Permanecer Tras El Desastre - Juan Castañeda Murga
Permanecer Tras El Desastre - Juan Castañeda Murga
Permanecer Tras El Desastre - Juan Castañeda Murga
1 Diciembre 2010
ISSN 1996-5214
Permanecer tras el desastre: la ciudad de Saa despus de los Nios de 1578 y 17201 Juan Castaeda Murga2
Ubicada junto al tambo real del valle de Saa, el proceso fundacional de la villa de Santiago de Miraflores, fue iniciado el 29 de noviembre de 15633 por el capitn Baltasar Rodrguez y confirmado posteriormente por el cap. Miguel Rodrguez de Villafuerte, el 25 de enero de 15644. La villa de Santiago de Miraflores, tena las mejores condiciones para un desarrollo econmico. Los valles de su jurisdiccin, demogrgicamente eran ms altos que los de Trujillo. Era importante disponer de mano de obra para edificacin de las casas, para criar el ganado, sembrar los campos. Sin mano de obra disponible no tendra razn de ser la fundacin de una villa, por lo que le fue adjudicada una cuota de 315 mitayos5. Los valles bajo su jurisdiccin eran muy feraces y extensos (Jequetepeque, Saa, Chancay, La Leche y Motupe), en los cuales se desarrollaran haciendas, posean adems grandes bosques que serviran para alimentar al ganado y dar paso a la instalacin de estancias y tinas. A diferencia de Trujillo, una ciudad en la que los encomenderos controlaban el poder local, la villa de Saa ofreca la oportunidad de un ascenso social a vecinos no encomenderos6. Pronto se produjo una migracin de vecinos y pobladores hacia la nueva urbe, motivando la queja del cabildo trujillano, que no vio con buenos ojos la desbandada. Pero lo mas grave era que la jurisdiccin de Trujillo llegaba hasta Tcume y debido a la nueva fundacin se le haba cercenado parte del antiguo territorio. En 1566 el cabildo trujillano se quejaba del dao y perjuyzio que dha. villa de Miraflores haze a esta ciudad por estar poblada en sus trminos y peda al visitador Gregorio Gonzlez Cuenca, diese su parecer sobre el caso7. Pero las autoridades
En el otoo del 2008 realizamos una investigacin sobre El Nio en los valles de Lambayeque en el marco del Proyecto Arqueolgico Huaca Chotuna dirigido por el arquelogo Carlos Wester La Torre. Este artculo es parte de los resultados. 2 Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Historia. Profesor Auxiliar del Departamento de Arqueologa y Antropologa, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Trujillo. Investigador Asociado del Museo Arqueolgico Nacional Bruning, Lambayeque. 3 Lorenzo Huertas Vallejos (1993), Fundacin de la villa de Santiago de Miraflores de Zaa: Un modelo hispano de planificacin urbano. Historia y Cultura, No. 22, pp. 145-204. 4 Jorge Zevallos Quiones (1991), Vida econmica en una ciudad peruana del siglo XVII., Cuadernos de Estudio, Tomo 1, N 3, pp. 227-238. 5 David Noble Cook (2010) La catstrofe demogrfica andina. Per 1520-1620. Fondo Editorial PUCP, p. 188. 6 Susan Ramrez (1991) Patriarcas provinciales. La tenencia de la tierra en el Per colonial. Alianza Editorial. 7 ACT, Vol. II, pp. 9-10, 24-07-1566. Mas adelante en 24-02-1568, se reiteraba que los negocios de los vecinos de la villa de Miraflores con la capital, afectaban a los vecinos Trujillanos, ACT, Vol. II, p. 100.
