una institución supraestatal.
Sobre este particular se plantea un interrogante, que surge de la lectura de la nueva cláusula
constitucional. No se indica que el delegatario sea una organización supraestatal de la cual la Nación
Argentina forma parte. Aclaración que hubiera sido menester incluir. De lo contrario, pareciera que
hacemos un tratado internacional de integración delegando competencias o jurisdicciones a
organismos que no integramos. Debería haberse redactado así : “Organizaciones supraestatales de
las que la Nación forma parte”. De todas maneras, esta es la interpretación que hay que hacer.
La interpretación es que esta hipótesis sólo alcanza al Estado Nacional. Si se integra la nación toda,
delegando competencias y jurisdicción del estado nacional, no alcanza a las provincias respecto de las
competencias propias o no delegadas (arts. 121 y concordantes). Distinto es si la integración se
realiza, por ejemplo, entre un mercado regional integrado por algunas provincias argentinas, con
otras provincias, o con un estado extranjero. En este caso, la decisión de integración, como
comprende parcialmente al estado argentino y solamente a algunas provincias, no puede hacerse sin
la participación de las legislaturas provinciales afectadas (art. 124).
Otro aspecto que surge del texto constitucional que es importante tener en cuenta, es el referido a
que estos tratados de integración, con delegación de competencias, se harán con estados en
condiciones de reciprocidad e igualdad. Reciprocidad quiere decir correspondencia mutua de un
estado con otro. Entonces, las competencias que parcialmente la Argentina delegue al organismo
supranacional, también las recibe en un equivalente de otros estado integrantes del organismo. De
modo que la palabra reciprocidad traduce la filosofía misma de la integración ; no habrá integración,
si no existe una recíproca interdelegación e intradelegación de competencias, fundamentalmente las
jurisdiccionales, para crear un Tribunal Superior de resolución de los conflictos que se generen por las
competencias.
b) en la segunda etapa lo aprueba con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros
de cada Cámara ; entre una etapa y otra debe transcurrir un lapso de no menos de 120 días.
La importancia de Latinoamérica para nuestro país opera motivando al legislador para que los
tratados con piases de esta región obtengan una mención y tratamiento especial, primando así un
criterio de política estatal, cual es el de la integración con los países del área de pertenencia e
inserción de Argentina.
Este regionalismo puede funcionar en nuestro derecho en orden a tres niveles de relación : primero,
de supraordenación (regionalismo verticalista), que supone el ejercicio de poderes expresos del
gobierno federal ; segundo, de coordinación (regionalismo concertado), que vincula la acción
concurrente de nación y provincias ; y tercero, de subordinación (regionalismo horizontal), que
impulsa la regionalización a partir del ámbito provincial.
En otro orden de cosas, la Constitución Nacional ahora faculta a las provincias para celebrar
convenios internacionales (art. 124). Sin embargo,, estos tratados están condicionados por los
siguientes aspectos :
1) Que no sean incompatibles con la política exterior de la nación, es decir, que no entren en
conflicto con los tratados internacionales celebrados por la nación. Este recaudo se debe a que la
política exterior es una de las competencias delegadas por las provincias a la nación.
2) Que no afecten ninguna de las facultades que las provincias ya delegaron al gobierno federal, o
sea, que loa tratados internacionales que hagan las provincias no se entrometan en las
atribuciones del gobierno federal.
3) Que no afecten el crédito público de la nación. Cualquier endeudamiento tiene que tener alcance
estrictamente provincial.
4) Que deben hacerlo con conocimiento del Congreso de la Nación. “Conocimiento” no quiere decir
aprobación, ni ad referendum, sino que el Congreso debe ser notificado de los tratados
internacionales acordados por las provincias para tener conocimiento cabal, serio y firme a todos
los fines políticos correspondientes.
beneficioso para las provincias, en cuanto a que muchas veces los tratados internacionales en lo que
respecta a la esfera económica, social, etc.
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PUNTO 8.1 RECURSOS DEL ESTADO FEDERAL : tributarios, monetarios y del crédito
público, patrimoniales y de productos de actividades industriales del Estado.
ARTICULO 75 INC. 2. PARR. 3º : “La distribución entre la Nación, las provincias y la ciudad de Bs.
As. y entre estas, se efectuará en relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada
una de ellas contemplando criterios objetivos de reparto ; será equitativa, solidaria y dará prioridad al
logro de un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el
territorio nacional”.
INC. 19 PARR. 1º : “Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso
económico con justicia social, a la productividad a la economía nacional, a la generación de empleo, a
la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor moneda, a la investigación y al
desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento”.
ARTICULO 41 : “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto
como el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras ; y tienen el deber de preservarlo. El daño
ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización
racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la
diversidad biológica, y a la información y educación ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos
mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquellas
alteren las jurisdicciones locales.
Se prohibe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente
peligrosos, y de los radioactivos”.
Estas pautas deben ser tomadas en cuenta cada vez que el Congreso dicta una ley de coparticipación
federal, cuando aprueba el presupuesto, y cuando trata la cuenta de inversión.
La tributación.
En sentido amplio, la tributación fiscal abarca el sistema de impuestos, tasas, y contribuciones, y
suele vérsela como apoyada en lo que se llama el “Poder Impositivo” (o tributario o fiscal) del Estado
(federal y provincial).
A veces, los principios constitucionales de la tributación fiscal se trasladan a cargas que no son ni
impuestos, ni tasas, ni contribuciones (por ej., los aportes a un régimen jubilatorio), y que algunos
denominan “Contribuciones parafiscales”.
El poder tributario del Estado admite diversas definiciones, pero todas ellas apuntan a la posibilidad
jurídica (competencia) de crear y exigir tributos con relación a personas o bienes que se encuentran
en la respectiva jurisdicción.
El tributo es, lato sensu, la detracción que, en virtud de ese poder tributario, se hace de una porción
riqueza de los contribuyentes a favor del estado. El tributo es una categoría de lo que se llama
“Ingresos Públicos”.
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tienen reconocido por el art. 123 un ámbito da autonomía en el que la constitución provincial debe
reglar el alcance y contenido de la misma autonomía en el orden económico y financiero, lo que
implica admitir el poder tributario municipal.
La constitución denomina “tesoro nacional” al que se forma mediante la diversidad de fuentes
aludidas en el art. 4, dentro de las cuales se menciona a las contribuciones.
Artículo 4 : “El gobierno federal provee a los gastos de la Nación con los fondos del Tesoro
Nacional, formado del producto de derechos de importación y exportación ; del de la venta o locación
de tierras de propiedad nacional ; de la rentas de correo ; de las demás contribuciones que equitativa
y proporcionalmente a la población imponga el Congreso general, y de los empréstitos y operaciones
de créditos que decreten el mismo Congreso para urgencias de la Nación o para empresas de utilidad
nacional”.
La razonabilidad .
Los cuatro principios enunciados (legalidad, igualdad fiscal, finalidad, y no confiscatoriedad), se hallan
relacionados con el de razonabilidad, y como rodeados y alimentados por ej. : la ley tributaria debe
ser razonable.
La política fiscal.
Toda carga fiscal debe satisfacer un fin social y público de interés general. Hay algo más, que apunta
a lo que en materia de política fiscal global se concibe como una proporcionalidad adecuada y
razonable entre la recaudación de la carga impositiva total y los beneficios que por ella recibe la
comunidad.
En el derecho constitucional material, la política fiscal no sólo ha estado alejada del programa
constitucional y de muchos de los principios que él contiene, sino que sigue incurriendo en numerosas
violaciones a la constitución.
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La libertad fiscal.
La tributación se vincula con la libertad fiscal. El tema se vincula con la tributación del derecho
tributario, sobre la cual el derecho judicial de la Corte sostiene que las normas tributarias no deben
necesariamente entenderse con el alcance más restringido que su texto admita, sino en forma tal que
el propósito de la ley se cumpla conforme a los principios de una razonable y discreta interpretación.
El “solve et repete”.
Ha sido regla en nuestro derecho que la inconstitucionalidad de los tributos no puede alegarse sino
después de haberlos satisfecho. Ello significa que el contribuyente que paga un tributo no puede
atacar la norma que impone la obligación fiscal sin haber cumplido previamente con ella. Esta regla
se conoce con el nombre de “solve et repete”.
Hay doctrina que considera actualmente derogado o improcedente el principio “solve el repete” desde
la incorporación del Pacto de San José de Costa Rica al derecho argentino (ahora con jerarquía
constitucional).
El reparto de competencias.
El poder tributario se halla repartido entre dos fuentes : a) el estado federal ; b) las provincias ;
después de la reforma de 1994, en jurisdicción de las provincias, los municipios de cada una de ellas
tienen reconocido por el art. 123 un ámbito de autonomía en el que la constitución provincial debe
reglar el alcance y contenido de la misma autonomía en el orden económico y financiero, lo que
implica admitir el poder tributario municipal.
La constitución denomina “tesoro nacional” al que se forma mediante la diversidad de fuentes
aludidas en el art. 4º, dentro de las cuales se menciona a las contribuciones.
El tesoro nacional.
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El artículo 3º dice :
“Establecer y modificar asignaciones específicas de recursos coparticipables, por tiempo determinado,
por la ley especial aprobada por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada
Cámara”.
Del inc. 2º parece desprenderse claramente que la coparticipación en él prevista no es facultativa sino
obligatoria, o sea, que no depende de la voluntad del congreso establecerlas o no.
Las contribuciones y el reparto de competencias.
Las contribuciones indirectas son de competencia concurrente del congreso y de las provincias.
En orden a las contribuciones directas, se mantiene la competencia excepcional del congreso, al
modo como ya estaba previsto en el anterior art. 67 inc. 2º. Cuando el texto reformado añade que
las contribuciones aludidas en el actual inc. 2º, -o sea, las indirectas y las directas- son
coparticipables, a menos que una parte o el total tengan asignación específica.
La cuestión exige un desdoblamiento :
a) cuando la constitución menciona “las contribuciones previstas en este inciso” y las hace
coparticipables, sólo habilita :
✔ la coparticipación en las directas cuando éstas se sujetan estrictamente a la
transitoriedad y a las causas específicas que prevé el inciso.
✔ pero, al igual que antes, es inconstitucional establecer contribuciones de modo
permanente y, por ende, que también es inconstitucional la coparticipación, porque no se
puede coparticipar recursos derivados de contribuciones que el congreso no tiene facultad de
establecer, ni las provincias facultad para transferirles sus competencias.
b) cuando las contribuciones directas respetan estrictamente los requisitos de temporalidad y de
causas específicas, la coparticipación a que apunta el inciso es constitucional y, hace compatible el
ejercicio de una competencia excepcional del congreso con la competencia general y permanente
que invisten las provincias para crear impuestos directos en su jurisdicción.
El inc. 2º deja fuera de la coparticipación :
a) a los tributos aduaneros.
b) a toda contribución que, parcial o totalmente, ha recibido por ley una “asignación específica” en la
recaudación fiscal.
Mejor que asignación específica, sería decir “afectación específica”. De todas maneras, lo que nos
parece incomprensible es que la norma constitucional deje margen para que tales afectaciones que
detraen fondos a la coparticipación puedan provenir unilateralmente de una ley del Congreso, sin
acuerdo de las provincias ya que, en el sistema, ellas son sujetos de la relación federal para acordar
las bases y para tener parte en la distribución.
La ley-convenio
La norma estipula el sistema de la ley-convenio para la coparticipación.
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Cuando el inc. 2º alude a “una” ley-convenio -en singular- abre la duda de si la coparticipación debe
regularse en una única ley, o si es viable que además de la “ley-marco general”, otras leyes atiendan
parcialmente a un determinado tributo.
La referencia a “una ley-convenio sobre la base de acuerdos entre la Nación y las Provincias” provoca
dos sugerencias :
a) En tales acuerdos no se incluye a la ciudad de Bs. As. no obstante el status de autonomía que
delinea el art. 129.
b) Si la ley-convenio surge de acuerdos entre el estado federal y las provincias, y se asienta sobre
esa base, parece que tales acuerdos han de ser previos a la ley-convenio, con lo que ya no sería
aplicable el modelo de una ley unilateralmente dictada por el Congreso a la que recién después
adhieren las provincias.
La ley-convenio, pese a ser una ley tributaria, hace excepción al principio del art. 52, según el cual la
Cámara de origen en materia de contribuciones debe ser la de diputados. Acá se prescribe, en
cambio, que la ley-convenio tendrá al Senado como Cámara de origen, y además abra de sancionarse
con la mayoría absoluta de la totalidad de miembros de cada cámara. Dicha ley no admite ser
modificada unilateralmente, ni tampoco reglamentada por el Poder Ejecutivo. Significa que reviste
jerarquía superior a las leyes aludidas en el art. 31.La misma “será aprobada por las provincias”.
Los acuerdos que deben ser la base de la ley-convenio exterioriza un modo anticipado de
participación y, hasta de consenso. Esta ley precisa que la aprobación sea voluntaria porque, de lo
contrario, no tendría sentido hablar de una ley convenio” si resultara de adhesión provincial
coactiva a la ley emanada unilateralmente del gobierno federal.
La ley-convenio tiene que garantizar la remisión automática de los fondos coparticipables.
La distribución
Dice la norma que “la distribución entre la Nación, las Provincias y la ciudad de Bs. As., y “entre
estas”, se hará en relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada una de ellas, y
que se contemplarán criterios objetivos de reparto”. La distribución será equitativa, solidaria y dará
prioridad al logro de un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades
en todo el territorio del país.
La norma prohibe transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva reasignación
de recursos, que necesita ser aprobada por ley del Congreso, y por la Provincia interesada o la
Ciudad de Bs. As. en su caso.
El control
Se dispone la creación por ley de un organismo fiscal federal para control y fiscalización de la
ejecución de cuanto establece el inc. 2º. La ley debe asegurar en la composición de dicho ente la
representación de todas las Prov. y la Ciudad de Bs. As.
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La cláusula transitoria
La disposición transitoria 6º dice : “Un régimen de coparticipación conforme lo dispuesto en el inc. 2º
del art. 75 y la reglamentación del organismo fiscal federal, serán establecidos antes de la finalización
del año 1996 ; la distribución de competencias, servicios y funciones vigentes a la sanción de esta
reforma, no podrá modificarse sin la aprobación de la provincia interesada ; tampoco podrá
modificarse en desmedro de las provincias la distribución de recursos vigente a la sanción de esta
reforma y en ambos casos hasta el dictado del mencionado régimen de coparticipación”.
La presente cláusula no afecta los reclamos administrativos o judiciales en trámite originados por
diferencias, por distribución de competencias, servicios, funciones o recursos entre la Nación o las
Provincias.
Hay aquí, como en otras disposiciones también transitorias, un plazo fijado para establecer tanto un
régimen de coparticipación cuanto para reglamentar el organismo fiscal federal.
El plazo venció sin haberse cumplido con la legislación obligatoria.
El derecho judicial distingue la cláusula comercial y el poder impositivo, y aún cuando por la 1º queda
impedido a las provincias reglar el comercio interjurisdiccional, no queda necesariamente inhibido el
poder impositivo provincial que grava actividades relacionadas con aquel comercio.
Prohibiciones al poder impositivo provincial :
a) Las provincias no pueden grabar la importación y exportación, porque se trata de impuestos
aduaneros exclusivamente federales.
b) Las provincias no pueden grabar como hecho imponible a la actividad comercial interjurisdiccional
(pero sí al ingreso o la ganancia que ella reporta).
c) Las provincias no pueden discriminar por razón de su origen, cuando establecen las cargas
tributarias, al comercio exterior o al interprovincial.
d) Las provincias no pueden grabar como hecho imponible la entrada o salida de productos.
e) Las provincias no pueden establecer un tributo como condición o con motivo del ejercicio de una
actividad comercial interjurisdiccional.
f) Las provincias no pueden crear impuestos que entorpezcan, frustren o impidan la circulación
interprovincial comercial, ni el comercio internacional.
La circulación “territorial”.
La prohibición de establecer aduanas interiores se vincula con la circulación territorial, la que a su vez
se enlaza con la libertad de comercio, de navegación, y hasta de trabajar.
La constitución formal ha querido hacer del estado un solo y único territorio a los fines del tránsito o
paso de personas, bienes, buques, vehículos, etc.. Esto es lo que se llama circulación territorial, como
libertad de circulación sin trabas emergentes de aduanas interiores o de gravámenes al tráfico
territorial interno.
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El art. 10 consigna que en el interior de la República es libre de derechos la circulación de los efectos
de producción o fabricación nacional, así como los géneros y mercancías de todas clases,
despachados en las aduanas exteriores.
El art. 11 añade que los artículos de producción o fabricación nacional o extranjera, así como los
ganados de toda especie, que pasen por territorio de una provincia a otra serán libres de los
derechos llamados de tránsito, siéndole también los carruajes, buques o bestias en que se
transporten ; y ningún otro derecho podrá imponérseles en adelante, cualquiera que sea su
denominación, por el hecho de transitar el territorio.
El art. 12 dice que los buques destinados de una provincia a otra no serán obligados a entrar, ansiar
y pagar derechos por una causa de tránsito, sin que en ningún caso puedan concederse preferencias
a un puerto respecto de otro por medio de leyes o reglamentos de comercio. Esta última norma debe
coordinarse con la que consagra la libre navegación de los ríos interiores (art. 26) y con la que
dispone que es competencia del congreso reglamentar esa libre navegación (art. 75 inc.10).
Lo abolido y prohibido es el gravamen a la circulación “territorial”.
La circulación llamada económica es otra cosa ; el derecho judicial emergente de la Corte Suprema
tiene establecido que la exoneración impositiva de la circulación territorial no impide que las
provincias graven mercaderías no producidas en ellas una vez que han entrado en la circulación
económica local o se han incorporado a la riqueza provincial.
El peaje.
El peaje como contribución o pago que debe satisfacer el usuario de una obra pública vial (camino,
ruta, puente, etc.) no viola la libre circulación territorial en tanto se respeten determinadas
condiciones como :
a) que el pago se destine a solventar gastos de construcción, armonización, uso o conservación de la
obra.
b) que el uso de la obra esté destinado a todos sin discriminación.
c) que ese uso no sea obligatorio.
d) que el monto sea proporcional al costo, uso o conservación de la obra.
e) que el monto sea uniforme para todos los usuarios que se hallen en las mismas condiciones.
f) que no se encubra un gravamen al tránsito.
Para buena parte de la doctrina, el peaje tiene naturaleza de tasa.
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UNIDAD IX
El Congreso
La constitución ha querido denominar al congreso “poder legislativo”; este órgano detenta con
exclusividad la función legislativa en sentido material, pero no agota en ella todo cúmulo de sus
competencias, en las que también aparece función administrativa, ocasionalmente función
jurisdiccional y actividad política.
El Congreso es un órgano del poder. Es un órgano colegiado, porque se compone de varios individuos
(diputados y senadores), y es un órgano complejo porque cada una de sus cámaras tiene naturaleza
de órgano.
Aceptando esta categoría decimos que:
a- los actos del congreso que exigen competencia compartida de ambas cámara son actos
complejos;
b- los actos de cada cámara que no requieren la competencia compartida de la otra son actos
simples de la cámara que los cumple.
La reforma del 94
Los arts. 44, 45 y 54 han introducido modificaciones en la composición de ambas cámaras, y el art.
54 incorpora además un cambio importante en el número y elección de senadores.
El art. 54; a) añade senadores por la ciudad de Bs. As.; b) suprime los senadores por la capital
federal, que dejará de tenerlos si se traslada fuera de la ciudad de Bs. As.
La composición del senado es bipartita; a) senadores por cada provincia; b) senadores por la ciudad
de Bs. As.
Además:
a- eleva de dos a tres el numero de senadores;
b- reemplaza con elección directa el sistema mediante el cual se elegían los senadores por las
provincias y por la capital federal
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c- reparte las tres bancas de cada jurisdicción del siguiente modo; dos senadores al partido que
obtiene el mayor numero de votos; un senador al partido que le sigue en numero de votos
Artículo 44- Un Congreso compuesto de dos Cámaras, una de Diputados de la Nación y otra de
Senadores de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires, será investido del Poder Legislativo de la
Nación
Artículo 54- El Senado se compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la Ciudad de
Buenos Aires, elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político
que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido político que le siga en número de
votos. Cada senador tendrá un voto.
La representación política
La constitución alude en la norma de su art. 44 a los diputados de la nación, es decir, del pueblo,
como reza el art. 45.
El art. 1 de la constitución define la forma de gobierno como representativo. El art. 22, por su parte,
dice que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de representantes.
Para nosotros, no hay tal representación del pueblo por el gobierno; los diputados no son los
representantes del pueblo, sino más bien, son representantes de los partidos políticos.
El bicamarismo
La índole compleja del órgano congreso nos lleva al tema del bicamarismo o estructura bicameral del
órgano.
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Nuestro congreso es bicameral porque el estado es federal: el bicamarismo federal tiene su modelo
en al constitución de los Estados Unidos, y responde a la teoría de que la cámara de representantes
(diputados) representa al “pueblo” y la de senadores a los estados miembros o provincias.
El art. 45 establece “un congreso compuesto de dos cámaras, una de diputados de la nación, y otro
de senadores de las provincias y de la ciudad de Bs. As., será investido del poder legislativo de la
nación”. La cámara de diputados, según la norma escrita, representa al “pueblo” o a la nación.
En razón de que las provincias deben, al dictar sus constituciones, guardar la subordinación y
coherencia de sus respectivos ordenamientos con el ordenamiento del estado federal, han de
reproducir la división de poderes y, por lo tanto, organizar su poder legislativo (legislatura). Pero no
quedan obligadas a reproducir el bicamarismo federal, porque no concurre la mima razón que preside
la división del congreso en dos cámaras.
El bicamarismo no es una parte esencial de nuestra estructura tripartita del poder.
Pensamos que debe distinguirse la banca de diputados, y las de senadores. Los diputados (que en el
orden normativo representan al pueblo) representan realmente a sus respectivos partidos que
postularon las candidaturas triunfantes.
Cuando un diputado se desvincula por cualquier causa del partido que lo nominó su candidatura,
debe perder su banca.
Hay constituciones provinciales que definen expresamente la pertenencia partidaria de las bancas.
En el orden federal no hay ninguna norma expresa que defina esta pertenencia partidaria de las
bancas de los diputados. Entonces, para la eventual perdida de la banca por un diputado que deja de
pertenecer al partido que lo postulo, ha de computarse el art. 66, que otorga a cada cámara la
competencia privativa de remover o expulsar a sus miembros.
Artículo 66- Cada Cámara hará su reglamento y podrá con dos tercios de votos, corregir a
cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo
por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, y hasta excluirle de su seno; pero
basta la mayoría de uno sobre la mitad de los presentes para decidir en las renuncias que
voluntariamente hicieren de sus cargos.
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Después de la reforma del 94 la banca de los senadores ofrece más dudas que antes. En primer
lugar, hemos de indagar el actual art. 54, que dice así:
Artículo 54- El Senado se compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la Ciudad de
Buenos Aires, elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político
que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido político que le siga en número de
votos. Cada senador tendrá un voto.
En segundo lugar, los senadores ya no son elegidos por las legislaturas provinciales.
En tercer lugar, no cabe duda de que el reparto de las tres bancas entre dos partidos refuerza la
postulación partidaria de candidatos al electorado.
La imagen que brinda ahora el senado posee un indudable perfil de representación partidaria y, nos
hace detectar que acá sí aparece el monopolio partidario de las candidaturas.
Los senadores representan a las provincias y a la ciudad de Bs. As. a través del partido al que
también representan.
Cámara de Diputados
El numero de diputados
Los diputados son, de acuerdo con la letra y espíritu de la constitución formal, representantes de la
“nación” (art. 44) o del “pueblo” (art. 45). Son elegidos por el pueblo; el pueblo es, a este fin, el
electorado activo o cuerpo electoral.
El número de habitantes que sirve de índice básico para establecer el numero de diputados debe
computarse incluyendo a los extranjeros.
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El art. 45 impone a cada distrito el numero de diputados que resulte de su población. Si se toma en
cuenta esta norma aislada, hay que afirmar que si acaso una provincia de escasa población no
alcanza mas que a un diputado, solo puede tener un diputado. De acuerdo al censo de 1947, muchas
provincias de población reducida solo tenían un diputado al tiempo de dictarse la ley 15.264 del ´59
que les aseguro un mínimo de dos.
La conclusión que surge de la interpretación desconectada del art. 45 no es la mas acertada, porque
la constitución se ha de interpretar en forma sistemática, coordinando todas las normas que, entre sí,
guardan relación suficiente.
Es así como se debe acudir al art. 46. Este artículo es, en realidad, una norma “transitoria” que el
constituyente incluyó únicamente para determinar por sí mismo la composición de la cámara de
diputados y el numero de sus miembros en la primera legislatura, pero pese a esa circunstancialidad
temporal es imprescindible observar que para la primera vez, ninguna provincia tenia menos de dos
diputados. La norma subsiste después de la reforma del ´94.
Según los art. 45 y 46 después de 1853 ninguna provincia puede tener menos de dos diputado,
porque es mínimo lo tuvo para formar el primer congreso.
Artículo 46- Los diputados para la primera Legislatura se nombrarán en la proporción siguiente: por
la Provincia de Buenos Aires, doce; por la de Córdoba, seis; por la de Catamarca, tres; por la de
Corrientes, cuatro; por la de Entre Ríos, dos; por la de Jujuy, dos; por la de Mendoza, tres; por la de
la Rioja, dos; por la de Salta, tres; por la de Santiago, cuatro; por la de San Juan, dos; por la de
Santa Fe, dos; por la de San Luis, dos; y por la de Tucumán, tres.
Artículo 48- Para ser diputado se requiere haber cumplido la edad de veinticinco años, tener cuatro
años de ciudadanía en ejercicio, y ser natural de la provincia que lo elija, o con dos años de
residencia inmediata en ella.
Estas condiciones deben reunirse “para ser diputado”, o sea, al tiempo de aprobarse el diploma del
electo por la cámara (a diferencia de las condiciones para ser “elegido” senador, que deben reunirse
al tiempo de la elección).
Los diputados duran cuatro años, y son reelegibles, pero la cámara se renueva por mitad cada bienio
(a cuyo efecto, los nombrados para la primera legislatura debían sortear, luego que se reuniera, los
que habrían de salir en el primer periodo)
Artículo 50- Los diputados durarán en su representación por cuatro años, y son reelegibles; pero la
Sala se renovará por mitad cada bienio; a cuyo efecto los nombrados para la primera Legislatura,
luego que se reúnan, sortearán los que deberán salir en el primer período
Es inconstitucional que el diputado que cubre la banca dejada vacante por otro durante el plazo de
cuatro años, vea reducido el suyo por uno menor para solo completar el período.
Artículo 51- En caso de vacante, el Gobierno de provincia, o de la Capital hace proceder a elección
legal de un nuevo miembro.
Cámara de senadores
Su integración
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El senado se compone de tres senadores por cada provincia y tres por la ciudad de Bs. As., cada
senador tiene un voto (art. 54); la senaduría por la capital federal ha desaparecido.
Los senadores de las provincias ya no son elegidos por sus legislaturas a pluralidad de votos,
conforme al anterior art. 46 de la constitución, sino por el cuerpo electoral pues ahora la elección es
directa (art. 54)
Artículo 54- El Senado se compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la Ciudad de
Buenos Aires, elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político
que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido político que le siga en número de
votos. Cada senador tendrá un voto.
Los requisitos para ser elegido senador (que deben reunirse, por eso, en el momento en que la
elección se realiza, y no en el que el senador se incorpora a la cámara; sin embargo para la cátedra
los requisitos siempre deben reunirse en el momento de la incorporación) son: treinta años, haber
sido seis años ciudadano de la nación, disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes o
entrada equivalente, y ser natural de la provincia que lo elige o con dos años de residencia inmediata
en ella (art. 55).
Artículo 55- Son requisitos para ser elegidos Senador: Tener la edad de treinta años, haber sido seis
años ciudadano de la Nación, disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes o de una entrada
equivalente, y ser natural de la provincia que lo elija, o con dos años de residencia inmediata en ella
Ya no duran nueve años en el ejercicio de su mandato sino seis, y son reelegibles indefinidamente
(este adverbio no figura en la cláusula de reelección de los diputados del art. 50) El senador se
renueva a razón de una tercera parte de los distritos electorales cada dos años.
Artículo 56- Los senadores duran seis años en el ejercicio de su mandato, y son reelegibles
indefinidamente; pero el Senado se renovará a razón de una tercera parte de los distritos electorales
cada dos años.
Cuando vaca una plaza senatorial por muerte, renuncia u otra causa, el gobierno a que corresponda
la vacante hace proceder inmediatamente a la elección de un nuevo miembro (atr. 62)
La vacancia por renuncia no se opera por la presentación de la dimisión, sino recién a partir del
momento en que el senado la acepta. Por ende no se puede designar nuevo senador antes de dicha
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aceptación, porque la banca no esta vacante. En caso de realizarse tal elección anticipadamente,
queda afectada de nulidad e inconstitucionalidad.
b) Los cocientes resultantes, con independencia de la lista de que provengan, serán ordenados de
mayor a menor en número igual al de los cargos a cubrir;
c) Si hubiere dos o más cocientes iguales se los ordenará en relación directa con el total de los votos
obtenidos por las respectivas listas y si éstos hubieren logrado igual número de votos el
ordenamiento resultará de un sorteo que a tal fin deberá practicar la Junta Electoral competente;
d) A cada lista le corresponderán tantos cargos como veces sus cocientes figuren en el ordenamiento
indicado en el inciso b).
Art. 162.- Se proclamarían diputados nacionales a quienes resulten elegidos con arreglo al sistema
adoptado en el presente capitulo.
Art. 163.-En las convocatorias de cada distrito electoral se fijará el número de diputados nacionales,
titulares y suplentes. A estos fines se establecerá el número de suplentes que a continuación se
expresa:
Cuando se elijan 2 titulares: 2 suplentes.
Cuando se elijan de 3 a 5 titulares: 3 suplentes.
Cuando se elijan 6 y 7 titulares: 4 suplentes.
Cuando se elijan 8 titulares: 5 suplentes.
Cuando se elijan 9 y 10 titulares: 6 suplentes.
Cuando se elijan de 11 a 20 titulares: 8 suplentes.
Cuando se elijan, 21 titulares o más: 10 suplentes.
Art. 164.- En caso de muerte, renuncia, separación, inhabilidad o incapacidad permanente de un
diputado nacional lo sustituirán quienes figuren en la lista como candidatos titulares según el orden
establecido.
Una vez que ésta se hubiere agotado ocuparán los cargos vacantes los suplentes que sigan de
conformidad con la prelación consignada en la lista respectiva. En todos los casos los reemplazantes
se desempeñarán hasta que finalice el mandato que le hubiere correspondido al titulan
Cláusula Transitoria Cuarta (Constitución Nacional): Los actuales integrantes del Senado de la
Nación desempeñarán su cargo hasta la extinción del mandato correspondiente a cada uno.
