Jinarajadasa - Cartas de Los Maestros de Sabiduria
Jinarajadasa - Cartas de Los Maestros de Sabiduria
Jinarajadasa - Cartas de Los Maestros de Sabiduria
C. JINARAJADASA
www.santimonia.com
Prlogo Tengo el privilegio de presentar al mundo esta corta y preciosa recopilacin de cartas de nuestros Hermanos Mayores, verdaderos fundadores de la Sociedad Teosfica. Numerosos son los peregrinos del Sendero Probatorio, que encontrarn en estas pginas, y en abundancia, inspiracin y ayuda. La presente recopilacin tendr igualmente por objeto el hacer ms profundo el sentimiento de que nuestros Instructores son reales, sentimiento debilitado algunas veces en los nefitos por los acontecimientos tumultuosos del medio ambiente, as como es imposible percibir el sonido de una vina, tocada en medio del estrpito de una usina. Pueda este libro hablar a los que tengan odos para or. Annie Besant
cualquier otra persona que busca satisfacer su deseo ardiente de adquirir conocimientos ocultos. El Buddhismo, despojado de sus supersticiones, es la eterna verdad que no se puede tomar por objetivo sin tratar de alcanzar la Theos-Sophia, la Sabidura Divina, sinnimo de la Verdad. A fin de permitir a nuestras doctrinas que ejerzan su accin sobre el cdigo moral, como se le llama, o sobre las ideas tocantes a la veracidad, pureza, la abnegacin, la caridad, etc. es necesario difundir en el pblico las nociones teosficas. No es la resolucin individual de alcanzar el Nirvana (cumbre suprema de todo conocimiento y sabidura absoluta), resolucin que en definitiva no es ms que un egosmo superior y magnfico, es el buscar desinteresadamente medios mejores de hacer seguir a nuestro prjimo el buen camino, y de llevar la mayor cantidad posible de nuestros semejantes a que aprovechen de ello, lo que constituye al verdadero tesofo. En la humanidad las clases intelectuales parecen ms bien agruparse en dos categoras; la primera se prepara inconscientemente largos perodos de aniquilacin temporal o de inconsciencia, porque renuncia voluntariamente al ejercicio de la razn y se aprisiona en el cuadro estrecho del fanatismo y de la supersticin, trayendo as la deformacin inevitable del principio intelectual; la otra se libra sin freno a sus inclinaciones animales, con la intencin bien definida de someterse a la aniquilacin pura y simple en caso de fracasar, a millares de aos de degradacin despus de la disolucin fsica. Esas "clases intelectuales" reaccionan sobre las masas ignorantes, que sintiendo su atraccin las miran como grandes y dignos modelos que imitar; imponen as la degradacin y la ruina moral a los hombres a quienes deberan guiar y proteger. Entre una supersticin degradante y un materialismo brutal ms degradante an, la blanca paloma de la verdad apenas encuentra un sitio donde posar sus fatigados pies. Ya es tiempo de que la Teosofa se presente a la arena. Los hijos de tesofos preferirn sin duda, la Teosofa a cualquier otra doctrina. Ningn mensajero de la Verdad, ningn profeta, ha realizado jams en el curso de su vida un triunfo completo -ni siquiera Buddha. La Sociedad Teosfica ha sido escogida para constituir la piedra angular y el cimiento de futuras religiones humanas. Para alcanzar este fin, se decidi que una comunin ms amplia, ms esclarecida y sobre todo caracterizada por ms benevolencia mutua, deba acercar los ms elevados y los ms humildes. El Alfa y el Omega de la Sociedad. Corresponde a la raza blanca ser la prmera en tender una mano amiga a las naciones negras, y llamar hermano al pobre "negro" despreciado.
Esta perspectiva no sonreir a todos igualmente, pero es imposible ser un tesofo y desconocer este principio. Siendo conocida el triunfo y al mismo tiempo el abuso, creciente del libre pensamiento y de la libertad (reino universal de Satans como lo hubiera llamado Eliphas Levi), cmo impedir al instinto de combate natural del hombre infligir crueldades y enormidades, una tirana, una injusticia, etc., desconocidas hasta ahora, si no fuera por la influencia apaciguadora de la hermandad y de una aplicacin prctica de las doctrinas esotricas del Buddha ? Porque todos lo saben, rechazar por completo esta autoridad de la potencia o ley universal, llamada por los sacerdotes Dios, por los filsofos de todos los tiempos Buddha, Sabidura e Iluminacin Divina, Teosofa, es rechazar al mismo tiempo toda ley humana. Libradas de los lazos que las encerraba, del peso muerto de las interpretaciones dogmticas, de los nombres personales, del antropoformismo y de los sacerdotes asalariados, las doctrinas fundamentales de todas las religiones se mostrarn idnticas en su sentido esotrico. Osiris, Krishna, Buddha, Cristo, no sern ms que nombres diferentes para significar la vida nica y real que conduce a la beatitud final, al NIRVANA. El Cristianismo mstico, es decir, el Cristianismo que ensea la redencin humana por nuestro sptimo principio, el Param-Atma llamado ( Augoides ) por unos Cristo, por otros Buddha y que corresponde a la regeneracin o sea al nuevo nacimiento espiritual, este Cristianismo aparecer como la misma verdad que el Nirvana del Buddhismo. Todos nosotros debemos librarnos de nuestro propio Ego, del yo ilusorio y aparente para reconocer nuestro verdadero Yo en una vida divina trascendental. Pero si no queremos ser egostas, es necesario forzamos para mostrar esta verdad a nuestros semejantes, y hacerles reconocer la realidad de este Yo trascendental, de este Buddha, Cristo Dios, de todo predicador. He aqu por qu el Buddhismo, an el exotrico, es el camino ms seguro para conducir a los hombres a la verdad una y esotrica. Hoy en da, en todas partes, ya se trate de cristianos, de musulmanes o de paganos, la justicia es una palabra vana, el honor y la piedad son tirados al viento. En resumen, las personas ms deseosas de servirnos personalmente, comprenden mal los fines principales de la Sociedad Teosfica; entonces, qu accin ejerceremos nosotros sobre el resto de los hombres y sobre ese oleaje llamado "el combate por la vida" que es en el fondo padre y el ms prolfico, de la mayor parte de los dolores y de las penas como de todos los crmenes ? Por qu ese combate ha venido a ser en este mundo un fin casi universal? La razn de eso, responderemos nosotros, es que ninguna religin salvo el Buddhismo, ha enseado an el desprecio prctico de la vida terrestre. Por el contrario cada una, siempre con esta y nica excepcin, ha inculcado a sus fieles por medio de su infierno y de su condenacin el ms grande temor a la muerte. He aqu por qu vemos esta lucha por la vida sostenida con la mayor aspereza en los pases cristianos, particularmente en Europa y en Amrica. Lucha que es menos ardiente en las religiones paganas y casi desconocida entre las Buddhistas. En
tiempos de hambre se ha notado que en China, donde las masas son las ms ignorantes de su religin como de todas las otras, las madres que devoraban a sus nios pertenecan a las localidades donde haba ms misioneros cristianos, All donde en ausencia de los misioneros, los bonzos predominaban, las gentes moran sin manifestar el menor miedo. Ensead al pueblo que aqu abajo la vida, aun la ms feliz, no es ms que carga y espejismo; que slo nuestro Karma personal, causa generatriz de los efectos, es nuestro juez y nuestro salvador en las futuras existencias -y la gran lucha por la vida perder pronto su encarnizarniento. No hay presidios en los pases Buddhistas, y el crimen es casi desconocido entre los Buddhistas Tibetanos. Las observaciones que preceden no son dirigidas personalmente a Ud. A.P. Sinett y no conciernen al trabajo de la Sociedad Eclctica de SimIa. (La Sociedad Teosfica de SimIa, fundada en 1881, era una rama de la Sociedad-Madre). Son solamente una respuesta a la impresin errnea venida al espritu de M. H. que "la obra hecha en Ceyln" no es de la Teosofa. El mundo, en general, y cristianismo en particular, sometidos durante 2.000 aos al dogma de un Dios personal, como los sistemas polticos y sociales basados en esta idea, han hecho un falso camino. Los tesofos puede ser que digan: "Nosotros no tenemos nada que ver con eso. Las clases ms bajas y las razas inferiores (las de la India por ejemplo, tal como las consideran los ingleses), no pueden concernirnos en nada y deben salir del asunto como puedan". Pero entonces, qu ser de nuestras hermosas profesiones de caridad, de filantropa, de reformas, etc.? Son acaso ridculas? Y en ese caso, puede ser bueno nuestro sendero? Nos aplicaremos a ensear a algunos europeos, vastamente provistos, y que muchos estn colmados de bienes por una fortuna ciega, el secreto de las campanillas astrales, de la "cupgrowin" (produccin de la taza), del telfono astral, y dejaremos a las masas innumerables de los ignorantes, de los pobres, de los humildes y de los oprimidos, salir del paso como mejor puedan, hoy y en el ms all? JAMAS! Perezca la S.T. con sus infortunados fundadores, antes que permitirle que se vuelva una simple academia de magia, un instituto de ocultismo. Que nosotros, devotos servidores de este espritu encarnado, de abnegacin absoluta, de filantropa, de divina bondad como de todas las ms altas virtudes accesibles a este triste mundo; que nosotros, servidores del hombre por excelencia, Gautama Buddha, permitindonos a la S.T. representar la personificacin del egosmo, y dar refugio a algunos hombres que no dedican ningn pensamiento a la multitud, he aqu, hermanos mos, una rara idea. Entre algunas observaciones hechas por los europeos sobre el Tibet y sobre la jerarqua mstica de los "Lamas perfectos", hay una que ha sido correctamente hecha y expresada en estos trminos: "La encarnacin del Bodhisattva, Padma Pani o Avalokitesvara las de Isokapa y la de Amitabha, renunciaron al morir a alcanzar el rango de Buddha; "es decir el Summun bonum de la beatitud y de la felicidad individual personal, a fin de renacer y renacer an "para servir a la humanidad" (Rhys Davids) En otros trminos; a fin de poder quedar sujetos a la miseria, al aprisionamiento de la carne ya todas las tristezas de la existencia siempre que un semejante sacrificio,
repetido en el curso de largos y melanclicos siglos, les permita asegurar la salvacin y la felicidad venidera de un puado de hombres escogidos en una sola de las numerosas razas humanas. y somos nosotros, humildes discpulos de esos lamas perfectos, que se supone deber autorizar el abandono por la S. T., de su noble ttulo, Fraternidad Humana, para convertirse en una simple escuela de Psicologa. NO, no mis buenos hermanos; habis vivido ya demasiado tiempo en esta ilusin. Sepamos comprendernos mutuamente. Las personas que no se sienten capaces de apreciar suficientemente la magnfica idea para consagrarle sus esfuerzos, que no emprendan una tarea que est por encima de sus fuerzas. Pero apenas si se encuentra en toda la Sociedad un solo tesofo incapaz de ayudarla de una manera eficaz, rectificando las opiniones errneas que corren por el mundo, o difundiendo l mismo la idea teosfica. Nosotros hacemos una llamada a los caracteres nobles y desinteresados para asistirnos en la India en esta divina tarea. Todo nuestro saber pasado y presente no sera suficiente para recompensarlos. Tales son nuestras miras y nuestras aspiraciones. Slo me quedan algunas palabras que agregar. Para decir la verdad, la religin y la filosofa deben dar la solucin a todos los problemas. El deplorable estado de la humanidad, es la prueba innegable, de que ninguna de sus religiones y de sus filosofas, las de las razas civilizadas menos an que cualquier otra, no han posedo jams la verdad. Las explicaciones correctas y lgicas concernientes a los problemas de los grandes principios dualistas, justo e injusto, bien o mal, libertad y despotismo, sufrimiento y placer, egosmo y altruismo, le son tan imposibles de dar hoy como hace 1881 aos. Estn ms alejadas que nunca de la solucin. Sin embargo, una solucin racional debe existir en alguna parte y si nuestras doctrinas se muestran capaces de darlas, el mundo reconocer bien pronto en ellas, la verdadera filosofa, la verdadera religin, la verdadera Luz que trae la verdad y nada ms que la verdad. CARTA II Recibida en Adyar, el 26 de diciembre de 1883 y abierta en presencia de (entre otros) el doctor (Sir) S. Subramania Iyer, como lo relata el Theosophist, vol. V. Suplemento del 2 de febrero de 1884, p. 31. Transcrito de una copia perteneciente al Pandit Pran Nath de Gwalior . Salud a los delegados hindes, parsis, buddhistas, ingleses y otros, como tambin a los miemb,os presentes. Vosotros pertenecis a nacionalidades y a religiones diversas, pero recordad que sois casi todos hijos de un sola madre, la India. Que a este pensamiento correspondan vuestros actos. Es necesario que la celebracin de la ceremonia aniversario sea un gran xito. A vosotros pertenece el probar a los que con la animosidad y hostilidad os persiguen, que vuestra causa, siendo fuerte y basada sobre la roca de la Verdad, no puede ver sus progresos trabados por ninguna oposicin, aunque fuera poderosa, si estis todos unidos y obris de acuerdo. Sed fieles. Ligos a vuestros compromisos, a vuestro deber sagrado, a vuestra patria, a vuestra propia conciencia. Sed tolerantes y respetad las opiniones religiosas de los otros si queris