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coloniales no dieron marcha atrs y el pedido del cabildo a que la ciudad continuase con su antigua jurisdiccin fue reiterado en 15828 y 15969. Las principales actividades econmicas en Saa fueron la agricultura y la ganadera. Entrando el siglo XVII haban estancias de cra de ganado mayor (mulas, caballos y vacunos) as como ganado menor (cabras, ovejas y cerdos) que aparte de servir para el consumo de carne tambin servan de materia prima en tinas para la fabricacin de jabn y las pieles eran procesadas en teneras produciendo cordobanes que llegaban hasta Chile10, y haciendas trigueras (molinos) y azucareras (trapiches e ingenios) que exportaban hacia Panam, Guayaquil y Lima. En menor escala tambin se sembraba arroz, tabaco y algodn11. A travs del puerto de Chrrepe, salan harinas, azcares, chancaca, conservas (carne de membrillo), dtiles; e ingresaban vinos y aguardientes de Ica y Moquegua, yerba del Paraguay, cuadros y esculturas de Quito. El gusto suntuario de los saeros queda de manifiesto en los inventarios de bienes de la lite, las casas eran de adobe y haban bajas y altas (de dos pisos)12, y estaban decoradas con muebles tallados y taraceados, pintura al fuego y estofado13. Hubo familias que hasta poseyeron carrozas como las de Doa Isabel de Montoya y el Alfrez Don Antonio de Ribera. Sin embargo el lugar escogido para la ubicacin de la villa era vulnerable frente a las inundaciones. La primera inundacin de Saa, 1578. Debemos decir en primer lugar que se trata de la primera referencia histrica de la inundacin de la villa de Saa. Queda como tarea para el futuro que los arquelogos realicen pozos de prueba en el rea que ocup la urbe, que lleguen hasta el suelo estril y nos permitan identificar cuantas inundaciones ocurrieron en la poca prehispnica. Cuando llegaron los espaoles la costa norte les pareci un paraso. Un vecino de Trujillo escriba a su hermano, quien resida en la Puente del Arzobispo, en la pennsula dicindole esta es la tierra que mejor calienta el sol, . porque nunca llova. El Nio de 1578 les demostr que la costa norte tambin poda ser un infierno14. Una de las consecuencias de este desastre fue
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AGI, Lima 126, antes q. las dhas. villas se fundasen en los terminos desta dha. ciudad hera esta ciudad de las mejores y de las mas abundantes de mantenimientosque auia en este reyno y muy poblada de gente y despues de la fundacion de las dhas. villas se a ydo despoblando y esta tan falta de todo lo necesario que mediante la dha. diminucion cada dia ba a menos y todos los vecinos y moradores della la ban dexando y despoblando , 21-11-1582, Carta del corregido Frutuoso de Ulloa. 9 AGI, Lima 111, Carta del corregidor Bartolom de Villavicencio 18-03-1596. 10 Juan Lpez de Velasco refiere que haba gran cra de puercos por los muchos algarrobos que hay. Refirindo al consumo de carnero el P. Calancha menciona que hasta el ms pobre consuma carnero. 11 Zevallos Quiones, Op cit.p. 232. 12 Huertas Vallejos, Op cit. P. 162. 13 Zevallos Quiones, Op. cit. P. 237. 14 Una peticin redactada por el protector de naturales Alonso Lucio deca: que en el ao pasado de setenta y ocho aos hubo en los valles de Truxillo , tan grandes lluvias y avenidas
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un litigio entre los indgenas y sus encomenderos, los primeros alegaban que no podan pagar porque lo haban perdido todo y el alegato de los encomenderos fue que pasadas las lluvias hubo una bonanza de la produccin15. Por declaraciones de algunos testigos que se hallaban en Saa podemos tener una idea de la magnitud de la inundacin ocurrida en el verano de ese ao. Juan Clemente, criador de caballos, se encontraba en Saa por esos das y vio: tan grande tormenta que en una noche no quedo casa enhiesta y que salieron huyendo todos a los cerros y all hizieron habitacin de choas para se meter en ellas y estaban aislados que no podan salir a una parte ni a otra 16. Otro testigo Bartolom Copn, indio platero de Lambayeque dijo. las dhas. lluvias haban sido generales en todos estos valles y que todos los ros salieron y que el Zaa se llev todo el pueblo de espaoles 17. Estas dos referencias de la informacin de testigos tomada de la visita que realiz el escribano Francisco Alccer son reveladoras de cmo el ro se llev la primera arquitectura fundacional. Como muy bien lo ha sealado el ingeniero Rocha Felices, esta inundacin puso en evidencia la vulnerabilidad de la zona y es que en la cuenca del Saa ocurren unas precipitaciones ms altas que en otros valles de la costa18. Al parecer trece aos de fundacin ya pesaban mucho para poder trasladarse y la poblacin continu ocupando la zona. Si consideramos como dice Musset que en el siglo XVI era relativamente fcil el traslado de una ciudad, debido a que inicialmente eran aldeas construidas con materiales perecederos19.
