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    El Mito de La Carroza

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    El documento narra la leyenda de una carroza fantasmal que transitaba por la calle Moquegua en la ciudad de Moquegua a medianoche los viernes. Los pasajeros de la carroza, vestidos como gente de la época colonial, reían a carcajadas mientras la carroza se dirigía sin rumbo fijo, desapareciendo al final de la calle. Un pasajero le pidió a una costurera que siempre miraba por la ventana que le abriera la puerta. Siguiendo el consejo de un cura, la costurera cuidó a un be

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    El Mito de La Carroza

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    El documento narra la leyenda de una carroza fantasmal que transitaba por la calle Moquegua en la ciudad de Moquegua a medianoche los viernes. Los pasajeros de la carroza, vestidos como gente de la época colonial, reían a carcajadas mientras la carroza se dirigía sin rumbo fijo, desapareciendo al final de la calle. Un pasajero le pidió a una costurera que siempre miraba por la ventana que le abriera la puerta. Siguiendo el consejo de un cura, la costurera cuidó a un be

    Descripción original:

    MITO RECOGIDO POR IMANOL

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    El documento narra la leyenda de una carroza fantasmal que transitaba por la calle Moquegua en la ciudad de Moquegua a medianoche los viernes. Los pasajeros de la carroza, vestidos como gente de la época colonial, reían a carcajadas mientras la carroza se dirigía sin rumbo fijo, desapareciendo al final de la calle. Un pasajero le pidió a una costurera que siempre miraba por la ventana que le abriera la puerta. Siguiendo el consejo de un cura, la costurera cuidó a un be

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    El documento narra la leyenda de una carroza fantasmal que transitaba por la calle Moquegua en la ciudad de Moquegua a medianoche los viernes. Los pasajeros de la carroza, vestidos como gente de la época colonial, reían a carcajadas mientras la carroza se dirigía sin rumbo fijo, desapareciendo al final de la calle. Un pasajero le pidió a una costurera que siempre miraba por la ventana que le abriera la puerta. Siguiendo el consejo de un cura, la costurera cuidó a un be

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    LA CARROZA

    (Mito)
    Obra recolectada y adaptada por Imanol Roman
    Durante muchsimos aos atrs, se deca que por la calle Moquegua, de la Ciudad de
    Moquegua, transitaba una antigua carroza de madera color negro y apareca
    generalmente a las doce de la noche y los das Viernes, dentro de ella se poda distinguir
    a habitantes o pasajeros que iban a bordo de la carroza, era gente antigua como si fueran
    de la poca colonial, todos ellos iban rindose a carcajadas, muchas veces con direccin
    desconocida, pero al final pasaba rpidamente perdindose al final de la Calle Moquegua.
    Las personas que miraban por las ventanas, sentan curiosidad y miedo a la alegora y
    caravana macabra, que siempre pasaba promediando la media noche, es as que una
    seora que siempre paraba frente a su ventana maana, tarde y noche, que se dedicaba
    a la costura, para ver todo lo que pasaba y enterarse de todo lo que suceda en la calle,
    cierto da la carroza fue vista por varias personas que casualmente transitaba por la calle
    Moquegua al promediar la media noche, se bajo uno de los pasajeros de la carroza de
    madera, yendo directamente a la seora costurera y le indic que el prximo da viernes le
    abra su puerta para poder conversar, y al Da siguiente temprano se fue a la iglesia donde
    busco al cura y le cont lo que le sucedi en la noche anterior.
    Por lo que el cura le va diciendo que se consiga un bebe y cuando este hablando con el,
    lo pellizque al bebe y que empiece a llorar, as es que la mujer salio de la iglesia y fue en
    busca de un nio, y como ella sabia todo lo que pasaba en la ciudad, se encontr con la
    mam del nio que deseaba y le pidi que si ella poda cuidarlo a su nio en la noche, lo
    cual gustosamente le dijeron que si, por que esa noche tenan un compromiso y que haba
    llegado como cado del cielo.
    Ya en la noche cerca de la media noche la costurera empez a cagarlo al nio en su
    brazo y a caminar por toda la habitacin, hasta que de pronto apareci la carroza y bajo el
    cochero que se dirigi directamente a la casa de la costurera, donde ella corri y le abri
    la puerta y cuando estaba empezando a conversar con el conductor de la carroza, le
    pellizco al nio y empez a llorar, el hombre de la carroza, se dio un gran susto por lo que
    tuvo que retirarse raudamente, no sin antes indicarle que no vuelva a verlo en la ventana,
    por que si no se lo llevaran sin importarle el nio y la mujer cerro su puerta y solo vio
    como se aleja rpidamente la carroza con direccin al final de calle Moquegua, para el
    Barrio Beln, por lo que a partir de la fecha la costurera ya no paraba mucho en la
    ventana y se dorma muy temprano, as como dejo el chisme.

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