Lo Real y Lo Mágico en El Mundo Balcánico

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Revista de Filologa Romnica 999.16.

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Lo real y lo mgico en el mundo balcnico de Panait Istrati


Doina POPA-LI5EANU

UN HABLADOR DE LOS BALCANES

Panait Istrati (1884-1935>, escritor rumano de expresin francesa, es un caso bastante atipico en la historia de las dos literaturas a las que pertenece. Escritores contemporneos y/o amigos, as como crticos de entonces y de ahora, han intentado condensar y definir esta originalidad suya en frmulas ms o menos atrevidas y acertadas: vagabundo rumano (J. Kessler), vagabundo genial (E. Raydon), vagabundo de los Balcanes (Blasco Ibez), nuevo Gorki (R. Rolland), bohemio inspirado y genial, de

la misma familia que Gorki y Jack London (de nuevo Blasco Ibez), cardo desarraigado (M. Jutrin-Klener), Charlot balcnico (M. Iorgulescu). Hay tambin auto-definiciones, como la famosa lhomme qui nadhre rien que lanza el propio interesado para defenderse y justifi-

carse ante su separacin de los antiguos compaeros de ruta. Todas ellas aluden a un origen cosmopolita (hijo natura] de una lavandera rumana de Baldovinesti y de un traficante griego de Faraclata), a una vida aventurera (falta de domicilio fijo, viajes frecuentes, oficios muy variados, tres matrimonios), a una formacin autodidacta (abandono muy temprano de la escuela y aprendizaje tardo del francs), a una literatura de signo autobiogrfico (que brota precisamente de las heridas de una existencia difcil,
cuyo momento lgido es un intento de suicidio). A travs del vagabundeo

por los Balcanes, Istrati, al igual que Gorki a lo largo del Volga, conoce la vida de sus futuros personajes, a los que llama vencidos, ex hombres de los asilos nocturnos (los bosiaki de Gorki>, de los caminos polvorientos, de las aldeas y ciudades de unos Balcanes quedados como atrs, en otro tiempo, de miseria, pero tambin de cierta pureza anmica. Es lo que Vm175
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tila Horiallama la literatura meridional porque resulta de un contacto a plena luz y se opone, en este sentido, a la clsica literatura septentrional, hecha de sutilezas y matices encerrados en un saln, alrededor de una taza de t y entre gente culta. Para Istrati, ms importante que el resultado de la creacin artstica o literaria es la sinceridad del acto artstico y la sinceridad de los actos de la propia existencia del creador: [...1 si lartiste est sincre [.1 il crit, non pour satisfaire la curiosit du lecteur, mais pour montrer comment u a t aux prises ayee la vie, comment il a vaincu ou a t vaincu. Paradjicamente, Istrati, cuya existencia entronca con el circuito de la sensibilidad artstica europea del perodo interblico (las hipstasis del rebelde, del aventurero y del amigo), tiene una potica en cierta medida decimonnica. Para l, el valor de la obra empieza all donde se revela su sinceridad. Istrati pide al escritor, se pide a l mismo, une preuve quil croit dans ce quil dit, que je sache que ce nest pas de la littrature. La obra no significa nada sin una gran existencia vivida en el sufrimiento:
Loeuvre meurt. Lhomme est ternel. Les oeuvres sont toujours con vaincantes, les hommes ne le sont que bien rarement. Or, notre poque celle qui napas de parole, celle qui produit et neprofite de rien veut, pour accomplir sa destine, plus dhommes que doeuvres, ou, plus exactement, des hommes qui reprsentent leur oeuvre propre 2

Las narraciones de Istrati quieren ser trozos de vida, sin artifIcio alguno, sin retrica. Sus mejores obras no son propiamente dicho novelas, sino

ms bien conjuntos de cuentos relacionados unos con otros ~. Son povestir, formas picas de profundas races populares, entre novelas cortas y
largas, simples en cuanto a trama y en las que se otorga especial inters al

mareo de la narracin, adecundolo al carcter ntimo de una confesin. Reino de los hombres-historia (expresin de Todorov referida al Decanern), donde cada personaje es virtualmente un relato, el relato de su propia vida. En las postrimeras del romanticismo, su obra se nos entrega con facilidad, tal vez demasiada. Fuertemente influida por el lenguaje oral, puesto que Istrati era l mismo, segn los recuerdos de sus amigos, un admirable cuentista, cuya voz, entonacin y gestos subyugaban. Un ~<hablavase su Introduccin a la literatura del siglo XX, Madrid, Gredos, 1976
2

p, lstrati, Prlogo a Les hornmes Jons la prison de y. Serge. Pars, Rieder, 1930. p. 16. Blasco Ibflez en el prlogo a la primera traduccin de Xyra Kyralina en Espaa.

