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DOCUMENTO FINAL

DEL CAM 4 - COMLA 9

MARACAIBO, VENEZUELA
Noviembre 26 a 1 de diciembre de 2013

Amrica Misionera Comparte tu fe

SINTESIS, CONCLUSIONES
Y PROPUESTAS CENTRALES
I. INTRODUCCIN
A. Presentacin de la Direccin Nacional de las OMP.
B. Razones y Objetivos del Cam 4 Comla 9.

II. DISCURSO DE APERTURA DE SU EMINENCIA


CARDENAL FERNANDO FILONI.
III. SINTESIS DE LAS PONENCIAS PRINCIPALES.
A. El mundo de Hoy, Pluricultural y Secularizado. Actitudes, insumos
y claves para una mirada creyente de la realidad. Dr. Lucas
Cervio. Argentina- Espaa
B. La Palabra de Dios, fuente de sentido para el Mundo de Hoy.
S.E. Mons. Silvio Jos Bez, o.c.d. Honduras
C. La urgencia de la Mision en los mbitos de la Nueva
Evangelizacin. y la Misin Ad- Gentes .S.E. Mons Raul Biord
Castillo.SDB Venezuela
D. La Misin de la Vida Religiosa consagrada en la Iglesia
permanentemente misionera. Hno. Israel Jos Nery fsc. Brasil
E. Hacia una Iglesia Americana en Permanente Estado de Misin.
Dra. Olga Consuelo Vlez. Colombia.

IV. LINEAS TEOLOGICOS PASTORALES QUE EMERGEN


DEL CAM4 - COMLA9
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Amrica Misionera Comparte tu fe

V. RESONANCIAS DE LOS FOROS DEL CAM 4.


I. INTRODUCCIN
VI. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS OPERATIVAS y
PASTORALES DEL CAM 4.
A. Carta del Director Nacional de OMP de Venezuela.
Estimados Hermanos y hermanas:
A todos Uds. Que han participado con entusiasmo y dando
lo mejor en la realizacin del Cam 4 Comla 9, les lleguen nuestros
recuerdos y agradecimientos mientras siguen dando consistencia a la
labor de esta Iglesia que camina en Amrica.
Despus de sus aportes durante el Congreso y de haber
dialogado y consultado a los Directores de las OMP del Continente,
queremos presentar el fruto de las reflexiones, las conclusiones y
expectativas del CAM 4, porque rechazamos que sea una celebracin
mas, sino que esperamos que las orientaciones sean de mucha utilidad
a nivel teolgico, pastoral y misionero. Hemos notado que persiste la
separacin entre pastoral y misin, que debemos ir ms all, estando
ms abiertos y atentos en la realidad de la secularizacin, pasar de la
pluriculturalidad a la interculturalidad. Adems, ya desde los primeros
Comlas, a la luz del Vaticano II, Medelln, Puebla, Santo Domingo y
Aparecida, se enfatiza siempre la importancia de la dimensin pastoral
y misionera ad gentes en nuestra labor.
No bastan ya teoras, buenos documentos, pero, luego
quedarnos con un compromiso pastoral casi exclusivamente hacia
dentro.
Despus de empezada la Misin Continental, de haber
concluido el Ao de la Fe, de haber celebrado el Cam 4-Comla 9,
nos lleg, como anillo al dedo, la Exhortacin Apostlica Evangelii
Gaudium del Papa Francisco, que una vez ms nos invita a ser una
Iglesia en salida, dispuesta a salir a la calle y al encuentro del Pueblo
de Dios, bastante confundido, sediento y hambriento, para evangelizar
a tiempo y destiempo y no solo ensear, y que la dimensin misionera
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sea siempre eje transversal de toda nuestra pastoral ordinaria.

B. RAZONES Y OBJETIVOS DEL CAM 4 COMLA 9.

A todos Uds. un fuerte abrazo, desendoles una acertada labor


y abundante frutos apostlicos con aprecio.
P. Andrea Bignotti i.m.c.
Director de las OMP en Venezuela.

Por qu se celebr el Cam 4 Comla 9?


Las instituciones y movimientos misioneros del Continente,
liderados por las Obras Misionales Pontificias, han decidido desarrollar
el (Cam 4 Comla 9) sabiendo la importancia que comporta el desarrollo
de dichos Congresos para hacer crecer y progresar, la conciencia y el
compromiso misionero de la Iglesia que peregrina en el Continente.
De all que el Comit organizador se haya propuesto los siguientes
propsitos:

Para quienes participaron directamente se


buscaba:

1.

Promover un renovado entusiasmo misionero de parte de


aquellos que participan: Seores Obispos, sacerdotes, laicos y
religiosos de las diversas edades y formas de compromiso que
lograron reunirse para este magno acontecimiento.

2.

Para desarrollar una vigorosa reflexin Bblico -teolgica que


permita dar razones de la necesidad del anuncio de Jess en el
Mundo pluricultural con todas las encrucijadas que el comporta.

3.

Ofrecer los modos concretos desde una pastoral orgnica para la


realizacin de la Misin de Dios en el Mundo.

4.

Ofrecer un conjunto de orientaciones litrgicas que permitan una


vivencia de la Palabra y de Eucarista capaz de mostrar el enorme
potencial que supone la encarnacin del Verbo en dilogo con
las diferentes culturas y tradiciones.

5.

Renovar el Compromiso Misionero Universal (ad-gentes, intergentes) de la Iglesia que vive en Amrica y que llegando ya a una
madurez debe compartir su vida y su fe con otras comunidades
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que esperan el anuncio de la radical novedad de Jesucristo.

DISCIPULOS MISIONEROS DE JESUCRISTO


DESDE AMERICA, EN UN MUNDO
SECULARIZADO Y PLURICULTURAL*

Para las Iglesias del Continente:


1.

Un conjunto de orientaciones sobe cmo fortalecer el compromiso


de la Iglesia en el anuncio de Jesucristo.

2.

El avance para una mejor articulacin y organizacin de la accin


misionera universal.

3.

Un conjunto de reflexiones y conclusiones para reorientar los


planes y opciones pastorales.

Alocucin inaugural del cardenal Fernando Filoni. Prefecto de la


Congregacin para la evangelizacin de los pueblos. Delegado
extraordinario del papa Francisco en el Congreso.

II. DISCURSO DE APERTURA DE SU EMINENCIA


CARDENAL FERNANDO FILONI
Queridos hermanos y hermanas:
Iniciamos este Congreso dirigiendo un pensamiento al Santo
Padre, el Papa Francisco, que a travs de mi persona se hace presente
entre nosotros. Le agradezco profundamente que me haya querido
como su Delegado extraordinario, y a todos ustedes les transmito su
saludo y su bendicin.
Permtanme, adems; que dirija un saludo fraterno y agradecido
a Su Exc. Mons. Ubaldo Santana Santana Sequera, F.M.I., Arzobispo
Metropolitano de Maracaibo, a los eminentsimos Cardenales y los
excelentsimos Obispos aqu presentes as como a todos ustedes que
vienen de todos los rincones de Amrica. A todos mi saludo lleno de
afecto, de estima y de agradecimiento, de manera particular a todos
cuantos con generosidad han preparado este Encuentro y trabajan
para que tenga xito.
1.

Queremos contemplar este momento que estamos celebrando


con los mismos ojos de Jess que, fijndose en los de sus
discpulos, los vio bastante necesitados de un momento de paz y
de reflexin, y les llama a un lugar apartado Los apstoles dice el
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modo de proponerse como pastor y Padre, con su caracterstica
de VER, JUZGAR y ACTUAR, es decir, el relacionarse con las
personas, el situarse ante las problemticas de la Iglesia y del
mundo, son su estilo de vida, mientras que sus gestos humanos
y sacerdotales suscitan atencin, tocan los corazones y no pocas
conciencias y contagian a tantos pastores. Es un estilo ya indicado
en la Conferencia de Aparecida, que mostro en el discipulado
misionero una manera de ser Iglesia en la sociedad, para que
los pueblos latinoamericanos y no solamente ellos, tengan vida
plena. Quiero subrayar que desde los primeros momentos de su
Pontificado el Papa Francisco ha hablado de la misionariedad
y del testimonio incluso heroico, que, a veces, llega hasta el
martirio. Una Iglesia misionera que tiene como primera tarea el
anuncio del Evangelio y de la misericordia de Dios, sin lmites,
manifestada en la Persona de Jess. Una Iglesia al servicio
en las periferias existenciales de los pobres y entre las llagas
de la sociedad Una Iglesia que sabe ser compasiva, tierna, de
comunin y de fraternidad.

Evangelio de Marcos se reunieron con Jess y le contaron todo


lo que haban hecho y lo que haban enseado. El, entonces,
les dice: Venid tambin vosotros aparte, a un lugar solitario,
para descansar un poco . Pues los que iban v venan eran
muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer Y se fueron en
la barca aparte, a un logar solitario. Pero les vieron marcharse
v muchos cayeron en cuenta; vinieron corriendo, a pie, de todas
las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio
mocha gente, sinti compasin de ellos, pues estaban COMO
ovejas que no tienen pastor y se puso a ensearles muchas
cosas, (Mc 6,30-34). De este pasaje evanglico, que tiene coma
horizonte la misionariedad de la comunidad apostlica, quisiera
tornar algunos motivos de reflexin.
a. La centralidad de la persona y de la misin de Jess: Los
apostates se reunieron con Jess.
b. La misionariedad de los Apstoles est sometida a la verificacin
del Seor y al conocimiento de los otros con-discpulos, para que
la predicacin y el actuar no fueran cosas intiles: le contaron
todo lo que haban hecho y lo que haban enseado.

3.

La centralidad en la misionariedad -lo sabemos bien- pertenece


a Cristo, el Seor que camina en medio de nosotros, que ora al
Padre y nos enva al Espritu Santo. Por eso, el mensaje misionero
y el testimonio de quien lo lleva, suscita, en quien lo escucha y lo
acoge, alegra y voluntad de participacin para salir de si mismo,
para donar lo que a nuestra vez hemos recibido, asumiendo, al
mismo tiempo, nuestra responsabilidad, e implicndonos en los
dramas de las personas de nuestro tiempo: pensemos en los
dramas de la falta de trabajo, de la miseria, de las enfermedades,
de la esclavitud de la droga, de las migraciones causadas por
las situaciones de pobreza o de persecucin, en las familias
divididas, en discapacitados con mayor o menor gravedad, las
depresiones psquicas, en las vctimas de las violencias, en
los presos, discriminados por condiciones tnico-raciales, a las
minoras, a las vctimas de la ignorancia.., ante una tal, enorme
misin, nos preguntamos si yo soy capaz de aceptar el desafo
que tambin el Papa propone, ms aun, lo promueve, partiendo
precisamente del misterio de Cristo, pobre y sufriente.

4.

Al comienzo de la Misa del domingo 28 de julio en la playa de

c. El papel de la vida espiritual: Jess llama a la oracin, y lleva


consigo a los discpulos aparte; a un lugar solitario.
d. La reaccin de la gente, atrada por la predicacin diferente y por
el Maestro que atrae: fueron all corriendo, a pie, de todas las
ciudades y llegaron antes que ellos,.
e. La reaccin de Jess ante la muchedumbre que lo buscaba:
estaban como ovejas que no tienen pastor.
2.

10

A ocho meses de la eleccin del Papa Francisco, el primer Papa


latinoamericano, no podemos dejar de reflexionar sobre este
acontecimiento que toca no solamente a la Iglesia particular
de Roma de la que es Obispo, corno ha mostrado desde el
primer momento de su eleccin, sino a toda in Iglesia, como
Pastor universal, y al mundo entero. Pero pienso que toca de
manera particular al Continente americano del que proviene,
por cultura, por formacin y por experiencia pastoral. El nuevo

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Amrica Misionera Comparte tu fe


Copacabana, el arzobispo Orani Joao Tempesta, en Ro de
Janeiro, dijo que esta celebracin conclusiva de la Jornada Mundial
de la Juventud (JMJ) no era una celebracin de despedida, sino
de partida para la misin y, por eso, una celebracin de envo
(LOsservatore Romano, 29/30 de julio de 2013).
Quisiera ahora, aqu en Maracaibo, tener como referencia este
punto de partida. Efectivamente, no estamos hablando o tratando
de cosas diferentes, sino del mismo compromiso misionero y, por
eso, deca el arzobispo, todos somos invitados y enviados en
misin (ib.), asumiendo el compromiso de ser evangelizadores?
(ib.). Por eso el Papa Francisco entrega a los jvenes la antorcha
de la` evangelizacin, para hacer discpulos a todos los pueblos
en este mundo, tan complejo y con tantas desigualdades? que
sufre de pobrezas todava peores, y, por ?ltimo, de la falta del
rostro del Cristo Redentor. Por esto el Pontfice sita en el centro
del mensaje misionero de la Iglesia a Cristo Redentor, de manera
que el corazn de los misioneros, como el de los discpulos de
Emas o el de Mara de Magdalena, o el de Pedro, puedan
latir fuertemente. Y un melanclico caminar se transforme en
alegre y veloz anuncio: Hemos visto al Seor vivo? (Mt 28,8;
Jn. 20, 18; Lc 24,35). Y aqu no puedo por menos de repetir las
mismas palabras del Papa Francisco en la conclusin de la JMJ,
cuando ante tres millones de jvenes les exhorto: Vayan y hagan
discpulos a todos los pueblos?. Con estas palabras... quisiera
que este mandato de Cristo: Vayan, resonara en ustedes jvenes
de la Iglesia en Amrica Latina... Amrica Latina, el mundo tiene
necesidad de Cristo... Este continente ha recibido el anuncio del
evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto.
Ahora este anuncio se os ha confiado tambin a ustedes, para
que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes,
del entusiasmo, la creatividad y la alegra que les caracteriza?
(Homila del Santo Padre Francisco en la misa de conclusin de
la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, 28 de julio de 2013).
Y aqu me permito ampliar: no solamente Amrica Latina, sino
toda Amrica!
5.
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Hablando a los Obispos del Comit de Coordinacin del CELAM


en Rio de Janeiro, el domingo 28, el Papa, refirindose a la V

Conferencia de Aparecida en 2006, habl de la misionariedad,


tanto de la as llamada ad intra, es decir, en Amrica Latina y el
Caribe, como a la llamada ad extra, es decir, la que se refiere a
otros lugares y continentes. El Papa explicaba: en Aparecida se
pusieron en comn las preocupaciones de los Pastores ante el
cambio de poca y la necesidad de renovar la vida discipular (ad
intra) y misionera (ad extra) con la que Cristo fundo la Iglesia.
Como consecuencia, Aparecida trat del empeo en la misin
de manera amplia y clara criticando las tentaciones, como, por
ejemplo, a) la ideologizacin del mensaje evanglico, que busca
una hermenutica fuera del mensaje evanglico mismo; b) el
reduccionismo socializante, casi una hermenutica segn las
ciencias sociales, hasta las categorizaciones marxistas c) la
ideologizacin psicolgica, come una hermenutica elitista; d)
la visin gnstica, como una hermenutica de la divisin entre
iluminados y no iluminados; e) la visin pelagiana, como una
hermenutica restauracionista. Al contrario, el Papa propone un
discipulado misionero, que pone a Jess en el centro, esto es:
a) el encuentro, b) la llamada o invitacin c) el seguimiento. La
consecuencia es un discipulado misionero en tensin hacia las
periferias (es decir, no autorreferencial), sean estas existenciales
o reales. Aqu, me parece, se integra bien el tema de este IV
Congreso Misionero American y del IX Congreso Misionero
Latinoamericano: Discpulos misioneros de Jesucristo desde
Amrica, en un Mundo secularizado y pluricultural.
6.

Las palabras finales del Instrumento de Participacin al CAM


4-CONILA 9 son bastante significativas: Amrica Misionera se
llena de entusiasmo, valenta y creatividad y se lanza a compartir
su fe: Vayamos y hagamos discpulos de todos los pueblos
(Mt 28): Que este Congreso sea para todos y cada uno .(de
nosotros un Pentecosts que nos lance a compartir nuestra fe
en Jesucristo en cada uno de nuestros pases y mas all de ellos
Este es mi deseo efectivamente. El objetivo y la orientacin de la
celebracin de este Congreso, que se sita en la lnea pastoral
misionera que ha caracterizado a Continente en estas dcadas,
es el de lanzar manera especfica la missio ad gentes. El Congreso
misionero que tuvo lugar en Quito, (Ecuador), hace cinco aos,
lanz la misin continental, fruto de la decisin que el CELAM
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Amrica Misionera Comparte tu fe


tome en Aparecida. Ahora este Congreso quiere proseguir ese
mismo camino, pero, sobre todo, ponerse en la lnea de la visin
y de la misin pastoral del Papa. Francisco, que con vosotros
piensa en Discpulos misioneros de Jesucristo desde Amrica,
en un mundo secularizado y pluricultural . No me propongo
entrar en los detalles de los contenidos que sern objeto de este
Congreso, preparado con una larga y vasta participacin de
tantas comunidades cristianas en Amrica latina, en el Caribe y
en Amrica del norte. Este Congreso, podemos decir, es como la
etapa conclusiva, la sntesis del trabajo de animacin y formacin
que las Iglesias locales han realizado en estos aos.
7.

14

Como Prefecto de la Congregacin para la Evangelizacin de los


Pueblos, quiero detenerme en la evangelizacin ad gentes, y, de
manera particular, en la as llamada ad extra, entendida como
la responsabilidad que tienen todas las Iglesias particulares en
el anuncio del Evangelio en los territorios donde el Evangelio
todava no ha llegado, o ha llegado desde hace poco, o all
donde todava no se ha con- solidado. En el Instrumento de
Participacin se dice que la evangelizacin ad gentes. ad extra
debe caracterizar este Congreso y proyectarlo hacia fuera de las
propias fronteras para extender el Reino de Dios en regiones
de mayora no cristiana o que han perdido la fe Queremos un
Congreso abierto a la Misin ad gentes... Queremos una Amrica
misionera hacia adentro y hacia afuera. El CAM 4-COMLA 9 debe
ser un momento de renovacin de nuestro compromiso misionero
con nuestras Iglesias y con las Iglesias que hacen el primer
anuncio del Evangelio en otros pases y en otras situaciones
socioculturales? (n. 6). La misio ad gentes ad extra es lo que
justifica los Congresos Misioneros que se han convertido en una
cita obligatoria de nuestras Iglesias. Son un momento de gracia
para nuestras Iglesias, que se sienten interpeladas a responder
con generosidad a aquel mandamiento de Cristo de ir a todas
las naciones y hacer discpulos de todos los pueblos, hasta las
extremidades de la tierra. Al mismo tiempo, son puntos de partida
y de referencia para la participacin en la evangelizacin efectiva
y en la animacin misionera de nuestras comunidades, porque
cada Congreso, en las reflexiones misionolgicas, en los trabajos
de grupo sobre los grandes temas misioneros, en la oracin, en

la liturgia, en los smbolos, en las experiencias y testimonios y


en el envo de misioneros, hacen que las comunidades catlicas
participen, susciten y formen su conciencia misionera y proyecten
las perspectivas y el camino para realizarlas. Estoy convencido
de que este Congreso suscitara en las Iglesias de Amrica una
gran pasin por la misin universal, convencidos como estamos,
que la misin ad gentes, y de manera particular aquella ad extra,
es tambin el medio ms eficaz para volver a dar vitalidad y
entusiasmo a nuestras comunidades catlicas. Efectivamente,
esta misin conserva todava una fuerza agrega integradora y
propulsiva.
8.

