Sigurdardottir Yrsa - Bora Y Matthew 1 - Ladron de Almas
Sigurdardottir Yrsa - Bora Y Matthew 1 - Ladron de Almas
Sigurdardottir Yrsa - Bora Y Matthew 1 - Ladron de Almas
RA Y MATTHEW, 2
LADRN DE ALMAS
Febrero, 1945
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La nia not cmo el fro le iba subiendo por la pierna y serpenteaba por su espalda. Intent acomodarse en el asiento delantero para poder mirar mejor hacia el exterior. Se concentr en escudriar el blanco paisaje nevado pero no distingui ser vivo alguno. Hace demasiado fro fuera, pens, con ganas de salir del coche y volver a entrar en casa. Pero, al mismo tiempo, no se atreva a decir nada. Una lgrima se desliz por su mejilla mientras el hombre que estaba sentado a su lado se esforzaba por poner el coche en marcha. Ella apret los labios y apart los ojos de l, para que no viera la lgrima. Se enfadara mucho. Mir la casa junto al coche e intent encontrar con los ojos a la otra chica, pero el nico ser vivo que se vea era Snur, el perro. Estaba acostado, durmiendo, en las escaleras de la puerta de la calle. Se puso en pie de repente y la mir fijamente. Ella le dirigi una dbil sonrisa. El perro volvi a tumbarse y cerr los ojos. El coche se puso en marcha con una sacudida, y el hombre se irgui en su asiento. Ya era hora dijo con una voz profunda y spera, y abandon el lugar en el que estaba aparcado. Mir un instante a la nia, que se haba vuelto de espaldas. Bueno, vamos a hacer un viajecito. La nia se vio zarandeada en su asiento cuando abandonaron el abrupto y desolado camino que conduca a la casa. Procura sentarte bien le advirti el hombre sin mirarla. El coche alcanz por fin la carretera. Ambos guardaron silencio durante un buen rato. La pequea iba mirando por la ventana con la esperanza de ver algn caballo, pero por todas partes reinaba un idntico vaco. De pronto, su corazn dio un brinco al darse cuenta de lo que pasaba. Vamos a mi casa? pregunt con un hilo de voz y los ojos muy abiertos. Podramos decir que s. La nia se estir ms para observar mejor el paisaje que se deslizaba ante sus ojos. Por delante estaba el terreno conocido, a lo lejos se vea el promontorio rocoso que su madre deca que era una ogresa convertida en piedra. Se inclin hacia delante, para ver mejor. Encima de una diminuta colina apareci un coche que se diriga hacia ellos. El hombre se acomod en el asiento y le orden que se agachara. Lo hizo sin vacilar, pues ya estaba habituada a esconderse. Sin duda el hombre pensaba lo mismo que sola decir el abuelo, que el ejrcito no haba trado nada bueno. Su madre le haba dicho en voz baja que los militares eran unos hombres normales, lo mismo que el abuelo. Slo que ms jvenes. Y ms guapos. Como t. La nia recordaba la bonita sonrisa que le haba dirigido su madre al decirlo. La chiquilla oy el ruido del otro coche al aproximarse, que fue aumentando progresivamente hasta que los dos vehculos se cruzaron, y luego disminuy a medida que se alejaba de nuevo. Volvi a acomodarse en el asiento. Puedes sentarte recta dijo el conductor, y ella se irgui. Sabes
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cuntos aos tienes? Cuatro respondi ella, esforzndose por vocalizar bien, como le haba enseado su abuelo. El hombre rezong algo. Ests bastante enclenque para tener cuatro aos. La nia no comprendi la palabra pero pudo percibir que no deba de ser nada bueno. No respondi. Silencio. Quieres volver a ver a tu mam? La chiquilla abri mucho los ojos y mir al hombre. Iban a ver a su madre? Aquella idea la hizo sentirse mejor. Asinti enrgicamente con la cabeza. Ya me lo imaginaba replic el hombre, con la mirada fija en la carretera. La vers ms tarde. La nia ya no senta el fro en los muslos. Ahora todo volvera a ir bien. Torcieron por un camino que ella conoca perfectamente. Vio su granja y sonri por primera vez en mucho tiempo. El coche se fue acercando lentamente hasta detenerse. La nia mir encantada hacia la imponente casona. Haba algo que pareca solitario y triste. No haba luces ni sala humo por la chimenea. Est mam aqu? pregunt extraada. Not algo raro desde que haba visto a su madre acostada en la cama del dormitorio en casa del hombre. Enferma. Igual que haba pasado con el abuelo. Estaba enferma, y nadie pareca querer ayudarla, slo ella. A lo mejor su madre haba vuelto a casa, la noche en que desapareci de la cama. Pero por qu la haba dejado con aquel hombre? Ella no poda haber hecho algo as. Tu mam no est aqu, exactamente. Pero la vers. Podris estar juntas todo el tiempo. En sus labios apareci una media sonrisa que hizo desaparecer la alegra de la pequea, que ni siquiera se atrevi a preguntar. El hombre abri la portezuela del coche y sali. Pas por delante del morro del coche y le abri la otra puerta. Ven. Tienes que hacer un viajecito antes de poder ver a tu madre. La nia sali del coche con mucho cuidado. Mir a su alrededor con la esperanza de ver a alguien, o algo, que pudiera confortarla, pero no encontr nada. El hombre se inclin y tom la mano de la nia, cubierta con unas manoplas. Ven, voy a ensearte una cosa. La agarr de la mano, de modo que la nia tuvo que correr para seguirle el paso. Se dirigieron a la parte trasera de la casa, hacia los establos, de donde surga un hedor horrible, que iba aumentando a medida que se acercaban a la vaquera. La chiquilla tena ganas de taparse la nariz con la mano, pero no se atrevi. El hombre hizo una mueca que indicaba con toda claridad que tambin l notaba aquella pestilencia. Cuando llegaron a la puerta del establo, el hombre dio un rodeo al edificio para mirar por una ventana. La nia era demasiado pequea para imitarle. El hombre se apart del establo y se cubri la boca con la mano. La chiquilla esperaba que no les hubiera pasado nada malo a las vacas. Se dio cuenta de que no se oa ruido alguno en el establo. Probablemente estaran durmiendo. El hombre se la llev otra vez, a rastras. Qu asquerosidad dijo. Se alejaron un trecho del establo hasta que el hombre se detuvo y mir la capa de nieve. Afloj su presin sobre la mano de la nia. Dnde demonios estaba? farfull, irritado, araando la nieve con los zapatos. La nia permaneci inmvil mientras el hombre segua excavando a su alrededor. Ya no se senta contenta. Mam no estaba all. No poda
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estar debajo de la nieve. Estaba enferma. Hizo un puchero y le pregunt al hombre a media voz: Dnde est mam? Est con Dios respondi l sin dejar de escarbar. Con Dios? pregunt Kristn, aturdida. Y qu est haciendo all? El hombre dej escapar un gruido. Est muerta. Cuando uno se muere se va con Dios. La nia no saba lo que significaba aquello. Nunca haba visto a nadie que estuviera muerto. Dios es bueno, verdad? No estaba segura de por qu le preguntaba aquello al hombre. Saba perfectamente la respuesta. Su mam y su abuelo se lo haban dicho muchas veces. Dios era bueno. Buensimo. Volver despus de estar en casa de Dios? pregunt esperanzada. El hombre solt un grito de alegra y dej de escarbar. Aqu est. Por fin. Se inclin y se puso a quitar la nieve del suelo con sus manos enguantadas. No, nadie vuelve de la casa de Dios. Tendrs que ir t tambin si quieres ver a tu madre. La nia se puso rgida. Qu quera decir? Observ cmo el hombre despejaba la trampilla de hierro que estaba en medio del patio, donde su madre le tena prohibido jugar. Estara Dios all abajo? El hombre se estir antes de inclinarse hacia el suelo y abrir el pesado portillo. Ech una mirada a la nia y sonri de nuevo. Ella habra preferido que no lo hiciera. Le hizo seas para que se acercara. Vacilante, la pequea se dirigi hacia l, y hacia el gran agujero negro que haba aparecido debajo de la trampilla. Ah abajo est Dios con mam? pregunt con voz temblorosa. El hombre segua sonriendo. No, no est ah, pero luego vendr a buscarte. Ven. Aferr a la nia por sus delgados hombros y la empuj hasta el borde del agujero. Qu bien que ests bautizada. Dios no da la bienvenida a los que no lo estn. Pero esperemos que l se acuerde de ti, por si no puede mirar tu nombre en el registro de la iglesia. La sonrisa del hombre se hizo an ms fra. Quiz sea mejor asegurarse bien, as que vamos a repetir la ceremonia para mayor seguridad. No quiero que Dios se niegue a llevarte con l. El hombre ri en voz baja. La nia no comprenda a qu se refera y sigui con la mirada clavada en aquel hoyo misterioso, como hipnotizada. Su madre nunca bajara a un agujero como aqul. Oy al hombre murmurar algo confuso sobre un bautismo abreviado, pero no levant la mirada hasta que l se dirigi a ella, puso una mano llena de nieve sobre su frente, cerr los ojos y dijo: Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espritu Santo. Amn. El hombre abri los ojos y mir fijamente a la nia. Aunque a ella le dola terriblemente la frente a causa del fro, ms dao an le hizo aquella mirada. Apart los ojos y meti las manos en los bolsillos de su chaquetn. Estaba helada y las manoplas no servan de mucho ante aquel viento glido. Not que haba algo en el bolsillo derecho y record el sobre. La domin una gran preocupacin que suaviz por un momento el miedo a aquel hombre. Haba prometido a su madre que se encargara del sobre y ahora, seguramente, no iba a poder cumplir aquella promesa. Era lo ltimo de lo que haban hablado, y la nia recordaba bien cunto haba recalcado aquello su madre. Sinti que una lgrima descenda por una de sus mejillas. No poda dejar que el hombre se apoderara del sobre, porque
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mam le haba dicho muy clarito que no eso no poda ocurrir. La chiquilla se mordi el labio inferior sin saber si decir algo o callar. Volvi a cerrar los ojos con fuerza deseando no estar all, sino acostada al lado de su madre, y que todo fuera como antes. Luego abri los ojos y all seguan los dos, ella y el hombre. La desesperacin se adue de ella y llor sin ruido, dejando que las lgrimas se deslizaran por sus mejillas hasta el cuello de su jersey. El hombre la agarr por los hombros. Ahora, Dios te llevar con l. Sabes alguna oracin? La nia asinti intranquila. Estupendo. Mir al agujero. Ahora te meter ah abajo y Dios vendr a buscarte dentro de un rato. Ser mejor que vayas diciendo tus oraciones hasta que llegue. Tendrs fro, pero te dormirs tranquilamente y antes de que te des cuenta estars con tu madre en el cielo. La pequea dej escapar un sollozo, aunque se esforz todo cuanto pudo por evitarlo. Aquello no estaba bien. Por qu no poda ir a buscarla Dios ahora mismo, si era tan bueno? Por qu tena que bajar a aquel agujero tan negro? Le daba miedo la oscuridad y aquel agujero era malo. Se lo haba dicho su madre. Mir al hombre y supo que tendra que bajar all, quisiera o no. No poda moverse. El hombre la tom en brazos y la levant en el aire, bajndola al agujero. La criatura gir la cabeza para ver la granja por ltima vez, y vio, extraada, la ventana de la buhardilla, que estaba justo enfrente. Haba alguien all, mirando. La ventana estaba demasiado sucia y demasiado lejos para poder reconocer quin era. Cuando estuvo dentro del agujero ya no pudo ver nada, e intent no dejarse dominar por el pnico. Dios era bueno. Lo que haba en la ventana no era un fantasma. Dios era bueno. Y el callado y lastimero gemido que se oy de pronto en el fondo del agujero no era el de los nios muertos. Dios era bueno. Lo haba dicho mam. Haca mucho ms fro dentro del agujero que fuera. La nia intent sentarse pero el suelo estaba ms helado que el asiento del coche. Se envolvi en sus propios brazos. La trampilla volvi a rechinar y antes de que se cerrara, la nia oy al hombre decir: Que te vaya bien. Dale recuerdos a tu mam. Y a Dios. Reza muchas oraciones. Todo se volvi negro. La nia intent respirar, pero le result difcil por los sollozos. Lo peor era que no podra entregar nunca el sobre. Apret otra vez los ojos porque se senta ms tranquila imaginndose que haba luz. Quiz viniera alguien a buscarla, seguramente la persona de la ventana la salvara. Ojal, ojal, ojal. No quera seguir all ms tiempo. Apret las manos: Cierro mis ojos, confiada que siempre ser guardada mi vida por Tu Gracia. Mas si quieres llevarme contigo, que tu ngel sea mi amigo para proteger mi infancia.