que las vuestras sean tambin respetadas. Hijos de la India, de la antigua Aryavarta, sea por adopcin, sea por la sangre, acordos de que sois tesofos y que la Teosofa ,o Brahma Vidya es la madre de todas las antiguas religiones, aunque olvidada y desechada en estos tiempos por la mayora de sus ingratos hijos. Recordadlo; obrad en consecuencia y lo dems vendr a su tiempo. Con nuestras bendiciones sinceras. K. H. Que ningn nuevo Karma se ligue a los que el ao auterior pecaron en pensamiento o en accin. Personalmente son perdonados. Que puedan con un nuevo ao, abrirse nuevas esperanzas ante ellos. K. H. CARTA III Recibida en Londres en 1884. Transcrita directamente del original conservado en Adyar . Comunicad al Crculo Interior lo que sigue, mostrndole este mensaje y dejndoselo en sus manos: Si mi escritura es difcil de leer, haced una copia clara. I. Si fuera posible continuar las enseanzas esotricas. interrumpidas en el ao pasado, y si el Mahatm Kut-Humi estuviera a punto de reanudar su correspondencia, esta no podra pasar ms que por las manos del seor Sinnett, como antes. Desde el principio fue el corresponsal escogido; l resucit la logia de Londres, y trabaj por la causa de la Sociedad Teosfica. Que l recoja el fruto krmico; ser justicia. El Mahatma, su corresponsal, no podra, sin desconocer sus derechos, transmitir enseanzas peridicas por medio de otra persona. II. De acuerdo con esto, queda esta cuestin: Cmo poder corresponder con el seor Sinnett? H. P. B. no quiere encargarse de hacer seguir y transmitir las cartas. En esta cuestin ella di prueba bastante tiempo de buena voluntad y abnegacin, y si ella no puede actuar en plena libertad, sin someterme la cuestin, yo mismo, su Gur desde hace muchos aos, no tengo el derecho de obligarla. Damodar K. M. siente una repugnancia parecida, o an ms. Siendo el trabajo en cuestin de una naturaleza krmica, K. H. no puede ni quiere imponerle, no debiendo intervenir en las cuestiones krmicas. Queda ***, pero no ha alcanzado el grado de desarrollo fisiolgico que permite la un Chela el enviar y recibir cartas. Su evolucin se ha seguido sobre todo en el plano intelectual. De modo que una actividad ms marcada empezando a manifestarse en la regin que liga este plano al plano espiritual, sus palabras sern en gran parte, como lo fueron hasta ahora, inspiradas por su Maestro. El har progresos cada da si sus amigos de cortas miras no lo estropean por cumplimientos fuera de lugar, y si resiste a las influencias seductoras que convergen sobre l, tendr porvenir; pero l no est preparado a la transferencia fsica. Adems, cuando caiga -o si cae alguna vez- bajo la atraccin del siglo, su inspiracin cesar y su nombre ser escrito en el rol entre los que desfallecen. Un peligro lo amenaza; su Maestro ya lo sabe y duda. Hay an otra persona, pero aun admitiendo que ella reciba las
facultades necesarias, la disimular hasta el ltimo momento. Todos no estn preparados para aceptar con el corazn alegre un martirio que puede terminar en este gran infortunio: La interrupcin de los estudios y del desarrollo personal. III. Cualquiera que sea el intermediario que se encuentre si lo hay, para transmitir a M.S. las cartas de K. H., ni el Crculo Interior ni siquiera la L. L. en su conjunto son, en este momento, capaces de aprovechar de las instrucciones deseadas ni siquiera de recibirlas con calma. Un grupo de estudiantes de las Doctrinas Esotricas, para sacar provecho espiritual, debe vivir en perfecta armona y en una perfecta unidad mental. Individual y colectivamente deben haberse despojado de todo egosmo, dar prueba de su dulzura y buena voluntad, por lo menos entre ellos, sin hablar de la humanidad. Espritu de partido, de maledicencia, mala voluntad, envidia, celos, desprecio o clera, ninguno de estos sentimientos debe existir entre los estudiantes. Aquello que afecta a uno debera afectar a los otros. Lo que alegre a A debera hacer el placer de E. La L. L. , o lo mismo su Crculo Interior, rene estas condiciones absolutamente exigidas por nuestros reglamentos y por nuestras leyes? Es nicamente por la gran bondad de K.H. por lo que, a pesar del estado deplorable de la L. L. durante cerca de dos aos ya pesar de la ausencia, entre los miembros, de las condiciones requeridas, ha continuado su correspondencia de tiempo en tiempo con M. S. La reciente serie de disensiones domsticas hubiera tenido fin bien pronto y la mayor parte hubieran podido ser evitadas si hubiese reinado la verdadera unidad fraternal que dispone a una colectividad numerosa a actuar como un slo hombre y como si ella no poseyera ms que un solo corazn y una sola alma. Estoy obligado a decir que una transformacin total de los sentimientos en el seno de la L. L. puede nicamente permitir a su utilidad potencial servir la gran Causa que hemos abrazado. En la condicin presente tiende a obrar en la direccin contraria. La L. L. es un astro brillante, sin duda el ms brillante en el cielo Teosfico, pero para la Sociedad Madre ella constituye un brote aristocrtico, un imperio en su imperio, que gravitando hacia su propio centro de costumbres tomadas, de prejuicios y de mundanidades, echa en la confusin al cuerpo entero cuando podra tan fcilmente volverse la roca de la Salvacin, el puerto ms seguro para miles de sus miembros. Si ella tiene inters en vivir, necesitar modificar su actitud hasta aqu exclusiva y egosta. Para ser un cuerpo teosfico, deber pertenecer a la Fraternidad Universal. Deber conformar enteramente sus actividades a las de la Sociedad Madre y aplicarse en hacer reinar en la Sociedad entera una solidaridad y una unidad de pensamientos perfectas. No debe tolerarse ninguna habladura, ninguna calumnia; ninguna predileccin personal, ningn favoritismo deben ser manifestado, si es a nosotros a los que la logia desea por instructores. El Mahatma Kut-Humi puede, bien entendido, como Adepto independiente y obrando en su propio nombre, escribir a todos los corresponsales de su eleccin -si encuentra medio de hacerlo sin infringir la buena Ley Secreta- pero l no consentir nunca el separarse de ella, ni aun por satisfacer a los que le han sido ms adictos. Que la L. L. y particularmente el Crculo Interior, separen el grano de la paja, cuando con esta no queremos tener nada que ver. Que presten odo a un consejo amistoso. Ved los malos resultados obtenidos hasta que volvi el seor Sinnet de la India -y que la leccin os sea provechosa. A vosotros que decs conocer el Karma, es intil el recordaros
los diversos escndalos que hubo en los cuarteles generales de Bombay y de Madrs a fin de suavizar vuestros descuidos pasados; la excusa es mala. Los que dirigen la Sociedad Madre han cometido y cometern muchos errores, precisamente porque estn solos y dejados sin ayuda y sin proteccin, porque hubieran podido evitar intimidades, tan peligrosas. Si han sido sorprendidos en la confianza que tenan, tienen que pagarlo ellos mismos. Puedo decir otro tanto de algunos miembros de la L. L. que han pecado por imprudencia y entusiasmo. La naturaleza humana es exactamente tan dbil en Adyar como en Chancery Lane o en Pars; en verdad, es una carga ardua el transformar tantos materiales mediocres en un organismo fuerte y perfecto. Y sin embargo, el porvenir del movimiento teosfico reposa sobre los miembros del Crculo Inferior; si no est organizado como debiera, ellos solos cargarn con la responsabilidad. M. CARTA IV A F.A. Recibida en 1884 en Elberfeld, Alemania. Dirigida ala seorita Francisca Arundale, tesorera de la Logia Londres. Transcrita de una copia hecha por C. W. Leadbeater. Publicada en el Theosophist, de octubre de 1917, en el artculo titulado: Algunos recuerdos de un tesofo veterano, por Francisca Arundale. El da de la separacin se acerca y yo quisiera dirigiros algunas palabras. Vosotros llenis en la I,. L. funciones especiales que os confieren ciertos deberes, ciertas posibilidades. No es suficiente que deis el ejemplo de una vida pura y virtuosa y de un espritu tolerante: esas no son ms que cualidades negativas completamente insuficientes para un Chela. Como simple miembro y con mucha ms razn como graduado, es necesario saber que vos podis ensear, adquirir los conocimientos espirituales y la fuerza, a fin de que los dbiles puedan apoyarse sobre vos y que en su tristeza, las vctimas de la ignorancia aprendan de vos la causa y el remedio de sus sufrimientos. Os es agradable el hacer de vuestra casa uno de los centros ms importantes del mundo por su influencia espiritualizadora. La fuerza est ahora concentrada en ella y quedar si vos no la debilitis ni la rechazis, como una bendicin y una ventaja para vos. Ejercis una accin bienhechora animando a las visitas de vuestros colegas y a personas que buscan informes y agrupando a las ms dispuesta para el estudio y la instruccin. Persuadid, adems, a otros de que sigan vuestro ejemplo. Buscad sin cesar con vuestros colegas del consejo la manera de hacer interesantes las reuniones generales de la Logia. Los miembros nuevos desde su entraba debern ser tomados en manos de los ms antiguos, recibir una tarea particular, a fin de que sean instrudos a fondo en las materias que vosotros habis aprendido para que se vuelvan capaces de participar inteligentemente en las reuniones peridicas. Existe una tendencia marcada por acortar la ceremonia de la iniciacin, hasta el
punto de no hacer ms ninguna impresin seria en el candidato. El mtodo de la Sociedad Madre puede no estar conforme con los prejuicios ingleses, pero el extremo opuesto, con su precipitacin y su falta de dignidad, es cien veces peor. Vuestro modo de iniciacin es un insulto permanente a todos los Chelas regulares: sus Maestros estn descontentos. Para nosotros es un acto sagrado. Por qu ha de ser de otro modo para vosotros? Si cada miembro tomara por divisa las sabias palabras de un muy joven, pero ardiente tesofo y repitiera con (***) : Soy tesofo antes que ser ingls, nunca ningn adversario tirara por tierra vuestra Sociedad. Sin embargo, los candidatos deben aprender y los antiguos miembros recordar siempre que la Sociedad ha emprendido una tarea muy seria y que desde el principio, deben trabajar tambin muy seriamente, volviendo teosficas sus propias vidas. El Diario ha debutado bien y debe continuar apareciendo. Debe constituir el complemento natural de aquel de la S. P. R., ese saco de nueces que nadie ha partido. Vuestra Rama debera corresponder con todas las otras ramas europeas. La Germania puede ayudaros: las otras tienen necesidad de vuestra asistencia. El movimiento presente es para toda Europa y no solamente para Londres. Acordos de ello. Los miembros americanos sufren grandes desventajas y no tienen an, desde la partida de los fundadores, guas competentes. Vuestra Rama puede y debe ayudarles, pues son vuestros vecinos y el Cuartel General est ya demasiado ocupado. Un Chela ser designado para responder a las cuestiones generales si la Rama merece esta asistencia, pero, no lo olvidis, nosotros no somos escribas o empleados pblicos, disponiendo del tiempo necesario paria dirigir sin cesar notas o respuestas a las interrogaciones hechas por corresponsales individuales, concerniendo a todos sus pequeas cuestiones privadas, cuestiones a las que ellos mismos podran encontrar las respuestas. Nosotros no permitiremos tampoco que esas notas privadas circulen tan libremente como en el pasado. Ya ser tiempo de poner en discusin las condiciones a llenar por el candidato Chela cuando haya asimilado las lecciones dadas y dominado sus vicios y debilidades ms palpables. Podis mostrar o decir esto a todos. La carta presente es para la Rama y os es dirigida como a su jefe. Vos habis aceptado la direccin de un servicio importante, la agencia financiera; habis hecho bien. Este gnero de ayuda era bien necesario. Si los miembros europeos se interesan por la Sociedad Madre, deben emplearse en hacer circular sus publicaciones, y cuando sean dignas, en traducirlas a otros idiomas. Las intenciones -podis decirlo a vuestros colegas- las intenciones y las buenas palabras cuentan poco a nuestros ojos. Los actos, eso es lo que nos hace falta y lo que exigimos. A este respecto, ***, pobre nio, ha hecho ms en dos meses que el mejor de nuestros miembros en cinco aos. Los miembros de la L. L. disponen de una ocasin como raramente se presenta. Son los dueos de un movimiento destinado a servir un mundo donde reina la lengua inglesa; si cumplen todo su deber, los progresos del materialismo, los de una inmoralidad peligrosa, en fin, la tendencia al suicidio espiritual, podrn ser suprimidos. La teora de la salvacin por los mritos de los otros, ha determinado una reaccin inevitable que slo puede compensar el conocimiento del Karma. El pndulo ha pasado del extremo de la fe ciega al extremo del escepticismo materialista; nada lo parar salvo la Teosofa. No es un fin digno de vuestros esfuerzos el impedir que esas naciones tengan la suerte que les
prepara su ignorancia ? Creis que la verdad os ha sido enseada para vuestro exclusivo provecho? Que hayamos roto nuestro silencio secular en provecho de un puado de soadores? Las lneas convergentes de vuestro Karma os han conducido a todos a esta Sociedad como a un foco comn, con el objeto de permitiros a cada uno alcanzar el fin de los esfuerzos esbozados en vuestra ltima encarnacin. Ninguno de vosotros puede estar ciego hasta el punto de suponer que se ocupa de Teosofa por la primera vez. Sin duda lo comprendis; esto querra decir que hay efectos sin causas. Sabedlo, pues, a cada uno de vosotros hoy os es permitido el escoger: ya sea en la presente o en la prxima encarnacin, la busca ardua y solitaria del conocimiento espiritual, o bien esta bsqueda perseguida en compaa de vuestros colegas de hoy y grandemente facilitada por vuestras simpatas y vuestras aspiraciones comunes. Bendiciones para todos aquellos que lo merezcan. K. H.
CARTA V Uno de los documentos ms sorprendentes conservados en Adyar. Se trata de una frmula de compromiso a tomar respecto de los Maestros; frmula redactada por la seorita Arundale y firmada por todos los miembros del Grupo Interior de la Logia Londres. Sin embargo, los Maestros M. y K. H., uno y otro, han agregado algunas lneas a este documento. Lo que est escrito por la seorita Arundale est impreso en minsculas; lo que est escrito por los Maestros est en maysculas. Se notar que en el segundo prrafo el Maestro K. H. ha agregado una frase entre parntesis; lo mismo despus de la adicin debida a H. P. B. Al fin de la frmula escrita por la seorita Arundale y antes de las firmas de los miembros de1 Grupo, se hallan en el documento cuatro lneas en blanco, donde fue escrito el mensaje de los dos Maestros. Las palabras los firmantes aluden a los firmantes del Grupo, cuyos nombres se hallan debajo de la escritura de los Maestros. Al otro lado de la declaracin del Maestro K. H. se encuentra la nica palabra Aprobado de la mano del Maestro M., seguida de su inicial. Dado por una parte la dimisin reciente de M. Massey y la razn por l invocada, es decir, sospechas respecto a los Mahatmas, y por otra parte la tendencia de ciertos miembros de la Logia de Londres a desacreditar la doctrina oriental y a rehusar la confianza a sus representantes, nosotros, abajo firmados, miembros de la Logia de Londres, convencidos de que no hay educacin espiritual posible sin la unin absoluta y simptica entre los estudiantes, deseamos formar un grupo interior. Nosotros damos a la palabra religin su sentido ms extenso y dejamos a cada uno o a cada una, en el dicho grupo, la libertad de seguir su sistema teolgico o credo particular-COMO HA SIDO HECHO HASTA AHORA EN TODAS LAS SOCIEDADES TEOSFICAS-. Al mismo tiempo, deseamos ver establecerse, entre nosotros, una verdadera unin fraternal capaz de realizar estas condiciones que, estamos convencidos, son imposibles en la Logia de Londres tal como est constituda.