He aqu? algunos puntos para nuestra reflexin en estas


dcadas, el ideal y la praxis de la misin han estado sometidas
a un continuo proceso de transformacin. La evangelizacin,
ms que todos los otros compromisos pastorales de la Iglesia,
ha sufrido repercusiones importantes a causa de los cambios de
los modelos culturales, de los cambios sociales y de los nuevos
contextos eclesiales y tecnolgicos. Ha sido una fatiga que a veces
ha cuestionado la validez misma de la missio ad gentes, y que ha
obligado a la Iglesia a reflexionar sobre su existencia y sobre su
actividad ha dado que lo que se ha puesto en cuestin ha sido
la manera de ser Iglesia. Por esto es urgente y necesario volver
a leer e interpretar todo el misterio cristiano, y volver a afirmar la
centralidad y la unicidad de Cristo mediador y salvador. Es verdad.
desde el principio la Iglesia ha reconocido y respetado cuanto de
bueno tenan culturas y religiones. Ya Eusebio de Cesrea en el
siglo IV, hablando de las culturas y las religiones no cristianas,
deca que podan constituir una Praeperatio Evangelica, porque
La Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero, que entre ellos
se da, como preparacin evanglica para acoger el Evangelio
(LG 16, cfr. Eusebio de Cesa- rea, Praeparatio Evanglica 11,
1: PG 21, 28 AB). Por lo que tambin en el decreto conciliar
Nostra Aetae 2 se insiste: La Iglesia catlica no rechaza nada
de lo que en estas religiones des sonto y verdadero. Considera
con sincero respeto los modos de obrar y de vivir los preceptos
y doctrinas que, por ms que discrepen en mucho de l que ella
profesa y ensea, no pocas veces reflejan 1112 destellos de
aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. Sin embargo,
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Amrica Misionera Comparte tu fe


una cierta teologa de las religiones, una visin relativizadora
de la salvacin y la globalizacin de la fenomenologa religiosa
han hecho que el compromiso de los fieles con la actividad
evangelizadora sea a menudo menos inderogable. Por eso es
necesario aludir a la situacin existencial para despus volver a
afirmar algunas verdades.

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La fe y la missio ad gentes se encuentran hoy ante un mundo


obligado a medirse y a afrontar nuevos desafos. Es una poca
post-ideolgica ya vislumbrada por el Concilio Vaticano II,
testimoniada por los anlisis socio-culturales y socio-religiosos
que las Iglesias locales de todo el mundo han realizado, aunque
con caractersticas no homogneas. Consiguientemente, el
paradigma tradicional de la evangelizacin no ha aparecido
siempre eficaz. En verdad, la evangelizacin es una misin in
fieri, constantemente abiertas a las indicaciones del Espritu y
al contexto? Histrico de los grupos humanos. Exige creatividad
continua y, por eso, sometida a una revisin de mentalidad, de
metodologa, para su renovacin: Lo afirma la Evangelii Nuntiandi,
cuando in indica como una actividad multiforme, dinmica, que se
puede describir, pero no dar una definicin. Consiguientemente,
para ser eficaz esta llamada a revisar mtodos y actividades, a
ser creativa en las formas y en los criterios.
En las relaciones Iglesia-Mundo se ha puesto de _manifiesto,
come nunca antes, la ruptura entre cultura y fe, sobre todo
en las sociedades ms secularizadas, propiciando a veces el
rechazo de todo el pasado, hasta el punto que los bautizados ya
no consiguen integrar el mensaje cristiano en su vida de cada
da. Nuestra generacin se caracteriza as por una angustiosa
bsqueda de sentido. Y l iglesia se siente implicada de manera
apasionada y solidaria con la historia de humanidad. Compaera
de camino que muchas veces es incluso trgico. A 50 aos
del Concilio hoy vemos bien como el decreto Ad Gentes debe
ser ledo y comprendido a la luz de la Lumen Gentium y de la
Gaudium et Spes, que juntas indican el contenido, el camino y la
perspectiva de la misin evangelizadora. La misin de la Iglesia
acompaa y se hace compaera de la humanidad, y nuestra
accin debe injertarse en este proceso global y empearse en

todo eso que es humano para conducirlo al conocimiento y a la


amistad de Dios en Cristo. Debe caminar con la humanidad hacia
el Cristo glorioso, come dicen los Padres de la Iglesia.

La participacin de todas las Iglesias a la misin universal


significa que todas las Iglesias son para todo el mundo. A la
Iglesia, a todas las Iglesias particulares y a todos en la Iglesia,
les ha sido confiada la tarea de evangelizar hasta los extremes
confines de la tierra. Se trata de la universalidad de la misin
que Cristo ha confiado a su comunidad: universalidad de los
protagonistas misioneros y universalidad de los destinatarios de
la evangelizacin. Toda la Iglesia y todas las Iglesias particulares
tienen come tarea prioritaria, absoluta, que justifica su existencia,
solamente en esto: ir y anunciar el Reino de Dios, manifestado
en Cristo, en un contexto de comunin misionera con los pueblos
del mundo.

Esta conciencia misionera se ha vuelto a poner en marcha por la


reflexin del Vaticano II y por la praxis eclesial de estos ltimos
50 aos: pienso en el ministerio previsor de Pablo VI (Evangelii
nuntiandi) en el itinerante de Juan Pablo II (Redemptoris missio,
en la reflexin teolgica de Benedicto XVI (Verbum- Domini)
y ahora en el de Francisco (Lumen fidei). As pues. se han
reafirmado con claridad algunas verdades fundamentales:

Cristo es la luz de las Gentes. La Iglesia no brilla con luz propia,


no tiene en s misma su ser y su consistencia, sino que depende
absolutamente de Cristo. que deber ser su punto de referencia
constante, caminando sobre las huellas de su luz. La Iglesia es
el organismo vivo a travs del cual Cristo contina su misin
salvfica en nombre de su Padre, con la energa del Espritu
Santo.

Esta Iglesia existe para la humanidad. Como comunidad


convocada por la Trinidad. la Iglesia es la voz doxolgica de
la humanidad y del universo, es el signo o sacramento de la
humanidad salvada (pueblo santo de Dios, reino de sacerdotes)
que debe testimoniar y proclamar la salvacin de Dios (pueblo
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Amrica Misionera Comparte tu fe


de profetas). Pero debe hacerlo a la manera de Dios que ha
enviado a su Hijo. que ha tomado carne humana en Mara.
que ha descendido a las races ms oscuras y limitadoras de
la humanidad, compartindolo todo, incluso el abandono de su
Padre, y que lo ha entregado a una muerte de cruz.

Toda la Iglesia, incluso sus expresiones culturales y sociales,


estn consagradas a la misin. Es siempre una Iglesia local
una comunidad concreta histrica, de discpulos, que ora, que
anuncia, que interpreta y, a la luz de su Seor, ilumina y se injerta
en el curso de la historia de la humanidad, para estar en Medio
de todos los pueblos. La Iglesia local es la iglesia universal que
planta su tienda entre la gente.

Esta Iglesia local es aquel pueblo escogido entre las gentes


convocada en la unidad del Padre, y del Hijo y del Espritu
Santo. El Apstol Pablo escribir a los Romanos son llamarlos
por Jesucristo entre las gentes, son amados y santos por
vocacin (Rin 1, 1.5): los Corintios son santificados en Cristo
Jess, llamados tambin ellos a ser santos (1 Cor 1,2); los
Tesalonicenses son por El elegidos de entre las gentes (1
Tes 1,4). y en Jerusaln Dios se haba escogido un pueblo
entre los paganos para consagrarlo a s? (Hch 15,14). A tales
estupendas expresiones parece hacer eco la Lumen Gentium
cuando escribe. Los bautizados son consagrados como casa
espiritual y sacerdocio santo por la regeneracin y por la uncin
del Espritu Santo, para que por medio de todas las obras del
hombre cristiano ofrezcan sacrificios espirituales y anuncien las
maravillas de quien los llam de las tinieblas a la luz admirable
(cf;: 1 Pe 2, 4-10)? (LO 10), por lo que se deduce que se da
una verdadera igualdad entre todos en lo referente a la dignidad
y a la accin comn de todos los fieles para la edificacin del
Cuerpo de Cristo? (LO 32). Pero el escenario en el que hoy
estarnos llamados a edificar el Cuerpo de Cristo es ese donde
de siete mil millones de personas. al menos cinco mil millones
no han recibido el Evangelio. Y esto hace ver qu inmenso es
todava el campo en el que debernos trabajar, custodiando en
nosotros mismos la misma inquietud de Pablo, que suea con el
macedonio que grita Pasa a Macedonia y aydanos (Hch 16,9).

18

9.

En la obra de evangelizacin existe una responsabilidad misionera


de todas las Iglesias. Todas Las comunidades cristianas, COMO
vasos comunicantes comparten de varias formas y manera la
misma misin universal. Todas las Iglesias, juntas, en misin.
En la actualidad es comn La conviccin de que una persona,
una dicesis, una orden o una congregacin religiosa no son
verdaderamente autnticas Si no se insertan en la estela de
la missio ad gentes. Y es interesante cmo esta conciencia
este haciendo crecer en nuestros das un, fuerte movimiento
misionero: pienso en el gran impulso de Los sacerdotes Fidel
donum, en las ordenes contemplativas, que han establecido
comunidades en territorios de misin en los miles de laicas y
laicas que, as COMO en numerosos ncleos familiares que casi
se trasplantan en lugares diferentes de los que les son propios,
en los numerosos movimientos eclesiales con un fuerte impulso
misionero. Escriba el Beato Juan Pablo el 7 de diciembre de 1990
en la Redemptoris Missio: Muchos son ya los frutos misioneros
del Concilio: se han multiplicado as Iglesias locales provistas
de Obispo, clero y personal apostlico propios; se va logrando
una insercin ms profunda de las comunidades cristianas en
la vida de los pueblos; la comunin entre las Iglesias lleva a
un intercambio eficaz de bienes y dones espirituales: la labor
evangelizadora de los laicos est cambiando la vida eclesial;
las Iglesias particulares se muestran abiertas al encuentro, al
dilogo y a la colaboracin con los miembros de otras Iglesias
cristianas y de otras religiones. Sobre todo, se est afianzando
una conciencia nueva: la misin atae a todos los cristianos.. a
todas las dicesis y parroquias, a las instituciones y asociaciones
eclesiales (RM1 2). La Missio ad gentes, pues, es un asunto de
cada fiel, de cada comunidad cristiana, de cada Iglesia particular
La corresponsabilidad misionera de las Iglesias se muestra real
solamente si hay miembros que de una Iglesia particular van
a otra para la evangelizacin. Sin envo, la corresponsabilidad
estara vaca de sentido. y nuestro trabajo se reducira, en el
mejor de los casos, a una sencilla recogida de fondos.

10. La cooperacin misionera significa empeo efectivo en


la evangelizacin. Acabo de mencionar la Carta encclica
Redemptoris Missio, que a veinticinco aos del Concilio se haba
19

Amrica Misionera Comparte tu fe


convertido en una intrprete acreditada de algunas crisis externas
e internas de la misma Iglesia que no pocas veces haban debilitado
el impulso misionero de la Iglesia hacia los no cristianos, lo cual es
un hecho que debe preocupar a todos los creyentes en Cristo>,
(RMI 2). No quiero detenerme en una crtica auto lesiva y en la
problemtica sobre la misin evangelizadora, de la que habla el
mismo documento pontificio, porque son ampliamente conocidas
y muchos de sus efectos Llegan hasta nuestros das. Me interesa
centrar la atencin en la tendencia seria que atenaza a las
Iglesias particulares y que las inducen a encerrarse en s mismas,
preocupadas por sus propias necesidades e inmensos con los
desafos no simples que la humanidad plantea al cristianismo. La
misin se escucha repetir a menudo a los obispos preocupados
est aqu. Pero la experiencia nos dice que de esta manera no se
va muy lejos, porque una buena solucin para volver a dar vida a
las comunidades cristianas es precisamente la missio ad gentes.
Efectivamente, la fe se refuerza dndola. Si una dicesis, una
comunidad cristiana no se sita en el surco de la evangelizacin,
est en crisis. Todos vosotros, provenientes, de las Iglesias del
Continente americano, clero y laicos, sois representantes y signo,
de la catolicidad de la Iglesia, que se concretiza en el respiro
universal de la misin apostlica, hasta los extremos confines
de la tierra y hasta el fin del mundo (Cfr. Hch 1,8, Mt 28,20),
para que ningn pueblo o ambiente sean privados de la luz y de
la gracia de Cristo. Este es el sentido, la trayectoria del camino
histrico, la missio y la esperanza de la Iglesia de Amrica y del
Caribe. Vuestra alegra, vuestro entusiasmo por la misin debe
ser una realidad contagiosa, tanto para el Continente americano,
como para todo el mundo.
11. Evangelizar siempre. Tambin hoy, ms an, sobre todo en
nuestro tiempo, existe la necesidad y la urgencia de evangelizar,
porque el anuncio del Evangelio es siempre una buena nueva que
lleva la salvacin a todos los hombres y frutos tiende a crear paz
y respeto entre las personas y los pueblos. Evangelizar, en una
palabra, es un acto de amor. Es infundir un manantial siempre
nuevo de luz y de vida en la humanidad. Es una actividad que
ilumina toda la existencia del hombre. A quien ha vivido y vive
en medio de situaciones dramticas de la humanidad, le es a
20

veces, creer de todo corazn y totalmente convencido, de que


Dios ama verdaderamente esta humanidad. El escenario que
ms a menudo hace de teln de fondo y en el que se da la
actividad evangelizadora es el de quien vive en el sufrimiento
ms atroz. El apstol que se encuentra en las fronteras asiste
al sufrimiento de una multitud de personas y, entre ellas, de las
clases ms dbiles de la sociedad, nios y mujeres, que mueren
de hambre, de sed, por la violencia, las enfermedades. Hierve
de indignacin ante el espectculo de campos de refugiados,
donde se encuentran amontonadas personas que han huido de
situaciones de guerra. No soporta el drama de las violencias, de
los genocidios, de la masas desheredados de gente en fuga, sin
la certeza de sobrevivir. Todo esto crea una rabia interior contra
las injusticias, la corrupcin de los poderosos, la prepotencia de
los poderes fuertes, que dominan la vida de los seres humanos.
Hace que sea impaciente y, porque la piedad le puede, invoca
todos los medios posibles para derrotar los poderes que causan
tanto sufrimiento. Su fe est puesta a prueba, y se pregunta
si esta es la manera en que Dios manifiesta verdaderamente
su amor por esta humanidad. Quien trabaja en los confines
antropolgicos de la humanidad a menudo sufre la tentacin que
de perder la percepcin de la presencia concreta de Dios, de
su accin en el mundo. y se pregunta por qu, Seor permites
todo esto, si es verdad que tu existes si amas al ser humano que
has creado a tu imagen? El riesgo es que se vaya deslizando
hacia una incredulidad secularizada, y la misin se convierta en
una actividad simplemente humana y no en una missio Dei.
12. La misin de anunciar el Evangelio a las gentes es tambin
juicio crtico sobre las transformaciones mundiales que estn
cambiando cualitativamente la cultura de la humanidad. La Iglesia,
presente y activa en las fronteras geogrficas y antropolgicas
de la humanidad, es portadora de un mensaje que cala en la
historia donde proclama valores inalienables de la persona, con
el anuncio y el testimonio del designio salvfico de Dios, hecho
visible y operante en Cristo. La predicacin del Evangelio es una
llamada a la libertad de los hijos de Dios, para una construccin
de la sociedad justa y solidaria. Quien participa en la misin
de Cristo. se encuentra inevitablemente en la tribulacin, en la
21

Amrica Misionera Comparte tu fe


contradiccin y en el sufrimiento, porque se enfrenta con las
resistencias de los poderes fuertes de este mundo mientras
sus armas son la pobreza de Cristo y la debilidad de la cruz. La
misin ad gentes exige a la Iglesia y a los misioneros que acepten
los instrumentos del propio ministerio: pobreza evanglica que
confiere la libertad de predicar con valenta y franqueza, no
violencia, por lo cual todo lo sufren en nombre del evangelio una
disponibilidad a dar la propia vida por el nombre de Cristo y por
amor de los hombres.
13. Misin universal. Aparecida ha reconocido, confirmado y
relanzado no solamente la misin continental, sino tambin en
todo el mundo, ya que la Iglesia tiene una misin pare comunicar
vida (Aparecida, cap. 7.1.4), lo que exige una conversin pastoral
y una renovacin misionera de las comunidades (Cap. 7. 2).
En el documento se dice tambin que el mundo espera de
nuestra Iglesia latinoamericana y caribea un compromiso ms
significativo con la misin universal en todos Los Continentes.
Para no caer en la trampa de encerrarnos en nosotros mismos,
debemos formarnos como discpulos misioneros sin fronteras,
dispuestos a ir a la otra orilla en la que Cristo no es aun
reconocido como Dios y Seor ; y La Iglesia no est totalmente
presente, (ibid. 376), Aunque la Iglesia latinoamericano necesita
ella misma misioneros de otras Iglesias. y recursos econmicos,
continua siendo Fiel a la declaracin que hizo en Puebla, de dar
desde su pobreza y desde Ia alegra de su Fe. Sin duda, en
algunos pases como Estados Unidos, Mxico. Colombia, Brasil,
Argentina, por citar solamente algunos, la missio ad gentes
ha experimentado un desarrollo significativo. Sacerdotes Fidei
donum religiosos empean su vida en llevar el Evangelio a los
pases africanos y. Asiticos. Notable es tambin el movimiento
misionero laical, aunque no siempre consigue desarrollar Ia
dimensin misionera por falta de especficos centros de formacin
y de recursos econmicos. Pero en general, la impresin es que
la Iglesia americana, en su conjunto est todava lejos de realizar
el sueo de Juan Pablo II que la quera como una gran fuerza
misionera por el mundo. A veces aparece todava demasiado
preocupada de s misma. En verdad, la misma misin continental,
de la que el papa Benedicto XVI se alegraba debera ser una
22

condicin por lanzarse a la missio ad gentes; mucho depende


de si nosotros estamos en grado de mostrar a los fieles la belleza
de esta opcin y sabemos motivar su sentido de participacin y
de corresponsabilidad.

Casi a modo de conclusin, me pregunto si el continente


americano que ha sabido dar hoy en el contexto de la Iglesia
catlica, un Papa latinoamericano como Pastor universal para s
y para el mundo, tiene una misin especial no solamente en el
contexto de Amrica misma, sino tambin en la missio ad gentes
y hacia mundo secularizado y multicultural Podemos pensar
que las enormes potencialidades que tiene este continente, se
agoten solo en un mbito regional y no est en grado de influir
profundamente en un mundo sin Cristo secularizado y multicultural
donde parece que las numerosas ideologas postcomunistas,
secularistas elitistas, invasoras y bien equipadas no quieren
dejar ningn espacio a Cristo y a su Evangelio? Yo estoy a
la puerta y llamo (Ap 3,20). Pero t Seor, quieres entrar o
salir?. En la perspectiva misionera, evidentemente quiere salir.
Es decir, en verdad quiere abrir la puerta y salir al mundo. Quien
le ha conocido y le ha acogido, sabe que quiere salir mientras
murmura: Tambin tengo otras ovejas que no son de este redil;
tambin a esas las tengo que conducir (Jn 10,16). Por eso, la
Iglesia de este continente puede dar y puede hacer ms, porque
tambin aqu, donde existen tantas pobrezas, y la esperanza tiene
todava un papel y un vigor, nadie es tan pobre que no pueda
compartir al menos la propia fe! Animo Amrica, animo Amrica
Latina , puedes dar y hacer ms, por eso pido a los discpulos
misioneros de Jess, que son tantos, que se presenten y se den
a conocer! Animo Amrica, comparte tu fe.

