Grupo de Oración
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Grupo de Oración
2006
Grupo de Oración 1
GRUPO DE ORACIÓN
Un Grupo Carismático de Oración es aquel que es movido y dirigido por el Espíritu
Santo. Igualmente, una persona carismática es la que es movida y dirigida por el Espíritu
Santo. El Espíritu no sólo mueve y dirige a cada persona en particular, sino al grupo mismo
como un todo. Dentro del grupo, el Espíritu se sirve de algunos como instrumentos para
mover y dirigir, para enriquecer y madurar, para liberar y curar, para abrir y alentar, para
planificar y transmitir a los demás. En un mismo grupo carismático, todos transmiten y
todos reciben; todos enseñan y todos aprenden, todos sirven y todos son servidos. Y, en
todo esto, es el mismo Espíritu quien actúa y obra en todos, y a través de todos, como una
fuerza íntima y secreta, discreta y poderosa.
En los grupos movidos y dirigidos por el Espíritu del Señor aparecen,
necesariamente, los frutos y los carismas. Los frutos son producidos por el Espíritu para la
santidad personal de los miembros y el mejoramiento de las relaciones cristianas entre
ellos, y con la com unidad. Los carism as son dados por el Espíritu com o “envío” y com o
fuerza divina, como poder apostólico, como instrumento de acción, para la mayor eficacia
apostólica.
A medida que el grupo se vuelve dócil, maleable y entregado, el Espíritu moverá y
dirigirá más y más eficazmente. Al mismo tiempo, hará surgir los frutos y los carismas.
Para que nuestros grupos se vuelvan carismáticos, es importante y hasta
imprescindible que los miembros de los grupos sean orientados, instruidos y adiestrados.
Sí, adiestrados mediante ejercicios espirituales preparados, programados, progresivos.
Sería necesaria una especie de “escuela de crecim iento consciente”. N o se puede
desconocer la necesidad de maestros espirituales experimentados, los cuales, movidos por
el Espíritu, nos con duzcan por los cam inos de D ios. A cordém onos de Jesús… Él era llam ado
“D ivino M aestro”. Enseñaba y ejercitaba a los Apóstoles en los caminos de la vida nueva,
traída y transmitida por Él.
Las improvisaciones interminables en los grupos de oración son la causa de que
tantos grupos hayan empezado y muerto pronto, y de que tantos otros estén apenas medio
caminando. Esta es la realidad clara y lamentada en muchos grupos de nuestra Diócesis
actualmente.
Al final de este material se hace referencia a las fuentes de donde se extrajo gran
parte de la información aquí contenida. Esto indica que es de vital importancia el hecho
de buscar en todo aquel medio impreso (libros, revistas, boletines, folletos, documentos,
etc.) información que proporcione herramientas necesarias y actualizadas para lograr que
nuestro Grupo de Oración sea un nido del Espíritu Santo, donde los miembros y el grupo
en general alcancen la vida en el Espíritu, teniendo como meta principal el crecimiento
progresivo hacia la santidad.
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- Ambientación
- Invocación al Espíritu Santo
- Oración de Alabanza
- Canto inspirado y Oración contemplativa
- Ejercicio de los Carismas
- Alabanzas a la Virgen
- Lectura de la Palabra
- Enseñanza
- Oración de Sanación/Liberación
- Testimonio de la semana
- Oración de Acción de Gracias
- Oración de Petición
- Padrenuestro y abrazo de paz
- Bendición y despedida
AMBIENTACIÓN
Este es un importante momento donde todos permanecen de pie, elevan las manos
y suplican que el Espíritu Santo se haga presente, para que Él sea el corazón y conductor
de la reunión. Antes de comenzar la oración, es recomendable hacer un canto de
recogimiento basado en el Espíritu Santo.
Es muy significativo que además, se invoque la sangre de Cristo para sellar la
reunión y protegerla de toda acechanza, al igual que se suplique la presencia de María
Santísima, junto con los coros angelicales.
A labar es elogiar a D ios ― Padre, H ijo y Espíritu Santo― por algún motivo verdadero,
claro, evidente, consciente. La alabanza en las reuniones de oración carismática, es más
consecuencia del Espíritu Santo que empeño de la mente humana. Motivos para alabar a
Dios:
1º) Alabamos a Dios por lo que Él es.
2º) Alabamos a Dios por lo que Él hizo y sigue haciendo.
3º) Alabamos a Dios por lo que Él te hizo y te sigue haciendo.
