Degregori-Saberes Perifericos
Degregori-Saberes Perifericos
Degregori-Saberes Perifericos
PERIFRICOS:
Ensayos sobre la Antropologa
en Amrica Latina
SABERES
PERIFRICOS:
Ensayos sobre la Antropologa
en Amrica Latina
ISBN: 978-9972-51-214-8
ISSN: 1026-2679
Impreso en el Per
Primera edicin, junio de 2007
1,000 ejemplares
Hecho el Depsito Legal en la
Biblioteca Nacional del Per: 2008-06946
Registro del Proyecto Editorial en la
Biblioteca Nacional N. 11501130800435
Correccin de textos:
Sara Mateos
Diagramacin:
Mario Popuche
Asistencia editorial:
Silvana Lizarbe
Diseo de la portada:
Gonzalo Nieto
Motivo de la portada:
Dos guerreros. leo sobre tela de Julia Codesido
Cuidado de la edicin:
Mercedes Dioses
Promocin y distribucin: Elizabeth Andrade
Prohibida la reproduccin total o parcial de las caractersticas
grficas de este documento por cualquier medio sin permiso de los editores
NDICE
PRESENTACIN
I.
DILEMAS
TRAGEDIAS
Y CELEBRACIONES:
LOCALES Y FORNEAS
IMAGINANDO
LA
19
ACADEMIAS
Ral Romero
III.
73
Marisol de la Cadena .
107
ANDES
PERUANOS
Carmen Salazar-Soler
V.
DESCUBRIMIENTO
Y DESILUSIN EN
LA ANTROPOLOGA MEXICANA
Claudio Lomnitz ..........
VI.
153
201
227
249
Presentacin
CARLOS IVN DEGREGORI
PABLO SANDOVAL
Instituto de Estudios Peruanos
i no existen indigenistas que no sean tambin antroplogos nos dice con cierta irona Henri Favre,1 tampoco
existen antroplogos que no sean indigenistas, aunque slo sea
porque la profesin carece de otras perspectivas". Para Favre, la
antropologa en Amrica Latina se desarroll en funcin de las
necesidades de la poltica indigenista, la misma que le imprimi
sus orientaciones tericas, le impuso sus problemticas y le asign su identidad.2
Aunque provocadora y radical, lo cierto en la afirmacin de
Favre es que, en efecto, el indigenismo latinoamericano form parte
de la ideologa racial del mestizaje, y fue el lenguaje ideolgico a
travs del cual las lites nacionales justificaron su presencia hegemnica identificndose como "mestizas" y definiendo al "Otro", al
indio, como objeto de su intervencin. De esta forma, la tarea del
________________
1.
2.
10
Presentacin
11
5.
6.
7.
12
Presentacin
13
dos por los Estados nacionales. Basta con revisar los orgenes de
los movimientos indgenas en Bolivia, Ecuador y Guatemala para
advertir esta clara divergencia.
Los artculos de este libro buscan dar cuenta de estas dinmicas. Asumen como punto de partida que la historia de la antropologa en Amrica Latina puede leerse como el desarrollo de
un "saber perifrico", aunque bajo ciertas particularidades. Ni fue
una antropologa que dependi exclusivamente de los vaivenes
tericos de la antropologa euroamericana, ni tampoco fue una
antropologa que elabor "autnomamente" sus propias teoras y
paradigmas. Una historia intelectual ms precisa afirmara, ms
bien, que fue una antropologa "mestiza", es decir, una disciplina
que estuvo siempre alerta y abierta a aquellas discusiones metropolitanas, pero que mantuvo a la vez fuertes vnculos con sus propias tradiciones intelectuales, as como con sus propios dilemas e
inquietudes polticos de construccin nacional. Por ello, super
primero a su propia matriz, el indigenismo, desarroll luego las
vertientes culturales de la teora de la dependencia, y en las dos
ltimas dcadas, promovi las ms interesantes discusiones alrededor del paradigma de la interculturalidad.
Otro tema que cruza los artculos de esta compilacin es la
reflexin acerca de las asimetras en la produccin de conocimiento entre los antroplogos del llamado "Norte" y aquellos del "Sur".
Precisamente por esta va es que podremos comprender, tal como
nos sugiere el artculo de Ral Romero aqu publicado, cmo se
instituyeron los mecanismos de jerarqua de saberes entre antroplogos "hegemnicos" y "perifricos", que como en toda relacin
socialmente desigual, termin subalternizando el conocimiento
antropolgico local, relegndolo a la categora de fieldwork
knowledge.9 Como ha sugerido el colectivo Wan/Ram, Red de
Antropologas del Mundo,10 pensamos que a travs de la recons_________________
9. Sobre todo, si los trabajos no estn escritos en ingls.
10. La Red de Antropologas del Mundo ha puesto en lnea sus materiales tales
como artculos, bibliografa, syllabus de cursos relacionados con el terna,
14
truccin de la propia historia institucional de la antropologa podemos entender tambin las modalidades de produccin acadmica y las geopolticas de conocimiento, bajo las cuales cierto tipo
de discurso antropolgico (con sus genealogas, redes, recursos y
habitus) devino ms legtimo y cannico que otros.
Este libro est dirigido principalmente a estudiantes y profesores de antropologa y ciencias sociales. Su objetivo es contribuir
a estimular debates sobre la historia y el sentido de la antropologa y las ciencias sociales en el Per, y que permitan comparaciones con otros pases de Amrica Latina y el mundo. Esta tarea es
urgente pues, desde hace dos dcadas, la comunidad de antropologa en el Per est ausente de los debates y dilemas que atraviesan la disciplina.11 Tanto es as, que no conocemos mucho sobre
su historia ni hemos discutido en profundidad y sin prejuicios las
nuevas perspectivas tericas, que han transformado radicalmente
la antropologa en la regin y en el mundo. Cuando excepcionalmente ello ocurre, la discusin se reduce a pequeos ncleos de
antroplogos/as conectados directamente a redes acadmicas
transnacionales, imposibilitando, en la prctica, toda forma de rplica y debate nacional. Ms all de dichos ncleos, el debate es
reemplazado por las etiquetas: postmodernos o arcaicos, para
mencionar las ms conocidas.
En ese sentido apunta el artculo de Carlos Ivn Degregori y
Pablo Sandoval, quienes exploran el itinerario intelectual de la
antropologa peruana, y proponen para ello una periodificacin
que contempla un arco temporal que va de 1940 hasta la actualidad. Por su parte, Marisol de la Cadena discute la compleja trayectoria del paradigma andinista y sus conexiones y rupturas
__________________
entre otros: http://www.ram-wan.net. Asimismo, Arturo Escobar y Gustavo Lins Ribeiro han publicado un libro que recoge las principales discusiones
del grupo: World Anthropologies. Disciplinary Transformations in Systems of
Power, 2006.
11. Tampoco ha participado de manera relevante en los principales debates nacionales.
Presentacin
15
con el discurso epistemolgico del mestizaje y la interculturalidad. Para ello, toma como eje la emblemtica aunque desgarrada
biografa intelectual de Jos Mara Arguedas. Cerrando el bloque
de artculos peruanos, Carmen Salazar nos traza un panorama de
la influencia y el fuerte impacto que tuvieron la antropologa y
etnologa francesa, a travs de la docencia y el intercambio cientfico, en el desarrollo de la antropologa y etnohistoria andina de
las ltimas cinco dcadas.
Por ltimo, el libro cierra con dos artculos que discuten las
experiencias mexicana y brasilea, sin duda las ms poderosas
comunidades de antropologa en Amrica Latina. En el primer
caso, Claudio Lomnitz nos recuerda los desfases histricos y tericos entre la actual antropologa mexicana y el indigenismo estatal que agot, hacia los aos ochenta, toda posibilidad de reinventarse y marcar nuevamente su agenda de investigaciones. Por su
parte, al resear la experiencia de la antropologa en Brasil, Mariza
Peirano nos advierte que debemos estar atentos y mostrar cierta
distancia con los dilemas planteados por la antropologa posmoderna y la crtica poscolonial. Pues, si bien la antropologa brasilea tuvo sus propios "pecados" (la alteridad radical del "otro interno"), no por ello se satur de un sentimiento de culpa
posmoderna que la inmovilizar a de toda aspiracin cientfica, as
como de la necesidad de aplicar su saber profesional a la solucin
de problemas sociales.
El sentido final de esta compilacin es ofrecer una visin comparada sobre la constitucin de la antropologa en la regin, que
tome en cuenta tanto su historia institucional e intelectual, como
sus vaivenes tericos y polticos. En ltimas, lo que se busca con
este libro, y aqu seguimos el consejo de Pierre Bourdieu, 12 es avanzar en la comprensin de un campo intelectual, que evite, eso s,
convertir una agenda autoreflexiva en un mero ejercicio egocn_________________
12. Bourdieu, P., "Participant Objectivation", 2003, y Autoanlisis de un socilogo,
2006.
16
Bibliografa
BOURDIEU, Pierre
2003
"Participant Objectivation". En Journal of the Royal Antropological Institute, nm. 9, pp. 281-294.
2006
FAVRE, Henri
1998a
El indigenismo. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.
1998b
"Los antroplogos y la nave de Teseo". En Encuentro Internacional de Peruanistas. Estado de los estudios histricos-sociales sobre
el Per a fines del siglo XX, tomo I, pp. 15-18. Lima: UNESCO/
Universidad de Lima/Fondo de Cultura Econmica.
MINTZ, Sidney
1985
Sweetness and Power. The Place of Sugar in Modern History.
Nueva York: Penguin Books.
Presentacin
17
I
Dilemas y tendencias en la antropologa peruana:
del paradigma indigenista
al paradigma intercultural1
CARLOS IVN DEGREGORI
PABLO SANDOVAL
Instituto de Estudios Peruanos
l quehacer antropolgico privilegi durante dcadas el estudio de las "sociedades lejanas y diferentes".2 Podramos definir entonces a la antropologa clsica como la ciencia o el estudio
del Otro, el radicalmente diferente, el no occidental. Por qu el
inters en estudiarlo? Distintos motivos se entrecruzan. La curiosidad y el espritu de aventura, por ejemplo, que impulsaron a
cronistas, viajeros y exploradores de la antigedad, hoy incorporados como precursores en el panten antropolgico. Para cuando
la antropologa surge y se desarrolla como disciplina acadmica,
esa curiosidad se haba vuelto decididamente cientfica, pero nun_________________
l.
2.
Este artculo retoma dos trabajos anteriores: Degregori, C. I., No hay pas
ms diverso. Compendio de antropologa peruana, 2000, y Degregori, C. I. y P.
Sandoval, Modernizacin neoliberal y comunidad acadmica de ciencias sociales:
antropologa y antroplogos en el Per, 2006.
Aug, M., Hacia una antropologa de los mundos contemporneos, 1995, p. 12.
20
4.
5.
6.
21
22
Degregori, C.I. y P. Sandoval, Modernizacin neo liberal y comunidad acadmica de ciencias sociales: antropologa y antroplogos en el Per, 2006.
9. Vanguardista porque, en mayor o menor medida, quienes "saban" cul deba
ser el rumbo y diseaban los proyectos, sea de modernizacin, construccin
nacional o revolucin, eran ncleos de intelectuales, de polticos o de ambos;
proyectos cuya estructura bsica homogenizadora era compartida por casi
todo el espectro acadmico/poltico. Para la teora de la modernizacin, la
homogenizacin final se producira gruesamente en torno al "modo de vida
americano"; para el indigenisrno, al final de la pelcula quedara un solo actor
colectivo, el mestizo, al que Jos Vasconcelos llam la "raza csmica"; para la
izquierda re-volucionaria, ese actor colectivo trascenda las fronteras nacionales y las determinaciones biolgicas o culturales, se anclaba en la estructura productiva y era el hombre nuevo proletario.
10. Para esta seccin tomamos en cuenta balances anteriores como Salomon, F.,
''Andean Ethnology in the 1970s: A Retrospective", 1982, y "The Historical
23
11.
12.
24
culturales, en las dcadas de 1930-1950 los coleccionistas y estudiosos del "folclor" incorporaban a la cultura nacional las manifestaciones de los hoy denominados "grupos subalternos". Viajeros en
el tiempo, arquelogos y etnohistoriadores tendencias disciplinarias que estuvieron juntas hasta 1969 en el Instituto de Etnologa y Arqueologa de la Universidad de San Marcos incorporaron a la historia nacional los miles de aos previos a 1532. Pero
comencemos por el principio y avancemos ordenadamente, precisando, ampliando y tambin cuestionando estas afirmaciones iniciales, tal vez demasiado propensas a la celebracin.
Cronistas, exploradores y viajeros
Si la antropologa surge del encuentro con el Otro, entonces los
ms antiguos precursores de la antropologa peruana los encontramos en tiempos de la Conquista. Cronistas tratando de hacer
inteligible la radical Otredad del Tawantinsuyo; frailes doctrineros
elaborando los primeros diccionarios de las lenguas quechua y
aymara; burcratas visitadores, que al entrevistar a los "seores
de la tierra" o censar a sus sbditos para convertirlos en tributarios acumulaban material etnogrfico sobre flamantes "subalternos".13 En sus sugerentes reflexiones sobre la antropologa
mexicana, Lomnitz14 subraya que "la tensin entre el mundo de
lo conocido y la seduccin de experiencias exticas que no pueden
ser narradas, es el contexto originario de nuestras antropologas,
cuyos momentos de mayor sensacin de descubrimiento estn ligados a la entrega del sujeto a la experiencia a travs de un trabajo de campo [ ]".15
___________________
13.
14.
15.
Brading, D., Orbe indiano: de la monarqua catlica a la repblica criolla, 14921867, 1991, caps. II-IV y VII.
Lomnitz, C., "Descubrimiento y desilusin en la antropologa mexicana",
1999, p. 3.
Ver tambin Lomnitz, C., "Bordering on Anthropology: Dialectics of a
National Tradition", 2001.
25
_________________
16.
17.
26
____________________
18.
19.
Sobre las dificultades del Inca Garcilaso para asumir su identidad mestiza,
vase entre otros: Hernndez, M., Memoria del bien perdido. Conflicto, identidad y nostalgia en el Inca Garcilaso de la Vega, 1993. Sobre una crtica al
concepto mismo de mestizaje, vase Cornejo Polar, A., Escribir en el aire.
Ensayo sobre la heterogeneidad socio-cultural en las literaturas andinas, 1994.
Murra, J., "Waman Puma, etngrafo del mundo andino", 1980, p. xvii.
27
obra, como la de vila, prepara el terreno para las grandes campaas de extirpacin de las religiones andinas [ ].20
Ibd.
Esta tendencia a la oposicin se observ ms claramente en el debate alrededor de la "utopa andina" en los aos ochenta.
28
Mndez, C., The Plebeian Republic: the Huanta Rebellion and the Making of
the Peruvian State: l820-l850, 2005.
23.
Mndez, c., Incas s, indios no: apuntes para el estudio del nacionalismo
criollo en el Per, 1996.
24.
Larson, B., Trials of Nation Making. Liberalism, Race, and Ethnicity in the
Andes, l8l0-1910, 2004.
25.
29
del siglo XX, el indigenismo como reivindicacin del "indio actual" y de su incorporacin como base fundamental de la "comunidad imaginada" peruana se abri campo, con altibajos, en la
conciencia, la cultura y la poltica peruanas. La amplia y variada
bibliografa sobre el indigenismo nos presenta un movimiento
heterogneo y complejo, que abarca varios registros filantrpico, social, poltico y artstico y atraviesa diferentes coyunturas.26 Existe cierto consenso, adems, en que tras la reivindicacin
indigenista subyace "una visin urbana de los Andes":27 paternalista, exotista y en muchos casos con una concepcin homogenizante de la construccin nacional alrededor del mestizo o del
indgena. Pero la antropologa peruana, surgida como disciplina
universitaria en 1946, es hija del indigenismo y es necesario por
tanto ubicar los inicios de nuestra disciplina sobre ese trasfondo.
Lauer28 hace una interesante distincin entre indigenismo
mayormente sociopoltico y otro cultural (literario, plstico, arquitectnico o musical). El primero tuvo su auge desde fines del
siglo XIX hasta la dcada de 1920. Fue movilizador, modernizador y reivindicativo, y lleg a un lugar importante en el debate
nacional. Esta importancia la atestiguan, entre otros, los textos
__________________
una nacin sino un territorio habitado [ ] cabe, por ahora, una buena dosis
de verdad. Si el Per blasona de constituir una nacin, debe manifestar dnde
se hallan los ciudadanos, los elementos esenciales de toda nacionalidad. Ciudadano quiere decir hombre libre, y aqu vegetan rebaos de siervos" (en
Garca Salvatecci, H., El pensamiento de Gonzles Prada, 1972, cap. 10).
26.
27.
Kristal, E., Una visin urbana de los Andes. Gnesis y desarrollo del indigenismo en el Per: 1848-1930, 1991; y
28.
30
30.
31.
32.
Vctor Ral Haya de la Torre y Jos Carlos Maritegui fueron los fundadores
de los dos primeros partidos ms influyentes en las siguientes dcadas, el
APRA y el Partido Socialista, posteriormente Partido Comunista.
33.
34.
35.
Ibd., p. 16.
31
mutaciones, el indigenismo fue recuperado y usado como una suerte de teln de fondo en los discursos oficiales hasta la dcada de
1980. El historiador Jorge Basadre presenta el contexto en el que
se da el trnsito del indigenismo 1 al 2. As, mientras: "la dcada
de 1920 a 1930 represent un considerable incremento en la imagen del indio en la conciencia de la intelectualidad peruana [ ].
Correspondi al perodo de 1931-1942 una etapa de reafirmacin
hispnica".36
Fue durante esos aos, segn Macera37? "los peores de la historia republicana del siglo XX", que la antropologa se gest como
disciplina universitaria. La contraofensiva hispanista se dio dentro de un clima mundial de ofensiva conservadora, cuando no
fascista. El clima en el cual el entonces denominado "problema
indgena" se abre espacios en la agenda nacional, cede paso a otro
en el cual es posible que el filsofo y pedagogo Alejandro O.