23

Amrica Misionera Comparte tu fe


Dios est siempre all, listo a manifestarse. Pero nuestra


desatencin, despreocupacin e incapacidad de mirar con
delicadeza y atencin, impide abrirnos a l, a descubrir en la
historia y sus acontecimientos un signo de su presencia.

Para qu mirar la realidad? Para compartir la fe. Para manifestar


y promover todo experiencia de vida digna y fraterna, venga
de donde venga. Para ser partcipes de las miles de iniciativas
de nuestros pueblos por dar a luz otros mundos posibles ms
fraternos. Para optar por una convivencia intercultural capaz de
generar alternativas de vida en el presente: hoy, aqu y ahora.

Desde dnde mirar el mundo? Jess, que ha de ser nuestro


centro. Una mirada evanglica del mundo ha de partir desde
los espacios fronterizos y perifricos. Desde las periferias
existenciales. Estos espacios fronterizos y perifricos, configuran
la nueva geografa misionera: desde donde sintonizar con los
anhelos de vida de la humanidad en su variopinta diversidad;
desde donde testimoniar, dialogar y anunciar nuestra plenitud de
vida en Jess.

Cmo mirar el mundo? Miremos el mundo como lo mir Jess.


Con una mirada de amor y compasin, liberadora, pero al mismo
tiempo desafiante y crtica-proftica. La mirada de Jess invita a
una mirada toda participacin e involucramiento, lejos de toda
actitud distante como de quien mira un objeto o algo extrao.

Qu mirar del mundo? Desafo del discpulo-misionero es mirar


el todo en la parte y la parte en el todo, para encontrar a Dios
en todas las cosas como afirma el Papa Francisco. Orientar la
mirada, agudizarla y ejercitarla, para vislumbrar esa presencia
del Resucitado que nos mira y transforma.

3.

Un mundo en transformacin.

Inmersos en una poca de cambio: Un cambio que est


transformando la raz del modo de estar y vivir en el mundo, y no

III. SINTESIS DE LAS CONFERENCIAS GENERALES.

A. El mundo de Hoy, Pluricultural y Secularizado. Actitudes,


insumos y claves para una mirada creyente de la realidad.

Lic. Lucas Cervio.


1.

A manera de introduccin.

Compartir la fe nos conduce a comprender el mundo. Es


imprescindible saber mirar y comprender el mundo de hoy para
descubrir el mejor modo de compartir la fe. Esto es an ms
urgente y necesario ante nuestro mundo actual, siempre ms
plural, variopinto y complejo.

La actitud vital para mirar el mundo de hoy es hacer eco en


nuestros corazones y comunidades cristianas a los interrogantes,
bsquedas y anhelos de nuestros pueblos americanos. A esos
anhelos hemos de hacer eco, acoger y donar nuevamente, desde
el corazn de nuestras comunidades cristianas.

Actitud vital para comprender e interpretar la presencia de Dios en


el acontecer del mundo, es el intercambio de dones. De manera
simblica el ritmo del intercambio de dones entre la comunidad
cristiana y el mundo, sera: Sumergirse Revisitar - Renovarnos.

2.

Cuatro preguntas para afinar la mirada.

Para un discpulo-misionero es vital afinar la mirada, porque la


mirada est muy relacionada con la misin. Por eso, para poder
pensar la misin hoy deberamos preguntarnos qu miramos,
desde dnde, por qu lo hacemos.

24

25

Amrica Misionera Comparte tu fe


slo de algunos en el mundo, sino de todos los pueblos. A la base
de todo hay una crisis antropolgica, de cmo se comprende al
ser humano. Desde una mirada creyente es posible percibir el
cambio de poca como una oportunidad de volver a las races
cristianas. Orientarse hacia lo que est germinando, promoviendo
todos aquellos signos de vida digna y plena.

La reciprocidad, nuevo paradigma en gestacin: El cambio


de poca conlleva un cambio de paradigma. El actual paradigma
en gestacin es el del pluralismo. El paradigma en gestacin
invita a abrirse, sin prejuicios y con una acogida plena, a nuevas
perspectivas sobre la vida, sobre la comprensin del ser humano
y sobre el Absoluto. Ello implica pasar del paradigma aislacionista
y expansionista al de la reciprocidad.

Transformacin de la conciencia temporal y espacial: Hoy


es el presente lo que vale, es all donde se coloca todo el acento
temporal. Esta acentuacin del presente viene acompaada
de una aceleracin de la percepcin del tiempo, fruto de la
revolucin tecnolgica. Tambin la conciencia del espacio est
modificndose. El espacial vital se ensancha hasta adquirir
dimensin planetaria.

4.

Dos rasgos de la nueva realidad: lo pluricultural y la secularidad.

De la pluriculturalidad a la interculturalidad: Referirse


a pluralidad de culturas no es pensar solamente a culturas
autctonas o indgenas, sino tambin a las culturas urbanas, a
las subculturas como la juvenil, a culturas nacionales, regionales,
etc. Tambin a esas nuevas hibridaciones culturales o nuevos
mestizajes que se estn dando en nuestro continente, sobre todo
en las periferias urbanas que son un gran entrecruce cultural.

La diversidad cultural en Latinoamrica: El cambio de poca


ha despertado la conciencia sobre el fenmeno de la diversidad
cultural. Esto iniciar, en ciertos pases de Latinoamrica,
procesos de reformas constitucionales para que se reconozca
esta diversidad, dando cabida a conceptos como pluricultural,

26

diversidad cultural, multicultural.


convierte en problema y desafo.

La diversidad cultural se

La interculturalidad, camino para la convivencia desde


la diversidad: La perspectiva intercultural es un intento de
pensamiento y accin, que busca avanzar en el camino de
dialctica dialgica: somos diferentes, pero iguales. Por el simple
hecho que esa diversidad se da y acontece en nuestras iglesias,
sin duda que hay muchas estructura caduca (DA 365) por
cambiar desde este signo de los tiempos y una reconfiguracin
de la misin.

Un continente catlico? Entre secularizado y plurirreligioso: La


mundializacin o globalizacin est reconfigurando el fenmeno
religioso. Los obispos reunidos en Aparecida no lograron reconocer
positivamente la creciente pluralidad religiosa de Latinoamrica
y el Caribe. Los fenmenos centrales de la transformacin de
vivencia religiosa latinoamericana son dos: la secularizacin de
ciertos grupos sociales y la nueva diversidad religiosa dentro y
fuera del cristianismo. Estos fenmenos se presentan como un
gran desafo, porque hasta hace poco lo catlico se present
como un rasgo de la identidad latinoamericana.

La indiferencia religiosa, que muchas veces viene asociada a


la secularizacin y que no hay que confundir con un atesmo
prctico, es otro elemento fundamental de la reconfiguracin
religiosa. Es el fenmeno de la ruptura con la institucionalizacin
de la creencia, pero no por ello con la fe y creencia en un ser
absoluto. Esto conduce a que cada vez ms la adhesin a una
religin o espiritualidad sea sobre todo de eleccin personal
.El pluralismo no cambia necesariamente lo que la gente cree
sino cmo lo cree. Lo importante es que hay opciones, muchas
opciones espirituales.

5.

Desafos del mundo de hoy a la Iglesia y la misin.

El giro hacia una personalizacin de la fe invita a centrar la vida


cristiana en la experiencia de fe. En generar las condiciones y
27

Amrica Misionera Comparte tu fe


acompaamiento para que sta se d.

Slo de esta renovada experiencia de fe que surge desde lo


bblico, ser posible ir reconstruyendo el lenguaje religioso,
en este caso cristiano, que denota una gran incapacidad de
expresin y conexin con las bsquedas y anhelos de hoy.
Justamente por lo anterior, la misin ha de recuperar y articularse
desde el testimonio de vida cristiana. El testimonio desvela que
no se puede compartir lo que no se tiene y que no hay mayor
anuncio que el testimonio.

El dilogo tambin se transforma en un elemento esencial de la


misin. Un autntico ejercicio de dilogo es ya anuncio de Jess,
el Dios-Hombre que es un modelo de dilogo para un mundo
plural.

La pluralidad es una oportunidad histrica para ahondar, tanto


a nivel de experiencia como reflexivamente, en la especificidad
cristiana de Dios: la unitrinitariedad, el uno en lo mltiple, donde
la comunin no es uniformidad ni la diversidad fragmentacin.

La diversidad a todos los niveles interpela a la comunidad cristiana


y principalmente a la organizacin jerrquica de la Iglesia a una
eclesiologa autnticamente de comunin y con protagonismo
laical. A un funcionamiento ms sinodal y colegial.

Tal vez ha llegado la hora de un Nuevo Pentecosts, pero que


sea un pentecosts intercultural e interreligioso, donde gracias
a la presencia del Espritu, la fuente originante del Padre pueda
manifestarse en mltiples y diversas expresiones y concretizacin
de la encarnacin del Hijo.

28

B. La Palabra de Dios, fuente de sentido para el Mundo de Hoy.

Mons. Silvio Jos Bez, o.c.d.


Con la presente exposicin deseo mostrar la decisiva importancia


de la Palabra de Dios para llevar a cabo el anuncio del evento
salvador de Jesucristo, como fuente de sentido y de esperanza
para el mundo de hoy.

1.

Tres grandes fenmenos que han condicionado el mundo de hoy.

En primer lugar el mundo de hoy est marcado por el fenmeno


de la secularizacin, que no slo nos lleva a reconocer la legtima
autonoma de la persona, de la cultura y de la tcnica, sino que
puede tambin originar desequilibrios entre la autonoma del ser
humano y la prdida del sentido de la trascendencia.

En segundo lugar, habra que sealar la globalizacin. Es positiva


porque crea la posibilidad de una gran interconexin mundial
que puede mejorar la calidad de la vida humana, sin embargo,
produce la bsqueda desmedida de la ganancia econmica
que reduce la persona a consumidor, que fuerza a los pobres a
emigrar en busca de una vida digna, la creciente brecha entre
ricos y pobres, la fractura de las culturas, de la vida familiar, etc.

En tercer lugar, la convivencia humana en el mundo de hoy est


profundamente influenciada por la bsqueda de una nueva tica...
Hoy lamentablemente se ha desarrollado una tica que relega a
Dios y a la religin al mbito privado. Se hace urgente una nueva
tica, pero fundamentada en la dignidad de la persona humana
creada por Dios, el nico absoluto.

2.

La misin de la Iglesia frente al mundo.

Despus del Concilio Vaticano II hay una clara autoconciencia en


29

Amrica Misionera Comparte tu fe


estricto, es Jesucristo, en dos sentidos. Es la Palabra que slo
Dios poda decir y es la Palabra que nos invita a la comunin
con l. Dios, por su Hijo, se dice y se ofrece en relacin
interpersonal, invitndonos a una respuesta desde nuestra
condicin de personas, esto es, a una respuesta consciente y
libre, suscitada por la fe.

la Iglesia de que ella est llamada a servir, como sacramento


o seal e instrumento de la ntima unin con Dios y de la unidad
de todo el gnero humano (Lumen Gentium, 1). Sin embargo
histrica, teolgica y pastoralmente lamentablemente la Iglesia
ha asumido posiciones que la han llevado a un aislamiento y a un
antagonismo peligroso respecto al mundo, principal interlocutor
de su quehacer.

A la luz del evangelio la actitud correcta es, por una parte, dejar
al mundo ser mundo, respetando su dimensin de secularidad,
pero al mismo tiempo colaborando para que alcance la plenitud
de la vocacin para lo que Dios lo ha destinado.

3.

La Palabra de Dios.

La clave de una relacin fecunda y respetuosa entre su


comunidad y el mundo est en ofrecer al mundo la palabra de
Dios, la palabra que es la verdad. El Documento de Aparecida
nos lo ha recordado en dos nmeros significativos, que hacen
relacin, el primero al kerygma, y el segundo a la catequesis. (n.
289 y 298).


30

La palabra de Dios es la verdad. Como lo ha puesto de


manifiesto recientemente la Encclica Lumen Fidei, la verdad
es Dios mismo, en cuanto slo l es absolutamente fiable y por lo
tanto es razonable tener fe en l, cimentar la propia seguridad
sobre su Palabra (n. 23).
A Dios no se llega por medio del esfuerzo humano de elevarse a
l, sino que l se ha revelado, es decir, se ha dado y comunicado
a nosotros por su libre iniciativa y voluntad. Dios no se define en
trminos esencialistas o filosficos, sino relacionales. A travs de
la revelacin Dios ha dado a conocer su misterio y su proyecto
salvador al modo humano, es decir, con seres humanos y en
lenguaje humano (cf. Dei Verbum, 12).
La Palabra de Dios, la verdad, es su sentido ms pleno y

Dios comunica su Palabra divina al ser humano para revelar su


misterio, cuya aceptacin por la fe es vida nueva y salvacin para
el que crea en el Seor Jess. En la verdad que revela Jess
y que es Jess (cf. Jn 14,6) se revela tanto el misterio divino de
vida y salvacin y, en virtud de la encarnacin, se revela tambin
la vocacin y misin del ser humano, el sentido de su ser y de su
quehacer, segn el designio de Dios. Desde esta perspectiva la
Palabra de Dios es la mayor fuente de sentido para el hombre y
para el mundo.

4.

Antropologa, Teologa y Pastoral del anuncio de la Palabra al


mundo.

Habra que preguntarse tambin por la posibilidad del anuncio de


la Palabra al mundo. Debemos plantearnos tres interrogantes de
cara a la misin:

a- Es el ser humano, a quien est destinado el anuncio de la


Palabra de salvacin, capaz de escucharla y acogerla? Esta
pregunta exige una respuesta antropolgica. La Biblia es clara
en manifestar la capacidad del hombre para escuchar la voz
divina. La Exhortacin Apostlica Verbum Domini, lo ha afirmado
con certeza: El hombre ha sido creado en la Palabra y vive en
ella; no se entiende a s mismo si no se abre a este dilogo. La
Palabra de Dios revela la naturaleza filial y relacional de nuestra
vida (n. 22).
b- La Palabra de Dios posee la capacidad de entrar en dilogo
con los anhelos e interrogantes del hombre? Esta pregunta
es de carcter teolgico y tiene que ver con la capacidad de la
31

Amrica Misionera Comparte tu fe


Palabra de Dios para afrontar, iluminar o responder a los grandes
interrogantes y anhelos del ser humano. La Palabra divina
pertenece al eterno presente divino, ella es una y eterna, pero
puede ser, y de hecho slo puede ser acogida en el hoy irrepetible
de quien se abre a ella. Es importante tomar conciencia de que
la Palabra de Dios no se contrapone al hombre, ni acalla sus
deseos autnticos, sino que ms bien los ilumina, purificndolos y
perfeccionndolos. Qu importante es descubrir en la actualidad
que slo Dios responde a la sed que hay en el corazn de todo
ser humano (Verbum Domini, 23).
c- Qu comporta pastoralmente para la Iglesia la relacin entre la
Palabra de Dios y la realidad actual? Esta pregunta es de carcter
pastoral. Est la comunidad eclesial capacitada para que se
produzca ese fecundo dilogo salvador entre la Palabra de Dios
y el mundo y el hombre de hoy? El documento de Aparecida nos
da una preciosa clave cuando asume el concepto de animacin
bblica de la pastoral, que como explica la Verbum Domini
no es una pastoral ms, yuxtapuesta a otras, sino el esfuerzo
por lograr que las actividades habituales de las comunidades
cristianas, las parroquias, las asociaciones y los movimientos se
interesen realmente por el encuentro personal con Cristo que se
comunica en su Palabra (n. 73).

En sntesis, la Exhortacin Apostlica Verbum Domini lo resume


con estas palabras: Es decisivo desde el punto de vista pastoral
mostrar la capacidad que tiene la Palabra de Dios para dialogar
con los problemas que el hombre ha de afrontar en la vida
cotidiana (n. 23).

5.

La Palabra de Dios como sentido para el mundo.

Hoy la bsqueda de sentido se vuelve difcil en sociedades


como las nuestras marcadas adems por un comportamiento
social y por una cultura individualista, intimista e injusta, en
medio de estructuras de muerte que condenan a muchos de
nuestros hermanos y hermanas a la marginacin y al olvido,
abandonndolos en su miseria y su dolor.

32

5.1 Ver con los ojos de Jess: La Palabra de Dios nos permite ver.
Se vuelve fuente de sentido en primer lugar para nosotros los
creyentes. El discipulado misionero se fundamenta en la escucha
de Jess y en la comunin con l, palabra definitiva y eterna de
Dios. La palabra de Dios ensea que Cristo no es slo aquel
en quien creemos, la manifestacin mxima del amor de Dios,
sino tambin aquel con quien nos unimos para poder creer. La
fe no slo mira a Jess, sino que mira desde el punto de vista
de Jess, con sus ojos: es una participacin en su modo de ver
(Lumen Fidei, 18).

La Palabra de Dios es fuente de sentido para el mundo, en


primer lugar para nosotros, pues nos hace ver la inseparable
relacin entre el amor a Dios y el amor al prjimo; nos hace
comprender que el reino de vida invita a todos a suprimir las
graves desigualdades sociales, las enormes diferencias en el
acceso a los bienes y a luchar por el bienestar fsico y espiritual
de las personas, luchando por su dignidad y sus derechos
fundamentales.

5.2 El lgos de la esperanza con palabras y gestos: Nuestra relacin


con la palabra de Dios hace brotar la conciencia misionera
frente al mundo, de un modo tan singular que la obra misionera
no resulta nuestra sino fruto de la misma Palabra. Con esta
conciencia ofrecemos al mundo lo que la Primera Carta de Pedro
llama el lgos, la razn, la lgica interna de la esperanza cristiana,
la cual tiene un nombre y una historia: Jess de Nazaret (Verbum
Domini, 91).

Este anuncio hoy exige el compromiso personal de quien


encarna, corporaliza el kerygma en su propia existencia. A la
luz del evangelio y del estilo evangelizador del Papa Francisco,
es necesario que, sin descuidar los grandes proyectos
evangelizadores de las distintas iglesias locales, anunciemos y
testimoniemos a Jesucristo con una actitud permanente que se
manifieste en opciones y gestos concretos (Aparecida, 397).

5.3 Palabra y Reino de Dios: El sentido que la Palabra de Dios puede


33

Amrica Misionera Comparte tu fe


ofrecer al mundo se hace tangible en el testimonio de palabra y
de obra del Reino de Dios: Es necesario redescubrir cada vez
ms la urgencia y la belleza de anunciar la Palabra para que
llegue el Reino de Dios, predicado por Cristo mismo (Verbum
Domini, 93). El Reino de Dios es Jess mismo, quien en cuanto
Palabra enviada por el Padre, adquiere rostro y nombre. Este
es el lgos, fuente de sentido que tenemos que ofrecer a la
humanidad: Jess de Nazaret. En el tiempo de la nueva alianza,
a travs de la escucha y la obediencia a Cristo la Palabra se
hace realidad en el encuentro de comunin filial con el Padre
por la accin eficaz del Espritu. No podemos olvidar que lo ms
original del lgos o sentido que el Reino de Dios ofrece al mundo
trasciende la historia. El Reino de Dios como plenitud de vida
para el mundo, se va realizando en la historia, en modo parcial
y limitado. Es un modo de ver, de vivir y de convivir. Jess de
Nazaret, con su historia, palabras y obras, nos ha mostrado los
caminos del Reino, en donde se entrecruzan el don de Dios y el
compromiso humano, la gracia y la fe: ser hijos e hijas de Dios:

La palabra de Dios revela que todos los hombres y mujeres de


este mundo son hijos e hijas de Dios.