de aguas, que salieron de los ros de sus madres y cursos naturales en tal manera que derribaron los pueblos de dichos repartimientos y llebaron a las dichas mis partes las comidas que tenan para sus mantenimientos y pagos de sus tributos, y la rropa y algodonales que les arrancaron de raz; y asimismo les llev las aves y ganados, y finalmente no les dej las aguas cosa alguna, y para escapar las vidas fue necesario hurse a las sierras y cerros altos, donde estuvieron muchos das padeciendo muchas y grandes necesidades, hasta que los ros bajaron y tomaron sus cursos antiguos; las quales dejaron las acequias quebradas y robadas y la tierra tan llena de greda y las chcaras llevadas de tierra til, de tal manera con haberse juntado mil o dos mil indios para tornar a reparar las acequias y meter agua a ellas tardaron la mayor parte del ao en las poder reparar y despus queriendo sembrar la poca tierra que les haba sobrado, les sobrevino otro trabajo no menor que el pasado, que fue que todo lo que naca de lo que haban sembrado se lo coman una manchas de langostas o grillos, de manera que todas las sementeras se les vinieron a perder totalmente (Huertas 1987: 34).
15 Al repecto Lizardo Seiner (2001) ha considerado los efectos positivos que trae el Nio una vez pasadas las inundaciones. 16
Lorenzo Huertas Vallejos (2001), Diluvios andinos a travs de las fuentes documentales. Fondo Editorial PUCP., p. 84-85. 17 Huertas Vallejos, Op. cit., p. 104. 18 Arturo Rocha Felices (s/f) La inundacin de Saa de 1720. Menciona que las precipitaciones son el 50 % mas que en Jequetepeque. As por ejemplo, en el ro Zaa en un ao hidrolgico normal la relacin entre las masas mensuales escurridas en el mes de mayor descarga y en el de menor descarga es slo de 8. En otros valles de la costa esta relacin es mucho ms alta; as en el ro Chicama la relacin es de 30 y en el ro Moche es superior a 60. 19 Alain Musset (1996), Mudarse o desaparecer. Traslados de ciudades hispanoamericanas y desastres (siglos XVI-XVIII). Historia y desastres naturales en Amrica Latina, (Virginia Guedea Acosta, ed.), Vol I, pp. 41-69.
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Despus de las lluvias Saa nuevamente se levant sobre sus ruinas de reedificndose su iglesia mayor y se fundaron los conventos de San Agustn, San Francisco, La Merced y San Sebastin agregndose la doctrina de Santa Luca. Susan Ramrez ha identificado que despus de la inundacin se consolid una lite terrateniente local y se formaron latifundios. Los antiguos corrales y chacras dieron paso a estancias y haciendas. Ramrez ha seguido la trayectoria de las haciendas de Calupe, Cojal, Picsi y Ptapo y como se expandieron. Es evidente que de manera paralela hubo un ascenso social de sus propietarios. Pero fue en la segunda dcada del siglo XVII que el alza del precio del azcar y del ganado que dieron a Saa un periodo de prosperidad sin precedentes que se dur hasta 171920. La inundacin de 1720. Desde 1578 se sucedieron otros eventos El Nio, segn el registro histrico ocurrieron lluvias extraordinarias (aunque no tan catastrficas) en 1607, 1618, 1624, 1634 y 1701. Pero ninguno de los eventos El Nio mencionados fue tan fuerte como el que ocurri en 1720, tan o ms destructivo que el de 1578 que acab con la opulenta Saa. Quiz ocurri alguna lluvia torrencial en diciembre, y presumiendo lo peor el corregidor, D. Luis del Castillo y Andraca, abandon la ciudad antes de fin de ao refugindose en Lambayeque21. Despus lo hizo su teniente D. Antonio Caldern de la Barca, tambin el alcalde y algunos regidores, quedando tan solo los ms valientes, el alfrez real D. Antonio de la Cueva y Velasco y el regidor perpetuo Dalmacio Rodrguez de Losada. Estos ltimos instaron a los saeros a la construccin de una defensa de tajamar o albarrada, que logr controlar en algo las inundaciones antes del 15 de marzo. Las lluvias comenzaron nuevamente el 1 de marzo, y en la vspera (da 14 de marzo) de la gran inundacin los capitulares molestos por el abandono del corregidor decidieron escribirle para informarle de la grandsima ruina que ha padecido esta ciudad en su fbrica de casas y templos tanto por las lluvias como por la inundacin que ingres por la calle real pero que no lleg a mayores por ese tajamar; y adems de cmo los panaderos haban reducido el peso del pan y los tenderos el volumen de las velas22. Sin embargo el tiempo no les alcanz porque en la madrugada del da siguiente la furia del ro destruy la defensa e inund totalmente la ciudad. Si bien en el documento de la vspera citado por Hampe, el escribano Antonio Ribera manifest una primera inundacin ocurrida das antes, llama la atencin que en otro documento que hemos hallado en el Archivo Regional de Trujillo, este mismo escribano manifest das despus que la inundacin del 15 fue no pensada y repentina y en tan terrible lance solo se penso en saluar las vidas 23. Mas adelante insistiremos en esta observacin.
