Momias Chinchorro

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III ENCUENTRO NACIONAL DE VALORACIÓN Y GESTIÓN DE

CEMENTERIOS PATRIMONIALES

III PREMIO EN EL CONCURSO NACIONAL DE PONENCIAS

TITULO: “Momias Chinchorro, Las Momificaciones Más Antiguas”

ÁREA TEMÁTICA: Estudio y Técnicas de Momificaciones

AUTOR: Arq. M.Sc. Ramiro Luis Zalles Pinell

ÍNDICE:

1. Introducción 3
2. Antecedentes 3
3. La Cultura Chinchorro
4
4. Los Procesos De Momificación
5
5. Del Pasado Al Presente
7
6. Conclusiones 7
7. Bibliografía
9
8. Créditos de las Imágenes
9
9. Del Autor
9

1. INTRODUCCIÓN

Los primeros habitantes del continente llegaron a América hace


aproximadamente el 20.000 A.C. desplazándose por el Estrecho de
Behring en dirección al sur por la costa del Pacífico, como cazadores y
recolectores realizaron construcciones precarias y efímeras que los
albergaron de los agentes climatológicos en la estable costa del Pacífico
Sur. Posteriormente, en el actual territorio de norte de Chile algunos
pueblos se asentaron, cambiando a un modo de vida sedentaria y
desplazándose posteriormente por los valles de la Cordillera Real hasta
llegar al altiplano que hoy conforma parte de Bolivia. Entre estos
pueblos se encontraron las cuatro proto-abuelas humanas de las cuales
descienden todos los habitantes originarios de América y también el
pueblo que conformó la cultura Chinchorro, hasta el momento los
creadores del rito de momificación más antiguo que se conoce.

2. ANTECEDENTES
1
Si bien otros homínidos realizaron enterramientos superficiales, el
Neandertal, que habitó el continente europeo entre el 200.000 y el
30.000 A.C. aproximadamente, fue el primero en realizar un rito
mortuorio complejo, sus difuntos fueron enterrados con sus utensilios
diarios, sus mejores vestimentas, sus armas y todo lo que fue
considerado importante sobre un lecho de flores o pétalos de las
mismas, constituyendo la manifestación de rito mortuorio más antigua.

Esto demuestra no sólo su profunda capacidad intelectiva, también es


evidencia una de las características primordiales del Homo Sapiens (la
capacidad de entender el ciclo de la vida y la muerte), pero además
denota suficiente creatividad para imaginar un mundo diferente al suyo,
en donde prácticas y costumbres permanecen, aunque alejadas de los
seres que residen en el mundo mortal, con características humanas y
divinas a la vez. En muchas culturas los difuntos fueron y siguen siendo
objeto de culto y veneración por parte de los hombres.

Es una paradoja que el Neanderthal, capaz de elaborar ritos funerarios


presentes solamente en las posteriores sociedades complejas
desarrolladas por el Sapiens, hubiesen desaparecido luego de haber
convivido con el mismo, probablemente aislados a los territorios menos
fértiles por la proliferación del Sapiens y su creciente demanda
territorial. Los rituales mortuorios como sabemos comenzarán mucho
después, probablemente influenciados por su proximidad al
Neanderthal.

Luego los ritos de la momificación ocuparan el ámbito terrestre desde


Egipto hasta Mesoamérica y los Andes, convirtiendo al difunto común en
un ser sobrenatural, venerado, respetado, invocado en rituales de
fertilidad, de siembra y cosecha, siendo además consultado sobre los
designios del grupo humano y devuelto a la comunidad como divinidad
intermedia.

En el territorio americano las culturas de los señoríos Aymaras


(Chullpas), Tiwanaku, Incas y muchos otros adoptaron la práctica de
momificación, sin embargo, los Chinchorro fueron, hasta donde se sabe
hoy en día, la cultura que realizó los ritos de momificación más antiguos,
sus restos datan de aproximadamente el 7.000 A.C. y duran hasta el
2.000 A.C.

3. LA CULTURA CHINCHORRO

La gente de la Cultura Chinchorro habitó el territorio comprendido entre


Ilo en Perú y Antofagasta en Chile, a lo largo de la costa del Pacífico y el
desierto de Atacama. Probablemente hacen unos 9.000 años estos
pueblos, originalmente nómadas, descubrieron la biodiversidad que
presenta el Litoral gracias a la corriente fría de Humboldt, la cual
combinada en el templado territorio con los afloramientos de aguas

2
dulces aún presentes en la región, proporcionaron las condiciones
adecuadas, conocidas como “Óptimo Climático”, propicias para el
desarrollo de culturas avanzadas. Esta región fue en el periodo de
ocupación Chinchorro muy similar a hoy, una tierra de eterna primavera
con escasas lluvias y sismos frecuentes.

