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COLOMBIA
Wilson Ruiz
RESUMEN
El documento trata sobre la responsabilidad como consecuencia de la relacin entre una
obligacin y un derecho, donde la primera tiene que ver con la persona que presta un servicio o
cumple un mandato y el segundo corresponde no slo a quien puede hacerlo valer por su
condicin personal como mandante, sino a quien se encuentra en una circunstancia especfica y
requiere ejercerlo. Nadie puede discutir que el mdico, como cualquier otro profesional, ha de
ser responsable de sus negligencias y con mayor sentido de su mala prctica. Sus consecuencias
legales bien las enmarca la cita latina Artifex spondet peritiam artis (el artesano responde de
su arte) principio reflejado en nuestra legislacin cuando dice que quien por accin u omisin
causa dao a otro, interviniendo culpa o negligencia, est obligado a reparar el dao causado.
ABSTRACT
This document is concerned with responsibility as a consequence of the relationship between
an obligation and a right, in which the former has to do with a person who gives a service or
complies with an instruction, and the latter applies not only to the person who in his capacity as
a giver of instructions, can make that right respected, but also the person who finds himself in a
certain situation and has to exercise it. Nobody can deny that a doctor, like any other
professional, has to respond for his negligence and malpractice. The legal consequences of this
are embraced in the Latin quotation Artifex spondet peritiam artis (the artisan responds for
his art), which is a principle reflected in our own legislation when it says that by action or
omission one causes injury or damage to another, in a situation involving blame or negligence,
he/she is required to make good that damage.
Abogado de la Universidad Libre de Cali, candidato a doctor en la Universidad de Barcelona. Profesor de la Carrera de
Derecho de la Pontificia Universidad Javeriana-Cali.
2004
pp. 195-216
ISSN 1657-3978
Wilson Ruiz
1. INTRODUCCIN
Para empezar, es necesario expresar que el error es perfectamente lgico en
cualquier actividad humana y la medicina no est exenta de ste, no es
infalible. Pero el derecho a equivocarse es, tambin, una responsabilidad que
asume el individuo. Sin embargo, hay una diferencia muy grande entre el
error y la mala prctica mdica y que esta se escude en que la medicina no es
una ciencia exacta; porque se presume que quien la practica es un profesional
a quien se le exige una experiencia y una categora, mxime cuando lo que
debe proteger es nada menos que la vida de un ser humano.
El diccionario de la Real Academia Espaola define la responsabilidad como
la obligacin de reparar o satisfacer, por si o por otro, como consecuencia de
un delito, de una culpa o de otra causa legal. Teniendo en cuenta como
premisa la definicin antes sealada y para ser ms exactos con el rigor
jurdico que el concepto de responsabilidad merece, podemos decir que la
responsabilidad es la asuncin de los efectos jurdicos por una conducta
impropia, que causa un detrimento patrimonial o extrapatrimonial pero
econmicamente apreciable a la vctima o sujeto pasivo de dicha alteracin,
con la consecuente obligacin del victimario de resarcir tales perjuicios.
La medicina conlleva una enorme responsabilidad que surge de las
caractersticas que engloban su prctica, por ello existe un concepto bsico y
es que todo procedimiento, ya sea teraputico, quirrgico o de diagnstico,
tiene asociado un riesgo para el paciente, representado en que las acciones del
mdico que le produzcan algn dao o secuela psquica o fsica. Este riesgo,
que es soportado por el enfermo y debe ser asumido por el galeno o
practicante, obviamente tiene unas implicaciones legales, dado que el afectado
puede recurrir a la justicia en caso de sentirse perjudicado. Actualmente, el
elemento mas aceptado en relacin con la obligacin de reparacin por el
hecho de terceros es la obligacin de seguridad y garanta, a travs de la cual
se busca que se le brinde al paciente (cual obligacin de medios,
excepcionalmente de resultados, y tambin de fin determinado), un mnimo de
seguridad en cuanto a los profesionales que en una institucin (publica o
privada) trabajen y a los elementos adecuados y necesarios para que el fin
buscado, cual es el de la preservacin de la salud, pueda ser logrado.
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Los cdigos mdicos, las normas disciplinarias, los cdigos penales, as como
los documentos que consagran los derechos de los enfermos, en gran medida
suponen un nuevo autoritarismo, pero ahora de los pacientes. Actualmente los
mdicos son los atemorizados, ya que son llevados frecuentemente a los
tribunales de justicia. Si anteriormente la relacin mdico-paciente se rega
por el paternalismo, ahora la presiden el miedo y la desconfianza.