Deustua afirme que:
El Per debe su desgracia a esa raza indgena, que ha llegado, en su
disolucin psquica, a obtener la rigidez biolgica de los seres que
han cerrado definitivamente su ciclo de evolucin y que no han podido transmitir al mestizaje las virtudes propias de razas en el perodo
de su progreso.38
37.
38.
32
"grupo antropolgico" libra sus batallas. Y aprovechando una coyuntura nacional e internacional favorable, logra la institucionalizacin de la antropologa como disciplina universitaria. La II
Guerra Mundial acababa de finalizar y la Guerra Fra an no
haba comenzado. En el Per, bajo la presidencia de Jos Luis
Bustamante y Rivero (1945-1948) se viva una corta primavera
democrtica. Luis E. Valcrcel cuyo indigenismo ya haba perdido el filo utpico es nombrado ministro de Educacin en 1945
y durante su gestin se crea en 1946 el Instituto de Etnologa y
Arqueologa de la Universidad de San Marcos. Paralelamente se
crea tambin la carrera de antropologa en la Universidad San
Antonio Abad del Cusco.39 Para esta poca, Valcrcel y los otros
indigenistas buscaban legitimar la antropologa como una ciencia aplicada, "alejndola de las generalizaciones, los utopismos y
las panaceas" (Valcrcel 1964: 12). En sus primeros diez aos,
por ejemplo, el Instituto produca ms de cuarenta monografas
de comunidades indgenas, y tres proyectos de ayuda tcnica y
promocin cultural, y colaboraba con el Ministerio de Educacin
para sus planes de Educacin Fundamental y del Adulto.
El perodo que se extiende entre las dcadas de 1920 y 1960
puede leerse como el largo y difcil trnsito del paradigma modernizador excluyente de la oligarqua a otro mucho ms inclusivo,
populista o "nacional popular". Parte de ese trnsito es el desarrollo de un indigenismo estatal, que se remonta a los gobiernos de
Augusto B. Legua (1919-1930) pero que hasta la dcada de 1940
tiene un carcter intermitente y perifrico dentro de la accin del
Estado. A partir de mediados del siglo XX se va consolidando,
___________________
39.
33
34
4.2. Matos Mar, J., Tupe: una comunidad del rea cultural del Kauke en el Per.
Geografa y economa, 1949; Matos Mar, J. (ed.), La propiedad en la isla de
Taquile, Lago Titicaca, 1957; y valos de Matos, R., "El ciclo vital de la
comunidad de Tupe", 1952.
35
44.
45.
46.
36
_________________
los propios pobladores de la comunidad. Ver: Memorias de la comunidad de
Vicos, Memorias de la comunidad de Vicos: as nos recordamos con alegra.
Comunidad campesina de Vicos, 2005.
47.
37
49.
38
aos sesenta produce una "gran trasformacin", no slo en nuestro conocimiento del siglo XVI sino en nuestra aproximacin al
mundo andino contemporneo;50 los estudios amaznicos, que
avanzan hacia territorios geogrfica y acadmicamente muy poco
conocidos.51 Por otra parte, los mbitos se ensanchan. De los estudios de comunidades aisladas se pasa a proyectos de investigacin en zonas que Matos (1969) llam microregiones. Las influencias tericas cambian y se amplan. John Murra (1975) refuerza
la influencia de la ecologa cultural e introduce el sustantivismo,
Tom Zuidema el estructuralismo (1962). Pero la gran ruptura la
produce la teora de la dependencia primera corriente terica
surgida en Amrica Latina que alcanza impacto mundial en las
ciencias sociales. Su influencia se advierte, por ejemplo, en los estudios que la Universidad de San Marcos, la Universidad de
Cornell y el Instituto de Estudios Peruanos desarrollan en el valle de Chancay entre 1964 y 1969 en un proyecto titulado Proyecto de Estudio de Cambios en Pueblos Peruanos. Podramos
decir, simplificando, que este proyecto empez funcionalista y termin dependentista (vase, por ejemplo, Matos Mar et al. 1969;
Fuenzalida et al. 1968; Degregori y Golte 1973; y las tesis de
Bonilla 1965, Fonseca 1966 y Celestino 1970).
La teora de la dependencia introdujo temticas hasta entonces descuidadas por la disciplina, como el conflicto, la dominacin
y el poder. Ella impacta en la antropologa y la sociologa peruanas cuando las jvenes disciplinas emprendan un trnsito de las
descripciones a las interpretaciones de alcance nacional. Fue, en
ese sentido, un momento excepcional en el que las ciencias sociales
buscaron por primera vez "ocupar espacios centrales en la cultura y la poltica". Mencionemos las interpretaciones tericas sobre
_________________
50.
51.
Varese, S., "Las minoras tnicas de la montaa peruana: esquema para una
antropologa de urgencia", 1968.
39
53.
40
Arguedas, J. M., Acto de entrega del premio Inca Garcilaso de la Vega, Lima,
1965b.
41
56.
Ortiz, A., De Adaneva a Inkarri (una visin indgena del Per), 1973, y Ossio,
J., Ideologa mesinica del mundo andino, 1973.
42
culturalista pero tambin el indigenismo y el marxismo de manual enfrentaron su bancarrota. Esa bancarrota tuvo un nombre emblemtico: Uchuraccay.
Bancarrota del escencialismo y el economicismo
El 23 de enero de 1983 se dio a conocer la muerte de un nmero
indeterminado de cuadros de PCP-SL en Huaychao, una comunidad en las alturas de Huanta (Ayacucho). La noticia pareca confirmar el rumor de que las comunidades denominadas iquichanas
se estaban enfrentando a PCP-SL. Un grupo de ocho periodistas
interesados en averiguar lo ocurrido viaj a la zona pero fueron
asesinados en Uchuraccay, comunidad vecina de Huaychao.57
Ante el impacto nacional de la masacre, el gobierno nombr
una comisin investigadora presidida por Mario Vargas Llosa.
La comisin incorpor como asesores a reconocidos antroplogos, colocando de esta forma ante los reflectores de la opinin pblica a una profesin que se haba especializado en el estudio de
las comunidades indgenas. En efecto, como explic despus Fernando Fuenzalida,58 los antroplogos aceptaron respondiendo a
un compromiso moral y profesional en tanto los sucesos haban
ocurrido en una comunidad y no en otra parte. Sin embargo, su
presencia termin dando respaldo "cientfico" a un conjunto de
conclusiones muy discutibles. El informe presentaba una reconstruccin bastante aproximada de los hechos: los campesinos asesinaron a los periodistas.
_________________
57.
58.
43
Veinte aos despus, esta versin de los hechos fue corroborada en lo fundamental y a base de los testimonios orales de campesinos y otros documentos, por el informe de la Comisin de la
Verdad y Reconciliacin (CVR). Pero a diferencia de la CVR, la
Comisin Vargas Llosa explicaba la tragedia principalmente por
el supuesto aislamiento secular de las comunidades iquichanas,
presentadas por la misma comisin como pobres, "primitivas" y
"arcaicas" respecto de la "cultura occidental" propia de la "sociedad nacional".59 En ningn momento el informe describe Uchuraccay, debido a que la presencia de los antroplogos se restringi
a la visita de algunas horas que realiz la Comisin Vargas Llosa,
y al hecho de que Uchuraccay como seala Millones60 no
haba sido objeto de ningn estudio sistemtico. Como resultado,
los informes antropolgicos producidos para la Comisin Vargas
Llosa especialmente el de Ossio y Fuenzalida61 echaban una
mirada culturalista, centrndose en describir la condicin de las
comunidades iquichanas como "indgenas y tradicionales", recurriendo al propsito a algunos datos histricos y, sobre todo, al
repertorio convencional de la antropologa sobre el Otro indgena
dentro de una visin dualista que distingua un "Per oficial" de
otro "Per profundo". El primero en realizar esta distincin fue el
historiador Jorge Basadre en 1943. Sin embargo, l la hizo para
subrayar la distancia entre el Estado (pas legal) y la nacin compuesta por todo el pueblo (pas profundo). Ms an, Basadre niega que un abismo cultural separara a los indios de los mestizos o
a la sierra de la costa.62 Para la comisin, por el contrario, el dualismo entre dos Pers separa indgenas de no indgenas, visin
________________
59.
60.
61.
62.
Mayer, E., "Peru in Deep Trouble: Mario Vargas Llosa's Inquest in the
Andes Reexamined", 1992, p. 192.
44
Ver, Degregori, C. I. y J. Urrutia, "Reflexiones sobre ocho muertes peruanas", 1983; Lumbreras, L. G., "Declara el Dr. Luis Guillermo Lumbreras:
informe de Uchuraccay descriptivo e incompleto", 1983; y Montoya, R.,
"Entrevista al Dr. Rodrigo Montoya: Uchuraccay crimen sin castigo?",
1983, "Otra pista para entender lo ocurrido en Uchuraccay", 1984.
64.
65.
45
67.
Ibd.
68.
69.
46
marxismo les tena asignado.70 Fue lo que Jos Nun71 llam "la
rebelin del coro". Curiosamente, a pesar de que la respuesta campesina a Sendero Luminoso constituira un tpico ejemplo de "rebelin del coro", los estudios sobre la violencia poltica que sacuda
el pas y que adems tenan como escenario principal a las comunidades campesinas y nativas, quedaron mayoritariamente en
manos de antroplogos extranjeros,72 mientras se multiplicaban
los estudios sobre los denominados "nuevos" movimientos sociales en contraposicin a aquellos que se organizaban alrededor
de reivindicaciones clasistas, como el movimiento sindical o el
campesino.
De estos nuevos movimientos, los de mayor impacto poltico
y potencial terico resultaron los movimientos tnicos y los de
gnero. A diferencia de otros pases de Amrica Latina, en Per
los estudios sobre etnicidad, racismo y movimientos tnicos fueron bastante tardos. Mientras tanto, en otras partes de Amrica
Latina surgan movimientos como el katarismo en Bolivia, la
Confederacin de Nacionalidades Indgenas (CONAIE) en el Ecuador, el movimiento maya en Guatemala, el zapatismo y otros
movimientos tnicos menos mediticos en Mxico, Colombia y el
Cono Sur. En Per, los movimientos tnicos se fortalecan en la
Amazona, mas no entre quechuas y aymaras de los Andes. 73
_________________
70.
71.
72.
Para una crtica a los modelos explicativos de la violencia poltica desarrollados por algunos investigadores extranjeros, vase Poole, D. y G. Rnique,
"The New Chroniclers of Peru: U. S. Scholars and their 'Shining Path' of
Peasant Rebellion", 1991.
73.
Ver, entre otros, Degregori, C. I., "Movimientos tnicos, democracia y nacin en Per y Bolivia", 1998; y Pajuelo, R., "Fronteras, representaciones y
47
75.
48
77.
78.
79.
49
81.
Diez, A., "Diversidades, alternativas y ambigedades: instituciones, comportamientos y mentalidades en la sociedad rural", 1999; Urrutia, J., "Espacio, poder y mercado: preguntas actuales para una vieja agenda", 2002. El
panorama ms completo sobre los cambios en la sociedad rural peruana
puede encontrarse en las publicaciones del Seminario Permanente de Investigacin Agraria (SEPIA) que vienen apareciendo desde 1985. http://
www.sepia.org.pe/web/frames.html
82.
50
antropologa y educacin,83 que introducen el debate sobre interculturalidad e impulsan los programas de educacin bilinge
intercultural. Viejos temas como el derecho consuetudinario y la
medicina folclrica se convierten en justicia y salud alternativas, 84
que se toman cada vez ms en cuenta en el delineamiento de polticas sociales, para no mencionar la dimensin profesional de los estudios de gnero, que se convierten en un enfoque que atraviesa
todos los temas y polticas pblicos.
Del paradigma homogenizador a la construccin
de un nosotros diverso
Al tiempo que multiplica sus posibilidades, este nuevo despliegue
de la disciplina abre flancos peligrosos, pues se produce en un
momento en el cual se ensanchan las brechas entre Lima y provincias, universidades nacionales y privadas, investigacin y promocin; en otras palabras, entre el vector acadmico y el profesional
de la antropologa. Se estara reproduciendo as la misma dinmica inclusin/exclusin que caracteriza el actual proceso de globalizacin. Esta dinmica produce una minora "global", capaz de
incorporarse en comunidades acadmicas transnacionales, y una
mayora "localizada", que opta a veces por la especializacin regional como refugio y enfatiza unilateralmente la profesionalizacin, olvidando la dimensin acadmica crtica en aras de un
pragmatismo que, paradjicamente, no viene tanto de un sector
acomodado sino de sectores con gran necesidad de hacerse lugar
en un mercado de trabajo restringido que, la mayora de veces, los
incorporar en posiciones subordinadas.85
_________________
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91.
92.
De la Cadena, 2006.
54
Segn la CVR, el 75% de las vctimas mortales del conflicto armado interno
tenan al quechua como idioma materno, cuando en d censo nacional de 1992,
durante el pico del conflicto, slo el 17% de peruanos y peruanas lo tenan.
Asimismo, el informe final seala que el 65% de las vctimas son rurales.
94.
Vase, especialmente, los captulos 1 y 2.2 del tomo VIII del informe final, as
como las 23 breves monografas que aparecen en el tomo V de dicho informe.
95.
96.
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II
Tragedias y celebraciones:
imaginando academias locales y forneas
RAL ROMERO
Pontificia Universidad Catlica del Per
74
Ral Romero
2.
II / Tragedias y celebraciones
75
4.
Pienso por ejemplo en Deborah Poole (Johns Hopkins University) y su gestin en la fundacin de la fototeca andina del Centro Bartolom de las Casas en
el Cusco; en Charles Walker (Universidad de California, Davis), quien publica simultneamente en Per y en Estados Unidos; en Bartholomew Dean
(Universidad de Kansas, Lawrence) quien ha formado una ONG en el Per
para apoyar proyectos de promocin, y en muchos ms. Por supuesto, tambin existen los casos de antroplogos forneos que se han afincado en el Per
integrndose a los destinos de la academia local.
76
Ral Romero
Me refiero a un tipo de discurso que subyace a las posiciones oficiales e institucionales, y que no se puede asociar con individuos, grupos o tendencias acadmicas especficas. Javier Len ha expresado claramente el carcter ambiguo de
esos prejuicios al precisar que "aquellos discursos [. .. ] tambin se expresan en
las muchas bromas y acotaciones informales que se escuchan a menudo en los
pasadizos, conferencias y recepciones universitarias [. . .J stas aluden a que el
principal propsito del acadmico latinoamericano debera ser el recoger datos,
mientras que la interpretacin de los mismos debera ser concedida a sus
contrapartes norteamericanas y europeas". Javier Len, "Peruvian Musical
Scholarship and the Construction of an Academic Other", 1999, p. 180.
6.
7.
II / Tragedias y celebraciones
77
"buenos" trabajos de campo; "nosotros" no tenemos que confrontar las extenuantes fases de introducirnos en el "campo"; "nosotros" no tenemos que pasar a travs del ritual de maduracin
implcito en un campo "peligroso" e "inseguro". Y lo ms importante: "nosotros" (se vuelve a pensar) no tenemos libertad de eleccin, estudiamos nuestras propias sociedades porque tenemos que
hacerla. Por consiguiente, no tenemos el venerable privilegio de
seleccionar un sitio de investigacin basados exclusivamente en
razones intelectuales y acadmicas.
Algunas de estas preconcepciones son verdades a medias;
otras simplemente no se ajustan a la verdad. Muchas de ellas son,
increblemente, sostenidas por acadmicos de mucho prestigio pero
que acaban actuando con lo que Talal Asad ha llamado "el sentdo comn del hombre comn occidental".8 Definitivamente, ninguna de las peculiaridades que caracterizan a los investigadores
"nativos" es evidencia de un academicismo "inferior". Son simplemente manifestaciones de un diferente enfoque al estudio de
las culturas. La relatividad de los criterios que definen en la
academia occidental cul es una "buena" literatura etnogrfica y
cul no, ha sido revisada y puesta en perspectiva por Gupta y
Ferguson. Ellos nos recuerdan la persistencia de los mitos de trabajo de campo: el peligro, la exploracin, la exigencia fsica, as
como la tendencia a exagerar la alteridad del Otro para lograr la
ansiada autoridad etnogrfica al retornar "a casa". 9 De alguna
manera estos mitos y tendencias estn an operativos en las
universidades euroamericanas, y ciertamente las agencias de
financiamiento refuerzan ms an estas tendencias al recompensar a proyectos en locaciones "distantes" y "exticas", mientras
que castigan a aquellos que proponen estudiar asuntos ms cercanos a casa, como las reservaciones indias. 10 Los que siguen la
__________________
8.
9.
10. Ortner, S.B., "Reading America: Preliminary Notes on Class and Culture", 1901
78
Ral Romero
primera opcin aseguran prestigio, autoridad y celebridad: Indonesia tendr mayor significado de autoridad que el sur de Chicago
para los antroplogos norteamericanos, no importa que esto est
en total contradiccin con la creencia de que los estudiosos euroamericanos siempre escogen el lugar de su trabajo de campo slo
en trminos de un puro inters acadmico. En nuestro caso, estas
ideas nos afectan en el sentido que muchas agencias de cooperacin suponen que porque un antroplogo local reside cerca del
"campo", no necesita el mismo financiamiento que un investigador que viene del extranjero y que precisa mantener su nivel de vida.