Ramrez Op cit., p. 177. En 1998 una torrecial lluvia cay en diciembre sobre la ciudad de Trujillo, y de all en adelante solo hubo lluvias espordicas ligeras hasta que en el ms de marzo llovi con fuerza casi todos los das. Creemos que algo similar debi ocurrir en 1720. 22 MEH, Coleccin Bruning, Doc. 50, citado por Teodoro Hampe (2001: 24). 23 ART, RH, Comp., leg. 131, exp. 171, 1720.
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El nivel de las aguas pas por encima de los techos24, incluso de las tiendas y casas altas que circundaban la plaza. Los pocos pobladores que an permanecan en la ciudad se pusieron a buen recaudo en el cerrillo de La Horca. Doce das despus luego que dio vado el agua y se seren y enjut la tierra25 el escribano Antonio de Ribera, a instancias del corregidor, quien ya haba retornado a Saa y del factor veedor de la Real Hacienda de Trujillo contrat peones para que excavasen en el lugar donde haba estado ubicado el cabildo y la tienda que ocupaba el archivo de la ciudad26. Seguramente orientndose partir de la iglesia matriz que haba sobrevivido27, porque no se distingua qual fue la casa de la de Pedro ni la de Juan ni adonde estuvieron fundadas las dos tiendas en que se guardaban los papeles y archivos de los oficios pblicos de cabildo y registros28 exploraron el rea y la bsqueda dur mas de quince das, en el que desenterraron debajo de paredes, techos y ruinas parte del cuerpo del archivo. Los documentos no estaban tratables para manejarlos ni reconocerlos por la mucha humedad y tierra gredosa. Ribera pidi se haga un inventario de los documentos que quedaban pero hasta el 20 de abril no se haba realizado todava porque no estaban secos. El dos de julio de ese mismo ao, dijo que en la inundacin se haba perdido la mitad del archivo de a ciudad porque de los papeles tenia tanteados y presentes mediante aberlos rreceuido por imbentario y / [f. 10v.] manejarlo que faltan la mitad de ellos porque con dicho estrago y abundancia de agua lo mucho que se rremojaron confundieron y lastimaron en mas de doce das que estubieron debajo de dicha rruina y agua sin auer sido posible desenterrarlo ni sacarlos antes asi por la mucha copia de agua. Del documento se desprende que al parecer, cuando el corregidor retorn a Saa, increp a Ribera la prdida de los documentos, y es aqu donde utiliza la figura de inundacin no pensada y repentina. Alegando no tener la menor culpa antes si atraso y perdida en mis alhajas y cossas necesarias de mi combeniencia y servicio por no desenterrarlas en tiempo de la cassa que hera de mi morada por hacerlo con dichos papeles como es notorio29. Aqu Ribera minti, puesto que tres das despus de la inundacin, cuando en presencia de las autoridades que an estaba all se levant un acta de certificacin de lo que haba sucedido, refiri que haba abandonado junto a su familia, su casa el da siete de marzo alarmado porque las lluvias del da cinco y seis de marzo haban arruinado su morada, dirigindose entonces al cerrillo La Horca en donde levanto dos toldos para guarecerse de las lluvias30. Sin embargo, para cuando ocurri la gran inundacin, ya la mayora de los vecinos estaban instalados en la pampa del cerro La Horca con anterioridad. Muchos de ellos lo primero que quisieron salvar fueron sus joyas. Solo as se explica que Da. Juana de Estrada y Hurtado tuviera sus alhajas al
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Ibid. Ibid. 26 El escribano refirio primero que el coste los peones, pero el dos de julio de 1720 manifest que la bsqueda se hizo con la asistencia y fomento del corregidor y el factor veedor. 27 Cfr. Rubios y Andrade. 28 ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 3, vase los ff. 37, 39v., 44v., 46v., 96v. 29 ART, RH, leg. 131, exp. 171., 30 Ibid.