La Palabra de Dios nos ensea que la humanidad tiene en Dios


un nico padre y por tanto todos somos hermanos y hermanas
(Mt 23,8).

La Palabra de Dios nos ensea a vivir correctamente nuestra


relacin con el mundo y con los bienes materiales, con libertad y
en solidaridad con los dems.

6.

Conclusin

La Palabra de Dios ser fuente de sentido para la vida del mundo


cuando se vuelva luz y sal, fermento en la levadura, pequea
semilla que crece sin que sepamos ni siquiera cmo. Cuando
esa Palabra no se perciba como proselitismo de una Iglesia
autorreferencial, ni como imposicin moral sobre los dems.
Cuando no sea una simple palabra de consuelo, sino una palabra

34

que interpele e invite al encuentro con el Seor Jess, principio


y fundamento de una vida nueva ya ahora y que perdura para la
eternidad.

C. La urgencia de la Misin en los mbitos de la Nueva


Evangelizacin y la Misin Ad-gentes.

P. Ral Biord Castillo, sdb


1.

Prtico: ...un fruto del Concilio Vaticano II

El Concilio Vaticano II ha redescubierto la misin evangelizadora


como corazn de la Iglesia. El decreto Ad gentes divinitus, sobre
la actividad misionera de la Iglesia, deline los principios de la
actividad misional de la Iglesia. A los diez aos de la clausura
del Concilio Vaticano II, Pablo VI nos regal la exhortacin
apostlica post-sinodal Evangelii Nuntiandi (1975), que bien
puede considerarse como la Carta Magna de la Evangelizacin
y el ltimo documento conciliar. Esa exhortacin, puede decirse,
constituye la interpretacin del magisterio conciliar sobre lo que
es tarea esencial de la Iglesia: Ay de m si no predicase el
Evangelio!

2.

Misin y nueva evangelizacin: ampliacin semntica y urgencia


de precisar significados.

El Papa Juan Pablo II condens en nueva evangelizacin todo


el programa pastoral que deba asumir la Iglesia al cruzar el tercer
milenio. Desde entonces ha sido mil veces coreada en cuanto
foro eclesial se haya celebrado. Y a fuerza de repeticin podemos
correr el riesgo de desdibujar sus contornos y despilfarrar su
significado.

La frmula nueva evangelizacin puede ser comprendida como


una intuicin, como un smbolo, como un compromiso, como un
35

Amrica Misionera Comparte tu fe


apostlica Ubicumque et Semper por la cual se crea el Pontificio
Consejo para la Promocin de la Nueva Evangelizacin,
Benedicto XVI afirma: La misin evangelizadora ha asumido
en la historia formas y modalidades siempre nuevas segn los
lugares, las situaciones y los momentos histricos. En nuestro
tiempo, uno de sus rasgos singulares ha sido afrontar el fenmeno
del alejamiento de la fe. Posteriormente, Benedicto XVI decidi
dedicar un Snodo al tema de La nueva evangelizacin para la
transmisin de la fe cristiana.

programa pastoral, como una modalidad de la misin, como un


organismo y como una actitud.

Fue en la Conferencia General de Puebla donde se acu la


expresin nueva evangelizacin. Se afirmaba la necesidad
de que la evangelizacin cale hondo en el corazn del hombre
y de los pueblos, buscando la conversin personal y la
transformacin social. En segundo lugar se refiere a situaciones
nuevas que nacen de cambios socio-culturales y requieren una
nueva Evangelizacin (DP 366). Finalmente dirige su mirada a
situaciones particularmente difciles: grupos cuya evangelizacin
es urgente, pero queda muchas veces postergada (DP 367).

Esta intuicin pronto sera recogida, apropiada, proclamada y difundida


por Juan Pablo II el Grande, quien la us por primera vez el 9 de junio
de 1979 en una Misa para los obreros en el Santuario de la Santa Cruz
de Mogila (Nowa Huta-Polonia) al inicio de su Pontificado. Pero fue
en la Asamblea de preparacin del V Centenario de la Evangelizacin
de Amrica, en Hait, cuando Juan Pablo II consagr la frmula nueva
evangelizacin: Nueva en su ardor, en sus mtodos y en su expresin.

Durante todo su pontificado, Juan Pablo II us mucho esta


expresin en diferentes contextos, hasta asumirla como una
consigna programtica para toda la Iglesia en el nuevo milenio.
Por nueva evangelizacin entendi un proyecto pastoral de toda
la Iglesia para transformar las culturas a la luz del Evangelio,
construyendo as lo que l llam una civilizacin del amor.
a. Una modalidad de la misin (Redemptoris Missio: 7-12-1990)
En la encclica Redemptoris Missio invitando a toda la Iglesia a
un renovado compromiso misionero, Juan Pablo II comprende
la nueva evangelizacin no slo como un programa para un
continente particular o un sector, sino como una modalidad
importantsima de la misin perenne. Mirando al mundo actual,
desde el punto de vista de la evangelizacin, Juan Pablo II
distingue tres situaciones. Misin ad gentes, Accin pastoral
ordinaria, Nueva evangelizacin.
b. Un organismo y un snodo (Benedicto XVI): En la carta

36

c. Una nueva actitud (Francisco: 2013): Desde su eleccin como


Obispo de Roma, el Papa Francisco ha puesto de manifiesto que
la nueva evangelizacin necesita sobre todo una nueva actitud:
acercarse con misericordia, sin prejuzgar ni condenar. Invita a
centrar la pastoral en la misin y no en el dogma. La evangelizacin
acontece siempre en el marco de un dilogo interpersonal
y respetuoso. Con esto nos recuerda que la evangelizacin
nueva en su ardor, en sus mtodos y en su expresin, debe ser
radicalmente nueva en las actitudes del evangelizador: fervor,
alegra, valenta, esperanza, amabilidad.
3.

Una misin Teo-dramtica para el hombre y para el mundo

a. La misin como desafo pastoral, teolgico y espiritual: El


Cardenal Walter Kasper nos ha recordado que la misin, antes
de ser un desafo pastoral, es sobre todo un desafo teolgico
y espiritual. Esto quiere decir que la primera tarea misionera es
encontrar una comprensin adecuada y compartida de misin,
reflexionar sobre sus condiciones y consecuencias, orar para
que el Seor d crecimiento a lo sembrado. En los ltimos
aos, la idea de misin ha sido puesta con mucha frecuencia
en discusin. No se puede negar que ante la misin en muchas
de nuestras comunidades hay un sentimiento de indiferencia. El
gran desafo del presente es superar la crisis de la idea de misin
en el interior de la Iglesia.
b. La Iglesia no tiene una misin, la misin tiene una Iglesia:
Algunos telogos han dicho que la Iglesia no tiene una misin
sino que la misin tiene una Iglesia. Estamos acostumbrados
a percibir que la misin es el quehacer de la Iglesia. No somos
37

Amrica Misionera Comparte tu fe


nosotros los que definimos la misin, sino que la misin nos
define a nosotros. El verdadero fundamento de la misin estriba
en la irrevocable decisin salvfica de Dios a favor de todos los
hombres. La misin no es una funcin de la Iglesia, sino que
constituye su esencia y realizacin existencial. La misin no
es primariamente una actividad de la Iglesia, sino un atributo de
Dios, pues Dios es un Dios misionero No es que la Iglesia tenga
una misin de salvacin que cumplir en el mundo; es la misin
del Hijo y del Espritu a travs del Padre que incluye la Iglesia.
c. La misin como categora central de la Teo-dramtica: Hans
Urs von Balthasar, uno de los ms grandes telogos del siglo XX,
(TC V3 4.3.1. El espacio dramtico) interpreta la historia de la
salvacin desde la categora del teatro, del drama (drao = accin)
de Dios en la historia. La parbola teatral permite la expresin no
slo del drama del hombre en su condicin personal y social, sino
la representacin de su propia verdad, gracias a la dialctica de la
mscara que vela y desvela. En esta parbola es posible construir
una Teodramtica, es decir expresar la verdad de la revelacin
de un Dios que se autocomunica actuando a travs de una
misin. La misin entonces se presenta como el envs del ltimo
motivo pascual Lo que antes de pascua se llam seguimiento,
despus de pascua se llama definitivamente misin. La misin
del Resucitado es tambin el punto de pasaje de la cristologa a la
eclesiologa: la Iglesia por fundacin es esencialmente pascual y
radicalmente misionera.
4.

Analoga entre la teologa de la misin y la teologa de los


misterios del Seor.

En su misin evangelizadora, la Iglesia recorre los tres grandes


misterios de la salvacin: encarnacin, resurreccin, pentecosts.
La Iglesia no puede seguir un camino distinto que el de Jess.
Se trata de un drama en tres actos: 1. La Encarnacin nos
lleva a la inculturacin del Evangelio; 2. La Pascua nos pide
la evangelizacin de las culturas; 3. Pentecosts nos invita a
trascender la propia cultura hacia lo multicultural y lo intercultural.

38

5.

Dimensiones y caminos de la nueva evangelizacin

En el mandato misionero del Resucitado (Mt 28,19-20) podemos


diferenciar cuatro dimensiones: la primera, misionera: Vayan a
todas las gentes; la segunda, pastoral: Hagan discpulos; la
tercera, litrgica: Bautcenlos en el nombre del Padre y del Hijo
y del Espritu Santo; la cuarta, proftica: Ensenles a guardar
todo lo que yo les he mandado.

6.

Urgencia de la misin ad gentes:

a. Del optimismo de la nueva evangelizacin a la preocupacin


por la misin ad gentes: Qu ocurre hoy con la misin ad
gentes? Pareciera que el entusiasmo por la nueva evangelizacin
ha arropado a la misin ad gentes. Diera la impresin que todo es
nueva evangelizacin, que en lugar de una modalidad o situacin
sea el nuevo nombre de la misin, absorbiendo el primer anuncio
y la accin pastoral ordinaria. Sin embargo, la misin ad gentes
tiene una especificidad propia e irreductible.
b. La misin ad gentes en nuestro continente: La Iglesia en
Amrica est invitada a permanecer abierta a la misin
ad gentes. El programa de una nueva evangelizacin en el
Continente, objetivo de muchos proyectos pastorales, no puede
limitarse a revitalizar la fe de los creyentes rutinarios, sino
que ha de buscar tambin anunciar a Cristo en los ambientes
donde es desconocido (EA 74). Un gran desafo tiene que ver
con la promocin y formacin de vocaciones especficamente
misioneras.
c. Sal de tus fronteras para dar desde la pobreza!: La misin
ad gentes se abre a otros continentes. Nuestras Iglesias han
recibido mucho de otras Iglesias de otros pases. Ahora es tiempo
de retribuir el bien recibido. Es mucho el bien que podemos dar.
7.

Una conclusin que se torna invitacin

La conversin pastoral nos exige pasar de un cristianismo


ambiental (la tradicin cristiana recibida) a un cristianismo de
39

Amrica Misionera Comparte tu fe


ya en este mundo, pero tensionndolo hacia su plenitud en la
Vida Eterna Feliz. Esta es, en verdad, la misin principal de la
Vida Religiosa Consagrada, hacia el interior de la Iglesia (ad intra
ecclesia) y hacia el mundo (ad extra ecclesia) en el cual nos cabe
vivir y actuar la primaca del seguimiento de Jesucristo como una
opcin radical de vida.

propuesta (evangelizacin misin ad gentes). No se trata de un


reclutamiento (proselitismo) sino de una pastoral de generacin.
Volver a activar la funcin generadora de la Iglesia, pasando de
una pastoral de conservacin, o peor, de restauracin, a una
pastoral eminentemente evangelizadora.
C. La Misin de la vida Religiosa consagrada en la Iglesia
permanentemente misionera.

El Concilio Vaticano II recuerda a toda la Iglesia esta misin de


la VRC al decir: Como quiera que la norma ltima de la vida
religiosa es el seguimiento de Cristo tal como se propone en el
Evangelio, sta ha de tenerse por todos los institutos como regla
suprema.

Con respecto a esta primera hiptesis podramos preguntarnos:


Ha perdido la VRC su dimensin carismtica y su radicalidad
cristiana? Se ha acomodado y nivelado de tal forma con
el pensar y el hacer de la institucin eclesial, que no es ya
aguijn proftico para la misma Iglesia? Le falta el coraje
para confrontar y ser correctivo de unas exigencias cristianas
rebajadas en la Iglesia, por miedo al conflicto? Est la gran
Iglesia como un todo, particularmente la jerarqua, dispuesta a
asumir las consecuencias prcticas de la identidad carismtica
y de la misin proftica de la VRC? Pretende ella eludir el
conflicto intentando silenciar la profeca? Asume ella la tensin
y el conflicto como componentes esenciales de la fidelidad en el
seguimiento radical de Cristo? Considera compatible algn tipo
de conflicto con la eclesiologa de comunin, que nosotros en
Amrica Latina, desde Puebla, deseamos que tambin sea de
participacin?

El intento de institucionalizar, disciplinar, controlar, ha nivelado


progresivamente la VRC con la gran institucin eclesial y la ha
transformado en gran parte en instrumento de pastoral. Esto ha
restado a la VRC su vigor carismtico y significacin proftica.

2.

Segunda tesis: La VRC es esencialmente una misin msticosimblico-proftica.

Hno. Israel Jos Nery fsc


Cul es la misin propia de la Vida Religiosa Consagrada en
el contexto de Amrica Misionera, llamada a compartir su fe en un
mundo secularizado y pluricultural? La teologa de la Vida Religiosa
hoy, busca respuesta a esta cuestin desarrollando algunas tesis
fundamentales.
1.

Primera tesis: La identidad misma de la Vida Religiosa vista como


su principal misin.

Una parte importante de la respuesta a la pregunta sobre la


misin de la Vida Religiosa est en su identidad. En este sentido
es sabido que la misin primera de la vida religiosa consiste
esencialmente en su ser carismtico y, obviamente, no en
su actividad apostlica, en su quehacer, por ms importante,
necesario y urgente que lo sea.

Un poco ms de concrecin a esta misin primera y principal


de la VRC es invocar su raz cristolgica, ya que ella es un
estilo carismtico especfico de vivir el discipulado misionero de
Jesucristo, convivir y actuar como discpulo misionero. En este
sentido, sintticamente se puede afirmar que la VRC es un intento
permanente de explicitar, de encarnar, por lo menos nueve de
las caractersticas muy propias del Jess histrico: pobre, casto,
obediente, orante, comunitario, misionero, peregrino, encarnado
en medio de los pobres y en funcin de, en todo, hacer la
voluntad del Padre y entregarse a la construccin de su Reinado

40

41

Amrica Misionera Comparte tu fe


2.1 La misin de la VRC se define por la razn simblica religiosa,


no por la razn instrumental moderna. Su misin es testimoniar
con la vida la dimensin mstica de la realidad y de la historia,
transcendiendo la tendencia de la institucin a acomodarse a lo
razonable y lo posible, movida por un realismo rampln y
rutinario.
2.2 Es la misin de un grupo liminal (de umbral, frontera-lmite) en
la Iglesia y en la sociedad. Es importante aqu recordar el hecho
histrico de los orgenes de la VRC en el cristianismo. Ella naci
en la liminaridad geogrfica (desierto) y cultural (movimiento
contra-cultural) de los comienzos del cristianismo en su transicin
del mundo judo e insercin en el mundo greco-romano. No
olvidemos que ella nace con laicos.
2.3 La misin mstico-simblica-proftica de la VRC consiste en
testificar, activar y articular los valores arquetpicos de toda
religin y de toda cultura. En este contexto adquiere la VRC y,
en concreto, los votos - reledos y vividos con nuevo sentido -,
toda su misin simblico-proftica y todo su dinamismo eclesial
y poltico.
2.4 La misin mstico-simblica-proftica de la Vida Religiosa se
ejerce prioritariamente en el ministerio de la evangelizacin. La
urgencia de la evangelizacin es hoy un signo de los tiempos en
la Iglesia y en la sociedad. Al mismo tiempo es un desafo. La
palabra se ha desacreditado en el mundo actual, saturado de
falsas palabras y discursos vacos. Si la experiencia carismtica
y proftica de la VRC es capaz de acreditar de nuevo la palabra
proftica, habr proporcionado un servicio incalculable a la Iglesia
y a la sociedad.
2.5 La misin mstico-simblica-proftica de la Vida Religiosa implica
hoy, como esencial a su mismo ser y misin, el compromiso
con la justicia, los derechos humanos y la salvaguardia de la
42

naturaleza. Experiencia radical de Dios y prctica de la justicia


son inseparables en la tradicin proftica. Conocer a Dios es
hacer justicia. Conocer a Dios es realizar la justicia de los pobres
(cf. Ecl 35, 15-2 1; Am 5,2 l -24; Am 8, 4-7). Compadecerse del
pobre es sentirse indignado ante la violacin de sus derechos y
ante aquel que lo oprime.

Cinco puntos clave para entenderla:

3.

Tercera tesis: La Vida religiosa es, por su misma naturaleza,


misionera ad gentes.

El proyecto de Aparecida 2007 consiste en hacer que todo en la


Iglesia pase a ser orientado hacia la misin. Tal vez la realizacin
prctica de este proyecto va a exigir el siglo XXI entero, pero es
necesario iniciarla con coraje y sabidura evanglicos. Hacer que
toda la Iglesia sea efectivamente misionera es una tarea de porte
gigantesco.

La historia nos revela que la misin Ad gentes fue asumida en


gran parte por institutos de vida consagrada. En Amrica Latina,
la misin fue asumida en primer lugar por los franciscanos que
enviaran a nuestro continente ms de la mitad de los misioneros
durante unos 200 aos. Los dominicos tuvieron su actuacin ms
fuerte en el siglo XVI. Los mercedarios, carmelitas y los agustinos
llegaron con menos misioneros, as como los benedictinos, pero
realizaron un trabajo extraordinario. Despus vinieron otras
Congregaciones. Pero sin la chispa, sin el celo misionero Ad
gentes. Fue as que nos acostumbramos a recibir misioneros
y, por ello, nos cuesta tanto, tambin a los mismos religiosos y
religiosas, salir en misin a otros pases o a otras fronteras.

Hay que reconocer crticamente que la sacerdotalizacin y


diocesanizacin de la VRC fue y es, entre otras causas, un
importante factor de institucionalizacin, burocratizacin y
enfriamiento de las Congregaciones religiosas del siglo XVIII en
adelante.