Cuando ejecutamos las alabanzas debemos tomar en cuenta dos factores:
- Pasar del Yo al Tú-Usted-Vos: hay muchos que, cuando oran, ponen su yo como centro de
la oración. No puede ser así: el centro de la oración es el Señor.
- Pasar del Yo-Me-Mi al Nosotros-Nos-Nuestro: es importante desarrollar la capacidad de
sentirse en comunidad. No nos unimos en oración para que yo-tú-él-ella alabe al Señor.
Nos reunimos, sí, para nosotros todos en conjunto alabar al Señor.
Para lograr que la alabanza sea realmente inspirada hace falta:
- Saber que el inspirador es el Espíritu Santo.
- Entregarse al Espíritu vaciándose de sí mismo.
- Educarse para oír con los oídos del corazón y del cuerpo.
4 Grupo de Oración
El canto inspirado tam bién llam ado “jubilacio”, es un canto espontáneo que todos y
cada uno de los participantes de la reunión de oración crean, tomando como palabras un
“aleluya” o un sonid o vocálico, creando para estas letras una melodía bien sencilla,
cantadas suavemente por cada uno de los participantes al mismo tiempo, formando una
armonía libre, orquestal.
Generalmente, cuando terminan las alabanzas al Espíritu Santo, todos se sientan y
permanece un clima de silencio, para posteriormente abrir paso al canto en lenguas
acompañado por el canto inspirado. Este canto es comenzado por la inspiración de alguna
persona en oración, en forma muy suave y leve. Al oírlo, los demás orantes lo asumen y lo
acompañan entrando suavemente en el conjunto con su propia melodía.
Al finalizar el canto inspirado, retorna el clima de silencio. Despejamos nuestra
mente y contemplamos a Dios, pues durante este momento tenemos la oportunidad de
abrir los oídos del corazón para escuchar su voz.
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Los carismas son poderes espirituales otorgados por el Espíritu para una acción
apostólica mucho más fecunda, productiva, eficiente, perseverante, gratificante. Todos
los carismas son manifestaciones del Espíritu para provecho común.
Este es uno de los momentos de más hermosos, así como también el que más
requiere prudencia. Aquellos servidores en los cuales el Espíritu de Dios se haya
manifestado, expresarán las revelaciones concedidas. Aquellos carismas que requieran de
interpretación, serán interpretados por el servidor que tenga el carisma de interpretación
de dicho carisma. Todo debe ser confirmado por medio del carisma de Discernimiento.
Si hay personas que participan por primera vez en la reunión de oración, es
apropiado dar una breve explicación en relación a los carismas.
LECTURA DE LA PALABRA
La Palabra de Dios debe estar presente en todas las reuniones de oración. Una
reunión sin la presencia y distribución del pan de la Palabra se vuelve pobre, débil y vacía.
Cuanto más abundante y aprovechada sea la Palabra de Dios, tanto más rica y
enriquecedora se vuelve la reunión de oración. Cuando la Palabra es abundante, los
participantes son tocados por ella, según su situación personal se solidifican sus
conocimientos y asimilan cada vez más la vida divina.
Es necesario que todos los participantes tengan Biblia, si es posible una misma
edición.
Para tomar la lectura se imponen las manos sobre aquella persona que va a abrir las
Sagradas Escrituras y se pide el don del Espíritu Santo para que hable a su pueblo a través
de su Palabra de amor y, los que la escuchan puedan guardar el mensaje de Dios en su
corazón. Luego de abrir la Biblia, la persona toma la lectura del primer sitio donde colocó
la vista. Una vez hallada la cita, dice el nombre del libro, capítulo y versículo, de manera
que los demás la busquen en su Biblia. Posteriormente la persona lee con voz clara y
audible la lectura, y al terminar todos cierran los ojos para meditar la lectura en su
corazón por un tiempo determinado. Seguidamente dos o tres personas comparten la
propuesta que el Señor hace por medio de la lectura.
Para darle dinamismo y participación a la reunión, se puede tomar
espontáneamente a un participante (no servidor), para que lea la Palabra de Dios.
Es de suma importancia resaltar que se deben leer dos o tres versículos solamente,
dependiendo de la cita. La lectura no debe ser extensa.
La Palabra de Dios, realmente, presenta siempre una propuesta de Dios. A esa
propuesta debemos dar una respuesta, ya sea tomando actitudes concretas, posiciones,
cambios de vida, apostolados que hay que asumir o compromisos que hay que aceptar.