En este artculo pretendo reflexionar sobre las representaciones de las naciones y de los mundos acadmicos del Tercer Mundo,
especialmente el Per, que predominan en el mundo acadmico
euroamericano, principal aunque no exclusivamente, en las ciencias sociales. El origen de esta reflexin se basa en mi experiencia
como estudiante graduado y luego como profesor visitante en
universidades de Estados Unidos.11 Mi mayor preocupacin es la
forma en el que el "Per" iniciando el siglo veintiuno es an
elaborado como un concepto, el cual a su vez est construido sobre la base de los intereses y necesidades exclusivamente profesionales del investigador, ms que sobre los reales problemas
sociales de las personas a las que se pretende investigar. En
segundo lugar, pretendo llamar la atencin acerca de como la "autoridad" de aquellos acadmicos afincados en instituciones euroamericanas sigue por muchos considerada en un plano muy
superior a la de los "intelectuales locales", llamados tambin "nativos" (natives) o "insiders", inclusive despus de dcadas de autocrtica sobre cmo hacer etnografa y de la revisin de actitudes
neocolonialistas en la academia. Mis preocupaciones no son nuevas en modo alguno. La mayor parte de los temas que acabo de
___________________
11.
II / Tragedias y celebraciones
79
Ver por ejemplo Asad, T., 1975; Fahim, H., 1980; Bennoune, M., 1985; Said,
E., 1990; Narayan, K., 1993; Shahrani, N., 1994; y Len, J. 1999.
13.
14.
Ibd., p. 4.
80
Ral Romero
Starn, O., "To Revolt Againts the Revolution: War and Resistance in Peru's
Andes", 1995, p. 548.
16.
Ibd., p. 547.
II / Tragedias y celebraciones
81
18.
Ibd., 1996, p. 4.
19.
Ibd., 1996, p. 7.
82
Ral Romero
Ibd., 1996, p. 7.
21.
II / Tragedias y celebraciones
83
23.
Gupta, A. y J. Ferguson, "Discipline and Practice: The Field' as Site, Method, and
Location in Anthropology", 1997.
24.
Ibd.
25.
Osterling, J. y H. Martinez, "Notes for a History of Peruvian Social Anthropology, 1940-80", 1983, pp. 343-360.
84
Ral Romero
Esta difundida prctica, si bien no en sus versiones ms extremas, tiene mucho que ver con la concepcin de que la redaccin
acadmica debe ser resultado de objetivos tericos "puros" e "imparciales", en los cuales no importa de dnde vienen los datos o la
teora, sino el valor de su "contribucin" a la disciplina y al estado
de conocimiento. El dilema se agrava cuando los que califican qu
es importante y qu no lo es, son aquellos situados en las "metrpolis" de la produccin acadmica. Ni siquiera los autores ms
celebrados estn libres de la tendencia de "olvidarse" de sus fuentes locales. Como dice Edward Said acerca de un ensayo de Clifford
Geertz sobre los mercados en Marruecos: "[] no tiene literalmente ni una sola cita marroqu []".28
___________________
26.
27.
28.
II / Tragedias y celebraciones
85
Los dems autores en la lista de este autor son Tristan Platt, Deborah Poole,
Joanne Rappaport, Roger Rasnake, Frank Salomon, Irene Silverblatt, Michael
Taussig, Gary Urton y Nathan Wachtel (Abercrombie 1998: xvii-xviii).
30.
86
Ral Romero
Hay indudablemente muchos elementos secundarios que afectan esta problemtica. Uno de ellos es el lenguaje. La academia
euroamericana, por lo menos en las ciencias sociales y en las humanidades, enfatiza aquellos artculos y libros que han sido publicados originalmente en ingls, imitando una limitacin comn
a muchas academias regionales del orbe. Pero esta limitacin "natural" permite a ciertos autores "enterrar" a sus fuentes locales en
sus textos y presentar muchas observaciones obvias, prosaicas y
empricas como producto de una investigacin de campo original
y creativa. Esta dinmica no es, por supuesto, inducida por ambiciones personales, ni por la malevolencia de algunos acadmicos.
Es el resultado de presiones mayores que obligan a los autores
individuales a jugar segn las reglas del juego si es que quieren
lograr el xito acadmico. El trabajo de campo debe ser "innovador", la informacin debe ser fresca, la literatura consultada debe
ser reciente y accesible, y las fuentes secundarias deben ser de
menor importancia para la investigacin y el reporte final. A aquellos que cumplen con estos requisitos se les atribuye una autoridad etnogrfica, la cual asegurar por muchos aos, quizs por
toda una vida, los beneficios de una posicin permanente y segura en la metrpoli del trabajo intelectual.
En cualquiera de los casos, es seguro que una "academia global" es an un sueo distante y que las academias regionales, o
nacionales, son en el mejor de los casos ignoradas, si no tratadas
con condescendencia por las academias hegemnicas. Conferencias
internacionales, como la de Antropologas Indgenas en Pases no Occidentales, efectuada en Austria en 1978 bajo el auspicio
de la Wenner-Gren Foundation, uno de cuyos fines era "desarrollar mecanismos para una comunicacin ms efectiva entre los
antroplogos del Tercer Mundo y entre la comunidad mundial de
antroplogos",51 han tenido poco impacto. Y en ese sentido, la
___________________
31.
II / Tragedias y celebraciones
87
prediccin de Marcus y Fischer acerca de las "nuevas" tradiciones nacionales contina siendo resultado de un buen deseo ms
que un proceso en desarrollo:
La realidad de mltiples antropologas diferenciadas abre por primera vez la realista posibilidad de mltiples lecturas interculturales
para los trabajos antropolgicos, lo que eventualmente debe tener un
efecto profundo en la manera como son concebidas y escritas en Estados Unidos y Europa.32
Marcus, G. y M. M. J. Fischer, Anthropology as Cultural Critique: An Experimental Moment in the Human Sciences, 1986, p. viii.
33.
88
Ral Romero
pases latinoamericanos, y ciertamente en el Per. Los acadmicos basados en Lima (la metrpoli) muchas veces subestiman
los estilos acadmicos "diferentes" de los intelectuales provincianos (la periferia).
Pero el hecho es siempre el mismo: el estudioso ubicado en la
metrpoli siempre ser la voz receptora de "autoridad" sobre otros
autores perifricos. Si imaginamos a euroamrica como la metrpoli, este investigador ser reconocido con este privilegio no slo
en Estados Unidos y Europa sino en todo el mundo. Por ejemplo,
un acadmico con base laboral en Estados Unidos que escribe
sobre el Per, ser considerado un "latinoamericanista", mientras
que un peruano que escribe sobre el Per usualmente es considerado una voz local, un insider, o una fuente de datos primarios. La
habilidad del primero ser buscada por el mundo entero, e inclusive por el mismo pas sujeto de su estudio. La conciencia del carcter hegemnico del acadmico de la metrpoli es, en consecuencia, universal. Aqu el balance de las relaciones de poder es claro
como el cristal: el investigador local es buscado por el estudioso
hegemnico como una "fuente de datos primaria", como anfitrin
del trabajo de campo y como una puerta de entrada a otros contactos locales. Viceversa, el investigador forneo es visto como un
padrino (o madrina) potencial y como un punto de entrada al
mundo acadmico hegemnico.
Yo estoy, por supuesto, refirindome tan slo a una de las tendencias que, no obstante muy difundida, no se aplica a los mejores
ejemplos acadmicos. Por ejemplo, en el detallado anlisis que hace
Dale Eickelman de la antropologa del Medio Oriente se explica el
desarrollo de la comunidad acadmica marroqu desde la dcada
del sesenta, el surgimiento de nuevas universidades, el crecimiento
de las publicaciones acadmicas, y los muchos puntos de contacto
entre las academias occidentales y las locales.34 Eickelman toma
como punto de partida el hecho de que en la antropologa occi_________________
34.
II / Tragedias y celebraciones
89
__________________
35.
Ibd., p. 393.
36.
Mallon, E, Peasant and Nation. The Making of Postcolonial Mexico and Peru,
1995.
90
Ral Romero
Ibd., p. 327.
38.
II / Tragedias y celebraciones
91
92
Ral Romero
En efecto, en el mundo acadmico norteamericano las publicaciones en espaol son mucho menos estimadas que las publicaciones en ingls. Las publicaciones locales en idiomas nativos (por
ejemplo, el espaol) son vistas como sospechosas, de dudosa calidad
acadmica, dado que supuestamente no han pasado por los numerosos niveles de control de calidad que caracterizan a las publicaciones euroamericanas. Se cree que publicar en Amrica Latina es
ms fcil y barato, y que por ello, estos artculos y libros locales no
son tan "sistemticos" y "exhaustivos" como los de la metrpoli; es
decir, son de una calidad acadmica menor. Pocos antroplogos
"centralistas" han considerado que esto es relativo, que quizs no es
que sea fcil publicar en Amrica Latina sino que es demasiado
difcil hacerlo en Estados Unidos. No es acaso la funcin primaria
del conocimiento acadmico ser ampliamente difundido, rpidamente distribuido y econmicamente accesible? No ser que en
Amrica Latina ya habremos logrado el objetivo que muchos autores euro americanos quisieran para ellos mismos? 40 Reflexionando
sobre este tema, David Sutton ha sugerido que "en lugar que los
antroplogos crticos continen escribiendo sobre conocimiento y
poder para el cada vez menor crculo de colegas que comparten el
mismo discurso, deberamos usar nuestro conocimiento como poder para encontrar formas de escribir para aquellos sectores sociales con los cuales nos sentimos ms comprometidos y a los que
queremos captar e impactar".41
En nuestro caso sabemos que publicar no es una tarea fcil
ni sencilla. Es en realidad una misin difcil, a veces ms que en
los propios Estados Unidos. Proponer textos a revistas o editoriales es una faena que requiere de invertir mucho tiempo en establecer relaciones personales. Los derechos de autor se pagan
__________________
40.
Me refiero a que el proceso de publicacin no sea tan prolongado. La publicacin de un libro acadmico en Estados Unidos demora un promedio de tres
aos.
41.
Sutton, D., "Is Anybody Out There? Anthropology and the Question of
Audience", 1991, pp. 91-104.
II / Tragedias y celebraciones
ESTILOS
NARRATIVOS REGIONALES
93
ESTILOS
NARRATIVOS METROPOLITANOS
muy irregularmente, y no es infrecuente que el autor contribuya con sus propios medios a mejorar la edicin. Desde el punto
de vista del autor "nativo", la publicacin de un artculo o libro
nunca es fcil. Por qu entonces es vista as por los acadmicos
euroamericanos? Ser otra expresin de lo que Edward Said
94
Ral Romero
43.
II / Tragedias y celebraciones
95
Degregori (2000), "por la nostalgia, o el anhelo narcisista de reconstruir un Nosotros homogneo" o lo que es lo mismo, como
consecuencia lgica de la influencia de corrientes indigenistas, populistas, o marxistas.44
La reciente popularidad del artculo de Orin Starn en el que
descarta los estudios andinos que se dedican a buscar las continuidades culturales, es un ejemplo de la apremiante necesidad de tragedia:t-5 Mientras que Starn critica acertadamente aquellas visiones a histricas de la realidad andina, en ese proceso quita todo
valor a la literatura andinista sobre el ritual, la cosmologa y la
estructura social en los Andes de los ltimos cuarenta aos. Estos
son estudios que han documentado diversos procesos andinos de
resistencia y de posiciones contrahegemnicas, que han permitido
que las comunidades andinas puedan defender sus identidades locales e ideologas de las polticas homogenizadoras, asimilasionistas
e integracionistas de las lites nacionales. En un agudo anlisis del
artculo de Starn, Enrique Mayer afirma lo siguiente:
Pero la as llamada posicin romntica que ataca Starn debe ser
tambin vista en el contexto poltico peruano de aquel tiempo. Tomando en cuenta los prejuicios anti-Andinos del argumento de los
dos-Per [uno arcaico y otro moderno], para los miembros de mi
generacin de investigadores de campo, tanto la bsqueda, como la
demostracin con datos etnogrficos, y la descripcin de una cultura
"viva" en lugar de sobrevivencias "muertas", pareca una tarea que
vala la pena.46
45.
Starn, O., "Missing the Revolution: Anthropologists and the War in Per",
1991, pp. 63-91.
46.
Mayer, E., "Per in Deep Trouble: Mario Vargas Llosa's 'Inquest in the
Andes' Reexamined", 1991, p. 481.
96
Ral Romero
__________________
47.
Starn, O., "Missing the Revolution: Anthropologists and the War in Peru",
1991, p. 74.
48.
Ibd., p. 65.
49.
II / Tragedias y celebraciones
97
Starn, O., C. I. Degregori y R. Kirk (eds.), The Peru Reader: History, Culture,
Politics, 1995, p. 11.
51.
98
Ral Romero
a su mejora. Desgraciadamente sus buenos deseos estarn limitados a los departamentos acadmicos y a las revistas especializadas de circulacin restringida. Por lo tanto, sus resultados sern
mnimos, o acaso inexistentes.
La principal contribucin del trabajo de campo an recae
sobre la misma carrera profesional del etngrafo, no sobre el sujeto de investigacin ni sobre las academias locales. La honesta confesin de William Stein, quien particip en el proyecto CornellVicos, es ejemplar:
Si los trabajos de los peruanos han sido tiles para m, no me parece
haber retribuido igual utilidad al Per. Lamentablemente, la mayor
parte de mi propia produccin ha estado dirigida a mis colegas y estudiantes norteamericanos, ms que a los peruanos.52
El que la audiencia sea fornea es fundamental para determinar el giro del reporte final. Es crucial que los aspectos "peligrosos"
de la investigacin sean engrandecidos, tanto as como la desesperanza de la sociedad bajo escrutinio. El primer aspecto legitima al
investigador ante sus colegas. El segundo lo libera de su responsabilidad con aquella sociedad incurable, cuyo destino aparece como
irremediable e inalterable.
En este sentido, obras locales recientes como la de Flores
Galindo Buscando un Inca, la de Manuel Burga Nacimiento de una
utopa, o la de Rnique Los sueos de la sierra, sugieren desde el mismo ttulo una tendencia contraria a aumentar la tragedia, o a la
tentacin de "cerrar la historia". Obras como las citadas incluyen
una invocacin a un futuro constructivo, con la implcita nocin de
que s hay, o debiera haber, un futuro alternativo, y que la gente "de
adentro" est trabajando en pos de ese ideal. Gonzalo Portocarrero
es muy directo en compartir sus propias motivaciones. Recordando
su amistad con Alberto Flores Galindo, dice: "La influencia de Tito
__________________
52.
II / Tragedias y celebraciones
99
va ms all de lo acadmico: me record que la defensa de los dbiles es nuestro primer deber, y que siempre debemos pensar desde la
esperanza, abrir posibilidades, no cerrarlas".53
En las propias palabras de Flores Galindo, la tragedia nacional se relativiza, reafirmndose la idea de una prctica acadmica
inmersa en la realidad social y no dirigida solamente a la produccin "pura" de conocimientos. Algo que ciertamente slo es posible a travs de un compromiso de investigacin a largo plazo:
La historia ofrece un camino: buscar las vinculaciones entre las ideas,
los mitos, los sueos, los objetos, y los hombres que los producen y los
consumen, viven y se exaltan con ellos. Abandonar el territorio apacible de las ideas descarnadas, para encontrarse con las luchas y los conflictos, con los hombre en plural, con los grupos y clases sociales, con los
problemas del poder y la violencia en una sociedad. Los hombres andinos
no han pasado su historia encerrados en un museo imposible. 54
Rnique, por otro lado, culmina su libro imaginando el futuro, convocando un consenso, y por qu no, reconociendo que el
deseo y la esperanza no tienen por qu estar ausentes del proceso
intelectual:
[La sierra] vuelve a ser la fuente de nuevos modelos, de la dimensin
utpica que permita imaginar un destino donde la sierra y los campesinos tengan cabida. La realidad disputa los sueos. Las provincias
cuzqueas se ubican entre las reas ms pobres del hemisferio. Quizs sta sea la oportunidad para acercar unos a otros, enterrando los
mitos, conquistando lajusticia.55
54.
55.
Rnique, J. L., Los sueos de la sierra: Cusco en el siglo XX, 1991, p. 378.
100
Ral Romero
II / Tragedias y celebraciones
101
El primero como miembro de una sociedad en crisis, persigue un ideal; mientras que el segundo busca un conocimiento parcial y comparativo. El compromiso poltico por un lado, y la "pura"
iniciativa intelectual, por el otro, parecen estar por el momento en
orillas contrarias. La debilidad del investigador local reside en su
fracaso en establecer canales efectivos de dilogo con las academias hegemnicas. La debilidad del forneo consiste en no ver
que el estudio de gente de carne y hueso debera tener propsitos
ms nobles que el exclusivo inters acadmico. Mientras que siga
persistiendo la desigual relacin de poder en la academia, el Tercer Mundo ser representado con mayor "autoridad" por los investigadores del Primer Mundo que por los investigadores locales.
Las excepciones son aquellas academias regionales que se las han
arreglado para emerger como lugares donde se desarrollan filosofas hegemnicas alternativas, como el grupo de los "subalternos"
en la India, de quienes dice Mallon: " habiendo desarrollado desde
hace ms de una dcada el compromiso de concertar el mtodo
postmoderno con polticas radicales, el Grupo de Estudios Subalternos ha proporcionado a los acadmicos que tienen similares
preocupaciones, especialmente en otras partes del Tercer Mundo,
un importante modelo a seguir".57 Pero esta posibilidad est an
lejos de estar al alcance de Amrica Latina.
__________________
57.
102
Ral Romero
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1995
III
La produccin de otros conocimientos
y sus tensiones: de la antropologa andinista
a la interculturalidad?1
MARISOL DE LA CADENA
Universidad de California, Davis
1.