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morir y figuraron en su inventario de bienes31 que D. Jernimo Laso de la Vega antes de morir legara sus joyas la imagen de Nra. Sra. del Rosario, casi un mes despus de la inundacin. Laso viva en un rancho precario levantado en el cerro de la Horca32. Estos casos nos ilustran que los saeros tuvieron tiempo de salvar algo de sus bienes. La arquitectura civil de Saa era de quincha y adobe, entonces cay con el embate de las aguas mas no as sus iglesias y conventos que eran de ladrillo. Hasta el mes de octubre los vecinos permanecan viviendo en la pampa del Cerro la Horca, all haban levantado ranchos de quincha. Las escrituras otorgadas ante el escribano Antonio de Rivera mencionan el lugar en donde fueron redactadas refiriendo la pampa cerrillo de La Horca. Slo en un caso encontramos el testamento de D. Antonio Goi, vecino de Saa, quien se hallaba en la pampa de Culpn, ubicado al pie del cerro cerro del mismo nombre. En lo que respecta a los conventos, sobrevivieron aunque maltrechas sus respectivas iglesias, mas no as los claustros y celdas, de manera que los prelados y religiosos se recogieron a vivir a la falda de este cerro en chozas o ranchillos asi como lo an hecho los demas vecinos y por esta razon hauer formado ramadillas de baras de caas en que celebrar lo an hecho hasta la fecha33. A mediados de octubre los vecinos consideraron que deban trasladar la ciudad a un lugar ms seguro, y consideraron el sitio de Rafn. Se trataba de unas tierras que eran propiedad del convento de la Merced, pero que estaba arrendado a diversos particulares y se hallaban gravados con censos a favor de los agustinos y el hospital de San Sebastin34. El cabildo decidi que era el lugar correcto por lo apreziable de su / buen temple y comodidades en su contenido y entonces dio poder a Don Dalmacio Rodrguez de Losada para gestionar lo pedido ante el virrey35. El mismo da el clero diocesano que tena a cargo la iglesia mayor, la doctrina de indios de Santa Luca y Chrrepe y el curato de ingenios (tena a cargo las haciendas del valle de Saa) concordaban con el cabildo y los vecinos y tambin dieron poder a Don Dalmacio justificando lo benigno y saludable de su temple36. Nos llama la atencin la ausencia del clero regular en este pedido. Seguramente estaban en desacuerdo. Trasladar la ciudad de Saa a otro lugar significaba empezar de cero respecto a rentas provenientes de arrendamientos o censos gravados en los inmuebles urbanos. Anteriormente haba sucedido lo mismo en Trujillo con motivo del terremoto de San Valentn, an cuando el virrey orden al cabildo trujillano buscase un lugar para trasladar la ciudad, las rdenes religiosas se opusieron tenazmente logrando evitar su traslado y la
ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 4., 19-04-1720. El inventario de sus bienes se realiz el 2604-1720. 32 ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 04, ff. 39v., 24-04-1720 33 ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 4, f. 202, 18-10-1720. 34 ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 4, f. 197, No se otorg. 35 ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 4, f. 199v.-201v., 14-10-1720. 36 ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 4, f. 204v.-206v., 14-10-1720.