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A ese Grupo Interior, Santuario de la Logia de Londres solicitamos humildemente de los Mahatmas nuestros Instructores amados, la gracia de reconocerlo sin condiciones restrictivas. Tambin les pedimos que nos concedan el permiso especial de redactar nuestros propios estatutos y de elegir nuestro propio Consejo; en fin, autorizar al Grupo, quedando individualmente sometido a las reglas y estatutos de la Logia de Londres, a estar, colectivamente, para su trabajo particular, independiente de esta Logia. El nuevo Grupo tiene por principio fundamental, con una confianza implcita hacia los Mahatmas, una sumisin absoluta a sus deseos en todo lo que a su progreso espiritual concierne. N. B. - Sin embargo, todo miembro sinceramente persuadido de que l, o ella, no pueda en conciencia obedecer, sin dudar, en todo lo que concierna al progreso espiritual, podr dejar el Crculo interior con la seguridad y la certeza de que l, o ella, no ser acusado de haber faltado al honor. H. P. BLAVATSKY -CON LA CONDICIN DE QUE L, O ELLA, NO DIVULGUE NINGUNA PARTE DE LAS ENSEANZAS, SEA ORALMENTE, SEA POR CARTA, SIN PERMISO ESPECIAL DEL FIRMANTE. K. H. Para terminar, presentando esta solicitud a nuestros Maestros venerados, les suplicamos, si la aprueban, que confirmen su aprobacin con sus firmas y que consientan el continuar las enseanzas acordadas hasta ahora, mientras quede en el Grupo un solo miembro fiel. APROBADO. EL PACTO ES MUTUO; SER SOSTENIDO MIENTRAS LOS FIRMANTES SE CONFORMEN, EN ACCIN, A LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES (DEL GRUPO) ACEPTADOS POR ELLOS. Aprobado: K.H M.
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Qu debo hacer para obtener el honor de prosternarme a vuestros sagrados pies? Soy vuestro muy afectuosamente, Pran Nath, Miembro de la S. T. La purificacin personal no es el asunto ni de un momento, ni de algunos meses, sino de aos; hasta puede perseguirse durante toda una serie de existencias. Cuanto ms tarde se decide un hombre a vivir la vida superior, ms prolongado ser su noviciado, puesto que est obligado a anular los efectos de numerosos aos consagrados a objetos diametralmente opuestos a los verdaderos fines. Cuanto ms enrgicos sean sus esfuerzos, ms brillantes resultados tendr, y ms se acercar al Portal. Si su aspiracin es sincera -si es una firmc conviccin y no un sentimiento fugitivo-, entonces har pasar de un cuerpo a otro la determinacin que, finalmente, le permitir alcanzar el fin deseado. B*** S*** me ha visto en mi propio cuerpo fsico; el puede ensear a otros el camino; en las filas de la Sociedad Teosfica, l ha trabajado con abnegacin por sus semejantes, pero est recompensado aunque no siempre se d cuenta de ello. K. H. CARTA VII Transcripcin directa del original de Adyar. Esta carta y la siguiente fueron recibidas por C. W. Leadbeater, la primera el 31 de octubre de 1884 por la maan:a; la segunda el mismo da a medianoche. La primera carta llegada por el Correo llevaba el sello postal Kensington, octubre 30-84. La segunda carta fue precipitada en presencia de C.W.L. La primavera ltima -el 3 de marzo- me dirigsteis una carta que confisteis a Ernesto Aunque este mensaje no me lleg jams -y era poco ms o menos seguro en vista de la cualidad del intermediario-, su contenido no se me ha escapado. Sin responderos en el momento mismo, os he transmitido una advertencia por Upasika. En vuestra carta se deca que, desde la lectura de Buddhismo Esotrico y de Isis, vuestro nico y gran deseo es el de colocaros como chela bajo mi direccin a fin de adelantar en el conocimiento de la Verdad. -M.S., continuis, me da a comprender que es casi imposible el llegar a chela sin ir a la India. Vos esperbais emprender este viaje algunos aos ms tarde, aunque lazos de agradecimiento os retenan en ese pas, etc. Ahora contesto a lo que precede como tambin a vuestras otras preguntas. 1) No es necesario pasar en la India los siete aos de prueba. Un Chela puede pasarlos en cualquier pas. 2) No depende de mi propia voluntad el aceptar a nadie como Chela: esta aceptacin debe ser el resultado del mrito individual y de esfuerzos persistentes para alcanzar el fin. Imponos a aquel de los Maestros que hayis escogido; haced buenas obras en su nombre y por amor a la humanidad; sed puro; seguid resueltamente el sendero de la justicia (tal como lo definen nuestras reglas) ; sed honrado y altrusta; no os olvidis de vos mismo sino para soar en el bien de los otros -y as habris forzado a ese Maestro a aceptaros. He ah lo necesario para los candidatos en los perodos en que vuestra Sociedad progresa en
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paz. Pero es necesario, algo ms an, cuando la Teosofa, la Causa de la Verdad, puesta entre la vida y la muerte, comparece ante el tribunal de la Opinin pblica -ese tribunal, de todos el ms frvolamente cruel, el ms prevenido y el ms injusto. Es necesario tambin considerar el Karma colectivo de la Casta de la que vos formis parte. Hecho innegable: la causa que tenis en el corazn est actualmente expuesta a las tenebrosas intrigas, a la despreciable conspiracin del clero y de los misioneros cristianos contra la Sociedad. No retroceden ante nada para deshonrar a sus Fundadares. Estis pronto para expiar sus pecados ? En ese caso, id a pasar algunos meses a Adyar. Una ausencia de algunos meses no romper ni debilitar siquiera "los lazos del agradecimiento" si vuestra decisin es explicada a vuestro pariente de modo plausible. Para abreviar los aos probatorios hay que dedicar a la Teosofa ciertos sacrificios. Empujada por manos hostiles hasta el mismo borde de un precipicio, la Sociedad tiene necesidad de todo hombre y de toda mujer dedicados a la causa de la verdad. Para recoger los frutos de las acciones meritorias, es necesario obrar noblemente y no limitarse a proclamar la necesidad como para "el hombre cumplido" de Carlyle, la dificultad, la abnegacin, el martirio y la muerte son las seducciones que arrastran hacia las horas de prueba al corazn del verdadero Chela. "Qu reglas -me preguntis- debera yo observar durante este estado de probacin y cundo puedo esperar que empiece?". Yo contesto. Vuestro porvenir est en vuestras propias manos como ya lo he indicado ms arriba, y cada da podis tejer su trama. Si yo exigiera que hiciseis talo tal cosa en vez de limitarme a un simple consejo, yo sera responsable de todo efecto que viniera de vuestros actos y vuestro mrito sera slo secundario. Reflexionad: veris que esto es cierto. As que, confiad vuestro destino a la justicia sin temer jams que su respuesta no sea absolutamente verdadera. El estado de Chela es a la vez educativo y probatorio; slo del Chela depende que este estado se termine por el Adeptado o por el fracaso. Comprendiendo mal nuestro sistema, los Chelas esperan muy a menudo recibir rdenes, perdiendo as un tiempo precioso que deberan consagrar a esfuerzos personales. Nuestra causa tiene necesidad de misioneros, de devotos, de agentes y hasta puede ser que de mrtires; pero ella no le puede imponer estos papeles a nadie. As que escoged. Tomad en vuestras manos vuestro propio destino y que pueda la memoria de nuestro Seor, el Tathagata, ayudaros a tomar la mejor decisin. K. H. Notas sobre esta carta a) En esta poca, C.W.L., haciendo una profunda investigacin sobre el espiritismo, asista a menudo a las sesiones de William Eglinton, en donde uno de los espritus-guas se llamaba Ernesto. Ernesto asegur a C.W.L. que l conoca la existencia de los Maestros, y se ofreci a remitir una carta al Maestro K. H. La carta fue escrita y colocada por el Sr. Eglinton en la caja reservada a las comunicaciones de los espritus-guas. Algunos das despus el Sr. Eglinton hizo saber a C.W.L. que la carta haba desaparecido de la caja. En el curso de las sesiones subsiguientes se pregunt a Ernesto qu haba sido de la carta, y Ernesto asegur que haba sido remitida a su direccin.
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b) Upasika es un nombre dado con frecuencia a H. P. B. en las cartas. El trmino es budista; se aplica a un discpulo laico o a una persona que haya hecho votos especiales, pero no significa tcnicamente un monje o una monja. c) En la poca en que esta carta le lleg, C. W. L. era sacerdote, oficiando en la iglesia anglicana. Era el momento en que los misioneros cristianos de Madrs tentaron de arruinar la Sociedad Teosfica por medio de lo que se llam el asunto Coulomb. d) La memoria de nuestro seor el Tathgata. Esta es una expresin de las ms sorprendentes que no fue comprendida sino despus de muchos aos de la recepcin de la carta. Se trataba de los incidentes sobrevenidos en vidas pasadas y en un pasado lejano en que C. W. L. vi al Gran Seor cara a cara. Parece ser que el Maestro ha probado de alcanzar directamente, ms all de la personalidad de C.W.L. al Ego, en la conciencia del cual las grandes verdades existen como objetos de conocimiento directo. CARTA VIII Transcripcin directa del original de Adyar. Al recibir la carta VII, C. W. L., que viva en Liphook Rampshire, se fue inmediatamente a Londres para ver all a H. P. B. , y le comunic su resolucin de partir sin tardanza para Adyar . La carta fue recibida en la misma fecha a medianoche. Habindoos enseado vuestra intuicin el buen camino y hecho comprender que mi deseo era veros partir inmediatamente para Adyar, no dir nada ms. Cuanto ms pronto vayis a Adyar, mejor ser. No perdis intilmente ni un solo da. Embarcaos ,el 5, si es posible. Reunos con Upasika en Alejandra; que todos ignoren vuestra partida y pueda la bendicin de nuestro Seor y mi pobre bendicin preservaros de todo mal en vuestra nueva vida. Salud, mi nuevo Chela. K. H. CARTA IX Reimpresa del Link, noviembre de 1908; por lo que dice el texto, la fecha es evidentemente el fin del 1883. No suspiris por el da en que llegaris a ser un Chela. No persigis un objetivo en que los peligros y los rigores os son desconocidos. Numerosos, en verdad, son los Chelas que se ofrecen a nosotros, y, este ao, contamos tantos desfallecidos como probacionarios aceptados. El estado de Chela le quita el velo al hombre interior y activa a la vez la virtud dormida y el vicio adormecido. El vicio latente engendra pecados activos y a menudo se termina por la alienacin mental. Echad una mirada a vuestro alrededor; tomad informes en Bareilly y Caronpore y juzgad vos mismo. Sed puro, virtuoso; vivid santamente y seris protegido. Pero -recordos- vale ms para aquel que no es puro como un nio renunciar a la vida del
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P. D. La purificacin personal no es asunto de un momento, ni de algunos meses, pero s de aos; puede lo mismo, seguirse durante toda una serie de existencias. Cuanto ms tarde se decide un hombre a seguir la vida superior, ms prolongado ser su noviciado puesto que est obligado a anular los efectos de numerosos aos consagrados a los objetos diametralmente opuestos al fin verdadero. Notas sobre la carta Este P. D forma ya la primera parte de la carta VI. Parece ser que el Maestro ha empleado aqu como postdata la respuesta que haba dadoa la pregunta del Pandit Pran Nath. CARTA X Transcripcin directa del original de Adyar. El hombre que conformndose al cdigo del honor, generalmente recibido y admitido, se condena l mismo por la salvacin de una causa honorable, puede ser que se aperciba un da que es as como ha realizado sus ms altas aspiraciones. El egosmo y la ausencia de renunciacin, son los ms grandes obstculos en el sendero del adeptado. K. H. CARTA XI Transcripcin directa del original de Adyar. Mis chelas no deben jams tener dudas o sospechas respecto de nuestros agentes ni molestarlos con pensamientos culpables. Nuestros modos de obrar son extraos y anormales y hacen muy a menudo nacer la sospecha. Esto constituye una trampa y una tentacin. Feliz el hombre al odo del cual las percepciones espirituales murmuran siempre la verdad. Juzgad por esas percepciones y no desde vuestro punto de vista mundano a las personas que nos rodean. K. H.