108
Marisol de la Cadena
cursos les permite comparar y contrastar conocimiento antropolgico sobre los pases andinos, generalmente hacen esto con informacin publicada en ingls, mayormente escrita por investigadores estadounidenses. Para ilustrar esta caracterstica, Degregori
hace referencia al artculo de un antroplogo estadounidense que
presenta un balance de los estudios andinos, en el cual "de los 62
ttulos mencionados en la bibliografa, slo dos son de antroplogos peruanos". Degregori describe crticamente esta situacin
como un tringulo sin base,2 una imagen de acuerdo a la cual el conocimiento se concentra en la cspide y no existe en la base. Pero
sugiriendo que hay distintas cspides para distintos tringulos
sin base, admite que su propio balance de la antropologa peruana excluye el conocimiento producido por las universidades de
provincias.3
Este artculo discute, genealgicamente, la compleja trayectoria de un aspecto de la antropologa latinoamericana conocida
como andinismo, y sus conexiones, pasadas y presentes, con el mestizaje y la interculturalidad respectivamente. La aseveracin de
Degregori sobre las desiguales relaciones entre la antropologa
andinista del sur y su contraparte del norte principalmente estadounidense me parece relevante y motiva esta reflexin. Sin
embargo, me interesa ms explorar las tensiones internas de la
formacin intelectual-poltica de Amrica Latina y el Per. El
principal argumento de este artculo es que las relaciones nacionales de dominacin y subordinacin de diversas formas de
conocimientos locales incluyendo formas no occidentales de
_________________
2.
Julio Cotler introdujo la idea de "triangulo sin base" en los debates latinoamericanos conocidos como teora de la dependencia, en los aos sesenta.
sta imagen representaba una situacin en la que la participacin poltica
en asuntos del estado se limitaba nicamente a los representantes oficiales
la cspide del triangulo-mientras que los grupos subalternos se mantenan al margen de ella, Julio Cotler, La mecnica de la dominacin interna y del
cambio social en el Per, 1967.
3.
109
5.
110
Marisol de la Cadena
poblaciones y apoyada por el Estado. Significativamente, la antropologa andina estuvo tambin marcada por lo que el socilogo Anbal Quijano denomin "la colonialidad del poder", una
condicin histrica y geopoltica que deslegitima formas no occidentales de interpretar el mundo como conocimiento, situndolas en estadios premodernos para as instaladas como representaciones no coetneas.6
Mi relato comienza en los primeros aos del siglo pasado,
cuando la antropologa no se haba consolidado todava como disciplina. Entonces, la discusin sobre la "cultura" (la cual an no
haba sido separada de "raza") alimentaba los proyectos nacionalistas promovidos por una red de intelectuales regionales, que bajo
la etiqueta del mestizaje, contribuy finalmente a la emergencia y
articulacin de Amrica Latina como regin geopoltica. Finalizo
la primera seccin en los aos setenta cuando emerge la nocin de
"lo andino" o "andinismo". Institucionalmente vinculado a los "estudios de rea" y al concepto de "rea cultural" de la antropologa norteamericana, el andinismo ha sido criticado (en los
Estados Unidos y el Per) por ser una representacin orientalista
de la cultura andina, desprovista de historia y poltica, que a su
_________________
6.
Fabian, Johannes, Time and the Other: How Anthropology Makes its Object,
1983. Al formular esta nocin, Quijano (1997) explica que las formas
eurocntricas de conocimiento y las actuales formas de dominacin vigentes en el mundo se encuentran entrelazadas. Las races de esa formacin de
poder pueden ser seguidas hasta el siglo XVI, cuando las creencias en la
superioridad de las fe cristiana frente al "paganismo" permitieron a Europa
constituirse como el epicentro de la modernidad, presuntamente, el momento Histrico ms avanzado de la Humanidad. Sustentado en la eurocntrica nocin de tiempo lineal, el poder que respald la conquista de
Amrica y que conect a ambos mundos ("nuevo" y "viejo") condicion una
produccin de conocimiento, segn la cual Amrica habitaba en el pasado y
careca de lo que los europeos tenan: civilizacin y razn. Instalada en la
disciplina de la Historia, esta alquimia conceptual, que reproduca la imagen
de Europa como el futuro de las poblaciones no europeas, ha sobrevivido a
los movimientos descolonizadores y contina informando maneras dominantes de conocimiento.
111
Orin Starn, "Missing the Revolution: Anthropologists and the War in Peru",
1991, pp. 63-91; "Rethinking the Politics of Anthropology. The Case of the
Andes", 1994, pp. 13-38 y Marisol De La Cadena, "Las mujeres son ms
indias: Etnicidad y gnero en una comunidad del Cusco", 1991, pp. 7-29.
112
Marisol de la Cadena
9.
10.
113
Victoria Castro, Carlos Aldunate y Jorge Hidalgo, Nispa Ninchis. Conversaciones con John Murra, 2000, p. 43.
12.
Influenciados por La decadencia de Occidente de Spengler (el cual se populariz en Amrica Latina a travs de la Revista de Occidente de Ortega y Gasset),
los indo-americanistas propusieron que su "liberacin ideolgica y filosfica
de la dominacin transatlntica" deba estar epistemolgicamente inspirada
por "una actitud espiritual comprensiva con el pasado" Uriel Garca, El nuevo
indio, [1930] 1937, p. 33.
114
Marisol de la Cadena
14.
115
16.
17.
Tambin en 1936, Redfield, Herskavitz y Lintan escribieron "Un Memorandum para el Estudio de la Aculturacin". Ralph Beals, "Acculturation",
1995.
116
Marisol de la Cadena
Fernando Ortiz estuvo entre los primeros que se opusieron a esta nocin. l
opinaba que la aculturacin simplificaba el complejo proceso cultural de dar y
recibir que caracterizaba a las sociedades latinoamericanas desde la llegada de
los espaoles. La mezcla era transcultural sta oper en mltiples direcciones cuando los indgenas latinoamericanos, los espaoles y las culturas negras
cambiaron interdependientemente, Fernando Ortiz, Cuban Counterpoint.
Tobacco and Sugar, [1947], 1995; ngel Rama, Transculturacin Narrativa
en Amrica Latina, 1982; Fernando Coronil, "lntroduction. Transculturation
and the Politics of Theory: Countering the Center, Cuban Counterpoint",
[1947], 1995. Mientras algunos crticos literarios usan la nocin de
transculturacin para conceptual izar la posicin de Arguedas, el concepto de
Ortiz mantiene "la nocin de niveles de desarrollo cultural", Fernando
Coronil, 1995, p. xix, a la que se oponen los escritos y la experiencia de
Arguedas.
19.
20.
117
A partir de este periodo los fondos de investigacin principalmente de los Estados Unidos se convirtieron en un componente crucial de la antropologa latinoamericanista y de las polticas de colaboracin en la investigacin.21 El Handbook of South
American Indians (1947-1959) es un icono de esta relacin. Producido bajo el auspicio de la Oficina de Asuntos Interamericanos
(y bajo la direccin del arquelogo Wendell Bennet y el ecologistamaterial Julian Steward), la colaboracin entre los investigadores
del norte y el sur estuvo marcada por las jerarquas acadmicas.
"Los creadores norteamericanos del Handbook y los etnlogos franceses del Instituto Francs de Estudios Andinos consideraron como
aprendices a un gran nmero de estudiantes peruanos", escribi Frank
Salomon.22 Pero los 'estudiantes peruanos' eran prominentes indigenistas, participantes destacados en la red del mestizaje y polticos locales influyentes en el Per. As, su condicin de aprendices se
remita exclusivamente a la disciplina de la antropologa, que en
aquel entonces emerga de la red indoamericana bajo el liderazgo
de Luis E. Valcrcel, un poltico indigenista, que al igual que el
mexicano Vasconcelos, fue Ministro de Educacin en 1945.
Preocupada por la creacin del Per como una nacin moderna, conectada a la amplia red poltico-intelectual latinoamericana
y alardeando de su legado Inca, la antropologa peruana escogi
a las pasadas y presentes "culturas indgenas" andinas como su
objeto de estudio y representacin poltica. Patrocinada por el estado peruano, sus primeras instituciones fueron museos, el Instituto de Etnologa y Arqueologa de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, y la seccin peruana del Instituto Indigenista Interamericano (creada en 1945). En los siguientes quince aos, la
__________________
21.
22.
118
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119
Orin Starn, "Missing the Revolution: Anthropologists and the War in Peru",
1991, pp. 63-9.
120
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ste era el Instituto de Estudios Peruanos. Creado a comienzos de los sesentas, por un grupo interdisciplinario de intelectuales de elite (socilogos,
antroplogos, historiadores, economistas, entre otros), se encontr entre
las primeras instituciones que buscaron activamente y recibieron financiamiento privado. Llama la atencin que dicho instituto combinara el legado del
indigenismo con los aportes de la vanguardia de la teora de la dependencia.
La posicin social privilegiada de sus miembros junto con sus inclinaciones
izquierdistas hicieron del instituto una organizacin influyente y central para
el desarrollo de las ciencias sociales en el Per. Luis E. Valcrcel, John Murra,
Jos Matos Mar todos ellos figuras relacionadas con el eje de la antropologa interamericana fueron miembros del instituto.
25.
121
Jos Mara Arguedas, "Voy a hacerles una confesin ... ", [1965], 1996, p. 52.
122
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__________________
27.
28.
En una conversacin con el caballo de su jefe, 'Lucero', Rendn declara: "'Lucero'! () el camin te va a enterrar, caray! 'Lucero'. Puede ms que t y el
hombre, pues lo ha hecho. El hombre pues, est ganando 'Lucero'. Despdete.
El sol te prefiere, te hace grande, por gusto." Jos Mara Arguedas, Todas las
sangres, 1964, p. 120.
123
lo que ensean. Ellos son diferentes. Nadie nos conoce. Ya vers! [...] A ti te
van a llevar preso. [] Ya sabes firmar. En la crcel vas a aprender a
leer. Djalos que te lleven a Lima!29
30.
31.
124
Marisol de la Cadena
__________________
32.
Ranajit Guha, An Indian Historiography of India: a Nineteenth-century Agenda and its Implications, 1988.
33.
Hobsbawn, Eric J., Social Bandits and Primitive Rebels: Studies in Archaic
Forms of Social Movement in the 19th and 20th century, 1960.
34.
La instruccin poltica buscaba erradicar la indianidad. Arguedas estaba familiarizado con esta narrativa. En su novela, Don Fermn el hermano a
favor de la modernizacin explica el irracional comportamiento de Willka
del siguiente modo: "Ese en Lima, no ha recibido instruccin poltica. Es un
supersticioso, un indio todava", Jos Mara Arguedas, Todas las sangres,
1964, p. 100.
125
Estas palabras de Quijano fueron las ltimas en ser transcritas de la grabacin de aquella amarga sesin. Aunque de
manera simplificada debido a las tensiones de la sesin, los participantes se refieren a una tesis ms compleja, publicada el mismo ao que Todas las sangres, la cual poco despus se volvera
famosa como cholificacin. sta describe la transformacin de los
indios en 'cholos', su des-indianizacin e incompleta integracin
a las maneras occidentales de ser y saber. 36 No obstante, los cholos representaban la esperanza nacional del futuro. Ellos indicaban, segn Quijano, la "emergencia [de] una cultura mestiza
incipiente, embrin de la futura nacin peruana si la tendencia se
mantiene".37
Incluso una rpida contextualizacin del debate revela que
Quijano no era el nico que tena esta posicin, aunque debi
haber sido el oponente ms elocuente de Arguedas. Era tambin
su amigo y, aunque no resulta obvio para el lector de las transcripciones, la discusin estaba embebida de irresueltas conversaciones previas.38 Ello no anula, sin embargo, el notable vocabulario historicista que Quijano us para definir a los "cholos"
__________________
35.
36.
37.
En "El movimiento campesino del Per y sus lderes" (1965: 61). En 1979,
este ensayo fue incluido en A. Quijano: Problema agrario y movimientos campesinos (citado por Guillermo Rochabrn (ed.), La Mesa Redonda sobre "Todas
las sangres" del 23 de junio de 1965, 2000, pp. 101-103).
38.
126
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40.
127
42.
Entre los crticos que han comentado esta frase se encuentran: Rowe,
Escajadillo, Cornejo Polar, Escobar, Lienhard, Spitta, Rama, Larsen,
Lambright, Moreiras, Devine, entre otros.
43.
128
Marisol de la Cadena
As, devel lo que Quijano, tal vez inspirado por este desencuentro
y casi treinta aos despus de que ocurriera, ha teorizado como
"la colonialidad del poder".44 A fines de los sesentas, sin embargo,
salvo la honrosa excepcin del lingista Alberto Escobar, todos
los participantes de la Mesa de Redonda ridiculizaron el proyecto
de Arguedas. Preso de la depresin desde su juventud, Arguedas
se suicid pocos aos despus del episodio de la mesa redonda.
Algunos expertos identificaron esta discusin como una de las
causas del suicidio de este escritor.
El autor de Todas las sangres era complejo como los personajes que haba creado,45 e impensable en trminos de Trouillot, para
sus interlocutores intelectuales de los sesentas y setentas. Hijo de
un abogado provinciano y vctima de una madrastra malvada,
Arguedas fue criado por mujeres y hombres indgenas. 46 En una
entrevista, le dijo al escritor Ariel Dorfman: "Nada hay, para quien
aprendi [primero] a hablar en quechua, que no forme parte de
uno mismo".47 Y esta ontologa lo equipaba con una manera de
saber, continu diciendo en la misma entrevista:
Fui quechua casi puro hasta la adolescencia. No me podr despojar
quizs nunca [. . .] de la pervivencia de mi inicial concepcin del universo. Para un hombre quechua monolinge el mundo est vivo; no
hay mucha diferencia entre una montaa, un insecto, una piedra inmensa y el ser humano. No hay, por tanto, fronteras entre lo 'maravilloso' y lo 'real' [. . .] Tampoco hay mucha diferencia entre lo religioso,
lo mgico y el mundo objetivo. Una montaa es dios, un ro es dios, el
ciempis tiene virtudes sobrenaturales.48
__________________
44.
45.
l era como Rendn Willka segn le revel a uno de sus colegas. Entrevista
con Toms Escajadillo en Cultura y pueblo, ao II, n 7-8, 1965. Lima (citado
por Toms Escajadillo en Revista peruana de cultura, 113-14, 1970, pp. 93-94).
46.
47.
48.
129
Del mismo modo, aunque en una ocasin diferente, desaprobando enfticamente la direccionalidad del mestizaje, declar: "Yo
no soy un aculturado". Y reiter su placer de ser simultneamente indgena y no indgena: "yo soy un peruano que orgullosamente,
como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio, en espaol
y en quechua"49 Estas palabras se han vuelto famosas entre los
crticos literarios latinoamericanistas, quienes ven en ellas una
confesin de la dramtica trayectoria de vida del autor, e incluso
una explicacin de su suicidio como evidencia de la imposibilidad
de su forma de ser.
Los cientficos sociales ortodoxos no hubieran tolerado la afirmacin de Arguedas, salvo, segn sealaron algunos de ellos, como
objeto de estudio antropolgico. Limitadas epistemolgicamente
al plano puramente literario50 al menos hasta Todas las sangres las descripciones del autor pueden considerarse "real maravillosas", como parte del gnero literario donde lo "extraordinario" deja de ser tal, para convertirse en cotidiano. Y en la vida de
Arguedas lo extraordinario era cotidiano, no slo un objeto de
estudio sino parte de su subjetividad. Poco antes de su muerte, y
refirindose a la controversia de Todas las sangres, explica sus razones para escribir esta novela: "Conozco el Per a travs de la vida
y entonces intent escribir una novela que mostrara todas estas
jerarquas con todo lo que tienen de promesa y todo lo que tienen
de lastre".51 Con la vida como fuente de conocimiento, la literatura
le permita borrar las distinciones entre "realidad" y "ficcin", y
as describe su trabajo como: Absolutamente cierto y absolutamente imaginado. Carne y hueso y pura ilusin".52 La antropologa estara en desacuerdo: el paisaje animado y los insectos "m__________________
49.
50.
51.
Jos Mara Arguedas, "Voy a hacerles una confesin", [1965], 1996, p.52.
52.
130
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131
nacin de estructuralismo francs, funcionalismo britnico y etnohistoria norteamericana, el conocimiento indgena se convirti al
final en "pensamiento andino", el objeto de atencin de las explicaciones tericas que traducan las singularidades de las formas
andinas en lenguajes universales de "estructuras" y "sistemas".
Esta etiqueta describe un tipo de antropologa interesada en
las especificidades de la regin, una genealoga que se conecta con
la nocin de rea cultural de Kroeber y las visiones polticas de los
indigenistas. Controversial desde sus inicios, lo andino tambin se
conect con la preexistente red de mestizaje interamericano en la
medida que sta respaldaba la idea de Indoamrica como una
peculiar entidad poltico-cultural.54 Adicionalmente, esto promovi una formacin regional especfica que entrelaz las antropologas de Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina y el norte de Chile.
Polticas indgenas y fin del mestizaje: interculturalidad
o conocimiento como relacin dialgica
[ ... ] los dioses y otros agentes que habitan las prcticas de las llamadas supersticiones no han muerto en ninguna parte. Considero que los
dioses y espritus son existencialmente coetneos de los humanos, y
pienso desde el supuesto que ser humano incluye la cuestin de existir con dioses y espritus.55
Un shaman bendice la toma [indgena] del Congreso, espanta a los malos espritus, brinda ayahuasca y al terminar la ceremonia vuela con su mente para recordar que unos meses atrs,
cinco shamanes de la regin amaznica se fueron a Estados Unidos para pedir al gobierno de ese pas que revoque la patente del
uso de ese producto".56
__________________
54.
55.
56.
132
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58.
Segn Carmen Mara Pinilla, los asistentes asumieron una posicin rgidamente "cientificista" que les impidi tener una visin y actitud "ms comprensiva".
Pinilla seala que los trabajos de los dos principales crticos de Arguedas
(Anbal Quijano y Henri Favre) eran considerados como los primeros estudios
"serios" dentro de las nacientes ciencias sociales peruanas. En stos, "sobre
todo en el de Quijano sobre cholificacin, se apreciaba el uso creativo y ejemplar de la teora sociolgica para explicar proceses de cambio en el Per, anotando regularidades y haciendo generalizaciones." Carmen Pinilla, Arguedas.
Conocimiento y Vida, 1994, p. 107.
59.
60.
Charles Hale, "Between Che Guevara and the Pachamama. Mestizos: Indians
and Identity Politics in the Anti- Quincentenary Campaign", 1994; Deborah
J Yashar, Demanding Democracy: Reform and Reaction in Costa Rica and
Guatemala, 1870s-1950s, 1997.