Dicha respuesta puede realizarse al igual que la alabanza participada, varias personas, una
después de otra, dan respuesta en voz alta a la propuesta del Señor; o al igual que la
alabanza desencadenada, una persona da respuesta en voz alta, mientras las demás se
unen a ésta dando su respuesta personal, también en voz alta.
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ENSEÑANZA
PALABRA DE SABIDURÍA
En grupos carismáticos maduros y muy abiertos al Espíritu, sucede que algunas
personas pueden recibir el carisma de la Palabra de Sabiduría. A través de este carisma se
transmite una enseñanza que el mismo Espíritu va sugiriendo y revelando a su escogido. Es
preciso saber, también, que no en todas las reuniones se da la Palabra de Sabiduría, ésta
sucede por cuenta del Espíritu. La presencia de este don no debe conducir al descuido en
la preparación de la enseñanza. Cuando surja la palabra de sabiduría en alguna reunión, el
que preparó la enseñanza no hable. Prepárese todavía mejor para la próxima reunión.
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ORACIÓN DE SANACIÓN/LIBERACIÓN
SANACION INTERIOR
Para realizar este tipo de oración es primordial el uso de cantos que lleven a una
entrega más profunda. En determinados momentos se puede utilizar música instrumental
como fondo para la oración. Asimismo, es preciso que los participantes tomen una postura
cómoda para tener más disposición. La oración de curación interior puede realizarse cada
mes. La sanación interior se divide en tres ramas:
a) Sanación Espiritual:
La enfermedad espiritual es el pecado. El pecado con sus raíces, causas y
consecuencias. Existe diferencia entre el perdón del pecado y la curación del mismo. El
perdón absuelve, perdona dicha culpa. Pero el perdón no necesariamente cura el pecado,
la causa o raíz del mismo. Una vez curado, el pecado ya no se manifiesta en acciones.
Para que los miembros del grupo puedan tener y vivir la vida plena en el Espíritu Santo es
importante provocar y hacer que se dé la sanación espiritual por medio del perdón.
La oración debe realizarse basada en un tema específico: por los pecados de los
esposos y las esposas, de los padres, de los hijos, de los hermanos, de los novios; por los
pecados contra los mandamientos, los sacramentos, entre otros.
Es de gran ayuda realizar cantos penitenciales durante la oración. Aquí se proponen
cinco pasos para realizar el acto penitencial en la reunión de oración:
1) Reconocer el pecado: quien hace la oración invita a los presentes a reconocer las faltas
con relación al pecado en base el cual se está haciendo la oración.
2) Arrepentirse de haber ofendido, decepcionado a Dios: se hace un silencio profundo y
extendido para arrepentirse de haber injuriado a Dios.
3) Pedir perdón de todo corazón: todos oran en voz alta (en español y en lenguas) pidiendo
perdón de todo corazón. Otra manera de hacerlo es la siguiente: quien hace la oración va
diciendo en voz alta los posibles pecados cometidos, mientras los demás escuchan y piden
perdón en su interior.
4) Proponerse vencer y evitar el pecado: se invita a los presentes a hacer silencio para
proponerse una decisión concreta para derrotar el pecado.
5) Proponerse rehacer todo aquello que he sido destruido o dañado por acción del mismo
pecado: se exhorta a los presentes a rehacer lo que ha sido dañado por el pecado o
retribuir de alguna manera las consecuencias del error cometido.
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b) Sanación Emocional:
Las heridas emocionales son provocadas por actos de desamor sufridos en el curso
de la existencia o debidas a acontecimientos dolorosos, tristes y violentos. Las heridas
emocionales o heridas del corazón son siempre dolorosas.
La oración puede basarse en alguno de estos temas: heridas dejadas por esposos,
hijos, novios, hermanos, familiares, amigos, compañeros, jefes, cristianos y heridas
hechas a sí mismo.
En las personas que poseen este tipo de heridas, los frutos del Espíritu encuentran
dificultad para fructificar y con seguridad no aparecerán en abundancia.
Un lugar y momento privilegiado para favorecer la curación emocional es la reunión
de oración. Para hacer la intercesión por la sanación emocional, es acertado tener en
cuenta los siguientes pasos:
1) Motivar sobre la necesidad de sanación emocional: quien hace la oración motiva a los
presentes brevemente, en forma clara y convincente. Los demás deben estar en silencio.
2) Provocar la mayor conciencia de la presencia de Jesús resucitado en medio del grupo:
se provoca una atmósfera de presencia de Jesús. Se puede realizar un canto que hable de
la presencia de Jesús.