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ciudad se reedific sobre sus ruinas37. En esta oposicin de los regulares de Saa arrastraron a parte de la poblacin que los apoy, desarrollndose una enconada lucha entre dos partidos: quienes estaban por el traslado a Rafn y quienes queran permanecer en la pampa y cerro de La Horca. Contra viento y marea el traslado se realiz y de los regulares solo apoyaron los Mercedarios, quiz porque haba censos en Rafn a favor de ellos38. Cuatro aos la poblacin de Saa estaba dividida, un grupo ocupaba Rafn y esa poblacin era denominaba Saa La Nueva. Mientras que otro grupo permaneca en Saa La Vieja. Ese ao el alcalde ordinario Don Josef Marrufo Len informaba al virrey: que despues de la inundacin, y otras muchas calamidades continuadas que han padecido dicho ciudad, experimenta hoy la maior que le puede producir su ultima ruina, porque demas de haverse disminuido notablemente aquella vecindad, la corta que ha quedado se halla dividida en dos partes, y bandos, residiendo en la una en la antigua ciudad de Saa, y la otra en el sitio de Rafan que nombran Saa La Nueva en virtud de los superiores ordenes de vuexelencia y aunque Don Luis del Castillo y Andraca, corregidor de aquella provincia con la integridad y justificacin con que procede, y reconociendo que los vecinos que habitan en dicho sitio de Rafan Saa La Nueva son personas nobles y de honrrados procederes, como otros tambin que residen en Saa La Antigua, ha procurado con el mayor connato concordar los unos y los otros para el beneficio de todos no lo ha podido conseguir, antes cada da se reconocen mas enconados los nimos de la una y otra parte 39. Otra fuente coincide en lo mismo y nos dice: En estas circunstancias se discurria hacer nueva Poblacin: Ya determinaban un sitio, y ya otro excitandose graves discordias en la eleccin, pues cada uno queria que prevaleciese su dictamen, en las quales disputas se fue pasando el tiempo, y a vista de la inclemencia que padecan los vecinos en las Chozas del cerro, solicitaron alvergue en los Pueblos del Distrito, 40. En esas circunstancias era difcil juntar un ayuntamiento para dar cumplimiento a las ordenanzas del virrey, debido a que adems el alcalde y capitulares se hallaban repartidos en la jurisdiccin. Ante esta situacin, ese mismo ao (1724) el virrey Fray Diego Morcillo Rubio de Aun orden se formase cabildo en cualquier pueblo de la jurisdiccin en donde se hallase el corregidor, un capitular y un escribano41. Pero la divisin continu hasta que en 1727 los vecinos de las dos Saas acordaron hacer una nueva fundacin y a ellos se agregaron los vecinos blancos de Chiclayo. Esta vez escogieron el sitio de Chacupe, que era propiedad de la comunidad indgena de Reque quienes vendieron las tierras por 100 pesos de a 8 reales.
Castaeda Murga, Juan (1996) Notas para una historia de Trujillo del Per en el siglo XVII. La tradicin andina en tiempos modernos. Luis Millones y Hiroyasu Tomoeda (eds.), Osaka, pp. 159-189. 38 APL, Libro de Cuentas del Convento de La Merced. Muy deteriorado pero se distingue algunas cuentas firmadas en Rafn. 39 AGN, Sup. Gob., leg. 125, cuad. 126, 1777. El expediente tiene inserto un memorial presentado por el alcalde de Saa fechado en 1724. 40 BM, Additional Manuscript 17588, Relacion Descriptiva de la Provincia de Zaa y Lambayeque con noticias exactas de su Estado Politico, sin fecha. Agradezco al informacin a Karoline Noack. 41 AGN, Sup. Gob., leg. 125, cuad. 126, 1777.