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dor, cuya ficcin se rnscnbe a menudo en el mito popular y que est alimentada por los paisajes, rostros y costumbres de un espacio concreto, el
espacio balcnico rumano.

EL MUNDO BALCNICO DE PANAIT ISTRATI Rumania no forma verdaderamente parte de la pennsula balcnica, la ms oriental de las pennsulas mediterrneas, ocupada en su mayor parte por la antigua Yugoslavia, Albania, Bulgaria, Grecia y una pequea fraccin del territorio turco. Regin montaosa casi en exclusividad (el nombre viene del turco balkan, montaa), tiene llanuras como depresiones interiores encajadas en las montaas. Las migraciones pastorales han establecido
lazos de unin entre la montaa y el llano, as como entre los diversos puebIos que habitan all. Sin embargo, esa extraa mezcla (donde se han fun-

dido ilirios, tracios, aqueos, dorios, griegos, escitas, celtas, romanos, cuados,
macomanos, cartapos, godos, visigodos, hunos, lombardos, serbios, croatas, albaneses, rumanos, etc.) ha sido generadora de discordia, dando lugar a

guerras ms o menos continuas entre las distintas etnias, as como de todas o casi todas contra los turcos. Rumania, situada a las puertas de la pennsula, ha participado activamente en las guerras y tratados balcnicos, a la vez que ha prestado cobijo a sus distintos pueblos. Ms an: en su cultura y en su literatura se ha dejado sentir la influencia de este espacio, dando lugar a una corriente llamada el balcanismo literario. Entre sus primeros promotores se cuenta a Antn Pann, profesor de msica religiosa de la primera mitad del siglo xix y autor de falsas recopilaciones folclricas (siendo la ms famosa Fovestea vorbei, 1847-1853). Nzdrvniile fui Nastratin Hogea (Las travesuras de Nastratin Hogea), obra publicada en 1853, es una traduccin en verso de narraciones del folclore turco y representa el primer avatar de este interesante personaje en la literatura rumana. Encontramos en ella la itinerancia oriental, llena de peripecias, sin rumbo fijo, de un protagonista en busca de comida y abrigo, acompaado por otros de su misma estirpe, que le cuentan
sus aventuras y vivencias. Algunas veces el circulo se ensancha y el hroe,

llegado a una aldea a la hora del atardecer, participa en las reuniones (iezdtori) donde se recuerdan historias de carcter humorstico y didctico,
se dicen adivinanzas y se cantan canciones.

La filosofa de Nastratin es la moral de un Oriente donde el hombre de la calle vive en la pobreza y en la inseguridad del maana. La tirana y la
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persecucin le han inculcado previsin y paciencia, mientras que el humor le permite soportar mejor los sufrimientos y aliviar su alma. La narracin de
sus desventuras no esta exenta a veces de una crtica mordaz, sobre un fon-

do histrico caracterizado con precisin. Aparentemente tonto, Nastratn se burla de sus propias flaquezas, provocando toda clase de situaciones ridculas en las que pasa sucesivamente de actor a espectador de s mismo. Jugando hbilmente con la realidad y con la ilusin, el hroe persigue con tenacidad su nico fin en el mundo: la supervivencia en una sociedad injusta
y

cruel.