3) Invitar a que cada uno evoque en su imaginación la presencia de la persona que lo ha
herido (si quien le produjo la lesión ha muerto, que lo traiga a la vida, resucitado): se pide
a los presentes que evoquen en su imaginación a la persona que los injurió. Luego se hace
un breve silencio.
4) Sugerir que en silencio cada uno converse y perdone a aquel que le causó la ofensa
(perdonar hecho por hecho, herida por herida): los participantes han de conversar con
palabras salidas del corazón, perdonar a quien los ha ofendido. Se hace un largo silencio,
para que dé tiempo suficiente para repasar todas las ofensas. Este tiempo para el perdón
es fundamental. Es conveniente hacer un canto penitencial después de este momento de
silencio.
5) Pedir que repitan, de manera que se oiga, las palabras que dirá el que dirige la oración:
quien hace la oración habla calmadamente y los presentes repiten. Otra modalidad es:
quien dirige la oración habla pausadamente mientras los demás meditan en su interior lo
que van escuchando.
6) Orar para que el Señor cure las heridas del corazón de cada uno de los presentes: todos
permanecen en silencio profundo y la persona que efectúa la oración suplica la curación.
Todo esto con confianza y seguridad, pero con calma y despacio. Otra manera es: los
servidores imponen las manos en forma general sobre los presentes y oran suavemente, en
español y en lenguas, para suplicar la curación.
7) Implorar al Espíritu Santo los frutos del amor, la paz, la alegría, y otros más: no basta
con curar, hay que llenar el corazón de amor y de bien. Los participantes permanecen en
silencio mientras se pide al Espíritu que derrame sus frutos en los corazones que han sido
curados.
8) Todos alaban al Señor en voz alta haciendo referencia a todo lo bueno que hay en las
personas a quines se ha perdonado: todos alaban largamente y con alegría a Dios (en
español y en lenguas) por lo bueno que hay en las personas perdonadas. Luego se entonan
cantos de alabanza.
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c) Sanación Psicológica:
Los sufrimientos emocionales son psicológicos. Y todo sufrimiento psicológico afecta
lo emocional. Lo psíquico es el todo. Lo emocional es sólo una parte de dicho todo. Hay
personas portadoras de problemas psicológicos. Víctimas de heridas psíquicas. Personas
que han vivido momentos dolorosos y quedaron marcadas, heridas, abatidas. Portadoras
de traumas.
Se sugieren estos temas para realizar la oración: traumas de rechazos, de relación
entre marido y mujer, de relación entre padres e hijos. Traumas por la muerte de seres
queridos, por separación de parejas, por enfermedades o accidentes, por asaltos, por
asesinatos, por secuestros, por traumas sexuales. Por miedos traumáticos a la muerte, a la
oscuridad, a ciertas enfermedades y por sustos traumatizantes. Por traumas provocados
por los propios errores y fracasos, que producen inseguridad y complejos. Asimismo, se
pueden realizar oraciones por etapas, para curar los problemas de: la vida prenatal, de la
infancia, de la adolescencia, de la juventud, de la adultez y de la vejez.
En el curso de la reunión su puede hacer la oración de curación psicológica
siguiendo estos pasos:
1) Motivación de la oración de sanación psicológica: quien lleva a cabo la oración realiza
uno motivación breve clara, convincente y llena de compasión.
2) Crear el clima de la presencia de Jesús, invocándolo y adorándolo: se hace una oración
invocando la presencia de Jesús. Inmediatamente se hace un breve silencio. Luego quien
desarrolla la oración dirige la palabra al Señor alabándolo, adorándolo suavemente. Puede
realizarse un canto que confirme la certeza la presencia de Jesús.
3) Presentar y confiar el problema a Jesús: se hace una oración poniendo el problema en
las manos del Señor.
4) Si fuere necesario (si alguno se siente culpable de tales problemas) realizar los pasos
necesarios para el perdón: se hace una oración de perdón.
5) Orar por la sanación psicológica: se pide al Señor Jesús que toque los corazones heridos
y los sane. Luego se pude orar en lenguas suavemente.
6) Implorar los frutos del Espíritu, con el fin de crear una nueva realidad psicológica y
emocional: se prosigue la oración, suplicando al Espíritu los frutos necesarios para poder
cambiar la realidad de esos corazones. Se puede realizar un canto al Espíritu Santo.