Sin embargo la Cultura Chinchorro no solamente se caracterizó por sus


ritos de momificación, sino también por la fabricación de una gama de
utensilios de diferentes características, unidos por una sensibilidad
estética impresionante. Entre ellos los instrumentos de pesca, como
anzuelos de conchas y cactáceas, pesas líticas y petroglifos con motivos
animales y vegetales, y tejidos de mallas y junquillo para cestería y
esteras de usos múltiples. Su estructura social no fue compleja, la
población se organizaba en bandas o grupos de 30 a 50 personas,
probablemente emparentadas entre si.

En los enterramientos no existen evidencias de estratificación social ni


diferenciación de una casta sacerdotal o religiosa, los utensilios con los
que las momias fueron enterradas son bastante similares, tampoco
existe evidencia de una arquitectura monumental, habida cuenta de la
ausencia de grandes canteras de piedra y árboles de gran tamaño en las
proximidades de los asentamientos. Sin embargo se supone que
aquellos miembros de la comunidad especialistas en el arte de la
momificación fueron una clase diferenciada. Son contemporáneos de la
cultura Cabuza, ésta tuvo su principal asentamiento en el valle de
Azapa, y una vida cultural
mucho más corta, habida
cuenta de que se desarrollan
entre el 500 y el 1.000 D.C. y
probablemente exista un
antecedente en la cultura
Acha, cuyo yacimiento también
se encontró en el valle de
Azapa y que data del 8.000
A.C.

La Cultura Chinchorro basó su


economía en la pesca de la ya
mencionada biodiversidad del
Litoral y en su habilidad en la
explotación de los recursos
marinos, también se sabe, a
partir de tumores encontrados
en los oídos de la momias de la
época que buceaban a gran

Ilustración 1: Momia negra y momia naranja, Museo


Arqueológico del Valle de Azapa, Fotografía RZP 2008
3
profundidad, habilidades que combinaron con la recolección de
vegetales.

4. LOS PROCESOS DE MOMIFICACIÓN

Sin lugar a dudas lo más impresionante de la cultura Chinchorro fueron


sus ritos funerarios. Alrededor de 7.000 años A.C. este pueblo de
cazadores y recolectores inició un estilo de momificación que duró
aproximadamente por 2.000 años. En diferentes periodos se hallaron
tres tipos de momificación distinta, las Momias Negras,
indiscutiblemente las más antiguas, las Momias Rojas y las de Pátina de
Barro. El proceso de momificación paso por diferentes etapas evolutivas,
al principio sólo se momificó a los recién nacidos, utilizando colores
llamativos y figuras de barro, posteriormente estos procesos decantaron
en tres estilos característicos.

Las Momias Negras son las más antiguas y las más complejas, en ellas
los cuerpos de los difuntos fueron re-ensamblados casi como una
estatua, los miembros fueron rigidizados con palos y cuerdas de totora,
ésta estructura interna fue complementada por una especie de camilla
funeraria de elegantes tejidos, finalmente el difunto era cubierto con una
pasta de ceniza, misma que modelaba el cuerpo y quedaba petrificada
con el tiempo. En ocasiones, cuando la piel del difunto era insuficiente,
fue reemplazada por piel de Lobo marino. Finalmente los
embalsamadores pintaban el cuerpo con una pasta negra de
manganeso, misma que les dio su característico color negro. Por el
contrario las Momias Rojas se embalsamaban sin grandes agresiones al
cuerpo del difunto, para este caso los órganos internos eran removidos
mediante pequeñas incisiones y a través de los orificios naturales del
cuerpo, para proporcionarles la rigidez acostumbrada se insertaban
delgados troncos tallados por debajo de la piel, posteriormente las
cavidades eran rellenadas por vegetales, plumas, trozos de cuero,
vellones de lana y otros materiales. También el cuerpo era adornado con
una peluca de cabello humano, fijado por un casquete de arcilla, luego
de cerrados los orificios el cuerpo del difunto era pintado con ocre rojo y
una capa de pintura de manganeso negro para la cara. Este estilo de
momificación aparece aproximadamente cerca del año 4.000 A.C. y
perdura por casi 500 años.

Finalmente, después del estilo de las Momias Rojas, el estilo de


momificación se simplifica considerablemente, cubriendo los cuerpos
con una pátina de barro que ayudaba a prevenir la descomposición. En
todos los casos, la sequedad característica del terreno ayudó a
complementar el proceso de momificación.