Si nos hemos alargado al hablar de esta obra es porque Istrati, adems


de beber en las fuentes de la historia y del folclore rumano, reivindica, jun-

to a Mateiu Caragiale y a su padre, Ion Utica, y antes que el poeta Ion Barbu, la filiacin balcnica. Fratemiza con las distintas razas que se mezclaban en los puertos danubienses, crea patticas figuras de vagabundos y exporta todo eso ms all de las fronteras gracias al francs. Ello es tanto ms significativo cuanto se trata de una comente que no ha gozado siempre
de admiracin y respeto en la literatura rumana, cuyos crticos (vase sobre

todo George Clinescu) no vean con demasiado buenos ojos la descripcin del Bucarest mediobalcnico, medioccidental, donde la finura ms absoluta se mezcla con los tacos y los deseos ms burdos... Mezcla de expresiones carnavalescas, de impulsos lascivos, consciente de una herencia aventurera turbia, todo purificado y visto desde arriba por una inteligencia
superior.

Istrati, pues, siguiendo toda esta tradicin rumana (folclrica, pero tambin culta) muestralas distintas facetas orientales del mundo mediterrneo
desde Turqua hasta el Oriente Prximo, desde los Balcanes hasta Egipto.

Llamado por algn critico, Charlot balcnico, Panait, en cuyas venas se


mezclan sangre rumana y griega, acumula kilmetros en un periplo que le

lleva a descubrir los puertos cosmopolitas de Giurgiu y Constantza, los lugares mticos de Constantinopla y del Monte Athos, la verdadera humani-

dad de los emigrantes albaneses, griegos, turcos, sirios, malteses, judos, rumanos. Este Oriente que lata ya en sus venas, le acoge en su seno y le brinda su comprensin y su ayuda. Istrati, por su parte, intenta reflejarlo de una manera objetiva, verdica, directa, repudiando en cierta medida su
idealizacin.

Qu realidades balcnicas aparecen en sus obras? En primer lugar espacios, ciudades cosmopolitas en cuyos barrios y calles se mezclan distintas etnias. Brila, por ejemplo, la ciudad de su infancia, es un verdadero espejo del mundo balcnico. Sus calles principales formaban un abanico que
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abrazaba literalmente el Danubio. En medio, la balta (la charca), una pequea isla cubierta de sauces, juncos y nenfares, donde se escondan Codine y Adrien. Este ltimo, siempre en busca de alojamiento barato, conoce las distintas rnahalale (barrios) de la ciudad: la rusa, la juda, la griega, la gitana, formadas a lo largo de una calle principal, la oulitza. Los rumanos llamaban a la griega, la oulitza kalimeres que, ya que oan a los griegos diciendo siempre: kalimera (buenos das). Es ah donde Nerranstotila (protagonista de la obra del mismo nombre) saltaba endiablada por encima de los agujeros que el ayuntamiento haba mandado hacer para introducir el agua

corriente, seguida ciegamente por sus dos enamorados: Marco el rumano y Epaminonda el griego. Tambin en el barrio griego se encontraba el taller donde trabajaba y viva el padre de Kyra (en Kyra Kyralina). En el lado opuesto de la ciudad, el Tchtatzou, mayoritariamente turco, los dos famosos por sus alegres orgas
y

sus costumbres ligeras; es ah donde se encontraba la casa de las dos Ky-

ras, elegante y acogedora. Constantza (en La famlle -er/mutrer), puerto del Mar Negro, lugar
santificado por el exilio del poeta Ovidio, era, en palabras de lstrati, un pequeo Istanbul rumano. Turcos, judos, blgaros, armenios, griegos, trta-

ros, convivan en una promiscuidad pintoresca, debatiendo asuntos de lo ms variado. El viajero cosmopolita se senta en su casa puesto que encontraba las comidas, la compaa y las costumbres que le convenan. Istrati ama profundamente Constantinopla. Segn l (en Nerrantsoula)

es una de esas raras ciudades del mundo que no aburre nunca: es un poema alegre y triste a la vez, pero siempre sincero. El Bsforo repite amplificndolo el suspiro ms bello y ms completo que un corazn herido pueda exhalar: el famoso aman br! de los turcos y de todos los orientales que hablan esa lengua. Toda la Turqua est contenida en ese aman br y su corazn es Istanbul. El Monte ALbos es un lugar mtico para el mundo oriental, donde los er-

mitaos se han establecido desde el siglo vn. En sus distintos conventos, comunidades de hombres (desde los tiempos de Constantino Monmaco, en el siglo xi, queda prohibida la admisin de las mujeres y de todo animal hembra) de distintas nacionalidades rusos, blgaros, servios y griegos se imponen severas renuncias para alcanzar el reino de los cielos. Despus de