En ocasión de renovarse un tercio del Senado en mil novecientos noventa y cinco, por finalización de
los mandatos de todos los senadores elegidos en mil novecientos ochenta y seis, será designado
además un tercer Senador por distrito por cada Legislatura. El conjunto de los senadores por cada
distrito se integrará, en lo posible, de modo que correspondan dos bancas al partido político o alianza
electoral que tenga el mayor número de miembros en la Legislatura y la restante al partido político o
alianza electoral que lo siga en número de miembros de ella. En caso de empate, se hará prevalecer
al partido político o alianza electoral que hubiera obtenido mayor cantidad de sufragios en la elección
legislativa provincial inmediata anterior.
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La elección de los senadores que reemplacen a aquellos cuyos mandatos vencen en mil novecientos
noventa y ocho, así como la elección de quien reemplace a cualquiera de lo actuales senadores en
caso de aplicación del art. 62, se hará por éstas mismas reglas de designación. Empero, el partido
político o alianza electoral que tenga el mayor número de miembros en la legislatura al tiempo de la
elección del senador, tendrá derecho a que sea elegido su candidato, con la sola limitación de que no
resulten los tres senadores de un mismo partido político o alianza electoral. Estas reglas serán
también aplicables a la elección de los senadores por la ciudad de Buenos Aires, en mil novecientos
noventa y cinco por el cuerpo electoral, y en mil novecientos noventa y ocho por el órgano legislativo
de la ciudad.
La elección de todos los senadores a que se refiere esta cláusula se llevará a cabo con una
anticipación no menor de sesenta ni mayor de noventa días al momento en que el senador deba
asumir su función. En todos los casos, los candidatos a senadores serán propuestos por los partidos
políticos o alianzas electorales. El cumplimiento de las exigencias legales y estatutarias para ser
proclamado candidato será certificado por la Justicia Electoral Nacional y comunicado a la Legislatura.
Toda vez que se elija un senador nacional se designará un suplente, quien asumirá en los casos del
art. 62.
Los mandatos de los senadores elegidos por aplicación de esta cláusula transitoria durarán hasta el
nueve de diciembre del dos mil uno (corresponde al art. 54).
El vicepresidente de la republica
Artículo 57- El vicepresidente de la Nación será presidente del Senado; pero no tendrá voto sino en
el caso que haya empate en la votación.
Artículo 58- El Senado nombrará un presidente provisorio que lo presida en caso de ausencia del
vicepresidente, o cuando éste ejerce las funciones de Presidente de la Nación.
Como disposición común de ambas cámaras, relacionada con el ejercicio del cargo parlamentario, el
art. 72 consigna que ningún miembro del congreso podrá recibir empleo o comisión del poder
ejecutivo, sin previo consentimiento de la cámara respectiva, excepto los empleos de escala (por
ejemplo profesor universitario). Conviene, asimismo, vincular el tema de la incompatibilidad con el
art. 105 que se refiere a los miembros del poder ejecutivo, que dice que éstos no pueden ser
senadores ni diputados sin hacer dimisión de sus empleos de ministros y viceversa.
c) en el principio ético de que dicho cargo exige una independencia de criterio y de actuación
que puede resentirse por el desempeño simultaneo de otras ocupaciones o empleos oficiales o
privados.
Los empleos de escala que se exceptúan de la incompatibilidad son los que constituyen un estado o
profesión habitual que no se reciben por favor o gracia del designante, y en los que se asciende por
antigüedad en forma graduada.
El art. 73 estipula que los eclesiásticos no pueden ser miembros del congreso, ni los gobernadores de
provincia por la de su mando.
La interdicción para los primeros se ha basado en la relación de dependencia que surge del voto de
obediencia de los religiosos que pertenecen a órdenes o congregaciones; es anacrónica, porque el
legislador de cualquier partido político se encuentra más ligado (incluso por mandato imperativo) a
los comandos políticos, que un eclesiástico a su superior.
Artículo 72- Ningún miembro del Congreso podrá recibir empleo o comisión del Poder Ejecutivo, sin
previo consentimiento de la Cámara respectiva, excepto los empleos de escala.
Artículo 73- Los eclesiásticos regulares no pueden ser miembros del Congreso, ni los gobernadores
de provincia por la de su mando.
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Artículo 105.- No pueden ser senadores ni diputados, sin hacer dimisión de sus empleos de
ministros.
Los miembros del congreso tienen prevista una remuneración en el art. 74. Esa dotación debe ser
fijada por ley, y pagada por el tesoro de la nación.
La retribución de los legisladores (dieta) es una mera compensación por los servicios prestados.
Artículo 74- Los servicios de los senadores y diputados son remunerados por el Tesoro de la Nación,
con una dotación que señalará la ley.
El derecho parlamentario
El derecho parlamentario es la parte del derecho constitucional del poder que se refiere a la
constitución, los privilegios y el funcionamiento de los cuerpos parlamentarios.
El derecho parlamentario comprende solamente:
a) la constitución del congreso en sentido formal; desde las sesiones preparatorias hasta la
incorporación de los legisladores, abarcando el juicio sobre la validez de la “elección-derecho-
título” de los mismos, la aceptación de sus diplomas, el juramento, y la constitución de las
autoridades;
b) los llamados privilegios o inmunidades;
c) el funcionamiento del congreso: sesiones y sus clases, duración, modo de reunión, carácter
de las mismas, formas de emisión de los actos de su competencia, quórum, mayoría de
votos, etc.
Algunos de estos aspectos están regulados por la propia constitución formal; otros mediante el
reglamento interno de cada cámara, que ambas dictan de acuerdo a la competencia acordada por la
constitución (art. 66); muchos surgen de la practica o costumbre (derecho espontáneo)
Artículo 66- Cada Cámara hará su reglamento y podrá con dos tercios de votos, corregir a
cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo
por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, y hasta excluirle de su seno; pero
basta la mayoría de uno sobre la mitad de los presentes para decidir en las renuncias que
voluntariamente hicieren de sus cargos.
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También prevé la constitución una facultad de las cámaras, que es privativa de cada una de ellas
(competencia propia) y que suele incluirse entre sus privilegios colectivos. Normalmente, se ejercita
en las sesiones preparatorias para constituir la cámara. Es la que el art. 64 contiene en la formula de
que cada cámara es juez de las elecciones, derechos y títulos de sus miembros en cuanto a su
validez”.
Observaciones:
a) El ser juez con el alcance antedicho se limita a conferir el privilegio de examinar la validez de
“titulo-derecho-elección”, y nada más;
b) Pero juzgar el acto electoral “in totum” no significa que las cámaras juzguen los aspectos
“contenciosos” del proceso electoral; todo ello es competencia extraparlamentaria, y propia
de otros órganos;
c) Aun en lo que hace al juicio sobre la validez del “titulo-derecho-elección” de los legisladores
por cada cámara, estimamos que en ciertas situaciones especialísimas cabría el control
judicial.
Artículo 64- Cada Cámara es juez de las elecciones, derechos y títulos de sus miembros en cuanto a
su validez. Ninguna de ellas entrará en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros; pero un
número menor podrá compeler a los miembros ausentes a que concurran a las sesiones, en los
términos y bajo las penas que cada Cámara establecerá.
El planteo de las impugnaciones a los legisladores electos puede efectuarse en las sesiones
preparatorias, y en ellas decidirse la incorporación; pero creemos que en sesiones preparatorias no
puede rechazarse el diploma de un electo, porque ello implica la plenitud del juzgamiento de su
“elección-derecho-titulo” en cuanto a validez, y tal competencia la tienen las cámaras en el período
ordinario de sesiones y no en las preparatorias.
Los reglamentos de ambas cámaras enfocan las causas de impugnación y los sujetos legitimados
para invocarlas, así como el mecanismo de sustentación; asimismo cada cámara puede, de oficio,
ejercer dicha facultad.
En ejercicio de dicha facultadlas cámaras pueden juzgar si el electo reúne el requisito de la idoneidad
para ser diputado o senador. Cuando el art. 66 otorga a las cámaras el poder disciplinario para
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remover a sus miembros por inhabilidad física o moral “sobreviniente” a su incorporación, fluye de la
norma que si su similar inhabilidad es “anterior” a la incorporación y la cámara la conoce, el
legislador electo no debe ser incorporado.
Las sesiones del congreso se dividen en cuatro categorías; tres previstas en la constitución, y una en
los reglamentos internos de las cámaras. Las primeras son: a) las ordinarias; b) las de prorroga; c)
las extraordinarias. La cuarta categoría está dada por las sesiones preparatorias.
Tienen por objeto recibir a los electos que han presentado diploma expedido por autoridad
competente, y elegir las autoridades de cada cámara.
El juramento de los legisladores es exigido por el art. 67, y se presta en el acto de incorporación con
el objeto de desempeñar debidamente el cargo y de obrar en todo de conformidad con lo que
prescribe la constitución.
El congreso tiene asignado un período ordinario de sesiones. El art. 63 dice que ambas cámaras se
reunirán en sesiones ordinarias todos los años desde el 1º de marzo hasta el 30 de noviembre.
El ejecutivo, en virtud del art. 99 inc. 8, tiene la obligación constitucional de convocar las cámaras el
1º de marzo y de abrir sus sesiones ordinarias; si no lo hace, el congreso tiene competencia para
reunirse de pleno derecho, y debe hacerlo.
Fuera del período de sesiones, no queda inhibido el trabajo parlamentario que no requiere la reunión
de las cámaras. Lo que no pueden éstas es sesionar, pero si ejercer las competencias que no
demandan sesión.
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Artículo 63- Ambas Cámaras se reunirán por sí mismas en sesiones ordinarias todos los años desde
el primero de marzo hasta el treinta de noviembre. Pueden también ser convocadas
extraordinariamente por el Presidente de la Nación o prorrogadas sus sesiones.
Inc. 8. Hace anualmente la apertura de las sesiones del Congreso, reunida al efecto ambas Cámaras,
dando cuenta en esta ocasión del estado de la Nación, de las reformas prometidas por la
Constitución, y recomendando a su consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes.
El art. 63 agrega que pueden ser convocadas extraordinariamente por el presidente de la nación, o
prorrogadas sus sesiones. Concordando este art. Con el inc. 9 del art. 99 leemos en él que el
presidente prorroga las sesiones ordinarias del congreso o lo convoca a sesiones extraordinarias.
Las sesiones extraordinarias deben siempre ser convocadas por el ejecutivo, no pudiendo el congreso
disponer por sí solo su realización;
La prorroga de las sesiones ordinarias puede ser dispuesta tanto por el presidente como por el mismo
congreso.
9. Prorroga las sesiones ordinarias del Congreso, o lo convoca a sesiones extraordinarias, cuando un
grave interés de orden o de progreso lo requiera.
Una vez efectuada la convocatoria y determinado el temario, el poder ejecutivo no puede privar al
congreso de su competencia para reunirse y tratarlo; la facultad del ejecutivo se limita al impulso
inicial.
El trabajo parlamentario
Creemos que nuestra constitución formal no contiene ninguna norma general que establezca de que
modo trabajan las cámaras para ejercer las competencias congresionales.
Si nos fijamos en el mecanismo de sanción de las leyes no cabe duda que la constitución ha previsto
e impuesto el tratamiento de los proyectos de la ley por cada cámara separadamente; una es cámara
de origen, y otra es cámara revisora. Como nosotros entendemos que no todos los actos del
congreso tienen naturaleza de ley, interpretamos que el trabajo parlamentario separado está
ordenado solamente para las leyes. Para los casos en que la constitución no arbitra ese
procedimiento, creemos que reserva al congreso la opción del trabajo separado o conjunto.
Lo que sí contempla la constitución después de la reforma del ´94 es la aprobación de cada cámara
de proyectos de ley en particular, conforme al art. 79.
Artículo 79.- Cada Cámara, luego de aprobar un proyecto de ley en general, puede delegar en sus
comisiones la aprobación en particular del proyecto, con el voto de la mayoría absoluta del total de
sus miembros. La Cámara podrá, con igual número de votos, dejar sin efecto la delegación y retomar
el trámite ordinario. La aprobación en comisión requerirá el voto de la mayoría absoluta del total de
sus miembros. Una vez aprobado el proyecto en comisión, se seguirá el trámite ordinario.
El congreso tiene parificadas a ambas cámaras; las dos son iguales, y los actos del congreso son
actos complejos en los que concurren dos voluntades también iguales.
De esta igualad de ambas cámaras sólo puede hablarse en el caso de actos del congreso que
requieren la aprobación de diputados y senadores. En las competencias privativas y exclusivas de una
sola de las cámaras, la comparación con la otra no es posible (el senado tiene mayor cantidad de
esas competencias que la cámara de diputados)
Ambas cámaras empiezan y concluyen sus sesiones simultáneamente; ninguna de ellas, mientras se
hallen reunidas, podrá suspender sus sesiones más de tres días sin consentimiento de la otra (art.
65)
En la constitución material esta norma es incumplida normalmente
Ninguna norma constitucional impone con generalidad el principio de que las sesiones deben ser
públicas. Hay solamente algunas normas especiales que la prescriben, como el art. 59 para el juicio
político en el senado, el art. 99 inc. 4 para el acuerdo del senado en el nombramiento de jueces de
tribunales inferiores, etc.
Los reglamentos de ambas cámaras prevén la publicidad de las sesiones.
Se trata un requisito esencial del principio republicano de publicidad de los actos de gobierno; las
sesiones secretas son inconstitucionales, salvo en casos excepcionalísimos de secretos de estado que
realmente son tales objetivamente.
El quórum
Quórum significa el numero de miembros que se necesita para que un órgano colegiado pueda
constituirse, funcionar y adoptar decisiones.
Nuestra constitución contiene una disposición general y básica sobre quórum, sin perjuicio de
excepciones que ella misma introduce en casos particulares, el art. 64 establece que ninguna de las
cámaras entrará en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros.
Mayoría absoluta NO es la mitad más uno, sino más de la mitad de los miembros.
El derecho de la minoría
La imposibilidad de sesionar sin quórum parece dejar librado a la voluntad de los legisladores el
funcionamiento de las cámaras, porque si no asisten en numero suficiente para formar quórum, la
cámara no puede sesionar. La constitución no ha ignorado esa hipótesis y por eso el mismo art. 64
añade que un numero menor número podrá compeler a los miembros ausentes a que concurran a las
sesiones, en los términos y bajo las penas que cada cámara establecerá.
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Nos inclinamos por la posibilidad de que la minoría por sí misma disponga los términos y las penas de
compulsión, a menos que la misma cámara o su reglamento ya tuviera establecida la norma general
pertinente, en cuyo caso la minoría no podría apartarse de esa norma para reemplazarla por otra
ocasional.
A la general del art. 64 sobre el que es necesario para que cada cámara se constituya en sesión, hay
que añadir situaciones diversas;
a) a veces, si se prescribe para “decidir” un quórum de votos sobre los miembros presentes,
este quórum se cuenta y extrae sobre los miembros que en el caso hacen falta para que la
cámara sesione;
b) si se establece para decidir un numero de votos sobre el total de miembros implica un
quórum agravado, no basta la mayoría de más de la mitad, es menester que el quórum de
asistencia también sea mayor que el normal a fin de que se pueda alcanzar el quórum de
votos requerido.
c) como principio entendemos que cuando una norma exige un quórum de votos para decidir no
dice expresamente que se trata de los miembros “presentes”, aquel quórum de votos debe
computarse sobre el total de los que componen la cámara.
a- El art. 39 prevé que la ley reglamentaria del derecho de iniciativa popular legislativa habrá de
sancionarse con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de miembros de cada cámara.
b- El art. 40 fija igual quórum de votos favorables para la sanción de la ley reglamentaria de la
consulta popular.
c- El art. 75 inc. 2 parr. cuarto consigna que la ley convenio en materia impositiva necesita aprobarse
con la mayoría absoluta de la totalidad de miembros de cada cámara.
d- El art. 75 inc. 3 prescribe igual quórum de votos favorables para establecer y modificar
asignaciones específicas de recursos coparticipables.
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e- El art. 75 inc. 22 se diversifica así: 1) para denunciar uno o más instrumentos internacionales de
los que taxativamente enumera como investidos de jerarquía constitucional, hace falta que con
anterioridad a la denuncia que le compete al poder ejecutivo el congreso la apruebe con dos
terceras partes de la totalidad de miembros de cada cámara; 2) igual quórum de votos favorables se
necesita para que otros tratados y convenciones sobre derechos humanos gocen en el futuro
jerarquía constitucional.
g- Las leyes modificatorias del régimen electoral y de partidos políticos deben aprobarse por mayoría
absoluta del total de miembros de las cámaras.
h- El art. 81 prevé hipótesis de quórum de votos en el proceso común de sanción de las leyes que en
su trámite han tenido adiciones o correcciones; las mayorías allí fijadas son; 1)mayoría absoluta de
los presentes, o 2) dos terceras partes de los presentes.
i- El art. 86, la designación y remoción del Defensor del Pueblo ha de efectuarse con el voto de las
dos terceras partes de los miembros presentes de cada cámara.
j- El art. 85 prescribe que la ley reglamentaria de la Auditoria General de la Nación tiene que ser
aprobada por la mayoría absoluta de los miembros de cada cámara.
k- El art. 99 inc. 3 parr. cuarto, al regular el trámite a que quedan sujetos los decretos de necesidad y
urgencia dictados por el poder ejecutivo, establece que la intervención final del congreso será
reglamentada en su trámite y en sus alcances por una ley que precisa ser aprobada con el voto de la
mayoría absoluta sobre la totalidad de miembros de cámara.
l- El art. 99 inc. 4 prevé que el acuerdo del senado para la designación de los magistrados de la
Corte Suprema de Justicia debe prestarse con el voto de dos tercios de miembros presentes de la
citada cámara
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m- El art. 101 contempla con respecto del jefe de gabinete de ministros; a) para ser interpelado a los
fines de una moción de censura hace falta el voto de la mayoría absoluta sobre la totalidad de
miembros de cualquiera de las dos cámaras del congreso; b) para ser removido es menester el voto
de la mayoría absoluta de miembros de cada una de las cámaras.
n- El art. 114 dispone que la ley reglamentaria del Consejo de la Magistratura tiene que sancionarse
con la mayoría absoluta de la totalidad de miembros de cada cámara.
Estos privilegios se reputan establecidos en el interés del parlamento como órgano y tiene como
finalidad asegurar la independencia, el funcionamiento y la jerarquía del mismo. Por eso se los llama
también inmunidades, en cuanto preservan el órgano.
Creemos mas correcto denominarlas garantías de funcionamiento. Son garantías que se otorgan a un
órgano de poder, tanto si tales garantías cubren al órgano-institución como si protegen a los
órganos-individuo, porque en ambos casos tienden a resguardar al congreso y a sus cámaras, que
actúan a través de las personas que son sus miembros. “Garantías de funcionamiento”son, entonces,
tutelas funcionales.
Al estar dadas para el buen funcionamiento del órgano debe interpretárselas en el sentido que no
pueden ser declinadas o renunciadas.
Nuestra Corte Suprema en el caso “Alem” (1893) sostuvo que la constitución no ha buscado
garantizar a los miembros del congreso con una inmunidad que tenga objetivos personales; son altos
fines políticos los que se ha propuesto, y si ha considerado esencial esa inmunidad es precisamente
para asegurar no solo la independencia de los poderes públicos entre sí, sino la existencia misma de
las autoridades creadas por la constitución.
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Su clasificación
Los privilegios parlamentarios suelen dividirse en dos grupos: colectivos y personales; los primeros
atañen al cuerpo o cámara en conjunto y como “órgano-institución”; los segundos se refieren a la
situación o actuación individual de cada hombre que es miembro del cuerpo o cámara, pero no en
protección a su persona, sino a la función que comparte integrándolo, para tutelar su libertad, su
decoro y su independencia.
Comprendemos que tanto los que se consideran “colectivos” como los “personales” comparten una
igual naturaleza de resguardo al órgano.
Entre los privilegios colectivos se incluyen:
a- el juzgamiento de cada cámara de la validez de “elección-derecho-título” de sus miembros;
b- la competencia de cada cámara para hacer su reglamento;
c- el poder disciplinario de cada cámara sobre sus propios miembros y aun sobre terceros;
d- el derecho de cada cámara de hacer comparecer a su sala a los miembros del poder
ejecutivo;
e- se incluye también como privilegio el aceptar las renuncias que voluntariamente hacen de sus
cargos los legisladores.
También prevé la constitución una facultad de las cámaras, que es privativa de cada una de ellas
(competencia propia) y que suele incluirse entre sus privilegios colectivos. Normalmente, se ejercita
en las sesiones preparatorias para constituir la cámara. Es la que el art. 64 contiene en la formula de
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que cada cámara es juez de las elecciones, derechos y títulos de sus miembros en cuanto a su
validez”.
Observaciones:
d) El ser juez con el alcance antedicho se limita a conferir el privilegio de examinar la validez de
“titulo-derecho-elección”, y nada más;
e) Pero juzgar el acto electoral “in totum” no significa que las cámaras juzguen los aspectos
“contenciosos” del proceso electoral; todo ello es competencia extraparlamentaria, y propia
de otros órganos;
f) Aun en lo que hace al juicio sobre la validez del “titulo-derecho-elección” de los legisladores
por cada cámara, estimamos que en ciertas situaciones especialísimas cabría el control
judicial.
Artículo 64- Cada Cámara es juez de las elecciones, derechos y títulos de sus miembros en cuanto a
su validez. Ninguna de ellas entrará en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros; pero un
número menor podrá compeler a los miembros ausentes a que concurran a las sesiones, en los
términos y bajo las penas que cada Cámara establecerá.
El planteo de las impugnaciones a los legisladores electos puede efectuarse en las sesiones
preparatorias, y en ellas decidirse la incorporación; pero creemos que en sesiones preparatorias no
puede rechazarse el diploma de un electo, porque ello implica la plenitud del juzgamiento de su
“elección-derecho-titulo” en cuanto a validez, y tal competencia la tienen las cámaras en el período
ordinario de sesiones y no en las preparatorias.
Los reglamentos de ambas cámaras enfocan las causas de impugnación y los sujetos legitimados
para invocarlas, así como el mecanismo de sustentación; asimismo cada cámara puede, de oficio,
ejercer dicha facultad.
En ejercicio de dicha facultadlas cámaras pueden juzgar si el electo reúne el requisito de la idoneidad
para ser diputado o senador. Cuando el art. 66 otorga a las cámaras el poder disciplinario para
remover a sus miembros por inhabilidad física o moral “sobreviniente” a su incorporación, fluye de la
norma que si su similar inhabilidad es “anterior” a la incorporación y la cámara la conoce, el
legislador electo no debe ser incorporado.
El poder disciplinario
Las cámaras disponen de poder disciplinario para corregir, remover y expulsar a sus miembros. El art.
66 dispone que cada cámara podrá, con dos tercios de votos, corregir a cualquiera de sus miembros
por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo por inhabilidad física o moral
sobreviniente a su incorporación, o hasta excluirle de su seno.
a- La corrección cabe por cualquier hecho que altere o perturbe el trabajo parlamentario de la
cámara (por ej. Incurrir en insultos, agravios, etc. La sanción puede ser un llamamiento al
orden, un pedido de que retire las expresiones o las aclare, una multa, etc.)
b- La remoción está prevista por causa de inhabilidad física o moral, posterior a su
incorporación. La medida puede carecer del carácter de sanción; por ej. Sise remueve a un
legislador que ha sufrido una parálisis con privación de sus facultades mentales que le
imposibilita renunciar.
c- La exclusión no lleva asignación expresa de causa en el art. 66. La exclusión queda librada a
la discreción de la cámara, pero siempre, como todo ejercicio de competencias por los
órganos del poder, en forma razonable y no arbitraria.
Cualesquiera de las hipótesis de sanción parecen exigir que se resguarden el debido proceso y la
defensa, para asegurar la razonabilidad de la medida.
Artículo 66- Cada Cámara hará su reglamento y podrá con dos tercios de votos, corregir a cualquiera
de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo por
inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, y hasta excluirle de su seno; pero basta la
mayoría de uno sobre la mitad de los presentes para decidir en las renuncias que voluntariamente
hicieren de sus cargos.
Es habitual distinguir dos hipótesis: a) comisión de hechos que conforme al código penal configuran
algún delito; b) comisión de hechos que no son delitos del código penal, pero que significan ofensa.
Nosotros desconocemos totalmente cualquier poder disciplinario del congreso para imponer penas o
sanciones a terceros, haya o no delito del código penal, haya o no haya juzgamiento del hecho por el
poder judicial, haya o no haya condena dispuesta por el mismo.
Solo admitimos dos cosas: a) un poder disciplinario, limitado exclusivamente al mantenimiento del
orden de las sesiones; b) un poder para aplicar sanciones cuando existe una ley previa que tipifica el
acto y concede al congreso la facultad represiva, siempre que el hecho no sea a la vez delito del
código penal, en cuyo caso ni aun con la ley previa puede el congreso ejercer represión.
a) Nuestra Corte suprema, al fallar en 1877 el caso “Lino de la Torre”, reconoció a las
cámaras la facultad de reprimir hechos ofensivos que no están tipificados como
delitos en el código penal.
b) En cuanto a la facultad para castigar hechos que implican delitos penales cometidos
en agravio del congreso, a misma corte en el caso “Eliseo Acevedo”, del año 1885,
interpretó que al calificar la ley el hecho como desacato y designar la pena con que
debe ser castigado, entendió sin duda ninguna someterlo a la jurisdicción de los
tribunales ordinarios, como todos los demás delitos que ella comprende. “Siendo esto
así, es evidente que una sola de las cámaras no puede reasumir por acto
exclusivamente suyo, una facultad que quedo conferida al reasumir por acto
exclusivamente suyo, una facultad que quedo configurada al poder judicial en virtud
de una sanción legislativa a que concurrieron, como a la formación de todas las
leyes, las dos ramas del congreso y el poder ejecutivo.
c) En el fallo “Peláez Víctor”, del 15 de octubre de 1995, la corte hizo lugar a un habeas
hábeas y consideró justiciable el arresto que había dispuesto el senado contra quien
había efectuado una publicación periodística que la cámara reputó ofensiva para sus
miembros. La corte sentó doctrina que compartimos, conforme a la cual el poder
disciplinario contra terceros sólo procede cuando se entorpece u obstaculiza el
cumplimiento de las funciones de la cámara
La inmunidad de expresión
Artículo 68- Ninguno de los miembros del Congreso puede ser acusado, interrogado judicialmente,
ni molestado por las opiniones o discursos que emita desempeñando su mandato de legislador.
En doctrina penal, hay quienes consideran que la norma del art. 68 consagra no una inmunidad sino
una “indemnidad”. Las indemnidades funcionales son exclusiones de la ley penal, mediante las cuales
una persona queda eximida de responsabilidad penal.
La indemnidad del caso protege opiniones y discursos emitidos “en el desempeño del cargo”; lo
expresado en el desempeño del mismo goza de indemnidad vitalicia.
Discursos y opiniones significan toda expresión oral o escrita vertida en el desempeño del cargo, con
ocasión del mismo y en cumplimiento de su función, aunque no sea en el recinto de sesiones, pero
siempre con suficiente conexidad funcional con el cargo de legislador.
Por esos discursos y opiniones no cabe; acusación, interrogatorio judicial, ni molestia. O sea, no
cabe: a) proceso judicial ni administrativo; ni b) citación para comparecer en juicio; ni c) situación
que origine molestia al legislador.
El no ser “molestado” implica que tampoco el propio partido del legislador puede incomodarlo por
opiniones protegidas en el privilegio, y por ende el partido no puede aplicarle sanciones.
La Corte Suprema, caso “Fiscal c/Benjamín Calvete”, del 19 de setiembre de 1864, manifestó que
esta inmunidad debe interpretarse en el sentido más amplio y absoluto, porque si hubiera un medio
de violarla impunemente, él se emplearía con frecuencia por los que intentaren coartar la libertad de
los legisladores.
En 1960 en el caso “Mario Martínez Casas”, la propia Corte reiteró y especificó su doctrina, que puede
resumirse en: a) la inmunidad del 68, destinada a garantizar la independencia funcional de las
cámaras legislativas, integra en nuestro régimen el sistema representativo republicano; b) el carácter
absoluto de la inmunidad es requisito inherente a su concreta eficacia; c) pero los posibles abusos
deben ser reprimidos por los mismos legisladores sin afectar la esencia del privilegio.
En 1992 en el caso “Varela Cid” estableció: a) por las conductas expresivas durante el desempeño del
cargo legislativo del cargo legislativo no cabe enjuiciamiento; b) por las opiniones vertidas con
anterioridad, la competencia incumbe a la justicia nacional de primera instancia en lo correccional de
la capital.
Nuestra posición
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La aplicación que la jurisprudencia de la Corte ha hecho del art. 68 es exacta. En cambio dicha norma
es criticable, porque la impunidad total y absoluta con la que un legislador en ejercicio de su mandato
puede injuriar, calumniar, ofender, etc., no parece éticamente sostenible, sino una irritante lesión de
la igualdad. Por tal motivo creemos útil interpretarla restrictivamente.
La inmunidad de arresto
Para otros hechos distintos de la expresión, los arts. 69 y 70, aun consagrando privilegios, admiten la
procedencia de causa judicial.
Artículo 69- Ningún senador o diputado, desde el día de su elección hasta el de su cese, puede ser
arrestado; excepto el caso de ser sorprendido in fraganti en la ejecución de algún crimen que
merezca pena de muerte, infamante u otra aflictiva; de lo que se dará cuenta a la Cámara respectiva
con la información sumaria del hecho.
El art. Abarca dos supuestos: a) uno, genérico, y se refiere a la imposibilidad de detención; b) otro,
que es su excepción, y que prevé la única hipótesis en que la detención es posible.
La expresión “in fraganti” admite tres interpretaciones, puede querer decir: en el instante de cometer
el delito; en la tentativa o bien después de cometido el delito sise descubre al legislador cuando huye
o se oculta, o se lo sorprende con instrumentos, efectos o armas que permiten presumir la comisión
del delito inmediatamente después de consumado.
Lo que no inhibe la prosecución del proceso penal en tanto no se adopten en él medidas de coerción
personal.
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El desafuero
Artículo 70- Cuando se forme querella por escrito ante las justicias ordinarias contra cualquier
senador o diputado, examinado el mérito del sumario en juicio público, podrá cada Cámara, con dos
tercios de votos, suspender en sus funciones al acusado, y ponerlo a disposición del juez competente
para su juzgamiento.
No se trata de un privilegio de irresponsabilidad que implique una limitación personal del alcance de
la ley penal, sino de un antejuicio; consiste, pues, en un impedimento que posterga ciertos actos en
el proceso penal común hasta que se hayan producido otros actos: desafuero, destitución, etc.
Sin necesidad de desafuero previo, el juez puede incoar la causa penal; sin embargo si no se dispone
el desafuero el juez no puede dictar sentencia.
Una vez que la cámara ha dispuesto el desafuero de un legislador, el privilegio queda allanado
solamente para la causa penal que da origen a la medida, y no es posible que en virtud de ese
desafuero se sustancien “otros” procesos judiciales por hechos distintos.
Sin embargo la Corte Suprema decidió lo contrario en el caso “Balbín Ricardo”, con fecha 26 de
junio de 1950, estimando que la suspensión del acusado despoja al legislador de sus inmunidades, y,
por ende durante todo el tiempo de la suspensión y hasta la reincorporación a la cámara, sus actos
se rigen por el principio de igualdad de todos los habitantes ante la ley.