7) Agradecer y tributar alabanzas por la curación recibida: se convida a todo el grupo a
orar para agradecer y alabar al Señor por la curación y plenitud pedidas y recibidas.
SANACIÓN FÍSICA
Jesús resucitado sigue amando y teniendo compasión por los enfermos y dolientes
que participan en el grupo de oración. Ciertamente, las reuniones de oración no pueden
convertirse en “centros de salud” p ara curaciones físicas. A la g ente, que sin ser del
grupo, viene a que “les oren”, hay que decirles que entablen una relación personal con
Jesucristo, que le pidan perdón de sus pecados por una buena confesión y que frecuenten
el sacramento de la Eucaristía para que noten el cambio en su vida. Las personas no deben
depender de los que le imponen las manos, sino del Señor.
Muchas veces se cae en el grave error de imponer las manos a cada uno de los
presentes, e inclusive restarle tiempo a la reunión de oración para orar por personas
enfermas. Cuando la reunión es movida por el Espíritu Santo, las curaciones se dan en
cualquier momento de ella, y esto se puede confirmar por medio del carisma de Palabra
de Conocimiento.
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Esta oración puede llevarse a cabo cada mes o cada dos meses.
Con miras a la eficacia de la oración resulta útil tener en cuenta tres pasos:
1) Crear el clima propicio para la oración de sanación física.
2) Orar al Señor suplicando la sanación.
3) Agradecer y dar testimonio de la sanación producida.
LIBERACIÓN
Para que se produzca el Pentecostés personal y llegar a la vida en el Espíritu, es
necesario realizar la liberación en determinadas personas. Si hubiere esclavitudes
interiores, sean cuales fueren, la plenitud del Espíritu puede verse comprometida,
bloqueada, o incluso impedida. Cuando hay necesidad de liberar, significa que algo está
aprisionado, esclavizado. Es por ello, la necesidad de liberar de toda forma maléfica que
está aprisionando la libertad interior, impidiendo a las personas libremente al amor y al
culto a Dios, al amor y al servicio de los hermanos, a la acogida de la verdad y a la
práctica de todo bien.
Existen diversas clases de esclavitudes, entre ellas las siguientes: desamor,
autodesamor, erotismo, falsa religión, miedos, tristeza, angustia, ansiedad, impiedad.
Para llevar a cabo con éxito la acción liberadora es importante prestar atención a
algunos pasos:
1) Hacer las indispensables aclaraciones a los participantes: el responsable de la oración
realiza las aclaraciones precisas, y pone de manifiesto la necesidad de ser liberados.
2) Motivar la decisión de querer ser liberados: el encargado de la oración propone una
señal que exprese la decisión de querer ser liberados.
3) Realizar la renuncia explícita: quienes deseen ser liberados, renuncian, declaran
públicamente, que renuncian, repudian, que quieren romper con todos los lazos que los
esclavizan.
4) Ordenar la liberación en nombre de Jesús: el responsable de la acción liberadora
prosigue inmediatamente, ordenando con autoridad a toda clase de esclavitud, o espíritu
que la origine, de los cuales se ha hecho renuncia, que desaparezca.
5) Pedir los frutos del Espíritu, que combaten en el mal extirpado: finalmente, quien hace
la oración implora los frutos del Espíritu para que tomen posesión de todas las zonas que
han sido liberadas.
En relación con las fuerzas del mal no podemos caer en los extremos: atribuirlo
todo al demonio, o confundir esclavitudes con la posesión, o incluso no creer en la
posibilidad de que se den tales esclavitudes que hacen daño a las personas.
Esta poderosa oración puede realizarse cada dos meses.
TESTIMONIO
ORACIÓN DE PETICIÓN
Antes de dar fin al encuentro de oración, todos se ponen de pie y unen sus manos
para presentar al Padre con fe la oración que Jesús nos dejó. La oración puede ser
cantada.
Al terminar la oración del Padrenuestro, todos se dan un abrazo de paz como signo
de reconciliación y amor fraterno.
En último lugar, si existe alguna información que debe ser anunciada, este es el
momento propicio para hacerlo.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA
Para concluir la reunión, si hay algún ministro ordenado, imparte la bendición a los
presentes. De no ser así, el dirigente pide la bendición a través de la Virgen Santísima.
CONSEJOS PRÁCTICOS
- Durante los momentos del encuentro de oración en los que se requiere interiorización,
recogim iento, es significativa la acción de cerrar los ojos, no para ver cosas “especiales”,
sino para evitar distracciones. De la misma forma, hay que evitar cualquier conversación
inútil dentro de la reunión, además de apagar los celulares, para evadir toda dispersión.