haber matado al logoftnt (terrateniente) que haba deshonrado a su novia, Spilca (en Prsentatian des hafdoucs) se refugia en uno de ellos, el monasteno Pantelimn, fundado por la emperatriz Catalina II de Rusia, a quien no dejaron entrar ni tan siquiera el da de su inauguracin. El ploutache (el re179
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mero) se transforma en el monje, pero por poco tiempo. La crudeza de la realidad se impone sobre el espejismo de la religin. El convento le parece un cuartel donde los soldados de a pie, como l, estn obligados a trabajar para los staretzi que comen, beben y se divierten con las mujeres de la aldea vecina. Adrien (en Moines du Mont-Athas) no se deja tampoco impresionar por la aparente religiosidad del lugar. Aborrece la comida, des-

confa del fervor de los practicantes (entre los cuales destaca un judo), le molesta la riqueza que ah se exhibe. Hemos visto que la principal caracterstica de estos espacios es la de ser
habitados por una pluralidad de etnias. Por las pginas de Istrati desfilan m-

manos, griegos, turcos, albaneses, judos, rusos, sirios, libaneses, etc. No sabemos con certeza qu nacionalidad tena Kir Nicolas, el entraable plachintar (panadero-pastelero), amigo del joven Adrien (en Codine). Para los
habitantes de su calle, Grivitza, era o turco, o griego o albans, ya que ha-

blaba las tres lenguas. Pero en el fondo segua siendo sobre todo un advenedizo, un extranjero sospechoso. Aunque, desde su propio punto de vista, la diferencia no est en la nacionalidad:
Grecs, Turcs ou Tartares, nous ne sommes que de pauvres hommes. La nation c est un mot dont se parent deu.x sortes de gens: les trs malms et les imbciles4.

Cuando Adrien, alter-ego de Istrati y personaje principal del ciclo de ficciones, le pregunta si no cree en la patria, contesta:
Mais si f...j,jy crois: la nuit, quand je travaille seul. .Je me rappelle queje suis un sale Albanais>~. Alors je pense ata belles montagnes oh/e suis n et oh jai pass une enfance douce etpaisible... Et dans ces moments-l, je c:hante, ou e pleure; mais jamais lenvie nc me prend d gorger un homme en pensant ma patrie>.

En la tienda de Kir Nicolas entra sobre todo gente pobre, mujeres encinta acompaadas de cros pequeos, adolescentes delgadas y hambrientas, soldados de un cuartel vecino. Un ambiente donde conviven toda la alegra y la miseria humanas y donde se oficia la verdadera religin del mundo balTodas las citas pertenecientes a las obras de Istrati se reproducen segn la edicin de sus obras completas. Gallimard, 1968 y ss. A continuacin se indicarn nicamente el ttulo de la obra y el nmero de la pgina; en este caso, Codine, p. 91.

Ibidem.
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canco: la amistad, una amistad que nunca se encontrar en el Occidente


mediatizado y frenado por la cultura.

Istrati, muy orgulloso de su ascendencia griega, retrata a muchos griegos en sus narraciones. Uno de ellos es Kir Lenidas, el primer patrn de Adrien en la Braila cosmopolita. La crasma (el bar) haba sido fundada por el padre de Kir Lenidas, Barba Zanetto. Adentro ola al famoso cocido griego, rico en apio. En la bodega, la hrouba, toda clase de alcoholes de distintas procedencias (kirch, ron, cognac, mastica) para satisfacer los gustos de una clientela igualmente distinta: un anciano sacadji (aguador), Moche Cazatoura, un viejo capitn, Mavromati, bellas prostitutas. Entre estas nacionalidades, los turcos, por razones histricas evidentes, aparecen generalmente en el papel de invasores, opresores, violadores. Nazim Effendi es un ejemplo: es el pervertidor de Stavru, el raptor de Kyra, el instrumento de todas las desgracias que afligirn a los hermanos. Guapo, rico, elegante, atrae a los adolescentes en su magnifico velero y los lleva hacia el ms srdido de los destinos. El retrato de Nazim Effendi enlaza con una voluntad clara de denunciar los excesos de la dominacin otomana y los esfuerzos hechos por los principados rumanos para adquirir la independencia. Es el ncleo temtico de las narraciones sobre haiduci, generosos bandidos que desde sus refugios en los espesos bosques rumanos atacaban a los opresores turcos y robaban y
castigaban a los terratenientes rumanos colaboracionistas.