133
Xavier Alb, "El retorno del indio", 1991; Galo Ramn, El Regreso de los
Runas. La potencialidad del Proyecto Indio en el Ecuador Contemporneo, 1993
y Phillip Wearne, Return of the Indian: Conquest and Revival in the Ameritas,
1996.
62.
63.
Ecuador Runacuanpac Hiccharimui, Confederacin de los Pueblos de Nacionalidad Kichua del Ecuador.
64.
134
Marisol de la Cadena
66.
67.
68.
135
una ceremonia que tuvo lugar en enero del 2000 en Quito, y que
confront a la clase poltica tradicional con la idea de que las polticas modernas y los dioses podan ir de la mano, como en la cita
de Chakrabarty ubicada al inicio de esta seccin, as como en la
novela de Arguedas. Pensados como "actos de memoria",69 los desecularizados rituales polticos tambin desafiaron las historias nacionalistas oficiales, reintroduciendo en el panten poltico las ideas
y la presencia de los activistas indgenas. En Bolivia, por ejemplo,
cuando la memoria de Tupac Katari fue revitalizada y politizada,
su frase "regresar y ser millones" se volvi central en el movimiento social indgena.
Tupac Katari fue un indgena insurgente que lider una lucha anticolonial a finales del siglo XVIII; su sola memoria demand la restauracin de acciones y conocimientos indgenas en la
historia: la descolonizacin de la historia. Animados por esta necesidad, los movimientos sociales produjeron sus propios intelectuales orgnicos, estudiantes y profesores universitarios indgenas, que decidieron "recuperar y reelaborar el conocimiento
histrico del pasado indio".70 Tambin establecieron Organizaciones no Gubernamentales de Desarrollo como el Taller de Historia Oral Andina (THOA), el cual funciona en La Paz (Bolivia)
desde 1983-84 y cuyos objetivos son "investigar, diseminar y
revitalizar la cultura, historia e identidad del pueblo indgena". 71
Poltica e ideolgicamente fragmentado en tendencias divergentes, el proceso de re-escribir las historias indgenas no ha sido
una panacea. Como cualquier proceso poltico ha desatado luchas
por el poder, expresadas en esencialismos, fraccionalismos y produccin de meta-narrativas universalizantes.72 Sin embargo, el
__________________
69.
70.
71.
http://www.aymaranet.orglthoa7.html
72.
136
Marisol de la Cadena
Walter Mignolo, Local Histories/Global Designs: Coloniality, Subaltern Knowledges and Border Thinking, 2000.
137
indgena, como el de Ecuador, propone crear "un Estado plurinacional que reconozca la diversidad de sus pueblos".74
Sustentada y producida por organizaciones sociales opuestas a las polticas neoliberales que el Estado intenta implementar
desde los ochentas,75 la interculturalidad pertenece a la genealoga del mestizaje, aunque trabaja en contra de la colonialidad del
conocimiento/poder y la narrativa teatralizada de la historia que
la sostiene. Al igual que el mestizaje, la interculturalidad produce
y es producida por una red intelectual dialgica y acadmicopoltica en Amrica Latina; pero la actual red (ampliada por la
World Wide Web) incluye a intelectuales/polticos indgenas e
instituciones globales, que van desde agencias financieras (como
OXFAM Amrica o GTZ), hasta organizaciones multilaterales como
el Banco Mundial. La interculturalidad surgi en los aos setenta
a partir de discusiones sobre los programas de educacin bilinge en Per, Ecuador y Bolivia, y al igual que el mestizaje, es una
nocin altamente heteroglsica. La versin peruana ms difundida se refiere a un "dilogo entre culturas", 76 la cual continua con la
funcin, como un intento biopoltico, de "mejorar a los indios"
sobre la base de la nocin de la educacin bilinge (quechua y
espaol) que enfatiza las tcnicas alfabetizadoras occidentales. En
Cochabamba, Bolivia, el Programa de Formacin en Educacin
Intercultural y Bilinge, PROEIB-Andes, dirigido a docentes de nivel escolar, abraza esta misin desde su fundacin en 1996. En
ambos pases, las principales actividades son financiadas y administradas por el Estado a travs del Ministerio de Educacin, y la
participacin de las organizaciones indgenas es marginal. Pero
la interculturalidad tiene tambin una versin ms ambiciosa que
__________________
74.
Arturo Yumbay, CONAIE. En: Foro indgena. El movimiento indgena como actor
poltico. Lima: COPPIP-CONACAMI. Sin fecha, p. 14.
75.
76.
138
Marisol de la Cadena
78.
Luis Lpez, "No ms danzas de ratones grises. Sobre interculturalidad, democracia y educacin", 1996.
79.
80.
139
dad necesita reinventar las instituciones de conocimiento que crearon y sustentaron el consenso liberal moderno. Por tanto, la temprana urgencia de re-escribir la historia nacional ha sido la preocupacin central de los movimientos sociales indgenas, lo cual
ha llevado a la creacin de centros alternativos de conocimiento.
En Ecuador, la Universidad Intercultural representa la materializacin de dicho esfuerzo. Un documento, que expone los objetivos de esta universidad, la describe como un espacio plural (es decir, no exclusivamente indgena o slo para la produccin de
"conocimiento indgena"), sino para "la construccin de nuevos
marcos conceptuales, analticos, tericos, en los cuales se vayan
generando nuevos conceptos, nuevas categoras, nuevas nociones,
bajo el marco de la interculturalidad".81 El mismo documento critica a la ciencia moderna por haber emergido de un monlogo y
haber construido categoras auto-referenciales "que no permiten
la inclusin de 'lo extrao' y 'diferente' dentro de los mrgenes del
conocimiento". De manera fascinante, este documento concluye
con una serie de preguntas:
Si la ciencia moderna ha sido monolgica y si las propias condiciones
de saber siempre estn implicadas en las condiciones de poder, entonces cmo generar las condiciones para un dilogo? Cmo articular la
interculturalidad dentro de los lmites de la epistemologa y de la produccin del conocimiento? Cmo aportar a la aventura del conocimiento desde
nuevas fuentes?82
82.
140
Marisol de la Cadena
84.
85.
141
142
Marisol de la Cadena
indgenas", y por tanto, como ms masculinos. Aunque esta ltima interpretacin desafa estereotipos dominantes, como el que
"las mujeres son ms indias",87 contina siendo sustentada por
jerarquas modernas de gnero. Del mismo modo, las presiones
para ser moderno e indgena son complejas como en el siguiente testimonio de un lder indgena cuyo nombre prefiero mantener en el anonimato:
A veces siento que enloquezco porque ya no logro pensar ms como
indio! Lucho por los indios entre los blancos, entonces tengo que pensar como blanco. Represento los intereses indgenas en organismos
del estado, pero hace tres aos que no vuelvo a mi aldea. Viajo por
todos lados, y yo s que soy indio. Pero qu tipo de indio? 88
88.
143
Que estos indios "in temporales" fueran trabajadores estacionales en plantaciones de caf; que se dirigieran en viajes semanales a los pueblos vecinos a
comprar arroz, azcar, kerosene y cigarros; que sus hijos fueran empleados
en la ciudad, y que ellos fueran infortunados actores en la guerra entre el
Estado y Sendero Luminoso no se encuentra presente en el informe. (Vase:
Comisin de la Verdad y Reconciliacin, Informe Final, tomo V, cap. 3).
90.
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IV
No hay antropologa ms diversa:
la antropologa francesa en los Andes peruanos
CAMEN SALAZAR-SOLER
Centre National de la Recherche Scientifique
e titulado este artculo "No hay antropologa ms diversa", inspirndome en el ttulo de un libro que Carlos Ivn
Degregori editara recientemente,1 con la intencin de mostrar la
nutrida y prolongada historia de la presencia francesa en este
campo de estudios desde hace ms de cincuenta aos, as como la
diversidad de perspectivas y metodologa s que dan cuenta que
los aportes de la antropologa francesa no se circunscriben a
aquellos en marcados dentro de dos corrientes o ramas de sta: la
etnohistoria y el estructuralismo, como comnmente se cree y
sostiene. En las pginas que siguen quisiera, adems de hacer
un recuento crtico de los aportes de la antropologa francesa en
los Andes peruanos, presentar la diversidad de propuestas nuevas de los investigadores galos que evocan tambin relaciones
__________________
l.
154
Carmen Salazar-Soler
3.
4.
5.
155
portantes contribuciones como docente a la antropologa peruana, tanto desde la Universidad de San Marcos como desde la
Pontificia Universidad Catlica del Per. En San Marcos se lo
recuerda por su ctedra de los aos cincuenta sobre etnografa
sudamericana, as como por su conocimiento de los urus de Bolivia. Su participacin en la Universidad Catlica es de igual importancia y marca el nacimiento de la antropologa social en esa
casa de estudios. Sabemos que en 1953 se estableci el Seminario
de Antropologa en el Instituto Riva Agero bajo la direccin de
Vellard y el apoyo de Honorio Ferrero. El primero, paralelamente
a sus actividades en el seminario, fue profesor desde 1956 en la
Escuela de Servicio Social, y entre abril de 1957 y fines de 1962,
ejerci la docencia en la Facultad de Letras de la misma Universidad. Por esa poca se dedic tambin al estudio de los uru del
lago Titicaca y de los aymars de Per y Bolivia. 6
En el decenio siguiente, despus de la guerra de Argelia, asistimos, segn H. Favre,7 a una revitalizacin de los estudios andinos en Francia. Debemos relacionar esta situacin con la decisin
del Ministerio de Relaciones Exteriores de reanimar el IFEA. En
esta poca dicho instituto estuvo primero bajo la direccin del
historiador Franois Chevalier y luego del gegrafo Olivier
Dollfus. Durante el periodo de este ltimo, la Direccin General
de Relaciones Culturales, Cientficas y Tcnicas atribuy al instituto dos plazas de pensionarios, que consistan en puestos de investigador en los pases andinos de una duracin de dos aos. Entre
los primeros pensionarios encontramos a H. Favre, P. Duviols,
N. Wachtel y J. Piel.
Quisiera destacar los ejes que guiaron las investigaciones de
esa poca para luego detenerme brevemente en el trabajo de algunos investigadores que marcaron particularmente la antropologa.
__________________
6.
Ibd.
7.
Favre, H., "La recherche franaise en sciences sociales sur les pays andins
(Prou, Bolivie, quateur)", 1980, pp. 23-24.
156
Carmen Salazar-Soler
Podemos agrupar en dos ejes los diferentes estudios que llevaron a cabo los investigadores franceses sobre el Per entre los
decenios de 1960 y 1970. El primero est constituido por la organizacin del espacio. En este eje debemos insertar las investigaciones realizadas por historiadores y antroplogos reunidos
alrededor de Nathan Wachtel en el Credal (Institut des Hautes
tudes de l'Amrique Latine, IHEAL), cuyo centro de inters fue
la relacin de las sociedades andinas del altiplano peruano-boliviano con el espacio que ocupaban principalmente en la poca
colonial. En este primer eje debemos igualmente incluir las investigaciones llevadas a cabo en el alto valle del Chancay por un
equipo multidisciplinario, conformado por historiadores, socilogos, etnlogos y gegrafos animado por Olivier Dollfus, sobre la
manera cmo un grupo social interpreta su territorio y explota
las posibilidades que ste le brinda. Las investigaciones de este
ltimo equipo marcarn de cierta forma los trabajos de Antoinette
Fioravanti en el alto valle del Urubamba y los de Henri Favre
sobre la regin de Huancavelica. En los aos setenta, Favre reuni a socilogos, antroplogos, arquelogos y genticos en un
proyecto de investigacin cuyo objetivo era estudiar el cambio de
altitud del hbitat, la dinmica social y cultural que operaba en
las comunidades, y las relaciones entre mestizaje biolgico (miscegenacin) y mestizaje cultural (aculturacin) en los departamentos de Huancavelica, Junn y Lima.8
En un segundo eje podemos agrupar diversos trabajos que
tenan por tema el estudio de las relaciones del campesinado "indgena" con la sociedad que los rodeaba. Segn H. Favre, 9 el acento
estuvo puesto tanto en el aspecto "indio" de los campesinos de las
tierras altas del Per como en el carcter campesino de esos "indios". Es en este grupo que podemos incluir trabajos tan diversos como el de Pierre Duviols sobre el universo religioso de los
__________________
8.
Ibd.
9.
Ibd, p. 28.
157
nativos y las modificaciones que sufren debido a la evangelizacin y a la colonizacin, as como los de J. Piel sobre la expansin
y desarrollo de la gran propiedad de tierras en el Per y el confinamiento de los campesinos a un territorio cada vez ms exiguo.
Por otra parte, y en el marco de un programa de investigacin
sobre los movimientos indios campesinos de Meso Amrica y los
Andes, el equipo de investigacin sobre las sociedades indias
campesinas de Amrica Latina que H. Favre diriga por los aos
1970, en el CREDAL (Centre de Recherche et de Documentation
sur l'Amrique Latine), estudi a partir de casos peruanos y bolivianos, diversos tipos de reacciones violentas a este tipo de confinamiento que no era solamente territorial. Uno de los programas
que se inici en los aos ochenta, se propuso analizar las polticas
indigenistas de los Estados peruano y boliviano desde fines del
siglo XIX hasta la dcada del ochenta, comparndolas con la poltica de Mxico de la misma poca. Paralelamente, un grupo
de antroplogos, socilogos e historiadores coordinados por F.
Morin, R. Santana y P. Vayssiere, del Centro Interdisciplinario de
Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Toulouse-Le
Mirail, inici unas investigaciones sobre las manifestaciones de
la etnicidad en Ecuador y Per contemporneos, en el marco de
un programa sobre identidades nacionales y tnicas del Grupo
de Investigacin sobre Amrica Latina. La imagen del "indio" y
sus diferentes manipulaciones por los sectores no indios de la
sociedad y en particular por las lites intelectuales venan, desde
haca muchos aos, reteniendo la atencin de los especialistas del
Instituto de Estudios Ibricos e Iberoamericanos de la Universidad de Bordeaux III y de los investigadores del Centro de Estudios y de Investigaciones Peruanas y Andinas de la Universidad de
Grenoble III, quienes estudiaban por esos aos el indigenismo
en tanto corriente de pensamiento a travs de la produccin literaria "noble" (novelas, ensayos) y no noble (prensa, textos legislativos, etc.). Como veremos, este inters por los temas tnicos
ha persistido entre los investigadores franceses estudiosos del
mundo andino.
158
Carmen Salazar-Soler
159
tadas a Amrica". Bourricaud sostiene, por ello, que ante la dificultad de definir la comunidad a partir de un conjunto de instituciones especficas, podra caracterizrsela por la solidaridad y el
espritu comunitario de sus miembros, as como por "instituciones constantes y bien definidas". 11
Dos periodos, dos perspectivas diferentes:
los cambios versus las continuidades
Me ha parecido importante, en este recuento, comparar dos periodos para mostrar las diferentes perspectivas de los trabajos
antropolgicos franceses sobre los Andes: el primer periodo abarca las investigaciones y tendencias realizadas entre los aos sesenta y setenta, y el segundo cubre el periodo comprendido entre
los aos setenta y ochenta, siguiendo el anlisis que realiz H.
Favre12 en un artculo, especie de balance de los estudios en ciencias sociales en el Per.
Segn Favre,13 en los aos sesenta y la primera parte de los
aos setenta del siglo pasado, los antroplogos peruanistas, tanto
peruanos como franceses, o en general extranjeros, se dedicaban
mayoritariamente a estudiar cmo los campesinos "indios" de la
sierra se incorporaban al proceso de cambio que deba llevados
al umbral de la "modernidad". El marco terico de esos estudios
antropolgicos era el del evolucionismo, en perfecto acuerdo con
las teoras de la modernizacin vigentes en ese momento. Pero a
fines de los aos setenta y durante los ochenta, el panorama de la
antropologa sufre cambios radicales. Primero, seala el autor,
hay un cambio en el enfoque: en el primer periodo que hemos
evocado se estudiaba lo que cambia; en el decenio de 1980 se
estudiaba sobre todo lo que supuestamente "no cambia, es decir
__________________
11.
Ibd.
12.
13.
160
Carmen Salazar-Soler
las persistencias, las inminencias, las supervivencias, las continuidades". En segundo lugar, hay un cambio en el marco terico.
Abandonando el marco del evolucionismo, dos decenios despus,
los estudios antropolgicos sobre la permanencia se realizaron
dentro del marco terico del relativismo cultural, cuyas versiones "ms radicales parecen postular un fijismo prelamarquino de
las variedades culturales", sostiene Favre.14 An ms, afirma este
autor, se dio un cambio en la observacin: en el primer periodo se
observaba lo que cambia en el aspecto social y econmico (cf. los
proyectos y publicaciones arriba mencionados); en los aos ochenta
se observaba lo que supuestamente no cambia en el sistema de
representaciones, del universo simblico de la cosmovisin. Hay
as, afirma Favre, un cambio no tanto de conceptos sino en el
valor normativo que se da a esos conceptos.
Y finalmente hay un cambio importante en la denominacin
del objeto de estudio: ya no se hablar ms de "indios" sino de
"andinos". Este cambio es muy significativo si se toma en cuenta
que la categora de indio remite a un entorno social: indio es una
categora social colonial, neocolonial, poscolonial; mientras que lo
"andino" remite a un entorno geogrfico: el de la cordillera. Surge
de esta manera, lo que, a decir del socilogo citado, "pomposamente"
se ha llamado la teora de lo andino. Pomposamente, dice Favre, 15
porque "no es nada ms que un conjunto de ideas que la comunidad acadmica acepta como verdades cientficas y que los medios
de comunicacin difunden en direccin de la opinin pblica".