- Existen distintas formas de oración dentro de la reunión: alabanzas, peticiones, acción
de gracias e invocación, por lo cual no se debe confundir una con la otra. Por ejemplo, si
se alaba a Dios, no es correcto dar gracias o hacer peticiones, pues su nombre lo dice:
alabanza.
- El canto espiritual u oración cantada, hace parte integrante de las reuniones de oración.
No se puede considerar el canto simplemente como una forma de animación, de alegría o
de variedad, para que los participantes no se cansen en las reuniones. El canto debe estar
siempre de acuerdo con aquello que se hace en el momento dentro la reunión. El canto
religioso debe convertirse, cada vez más, en una oración cantada. Lo fundamental, cuando
cantamos, está exactamente en que asumamos la letra, haciéndola nuestra. Cantarla con
el calor del corazón, a la luz de nuestra mente, y con la belleza natural de nuestra voz.
Sólo así el canto será oración y tendrá sentido en el encuentro de oración.
- En la Renovación Carismática, recibe el nombre de servidor el hermano que se
compromete en la construcción del Reino de Dios a través de un servicio concreto. Este
hermano tiene la necesidad de una debida formación y orientación que lo capacite, para
prestar con eficacia, el servicio de acuerdo con las exigencias de la Iglesia actual.
Requisitos mínimos de un servidor: experiencia de Dios, conciencia del propio carisma,
vida de oración personal y comunitaria, asiduidad en la recepción de los sacramentos,
disponibilidad para el servicio, adhesión filial a María, obediencia al magisterio de la
Iglesia y a las autoridades de la Renovación Carismática, anhelo de profundizar en la
Palabra de Dios y en la doctrina de la Iglesia, dar testimonio de vida cristiana y ser
promovido y aceptado por la comunidad (OP Nº 130-132).
Es indispensable que los servidores programen el crecimiento del grupo, trazándose
objetivos fijos. Para ello han de reunirse semanalmente para preparar las actividades
próximas a realizarse, así como evaluar las ya realizadas.
- Todo grupo de oración debe tener un coordinador, cuya función es velar por los
miembros y actividades del grupo. Como líder procura descubrir, en conjunto con los
servidores, los carismas dados por el Espíritu a las personas del grupo, para
posteriormente llevar dichos dones a su madurez. Además de llenar los requisitos
necesarios de todo servidor, el coordinador debe ser persona de fe y de discernimiento,
sensato, equilibrado, prudente, suficientemente humilde para recibir orientación
espiritual de su asesor y aceptar la corrección fraterna (OP Nº 134). El coordinador será
electo entre el equipo de servidores y su servicio debe prolongarse un período no mayor a
dos años (con la oportunidad de ser reelecto, sólo una vez más, para un nuevo período).
Si dentro de un mismo grupo de oración existen otros servidores con el carisma de
Dirección, aparte del coordinador, pueden distribuirse las reuniones, de modo que cada
uno tenga la oportunidad de dirigir. A éstos hermanos son los que llamamos dirigentes.
Grupo de Oración 15
- Los coordinadores y dirigentes no piensen que tienen que hacerlo todo en la reunión de
oración, es decir, los monopolizadores de los dones y ministerios. Quien actúa así no ha
entendido al Espíritu de Dios. El dirigente necesita tener un don solamente: el de
liderazgo espiritual.
- Cada grupo de oración de poseer, también, un Delegado al Consejo Diocesano de
Servicio. Éste debe ser una persona que conozca a profundidad la situación del grupo. Su
función es representar al grupo, así como tomar decisiones en su nombre, además de traer
toda la información que se suministre en las reuniones del Consejo.
- Hay personas que juzgan y defienden la tesis de que todos deben hacer todo en la
reunión de oración. Esto no es verdad. Cada quien debe ejercer su carisma dentro de la
reunión. El maestro que enseñe, el profeta que profetice, quien tenga el carisma de
discernir que discierna, quien tenga el carisma de dirigir que dirija, y así con los demás.
- Existen diversos retiros, talleres, escuelas, convivencias, asambleas, jornadas, etc.
Muchos de ellos son a nivel diocesano y nacional. Estas actividades espirituales y
formativas permiten solidificar le fe y los conocimientos, lo cual es totalmente necesario
para todo aquel que esté dentro de la corriente carismática. Es por ello, que todos los
miembros del grupo de oración están en el deber de participar en dichos eventos.