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1907, pgina 259, donde apareci como reimpresin del Indian Mirror, de Calcuta, del 14 de abril de 1882. No degradis la verdad imponindola a espritus recalcitrantes, no busquis la ayuda de los hombres cuyos corazones no sean bastante patriotas para trabajar con abnegacin por el bien de sus conciudadanos. Qu bien podemos hacer? -preguntan-. Cmo servir a la humanidad o a nuestro propio pas? Estos son en verdad bien tibios patriotas. Viendo perecer a su pas, como nacin, por falta de vitalidad y de influjo de nuevas fuerzas, el patriota se coge a la primer paja. Pero existen en Bengala verdaderos patriotas? Si hubieran sido numerosos os hubiramos enviado ms pronto aqu; no os hubiramos permitido el quedaros tres aos en la India sin visitar Calcuta, la ciudad de gentes poderosamente inteligentes, pero sin corazn. Podis leerles esto. K. H. CARTA XIII Esta carta trata de H.P.B. Transcripcin directa del original de Adyar. No olvidis que los resultados favorables reservados a nuestra India. . . son todos debidos a sus esfuerzos individuales (los de H. P. B.). Os sera difcil demostrarle suficiente respeto o gratitud, o ms de los que ,ella merece... Tendris que hacerles comprender con cuidado qu preeminencia debera ser -si ella no lo es- la suya entre los hindes que, quedando fieles al Pasado, indiferentes al Presente, no trabajan sino para el Porvenir; Porvenir grande y glorioso, con la condicin de que ella sea sostenida y asistida por ellos. K. H. CARTA XIV Transcripcin directa del original de Adyar. En esta poca el Sr. Sinnett era el editor del importante diario anti-indo The Pioneer de Allahabad. Habiendo el Sr. Sinnett abrazado la Teosofa, el diario tuvo un cambio que disgust a los propietarios. El Maestro K. H. deseaba que un diario que tuviera por ttulo The Phoenix fuera fundado con capitales indos, pero editado por el Sr. Sinnet. Sin embargo, los capitales necesarios no fueron suscritos. Efectos del ciclo: M. Sinnett ha sido obligado por sus propietarios a dejar sus funciones de editor dentro de seis meses, por haber sostenido a los indgenas y porque es tesofo. A menos que un capitalista indgena no venga a fundar una publicacin rival, capaz de aplastar al Pioneer y editada por M. Sinnett, desesperara de la India. Lo que precede es secreto y confiado a vuestro honor. Pero voy a escribir a Norendro N. S. Hablaremos de eso los dos. En espera, ni una palabra. K. H.
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Nota a la carta: Norendro Nath Sen era el fundador y editor del Indian Mirror de Calcuta. CARTA XV Transcripcin directa del original de Adyar. La sola carta, que yo sepa, que ,el Maestro haya firmado con todas sus letras, dando as a su advertencia un sentido particular. Finalmente, el destinatario sinti, en efecto, dudas, y dej las filas . Ved el Pioneer del 7 de agosto y leed atentamente .el artculo titulado: La India IndoBritnica. Creis que el Editor lo hubiera jams escrito si no hubiera tenido para inspirarlo ms que el trato y los sentimientos amistosos de los hindes, vuestros compatriotas y los mos? Y creis que una serie de artculos semejantes apareciendo en un diario (hasta ahora) tan conservador, escritos por un hombre tan altivo, pero al mismo tiempo tan noble y tan justo, no hara ningn bien a nadie? Tal es el primer fruto poltico de la Sociedad de la que vos tenis el honor de ser miembro. En vez de dudar, dad gracias al cielo, si en vuestro pecho late un corazn patriota, de que queden en la India algunos Hermanos para velar por sus intereses y protegerla en la hora del peligro, cuando ,en su egosmo, sin cesar creciente, ninguno de sus hijos parece recordar nunca que tiene una Madre degradada, cada, pisoteada por todos, conquistadores y vencidos, pero, sin embargo, una MADRE. Prestad atencin. La duda es un cncer peligroso. Se empieza por dudar de un pavo real (1) y se termina por dudar de... Koot Hoomi. Nota (1) Expresin intraducible en castellano.
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desaparecer delante de vuestros ojos, pero esta esquela ser para vos la continuacin de nuestra conversacin. Ahora me voy cerca del joven Sr. Brown para poner a prueba su intuicin. Maana por la noche, cuando el campo est tranquilo y las peores emanaciones de vuestro auditorio se hayan disipado, entonces volver para hablar ms largamente con vos, pues es necesario que seis puesto en guardia respecto a ciertas eventualidades futuras. No temis y no dudis ms como temisteis y dudasteis durante la comida, ayer noche. Apenas el primer mes del nuevo ao de vuestra era habr empezado, cuando an dos de los enemigos habrn desaparecido. Estad siempre vigilante, celoso, juicioso; pues, no lo olvidis, la utilidad de la Sociedad Teosfica depende, en gran parte, de vuestros esfuerzos. En cuanto a nuestras bendiciones, ellas siguen a sus Fundadores en sus tribulaciones como todos los que secundan sus trabajos. K.H. Notas sobre esta carta Se refiere a la visita del Maestro M. al coronel Olcott, en Nueva York, contada en Old Diary Leaves primera serie, pginas 379 y 380. La prueba objetiva es la fehta o turbante, hoy en Adyar, que el Maestro M.. dej al coronel como prueba de que su visita no haba sido una maya, sino una realidad. CARTA XVII Transcripcin directa del original de Adyar, en el que est fijada una tarjeta llevando de mano del coronel Olcott las palabras: Billete dirigido a H. S. O. por el Maestro K. H. a fin de prepararlo para su visita, en su cuerpo fsico, en la tienda de campaa del coronel, en Lahore. (ver O.D.L.) Esta segunda visita es contada por el coronel Olcott en Old Diary Leaves tercera serie, pg. 42, y por el Sr. W. T. Brown, presente en la entrevista, en su folleto: Some Experiences in India. El mensajero que se menciona es el Maestro K.H. Esperad la seal, preparos a seguir al mensajero que vendr a buscaros. K. H. CARTA XVIII Copiada del Theosophist, nmero de febrero de 1908, conteniendo la nota explicativa siguiente, redactada por el coronel Olcott: Arrojada en mi compartimento del tren, el 5 de abril de 1884, en el momento en que lea en una serie de cartas ae L. L. los detalles concernientes al asunto Kingsford-Sinnett. Esta carta cay delante de m en el preciso momento en que anotaba un prrafo en la de B. K. concerniente a los Mahatmas. Mohini y yo estbamos soloS en el vagn. H. S. O. Ved tambin Old Diary Leaves tercera serie, pgs. 90 y 91. Si no fuera el pediros que digis. . . que he recibido todas sus cartas (comprendiendo la del
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15 de febrero), pero sin haber tenido un solo instante para darle, no tengo que confiaros para Londres nada que se parezca a una comisin . Bien entendido; est ah el papel particular de M., que bajo las rdenes del Maha Chohan, os ha dejado toda independencia, sabiendo que justificaris la poltica de la Sociedad. Si recordis nuestra conversacin de la segunda noche en Lahore, notaris que todo pas en Londres como yo lo predije. Siempre han existido all potencialidades latentes, tanto destructivas como constructivas, y haca falta, en inters de nuestro movimiento, que todo esto fuera llevado a la superficie. Como diran vuestros encantadores y nuevos amigos, asiduos de Montecarlo y de los crculos donde se juega, los jugadores tienen ahora las cartas sobre la mesa. Aquellos a quienes nuestra actitud respecto de la logia de Londres les ha molestado, e intrigado, comprendern mejor la necesidad, cuando, conozcan mejor el arte, muy ignorado, de llevar a manifestarse las capacidades y disposiciones particulares de los nuevos estudiantes de ocultismo. Cualesquiera que sean las noticias de Adyar, no sintis ni sorpresa ni descorazonamiento. Es posible -aunque en los lmites del karma tratemos de impedirlo- que tengis que soportar grandes fastidios domsticos. Durante aos habis albergado bajo vuestro techo a un traidor y un enemigo, y el partido de los misioneros est ms que dispuesto a poner en su provecho toda la asistencia a obtener de esta persona. Un verdadero complot ha sido formado. Ella est alocada por la aparicin de M. Lane Fox y por los poderes que vos habis conferido al Comit de Control. Nosotros hemos producido algunos fenmenos en Adyar despus que H. P. B. ha dejado la India, a fin de proteger a Upasika contra los conjurados. Y ahora obrad con circunspeccin, conforme a nuestras instrucciones, y contad ms sobre vuestras notas que sobre vuestra memoria. K.H. CARTA XIX A Henry Olcott Es casi seguro, no solamente segn el texto, sino tambin por un hecho mencionado por el coronel Olcott, que esta carta ha sido recibida en agosto de 1888, pero cosa curiosa, parece leyendo Old Diary Leaves, tercera serie, pg. 91, que lo hubiera sido en 1883. El coronel Olcott cita esta carta que l relaciona con las dificultades pasadas en 1884 por la Logia de Londres, dificultades respecto de las cuales le fueron dadas instrucciones en la carta XVIII. El coronel Olcott dice de esta carta XIX: Fue recibida fenomenalmente en mi camarote a bordo del Shannon, la vspera de nuestra llegada a Brindisi (pgina 91). El coronel sali de Bombay para Londres en el vapor correo Shannon de la P. O., el 7 dc agosto de 1888, como lo dice el Suplemento del Theosophist de septiembre de 1888, pgina 103 Adems, en la misma carta, el Maestro dice: Desde 1885, no he escrito; y C.W. L., al que se menciona al final de la carta, no fue a la India antes de fines del 1884. Parece que el coronel Olcott, en su relacin de los incidentes concernientes a la Logia de Londres, ha visto en esta carta sobre la situacin en 1888 una referencia a la situacin en 1884.
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Puede ser que merezca la pena de hacer notar toda la urgencia de la situacin en 1888. La S. T., fundada en 1875, fue puesta a prueba de diversas maneras durante los siete primeros aos de su existencia. En un punto ella fracas en su misin: en que no quiso aceptar abiertamente la conduccin directa de los Hermanos , es decir, de los Maestros que formaban la Primera Seccin de la Sociedad. En 1882, la mayora de los miembros de la S. T. hablan aceptado la filosofa oculta enseada por los Maestros, pero se negaban a aceptar la direccin oculta impresa por los Maestros por intermedio de sus Chelas en la administracin exterior de la Sociedad. Al fin del primer ciclo, en 1882, los Maestros se mantuvieron apartados en cierto modo, respecto a lo concerniente a los asuntos exteriores de la Sociedad y no dieron sus instrucciones sino individualmente a ciertas personas escogidas. Cuando el segundo ciclo se acerc a su trmino, en 1889, H. P. B. dese vivamente hacer un nuevo esfuerzo para estrechar los lazos ocultos que unan a los Maestros y la S. T. Ella lo consigui: la E. E. T. pudo organizarse, pero antes de ello muchas dificultades se presentaron, y esta carta XIX, recibida por el coronel Olcott, tuvo precisamente por resultado allanar los obstculos en la administracin de la Sociedad y permitir a la E. E. T. que cumpliese su misin bajo la direccin exclusiva de H. P. B. sin intervenir en la organizacin democrtica de la S. T. ni sufrir su influencia. Pero no fue antes de 1907 cuando la S. T. pudo encontrarse constituda como en su origen, formando nuevamente los Maestros de la Sabidura la Primera Seccin de la Sociedad. En el momento en que os acercis a Londres, tengo nuevamente una palabra o dos que deciros. Vuestra facultad de recibir las impresiones es tan variable, que no puedo, en este crtico momento, reposarme enteramente de ella. Bien entendido, vos lo sabis, las cosas han sido combinadas de tal modo, que vuestro viaje se ha hecho necesario y que la inspiracin de emprenderlo os ha venido, como a los consejeros, la de autorizarlo, desde fuera. Someted vuestros sentimientos a todas las imposiciones requeridas a fin de obrar como es debido en este embrollo occidental. Vigilad vuestras primeras impresiones, que son la causa de los errores que habis cometido. Que ni vuestras predilecciones, ni vuestras simpatas, ni vuestras sospechas o antipatas personales afecten vuestra accin. Entre miembros de Londres y de Pars, se ha propalado un error que pone en peligro los intereses del movimiento. Os dirn que el principal autor de la mayor parte si no de todas estas agitaciones es H. P. B. Pero no es as, aunque su presencia en Inglaterra no sea naturalmente extraa al asunto. La responsabilidad principal incumbe a otros cuya inconsciencia serena de sus propios defectos es muy marcada y muy censurable. Uno de los efectos ms preciosos de la misin de Upasika es el empujar a los hombres a estudiarse ellos mismos y destruir en ellos la servilidad ciega respecto a las personas. Observad, por ejemplo, vuestro propio caso. Pero mi buen amigo, vuestra sublevacin contra su infalibilidad, como la llamsteis una vez, ha sido llevada demasiado lejos. Habis sido injusto respecto a ella, y, siento el decirlo, vos y otros como vos, tendrn que sufrir a causa de eso. Ahora mismo, estando en el puente, vuestros pensamientos sobre ella eran sombros y culpables; tambin encuentro favorable la ocasin para poneros en guardia. Tratad, para allanar los errores, de los que vos constataris la existencia, de mostraros afable
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y persuasivo y hacer una llamada al sentimiento de la fidelidad debida a Causa de la verdad, sino a vosotros mismos. Haced sentir a todos esos hombres, que nosotros no tenemos favoritos y que nuestros afectos no van a las personas, sino solamente a sus buenas acciones y a la humanidad en general. Es verdad que empleamos agentes -los mejores que podemos encontrar-. En ese nmero, el principal desde hace ms de treinta aos ha sido la personalidad conocida por el mundo, bajo el nombre de H.P.B. (pero para nosotros bajo un nombre diferente). Sin duda, ella se muestra, para algunos, imperfecta y muy desagradable; sin embargo, es poco probable que encontremos uno mejor antes de bastantes aos, y hay que hacerlo comprender a vuestros tesofos. Desde 1885, no he escrito o hecho escribir por su intermedio ni una carta, ni una lnea a nadie, en Europa o en Amrica, ni comunicado oralmente con o por una tercera persona. Es necesario hacerlo saber a los tesofos. Ms tarde comprenderis el sentido de esta declaracin. Guardad el recuerdo. Siendo constante su fidelidad a nuestra obra y no teniendo sus sufrimientos otra causa, ni yo ni ninguno de mis dos Hermanos Asociados, la abandonaremos ni la reemplazaremos. Como ya lo hice notar una vez, la Ingratitud no es uno de nuestros vicios. Con vos mismo son directas nuestras relaciones; lo han sido, salvo las raras excepciones que vos conocis sobre el plano psquico, y lo seguirn siendo porque la circunstancias lo quieren as. Que sean tan raras es vuestra propia culpa, como yo os lo deca en mi ltima carta. Para ayudaros en vuestras perplejidades presentes: H. P. B. se ocupa poco o nada de los detalles administrativos que le deben ser ahorrados mientras que su poderosa naturaleza pueda soportar esta imposicin. Pero hay que decir esto a todos: nada de lo que toca a las cuestiones ocultas' le es desconocido, Nosotros no la hemos abandonado. No la hemos dejado a la direccin de los Chelas. Ella es nuestro agente directo. Poned atencin: no dejis que vuestras sospechas y vuestro resentimiento contra todas sus locuras altere la fidelidad intuitiva que le mostris. Arreglando este asunto europeo, tendris que considerar dos cuestiones: de una parte, la cuestin exterior y administrativa; de la otra, la cuestin interior y psquica. Conservad la direccin vos y vuestros colegas ms prudentes, sobre la primera; dejadle la segunda. Con vuestro talento habitual preparad vos los detalles prcticos. Solamente que como ya os lo he dicho, tened cuidado cuando se os haga juez de tal intervencin crtica hecha por ella en el dominio prctico, el distinguir entre lo que es, simplemente exotrico en su origen como en sus efectos y lo que despus de haber nacido en el dominio prctico tiende a generar las consecuencias sobre el plano espiritual. En el primer caso, el mejor juez sois vos mismo; en el segundo, es ella. Tambin he anotado vuestros pensamientos relativos a la Doctrina Secreta. Estad seguro de que ella no ha pedido prestado directamente a obras cientficas u otras; somos nosotros quienes se lo hemos sugerido. Cada falta o inexactitud, corregida o explicada por ella en las obras de otros tesofos, ha sido corregida por m o por orden ma. Esta obra tiene ms valor que la precedente: es un abreviado de verdades ocultas que durante largos aos sern, para el estudiante serio, un manantial de datos y de instruccin. P. S... sufre nuevamente una profunda angustia mental a causa de mi prolongado silencio. Es que l no posee una intuicin neta bien desarrollada (pero, cmo podra poseerla despus de la vida que ha llevado?). Teme ser abandonado cuando no ha sido perdido de vista ni un solo instante.