La realidad histrica de la Iglesia, en sus comienzos, nos habla


43

Amrica Misionera Comparte tu fe


misin mstico-simblica y proftica en la gran Iglesia y en la
sociedad es su compromiso libre y proftico con la evangelizacin
y con la misin ad gentes, desde la prioridad de la evangelizacin
y de una eclesiologa misionera, con fuerte nfasis en el laicado
misionero, en la Vida Consagrada misionera y un clero misionero.
El mundo cada vez ms secularizado y plural lo exige.

de la VRC como protesta evanglica. Pero no principalmente


como una protesta contra el mundo -como frecuentemente se
interpreta la fuga mundi-, sino como una protesta muy concreta
contra la institucin eclesial, mejor dicho eclesistica, que iba
perdiendo su sabor carismtico, su radicalidad evanglica y su
misin proftica. Naci, pues, como un recuerdo peligroso
para la Iglesia, como una memoria peligrosa


44

Pero la historia de la VRC ofrece otra leccin importante: la


pronta asimilacin del carisma y de la profeca por la institucin.
Es quizs una ley inexorable de la sociologa de la religin,
pero al mismo tiempo plantea un problema radical a la identidad
misma de la VRC. Si la institucionalizacin hace del recuerdo
peligroso un recuerdo inocuo, ya no hay misin proftica. Si la
institucionalizacin del carisma diluye la experiencia carismtica,
la vida religiosa pierde su razn de ser y deja de cumplir su misin
en la Iglesia y en la sociedad.
Ha sido este el caso de la vida religiosa en estos ltimos aos
y que llev y lleva a tantos religiosos y religiosas a no slo
cuestionar la misma VRC sino a abandonarla? De hecho, todas
las grandes y radicales renovaciones han tenido lugar en tiempos
de crisis y desorientacin y han supuesto una re-creacin de la
VRC desde la revitalizacin del carisma (es lo que se desea con
la propuesta de la refundacin de la VRC). Esas renovaciones
han tenido lugar con frecuencia en suelo laical, carismtico y
proftico. Da la impresin de que la institucin por s misma es
capaz de perpetuarse, pero es incapaz de regenerarse.
Este proceso de institucionalizacin ha nivelado la VRC con la
gran institucin eclesial y ha restado a aquella, vigor carismtico
y significacin proftica. En muchos casos los conflictos y
tensiones han desaparecido totalmente, a fuerza de acomodar o
acomodarse la vida religiosa a los valores, las estructuras y los
modelos pastorales institucionales.
Adems de la opcin por los pobres, sin duda, un importante
camino para la renovacin y revitalizacin de la VRC y de su

D. Hacia una Iglesia Americana en Permanente Estado de Misin

Dra. Olga Consuelo Vlez. Colombia.


El caminar de la iglesia en Amrica es rico y fecundo. En
este continente se encuentra la mayora de los catlicos del mundo,
muchos de ellos jvenes. Y no slo eso: la vivencia de la religiosidad
popular en Amrica Latina, muestra la centralidad que ocupa la fe en
estos pueblos, religiosidad que constituye el precioso tesoro de la
Iglesia catlica en Amrica Latina como lo expres Benedicto XVI
en el Discurso Inaugural de la Conferencia de Aparecida (DA 258).
No obstante, esta religiosidad se ve afectada por el mundo secular,
pluricultural y plurirreligioso en el que vivimos. Precisamente por esta
realidad, la Conferencia de Aparecida seal la urgencia de ser una
iglesia en permanente estado de Misin (DA 551).
En este horizonte el propsito de esta ponencia es sealar
los elementos bblico-teolgicos que fundamenten un modelo de
iglesia en permanente estado de misin, en otras palabras, una
iglesia misionera, proftica y liberadora, capaz de afrontar este nuevo
momento y abrir caminos de renovacin.
1.

La misin como razn de ser de la Iglesia. Fundamentos bblicosteolgicos

En la eclesiologa actual se habla de modelos de Iglesia


para referirse a la manera histrica como en cada tiempo se
ha ido conformando la comunidad eclesial. Hay diferentes
sistematizaciones al respecto pero pueden sintetizarse en tres
modelos bsicos con sus caractersticas propias, marcando,
cada uno, una manera de ser y vivir la misin de la iglesia. Nos
45

Amrica Misionera Comparte tu fe


como continuidad de las Conferencias Episcopales precedentes:
Los cristianos como discpulos y misioneros estamos llamados
a contemplar, en los rostros sufrientes de nuestros hermanos,
el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos: Los rostros
sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo95.
Ellos interpelan el ncleo del obrar de la Iglesia, de la pastoral
y de nuestras actitudes cristianas. Todo lo que tenga que ver
con Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado
con los pobres, reclama a Hemos hecho un breve recorrido por
los fundamentos bblico-teolgicos de un modelo de iglesia en
permanente estado de misin. Ahora bien, la iglesia no es algo
all, fuera, distinto de nosotros. La iglesia somos nosotros y
es nuestro discipulado misionero el que constituye a la iglesia.
Somos entonces, nosotros, los que hoy somos llamados a vivir
en permanente estado de misin, es decir, a ser discpulos
misioneros de Aquel que ya nos ha dado alcance.

referimos al modelo de cristiandad, al modelo de iglesia comunin


y al modelo latinoamericano. El primero tuvo sus orgenes en el
Siglo IV con el reconocimiento pblico de la iglesia en tiempos
de Constantino y se consolid con Gregorio VII y Vaticano I. Fue
una iglesia ms centrada en s misma, ms preocupada por su
organizacin y sus leyes. Con Vaticano II se inicia otra manera
de ser y sentirse Iglesia, centrndose en la experiencia de la
comunidad, Pueblo de Dios (LG 2), ms preocupada por mirar al
mundo y responder a l (GS), recuperando la eclesiologa bblica
y la patrstica de los primeros siglos. Este modelo de comunin fue
asumido en Amrica Latina a partir de las Conferencias Generales
del Episcopado Latinoamericano y caribeo, especialmente las c
conferencias de Medelln y Puebla, No es que la iglesia tenga
una misin sino que la Iglesia es misin. En ese sentido, la
iglesia es dinamismo, accin, compromiso y cuando se cosifica o
se instala, pierde lo ms propio de su identidad.
2.

Opciones teolgico-pastorales que impulsan una eclesiologa


misionera, proftica y liberadora
Hemos sealado los fundamentos de un nuevo modelo eclesial
que responda al llamado de Aparecida de ser una Iglesia en
permanente estado de misin. La tarea que nos proponemos
ahora, es sealar algunas opciones teolgico-pastorales que
pueden llevar adelante este modelo eclesial. Estas opciones las
enmarcamos en la urgente conversin pastoral que se nos pide:
La conversin pastoral de nuestras comunidades exige que
se pase de una pastoral de mera conservacin a una pastoral
decididamente misionera (DA 370). Cmo podremos realizar
esta tarea?

En primer lugar hemos de optar.

La opcin preferencial por los pobres como expresin de


autenticidad de la misin94 significa que esta dimensin no
es una ms entre otras sino una dimensin esencial en la
vida cristiana como lo expres el Papa y a lo que ya hicimos
referencia-y que el Documento de Aparecida lcidamente recogi

46

Jesucristo Cuanto lo hicieron con uno.

Prioridad del anuncio de la Palabra sobre la prctica sacramental

Prelacin del encuentro personal con el Seor y de una iniciacin


a la experiencia espiritual personal (mistagoga), antes que tener
una preocupacin por lo doctrinal o moral.

Dar preferencia a la formacin de comunidades vivas,


ordinariamente pequeas, en las cuales se pueda vivir y celebrar
la fe y los sacramentos.

La comunidad cristiana es el mbito prioritario para la formacin


cristiana ms que la escuela en las que ya se impone una
formacin ms amplia.

considerando la libertad de cultos y la pluralidad religiosa.

Esta formacin ha de ir unida al compromiso con la justicia y la


solidaridad.
47

Amrica Misionera Comparte tu fe


La fe no puede aislarse de la realidad en que se vive, ni se puede


negar la dimensin social, cultural y poltica de la fe.

Ha de valorarse el surgimiento de ministerios y hay que dejar que


florezcan para el bien de la comunidad.

Las comunidades han de tener un clima de corresponsabilidad y


dilogo, de modo que los responsables de la comunidad acojan
y escuchen a todos.

La iglesia ha de dejar de desear ser una iglesia de masas y ha de


trabajar por ser una iglesia de discpulos misioneros.

La misin eclesial no puede reflejar el estilo de una iglesia seora


y maestra, tpico de la iglesia de cristiandad, sino el rosto de la
iglesia pobre y servidora del Vaticano II y Medelln.

Pasar de una iglesia clerical a una iglesia de ministerios, con un


protagonismo ms compartido con los laicos.

Pasar de una iglesia patriarcal y androcntrica a una iglesia


capaz de darle el lugar que le corresponde a la mujer y dejarse
enriquecer con su presencia en los mbitos de decisin y en los
liderazgos en las obras eclesiales.

Pasar de una iglesia territorio a una iglesia peregrina que sale al


encuentro de los dems y deja de esperar que vengan a ella.

Pasar de una liturgia donde prevalece el rito y el deber cumplido


a una liturgia festiva que exprese el caminar de la comunidad y el
compromiso fraterno que se vive en ella.

Asumir una conciencia ecolgica que haga posible la comunin


con el cosmos, casa comn que tambin est llamada a la
salvacin.

48

El documento de Aparecida espera un nuevo Pentecosts, que


nos libre del cansancio, de la desilusin, de la acomodacin
al ambiente; esperamos una venida del Espritu que renueve
nuestra alegra y nuestra esperanza (DA 362). Pero este nuevo
Pentecosts slo suceder si estamos dispuestos, nosotros,
esta iglesia misionera aqu reunida, a abrir las puertas para el
mundo como sucedi en aquella maana en Jerusaln (Hc 2,
1-41), a salir del escondite que arm detrs de los muros de los
templos y de las instituciones, a lanzarse en medio del mundo y
anunciar con valenta el Evangelio de Dios, a entrar sin miedo
ni apocamiento en esta sociedad pluralista, diversificada y a
defender a los pobres, a los marginados, especialmente, aquellos
que hoy son considerados superfluos y desechables104.
Esta es nuestra tarea ya y ahora y la oportunidad de que este
Continente de esperanza no defraude a la humanidad vida
de Dios, necesitada de su palabra salvadora para el mundo. Es
hora de comunicarla, es hora de vivir a fondo nuestro discipulado
misionero, es hora de ser una Iglesia en permanente estado de
misin.

IV. LINEAS TEOLGICO-PASTORALES


DEL CAM4-COMLA9
La Iglesia de Dios que peregrina en Amrica se visti de fiesta
del 26 al 30 de noviembre de 2013 para celebrar, en la calurosa
Maracaibo, el IV Congreso Americano Misionero (CAM4-COMLA9)
en el que nos preguntbamos cmo anunciar a Jesucristo y su
Proyecto del Reino en y desde Amrica actualmente secularizada y
pluricultural. Ponemos de relieve aqu las principales lneas teolgicopastorales que emergieron en el Congreso, especialmente a partir de
las ponencias.
A. EL MUNDO PLURICULTURAL Y SECULARIZADO EN QUE
VIVIMOS.
49

Amrica Misionera Comparte tu fe


1.

1.1. Vivimos en un mundo plural, variopinto y complejo:


Como creyentes debemos hacer eco en nuestros corazones
y comunidades de los interrogantes, bsquedas y anhelos
de nuestros pueblos americanos. Debemos saber mirar y
comprender el mundo de hoy para descubrir el mejor modo
de compartir la fe. Fe cristiana y mundo de hoy se enriquecen
mutuamente intercambiando sus dones.
1.2. Los discpulos misioneros debemos afinar la mirada: Mirar
los acontecimientos de nuestro mundo con delicadeza y atencin
preguntndonos para qu, desde dnde, cmo mirar y qu mirar.
Debemos mirar para promover toda experiencia de vida digna
y fraterna. Teniendo por centro a Jess la mirada evanglica
debe hacerse desde los espacios fronterizos y perifricos. Con
Jess tenemos que mirar al mundo con una mirada amorosa,
compasiva, liberadora, crtico-proftica. El creyente mira el todo
en la parte y la parte en el todo para encontrar a Dios en todas
las cosas.
1.3. Vivimos en un mundo en transformacin: Todos los pueblos
viven inmersos no slo en una poca de cambio sino en un
cambio de poca. Este cambio ms que una amenaza a la
fe es una oportunidad de volver a las races cristianas. Este
cambio epocal conlleva un nuevo paradigma: el pluralismo y la
reciprocidad. Se transforma la conciencia espacial y temporal:
hoy vale el presente, se acelera la percepcin del tiempo gracias
a la revolucin tecnolgica.
2.

PLURICULTURALIDAD Y SECULARIDAD.

2.1. De la pluriculturalidad a la interculturalidad: Se despierta


la conciencia sobre el fenmeno de la diversidad cultural. Se
plantea el paso de la pluriculturalidad a la interculturalidad desde
la diversidad. Amrica, ms que un continente catlico, resulta ser
un continente secularizado y plurirreligioso. La reconfiguracin
50

religiosa se expresa en dos fenmenos centrales: la secularizacin


en ciertos grupos sociales y la nueva diversidad religiosa dentro
y fuera del cristianismo. Y en un tercero, la indiferencia religiosa.

AFINAR LA MIRADA

2.2. Este cambio de poca plantea a la Iglesia y a la Misin los


siguientes desafos: Personalizacin de la fe y reconstruir el
lenguaje religioso desde una renovada experiencia de fe basada
en la Biblia. La Misin ha de recuperar y articularse desde el
testimonio de vida cristiana. El dilogo es el elemento esencial
de la Misin. El dilogo es ya anuncio de Jess, Dios y Hombre,
Dios de manera humana y Hombre de manera divina. La
pluralidad es una oportunidad para ahondar en la unitrinitariedad
del Dios cristiano donde la unidad y la diferencia se articulan
perfectamente. Padre, Hijo y Espritu conforman la comunidad
perfecta: total articulacin de la unidad y de las diferencias
personales.

La diversidad interpela a los sectores de Iglesia a vivir una


eclesiologa de comunin, con protagonismo laical, y a un
funcionamiento ms sinodal y colegial.

Ha llegado la hora de un Pentecosts intercultural y religioso


donde -gracias a la presencia del Espritu- la fuente originante del
Padre pueda manifestarse en mltiples y diversas expresiones, y
la Encarnacin del Hijo adquiera mayores concreciones.
B. LA PALABRA DE DIOS, FUENTE DE SENTIDO PARA EL
MUNDO DE HOY.

Slo Dios responde a la sed que hay en el corazn de todo ser


humano (Verbum Domini 23). La Palabra de Dios debe ser centro y
fuente de la vida eclesial. En la Biblia, el creyente se encuentra con
Jesucristo, Logos de Dios.
1.

En una sociedad y en una cultura marcada por el individualismo,


el intimismo y la injusticia la Palabra de Dios nos permite ver
con los ojos de Jess. La fe no slo mira a Jess, sino que
51

Amrica Misionera Comparte tu fe


mira desde el punto de vista de Jess, con sus ojos: es una
participacin en su modo de ver (Lumen Fidei 18). La Palabra
de Dios nos hace vivir la inseparable relacin entre el amor a
Dios y el amor al prjimo, y nos hace comprender que el reino de
vida comporta luchar por la justicia, por la dignidad de la persona
humana y sus derechos.
2.

3.

Los discpulos misioneros ofrecen al mundo, con palabras


y gestos, el Logos de la esperanza la cual tiene un nombre
y una historia: Jess de Nazareth. El anuncio de Jesucristo y
su proyecto exige el compromiso personal del evangelizador,
quien debe corporalizar el kerigma en su propia existencia con
opciones y gestos concretos.
El sentido que la Palabra de Dios puede ofrecer al mundo
se hace tangible en el testimonio de la Palabra y obra del
Reino de Dios: El Logos o fuente de sentido que tenemos que
ofrecer al mundo es el Reino hecho realidad en Jess. El Reino
es un modo de ver, de vivir y de convivir. La Palabra de Dios
revela que hombres y mujeres somos hijos e hijas de Dios. Ella
ensea que el nico Padre nos hace hermanos y nos ensea
a vivir correctamente nuestra relacin con el mundo y con los
bienes materiales, con libertad y en solidaridad con los dems.

La Palabra de Dios ser fuente de sentido cuando se vuelva luz


y sal, fermento en la levadura y pequea semilla y no se perciba como
proselitismo de una iglesia ensimismada, ni como imposicin moral.
La Palabra de Dios ser fuente de sentido para la vida del mundo
cuando no sea una simple palabra de consuelo, sino una palabra que
interpele e invite al encuentro con el Seor Jess, principio de una
vida nueva en la historia y ms all de la historia.

52

C. LA URGENCIA DE LA MISIN EN LOS AMBITOS DE LA NUEVA


EVANGELIZACION Y LA MISION AD GENTES.
La Palabra de Dios no slo da sentido al mundo de hoy, sino
que ante una sociedad secularizada y pluricultural es una palabra
eficaz y cortante, que mueve y urge al creyente a ser sal y luz en este
mundo en los diversos mbitos, bien sea que requieran una nueva
evangelizacin o que necesiten se les proclame la Buena Noticia de
Jess por primera vez.
1.

Misin y Nueva Evangelizacin.

Durante su pontificado, Juan Pablo II us la expresin Nueva


Evangelizacin en diferentes contextos, hasta asumirla como una
consigna programtica para toda la Iglesia en el nuevo milenio.
Por Nueva Evangelizacin entendi un proyecto pastoral de toda
la Iglesia para transformar las culturas desde dentro de ellas
(inculturadamente), a la luz del Evangelio construyendo una
civilizacin del amor.

En la Redemptoris Missio (1990) invit a toda la Iglesia a


un renovado compromiso misionero. El papa Juan Pablo II
comprende la Nueva Evangelizacin no slo como un programa
para un continente particular o un sector, sino como una modalidad
importantsima de la misin perenne. El Papa distingue tres
situaciones: Misin ad Gentes, Accin pastoral ordinaria, Nueva
Evangelizacin.

El Papa Benedicto XVI cre el Pontificio Consejo para la promocin


de la Nueva Evangelizacin y convoco el Snodo sobre el tema
La Nueva Evangelizacin para la transmisin de la fe cristiana.

El Pontfice Francisco ha puesto de manifiesto que el nuevo


ardor, los nuevos mtodos y las nuevas expresiones debe
estar informadas de nuevas actitudes: fervor, alegra, valenta,
esperanza, amabilidad. Del mismo modo en su exhortacin
Evangelii Gaudium distingue entre una evangelizacin
paradigmtica y una programtica, acentuando la primera.
53

Amrica Misionera Comparte tu fe


2.

2.1. La misin como desafo pastoral, teolgico y espiritual: La


misin antes de constituir un desafo pastoral constituye sobre
todo un desafo teolgico y espiritual. En los ltimos aos la idea
de misin ha sido puesta en discusin. En nuestras comunidades
existe un sentimiento de indiferencia ante la misin. El gran
desafo del presente es superar la crisis de la idea de misin en
el interior de la Iglesia.
2.2. La iglesia no tiene una misin, la misin tiene una iglesia: No
es la iglesia la que define a la misin sino la misin quien define
a la Iglesia. Ella no es una funcin de la Iglesia sino su esencia
y su realizacin existencial. La misin no es primariamente una
actividad de la Iglesia sino un atributo de Dios, pues Dios es
un Dios misionero. No es que la iglesia tenga una misin de
salvacin que cumplir en el mundo; es la misin del Hijo y del
Espritu a travs del Padre que incluye la Iglesia. (Bonhoffer).
2.3. Teodramtica y misin: La Misin es la categora central de la
actuacin de Dios en el mundo o teodramtica (Urs Von Balthasar).
Dios se autocomunica actuando a travs de una misin. La
misin se presenta como el envs del ultimo motivo pascualLo
que antes de pascua se llam seguimiento despus de pascua
se le llama definitivamente Misin. La misin del Resucitado es
el punto de pasaje de la cristologa a la eclesiologa: la Iglesia por
fundacin es radicalmente pascual y radicalmente misionera.
3.