- El grupo de oración no debe conformarse con la reunión de oración, es decir, los
servidores deben impulsar la realización de actividades que enriquezcan espiritualmente y
doctrinalmente a los miembros del grupo. Se pueden hacer rosarios comunitarios en casas
de familias, vigilias y jornadas de oración, horas santas, visitas a los enfermos, misiones,
convivencias, celebraciones eucarísticas donde se ejerzan los carismas del Espíritu Santo,
etc. Dichas actividades dependen de la creatividad y sabiduría de los servidores, quienes
deben fijar metas que conlleven al crecimiento espiritual del grupo de oración, y
prevengan en todo momento la monotonía.
- En todos los grupos carismáticos es necesario que se formen ministerios carismáticos
permanentes, especializados, para que, con ellos, Jesús pueda actuar con su amor
poderoso a favor de aquellos que creen en Él, a quienes Él ama, para realizar en ellos
muchas obras de su poder. Cuando hay ministerios carismáticos, las obras del poder de
Jesús comienzan a aparecer cada vez más grandes, más notables y numerosas. Como feliz
consecuencia, los grupos crecen y maduran en la fe, en la esperanza, en la confianza y en
el amor fraterno. Son diversos los ministerios que todo el grupo de oración debe formar y
conservar para el bien de los participantes, entre ellos: ministerio de sanación interior,
ministerio de sanación física, ministerio de liberación, ministerio de evangelización,
ministerio de caridad (obras sociales), ministerio de consejería, ministerio de recepción o
acogida, ministerio de música, etc.
Los servidores deben integrarse a cada ministerio de acuerdo al carisma que el
Espíritu Santo le haya otorgado, y una vez integrados deben profundizar por todos los
medios en el conocimiento de su carisma. En los ministerios de sanación y liberación
deben estar presentes servidores con los carismas de palabra de ciencia, profecía y
discernimiento de espíritus. Los servidores con el carisma de palabra de sabiduría se
integrarán en el ministerio de evangelización.
Lo correcto es que el coordinador no esté incorporado en ningún ministerio
permanente, pues una de sus funciones es velar por todos los ministerios.
16 Grupo de Oración
Características:
a) Carece del conocimiento vivencial de la finalidad básica del grupo de oración.
b) Carece de suficiente conocimiento de la Escritura y de la vida de la Iglesia.
c) Carece de habilidad para proveer de una enseñanza básica cristiana.
d) Carece de poder en el ejercicio de los dones espirituales.
e) Le falta un liderazgo comprometido y estable.
f) Falta de un núcleo de servidores comprometidos en el grupo.
g) Carece de un mínimo de ministerios debidamente organizados.
1) El grupo de oración está orientado hacia sus objetivos fundamentales: cuando los
miembros del grupo de oración conocen la esencia del mismo, su finalidad y hacia dónde
va encaminado, entonces ellos se identifican más con el grupo y con sus aspiraciones.
Todos los esfuerzos se dirigen a una misma dirección. Todo grupo se orienta
decididamente a realizar el Evangelio con todas sus consecuencias, con la fuerza del
Espíritu; se reúne para “vivir la vida de Jesús” en la adoración, la alabanza, el am or, la
Palabra, e irradiarla en la realidad de la vida diaria. Esto produce el avivamiento.
2) La calidad de la alabanza: esta alabanza tiene que ser viva, espontánea, gozosa, en la
que participen todos los miembros de la asamblea y no sólo unos cuántos. Este ambiente
de continua alabanza que tiene toda la reunión, crea las condiciones para generar un
auténtico avivamiento en el grupo de oración.
3) Los carismas se ejercen y manifiestan en la asamblea: los diversos dones del Espíritu
se manifiestan habitual y libremente, sin exageraciones ni limitaciones, en la asamblea,
en especial durante la oración de alabanza. Estos carismas se tienen que ejercer con el
debido discernimiento. Parte de este aspecto es el ejercicio comprometido que cada
miembro del grupo haga de sus carismas en el ministerio que le corresponden.
4) El grado de compromiso de los miembros del grupo: cuando los servidores trabajan
unidos y responsablemente, identificados con el grupo y las necesidades de sus hermanos,
se puede hacer mucho, pues siempre habrá personas dispuestas a brindar el servicio
requerido. Pero este compromiso no es exclusivo de los servidores. Mientras más hermanos
de la asamblea estén comprometidos en algún servicio o ministerio, mayor será la
vitalidad del grupo.