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MARTES
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de junio de 2006
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Captulo 1
Bocacarta corrigi ra1, con una sonrisa corts. En el reglamento se denomina bocacarta. Seal la hoja impresa que tena delante de ella sobre el escritorio, y le dio la vuelta para que el texto apuntase al matrimonio sentado al otro lado de la mesa. Sus arrugas se hicieron ms profundas y ra se apresur a continuar antes de que el hombre plantease ms objeciones. Cuando la norma nmero 505/1997 sobre el servicio de correos fue derogada por la norma nmero 364/2003 sobre servicio y prestacin del servicio de correos, se anul la parte del artculo 12. que trataba de buzones de correos y bocacartas. Vaya! exclam el hombre con una mirada triunfante a su mujer . Es lo que yo deca. No pueden dejar de traernos el correo. Se volvi hacia ra, se irgui y cruz las manos. ra carraspe un poco. Desgraciadamente, no es tan sencillo. El nuevo reglamento hace referencia a la normativa de construccin en todo lo relativo a las bocacartas y su ubicacin. De acuerdo con dicha normativa, las bocacartas tienen que estar colocadas de modo que la distancia de la parte inferior del marco de la boca hasta el suelo no sea inferior a 1.000 milmetros, ni superior a 1.200 milmetros. ra hizo una brevsima pausa en sus explicaciones para tomar aire, pero tena que hablar rpido antes de que el hombre la interrumpiera. En la ley n 12/2002 sobre el servicio de correos dice tambin que los carteros estn autorizados a devolver los envos postales si una bocacarta no est construida conforme al reglamento. No pudo continuar, porque el hombre ya estaba furioso otra vez. Me est diciendo que ya no me van a traer el correo y que lo nico que me queda es el derecho al pataleo ante esa normativa absurda? buf teatralmente, agitando las manos como si estuviera defendindose de las acometidas de invisibles chupatintas. ra se encogi de hombros. Naturalmente, puede poner ms alta la abertura. El hombre la mir con ojos asesinos. Tena la esperanza de que usted me fuera de ms utilidad, especialmente porque me prometi tener bien estudiado el asunto cuando llegramos. En lugar de agarrar el reglamento y tirrselo al hombre a su rostro enrojecido, ra se content con apretar los dientes. Y lo he hecho afirm con tranquilidad y una sonrisa artificial. Haba esperado que la pareja se hubiese quedado asombrada ante la minuciosidad con que haba estudiado el asunto y de lo bien que saba recitar los nmeros de los artculos. Tambin habra podido decirse a s misma que aqul era uno de esos casos fastidiosos en los que no hay nada que sacar. La excitacin palpable en la voz del hombre cuando haba llamado al bufete dos das atrs tendra que haberle servido de campanilla de advertencia. Casi sin dejarla hablar, haba solicitado asesoramiento
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La letra islandesa suena como la castellana zeta. Nuestra protagonista se llama, pues,
zura.
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legal para un pleito que tenan su mujer y l con el cartero y el servicio de correos. Acababan de trasladarse a una casa unifamiliar que se haban hecho traer enterita desde Amrica, hasta la ltima tabla... incluyendo, entre otras cosas, una puerta exterior con una bocacarta no reglamentaria. Un da, la mujer lleg a casa y se encontr en la puerta de la calle una nota manuscrita que deca que no volveran a traerles el correo, pues la abertura estaba demasiado baja. A partir de entonces, tendran que ir a la estafeta a recoger su correo. Lo nico que puedo aconsejarle es que lo ms adecuado ser cambiar la posicin. Un litigio contra el Servicio de Correos de Islandia slo servir para acarrearle ms gastos. Tampoco le recomiendo que se meta en pleitos contra el supervisor de construcciones. Tambin cuesta dinero cambiar una puerta, la bocacarta no se puede mover. Ya se lo dije. El hombre y la mujer se miraron, triunfantes. Una puerta cuesta menos que un pleito, de eso no hay duda. ra alcanz la ltima carpeta del montn que haba preparado antes de reunirse con la pareja. Aqu hay una carta que he escrito en su nombre. Marido y mujer echaron mano hacia el papel al mismo tiempo, pero el hombre lleg primero. La oficina de correos o el cartero no actuaron correctamente. Tendran que haberle enviado a usted, mejor dicho, tendran que haberles enviado a ustedes dos, una carta certificada con la notificacin de que la bocacarta estaba a una altura ilegal, y les tendran que haber dado un plazo para realizar las modificaciones necesarias. La suspensin del servicio no podra producirse hasta que hubiera transcurrido el plazo. Una carta certificada chill la mujer. Cmo van a entregarla si no pueden trarnosla a casa? Mir a su marido, satisfecha consigo misma. Sin embargo, la reaccin no fue la que esperaba, y el gesto de su rostro cambi enseguida, transformndose en la mueca que traa al entrar en el despacho. Ay, cario, no nos vengas con ms complicaciones dijo el hombre con brusquedad. Las cartas certificadas no las meten en el buzn... hay que firmar el recibo cuando las entregan. Se volvi hacia ra. Contine. En la carta se solicita que la oficina de correos realice los pasos exigidos, que se atenga a la normativa y les conceda un plazo razonable. Nosotros proponemos dos meses. Seal la carta que el hombre acababa de leer y se la estaba entregando a su mujer. Transcurrido ese tiempo quedarn muy pocas opciones, y les aconsejo que alteren debidamente la altura de la bocacarta antes de que acabe el plazo. Si no es posible cambiarla y optan por conservar la misma puerta, tienen la opcin de colocar un buzn. Tendr que tener la boca dentro de los mismos lmites de altura de la bocacarta. Si se deciden por esta opcin, les recomiendo que lo coloquen utilizando un metro, para evitar nuevos problemas. Dirigi una seca sonrisa a la pareja. El hombre se qued con la mirada fija, pensando. De pronto sonri con un gesto perverso. De acuerdo, ya comprendo. Enviamos la carta, recibimos una carta certificada y entonces tenemos dos meses durante los cuales el cartero tiene que traernos las cartas a pesar de la altura de la boca. No es as? ra asinti. El hombre se puso en pie con gesto triunfal. Quien re el ltimo, re mejor. Ahora envo la carta y mientras dura el plazo coloco una bocacarta en la parte ms baja de la puerta. Pasado el plazo, colocar un buzn. Vamos, Gera.
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ra les acompa hasta la puerta, donde dieron las gracias y se despidieron, el hombre excitado ante la idea de enviar la carta para poder empezar la segunda parte de su lucha contra el cartero. Al volver a su mesa, ra sacudi la cabeza, asombrndose, una vez ms, ante lo retorcido que poda ser el espritu humano. Lo que se les ocurra a algunas personas. Confiaba en que los carteros tuvieran buenos sueldos, aunque lo dudaba mucho. No haba hecho ms que sentarse cuando Bragi, el copropietario de su pequeo bufete de abogados, asom la cabeza por el umbral. Era un hombre de edad madura, especializado en separaciones matrimoniales, un tipo de casos al que ra nunca haba tenido intencin alguna de dedicarse personalmente. Su propio divorcio le resultaba suficiente para toda una vida. Pero Bragi se encontraba como pez en el agua en ese terreno, se le daba especialmente bien solucionar los casos ms difciles y conseguir que la gente se pusiera de acuerdo sin tener que llegar demasiado a las manos. Bueno, qu tal la boca del buzn? Crees que llegar a establecer jurisprudencia en el Tribunal Supremo? ra le sonri. No, van a pensarse el asunto y nosotros tendremos que recordar que hay que mandarles la factura por mensajero. No est nada claro que vayan a seguir recibiendo el correo. Pero ojal se divorciendijo Bragi frotndose las manos. Imagnate lo que sacaramos de eso. Sac una nota amarilla y se la entreg a ra. Esta persona llam mientras estabas con los buzoneros. Pidi que le telefonearas en cuanto estuvieras libre. ra mir la nota y suspir al ver el nombre. Jnas Jlusson. Pues qu bien exclam, mirando a Bragi. Y qu es lo que quera? Haca un ao, ra haba asesorado a aquel millonario de mediana edad en la tramitacin de un contrato de compraventa de una granja agrcola en Snfellsnes. El tal Jnas se haba enriquecido muy deprisa en el extranjero, donde se especializ en la compra de emisoras de radio en dificultades, que desmantelaba y venda con enormes beneficios. ra no saba si siempre haba sido raro o si se haba convertido en lo que era al mismo tiempo que creca su riqueza. Se meti hasta el cuello en la new age desde que haba comenzado, y tena planes de construir una especie de hotel-balneario donde la gente pudiera alojarse, aliviando todos sus males fsicos y psquicos mediante terapias tradicionales. ra agit la cabeza al recordar todo aquello. Defectos ocultos, imagino respondi Bragi. No est del todo contento con la propiedad. Le sonri. Llmale, conmigo no quiso hablar. Segn l, t tienes a Venus en Cncer, y eso te convierte en una buena abogada. Bragi se encogi de hombros. Una carta astral favorable quiz no sea peor acreditacin que unas buenas calificaciones en la facultad de derecho. Qu s yo? Menudo rollo dijo ra, alargando el brazo hacia el telfono. Jonas haba empezado su relacin con ella hacindole la carta astral, que le haba salido muy favorable. ra sospechaba que los grandes bufetes se habran negado a darle datos sobre la hora de nacimiento de sus abogados, y por eso haba tenido que buscar asesores de menor calado, de otro modo no se poda entender muy bien por qu un hombre de su nivel llevaba sus asuntos a un bufete de abogados que slo constaba de cuatro personas. Marc el nmero escrito en la infame
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caligrafa de Bragi y se aclar la garganta mientras esperaba respuesta. Diga se oy decir a una voz masculina. Soy Jnas. Hola, Jnas, soy ra Gumundsdttir, de Abogados Centro. Me han dicho que habas llamado. S, en efecto. Me alegro mucho de orte. El hombre suspir. Bragi, el que habl antes contigo, mencion un defecto oculto. De qu va el asunto? pregunt ra, mirando a su colega, que asinti con la cabeza. Es tremendo, te lo juro. Estn apareciendo graves defectos ocultos que seguramente los vendedores conocan, pero de los que no me dijeron ni media palabra. Me temo que esto va a arruinar de raz todos mis planes. En qu consiste el defecto? pregunt-ra, extraada. La propiedad haba sido examinada por peritos reconocidos antes de la compra, y ella en persona haba ledo su informe. No haba surgido nada fuera de lo habitual. El terreno tena la extensin que deca el vendedor, contaba con todos los derechos enumerados en el inventario, y las dos viviendas que pertenecan a los terrenos estaban en tan mal estado que no haba ms remedio que pensar en una renovacin total. Una de las casas en la que he construido, el hotel, la granja Kirkjusttt, recuerdas? S, la recuerdo dijo ra, que aadi: Ya sabes que cuando se trata de compra de bienes inmuebles, el defecto tiene que ascender al menos a un 10% del precio de compra para que se puedan exigir compensaciones. No me puedo imaginar ningn defecto oculto en una casa tan vieja que llegue a ese lmite, por muy grande y grave que sea. Adems, un defecto oculto tiene que ser precisamente eso: oculto. En el informe de los peritos se indicaba de forma explcita que esas casas necesitaban una renovacin completa. Este defecto deja la granja totalmente intil para mis actividades replic Jnas con decisin. Y no hay duda alguna de que es oculto y de que los tasadores no pudieron descubrirlo. Y en qu consiste el defecto, entonces? pregunt ra, intrigada. Lo ms que poda imaginar es que se hubiera abierto un geiser en el suelo, como deca la historia que haba sucedido en Hverargeri haca mucho tiempo, aunque no recordaba que en la propiedad en cuestin hubiera calefaccin geotrmica. Ya s que no eres muy receptiva en materia espiritual dijo Jnas con tranquilidad. Seguramente te quedars asombrada cuando te diga lo que hay aqu, pero te ruego que me creas. Hizo una pausa antes de soltarlo: Aqu hay fantasmas. ra cerr los ojos. Fantasmas. Nada menos. Ah, vaya dijo mientras haca girar uno de sus dedos sobre la sien para indicarle a Bragi que el asunto de Jnas era de lo ms peculiar. Su colega se aproxim con la esperanza de or algo de lo que deca el cliente. Saba que te mostraras escptica murmur Jnas. Pero, sin embargo, es verdad, y en la comarca lo sabe todo el mundo. Los propietarios tambin estaban al tanto, pero no dijeron nada al efectuar la venta. Lo considero un engao, sobre todo porque saba cules eran mis planes para la granja y las tierras. Tengo gente muy perceptiva y lo mismo pasa con mis clientes y mis empleados. Lo estn pasando mal. ra le interrumpi. Cmo se manifiestan esos fantasmas? Hay un espritu endemoniado en la casa. Puedo mencionar como ejemplo cosas que desaparecen, que se oyen sonidos inexplicables a