54

gentes), la pastoral (hagan discpulos), la litrgica (bautcenlos) y


la proftica (ensenles)

Misin teodramtica.

Analoga entre la misin y la teologa de los misterios


del Seor: La Iglesia en su misin recorre los tres grandes
misterios de la redencin: Encarnacin, Pascua y Pentecosts.
Se trata de un drama en tres actos: 1) La Encarnacin nos
lleva a la inculturacin del Evangelio; 2) la Pascua nos pide
la Evangelizacin de las culturas; 3) Pentecosts nos pide
trascender la propia cultura hacia lo multicultural y lo intercultural.
Dimensiones y caminos de la nueva evangelizacin: En el
mandato misionero del resucitado de Mt. 28, 19-20 podemos
diferenciar cuatro dimensiones: la misionera (vayan a todas las

4.

Urgencia de la Misin Ad Gentes: Estamos pasando del


optimismo de la Nueva Evangelizacin a la preocupacin por la
misin ad gentes. En nuestro Continente la evangelizacin no
puede limitarse a revitalizar la fe de los creyentes rutinarios, sino
que ha de buscar tambin anunciar a Cristo en los ambientes
donde es desconocido (Iglesia en Amrica 74). La Misin
Ad Gentes se abre a otros continentes. Nuestras iglesias han
recibido mucho de iglesias de otros pases. Ahora es tiempo de
retribuir el bien recibido. Es tiempo de salir de nuestras fronteras
y dar de nuestra pobreza.

La conversin pastoral nos exige pasar de un cristianismo


ambiental (la tradicin cristiana recibida) a un cristianismo de
propuesta (evangelizacin, Misin Ad Gentes). La tarea es pasar
de un cristianismo de conservacin y restauracin a una pastoral
misionera, proftica y liberadora.
D. IGLESIA EN PERMANENTE ESTADO DE MISION: MISIONERA,
PROFTICA Y LIBERADORA.

La Misin es la naturaleza ms ntima y la razn de ser de la


Iglesia. Ella es misionera por naturaleza puesto que procede de la
misin del Hijo y de la misin del Espritu Santo segn el designio
de Dios Padre (Cf. AG 2). Dios que es comunidad de amor, sale de
s mismo a buscar a la humanidad para unirla a l y a sus planes de
salvacin.
El libro de los Hechos de los Apstoles nos permite comprender el
dinamismo expansivo que fue constituyendo la iglesia de los orgenes.
La misin produce un doble movimiento de anuncio-denuncia, palabra
y realizacin de esa palabra. El anuncio debe hacerse con libertad y
audacia (profticamente) y ha de transformar la realidad (liberacin).
Una eclesiologa misionera, proftica y liberadora comporta algunas
opciones teolgico-pastorales: a) los odres nuevos para el vino nuevo
de la conversin pastoral, b) una dimensin cristolgica que asume
55

Amrica Misionera Comparte tu fe


el estilo de Jess como paradigma de la misin, c) una dimensin
trinitaria en la que nos introducimos en la comunidad de amor que es
Dios, nos hacemos partcipes de su vida, nos sentimos enviados por el
Hijo con la fuerza del Espritu; d) la opcin preferencial por los pobres,
elemento constitutivo de la fe cristiana, autntica la misin y e) la
conciencia de que la misin es de Dios nos libra de todo protagonismo
estril y de toda autosuficiencia.

misin mstico-simblica-proftica: Son cinco los puntos clave


para entenderla: 1) La misin de la VRC se define por la razn
simblico- religiosa, no por la razn instrumental moderna.
Su misin es testimoniar con la vida la dimensin mstica de
la realidad y de la historia, trascendiendo la tendencia de la
institucin a acomodarse a lo razonable y lo posible; 2) Es
la misin de un grupo liminal (de umbral, frontera-lmite) en la
iglesia y en la sociedad. Ella nace en la liminaridad geogrfica
(desierto) y cultural (movimiento contracultural) de los comienzos
del cristianismo en su transicin del mundo judo al mundo griego.
Nace con laicos; 3) La misin mstico-simblica-proftica
de la VRC consiste en testificar, activar y articular los valores
arquetpicos de toda religin y cultura. Los votos reledos y
vividos con nuevo sentido expresan esa triple dimensin de la
VRC y poseen un dinamismo eclesial y poltico. 4) La misin
mstico-simblica-proftica de la VRC se ejerce prioritariamente
en el ministerio de la evangelizacin. La evangelizacin es
un signo de los tiempos en la Iglesia y en la sociedad y es, al
mismo tiempo, un desafo. La VRC debe hacer creble de nuevo
la palabra proftica; 5) La misin mstico-simblica-proftica de
la VCR implica hoy, como esencial a su mismo ser y misin,
el compromiso con la justicia, los derechos humanos y la
salvaguarda de la naturaleza. Experiencia de Dios y prctica de
la justicia son inseparables.

Las siguientes actitudes y acciones pueden ayudar a consolidar


una iglesia misionera: 1) Una Iglesia en estado de misin ha de
sentirse en camino, por considerarse peregrina, por ir tras las huellas
de aquel que la ha llamado a ser sacramento de su presencia ante
el mundo; 2) Una iglesia en estado de misin ha de tener el dilogo
como fundamento de su praxis. Se trata de dilogo con las culturas,
la ciencia y las diversas religiones; 3) El testimonio: la Iglesia vive
la misin que anuncia. Debemos ser ms testigos que maestros. Se
trata del testimonio de amor a los pobres, de servicio a los ltimos,
de compromiso con la realidad. Los misioneros antiguos, los santos
y los mrtires nos sealan el camino; 4) El cambio de estructuras es
indispensable para toda renovacin eclesial (Cf. Aparecida 201-202).
E. LA MISIN DE LA VIDA RELIGIOSA CONSAGRADA.
Entre las instancias que requieren renovarse y asumir su
identidad para mejor responder a su condicin misionera y al estado
permanente de misin de la Iglesia es la Vida Religiosa Consagrada.
1.

2.
56

La principal misin de la Vida Religiosa Consagrada (VRC) es


mantener su identidad: la Vida Religiosa consiste esencialmente
en su ser carismtico, no en su actividad apostlica.
El intento de institucionalizar, disciplinar, controlar la Vida
Religiosa Consagrada ha nivelado progresivamente la VRC con
la gran institucin eclesial y la ha transformado en gran parte
en instrumento pastoral. Esto ha restado a la VRC su vigor
carismtico y su significacin proftica.
La Vida Religiosa Consagrada (VRC) es esencialmente una

3.

La Vida Religiosa es, por su misma naturaleza, misionera Ad


Gentes.

El proyecto de Aparecida de hacer que toda la Iglesia sea


efectivamente misionera es una tarea de porte gigantesco que
va a exigir el siglo XXI entero.

La historia nos revela que la misin Ad Gentes fue asumida en gran


parte por institutos de la vida consagrada: gran nmero inicial de
franciscanos y dominicos, y posteriormente y en menor nmerode mercedarios, carmelitas y agustinos y otras congregaciones.
La sacerdotalizacin y diocesanizacin de la VRC constituyeron
factores de institucionalizacin, burocratizacin y enfriamiento de
57

Amrica Misionera Comparte tu fe


las congregaciones religiosas del siglo XVIII en adelante.

En sus comienzos la VRC fue una protesta evanglica contra


la sociedad, pero sobre todo contra la institucin eclesistica.
Pronto el carisma y la profeca fueron asimiladas. El proceso de
institucionalizacin ha nivelado la VRC con la gran institucin
eclesial y le ha restado vigor carismtico y significacin proftica.
El camino para la renovacin y revitalizacin de la VRC y de
su misin mstico-simblica y proftica en la Iglesia y en la
sociedad es, adems de la opcin preferencial por los pobres,
su compromiso libre y proftico con la evangelizacin y la misin
Ad Gentes, desde la prioridad de la evangelizacin y de una
eclesiologa misionera, con nfasis en el laicado misionero, en la
vida consagrada misionera y en un clero misionero.

V. RESONANCIAS DE LOS FOROS DEL CAM4-COMLA9.

DISCIPULOS MISIONEROS DE JESUCRISTO,


DESDE AMERICA, EN UN MUNDO
SECULARIZADO Y PLURICULTURAL
Las lneas que siguen intentan, no hacer una sntesis de
todo lo abordado en los 22 foros agrupados en 5 bloques temticos
(discipulado, conversin, secularizacin, pluriculturalidad y misin ad
gentes), sino ms bien recoger aquellas resonancias ms pertinentes
que nos ayuden a inyectar savia a nuestra vida y pastoral misioneras.
Por ello con estas resonancias pretendemos alimentar ms la
motivacin que la reflexin, ms el corazn que la razn. De ah que
busquen ser unas lneas sugerentes y que alienten al misionero en
momentos de caimiento o desesperanza.
Para recoger ms adecuadamente la savia que ha recorrido el
CAM 4-COMLA 9, hemos elegido el texto bblico del encuentro de Jess
con una mujer extranjera, con cultura y religin diferentes (Mc 7, 2430). Texto que nos orienta tanto en el acercamiento a la realidad (que
se ha de hacer con la mirada de Jess), en la iluminacin (escuchando
a Dios al estilo de Jess) y en su praxis (actuar y comportarse como
Jess).
Jess decidi irse hacia las tierras de Tiro. Entr en una casa, y
su intencin era que nadie lo supiera, pero no logr pasar inadvertido.
Una mujer, cuya hija estaba en poder de un espritu malo, se enter
de su venida y fue enseguida a arrodillarse a sus pies. Esta mujer
era de habla griega y de raza sirofenicia, y pidi a Jess que echara
el demonio de su hija. Jess le dijo: Espera que se sacien los hijos
primero, pues no est bien tomar el pan de los hijos para echrselo a
los perritos. Pero ella le respondi: Seor, los perritos bajo la mesa
comen las migajas que dejan caer los hijos. Entonces Jess le dijo:
Puedes irte; por lo que has dicho el demonio ya ha salido de tu hija.

58

59

Amrica Misionera Comparte tu fe


Cuando la mujer lleg a su casa, encontr a la nia acostada en la
cama; el demonio se haba ido (Mc 7, 24-30).
Jess decidi irse, se puso en camino, para llevar el anuncio
del Reino. Tambin, desde hace cuatro aos, las iglesias particulares
de Amrica, comenzando por las pequeas comunidades y parroquias,
ha retomado el camino del ardor misionero, camino al CAM 4-COMLA
9.
A. MIRAR AL ESTILO DE JESS.
Miramos la realidad que tenemos delante de nuestros ojos, para
en primer lugar- tomar conciencia de ella y hacernos responsables de
la misma. No es una mirada neutra o desde fuera, sino, desde dentro
y en nuestra condicin de creyentes. Es, por lo tanto, una mirada
sobre la realidad con ayuda de la experiencia y de los conocimientos
humanos-, pero desde nuestra fe en Jesucristo, que como don recibido
de Dios, nos transforma interiormente y nos da ojos nuevos para ver
la realidad (Lumen fidei, 26).
(v. 25)

** Una mujer cuya hija estaba en poder de un espritu malo

Los espritus malos de nuestro mundo actual son el capitalismo


neoliberal y salvaje, la injusticia social y la exclusin social, entre
otros. Esos espritus malos tambin se hallan en las organizaciones
y estructuras sociales. As constatamos la corrupcin, el maltrato y el
que los recursos de los Estados se destinen para intereses partidistas.

En nuestra Iglesia, tambin hay presencia del mal, que se


constata en la falta de consolidacin de una pastoral de conjunto,
donde laicos y pastores, parroquias y dicesis, trabajen orgnica y
articuladamente.
Detectamos una Iglesia mayormente pasiva ante las nuevas
tecnologas de la informacin y la comunicacin desaprovechando su
uso para la nueva evangelizacin, y olvidando su carcter formativo
ante estos nuevos instrumentos tecnolgicos.
Como creyentes an no hemos tomado conciencia del valor de
la creacin de Dios, para as respetarla, defenderla y salvaguardarla.
Adems, hay que reconocer con dolor, que interpretaciones
bblicas incorrectas han propiciado la explotacin y el desarrollismo
desenfrenados.
(v. 25)

** Jess le dijo: Espera que se sacien los hijos primero.

A diferencia de la mujer del texto bblico, que escucha


la exhortacin del Maestro, en nuestra Iglesia en sus diversas
dimensiones y estructuras- no se prioriza la escucha ni el encuentro
con la palabra de Dios desde los excluidos y los que estn en las
orillas sociales. De ah que no haya ni una profundizacin en la misma,
ni un calado en la propia vida que lleve a un testimonio autntico. Por
otra parte, no estamos dejando que los que se hallan en las periferias
sociales y eclesiales irrumpan verdadera y concretamente en las
estructuras de nuestra Iglesia para que acontezca una verdadera
conversin.

En la sociedad actual, mayormente de signo postmodernooccidentalista, los medios de comunicacin son instrumentos
ambivalentes, que frecuentemente lleva a los jvenes a la prdida
de valores recibidos o culturalmente aceptados, y a la introduccin
de otras referencias actitudinales de estilo consumista, relativista y
hedonista.

La Iglesia con frecuencia se ha centrado en su institucionalidad,


descuidando el amor fraterno y el servicio, en primer lugar hacia los
excluidos de nuestro mundo.

Se da un acelerado deterioro de la naturaleza, que no slo


merma la calidad vital sobre la tierra, sino que pone en entredicho la
existencia de la vida misma.

Constatamos que donde la Iglesia ha ejercido el profetismo y


la parresa contra las injusticias y el atropello de las personas y de los
pueblos, ha nacido la semilla del martirio.

60

Asimismo las celebraciones litrgicas estn muy centradas en


el cumplimiento del rito externo, y poco en el misterio, olvidando la
sabia que alimenta a sus hijos, como es la comunin con Jess.

61

Amrica Misionera Comparte tu fe


** Esta mujer era de habla griega y de raza sirofenicia (v.26)
Si Jess en su vida pblica se encuentra con personas de otra
cultura y con una lengua diferente, hoy constatamos que Amrica es
un continente multitnico, pluricultural y multilingstico. Realidad no
siempre reconocida por la sociedad y tampoco por la Iglesia.
Entre esos pueblos estn los indgenas, que pese a ser
primigenios, son tratados como extraos y excluidos. Estos pueblos
son marginados social, poltica y culturalmente. En la actualidad, por lo
general, encuentra en la Iglesia catlica un aliado, que est queriendo
dejar la actitud pasada de tutelaje e imposicin. Estos pueblos con
grandes valores y riquezas culturales, luchan por su sobrevivencia,
reivindicando el reconocimiento y el ejercicio de sus derechos a una
cultura, lengua, espiritualidad y organizacin social propias. El reclamo
por sus territorios y la titularidad de los mismos constituye su exigencia
primera y fundamental.
En nuestra realidad americana tambin nos encontramos
con muchas personas con races africanas, o descendientes de
aquel continente. Los afroamericanos tienen una larga historia de
discriminacin racial que an hoy no ha desaparecido. Hay muchos que
son marginados socioeconmicamente. Las culturas afroamericanas
y sus expresiones religiosas an no son tenidas en cuenta dentro de
la Iglesia- para la evangelizacin de estos pueblos, porque, entre otras
cosas, se acta con una mentalidad colonialista y discriminatoria.
Esa mujer sirofenicia posee su religin, recibida a travs de
su cultura. As tambin hoy muchos catlicos son portadores de las
riquezas de la religiosidad popular (de la inculturacin de la fe por
el pueblo pobre en el medio campesino y suburbano). Religin no
siempre bien comprendida, ni valorada, aunque en su siembra algunos
granos no hayan dado el fruto deseado.
Jess se encuentra con una persona que no pertenece a su
mundo religioso y entabla con ella un dilogo. Por el contrario nuestra
praxis evangelizadora an no transita por estos derroteros, sino por
los de la imposicin y prepotencia de la verdad.
En el pasado reciente se ha dado y en la actualidad contina
una gran movilidad social de campesinos e indgenas a la ciudad,
62

propiciada por la bsqueda de mejores condiciones de vida. Esta


movilidad constituye uno de los hechos ms relevantes en Amrica. Esto
genera frecuentemente exclusin y empobrecimiento, ya que se da un
desarraigo y desconocimiento de la cultura materna en los movilizados,
al tiempo que no hallan otro referente cultural que d sentido a sus
vidas. Se genera as una nueva pluriculturalidad urbana y suburbana,
ahora imbuida de secularizacin y globalizacin postmoderna que
originan mayor individualismo y desinstitucionalizacin de la fe.
Ms dramtica es la movilidad por razones de violencia o
persecucin, como es el caso de los refugiados, entre otros. Situaciones
que no siempre hallan la solidaridad necesaria en nuestras iglesias.
Asimismo, las estructuras eclesiales, ancladas en lo rural,
no dan respuestas adecuadas a los nuevos dinamismos urbanos y
suburbanos, y menos an a la novedad que suponen las culturas
indgenas y afroamericanas.
** Jess decidi irse hacia las tierras de Tiro (v. 24).
Ante la voluntad decida de Jess de llevar el evangelio a
gentes de cultura y religin diferentes no nos queda otra actitud en
Amrica que reconocer que muy poco hemos hecho en la misin
ad gentes. Hemos estado volcados excesivamente sobre nuestras
necesidades, situaciones y problemas y nos ha faltado generosidad
en nuestras iglesias particulares para dar desde nuestra pobreza, y
hemos carecido de la disponibilidad de misioneros que se ofrezcan
para llevar el anuncio del evangelio a otros pases.
Este anuncio ad gentes todava est muy marcado por posturas
prepotentes y poco dilogo, aunque ste se reclame en continentes
donde la fe catlica es minoritaria, como ocurre en Asia, frica y
Oceana.
** Por lo que has dicho (v. 29).
Jess no desconoce lo bueno que hay en el corazn de esta
mujer y en ella se genera la esperanza de recibir el don divino. Esta
mirada crtica sobre la realidad, desde la fe, no puede desconocer
la presencia de signos del Espritu en medio de la misma, que
generan esperanza en la Iglesia. Entre esos signos podemos contar
63