Podemos resumir estas ideas en tres. En primer lugar, la idea de
que existe una cultura andina irreducible a cualquier otra, lo que
explicara dice el autor, la propensin limitada, por no decir nula,
de la antropologa peruanista al comparativismo, una de las condiciones indispensables de la disciplina. En segundo lugar, y como
ya lo hemos mencionado ms arriba, durante los aos sesenta, se
__________________
14.
Ibd., p. 16.
15.
Ibd.
161
Ibd., p. 17.
17.
Ibd.
18.
Ibd.
162
Carmen Salazar-Soler
sociedad peruana desde hace varios decenios han finalmente derribado. Segn este autor, esta teora sera "el ltimo dique que
los grupos dominantes levantan para protegerse del desborde
popular", para citar un trmino acuado por J. Matos Mar.
La etnohistoria francesa en los Andes peruanos
En los balances sobre la antropologa peruana encontramos
frecuentemente, en el rubro etnohistoria, los nombres de dos personalidades del mundo cientfico francs: me refiero a Pierre
Duviols y Nathan Wachtel. Paradjicamente, no s si a alguno de
los dos le convenga esta apelacin de etnohistoriadores. Ya Nathan
Wachtel ha precisado en varias ocasiones que su quehacer tiene
ms bien que ver con lo que l ha llamado "una antropologa
histrica"; es decir, plantear a la historia preguntas antropolgicas.
En todo caso, lo que s queda claro es la presencia de ambos en este
recuento por el papel desempeado en el desarrollo del pensamiento antropolgico en el Per. Podemos resumir en general el
tema de los trabajos de estos autores diciendo que se trata de las
modificaciones producidas en las sociedades andinas a consecuencia de la invasin europea. En este sentido, el libro de Nathan
Wachtel, por ejemplo, utiliza la imagen de la visin de los vencidos
propuesta por Len Portilla en Mxico.19
Pierre Duviols, quien fuera profesor de la Universidad de Aix,
en La lutte contre les religions autochtones dans le Prou colonial:
l'extirpation de l'idoltrie entre 1532 et 1660 (1971) nos ofrece el
trabajo de conjunto ms importante sobre la extirpacin de idolatras en el Per. El estudioso presenta en su libro el clima ideolgico y los intereses creados en torno a la extirpacin y recoge
informacin pormenorizada de cmo se realizaban las campaas.
Debemos tambin a este insigne investigador la publicacin de
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19.
163
21.
WachteI, N., La vision des vaincus: les indiens du Prou devant la conqute
espagnole, 1530-1570, 1971.
22.
Ibd.
23.
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Wachtel, N., La vision des vaincus: les indiens du Prou devant la conqute
espagnole, 1530-1570, 1971, p. 238.
25.
Ibd., p. 242.
26.
27.
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__________________
28.
Ibd., p. 219.
29.
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31.
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Ibd., p.
34.
Ibd.
35.
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mesinica del mundo andinos,36 y que estn particularmente ejemplificados en los trabajos que se ocupan del mito de Inkarri, sobre
cuyo comentario no voy a detenerme pues sobrepasa el propsito
de este ensayo.
Fuera de este enfoque, y entre los trabajos de etnohistoria,
no puede dejarse de mencionar la monografa que la antroploga
Olinda Celes tino y el historiador Albert Meyers dedicaron a una
institucin social importante: Las cofradas en el Per: regin central.37 Ya Pablo Macera, en el prlogo, rescataba la importancia
de esta institucin y por tanto de su estudio: "La ms pobre y
deficitaria de las cofradas contribua significativamente a los
procesos de socializacin interna de la comunidad". 38
El estructuralismo en los Andes peruanos y su larga presencia
La otra corriente importante, en trminos de la influencia que
tuvo en el desarrollo de la antropologa peruana, fue el estructuralismo. A partir de los aos 1960 y 1970 vimos aplicarse a la
realidad peruana, la teora elaborada por Levi-Strauss. Queda
claro que uno de sus grandes representantes no fue un francs
sino el holands T. Zuidema, cuyos estudios sin embargo ingresaron por la puerta grande de vuelta al viejo continente, siendo
utilizados por antroplogos franceses en su afn de comparar las
sociedades andinas a otras. Como bien dice P. Roel Mendizbal,39
lo que antes se denominaba mundo sobrenatural o espiritualidad
andina se convierte en el desentraamiento de una mentalidad,
entendida como un esquema que poda identificarse a lo largo del
tiempo en diferentes manifestaciones, por lo que podemos decir
__________________
36.
37.
38.
Ibd., p. 15.
39.
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que, de alguna forma el "patrn andino" fue depurado para convertirse en una "estructura pura". Este anlisis estructuralista,
contina Mendizbal, tena como propsito esquematizar un pensamiento complejo y seguramente muy variable a lo largo del
territorio andino y de su historia, sin preocuparse por lo general de
una explicacin causal de dichos esquemas.
Aparecen entonces en los estudios antropolgicos sobre las
comunidades andinas categoras como la divisin dual del cosmos, la cuadriparticin, la complementariedad de los contrarios
(tendencia al equilibrio), la paridad de los mundos humanos, natural y mtico, y la visin cclica y no evolutiva del tiempo (de
donde se considera que el pensamiento andino es "milenarista") 40
Como lo afirma Roel Mendizbal41 "en sus versiones ms clsicas se trata de una estructura mtica que vertebra todo el pensamiento andino desde la poca prehispnica hasta la actualidad,
tanto en aspectos econmicos, como de parentesco y matrimonio,
y sobre todo las fiestas".
Como representante de esta corriente de pensamiento debemos
tambin citar, entre otros, a Nathan Wachtel y sus investigaciones
sobre las "estructuras sociales" de los urus de Bolivia42 que tuvo
gran repercusin en los estudios en general sobre los Andes.
Igualmente debemos nombrar el trabajo de A. Molini, sobre todo
en las comunidades del Cusco. Esta autora, en un balance anteriormente citado, subrayaba la importancia y vigencia de las categoras estructuralistas en la realidad andina y al mismo tiempo
reconoca la necesidad de avanzar y superar este tipo de anlisis:
Operando sobre inmensos territorios de hbitat disperso, en los pueblos de origen colonial en armona con las particiones de tipo hispnico, en una mesa ritual del chaman, o como principio de organizacin
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40.
Ibd., p. 91.
41.
Ibd.
42.
Wachtel, N., Le retour des ancetres. Les indiens urus de Bolivie XIXe-XVIe
sicle: essai d'histoire rgressive, 1990.
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del panten o del Estado inca, el dualismo hubiera podido ser una
trivialidad o un tpico si no se apoyara sobre etnografas finas y no
mostrara metamorfosis modernas que atestiguan de la profundidad
de su enraizamiento. Esto brinda un marco que no se puede ignorar
pero que hay que superar."
44.
45.
Itier, C., La littrature orale quechua de la rgion de Cuzco, Prou, 2004, pp. 7-8
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47.
Ricard, X., Ladrones de sombra. El universo religioso de los pastores del Ausangate,
2007
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ms adelante sobre dichos estudios. Ambos trabajos, de una riqueza etnogrfica importante, muestran la aplicacin del anlisis
estructuralista a una realidad andina del sur del Per, donde parecen concentrarse los estudios representativos de esta corriente.
Indigenismo, indianismo y etnicidad
Antes de pasar a los trabajos que se realizaron durante la dcada
del ochenta y despus, quisiera detenerme en el trabajo del socilogo Henri Favre, quien ha aportado y sigue aportando de
manera sustancial a los estudios antropolgicos peruanos. Este
investigador llev a cabo desde la dcada del sesenta, una investigacin sobre uno de los departamentos del Per menos estudiados: Huancavelica. Ya hemos sealado lneas arriba cmo dirigi
un proyecto de investigacin pluridisciplinario en esta regin.
Pero, adems, personalmente ech luces sobre el sistema de hacienda, la minera y sus consecuencias para la regin, adems de
ocuparse de los aspectos religiosos y sin dejar de lado los problemas socioeconmicos y de urbanizacin en la zona.48
Desde mi punto de vista, su gran contribucin ha sido sus
estudios sobre el indigenismo y el indianismo en Amrica Latina.
En efecto, en su libro que lleva por ttulo Indigenismo publicado en
espaol en 1998 49 e inicialmente en francs aos antes, Favre
sostiene que el indigenismo en Amrica Latina es, para empezar,
una corriente de opinin favorable a los indios, que se manifiesta
en tomas de posicin que tienden a proteger a la poblacin indgena, a defenderla de las injusticias de las que es vctima y a
hacer valer las cualidades o atributos que se le reconocen. Sin
embargo, el indigenismo es tambin un movimiento ideolgico
__________________
48.
Favre, H., "Algunos problemas referentes a la industria minera de Huancavelica. Tayta Wamani: le culte des montagnes dan s le centre sud des Andes
pruviennes", 1967; "Evolucin y situacin de la hacienda tradicional de la
regin de Huancavelica", 1976.
49.
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48.
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bin sus trabajos sobre Sendero Luminoso, la violencia y las luchas armadas en los pases andinos.52
Como mencionara lneas arriba, estos temas estuvieron
presentes en la agenda de los investigadores franceses desde la
dcada del setenta y fueron el objeto de estudio de equipos pluridisciplinarios, algunos de los cuales estuvieron a cargo del mismo H. Favre, con una perspectiva adems comparativa, que no
se limit a los pases andinos sino que se extendi hasta Mesoamrica.
Los proyectos pluridisciplinarios:
una tradicin de la antropologa francesa
Antes de abordar los trabajos realizados durante la dcada del
noventa, no quiero dejar de mencionar los proyectos de investigacin pluridisciplinarios que siguiendo la tradicin establecida por
H. Favre y o. Dollfus llevaron y llevan a cabo equipos de investigacin franceses que integran antroplogos y que abordan particularmente problemas agrarios o de desarrollo. En este rubro cabe
destacar en los aos 1980, el proyecto de "Polticas agrarias y
estrategias campesinas en el valle del Caete", resultado de un
convenio entre el IFEA y la Universidad Agraria, facultad de Economa, dirigido por el agrnomo francs Michel Eresue. En el
marco de este proyecto hubo un tema especfico que fue confiado a
una antroploga francesa y a su homlogo peruano. Fue as como
Anne-Marie Brougere estudi el impacto de las migraciones en
las comunidades: cmo la migracin que ya duraba veinte aos
afectaba a las estructuras familiares y comunitarias. Las comunidades estudiadas fueron: Catahuasi (yungas) y Laraos. Como resultado de este proyecto, se elaboraron varias publicaciones: dos
__________________
de las fuerzas armadas, 1968-1980", 1991; "Les traditions ethniques
'millnaires' sont des inventions modernes", 1993.
51.
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54.
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debemos decir fue interrumpido, por lo menos entre los antroplogos franceses, en la segunda mitad del decenio de 1980 por
la ola de violencia que golpeaba el pas. Su segunda recomendacin concerna a la emancipacin de la antropologa de los modelos etnohistricos. Luego el recurso sistemtico al mtodo
comparativo para esclarecer los estudios peruanistas. Y, por ltimo, la ruptura del vnculo tan estrecho entre la antropologa
peruanista y el concepto de cultura, y la adopcin de otras perspectivas en la investigacin: "Despus de todo la antropologa no
tiene necesaria ni exclusivamente por objeto el estudio de la cultura, concepto hospital dira, donde cada enfermedad del tiempo
puede encontrar su cama".55 Como veremos, las investigaciones
realizadas a partir del decenio de 1990 en adelante parecen haber escuchado las recomendaciones.
A continuacin presentar por temas o ejes una serie de investigaciones que se han ido desarrollando desde 1990 hasta
nuestros das, lo que me permitir mostrar una cierta fertilidad
de la antropologa francesa en el Per, un retorno al trabajo de
campo, a la preocupacin por el cambio, por la organizacin social y econmica de las comunidades campesinas. Pero veremos
tambin enfoques que se han desplazado hacia otros "actores sociales", tales como los mineros, que han abordado otras problemticas como la de la construccin de nuevas identidades, la
etnoecologa y una antropologa de la violencia, en respuesta a
los cambios ocurridos en la sociedad peruana.
El mundo agrario y no solamente el de las comunidades ha
sabido interesar a los antroplogos franceses. ste es el caso de
los trabajos que Ethel del Pozo viene realizando desde hace veinte aos en Ayaviri, larga duracin que no ha significado en su
caso una obsesin por la continuidad de las estructuras sociales.
La investigacin estuvo inicialmente centrada en los huacchilleros de las haciendas, fenmeno social cuyos orgenes y evolucin
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55.
Ibd., p. 18.
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historia como por los aspectos de organizacin social. Ha incursionado en los problemas medio ambientales del extremo norte
del Per produciendo una serie de artculos pluridisciplinarios
sobre el Fenmeno de El Nio, pero tambin se ha interesado por
los problemas de la formacin de macrorregiones en el norte del
pas. En el marco de sus ms recientes investigaciones podemos
situar su inters por el estudio de la frontera Per-Ecuador. Este
proyecto de investigacin es la ltima etapa de una contribucin
a la elaboracin de una historia ambiental de la regin fronteriza
peruano-ecuatoriana que se viene realizando, desde 1986, en el
IFEA bajo su responsabilidad.
Piura estuvo tambin en el centro de las preocupaciones de
Karin Apel, quien se interes a inicios de los aos 1990 por el
desarrollo de las comunidades campesinas de la sierra de ese departamento, y en especial por sus particularidades en el mbito
productivo, organizativo e histrico. Producto de esa investigacin,
Apel public una serie de artculos59 y un libro,60 todos ellos
consagrados al proceso histrico de las comunidades de la sierra
de Piura, as como al rol desempeado por las rondas campesinas, su organizacin y funcionamiento y a la relacin de stas con
las comunidades campesinas.
Es en este mismo eje sobre estudios antropolgicos rurales
donde podemos situar el trabajo que viene realizando Ingrid Hall
sobre las tcnicas del riego y la relacin con la organizacin social, territorial y religiosa de la comunidad de Calca en el departamento de Cusco. Podemos inscribir tambin, de una cierta
manera, el trabajo de Hall, estudiante de doctorado en antropologa de la Universidad de Pars X-Nanterre, e inicialmente agrnoma de formacin, en la tradicin de los trabajos realizados por
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59.
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J. Galinier sobre el mismo tema, le permiten una vez ms sobrepasar el marco de los estudios sobre los Andes para establecer
una fructfera comparacin. Resultado de esta investigacin es la
publicacin de un libro de ambos autores.64
Otro eje alrededor del cual se han desarrollado varias investigaciones es el de los flujos migratorios, y en particular, la inmigracin extranjera hacia el Per. Este tema fue abordado en los
aos de 1970 por Denis Cuche, actualmente profesor de la Universidad de la Sorbona, quien se interes por la emigracin negra al Per, estudiando esta comunidad desde diversos aspectos,
a decir, una historia social, las estructuras sociales y el problema
de la identidad. Fruto de esta investigacin son un libro65 y varios artculos. El investigador regres al Per en la dcada del
noventa para interesarse esta vez por la emigracin palestina y
libanesa, preocupndose en particular por los problemas de creacin de una etnicidad especfica.66
Uno de los campos en que incursion la antropologa francesa fue el de las minas, y esto mucho antes de que los actuales problemas entre las comunidades y las empresas mineras pusieran
sobre el tapete la urgencia de reflexionar sobre estas relaciones.
Lo hizo desde una perspectiva cientfica y tratando de responder
a cuestiones antropolgicas y no para apagar incendios o prevenir conflictos. As, inspirada en los trabajos de J. Nash sobre las
minas bolivianas, la que escribe inicia a fines de los aos setenta
e inicios de los ochenta, una investigacin en las minas de Julcani
en el departamento de Huancavelica. Hasta ese entonces los que
se haban interesado por los mineros eran algunos historiadores
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66.
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Salazar-Soler, C., Anthropologie des mineurs des Andes. Dans les entrailles de la
terre, 2002; Supay Muquz; dios del socavn. Vida y mentalidades mineras , 2006a
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70.
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cambio y de comunicacin al interior del cual adquieren diferentes significaciones. As, pueden ser un medio de pago utilizado
por los propietarios de chacras para retribuir a los peones que
trabajan en ellas, pero tambin puede ser un marcador de prestigio del organizador de una fiesta, un lubrificante de relaciones
sociales para integrar a los extranjeros en una comunidad, un
generador de memoria colectiva e individual, y tambin pueden
permitir una forma de comunicacin con el ms all. Ella considera
la ebriedad no como uno de los objetivos buscados durante el
consumo de alcohol sino como el medio por el cual todos los objetivos buscados en el consumo se vuelven posibles. Esta investigacin ha culminado en la redaccin de una tesis doctoral defendida
en la Universidad de Pars X-Nanterre. Cabe destacar en esta
misma perspectiva, el documental ''Ay, trago no me hagas llorar
ms" que la antroploga francesa Elife Karakartal hizo en Cusco, y
que es tambin una reflexin sobre el consumo de alcohol.
En cuanto a los trabajos sobre vida cotidiana y entre ellos
sobre cocina y preparacin de alimentos, el ms completo es sin
duda la etnografa de A. M. Hocquenheim y S. Monzon sobre la
cocina piurana72 que incluye una descripcin del territorio y sus
recursos, el uso de implementos, la preparacin de ingredientes y
un amplio recetario.73
Como lo sealramos al comenzar este recuento, desde 1920
con los esposos d'Haudricourt, la msica siempre ha sido objeto de
estudio de los antroplogos franceses. A este tipo de estudios
pertenece el emprendido por Xavier Bellanger en Puna y ms
precisamente en la isla de Taquile. Se trata de un trabajo de largo
alcance que ha mostrado la existencia de un modo ritualizado de
produccin musical que se articula bajo la forma de secuencias.
___________________
72.
73.
