Pragmatica de La Comunicacion Literaria
Pragmatica de La Comunicacion Literaria
Pragmatica de La Comunicacion Literaria
LITERARIA*
1. PRAGMTICA
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2. LA COMUNICACIN LITERARIA
2.1. Antes de referirnos a algunos problemas controvertidos en la pragmtica de la literatura, deberamos hacer algunas observaciones preliminares, de carcter general, acerca de la nocin de comunicacin literaria y de
su funcin en los estudios literarios (potica). Es de sobra
conocido que la gran mayora de los estudios literarios, tanto tradicionales como modernos, centran su atencin en el
anlisis del texto literario y no en los procesos de la comunicacin literaria. Ha habido tambin, en efecto, una enorme
cantidad de estudios relativos a los contextos de la literatura, psicolgico, social y, especialmente, histrico, pero
estos componentes de una teora integrada de la literatura
han sido marginales y metodolgicamente poco consisten-
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cibidas y cmo son percibidas convencionalmente, representadas en la memoria, y puestas en relacin con sistemas
de conocimiento, creencias, normas, valoracin, etc., las estructuras de los textos literarios, y cmo estos procesos se
diferencian de la comprensin de otros tipos de discurso.
Es sabido que algunos tipos de narrativa literaria presentan ms dificultades de comprensin que los de narrativa
no literaria, y que ciertos tipos de poesa requieren ms, y
ms complicados, procedimientos de elaboracin que la
mayor parte de la narrativa literaria. Este tipo de anlisis
cognitivo de la comunicacin literaria apenas si est en sus
comienzos. Sin l, sin embargo, no se puede conseguir un
conocimiento serio de los efectos emotivos de la interpretacin literaria, en donde estn implicados nuestras necesidades, deseos, aspiraciones, gustos y otros sentimientos. La esttica de la comunicacin literaria es una funcin
compleja de estas estructuras cognitivas y emotivas (cf. van
Dijk, 1979b).
Sin embargo, estas propiedades psicolgicas de la comunicacin literaria no son independientes. Nuestros sistemas de conocimiento, creencias, deseos, normas, etc., estn socialmente delimitados: dependen de las reglas, convenciones, normas, valores, y otras propiedades de una cultura o comunidad. Aprendemos las convenciones especficas de
la comunicacin literaria en contextos sociales de educacin e instituciones. Junto con ideologas que se ocupan de
propiedades y valores caractersticos de la literatura y el
arte -y sus creadores-, obtenemos, en una determinada clase social, informacin implcita y explcita sobre
cmo comportarse en contextos literarios dados: por ejemplo, tener una conversacin en un medio social acerca de
juicios sobre la aceptacin de textos literarios. Cmo se organiza esta conversacin, cundo y dnde tiene lugar, y
cmo est determinada por la educacin, la estratificacin
social, las instituciones, y las funciones, las normas y los valores que los definen, son todos problemas propios de una
investigacin sociolgica de la educacin literaria. Tambin
en este caso, bien poco ha sido lo que se ha conseguido
avanzar en este tipo de anlisis, aunque algo ms que en
lo que se refiere al proceso psicolgico de la literatura.
2.3. Esta seccin solo ha sido un recordatorio: la
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3. LA PRAGTICA DE LA LITERATURA
3.1. Puesto que este breve artculo no puede acometer una investigacin exhaustiva de todos los aspectos pragmticos de todos los tipos de comunicacin literaria, no
tendremos ms remedio que limitarnos a algunas propuestas programticas y a algunos ejemplos.
La pragmtica de la comunicacin literaria deber tratar
de los siguientes tipos de temas y problemas:
i) Qu tipo o tipos de accin se llevan a cabo en la
produccin de textos literarios?
ii) Cules son las condiciones de propiedad de dichas
acciones?
iii) Cul es la estructura del contexto en cuyos trminos
se define la propiedad?
iv) Cmo se relacionan las acciones literarias y su
contexto con las estructuras del texto literario?
v) En qu medida estas acciones, contextos y manifestaciones textuales son semejantes y/o diferentes a los de
otros tipos de comunicacin, tanto verbal como no verbal?
vi) Qu problemas existentes tanto en la potica
como en el funcionamiento real de la literatura en la sociedad pueden ser (re)formulados en trminos de una teora
pragmtica?