Amrica Misionera Comparte tu fe


el crecimiento de discpulos misioneros, particularmente jvenes;
la implementacin de la lectura orante de la biblia en muchas
comunidades eclesiales; la valoracin de la sana secularizacin de
las realidades terrenas como algo que pertenece al plan de Dios; el
reconocimiento legal de los derechos de los pueblos y comunidades
indgenas; la creciente acogida de manifestaciones culturales y
religiosas afroamericanas dentro de la vida de la Iglesia; el envo
aunque an pobre- de misioneros americanos que van a otras iglesias
necesitadas y a otros pases a llevar el evangelio; la implementacin
del dilogo como instrumento del ecumenismo y de la evangelizacin
entre los no creyentes; y el crecimiento de la sensibilidad ecolgica
entre los catlicos, en defensa del planeta tierra, como nuestra casa
comn.
Ante todos esos espritus malos que hemos constatamos a
nuestro alrededor y en nuestro propio seno, son esas semillas del
Verbo las que se convierten en motivo de esperanza y en garanta
de que el Seor, a travs de su Espritu, contina entre nosotros: Yo
estoy con ustedes todos los das hasta el fin de la historia (Mt 28,20).
B. ESCUCHAR A DIOS.
Se enter de la venida de Jess y fue a arrodillarse enseguida
a sus pies (v. 25). La mujer sirofenicia coloca el centro de atencin en
Jess. ste cautiva, enamora, llena la vida. Tiene lugar el encuentro.
El inicio de la fe es el encuentro con Jess. Se comienza a ser
cristiano por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona,
que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientacin
decisiva (DA 12).
Creer en El, supone tambin dar crdito a sus signos
comunicativos y a su palabra. De ah que la tarea pertinente del
discpulo sea la de escuchar, es decir, actualizar aquella invitacin de
Jess en sus primeros momentos: Vengan y vean (Jn 1,39).
** Escuchar al Dios vivo en la vida: Su hija estaba en poder
de un espritu malo El demonio se haba ido (v.25 y 30).
Jess se siente interpelado por el mal que tiene dominada a
64

una persona. Escucha a su Padre, el Dios de la vida, que habla en


las realidades humanas y se siente movido a actuar. As a travs de
un signo milagroso expulsa el demonio presente en la nia. Jess
le devuelve la salud. Dios se manifiesta en la vida, a travs del
poder de Jess. Dios nos habla en la historia a travs de signos y
acontecimientos, que debemos reconocer e interpretar. El Dios vivo se
deja ver, or y sentir transmitiendo vida a su alrededor.
A travs del Antiguo Testamento Dios Padre se muestra como
alguien que da vida (tierra que mana leche y miel, les har un pueblo
grande). Jess acta con el mismo criterio, cuando afirma que ha
venido para que tengamos vida y vida en abundancia (cfr. Jn 10,10).
Para Jess el plan original de Dios es que todos los seres humanos
tengan vida. La vida en toda su amplitud, incluyendo su misma base
material, como primera mediacin de Dios. De ah que el pan, como
smbolo de vida, deba llegar a todos. Jess ve que su Dios es un Dios
de vida y est a favor de la vida de las personas. El mismo Jess se
revela como Camino, Verdad y Vida.
** Escuchar a Dios en el prjimo pobre y marginado: Era
una mujer de habla griega y de raza sirofenicia Por lo que has dicho
(v. 26 y 29).
Jess se encuentra con una persona dominada sexualmente,
por ser mujer; excluida socialmente, por ser extranjera; y marginada
religiosamente por ser una pagana. Jess se hace cercano a los
pobres y excluidos, viendo en ellos a unos hijos predilectos de Dios y
hermanos suyos. Se aproxima para darles respuesta a su situacin y
traerles la liberacin integral.
Reconoce en la mujer, una persona diferente, poseedora de
una cultura, y merecedora de su respeto. Jess no atropella ni esgrime
actitud dominante o de superioridad. Se da una relacin intercultural e
interreligiosa en clave de respeto y libertad, dilogo y amor.
Dios sigue hablando a travs de los empobrecidos de este
mundo. La opcin por los pobres no es algo optativo, sino que forma
parte del ncleo de nuestra fe, como bien nos record Benedicto XVI
en 2007 en Aparecida: La opcin preferencial por los pobres est
implcita en la fe cristolgica en aquel Dios que se ha hecho pobre por
nosotros, para enriquecernos con su pobreza (cfr. 2 Cor 8,9).
65

Amrica Misionera Comparte tu fe


El marginado, el excluido social y religiosamente, es tambin
portador de buena nueva, de valores evanglicos. El mismo Jess
aprende de la extranjera: Los perritos bajo la mesa comen las migajas
que dejan caer los hijos (v. 28). Ve en su gesto y palabras signos
divinos, buena intencin y bondad que impactan y desafan a Jess.
Pero seguidamente es la mujer quien recibe la riqueza de Jess:
Puedes irte el demonio ya sali de tu hija (v. 29). De ese dilogo
franco ambos salieron enriquecidos.
En definitiva, el amor es lo fundamental que mueve a Jess
en su actuar salvfico. Pero tambin hace del amor su pedagoga, su
camino.
** Escuchar a Dios en su palabra: Jess le dijo: Puedes
irte;...el demonio ya sali de tu hija (v. 29).
La palabra que sale de la boca de Jess hace lo que dice: El
demonio ya sali de tu hija. Es una palabra veraz y eficaz. La mujer
se fi de lo que Jess le dijo, y al llegar a casa encontr a su hija
curada. La mujer sabe escuchar dando crdito a la Palabra de Jess,
que es Dios.
Jess se acerca a la Palabra de Dios con el corazn en la
mano, y tratando de apropirsela para el momento presente. En la
sinagoga abri el texto del profeta Isaas: El Espritu del Seor est
sobre m. El me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres,
para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a
ver, para poner en libertad a los oprimidos y proclamar el ao de gracia
del Seor (Lc 4, 18-19). Y aade, para hacer patente la vigencia de
esta Palabra: Hoy se cumple esto que acaban de escuchar.

de vista pastoral mostrar la capacidad que tiene la Palabra de Dios


para dialogar con los problemas que el hombre ha de afrontar en la
vida cotidiana Debemos hacer cualquier esfuerzo para mostrar la
Palabra de Dios como una apertura a los propios problemas, una
respuesta a nuestros interrogantes, un ensanchamiento de los propios
valores y, a la vez, como una satisfaccin de las propias aspiraciones
(Verbum Domini, 23).
** Escuchar a Dios en el acontecimiento de la encarnacin:
Espera que se sacien los hijos primero (v. 27).
Jess naci y vivi dentro de una cultura determinada, la juda.
Y es que cuando el Hijo de Dios tom carne, lo hizo en una mujer
juda, Mara de Nazaret (cfr. Gal 6,6). El Verbo divino se encarn
asumiendo nuestra condicin humana con todas las limitaciones
espacio-temporales que conlleva.
En Jess, Dios se humaniza, para que el hombre se divinice.
As Jess se convierte en el hombre perfecto, que manifiesta al
ser humano lo que es ser humano y la sublimidad de su vocacin:
El misterio del hombre slo se esclarece en el misterio del Verbo
encarnado (GS 22). Nos humanizamos en la medida que estamos
unidos a Cristo.
Jess vive como un judo, que valora su cultura y su religin.
Asume para redimir, pues no ignora las debilidades de ese medio en
que vive. As abiertamente critica manifestaciones ticas y religiosas
de su tiempo para transformarlas de acuerdo a los planes del Padre:
Ustedes han odo que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero
yo les digo (Mt 5, 38-39).

La Palabra de Dios tiene doble filo, ya que cura pero tambin


hiere, conforta pero tambin recrimina, da vida pero asimismo pone el
dedo en la llaga. Y por eso, como palabra cortante, rompe estructuras
que no generan vida ni fraternidad, al tiempo que trae liberacin integral
a nuestro mundo. Palabra que interpela e invita a una conversin
personal, y tambin a un cambio de estructuras y relaciones eclesiales
(conversin pastoral).

As, analgicamente a la encarnacin, el evangelio debe tomar


carne en cada cultura, debe inculturarse. La buena noticia ha de entrar
en la mdula de la vida del pueblo y su entorno para transformarlos
desde dentro. La inculturacin no es un camino optativo, sino una
condicin ineludible para que la autntica evangelizacin pueda
acontecer. La Iglesia no puede ser extranjera en ningn pueblo y
cultura.

La Palabra de Dios es transformante y da respuesta a los


anhelos del ser humano y sus problemas: Es decisivo desde el punto

** Escuchar a Dios en el acontecimiento de la PascuaPentecosts: Seor (v.28)

66

67

Amrica Misionera Comparte tu fe


La mujer, tras el encuentro con Jess, reconoce en ste al
salvador de mundo. As le llama: Seor. Se trata no de un saludo
cordial, sino de un ttulo teolgico que transparenta la condicin divina
de Jess, equiparndolo con el Padre y el Espritu.
Los cristianos atribuyen este ttulo cristolgico a Jess, tras
la resurreccin de ste. Los primeros discpulos experimentaron que
el crucificado por nuestros pecados haba sido resucitado por Dios
Padre, con lo que ste confirmaba quin era Jess (el Hijo de Dios) y
que su palabra y actuar estaban en lo cierto.
Desde la experiencia de la pascua los evangelizadores
purifican los signos de muerte presentes en las culturas, al tiempo que
fortalecen sus signos de vida.
La venida del Espritu est vinculada al acontecimiento de la
Pascua. El Espritu Santo dota de valenta, inteligencia espiritual y
creatividad para entender, vivir y anunciar en las diversas culturas la
buena noticia de la persona y el mensaje de Jess. El Espritu es el
alma del proceso inculturador del evangelio.
Por el Espritu la multiculturalidad enriquecedora se reconoce
y la interculturalidad es impulsada. Por la creatividad del Espritu
el evangelio entra y transforma las culturas, pero al mismo tiempo
transciende a stas para formar un solo cuerpo, judos y griegos,
esclavos y libres, pues todos hemos bebido de un nico Espritu (1
Cor 12,13). Por el Espritu, en definitiva, la salvacin se universaliza.
Por el Espritu la Iglesia al mismo tiempo es una en su identidad, y
diversa en la concrecin histrica de cada iglesia particular.
La primitiva iglesia, con san Pablo a la cabeza, por la fuerza del
Espritu, sale de sus fronteras culturales y territoriales para anunciar
el evangelio en otros lugares, y proclamar el kerigma a otros pueblos
de lenguas diferentes. Realizan su misin ad gentes buscando llevar
a cabo el deseo del resucitado: Vayan y hagan discpulos a todos los
pueblos (Mt 28, 19).

68

C. ACTUAR AL ESTILO DE JESS.


Jess se pone en accin, saliendo del ncleo familiar, comunitario
e incluso cultural, para ir a comunicar el evangelio a regiones de
paganos: Jess decidi irse hacia las tierras de Tiro (v. 24). Asimismo
las palabras de Jess no van aisladas, sino acompaadas de signos:
El demonio ya sali de tu hija (v. 29). Hace lo que dice.
As hoy la Iglesia en Amrica ha de salir de s misma dando
desde su pobreza; y romper la dicotoma existente entre palabras y
acciones, entre lo que cree y lo que practica, entre el evangelio y la
vivencia cotidiana.
Ante los retos actuales, la Iglesia americana ha de salir de su
letargo y miedo paralizantes, as como de su prctica pastoral de siglos
-hoy desfasada-, para repensar profundamente y relanzar con fidelidad
y audacia su misin en las nuevas circunstancias latinoamericanas y
mundiales (DA 11).
Se sealan a continuacin imperantes desafos que la presente
realidad nos presenta, as como algunas lneas de accin; pero dejando
la primaca al Espritu de discernimiento y parresa, a fin de que sea
El quien marque a cada iglesia particular la respuesta que ha de dar:
1.

Vivir como autnticos discpulos misioneros desde un encuentro


personal con Jesucristo.

* Propiciando espacios para el encuentro personal con Jess,


de acuerdo a la edad de cada sujeto cristiano, tanto en la familia
como en la escuela catlica.

* Formando a las familias, a travs de itinerarios, para el


crecimiento en el discipulado misionero.

* Acompaando a los discpulos misioneros desde la escuela


y la familia, siguiendo la pedagoga de Jess (pedagoga del
encuentro, del discernimiento, del acompaamiento y del
testimonio).
69

Amrica Misionera Comparte tu fe


* Renovando en nuestro continente la opcin preferencial por


los pobres y la opcin por los jvenes, por ser un continente con
muchos pobres y millones de jvenes.

* Reconociendo la existencia de culturas diversas como paso


para propiciar el intercambio de experiencias, el enriquecimiento
mutuo y la interculturalidad.

2.

Convertirnos a partir de la Palabra de Dios para construir una


comunidad de creyentes.

* Fortaleciendo el respeto y el dilogo para con las culturas y


religiones diferentes.

* Haciendo de la Palabra de Dios el centro de nuestras


comunidades eclesiales, especialmente con la prctica de la
lectura orante.

* Incentivando la inculturacin del evangelio y de la liturgia, a fin


de que surjan nuevas expresiones autctonas.

* Acompaando a los equipos de evangelizacin desde las


diversas instancias eclesiales.

* Promoviendo nuevas estructuras eclesiales y ministerios


autctonos, especialmente en la evangelizacin de los indgenas
y afroamericanos.

5.

Asumir la misin ad gentes como prioridad en el mundo gozoso


del Evangelio.

* Comunicando entusiastamente nuestra experiencia de fe a los


que nos rodean.

* Formando a todos los bautizados para la misin universal, a


travs de itinerarios pedaggicos, y mediante recursos humanos
y materiales.

* Impulsando la misin ad gentes en nuestra comunidad,


particularmente entre los laicos.

* Creando estructuras que sean pertinentes en la evangelizacin


ad gentes.

* Enviando en estos cinco prximos aos misioneros a otras


iglesias necesitadas, siendo las Conferencias Episcopales

* Valorando y evangelizando la religiosidad popular.

* Siendo creativos para establecer nuevas estructuras eclesiales


que mejor respondan a los retos actuales de nuestra pastoral.

3.

Evangelizar en un mundo secularizado y de las nuevas Tics.

* Utilizando las Tics (nuevas tecnologas de la informacin y la


comunicacin) como instrumentos evangelizadores profticos
(para anunciar y denunciar)

* Formando crticamente para el uso de las Tics.

* Propiciando cambios de mentalidad en las estructuras eclesiales


y sociales, en orden a impulsar el servicio al prjimo, y a construir
relaciones horizontales y dilogo.

4.

70

* Educando para la valorizacin de la autonoma de lo creado en


el plan de Dios y la responsabilidad en el cuidado y la defensa
de la vida en todas sus manifestaciones, siendo urgente la
preservacin del medio ambiente.
Construir comunidades cristianas con rostro propio.

71

Amrica Misionera Comparte tu fe


responsables de ello, junto a las dicesis y congregaciones
religiosas.
Finalizamos estas resonancias de los foros, sealando que
la Asamblea de Aparecida expresa excelentemente mucho de lo
emanado en este CAM4-COMLA 9, cuando afirma: Discipulado y
misin son las dos caras de una misma medalla: cuando el discpulo
est enamorado de Cristo no puede dejar de anunciar al mundo que
slo El nos salva (DA 146). Y aade Aparecida: Esta es la tarea
esencial de la evangelizacin, que incluye la opcin preferencial por
los pobres, la promocin humana integral y la autntica liberacin
cristiana.

VI. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS OPERATIVAS


DEL CAM 4 - COMLA 9.

El desarrollo del Congreso Americano Misionero (CAM 4)


y Latinoamericano (Comla 9), permiti la conformacin de 22 foros
temticos. Los foros temticos metodolgicamente hablando son el
espacio adecuado para que las conferencias generales y las sectoriales
encontraran una concrecin, en la vida de las comunidades cristianas
del continente. Todos los foros estaban organizados alrededor de
cinco ejes, los cuales eran:
1.

Discipulado: Niez y adolescencia misionera; Desafo de las


culturas juveniles; Pastores misioneros; Familias misioneras;
Identidad misionera de la escuela; Vida religiosa, comunin y
misin.

2.

Conversin Pastoral: Nuevas estructuras de organizacin


pastoral; Centralidad de la Palabra de Dios; Inculturacin de la
liturgia.

3.

Secularizacin:
Evangelizacin
e
ideologa
Postmodernidad; Salvaguarda de la creacin.

4.

Pluriculturalidad: Culturas afros;


Religiosidad popular; Culturas urbanas.

5.

Misin ad gentes: Compromiso de la Iglesia desde Amrica;


Profeca y martirio; Movilidad humana; Anuncio entre los no
creyentes; Rostros cristianos de Asia; Misin y Ecumenismo.

Culturas

poltica;

indgenas;

Esta organizacin en torno a ejes se realiz con la intencin de


permitir, en la fase del post-Cam la presentacin de las orientaciones
72

73

Amrica Misionera Comparte tu fe


y reflexiones e incluso propuestas de accin, producto del Congreso.
La finalidad ltima es que las reflexiones sean aportadas a las Iglesia
locales del Continente americano para fortalecer su vocacin y
compromiso misionero universal.

SECULARIZACIN 444 PLURICULTURALIDAD

Como era de esperarse las reflexiones produjeron un enorme


nmero de proposiciones y ms de 300 conclusiones, las cuales todas
constituyen en s mismas una enorme riqueza espiritual y pastoral.
Estas proposiciones re-trabajadas se han convertido en 50 grandes
acciones que podran iluminar muchas de las acciones misioneras del
Continente.

En el esquema anterior esta resumido el criterio mediante el


cual se deber realizar la necesaria sntesis del enorme conjunto de
propuestas, que emergen de las reflexiones centrales y de los foros
temticos.

Para la sistematizacin de las conclusiones y propuestas del


Cam4-Comla9 es preciso establecer unos parmetros o criterios que
sirvan de gua. Estos parmetros deben ser los de la temtica central
del Congreso a saber: EL anuncio de Jess y su evangelio, con su
fundamento, bblico y teolgico, y las coordenadas en las cuales
debe realizarse este anuncio como lo son el mundo secularizado y
pluricultural.

MISIN DE DIOS 44 4 HUMANIDAD

A. SINTESIS DEL EJE DEL DISCIPULADO.


Del anlisis del ver y del iluminar de este eje, se desprende la
necesidad de volver cada vez ms en el contexto americano a lo que
se podra denominar una relacin ms personalizada con Jess y su
Evangelio, constatacin ya realizada por la Asamblea de Aparecida.
Destinatarios: Nios, adolescentes, jvenes, familias, clero y
vida religiosa.

PROPUESTAS PARA LA ACCION DEL EJE


DEL DISCIPULADO:

74

1.

Favorecer el encuentro personal con Cristo a


travs de todos los medios posibles, y adecuados
a los distintos grupos, privilegiando el anuncio
kerigmtico y los momentos de oracin.

2.

Hacer un uso adecuado de las herramientas


tecnolgicas para establecer intercambios virtuales
y una base de datos para la misin.

75

Amrica Misionera Comparte tu fe


3.

Propiciar la formacin permanente, especficamente


misionera teniendo en cuenta las caractersticas de
los interlocutores, a sabiendas que esto es ms un
proceso que un conjunto de actividades.

4.

Privilegiar las actividades formativas en las que se


fomenten y apoyen el intercambio del voluntariado y
relevo misionero, ms an si la presencia misionera
se efecta entre los ms pobres y necesitados.

5.

Asumir la pedagoga de Jess, a saber, del


encuentro de quien se acerca y se deja acercar,
del discernimiento, del acompaamiento y del
testimonio para favorecer lo insustituible de las
relaciones humanas profundas.

6.

Retomar el documento del CELAM Civilizacin del


amor, que atiende a la pastoral especfica juvenil
como proyecto y misin.

7.

Impulsar en los jvenes el proyecto misionero


formativo ad gentes.

8.

Promover la formacin misionera en los seminarios


para que los sacerdotes sean evangelizadores que
vayan a otros lugares, y salgan de los templos.

9.

Construir la fraternidad sacerdotal, sobre todo en el


sacerdote diocesano, centrndose en la eucarista,
la misin y la fraternidad.

10. Promocionar la accin misionera de los sacerdotes,


como el diezmo misionero Fidei donum.
11. Fomentar la participacin de las familias en la
accin evangelizadora, promoviendo en ellas las
vocaciones misioneras y el envo misionero.

76

12. Acompaar a familias envueltas en el secularismo,


desde la pastoral familiar parroquial.
13. Crear una red de familias
intercambien experiencias.

misioneras

que

14. Identificar y discernir con familias comprometidas


el llamado a la misin ad gentes. Establecer
mecanismos y canales para facilitar su envo.
15. Recuperar la dimensin proftica de la vida religiosa
anunciando el Reino de Dios y denunciando lo que
va en contra del Reino.
16. Impulsar una pastoral educativa misionera que
responda a las vivencias propias de los agentes
de la comunidad educativa, de su entorno y de fe,
de modo que los centros educativos propaguen la
accin transformadora de la fe.