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Da tras da son registrados sus actos en el Ashram; noche tras noche, recibe las instrucciones en relacin con sus capacidades espirituales. Le ha sucedido el equivocarse, por ejemplo recientemente, ayudando a expulsar del cuartel general a una persona que mereca un tratamiento ms caritativo, cuya falta era debida a la ignorancia y a la debilidad psquica ms que al pecado; en fin, que era la vctima de un hombre poderoso. Repetidle cuando volvis la leccin que habis recibido de ^ en Bombay y decid a mi hijo que siente devocin, pero que est engaado por sus ilusiones, que proteger a esta persona era muy teosfico, pero el echarla era muy poco teosfico y muy egosta. Deseo que aseguris .a otros, a T. T., R. A. M., N. N. S., N. D. C., J. N. C., U U B, T V C, P. V. S., N. B. C., C. S., C. W. L, D N G, D H., S. N. C., etc., sin olvidar, entre los restantes, a los otros celosos trabajadores en Asia, que la corriente krmica no cesa de progresar y que nosotros debemos, como ellos mismos, despejar la va que lleva a la liberacin. Ha sido necesario en el pasado soportar penosas pruebas; en el porvenir, otras pruebas os esperan. Puedan la fe y el valor que os han sostenido hasta ahora acompaaros hasta el fin. Haris bien, por el momento, en no mencionar esta carta a nadie -ni siquiera H. P. B., a no ser que ella misma os hable de ello. Siempre habr tiempo de hacerlo cuando se presente la ocasin. Esta carta os es simplemente dirigida a fin de advertiros y guiaros; para otros no es ms que una advertencia, porque podis tener necesidad de hacer de ella un uso discreto. K.H. Preparos, sin embargo, a ver negar en ciertos sitios la autenticidad de la presente. Nota sobre la carta Ignoro el nombre del Adepto indicado en la carta con el smbolo ^. CARTA XX Transcripcin directa del original de Adyar. He seguido todos vuestros pensamientos. He seguido su silenciosa evolucin y los impulsos de vuestra alma interior. Puesto que vuestro juramento me lo permite, teniendo algunas palabras que deciros sobre vos mismo y sobre los que os son queridos, aprovecho la ocasin, una de las ltimas que se presentan, para escribiros directamente, y os dirijo algunas lneas. Sin duda lo sabis: cuando el aura de H. P. B., esparcida en la casa, sea agotada, entonces no podris recibir ms cartas mas. Deseo que estis al corriente de la situacin presente. Vuestra fidelidad a la causa os da el derecho a ello. Por lo pronto, vuestra amiga *** Pobre nia! no dejando de poner su personalidad por encima de su Yo interior y mejor sin saberlo, claro est- ella ha hecho desde hace ocho das todo su posible por romper para siempre las ligaduras que la unen a nosotros. Y sin embargo, es tal su pureza y su franqueza que estoy pronto a conservar una hendija en la
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puerta que cierra violentamente, y sin saberlo, delante de ella misma, y a esperar el despertar completo de esta naturaleza honrada, cualquiera que sea el momento en que tenga lugar. En ella no hay artificio ni malicia; es absolutamente verdica y sincera, y a pesar de esto, algunas veces completamente inconsecuente. Como ella lo dice, su manera de actuar no es la nuestra, que desde luego ella no puede comprender. Dada la influencia poderosa ejercida por su personalidad sobre la manera como ella ve las conveniencias, ciertamente que no puede comprender nuestro modo de accin en nuestro propio plano. Decidle muy amistosamente que si H. P. B. (tomo este ejemplo) se ha equivocado anoche -y ella siempre se equivoca desde el punto de vista occidental cediendo a los eternos impulsos de su naturaleza, en apariencia tan desprovista de cumplidos y de tacto- despus de todo, ella obraba segn la orden directa de su Maestro. Nunca H. P. B. se detiene un instante para pesar las conveniencias, cuando se trata de ejecutar una orden semejante. Para vosotros, porcin civilizada cultivada de la humanidad, eso es un pecado imperdonable. Para nosotros, asiticos sin cultura, es la ms alta virtud, puesto que antes de tomar la costumbre ella sufra en su propia naturaleza occidental y sacrificaba a esta manera de obrar su reputacin personal. Pero si ella se ha equivocado, *** no tuvo razn. Esto ha permitido a su orgullo de mujer y a su personalidad -que en todo caso no estaban en cuestin en el pensamiento de H. P. B.- intervenir y tomar el primer puesto, cuando se trataba solamente de reglas y de disciplina. *** y *** eran ms de censurar que los dos primeros. Es necesario que recordis que los dos han dicho adis -con un fin especial- al mundo y a la sociedad. De modo que sin hablar de la decencia o de la indecencia de una costumbre social cualquiera, existen reglas de conducta impuestas a los chelas, reglas de las que no pueden de ninguna manera liberarse. Os suplico ejerzis vuestra influencia si deseis serle til, y decididla a publicar su libro antes de 1885. Decidle tambin que el lazo que la una a m ha sido roto por ella, y que en tiempo conveniente el Adepto colaborador de los escritos de H. P. B. le conceder su ayuda. Pero puesto que las pequeas noticias le interesan ms que la metafsica, no tiene necesidad por el momento de la asistencia de ***, cuya presencia es ciertamente ms necesaria en Londres. Habiendo odo vuestra conversacin con H.P.B. la noche de su llegada, puedo decir que tenis razn. Respecto a vuestra madre, ya de edad, que a vuestro lado y desde vuestra infancia, ha buscado por muchos senderos pedregosos la fe y la experiencia, un gran deber os incumbe: no ya una obediencia ciega e injusta, que pudiera tener, para ella como para vos, las consecuencias ms desagradables, sino una asiduidad llena de cuidados y una atenta ternura que trate de desarrollar su intuicin espiritual y prepararla para el porvenir. Muchas cruces; muchas penas domsticas han dejado en su corazn sus cicatrices sangrando... Habis merecido vosotras dos, hermosas recompensas por la bondad que habis demostrado a nuestros mensajeros; el Karma no las olvidar. Pero mirad hacia el porvenir; haced de modo que el cumplimiento continuo del deber, bajo la direccin de una intuicin bien desarrollada, mantenga un equilibrio conveniente. Ah ! si vuestros ojos se abrieran, podran descubrir, encerrada en el esfuerzo de la hora presente, una perspectiva de bendiciones potenciales para vosotros mismos y para la humanidad, que inflamara vuestras almas de alegra y de celo. Esforzos por alcanzar la Luz, vosotros todos, bravos guerreros de la verdad, sin dejar el egosmo penetrar en vuestras filas, porque es el egosmo solo, el que abre bien grandes las puertas y las ventanas del tabernculo interior, pero no las vuelve a cerrar.
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A vos personalmente, nio que se debate en el seno de las tinieblas en su marcha hacia la Luz, deseo decir que el Sendero no est nunca cerrado. Solamente que la dificultad de describirlo y de seguirlo es en razn directa de los errores pasados. A los ojos de los Maestros nadie est para siempre absolutamente condenado. Una joya perdida puede ser encontrada hasta en las profundidades de un estanque cenagoso; lo mismo el ms abandonado puede arrancarse del fango del pecado, pero a condicin de que la joya preciosa y por excelencia, el germen resplandeciente de Atma, sea desarrollado. Cada uno de nosotros debe cumplir esto por s mismo, cada uno lo puede si hace prueba de voluntad y de perseverancia. Las buenas resoluciones son las imgenes de las buenas acciones, imgenes pintadas por el mental, sueos, llamadas secretas de Buddhi o Manas . Si les diramos nimos no se disolveran como espejismos en el desierto de Shamo y se volveran ms y ms fuertes hasta el da en que la vida entera fuera la expresin y la prueba exterior del divino mvil interior. En el pasado, vuestros actos han sido el fruto natural de un ideal religioso poco digno de vuestros esfuerzos, el mismo resultado de la ignorancia y de concepc,ones errneas; no pueden ser tapados, puesto que estn impresos de una manera indeleble en los anales krmicos; ni lgrimas, ni arrepentimiento, pueden borrar la pgina, pero tenis el poder de recuperarlos, de compensarlos, y ms an, por los actos futuros. Estis rodeado de amistades de colegas -lo mismo en la S. T . que en otras partes- que han cometido errores semejantes y hasta errores ms grandes a causa de esta misma ignorancia. Hacedles ver los resultados terribles que esto trae; enseadles la Luz; conducidles al Sendero; instruidles; sed un misionero de amor y de caridad. Y as asistiendo a otros, ganaris vuestra propia salvacin. Quedan en vuestra vida innumerables pginas que llenar. An estn puras y blancas. Hijo de vuestra raza y de vuestra poca, tomad la pluma de diamante e inscribid en ellas la historia de nobles acciones, de das bien empleados, de santos esfuerzos. Es as como os elevaris sin cesar hacia los planos superiores de la conciencia espiritual. No temis. No desfallezcis. Conservos fiel al ideal que podis distinguir hoy vagamente. Tenis mucho que aprender. Los prejuicios mezquinos de vuestro pueblo os atan ms de lo que os imaginis; os vuelven intolerante, como anoche, a los insignificantes toques hechos por otros a la idea artificial que os habis hecho del saber vivir, y os hacen perder de vista lo esencial. An no sois capaz de apreciar la diferencia entre la pureza interior y la cultura exterior. Dnde estarais si los Maestros debieran aplicaros a vos mismo vuestro propio canon social? La sociedad de que defendis con tanto ardor las hipcritas reglas del saber vivir, es ella misma una masa corrompida y bestial, bajo un barniz de conveniencias. Recurrs a nosotros por su intolerancia ignorante y hostil, porque vuestra intuicin os dice que no os harn justicia. Aprended, pues, a estudiar a los hombres debajo de la superficie, sin condenarlos, ni fiaros a ellos por las simples apariencias. Probad, nio; ESPERAD y aceptad mi bendicin. K.H. CARTA XXI Esta carta se encuentra en el folleto Some experiences in India por W. T. Brown. B. L. F. T. S., miembro de la Logia de Londres de la S. T., que fue a la India en 1883. Estaba presente con el coronel Olcott en Lahore cuando pas el incidente de que hablan las cartas XVI y XVII. En esta poca el Maestro K. H. haba ido del Thibet a la India y el
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Sr. Brown lo vi, como lo cuenta en el folleto en cuestin. Es con gusto que concedo, al menos en parte, vuestro pedido. Sed el bienvenido en el territorio de nuestro Prncipe Kashmiri. A decir verdad, mi pas natal est bastante cerca para permitirme hacer el papel de husped. Ahora estis no solamente a las puertas del Thibet, sino aun a las puertas de toda la sabidura que l encierra. Hasta qu punto penetraris algn da en el uno y en la otra, depende de vos mismo. Que podis merecer las bendiciones de nuestros Chohans. K. H. Nota sobre la carta El Maestro K. H. es de nacimiento un brahman kashmiri. El Sr. Brown, era entonces, con el coronel Olcott, en Jammu, Kashmir, husped del Maharajah reinante. La carta fue recibida cerrada en un sobre enviado por la seota G.-; pero venida de Alemania por el correo. Este detalle era muy significativo: probaba en mi modo de ver que el Maestro saba que si yo haba sido llevado a la Luz Teosfica, lo deba a la seora G. La seora en cuestin es probablemente la seora Gebhard. El Sr. W. T. Brown, el pobre Brown dej despus la S. T. Ver Old Diary Leaves CARTA XXII Recibida por el Sr. W. T. Brown el 17 de diciembre de 1883, como lo dice el folleto. Transcripcin de una copia perteneciente al Pandt Pran Nath de Gwalior. Siguiendo el consejo que le fue dado, el Sr. Brown redact el relato de sus experiencias, en el folleto aqu mencionado. Os mand decir con D. que esperseis con paciencia el cumplimiento de vuestro deseo. Habris llegado a la conclusin de que no puede recibir satisfaccin, por diversas razones. Primero, que eso sera una gran injusticia respecto a M. S., que, despus de tres aos de labor intensa por la sociedad, ha solicitado, pero en vano, una entrevista personal. Adems, he salido de Mysore hace una semana y no podis venir adonde yo me encuentro, puesto que estoy en camino, y al fin de mi viaje pasar por la China antes de volver a mi casa. Desde vuestra ltima gira os han sido concedidas tantas ocasiones, por varias razones. Nosotros no hacemos tanto (o tan poco, si prefers) ni siquiera por nuestros chelas, mientras no han alcanzado un punto de desarrollo donde no es ms necesario usar y abusar de la fuerza para comunicar con ellos. Si un oriental y particularmente un hindo hubiera entrevisto una sola vez la mitad de lo que vos habis podido ver, se habra considerado como bendito para el resto de sus das. Vuestra apelacin presente reposa principalmente sobre la queja de que no podis escribir con toda libertad, a pesar de vuestra perfecta conviccin personal, para no dejar subsistir ninguna duda en el espritu de vuestros compatriotas. Es que podis, os pregunto, proponer un criterio que sea para todos una prueba absolutamente perfecta? Sabis lo que sucedera si estuvirais autorizado para verme aqu en las condiciones que propussteis y si publicseis en la prensa inglesa una relacin de esta
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entrevista ? Creedme: las consecuencias seran para vos mismo desastrosas. Los efectos perniciosos y los malos sentimientos generados por este encuentro recaeran sobre vos y retardaran considerablemente vuestros progresos personales, y esto sin ningn provecho. Si todo lo que habis visto era imperfecto en si mismo, es necesario atribuirlo, a causas antecedentes. Por dos veces me habis visto y reconocido de lejos; sabis que era yo y no ningn otro. Qu ms queris? Si despus de mi visita al coronel Olcott he pasado por vuestro cuarto y os he dicho estas palabras: Me veis ahora delante de vos en la carne; mirad y aseguros que soy yo mismo, sin que furais impresionado; y si la carta colocada en vuestras manos os despert al fin, pero sin decidiros a volver la cabeza, habindoos paralizado momentneamente vuestra nerviosidad, la falta es seguramente vuestra y no ma. No tena yo derecho de actuar sobre vos fenomenalmente y psicolgicamente. No estis preparado; y eso es todo. Si vuestras aspiraciones son serias, si tenis en el fondo la menor chispa de intuicin, si vuestra educacin de hombre de leyes es bastante completa para permitiros colocar los hechos en su valor conveniente y el hacer ver vuestra causa tan buena como en vuestro fuero interno creeis que es, entonces estis a punto de llamar a toda inteligencia que sea capaz de discernir un hilo continuado bajo la sucesin de vuestros hechos. Debis escribir pensando en esas personas, y no en esas que no comprenden el sacrificar ni sus prejuicios ni sus prevenciones en la exposicin de la verdad. No deseamos convencer a estos ltimos. Ningn hecho y ninguna explicacin pueden volver la vista a un ciego. Adems, nuestra existencia se volvera absolutamente intolerable, si no imposible, si todos, sin distincin, estuviesen convencidos. Si lo que sabis no os es suficiente, hasta para lo poco que tenis que cumplir, ninguna multiplicidad de pruebas os permitir jams hacerlo. Podis decir verdicamente siendo un hombre de honor: He visto y reconocido a mi Maestro; se me aproxim y hasta me ha tocado. Qu ms queris? Por el momento, no es posible otra cosa. Joven amigo! Estudiad, preparos, y sobre todo dominad vuestra nerviosidad. El hombre que se hace esclavo de una debilidad fsica, nunca llega a dominar ni siquiera las potencias naturales inferiores. Sed paciente; contentos con poco y nunca pidis ms, si esperis obtenerlo alguna vez. Mi influencia estar con vos y ella deber volveros calmo y resuelto. K.H. CARTA XXIII Transcripcin directa del original de Adyar. Perseverad, y -ya estis o no en el buen camino- si sois sincero, llegaris, porque yo os Ayudar. Vuestro pas tiene necesidad de ayuda y vos estis dotado de ese poder mental que, elemento de la grandeza, debera manifestarse en vos por la resolucin enrgica, con la que proseguiris vuestra marcha hacia adelante, hasta el fin, a travs de todos los obstculos, y sobreponindose a todas las resistencias. Ensayad, y lo alcanzaris. K.H.