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medianoche y que la gente ha visto aparecer a un nio. Y? pregunt ra. Aquello no era tan extrao. En su casa las cosas desaparecan un da s y otro tambin, se oan ruidos de da y de noche, y los nios aparecan inesperadamente con excesiva frecuencia. Aqu no hay ningn nio, ra. Ni tampoco en ningn sitio cercano. Call un momento. Ese nio no es de este mundo. Lo vi aparecer detrs de m cuando estaba mirndome en el espejo y no hay palabras que puedan explicar lo poco vivo que est. ra sinti un ligero escalofro en la espalda. Haba tal conviccin en la voz de Jnas que le llev a pensar que l crea en todo aquello, que estaba convencido de haber visto algo sobrenatural, por muy increble que a ella le pudiera parecer. Qu quieres que haga yo en este asunto? pregunt. Quieres demandar a los vendedores para que te hagan una rebaja en el precio de compra? Se trata de eso? Una cosa s que est clara... yo no puedo librarte de los fantasmas ni hacer un exorcismo en la casa. Ven por aqu el fin de semana dijo Jnas de repente. Me gustara ensearte ciertas cosas que hemos encontrado, y discutir contigo si afectan al asunto. Tengo una suite libre y, de paso, puedes disfrutar un poco. Masajes con piedras y otras cosas por el estilo. Volvers a casa renovada. Naturalmente, te pagar bien. ra pens que no le vendra nada mal un par de das de descanso, aunque crey percibir cierta ambigedad en la relajacin que Jnas prometa, teniendo en cuenta aquellas supuestas apariciones. En aquellos momentos, su vida daba vueltas en una especie de espiral vertiginosa, principalmente en lo tocante al futuro nieto que su hijo haba engendrado antes de cumplir los diecisis, y la tensa relacin con su ex marido, a quien se le haba metido en la cabeza que la culpa de todo ello la tena ella por ser una mala madre. Segn l, las hormonas de su hijo no haban tenido nada que ver en el asunto. La culpa era de ra, nica y exclusivamente. Aquella opinin la compartan los padres de la pequea futura mam, que tena quince aos. ra suspir. Haran falta muchsimas piedras poderossimas para arrancar de las ruinas de su alma tantas preocupaciones. Y qu quieres que vea yo? No puedes enviarme las cosas a Reikiavik? Jnas ri con frialdad. No, desde luego que no. Hay montones de cajas de libros viejos, dibujos, fotos y toda clase de cachivaches. Por qu crees que esos trastos viejos tienen alguna relacin con el defecto? pregunt ra escptica. Y por qu no los miras t mismo? Yo no puedo. Lo he intentado, pero hay algo en todo esto que me llena de espanto. No puedo ni acercarme a esas cosas. Pero t eres mucho ms terrenal y seguramente podrs echarles un vistazo sin sentirte afectada. ra no poda menos que estar de acuerdo. Auras, elfos, fantasmas y cosas por el estilo no haban ocupado demasiado su mente hasta aquel momento. Lo tangible se haba convertido para ella en una cadena que la mantena suficientemente atada como para que no sintiera necesidad de buscar ninguna otra cosa ms all de los lmites de la realidad. Dame un poco de tiempo para pensarlo, Jnas. Lo nico que puedo prometerte es que har lo posible por ir, si puedo. Te llamo maana por la tarde. Te parece bien?
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S, s, claro. Pero llmame sin falta, estar aqu todo el da. Jnas vacil antes de volver a hablar. Me preguntaste en qu afectaban al tema los trastos viejos que he encontrado. ra respondi afirmativamente. Jnas guard de nuevo silencio un momento. En una de las fotos est la nia que vi en el espejo.
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JUEVES
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Captulo 2
ra busc la carpeta con los trmites de la compra de terrenos en Snfellsnes. Haba poco que sacar, al menos no encontr nada que pudiera indicar la existencia de aquel peculiar defecto oculto. Haba sido una operacin de compra de propiedades bastante convencional, con la salvedad de que Jnas haba hecho toda una serie de exigencias en lo tocante a las fechas en las que se deba hacer ciertas cosas, por ejemplo, el contrato de compraventa tena que firmarse en sbado. ra solamente haba preguntado por miedo a que pidiera un aplazamiento para adaptarse a la posicin de los astros. Al terminar el sbado en cuestin, volvi a pensar lo mismo. Pero, por otra parte, en la venta en s no se haba producido nada de especial. Se habl de la propiedad y de lo que contena, incluyendo los bienes muebles y otras cosas existentes en los terrenos. Los vendedores eran dos hermanos de entre cincuenta y sesenta aos de edad, Brkur y Eln, hijos de Prur. En realidad actuaban en representacin de su madre, que haba heredado las tierras de su padre mucho tiempo atrs. Consiguieron un precio de lo ms ventajoso por la propiedad, y ra recordaba bien la envidia que le produjo todo aquel dinero en su momento. Sonri para s al pensar en cunto dinero habra que tasar al fantasma para que pudiese afectar a la propiedad en un 10%. Pero, de inmediato, la sonrisa desapareci cuando se imagin intentando entablar un pleito con los propietarios para que abonaran una compensacin por daos y perjuicios. El hermano era el que haba llevado la mayor parte del trato en nombre de su madre. ra slo haba visto a la hermana una vez, cuando se firm el contrato. La madre no haba aparecido nunca, ya que tena una edad muy avanzada y no poda moverse de la cama, segn contaba Brkur, que pareca muy orgulloso de ella. Su hermana Eln, en cambio, se haba mostrado silenciosa y retrada. ra tuvo entonces la sensacin de que ella no estaba tan interesada en vender como su hermano. Teniendo en cuenta todo aquello, dudaba mucho que l aceptara la reclamacin de una compensacin sin poner objeciones. Trat de ignorar aquella cuestin momentneamente y cruz los dedos con la esperanza de que Jnas cambiara de idea. En caso contrario, se vera obligada a echar mano de todos sus recursos para quitrsela de la cabeza Se concentr en otros asuntos, que eran pocos y de escasa relevancia. Por desgracia, el bufete estaba tranquilo. Suspir y maldijo su estupidez en cuestiones monetarias. A finales del ao anterior haba trabajado para unos alemanes muy ricos que le haban pagado esplndidamente, y si hubiera tenido una pizca de sentido comn habra utilizado el dinero para aligerar la hipoteca de la casa. En lugar de eso, se lo haba gastado en una caravana y un todoterreno. No acababa de entender por qu lo haba hecho. Encima haba pedido un prstamo para cubrir lo que faltaba, con lo que se haba metido en ms problemas econmicos todava. Recordaba vagamente haber imaginado viajes por el pas con el sol de un clido verano, una familia numerosa moderna de vacaciones de verano: una madre divorciada con sus dos hijos... en su
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caso una hija de seis aos y un hijo de diecisis que, precisamente, estaba camino de ser padre. El nieto an no tena cabida en aquel sueo de color de Rsa, pues, probablemente, slo lo vera uno de cada dos fines de semana. Ojal no fueran los fines de semana que sus hijos pasaban con su padre. Sera un buen tema de estudio para los socilogos analizar la situacin de un padre de fin de semana que segua siendo suficientemente joven para pasar dos fines de semana al mes con su propio padre. Cuando ra hubo acabado todos sus asuntos entr en la red e intent, para entretenerse, encontrar informacin sobre los terrenos o las casas que haba en ellos. Busc por los nombres de las casas que figuraban en el contrato de compraventa, Kirkjusttt y Kreppa, pero no encontr nada: ni en el pasado ni en el presente. Se encogi de hombros y renunci. Decidi echar un vistazo a su correo electrnico y vio con cierto pesar que Matthew le haba enviado un mensaje. Haba conocido a aquel alemn durante la investigacin del asunto que haba acabado por proporcionarle la caravana y el todoterreno, sin pagar la hipoteca. En realidad haba hecho algo ms que conocer a aquel hombre (lo haba conocido ntimamente, como dira su madre), y ahora pretenda venir de visita para renovar su ntimo conocimiento. Matthew le preguntaba si le vendra bien que fuera a Islandia para unas breves vacaciones. ra se mora de ganas de que fuera a verla, pero saba que la mejor fecha sera en torno al ao 2020, cuando su hija cumpliera los veinte. No estaba nada segura de que Matthew pudiera esperar tanto. As que cerr el correo y decidi esperar hasta el da siguiente para contestarle. Se levant, puso un poco de orden en el escritorio y suspir. Pens si haba suspirado a causa de algn profundo y reprimido deseo de una vida con menos preocupaciones, inocente y sin nietos precoces, pero lleg a la conclusin de que no era tan complicado. Si suspiraba era sencillamente porque ahora tena que pasar por delante de Bella al salir. Bella era la secretaria de la oficina que ella y Bragi se haban dejado encasquetar en el contrato de alquiler del local cuando abrieron el bufete. ra hizo acopio de valor y sali del despacho. Bueno, me voy dijo al pasar por delante del mostrador de recepcin. Pens en la idea de subir el mostrador para que aquella joven tan poco atractiva quedara un poco ms oculta, pero enseguida se avergonz de semejante pensamiento y una falsa sonrisa brot en sus labios. Hasta maana! Bella levant sus espesas cejas y mir de reojo a ra. Para completar el gesto de desagrado, torci la boca. Ah. Ests aqu. Ah? Qu quieres decir con ah? pregunt ra extraada. Y dnde iba a estar, si no? Me viste entrar despus del almuerzo, y no me has visto salir. No tengo costumbre de escaparme saltando por la ventana. No, por desgracia se oy rezongar a Bella, aunque no pudo estar segura de que fuera eso lo que haba odo, porque lo que dijo la joven en voz alta fue: Tu ex marido llam por no s qu y le dije que no estabas. No quiso dejar ningn recado. ra se sinti agradecida por aquel detalle, pues las llamadas telefnicas de Hannes no le solan reportar demasiadas alegras. No le apeteca lo ms mnimo que Bella tuviera oportunidad de divertirse con todo lo negativo de su vida. Decidi dejar las cosas como estaban, resuelta a no buscar pelea con aquel monstruo. As que se limit a enviarle otra sonrisa y descolg su chaquetn del perchero. Cuando estaba a punto de salir abriendo la puerta... ms an, cuando tena ya la
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mano derecha sobre el pomo, la chica carraspe indicndole que haba algo ms. Bueno, tambin llam Lsing. No has cumplido los plazos de pago de la caravana. ra ni siquiera la mir. Sali tranquilamente al pasillo y cerr la puerta. En aquel momento, habra aceptado sin dudarlo el masaje al que la haba invitado Jnas, sin importarle qu piedras pudieran emplearse.