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Se trataba de 100 fanegadas de tierras que estaban deslindadas de la siguiente manera: comienza por la azequia pricipal de Chiclayo o camino real que va para Saa y por otra azequia que corre a las espaldas de la tina que oy tiene don Bonifacio Gastelu y Pereda y por otra llamada Menrrup, hasta la tercera azequia que rriega las tierras de Cosape que nombran as por tener una guaca as llamada y por otro lado lindan con las tierras del Casique en que se incluyen Tucun, Samana, Ucute, cuyo paraje consta de unos cerrillos que ban camino del pueblo de Lambayeque 42. Las tierras se vendieron con el derecho al agua de la acequia de Tonope. Se pona como condicin si es que no se realizaba la nueva fundacin se rescinda el trato. Nuevamente los saeros dieron poder a Don Dalmacio Rodrguez de Losada, esta vez para pedir al virrey Marqus de Castelfuerte conceda la licencia para hacer la nueva fundacin con todas sus preeminencias y privilexios segn y como lo estaban la antigua ciudad arruinada y se le concedi para dicha fundacin de Rafn43. Esta vez el Superior Gobierno frunci el entrecejo y el traslado no se realiz. Las dos Saas continuaron sobreviviendo, al ao siguiente el inventario de bienes post mortem del escribano Antonio de Rivera, menciona una casa de quincha con sus puertas, la cual casa est cita en nueva ciudad y sitio de Rafan44. El mismo ao falleca Doa Manuela de la Pila Ponce de Len y en su inventario de bienes aparece un rancho de quincha con dos puertas, sin cerraduras ni llaves que esta zito y fabricado a la orilla de esta ciudad antigua de Saa en la falda del cerrillo que llaman de la Horca45. Pero la fundacin de Rafn fracas totalmente por la humedad, un testigo en 1783 deca pues a la mayor parte de las gentes, que se trasladaron al nuevo sitio, aniquil el clima, quedando sepultados en sus lagunas 46. Diecisis aos despus, las tierras de Chacupe estaban invadidas por los indgenas de la parcialidad de alcabaleros de Chiclayo. Esta parcialidad por su fidelidad a la corona, desde que se fund el pueblo, haban tenido el privilegio de no tributar sino tan solamente una corta pensin denominada alcabala. El visitador Juan Arias Vigil de Quiones en 1735 los numer por originarios cargndoles el tributo entero47. Adems de esto el cacique de Cinto Don Francisco Policarpo les grav con un peso cada semestre por servicios personales de ellos y sus mujeres. Molestos por la presin fiscal decidieron un buen da abandonar Chiclayo y en 1743 treinta familias se posesionaron en Chacupe al amparo del prroco de Reque Don Francisco Bracamonte. All formaron un nuevo pueblo con calles, plaza e yglesia. El gobierno real persuadi y amenaz a los invasores pero tranz devolvindoles el privilegio de no tributar y los alcabaleros regresaron a Chiclayo48.
ARL, PN Lino de Herrera, leg. 10, 15-01-1727. ARL, PN Lino de Herrera, leg. 10, 10-02-1727. 44 ARL, PN Lino de Herrera, leg. 10, 03-08-1728. Al respecto vase adems Samam Rodrguez, Alfonso (1995) Se fund Saa en las tierras de Chacupe? 1727-1728. Primer Aniversario de Reque como ciudad. Pedro Delgado Rosado (eds.), pp. 32-37. 45 ARL, PN Lino de Herrera, leg. 10, 04-08-1728. 46 AGN, Sup. Gob. Leg. 125, 1782. 47 Zevallos Quiones, Jorge (1947) Lambayeque en el siglo XVIII, Revista del Instituto Peruano de Investigaciones Genealgicas, N 2, p. 99. 48 ASFL, leg. 9, N 23, 1743.
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En realidad la mayora de las autoridades ya no queran residir ni en Saa ni en Rafn, alegando que trasladarse al despoblado que fue Saa les ocasionaba atrasos. Esto no era cierto del todo porque todava quedaban algunos vecinos, as como la mayora del clero. Pero igual se autorizaba al alcalde a que en donde estubiesen las autoridades hiciesien cabildo. Esta orden fue dada el 14 de marzo de 1741 por el virrey Marqus de Villagarca. Para ese momento el cabildo de Saa, as como el corregidor y cajas reales ya residan en Lambayeque. Mientras tanto al pie del cerro de La Horca, los ranchos se iban extendiendo. La visita pastoral realizada por el vicario Dr. Ignacio Gorrichtegui a Saa en 1771 menciona que Saa se compona de 600 almas , todos los mas sambos, mulatos y negros y tal cual blanco constituidos todos en tanta miseria, que apenas alcanzan para un mal sustento49. Es decir las principales familias haban terminado migrando a otros lugares. Respecto al clero, quedaban en Saa cuatro regulares uno de cada orden religiosa, llorando miserias, pidiendo limosnas, y dando motivo a la irrisin, la mayor parte del tiempo la iglesias permanecan cerradas y sus imgenes