El art. 70 enfoca dos facultades de ejercicio optativo: por la cámara; dice que ésta podrá: a)
suspender al acusado, y b) ponerlo a disposición del juez.
Cuando resuelve desaforar, cabe suponer que no necesariamente tiene que hacer ambas cosas;
podría poner al acusado a disposición del juez sin suspenderlo (a menos que, ordenada la privación
de libertad, la detención del legislador le impidiera desempeñarse como tal)
Si al tiempo de la elección de un legislador ya está en curso un proceso penal por un presunto delito
cometido antes, la cámara no debería incorporarlo porque ella, como juez de la elección (art. 64),
habría de estimar que no reúne la condición de idoneidad del art. 16
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En cambio, si por un delito anterior a la elección el legislador recién es sometido a proceso penal
después, debe aplicarse la inmunidad de arresto y el mecanismo de desafuero.
El desafuero se asemeja en algo al juicio político, pero en tanto el juicio político implica un antejuicio
que mientras no concluye en destitución impide promover el proceso penal y significa inmunidad de
proceso, el desafuero no obsta la iniciación y sustanciación del juicio penal sino sólo a que en él se
prive de la libertad al imputado.
a) el juez puede formar el sumario y averiguar la verdad del hecho sin previo desafuero, pero
no puede arrestar al acusado hasta que la cámara de la que es parte allane el privilegio;
No hallamos razón suficiente para que, si cada cámara puede corregir, remover o expulsar a un
legislador por hechos tal vez menos graves que un delito, el poder judicial no pueda condenar por
delito sin previo desafuero parlamentario; supeditar la finalización de la causa mediante sentencia, al
permiso de la cámara a que pertenece el legislador procesado, es menoscabar la administración de
justicia.
Los privilegios parlamentarios, aun los individuales, por estar cordados en la constitución a favor del
congreso como órgano del poder independiente y autónomo, no quedan suspendidos durante el
estado de sitio. Así lo declaro la Corte Suprema en el caso “Alem” de 1893; si el estado de sitio ha
sido previsto para garantir la existencia de las autoridades creadas por la constitución, resultaría
incongruente que el mismo art. 23 autorizara al presidente de la republica para destruir los poderes
legislativo y judicial por medio del arresto o traslado de sus miembros.
El constitucionalismo provincial también prevé inmunidades para los legisladores locales. Dentro de
esa jurisdicción local los privilegios de los miembros de la legislatura son oponibles a los jueces
federales; fuera de esa jurisdicción local la Corte ha dicho que no: los privilegios con que las
constituciones provinciales invisten a los miembros de sus legislturas no tienen la misma eficacia y
alcance que los que otorga la constitución federal a los miembros del congreso. Por ende no rigen
fuera de la provincia.
Sin embargo, sostenemos que aquellos privilegios son oponibles en todo el territorio del país ante la
jurisdicción federal y la jurisdicción de otras provincias. El principio de lealtad federal y buena fe
aporta una de las razones existentes para respaldar esta nueva propuesta.
Con respecto a los concejales; si la constitución provincial omite toda norma al respecto, creemos
que los concejales carecen de dichos privilegios.
La llamada “interpelación”
a) El art. 71 dispone que cada una de las cámaras puede hacer venir a su sala a los ministros del
poder ejecutivo para recibir las explicaciones e informes que estime conveniente.
Artículo 71- Cada una de las Cámaras puede hacer venir a su Sala a los ministros del Poder
Ejecutivo para recibir las explicaciones e informes que estime convenientes.
b) Sin perjuicio del 71, ahora el 101 hace obligatoria la concurrencia del jefe de gabinete de ministros
al menos una vez por mes, alternativamente, a cada una de las cámaras. La finalidad es informar
sobre la marcha del gobierno.
Artículo 101.- El jefe de gabinete de ministros debe concurrir al Congreso al menos una vez por
mes, alternativamente a cada una de sus Cámaras, para informar de la marcha del Gobierno, sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 71, puede ser interpelado a los efectos del tratamiento de una
moción de censura, por el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cualquiera
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de las Cámaras, y ser removido por el voto de la mayoría absoluta de los miembros de cada una de
las Cámaras.
c) El art. 100 inc. 11 dispone que al jefe de gabinete le corresponde producir informes y explicaciones
verbales o escritos que cualquiera de las cámaras solicite al poder ejecutivo.
Artículo 100.- El jefe de gabinete de ministros y los demás ministros secretarios cuyo número y
competencia será establecida por una ley especial, tendrán a su cargo el despacho de los negocios de
la Nación, y refrendarán y legalizarán los actos del Presidente por medio de su firma, sin cuyo
requisito carecen de eficacia. Al jefe de gabinete de ministros, con responsabilidad política ante el
Congreso de la Nación, le corresponde:
Inc. 11. Producir los informes y explicaciones verbales o escritas que cualquiera de las Cámaras
solicite al Poder Ejecutivo.
Después de la reforma del 94, hemos de diferenciar la interpelación a los ministros y la interpelación
al jefe de gabinete.
Parece que para los ministros la interpelación posee únicamente una finalidad informativa y tiene que
recaer sólo en cuestiones o materias que guarden conexidad funcional con una o más competencias
del congreso o de sus cámaras.
En cambio , el jefe de gabinete tiene responsabilidad política ante el congreso en virtud del art. 100.
Los ministros y el jefe de gabinete no pueden negarse a concurrir, ni su presencia puede suplirse con
la remisión de un informe escrito. Entendemos que el ministro y el jefe de gabinete interpelados
gozan, en el seno de la cámara que los ha convocado, de todas las inmunidades propias de los
legisladores.
Es posible dividir la facultad investigadora en dos: a) la del “congreso” como cuerpo conjunto que
reúne a ambas cámaras; b) la de “cada cámara” por separado. En ambos casos, lo mas frecuente y
fácil es que la investigación la haga una comisión investigadora formada del seno de uno o de otra.
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Si todo el congreso, o toda una cámara se constituyen en comisión investigadora, no hay problemas.
Si se forma una comisión, corresponde decir que estamos ante una “imputación de funciones”, que el
pleno efectúa a favor de dicha comisión para que investigue; luego la comisión deberá informar al
congreso o a la cámara para que se expida.
3- Con respecto a la comisión bilateral, decimos, que además de los poderes implícitos que el
art. 75 inc. 32 otorga para legislar, también los hay para todo otro fin que sea conducente al ejercicio
de cualquiera otra competencia congresional.
Inc 32. Hacer todas las leyes y reglamentos que sean convenientes para poner en ejercicio los
poderes antecedentes, y todos los otros concedidos por la presente Constitución al Gobierno de
la Nación Argentina.
Principios
c- La investigación así fundada debe; guardar relación funcional de la finalidad con alguna
competencia del congreso o sus cámaras; dicha competencia no requiere necesariamente ser de
naturaleza legislativa ni traducirse en la sanción de una ley; la investigación debe desarrollarse de
modo compatible con todas las limitaciones que la constitución impone a los órganos de poder, y con
los derechos y garantías personales
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d- La investigación no puede invadir la zona de reserva del poder ejecutivo y del poder judicial;
violar la privacidad de las personas; tampoco puede revelar públicamente informes obtenidos por el
solo hecho de hacer revelaciones
e- Las facultades de investigación y los medio escogidos para ejercerlas no son anteriores ni
superiores a la ley, de manera que: se precisa ley reglamentaria en los supuestos en que la
constitución la exige para casos específicos (por ej. para allanar domicilios, etc); a falta de ley, es
indispensable obtener orden judicial de allanamiento y/u ocupación
La reforma de la constitución
Toda enmienda formalmente tal ( la que modifica, añade o suprime normas de la constitución) exige
transitar el procedimiento del art. 30.
Por ende sería inconstitucional evitar aquella intervención mediante subterfugios como éstos:
Dada la estructura federal de nuestro régimen, el congreso cumple ciertos actos que son de su
competencia, con consentimiento o participación de las legislaturas provinciales. Es decir que hace
falta la concurrencia de un órgano provincial y de un órgano del gobierno federal.
La fijación o el establecimiento de la capital federal, donde reside el gobierno federal, requiere que el
congreso declare, mediante una ley especial, la ciudad capital, previa cesión hecha por una o más
legislaturas provinciales, del territorio que haya de federalizarse (art. 3) Tal cesión debe ser anterior
a la radicación de la capital federal. Interpretamos que para reintegrar el a una o más provincias el
territorio de la capital federal (desfederalizarlo) también hace falta el consentimiento provincial.
El Artículo 13 determina que podrán admitirse nuevas provincias en la Nación; pero no podrá erigirse
una provincia en el territorio de otra u otras, ni de varias formarse una sola, sin el consentimiento de
la Legislatura de las provincias interesadas y del Congreso. Por su parte, cuando el art. 75 en su inc.
15 otorga al congreso la competencia de fijar los límites de las provincias, se refiere también a la de
“crear” otras nuevas.
Son viables las adicciones por incorporación de nuevas provincias, pero no las sustracciones por
secesión, ni por supresión de provincias.
Concordando el art. 13 con el art. 3, decimos que la constitución resguarda la integridad territorial de
las provincias y que no admite la disponibilidad del territorio provincial por decisión unilateral del
gobierno federal. Es menester el consentimiento provincial cuando una porción del espacio geográfico
de las provincias va a quedar sustraído totalmente del ámbito provincial o de su jurisdicción.
Hay doctrina que incluye entre los actos del congreso requeridos de participación provincial a la
fijación de límites interprovinciales.
No parece que pueda generalizarse esta interpretación. Hay supuestos en los que su ejercicio no
requiere el consentimiento de las provincias interesadas.
Cuando se lee e interpreta el art. 75 inc. 2 es fácil ubicar el caso en la serie de competencias
compartidas, aun cuando esta vez no aparezca fuera del art. 75 sino dentro de él.
Esta coparticipación requiere: que la ley-convenio tenga base en acuerdos entre el estado federal y
las provincias y que sea aprobada por las provincias una vez dictada por el congreso.
e- Otros casos
Supuestos que caben en el listado de facultades compartidas, pero con la modalidad de que a veces
la competencia del congreso se ejerce después de ejercida una competencia provincial.
Ejemplos:
1- con conocimiento del congreso federal (aprobación) las provincias: * celebrar los tratados
parciales a que se refiere el art. 125; * crear regiones para el desarrollo económico y social conforme
al art. 124; * celebrar convenios internacionales con el marco y los límites fijados por el art. 124.
2- Con autorización del congreso federal, las provincias pueden establecer bancos con facultad
de emitir billetes. Ello surge del art. 126 que en forma negativa, les prohíbe hacerlo sin autorización
del congreso.
Otras competencias
Ha de computarse en este rubro todo lo que bajo el nombre de “reserva de la ley” (principio de
legalidad) implica una competencia para cuyo ejercicio la constitución exige “ley” del congreso.
El art. 4 regula la formación del tesoro nacional; si bien sólo menciona al congreso cuando le asigna
específicamente la competencia para imponer “contribuciones” y decretar “empréstitos y operaciones
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de crédito”, todos los otros ingresos del tesoro que prevé el mismo art. Implican ejercicio de
facultades que , sin señalarse en él expresamente, incumben al congreso y están incluidas en el art.
75.
El art. 7 otorga al congreso la facultad de dictar leyes generales que determinen la forma probatoria
de los actos públicos y procedimientos judiciales de cada provincia y los efectos legales que
producirán.
El art. 9 asigna al congreso la facultad exclusiva de establecer las tarifas que regirán en las aduanas
nacionales.
El art. 15 estipula que una ley especial reglará lsa indemnizaciones a que da lugar la abolición de la
esclavitud.
El art. 17 otorga al congreso la competencia exclusiva para declarar y clarificar por ley la utilidad
pública en caso de expropiación.
El art. 18, al estatuir que nadie puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho
del proceso, ni sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa, implica
atribuir al congreso la competencia exclusiva para incriminar conductas que constituyen delitos del
código penal, y para establecer la organización estable y permanente del poder judicial.
El art. 37 prevé que las leyes de partidos políticos y régimen electoral garanticen la igualdad real de
oportunidades entre varones y mujeres.
El art. 45 menciona la fijación por le congreso de la representación que, después de cada censo,
compondrá la cámara de diputados de acuerdo con la población. El art. 49 remite al congreso la
expedición de una ley electoral para proveer a la elección de diputados después de la instalación del
primer congreso.
El art. 25, prohibición de gravámenes a la entrada de extranjeros; el art. 12, prohibición de leyes
preferenciales entre puertos; art. 13, prohibición de desmembrar la integridad territorial de las
provincias sin consentimiento de sus legislaturas; art. 14 bis, prohibición de superposición de aportes
en materia de seguridad social; art. 17, prohibición de establecer confiscación de bienes en la
legislación penal; art. 45, prohibición de disminuir la base de población que la norma expresa para
cada diputado; art. 76, prohibición de delegación legislativa a favor del ejecutivo; etc.
El congreso no puede; interferir en la zona de reserva del poder ejecutivo ni el poder judicial; prohibir
a los jueces que en determinados casos o procesos judiciales ejerzan el control de constitucionalidad
o declaren inconstitucionales; inhibirles el ejercicio de su jurisdicción en causa judiciable; etc.
El articulo 85
Artículo 85.- El control externo del sector público nacional en sus aspectos patrimoniales,
económicos, financieros y operativos, será una atribución propia del Poder Legislativo.
Este organismo de asistencia técnica del Congreso, con autonomía funcional, se integrará del modo
que establezca la ley que reglamenta su creación y funcionamiento, que deberá ser aprobada por
mayoría absoluta de los miembros de cada Cámara. El presidente de organismo será designado a
propuesta del partido político de oposición con mayor número de legisladores en el Congreso.
La norma intenta establecer un nuevo perfil de equilibrio entre el poder ejecutivo y el congreso, ya
que por “sector público nacional” se ha de entender;
a- la administración pública federal; cuya titularidad pertenece al presidente y cuyo ejercicio
incumbe al jefe de gabinete,
b- las empresas y sociedades del estado,
c- los entes privados que prestan servicios al público
Las competencias que en pie de igualdad posee cada una de las cámaras
El congreso es un órgano complejo, formado por dos cámaras que tienen, asimismo, cada una
separadamente, la calidad de órgano. Por eso distinguimos entre competencia y actos del “congreso”
y competencia y actos de cada cámara.
Las facultades privativas de cada cámara se traducen, entonces, en actos que no son del congreso.
El art. 52 de la constitución
Puede considerarse como una competencia exclusiva de la cámara de diputados la iniciativa de las
leyes sobre contribuciones y reclutamiento de tropas, ya que si bien la ley que se sancione será “del
congreso”, el tratamiento del proyecto ha de comenzar necesariamente en diputados como cámara
de origen. La competencia propia no es, entonces, la de sancionar la ley, sino la de “iniciarla” en la
etapa constitutiva.
Las leyes imponen contribuciones o gravámenes pero que no son propiamente impositivas
(parafiscales) parece que también han de comenzar su tratamiento en la cámara de diputados, por
analogía con el espíritu del art. 52.
Asimismo, las leyes de desgravación o exención impositivas.
Artículo 52- A la Cámara de Diputados corresponde exclusivamente la iniciativa de las leyes sobre
contribuciones y reclutamiento de tropas.
Conforme al art. 39, de la cámara de diputados debe ser cámara de origen para que ante ella se
presenten los proyectos de ley que propone el cuerpo electoral en ejercicio del derecho de iniciativa
popular.
El art. 40 la cámara de diputados tiene la iniciativa para someter a consulta popular un proyecto de
ley.
Artículo 39- Los ciudadanos tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos de ley en la
Cámara de Diputados. El Congreso deberá darles expreso tratamiento dentro del término de doce
meses.
El Congreso, con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara,
sancionará una ley reglamentaria que no podrá exigir más del tres por ciento del padrón electoral
nacional, dentro del cual deberá contemplar una adecuada distribución territorial para suscribir la
iniciativa.
No serán objeto de iniciativa popular los proyectos referidos a reforma constitucional, tratados
internacionales, tributos, presupuesto y materia penal.
Artículo 40- El Congreso, a iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a consulta popular
un proyecto de ley. La ley de convocatoria no podrá ser vetada. El voto afirmativo del proyecto por el
pueblo de la Nación lo convertirá en ley y su promulgación será automática.
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El Congreso, con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara,
reglamentará las materias, procedimientos y oportunidad de la consulta popular.
ADICIÓN, CORRECCIÓN O RECHAZO. Art. 81 : Ningún proyecto de ley desechado totalmente por una
de las Cámaras podrá repetirse en las sesiones de aquel año. Ninguna de las Cámaras puede
desechar totalmente un proyecto que hubiera tenido origen en ella y luego hubiese sido adicionado o
enmendado por la Cámara revisora. Si el proyecto fuere objeto de adiciones o correcciones por la
Cámara revisora, deberá indicarse el resultado de la votación a fin de establecer si tales adiciones o
correcciones fueron realizadas por mayoría absoluta de los presentes o por las 2/3 partes de los
presentes. La Cámara de origen podrá por mayoría absoluta de los presentes aprobar el proyecto con
la adiciones o correcciones introducidas o insistir en la redacción originaria, a menos que las
adiciones o correcciones las haya realizado la revisora por 2/3 partes de los presentes. En este último
caso, el proyecto pasará al poder ejecutivo con las adiciones o correcciones de la Cámara revisora,
salvo que la Cámara de origen insista en su redacción originaria con el voto de las 2/3 partes de los
presentes. La Cámara de origen no podrá introducir nuevas adiciones o correcciones a las realizadas
por la Cámara revisora. [art. introducido por la Convención C. de 1994].
SANCIÓN EXPRESA .art. 82 : La voluntad de cada Cámara debe manifestarse expresamente ; se
excluye, en todos los casos, la sanción tácita o ficta. [art. introducido en 1994].
VETO. art. 83 : Desechado en el todo o en parte un proyecto por el Poder Ejecutivo, vuelve con sus
objeciones a la Cámara de su origen ; ésta lo discute de nuevo, y si lo confirma por mayoría de 2/3
de votos, pasa otra vez a la Cámara de revisión. Si ambas Cámaras lo sancionan por igual mayoría, el
proyecto es ley y pasa al poder ejecutivo para su promulgación. Las votaciones de ambas Cámaras
serán en este caso nominales, por sí o por no ; y tanto los nombres y fundamentos de los
sufragantes, como las objeciones del Poder Ejecutivo, se publicarán inmediatamente por la prensa. Si
las Cámaras difieren sobre las objeciones, el proyecto no podrá repetirse en las sesiones de aquel
año.
FORMULA DE SANCIÓN. art. 84 : En la sanción de las leyes se usará de esta fórmula : El Senado y
Cámara de Diputados de la Nación Argentina, reunidos en Congreso. . . decretan o sancionan con
fuerza de ley.
Como principio, contiene normas de derecho público o institucional, sin excluir la posibilidad referida
a relaciones de derecho privado.
Las leyes federales son aplicadas judicialmente en todo el país por los tribunales federales. Son
también federales los decretos que reglamentan las leyes federales.
Las leyes de “Derecho Común”
Las leyes nacionales u ordinarias de derecho común son las que sanciona el Congreso cuando, en el
art. 75, inc.12, se alude a los Códigos llamados de “fondo”, que pueden dictarse en cuerpos
unificados o separados (Civil, Penal, etc.).
Las leyes de Derecho Común son aplicadas judicialmente por tribunales federales o provinciales
según las personas o las cosas caigan en una jurisdicción o en otra (Art. 75, inc.12).
Que el Congreso invista competencia para dictar los Códigos que cita el mencionado art. no significa
que les pueda asignar cualquier contenido en el área de las materias propias de cada uno. Ello quiere
decir que la sola circunstancia de que el art. 75 inc. 12 le adjudique al Congreso la competencia de
dictar los códigos no exime por sí sola de eventual inconstitucionalidad a las normas de los mismos.
El derecho judicial permite elaborar la categoría de “leyes de derecho común federalizadas”. Ello
ocurre cuando una ley del Congreso sobre derecho común decide, “apartar” la materia regulada del
ámbito del derecho común. Con lo que sustrae su aplicación a los tribunales provinciales.
Esta “federalización” excepcional de materias propias del derecho común significa que las normas de
derecho común “federalizados” son aplicadas en todo el país por tribunales federales ; o sea, escapan
a su aplicación por los tribunales provinciales y, por ende, a la reserva de las jurisdicciones locales.
Las leyes locales del Congreso
Desde la reforma de 1994 la legislación nacional local presenta un perfil distinto al que revestía antes.
Fue normal decir que las leyes nacionales locales eran las que el Congreso dictaba con ámbito de
aplicación en la Capital Federal, en los territorios nacionales o gobernaciones y para los lugares que
se hallaban sujetos a jurisdicción federal.
Ahora el panorama es otro. La Ciudad de Bs. As. sigue siendo capital federal, pero tiene autonomía y
facultades de legislación y jurisdicción judicial. La legislación “exclusiva” que para la Capital sigue
previendo el art. 75 inc. 30 queda acotada en la disposición transitoria 7º, a tenor de la cual sólo
ejerce, mientras la ciudad de Bs. As. mantenga la capitalidad, las atribuciones legislativas que el
Congreso conserve con arreglo al art. 129.
Es de advertir, que como la ciudad de Bs. As. en tanto capital ya no es un territorio federalizado,
recíprocamente la legislación del Congreso en ella se limita a la garantía de los interese federales.
Las leyes locales que dicta el Congreso no deben confundirse con las leyes “provinciales” que, por
reducir su vigencia al ámbito de una provincia, se llaman también, dentro de ese ámbito, leyes
locales. Las del congreso son leyes “nacionales-locales” y las de provincia son leyes “locales-
provinciales”.
También son leyes locales las propias de las competencias de la Legislatura de la ciudad de Bs. As.
(art. 129), análogas a las de las legislaturas provinciales.
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Esta imposibilidad de juicio penal viene impuesta por la propia constitución a favor de los funcionarios
taxativamente enumerados en el art. 53.
Se trata en realidad de un ante-juicio, o privilegio procesal, que establece determinadas condiciones
extraordinarias para el proceso penal de una persona, y consiste en un impedimento que posterga el
proceso común hasta que se hallan producido ciertos actos -en el caso, de destitución por juicio
político-. No es una inmunidad penal que derive de la persona, sino una garantía de funcionamiento a
favor del órgano, como inmunidad de proceso.
El juicio político a ex funcionarios.
Se ha discutido si el juicio político es viable después que el funcionario ha dejado de desempeñar su
cargo. Quienes responden afirmativamente, alegan que un ex funcionario puede ser sometido a juicio
político al solo efecto de que el senado se pronuncie sobre inhabilitación. Para fundar esta postura,
sostienen que la declaración de incapacidad para ocupar empleo de honor, de confianza, o a sueldo
del estado, puede ser aplicada con independencia de la destitución, porque no es necesariamente un
“accesorio” de ésta.
Entendemos que esta tesis es equivocada. El juicio político tiene como finalidad la destitución, y ésta
solo es posible mientras el funcionario se encuentra en el cargo. La “inhabilitación” no es sino un
accesorio eventual de la remoción que nunca puede disponerse sino se destituye.
Que la declaración de incapacidad (inhabilitación) para ocupar empleo de honor, de confianza, o a
sueldo del estado, no es un “accesorio” que solo puede disponerse cuando se destituye al
funcionario, surge claramente si se lee atentamente el art. 60. Allí se dice que fallo del senado “ no
tendrá más efecto que destituir al acusado, y aún declararle incapaz de ocupar ningún empleo de
honor, de confianza, o a sueldo de la nación”. El no tener “más efecto” significa que la finalidad
principal es remover. Él (aún declararla incapaz) revela que, además de destituir, y como accesorio,
se puede inhabilitar. Reparese en que no se ofrece la alternativa de destituir “o” inhabilitar.
El control judicial sobre el juicio político.
Tal como nuestro derecho constitucional del poder ha institucionalizado el juicio político, no cabe
duda de que es competencia exclusiva de cada Cámara del Congreso, “acusar” y “destituir”.
Es posible algún recurso ante el poder judicial, en principio parece que no, porque es al senado a
quien incumbe ponderar la acusación de la Cámara de Diputados, investigar los hechos, y resolver si
el acusado debe o no ser destituido e inhabilitado. Pero si parte de ese juicio sobre el “fondo del
asunto” se incurre en algún vicio grave de forma en el procedimiento, el recurso extraordinario ante
la Corte Suprema de Justicia ha de quedar expedito a efecto de preservar la garantía del debido
proceso.
Ningún órgano, fuera del senado, puede juzgar los hechos, porque el fondo del asunto es
competencia exclusiva y excluyente de esa Cámara ; pero el aspecto puramente de forma (por ej. :
violación de la defensa) ha de ser revisable judicialmente, ya que con eso no se invade lo privativo
del senado, sino que se controla el procedimiento ; y el procedimiento jamás es privativo de ningún
órgano cuando está comprometida o violada una garantía constitucional.
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ARTICULO 53 : Solo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al presidente, vicepresidente,
al jefe de gabinete de ministros y a los miembros de la Corte Suprema, en las causas de
responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus
funciones ; o por crímenes comunes, después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la
formación de causa por la mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes.
ARTICULO 59 : Al Senado corresponde juzgar en juicio público a los acusados por la Cámara de
Diputados, debiendo sus miembros prestar juramento para este acto. Cuando el acusado sea el
presidente de la Nación el Senado será presidido por el presidente de la Corte Suprema. Ninguno
será declarado culpable sino a mayoría de los dos tercios de los miembros presentes.
ARTICULO 60 : Su fallo no tendrá más efecto que destituir al acusado, y aún declararle incapaz de
ocupar ningún empleo de honor, de confianza o a sueldo de la Nación. Pero la parte condenada
quedará, no obstante, sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes ante los tribunales
ordinarios.
Bs. As. en su caso. CONTROL Y FISCALIZACIÓN : Un organismo fiscal federal tendrá a su cargo el
control y fiscalización de la ejecución de lo establecido en este inciso, según lo determine la ley, la
que deberá asegurar la representación de todas las provincias y la ciudad de Bs. As. en su
composición.
3) ASIGNACIÓN DE RECURSOS : Establecer y modificar asignaciones específicas de recursos
coparticipables, por tiempo determinables, por la ley especial aprobada por la mayoría absoluta de
la totalidad de los miembros de cada Cámara.
4) EMPRÉSTITOS : Contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación.
5) TIERRAS PÚBLICAS : Disponer del uso de la enajenación de las tierras de propiedad nacional.
6) BANCO FEDERAL : Establecer y reglamentar un banco federal con facultad de emitir moneda, así
como otros bancos nacionales.
7) DEUDA : Arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación.
8) PRESUPUESTO : Fijar anualmente, conforme a las pautas establecidas en el tercer párrafo del inc.
2º de este artículo, el presupuesto general de gastos y cálculo de recursos de la administración
nacional, en base al programa general de gobierno y al plan de inversiones públicas y aprobar o
desechar la cuenta de inversión.
9) SUBSIDIOS A LAS PROVINCIAS : Acordar subsidios del Tesoro Nacional a las provincias cuyas
rentas no alcancen, según sus presupuestos, a cubrir sus gastos ordinarios.
10) NAVEGACIÓN FLUVIAL, PUERTOS Y ADUANAS : Reglamentar la libre navegación de los ríos
interiores, habilitar los puertos que considere convenientes, y crear o suprimir aduanas.
11) MONEDA : PESAS Y MEDIDAS : Hacer sellar monedas, fijar su valor y el de las extranjeras ; y
adoptar un sistema uniforme de pesas y medidas para toda la Nación.
12) LEGISLACIÓN COMÚN Y ESPECIAL. CÓDIGOS : Dictar los códigos Civil, Comercial, Penal, de
Minería, y de Trabajo y Seguridad Social, en cuerpos unificados o separados, sin que tales
códigos alteren las jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los tribunales federales
o provinciales, según que las cosas o las personas cayeren bajo sus respectivas jurisdicciones ; y
especialmente leyes generales para toda la Nación sobre naturalización y nacionalidad, con
sujeción al principio de nacionalidad natural y por opción en beneficio de la Argentina ; así como
sobre bancarrotas, sobre falsificación de la moneda corriente y documentos públicos del Estado, y
las que requiera el establecimiento del juicio por jurados.
13) COMERCIO EXTERIOR E INTERNO : Reglar el comercio con las Naciones extranjeras, y de las
provincias entre sí.
14) SERVICIO DE CORREOS : Arreglar y establecer los correos generales de la Nación.
15) LIMITES Y TERRITORIOS NACIONALES : Arreglar definitivamente los límites del territorio de
la Nación, fijar los de las provincias, crear otras nuevas, y determinar por una legislación especial
la organización, administración y gobierno que deben tener los territorios nacionales que queden
fuera de los límites que se asignen a las provincias.
16) FRONTERAS : Proveer a la seguridad de las fronteras.
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Sede. Los tratados t concordatos tienen jerarquía superior a las leyes. La Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre ; la Declaración Universal de Derechos Humanos ; el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ; el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo ; la Convención sobre la Prevención y la Sanción del
Delito de Genocidio ; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de
Discriminación Racial ; la Convención contra la Tortura y otros Tratados o Penas Crueles,
Inhumanos o degradantes ; la Convención sobre los Derechos del Niño ; en las condiciones de su
vigencia, tiene jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la primera parte de esta
Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella
reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara.
JERARQUÍA CONSTITUCIONAL : Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos,
luego de ser aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la
totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional.
23) DERECHOS HUMANOS : Legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la
igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos
por esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos, en
particular respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad.
PROTECCIÓN DEL NIÑO Y DE LA MADRE : Dictar un régimen de seguridad social especial e
integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización
del período de enseñanza elemental, y de la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia.
24) APROBACIÓN DE TRATADOS : Aprobar tratados de integración que deleguen competencias y
jurisdicción a organizaciones supraestatales en condiciones de reciprocidad e igualdad, y que
respeten el orden democrático y los derechos humanos. Las normas en su consecuencia tienen
jerarquía superior a las leyes. DENUNCIA DE TRATADOS : La aprobación de estos tratados con
Estados de Latinoamérica requerirá la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada
Cámara. En el caso de tratados con otros estados, el Congreso de la Nación, con la mayoría
absoluta de los miembros presentes de Cada Cámara, declarará la conveniencia de la aprobación
del tratado y solo podrá ser aprobado con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los
miembros de cada Cámara, después de ciento veinte días del acto declarativo. La denuncia de los
tratados referidos a este inciso, exigirá la previa aprobación de la mayoría absoluta de la totalidad
de los miembros de cada Cámara.
25) GUERRA Y PAZ : Autorizar al Poder Ejecutivo para declarar la guerra o hacer la paz.
26) REPRESALIAS Y PRESAS : Facultar al Poder Ejecutivo para ordenar represalias, y establecer
reglamentos para las presas.
27) PODERES MILITARES : Fijar las fuerzas armadas en tiempo de paz y guerra, y dictar las
normas para su organización y gobierno.
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PUNTO 11.1. PARTE HISTORICA : el Poder Ejecutivo en las constituciones de 1819, 1826,
Pacto Federal de 1831, el Proyecto de Alberdi y la Constitución de 1853. Reformas
constitucionales que afectaron el Poder Ejecutivo.