Siguiendo con el anclaje en el contexto histrico y social, tambin encontramos en las obras de Istrati una voluntad de denunciar las condiciones mseras en las que vivan los pescadores de la Borcea (Los cardos de Raragan). Esta novela lleva en su dedicatoria el recuerdo de los once mil cam-

pesinos de los pueblos de Stanilesti, Bailesti y Hodivoaia, asesinados por el gobierno rumano en marzo de 1907. De la misma manera, las novelas ms largas como Le bureau de placement o La Maison Thiiringer presentan aspectos de la vida de los proletarios de Bucarest.

DE LO REAL A LO MGICO Pero si bien Istrati muestra el propsito de aprehender la realidad rumana y balcnica para transmitirla literariamente, la representacin que hace de la misma no es mera copia, sino ms bien un acto onto-creador, ms cercano al sueo que al espejo (segn las palabras de Ernesto Sbato acerca del escritor argentino Ricardo Gliraldes). Sin llegar a formular181
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la explcitamente, la potica de Istrati se sita a igual distancia del exotismo que invada la literatura francesa de la poca6 como del costumbrismo que imperaba en la incipiente novela rumana. En comparacin con las novelas del campo que predominaban entonces (por ejemplo las de Duiliu Zamfirescu) o con las narraciones fantasiosas sobre haiduc (siendo las ms
conocidas las de N. D. Popescu) Panait lstrati idealiza la Rumania balc-

nica, sirvindose para ello de fantasas, saltos en el tiempo, misterios. Por ello creemos poder afirmar e intentaremos demostrar que ciertas pginas de Kyra Kyralina, Oncle Anghel o Nerrantsoula, entre otras, son puro rea7 lismo mgico Inicialmente utilizado por el crtico de arte alemn Franz Roh8 en 1925 para caracterizar a un grupo de pintores post-expresionistas (Max Beckmann, Georges Grosz, Otto Dix), el trmino de realismo mgico hace referencia a una manera de ver las cosas envueltas en la luz matinal, inocente, de un segundo Gnesis. Arte de realidad y magia, que recrea objetos ordinarios a travs de una mirada maravillada, el nombre de realismo mgico fue reemplazado unos aos ms tarde, en 1958, por el propio Roh, por el de nueva objetividad. Al emigrar de las artes plsticas a las artes literarias,
Los aos 192<) se han caracterizado en la literatura francesa por oque muchos crticos no dudaron en llamar la vogue nouvelle des littratures trauigres y de lo extranjero. Una rpida ojeada a los ttulos publicados nos presenta una amplsima muestra geogrfica: todos los pases de Europa, as como los muy alejados, como Tahit o Japn. Citemos como botn de muestra las siguientes obras: Caprice espagnol (1929) de Marcel Brion; Nuits defer (1924) dc Yvonne Schultz, cuadro de las costumbres laponas; la extenssima produccin de Pierre Benoit. en la que sus heronas fatales, cuyos nombres empiezan siempre por la letra A, recorren distancias enormes, desde Alemania hasta Libano; la tambin extensa produccin de los hermanos Jerme y lean Tharaud, con novelas muy cercanas al reportaje, que describen los pases negros, Africa del Sur, Arabia, Marruecos, Palestina, Siria, etc.; las nt>velas del argelino Jean Vignaud: Sarati le terrible, La maison du Maltais, o las del egipcio Elian J. Finbert: Lefou de Dien, e DesU, difihile y, tal vez la ms conseguida, Le batelier du NP. Tambin podramos recordar la descripcin de los espacios mediterrneos en Les Acures de Corfou, de A. Dubois; Le mirage oriental, la Grce e/u soleil c des paysages, le Jardin de la mo,!, de Louis Bertrand, (>de las regiones balcnicas: Le paysan du Danuhe de D. de Rougemont o Domnica,fille do Danuhe de L. Ch. Royer. Con razn afirma el critico: Aussi le roman fraiwais, pour la premire fois dans son histoire sadjuge-t-il le monde... Morand et Giraudoux utilisent au maximum leurs passeports diplomatiques; Drieu commcnce it penser it [Europe;cest it ce momcnt que Valery Larbaud fait son plein; Maurois annexe lAngleterre, tandis que Maurice Bedel conquiert la Norvge, que Pierre Mac Orlan ressuscite les exploits des gentilhommes de fortune et que la Madone des sleepings devient un mythe fatnilier rnme aux midinettes et aux commis voyageurs (C.-E. Magny, Histoire du ronanfran<ais depuis 1918. Pars, Editions du Seuil, 1971, p. 44). Cf. E. Anderson [mbert,El realismo mgico y otros ensayos. Caracas. Monte vila Editores, 1976, p. 20. Nach-Expressionismus (Magischer Realsmus). Leipzig, 1925.
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recibi una nueva definicin y particip de cierta confusin creada con

