Falsa Revolución

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Falsa Revolución Ni de angustias,

Fidencio Escamilla Cervantes) Porque ellos no brotaron de la tierra,


“Mira la tierra que te dieron, campesino: Nacieron de las hienas.
Que poco valor a tu tenaz esfuerzo, No es mi revolución ¡No es ésta!
tú la peleaste en la revolución, Fue comprada con dólares sucios,
fuíste a su encuentro”. Producto del sudor de manos negras.
Se embarraron de tierra noble
Alguien inventó la palabra “Independencia”
Y aparentar así una falsa refriega;
Para llamar a una guerra: Revolución;
Mataron vacas y robaron haciendas,
Palabra falsa. Estéril, descompuesta,
Fingieron una lucha inexistente
Porque aquél que la inventara,
Y hoy se revuelcan en colchones de oro y seda.
Paseo su desvergüenza
¡No es mi revolución! ¡No es ésta!
Absorbiendo los besos de lacayos,
Se la tragaron esos ricos de reloj
De hombres sin honor.
Y la escupieron en células muertas,
En pringas de sangre como cruel afrenta
Bestias de otras naciones, vinieron
A esos hombres
a manchar nuestra existencia,
Que siguieron a Zapata por la selva.
hipnotizaron a los hombres del campo
¡No es mi revolución! ¡No es ésta!
y los llevaron a una estúpida tragedia,
Porque aquellos que ofrendaron su vida
les mordieron sus callosas manos
En el fragor de las contiendas,
Inyectándoles rabia entre sus venas.
No han merecido un minuto de silencio
los envolvieron en lucha frenética,
¡Ya nadie los recuerda!
bayoneta y fusil, muerte entre hermanos,
Porque los héroes que aún viven
Mientras que ellos convivían en fiestas.
De aquellas batallas cruentas,
¿Dónde está mi revolución? ¡No es ésta! Hoy arrastran su dolor y su miseria
no puede ser que haya parido cremas ¡Para ellos no hubo recompensa!
para envolver a señoritos con riquezas, Se la robaron los antiguos amos;
mejillas rosadas, pelo rubio Los que nacieron con el alma negra,
y piel de transparencia. Aquéllos que se alimentan con carne fresca,
¡Esta no es la revolución de Zapata! Se visten de casimir usando
Se la han robado, la tienen muerta. El último grito de la moda a la francesa.
Se la han comido poco a poco esas bestias, Mientras que el débil campesino
¡Esas que conocemos Se alimenta de raíces y hojas secas,
Y se perfuman y se peinan con esencias Se viste con el sudor de su silueta
Y que jamás tocaron un cañón o una escopeta! Y se abriga con el dolor de su impotencia.
Jamás supieron de dolor o de miseria,
Falsa revolución ¡Apestas! ¡Vamos a rescatar la patria!
Y ese grito es de dolor y de insolencia, ¡Porque la patria… es nuestra!
No es traición a la patria
Decir la verdad que traigo a cuestas,
Podrán decir que es blasfemia,
Pero es un grito venido desde el alma
¡Es un grito de protesta!

¡Dónde está la verdadera revolución?


La de Hidalgo y de Morelos,
La de Villa y de Zapata,
La de los hermanos Flores Magón.
No es aquella de escritorios limpios
Donde el burócrata babea y sueña;
no aquella de coches automáticos
donde funcionarios de etiqueta se pasean;
no aquella de pieles carisimas
que abrigan a una bestia con melena;
no aquella de grandes residencias
habitadas por perros sin conciencia.

¿Dónde está la verdadera revolución?


La que iniciaron Cajeme y Tetabiate en las
haciendas,
La que dio insurrección a los mayas
En la blanca Mérida,
La que se pronunció contra el Valle Nacional;
La revolución que se inició en la selva;
Esa que prometió justicia al oprimido
Llevándolo de una mano a las contiendas.
Esa revolución ¡Qué venga!
No es tiempo de llorar, Ni de lanzar afrentas;
Es hora de exigir una revolución más cierta,
Es hora de aclarar las cuentas,
Es hora de exigir conciencias rectas,

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