Es necesario encontrar un hilo conductor que permita arribar a una conclusión general respecto de
ella, para seguirla desde el siglo XIX hasta hoy. Ese elemento catalizador, está en el régimen
presidencialista, que ha sido y es el régimen adoptado para satisfacer las necesidades del sistema
político de nuestro país. Los intentos de apartamiento o de desvirtuación del sistema presidencialista
han sido siempre tentativas fallidas, acaso por ser contrarios a la filiación histórica y a la naturaleza
de nuestro sistema constitucional.
En la mayor parte de los Estados, los procesos de toma de decisiones políticas fundamentales en
torno a la independencia, a la forma de gobierno, a las formas de estado, a la organización, etc.. Son
simultáneos o consecuentes. En nuestro país, en cambio, ese proceso se demoró a lo largo de un
período que abarca la mayor parte del siglo pasado.
La Revolución se produce en 1810, tarda seis años en declarar la Independencia (1816). Recién al
término de esa década se produce una definición política concreta en torno a la forma de gobierno.
Recién en 1820 la República quedó definitivamente consolidada. El Poder Ejecutivo tuvo al comienzo
una forma colegiada (la Junta), luego, frente a su fracaso manifestado en la incapacidad para
conducir una eficacia la guerra de la independencia, fue sustituida por una forma semicolegiada ; el
Triunvirato. Este fracasó a su vez, pues tampoco pudo conducir con eficacia el proceso de la
independencia y fue reemplazado por un Directorio unipersonal.
En la década de 1829 a 1830 surge por primera vez la institución del Presidente de la República, que
dura un par de años. Ocupa este cargo un estadista de formación y pensamientos europeos :
Bernardino Rivadavia. Al poco tiempo de haber asumido, es derribado por la falta de respaldo de los
caudillos.
Entre 1831 y 1852 no se consolida la figura del Presidente, porque se había consolidado la
Confederación. Sólo le otorgaban, por delegación, el manejo de las relaciones exteriores de la
Confederación, al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Recién en 1852, con la reunión del Congreso General Constituyente, comienza a elaborarse la
organización definitiva del país, bajo un sistema de gobierno republicano, una forma de estado
federal y un régimen presidencialista.
Artículo 87 : El Poder Ejecutivo de la Nación será desempeñado por un ciudadano con el título de
“presidente de la Nación Argentina”.
Artículo 88 : En caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del
presidente el Poder Ejecutivo será ejercido por el vicepresidente de la Nación. En caso de
destitución , muerte, dimisión o inhabilidad del presidente y vicepresidente de la nación, el Congreso
determinará que funcionario público ha de desempeñar la presidencia hasta que halla cesado la causa
de inhabilidad o un nuevo presidente sea electo.
Artículo 89 : Para ser elegido presidente o vicepresidente de la Nación, se requiere haber nacido en
el territorio argentino, o ser hijo de ciudadano nativo, habiendo nacido en país extranjero ; y las
demás calidades exigidas para ser elegido senador.
Artículo 90 : El presidente y vicepresidente duran en sus funciones el término de cuatro años y
podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo período consecutivo. Si han sido
reelectos o se han sucedido recíprocamente no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos,
sino con el intervalo de un período.
Artículo 91 : El presidente de la Nación cesa en el Poder el mismo día en que expira su período de
cuatro años ; sin que evento alguno que lo haya interrumpido, pueda ser motivo de que se le
complete más tarde.
Artículo 92 : El presidente y vicepresidente disfrutan de un sueldo pagado por el Tesoro de la
Nación, que no podrá ser alterado en el período de su nombramiento. Durante el mismo período no
podrá ejercer otro empleo ni recibir ningún otro emolumento de la Nación, ni de provincia alguna.
Artículo 93 : Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en
manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias
religiosas, de : “desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o vicepresidente) de la
Nación y observar y hacer observar fielmente la constitución de la Nación Argentina”.
Artículo 94 : El presidente y el vicepresidente de la Nación serán elegidos directamente por el
pueblo, en doble vuelta, según lo establece esta constitución. A este fin el territorio nacional
conformará un distrito único.
Artículo 95 : La elección se efectuará dentro de los dos meses anteriores a la conclusión del
mandato del presidente en ejercicio.
Artículo 96 : La segunda vuelta electoral, si correspondiere, se realizará entre las dos fórmulas de
candidatos más votadas, dentro de los treinta días de celebrada la anterior.
Artículo 97 : Cuando la fórmula que resultare más votada en la primera vuelta, hubiere obtenido
más de 45% de los votos afirmativos válidamente emitidos, sus integrantes serán proclamados como
presidente y vicepresidente de la Nación.
Artículo 98 : Cuando la fórmula que resultare más votada en la primera vuelta hubiere obtenido el
40% por lo menos de los votos afirmativos válidamente emitidos y, además, existiere una diferencia
mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de los votos afirmativos válidamente emitidos
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sobre la fórmula que le sigue en número de votos, sus integrantes serán proclamados como
presidente y vicepresidente de la Nación.
conciso e individualizado, para cada oportunidad de ausencia al extranjero, con la que se rechaza
la especie de autorizaciones en blanco que dejan al criterio exclusivo del presidente ponderar la
oportunidad, la conveniencia y el país de cada viaje futuro.
c) La muerte y la renuncia : son situaciones tan objetivas que no ofrecen dudas. Pero la renuncia
debe ser aceptada por el congreso (el art. 75 inc. 21 se refiere a admitir o desechar los motivos de
dimisión del presidente o vicepresidente, lo que también revela que la renuncia debe ser fundada).
d) La destitución : la constitución prevé el juicio político para el presidente y el vicepresidente, con
el resultado de que, si prospera, el fallo del senado importa por lo menos destituir al acusado. La
Constitución no conoce otro mecanismo destitutorio. La remoción por golpe de estado, revolución,
o cualquier hecho de fuerza, es una causal extraconstitucional ; por eso quien asume la
presidencia es un presidente de facto y no de jure.
La sucesión del vicepresidente.
Cuando una causal de acefalía afecta al presidente, “el Poder Ejecutivo será ejercido por el
vicepresidente”, según rezan la primera parte del art. 89. Hay acefalía, pero hay un sucesor.
a) Si la acefalía es definitiva, el presidente cesa y la vacancia debe cubrirse en forma permanente : el
vicepresidente ejerce el Poder Ejecutivo por todo el resto del período presidencial pendiente y
asume el cargo en sí mismo, y se convierte en presidente ; no es el vicepresidente “en ejercicio
del poder ejecutivo”, sino “el presidente” ; con eso, desaparece la acefalía, porque definitivamente
el ejecutivo tiene un nuevo titular.
b) Si la acefalía no es definitiva el ejercicio que el vicepresidente hace del poder ejecutivo es algo así
como una suplencia, hasta que el presidente reasuma sus funciones ; el vicepresidente es solo
vicepresidente en ejercicio del poder ejecutivo ; el presidentes sigue siendo tal, solo que es pero
no ejerce, y por eso cuando reasume, no presta nuevo juramento.
La ley de acefalía Nº 20.972.
La primera ley de acefalía, fue la 252, dictada en 1868. Esta ley dispuso dos etapas : una provisoria
hasta que el congreso elija el nuevo presidente, y otra definitiva a cargo del presidente electo por el
congreso reunido en asamblea. Si la causal de acefalía es transitoria, la segunda etapa no se cumple.
a) Cuando la vacancia del poder ejecutivo es transitoria y el vicepresidente no puede suceder al
presidente, la ley prevé el desempeño temporario del poder ejecutivo por alguno de los siguientes
funcionarios, en este orden : 1) el presidente provisorio del senado ; 2) el presidente de la cámara
de diputados ; 3) el presidente de la Corte Suprema de Justicia. El que asume, ejerce el poder
ejecutivo “hasta que reasume su titular”.
b) El dispositivo de la ley traduce el mecanismo para la elección de presidente cuando la vacancia es
permanente. En tal supuesto, hay dos etapas :
• en la primera, el poder ejecutivo es ocupado transitoriamente por uno de los funcionarios ya
mencionados, en el orden que ella consigna ;
• en la segunda, el congreso reunido en asamblea elige definitivamente al nuevo presidente,
entre los senadores federales, diputados federales, y gobernadores de provincia.
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El presidente así electo por el Congreso se convierte en presidente definitivo hasta concluir el período
de su antecesor, con lo que se burla el espíritu de la constitución, en cuanto su art. 88 prevé la
cobertura de la acefalía hasta que un nuevo presidente sea electo.
Artículo 100 : El jefe de gabinetes de ministros y los demás ministros secretarios cuyo número y
competencia será establecido por una ley especial, tendrán a su cargo el despacho de los negocios de
la Nación, y refrendarán y legalizarán los actos del presidente por medio de su firma, sin cuyo
requisito carecen de eficacia.
Al jefe de gabinete de ministros, con responsabilidad política ante el congreso de la Nación le
corresponde :
1) Ejercer la administración general del país.
2) Expedir los actos y reglamentos que sean necesarios para ejercer las facultades que le atribuye
este artículo y aquellas que le delegue el presidente de la Nación, con el refrendo del ministro
secretario del ramo al cual el acto o reglamento se refiera.
3) Efectuar los nombramientos de los empleados de la administración, excepto los que
correspondan al presidente.
4) Ejercer las funciones y atribuciones que le delegue el presidente de la Nación y, en acuerdo de
gabinete resolver sobre las materias que le indique el poder ejecutivo, o por su propia decisión,
en aquellas que por su importancia estime necesario, en el ámbito de su competencia.
5) Coordinar, preparar y convocar las reuniones de gabinete de ministros, prescidiendolas en caso
de ausencia del presidente.
6) Enviar al congreso los proyectos de ley de Ministerios y de Presupuesto Nacional, previo
tratamiento en acuerdo de gabinete y aprobación del poder ejecutivo.
7) Hacer recaudar las rentas de la nación y ejecutar la ley de Presupuesto Nacional.
8) Refrendar los decretos reglamentarios de las leyes, los decretos que dispongan la prórroga de
las sesiones ordinarias del Congreso o la convocatoria de sesiones extraordinarias y los
mensajes del presidente que promuevan la iniciativa legislativa.
9) Concurrir a las sesiones del congreso y participar en sus debates, pero no votar.
10) Una vez que se inician las sesiones ordinarias del Congreso, presentar junto a los restantes
ministros memoria detallada del estado de la nación en lo relativo a los negocios de los
respectivos departamentos.
11) Producir los informes y explicaciones verbales o escritos que cualquiera de las Cámaras
solicite al poder ejecutivo.
12) Refrendar los decretos que ejercen facultades delegadas por el congreso, los que estarán
sujetos al control de la Comisión Bicameral Permanente.
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PUNTO 12. 1. ATRIBUCIONES DEL PODER EJECUTIVO : Jefe Militar. Jefe Político.
Conducción diplomática, poder reglamentario, poderes co-legislativos. Indulto y
conmutación de penas. Convocatoria al Congreso. Nombramientos Art. 99 C.N :
Enumeración y análisis.-
b) La mención explícita de la norma actual no equivale a separar la jefatura del estado y la jefatura
del gobierno en dos órganos distintos, ni ha implantar un sistema similar al parlamentario, sino
sirve para considerar como la mejor interpretación posible a la que postula que la jefatura del
gobierno a cargo del presidente significa que es la cabeza de la administración, y su responsable
político, aunque el “ejercicio” de tal administración le incumbe directamente al jefe de gabinete.
La jefatura de la administración.
✔ La responsabilidad política por la administración general del país está atribuida al presidente
por el art. 99 inc. 1,
✔ el ejercicio de esa misma administración le incumbe al jefe de gabinete,
✔ es posible inferir de ello un desglose entre la titularidad (o jefatura) y el ejercicio : la primera
pertenece al presidente, y la segunda al jefe de gabinete.
La conducción de las relaciones exteriores y la representación internacional del estado.
El presidente asume la representación del Estado como persona jurídica en el ámbito internacional.
Aunque muchas de las facultades en orden a las relaciones exteriores las ejerce en concurrencia con
el Congreso, el poder ejecutivo conduce esas relaciones. El presidente monopoliza la facultad de
vincularse con los gobiernos extranjeros.
Los tratados : el inc. 11 del art. 99 dispone que el presidente concluye y firma tratados, concordatos
y otras negociaciones requeridas para el mantenimiento de buenas relaciones con las organizaciones
internacionales y las naciones extranjeras. Según el art. 75 inc. 22 el congreso las aprueba o las
desecha. Cuando el congreso las aprueba, el poder ejecutivo tiene competencia para ratificarlos en
sede internacional.
La ratificación de tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional.
Cuando el congreso asigna jerarquía constitucional a un tratado de derechos humanos ya que se halla
incorporado a nuestro derecho interno, no corresponde una nueva ratificación internacional, ya que el
efecto de aquella jerarquía constitucional es propio exclusivamente de nuestro derecho interno.
Cuando el congreso atribuye dicha jerarquía a un tratado que todavía no ha ingresado a nuestro
derecho interno, es menester aguardar tal ratificación para que ingrese el derecho interno y para que
dentro de su ordenamiento revista el mismo nivel de la constitución.
Indulto y conmutación de penas.
Concepto : el inc. 5 del art. 99 contiene la facultad del indulto y de la conmutación. La norma dice
que el presidente puede indultar o conmutar penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal, previo
informe del tribunal correspondiente, excepto en los casos de acusación por la Cámara de diputados.
El indulto es conceptuado como el perdón absoluto de la pena ya impuesta; y la conmutación, como
el cambio de una pena mayor por otra menor.
La oportunidad de concederlo: el indulto no puede concederse antes, sino después de la comisión
del delito, porque se indulta la “pena” adjudicada al delito; además, indultar antes de perpetrado el
hecho criminoso sería dispensar del cumplimiento de la ley. Es menester no solo la existencia de un
proceso, sino la sentencia firme imponiendo una pena, porque la pena que se indulta no es la que
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con carácter general atribuye la norma penal a un hecho tipificado como delito, sino la que un juez ha
individualizado en una sentencia, aplicándola a un reo. El indulto presidencial solo puede recaer
“después de la condena”, y nunca antes. El indulto anticipado viola el derecho de toda persona a la
presunción de su inocencia hasta ser convicto de delito por sentencia firme de juez competente. El
indulto es un acto de neta y clara naturaleza política y no jurisdiccional. El poder ejecutivo no cumple
función de administrar justicia, sino que concede una “gracia”, y esta prerrogativa presidencial es
propia de su actividad política. Al igual que el congreso al disponer una amnistía, el poder ejecutivo
debe actuar éticamente y por notorias razones de equidad cuando dispensa un indulto. El indulto es
facultad privativa del presidente, cuyo ejercicio no puede transferir a ningún funcionario.
Los casos en que no procede.
El indulto no procede en caso de juicio político. La destitución dispuestas por el senado, o por el
jurado de enjuiciamiento, no pueden ser objeto de indulto. Aunque la constitución guarde silencio,
creemos que tampoco pueden indultarse las penas aplicadas judicialmente por delitos que define la
misma constitución en los arts. 15, 22, 29, 36 y 119. El presidente no podría indultarse asimismo. El
indulto presidencial se limita a penas impuestas por tribunales federales, no alcanza a las impuestas
por tribunales provinciales.
PUNTO 12. 2. JEFE DE GABINETE : atribuciones y deberes. Remoción (arts. 100 y 101 C.
N.).
REMITIRSE A BOLILLA 11.
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PUNTO 13. 1. PARTE HISTORICA. El Poder Judicial en la Constitución de 1819, 1826, Pacto
Federal de 1831, Proyecto de Alberdi y Constitución de 1853. Reformas Constitucionales
que afectaron el Poder Judicial.
La Constitución de 1819 en su redacción establecía una ALTA CORTE DE JUSTICIA, integrada por
siete jueces y dos fiscales letrados, con ocho años de ejercicio profesional y más de cuarenta de
edad, ejercía el “Supremo Poder Judicial”. Lo nombraría el Director con acuerdo del Senado. Sus
atribuciones eran tomadas de la Suprema Corte de los Estados Unidos.
La Constitución de 1826 creaba una ALTA CORTE DE JUSTICIA, conformada por nueve jueces y dos
fiscales, que serían los encargados de ejercer el Supremo Poder Judicial. Serían letrados con ocho
años de ejercicio, cuarenta de edad y las condiciones para ser senador. Los nombraba el Presidente
de la República “con noticia y consentimiento del Senado”.
El pacto Federal de 1831, no estableció ninguna forma de organización del Estado. Sólo hace
referencia a que en tiempos de paz y dadas las condiciones favorables para la organización de la
Nación se convoque a un Congreso Federativo para cumplir con este objetivo. El Congreso sería el
encargado de establecer la División de los Poderes y como se integraría cada uno de ellos.
La Sección Tercera de la Segunda parte de la Constitución Nacional (parte institucional) se titula “DEL
PODER JUDICIAL”, y está compuesta por dos capítulos : el primero se ocupa “de su naturaleza y
duración”, y el segundo de las “atribuciones del Poder Judicial”.
El Poder Judicial se compone de dos estructuras : una la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA y los DEMÁS
TRIBUNALES INFERIORES y demás órganos que ejercen la administración de justicia ; otra, el
CONSEJO DE LA MAGISTRATURA con funciones específicas en la selección de los magistrados y en la
administración del Poder Judicial.
Los órganos del Poder Judicial, a los que genéricamente se les llama “tribunales de justicia”, son los
jueces naturales a los que tienen derecho todas las personas que habiten en la Nación (art. 18 C. N.).
El Poder Judicial es el pilar básico del sistema de control, con competencia exclusiva para la defensa
de la Constitución, siempre y cuando se invoque el menoscabo de cláusulas, derechos, declaraciones
o garantías constitucionales para que se produzca la intervención de los jueces.
Con la reforma constitucional de 1994, el Poder Judicial argentino como órgano de control se ha visto
fortalecido por la restablecida independencia del Ministerio Público (considerado un órgano
extrapoder con una importante vinculación con el Poder Judicial) y la creación de otras diversas
magistraturas independientes como el Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento, con
más el procedimiento de audiencia pública en el Senado para la designación de miembros de la Corte
Suprema (art. 99 inc. 4º, atribuciones del poder Ejecutivo.
El Poder Judicial, por sus funciones específicas, debe tener asegurada su independencia, para ello
distintas normas asientan la “independencia del Poder Judicial”. La independencia judicial es en
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primer término, un imperativo moral. Cada juez debe ser independiente, esto es, debe actuar a la
hora de juzgar, desligado o no dependiente de todo lo que no sea el imperio de la ley, aplicada e
interpretada pro él sin más instrumentos que su ciencia y su conciencia, y siempre y sólo en términos
de derechos explícitos y razonados. El juez debe estar sometido únicamente al imperio de la ley.
excepción y recae en razón de lugar, de materia y de partes conforme al art. 116, pero deja fuera
de su ámbito al derecho común.
b) El art. 129 depara a la ciudad de Bs. As. facultades de jurisdicción, para cuyo ejercicio debe tener
tribunales propios.
c) Si como principio la materia de derecho común evade la jurisdicción de los tribunales federales, no
concurre razón para que en la ciudad de Bs. As. subsistan tribunales federales que la retengan (así
se los siga llamando tribunales “nacionales” y no tribunales federales).
d) Se refuerza el argumento de que solamente subsiste jurisdicción federal en la ciudad de Bs. As.
cuando hay que garantizar en ella intereses federales mientras sea capital federal.
e) No existe ningún interés federal que quede comprometido si las cuestiones de derecho común en
la ciudad de Bs. As. son juzgadas por tribunales de la ciudad, por lo que retenerlas dentro de la
jurisdicción de los tribunales federales conspira contra el carácter limitado de la jurisdicción del
gobierno federal en el territorio de la misma ciudad.
f) Sustraer a los tribunales de la ciudad tales cuestiones de derecho común configura una
desigualdad irrazonable entre sus habitantes y los de las provincias, aspecto éste que de alguna
manera roza el derecho de igualdad de todos los justiciables ante la jurisdicción judicial.
g) Reducir la jurisdicción de los tribunales de la ciudad sin ningún interés federal que requiera
garantía, se nos hace incompatible con la amplitud de la jurisdicción que debe tener el poder
judicial de la ciudad si la coordinamos razonablemente con el régimen de gobierno “autónomo”
definido en el art. 129, porque “gobierno” (autónomo) es abarcativo de las tres funciones clásicas
del poder, también de la judicial ; y “autónomo” quiere decir exento de interferencias ajenas
irrazonables.
La ley de garantía de los intereses federales en la ciudad capital (23548) dispone en su art. 8 : “la
justicia nacional ordinaria de la ciudad de Bs. As. mantendrá su actual jurisdicción y competencia
continuando a cargo del Poder Judicial de la Nación”, y que “la ciudad de Bs. As. tendrá facultades
propias de jurisdicción en materia de vecindad, contravencional y de faltas, contencioso-
administrativa y tributarias locales”.
El cuarto párrafo de esta norma establece que “hasta tanto se halla dictado el estatuto organizativo
de la ciudad de Bs. As., la designación y remoción de los jueces se regirá por las disposiciones de los
arts. 114 y 115 de esta Constitución. Cumplido ese período transitorio, se daba por supuesto que los
jueces de la ciudad ya no serían jueces “nacionales ordinarios” (federales) ni pertenecerían al Poder
Judicial Federal, sino jueces locales. Una interpretación de buena fe nos permite comprender que
cuando alude “los jueces de la ciudad de Bs. As.” está presuponiendo que :
a) en la ciudad solo habrían de mantenerse los tribunales federales que, en igualdad con los
existentes en las provincias, son necesarios para ejercer las competencias que por razón de
materia, de partes o de lugar surgen del art. 116.
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b) los llamados tribunales “nacionales ordinarios” de la capital federal habrían de dejar lugar a los
tribunales locales del Poder Judicial de la ciudad para resolver todos los procesos excluidos de la
jurisdicción federal.
Al haberse desvirtuado esta distribución de justicia federal y local por la ley 23548, se ha provocado
una complicación, cual es la de saber si los tribunales “nacionales” subsistentes en la ciudad aplicarán
o no el estatuto organizativo de la ciudad y las normas inferiores emanadas de los órganos de poder
locales.
Cuando esta norma dice que mientras la ciudad de Bs. As. sea capital, el congreso ejercerá en ella las
atribuciones legislativas que “conserve” con arreglo al art. 129, solamente puede ejercer las que son
necesarias para garantizar los intereses federales. Todo lo que no conserve el Congreso en el marco
de aquella limitación, queda residualmente a favor de la autonomía de la ciudad de forma que sus
facultades de jurisdicción han de ser amplias en todo cuanto no haga falta sustraerle para la citada
garantía de los intereses federales.
Artículo 129 : La ciudad de Bs. As. tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facultades
propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de
la ciudad.
Una ley garantizará los intereses del Estado Nacional, mientras la ciudad de Buenos
Aires sea capital de la Nación.
En el marco de lo dispuesto en este art., el Congreso de la Nación convocará a los
habitantes de la ciudad de Buenos Aires para que, mediante los representantes que elijan a ese
efecto, dicten el estatuto organizativo de sus instituciones.
El texto demanda idoneidad al requerir la tenencia del diploma de abogado y además exige práctica
profesional.
Respecto a las mismas calidades para ser senador, debemos resaltar como más importantes la de la
edad (30 año) y el ejercicio de la ciudadanía.
Artículo 112 : En la primera instalación de la Corte Suprema, los individuos nombrados prestarán
juramento en manos del presidente de la Nación, de desempeñar sus obligaciones, administrando
justicia bien y legalmente, y en conformidad a lo que prescribe la constitución. En los sucesivo lo
prestarán ante el presidente de la misma Corte.
Lo que se refiere a la designación del cargo del Presidente de la Corte está determinado en el
reglamento para la justicia nacional que dice que el presidente y los vicepresidentes primero y
segundo serán elegidos por mayoría absoluta de los ministros del tribunal y durarán tres años en el
ejercicio de sus funciones. Los vicepresidentes sustituyen por su orden al presidente y estos se
reemplazan por los demás ministros, según su antigüedad. El presidente de la corte la representa,
firma las comunicaciones dirigidas a los otros poderes nacionales y provinciales, etc., y según la
constitución es quien toma juramento a los jueces de la Corte y es el que en el supuesto de juicio
político al presidente de la Nación debe presidir el senado de la Nación.
Artículo 110 : Los jueces de la Corte Suprema y de los tribunales inferiores de la Nación
conservarán sus empleos mientras dure su buena conducta, y recibirán por sus servicios una
compensación que determinará la ley, y que no podrá ser disminuida en materia alguna, mientras
permaneciesen en sus funciones.
Las causales de remoción de los miembros de la Corte Suprema de Justicia y de los jueces de los
tribunales inferiores de la Nación son las establecidas en el art. 53 de la constitución ; ellas son mal
desempeño, delito en el ejercicio de sus funciones, o crímenes comunes. Los miembros de la corte
suprema son juzgados y removidos por el senado, mientras que los magistrados de los tribunales
inferiores lo son por un jurado de enjuiciamiento integrado por legisladores, magistrados y abogados
de la matrícula federal.
Los fondos para hacer frente a los ingresos de los jueces provienen del tesoro de la nación.
Artículo 113 : la corte suprema dictará su reglamento interior y nombrará a sus empleados.
La constitución autoriza a la corte suprema a dictar el reglamento que haga a su funcionamiento
interno y también a nombrar a sus empleados, es decir, a los empleados que estén dentro del ámbito
de la corte.
La corte es el órgano supremo máximo del poder judicial : es titular o cabeza de ese poder, como el
presidente lo es del ejecutivo y el congreso del legislativo. El ejecutivo es unipersonal o monocrático,
y el congreso es órgano complejo, la corte es : órgano colegiado, y órgano en el cual no se agota el
poder judicial, porque existen otros tribunales inferiores que juntamente con la corte lo integran en
instancias distintas, además de órganos que no administren justicia pero forman parte del poder
judicial (consejo de la magistratura y jurado de enjuiciamiento).
En el gobierno tripartito la corte también gobierna, comparte dentro del poder estatal las funciones
en que ese poder se exterioriza y ejerce. Y las comparte reteniendo una de ellas, que es la
administración de justicia.
La corte se ha denominado a si misma como “tribunal de garantías constitucionales”, para resaltar la
función que cumple para tutelar los derechos y garantías personales. Dentro de esto, interpreta y
aplica los tratados de derechos humanos, tengan o no garantía constitucional. En ese campo, ha
invocado y ejercido “poderes implícitos” para poner en funcionamiento su competencia. El
funcionamiento del tribunal y sus productos inoculados a la constitución material ofrece ámbito para
un reducido panorama.
Cabe recordar que la corte :
a) Da desarrollo a la doctrina constitucional en diversos campos, a medidas que sus sentencias
despliegan la interpretación y la aplicación de la constitución.
b) Ejerce en instancia última el control judicial de constitucionalidad, incluso cuando el derecho
provincial discrepa con la constitución ; esta especie de intervención judicial de la corte le asigna
un papel relevante en el diseño de las políticas estatales, según cual sea la materia sobre la cual
juzga la constitucionalidad de sus contenidos.
c) Actúa como custodio del sistema de derechos.
d) Vigila que los tratados internacionales no se violen, ni por acción ni por omisión, para resguardar
la responsabilidad internacional del estado que los ha incorporado a nuestro derecho interno.
e) Tiende a concertar armoniosamente las competencias federales y las provinciales para evitar la
pugna entre unas y otras.
f) Integra los vacíos normativos de la constitución y del derecho infraconstitucional, y confiere
desarrollo y contenidos a las normas que, por su generalidad y apertura, requieren irse
completando.
g) Controla la correcta aplicación del derecho, especialmente cuando se hace cargo de las sentencias
arbitrarias dictadas por tribunales inferiores (sean federales o locales).
h) Ejerce un poder del estado, por lo que comparte el gobierno en orden a las competencias que les
son propias, o sea, es tribunal y es poder.
La supremacía de la Corte Suprema.
Que la corte se llame por imperio de la constitución Corte “Suprema” sólo significa que es el máximo
y último tribunal del poder judicial. O sea que en el orden interno no hay otro tribunal superior.
La división de la Corte en Salas.
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La Corte no puede ser dividida en salas. Ello equivaldría a que sus sentencias fueran dictadas por una
sala, y no por el tribunal en pleno. Admitimos que la ley fije el número de miembros de la Corte, pero
una vez fijado, el cuerpo así constituido es “la corte de la constitución”, y como tal cuerpo debe fallar
las causas que por la constitución le toca resolver dentro de su competencia.
El presidente de la Corte Suprema.
La constitución hace referencia al presidente en el art. 112 y en el art. 59 (disponiendo que cuando el
acusado en juicio político sea el presidente de la república el senado será presidido por el presidente
de la corte suprema).
Su nombramiento.
Podemos observar que hasta 1930, esa práctica ejemplarizó la designación del presidente de la corte
por el presidente de la república. Desde 1930, el presidente de la corte es nombrado por la corte
misma.
Su renuncia.
La renuncia como presidente ha de elevarse a la propia corte y debe ser resuelta por ella.
La actividad de la corte suprema que no es judicial.
La corte suprema inviste algunas atribuciones no judiciales. La propia constitución le adjudica en el
art. 113 la de dictar su reglamento interno y la de nombrar a sus empleados subalternos. Con la
reforma de 1994, que al crear el consejo de la magistratura en el art. 114 le ha asignado algunas
competencias no judiciales hasta ahora ejercida por la corte.
La corte invocó en el art. 113 la decisión que desde el punto de vista institucional no convenía que
jueces inferiores revisaran lo decidido por el alto tribunal en materia de superintendencia.
Tribunales Administrativos.
Alguna doctrina ha pretendido señalar (y ahora aparecen algunas referencias legislativas que serán
polémicas, leyes que reglan las facultades de los entes nacionales reguladores, 24.065, 24.076) que
en ciertos casos cuando el órgano ejecutivo (u otro que ejerza la función administrativa) está
facultado para decidir alguna controversia, ejerce una función “semejante a la jurisdiccional”.
Algunos ejemplos de esta función son : dictar una resolución en un sumario administrativo por la cual
se pueda imponer una sanción a un empleado público ; la constitución de tribunales militares ; las
resoluciones de la Dirección General Impositiva ; de la Aduana ; etc. ; o simplemente, la decisión de
un recurso administrativo.
Cierta parte de la doctrina no comparte el criterio de la existencia de la función administrativa
jurisdiccional. Si bien admiten que ciertos actos de la Administración resuelven (en sede
administrativa) algún tipo de controversias, a dichos actos le faltan dos de los elementos esenciales
que son constitutivos de la función jurisdiccional :
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lo que vale recomendar que las provincias cuyas constituciones no prescriben la inamovilidad
vitalicia, reformen y sustituyan el mecanismo de los nombramientos temporales o periódicos.
El sueldo.
El art. 110 dispone que la remuneración de los jueces es determinada por la ley y que no puede ser
disminuida “en materia alguna” mientras permanezcan en sus funciones.
Si es la ley la que fija la retribución de los jueces, el no poder disminuirla “en manera alguna” tiene el
sentido de prohibir las reducciones nominales por “acto del príncipe”, las que dispusiera una ley. Si la
ley no puede hacer tales reducciones, mucho menos puede hacerlas cualquier otro órgano del poder.