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CARTA XXIV Transcripcin directa del original de Adyar. De modo que verdaderamente os imaginis, al obtener el permiso de llamaros mi chela, que los sombros anales de vuestras faltas pasadas han sido ocultados a mi observacin, o que, conocindola, yo las perdonaba? Suponis que yo cerrara los ojos ? Tontera!Triple tontera! Para ayudaros a escapar de vuestro Yo ms vil, para despertar en vos aspiraciones ms dignas, para permitir a vuestra alma ofendida hacerse or, para incitaros reparar en cierta medidahe ah nicamente el por qu, y a pedido vuestro, os fue permitido llegar a ser mi chela. Nosotros somos los agentes de la Justicia, y no los lictores impasibles de un dios cruel. Habis obrado bajamente; habis usado indignamente de vuestros talentos; habis estado sordo a los llamamientos de la virtud y de la equidad; y, sin embargo existen en vos las cualidades de un hombre bueno (en sueo, es cierto, hasta ahora) y de un chela til. La duracin de vuestras relaciones con nosotros depende slo de vos. Podis arrancaros del fango o deslizaros de nuevo en los abismos de vicio y de miseria que vuestra imaginacin hoy no quiere concebir. . . Acordaos. . . que estis en presencia de vuestro Atma; l es vuestro juez ; no ms sonrisas, mentiras o sofismas que pueden engaarle. Hasta ahora no habis tenido de mi ms que pedazos de papel y vos no me conocais. Ahora me conocis mejor porque soy yo quien os acusa en presencia de vuestra conciencia despierta. Intil es hacerle, ni a m tampoco, promesas sin un maana, o medias confesiones. Aunque.. . derramseis ocanos de lgrimas y rodseis en el polvo, las balanzas de la justicia no se desplazaran por eso ni el espesor de un pelo. Si queris volver a ganar el terreno perdido, haced dos cosas: reparad vuestras equivocaciones de la manera ms sincera, ms amplia, ms completa. . . y consagrad vuestras energas en bien de la humanidad. Esforzos en llenar la medida de cada da con pensamientos puros, palabras sabias, y actos caritativos. No os dar rdenes; no os sugestionar; no os dominare. Pero, quedando invisible y puede ser que cuando hayis llegado, como tantos otros, a no creer ms en mi existencia, yo velar sobre vuestra carrera y en vuestras horas de lucha os conceder mi simpata. Si llegis vencedor al fin de vuestra prueba, nadie estar ms dispuesto quc yo a recibiros. Y ahora dos caminos se abren delante de vos. Escoged ! Cuando est hecha vuestra eleccin podris consultar a vuestro superior oficial visible H.S.Olcott, y, por intermedio de su Gur, le dir que os gue y secunde vuestros progresos. . . Aspiris a llegar a ser un misionero de la Teosofa; sedlo si alcanzis a serlo efectivamente. Pero, ms bien que ir predicando con un corazn y un gnero de vida que desmientan vuestra profesin conjurad al rayo que os d la muerte, porque cada palabra se volver para vos en el porvenir un acusador. Id a conferenciar con el coronel Olcott, confesad vuestras culpas a este hombre excelente y buscad sus consejos. K.H.
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CARTA XXV Recibida en Adyar en diciembre de 1883 por el prncipe Harisingh Rupsinghji, de la familia reinante de Bhavnagar. Sacada del Theosophist Supplement, de febrero de 1884, pg. 87. A. H. R. De alguien que velar siempre sobre l y le proteger, si sigue el camino del deber hacia su pas, y de la justicia hacia sus Hermanos. K.H.
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nunca es perdido ningn esfuerzo y que para un ocultista no hay ni pasado, ni presente, ni futuro, sino solamente un eterno Ahora. Bendiciones. K. H. CARTA XXVIII Reimpresa del Theosophist de febrero de 1908, pgina 391, donde se dice que la carta fue recibida por el doctor F. Hartmann, en Adyar, en 1884, cuando los dos Fundadores estaban en Europa. D. es evidentemente D. K. M. D., tiene, sin duda, como otros, muchos defectos y debilidades. Pero se ha dedicado con desinters a nosotros y a la causa, y se ha hecho extremadamente til a Upasika. Su presencia y su asistencia son absolutamente indispensables al cuartel general. Su ser interior no tiene el deseo de ser el dueo indiscutido, aunque los actos exteriores den esta impresin, a causa del celo excesivo que lleva sin discernimiento a todas las cosas, pequeas o grandes. Por lo tanto, es necesario recordar que, si nuestros instrumentos son insuficientes para obtener plenamente el resultado que se busca, son los mejores a nuestro alcance, puesto que son para nuestra poca los frutos de la evolucin. Para nosotros nada sera tan deseable como tener de intermediarios mejores mediums, y pertenece a los amigos de la Causa Teosfica el determinar hasta qu punto trabajarn con desinters en secundarla en sus actividades superiores y as hacer llegar cuanto antes el acontecimiento del gran da. Bendiciones a todos los fieles trabajadores del cuartel general. K.H. CARTA XXIX Reimpresa de una copia perteneciente a C. W.L. La carta fue reimpresa en el Theosophist de diciembre de 1907, pg. 260, con una nota diciendo que el 5 de junio de 1886 M. Tookaram Tatya ech al correo en Bombay una carta dirigida al coronel Olcott. Cuando esta carta fue remitida al destinatario, el 7 de junio en Adyar, el mensaje del Maestro se encontraba escrito en una pgina en blanco. La carta habla de D. K. M, quien, despus de muchos sufrimientos y privaciones, haba penetrado en el Thibet, y lleg a la residencia de su Maestro. El pobre muchacho ha debido caer. Antes de poder estar en presencia de los Maestros ha sido sometido a las pruebas ms severas que ningn nefito haya podido jams soportar, para reparar todos los actos dudosos en los cuales ha participado, llevado por un celo excesivo, atrayendo de este modo el deshonor sobre la Ciencia sagrada y sobre sus Adeptos. El sufrimiento mental y fsico ha sido demasiado grande para su dbil cuerpo, en el que la postracin es profunda, pero con el tiempo ya se repondr. Que esto sea para todos vosotros una advertencia. Vuestra fe ha sido ms viva que sabia. Para abrir las puertas del misterio es necesario, no solamente practicar en vuestra vida una probidad absoluta, sino tambin aprender a distinguir lo verdadero de lo falso. Mucho habis hablado del Kanna, pero no habis an comprendido bien el verdadero sentido de esta doctrina.
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El tiempo ha llegado para vos de establecer los cimientos de esta conducta estricta que incumbe a los individuos como a la colectividad y que siempre despierta, es una salvaguardia contra la ilusin consciente o inconsciente. K.H.