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Birna mir a su alrededor y respir hondo. Observ a travs de los jirones de neblina que flotaban sobre el mar y vio una pareja de gaviotas que descendan en picado compitiendo por la comida. Ninguna de las dos aves consigui vencer y volvieron a elevarse con gran gritero y batir de alas. Desaparecieron en la espesa capa de niebla que flotaba sobre la orilla. Haba bajado la marea y un fondo de algas hmedas se extenda por toda la playa de guijarros. Era un lugar poco corriente, no se vea arena en ningn sitio, slo montones de cantos rodados de todas las formas y tamaos. El entorno de la playa tambin era peculiar: una pequea ensenada rodeada de altos farallones de columnas baslticas, diseados sin duda por alguna fuerza poderossima para servir de residencia colectiva a las aves. Cada cornisa estaba aprovechada, y de ella surga un alboroto de gaviotas. Birna se dirigi hacia un extremo en la parte interior de la playa, donde los acantilados formaban una ensenada ms pequea que la que ella iba bordeando. El mar entraba all a travs de un arco de piedra que se abra al mar abierto y la cala estaba completamente rodeada de rocas. Solamente se podan ver los altos acantilados de piedra, pero el graznido de los pjaros que habitaban en ellos resonaba en la playa entera. Birna se detuvo. La niebla se haba ido espesando rpidamente y slo vea a escasos metros de distancia. Volvi a respirar hondo, ahora por la nariz, y disfrut del peculiar aroma de la playa. Le habra gustado mucho quedarse a dormir all al aire libre, envuelta por la niebla. No le apeteca nada volver al hotel. Pero no tendra por qu ser as. El edificio le gustaba, y cada vez que lo miraba senta un orgullo infantil, sobre todo durante la poca de su construccin, cuando apenas tena forma. Incluso le gustaba el agujero que haban excavado cuando empezaron a echar los cimientos. El terreno en el que iba a edificarse el hotel le haba llamado la atencin de alguna forma desde la primera vez que haba ido a ver la parcela. Estaba ante el mar abierto, al sur de Snfellsnes, y en s mismo no pareca diferente a las otras fincas de la comarca. Desde luego estaba bastante ms apartado, pues la granja no se vea hasta que uno se aproximaba. El antiguo edificio estaba construido en un terreno cubierto de hierba oculto en medio de un desolado pramo que llegaba casi hasta el mar. El imponente entorno la haba inspirado. Igual que la antigua casa. Tena que disear un edificio desproporcionadamente grande que estara conectado a ella, sin empequeecerla ni asfixiarla. Le haba causado muchos quebraderos de cabeza: la sencillez era frecuentemente la virtud ms difcil, al contrario que la exuberancia. Pan comido. Las ideas que surgieron a medida que avanzaba el proyecto resultaron una novedad para ella. Aunque le gustaba su profesin, otras casas que haba diseado no haban despertado las mismas sensaciones. En realidad, saba perfectamente a qu se deba. El hotel era, con mucho, su obra ms perfecta. Ya desde que haba empezado a dibujar los
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primeros bocetos en su estudio de Reikiavik, se haba dado cuenta de que estaba en el camino correcto. Aquel edificio era mucho mejor que los que haba diseado antes. Comprendi que ahora, por fin, empezara a ser alguien. Sera cotizada. Muchas veces haba tratado de comprender por qu aquel proyecto se haba apoderado de ella tan rpidamente y cul haba sido el motivo que la haba llevado a una conclusin tan extraordinaria. Tal vez porque estaba increblemente bien conservado, pese a que nadie haba vivido all durante cincuenta aos. Para ella, estaba claro que alguien se haba estado ocupando de la casa todos aquellos aos, quiz con idea de utilizarla como residencia de verano o como refugio de la vida urbana, sin llegar nunca a conseguirlo. Dentro del edificio no haba nada que indicase que el presente hubiera chocado con el pasado. Una espesa capa de polvo se haba depositado por encima de todo, algunas ratoneras esparcidas por todos lados indicaban, sin embargo, que alguien se haba preocupado de que el mobiliario no sufriera un dao innecesario. Cuando Birna entr por primera vez, sinti un cierto estremecimiento al ver los diminutos esqueletos que haba en algunas de las trampas, pero por lo dems la casa le caus buena impresin, por dentro y tambin por fuera. Mir la hora. Qu pasaba con ese hombre? Se haba entretenido en aquella estpida sesin de espiritismo? El mensaje era bien claro. Busc su telfono y revis los mensajes. S, no haba error. Nos vemos a las nueve en la cueva. Vaya estupidez. Antes de volver a guardar el mvil en el bolsillo, comprob que no haba cobertura en aquella ensenada. Para ella, aquello era lo ms fastidioso de la zona. Nunca estaba segura de que hubiera cobertura. Decidi volver a la cueva. Poda ser que l estuviera ya all. Aunque la cueva estaba en lo ms alto de la playa, la bruma se haba hecho tan espesa que podra llevar un rato all esperando sin que ella se hubiera dado cuenta. Adems, el ruido de los pjaros no permita or nada ms, de forma que ni siquiera habra podido orle llegar. Se puso en marcha teniendo mucho cuidado de mirar dnde pisaba, porque era muy fcil dar un traspi en el pedregal. A su paso, los guijarros chasqueaban cuando su peso los haca rodar. Ojal hubiera cambiado finalmente de opinin y se hubiera dejado convencer por sus razonamientos. Pero haba tenido que gastar mucha plvora en el asunto. En realidad, lo dudaba, tan empecinado estaba en aquello. De todos modos, esperaba que hubiera adoptado la decisin correcta, aunque tambin saba que, de ser as, el cambio de opinin habra sido gracias a ella. Haba cedido y se haba acostado con l. Al menos sacara algo de aquello, porque no haba experimentado placer alguno. Era importante tener varios proyectos en marcha al mismo tiempo, la competencia era dura. Aunque en cierto modo ya tena asegurado el xito all, no era cosa de limitarse a aquello con exclusividad. Se estaba exigiendo demasiado. Pero qu importancia tienen unas relaciones sexuales en el contexto de la victoria entre sus colegas? Todos hablaran de ella. Birna sonri para sus adentros slo de pensarlo. Un gritero desacostumbrado en la roca de los pjaros la arranc violentamente de sus ensoaciones. Pareca como si todos los pjaros de la tierra se hubieran puesto de acuerdo en alzar la voz. Quiz queran recordar su existencia al mundo que se ocultaba detrs de la niebla. Birna suspir. Haba empezado a hacer fro y se envolvi en el abrigo. Qu clase de verano era aqul? Al llegar a la cueva, no vio a nadie. Llam en voz alta por si estuviera all aunque no pudiera verlo, pero nadie
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respondi. Diez minutos. Le dara diez minutos y luego se ira. Menudo rollo. La ira enrojeci sus mejillas y con ello sinti algo de calor. Cmo tena la desfachatez de hacerla esperar de aquel modo? No era lo mismo que llegar tarde a una cita en algn caf de Reikiavik. All poda dedicarse a leer peridicos para pasar el rato, pero aqu no haba nada que hacer. Y aunque el lugar fuera tan extraordinariamente hermoso, como otros sitios de Snaefellsnes, en aquel momento no se vea nada por culpa de la niebla. Cinco minutos. Le dara solamente cinco minutos. An tena que regresar y le haban entrado unas ganas terribles de hacer pis. Un pensamiento extrao se desliz por su mente. No tena relacin con su presencia en la playa o con el enfado por hacerla esperar all sola en medio de aquella niebla asquerosamente fra. De pronto, se sinti triste por no conocer mejor la geografa de la comarca y de otros lugares de Snaefellsnes. Cmo se form, por ejemplo, el Kirkjufell, una montaa por la que siempre se haba sentido atrada? Estaba aislada justo delante del mar al norte de la pennsula, y an recordaba suficiente geografa para saber que no se trataba de un volcn. Por eso, echaba en falta haber prestado ms atencin a la asignatura en sus aos de instituto. Cuando volviera a casa lo consultara. Como decidi hacer, en realidad, la primera vez que vio la montaa, aunque despus se olvidara de ello. De nuevo, los chillidos de los pjaros estallaron en las paredes del acantilado en el que Birna estaba apoyada. Sufri un sobresalto y se alej dos pasos de la pared. Tuvo una sensacin de nusea y se estremeci. No era la primera vez. Era algo relacionado con aquel lugar. No solamente con lo que estaba a la vista, y con aquellos personajes insoportables que trabajaban en el hotel y se crean auxiliares espirituales de los huspedes. Por no hablar de estos ltimos. Eran otro montn de chiflados. Aunque algo menos malos. No, haba algo ms. Algo que haba ido creciendo poco a poco, calladamente, que haba empezado la primera vez que vio aquel lugar, con el escalofro que le produjo la imagen de los esqueletos de los ratones, y que haba acabado por convertirse en una permanente sensacin de nusea, sensacin que le provocaba una ira difcil de dominar. No era aquel estpido cuento de fantasmas lo que ejerca su influencia sobre ella. Estaba segura de que los empleados del hotel se lo haban inventado, movidos por algn extrao impulso que iba ms all de su capacidad de comprensin. Volvi a estremecerse, aunque ahora, ms que nada, para volver en s. Qu estpido juego melodramtico era aqul? Ella, que era conocida entre sus amigos por su apego a lo terrenal, que en ocasiones llegaba al aburrimiento. Aqu haba un trabajo que hacer. Jnas quera ms. Haba mucho potencial en un hotel para chiflados, pero no haba sido aquello lo que haba sorprendido a Birna, sino todo el dinero que parecan tener todos aquellos desequilibrados. El alojamiento no era precisamente barato en el establecimiento de Jnas, por no hablar de la gua espiritual que proporcionaban sus empleados. Birna intent sonrer al recordar, de pronto, cmo se haba comportado Eirkur, el especialista del hotel en la lectura de auras, cuando ella haba llegado haca una semana. La haba aferrado con fuerza por el brazo y le haba susurrado que tena el aura negra. Deba tener cuidado. La muerte le segua los pasos. Frunci el ceo ante aquel recuerdo, pero tambin ante el desagradable aliento del hombre y su mal olor. Haban pasado los cinco minutos. Se las pagara. Habra podido estar trabajando, tena mucho que hacer y el plazo para terminar el proyecto no era eterno. Si no le hubiera llegado aquel mensaje, habra seguido enfrascada en los planos del terreno para la construccin del nuevo