Una interpretación dinámica de la constitución exige que la prohibición de disminución “en manera
alguna” se entienda referida no solo a las mermas nominales o por “acto del príncipe” sino
proveniente de causas distintas, implica depreciación del valor real de la remuneración.
La corte suprema ha establecido que la intangibilidad de los sueldos de los jueces es garantía de
independencia del poder judicial.
Queda por descifrar si la garantía de irreductibilidad de las remuneraciones impide que estas soporten
deducciones por aporte jubilatorio, cargas fiscales, o cualquier otro concepto que obliga a los
habitantes.
El principio de intangibilidad de las retribuciones de los jueces no puede ser desconocido en su
contenido esencial por el derecho provincial con independencia de lo que cada constitución local
establezca.
Las incompatibilidades.
La constitución no contiene más disposición sobre incompatibilidad que la del art. 34, que prohibe a
los jueces de las cortes federales serlo al mismo tiempo de los tribunales de provincia. pero se
encuentra tan consustanciada la incompatibilidad de otras actividades con el ejercicio de la función
judicial, que la ley no ha hecho más que recepcionar una convicción unánime : los jueces no pueden
desarrollar actividades políticas, administrativas, comerciales, profesionales, etc., ni tener empleos
públicos o privados. Por excepción, pueden ejercer la docencia, y realizar tareas de investigación y
estudios.
No hay que ver estas incompatibilidades como “prohibiciones” dirigidas a la persona de los jueces
para crearles cortapisas en sus actividades, sino como una “garantía” para su buen desempeño en la
magistratura y para el funcionamiento correcto e imparcial de la administración de justicia.
Las facultades disciplinarias del Poder Judicial.
El poder disciplinario de los jueces tiene múltiples perspectivas :
a) Una abarca a los funcionarios y empleados del poder judicial.
b) Otra se dirige a ejercerlo sobre las partes en el proceso, comprendiendo a los justiciables y a los
profesionales que intervienen en él.
c) Otra atiende a la propia dignidad del juez, para sancionar las ofensas y faltas de respeto hacia él
durante el proceso.
El panorama puede ser éste :
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a) La reforma constitucional de 1994 ha conferido el poder disciplinario sobre los jueces al Consejo
de la Magistratura (art. 114).
b) Respecto de los demás agentes que componen el personal que se desempeña en los tribunales de
justicia, el poder disciplinario incumbe a cada uno de éstos respecto de su elenco.
c) No hay disposiciones expresas en la constitución acerca del poder disciplinario del Consejo de la
Magistratura para su propio personal, ni del Ministerio Público sobre el suyo.
En cuanto al poder disciplinario de los jueces sobre los abogados, convendría efectuar un deslinde :
a) Llamaríamos facultades disciplinarias “procesales” a efectos de sancionar inconductas de los
profesionales que intervienen en y durante un proceso.
b) Lo que llamaríamos facultades disciplinarias “profesionales”, el poder disciplinario pertenecería a
los colegios de abogados en resguardo de la ética.
El derecho judicial en materia de poder disciplinario.
a) La Corte ha considerado que la corrección disciplinaria no importa el ejercicio de jurisdicción
penal, ni del poder ordinario de imponer “penas”. Esta facultad siempre se reputó inherente a los
jueces, porque sin ella quedarían privados de autoridad.
b) La sanción requiere estar prevista en la previa.
c) La facultad disciplinaria de los tribunales judiciales alcanza también a los legisladores que actúan
en el proceso, cuyos privilegios e inmunidades ceden ante aquella facultad.
LA UNIDAD DE JURISDICCION.
Nuestro derecho constitucional acoge el principio que consiste en que :
a) La administración de justicia está a cargo exclusivamente, y para todos los justiciables, de los
órganos (tribunales) del poder judicial.
b) Hay una jurisdicción judicial única para todos.
c) Por ello, existe simultáneamente la igualdad de todos los justiciables ante la jurisdicción (única y
la misma para todos).
d) Esa jurisdicción judicial “única” es ejercida por tribunales que deben revestir el carácter de jueces
naturales.
LA JURISDICCION MILITAR.
LA JURISDICCION ADMINISTRATIVA (O ADMINISTRACION JURISDICCIONAL)
El ejercicio de la función jurisdiccional por la administración.
En el derecho argentino discrepan tres posiciones doctrinarias :
a) Una sostiene, nunca la administración ejerce funciones jurisdiccionales.
b) Materialmente, hay y puede haber función jurisdiccional en la administración, pero si se la ejerce
se viola el art. 109 de la constitución, o sea que se incurre en inconstitucionalidad.
c) La tercera alega que hay y puede haber función jurisdiccional en la administración, a condición de
que cuando se la ejerce resulte posible la ulterior revisión por un tribunal judicial.
La jurisdicción “judicial” y la jurisdicción “administrativa”.
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En el residuo que queda fuera de las causas regidas por el derecho federal hay que incluir al derecho
provincial, lo que significa que las causas que versan sobre su aplicación corresponden a los
tribunales provinciales, con las salvedades siguientes :
a) Pueden alguna vez ser de jurisdicción federal por razón de personas (si por ej., litigan los vecinos
de distintas provincias) ; en ese caso, la aplicación del derecho provincial corresponderá al tribunal
federal que deberá entender en la causa.
b) Pueden anidar una cuestión federal conexa y, en ese caso, la causa radicada y resuelta en
jurisdicción provincial debe poder llegar finalmente a la jurisdicción federal apelada, una vez
resuelta por el superior tribunal local.
El derecho “intrafederal”
Las causa regidas por el derecho “no federal” que corresponden a la jurisdicción federal por razón de
personas o de lugar.
Las causas que por razón de materia (no federal) se sustraen a la jurisdicción federal, pueden llegar a
pertenecer a dicha jurisdicción por razón de “personas” (o partes) o por razón de “lugar”, pese a que
su materia sea de derecho común, o de derecho provincial.
Por ende, la jurisdicción federal está habilitada a aplicar normas de derecho “no federal” (que no
corresponden a sus tribunales por razón “de materia”) cuando la competencia federal procede por
razón “de personas” (o partes). Así en una causa entre un vecino de la provincia de Santa Fe y un
vecino de la provincia de Entre Ríos -que es de jurisdicción federal por razón “de las personas”- debe
entender un tribunal federal, aunque la causa verse sobre un contrato de locación regido por el
Código Civil, que es derecho común.
La justiciabilidad de las provincias.
Las provincia son personas jurídicas “estatales”, o sea, son “estados” con personalidad de derecho
público.
Una provincia puede estar en juicio ante :
a) Tribunales federales (jurisdicción federal).
b) Tribunales provinciales (jurisdicción provincial o local).
Cuando la provincia es justiciable en jurisdicción federal, la jurisdicción federal surge de la
Constitución Federal ; por eso, las normas de derecho provincial (constitución provincial, leyes
provinciales, etc.) no pueden regularla, porque la materia les es totalmente ajena a su competencia.
De ahí que el derecho judicial emanado de la Corte Suprema considere inconstitucional a toda norma
del derecho provincial que reglamenta o condiciona la justiciabilidad de las provincias ante tribunales
federales.
Como contrapartida, si una provincia demanda al estado federal no necesita cumplir el recaudo de la
reclamación administrativa previa que exige la ley 3952 de demandas contra el estado.
Al contrario, las provincia pueden reglar razonablemente su acceso a los tribunales propios.
Igualmente el procedimiento.
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Esta dualidad hace observar que una misma ley provincial (la que condiciona y reglamenta la
justiciabilidad de la provincia), puede ser a la vez constitucional (cuando se la aplica para los juicios
en que la provincia es parte ante sus propios tribunales) e inconstitucional (si se la pretende aplicar a
los juicios en que la provincia es parte ente tribunales federales).
Los casos en que la jurisdicción federal surge porque es parte una provincia.
Las posibles cuatro causas de jurisdicción federal por razón de “personas” en que aparece una
provincia como parte a tenor del art. 116, son :
a) una provincia con otra u otras ;
b) una provincia y vecinos de otra ;
c) una provincia y un estado extranjero ;
d) una provincia y un ciudadano extranjero.
Hay dos causas en que, pese a ser parte una provincia, es improcedente su agregación a las únicas
cuatro antes citadas.
a) Entre “una provincia y el estado federal” (la nación), que son de jurisdicción federal porque es
parte el estado.
b) Entre “una provincia y sus vecinos”.
De ser así, volvemos a sugerir que muchas de las causas que actualmente disponen de posible
recurso ante la Corte bien podrían distribuirse por ley en tribunales federales especiales, como es el
supuesto de la casación federal.
Artículo 116 : Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el
conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y
por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inc. 12 del art. 75 ; y por los tratados con las
naciones extranjeras ; de las causas concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules
extranjeros ; de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima ; de los asuntos en que la Nación
sea parte ; de las causas que se susciten entre dos o más provincias ; entre una provincia y los
vecinos de otra ; entre los vecinos de diferentes provincias ; y entre una provincia o sus vecinos,
contra un Estado o ciudadano extranjero.
Artículo 117 : En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las
reglas y excepciones que prescriba el Congreso ; pero en todos los asuntos concernientes a
embajadores, ministros y cónsules extranjeros, y en los que alguna provincia fuese parte, la ejercerá
originaria y exclusivamente.
Ley Nº 48 “Jurisdicción y competencia de los Tribunales Nacionales”.
Artículo 14 : “Una vez radicado un juicio ante los tribunales de Provincia, será sentenciado y
fenecido en la jurisdicción provincial, y sólo podrá apelarse a la Corte Suprema de las sentencias
definitivas pronunciadas por los tribunales superiores de Provincia en los casos siguientes :
Inciso 1º : Cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un tratado, de una ley del
Congreso, o de una autoridad ejercida en nombre de la Nación, y la decisión haya sido contra su
validez.
Inciso 2º : Cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de Provincia se haya puesto en cuestión
bajo la pretensión de ser repugnante a la Constitución Nacional, a los tratados o leyes del Congreso,
y la decisión haya sido en favor de la validez de la ley o autoridad de Provincia.
Inciso 3º : Cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un tratado o ley del
Congreso, o una comisión ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido cuestionada y la
decisión sea contra la validez del título, derecho, privilegio o exención que se funda en dicha cláusula
y sea materia de litigio.
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BOLILLA Nº XV.
Una innovación fundamental en el marco del poder judicial en el orden nacional del consejo de la
magistratura como organismo de jerarquía constitucional, que tiene funciones específicas en la
selección de los magistrados y en la administración del poder judicial. Una ley especial, que exigirá la
mayoría absoluta de la total de los miembros de cada cámara, regulará su funcionamiento.
Al consejo de la magistratura le caben tareas administrativas, vinculadas con la designación de los
jueces, el aspecto disciplinario y las facultades reglamentarias de la organización judicial.
Las reformas que ese sentido establece la constitución, obedecen a la necesidad de acentuar la
independencia externa del poder judicial ; es decir, aquella relacionada con el principio fundamental
de la división de poderes, la plena autonomía de la función jurisdiccional.
Un antecedente del consejo de la magistratura es el decreto 1179/91 que crea la Comisión Asesora
de la Magistratura. Esta comisión fue concebida con el objeto de jerarquizar al poder judicial,
dotándolo de los mejores recursos humanos conforme a la valoración objetiva de las cualidades de
todos aquellos profesionales que aspiren a ser designados o promovidos como magistrados.
Artículo 114 : El Consejo de la Magistratura regulado por una ley especial, sancionada por la
mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, tendrá a su cargo la selección de
los magistrados y la administración del Poder Judicial.
El Consejo será integrado periódicamente de modo que se procure el equilibrio entre
la representación de los órganos políticos resultantes de la elección popular, de los jueces de todas
las instancias y de los abogados de la matrícula federal. Será integrado, asimismo, por otras personas
del ámbito académico y científico, en el número y la forma que indique la ley.
Serán sus atribuciones :
1) Seleccionar mediante concursos públicos los postulantes a las magistraturas inferiores.
2) Emitir propuestas en ternas vinculantes, para el nombramiento de los magistrados de los
tribunales inferiores.
3) Administrar los recursos y ejecutar el presupuesto que la ley asigne a la administración de justicia.
4) Ejercer facultades disciplinarias sobre magistrados.
5) Decidir la apertura del procedimiento de remoción de magistrados, en su caso ordenar la
suspensión, y formular la acusación correspondiente.
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6) Dictar los reglamentos relacionados con la organización judicial y todos aquellos que sean
necesarios para asegurar la independencia de los jueces y la eficaz prestación de los servicios de
justicia.
Artículo 115 : Los jueces de los tribunales inferiores de la Nación serán removidos por las causales
expresadas en el art. 53, por un jurado de enjuiciamiento integrado por legisladores, magistrados y
abogados de la matrícula federal.
Su fallo, que será irrecurrible, no tendrá más efecto que destituir al acusado. Pero la
parte condenada quedará no obstante sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes ante
los tribunales ordinarios.
Corresponderá archivar las actuaciones y, en su caso, reponer al juez suspendido, si
transcurrieren 180 días contados desde la decisión de abrir el procedimiento de remoción, sin que
haya sido dictado el fallo.
En la ley especial a que se refiere el art. 114, se determinará la integración y
procedimiento de este jurado.
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ARTICULO 4 : Requisitos. Para ser miembro del consejo de la magistratura se requerirán las
condiciones exigidas para ser juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
ARTICULO 5 : Incompatibilidades e inmunidades. Los miembros del consejo de la magistratura
estarán sujetos a las incompatibilidades e inmunidades que rigen para sus calidades funcionales. Los
miembros elegidos en representación del Poder Ejecutivo, de los abogados y del ámbito científico o
académico estarán sujetos a las mismas inmunidades e incompatibilidades que rigen para los jueces.
Los miembros del consejo de la magistratura no podrán concursar para ser designados magistrados o
ser promovidos si lo fueran, mientras dure su desempeño en el consejo y hasta después de
transcurrido un año de plazo en que debieron ejercer sus funciones.
CAPITULO 2º : FUNCIONAMIENTO.
ARTICULO 6 : Modo de actuación. El Consejo de la Magistratura actuará en sesiones plenarias, por
la actividad de sus comisiones y por medio de una Secretaría del Consejo, de una Oficina de
Administración Financiera y de los organismos auxiliares cuya creación disponga.
ARTICULO 7 : Atribuciones del Plenario. El Consejo de la Magistratura reunido en sesión plenaria,
tendrá las siguientes atribuciones :
1) Dictar su reglamento general ;
2) Dictar los reglamentos referidos a la organización judicial y los reglamentos complementarios de
las leyes procesales, así como las disposiciones necesarias para la debida ejecución de esas leyes
y toda normativa que asegure la independencia de los jueces y la eficaz prestación de la
administración de justicia ;
3) Tomar conocimiento del anteproyecto de presupuesto anual del Poder Judicial que le remita el
presidente y realizar las observaciones que estime pertinentes para su consideración por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación ;
4) Designar su vicepresidente ;
5) [texto según ley 24.939] Determinar el número de integrantes de cada comisión y designarlos por
mayoría de dos tercios de miembros presentes ;
6) Designar al administrador general del Poder Judicial de la Nación y al secretario general del
Consejo, a propuesta de su presidente, así como a los titulares de los organismos auxiliares que
se crearen, y disponer su remoción ;
7) [texto según ley 24.939] Decidir la apertura del procedimiento de remoción de magistrados
-previo dictamen de la comisión de acusación-, formular la acusación correspondiente ante el
Jurado de Enjuiciamiento y ordenar después, en su caso, la suspensión del magistrado, siempre
que la misma se ejerza en forma posterior a la acusación del imputado. A tales fines se requerirá
una mayoría de dos tercios de miembros presentes.
Esta decisión no será susceptible de acción o recurso judicial o administrativo alguno.
8) Dictar las reglas de funcionamiento de la Secretaría General, de la Oficina de Administración
Financiera y de los demás organismos auxiliares cuya creación disponga el Congreso ;
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d) Los actos ofensivos al decoro de la función judicial o que comprometan la dignidad del cargo.
e) El incumplimiento reiterado de las normas procesales reglamentarias.
f) La inasistencia reiterada a la sede del tribunal o el incumplimiento reiterado en su juzgado del
horario de atención al público.
g) La falto o negligencia en el cumplimiento de sus deberes, así como de las obligaciones
establecidas en el Reglamento para la Justicia Nacional.
B) Del ejercicio de la potestad disciplinaria.
El consejo podrá proceder de oficio o ante denuncia que ele efectúen otros órganos del Poder
Judicial, magistrados, funcionarios o particulares que acrediten un interés legítimo.
Queda asegurada la garantía de independencia de los jueces en materia del contenido de las
sentencias.
C) De los recursos.
Las sanciones disciplinarias que aplique el Consejo de la Magistratura serán apelables en sede judicial
por ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El recurso se interpondrá y fundará por escrito
ante el Consejo, dentro de los cinco (5) días siguientes al de la notificación de la resolución,
debiéndose ofrecer la prueba y acompañar la documental de que intentare valerse el recurrente.
El consejo, tomando en cuenta los argumentos del recurrente, fundará la elevación dentro del plazo
de cinco días, contados a partir de la fecha de presentación, y lo elevará, dentro de los cinco días
siguientes, a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien deberá resolver en el plazo de ciento
veinte días.
ARTICULO 15 : Comisión de Acusación. Es de su competencia proponer al plenario del Consejo la
acusación de magistrados a los efectos de su remoción. Estará conformada por mayoría de
legisladores pertenecientes a la Cámara de Diputados.
Cuando sean los tribunales superiores los que advirtieran la presunta comisión de ilícitos o la
existencia manifiesta de desconocimiento del derecho aplicable por parte de jueces inferiores,
dispondrán sólo para estos casos, la instrucción de un sumario que se remitirá con sus resultados, al
Consejo de la Magistratura, a los fines contemplados en el art. 114, inc. 5 de la Constitución
Nacional.
ARTICULO 16 : Comisión de Administración y Financiera.
Es de su competencia fiscalizar la Oficina de Administración y Financiera del Poder Judicial, realizar
auditorias y efectuar el control de legalidad, informando periódicamente al plenario del Consejo.
Estará conformada por mayoría de jueces y abogados.
I. Oficina de Administración y Financiera.
ARTICULO 17. Administrador general del Poder Judicial.
La oficina de Administración y Financiero del Poder Judicial estará a cargo del administrador General
del Poder Judicial quien designará a los funcionarios y empleados de dicha oficina.
ARTICULO 18 : Funciones . La Oficina de Administración y Financiera del Poder Judicial tendrá a su
cargo las siguientes funciones :
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a) Elaborar el anteproyecto de presupuesto anual del Poder Judicial de conformidad con lo dispuesto
en la Ley de Autarquía Judicial y la Ley de Administración Financiera y elevarlo a la consideración
de su presidente.
b) Ejecutar el presupuesto anual del Poder Judicial.
c) Dirigir la oficina de habilitación y efectuar la liquidación y pago de haberes.
d) Dirigir la oficina de arquitectura judicial.
e) Dirigir la Imprenta del Poder Judicial.
f) Llevar el registro de estadística e informática judicial.
g) Proponer al plenario lo referente a la adquisición, construcción y venta de bienes inmuebles y
disponer lo necesario respecto de bienes muebles, aplicando normas de procedimiento que
aseguren la libre e igualitaria concurrencia de los oferentes.
h) Llevar el inventario de bienes muebles e inmuebles y el registro de destino de los mismos.
i) Realizar contrataciones para la administración del Poder Judicial coordinando con los diversos
tribunales los requerimientos de insumos y necesidades de todo tipo aplicando normas de
procedimiento que aseguren la libre e igualitaria concurrencia de los oferentes.
j) Proponer los reglamentos internos necesarios para su funcionamiento, los reglamentos para la
administración financiera del Poder Judicial y los demás que sean convenientes para lograr la
eficaz administración de los servicios de justicia, incluyendo la supresión, modificación o
unificación de las oficinas arriba enumeradas.
k) Ejercer las demás funciones que establezcan los reglamentos internos.
II. Recursos.
ARTICULO 19. Revisión. Respecto de las decisiones del administrador general del Poder Judicial
sólo procederá el recurso jerárquico ante el plenario del Consejo previo conocimiento e informe de la
Comisión de Administración y Financiera.
ARTICULO 20. Secretaría General. La Secretaria General del Consejo prestará asistencia directa al
presidente, al vicepresidente y al plenario del Consejo, dispondrá las citaciones a las sesiones del
plenario, coordinará las comisiones del Consejo, preparará el orden del día a tratar y llevará las actas.
Ejercerá las demás funciones que establezcan los reglamentos internos. Su titular no podrá ser
miembro del Consejo.
TITULO II.
JURADO DE ENJUICIAMIENTO DE LOS MAGISTRADOS.
CAPITULO I.
ORGANIZACIÓN.
ARTICULO 21 : Competencia. El juzgamiento de los jueces inferiores de la Nación estará a cargo
del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados según lo prescripto por el art. 115 de la Constitución
Nacional.
ARTICULO 22 : Integración. El Jurado de Enjuiciamiento estará integrado por nueve (9) miembros
de acuerdo a la siguiente composición :
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1. Tres jueces que serán : un ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación elegido por sus
pares, en carácter de presidente, dos jueces de Cámara elegidos por sus pares.
2. Tres legisladores, dos por la Cámara de Senadores elegidos uno por la mayoría y otro por la
primera minoría y un legislador perteneciente a la Cámara de Diputados de la Nación elegido por
mayoría de votos.
3. Tres abogados de la matrícula federal. Elegidos, dos en representación de la Federación Argentina
de Colegios de Abogados y el uno en representación del Colegio Público de Abogados de la Capital
Federal, por el mismo sistema utilizado para elegir los miembros del Consejo.
Por cada miembro titular se elegirá un suplente, por igual procedimiento, para reemplazarlo en
caso de renuncia, remoción o fallecimiento.
ARTICULO 23 : Duración. El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados se constituirá cada cuatro
años, al inicio del período de sesiones ordinarias del Congreso. Actuará en cada caso que se formule
acusación a un magistrado y sus miembros -con excepción del ministro de la Corte mientras
mantenga dicho cargo- podrán ser reelectos en forma inmediata, sólo una vez.
ARTICULO 24 : Remoción. Los miembros del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados podrán ser
removidos de sus cargos por el voto de las tres cuartas partes de los miembros totales del cuerpo,
mediante un procedimiento que asegure el derecho de defensa del acusado, cuando incurrieran en
mal desempeño, o en la comisión de un delito, durante el ejercicio de sus funciones.
CAPITULO II.
PROCEDIMIENTO.
ARTICULO 25 : Disposiciones generales. El procedimiento ante el Jurado de Enjuiciamiento de
Magistrados será oral y público y deberá asegurar el derecho de defensa del acusado. El fallo que
decida la destitución deberá emitirse con mayoría de dos tercios de sus miembros.
ARTICULO 26 : Sustanciación. El procedimiento para acusación y para el juicio será regulado por
las siguientes disposiciones :
1. Los miembros del Jurado de Enjuiciamiento deberán excusarse y podrán ser recusados por las
causales previstas en el art. 55 del Código Procesal Penal. La recusación será resulta por el
Juramento de Enjuiciamiento, por el voto de la mayoría de sus miembros y será inapelable.
2. El procedimiento se iniciará con la presentación de la acusación formulado por el plenario del
Consejo de la Magistratura de acuerdo al dictamen de la Comisión de Acusación, de la que se le
correrá traslado al magistrado acusado por el término de diez días.
3. Contestado el traslado se abrirá la causa a prueba por el término de treinta días, plazo que podrá
ser prorrogado por disposición de la mayoría del jurado, ante petición expresa y fundada.
4. Ambas partes podrán ofrecer todos los medios de prueba que contempla el Código Procesal Penal
de la Nación bajo las condiciones y límites allí establecidos, pudiendo ser desestimadas -por
resoluciones fundadas- aquellas que se consideren inconducentes y meramente dilatorias.
5. Todas las audiencias serán orales y públicas y sólo podrán ser interrumpidas o suspendidas
cuando circunstancias extraordinarios o imprevisibles lo hicieran necesario.
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BOLILLA Nº XVI.
AUTARQUIA FINANCIERA
La C. N. ha garantizado su independencia con autonomía funcional. No está sujeto a la
reglamentación ni a las jerarquía de ningún otro órgano que no sea él mismo. Y a ese efecto, como
los propios jueces, tiene autonomía financiera, que le permitirá promover la actuación de la justicia
en defensa de la legalidad y de los intereses de la sociedad.
La autarquía financiera es administrar por sí mismo los recursos financieros y presupuestarios. De
acuerdo a esta hermenéutica, los recursos deberán provenir del Consejo de la Magistratura, o de una
partida independiente dentro de la ley de presupuesto.
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FUNCIONES
La constitución reformada con un nuevo diseño y definición institucional, ha incorporado él Ministerio
Público con un cometido específico : promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad y
de los intereses generales de la sociedad. Tutela el interés público en coordinación con los tres
poderes del Estado.
El Ministerio Público ejerce la acción pública, vela por la competencia jurisdiccional y defiende a la
sociedad y a la ley.
Se trata, en definitiva de una institución auxiliar de la jurisdicción, ya que en algunos casos efectúa el
control de la legalidad de orden público en las causa judiciales, y en otros provee a la adecuada
protección del derecho de defensa, en cumplimiento del principio de igualdad. Del mismo modo
ejerce la representación de los menores e incapaces.
COMPOSICIÓN
La ley orgánica del Ministerio Público deberá dar pautas de orientación y expedirse no solo con
precisión respecto de las especificaciones técnicas y de las funciones a cumplir (que necesitan un
desagregado técnico más puntual), sino también sobre los aspectos atinentes al Procurador General
de la Nación, al Defensor General de la Nación, a los Fiscales y demás miembro que integran el
cuerpo.
En el orden nacional y en algunas provincias, se divide en tres grandes ramas :
a) El Ministerio Público Fiscal cuyos órganos actúan tanto en los procesos penales como en los civiles
(también lo hacen en la materia comercial, laboral y contencioso administrativo).
b) El Ministerio Público Pupilar que vela por la persona, bienes y derechos de los menores e
incapaces.
c) Las Defensorías de Pobres y Ausentes, que tienen a su cargo el asesoramiento y la representación
judicial de las personas que se encuentren en esas condiciones, actuando tanto en procesos civiles
como penales.
La C .N ha establecido que órganos estarán sujetos al enjuiciamiento político por parte del Congreso,
y quienes al jurado de enjuiciamiento. Sin embargo, con respecto al Ministerio Público, no se
determina ni quien lo nombra, ni quien lo remueve. La ley que lo reglamente deberá, legislar sobre la
organización, designación, remoción, especificaciones técnicas de las funciones y otros caracteres que
le permitan operatividad en la función.
INMUNIDAD FUNCIONAL E INTANGIBILIDAD DE REMUNERACIONES.
La Constitución también garantiza para los miembros de Ministerio Público la inmunidad funcional y la
intangibilidad remuneratoria. Estas atributos, de los cuales también disponen los jueces son los que
permiten darle calificación de independencia en el ejercicio de sus funciones.
Si bien la Constitución Nacional y las constituciones provinciales aseguran a estos funcionarios la
irreductibilidad o intangibilidad de sus remuneraciones con la consiguiente prohibición de su
disminución, la realidad muestra varias transgresiones a este principio mediante el retardo en el
pago, el pago en bonos, los descuentos jubilatorio forzosos e incluso la desvalorización monetaria.
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En cuanto al atraso o mora en el pago de haberes, ha dicho la Corte Suprema que “el retardo en el
pago de las remuneraciones judiciales no se compadece con la letra ni con el espíritu del art. 110 de
la C. N., porque conspira contra la mejor administración de justicia y puede constituir un medio apto
para distorsionar su correcto ejercicio por lo que debe ser perentoriamente evitado...”.
La Constitución “asegura dar valor real de las remuneraciones judiciales”. Por ello instituye un
mecanismo apto para enfrentar las fluctuaciones de la moneda, prohibiendo la disminución de las
compensaciones -de los jueces- en manera alguna (art.110 C. N.). La especificidad de tal garantía
compensatoria es privativa de los jueces. No se otorga a otros agentes públicos y de otorgarse tiene
otro alcance.
La garantía de intangibilidad de las remuneraciones judiciales tiene por fin inmediato la seguridad
económica de quien desempeña el cargo, pero no se agota en ella, también se relaciona
primordialmente con el principio de independencia para colocar el Poder Judicial fuera del alcance y
aún de la sospecha de cualquier influencia del Poder Legislativo.
La Constitución dice “que la retribución no podrá ser disminuida de manera alguna” expresión que no
permite discriminación sobre las formas de disminución. La prohibición constitucional es absoluta. Es
decir, no puede ser afectada por deducciones generales o proporcionales que sean aplicables al resto
de la Administración, ni por cualquier otro medio que pueda arbitrarse.
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(Ley 24.946)
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc., sancionan con
fuerza de Ley:
TITULO I
CAPITULO I
PRINCIPIOS GENERALES
Ejerce sus funciones con unidad de actuación e independencia, en coordinación con las demás
autoridades de la República, pero sin sujeción a instrucciones o directivas emanadas de órganos
ajenos a su estructura.
El principio de unidad de actuación debe entenderse sin perjuicio de la autonomía que corresponda
como consecuencia de la especificidad de las funciones de los fiscales, defensores y tutores o
curadores públicos, en razón de los diversos intereses que deben atender como tales.
Posee una organización jerárquica la cual exige que cada miembro del Ministerio Público controle el
desempeño de los inferiores y de quienes lo asistan, y fundamenta las facultades y responsabilidades
disciplinarias que en esta ley se reconocen a los distintos magistrados o funcionarios que lo integran.
COMPOSICION
ART. 2° - El Ministerio Público está compuesto por el Ministerio Público Fiscal y el Ministerio Público
de la Defensa.
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ART. 3° - El Ministerio Público Fiscal está integrado por los siguientes magistrados:
ART. 4° - El Ministerio Público de la Defensa está integrado por los siguientes magistrados:
CAPITULO II
RELACION DE SERVICIO
DESIGNACIONES
CONCURSO
ART. 7° - Para ser Procurador General de la Nación o Defensor General de la Nación, se requiere ser
ciudadano argentino, con título de abogado de validez nacional, con ocho (8) años de ejercicio y
reunir las demás calidades exigidas para ser Senador Nacional.
Para presentarse a concurso para Procurador Fiscal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación;
Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas; Fiscal General ante los tribunales colegiados, de
casación, de segunda instancia, de instancia única, de la Procuración General de la Nación y de
Investigaciones Administrativas; y los cargos de Defensores Públicos enunciados en el artículo 4°
incisos b) y c), se requiere ser ciudadano argentino, tener treinta (30) años de edad y contar con seis
(6) años de ejercicio efectivo en el país de la profesión de abogado o de cumplimiento -por igual
término- de funciones en el Ministerio Público o en el Poder Judicial con por lo menos seis (6) años de
antigüedad en el título de abogado.