Las legislaciones modernas son conscientes de que el mdico no se despoja
fcilmente de su papel autoritario. Pero al reconocer los derechos de los
enfermos han eliminado el despotismo y las conductas exclusivamente
paternalistas.
Se trata, en ltima instancia, de establecer sobre el principio de la autonoma y
la independencia, las relaciones entre los mdicos y los enfermos. Es aqu
donde debe situarse su responsabilidad, donde la imputabilidad no penda
amenazante a todas horas, cual espada de Damocles, capaz de herir la
magnitud de la profesin cuando esta se ejerce con honestidad y pericia; pero
tampoco debe olvidarse que el enfermo ostenta la misma dignidad personal
que cuando estaba sano y le son inherentes unos derechos inviolables,
protegidos por la Constitucin y la Ley.
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Por supuesto que el tema ha sido controvertido; toda vez que la tradicin
jurdica latina se inclina por la decisin discrecional paternalista del
mdico, mientras que la doctrina anglo-norteamericana le da relevancia al
consentimiento del paciente, no pudiendo realizarse el tratamiento sin su
aceptacin. Este criterio tiene su antecedente remoto en el propsito de John
Locke, uno de los encargados de fundamentar tericamente el nuevo
ordenamiento social, enunciando que nadie puede daar a otro en su vida,
salud, libertad y propiedad.
Con respecto a la mala prctica mdica, esta se podra definir como una
situacin de impericia, negligencia o indolencia profesional, donde el galeno
produce un resultado que no previ, que no anticip y que sin embargo era
anticipable, representable y objetivamente previsible. Y donde la imprudencia
grave es entendida como la omisin de todas las precauciones exigibles que
debieron adoptarse en el suceso o evento de que se trate, o al menos de las
ms elementales o rudimentarias y es sancionada a ttulo de delito.
Definitivamente, la relacin mdicopaciente est reglada por un expreso
acuerdo de voluntades, mediante el cual el mdico queda comprometido,
generalmente por una obligacin de medios a empear todo su conocimiento,
destreza y juicio clnico. Aunque ya la jurisprudencia nacional e internacional
le ha asignado a ciertas reas de la medicina la condicin de obligacin de
resultados o fines.
Es toral recalcar que en virtud de este vnculo contractual las instituciones de
salud deben cumplir de forma cautelosa y segura, con todos los cuidados
preestablecidos y bajo ningn concepto deben entender su responsabilidad
como meramente de medio. El cuidado del paciente se convierte para la
institucin en una verdadera obligacin de resultado, debiendo ser exigente
consigo misma y con todo el personal bajo su cargo, a fin de asegurar la
calidad en la prestacin de servicios mdicos sanitarios a todos los usuarios.
Ms all de la consideracin de la culpa in vigilando o in eligiendo, que debe
el Estado a los particulares -segn el caso- sobre el personal que libremente
labora o se desempea en estas instituciones; ms all de la obligacin de
cuidado que deben las instituciones hacia los usuarios; ms all de la
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4. RIESGOS MDICOS
Una vez conocidas las implicaciones por la mala practica mdica, debemos
mirar la otra cara de la moneda, donde se encuentra el galeno expuesto a
dismiles contagios. Veamos algunos de ellos:
Ocultacin de enfermedades transmisibles: sin duda, la posibilidad de
contagio de enfermedades transmisibles, hoy para los facultativos mdicos se
ha incrementado notoriamente. La situacin, incluso, se torna sumamente
grave con el SIDA, porque el mdico se puede ver expuesto a una potencial
situacin de contagio. Aqu lo esencial es la prueba de la relacin de
causalidad entre la enfermedad que adolece el paciente y el dao en el
profesional mdico; siempre y cuando el profesional de la medicina haya
cumplido con su deber de interrogacin y el paciente haya ocultado o falseado
informacin, porque de lo contrario no tendr accin contra el paciente.
Ocultacin de datos familiares o situaciones congnitas para la elaboracin de
diagnsticos: para un acertado diagnstico es de vital importancia tener una
historia clnica completa y veraz, lo cual permite aplicar una correcta
medicacin o tratamiento para determinada patologa. En la elaboracin
resulta muy importante el conocimiento por parte del facultativo de una serie
de datos histricos (referenciado a los ascendientes), para contrarrestar
posibles predisposiciones alrgicas por aplicacin de anestesia, situacin
cardiovascular de los padres, etc. En ciertas circunstancias, como operaciones
quirrgicas de importancia, esos datos resultan vitales y al ocultarlos, el
paciente estara aumentando los riesgos, propios de la intervencin.