sin ningn culto; por ello recomendaba el visitador se cerrasen los conventos. Porqu Saa no se recuper de la inundacin de 1720?. Cada desastre ocurre de manera diferente y con distinta intensidad dependiendo de la vulnerabilidad y fragilidad de la estructuras que sustentan el desarrollo econmico50. Mientras en 1578 abundabas las estancias, corrales de ganado y su destruccin se poda aliviar en corto plazo; para 1720 haban molinos, ingenios y trapiches que requeran de energa hidralica para funcionar. La inundacin de 1720 arruin la infraestructura hidralica, cegando las acequias como el Taymi quedando sin agua por varias temporadas las acequias de Tumn y Luya. San Juan de Micls y Sipn perdi su casa de calderas y la casa de purgas, lo mismo el horno de porrones y la ollera. Todo qued inutilizado51. En estado similar qued la hacienda San Lorenzo alias Palomino52. De igual manera estaba la hacienda San Idelfonso de Cojal con sus estructuras maltratadas por las lluvias torrenciales53. Pomalca tuvo que reparar su infraestructura: limpiar acequias, reconstruir oficinas, casa de calderas y la casa de purga a un costo de 14600 ps.54. A esto se sum la cada de precio del azcar un 28%, provocando un estancamiento y declive econmico de la lite terrateniente. En medio de esa decadencia, en 1783, un sacerdote luchaba solitariamente para resucitar Saa. Para Don Simeon Polo, prroco, de la iglesia mayor, la decadencia de Saa se deba a la ambicin de los corregidores, quienes deseaban habitar en Lambayeque por el lucro e
AAT, Visitas, leg. 2, exp. 12, 1771. Herzer, Hilda Mara y Mara Mercedes di Virgilio (1996) Buenos Aires inundable del siglo XIX a mediados del siglo XX, Historia y desastres en Amrica Latina. Vol I. Virginia Guedea Acosta (ed.), p.100. 51 ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 4, ff. 48v-54., 52 ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 4, ff. 67v.-71, 17-05-1720. 53 ARL, PN Antonio de Rivera, leg. 4, ff. 275-279, 19-12-1720 54 Ramrez Op. cit. 234-235.
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interes de los crecidos repartos a los yndios, contraviniendo en desamparar la cabeza de la provincia por su mayor e injusta comodidad , y en segundo lugar que a el corregidor Okelly sac a Saa de la ruta del correo. Desde entonces los viajeros usaban el camino de Lagunas, cerca al litoral, el de cupe (actual carretera Panamericana). Ponderaba las cualidades del entorno de Saa diciendo: Est esta ciudad ituado en un hermoso valle muy ameno, y fecundo: son sus tierras llanas, y copiosas en la produccin de sus frutos riegalo un rio perenne, dando vida a los campos, por diferentes tomas: son sus tierras particularmente proficuas para el planto de tabaco, y por esta razon, es conocido por de Zaa y en su principio no se sembraba en otra parte. Segn Polo la ruina de los ingenios se deba a que verdaderos dueos haban fallecido y estaban en manos de malos administradores. En su afn de lograr su cometido Polo inform al virrey Jaregui del hallazgo de una veta de plata en el cerro El Alumbre, afirmando adems de la existencia de otras vetas de plata en los alrededores de Saa que por tradicin se dice que se fund en el centro de ricos minerales. Polo tena la esperanza que una vez que corriese la fama de la riqueza se allegaran a vivir nuevas familias. Por ltimo, en aquellos das en que en el imaginario estaba la recientemente debelada rebelin de Tpac Amaru, Polo afirmaba que Saa estaba ubicado en un lugar estratgico en caso de un ataque proveniente del sur teniendo al ro como una defensa natural, lo que permitira el atrincheramiento de los vecinos y castas. Desafortunadamente Polo no tuvo ninguna respuesta del vicesoberano. Este fue el ltimo intento por resucitar la antigua villa de Santiago de Miraflores de Saa. En 1826 sus conventos fueron declarados supresos por la dictadura bolivariana55. Si bien ya no estaban las familias notables de la antigua aristocracia, continu creciendo hasta hoy en que nuevamente las casas estn invadiendo el rea de la antigua ciudad, una zona inundable que algn otro momento nuevamente volver a ser afectada.
ARCHIVOS Y FUENTES CONSULTADAS AAT Archivo Arzobispal de Trujillo ACT Actas del Cabildo de Trujillo AGI Archivo General de Indias AGN Archivo General de la Nacin APL Archivo Parroquial de Lambayeque ARL Archivo Regional de Lambayeque ART Archivo Regional de Trujillo ASFL Archivo de San Francisco de Lima BM British Museum, Additional Manuscripts. MEH Museo Etnogrfico de Hamburgo PN Protocolo Notarial RH Real Hacienda Sup. Gob. Superior Gobierno
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