En una perspectiva ms general, estos interrogantes requerirn una investigacin de otros problemas fundamentales
y de carcter interdisciplinario de la pragmtica literaria:
vii) Cul es la base cognitiva (emotiva, etc.) de las nociones pragmticas mencionadas anteriormente (accin,
propiedad, etc.)?
viii) Cul es la base social y cultural de las nociones
pragmticas mencionadas anteriormente: qu convenciones, normas, valores, y que estructuras de la sociedad vinculan la propiedad de la accin literaria con los procesos
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to y se le pueden imponer obligaciones, obtiene ciertos derechos y as sucesivamente, por ejemplo, con respecto al estado, una institucin u otra fuente del mensaje. Sin embargo, estamos aqu ya en el lmite de la teora de los actos
de habla, por un lado, y una teora (tipologa) del discurso,
por otro: una ley no es, en cuanto tal, un acto de habla,
pero difcilmente puede negarse que la promulgacin de
una ley es un tipo de directivo, ya que cambia las relaciones sociales de sus oyentes (destinatarios), por ejemplo,
con respecto al hablante (destinador).
Ahora bien, en qu medida cumplira semejantes requisitos un acto de habla literario? Ante todo, difcilmente puede decirse que leer un texto literario produzca una
relacin social especfica entre escritor y lector, al menos
en el sentido anteriormente explicado. En general, un texto literario no impone ninguna obligacin al lector, no encamina necesariamente al lector a una forma de accin (social) como lo hacen las rdenes, peticiones o consejos. Pero
hay tambin, de hecho, tipos de comunicacin no literaria
que carecen de estos tipos de propiedades contextuales. El
acto de habla ms elemental, como es el caso de la asercin, slo requiere, por parte del oyente, un cambio en el
conjunto de sus conocimientos. Entonces, los relatos cotidianos pueden tener la naturaleza de una asercin, al menos en el macronivel. Sin embargo, la condicin vlida en
este caso, a saber, que el hablante asuma que las respectivas proposiciones del relato son verdaderas, no es necesario que sea vlida para la comunicacin literaria. Esto mismo, en cambio, s que sera vlido para relatos diarios de
carcter ficticio, como en el caso de los chistes. Semnticamente hablando, slo son ciertos en mundos (ms o menos) posibles que constituyen alternativas al mundo real.
Ahora bien, no son mentiras, por cuanto que el hablante no
quiere que el oyente crea que tal relato es verdadero. As
pues, los relatos de este tipo pueden funcionar como quasiaserciones, aserciones que no son verdaderas en el mundo
real y que, por lo tanto, no deben ser consideradas en serio
como informacin relevante para la interaccin dentro del
mundo real y el contexto comunicativo. Su funcin social,
por tanto, se basa primordialmente en el hecho de que el
oyente puede divertirse o se espera que as sea. Esto quie-
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re decir que el oyente cambia su actitud con respecto no hacia algn objeto o acontecimiento especficos externos a la
situacin comunicativa, sino con respecto al texto y al contexto en s mismos. Encontramos aqu el bien conocido
principio formulado por Jakobson (1960), segn el cual en
la comunicacin literaria el centro de atencin est en el
mensaje por el mensaje. Aunque este principle, pragmtico puede, al menos, ser bsicamente valido para la literatura, vemos que es vlido tambin para la comunicacin no
literaria, como gastar bromas, contar chistes o historietas.
Lo mismo puede decirse en relacin con enunciados
que funcionan como exclamaciones, quejas y otros tipos de
expresivos: se proponen simplemente la finalidad de suministrar al oyente algn conocimiento acerca del estado
(emocional) del hablante, posiblemente con el propsito
adicional de mover a compasin. Ciertamente, desde Aristteles, tambin se ha reivindicado este propsito como un
principio pragmtico de la literatura. Con la posible diferencia de que en una queja sentimos compasin del hablante, en un drama ms bien de los personajes y en un poema
del yo (representado). Nuevamente, si los textos literarios pueden tener la naturaleza de un acto de habla expresivo, deberan, al menos en parte, ser considerados
como quasi-expresivos, puesto que incluso cuando se usa
el pronombre de primera persona, la convencin literaria
nos dice que lo expresivo no tiene por qu referirse al propio autor. Pero, de nuevo, los actos de habla quasi-expresivos no se dan solamente en la comunicacin literaria: nos
podemos servir de ellos diariamente para atraer la atencin. Y, por el contrario, no todo texto literario sera susceptible de ser calificado de acto de habla expresivo, con
lo que an no contamos con un rasgo pragmtico discriminador para la definicin de un acto de habla aceptado
como literario.