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6. EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD
Segn como se encuadre el dbito prestacional dentro de la actividad mdica,
asimismo variar la forma de exoneracin por parte del mdico; inclusive
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No se puede decir que, en estos casos (causa extraa), el deudor no ha sido la causa
del dao. Esto solo se puede decir contemplando otro orden de causalidad, que podra
llamarse causalidad moral, la cual supone un juzgamiento hecho sobre la conducta
para aprobarla o condenarla, o, llegado el caso, excusarla. Como puede verse, la Ley
permite romper, en estos casos, la causalidad material, habida cuenta que la
causalidad jurdica no puede existir.
Los tratadistas que creen encontrar una diferencia entre la fuerza mayor y el
caso fortuito procuran, generalmente, evitar que en las presunciones de
responsabilidad, el vicio interno de la causa o de la actividad peligrosa sirva
como causa extraa que tenga poder liberatorio.
Se ha propuesto ver en el caso fortuito un evento natural que ocasiona un
dao (ejemplo: inundacin, temblor de tierra), mientras que la fuerza mayor
no sera un evento natural, sino proveniente de la voluntad de una persona
diferente a aquella sobre la cual la vctima del dao entiende hacer pasar la
responsabilidad del dao. Otros se aferran a la importancia del evento: los
eventos ms importantes seran casos de fuerza mayor, los menos
importantes, caso fortuito.
Otros, finalmente, ms cuidadosos del sentido exacto de los trminos, sealan
que la expresin fuerza mayor revela el constreimiento en el cual el
demandado ha sido colocado; este ltimo ha sido sometido a una fuerza a la
cual no ha podido resistir, mientras que la expresin caso fortuito seala el
carcter imprevisible del evento.
Sealando que la expresin fuerza mayor implica la irresistibilidad del evento
y la de caso fortuito su imprevisibilidad, ciertos autores han concluido que las
dos expresiones, en lugar de sealar cada uno de los elementos cuya reunin
es necesaria para que haya exoneracin, designan dos categoras de eventos
diferentes (eventos imprevisibles; eventos irresistibles), los unos y los otros
seran exoneratorios. No sera, pues, necesario que haya al mismo tiempo caso
fortuito y fuerza mayor, una de esas condiciones bastara.
Autores franceses afirman que el caso fortuito consiste en la imposibilidad
relativa de ejecucin, es decir, la que ha podido entablar la accin del deudor
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algunos expositores consideran que el demandado no tiene por que hacer tal
cosa. Esta ltima solucin es la ms justa, puesto que, muchas veces, el
causante del dao huye pero queda plena prueba de la comisin del hecho y
deja al demandado sumido en la ignorancia de saber quien fue el causante.
Adems, en la actualidad se admite que en el caso del dao causado con un
vehculo robado, su propietario pueda alegar que no tena la guarda del
vehculo; por consiguiente, si demuestra que ste fue robado, con ello probar
el hecho de un tercero, aunque no lo identifique. Pero el demandado por una
obligacin de resultado, que no logre identificar al tercero causante del dao,
debe, por lo menos, demostrar que ese tercero no es el elemento que est bajo
su dependencia, de no hacerlo, ese anonimato del tercero impedir que el
demandado pueda exonerarse.
La doctrina es unnime en considerar que el hecho de un tercero exonera
totalmente al demandado, cuando pueda tenrsele como causa exclusiva del
dao, poco importa que sea culposo o no, lo que s es necesario advertir es
que debe ser imprevisible e irresistible, o sea, reasumir las caractersticas de la
causa extraa.
El hecho de tercero como causa extraa no est expresamente contemplado en
el Cdigo Civil; sin embargo, su fundamentacin se encuentre por va
interpretativa, en la definicin de caso fortuito o fuerza mayor que da el art. 1
de la Ley 95 de 1890.
En Colombia se sigue el mismo derrotero del derecho francs, por
consiguiente, los elementos de la solidaridad (art. 2344 C.C.) indican que si el
hecho del tercero es causa solo parcial, que concurre con el hecho del
demandado a la produccin del dao, la exoneracin no se produce, ni total ni
parcialmente. Adems, concurrir no significa que fsicamente participan los
dos, pues esto siempre ocurrir cuando el demandado alegue el hecho de
terceros. Lo que se exige es que, desde el punto de vista causal, tanto el
tercero como el demandado sean instrumentos activos del dao.