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es la concepcin del feto? Se estudia de igual manera, el alumbramiento y su inscripcin en el espacio y el tiempo. Esta investigacin tuvo como resultado la elaboracin de una tesis de doctorado
defendida en la EHESS de Pars y que luego fue publicada bajo la
forma de un libro en francs.76
La relacin con la naturaleza y la ecologa han constituido el
centro de atencin de algunos trabajos recientes. El estudio de las
relaciones entre el hombre y la naturaleza a travs de la taxonoma, cosmologa, mitos y la observacin de los diferentes usos de
la Naturaleza ha sido el tema de investigacin que Doris Walter
desarroll en la regin de Huaraz. Podemos resumir las orientaciones de este estudio en dos: la visin de la naturaleza salvaje y
sus modos de domesticacin por los campesinos de la regin de
Huaraz y los problemas de alteridad en dos zonas de altura. Una
primera parte del estudio examina la representacin de la naturaleza
de los campesinos: concepcin del espacio y tiempo, mitos
centrados en la montaa canbal y antropomorfizada. Esta investigadora estudia la caza y la recoleccin, actividades que por
ser consideradas como marginales y residuales en las sociedades
andinas de agricultores y pastores, no han sido ms objeto de
estudio de los antroplogos. La segunda parte est consagrada al
Parque Nacional Huascarn: al anlisis de la compatibilidad de
sus objetivos e ideologa con la concepcin "indgena" de la naturaleza, y su poltica de gestin ecolgica. La tercera parte estudia
a los alpinistas, los guas y cargadores. Esta investigacin culmin en una tesis defendida en el Institut des Hautes tudes
d'Amrique Latine (Pars III), y luego en la publicacin de un
libro en francs."
En lo que se refiere a las representaciones, Valrie Robin,
antroploga de la Universidad de Toulouse-Le Mirail, ha estudiado los rituales y los relatos sobre los muertos en dos comuni___________________
76.
Lestage, F., Naissance et petite enfance dans les Andes Pruviennes. Pratiques,
rites, reprsentations, 1999.
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A travs de los sueos se interesa en el mundo de las representaciones locales pero tambin se interroga sobre el contexto de violencia y de una manera ms general lleva a cabo una reflexin
sobre el fenmeno del miedo, del temor y del susto.
En este eje, no puedo dejar de mencionar el trabajo que X.
Ricard iniciara en el ao 2000 entre los pastores del macizo
Ausangate y que ha culminado en la publicacin reciente de un
libro.80 Son escasas las investigaciones antropolgicas sobre los
pastores y en ese sentido los estudios de Ricard constituyen un
verdadero aporte y llenan un vaco en la bibliografa en este campo de estudio. Dicho investigador se propuso estudiar las representaciones religiosas y los ritos de los pastores de las tierras
altas. Dado que ese sistema religioso gravita en torno a la figura
del altumisayuq o chamn andino, el estudio se centr en el chamanismo, en tanto "sistema ideolgico", es decir el sistema de ideas y
de valores que el ejercicio ritual hace efectivo, y que est estrechamente ligado a la praxis cotidiana de esos pastores, a su sistema
de produccin y de reproduccin socia1. 81 Se trata en efecto de
una epistemologa del chamanismo considerndola como una
teora del conocimiento. Ricard aborda el chamanismo bajo el
ngulo de las representaciones que lo gobiernan, basndose en
los discursos elaborados por los pastores del Ausangate. Completa su anlisis de las representaciones con una descripcin de
las prcticas asociadas al chamnismo.82 Este trabajo gira tambin en torno a una cuestin central: "el problema de sentido de
las creencias en apariencia irracionales". Adems, Ricard discute
a travs de su investigacin conceptos claves tanto para la etnologa en general (el de sincretismo por ejemplo) como para la
antropologa andina en particular (el animu).
_________________
80.
81.
Ibd., p. 19.
82.
Ibd., p. 33.
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La domestication de la nature dans les Andes pruviennes. L'alpiniste,
le paysan et le Parc National du Huascarn. Pars: L'Harmattan.
V
Descubrimiento y desilusin en
la antropologa mexicana 1
CLAUDIO LOMNITZ
Universidad de Colombia
Introduccin
La antropologa en Mxico tiene una larga historia: comienza con
las encrucijadas en que se encontraron los espaoles al momento de
iniciar la colonizacin de nuestro continente y se extiende hasta el
presente. Toda lectura nacionalista de esta historia recalca la
profundidad de una "tradicin" buscando incluso "races" de
nuestra antropologa en la era precolombina de un modo paralelo
a lo hecho por Miguel Len Portilla cuando describi la "filosofa" nhuatl. Este ejercicio solemniza nuestro presente, alegando
por implicacin que somos augustos descendientes intelectuales
del padre Sahagn o de Manuel Gamio. La narrativa nacionalista
organiza la historia de nuestra antropologa de una forma semejante a la de un rbol genealgico, en que la herencia pasa de
padres a hijos en lnea directa, para alegar, finalmente, que somos
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1.
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Es slo a partir de un reconocimiento de esta mezcla de horror y atraccin que podemos comprender la obra de un Diego de
Landa, quien por una parte dedic su mejor esfuerzo a documentar la cultura maya, mientras que personalmente dirigi la quema de los escritos mayas y de los propios mayas que "revertieron"
a la "idolatra". Estas dos acciones la laboriosa documentacin
del paganismo maya y la destruccin de la cultura maya viva
nos parecen totalmente contradictorias, sin embargo, en realidad
son una perfecta alegora del dilema de los curas que descubrieron
el Nuevo Mundo.
Hay una forma sencilla de comprender esta paradoja que se
da entre la voluntad de ignorar y la voluntad de conocer: el camino al conocimiento puede llevar al aprendiz tan adentro de la
cultura del otro que sta puede tragrselo del todo, el placer de la
experiencia del descubrimiento y la simpata por el "objeto" que
es necesaria para comprenderlo puede borrar la distancia entre
sujeto y objeto de conocimiento. El observador es seducido por la
experiencia, y la experiencia subvierte a la situacin del observador, condicin que fue planteada con toda claridad en la poca en
un famoso poema del Romancero espaol que versa as:
Quin hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el infante Arnaldos
la maana de San Juan!
Andando a buscar la caza
para su falcn cebar
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar.
Las velas trae de sedas
la jarcia de oro dorsal
nforas tiene de plata
tablas de fino coral.
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"llamado del marinero" del romance se hace ms lejano, la antropologa regresa al gabinete empolvado, y el antroplogo se convierte en anticuario y en guardin de su propia tradicin. He aqu
un ciclo entero de descubrimiento y desilusin, el primero de los
cuales se cierra a fines del siglo XVI, para volver a abrirse y cerrarse en movimientos cortos y abruptos desde la Ilustracin borbona hasta el positivismo porfiriano, y que tiene una nueva
floracin especialmente frondosa en las dcadas posteriores a la
Revolucin Mexicana.
Descubrimiento, desilusin y la metamorfosis
del papel de mediacin desempeado por el antroplogo
Hasta ahora he descrito un proceso cognoscitivo que se funda en
la enorme seduccin y ambivalencia que provocan quienes son
ajenos a un orden normativo en aquellos que forman parte de
dicho orden. Esta ambivalencia queda en evidencia en el propio
concepto de la "posesin maravillosa", que es internamente contradictorio: cuando lo maravilloso se posee e ingresa a la rutina
de la reproduccin social, pasa a ser plenamente conocido. La antropologa se funda en la ambivalencia de esta situacin, documentando la otredad en trminos que son inteligibles desde la
normatividad, glorificndola y destruyndola simultneamente.
Sin embargo, esta descripcin es tan slo uno de los principios de
lectura de la historia de nuestra disciplina, una clave que tiene
que armonizar con otras que son igualmente importantes y que
ahora exploraremos.
La sensacin de distancia entre el protoantroplogo y sus
sujetos es una dramatizacin de la distancia que existe entre un
orden normativo y una realidad que no le ajusta. El trabajo de
campo antropolgico se presenta como un dejarse seducir por dicha realidad, para al final emerger con un recuento de su naturaleza recuento que bien puede ser crtico del orden normativo.
En este sentido, los ciclos de descubrimiento/ desilusin tienen que
ser comprendidos en relacin con la emergencia de ciertos tipos
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de retos a la normatividad, y ah es donde se encuentra la segnda clave de lectura que propongo para nuestra historia. Si la antropologa puede ser vista como una performance de los lmites de
la normatividad dominante, entonces es necesario historizar los
tipos de mediacin que han caracterizado a la historia de la antropologa mexicana.
As, por ejemplo, es claro que la tensin entre teora y experiencia que sufre el Infante Arnaldos de nuestro romance no es
otra cosa que la distancia abismal que exista entre la paz de la
vida pueblerina de Castilla o de Aragn, una vida bien patrullada
por la Iglesia y por el gobierno, y el vasto mundo natural y social
que se extenda ms all de sus confines. En ese contexto, la mediacin que se generaba con la entrega vital a la experiencia de lo
ajeno (con el "trabajo de campo") produce un conocimiento que
colinda por un lado con la hereja, y por el otro con la traicin. Es
decir, que la mediacin que se da entre la normatividad de la vida
urbana castellana y el mundo sobre el cual se expandan sus habitantes se vive en parte como la mediacin entre un orden legal
definido por el clero y el Rey y la vasta realidad que se buscaba
integrar a ese orden. El ciclo principal de descubrimiento/ desilusin que marca este momento dura aproximadamente desde los
viajes de Cristbal Coln hasta ms o menos 1570. Despus de ese
momento, disminuye la curiosidad por el otro, la seduccin del
otro, y pasa una primera "edad de oro" de la antropologa, 3 una
era de la antropologa que bien podramos tildar de "premoderna"
en cuanto que el orden normativo de la religin era el referente
principal en la definicin de la otredad y en tanto que el elemento
central de lo maravilloso-americano, el oro, representaba un ideal
de riqueza premoderno.
La segunda serie de ciclos, la serie de la modernidad, se caracteriza por una tensin en que la religin ya no ocupa un lugar
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3.
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central en la mediacin antropolgica. En vez, el punto de referencia normativo es el del ciudadano ideal y el del orden legalrepublicano. La marginalizacin de los habitantes de Mxico
respecto de este ideal de ciudadano y la posibilidad de reconformar
al ciudadano ideal y al sistema social nacional son motores intelectuales importantes en esta segunda serie de ciclos que culmina, sin duda, con el florecimiento de la antropologa moderna en
la era posrevolucionaria. En estos contextos, el papel de mediacin del antroplogo es principalmente entre el Estado y "el pueblo", es decir, el antroplogo media entre el Estado y la nacin,
explorando las distancias entre el orden legal del Estado y las
realidades del "pueblo" que se supone es la fuente de la soberana.
Existe, por ltimo, una tercera categora de mediacin en la
cual ha naufragado la antropologa, sobre todo en aos recientes.
Me refiero a la mediacin entre la cultura de consumo promovida
por el mercado y el desarrollo social y poltico de los mexicanos
como nacin. Esta tercera clase de mediacin, que se basa en un
reconocimiento de los lmites del mercado como mecanismo para
la expresin cultural y poltica en Mxico, ha ganado importancia
en las ltimas dcadas, y puede ser entendida sea en trminos de
una posmodernidad (en cuanto a que el mundo pblico ya no est
idealmente habitado por un ciudadano poltico sino por un ciudadano-consumidor), sea en trminos de una disminucin del papel
del Estado en la conformacin de los sujetos sociales (es decir,
como una forma ms avanzada de capitalismo). En ambos casos,
el papel de mediacin del antroplogo se puede ubicar en el prolongamiento del deseo de construir una ciudadana con demandas
colectivas pese a los procesos de individuacin e incluso de fragmentacin del individuo que se dan en el capitalismo avanzado.
En resumen, los procesos de mediacin entre rdenes normativos y realidades sociales "maravillosas" (es decir, que escapan la
racionalidad dominante del sistema normativo) pueden ser englobados en tres grandes clases: la primera es la mediacin entre el
orden religioso-poltico y el mundo pagano; la segunda es la mediacin entre los ideales polticos de la modernidad y los sujetos
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Sin embargo, vale la pena notar que en los Estados Unidos la categora de
"blanco", con su asociacin al ciudadano-normativo, fue creada en esta misma
poca a partir de la fusin-modernizacin de diversas "razas" que antes se
valoraban de manera bien distinta (por ejemplo, la anglosajona, la alemana, la
italiana, la polaca, etc.).
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y al calor de uno de los momentos ms exaltados de la antropologa mexicana: el descubrimiento de la sociedad campesina.
A pesar de que en Mxico los antroplogos siempre haban
estudiado a los campesinos (la mayora de los indgenas del pas
han sido siempre campesinos), el "descubrimiento" de los campesinos en la dcada del setenta fue el resultado de un movimiento
para "desexotizar" a los indgenas y tratarlos como una clase, y
no ya en trminos estrictamente culturales (es decir, como nativos
premodernos). El descubrimiento al que me estoy refiriendo est
ligado, entonces, a la formacin de una antropologa de las clases
sociales en Mxico, un acontecimiento sumamente importante.
La caracterstica que distingua a la antropologa de las dems ciencias sociales de esa poca la caracterstica que la haca
ms atractiva que todas las dems era, desde luego, el trabajo
de campo. Es bien fcil comprender el porqu de esto: el trabajo
de campo es una prctica que construye un puente entre la experiencia y la teora y la crisis del modelo econmico-poltico que se
hizo sentir en 1968 se convirti rpidamente en un llamado a
revisar la normatividad desde la experiencia.
As, en los aos setenta, el liderazgo principal en la antropologa mexicana provino de ngel Palerm, cuya doctrina antropolgica inclua una mstica del trabajo de campo. Sin embargo,
en Mxico el trabajo de campo era un ritual de iniciacin que
contrastaba de manera importante con su funcionamiento en la
antropologa de Estados Unidos, Francia e Inglaterra, donde el
trabajo de campo ha sido histricamente una iniciacin solitaria en que los estudiantes de posgrado, pese a que trabajan arduamente durante aos con sus profesores, reciben muy poca
informacin sobre lo que les sucedi a stos en "el campo". Frecuentemente, el estudiante no recibe ms que algunas pistas
generales aunque posiblemente tiles como "lleve un diario
de campo", o "platique con los peluqueros, que siempre son muy
chismosos". En Mxico, en cambio, el trabajo de campo fue incorporado como parte formal de los programas de entrenamiento
incluso en el mbito de la licenciatura de modo que el estu-
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del da. Dalia, que haba tenido broncas con su novio desde que comenz sus estudios en antropologa, se haba decidido a cortado. Se
qued hasta altas horas platicando con Nando, con quien (todos lo
notaron) iba de la mano esta maana al salir al recorrido del da.
Luis (el maestro) permiti que los estudiantes ms exaltados dirigieran la caminata. Slo los haca detenerse de vez en cuando para que se
fijaran en ciertos rasgos del paisaje: los contornos de unas chinampas
abandonadas; el uso que los campesinos le daban a los solares de sus
casas, etctera. El da era caluroso, y caminaron durante horas. Finalmente llegaron a Tepetlaoxtoc y los estudiantes se dispersaron en
grupos de a dos y de a tres y comenzaron a realizar breves entrevistas
con los habitantes. Notaron y anotaron las caractersticas materiales
del pueblo: tena un mercado los das mircoles, dos farmacias y un
abarrote grande; agua entubada en el centro, pero nada de agua ni de
luz en las orillas [] El pueblo presuma de una historia que se remontaba a los tiempos prehispnicos, segn el boticario, el rey Tizoc
vena a Tepetlaoxtoc a tomar sus baos []
Uno de los grupos de alumnos entrevist a un viejito que les cont
de una vieja ria que haba entre dos barrios del pueblo: dos familias
acabaron matndose entre s. Otro grupo entrevist al cura y descubri que el santo patrono del pueblo era San Jos, y que su fiesta era
organizada por un mayordomo (nada querido por el cura, por cierto),
que viva en San Bartolo.
Luis, con su reconocido buen ojo para la cocina y la bebida local,
descubri un lugar en que vendan aguardiente curado con nanche y
compr dos botellas para lo que quedaba del camino. Despus de la
comida, procedieron a subirse a la cima de un cerro que estaba justo
afuera del pueblo. Alucinados por los descubrimientos del da, y por
la combinacin de agotamiento fsico y aguardiente, Luis y sus estudiantes treparon. Nando y Dalia otra vez estaban de la manita mientras suban: ella se vea radiante ahora que su decisin de tronar con
el viejo novio estaba tan firme como clara estaba su decisin de abocarse a la antropologa.
Llegaron a la cima del cerro y voltearon: de ah podan apreciar todo
el largo trayecto que haban hecho desde la maana. Suerte que haba camin para el regreso! Vieron distintos campos con variedad de
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del 68 gener esta situacin porque fusionaba los aspectos tericos, polticos y experimentales de la antropologa en un solo gestalt:
el trabajo de campo.
Y no es que las enseanzas prcticas del trabajo de campo
carecieran de sentido ni de importancia. El problema estaba en que
nunca reflexionaron por qu se produce la sensacin de descubrimiento tan fuerte en el trabajo de campo. Si este tipo de meditacin hubiese sido una parte integral del gestalt, y hubisemos
reconocido incluso nuestra propia ingenuidad en vez de ocultarla,
estaramos mucho ms adelantados en nuestra antropologa de la
nacionalidad, y aun los descubrimientos ms aparentemente triviales del trabajo de campo podran llegar a ser socialmente tiles.
En vez de esto, la antropologa revolucionaria fue transformada
en un viaje personal que acab convirtindose en conocimiento
prctico que sirvi en muchos casos precisamente para mediar
entre "el pueblo" y "el Estado". Lo que comenz como antropologa aplicada termin como antropologa aplicada. 6
_________________
6.
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camino me iba preguntando por qu estaba yo tomndome tantas molestias con lo del traje, si nunca me ha preocupado tanto
aquello. Sin embargo, cuando finalmente llegu a la boda me di
cuenta de que no fui el nico que sinti un impulso irresistible de
dandismo. En esa boda de antroplogos no hubo huipiles ni huaraches, ni morrales ni mezcales, ni pulques ni ponches. Slo trajes
y ros bifes y mascadas y corbatas y jaiboles. En 1976 la mayor
parte de los presentes eran mucho ms prsperos que en 1986,
sin embargo la fiesta hubiera sido mucho menos formal.
