LA TRAVIATA de Giuseppe Verdi
LA TRAVIATA de Giuseppe Verdi
LA TRAVIATA de Giuseppe Verdi
El texto, de Francesco Maria Piave, está basado en la novela de Alexandre Dumas (hijo) La dama
de las camelias. Fue estrenada en el teatro La Fenice de Venecia en 1853. Su estreno fue un
fracaso; sin embargo, la representación que se realizó un año después tuvo mucho éxito,
adquiriendo así la ópera la popularidad de que goza hoy día
La ópera se inicia con un breve pero brillante preludio que empieza a generar una buena
predisposición por parte del oyente (o del espectador si está en el teatro) de cara a disfrutar de
una ópera romántica que pone al espectador en un mundo de pasión, renuncia al amor, ira y,
finalmente, reconciliación en un momento trágico. La ópera, basada en "La dama de las
camelias" de Alejandro Dumas, comienza con una fiesta de alta sociedad en casa de Violetta a la
que asisten los amigos de ésta entre los que figura Gastón, el Barón Douphol, el marqués o
Flora. Gastón presenta de forma halagadora a Alfredo Germont ante Violetta que queda
prendada ante aquel joven. Ya sentados en el banquete, empiezan a dialogar sobre el interés que
sintió Alfredo por Violetta cuando llega el primer gran momento de la ópera y que le ha dado
popularidad en el mundo como es el célebre brindis que entona Alfredo y que sigue Violetta
posteriormente. Una vez acabado el banquete, se van los invitados a otra sala para bailar y
quedan ellos solos conversando ya que Alfredo se siente preocupado por la salud de ella (entre la
enfermedad que se menciona al inicio de la ópera y el mareo que le ha obligado a quedarse) y
ella siente que el interés de Alfredo por ella es sincero, demasiado sincero para su gusto ya que
teme que tras ese interés haya un amor al que ella no quiera responder. A la pregunta de ella él
da rienda a ese gran "Un dì, felice, eterea" seguido de "Di quell'amore ch'è palpito" que se
convierte en el leit-motiv en este acto cuando Alfredo le revela su amor, que ella no quiere ya
que "ella no sabe amar" y le conmina a ser amigos pero nunca amantes. Alfredo parte con el
resto de los invitados, no sin conseguir antes que pueda volver a verla. Sola en su casa, se queda
pensativa ante esas palabras que, unos momentos antes, le había revelado Alfredo y que le hacen
plantearse por unos momentos aceptar ese amor que le propone. En pleno delirio emocional se
niega ese amor para volver a ser ella misma, la Violetta que sólo quiere gozar en la senda del
placer mientras, a lo lejos, se oye a Alfredo.
Ha pasado el tiempo y ambos ya viven juntos en una casita cerca de París. Alfredo revela que
Violetta ha renunciado por su amor a los lujos, fiestas,etc y que se siente "como en el cielo"
estando con ella pero, de repente, Annina le desvela que vuelve de París con el fin de vender los
bienes de Violetta para seguir viviendo juntos a lo que él se niega y marcha para París, no sin
antes sentirse ultrajado. Llega ahora uno de los momentos más importantes en la trama de la
historia de esta ópera: el encuentro de Violetta y el padre de Alfredo, Giorgio Germont. El
diálogo entre los dos va in crescendo en el argumento y en la música que Verdi compuso para
este fragmento. Giorgio le pide un sacrificio para que abandone a Alfredo por el bien de su
familia a lo que, en principio ella niega para luego aceptar el sacrificio a cambio de que, con el
tiempo, él le confíe el secreto a Alfredo del tremendo sacrificio hecho por ella.
Con la marcha del padre de Alfredo, Violetta se decide a escribir para despedirse de Alfredo
cuando éste llega de París. En este punto se vive un encuentro lleno de emoción que sugeriría
escuchase con gran detenimiento el oyente. De aquí al final del acto, se aceleran las situaciones.
Giorgio habla con, Alfredo se indigna por esa separación sin motivo de Violetta y parte hacia
París para vengarse de ella, desconociendo ese sacrificio que sí conocía el padre.
En la fiesta organizada por Flora, la tensión va en aumento desde que aparece Alfredo, cuando
nadie esperaba su presencia, y dada la rivalidad existente entre éste y el Barón Douphol.
Violetta, que estaba también en la fiesta, pide a Alfredo que se marche pues le amenaza un gran
peligro. Alfredo se niega y le dice que marchará siempre y cuando ella le siga. Ella es, ahora, la
que dice que no puede, que hizo un juramento. Violetta se ve obligada a mentirle y afirmar su
amor por el barón. La reacción de Alfredo es cruel, llama a todos los invitados y, delante de ellos,
le tira una bolsa de dinero a los pies de ella para que todos sean testigos de que ha pagado la
deuda ("Ogni suo aver tal femmina per amor mio sperdea"- Todos sus bienes esta mujer ha
derrochado por mi amor...y yo los aceptaba). En ese momento aparece Giorgio Germont y le
recrimina la acción despiadada a lo que Alfredo se derrumba. El gran final es digno de escuchar
con detenimiento en cada uno de los matices que se reflejan: el remordimiento de Alfredo, la
pena de Violetta porque sabe que él desconoce los verdaderos motivos de su sacrificio, la ira del
barón, etc.
Después de un breve y triste preludio se observa la triste soledad de una pobre mujer enferma
que está antes sus últimas hora de vida. Relee la carta que le mandó Giorgio en el que le relata
que le contó el sacrificio a Alfredo.
Aninna le revela la llegada de Alfredo que llega ante ella y tras unos diálogos rápidos se inicia un
dúo cargado de inusual optimismo que finaliza con otro más cargado de penar (Alfredo empieza
a sospechar que el estado de salud de ella está mal) en el que Violetta ya empieza a "despedirse
mientras que él le pide que "no cierre su corazón a la esperanza". Llega el padre y Alfredo le hace
ver el mal que ha hecho y que observe el fin de Violetta.
Violetta le entrega un pequeño medallón a Alfredo para que lo conserve como recuerdo de amor
y le pide que, de enamorarse otra vez, le entregue el medallón a esa "púdica doncella en la flor de
sus años" y le diga que es un "don de quién en el cielo, entre los ángeles, ruega por ella, por ti"
mientras que Alfredo no puede aceptar el fin de ella. Parece que resurge pero no, Violetta muere
entre los brazos de Alfredo mientras que el doctor confirma el fatal desenlace.