otros similares como lo real maravilloso y la literatura fantstica. Para Anderson en el ensayo El realismo mgico y otros ensayas (Caracas, 1976),
entre la disolucin de la realidad <magia) y la copia de la realidad (realismo) el realismo mgico se asombra como si asistiera al espectculo de una nueva Creacin. Visto con ojos nuevos a la luz de una nueva maana, el mundo es, si no maravilloso, al menos perturbador. En esta clase de narraciones los sucesos, siendo reales, producen la ilusin de irrealidad. La estrategia del escritor consiste en sugerir un clima sobrenatural sin apartarse de la naturaleza y su tctica es deformar la realidad en la magia de pet-sonaes neurticos.

Definido as el realismo mgico, vamos a intentar aplicarlo a algunos


aspectos de las obras de Istrati. En primer lugar, podramos hablar de una

transformacin del espacio exterior e interior. Braila, Constanza, la llanura del Baragan, se ven bajo una luz nueva. Codine y Adrien asisten al amanecer en los alrededores de Braila y descubren los grandes bosques poblados

de sauces llorones bajo un cielo estrellado, claros inmensos que sc abren de


repente bajo la luz helada de la luna, animales al acecho. Es una naturaleza

que araa, golpea, se defiende. Negro, violeta, verde muy oscuro, algn rojo, colores que evocan los poderes mgicos de un Codine, de un Cosma, los nicos que se atreven a penetrar en estos espacios mgicos. En el capitulo A Japsha Rouge de Tsatsa-Minnka, los terrenos pantanosos se vuelven en un lugar maldito, donde los juncos impiden el paso, los millones de mosquitos envenenan la sangre, las sanguijuelas destrozan el rostro del hombre, la tierra es un verdadero cepo para el pie, y los lobos hambrientos
acechan al hombre.
Ici, lefourr dejonc est dense comme une brosse et baut de cinq mtres. Le ciel est ti-a itre; le voisinage, plus que dangereux. La voiture, la bte nypntrentpas. Lhomme, ceite bte qui passepartout, y pntre, mais non sans en sortir avec, au moins, une corchure dont il gardera toute sa vie le poison K

Los colores sombros y terribles que reviste la naturaleza corresponden a un permanente movimiento de gigantizacin que recorre las descripciones, al igual que en la futura narrativa hispano-americana a la que se le apliTsatsa-Minnka. p. 146.
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el rtulo de realismo mgico Ello se pone de manifiesto en la descripcin que hace Istrati del Baragan. Presente en la literatura rumana desde 1835, gracias a un poema de 1. Codru-Drguanu, el Baragan recibe la consagracin definitiva en la obra de Alexandru Odobescu, Pseudokyneghetikos (1874) o falso tratado de caza. Paraso de las aves y deleite del cazador, la gran llanura es ocasin de virtuosismo descriptivo para el autor. La belleza del paisaje es aprovechada para introducir un elemento literario intertextual: las bandadas de grullas que surcan el cielo traen al recuerdo del culto viajero los versos de Dante sobre las dulces sombras de los muertos. Istrati da vida al Baragan. Personaje principal de la novela Los cardos
de Baragan, es un gigante temible, que no deja ni un rbol ni nada que pueda aplacar el hambre del viajero. La llegada del crivatz (el viento de otoo)