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Para presentarse a concurso para ser Fiscal General Adjunto ante los tribunales y de los organismos
enunciados en el artículo 3° inciso c); Fiscal ante los jueces de primera instancia; Fiscal de la
Procuración General de la Nación; Fiscal de investigaciones Administrativas; y los cargos de
Defensores Públicos enunciados en el artículo 4° incisos d) y e), se requiere ser ciudadano argentino,
tener veinticinco (25) años de edad y contar con cuatro (4) años de ejercicio efectivo en el país de la
profesión de abogado o de cumplimiento -por igual término- de funciones en el Ministerio Público o
en el Poder Judicial con por lo menos cuatro (4) años de antigüedad en el título de abogado.
Para presentarse a concurso para Fiscal Auxiliar de la Procuración General de la Nación, Fiscal Auxiliar
de Primera Instancia y Defensor Auxiliar de la Defensoría General de la Nación, se requiere ser
ciudadano argentino, mayor de edad y tener dos (2) años de ejercicio efectivo en el país de la
profesión de abogado o de cumplimiento -por igual término- de funciones en el Ministerio Público o
en el Poder Judicial de la Nación o de las provincias con por lo menos dos (2) años de antigüedad en
el título de abogado.
JURAMENTO
ART. 8°-Los magistrados del Ministerio Público al tomar posesión de sus cargos, deberán prestar
juramento de desempeñarlos bien y legalmente, y de cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional
y las leyes de la República.
INCOMPATIBILIDADES
ART. 9° - Los integrantes del Ministerio Público no podrán ejercer la abogacía ni la representación de
terceros en juicio, salvo en los asuntos propios o en los de su cónyuge, ascendientes o
descendientes, o bien cuando lo hicieren en cumplimiento de un deber legal. Alcanzan a ellos las
incompatibilidades que establecen las leyes respecto de los jueces de la Nación.
No podrán ejercer las funciones inherentes al Ministerio Público quienes sean parientes dentro del
cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad de los jueces ante quienes correspondiera
desempeñar su ministerio.
EXCUSACION Y RECUSACION
ART. 10. - Los integrantes del Ministerio Público podrán excusarse o ser recusados por las causales
que -a su respecto- prevean las normas procesales.
SUSTITUCION
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ART. 11. - En caso de recusación, excusación, impedimento, ausencia, licencia o vacancia, los
miembros del Ministerio Público se reemplazarán en la forma que establezcan las leyes o
reglamentaciones correspondientes. Si el impedimento recayere sobre el Procurador General de la
Nación o el Defensor General de la Nación, serán reemplazados por el Procurador Fiscal o el Defensor
Oficial ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en su caso, con mayor antigüedad en el cargo.
De no ser posible la subrogación entre sí, los magistrados del Ministerio Público serán reemplazados
por los integrantes de una lista de abogados que reúnan las condiciones para ser miembros del
Ministerio Público, la cual será conformada por insaculación en el mes de diciembre de cada año. La
designación constituye una carga pública para el abogado seleccionado y el ejercicio de la función no
dará lugar a retribución alguna.
REMUNERACION
ART. 12. - Las remuneraciones de los integrantes del Ministerio Público se determinarán del
siguiente modo:
e) Los fiscales auxiliares de las fiscalías ante los juzgados de primera instancia y de la
Procuración General de la Nación, y los defensores auxiliares de la Defensoría
General de la Nación percibirán una retribución equivalente a la de un secretario de
Cámara.
ESTABILIDAD
ART. 13. - Los magistrados del Ministerio Público gozan de estabilidad mientras dure su buena
conducta y hasta los setenta y cinco (75) años de edad. Los magistrados que alcancen la edad
indicada precedentemente quedarán sujetos a la exigencia de un nuevo nombramiento, precedido de
igual acuerdo. Estas designaciones se efectuarán por el término de cinco (5) años, y podrán ser
repetidas indefinidamente, mediante el mismo procedimiento.
INMUNIDADES
ART. 14. - Los magistrados del Ministerio Público gozan de las siguientes inmunidades:
Sin perjuicio de ello, en tales supuestos, se dará cuenta a la autoridad superior del Ministerio Público
que corresponda, y al Tribunal de Enjuiciamiento respectivo, con la información sumaria del hecho.
Estarán exentos del deber de comparecer a prestar declaración como testigos ante los Tribunales,
pudiendo hacerlo. En su defecto deberán responder por escrito, bajo juramento y con las
especificaciones pertinentes.
Las cuestiones que los miembros del Ministerio Público denuncien con motivo de perturbaciones que
afecten el ejercicio de sus funciones provenientes de los poderes públicos, se sustanciarán ante el
Procurador General de la Nación o ante el Defensor General de la Nación, según corresponda,
quienes tendrán la facultad de resolverlas y, en su caso, poner el hecho en conocimiento de la
autoridad judicial competente, requiriendo las medidas que fuesen necesarias para preservar el
normal desempleo de aquellas funciones.
Los miembros del Ministerio Público no podrán ser condenados en costas en las causas en que
intervengan como tales.
TRASLADOS
ART. 15. - Los integrantes del Ministerio Público sólo con su conformidad y conservando su
jerarquía, podrán ser trasladados a otras jurisdicciones territoriales. Sólo podrán ser destinados
temporalmente a funciones distintas de las adjudicadas en su designación, cuando se verifique alguno
de los supuestos previstos en los artículos 33, inciso g), y 51, inciso f).
PODER DISCIPLINARIO
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ART. 16. - En caso de incumplimiento de los deberes a su cargo, el Procurador General de la Nación
y el Defensor General de la Nación, podrán imponer a los magistrados que componen el Ministerio
Público Fiscal y el Ministerio Público de la Defensa, respectivamente, las siguientes sanciones
disciplinarias:
a) Prevención.
b) Apercibimiento.
Toda sanción disciplinaria se graduará teniendo en cuenta la gravedad de la falta, los antecedentes
en la función y los perjuicios efectivamente causados.
Tendrán la misma atribución los Fiscales y Defensores respecto de los magistrados de rango inferior
que de ellos dependan.
Las causas por faltas disciplinarias se resolverán previo sumario, que se regirá por la norma
reglamentaria que dicten el Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación, la
cual deberá garantizar el debido proceso adjetivo y el derecho de defensa en juicio.
En los supuestos en que el órgano sancionador entienda que el magistrado es pasible de la sanción
de remoción, deberá elevar el sumario al Tribunal de Enjuiciamiento a fin de que evalúe la conducta
reprochable y determine la sanción correspondiente.
Las sanciones disciplinarias que se apliquen por los órganos del Ministerio Público serán recurribles
administrativamente, en la forma que le establezca la reglamentación. Agotada la instancia
administrativa, dichas medidas serán pasibles de impugnación en sede judicial.
ART. 17. - Los jueces y tribunales sólo podrán imponer a los miembros del Ministerio Público las
mismas sanciones disciplinarias que determinan las leyes para los litigantes por faltas cometidas
contra su autoridad o decoro, salvo la sanción de arresto, las cuales serán recurribles ante el tribunal
inmediato superior.
El juez o tribunal deberá comunicar al superior jerárquico del sancionado la medida impuesta y toda
inobservancia que advierta en el ejercicio de las funciones inherentes al cargo que aquél desempeña.
MECANISMOS DE REMOCION
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ART. 18. - El Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación sólo pueden ser
removidos por las causales y mediante el procedimiento establecidos en los artículos 53 y 59 de la
Constitución Nacional.
Los restantes magistrados que componen el Ministerio Público sólo podrán ser removidos de sus
cargos por el Tribunal de Enjuiciamiento previsto en esta ley, por las causales de mal desempeño,
grave negligencia o por la comisión de delitos dolosos de cualquier especie.
TRIBUNAL DE ENJUICIAMIENTO
ART. 19. - El Tribunal de Enjuiciamiento estará integrado por siete (7) miembros:
b) Dos (2) vocales deberán ser abogados de la matrícula federal con no menos de
veinte (20) años en el ejercicio de la profesión, y serán designados uno por la
Federación Argentina de Colegios de Abogados y otro por el Colegio Público de
Abogados de la Capital Federal.
c) Dos (2) vocales deberán ser elegidos por sorteo: uno entre los Procuradores
Fiscales ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación o Fiscales Generales y otro
entre los Defensores Oficiales ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación o
Defensores Públicos ante tribunales colegiados.
Los integrantes del Tribunal de Enjuiciamiento durarán tres (3) años en sus funciones contados a
partir de su designación. Aun cuando hayan vencido los plazos de sus designaciones, los mandatos se
considerarán prorrogados de pleno derecho en cada causa en que hubiere tomado conocimiento el
tribunal, hasta su finalización.
Una vez integrado el Tribunal designará su presidente por sorteo. La presidencia rotará cada seis
meses, según el orden del sorteo.
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Ante este Tribunal actuarán como fiscales magistrados con jerarquía no inferior a Fiscal General o
Defensor Público ante los tribunales colegiados, designados por el Procurador General de la Nación o
el Defensor General de la Nación, según la calidad funcional del imputado.
Como defensor de oficio, en caso de ser necesario, actuará un Defensor Oficial ante los tribunales
colegiados de casación, de segunda instancia o de instancia única, a opción del imputado.
La intervención como integrante del Tribunal, Fiscal o Defensor de Oficio constituirá una carga
pública.
Los funcionarios auxiliares serán establecidos, designados y retribuidos en la forma que determine la
reglamentación que conjuntamente dicten el Procurador General de la Nación y el Defensor General
de la Nación.
ART. 20. - El Tribunal de Enjuiciamiento desarrollará su labor conforme a las siguientes reglas:
4. La sentencia deberá dictarse en el plazo no mayor de quince (15) días que fijará el
presidente del Tribunal al cerrar el debate.
1. La sentencia podrá ser recurrida por el Fiscal o el imputado ante la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal. El recurso deberá
interponerse fundadamente por escrito ante el Tribunal de Enjuiciamiento, dentro del
plazo de treinta (30) días de notificado el fallo. El Tribunal de Enjuiciamiento deberá
elevar el recurso con las actuaciones a la Cámara mencionada, dentro de los cinco
(5) días de interpuesto.
CAPITULO III
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ART. 21. - El Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación, cada uno en su
respectiva área, tendrán a su cargo el gobierno y la administración general y financiera del Ministerio
Público, de acuerdo con lo establecido en la presente ley y en las reglamentaciones que se dicten. A
tal efecto, tendrán los siguientes deberes y facultades, en relación a sus respectivas facultades de
gobierno:
d) Coordinar las actividades del Ministerio Público con las diversas autoridades
nacionales, provinciales o municipales, requiriendo su colaboración cuando fuere
necesaria.
e) Elevar un informe anual, y por escrito, a la Comisión Bicameral creada por esta
ley, sobre el desempeño de las funciones asignadas al Ministerio Público.
AUTARQUIA FINANCIERA
ART. 22. - A los efectos de asegurar su autarquía financiera, el Ministerio Público contará con crédito
presupuestario propio, el que será atendido con cargo a rentas generales y con recursos específicos.
El Poder Ejecutivo sólo podrá formular las observaciones que estime apropiadas, pero sin
modificar su contenido, debiéndole incorporar en el proyecto de presupuesto general de la
Nación.
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ART. 23. - El Ministerio Público se relacionará con el Poder Ejecutivo por intermedio del Ministerio de
Justicia.
La relación con el Poder Legislativo se efectuará mediante una Comisión Bicameral cuya composición
y funciones fijarán las cámaras del Congreso.
EJECUCION PRESUPUESTARIA
ART. 24. - En la administración y ejecución financiera del presupuesto asignado, se observarán las
previsiones de las leyes de administración financiera del Estado, con las atribuciones y excepciones
conferidas por los artículos 9°, 34 y 117 de la ley 24.156.
TITULO II
FUNCIONES Y ACTUACION
SECCION 1
NORMAS GENERALES
k) Ejercer la defensa de la persona y los derechos de los justiciables toda vez que sea
requerida en las causas penales, y en otros fueros cuando aquéllos fueren pobres o
estuvieren ausentes.
REQUERIMIENTO DE COLABORACION
ART. 26. - Los integrantes del Ministerio Público, en cualquiera de sus niveles, podrán -para el mejor
cumplimiento de sus funciones- requerir informes a los organismos nacionales, provinciales,
comunales; a los organismos privados; y a los particulares cuando corresponda, así como recabar la
colaboración de las autoridades policiales, para realizar diligencias y citar personas a sus despachos,
al solo efecto de prestar declaración testimonial. Los organismos policiales y de seguridad deberán
prestar la colaboración que les sea requerida, adecuándose a las directivas impartidas por los
miembros del Ministerio Público y destinando a tal fin el personal y los medios necesarios a su
alcance.
Los fiscales ante la justicia penal, anoticiados de la perpetración de un hecho ilícito -ya fuere por la
comunicación prevista en el artículo 186 del Código Procesal Penal de la Nación o por cualquier otro
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medio- sin perjuicio de las directivas que el juez competente imparta a la policía o fuerza de
seguridad interviniente, deberán requerir de éstas el cumplimiento de las disposiciones que tutelan el
procedimiento y ordenar la práctica de toda diligencia que estimen pertinente y útil para lograr el
desarrollo efectivo de la acción penal. A este respecto la prevención actuará bajo su dirección
inmediata.
FUNCIONES EXCLUIDAS
ART. 27. - Quedan excluidas de las funciones del Ministerio Público: la representación del Estado y/o
del Fisco en juicio, así como el asesoramiento permanente al Poder Ejecutivo y el ejercicio de
funciones jurisdiccionales. Ello no obstante, el Poder Ejecutivo por intermedio del Ministro
correspondiente, podrá dirigirse al Procurador o al Defensor General de la Nación, según el caso, a fin
de proponerles la emisión de instrucciones generales tendientes a coordinar esfuerzos para hacer más
efectiva la defensa de la causa pública, la persecución penal y la protección de los incapaces,
inhabilitados, pobres y ausentes.
ART. 28. - Los dictámenes, requerimientos y toda otra intervención en juicio de los integrantes del
Ministerio Público deberán ser considerados por los jueces con arreglo a lo que establezcan las leyes
procesales aplicables al caso.
PRINCIPIO DE LEGALIDAD
ART. 29. - Cuando se tratare de una acción pública, el Ministerio Público actuará de oficio. La
persecución penal de los delitos de acción pública deberá ser promovida inmediatamente después de
la noticia de la comisión de un hecho punible y no se podrá suspender, interrumpir o hacer cesar,
salvo en los casos y bajo las formas expresamente previstas en la ley.
DEBER DE INFORMAR
ART. 30. - Los integrantes del Ministerio Público comunicarán al Procurador General de la Nación o
al Defensor General de la Nación, según corresponda, y por vía jerárquica, los asuntos a su cargo que
por su trascendencia o complejidad, requieran una asistencia especial, indicando concretamente las
dificultades y proponiendo las soluciones que estimen adecuadas.
ART. 31. - Cuando un magistrado actúe en cumplimiento de instrucciones emanadas del Procurador
o del Defensor General de la Nación, podrá dejar a salvo su opinión personal.
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El integrante del Ministerio Público que recibiere una instrucción que considere contraria a la ley,
pondrá en conocimiento del Procurador o del Defensor General -según sea el caso-, su criterio
disidente, mediante un informe fundado.
Cuando la instrucción general objetada, concierna a un acto procesal sujeto a plazo o que no admita
dilación, quien la recibiere la cumplirá en nombre del superior. Si la instrucción objetada consistiese
en omitir un acto sujeto a plazo o que no admita dilación, quien lo realice actuará bajo su exclusiva
responsabilidad, sin perjuicio del ulterior desistimiento de la actividad cumplida.
ART. 32. - Anualmente, en oportunidad de la inauguración del período de sesiones ordinarias del
Congreso Nacional, el Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación remitirán a
la Comisión Bicameral creada por esta ley, un informe detallado de lo actuado por los órganos bajo
su competencia -Ministerio Público Fiscal y Ministerio Público de la Defensa, respectivamente- el cual
deberá contener una evaluación del trabajo realizado en el ejercicio; un análisis sobre la eficiencia del
servicio, y propuestas concretas sobre las modificaciones o mejoras que éste requiera.
SECCION II
CAPITULO I
ART. 33. - El Procurador General de la Nación es el jefe máximo del Ministerio Público Fiscal. Ejercerá
la acción penal pública y las demás facultades que la ley otorga al Ministerio Público Fiscal, por sí
mismo o por medio de los órganos inferiores que establezcan las leyes.
A los fines de esta atribución, la Corte Suprema dará vista al procurador general de
los recursos extraordinarios introducidos a su despacho y de las quejas planteadas en
forma directa por denegatoria de aquéllos, con excepción de los casos en los que,
según la sana discreción del Tribunal, corresponda el rechazo in limine por falta de
agravio federal suficiente o cuando las cuestiones planteadas resultaran
insustanciales o carentes de trascendencia, o el recurso o la queja fuesen
manifiestamente inadmisibles, supuestos en los que podrá omitir la vista al
procurador general.
b) Impulsar la acción pública ante la Corte Suprema, en los casos que corresponda, y
dar instrucciones generales a los integrantes del Ministerio Público Fiscal para que
éstos ejerzan dicha acción en las restantes instancias, con las atribuciones que esta
ley prevé.
l) Coordinar las actividades del Ministerio Público Fiscal con las diversas autoridades
nacionales, especialmente con las que cumplan funciones de instrucción criminal y
policía judicial. Cuando sea el caso, también lo hará con las autoridades provinciales.
ll) Ejercer la superintendencia general sobre los miembros del Ministerio Público
Fiscal, dictar los reglamentos e instrucciones generales para establecer una adecuada
distribución del trabajo entre sus integrantes; sus respectivas atribuciones y deberes;
y supervisar su cumplimiento.
q) Responder las consultas que formulen los funcionarios y empleados del Ministerio
Público Fiscal.
r) Convocar, por lo menos una vez al año, a una reunión de consulta, a la que
asistirán todos los magistrados mencionados en el artículo 3°, incisos b) y c) de la
presente ley, en las cuales se considerarán los informes anuales que se presenten
conforme lo exige el artículo 32, se procurará la unificación de criterios sobre la
actuación del Ministerio Público Fiscal y se tratarán todas las cuestiones que el
Procurador General incluya en la convocatoria.
s) Representar al Ministerio Público Fiscal en sus relaciones con los tres Poderes del
Estado.
ART. 34. - La Procuración General de la Nación es la sede de actuación del Procurador General de la
Nación, como fiscal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación y como jefe del Ministerio Público
Fiscal.
En dicho ámbito se desempeñarán los Procuradores Fiscales ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación y todos los magistrados que colaboren con el Procurador General de la Nación, tanto en la
tarea de dictaminar en los asuntos judiciales remitidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación,
cuanto en los asuntos relativos al gobierno del Ministerio Público Fiscal, de conformidad con los
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ART. 35. - Los Procuradores Fiscales ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación asisten al
Procurador General de la Nación y cumplen las directivas que éste imparte de conformidad con lo
dispuesto en la presente ley y lo que se establezca por vía reglamentaria. Además poseen las
siguientes atribuciones:
ART. 36. - Los Fiscales de la Procuración General de la Nación cumplirán sus funciones en relación
inmediata con el Procurador General y, cuando éste así lo disponga, con los Procuradores Fiscales
ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en la materia y los casos en los que les corresponda
intervenir.
ART. 37. - Los Fiscales Generales ante los tribunales colegiados de casación, segunda instancia y de
instancia única, tienen los siguientes deberes y atribuciones:
f) Participar en los acuerdos generales del tribunal ante el que actúan, con voz pero
sin voto, cuando fueren invitados o lo prevean las leyes.
ART. 38. - Los Fiscales Generales Adjuntos ante los tribunales colegiados de casación, segunda
instancia o instancia única, actuarán en relación inmediata con los Fiscales Generales ante dichos
tribunales y tendrán los siguientes deberes y atribuciones:
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ART. 39. - Los Fiscales ante los jueces de primera instancia tendrán las facultades y deberes propios
del Ministerio Público Fiscal en el ámbito de su competencia por razón del grado, debiendo realizar
los actos procesales y ejercer todas las acciones y recursos necesarios para el cumplimiento de los
cometidos que les fijen las leyes.
Deberán intervenir en los procesos de amparo, de hábeas corpus y de hábeas data y en todas las
cuestiones de competencia; e imponer sanciones disciplinarias a los funcionarios y empleados que de
ellos dependan, en los casos y formas establecidos por esta ley y su reglamentación.
ART. 40. - En particular, los Fiscales ante la justicia de primera instancia en lo Criminal y Correccional
tendrán los siguientes deberes y atribuciones:
ART. 41. - Los fiscales ante la justicia de Primera Instancia Federal y Nacional de la Capital Federal,
en lo civil y comercial, Contencioso Administrativo, Laboral y de Seguridad Social, tendrán los
siguientes deberes y atribuciones:
a) Hacerse parte en todas las causas o trámites judiciales en que el interés público lo
requiera de acuerdo con el artículo 120 de la Constitución Nacional, a fin de asegurar
el respeto al debido proceso, la defensa del interés público y el efectivo cumplimiento
de la legislación, así como para prevenir, evitar o remediar daños causados o que
puedan causarse al patrimonio social, a la salud y al medio ambiente, al consumidor,
a bienes o derechos de valor artístico, histórico o paisajístico en los casos y mediante
los procedimientos que las leyes establezcan.
ART. 42. - Los Fiscales Auxiliares ante los tribunales de primera instancia actuarán en relación
inmediata con los fiscales ante dichos tribunales y tendrán las siguientes facultades y deberes:
CAPITULO II
ORGANIZACION
ART. 43. - La Fiscalía de Investigaciones Administrativas forma parte del Ministerio Público Fiscal
como órgano dependiente de la Procuración General de la Nación. Está integrada por el Fiscal
Nacional de Investigaciones Administrativas y los demás magistrados que esta ley establece.
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DESIGNACIONES Y REMOCIONES
ART. 44. - Los magistrados de la fiscalía serán designados y removidos conforme al procedimiento
previsto en esta ley.
ART. 45. - El Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas tendrá los siguientes deberes y
facultades:
c) Denunciar ante la justicia competente, los hechos que, como consecuencia de las
investigaciones practicadas, sean considerados delitos. En tales casos, las
investigaciones de la Fiscalía tendrán el valor de prevención sumaria. El ejercicio de
la acción pública quedará a cargo de los fiscales competentes ante el tribunal donde
quede radicada la denuncia y, en su caso, ante las Cámaras de Apelación y Casación
con la intervención necesaria del Fiscal nacional de Investigaciones Administrativas o
de los magistrados que éste determine, quienes actuarán en los términos del artículo
33 inciso t).
ART. 46. - Los Fiscales Generales de Investigaciones Administrativas actuarán en relación inmediata
con el Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas y tendrán los siguientes deberes y
atribuciones:
ART. 47. - Los Fiscales Generales Adjuntos de Investigaciones Administrativas y los Fiscales de
Investigaciones Administrativas, asistirán al Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas,
desempeñando las tareas propias de la fiscalía que este último les asigne.
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ART. 48. - Cuando en el curso de un proceso judicial en sede penal se efectúe imputación formal de
delito contra un agente público por hechos vinculados con el ejercicio de su función, el juez de la
causa deberá poner esta circunstancia en conocimiento de la Fiscalía de Investigaciones
Administrativas.
INVESTIGACIONES DISCIPLINARIAS
ART. 49. - Cuando en la investigación practicada por la Fiscalía resulten comprobadas transgresiones
a normas administrativas, el Fiscal nacional de Investigaciones Administrativas pasará las actuaciones
con dictamen fundado a la Procuración del Tesoro de la Nación o al funcionario de mayor jerarquía
administrativa de la repartición de que se trate, de conformidad con las competencias asignadas por
el Reglamento de Investigaciones Administrativas. En ambas circunstancias, las actuaciones servirán
de cabeza del sumario que deberá ser instruido por las autoridades correspondientes.
COMPETENCIAS ESPECIALES
ART. 50. - Además de las previstas en el artículo 26 de esta ley, los magistrados de la Fiscalía de
Investigaciones Administrativas estarán investidos de las siguientes facultades de investigación:
SECCION III
ART. 51. - El Defensor General de la Nación es el jefe máximo del Ministerio Público de la Defensa, y
tendrá los siguientes deberes y atribuciones:
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i) Asegurar en todas las instancias y en todos los procesos con menores incapaces la
separación entre las funciones correspondientes a la defensa promiscua o conjunta
del Defensor de Menores e Incapaces y la defensa técnica que, en su caso, pueda
corresponder al Defensor Oficial.
enjuiciamiento de los integrantes del Poder Judicial de la Nación -ante los órganos
competentes- cuando se hallaren incursos en las conductas contempladas en el
artículo citado.
q) Convocar, por lo menos una vez al año, a una reunión de consulta, a la que
asistirán todos los magistrados mencionados en el artículo 4°, incisos b) y c) de la
presente ley, en la cual se considerarán los informes anuales que se presenten
conforme lo exige el artículo 32; se procurará la unificación de criterios sobre la
actuación del ministerio público de la Defensa y se tratarán todas las cuestiones que
el Defensor General incluya en la convocatoria.
t) Responder las consultas que formulen los funcionarios y empleados del Ministerio
Público de la Defensa.
ART. 52. - La Defensoría General de la Nación es la sede de actuación del Defensor General de la
Nación, como Jefe del Ministerio Público de la Defensa. En dicho ámbito se desempeñarán los
Defensores Oficiales ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación y todos los magistrados que
colaboren con el Defensor General de la Nación, tanto en las tareas de dictaminar en los asuntos
judiciales remitidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuanto en los asuntos relativos al
gobierno del Ministerio Público de la Defensa, de conformidad con los planes, organigramas de
trabajo y cometidos funcionales específicos que el Defensor General disponga encomendarles.
ART. 53. - Los Defensores Oficiales ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación asistirán al
Defensor General en todas aquellas funciones que éste les encomiende y tendrán los siguientes
deberes y atribuciones:
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c) Desempeñar las demás funciones que les encomienden las leyes y reglamentos.
ART. 54. - Los Defensores Públicos de Menores e Incapaces en las instancias y fueros que actúen,
tendrán los siguientes deberes y atribuciones:
a) Intervenir, en los términos del artículo 59 del Código Civil en todo asunto judicial o
extrajudicial que afecte la persona o bienes de los menores o incapaces, y entablar
en defensa de éstos las acciones y recursos pertinentes, ya sea en forma autónoma o
junto con sus representantes necesarios.
h) Emitir dictámenes en los asuntos en que sean consultados por los tutores o
curadores públicos.
ART. 55. - Los Defensores Públicos de Menores e Incapaces ante los tribunales de casación y de
segunda instancia, cuando no hubieren sido designados para actuar también en primera instancia,
tendrán las siguientes competencias especiales:
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b) Promover acciones en forma directa en las instancias anteriores sólo por razones
de urgencia, que se tendrán que fundar debidamente en cada caso.
d) Dirimir los conflictos de turno y competencia que se planteen entre los Defensores
de Menores e Incapaces de las instancias anteriores.
e) Elevar un informe anual al Defensor General de la Nación sobre la gestión del área
bajo su competencia.
ART. 56. - Los Defensores Públicos de Menores e Incapaces ante los tribunales orales serán parte
necesaria en todo expediente de disposición tutelar que se forme respecto de un menor autor o
víctima de delito conforme las leyes de menores vigentes; y deberán asistir bajo pena de nulidad, a
los juicios orales de menores conforme lo dispuesto en el Código Procesal Penal de la Nación.
ART. 57. - El Registro de Menores e Incapaces creado por decreto 282/81 pasa a integrar el
Ministerio Público de la Defensa, bajo la dependencia directa del Defensor de Menores e Incapaces
ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil.
ART. 58. - Los jueces federales y nacionales de la Capital Federal designarán en los procesos
judiciales, tutores o curadores públicos de aquellos menores, incapaces o inhabilitados, que sean
huérfanos o se encontraren abandonados. Ello no impedirá la designación de tutores o curadores
privados cuando los jueces hallen personas que reúnan las condiciones legales de idoneidad
necesarias para desempeñar tales cargos.
ART. 59. - Los tutores y curadores públicos tendrán las funciones previstas en los Títulos VII a XIV
de la Sección II del Libro I del Código Civil, sin perjuicio de las demás propias de la naturaleza de su
cargo y las que les encomiende el Defensor General de la Nación. Especialmente deberán:
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b) Ejercer la representación legal de los incapaces que han sido confiados a su cargo,
asistir a los inhabilitados, cuidar las personas de ambos así como también su
patrimonio; proveer, cuando corresponda, a su adecuada administración.
f) Ejercer la defensa de las personas internadas en los términos del artículo 482 del
Código Civil, tanto en lo personal como en lo patrimonial, gestionando tratamientos
adecuados, así como también los amparos patrimoniales que puedan corresponder.
ART. 60. - Los Defensores Públicos Oficiales, en las instancias y fueros en que actúen, deberán
proveer lo necesario para la defensa de la persona y los derechos de los justiciables toda vez que sea
requerida en las causas penales, y en otros fueros cuando aquéllos fueren pobres o estuvieren
ausentes. Para el cumplimiento de tal fin, sin perjuicio de las demás funciones que les encomiende el
Defensor General de la Nación, tendrán los siguientes deberes y atribuciones:
b) Ejercer la defensa de los imputados en las causas que tramitan ante la justicia en
lo criminal y correccional, en los supuestos en que se requiera conforme lo previsto
por el Código Procesal Penal de la Nación. En el cumplimiento de esta función
tendrán el deber de entrevistar periódicamente a sus defendidos, informándoles
sobre el trámite procesal de su causa.
e) Contestar las consultas que les formulen personas carentes de recursos y asistirlas
en los trámites judiciales pertinentes, oponiendo las defensas y apelaciones en los
supuestos que a su juicio correspondan; y patrocinarlas para la obtención del
beneficio de litigar sin gastos.
ART. 61. - Los Defensores Públicos Oficiales ante los tribunales colegiados de segunda instancia
tendrán -en especial- las siguientes atribuciones:
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a) Dirimir los conflictos de turno y competencia que se planteen entre los Defensores
Públicos Oficiales de las instancias anteriores.
c) Elevar al Defensor General un informe anual sobre la gestión del área bajo su
competencia.
Los Defensores Públicos Oficiales ante los tribunales colegiados de casación tendrán las atribuciones
descriptas en los incisos c) y d) de este artículo.
ART. 62. - Los Defensores Públicos Adjuntos de Menores e Incapaces y Públicos Oficiales Adjuntos
ante los tribunales colegiados de casación, segunda instancia y de instancia única, actuarán en
relación inmediata con los Defensores Públicos ante dichos tribunales, y tendrán los siguientes
deberes y atribuciones:
ART. 63. - El imputado en causa penal que, a su pedido o por falta de designación de defensor
particular, sea asistido por un Defensor Público Oficial, deberá solventar la defensa, en caso de
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condena, si cuenta con los medios suficientes. A tal fin, el tribunal regulará los honorarios
correspondientes a la actuación profesional de la defensa, conforme a la ley de aranceles.
Con el objeto de verificar el estado patrimonial del imputado para determinar la pertinencia de dicha
regulación de honorarios, el informe socio-ambiental que se practique deberá contener los elementos
de valoración adecuados, o el juez ordenará una información complementaria al efecto. Si de ellos
surgiese que el imputado resulta indigente al momento de la sentencia, será eximido del pago.