Cuestiones generales
CARTA XXX Es seguramente una de las cartas dirigidas al Sr. A. O. Hume, escritas en 1881 o 1882. Reimpresa del Theosophist de junio de 1907, pginas. 702-706. Mi querido hermano. Debo excusarme de haber tardado en responder a varias de vuestras cartas. Estuve bien ocupado en cuestiones completamente distintas al ocultismo y que era necesario resolver de la manera habitual. prosaica y poco elevada. Adems, vuestras cartas no pedan mayormente una respuesta.En la primera me anunciis vuestra intencin de estudiar la filosofa Advaita con un buen viejo Swami!!! El hombre es excelente sin duda, pero si, como vuestra carta me lo hace ver, l os ense lo que me decs, es decir, otra cosa que un Principio sin pensamiento y sin inteligencia llamado Parabrahm, de este modo no os inculca el verdadero espritu de esta filosofia: en todo caso, no considerada bajo su espritu esotrico. Pero esto no me concierne. Naturalmente, libre sois de probar aprender alguna cosa, puesto que, segn parece, nosotros no podamos ensearos nada; solamente, como dos profesores pertenecientes a dos escuelas diferentes -como los dos cocineros del proverbio, en lo concerniente a la salsa-, no pudiendo conscguir ms que hacer la confusin ms completa, creo deber mo, renunciar enteramente a la competencia, en todo caso hasta el da en que os juzgareis mas apto para comprender y apreciar nuestras lecciones, como lo decs amablemente. Ciertas personas nos consideran y nos describen como si furamos simplemente unos tantrikas refinados o cultos. Pues bien!, el adjetivo empleado debera despertar nuestra gratitud puesto que nuestros pretendidos bigrafos hubieran podido con la misma facilidad llamarnos los tantrikas sin refinamiento. Adems, el tono despreocupado con que trais a nuestro conocimiento la comparacin expresada me hace pensar que sabis poca cosa, o nada, de los profesores de esta secta. De otro modo, no hubirais, como hombre bien educado, dado sitio en vuestras cartas a una comparacin semejante. Una sola palabra ser suficiente. Los tantrikas -al menos la secta moderna durante ms de 400 aos- practicaban ritos y ceremonias cuya digna descripcin no sera nunca emprendida por la pluma de ningn miembro de nuestra confraternidad. A los ojos de los europeos, un buen certificado parece ser tan indispensable a los adeptos y a los ascetas como a los sirvientes. Sentimos no poder, por el momento, satisfacer la curiosidad que manifiestan nuestros amigos respecto a nuestro valor real. No puedo pasar en silencio la alegacin de que, si no habis hecho progresos, es porque no habis sido autorizado para venir hacia nosotros a recibir lecciones personales. El Sr. Sinnett no ha sido ms que vos, objeto de ningn privilegio semejante. Sin embargo, parece
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comprender perfectamente todo lo que le fue enseado. Hasta algunos puntos an vagos que se relacionan con temas extremadamente abstrusos, le sern muy pronto dilucidados. Adems, ninguna palabra desagradable fue nunca cambiada entre nosotros -ni siquiera con M., que a menudo expresa su opinin con una muy grande vivacidad, y, puesto que volvis a la cuestin de nuestra identidad supuesta con los O.G.(ya se ha planteado antes) voy, con vuestro permiso, a decir algunas palabras respecto a este asunto. Hoy mismo confesis que no estis cierto, que no podis decir si yo soy D. o bien un Espritu del plano superior Oriental (lo que en verdad es un honor para m despus de haber sido supuesto ser un tantrika) . Ergo, yo no podra sinceramente estar sorprendido por vuestras dudas. No, nada me sorprende, porque todo esto lo saba hace mucho tiempo. Un da obtendris la demostracin objetiva de estas cosas y de muchas otras, porque la prueba subjetiva no es prueba ninguna. Ms de una vez habis sospechado de m que hubiese tomado de las cabezas de Olcott y de la O. L. (Old Lady) lo que s, lo que pienso de vos y aun de otras personas y lo que pasa en el mundo exterior. Reflexionad bien en la ley siguiente cuando deis a entender que tomo prestado mi juicio sobre vos de la cabeza de la Anciana Seora, de la de Olcott o de la de cualquiera. Un dicho familiar quiere que la unin de una pareja armnica se vuelva tan perfecta que los rasgos acaben por parecerse tanto como los pensamientos. Pero sabis que entre adepto y chela -Maestro y Alumno- se forma gradualmente un lazo ms estrecho ? El intercambio psquico est cientficamente arreglado; mientras que entre marido y mujer, la naturaleza est dejada a si misma. El agua de un depsito lleno se vaca en el depsito con el que comunica y el nivel comn es obtenido ms o menos pronto, segn el dimetro del conducto. Lo mismo los conocimientos del adepto pasan al chela y ste alcanza el nivel del adepto en razn directa de su receptividad. Al mismo tiempo, el chela, siendo un individuo, una evolucin separada, transmite inconscientemente al Maestro la cualidad de su mentalidad acumulada. El Maestro absorbe sus conocimientos, y si se trata de una lengua que l ignora, el Maestro recibir las acumulaciones lingstas del chela tal como son -idiotismos y todo lo dems- a no ser que se tome el trabajo de cribar y revisar las expresiones empleadas. M.. nos da la prueba de ello: ignorando el ingls est obligado a emplear la lengua natal de Olcott o de la O.L. De modo que como veis, me es muy posible recoger las ideas sobre vos de H.P.B. o de otro cualquier Chela sin tener la intencin de ser injusto hacia vos. Efectivamente, cada vez que encontramos ideas por el estilo -y no hablo de las insignificantes- nos guardamos bien de decidir y de pronunciar un juicio soto por el testimonio de esta luz prestada, sino que siempre verificamos de un modo independiente y para nosotros mismos, si las ideas reflejadas en nosotros son justas o no. Y ahora algunas palabras respecto a vuestra carta del 5 del mes pasado. A pesar de los grandes servicios, desde el punto de vista del valor literario, que nos ha hecho M. ***, el Presidente de la. . . no ha hecho nada, sin embargo, por su Rama. Vos habis perdido completamente el recuerdo de ello, mi querido hermano, desde el principio. Toda vuestra energa se ha aplicado a comprender nuestra filosofa, a conocer y penetrar nuestras doctrinas secretas. Habis trabajado bastante bien en esta direccin y os lo agradezco cordialmente. Sin
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embargo, no habis siquiera probado de organizar vuestra Rama sobre una base slida, ni siquiera hecho sesiones regulares. Bajo pretexto de que no estbais autorizado para conocerlo todo, nada disteis a vuestros colegas. Y puesto que decs amis la sinceridad, dir ms. Muchos de los miembros de la Rama. . . se han quejado de que, sobre los dos solos ingleses, hombres de una educacin y de un saber verdaderos, que toman una parte activa en cl trabajo de la Sociedad, el Presidente de la. . . al mismo tiempo que descuida contestar las muchas cartas recibidas de miembros leales y fieles a la causa y ocupndose poco o nada de su Rama, estaba -se saba- en correspondencia amistosa con un hombre conocido de todos y alejado por ser el mayor enemigo de los fundadores, a quienes difamaba y calumniaba, en fin, abiertamente hostil a la Sociedad. Hablo lo habis comprendido ya- de ***, un hombre que ha hecho ms para perjudicar a la Sociedad que todos los papeles. . . reunidos. En una de vuestras ltimas cartas me hacis el honor de decirme que me creis firmemente un caballero incapaz de un acto deshonroso. El ao pasado, durante una reunin del Consejo hecha en vuestra sala de billar, y en presencia de varios tesofos, cuando por intermedio de H.P.B. yo os aconsej proponer a *** que renunciase puesto que tena en tan poca estima a los Fundadores, vos estuvisteis bien indignado por esta sugestin, declarando pblicamente que yo no era un caballero. Esta pequea contradiccin y ese cambio de opinin no deben impedirme repetiros que si **:* hubiera sido inmediatamente puesto en el trance de retirarse conforme a los artculos 16 y 17, la causa no hubiera sufrido. El mismo no se hubiera mostrado bajo el aspecto despreciable: a) de un traidor, faltando como tesofo a su palabra de honor, b) de un hombre poco verdico emitiendo con un deliberado propsito afirmaciones falsas, y c) despus de haber, finalmente, dejado a la Sociedad, de un insultador de personas inocentes. El mal que ha cometido y las falsedades que ha dicho, estn detalladas en la carta. . . a mi direccin. Os envo esta carta. El solo hecho de que acuse a H. P. B. (ella no lo ha visto ms que una sola vez y mucho despus de su afiliacin) de haberle confesado que la Sociedad tena un fin poltico y de haberle suplicado que estableciera para ella un programa poltico, muestra al hombre bajo los rasgos de un mentiroso. Si posee una carta de H. P. B. en apoyo de estas afirmaciones, por qu no la muestra? Podis, si lo queris, mirarme una vez ms como si no fuera un caballero; pero, leyendo la carta que os es dirigida en la que habla de la desintegracin de la. . . Sociedad y hace otras falsas afirmaciones, me sorprenda yo mismo en el fondo de mi corazn, de que un hombre dotado de vuestro talento y de vuestro discernimiento, habiendo emprendido el sondear lo que nadie jams pudo sondear sin ser iniciado, haya podido dejarse envolver hasta ese punto por un pequeo personaje ambicioso y vanidoso que, despus de haber hecho resonar en vuestro corazn una cuerda bien escogida, no ha cesado desde entonces de hacerla vibrar. Si; hubo un tiempo en que fue un hombre honrado y sincero; posee ciertas cualidades que merecen el epteto de compensatrices; sin embargo, ha demostrado que para alcanzar el fin deseado y marcar una ventaja sobre las personas que odia, si es posible, ms que a los Fundadores, poda igualmente mentir y recurrir a actos deshonrosos. Pero no hablemos ms de l; su nombre ha sido pronunciado simplemente a propsito de vuestra dimisin como Presidente... Porque cuando el Chohan y M., despus de haber atrado mi atencin varias veces sobre el hecho de que la causa tena mucho que sufrir de los ataques de *** ( l se jactaba adems de tener el apoyo del. . . de la. . . .en persona, que le haba
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oblig.do a dejar esta Sociedad de farsantes y de mixtificaciones) , me dijeron que empezaba ya a ser tiempo de obrar para poner fin a esta situacin, tuve que declarar que ellos estaban en lo cierto y que yo no tena razn. Soy yo seguramente quien ha sugerido a *** la oportunidad de un cambio semejante, y estoy contento de que la idea os haya gustado. Me habis dicho que prefers ser simplemente un tesofo celoso, aunque independiente, un simple miembro de la Socieclad, cuyos objetos, a pesar de la imperfeccin del sistcma adoptado, os son profundamente simpticos, en cuanto al Sr. Sinnett, que posea de nuestra identidad no ms, y puede ser, menos certeza objetiva que vos, el Sr. Sinnett est, sin embargo, completamente dispuesto a trabajar con nosotros sin sentirse nunca menos fiel o incapaz de defender el sistema y la poltica de nuestra orden. De modo que as cada uno tiene la idea de estar en su sitio. Bien entendido, ningn hombre honrado podra seguir siendo nuestro asociado desde que tuviera la conviccin de que nuestro sistema es completamente falso, sobre todo, un hombre persuadido como vos de que, habiendo sido presentadas por nosotros ciertas teoras, juzgadas por vos inaceptables, es necesario dejar de lado hasta la filosofa reconocida por verdadera. Si yo tuviera el menor deseo de discutir, puede ser que pudiera haceros notar que esta ltima manera de obrar constituye el mtodo ms fcil de ahogar a todas las ciencias tanto como a todos los sistemas religiosos, porque no hay ninguno en el que no abunden los hechos errneos y sin pruebas y hasta las teoras ms extravagantes. Pero prefiero dejar el tema. Y terminado -puedo confesarlo con franqueza-, me alegro de constatar vuestra conviccin de que: Yo (vos mismo) sera, sin duda, como miembro independiente de la Sociedad, ms til y ms en situacin de hacer el bien -como no lo fustcis nunca tanto hasta ahora. Me doy por muy contento, pero no puedo ignorar que ms de un cambio se efectuar en vos antes de que vuestras ideas se vuelvan definitivas. Perdonadme, querido hermano. No quisiera afligiros, pero es esa mi opinin -y a ella me atengo. Me peds que convenza a la O.L. a no proponeros como miembro del Consejo. No creo que haya el menor peligro de que ella lo haga. En fin, yo s que ella sera la ltima persona en el mundo que os propusiera ahora. Con razn o sin ella, se cree ofendida por vos en lo ms profundo de su corazn, y debo declarar que, sin duda involuntariamente, la habis muy vivamente herido en varias ocasiones. Por lo tanto, dejadme firmar: vuestro obediente servidor. Todas las veces que tengis necesidad de m y cuando vuestros estudios con el Swami hayan llegado al fin, entonces estar de nuevo a vuestro servicio. Vuestro fielmente. K. H. CARTA XXXI Las cuestiones haban sido planteadas en marzo de 1884 por M. Navatamram Ootamram Trvedi de Surat. Reimpresa del Theosophist de julio de 1907, pgs. 782-783. Pregunta: Los habitantes del Gougerat son gentes simples; naturalmente religiosos, son prisioneros de religiones sectarias.
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K. H.
Pregunta: Es que puedo traerlos de la religin exotrica a la religin exotrica? No es la obra de un da ni de algunos aos. La India est en decadencia desde hace miles de aos. Su regeneracin exigir una duracin de igual tiempo. El deber del filntropo es de trabajar con el flujo y ayudar al movimiento de avance. K. H. Pregunta: Deseo fundar un club... para discutir. . . el Sanatata Dharma. Es que tendr xito? Ningn esfuerzo es perdido jams.. Toda causa determina forzosamente sus efectos. El resultado puede variar segn las circunstancias que forman parte de la causa. Es siempre ms prudente obrar y batallar contra la corriente de los sucesos que esperar una poca favorable, costumbre que ha desmoralizado a los indos y ha trado la degeneracin del pas. K. H. Pregunta: Si las gentes pudieran ser testigos de los fenmenos pondran atencin. Debera yo asegurarme la ayuda de un chela de alto grado.. . cuando la necesidad fuera absoluta? Las personas a quienes influencian los fenmenos son, en general, las que se encuentran bajo el imperio de Maya, y no tienen por lo mismo ni la capacidad ni la competencia necesarias para estudiar o comprender la filosofa. En casos semejantes, una exhibicin de fenmenos no es solamente un derroche de fuerzas, es positivamente un mal: en los unos da fuerza a su superstcin;. en los otros desarrolla el germen latente de la hostilidad respecto a los filntropos que quisieran recurrir a estas manifestaciones fenomenales. Los dos extremos perjudican al verdadero progreso humano, es decir, a la felicidad. Por el momento, las maravillas atraen a la muchedumbre, pero no hacen dar un paso hacia la regeneracin de la humanidad. Como Subba Row os lo ha explicado, el filntropo debe tener por fin el desarrollo espiritual de sus semejantes. Todo hombre altrusta cuyo objetivo es ese, se pone necesariamente en comunicacin magntica con nuestros chelas y con nosotros mismos. Subba Row es para nosotros el mejor de los consejeros, pero no es muy buen corresponsal. Toda enseanza viniendo de l debe ser dada verbalmente. K. H. CARTA XXXII Reimpresa del Theosophist de Noviembre de 1907, pg. 167. Esta carta y la siguiente fueron publicadas en el Theosophist como si solo fuesen una; como me parece que pudieran provenir de dos mensajes diferentes, las he separado. Las esferas de influencia pueden encontrarse por todas partes. El principal objeto de la S.T.
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es la filantropa. El verdadero tesofo es un filntropo: Vive no para l mismo, sino para el mundo. Este principio, unido a la filosofa, y a una comprensin exacta de la vida y de sus misterios, dan la base necesaria y muestran el buen camino. Por lo tanto, la mejor esfera de influencia pedida por el postulante, se encuentra an hoy en (su propio pas). K. H. CARTA XXXIII Reimpresa del Theosophist de Noviembre de 1907, pg. 167. Yo hablaba de la filantropa en el sentido ms amplio, para as atraer vuestra atencin sobre la absoluta necesidad de la doctrina del corazn por oposicin a la que es simplemente del ojo. Precedentemente he escrito que nuestra Sociedad no era una simple escuela intelectual, aplicndose al ocultismo, como declaran los que son ms grandes que nosotros, si la tarea de trabajar por los dems parece demasiado penosa, es mejor no emprenderla. Los sufrimientos morales y espirituales de la humanidad importan ms, tienen mayor necesidad de ayuda y de curacin que la ciencia de nuestra asistencia en ningn gnero de descubrimiento. Que el que tenga odos para or, oiga. K. H.
Cartas marginales
CARTA XXXIV Los mensajes de los Maestros encierran numerosas instrucciones, tomando la forma de comentarios sobre las cartas, instrucciones agregadas a las mismas cartas, algunas veces en cualquier sitio dejado en blanco, y a veces tambin a travs de la escritura. Esta carta tiene por autora a la seorita F. Arundale y el comentario del Maestro ha sido agregado durante el transporte postal. Transcripcin directa del original de Adyar . 77. Elgin Crescent, Notting Hill 8 Septiembre 1882. Querida seora: Le dirijo mi suscripcin al Theosophist para el ao prximo. Apenas me es necesario decirle cunto estimo vuestra publicacin, en la que encuentro sin cesar enseanzas. Como miembros (yo y mi madre) de la B. T . S., aprovecho esta ocasin para decirle que las opiniones religiosas de los individuos no deberan llevarlos a separarse de la Sociedad Madre, porque a m me parece imposible que obrando de este modo no demos un paso hacia atrs y perdamos toda posibilidad de obtener nuevas instrucciones. Bien entendido, hemos ledo la carta del coronel Olcott dirigida a los miembros de la B. T. S., y compartimos la opinin que ella ,expresa.