B. SNTESIS DEL EJE DE LA CONVERSIN PASTORAL.


Tras una noche aciaga con la pesca, Jess le dice a Simn
Pedro: Lleva la barca mar adentro y echen las redes para pescar
No pescamos nada, pero si t lo dices, echar las redes (Lc 5,111). Hoy tambin reconocemos nuestra pesca infructuosa.
Hay una falta de autntica escucha por nuestra parte, como
Iglesia, a la Palabra de Dios. Esto ocasiona que la conversin en la
Iglesia no llegue. Tenemos una deuda con la Iglesia porque no se
estudia la Palabra, lo cual se traduce en una falta de testimonio por
parte de los cristianos. No hay radicalidad en nuestro seguimiento a
Jess.
Se observa que en el modelo institucional, la Iglesia ha pasado
a ser lo esencial, dejando de lado la comunidad recproca y fraterna
en todos los niveles de la estructura eclesial. Experimentamos que se
ha institucionalizado el servicio como fuente de poder. Este modelo de
iglesia-institucin se multiplica en los distintos niveles, con lo cual se
77

Amrica Misionera Comparte tu fe

ahogan los carismas en la iglesia.


La liturgia no est respondiendo plenamente a la forma de ser
de nuestros pueblos, descuidando su idiosincrasia. No expresa su
sentido de servicio al pueblo, y est ausente el elemento fraterno, de
modo que cada quien se acerca a la liturgia individualmente buscando
una respuesta a sus necesidades pero sin reflejar a la comunidad.
La liturgia se ha fijado ms en la rbrica e institucionalidad que en el
Misterio, y asimismo vemos que en ella la Palabra de Dios no ocupa el
lugar central que debe tener.
Hoy tambin Jess invita a la Iglesia a reconocer pescas
infructuosas y abrirse a la novedad de la inculturacin del evangelio, o
a nuevas estructuras organizativas pastorales ante otras desfasadas,
o una Palabra que an no ocupa el centro de la vida del cristiano.
De este anlisis acerca de la conversin pastoral se originan varios
desafos:
Desafo1: Pasar del discurso al hecho, de modo que se haga
efectiva la conversin a la que estamos llamados.
Desafo 2: Dar pasos de renovacin en el modo de ser y vivir en
la iglesia, donde la fraternidad sea el carcter fundamental.
Estos desafos encuentran respuesta en una serie de propuestas
de accin, de modo que se haga concreta y viable esa conversin
pastoral.

PROPUESTAS DE ACCION PARA EL EJE


DE LA CONVERSION PASTORAL:
1.

78

Realizar encuentros pastorales en las parroquias,


para hacer de las comunidades eclesiales centros
acogedores y celebrativos.

2.

Permitir la inclusin del hermano que se acerca


a la Iglesia, orientndolo y acogindolo dentro de
la familia cristiana.

3.

Dar a conocer el significado de los sacramentos,


como medios para acercarse y descubrir a Dios.

4.

Imprimir Biblias con precios accesibles a las


pequeas comunidades.

5.

Organizar talleres de Biblia para las comunidades,


favoreciendo un estudio espiritual, y tericoprctico de la Palabra.

6.

Formar comunidades entorno a la Palabra de


Dios en koinona y diacona.

7.

Dar a conocer el significado de los sacramentos,


como medios para acercarse y descubrir a Dios.

8.

Organizar talleres
comunidades.

9.

Traducir los libros litrgicos en las lenguas


vernculas

de

liturgia

para

las

10. Formar litrgicamente a los futuros sacerdotes en


el encuentro con el pueblo de Dios, la celebracin,
la oracin y no en el ritualismo vaco.
11. Utilizar los manuales de Infancia Misionera
Escuela con Jess.

79

Amrica Misionera Comparte tu fe


C. SINTESIS DEL EJE DE LA SECULARIZACION.
La realidad planteada a nivel del Continente es variada y ante
ella los cristianos y la Iglesia intenta dar respuestas. En algunos pases,
las tendencias autoritarias toman vida y dificultan la sana convivencia.
En otros pases la Iglesia se aleja, por la laicidad del Estado de
cualquier toma de posicin y por ello en muchos casos se descubre
la necesidad de una mejor participacin y formacin del laicado para
que ste -desde las diferentes opciones- vaya tratando de impregnar
la accin poltica de espritu cristiano.

las relaciones con los gobernantes; impartir una formacin sacerdotal


y religiosa centrada en el servicio al prjimo y la construccin del
bien comn; desarrollar relaciones horizontales y espacios de dilogo
y sinergia en la Iglesia; diversificar estructuras de apoyo al trabajo
misionero.
Desafos que se concretan en una serie de acciones y
propuestas operativas:

Por otro lado, occidente ha entrado en la llamada postmodernidad


y en ella hay rasgos de adolescentes y jvenes consumistas, que no
creen los relatos largos y son apticos a los procesos formales de la
educacin sistemtica, viviendo slo el hoy y ahora. Es el sector de
la poblacin que ms uso hace de las redes sociales, no haciendo
siempre un uso adecuado de las mismas y expuesto a la llamada
infoxicacin (intoxicacin por causa de mal manejo de la informacin
de las redes sociales). Es preciso un trabajo que tenga como centro
a las personas y en el que la Iglesia entrando en este mundo ofrezca
una palabra orientadora.

1.

Promover escuelas en las dicesis para el estudio


de la fe y su relacin con la poltica, y profundizar
en la doctrina social de la iglesia.

2.

Educacin familiar como fundamento prioritario


para rescatar los valores cristianos y transmitir la
relacin fe poltica.

3.

Ampliar la formacin de los pastores, incluyendo los


temas polticos con el auxilio de las universidades.

Por otra parte, como para completar este eje que est de cara
al mundo secular, es necesario conocer, proteger y fomentar el uso
sostenible y responsable de los recursos naturales, y el respeto a la
vida, especialmente la vida humana. El hombre recibe todo lo creado
como don gratuito. Hemos de impulsar espacios de coordinacin y
ejecutar acciones concretas en relacin a algunas problemticas
ambientales propias de cada regin. Uno de los desafos consiste en
unirnos como Iglesia para evangelizar a nuestros pueblos en la toma
de conciencia y amor por la creacin.

4.

Preparar a los cristianos para ganar espacios


como lderes polticos.

5.

Valorar y reconocer social, econmica, moral y


emocionalmente a los formadores y educadores.

6.

Promover servicios, programas y proyectos de


evangelizacin en todos sus niveles (continentales,
regionales, nacionales y locales) donde
prevalezca el respeto por el otro y se apueste por
el acompaamiento.

7.

Incluir programas de formacin sobre la


postmodernidad
que
permita
hacer
un
acercamiento a la realidad y ver las bondades que
presenta este escenario de evangelizacin.

PROPUESTAS DE ACCIN PARA EL EJE


DE LA SECULARIZACIN
Ante esta realidad secular se generan unos desafos como:
alcanzar cambios de mentalidad de trabajo en las estructuras eclesiales
y sociales, a travs de la promocin de familias constructoras del bien
comn; generar una nueva mirada con respecto a la evangelizacin y
80

81

Amrica Misionera Comparte tu fe

8.

9.

Promover acciones prcticas de ecologa y en


los hogares que permitan a cada individuo y
familia hacer sus aportaciones al tema del medio
ambiente.
La parroquia debe ser centro de concientizacin y
accin ecolgica en la que la comisin parroquial
del medio ambiente, forme, incentive y accione
cursos, talleres y ferias ecolgicas parroquiales e
interparroquiales.

10. Crear itinerarios de catequesis diocesanos, que


incluyan el tema del medio ambiente, de modo que
se realicen actividades recreativas y ecolgicas,
como siembra de rboles, conservacin de
plantas, etc.
11. Elaborar y desarrollar programas para salva
guardar la creacin desde los distintos espacios
pastorales.
Promover el estudio y la aplicacin de la Doctrina Social de la
Iglesia en los laicos, especialmente en los jvenes, universitarios y
profesionales.
D. SINTESIS DEL EJE DE LA PLURICULTURALIDAD.
La realidad pluricultural permea todo el continente americano.
Ella debe ser reconocida y potenciada desde la evangelizacin, a
travs del anuncio de Jesucristo en las culturas afroamericanas,
indgenas y urbanas.
La religiosidad popular en nuestros pueblos es un camino de
encuentro con Jesucristo. La religiosidad popular sigue viva en nuestros
pueblos, la celebracin se encarna en la realidad de nuestros pueblos.
Cada realidad cultural tiene sus diferentes expresiones religiosas.
Es necesario perder el miedo a dejar lo lucrativo de la religiosidad
popular y centrarnos en los aspectos misionales. Nos apoyamos en las
82

experiencias de religiosidad del pueblo y que hacen parte del arraigo


cultural para evangelizar nuestras culturas.
Descubrimos que la religiosidad popular es camino y lugar de
encuentro con Cristo. Sin embargo, descubrimos que es necesario
evangelizar la religiosidad como expresin de un pueblo en el que la
gente se relaciona con Dios. En las realidades urbanas descubrimos
cmo aflora lo popular, especialmente en el desarraigo de aquellos
que provienen de realidades rurales, bien sea del campesinado,
comunidades indgenas o afroamericanos.
Los pueblos indgenas, en su dinamismo cultural, nos ensean
otra cosmovisin y nos invitan a los misioneros a descubrir la realidad en
la que estructuras jerrquicas se convierten en opresoras. Acompaar
a las comunidades indgenas forma parte del reconocimiento de su
riqueza cultural. Se ha de reivindicar el respeto a la territorialidad. Hay
que evitar el camino de la aculturacin que se suele llevar a cabo a
travs del desarraigo, el desplazamiento y el menosprecio de su valor
cultural y su manera de reconocer a Dios.
En los pueblos indgenas descubrimos naciones luchadoras
que van construyendo su realidad y se van realizando de manera plena
como personas y como hijos de Dios. Se enfrentan al colonialismo tanto
socio-poltico como eclesial en el que se impone el occidentalismo
como horizonte nico cultural. Leemos el evangelio que nos invita a
tener vida, y vida en abundancia.
En cuanto a los afroamericanos nos encontramos con un tercio
de la poblacin que ha sido discriminada y abandonada. A pesar de
esto descubrimos la poca participacin de los negros en las diversas
realidades sociales, polticas y econmicas. Se han generado
situaciones en la que ser afrodescendiente es generador de vergenza.
Vemos como desafo la descolonizacin de las mentes. En este
sentido la comunidad afroamericana, dada la realidad de exclusin y
empobrecimiento, se siente identificada, viendo en Mara de Guadalupe
el paradigma de evangelizacin para Latinoamrica y la renovacin de
la experiencia del Pentecosts en la palabra de Dios llega con alegra
en nuestro idioma y a nuestra realidad de vida.
83

Amrica Misionera Comparte tu fe


Generalmente la experiencia misionera ha sido leda como una
experiencia limitada a lo rural y a los lugares geogrficamente apartados
de las grandes ciudades. La realidad actual nos mueve a descubrir
que la experiencia de misin nos aboca, hoy por hoy, a la realidad de
las grandes ciudades como lugares de misin. La realidad urbana,
leda como espacio de individualismo, exclusin, empobrecimiento y
violencia, nos mueve a descubrir una nueva y verdadera experiencia
misionera en la ciudad.
Nos enfrentamos a una nueva frontera que ocurre en las grandes
periferias de exclusin y empobrecimiento. Nuestras ciudades ahora
son lugares de movilidad en las que el desarraigo cultural da origen a
una pluriculturalidad y a una secularizacin, leda no como experiencia
de atesmo, sino como individualizacin y desinstitucionalizacin de la
fe. Nuevas experiencias religiosas y pseudoreligiosas van surgiendo
en las ciudades y responden a sensaciones de momentos y no a la
verdadera bsqueda de la verdad. La movilizacin hacia lo pentecostal,
lo esotrico, el consumo de placer hacen de las ciudades un espacio
en el que urge una palabra que renueve la esperanza y lleve a la
verdadera evangelizacin.

De estas diversas realidades pluriculturales que hemos


mencionado, y desafos emanados, se proponen una serie de
propuestas de accin.

PROPUESTAS DE ACCIN PARA EL EJE


DE LA PLURICULTURALIDAD
1.

Avanzar en el uso de las Tics, como medios de


evangelizacin, especialmente de cara a las nuevas
generaciones.

2.

Insertarnos de manera ms efectiva en la realidad


educativa.

3.

Se da el desarraigo y el desconocimiento de la propia cultura, el


empobrecimiento y la marginacin, la carencia de educacin de calidad
y de espacios de formacin humana en el que se prioricen valores,
la violencia suburbana y el ambiente de indiferencia e individualismo
ciudadano.

Dar respuesta a la realidad de violencia, proponiendo


alternativas desde lo pastoral en aquellos ambientes
donde la violencia es la nica respuesta conocida
por las personas.

4.

Aceptar las nuevas realidades familiares: familias


desintegradas, madres solteras, parejas separadas.

5.

Los ancianos, como transmisores de la cultura, deben ser


recuperados desde una pastoral de la escucha. Necesitamos una
evangelizacin que parta del compartir y no sea vista como un
espectculo que se ve de lejos. Buscamos transformar la evangelizacin
de modo que sea transmisin de la fe y no mero conservacionismo.

Conocer y evangelizar las subculturas que aparecen


y toman fuerza en las ciudades.

6.

Ayudar a abandonar la colmenizacin de las


ciudades, en las que viven muchas personas en
una sola estructura con gran desconocimiento
mutuo, para construir la comunidad vivida como una
experiencia vecinal.

7.

Promover, desde los seminarios, la formacin ms


pastoral y de pastores con olor de oveja.

Surge la necesidad de promover nuevos modelos parroquiales,


en el que los laicos cobren ms protagonismo, abandonando el
clerocentrismo y estableciendo relaciones ms horizontales y
fraternales en las dinmicas parroquiales. Se trata de parroquias
abiertas tanto para salir a la calle como para permitir la entrada de
aquellos que buscan respuestas a sus experiencias de vida.
84

85

Amrica Misionera Comparte tu fe


8.

Abrir espacios de reflexin en los que nos centremos


en las diferentes realidades culturales (urbana, rural,
indgena y afroamericano), descubramos la forma
de responder a estas realidades desde el evangelio,
y reconozcamos nuestras grandes ciudades como
verdaderos lugares de misin a las que debemos
evangelizar.

E. SINTESIS DEL EJE MISION AD GENTES.


El Eje de la Misin Ad gentes bajo el cual se organizaron una
gran cantidad de foros result de una incomparable riqueza por la
profundidad en las reflexiones suscitadas, que generaron el elogio de
una vuelta a las fuentes por parte de los Comlas-Cams.
Cuando se analiza la realidad de los diferentes foros
encontramos lo siguiente: En Amrica se vive una enorme diversidad
cultural, no siempre percibida como riqueza y en ocasiones es vista
incluso como una amenaza, que se manifiesta en un rechazo a lo
diferente. Es preciso, por lo tanto, promover una autntica actitud
intercultural.
En cuanto a la especfica Misin Ad Gentes se sabe que algunos
pases requieren ms ad gentes. Muchas dicesis no han motivado
esto y encontramos iglesias preocupadas por lo interno, olvidando la
misin ad gentes. Abrindose an ms en esta dimensin ad gentes
est el panorama del Asia en donde los cristianos desarrollan una
teologa de la liberacin, donde la espiritualidad va tras la bsqueda
de la trascendencia pero en la que se percibe una separacin entre
la cultura asitica y el anuncio del Evangelio. El cristianismo est
atravesando una etapa de acallamiento por parte del gobierno con
China. Las otras religiones tienen ms libertad porque no son profticas.
Por otra parte se sabe que aquellos que se dedican a los
diferentes Ad gentes en Amrica, lo hacen incluso con el testimonio
de sus vidas y encontramos cristianos muertos en Amrica Latina lo
que significa que ante las injusticias y dificultades se generan mrtires
con Coraje y entrega.
86

La realidad de la movilidad humana representa un gran desafo


para la Misin. Normalmente la movilidad va dirigida a mejorar la
calidad de vida en las familias, pero en ocasiones, se da una movilidad
humana por trfico de drogas, de nios, de rganos. La movilidad se
presta para la explotacin extranjera y su discriminacin.
Se ha pasado en Amrica Latina, desde el punto de vista
religioso, de la uniformidad catlica a las diferentes expresiones
religiosas. Adems se da la presencia de ateos, gnsticos e
indiferentes, la incoherencia entre fe y vida, el esoterismo, entre otros
son manifestaciones de un nuevo panorama religioso y ambiente
cultural. Hay nuevas formas de increencias y de religiosidades. El
atesmo y la indiferencia han cambiado su aspecto (actualmente
hay nios y mujeres que no creen en Dios, cuando antes era solo
los hombres adultos los que no crean). En la actualidad dos terceras
partes no conocen a Jess, o no es cristiano. Se mantienen posturas
prepotentes de cara al dialogo con otras iglesias cristianas.
Ante esta realidad hace falta una mentalidad ecumnica.
Hay hermosos testimonios de cercana y se puede sealar que el
ecumenismo se daba antes en el mbito jerrquico y ahora se da en
el mbito del pueblo.

LINEAS DE ACCION PARA EL EJE


DE MISION AD GENTES.
1.

Crear una pastoral que ayude a desarrollar planes


de accin social, cultural y religioso en la atencin
al inmigrante.

2.

Formar una pastoral para las familias desplazadas


o en situacin de refugiados, de tal manera que
puedan ser atendidas sus necesidades.

3.

Crear una pastoral de acogida para recibir a las


personas que llegan a nuevos destinos.

87

Amrica Misionera Comparte tu fe


4.

Instituir estrategias de dilogo y anuncio a los no


creyentes, indiferentes, incrdulos apticos, las
cuales deben partir del testimonio vivencial: un
dilogo bien dispuesto en cuanto a actitud y bien
fundamentado en cuanto a contenido.

5.

Fortalecer la presencia cristiana en medios


acadmicos, profesionales y otros mbitos de
la esfera pblica, para llevar a esos espacios la
propuesta evanglica.

6.

Incentivar la formacin ecumnica de los agentes


pastorales: sacerdotes, religiosos (as) y laicos.

7.

Creacin o fortalecimiento de las Comisiones


Nacionales/ Diocesanas de Ecumenismo, en
unidad con la Comisin de Misiones.

8.

Proponer encuentros y acciones misioneras con


hermanos de otras Iglesias cristianas

9.

Promover el compromiso de las familias para vivir


y anunciar el Evangelio en donde cada persona
trabaja, estudia o descansa.

13. Asumir
cada
conferencia
episcopal
la
responsabilidad de un territorio ad-gentes por
parte de un equipo de sacerdotes, religiosas y
laicos.

10. Evangelizar desde las pequeas comunidades ad


intra y ad extra.
11. Promover en las parroquias y grupos apostlicos
la vivencia del dinamismo misionero en todas sus
direcciones: al interno de la parroquia, en la zona,
en la dicesis y ms all de sus fronteras12. Promover incluso en los obispos la asuncin de
su responsabilidad de evangelizar el mundo,
empezando por sus propias dicesis, pero sin
cerrarse al mandato misionero universal.

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