ART. 64. - En caso de incumplimiento en el pago de los honorarios dentro de los diez (10) días de
notificado el fallo, el tribunal emitirá un certificado que será remitido para su ejecución al organismo
encargado de ejecutar la tasa de justicia.
Las sumas que se recauden por tal concepto, así como los honorarios regulados a los defensores
públicos en causas no penales, se incorporarán a los fondos propios del Ministerio Público de la
Defensa.
SECCION IV
ART. 65. - Los funcionarios y el personal auxiliar del Ministerio Público se regirán por la presente ley,
las normas pertinentes del decreto-ley 1285/58 y las reglamentaciones que dicten el Procurador
General de la Nación y el Defensor General de la Nación. En particular se establece:
a) Los funcionarios y empleados del Poder Judicial de la Nación que hubieren pasado
a desempeñarse en el Ministerio Público Fiscal o en el Ministerio Público de la
Defensa, y se encuentren prestando servicios allí, quedan incorporados a su planta
permanente.
TITULO III
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
ART. 66. - A los efectos de dar cumplimiento al artículo 27 -primera parte- de esta ley, salvo los
casos en que por ley se autorice un régimen especial, el Estado nacional y sus entes descentralizados
serán representados y patrocinados ante los tribunales judiciales y organismos jurisdiccionales y
administrativos nacionales y locales, por letrados integrantes del Cuerpo de Abogados del Estado
dependientes de los servicios jurídicos de los respectivos ministerios, secretarías, reparticiones o
entes descentralizados.
Cuando el Poder Ejecutivo lo estimare conveniente la representación judicial estatal será ejercida por
el Procurador del Tesoro de la Nación.
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Cuando situaciones excepcionales o casos especiales lo hagan necesario, tal representación, podrá
ser ejercida por otros abogados contratados como servicio de asistencia al Cuerpo de Abogados del
Estado, previo dictamen favorable del Procurador del Tesoro de la Nación.
ART. 67. - Los representantes judiciales del Estado se ajustarán a las instrucciones que impartan el
Poder Ejecutivo, el Jefe de Gabinete, los ministerios, secretarías, reparticiones o entes
descentralizados. En caso que la representación sea ejercida por Delegados del Cuerpo de Abogados
del Estado, esas instrucciones se impartirán a través de la Procuración del Tesoro de la Nación. En
defecto de ellas, los representantes desempeñarán su cometido en la forma que mejor contemple los
intereses del Estado nacional confiados a su custodia.
ART. 68. - En todos los juicios en trámite en que el Estado nacional o sus entes descentralizados
estén representados por integrantes del Ministerio Público, cualquiera sea la instancia y fuero donde
estén radicados, la Procuración del Tesoro de la Nación deberá adoptar las medidas conducentes para
la designación de nuevos representantes de acuerdo a las disposiciones de esta ley, dentro de los
365 días de su entrada en vigencia.
Los integrantes del Ministerio Público continuarán ejerciendo la representación judicial del Estado
tanto en los juicios en trámite como en los que se iniciaren, hasta su reemplazo efectivo.
ART. 69. - A los fines del cumplimiento de lo previsto en los artículos 27, 66 y 68 de la presente ley,
el Jefe de Gabinete de Ministros podrá disponer la creación, supresión, transferencia y redistribución
de dependencias, servicios, funciones y cargos, así como efectuar las reestructuraciones de créditos
presupuestarios que a tal efecto, sean necesarias.
ART. 70. -Todos los actuales integrantes del Ministerio Público que se desempeñen en los cargos
previstos en los incisos b), c), d), e) y f) de los artículos 3° y 4° de esta ley gozan de la estabilidad
que prevé el artículo 120 de la Constitución Nacional. El Procurador General y el Defensor General
deberán obtener el acuerdo previsto en el artículo 5°. A tal efecto el Poder Ejecutivo remitirá los
pliegos correspondientes dentro de los treinta días corridos contados a partir de la sanción de la
presente ley.
RECURSOS
ART. 71. - Los recursos para atender todos los gastos que demande el cumplimiento de la presente
ley provendrán de las partidas que las leyes de presupuesto otorguen al Ministerio Público.
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El presupuesto específicamente deberá asignar las sumas que hoy corresponden a la Dirección de la
Curaduría Oficial del Ministerio de Justicia de la Nación, al programa del Ministerio Público de la
Defensa.
ART. 72. - Los actuales cargos del Ministerio Público Fiscal modificarán su denominación de acuerdo
a las siguientes equiparaciones:
f) Los Fiscales y los Agentes Fiscales ante los jueces de primera instancia, los Fiscales
Adjuntos Móviles de la Procuración General de la Nación y los Secretarios Generales y
Secretarios Letrados de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, en los
cargos de Fiscales previstos en el inciso e) del artículo 3°.
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Mientras permanezcan en el cargo, los actuales Fiscales Adjuntos ante los Juzgados
Federales de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional tendrán la equiparación
presupuestaria, remuneratoria y previsional correspondiente a los cargos previstos en
el inciso e) del artículo 3°, de conformidad con lo dispuesto en el inciso d) del artículo
12 de la presente ley.
EQUIPARACIONES
ART. 73. - Los actuales cargos del Ministerio Público de la Defensa modificarán su denominación de
acuerdo a las siguientes equiparaciones:
ESTRUCTURA
ART. 74. - El Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación, en sus respectivos
ámbitos, podrán modificar la estructura básica existente a la fecha de entrada en vigencia de la
presente ley mediante el dictado de reglamentaciones, en tanto no afecten los derechos emergentes
de la relación de servicio de los magistrados, funcionarios y empleados actualmente en funciones.
Toda alteración que implique la afectación de tales derechos y la creación de cargos de magistrados,
deberá ser previamente aprobada por el Congreso.
ART. 75. - En los ámbitos de competencia material o territorial donde no se hubiesen designado los
Defensores Oficiales ante los tribunales colegiados de segunda instancia ejercerán la función los
Defensores Oficiales ante los tribunales de primera instancia que hubiesen tomado intervención en la
causa recurrida o, en la justicia federal con asiento en el interior del país, aquellos que tengan su
sede en el mismo lugar que el tribunal de apelaciones, según el caso. Hasta tanto se produzcan las
designaciones correspondientes, dichos Defensores Oficiales ante los tribunales de primera instancia
percibirán la remuneración correspondiente a la de los magistrados enumerados en el inciso c) del
artículo 4°.
DEROGACIONES
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ART. 76. - Derógense las leyes 15.464 y 21.383; los títulos VII, VIII y IX de la ley 1893; los
artículos 6° y 10 de la ley 4162; el artículo 31, cuarto párrafo, inciso a) del decreto-ley 1285/58; el
artículo 3°, incisos a) y b), y 5° de la ley 20.58l; el capítulo II de la ley 18.345; el artículo 3° de la ley
24.091 en tanto establece que el defensor oficial ante la Corte Suprema ejerce la competencia ante
ella en forma única y exclusiva; los artículos 516 y 517 del Código Procesal Penal en cuanto disponen
la intervención del Ministerio Público en la ejecución de condenas pecuniarias; el artículo 3° de la ley
3952, en tanto regula la notificación al Procurador Fiscal de toda demanda contra la Nación y su
sujeción a las instrucciones del correspondiente Ministro del Poder Ejecutivo; la ley 3367 y la ley
17.516 en cuanto se refieren a la representación por los Procuradores Fiscales y el Procurador
General de la Nación en asuntos de jurisdicción voluntaria o contenciosa en que el fisco demande o
sea demandado y toda otra norma que resulte contradictoria con la presente ley.
Decreto 300/98
VISTO el Proyecto de Ley N° 24.946 aprobatorio de la Ley Orgánica del Ministerio Público,
sancionado por el HONORABLE CONGRESO DE LA NACION el 11 de marzo de 1998, y
CONSIDERANDO:
Que el artículo 22, referido a la autarquía financiera del MINISTERIO PUBLICO, determina que el
PROCURADOR GENERAL DE LA NACION y el DEFENSOR GENERAL DE LA NACION elaborarán el
proyecto de presupuesto y lo remitirán al HONORABLE CONGRESO DE LA NACION para su
consideración, por intermedio del MINISTERIO DE ECONOMIA Y OBRAS Y SERVICIOS PUBLICOS.
Que asimismo el último párrafo del citado artículo 22 establece que el PODER EJECUTIVO NACIONAL
sólo podrá formular las observaciones que estime apropiadas, pero sin modificar su contenido,
debiéndolo incorporar en el Proyecto de Presupuesto General de la Nación.
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Que la Ley N° 24.156 en su artículo 24, determina que el PODER EJECUTIVO NACIONAL fijará
anualmente los lineamientos generales para la formulación del Proyecto de Ley de Presupuesto
General, dentro del marco de la política económica y financiera que condiciona, de acuerdo con los
recursos disponibles el nivel de gastos de la Administración Nacional.
Que en dicho contexto el PODER EJECUTIVO NACIONAL debe establecer límites en las erogaciones y
será el HONORABLE CONGRESO DE LA NACION quien podrá disponer aumentos en las autorizaciones
para gastar en las respectivas jurisdicciones y entidades, compensando con reducciones en otras o
bien estableciendo las fuentes de financiamiento de tales incrementos.
Que por otra parte dicha metodología se aplica en la formulación del presupuesto de la CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION, sin perjuicio de dar cumplimiento a las disposiciones de la
Ley N° 23.853 de autarquía judicial.
Que en base a lo expuesto resulta necesario observar el tercer párrafo del artículo 22 del Proyecto.
Que la medida que se propone no altera el espíritu ni la unidad del Proyecto sancionado por el
HONORABLE CONGRESO DE LA NACION.
Que el PODER EJECUTIVO NACIONAL tiene competencia para el dictado del presente conforme el
artículo 80 de la CONSTITUCION NACIONAL.
Por ello,
EL PRESIDENTE
DE LA NACION ARGENTINA
DECRETA:
Artículo 1° - Obsérvase el tercer párrafo del artículo 22 del Proyecto de Ley registrado bajo el N°
24.946.
Art. 2° - Con la salvedad establecida en el artículo anterior, cúmplase, promúlgase y téngase por Ley
de la Nación el Proyecto de Ley registrado bajo el N° 24.946.
Art. 4° - Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. -
MENEM. - Jorge A. Rodríguez. - Roque B. Fernández. - Jorge Domínguez. - Alberto J. Mazza. - Susana
B. Decibe. - Raúl E. Granillo Ocampo. - Antonio E. González. - Carlos V. Corach.
BOLILLA Nº XVII.
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Origen histórico.
Uno de los primeros códigos del que se tiene noticia es el de Manú de la India, que hablaba de un
control externo de los gastos del príncipe.
En la antigua Grecia “los controladores” tenían atribuciones para fiscalizar las cuentas de la
administración oficial y las inversiones de la renta pública. Estos pueden considerarse los
representantes más antiguos en función similar a la que prestan los tribunales de cuentas.
El origen de las instituciones de control de la Hacienda Pública en nuestro país, que guarda similitud
con las restantes de América Latina, debe encontrarse en el derecho indiano. Se considera que el
primer órgano de control conocido, data de 1605, tenía asiento en Lima y jurisdicción sobre el
Virreinato del Río de la plata.
En las Indias, la organización estuvo a cargo, en un principio, de la REAL HACIENDA que tenían los
siguientes colaboradores : OFICIALES REALES Y TENIENTES, que debían recibir la ayuda de los
funcionarios políticos (ALCALDES MAYORES Y CORREGIDORES). La buena administración de las
nuevas tierras se constituyó en una preocupación constante para la Corona Española, tanto como la
fiscalización de los funcionarios a quienes se confiaba tal cometido.
En el reinado de Felipe II se promulgan las Ordenanzas en virtud de las cuales se crean los tres
primeros TRIBUNALES DE CUENTAS, constituido por tres contadores cada uno. Todos estos
organismos y funcionarios dependían del Consejo de Indias, y éste del rey. Básicamente, el trabajo
de estos tribunales de cuentas se circunscribía al análisis de las cuentas presentadas en las cajas
reales.
Legislación comparada : la constitucionalización del Control General de la República, como órganos
de laces legislativo pero con autonomía funcional es la respuesta necesitada para hacer eficiente la
fiscalización pública. El organismo reviste antecedentes en el derecho constitucional, tanto extranjero,
como la Contraloría General de la República en Chile y Venezuela, como local, como lo receptan la
mayoría de las constituciones provinciales bajo el nombre de Tribunal, Auditoria o Contraloría
Artículo 85 : El control externo del sector público nacional en sus aspectos patrimoniales,
económicos, financieros y operativos, será una atribución propia del poder legislativo.
El examen y la opinión del poder legislativo sobre el desempeño y situación general de la
Administración Pública estarán sustentados en los dictámenes de la Auditoria General de la Nación.
Este organismo de asistencia técnica del Congreso, con autonomía funcional, se integrará del modo
que establezca la ley que reglamenta su creación y funcionamiento, que deberá ser aprobada por
mayoría absoluta de los miembros de cada Cámara. El Presidente del organismo será designado a
propuesta del partido político de oposición con mayor números de legisladores en el Congreso.
Tendrá a su cargo el control de legalidad, gestión y auditoria de toda la actividad de la
Administración Pública centralizada y descentralizada, cualquiera fuera su modalidad de organización,
y las demás funciones que la ley le otorgue. Intervendrá necesariamente en el trámite de aprobación
o rechazo de las cuentas de percepción e inversión de los fondos públicos.
No hay responsabilidad sin control, ni derecho sin protección. La estructura política del Estado, como
fiel reflejo de la sociedad está integrada por los que “mandan” y los que “obedecen”. De
“gobernantes y gobernados”, “poder y derecho”, “prerrogativas y garantías”, “autoridad y libertad”,
respectivamente. Las funciones y competencias públicas del estado han crecido notoriamente, tanto
en el ámbito funcional (formal) como finalista (sustancial y material). Se impone como necesario para
un equilibrio razonable y prudente de estas polaridades entre autoridad y libertad, un sistema eficaz
del control público. Dada la autoridad, solo cabe pensar en controlarla.
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El control público está enraizado como principio natural en la misma estructura del poder estatal,
pues no hay poder sin control, o al menos no debe haberlo. Es un predicado republicano su
instauración y regulación que se traduce en la división de poderes.
El control se impone para asegurar la sujeción del obrar público a reglas y principios del derecho y
buena administración, en el que debe imperar inexcusablemente la perspectiva finalista del bien
común, a la que debe ajustarse el poder. El control es el instrumento impuesto para verificar esa
correspondencia entre “medios y fines”. A mayor control, menor abuso.
Una concepción realista del derecho y de la política, dentro del marco de las concretas y vitales
circunstancias de la actual realidad, exige por sobre las categorías formales del poder se regulen
otras funciones, de rango sustantivo que posibiliten el pleno ejercicio del poder, y el más eficaz de los
controles. Todo el poder y todo el control. Gobierno y control es la formula orgánica de la estructura
del poder ; para que a los que mandan no “les falte poder” y para que a los que obedecen no “les
falte libertad”, resguardada con controles idóneos que aseguren calidad y eficacia.
La función de “gobierno” tiene como contrapartida la función de “control” : legislativo y judicial.
El Control Judicial impone a la administración el deber de ajustar cada uno de sus actos a las normas
y principios del ordenamiento jurídico.
El Congreso también es una institución para la fiscalización. No solamente legisla sino que control.
Porque controlar también es una manera de gobernar. Se gobierna mandando y controlando ; es la
gran responsabilidad de la oposición, es la responsabilidad de la minorías, porque es la
responsabilidad de todos. Sobre el tema, sostenía Luder que era necesario “...crear los instrumentos
y procedimientos que le permite ejercitar plenamente su función de control del Poder Ejecutivo y
cumplir con su labor legislativa, hoy entorpecida por un mecanismo funcional anacrónico. Por ello, la
reforma reafirma expresamente como atribución del Poder Legislativo esta función de control, y crea
un organismo técnico de asistencia en su ámbito.
Así, la constitución asigna el control externo del sector público nacional a la auditoría general de la
Nación. Este órgano, que tenía base legal en la ley de administración financiera del Estado (24.156,
art. 116 a 127), hoy tiene jerarquía constitucional. Si bien remite a una ley los detalles de su
funcionamiento e integración, da pautas precisas que ineludiblemente deberán ser contempladas en
esa reglamentación.
Funciones.
a) Contenido del control.
Este artículo, incorporado al texto constitucional, otorga el control externo del sector público nacional
en materia patrimonial, económica, financiera y operativa, al Poder Legislativo.
La norma instituye un procedimiento administrativo parlamentario de control y coloca a la Auditoría
General de la Nación como órgano superior del sistema, con autonomía funcional.
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La necesaria independencia que este funcionario debe tener respecto del Poder Ejecutivo y razones
que se encuentran estrechamente vinculadas a las exigencias de nuestro sistema democrático,
permiten aconsejar que este funcionario pertenezca al poder Legislativo y que actúe conforme a
instrucciones que deba recibir del Congreso.
Vanossi, lo concibe como un delegado del Congreso para cumplir las tares de un operador de la
información pública, encargado de recibir las múltiples denuncias respecto al mal o defectuoso
cumplimiento de la función pública por las autoridades.
Las características principales que surgen de la redacción del art. 86 C. N. son :
Es un ORGANO EXTRAPODER, ES INDEPENDIENTE, tiene plena AUTONOMÍA FUNCIONAL, está
EXENTO de RECIBIR INSTRUCCIONES. La ubicación normativa dentro del Congreso NO IMPLICA que
FORME PARTE del Congreso.
Interpretando la C. N. surgiría que es un órgano UNIPERSONAL, pero cuando se alude a la norma
que le dará organización y funcionamiento a “esta institución”, deja un espacio amplio para que el
Defensor del Pueblo cuente con colaboraciones que dependan de él. La amplitud territorial donde
tiene jurisdicción, y la amplitud de funciones, hace necesario disponer de infraestructura humana que
sea idónea, principalmente en amplitud técnica y ética.
Después de la Reforma de 1994, el Congreso dictó la ley 24.379 modificatoria de la ley 24.284 en
vigor antes de la Reforma. Dice Bidart Campos, que la disposición de cualquiera de ambas leyes
resulte INCOMPATIBLE con el art. 86 C. N. ha de tenerse por INAPLICABLE (si son normas
ANTERIORES a la reforma se consideran DEROGADAS, si son POSTERIORES, se las reputa
INCONSTITUCIONALES).
carácter tutelar con el Ministerio Público. Pero, además de poder ir a la justicia, antes de ello el
defensor podrá realizar todas las gestiones convenientes, en el ámbito administrativo, para lograr, a
partir de sus buenos oficios, solucionar los incumplimientos en la prestación de los servicios a los
administrados, que por actos y omisiones produzca la administración.
Será designado y removido por el Congreso, con el voto de las dos terceras partes de los miembros
presentes de cada Cámara.
Goza de las inmunidades y los privilegios de los legisladores y dura en su cargo 5 años, pudiendo ser
designado nuevamente por una sola vez.
control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y
a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios.
La legislación establecerá procedimientos para la prevención y solución de
conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la
necesaria participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias
interesadas, en los organismos de control.
ARTICULO 43 : Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que
no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de
particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o
ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidas por esta Constitución, un tratado o una ley.
En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u
omisión lesiva.
Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo
relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así
como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las
asociaciones que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinara los
requisitos y formas de su organización.
Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos
a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o los privados
destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la supresión,
rectificación, confidencialidad o actualización de aquellos. No podrá afectarse el secreto de las
fuentes de información periodística.
Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado fuera la libertad
física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de detención, o en el de la
desaparición forzada de personas, la acción de habeas corpus podrá ser interpuesta por el afectado o
por cualquiera en su favor y el juez resolverá de inmediato, aun durante la vigencia del estado de
sitio.
ARTICULO 86 :
El Defensor del Pueblo es un órgano independiente instituido en el ámbito del Congreso de la
Nación, que actuará con plena autonomía funcional, sin recibir instrucciones de ninguna autoridad. Su
misión es la defensa y protección de los derechos humanos y demás derechos, garantías e interese
tutelados en esta Constitución y las leyes, ante hechos, actos u omisiones de Administración ; y el
control del ejercicio de las funciones administrativas públicas.
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El Defensor del Pueblo tiene legitimación procesal. Es designado y removido por el Congreso con
el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de cada una de las Cámaras. Goza de
las inmunidades y privilegios de los legisladores. Durará en su cargo cinco años, pudiendo ser
nuevamente designado por una sola vez.
La organización y el funcionamiento de esta institución serán regulados por una ley especial.
¿ Qué es el Defensor del Pueblo ? , en términos inteligibles, es nada más ni nada menos que el
abogado de la sociedad. Así lo llama Gordillo, pero la terminología es variada. La más añosa
denominación es la que marcó su nacimiento en la experiencia sueca del siglo pasado : ombudsman.
No era un nombre caprichoso sino que significa “hombre que da trámite”.
Esta figura institucional viene así gestada “por el cambio de la realidad administrativa, que se
desplaza desde la acción imperativa y unilateral al despliegue de mecanismos basados en la
ponderación, la composición y el arbitraje administrativo, conforme a pautas legales muy abiertas e
indeterminadas...”(Peces-Barba ; Martínez, Gregorio ; Gordillo, Agustín).
La Constitución es muy explícita en la ubicación institucional del Defensor del Pueblo. Lo ubica como
órgano :
❋ unipersonal : no entidad, sino personalidad jurídica.
❋ independiente : no subordinado ni sujeto a instrucciones de ninguna autoridad.
❋ dentro del Congreso de la Nación : está inserto en su estructura, forma parte del poder del Poder
Legislativo.
❋ con autonomía funcional : con independencia técnica.
FUNCIONES
“Mediante su inserción en el seno del Poder Legislativo contribuirá al indispensable proceso de
fortalecimiento del Parlamento en el contexto institucional y social...” (Jorge Maiorano).
Precisamente su inserción y relación con el Congreso, ha sido señalada como un elemento
fundamental que determina el alcance del control realizado por el Defensor del Pueblo. El aspecto
más valioso del efecto accionario de los comisionados parlamentarios es que se deriva de su relación
con el Congreso. Produzcan o no resultado positivo las tramitaciones que se otorguen, las quejas
individuales, las investigaciones del Defensor del Pueblo resultan una fuente de datos para verificar
cuáles son los problemas objetivos del funcionamiento de la Administración Pública.
Este instituto constituye un medio de control de la Adm. Pública con una finalidad perfectamente
determinada : la de proteger los derechos e interese del ciudadano y de la comunidad.
Este órgano independiente con funciones de fiscalización, control y protección actuará con autonomía
funcional, con autonomía específica dentro del marco de su competencia practicando todas las
investigaciones que fueran menester para la tutela de los derechos humanos, de las garantías e
intereses consagrados en esta C. N. y en las demás leyes y tratados internacionales.
“Este conjunto de notas impide ciertamente calificar al Defensor del Pueblo como mandatario del
Parlamento. La doctrina es unánime en rechazar esta calificación...Por ello, la relación entre el
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Defensor del Pueblo y las Cámaras no puede calificarse de fiduciaria y no guarda relación alguna con
la que existe entre el Gobierno y el Parlamento.
En cambio, la posición del Defensor del Pueblo se aproxima más a la de los Magistrados...(si bien,
claro es, su función es esencialmente distinta de la que a éstos corresponde) y por ello, a veces, se
ha dicho que el Defensor ejerce una magistratura de persuasión.
En la doctrina se ha destacado que el Defensor del Pueblo no es un órgano de las Cámaras, de modo
que sus decisiones no pueden ser imputadas a éstas, sino a él mismo, ya que actúa en nombre
propio y según su propio criterio. Incluso personalmente el Defensor está desvinculado del
Parlamento al ser incompatible con todo mandato representativo.
Entre los autores existe la opinión generalizada de que el Defensor del Pueblo es un órgano auxiliar
en sentido técnico-constitucional” (Sainz Moreno, Fernando).
“El defensor del pueblo es un funcionario que tiene un amplio poder de coacción moral. Como lo
llaman los españoles, se trata de una magistratura de persuasión porque con sus recomendaciones y
recordatorios procura que la administración cambie el procedimiento que está afectando los derechos
e intereses de los ciudadanos” (Menem, Eduardo).
Al defensor del pueblo se le confiere legitimación procesal para participar en todos los juicios
vinculados a las materias de su competencia, ante situaciones de lesión puntual y concreta de los
atributos, las cualidades o los derechos de un ciudadano. Se trata de la protección del interés
colectivo, que es el interés de todos porque en él están comprendidos la suma de los intereses
individuales (art. 43).
El defensor del pueblo “...tendrá por cometido proteger los derechos e intereses públicos de los
ciudadanos y de la comunidad, sin recibir instrucción alguna, frente a los actos, hechos u omisiones
de los poderes del Estado que impliquen el ejercicio ilegítimo, abusivo o arbitrario de sus funciones”
(Comisión de Juristas just., Contenido de la reforma de la Constitución Nacional).
En cuanto a sus cualidades de organización y funcionamiento, este órgano que es el tutor y el
custodio de los derechos humanos es designado y removido por el Congreso de la Nación con
mayorías especiales. A su vez, también goza de inmunidades y privilegios constitucionales
equivalentes a los de los legisladores para garantizar su independencia. Dura en su cargo cinco años
y puede ser reelecto por una sola vez.
ORGANIZACIÓN
Se le ha confiado al legislador que disponga de las medidas pertinentes en cuanto a la organización y
funcionamiento de esta institución que, como ya se dijo, no tendrá personería propia y que estará
incorporada operativamente a la estructura del Congreso de la Nación.
La organización y funcionamiento serán conformes a una ley constitucional. En este sentido, la ley
24.379 ha ajustado lo normado en la ley 24.284, que daba base legal al Defensor del Pueblo,
conforme a las nuevas disposiciones de la Constitución reformada.
d) Formular los criterios de control y auditoria y establecer las normas de auditoria externa, a ser
utilizadas por la entidad. Tales criterios y las normas derivadas, deberán atender un modelo de
control y auditoria externa integrada que abarque los aspectos financieros, de legalidad y de
economía, de eficiencia y eficacia.
e) Presentar a la Comisión mencionada, antes del 1 de mayo la memoria de su actuación.
f) Dar a publicidad todo el material señalado en el inciso anterior con excepción de aquel que por
decisión de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas, deba permanecer reservado.
Art. 120.- El Congreso de la Nación, podrá extender su competencia de control externo a las
entidades...estatales o a las de derecho privado en cuya ...administración tenga responsabilidad
el...que éste se hubiera asociado,...que se les hubieren otorgado...su instalación o
funcionamiento...todo ente que perciba, gaste, o administra fondos públicos en virtud de una norma
legal o con una finalidad pública.
Art. 121.- La Auditoria General de la Nación estará a cargo de siete miembros designados cada uno
como auditor general, los que deberán ser de nacionalidad argentina, con titulo universitario en el
área de ciencias económicas o derecho, con probada especialización en administración financiera y
control.
Durarán ocho años en su función y podrán ser reelegidos.
Art. 122.- Seis de dichos auditores generales serán designados por resoluciones de las dos Cámaras
del Congreso Nacional, correspondiendo la designación de tres a la Cámara de Senadores y tres a la
Cámara de Diputados, observando la composición de cada Cámara.
Al nombrarse los primeros auditores generales se determinará por sorteo, los tres que permanecerán
en sus cargos durante cuatro años, correspondiéndoles ocho años a los cuatro restantes.
Art. 123.- El séptimo auditor general será designado por resolución conjunta de los presidentes de la
Cámaras de Senadores y de Diputados y será el presidente del ente.
Es el órgano de representación y de ejecución de las decisiones de los auditores.
Art. 124.- Los auditores generales podrá ser removidos, en caso de inconducta grave o manifiesto
incumplimiento de sus deberes, por los procedimientos establecidos para su designación.
Art. 125.- Son atribuciones y deberes de los auditores generales reunidos en Colegio :
a) Proponer el programa de acción anual y el proyecto de presupuesto de la entidad.
b) Proponer modificaciones a la estructura orgánica a las normas básicas internas, a la distribución
de funciones y a las reglas básicas de funcionamiento con arreglo al art. 116 y, además, dictar las
restantes normas básicas, dictar normas internas, atribuir facultades y responsabilidades, así como
la delegación de autoridad.
c) Licitar, adjudicar, adquirir suministros, contratar servicios profesionales, vender, permutar,
transferir, locar y disponer, respecto de los bienes muebles e inmuebles necesarios para el
funcionamiento de la entidad, pudiendo aceptar donaciones con o sin cargo.
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d) Designar el personal y atender las cuestiones referentes a éste, con arreglo a las normas internas
en la materia, en especial cuidando de que exista una equilibrada composición interdisciplinaria
que permita la realización de auditorias y evaluaciones integradas de la gestión pública.
e) Designar representantes y jefes de auditorias especiales.
f) En general, resolver todo asunto concerniente al régimen administrativo de la entidad.
g) Las decisiones se tomarán colegiadamente por mayoría.
Art. 126.- No podrán ser designados auditores generales, personas que se encuentren inhibidas, en
estado de quiebra o concursados civilmente, con procesos judiciales pendiente o que hayan sido
condenados en sede penal.
Art. 127.- El control de las actividades de la auditoria general de la Nación, estará a cargo de la
Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas, en la forma en que ésta lo establezca.
CAPITULO II. Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas.
Art. 128.- La Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas estará formada por seis senadores
y seis diputados cuyos mandatos durarán hasta la próxima renovación de la Cámara a la que
pertenezcan y serán elegidos simultáneamente en igual forma que los miembros de las comisiones
permanentes.
Anualmente la Comisión elegirá un presidente, un vicepresidente y un secretario que pueden ser
reelectos. Mientras estas designaciones no se realicen, ejercerán los cargos los legisladores con
mayor antigüedad en la función y a igualdad de ésta, los de mayor edad.
La comisión contará con el personal administrativo y técnico que establezca el presupuesto general y
estará investida con las facultades que ambas Cámaras delegan en sus comisiones permanentes y
especiales.
Art. 129.- Para el desempeño de sus funciones la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas
debe :
a) Aprobar juntamente con las Comisiones de Presupuesto y Hacienda de ambas Cámaras el
programa de acción anual de control externo a desarrollar por la Auditoria General de la Nación.
b) Analizar el proyecto de presupuesto anual de la Auditoria General de la Nación y remitido al Poder
Ejecutivo para su incorporación en el presupuesto general de la Nación.
c) Encomendar a la Auditoria General de la Nación la realización de estudios, investigaciones y
dictámenes especiales sobre materias de su competencia, fijando los plazos para su realización.
d) Requerir de la Auditoria General de la Nación toda la información que estime oportuno sobre las
actividades realizadas por dicho ente.
e) Analizar los informes periódicos de cumplimiento del programa de trabajo aprobado, efectuar las
observaciones que pueden merecer e indicar las modificaciones que estime conveniente introducir.
f) Analizar la memoria anual que la Auditoria General de la Nación deberá elevarla antes del 1 de
mayo de cada año.
CAPITULO III. De la responsabilidad.
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Art. 130.- Toda persona física que se desempeñe en las jurisdicciones o entidades sujetas a la
competencia de la Auditoria General de la Nación responderá de los daños económicos que por su
dolo, culpa o negligencia en el ejercicio de sus funciones sufran los entes mencionados siempre que
no se encontrare comprendida en regímenes especiales de responsabilidad patrimonial.