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edificio, y quin sabe si no habra llegado ya a la solucin. Tena que edificarse separado de la casa principal, a cierta distancia de ella. Por algn motivo, an no haba conseguido determinar la localizacin exacta. Haba algo en el lugar donde debera hacer el edificio, algo que se le escapaba. Pero no se trataba en absoluto de una cuestin de buena o mala eleccin, sino algo que le molestaba en aquella parcela, algo que no encajaba, pero que no lograba comprender. A lo mejor no era ms que una tontera, estaba ya ms que harta de todos los plazos que tuvo que ir cumpliendo a lo largo del ao y medio anterior. Jnas quera un arquitecto que dedicara toda su vida al trabajo (aparte de tener el horscopo adecuado), y sin discutir, ella haba aceptado vivir en el lugar. Haba preguntado a algunos empleados del hotel si haban notado algo extrao en aquella parte de la propiedad, pero no le haban dicho nada especialmente til. La mayora haban contestado a su pregunta con otra ms clara: Por qu no eliges otro sitio si ste no te acaba de gustar? Aqu hay terreno de sobra. Pero esa gente no la comprenda. Eso s, saban perfectamente todo lo relativo a la situacin de las estrellas y los planetas. Por su parte, Birna era una experta en la ubicacin de los edificios. Aqul era el solar, no se poda hablar de ningn otro. Los pjaros incrementaron su gritero, pero Birna estaba demasiado concentrada en sus pensamientos para darse cuenta. Fue movindose lentamente entre las piedras en direccin a la parte superior de la playa. De pronto, se detuvo a escuchar. Se oan crujidos en las piedras de la playa detrs de ella. Se dispuso a darse la vuelta, contenta de poder liberarse por fin de la irritacin que haba ido acumulndose en su interior desde que haba empezado la espera. Maldita sea. Ya haba llegado. Birna no consigui darse la vuelta por completo. A pesar del ruido de los pjaros que llegaba desde las rocas, oy claramente el silbido del objeto que atravesaba el tranquilo aire del mar en direccin a su cabeza, y vio la roca gris en el mismo instante en que impactaba violentamente en su frente. No vio nada ms en esta vida. Pero sinti algunas cosas. De una forma vaga e irreal not cmo era arrastrada por la spera tierra. Sinti la carne de gallina que la fra niebla caus en su carne desnuda cuando le arrancaron las ropas y percibi en la boca el sabor metlico de la sangre, y la tristeza que lo acompa. Le quitaron los calcetines y not un terrible dolor punzante en las plantas de los pies. Qu estaba pasando? Todo suceda como en un sueo, intangible. Una voz que conoca bien lleg hasta sus odos, pero aquello no poda tener nada que ver con lo que estaba pasando, no poda ser. Birna intent decir algo pero no consigui articular una sola palabra. Un sorprendente suspiro brot de su cuello, pero ella no haba suspirado. Qu extrao era todo. Antes de sumergirse en la negrura, por su mente cruz la idea de que nunca podra leer nada sobre el origen de Kirkjufell. Aunque resultara chocante, aquello le pareci lo peor de todo. La misma pareja de gaviotas que Birna haba visto arrojarse hacia el mar en busca de alimento, estaba esperando en la playa, vigilando lo que suceda entre la bruma. Esperaban pacientes a que acabara la agresin. La playa y el mar cuidaban de los suyos. Aqu nadie debe pasar hambre.
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VIERNES
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junio de 2006
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Captulo 3
No comprendo qu puede haberle pasado a Birna refunfu Jnas, alargando la mano hacia una taza floreada con el brebaje cuya composicin acababa de explicarle pomposamente a ra. Se trataba de un t de elaboracin propia, a base de hierbas de la vecindad inmediata y que, segn Jnas, curaba toda clase de males y enfermedades. ra haba aceptado la taza, haba sorbido un poquito con algo de ruido y, a juzgar por el sabor, aquel t deba de ser especialmente saludable. Me habra gustado que os conocierais aadi despus de beber un sorbo de la infusin y dejar la taza con mucho cuidado sobre el platillo. Haba algo tremendamente ridculo en todo aquello. La taza y el platillo eran finsimos, de exquisita porcelana, con una elegante asita que pareca an ms pequea en las grandes manos de Jnas. Era lo menos parecido a un hombre de aspecto delicado, ya que posea una gran corpulencia sin ser gordo, estaba bronceado, y a fin de cuentas era el tipo de hombretn capaz de beberse el caf ms fuerte directamente de la cafetera cuando estaba a bordo de un arrastrero y, sin embargo, no haca el ms mnimo ruido cuando tomaba a sorbitos un imbebible t de hierbas en una taza de seorita, nada ms salir de la clase de yoga. ra sonri y se acomod en la silla. Estaban en el despacho de Jnas en el hotel, y le dola la espalda del largo rato que se haba pasado conduciendo hasta llegar all. El trfico de viernes era muy denso, e incluso se vio empeorado porque haba tenido que llevar a los chicos a casa de su padre, en Garabr, al salir de la ciudad. Los coches avanzaban a paso de tortuga y daba la sensacin de que todos los habitantes del rea metropolitana de la capital iban en la misma direccin. Aunque aquel fin de semana, en realidad, no le corresponda, Hannes le haba pedido que hicieran un cambio pues el fin de semana siguiente tena que ir al extranjero a un congreso mdico y no poda quedarse con los nios. ra haba decidido, sin la menor vacilacin, tomarle la palabra a Jnas y pasar el fin de semana en el hotel new age de Snfellsnes. Tena intencin de aprovechar la ocasin para desconectar, darse unos masajes y aprovechar el relax que Jnas le haba prometido, aunque el objetivo del viaje era quitarle de la cabeza la idea de reclamar una compensacin por las apariciones fantasmales. ra quera terminar lo antes posible la conversacin, para poder irse a su habitacin a echar una siestecita. Ya aparecer dijo ra al aire, no saba nada sobre aquella arquitecta, la mujer bien podra ser una alcohlica compulsiva que anduviera tirada por all y que no se dejara ver en un par de semanas. Jnas resopl. No es propio de ella, bamos a repasar los bocetos para el edificio nuevo esta maana. Rebusc entre unos papeles que haba encima de la mesa, visiblemente irritado con la arquitecta. No habr ido al pueblo a algo? pregunt ra, esperando que no siguiera hablando de aquella mujer. Los dolores de la espalda, debidos al cansancio, estaban extendindose a los hombros. Jnas sacudi la cabeza.
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Su coche est ah fuera. Golpe la superficie de la mesa con las dos manos. En fin, vale. Finalmente, t has venido. Sonri a ra. Estoy impaciente por contarte lo de las apariciones, pero eso tendr que esperar un poco. Mir su reloj de pulsera y se puso en pie. Tengo que ir a hacer la ronda. Suelo hablar con la gente al acabar la jornada. Tengo mejores vibraciones con la empresa y con la marcha de todo si me entero de los problemas desde el principio. As es ms fcil tomar medidas. ra se puso en pie, feliz de su liberacin. S. Hablaremos maana. No te preocupes por m. Pasar aqu todo el fin de semana y habr tiempo de sobra para repasar el asunto. En el momento en que ra se estaba colgando el bolso al hombro, not un olor espantoso y arrug la nariz. Qu peste es sa? le pregunt a Jnas. La not tambin en el aparcamiento. Hay alguna fbrica de aceite de hgado de bacalao por aqu cerca? Jnas levant la nariz y respir por ella varias veces. Luego mir a ra, impasible. Yo no huelo nada. Supongo que me habr acostumbrado a esa maldicin respondi. En la playa de ah abajo qued varada una ballena. Cuando el viento sopla en determinada direccin, el hedor llega hasta aqu. Y te quedas tan tranquilo? dijo ra. Te limitars a esperar a que el cadver desaparezca? Hizo una mueca cuando volvi a percibir el olor. Ojal el defecto oculto fuera algo parecido a aquello, entonces el caso estara cerrado al momento. Te acostumbras dijo Jnas. Levant el telfono y marc un nmero. Hola. Te envo a ra. Llvala a su habitacin y dale hora para un masaje esta tarde. Se despidi y colg. Acompame a la recepcin, te voy a dar una de las mejores habitaciones, con una vista esplndida. No te decepcionar. Una chica joven acompa a ra desde la recepcin. No se diferenciaba mucho de un muchacho, y le llegaba a ra justo a los hombros. No se senta cmoda dejando que aquella chiquilla le llevara su maleta, pero no hubo otra opcin. Dio gracias de que no fuera demasiado pesada aunque, como siempre, haba metido en ella demasiadas cosas. ra estaba segura de que en los viajes regan leyes distintas a las vlidas para los das normales, y que se podra poner ropa que, en otras circunstancias, ni siquiera miraba en el armario. A pesar de todo, acababa siempre ponindose los mismos trapos de costumbre. ra sigui a la chica por un largo pasillo que daba la sensacin de ser ms ancho de lo que era en realidad, debido a la extraordinaria claridad que entraba por un enorme tragaluz que ocupaba el techo de un extremo al otro. El sol de la tarde brillaba sobre el fino cabello de la chica, que iba delante de ella. Es agradable trabajar aqu? pregunt ra, intentando entablar conversacin. No respondi la chica sin volver la cabeza. Me estoy buscando otro empleo. Lo malo es que no hay. Ah dijo ra. No haba esperado una respuesta tan espontnea. No son buena gente los empleados? La chica se dio la vuelta un instante sin perder el paso por el corredor. No y s. La mayora estn bien. Algunos son unos verdaderos pelmas. La muchacha se detuvo delante de una de las puertas, sac del bolsillo una tarjeta de plstico y abri. A lo mejor la culpa es ma, quin sabe. Yo no soy demasiado buena para este rollo de atender clientes. Por el bien del hotel, ra confi en que aquella chica no tuviera
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demasiado que ver con las terapias. No era precisamente lo que poda llamarse una buena vendedora. Y por eso quieres irte? pregunt. No. No exactamente por esorespondi la chica, indicndole a ra que entrase en la habitacin por delante de ella. Es otra cosa. No puedo explicarlo bien. Este lugar es malo. ra ya haba cruzado el umbral y por eso no lleg a ver el rostro de la chica al decirlo. No saba muy bien si estaba seria, aunque la voz pareca indicar que lo que haba dicho era de verdad. ra mir la bonita habitacin y se dirigi a una gran pared de cristal que daba hacia el mar. Fuera haba una terracita solarium. Qu quiere decir eso de que es malo? pregunt, volvindose hacia la muchacha. La vista indicaba todo lo contrario: destellos en un mar suavemente rizado y pacfico ms all de la playa. La chica se encogi de hombros. Pues que es malo. Este sitio siempre ha sido malo. Todo el mundo lo sabe. ra enarc las cejas. Todo el mundo lo sabe? Quin es todo el mundo? Si aquel lugar tena mala fama y los propietarios la conocan pero prefirieron no mencionar, sera ya una base (muy dbil) para un posible pleito. La chica la mir como slo saben hacerlo los jvenes a los que todo les fastidia. Pues todos. Todos los de por aqu. ra sonri para s. No tena ni idea del nmero de habitantes del sur de Snfellsnes, pero saba que la palabra todos no tena ninguna relacin con l. Y qu es lo que saben todos? De repente, la chica se puso nerviosa. Meti las manos en los bolsillos de sus vaqueros demasiado grandes y baj los ojos. Tengo que volver al trabajo. No puedo seguir hablando con usted de este asunto. Dio media vuelta y sali al pasillo. Quiz ms tarde. En el quicio de la puerta se detuvo y mir suplicante a ra. No le diga a Jnas que he estado charlando de esto. No le gusta que hable demasiado con los clientes. Se frot la mano izquierda entre el pulgar y el ndice. Si quiero encontrar otro empleo necesitar informes positivos. Quiero trabajar en un hotel en Reikiavik. No te preocupes. No soy una husped corriente. Le expondr a Jnas que has sido muy til y le pedir permiso para hablar contigo tranquilamente. Jnas me pidi que viniera para investigar una serie de cosas. Creo que t puedes ayudarme, y a l tambin, de paso. ra sonri a la chica, que la mir escptica. Y cmo te llamas, por cierto? pregunt ra, para poder buscarla al da siguiente. Slds respondi la muchacha. Se qued callada un momento en el umbral, como si no supiera adonde dirigirse, pero sonri dbilmente, se despidi y se fue.