La verdad es que (en lo que a m se refiere, al menos) algunos
de los presentes estbamos preocupados por demostrar que an
ramos del tipo de gente que poda ser propietaria de un traje,
que podamos vestirnos formalmente si as lo desebamos. Justo
en el momento en que muchos de nosotros estbamos enfrentados con una verdadera e involuntaria inmersin en las clases populares de Mxico, justo en ese momento nos resistimos con
nuestras mejores armas (y tal vez fuimos, por ello, mucho ms
proletarios).
Esta transformacin del contexto de produccin de la academia, que sucedi paralelamente a la reduccin del papel del
Estado en la economa y al final del modelo de desarrollo autosostenible, se combin con el resquebrajamiento de un marxismo
doctrinario y dogmtico. La antropologa que haba emergido de
la crtica del indigenismo fue, en buena medida, una combinacin
simple entre la "mstica" del trabajo de campo y una gran teora
rgida que pretenda tener respuestas para todo. La crisis que sufri la antropologa mexicana en los aos ochenta, y de la cual
an no se acaba de reponer, no fue resultado de la seduccin del
"otro", ni de la voluntad de identificarse con "el pueblo". Se vivi,
en cambio, como una mirada reflexiva muy severa, incluso autodestructiva.
Visto en esta luz, el giro de algunos antroplogos hacia la
astrologa y el esoterismo en general resulta interesante pues, al
igual que el marxismo que predomin en Mxico, la astrologa es
un sistema cerrado e internamente consistente. La astrologa
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nuevo ciclo de descubrimiento en una serie de trabajos fuertemente marcados por tonos irnicos y que usualmente evitan el lenguaje mesinico de los antroplogos de antao: parten de un
reconocimiento de la profunda transformacin cultural en la que
est inmerso el pas, una transformacin que es impulsada por un
cambio radical en la relacin entre mercado, sistema poltico y
movimientos sociales, y parten tambin de la necesidad de comprender la relacin entre esta situacin y los viejos parmetros de
la poltica y de la cultura.
Un bonito reconocimiento simblico de esta transformacin
en el seno mismo de la antropologa se realiz en 1992, cuando
por iniciativa conjunta, estudiantes y maestros de la Escuela Nacional de Antropologa invitaron a un brujo a hacerle una muy
necesaria y bien merecida "limpia" a la escuela.
El curandero inspeccion el predio que, es sabido, est junto a
la pirmide de Cuicuilco y frente al enorme centro comercial de
Perisur, y concluy que la escuela (institucin oficial y pblica) se
haba construido al costado de la pirmide que proyecta "malas
vibras", mientras que toda la energa positiva de Cuicuilco se iba
a Perisur: la sabia vital de nuestros ancestros abandon a la institucin de conocimiento pblico a favor del mercado de productos
importados. En presencia de un gran nmero de estudiantes, el
chamn realiz su limpia con frmulas en nhuatl que, significativamente, enton al son de una meloda de Juan Gabriel intitulada
"Mi peor noche de Acapulco", y se fue a su casa.
El diagnstico no podra ser ms claro: el Estado no ocupa ya
el papel fundamental en la formacin cultural del ciudadano, ese
papel lo ha usurpado el mercado, que ha sabido cmo construirse al
abrigo de nuestra nacionalidad. Sin embargo, el mercado no
resuelve nuestros problemas colectivos, porque es la anttesis del
principio mismo de la decisin colectiva, por lo cual hay que reconstruir un conocimiento pblico aun reconociendo, con un dejo
de vergenza, que la primera meloda que nos viene a la cabeza a
estas alturas no fue compuesta por Nezahualcoyotl ni por Silvestre Revueltas, sino por Juan Gabriel.
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Comentarios finales
En los ltimos aos se han escrito algunas historias valiosas de la
antropologa mexicana, incluyendo un buen artculo de Pepe
Lameiras, un libro de Cynthia Hewitt de Alcntara sobre la antropologa rural, y una til aunque caractersticamente faranica- coleccin de muchos volmenes publicada por el Instituto
Nacional de Antropologa e Historia. Adems de esto hay, desde
luego, docenas de artculos y volmenes que debaten aspectos especializados del campo, como por ejemplo el indigenismo, el llamado "campesinismo", y el marxismo. La mayor parte de estas
obras han adoptado la nocin de "paradigma" de Thomas Kuhn
para construir y facilitar esta historia. Este ejercicio lleva frecuentemente a la representacin del campo como un "progreso" entre
paradigmas bastante ntido.
En este ensayo intent mostrar que la antropologa mexicana puede tambin ser analizada en trminos de una relacin muy
particular (aunque de ninguna manera nica) que se da entre los
antroplogos, sus sujetos de estudio y su punto de referencia normativo. Estas relaciones tienen como un contexto comn el hecho
de que las tres partes de la relacin existen dentro del mismo
sistema poltico: en Mxico, el descubrimiento antropolgico ha
estado siempre a la mano de todos.
El problema central de la antropologa mexicana ha sido cmo
mantener una claridad crtica frente a las cuestiones de "corrupcin" que quedaron apuntadas desde las prcticas etnogrficas de
los misioneros del siglo XVI: cmo mantener una mirada fresca
frente a las formas en que las doctrinas (cientficas, polticas y
religiosas) se traducen en las realidades locales, cmo comprender
la orientacin moral de los cientficos que estn ligados al Estado.
En otras palabras, cmo nutrir una tradicin crtica dentro de las
tensiones productivas que se dan entre la ciencia, el Estado y la
gente. El momento de la normatividad poltico-religiosa de la era
colonial ya pas; el momento de la normatividad del ciudadano
ideal formado por el Estado redentor se agot; y estamos en el
225
inicio de una antropologa que se inserta en la relacin que guarda actualmente la poltica con el consumo masivo. Esperemos que
ste sea tambin un momento de osada intelectual.
Bibliografa
GIUCCI, Guillermo
1994
A conquista do maravilhoso. Ro de Janeiro: Companhia das
Letras.
GREENBLATT, Stephen
1992
Marvellous Possessions. Chicago: University of Chicago Press.
LOMNITZ, Claudio
1995
Las salidas del laberinto: cultura e ideologa en el espacio nacional
mexicano. Mxico: Joaqun Mortiz.
VI
Antropologa sin culpa:
una visin desde Brasil 1
MARIZA PEIRANO
Universidad de Brasilia
l.
Este trabajo se prepar como una ponencia del panel "Other Anthropologies:
Regional Perspectives on Transnationalism and Globalization" ("Otras antropologas: perspectivas regionales del transnacionalismo y la globalizacin"), organizado por Aleksandar Boskovic para las reuniones de la Asociacin
Europea de Antroplogos Sociales (EASA) de Viena en el 2004. Se public en
Other Anthropologies bajo la edicin de A. Boskovic en el 2007. Quiero agradecerle a Sasha por la invitacin y a Antondia Borges por la cuidadosa
lectura y las excelentes sugerencias. Traduccin: Lydia Fossa. Revisin: Pablo Sandoval.
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Mariza Peirano
1.
__________________
2.
229
su objeto de estudio y por la distancia, concebida tanto cultural como geogrfica, que separaba al investigador del grupo
investigado. Esta situacin era parte importante de un contexto de dominacin, en el que la antropologa era "el resultado de un proceso histrico que ha sometido a la mayor parte
de la humanidad al servilismo de la otra". Esta cita de LviStrauss (1966: 124) ilustra el hecho de que a partir de la
dcada de 1960 ya se haba perdido la ilusin de que la relacin histrica entre la antropologa y su objeto de estudio era
todo menos desigual e impositiva. El conocimiento de este
hecho no evit que los antroplogos continuaran con su trabajo en ese momento ni ahora.
ii.
El segundo pecado se relaciona con los investigadores de campo. Cuando no eran muy numerosos, hasta mediados del siglo XX, los antroplogos se "apropiaban" de los sitios y
regiones que estudiaban, de donde surgieron los estudios de
rea, cargados de exotismo. En este contexto, aparecieron en
escena los "americanistas", los "africanistas", y tambin los
expertos en las islas del Pacfico y en la Melanesia. La combinacin posterior de estas reas geogrficas con temas tales
como parentesco, religin, leyes y economa, adems de fragmentar la antropologa, hizo que fuera casi imposible reproducir a los expertos. Como resultado, cada antroplogo/a se
convirti en una institucin en s mismo/a, inhibiendo, en
muchos casos, el desarrollo del trabajo de campo en sus reas
de especializacin.
cado. Al actuar como arquelogos que recogan restos vivientes, los antroplogos tenan como tarea rescatar y conservar,
para ilustracin de las generaciones futuras, los restos de las
culturas "primitivas" y de los artefactos que se encontraban
en un proceso de extincin inevitable. Desde esa perspectiva,
el antroplogo iba a las regiones del mundo que haban sido
conquistadas por los valores y costumbres occidentales con
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231
232
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____________________
5.
ii.
233
iii. Un subproducto de este proyecto fue que los campos del conocimiento occidental, que para ese tiempo estaban en el proceso de consolidarse (economa, sociologa, derecho, sicologa),
terminaron produciendo una cantidad de subdivisiones de
los campos, tales como: "antropologa legal", "antropologa
econmica", "antropologa social", "antropologa sicolgica",
"antropologa de la religin", que indicaban que la disciplina
poda responder a diferentes reas de inters. (Aunque tanto
el relativismo como las subdivisiones de los campos han sufrido crticas en las ltimas dcadas, su simple existencia en
algn momento los hace, inevitablemente, parte de nuestra
comprensin actual del mundo).
iv. Otro tema se relaciona con el Estado nacin. Mientras que
los Estados nacin tambin se transformaban en modelos de
la verdadera "cultura mundial de los tiempos",6 los antroplogos no estudiaban unidades nacionales; estaban estudiando "pueblos", "culturas", "sociedades", "tribus", situados
en Estados nacin, pero no Estados nacin per se. Como se
haban originado en los Estados nacin y la antropologa
era uno de sus brotes, los antroplogos se interesaron en
__________________
6.
Dumont, L., German Ideology. From France to Germany and Back, 1994, p. 14.
234
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En el Brasil
Muchas veces, los valores generan un escenario inspirador. En el
Brasil, el entusiasmo por la antropologa supera sus posibles
pecados previos. Los pecados, si hubo alguno, no son parte de
nuestro presente; se les permite un descanso. En este contexto,
el exotismo de ayer y la culpabilidad de hoy terreno donde
surge la percepcin de crisis de la disciplina han sido "aculturados" localmente: el exotismo se convierte en una "diferencia" familiar, mientras que la culpabilidad ha sido detenida de golpe por
el ambiente de compromiso poltico hacia quienes estn sometidos a estudio. Ante ese teln de fondo, quiero destacar algunos
aspectos:
_________________
7.
235
a.
b.
236
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d.
9.
237
racin de diferentes proyectos entre los cuales podemos distinguir, aunque no exclusivamente, intentos de lograr una
otredad ms "radical", el estudio del "contacto" con la otredad,
la otredad "cercana" y una radicalizacin del "nosotros". Inclusive los pueblos indgenas el prototipo de una "alteridad
radical" se investigaron dentro de los lmites del territorio
nacional. Esta situacin no revela tanto un problema de recursos econmicos aunque este aspecto tiene que tomarse
en consideracin como que la eleccin de un objeto de estudio incluyera o estuviera combinada con una preocupacin
por la diferencia. Por supuesto que puede argumentarse que
los grupos indgenas representaban el "exotismo disponible"
en el Brasil, pero como la otredad no era predominantemente
radical, la exigencia de excelencia terica se ali con la fuerza
moral que define a las ciencias sociales como dominadas por
un conocimiento "interesado" (weberiano).
Resumiendo, la otredad asume matices relativos y se centra en aspectos culturales y sociales.
e.
El nfasis en la diferencia y la alteridad puede estar relacionado con la importante influencia de una perspectiva francesa (por encima de una perspectiva alemana, por ejemplo). Al
restarle importancia a un inters estricto en las peculiaridades o singularidades (es decir, la base del exotismo), el inters
predominante ha sido estudiar distintos "otros" dentro de una
totalidad representada por el Brasil.10 Por cierto, el Brasil cons__________________
10.
238
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Vase Fisher, M., Emergent Forms of Life and the Anthropological Voice, 2004.
12.
En un momento en que las ciencias sociales estn preocupadas por el "nacionalismo metodolgico" (Beck, U., "Cosmopolitan Realism: On the Distinction
Between Cosmopolitanism in Philosophy and the Social Sciences, 2004), los
antroplogos pueden sentirse libres de estas trampas los grupos de estudio antropolgicos, las sociedades y las tribus, los Estados no nacionales.
Por cierto, pueden estudiar las "ideologas" de los Estados nacin. Vase
Peirano, M., Uma Antropologa no Plural. Trs Experincias Contemporneas,
1992.
239
Para consultar una bibliografa completa sobre los cuatro tipos ideales resumidos ac, vase Peirano, M., "When Anthropology is at Home", 1998, y
"Otherness in Contexto A Guide to Anthropology in Brazil" (en prensa).
14.
240
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16.
241
ciones raciales; religin, mesianismo y cultos afro brasileos; fiestas populares; parentesco y familia; poltica de partidos; violencia;
campesinos y obreros; sindicatos, etc.17
Nosotros como si furamos los otros
Desde principios de la dcada de 1980, el estudio de las ciencias sociales se convirti en un campo de investigacin especfico.
En general, estos estudios proponen entender la ciencia como
una forma de modernidad, con temas que van de los contextos
histricos a las biografas de los cientficos sociales y a las investigaciones de los autores clsicos (europeos) de la sociologa. (Aparentemente, es ac donde encuentra refugio el reciente movimiento
de auto reflexin que ha aparecido en el Brasil).
Tendencias como las de la "antropologa de la antropologa", la "etnografa de la antropologa" y la "historia de la antropologa" conviven lado a lado, tal como lo hacen los estudios sobre
la enseanza de la antropologa. Una perspectiva comparativa
con Europa est generalmente implcita, resaltando as la difcil
pregunta acerca de a qu pblico va dirigida y consecuentemente, qu lenguaje de enunciacin utiliza, dado que el portugus
no es una lengua internacional. Por supuesto, las simples traducciones no satisfacen debido a que se busca diferentes pblicos
objetivos.18
__________________
17.
Vase Velho, G., Projeto e Metamorfose. Anthropologia das Sociedades Complexas, 1994; DaMatta, R., Carnavais, Malandros e Heris. Por uma Sociologia
do Dilema Brasileiro, 1981; Fry, P., A Persistencia da Raa. Ensaios Antropolgicos sobre o Brasil e a frica Austral, 2005.
18.
242
Mariza Peirano
243
244
Mariza Peirano
Bibliografa
BARTH, F.
1996
BECK, Ulrich
2004
"Cosmopolitan Realism: On the Distinction between Cosmopolitanism in Philosophy and the Social Sciences. En Global
Networks 4 (2), pp. 131-156.
BOSKOVIC, Aleksandar (ed.)
2007
Other Anthropologies. Nueva York: Berghahn Books.
245
CLIFFORD, James
1997
Routes: Travel and Translation in the Late Twentieth Century.
Cambridge, Massachussetts: Harvard University Press.
CLIFFORD, J. y G. MARCUS (eds.)
1986
Writing Culture: The Poetics and Politics of Ethnography.
Berkeley: University of California Press.
DAMATTA, Roberto
1981
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Alberto Fujimori (1990-2000) (coautor con Carlos Melndez, 2007); Diversidad cultural. Enciclopedia temtica del Per (en colaboracin con J. vila, Ramn Pajuelo y Pablo Sandoval, 2004); y Jams tan cerca arremeti lo lejos.
(2004).
Ral Romero
Doctor en Musicologa por la Universidad de Harvard, en la actualidad es
director del Instituto de Etnomusicologa de la Pontificia Universidad
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1.
250
Catlica del Per y profesor en la Escuela de Historia del Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es autor de varias publicaciones
entre las que destacan Identidades mltiples. Memoria, modernidad y cultura
popular en el valle del Mantaro (2004); Cultura y desarrollo? Desarrollo y cultura?: propuestas para un debate abierto (2005); y Andinos y tropicales. La cumbia
peruana en la ciudad global (2007).
Marisol de la Cadena
Doctora en Antropologa por la Universidad de Wisconsin, Madison, es
profesora del Departamento de Antropologa de la Universidad de California en Davis y miembro de la Red de Antropologas Mundiales (World
Anthropologies Network). Entre sus publicaciones ms recientes figuran
Indgenas mestizos. Raza y cultura en el Cusco (2004) e Indigenous Experience
Today (editada con Orin Starn, 2007).
Carmen Salazar-Soler
Doctora por la cole des Hautes tudes en Sciences Sociales de Pars,
actualmente se desempea como investigadora en el Centre National de la
Recherche Scientifique (CNRS). Es autora, entre otras publicaciones, de
Supay Muqui, dios del socavn: vida y mentalidades mineras (2006) y de
Anthropologie des mineurs des Andes: dans les entrailles de la terre siglos XVI-XIX
(2005), Y ha editado junto a Scarlett O'Phelan Passeurs: mediadores culturales
y agentes de la primera globalizacin en el mundo ibrico (2005).
Claudio Lomnitz
Doctor en Antropologa por la Universidad de Stanford, se desempea
como profesor del Departamento de Antropologa de la Universidad de
Columbia, donde dirige el Center for the Study of Ethnicity and Race, y
como editor de la revista Public Culture. Ha publicado numerosos artculos y
libros, entre los que se cuentan Deep Mexico, Silent Mexico: An Anthropology
of Nationalism (2001) y Death and the Idea of Mexico (2005).
Mariza Peirano
Doctora en Antropologa por la Universidad de Harvard, actualmente se
desempea como profesora titular en el Departamento de Antropologa de
la Universidad de Brasilia. Entre sus publicaciones recientes figuran A
Teoria Vivida e Outros Ensaios de Antropologa (2006); Rituais Ontem e Hoje