En principio, el demandado debera pagar la totalidad del dao causado al
perjudicado, sin tener en cuenta, para nada, el comportamiento de la vctima
en la produccin del hecho daino; en efecto, el principio segn el cual "una
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En la responsabilidad directa con culpa probada, del art. 2341 del Cdigo
Civil, el hecho de la vctima, considerando como causa parcial del dao, debe
ser culposo para que pueda tenerse como causal de exoneracin parcial de la
responsabilidad. El art. 2357 del citado estatuto dispone expresamente que "la
apreciacin del dao estar sometida a reduccin si el que lo sufri se expuso
a l improcedentemente". La disposicin es justa en la medida en que si la
vctima debe probar la culpa del directamente responsable, lo lgico es que
solo la culpa del lesionado permita una exoneracin parcial. Si el hecho de la
vctima es causa exclusiva, poco importa que sea culposo o no.
La reduccin de culpas de que habla el art. 2357 del C.C., supone,
necesariamente, que haya existido culpa de parte y parte; si la culpa de la
vctima es causa exclusiva del dao, se repite, no cabe hablar de reduccin,
porque lo que se presenta es una exoneracin total, pues el hecho es
equiparable a la causa extraa.
7. RESPONSABILIDADES JURDICAS
Frecuentemente se estn conociendo casos de responsabilidad civil de los
mdicos que en su ejercicio causan la muerte del paciente o dejan graves
lesiones en su integridad. La sociedad, aunque admira a sus profesionales, les
est exigiendo que efectivamente correspondan a su confianza y que as como
han dedicado gran parte de su vida a prepararse y adquirir unos conocimientos
mnimos suficientes para ejercer su profesin y actuar tcnica y cientficamente,
posean adems tica y moral; pues el profesional que cumple con su ejercicio
omitiendo los lineamientos ticos en su profesin, o lo hace con ligereza,
impericia, descuido o negligencia, est vulnerando la confianza de la sociedad.
Muchas organizaciones profesionales se manifiestan preocupadas por el avance
que en Colombia est tomando la responsabilidad profesional. Esta
preocupacin no tiene fundamento, y por el contrario, primero debe mirarse la
depuracin de las profesiones antes que pensar en la solidaridad gremial, pues
el profesional demandado si es declarado responsable debe responder. Por
ejemplo, los mdicos no pueden solidarizarse con el demandado que ha roto los
cnones de la profesin, cuando en estado de embriaguez interviene
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ejercicio desviado de sus deberes. El mdico como tal podr adecuarse bien
sea a las faltas gravsimas, graves o leves que tal ley consagra y ser la
Procuradura la encargada de sancionarlo con amonestaciones o con la
destitucin, segn sea el caso.
Debemos recordar que en ejercicio del poder disciplinario las investigaciones
que adelante ste organismo del Ministerio Pblico son prevalentes, lo cual
indica que desplazar por expresa disposicin constitucional cualquier
investigacin que est adelantando por concepto disciplinario.
7.4 Desde el punto de vista penal
El devenir impropio con que acte un profesional de la medicina es de por s
penalmente complejo, ya que la persona que preste un servicio mdico puede
adecuarse a conductas tpicas, antijurdicas y culpables sancionadas con una
pena, como sera las que regula nuestro Cdigo Penal. Estas conductas
antijurdicas son las que de manera general podemos citar como ejemplo de
las posibles actuaciones tpicas en que puede incurrir un mdico sino ejerce
dentro de los parmetros de la tica, la moral y la legalidad.
7.5 Desde el punto de vista ticomedico
El juramento hipocrtico consagra los principios bsicos del ejercicio de la
medicina; posteriormente autores y expositores de la bio-tica proporcionaron
normas y teoras sobre aspectos relacionados con sta rama del conocimiento
y, finalmente, los organismos internacionales y los estados establecieron sus
propios cdigos, sealando internamente los principios que rigen el ejercicio
mdico.
En Colombia, la Ley 23/81 y el Decreto 3380/81 son las normas que rigen la
tica mdica prescribiendo "(...) la tica, entonces, deja de ser pura filosofa y
se plasma en unos cuerpos normativos completos que nos estn sealando de
manera especifica como debe ser el comportamiento del profesional de la
medicina o del profesional de la odontologa para sostener que el mismo ha
estado ajustado a la tica".
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