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Bergur Ketilsson caminaba a paso tranquilo, aunque saba que su mujer le estaba esperando en casa con la cena. Prefera pasar la noche solo, en medio de la naturaleza, antes que en casa con ella, en un silencio opresivo, en una artificial felicidad matrimonial. Suspir al pensarlo. Llevaban casados veinte aos, aparentemente en buena armona y
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compenetracin, pero la pasin nunca haba sido excesiva, ni siquiera durante el breve noviazgo. No eran as, al menos ellos no. l se haba dado cuenta haca muy poco de que a ella le pasaba algo parecido. Un poco tarde, descubrirlo a los cuarenta. La vida se habra comportado, sin duda, de una manera diferente si se hubiera dado cuenta antes de casarse con la zombi de Rsa. Entonces quiz se habra ido a la capital a estudiar. Cuando era joven adoraba la lengua islandesa, aunque nunca se lo haba mencionado a nadie. La gente no era muy aficionada a aquella disciplina, con la soledad que acompaa a las tareas de una granja. Con gesto triste, iba buscando nidos de ider. La reciente ola de fro haba jugado una mala pasada a los polluelos. Ese ao habra menos ideres. Continu. A lo lejos vea el tejado del hotel sobresaliendo por encima de las rocas de la playa. Lo mir en silencio, concentrado en imaginarse lo que suceda all dentro. Pero no pudo. Se encogi de hombros y sigui adelante. No se encontraba bien y decidi seguir el camino ms largo, que pasaba por la ensenada. No era un simple rodeo, pues quera averiguar cmo haban aguantado la ola de fro las puestas de aves marinas. Aviv el paso y continu pensativo. El hotel era el culpable del estado depresivo que se haba adueado de l. Si no lo hubieran construido, l habra seguido viviendo su vida tan conforme, ni feliz ni infeliz. Por eso nunca poda formarse una opinin clara sobre l: le haba producido, en cierto modo, una felicidad excesiva y una tristeza demasiado grande como para ser capaz de pensar las cosas con claridad. Se dio cuenta de la presencia de un nido y se dirigi tranquilamente hacia l. Dos polluelos diminutos estaban muertos en el centro. La hembra de ider no se vea por ningn sitio, quiz el fro tambin haba acabado con ella. En la ensenada la situacin pareca la misma. Vio pocas cras en los nidos que descansaban en cada terraza. Los ideres estaran, dentro de un ao, igual que el zorro. Se alej del acantilado y se dirigi hacia la granja. Sus pasos eran lentos, porque no tena ganas de llegar. El hedor del cadver de la ballena ni siquiera le molestaba, le resultaba indiferente, en el estado en que se encontraba en aquel momento. Bergur aceler el paso. Quiz lo que tena que hacer era ir a casa y decirle a Rsa que haba encontrado otra mujer. Una mujer ms divertida, ms lista, ms guapa y encima ms joven. En cualquier caso, una mujer mejor que ella. Por un instante, la idea le pareci razonable. Se lo dejara todo a Rsa, la granja, el ganado, los caballos, los pollos de ider. l tendra suficiente con su recin descubierta felicidad. Pero aquella visin era irreal. Rsa no podra encargarse ella sola de la granja, y la noticia no le hara ni la menor gracia. A fin de cuentas, la comarca y las tierras no le gustaban demasiado, reaccionaba siempre exactamente igual ante todas las cosas, con aquel gesto inexpresivo que rozaba la indiferencia. Lo que ms la emocionaba era el gato. Lo mismo suceda en todos los aspectos de su vida en comn. Lo raro era que l haba sido exactamente igual. Pero ahora era un hombre completamente diferente. En el borde de la playa tropez con algo y mir hacia abajo, extraado. Por lo general, caminaba con mucha seguridad, saba moverse sobre los redondeados guijarros de la playa y las resbaladizas algas. Pero aquel montn de algas era mucho mayor que cualquiera de los que haba visto llegar a la playa trados por la marea, a lo largo de los aos. Adems, se qued petrificado cuando la luz ilumin un brazo humano en medio de las algas. No caba duda alguna. Los dedos estaban tan apretados que a ningn fabricante de muecas o maniques se le pasara ni siquiera por la cabeza construir una mano semejante. Bergur se agach y not el hedor
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de la sangre inundando sus sentidos. Se asust. La pestilencia se haba abierto paso entre las algas cuando Bergur movi con el pie el blando cieno, y el metlico olor de la sangre result tan fuerte que ahogaba por completo la fetidez de la ballena muerta. Se cubri la nariz y la boca con el antebrazo para no aspirar aquel olor repulsivo. Volvi a erguirse, pensando en lo que poda hacer por aquella persona que haba all, debajo de las algas. Vio que un rayo de luz llegaba hasta el cuerpo y brillaba sobre una piel blanca. Se extra de no haberse percatado antes de la presencia del cuerpo pues, cuando lo vio, su posicin result evidente. Nunca llevaba telfono mvil, por eso lo nico que poda hacer era llegar a casa lo antes posible y llamar desde all a la polica. Quiz tambin fuera necesario llamar al servicio de urgencias mdicas. Seguramente tambin los necesitaran. Tom aire a travs de la manga del abrigo para evitar el olor de la sangre, pero de pronto se qued agarrotado. Sus ojos se clavaron en la mano. Conoca el anillo del hinchado dedo anular. Bergur cay de rodillas al lado del cadver. El hedor ya no le molestaba. Agarr aquella helada mano para asegurarse. S, era el anillo. Boque para respirar. Con manos rpidas empez a apartar las algas en el lugar donde calculaba que estara la cabeza, pero enseguida se detuvo. No haba rostro. Pero vio suficientes cabellos para darse perfecta cuenta de que su sueo de una vida nueva, emocionante y feliz acababa de terminar.
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ra trataba de mostrarse tranquila. Estaba tumbada sobre el estmago intentando relajarse, aunque, en realidad, estaba concentrada en aparentar relajacin, porque no quera que la masajista creyera otra cosa. Era una mujer musculosa y nervuda, ms joven que ra. Iba vestida con unos pantalones blancos de lino y una camiseta de manga corta, de color verde claro, sin medias y con sandalias lisas. Las uas de los dedos de sus pies estaban pintadas de laca azul claro. Por regla general, ra no sola mirar mucho esa parte del cuerpo de la gente, pero aquellos dedos de los pies se le aparecan constantemente mientras estaba tumbada boca abajo sobre la camilla, con la cara inmvil, metida en un agujero que haba al final de la misma. Lo peor haba pasado, la mujer haba dejado de masajear y haba empezado a colocar piedras calientes sobre la columna vertebral de ra. Ahora notars cmo la fuerza de las piedras se va disolviendo por tu espalda. Luego se mover por los nervios hacia todos los rincones y los huecos ms oscuros. Por debajo de la voz sonaba msica relajante de un disco que la masajista le haba dicho que se poda comprar en la recepcin. ra estaba decidida a mirar el nombre de aquel grupo, para evitar que algn da pudiera comprar un disco suyo por despiste. Falta mucho? pregunt ra, con la esperanza de que terminara ya. Creo que la fuerza ha llegado ya hasta el ltimo rinconcito. Estoy empezando a sentirme estupendamente. S? A la masajista le resultaba difcil de creer. Ests segura? An queda bastante. ra reprimi un suspiro. Desde luego que s. Estupendamente. Noto perfectamente que ya estoy lista. La masajista iba a poner reparos pero se detuvo cuando son un telfono en algn lugar de la salita.