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Acepte, querida seora, nuestros votos sinceros de xito en vuestras arduas labores. Sinceramente vuestra. FRANCISCA ARUNDALE Una CELOSA y buena tesofa, una mstica, cuya cooperacin debera ser asegurada por vuestros cuidados. K.H. CARTA XXXV Transcripcin directa del original de Adyar. Este corto billete lleg en una carta dirigida por H. P. B., el 17 de julio de 1883, de Ootacamund, en los montes Nilgiris, al Sr. G. Soobiah Chetty, Madrs, carta invitando a este ltimo a venir a verla en las montaas. La mayor parte de la carta se refiere al Sr. G. Muttuswamy Chetty, juez en el tribunal de las pequeas causas de Madrs y padre del Sr. G. Soobiah Chetty. El Sr. Muttuswamy Chetty recibi una carta en tamil echada al correo en Amritsar, enviada por el Maestro K. H. y cuya traduccin, se nos dice, era: El diario de Sinnett es piara la India, el nico medio de salvacin. Debis trabajar en este sentido. Koot-hoomi. Al recibir el mensaje elSr. Muttuswamy Chetty trat de reunir entre sus amigos una parte del capital necesario para fundar el diario The Phoenix (ver carta XIV) , pero no lo consigui. Harais bien en venir. Mis agradecimientos a vuestro padre. Hizo lo que pudo y -no poda nada ms. K. H. CARTA XXXVI Esta breve, pero notable afirmacin, est inscrita en la hoja de guarda de una gran edicin ilustrada de La Luz de Asia hoy en Adyar y dada a H. P. B. La hoja de guarda. lleva estas palabras: H. P . Blavatsky, de su amigo Gerard Brown Finch. El Sr. Finch era presidente de la Logia de Londres de la S. T. en 1884. Poco tiempo despus dej las filas. Los das de ceguera volvern para l, y una vez ms quitar sus miradas del radiante rostro de la verdad. M. CARTA XXXVII Transcripcin directa del original de Adyar. Este mensaje se encuentra escrito a travs de una carta doblada, escrita por H . P. B. de Elberfeld, el 23 de junio de 1886 a C.W. L., que estaba entonces en Ceyln. El mensaje del Maestro fue precipitado durante el
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transporte. La carta de H. P. B. a C. W., hablaba de un chela indo del Maestro, chela que se encontraba con ella en Alemania, pero que tom el partido contra ella. Las palabras el hombrecito ha fracasado, se aplican a ese personaje que, por el mismo hecho, dej las filas. Tened valor; estoy contento de vos. Sed reservado. Tened fe en vuestras mejores intuiciones. El hombrecito ha fracasado; l recoger su recompensa. Mientras tanto, silencio. K. H.
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Sangyas encontr amigos dedicados que la cuidan fsica y espiritualmente. Que las seoras de su casa se tranquilicen pues. Antes de que se levanten diez y ocho lunas nuevas -ella volver a su familia.
El porvenir de la S. T.
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CARTA XL No he conseguido encontrar la carta original en la que se encuentran esas lneas, pero ha sido reproducida en el Theosophist de noviembre de 1907, pg. 167. Os queda por saber que mientras haya en la S. T. tres hombres dignos de la bendicin de nuestro Seor, nunca podr ser destruida. M.
Apndice
CARTA XXX (1) Al pensar en tomar mi nuevo cargo de instructor, la simple prudencia me hace dudar. Si M. no os ha dado enteera satisfaccin (2) tengo miedo de daros an menos, porque mi voto de silencio me impedir revelaros una multitud de cosas. Dispongo de mucho menos tiempo que l. Por lo tanto, har lo mejor que pueda. No se dir que he desconocido vuestro sincero deseo de ser til a la Sociedad y por consiguiente a la humanidad, porque estoy profundamente convencido de que nadie es ms apto que vos (3) para disipar, en la India, las brumas de la supersticin y de los errores populares, aclarando los problemas ms oscuros. . . Dispongo de muy poco tiempo; sin embargo, har mi posible. Pero no puedo prometer nada. Por lo dems, debo guardar silencio en lo que toca a los Dhyan-Chohans. No puedo revelar tampoco los secretos concernientes a la sptima Ronda. La .asimilacin de conocimientos no es suficiente para reconocer las fases superiores del ser humano sobre este plancta. L.os manuales ms perfectos no pueden revelar al hombre lo que es la vida en las regiones superiores. Es necesario adquirir, por la experiencia personal y la observacin directa, el conocimiento de los hechos espirituales, porque siguiendo lo que dice Tyndall, los hechos considerados en s son vivientes; traducidos en palabras pierden la mitad de su savia. Si el Chohan, mi Maestro (4) hasta ahora intratable sobre este asunto, me ha permitido al fin consagrar en cierta medida una porcin de mi tiempo a los progresos de los Eclcticos (5), la razn puede que sea que reconocis ese gran principio de la observacin personal y que ponis en prctica, Sin tardanza, las informaciones tiles recogidas. Pero yo soy solo y vosotros sois numerosos. Salvo M., ninguno de mis hermanos me ayudar en esta tarea, ni siquiera nuestro hermano griego, semi europeo (6) que deca hace pocos das: Cuando todos los Eclcticos de la Montaa (7) se vuelvan herticos, ent.nces ver lo que puedo hacer por ellos. De modo que ya lo sabis, esta eventualidad no es probable. A veces ciertas personas se consagran hasta el agotamiento de sus fuerzas en la busca del conocimiento, pero sin mostrarse muy pacientes por poner su saber a la disposicin de su prjimo. As resulta una frialdad, una indiferencia mutua, poniendo al hombre que sabe en contradiccin con l mismo y en desacuerdo con los que lo rodean. Desde nuestro punto de vista, el inconveniente es ms grave para el hombre, del lado espiritual que del material. Tambin os expreso mi sincero agradecimiento, y quisiera llevaros a realizar progresos verdaderos y a obtener ms importantes resultados, aplicando
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vuestros conocimientos a una enseanza permanente, bajo forma de artculos y de folletos. Pero, para alcanzar el fin deseado, es decir, para aprender mejor las teoras de nuestra doctrina oculta, teoras extremadamente abstrusas y sobre todo incomprensibles, que nada empae la serenidad de vuestro mental durante vuestras horas de trabajo literario, ni en los momentos que le preceden. Es sobre la superficie serena y calma del mental apaciguado, donde las visiones recogidas en el invisible encuentran su representacin en el mundo visible. De otro modo, sera intil buscar esas visiones, esos focos de sbita luz que ya han facilitado la solucin de los problemas secundarios y que son los nicos que pueden presentar la verdad a los ojos del alma. Es necesario preservar con celo y cuidado nuestro plano mental de todas las influencias adversas que nacen diariamente, en el curso de nuestra vida terrestre. Numerosas son las preguntas que hacis en vuestras cartas. Hay pocas a las que pueda contestar. En lo que concierne a vuestra mujer, la cuestin es ms seria, y no puedo asumir la responsabilidad de modificar su rgimen tan bruscamente como lo sugers. Ella puede renunciar, en todo tiempo, al pescado y a la carne; ningn inconveniente puede resultar de ello. Tocante a los espirituosos, a los cuales la seora H. ha recurrido durante mucho tiempo como tnicos, vos mismo conocis las fatales consecuencias que para una constitucin infectada, pueden resultar de una sbita privacin de los estimulantes habituales. Su vida fsica no es una existencia real sostenida por una reserva de fuerzas vitales, sino una existencia ficticia sostenida por el alcohol, aunque sea absorbido en cantidades mnimas. Una constitucin vigorosa podra reponerse pronto despus del desequilibrio inicial produc do por el cambio que proponis; en su caso un descenso sera de temer. Sera lo mismo, si el opio o el arsnico fueran sus principales sostenes. Una vez ms, no prometo nada, pero har, en ese sentido lo que pueda. Ocuparme de vos e instruiros por la luz astral. Un desarrollo tal de vuestras facultades psquicas permitindoos percibir los sonidos ocultos sera mucho menos fcil de lo que os imaginis. Tal dcsarrollo no puede darse, sino que debe adquirirse; la regla es inexorable. Cuando esas facultades son adquiridas y prontas para servir, quedan mudas y adormecidas, en estado potencial, como los rodajes y el movimiento de relojera en una caja de msica. Solamente entonces se hace fcil el dar cuerda al aparato y ponerlo en marcha. Naturalmente vos tenis ms probabilidades de conseguirlo que mi amigo zofago, Sr. . . (8), porque aun admitiendo que renunciase a la nutricin animal, conservara hacia ella un deseo que no podra dominar. En ese caso el obstculo sera el mismo. Pero todo hombre resuelto puede, por la prctica, adquirir estos poderes. En resumen: es para todos como la luz del Sol, o el aire que se respira. Todos los poderes de la naturaleza entera estn a vuestro alcance. Tomad lo que podis. Ya pensar en vuestra proposicin concerniente a la caja (9). Sera necesario hacer de modo que despus de haber magnetizado la caja no se produzca prdida, ya sea durante el transporte, o ya sea despus. Yo pensara en solicitarle un consejo o ms bien un permiso. Pero debo confesarlo, el medio nos repugna como todo lo que tiene que ver con el espiritismo y la mediumnidad. Nos gustara mucho ms emplear medios naturales como en mi ltimo envo de una carta a vuestra direccin. Es uno de los Chelas de. . . quien la deposit para vos entre los macizos de flores; l entr, invisible para todos aunque iba en su cuerpo natural, como haba entrado tantas veces en vuestro museo y otras salas a pesar de
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todos, durante y despus de la visita de la anciana seora (10) . Pero, sin orden formal de... nunca lo har. Es por eso por lo que la carta que me habis dirigido ha sido ignorada. Vos sents, mi buen seor, respecto a mi hermano (11) sentimientos injustos, cuando es mejor y ms poderoso que yo; al menos ms libre y ms independiente. He pedido a H.P.B. que os enve una serie de cartas filosficas venidas de un tesofo holands de Padang; este hombre me interesa. Peds ms trabajo? Helo aqu. Son traducciones originales de las pginas de Schopenhauer que son las que se parecen ms a nuestras doctrinas Arhat. El estilo ingls es mediocre, pero el texto tiene su valor. Si esto os parece bien, os aconsejo que os pongis en correspondencia directamente con el traductor, seor Sanders, M.S.T. El valor filosfico de Schopenhauer es tan conocido en Occidente que podra ser instructivo comparar o poner en un paralelo sus enseanzas sobre la voluntad y las que habis recibido vos mismo. S, estoy pronto a volver a ver vuestras 50 o 60 pginas y acotarlas al margen. Envidmelas, sea por el pequeo Dib sea por Damodar; Djual Koul las transmitir. Inmediatamente, puede ser que maana, vuestras dos preguntas recibirn una larga respuesta ma. Mientras tanto soy sinceramente vuestro, K. H. La traduccin tibetana no est an completamente terminada. Notas sobre esta carta (1) Esta carta es del Maestro K. H. al Sr. Allan Octavio Hume, que era entonces un funcionario superior del Gobierno de la India. El Sr. Hume fue el Presidcnte de la Sociedad Teostica Eclctica de Simla cuando fue organizada en 1881. La carta es reproducida de una copia que encontr en Pars. Es una carta de una docena de pginas, discutiendo varias teoras cientticas y filosficas, en que la parte de en medio ha sido voluntariamente omitida en esta obra. Como esta carta parece ser la primera dirigida al Sr. Hume, debera en realidad preceder a la carta XXX. (2) Durante un cierto tiempo el Maestro M. di instruccin a los miembros de la Sociedad Teosfica de Simla; ver la conclusn de la obra El Mundo Oculto". (3) El Sr. Hume tena una instruccin cientfica; conoca a fondo la historia natural y era un ornitlogo distinguido. (4) El gran Adepto, llamado el Mahachohan, al que debemos la carta 1. (5) Esto alude a la S.T. Eclctica de Simla. (6) Conocido bajo el nombre de Maestro Hilarin. (7) Simla, capital estival del Gobierno de la India, situada en las montaas a 7.084 pies sobre el nivel del mar; de ah la palabra Montaa. (8) El Maestro prob varias veces, pero sin xito, decidir a esta persona a volverse vegetariano. (9) Caja utilizada para la correspondencia. (N. del T.) . (10) La seora Blavatsky. (11) El Maestro M., a quien el seor Hume acusaba de ser un instructor severo.
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CARTA XXXIII A Esta carta es reproducida de The Theosophist, setiembre de 1882, donde figura como nota de un artculo titulado The Philosophy of Spirit Estoy encargado por mi muy querido Maestro, conocido en la India y en Occidente por el nombre de Koot Hoomi Lal Singh, de hacer en su nombre la declaracin siguiente en respuesta a una cierta manifestacin hecha por el Sr. W. Oxley y enviarla a la prensa por l. Esta persona asegura que mi Maestro Koot Hoomi (a) le ha visitado tres veces en su cuerpo astral, y (b) que, en una conversacin sostenida con l (Sr. Oxley), le di ciertas explicaciones generales relativas a los cuerpos astrales y afirm la impotencia de su propio Mayavi rupa para mantener simultneamente la conciencia con el cuerpo en los dos extremos de la lnea. En consecuencia, mi Maestro declara: 1) Cualquiera que sea la persona que el seor Oxley haya visto y con la que hubiera conversado en la poca descrita por l, no es Koot Hoomi, el autor de las cartas publicadas en el Mundo Oculto: 2) Adems, aunque mi Maestro conozca la personalidad del seor Oxley por una carta autgrafa que l le escribi, carta en la que se le ofrecan los medios de conocerlo (al Sr. Oxley) y aunque rinda homenaje a sus facultades intuitivas y a su cultura occidental, mi Maestro no ha estado nunca cerca de l, ni astralmente, ni de otro modo; nunca ha tenido conversacin con l; no ha podido en ninguna circunstancia -aunque una conversacin se hubiera llevado a cabo- expresar los propsitos que le son imputados. Para librarse de toda equivocacin de ese gnero en el porvenir, mi Maestro no emprender de ahora en adelante ninguna comunicacin con un medium o un clarividente, sin garantizar la autenticidad de esta comunicacin por medio de tres palabras de pase que sern conocidas por los seores A. O. Hume, presidente, y A. P. Sinnett, vice-presidente de la Sociedad Teosfica Eclctica de Simla, de manera que esos seores puedan declarar explcitamente que mi Maestro no podra ser el autor de un escrito que le fuera atribuido y en el que no figurasen estas palabras de pase. Por orden, GJUAL KHOOL M*.
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