despierta su mal genio y entre los dos, tierra y vendaval, consiguen desterrar basta el ltimo signo de vida. El resultado es un espacio completamente vaco, anterior a la creacin, fuera del tiempo: Nous disons alors: Tsipnie! (Plus me qui vive!) Cest le Baragan. Et, Seigneur, que cest beau La misma transformacin la sufren los espacios urbanos. En Kyra Kyralina los barrios de Karakio y Tchtatzou, los harenes de Constantinopla,

son espacios reales pero a la vez mgicos puesto que son excesivos, perturbadores, producen una sensacin de irrealidad:
La maison tait une vaste villa. situe en dehors et au sud de la vile. Le grandparc qui lentaurait descendait jusquau Bospliore. Maison silencieuse, gmissant de richesses et remplie de domestiques invisibles (Kyra Kyralina, p. 106).

Los espacios interiores son igualmente inquietantes por su lujo desme-

surado o por su miseria ms atroz. La habitacin donde las dos Kyras se divierten con sus mousscfirs (huspedes) aparece rica y destellante como

una corte turca: grandes canaps recubiertos de tapices, luz de velas, sobre
Mucho antes, sin embargo, Enrique Anderson imbert hablaba en estos trminos de Don Segime/o Sombra, la novela de Ricardo Ofliraldes. contempornea de Kyra Kyralina y con la que tiene ms de un elemento en comn: La primera novela argentina que me asombr fue Don Segundo Sombra. Con un arte metafrico aprendido de los simbolistas franceses Ricardo Gliraldes idealizaba una Argentina gaucha que no exista y disolva escenas muy naturales en una atmsfera pretemaittraL de fantasas, misterios y saltos en el tiempo. En comparacin con las novelas del campo que entonces predominaban (las de Benito Lynch, por ejemplo) tambin se pudo haber dicho del captulo xv (y de su desenlace en el Xvill) que era puro realismo mgico E. Anderson Imber, El realismo nigico y onos ensnyos, Caracas. Monte Avila Editores, 1976, p. 20. Les Chardons e/u Raagan, p. 12.
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las mesas manjares exticos y exquisitos. Por el contrario, los espacios donde se cobija Stavru en su deambular son pauprrimos, invadidos por gusanos, cucarachas, basuras. Todos ellos parten de la compleja realidad balcnca en la que los excesos se tocan, pero producen a la vez una sensacin de irrealidad. Los seres que habitan estos espacios viven peligrosamente, rozan las peores tragedias o sucumben directamente a ellas. Son apasionados, neurticos, excesivos. Su fsico, su vestimenta, sus gestos, sus manas, todo lo

demuestra. Codine, Cosma, as como casi todos los hafrloucs son desmesurados en sus dimensiones y en sus gestos: ingieren cantidades enormes de comida y bebida, apenas adolescentes son capaces de manejar pesadisimas armas y de dominar fieras salvajes. He aqu como aparecen, envueltos en magia, los dos tos de Kyra y Dragomir:
Ctaient deux colosses de mme taille, paraissant avoir entre quarante et cinquante ans [.1 leurs grands yeta avaient un regard pntran!, insuppartable, ma/y cia/e et franc. Leurs mains poilues semblaient des pattes dours; ils taient noirs comme des diables dans leurs ghebas, qui les enveloppaient depuis le c:ou jusquau-dessous des genota. lIs restrent un instant ainsi plants, a nous regarder; moi, debout, croyant me rouver devant deux apparitions de contes; Kyra, ete leurs pics 2

El simptico y enternecedor Kir Nicolas se transforma por la noche en una especie de dios, un Vulcano delante de su horno:
Ainsi, isol du monde, envelopp par les tnbres, Kir Nicolas redevenait c:haque nuit llzomme-nature, tel que les montagnes dAIbanie lavaient cr, tel quil avait t avant dtre offens par les hommes et mis genoux par la vie 1,.,]. Tte dcauverte, nujusqua la ceinture, /a ffice embrase, ses hras musca/eta el son baste carre sembaient emports dans un tourbillon ~.