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Espera un momento le dijo a ra, y los dedos de los pies desaparecieron. Diga. ra la oy responder al telfono. Estoy con la terapia. Se produjo un largo silencio y luego se oy a la mujer decir con la voz excitadsima: Qu dices? No ser una broma?... Dios mo... Ya voy. La mujer dej el auricular con un golpe. Ha pasado algo. Horrible, ms bien. De lo ms horrible. ra se incorpor a medias sobre un brazo. Y? pregunt, y esta vez no tuvo que fingir curiosidad. Algo relacionado con los fantasmas? La mujer puso cara de susto y se cubri la boca con la mano. Oh, no, nada de eso, qu va. Han encontrado un cadver en la playa. Vigds, la de la recepcin, cree que es alguien de aqu, porque ha venido la polica para hablar con Jnas. ra salt de la camilla, desnuda, y se envolvi en un albornoz. Se apresur a cubrirse con l, porque nunca le haba gustado demasiado estar completamente desnuda delante de desconocidos, aunque no se avergonzaba en absoluto de su propio cuerpo. T ve para all, yo ya me las arreglo. Se coloc el cinturn del albornoz e hizo un nudo. Ha sido un accidente? No lo s respondi la masajista, sin poder ocultar su impaciencia. Era evidente que arda en deseos de enterarse de algo ms. Recojo mis cosas y voy dijo ra, animando a la mujer a que saliera. Prometo que no robar ni una sola piedra. La mujer no necesit que se lo repitieran dos veces, se dio media vuelta y desapareci por el pasillo. ra fue hasta la cortina detrs de la cual se haba desnudado y empez a ponerse la ropa a toda prisa. Son su telfono en el bolso y lo sac. Hola salud, intentando ponerse los calcetines con la otra mano. La cobertura era horrible, y el telfono haca toda clase de ruidos y chasquidos. Hola, ra. Era Matthew. Sigo esperando alguna respuesta a mi correo. Ah, s replic ella, dejando de pelearse con los calcetines. Te aseguro que iba a contestarte. Pues di cundo ahora mismo. As no tendrs que seguir buscando el momento adecuado dijo Matthew. Era obvio que tena intencin de ir, dijera ella lo que dijese. Da luz verde a mi viaje. ste no es el mejor momento respondi ra. Estoy trabajando y ha pasado algo. Qu? pregunt Matthew, convencido claramente de que ella estaba inventndose alguna excusa. Dime lo que ha pasado. Bueno, es bastante raro explic ra, intentando recordar la palabra alemana para fantasma. Estoy trabajando en un caso referente a apariciones fantasmales y todo parece indicar que las cosas se estn complicando. La polica acaba de encontrar un cadver y podra tratarse de algo relacionado con el asunto. Dnde ests? pregunt Matthew. Yo? pregunt ra, como una tonta. Estoy en el campo. No te marches. Llegar pasado maana por la tarde. El tono de voz de Matthew indicaba que iba en serio. Espera, espera, todo est bien. No vengas aqu dijo ra desesperada. No es un crimen, slo un cadver. Vacil. Como otro cualquiera.
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Estar encantado de verte pasado maana por la tarde se oy al otro lado de la lnea. Pero si ni siquiera sabes dnde estoy, y no pienso decrtelo. Espera unos das y djame que encuentre un momento ms adecuado. Te prometo que lo har. Tengo ganas de verte. Pero ahora precisamente, no. No necesitas decirme dnde ests. Ya te encontrar. Nos vemos. ra no consigui hacer ms advertencias... Matthew haba colgado.
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Captulo 4
Despus de vestirse a todo correr, ra decidi acercarse inmediatamente a la recepcin con la esperanza de obtener detalles ms precisos sobre el hallazgo del cadver. Mientras se diriga haca all vio un llavero que, con las prisas, la masajista se haba dejado. Decidi llevrselo, le servira de excusa para presentarse. Sali al corredor con pasos rpidos, contenta consigo misma. No vio a la masajista por ninguna parte. Una mujer joven estaba inclinada sobre el mostrador de la recepcin, enfrascada en una conversacin en voz baja con una amiga. Era desagradablemente flaca y la corta bata, inmaculadamente blanca, que llevaba puesta sobre unos pantalones del mismo estilo apenas lograba ocultar algo sus escasas carnes. ra se situ a su lado y les sonri a las dos con la esperanza de ser admitida entre ellas. Le cost un poco, pero finalmente le prestaron atencin, en el gesto de ambas se dibuj el rechazo, pero, en una fraccin de segundo, consiguieron reprimirlo y devolverle la sonrisa. Durante un breve instante, fingi estudiar un cartel que colgaba en la recepcin para anunciar una sesin, celebrada la noche anterior, con un famoso mdium de Reikiavik. Se volvi entonces hacia ellas y sonri. Hola dijo ra para romper el hielo. La curiosidad super a todo lo dems, de modo que olvid la excusa del llavero. Me he enterado de lo del cadver de la playa. Las dos mujeres se miraron y con un gesto acordaron permitir que ra participase. La ms delgada se volvi hacia ella. Espantoso exclam con nfasis, abriendo mucho los ojos. Sabes que ha venido la polica? Levant el brazo del mostrador y le dio la mano a ra. Me llamo Kata y soy esteticista. Sus blancos dientes destellaron. ra salud y sinti extraeza por la fuerza del apretn de manos de aquella mujer tan flaca. Yo soy ra. Me encargo de algunos asuntos de Jnas. En realidad no estoy aqu como husped. La mujer de la recepcin asinti con la cabeza. Es verdad, me lo dijo l. Yo me llamo Vigds, jefa de recepcin. T eres abogada o algo as, no? Sin tener muy claro lo que querra decir aquel o algo as, ra asinti. Justo. Mir a su alrededor, y a travs de las grandes puertas de cristal de la entrada vio que el coche de la polica segua all delante. Adnde ha ido la polica? Vigds seal hacia la derecha y habl en voz baja en tono de complicidad, aunque no haba nadie cerca. Queran hablar con Jnas. Se ech hacia atrs en la silla y levant las cejas. No se sorprendi lo ms mnimo cuando se lo dije. Pero qu dijo la polica, exactamente? pregunt ra. A lo mejor, l no comprendi de qu tema se trataba. Vigds se ruboriz un poquitn.
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S, no, no dijo con vacilacin. A m no me dijeron nada, slo preguntaron por Jnas. Cmo sabes entonces que se trata de un cadver? pregunt la esteticista Kata, que claramente no estaba enterada de todo. El rubor inund las mejillas de Vigds. Les o decirlo. Les estaba acompaando al despacho de Jnas y, cuando se presentaron, le dijeron de qu queran hablar con l. ra estaba totalmente segura de que la mujer haba pegado la oreja a la puerta. Dijeron algo sobre cmo muri la persona en cuestin? pregunt . El cadver lleg a tierra arrastrado por el mar, o qu pas? Y era una mujer o un hombre? interrumpi la esteticista. Lo mencionaron? Desde luego, era una mujer respondi Vigds, el rubor de sus mejillas empezaba a desdibujarse. Evidentemente, disfrutaba de disponer de una informacin privilegiada, y cuando sigui hablando, procur alargar las palabras para sacarles el mximo jugo posible. No dijeron nada directamente sobre la causa de la muerte, pero, a juzgar por lo que les o decir, estoy convencida de que la muerte no fue por causas naturales. Tom aire por la nariz, muy teatralmente. Kata se tap la boca con la mano. Aquella tontera haba logrado su objetivo, evidentemente. Por qu vinieron aqu? pregunt ra. Han encontrado el cuerpo en la playa del hotel? Vigds movi lentamente la cabeza en seal de asentimiento y seal con el dedo hacia una ventana que daba hacia mar abierto. No lo s con exactitud, pero fue por aqu cerca. Ah abajo, en algn sitio. ra y Kata miraron por la ventana. El viento estaba calmado y an haba plena claridad, aunque fuera ya bastante tarde. No se vea la playa porque haba cierta diferencia de altura entre la explanada que se extenda por delante de la ventana y el nivel del mar. No habr sido justo ah debajo, verdad? dijo ra, apartando la vista de la ventana. Os habrais tenido que dar cuenta si la polica hubiera recorrido esa zona. Vigds se encogi de hombros. La vieja granja posee un terreno enorme, y no toda la playa se ve aqu abajo. Incluye, entre otras cosas, aquella pennsula. Seal una elevacin que se vea por la ventana. La tierra llega por el oeste hasta el otro lado del brezal y desde aqu no la vemos. Adems, a la propiedad se puede acceder desde varios sitios. ra y Kata se quedaron con la mirada fija en el brezal, con la esperanza de ver algo ms all. Entonces, ra movi lentamente la cabeza. No eran originalmente dos granjas con dos terrenos distintos? Vigds se encogi de hombros. ra continu: Recuerdo que eran dos terrenos, propiedad de unos hermanos, uno de los cuales muri sin descendencia de modo que el terreno pas al otro. Luego los fundi en uno solo. Eso explicara su extensin. Por regla general slo existe una vivienda en cada terreno, no dos. Me pregunto si la divisoria pasara por esa loma de ah. Volvi la cabeza y pudo comprobar que ninguna de las dos mujeres tena la ms mnima idea al respecto. Seguramente dijo Kata, que se volvi inmediatamente hacia su amiga. Pero quin era? Dijeron algo de eso? Creo que no tienen ni idea. Porque cuando llegaron me preguntaron cuntos huspedes estaban registrados en el hotel y si habamos echado
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de menos a alguno. Sonri, cmplice, a sus interlocutoras. Yo slo dije la verdad: que no tena ni idea. Esto es un hotel, no una crcel. Se dirigi entonces a ra: los huspedes tienen una llave que se pueden llevar al salir. No me la dejan a m, y slo por pura casualidad me puedo enterar de si van o vienen. No suelen decirme nada. Como mucho, si salen a caminar me piden informacin sobre los mejores sitios para visitar. Pero poda tratarse de la pareja alcohlica de la habitacin 18. En dos das no se les ha visto a ninguno dijo Kata sin poder ocultar su indignacin. Vigds sacudi la cabeza. No, la cocina acaba de llevarles comida a la habitacin. Y bebida. Puso gran nfasis en este ltimo detalle. La mujer llam hace un rato y pidi que la pusiera con el servicio de habitaciones. Dijo que estaban un poco cansados y que se haban pasado el da durmiendo. Kata dej escapar un bufido. Cansados, cansados. Tendran una buena cogorza. ra not que poco ms podra sacar de aquellas dos mujeres. No le gustaban demasiado los cotilleos, y menos an cuando trataban de personas a las que no conoca ni de odas. As que decidi despedirse. Meti la mano en el bolsillo para coger las llaves. Tengo unas llaves que se olvid mi masajista. ra les dio el llavero, que tena la bandera islandesa pintada sobre una plaquita metlica. Te refieres a Sibba seal Vigds, pasando el brazo por encima del mostrador para agarrar el llavero. A veces es de lo ms despistada. Se fij en el tarjetn de plstico que colgaba del patritico llavero. Dios mo, si es nada menos que la llave maestra. Es que es... No se pudo saber lo que era, porque son el telfono. Vigds se dio la vuelta hacia el aparato. ra tir enseguida de las llaves y mir a Kata. Pues voy a devolverle el llavero yo misma. Olvid pedirle una nueva cita, as que de todos modos tengo que hablar con ella. Sonri a la joven con cara inocente. Sabes dnde puede estar? La esteticista se encogi de hombros. A lo mejor en la cafetera. Seal un pasillo que se abra a la derecha. Est en la misma direccin que la cocina. ra le dio las gracias y luego aadi: Tienes idea de cul es la habitacin de Birna? La arquitecta. Me gustara pasar a saludarla. Kata sacudi la cabeza, pero alarg la mano hacia un libro que haba detrs del mostrador. Vigds segua ocupada en el telfono y no les haca ningn caso. Birna, Birna... Unos dedos finos con uas largas pintadas de blanco recorrieron la pgina. Ah, ya; aqu est. Volvi a cerrar el libro . En la habitacin 5. Est en la misma direccin. Tiene que estar aqu, seguro, porque su coche sigue en el aparcamiento. No pasa precisamente desapercibido. Ah, qu bien replic ra, que no era demasiado aficionada a los coches. Muchsimas gracias. A lo mejor maana te hago una visita. No me vendr mal depilarme. La joven asinti enrgicamente con la cabeza; en realidad demasiado enrgicamente, pens ra. Mientras iba por el pasillo, varias ideas se le pasaron por la cabeza. Qu demonios pretenda? No poda ni imaginar que la muerta fuera la arquitecta de la que Jnas se haba quejado de que no estaba por ningn sitio. A juzgar por todas las apariencias, se trataba de una mujer
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completamente distinta. Y qu, si era Birna? Eso no justificaba que se colara en su habitacin a espiar. ra iba pensando en esto por el pasillo, pero cuanto ms cerca estaba de la habitacin 5, tanto mayor era su decisin de entrar a echar un vistazo. Si la mujer de la playa resultaba ser Birna, aqulla sera probablemente la nica ocasin de la que dispondra para registrar la habitacin. Si haba algo sospechoso en su muerte, la polica la precintara. Intent convencerse a s misma de que se mereca aquella oportunidad como abogada de Jnas. Sospecharan de l? Se repiti mentalmente a s misma que no estaba haciendo nada malo. Se limitara a meter la cabeza y mirar. Nada ms. Se detuvo ante la puerta de la habitacin. Mir hacia atrs rpidamente y vio a las mujeres de la recepcin, que estaban ensimismadas charlando sin mirarla. Pas la llave de plstico por el lector, abri la puerta y se col en el interior.