Art. 131.- La acción tendiente a hacer efectiva la responsabilidad patrimonial de todas las personas
físicas que se desempeñen en el ámbito de los organismos y demás entes premencionados en los
arts. 117 y 120 de esta ley, prescribe en los plazos fijados por el Código Civil contados desde el
momento de la comisión del hecho generador del daño o de producido éste si es posterior, cualquiera
sea el régimen jurídico de responsabilidad patrimonial aplicable con estas personas.
TITULO VIII. Disposiciones varias.
CAPITULO I. Disposiciones generales.
Art. 132.- Los órganos con competencia para organizar la Sindicatura General de la Nación y la
Auditoria General de la Nación quedan facultados para subscribir entre sí convenios que posibiliten
reasignar los funcionarios y empleados de la Sindicatura General de Empresas Públicas y del Tribunal
de Cuentas de la Nación. El personal de los organismos de control reemplazados conservarán el nivel
jerárquico alcanzado, manteniéndose los derechos que hagan a la representación y defensa de los
intereses colectivos del personal.
CAPITULO II. Disposiciones transitorias.
Art. 133.- Las disposiciones contenidas en esta ley deberán tener principio de ejecución a partir del
primer ejercicio financiero que se inicie con posterioridad a la sanción de la misma.
El Poder Ejecutivo nacional deberá establecer los cronogramas y metas temporales que permitan
lograr la plena instrumentación de los sistemas de presupuestos, créditos público, tesorería,
contabilidad y control internos previstos en esta ley, los cuales constituyen un requisito necesario
para la progresiva constitución de la estructura de control interno y externo normada
precedentemente.
Art. 134.- Hasta tanto se opere la efectiva puesta en práctica de los sistemas de administración
financiera y control establecidos en esta ley, continuarán aplicándose las disposiciones legales y
reglamentarias vigentes a la fecha de entrada en vigor de la misma ; las que resultarán de aplicación
para los procedimientos en trámite cuya sustanciación se operará por áreas de las entidades creadas
por la presente, a las cuales se le deberá asignar ese cometido.
Art. 135.- El Poder Ejecutivo Nacional, en el plazo de noventa días a partir de la fecha de
promulgación de la presente ley, presentará al Congreso Nacional un proyecto de la ley que regule el
sistema de contrataciones del Estado y otro que organice la administración de bienes del Estado.
Art. 136.- El Poder Ejecutivo Nacional reglamentará la presente ley en un plazo de noventa días a
partir de la fecha de su promulgación. Los arts. 116 a 129, ambos inclusive, no serán objeto de
reglamentación por parte del Poder Ejecutivo nacional.
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BOLILLA XVIII
18. 1 DECLARACIONES, PRINCIPIOS, DERECHOS Y GARANTÍAS : CONCEPTOS,
DERECHOS SUBJETIVOS. DERECHOS Y LIBERTADES.
BIDART CAMPOS :
La evolución del constitucionalismo clásico.
A la parte dogmática le hemos dado el nombre de derecho constitucional de la libertad, allí se
centraliza un núcleo que coincide con el de la democracia.
La fisonomía de la constitución que resuelve el status personal del ser humano en el estado, pone en
intersección a la defensa y promoción de sus derechos y libertades con la limitación del estado y del
poder para seguridad de las personas.
Se trata de una categoría que cobró naturaleza de derechos públicos subjetivos del hombre “frente” o
“contra” el estado. El sujeto pasivo era el estado, y la obligación fundamental que había de cumplir
para satisfacer aquellos derechos era la de omisión : no debía violarlos, ni impedir su goce, ni
interferir en su ejercicio.
Considerar que también los particulares son sujetos pasivos, junto con el estado, obligados a respetar
los derechos del hombre. Añadir a la obligación de omitir violaciones, la de dar o de hacer algo en
favor del titular de los derechos.
Las situaciones jurídicas subjetivas que no son derechos subjetivos.
Con un perfil o con otro, con mención expresa en la constitución o con hospedaje en nuestra cláusula
de los derechos implícitos del art. 33, hemos de afirmar que estas situaciones jurídicas subjetivas no
esfuman ni pierden la naturaleza de tales por la circunstancia de que cada uno de los sujetos que la
titularicen componga un grupo o conjunto humano al que le es común ese mismo interés. La
subjetividad no desaparece por el hecho de que cada uno entre muchos tenga una porción o parte en
lo que es común a otros y a todos. La afectación del interés perjudica al conjunto, y por eso mismo
también a cada persona que forma parte de él. La “parte individual” en el interés común o en el
“derecho de incidencia colectiva” diseña la situación jurídica subjetiva, pero “lo común” diseña la
pertenencia que se le atribuye al conjunto total. El no haber “pertenencia exclusivamente individual”
está lejos de significar que no haya subjetividad jurídica en la parte que cada cual tiene en el interés
colectivo de “pertenencia común” o en el derecho de “incidencia colectiva”.
El Estado, sujeto pasivo.
El Estado es sujeto pasivo cargado con obligaciones de omitir violación y también de dar o de hacer
frente al hombre sujeto activo. Es el único sujeto internacionalmente acusable y responsable por el
incumplimiento de esas obligaciones que, en cuanto sujeto pasivo, ha asumido al hacerse parte en el
tratado.
El Estado también incluye en su cúmulo de obligaciones la de prevenir, la de impedir, la de vigilar, la
de sancionar, y la de reparar la violaciones que a los derechos puedan inferir los particulares. En caso
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de no hacerlo, y aun cuando el estado no sea el autor de la violación, incumple el tratado y tiene
responsabilidad internacional por su omisión en prevenir, impedir, vigilar, sancionar y reparar.
del usuario, del consumidor y de la competencia ; 11) amparo ; habeas data ; habeas corpus ; 12)
derecho al secreto periodístico.
Más estos no son los únicos, pues asimismo tienen cabida otros derechos en el marco del art. 75.
Derechos individuales tales como : los derechos de los indígenas (inc.17), la cláusula del nuevo
progreso (inc. 19), los tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional (inc. 22) y la
garantía de igualdad de trato (inc. 23).
Y por otra parte, derechos y prerrogativas institucionales reconocidos a las provincias, como por ej. la
garantía federal de coparticipación (inc. 2) y el derecho de integración (inc. 24).
Solo resta agregar la ratificación declarativa (que se encuentra entre las cláusulas transitorias) de la
legítima e imprescriptible soberanía de la Nación Argentina sobre Malvinas.
Pero a las situaciones jurídicas reconocidas, les faltaban los remedios procesales constitucionales
idóneos que las tutelaran. De ahí la incorporación expresa del amparo, del habeas corpus y del
habeas data.
Hoy el hombre necesita la tranquilidad frente a los abusos de que ha sido objeto en numerosas
oportunidades de contrato con normas legales expresas que tienden a proteger sus derechos, ya no
se contenta con dejar librado al criterio judicial su protección ; necesita y exige que el propio juez se
encuentre atado a la ley para erradicar cualquier riesgo. Lo real y cierto es que la idea del legislador
preconstituyente ha sido, cuanto menos, la de realizar la jerarquización de estos medios de tutela de
los derechos individuales y ello responde a la evolución de la doctrina constitucional y de las
corrientes filosóficas del pensamiento, que con el paso del tiempo y con los impactos sociales van
dotando de un cariz distinto, a la norma constitucional.
En este espíritu constitucional, los derechos se encuentran adjetivados para que tengan mayor
jerarquía : igualdad real, trato equitativo y digno, distribución equitativa y solidaria. La operatividad y
formas jurídicas del automatismo de algunos derechos, constituyen su ejercicio de pleno derecho sin
la participación de otra voluntad.
Nuestra constitución formula en el art. 19 que nadie puede ser obligado a hacer lo que la ley no
manda ni privado de lo que ella no prohibe.
El principio de legalidad responde al concepto de despersonalización o impersonalidad del poder, y al
de legitimación racional, no se trata de que el poder no se ejercido por hombre (lo cual es inevitable)
sino de que esos hombres que ejercen el poder lo hagan ajustándose al orden jurídico establecido en
las normas legales. De ahí, entonces, surge el adagio de que no gobiernan los hombres sino la ley.
La finalidad del principio de legalidad es afianzar la seguridad individual de los gobernados. La ley
predetermina las conductas debidas o prohibidas de forma que los hombres puedan conocer de
antemano lo que tienen que hacer u omitir, y quedar exentos de decisiones sorpresivas que
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dependan solamente de la voluntad ocasional de quien manda. En ese aspecto toma en cuenta, por
eso, el valor previsibilidad.
La cláusula que exige ley para mandar o para prohibir no debe tomarse con tal rigor formal que solo
reconozca como única fuente de las obligaciones aludidas en el art. 19 a la ley del congreso.
Podemos ser obligados a hacer o a abstenernos por cualquier norma jurídica inferior a la ley y
constitucionalmente se apoye en la ley o este habilitado para la constitución o para la ley (así, la
sentencia). Tampoco ha de interpretarse esta parte del art. 19 como cohibiendo las fuentes no
estatales (por ej. el contrato). Tales fuentes también tienen capacidad de engendrar obligaciones.
Se llaman “zona de reserva” de la ley el ámbito donde la regulación de una materia es de
competencia legislativa del congreso.
El derecho judicial se ha encargado de incorporar a nuestro derecho constitucional material este
contenido que cubre la insuficiencia del principio formal de legalidad. La jurisprudencia nos muestra el
ejercicio del control de razonabilidad de leyes y actos estatales, y los descalifica como arbitrarios
cuando hieren las pautas de justicia ínsitas en la constitución. Los jueces verifican el contenido de la
ley más allá de su forma, permitiéndose aseverar que el principio formal de legalidad cede al principio
sustancial de razonabilidad, y que si la ley no es razonable (o sea, es arbitraria) resulta
inconstitucional.
La jurisprudencia de la Corte Suprema ha construido toda una fecunda doctrina sobre la arbitrariedad
de las sentencias, exigiendo que éstas, para ser válidas en cuanto a los jurisdiccionales, sean
razonables. También los actos de los particulares deben satisfacer un contenido razonable.
La constitución formal suministra criterios, principios y valoraciones que, integrando su ideología,
permiten componer y descubrir en cada caso la regla de razonabilidad. Para ello, es útil acudir a la
noción de que en cada derecho hay un reducto que configura, como mínimo, su núcleo esencial, y
que este núcleo no tolera ser suprimido, alterado o frustrado porque, de ocurrir algo de esto, se
incurre en irrazonabilidad, arbitrariedad e inconstitucionalidad.
La regla de razonabilidad está condensada en nuestra constitución en el art. 28, donde se dice que
los principios, derechos y garantías no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su
ejercicio. La “alteración” supone arbitrariedad o irrazonabilidad.
La razonabilidad exige que el medio escogido para alcanzar un fin válido guarde proporción y aptitud
suficiente con ese fin : o que haya razón valedera para fundar tal o cual acto de poder. El derecho
judicial emanado de la Corte Suprema en materia de control judicial de la razonabilidad, se limita a
verificar si el “medio” elegido para tal o cual “fin” es razonablemente proporcionado y conducente
para alcanzar ese fin ; pero no entra a analizar si ese medio elegido pudo o pudo ser reemplazado
por otro que, igualmente conducente y proporcionado al mismo fin, resulte menos gravoso para el
derecho o la libertad que se limitan. O sea que para por satisfecha la razonabilidad hacen falta dos
cosas :
a) Proporción en el medio elegido para promover un fin válido,
b) Que no haya una alternativa menos restrictiva para el derecho que se limita.
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ARTICULO 19 : Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la
moral pública, ni perjudique a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de
los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni
privado de lo que ella no prohíbe.
Concordancias : arts. 14 ; 18 ; 28 ; 33 ; 43, 3º par.
Referencias legislación : ley 11.723, art. 31 ; Cód. Civil, art. 1071 bis.
LIBERTAD POLITICA.
El carácter democrático y representativo de nuestro sistema de gobierno está basado en la libertad
política. La representación está hoy monopolizada por los partidos políticos, herramientas
fundamentales y protagónicas del sistema democrático. El reconocimiento de los derechos políticos y
de los partidos son imprescindibles para el efectivo goce de la libertad política.
La constitución ha consagrado los principios de la libertad política. Entre ellos, cabe enumerar :
Creación y ejercicio de los partidos políticos.
La libertad de creación y ejercicio, como todo derecho dentro del marco del art. 14, vale en tanto y
en cuanto esté subordinada a los principios declarados por la constitución y a los preceptos de la ley
orgánica de partidos políticos. Fuera de ésto, el derecho no es reconocido.
Organización y funcionamiento democráticos.
Los partidos políticos cuentan con una garantía de protección institucional bajo el modelo
democrático. La democracia debe jugar también dentro de los partidos, mediante elecciones
periódicas de autoridades partidarias y de proposición de candidatos.
Respecto de la importancia de éste aspecto del funcionamiento de las estructuras políticas
partidarias, el Tribunal Constitucional Español, ha entendido : “los partidos políticos son... creaciones
libres, producto como tales del ejercicio de la libertad de asociación... la trascendencia política de sus
funciones (concurrir a la formación y manifestación de la voluntad popular) y servir de cauce
fundamental para la participación política no altera su naturaleza, aunque explica que respecto de
ellos establezca la constitución la exigencia de que su estructura interna y funcionamiento sean
democráticos”.
Representación de las minorías.
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El estado no solo debe ayudar económicamente a los partidos para la formación de sus dirigentes,
sino también brindarles la posibilidad de acceder a becas, seminarios y cursos de capacitación. Los
partidos políticos son a la democracia lo que la universidad a la cultura.
DERECHOS POLITICOS.
Artículo 37 : Esta constitución garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos, con arreglo al
principio de la soberanía popular y de las leyes que se dicten en consecuencia. El sufragio es
universal, igual, secreto y obligatorio.
La igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y
partidarios se garantizará por acciones positivas en la regulación de los partidos políticos y en el
régimen electoral.
Disposición transitoria segunda : Las acciones positivas a que alude el art. 37 en su último párrafo
no podrán ser inferiores a las vigentes al tiempo de sancionarse esta constitución y durarán lo que la
ley determine. (corresponde al art. 37).
El art. 37 garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos que no estaban enunciados
expresamente en el clásico texto de la Constitución de 1853-1860. Se derivaban básicamente por
interpretación del art. 33, que establece que la declaraciones, derechos y garantías enumerados no
serán entendidos como negación de otros no enumerados, pero que nacen del principio de la
soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno. Este art. dejó a salvo la existencia de
derechos que, no obstante no estar mencionados en la constitución derivan del sistema político
adoptado.
Lo cierto es que hoy estos derechos políticos están consagrados, garantizados y reconocidos
expresamente por la constitución con arreglo al principio de la soberanía popular y de las leyes que
en su consecuencia se dicten.
El art. 37 está íntimamente ligado a una de las características de la tipología de la constitución
reformada : la participativa. Esto se manifiesta también en el sufragio, en la institucionalización de los
partidos políticos, en la iniciativa y en la consulta popular.
El principio de la soberanía popular.
Este principio de la soberanía popular logró expresa consagración en el art. 33 de la Carta
Constitucional (1853-1860) y se ve ahora complementado con la incorporación expresa al texto de la
constitución en su art. 37.
En su aspecto instrumental, la soberanía del pueblo significa la adopción de la legalidad republicana o
democrática, como específica forma de legitimidad de origen de los portadores del poder político.
El sufragio.
Es un derecho político, un derecho-deber que tiene como objetivo ser la herramienta de la
participación.
El sufragio es el ejercicio del derecho electoral activo por parte de los ciudadanos. Mediante él no
solo se expresa la voluntad del pueblo para elegir a sus representantes, sino también para manifestar
su opinión a través de los mecanismos de democracia semidirecta.
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Este derivado del art. 16 sobre el principio de igualdad, está ahora explicitado puntualmente en
materia política. la constitución aspira a llegar a una igualdad real, es por eso que declara y garantiza
la igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para acceder a cargos electivos y
partidarios, y esta garantía tendrá que hacerse efectiva a través de acciones positivas en la
regulación de los partidos políticos y del régimen electoral.
La constitución reafirma de esta manera lo dispuesto por la ley 24.012, que exige un mínimo de 30%
de mujeres en las listas para elecciones nacionales y ubicadas en lugares con posibilidad real de
resultar electas.
El concepto de acción o discriminación positiva, como estrategia para corregir y superar la
discriminación histórica de las mujeres, reconoce tres aspectos : por un lado, y aunque parezca obvio
no lo es tanto, el reconocimiento de la existencia de esta discriminación ; en segundo lugar, la
voluntad de superarla, y por último la promoción efectiva de la igualdad. Es evidente que la
legislación que meramente prohibe la discriminación no hacía suficiente para asegurar a las mujeres
una presencia y participación efectiva en el ámbito político y económico. La acción positiva va más
allá, desarrollando medidas concretas que proporcionan a las mujeres posibilidades concretas de
participación.
Se trata de medidas que superen los obstáculos que impiden llegar a la igualdad entre hombres y
mujeres, reconocidas por las leyes y las constituciones de la mayoría de los países. La cuota mínima
de participación de mujeres es uno de los mecanismos, que en el marco de las acciones positivas, ha
demostrado ser efectivo para asegurar la presencia de las mujeres en los órganos de decisión de los
partidos políticos y en las listas para cargos electivos.
DERECHOS ENUMERADOS Y NO ENUMERADOS (ART. 33) :
ARTICULO 33 : Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la constitución, no serán
entendidos como negación de otros derechos y garantías no enumerados, pero que nacen del
principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno.-
Las pautas fundamentales :
La caracterización de la declaración de derechos en nuestro sistema, y de los derechos que en él se
reconocen es la siguiente :
a) Hay derechos enumerados por ej. los del art. 14 y derechos no enumerados o implícitos por ej. los
aludidos en el art. 33. Todo derecho fundamental o primario del hombre puede y debe
considerarse incluido en la constitución, esté o no reconocido expresamente. En el bloque de
constitucionalidad, fuera del texto de la constitución también hay derechos que surgen de
instrumentos internacionales con jerarquía constitucional, y de otros tratados que sólo son
superiores a las leyes, todo de acuerdo al art. 75 inc. 22.
b) Los derechos, que son derechos “del hombre” en cuanto persona, pertenecen tanto a nacionales o
ciudadanos cuanto a extranjeros. Ello deriva de varias pautas :
➢ la constitución los reconoce a los “habitantes”, es decir, sin acepción de nacionalidad o
ciudadanía.
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b) si versa sobre políticas gubernamentales, pueden éstas atrapar al control judicial en cuanto a su
conveniencia, oportunidad, etc.
c) si se afecta un derecho adquirido o se causa daño, la actividad lícita genera responsabilidad del
estado para indemnizar.
El principio de que el estado debe reparar los perjuicios causados a los derechos mediante su
actividad lícita cubre tanto el supuesto en que el estado actúa como administrador, cuanto aquellos
en que actúa como legislador.
Art. 17 : “La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino
en virtud de sentencia fundada en ley. La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser
calificada por ley y previamente indemnizada. Sólo el Congreso impone las contribuciones que se
expresan en el art. 4º. Ningún servicio personal es exigible, sino en virtud de ley o de sentencia
fundada en ley. Todo autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o queda borrada
para siempre del Código Penal argentino. Ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones, ni exigir
auxilios de ninguna especie”.
Este artículo se relaciona con el art. 14, donde se expone el concepto de propiedad. Ésta tiene en
nuestra constitución un amplio amparo : se prohíbe la confiscación como sanción (art. 17) ; la
pérdida de la propiedad sólo podrá ser por sentencia fundada en ley (art. 17) ; se la reglamenta por
ley (art. 14), y se la expropia por causa de utilidad pública (art. 17).
Este artículo expresa que “la propiedad es inviolable”. Ello no significa que la propiedad sea absoluta
ni exenta de función social. Lo que la cláusula constitucional quiere decir es que ni el Estado ni los
particulares pueden dañarla, turbarla, desconocerla o desintegrarla.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) en su art. 21
(“Derecho a la propiedad privada”) dispone :
1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al
interés social.
2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnización
justa, por razones de utilidad o de interés social y en los casos y según las formas establecidas
por la ley.
3. Tanto la usura como cualquier otra forma de explotación del hombre por el hombre, deben ser
prohibidas por la ley.
Ese artículo, que consagra el principio de la función social de la propiedad, goza en nuestro Estado de
jerarquía constitucional después de la reforma de 1994 (art. 75, inc. 22).
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Art. 21 : “Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la patria y de esta
Constitución, conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso y a los derechos del Ejecutivo
nacional. Los ciudadanos por naturalización son libres de prestar o no este servicio por el término de
diez años contados desde el día en que obtengan su carta de ciudadanía”.
Las Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y Aeronáutica) y su gestión específica se encuentran normadas
en nuestra constitución no como poder del Estado, sino como una actividad que debe ser regulada
por el legislador y aplicada, en última instancia, por el presidente de la República.
Los textos y los antecedentes de los arts. 21 y 22 presuponen fuerzas armadas democráticas, que
actúen siempre dentro de la Constitución y de la ley, sometidas al gobierno civil con la finalidad
específica de defender la Patria y sostener la Constitución (art. 21). Estos propósitos se compadecen
con altos objetivos que, desde el Preámbulo, vertebran el orden normativo de la ley suprema : “unión
nacional”, “paz interior”, “defensa común”.
La esencia de una y otra exigencia del art. 21 (“armarse en defensa de la Patria y de esta
Constitución”) se encuentra en la justicia que significa mantener la subsistencia del Estado y del
orden político-jurídico fundamental. Por otra parte importa, también, la defensa de la supervivencia
del hombre, que no puede vivir aislado fuera del organismo social que integra.
Esto no significa que cada argentino, individualmente o en grupos, pueda constituirse en árbitro del
orden constitucional que precisamente prohíbe el art. 22. Pero cuando se encumbran en el poder
regímenes tiránicos que en forma abierta, sistemática y reiterada, violan permanentemente la
Constitución, nace el derecho natural de resistencia a la opresión, usando el pueblo de una legítima
defensa del orden jurídico fundamental del Estado.
Para el cumplimiento de los fines del art. 21 de la Constitución se ha establecido el régimen del
servicio en las fuerzas armadas, que ha sido estructurado con miras al alto objetivo de hacer
material y efectivamente posible la preparación de la defensa de la Nación, en tiempo de paz,
mediante el adiestramiento militar de sus hijos.
Esta norma se compadece en su letra y en su espíritu con la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, llamada “Pacto de San José de Costa Rica”, que a partir de la reforma constitucional de
1994, goza de jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22. C. N.). En efecto, esta Convención, en su art.
32, con el título “Correlación entre deberes y derechos”, establece :
1. Toda persona tiene deberes para con la familia, la comunidad y la humanidad.
2. Los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por la
seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común, en una sociedad
democrática.
Art. 22 : “El pueblo no delibera, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por
esta Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos del
pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de sedición”.
El art. 22 ratifica, en su primera parte, la forma de gobierno representativa que estable el art. 1º. Se
trata de la democracia representativa elegida por los constituyentes como forma de expresión de la
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soberanía popular, que reconoce expresamente el art. 33. Acepta así la teoría del gobierno indirecto
del pueblo, que elige sus mandatarios y deposita en ellos el ejercicio del poder.
La segunda parte de este art. 22 es consecuencia de la violación del precitado principio
representativo de gobierno y determina la existencia del delito de sedición. La acción consiste en
atribuirse los derechos del pueblo y peticionar a nombre de éste, vulnerando los mecanismos
representativos, con el intento de quebrar el sistema constitucional y las instituciones políticas.
Inspirada en el art. 26 del Proyecto de Alberdi, esta cláusula ha querido prevenir la presión popular
multitudinaria, inorgánica o encabezada por militares, así como también la intervención de las fuerzas
armadas en la lucha por el poder político. Por eso determina la existencia y las características del
delito de sedición, que reprime el Código Penal.
Los sediciosos no sólo pueden ser componentes de alguna de las fuerzas armadas (Ejército, Marina o
Aeronáutica). El concepto constitucional es mucho más amplio, porque se refiere a “toda fuerza
armada o reunión de personas” que se atribuyan los derechos del pueblo y peticionen a nombre de
él.
Art. 29 : “El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los
gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles
sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a
merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad
insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los
infames traidores a la patria”.
Este artículo proviene de la dolorosa experiencia vivida en nuestra evolución histórica, especialmente
durante la época de Rosas. Las normas sancionadas por la legislatura de la provincia de Buenos Aires
dan razón suficiente de la prevención y prohibición adoptadas por los constituyentes.
En efecto, la Legislatura de dicha provincia, por la ley del 6 de diciembre de 1829, nombró
gobernador y capitán general al coronel Juan Manuel de Rosas, a quien revistió de las facultades
extraordinarias que “juzgue necesarias” para arreglar la administración interior, proveer a sus
necesidades, prevenir ataques que intenten los anarquistas y afianzar el orden y tranquilidad pública.
Por decreto del 25 de enero de 1830, la Junta de Representantes resolvió aprobar “en todas sus
partes la conducta política y militar del ciudadano del Juan Manuel de Rosas como comandante
general de campaña, desde el primero de diciembre de 1828 hasta el 8 de diciembre próximo pasado,
en que tomó posesión del gobierno de la provincia”.
Además declaró “que el ciudadano don Juan Manuel de Rosas ha sido restaurador de las leyes e
instituciones de la provincia de Buenos Aires”.
También se confirió a Rosas el grado de brigadier de la provincia, “reservándose la Legislatura
promover oportunamente se reconozca bajo este carácter en toda la República”.
La ley del 7 de marzo de 1835 “deposita la suma del poder pública de la provincia en la persona del
brigadier general don Juan Manuel de Rosas, sin más restricciones que las siguientes :
a) deberá conservar, defender y proteger la religión católica apostólica romana.
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b) deberá sostener y defender la causa nacional de la Federación que han proclamado todos los
pueblos de la República”.
Este art. 29 se complementa ahora con las normas del art. 36, incorporado a nuestra ley suprema por
la reforma de 1994, disposiciones que genéricamente se han denominado de “defensa del orden
constitucional y del sistema democrático”.
El 22 de agosto de 1984 fue promulgada la ley 23.077 que modificó el Código Penal, reemplazando la
expresión “rebelión” por la de “atentados al orden constitucional y a la vida democrática”. Esa ley
tiende, precisamente, mediante medidas represivas, a proteger la vida democrática, la estabilidad de
las instituciones fundamentales, la plena vigencia de la Constitución y el normal funcionamiento del
Estado y de sus órganos de poder.
Con tales finalidades, el texto de la ley 23.077 comprende tres tipos de disposiciones :
a) se derogan normas emanadas del gobierno de facto establecido en el país entre 1976 y 1983 ;
b) se introducen importantes modificaciones al Código Penal, y
c) se establecen normas procesales para el juzgamiento de los delitos caracterizados como lesivos al
orden constitucional y a la vida democrática.
Art. 36 : “Esta Constitución mantendrá su imperio aun cuando se interrumpiere su observancia por
actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático. Estos actos serán
insanablemente nulos.
Sus autores serán pasibles de la sanción prevista en el art. 29, inhabilitados a perpetuidad para
ocupar cargos públicos y excluídos de los beneficios del indulto y la conmutación de penas.
Tendrán las mismas sanciones quienes, como consecuencia de estos actos, usurparen funciones
previstas para las autoridades de esta Constitución o las de las provincias, los que responderán civil y
penalmente de sus actos. Las acciones respectivas serán imprescriptibles.
Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes ejecutaren los actos de fuerza
enunciados en este artículo.
Atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en grave delito doloso contra el
Estado que conlleve enriquecimiento, quedando inhabilitado por el tiempo que las leyes determinen
para ocupar cargos o empleos públicos.
El Congreso sancionará una ley sobre ética pública para el ejercicio de la función”.
En la época contemporánea y en la mayoría de los países de Occidente, el Estado, además de ser un
Estado de derecho, es también un Estado constitucional.
El nuevo artículo 36 de la Constitución nacional. Las situaciones de anormalidad política y de crisis
constitucional, y el alto grado de corrupción que existe en muchos sectores de nuestra sociedad y que
afecta intereses públicos y privados, como asimismo la democracia, han motivado e influido en el
constituyente de 1994 para insertar este art. 36 en la Constitución nacional, norma que
genéricamente se denominó de “defensa del orden constitucional y del sistema democrático”.
El disfrute de los derechos y el desarrollo de la persona son imposibles si el hombre está sumergido
en una serie de carencias, desprovisto de medios económicos y sin posibilidad de obtener sus
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recursos vitales. Una situación así le impide superar con esfuerzo personal el déficit económico y
atender su salud, educarse, contar con vivienda digna, vivir decorosamente, colmar sus necesidades y
ejercer realmente sus derechos.
Como consecuencia de ello, el Estado debe crear condiciones favorables (seguridad social, justa
distribución de ingresos, pleno empleo, etc.) ; es decir, el orden jurídico y la estructura social para
que, con su esfuerzo, cada persona logre las condiciones dignas de trabajo y de vida que le permitan
su seguridad plena, el respeto de sí misma y su contribución al mejoramiento social.
Por supuesto que el Estado no debe ni puede estar aislado en la creación de esas condiciones. El
individuo y la sociedad también, a través de su pluralismo y de la iniciativa privada, deben brindar un
aporte decididamente solidario, como concreción de un principio de subsidiariedad que reparte las
actividades del Estado y de la comunidad, a fin de alcanzar el Estado social de derecho y el bienestar
común.
Art. 119 : “La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en
unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El Congreso fijará por una ley especial la pena
de este delito ; pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se transmitirá
a sus parientes de cualquier grado”.
La historia de nuestro país registra casos en los que el ardor de la guerra civil y de las pasiones
partidistas, motivaron la imputación de traición y la aplicación arbitraria de sanciones extremas.
Por eso, este art. 119 define en forma excluyente el delito de traición al emplear el vocablo
“únicamente”. Limita así los términos de su propia definición y evita que por vía legal o de
interpretación se extienda el sentido estricto de dicho delito y la sanción de especial gravedad que
merece.
La norma que analizamos prevé dos acciones :
a) Tomar las armas contra la Nación : constituye un presupuesto objetivo del delito. Es preciso que
el país se encuentre en estado de guerra, aunque no parece que sea necesario que se hayan
iniciado las hostilidades, ya que el hecho de enrolarse en fuerza armada extranjera que se
encuentre en guerra con nuestra República configura el delito.
b) Unirse al enemigo prestándole ayuda y socorro : esa ayuda debe ser voluntaria, directa o
indirecta, pero no forzada por la violencia. Es preciso que signifique una mejora para el enemigo,
sea combatiendo (tomando las armas) o no, como podría ser : revelar planos o sistemas de
organización castrense, planes de combate, claves para transmisiones cifradas, entrega de dinero
o cualquier otra colaboración o dato.
Solamente el Congreso nacional está autorizado para fijar la pena que corresponde a estos hechos
definidos por la Constitución. Así, ha establecido la sanción aplicable en los arts. 214 y 215 del
Código Penal, pero esa pena no puede extenderse a los familiares del delincuente por imperio de la
norma constitucional que comentamos.