As pues, parece difcil a primera vista mantener algo
como un acto de habla especficamente literario. Sin embargo, las observaciones hechas hasta ahora dejan abierta
la posibilidad de asignar un estatuto de acto de habla especfico al menos a ciertas clases de enunciados que, adems de los textos literarios, incluiran chistes, relatos cotidianos, bromas, etc. En todos estos casos, al menos una de
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donde ei es el enunciado implicado, es decir, el texto literario. La nocin de apreciacin es una nocin de cuya vaguedad somos conscientes, pero queremos mantenerla hasta
ahora como un primitivo pragmtico. Podramos, por supuesto, especificar su fundamento psicolgico, o especifi-
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este nivel para distinguir entre literatura de baja o alta calidad, aunque tal vez podramos intentar que nuestras condiciones interrelacionadas (i) y (ii) desempearan alguna
funcin en una posible distincin. Los textos literarios en
sentido estricto, pues, son tales debido nicamente a otros
aspectos, institucionales, del contexto sociocultural, por
ejemplo, la originalidad con respecto al sistema -que es
un valor dependiente cultural e histricamente-.
3.7. No se va a tratar aqu un problema clsico fronterizo entre la semntica y la pragmtica, a saber, el de la
perspectiva. En cada situacin comunicativa, el hablante tendr una determinada posicin y unas determinadas actitudes en relacin con los acontecimientos denotados, las personas o el oyente en particular. Esto es, no slo proporciona afirmaciones valorativas explicitas, sino tambin, implcitamente, selecciona, describe y combina objetos y acontecimientos desde su punto de vista. Lo mismo ocurre en la
comunicacin literaria, pero el sistema de perspectivas puede ser mas complicado porque, adems de su propio punto de vista, el autor puede representar el punto de vista de
un narrador y/o el de los personajes representados -posiblemente a travs del punto de vista del narrador (o algn
yo en general)-. En cuanto entra en juego la representacin, ya no estamos en el nivel pragmtico, sino en el semntico, aunque el aspecto especfico es que estn representados los contextos comunicativos. La pragmtica de la
literatura, pues, slo tiene que ver con la perspectiva del propio autor y con las relaciones de este con su o sus lectores.
3.8. Hemos hablado hasta aqu de algunas propiedades pragmticas de los contextos literarios. Hemos dado
por supuesto, sin embargo, que la pragmtica debera especificar tambin cmo estn unidos sistemticamente al
texto la funcin y el contexto. De hecho, hemos trado ya
a colacin estas relaciones al mencionar reglas y convenciones literarias especficas, que son usadas e interpretadas
de modo paralelo a las del sistema de la lengua natural.
En que sentido son stas relevantes desde una perspectiva
pragmtica? Una primera manifestacin textual de estructuras pragmticas subyacentes son todos los tipos de anotaciones y (sub-)ttulos. Casi del mismo modo en que los verbos realizativos pueden denotar la fuerza elocutiva de un
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nes, tales como la descripcin de una accin (humana o antropomrfica), y una estructura esquemtica que tenga por
lo menos una complicacin y una resolucin. Tanto las estructuras semnticas como las narrativas pueden mostrar
operaciones especficas de elisin, permutacin, repeticin
y sustitucin, convencionalizadas por la comunicacin literaria, y que no necesitan ser explicadas ahora en detalle.
Aunque, como dijimos, la semntica de los textos literarios carece en principio de restricciones, especialmente
en la literatura moderna, tales restricciones pueden muy
bien darse en tipos especficos de literatura o en diferentes
contextos histricos o culturales. Mientras que en otras descripciones de acontecimientos psquicos o sociales la relacin puede tener un carcter mas o menos general, o se le
aaden conclusiones generales (como en un informe psicolgico o social, un estudio terico, etc.), una novela puede
describir detalles particulares que no se daran en otros tipos de discurso, por ejemplo, porque son irrelevantes o
inaccesibles. Por otro lado, la mayor parte de la literatura
clsica exige un lxico en el que vengan inventariados
los posibles temas o topoi de un texto. Slo recientemente, pues, un poema podra tratar de una mesa o de un
huevo, y slo en la novela moderna podran describirse detalladamente las trivialidades especficas de la vida diaria, en tanto que en la literatura clsica se preferiran temas importantes, tales como la vida, la muerte, la naturaleza, el amor y el odio, el poder, la guerra o el orgullo, etc.
No es este el lugar de enumerar las propiedades bsicas de los textos literarios. Debera subrayarse solamente
que la especifica fuerza ilocutiva ritual de la literatura puede venir indicada por convenciones textuales propias en los
niveles grfico/fonolgico, sintctico, estilstico, semntico
y narrativo. Tal vez ninguna de estas estructuras tpicas
sean exclusivamente literarias, consideradas aisladamente,
pero en conjunto y dadas ciertas propiedades del contexto
mencionadas ya anteriormente (presentacin, situacin de
lectura, etc.) pueden constituir indicaciones suficientes para
la apropiada interpretacin pragmtica del texto. Existe,
evidentemente, una interaccin entre texto y contexto
pragmtico: tan pronto como estn marcadas las propiedades estructrales del texto (en relacin con alguna regla,
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4.
OBSERVACIN FINAL