Las mujeres, bellas como unas llene Cosnzene ~ son siempre fatales. De hecho, uno de los personajes de Istrati afirma: las mujeres estn hechas
[2

Kyra Kyralina, p. 70.

Codine:
~

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lleana Cosnzeana es el principal personaje femenino, la doncella, de los cuentos populares rumanos, a quien pretende y conquista Fdt-Frumos (el Prncipe Azul).

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para desviar el destino de los hombres. Inspiradoras de pasiones excesivas y a menudo culpables, no tienen conciencia del pecado y nunca se arrepienten. El amor entre el hombre y la mujer es una pasin sin limites, mi-

nada por los celos que son terribles como la muerte. Qu mejor ejemplo que
los que inspira Nerrantsoula a Epaminonda y cuyo desenlace es el doble asesinato-suicidio en las aguas del Bsforo. Pero sobre todo los personajes de Istrati estn perseguidos por el nenaoc, la mala suerte balcnica, que otro oriundo de estos lugares, Cioran, defini como mala suerte diaria y a la vez mala suee metafsica (debe-

ra aadir) histrica. Se trata de una herencia, del llanto de los antepasados que se quejan en la sangre de sus descendientes, a quienes transmitieron el gusto y el veneno de la melancola, de la tristeza y un gran
cansancio de vivir. Por ello la muerte es recibida con alegra, para descansar. Nerrantsoula se deja arrastrar al mar por los brazos de su amante y canta la misma cancin obsesiva que la acompa toda la vida: Nerrantsoulatbundati.

Pero este mundo melanclico y cansado no siempre est triste. Est

acompaado por la picaresca balcnica. Stavro, el desdichado hermano de Kyra, vctima de las pasiones de Nazim Effendi, mortificado esposo de una joven Tincoutza a quien no puede amar como marido, es famoso por sus chistes y sus historias alegres. El deambular por los caminos balcnicos agudece el espritu, acoraza el sentimiento; el encuentro con otros desdichados minimiza las desgracias ajenas. Y luego est el continuo aprendizaje de la supervivencia, el desarrollo de la inventiva para poder comer, beber, descansar bajo un techo. A lo largo de los tres ciclos a l dedicados, Adrien Zograffi es un aprendiz de pcaro muy avispado, cuyos maestros son un aristcrata ruso arruinado, Mikhayl; un rabe vendedor de sirop (jarabe), Barba Yani; un judo, Moussa. Todos ellos cuentan sus vidas y sus hazaas mezclando las bromas con las lgrimas. Esta atmsfera de ensueo es recreada tambin por cierta algarabia linguistica. lstrati escribi en francs, pero un francs trufado de palabras rumanas, griegas, turcas, etc., que salpican el texto. A menudo no hay traduccin alguna al francs, siendo comprendidas a travs del contexto; otras veces las acompaa una explicacin en el cuerpo mismo del texto o en una nota. Hay tambin calcos semnticos, proverbios y refranes extranjeros, tacos e improperios. No se trata, evidentemente, de falta de vocabulario por parte del autor, ni siquiera de un afn de exotismo. Hay una voluntad de retratar en la palabra, en la mezcla de palabras, la mezcla de pueblos y razas de los Balcanes. Por otro lado, esta presencia casi descontrolada de palabras
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Doina Popa-Liseanu

Lo real y lo mgico en el mundo balcnico de Panait Jstrati

que a menudo no se comprenden, que destacan en el texto con otra tipografa, contribuyen a perturbar al lector. Istrati perteneci al mundo balcnico por sus orgenes cosmopolitas, por el tipo de vida que llev, por lo mucho que am estos espacios y estos hombres. Adems, contribuy al conocimiento del mundo balcnico porque lo

virti en un idioma universal que lo export ms all de sus fronteras. Pero tambin porque moderniz la visin pintoresca, extica, de este mundo gracias a lo que pudiramos llamar realismo mgico balcnico: disuelve escenas reales en una atmsfera de fantasas, misterios y saltos en el tiempo; aplica el anlisis psicolgico al examen de neurosis raras; el estilo se hace ms potico; la lengua se vuelve confusa, bablica; la novela se fragmenta y hay una, dos, varias novelas dentro de la misma, como en un juego de espejos.

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