Los Chinchorro como cultura no desaparecieron misteriosamente como


algunas otras culturas precolombinas, cerca del 1.700 A.C. su estructura

4
social se complejizó, fue en esta etapa que abandonaron los ritos de
momificación, en el sistema funerario de los asentamientos Post-
Chinchorro, los cuerpos fueron enterrados en posición flexionada,
optando de ahí en adelante por la momificación natural debido a la
desecación propia que el terreno ocasionaba en los cuerpos de los
difuntos.

5. DEL PASADO AL PRESENTE

En la actualidad el Cementerio de Arica muestra algunas tumbas de


altísimo valor antropológico, es evidente que aun en los tiempos
modernos, la capacidad de aferrar a los difuntos a la vida cotidiana y
prolongar los lazos afectivos más allá de la muerte se ve claramente en
la manera en que la gente celebra los rituales cristianos combinando los
mismos con una sabiduría popular trascendente a lo largo de los siglos.
Entre las tumbas del cementerio uno puede ver el reposo de los
habitantes de esta Ciudad de los Muertos en los utensilios que los
acompañan al más allá y que acercan a los dolientes a sus seres
queridos ausentes. Desde el equipo de futbol favorito (la U de Chile), a la
profesión que probablemente le quito la vida a un joven Bombero, la
vida en la muerte y no la muerte en vida acompaña a los que
descansan.

6. CONCLUSIONES

La presencia de las momias de la Cultura Chinchorro, evidencia que, a


pesar de su aparentemente simple estructura social, sus rituales
funerarios muestran una cosmovisión avanzada y compleja, los cuerpos
momificados de sus ancestros eran venerados y conforman el rito de
momificación más antiguo que se conoce hasta la fecha.

Sin embargo, y a través de toda la vida, el ser humano y su capacidad


de imaginar un mundo paralelo (un más allá), se ve reforzada en su
esencia por el fuerte apego emocional presente desde los primeros y
más antiguos seres humanos, mismo que provoca la necesidad
psicológica de prolongar los vínculos más allá del portal de la muerte,
para aceptar la dolorosa perdida como una espera temporal que dará
lugar a un reencuentro cósmico.

Es nuestra necesidad de trascender, de no ser olvidados lo que nos lleva


a proyectar la vida hacia la muerte, a prolongar nuestros lazos y afectos,
a no cortar los hilos emocionales que nos unen, a prolongar nuestros
afectos y amores por encima del dolor de la perdida, a creer que
nuestros seres queridos nos aguardan en la otra vida, a superar el olvido
y demostrar que la vida misma es más fuerte que la muerte, que es la
vida de nuestros difuntos en el más allá (y no la muerte), la que todas
las culturas y todos los seres humanos del planeta celebramos
eternamente.

5
7. BIBLIOGRAFÍA

CÓRDOVA, Julia; SANTORO, Calogero; CHACAMA, Juan; “Pre-


Hispanic Area, Museo Arqueológico San Miguel de Azapa Display
Catalog”; Universidad de Tarapacá, Facultad de Ciencias Sociales
Administrativas y Económicas, Departamento de Arqueología y
Museología, Editorial Trineo, Santiago Chile, 1999, paginas 9, 13,16-21.

Referencia WEB.

http://www.uta.cl/masma/patri_edu/chinchorro.htm

http://www.civilisations.ca/cmc/archeo/revista/1/articles/nunez/nunez.ht
m

http://www.archaeology.org/online/features/chinchorro/

8. CREDITOS DE LAS IMÁGENES

Imagen 1. Ramiro Zalles Pinell, 2008

9. DEL AUTOR

Ramiro Luis Zalles Pinell es Arquitecto de la UMSA, Magister en


Arquitectura y Diseño Urbano de la UMSA, Magister en Administración
de proyectos en la UCI de Costa Rica, Diplomado en Teoría e Historia de
la Arquitectura del Siglo XX y Diplomado en Educación Superior.
Actualmente es Docente titular de las cátedras de Medios de expresión
III y Taller de Proyectos III en la UDABOL, donde fue premiado el año
2007 por desempeño sobresaliente. Miembro de la Fundación
“emegece”, donde se desempeña como Consultor adjunto e
Investigador en las áreas de Patrimonio Cultural, Medio Ambiente y
Diseño Urbano. Ha sido conferencista invitado en seminarios, talleres y
ciclos de conferencias en Bolivia, Argentina, Colombia y Chile.

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