5) El crecimiento de los dirigentes: no sólo son importantes los servidores que sepan
conducir eficientemente una reunión de oración, sino sobre todo aquellos que son
instrumentos del Señor para dirigir a la comunidad hacia Él. Servidores con madurez
humana y espiritual, con formación sólida y experiencia de vida. Es decir, dirigentes que
puedan llevar a otros a la plenitud de la vida cristiana, con la gracia de Dios, y que sepan
ellos mismos seguir al Señor en creciente perfección.
6) Hay sana experiencia acumulada y que es bien utilizada: ante la aparición de un
problema determinado, se manifiesta esta experiencia de vida, traducida en soluciones
oportunas, que es fruto de los aciertos y errores del pasado, y de la sabiduría práctica que
nos da el Señor con el paso del tiempo y sobre todo por medio de una relación permanente
con Él. Los problemas se enfrentan con fe, sabiendo por experiencia que estarnos en las
manos de Dios, y que su gracia nos basta.
7) Tienen la visión de lo que el Señor quiere del grupo: es bueno y saludable tener
creatividad respecto del grupo de oración. Pero el grupo debe interesarse, sobre todo, en
cómo quiere el Señor que sea el grupo de oración y qué deben hacer ellos al respecto. Es
el plan de Dios lo que se busca, y no la propia perspectiva o la propia visión.
8) Unidad efectiva entre los miembros del grupo y con otros grupos: la unión al interior
en un grupo es un tesoro que tiene que preservarse, y es síntoma de madurez y
comprensión de parte de sus miembros. La unión con otros grupos también es importante,
porque el grupo no tiene que vivir aislado con respecto a los demás. Relacionarse con
otros grupos también significa apoyarse mutuamente.
18 Grupo de Oración
1) Interés personal excesivo: la mayoría de los grupos nuevos están abiertos a los
visitantes e integrantes nuevos, pero con el paso del tiempo ese interés se debilita y se
vuelcan hacia sí m ism os. C uando el “celo por el Evangelio” em pieza a apagarse, eso indica
que hay un problema.
2) Autoimagen negativa: puede que el quejarse todo el tiempo de la salud del grupo no
parezca malo, pero la discusión negativa rara vez lleva a realizar acciones positivas y
prácticas para mejorar.
3) Ruptura en la comunicación: los herm anos a m enudo se preguntan: “¿C óm o podem os
m ejorar las cosas en el grupo?”, pe ro los servidores no saben recoger sus inquietudes.
Otras veces, son los mismos servidores los que notan la necesidad de un cambio, pero no
lo expresan en la reunión de servidores porque la comunicación entre ellos no es buena y
no existe la confianza necesaria, o el Responsable no tiene la costumbre de cuestionar a
su equipo sobre cómo se encuentra verdaderamente el grupo. Expresiones como «todo
está bien», «la reunión estuvo bonita», suelen tapar las deficiencias existentes.
4) Conflicto abierto: en algunos grupos se pelean o tienen largas discusiones por todo,
desde el manejo económico hasta por los cantos que se emplean en la reunión. Cuando
existe predisposición negativa, todo parece que está mal o tiene una segunda intención.
Lo peor es que, mientras malgastan su tiempo con discusiones que no llevan a nada, los
verdaderos problemas no son atendidos.
5) Estancamiento o declive: los cuatro síntomas arriba mencionados ciertamente
contribuyen al estancamiento. Lo grave es cuando los líderes no se percatan de que esto
está sucediendo, y piensan que todo marcha bien. Preguntémonos si en algo hemos
progresado en lo que va del año, qué decisiones o cambios hemos introducido y que dieron
un nuevo impulso al grupo, o qué no hemos hecho y se pudo hacer. Conducir un grupo de
oración es mucho más que preparar la reunión de la asamblea semanal. Hay muchas otras
cosas que discernir. Y si en un grupo no hay «avivamiento», esto quiere decir que la
comunidad está aletargada y todo se ha vuelto predecible.
Problema fundamental:
Frecuentemente, la verdadera enfermedad es la falta de visión. El grupo carece de
una dirección claramente definida. Está como un barco que navega a la deriva, donde la
corriente lo lleve.
Pedrini, A. J. (2002). Grupos de oración (J. P. Buitrago, Trad.). Bogotá: Sociedad de San
Pablo.
Toda la información contenida en este material impreso fue extraída de las fuentes antes
mencionadas y resumida por:
Jhorman J. Pérez P.
(0414)3192084 / jhojop@hotmail.com