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Jnas intentaba comportarse como lo hara un inocente director de hotel, pero se dio cuenta de que se le haca cada vez ms difcil desempear el papel. Desde siempre, no soportaba a la polica, y el sentimiento pareca ser mutuo en las escasas veces que se haban cruzado sus caminos. Aquellos policas tenan una habilidad especial para mirarle fijamente a los ojos mientras le interrogaban, y Jnas supuso que habran recibido algn curso para sacarle la verdad a la gente a travs de las reacciones de sus pupilas. Por ese motivo, parpade varias veces, y le sali aceptablemente bien. Carraspe. Como les he dicho, esa descripcin podra encajar con Birna, la arquitecta, pero es demasiado genrica como para poder tener una absoluta certeza. Esa mujer no llevaba nada que sirviera para identificarla, una cartera o algo as? Alarg un brazo hacia la ventana que haba detrs de l. No les parece que aqu hace mucho calor? Abro la ventana? Jnas tena miedo de que el sudor empezara a resbalar por su frente, creando as la tpica imagen del culpable. Los agentes de polica se miraron, parecan estar de lo ms frescos a pesar de llevar su uniforme negro completo, con hombreras ribeteadas de amarillo. No se haban quitado los chaquetones aunque all dentro haca un calor indescriptible. Conservaban puestas sus gorras de polica. No respondieron a las preguntas de Jnas sobre la ventana ni sobre la identificacin, sino que continuaron preguntando. Cundo vio por ltima vez a Birna? Bueno, no lo s exactamente respondi Jnas, intentando hacer memoria. Ayer estuvo aqu. De eso estoy completamente seguro. La vio ayer, entonces? pregunt el ms joven. Tena facciones duras, y a Jnas le gustaba an menos que el mayor, que pareca ms flexible Cmo? pregunt Jnas con torpeza, pero enseguida aadi: S, s. La vi. Varias veces, adems. Ella estaba intentando acabar el proyecto del edificio anejo que tiene que construirse aqu, y vino a verme a cada rato para mostrarme algunos detalles. Los policas asintieron al unsono. El mayor se rasc la mejilla durante un momento, y luego pregunt: Y hoy? Vino a su despacho hoy en algn momento? Jnas sacudi la cabeza con energa. No. Con toda seguridad, no. Tenamos que vernos esta maana
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pero no apareci. He estado buscndola por todas partes, pero no la he encontrado ni la he visto. Intent localizarla en el mvil, pero estaba apagado. Slo consegu acceder al buzn de voz. Qu telfono mvil usaba? Puede describirlo? pregunt el ms joven. Jnas no tuvo que pensarlo mucho. El telfono de Birna era muy llamativo. La haba visto con l muchas veces. Es de color granate, uno de esos que se cierran. Brillante. Bastante pequeo, aunque no s de qu marca es. En la parte delantera haba un dibujo pacifista plateado, pero creo que no era la marca, sino un simple adorno. Los policas se miraron de reojo y se pusieron en pie a la vez. Jnas sigui pegado al asiento. Se haba quedado ms tranquilo al haber podido responder algo, por fin, de modo concluyente. La mujer que han encontrado... muri accidentalmente? Ninguno de los dos policas respondi. Sera tan amable de acompaarnos a la habitacin de Birna Halldrsdttir?
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ra mir a su alrededor por ltima vez. No haba descubierto nada interesante en la habitacin. Sin duda, era distinta a cualquier otra habitacin de hotel, pues saltaba a la vista que la arquitecta se haba instalado durante un perodo de tiempo ms largo de lo habitual. Haba pegado en las paredes bocetos de edificaciones, que ra imagin seran proyectos del nuevo edificio que, segn le haba contado Jnas, faltaba por construir todava. En algunos de los dibujos haba garabateadas toda clase de notas, algunas de ellas fcilmente comprensibles, otras no. En otros, haba clculos con nmeros subrayados en tinta roja. Eran cifras muy elevadas, y ra confi en que, por el bien de Jnas, no fueran aproximaciones presupuestarias. Abri el armario, ms que nada por curiosidad, pues difcilmente podra esperar encontrar all nada significativo. Haba metido un lpiz por el tirador de la puerta al abrir el armario, porque no quera dejar sus huellas dactilares. Tambin poda haberlo dejado cerrado, ya que en el armario no haba encontrado nada interesante, aparte de desvelarle que Birna era una persona muy elegante. No haba demasiadas prendas: blusas, pantalones de vestir y chaquetones colgaban de las perchas, mientras que el resto de la ropa estaba pulcramente ordenada en los estantes. Le dio la sensacin de que aquella mujer podra haber trabajado antes en una boutique de moda, porque todo estaba perfectamente doblado. Birna tena buen gusto para la ropa, sencilla pero elegante, y todas las prendas parecan tener en comn su alto coste. ra intent mirar la etiqueta de la marca en el cuello de un jersey que estaba situado en la parte superior de uno de los montones, pero no consigui leerlo. Cerr el armario y se dirigi al telfono de la mesilla, que haba recibido algunas llamadas poco antes. Anot los nmeros en una hoja en blanco del bloc del hotel que estaba al lado del telfono. Eran tres. Pleg la hoja y se la meti en el bolsillo. Ech un vistazo a la habitacin pero no vio nada que le apeteciera examinar ms detenidamente, con la excepcin del cajn del escritorio. Ya haba movido un poco los papeles que haba encima de la mesa, pero no haba sacado nada en claro. Todos parecan estar relacionados con el nuevo edificio, principalmente folletos de fabricantes de diversos
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materiales de construccin. Empuj con el pie la silla del escritorio para llegar al cajn. Pero se encontr con un problema, porque no tena tirador. Se cubri la mano derecha con la manga y lo abri agarrndolo por la parte inferior. Dentro haba dos libros, el Nuevo Testamento y una agenda encuadernada en piel con el nombre de Birna. Por fin algo interesante. Utiliz la manga para sacar el libro del cajn. Lo sacudi un poco para abrirlo. Bingo. Una escritura muy cuidada llenaba las pginas. ra sonri, pero la sonrisa dur poco. Desde el pasillo le lleg un ruido, que pareca proceder de la puerta. Sobresaltada, mir a su alrededor. No le dio tiempo a pararse a pensar, tena que salir. No haba forma de explicar lo que estaba haciendo all dentro... incluso le resultaba difcil explicrselo a s misma. Levant la cortina, que llegaba hasta el suelo, pidiendo a Dios que las habitaciones fueran todas iguales. Para suerte de ra, result ser as, y con mano temblorosa levant el tirador de la puerta de la terraza y sali al jardn. Luego volvi a empujar la puerta hasta que encaj, con todo el cuidado que pudo, y se march a paso rpido. Cuando lleg a la esquina del edificio, respir hondo. Su corazn pareca querer salrsele del pecho. Pero en qu estaba pensando? Obviamente, tena algn tornillo suelto. Haba escapado por un pelo. Estaba segura de haber odo la puerta de la habitacin abrirse en el mismo momento en que ella cerraba. Volvi a respirar hondo. Las palpitaciones volvieron a calmarse pero luego su corazn volvi a dar otro salto. El cajn de la mesa! Se lo haba dejado abierto. Intent calmarse. Y qu ms daba? Nunca se imaginaran que haba sido ella quien lo haba dejado as. Se sinti ms tranquila, y mentalmente dio gracias a Dios por su buena suerte. Y en el mismo instante dio un respingo al ver que en sus manos segua la agenda con el nombre de Birna Halldrsdttir, miembro del Colegio de Arquitectos de Islandia.
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Captulo 5
El coche de polica se alej despacio por el camino de acceso, y Jnas pens que las fuerzas de la ley deberan hacer sus visitas a otras horas menos inconvenientes. Tendran que pensar un poco antes de ir, para procurar molestar lo menos posible a los clientes con su presencia. Respir ms tranquilo cuando el coche se perdi de vista, por fin, y confi en que no tuvieran que volver. En realidad, saba que no haba muchas probabilidades de que fuera as. Haban precintado la habitacin de Birna despus de echar un vistazo al interior para convencerse de que no estaba. A continuacin, le haban ordenado a Jnas que se ocupase de que no entrara nadie hasta que hubieran realizado un registro. Por eso, todo indicaba que aqulla no sera la ltima vez que Jnas les tendra que ver. La nica escapatoria sera que se comprobase que la muerta no era Birna, pero tambin aquello era un deseo sin fundamento. Antes de abandonar los terrenos, los policas le haban pedido a Jnas que les indicara cul era el coche de la arquitecta. Estaba en el aparcamiento y era un Audi deportivo de color azul oscuro, que deba de haber comprado muy recientemente y que se encontraba en un extremo de la explanada. Birna aparcaba siempre lo ms lejos posible de los dems coches para evitar que algn conductor descuidado le abollara las puertas de su tesoro. Los policas se acercaron al coche y uno de ellos sac del bolsillo una bolsita de plstico. Sin abrir la bolsa, el agente apunt hacia el vehculo y apret lo que llevaba en ella. El deportivo hizo sonar el claxon y parpade. Al verlo, los policas intercambiaron una mirada muy significativa. Jnas suspir. Era una situacin de lo ms incmoda. Tena que poner cara de pena? Le haba tomado aprecio a Birna pese a sus defectos, y si procuraba no engaarse a s mismo era obvio que incluso estaba un poco enamorado de ella, aunque el sentimiento no hubiera sido mutuo. Tena que poner cara de desilusin? Aquello representaba un contratiempo para la ampliacin del hotel. Deba contrselo a los empleados del hotel, o aparentar que no pasaba nada? La polica no haba sido muy explcita. Tena que estar alerta, pues, sin duda, muchos leeran cualquier cosa en sus reacciones y las interpretaran como mejor conviniese a la historia que inevitablemente pondran enseguida en circulacin. Aquel lugar era pequeo y sus empleados no se caracterizaban precisamente por su discrecin. Suspir otra vez. A lo mejor, la polica llegaba a la conclusin de que se trataba de un accidente, aunque nada apuntase en esa direccin. Jnas se dio media vuelta y entr. Pas rpidamente por la recepcin para que no le hiciesen ninguna pregunta. Consigui el resultado deseado, pero el gesto de Kata, que segua holgazaneando junto al mostrador de entrada, reflejaba con claridad que arda de impaciencia por saber lo que haba dicho la polica. La esteticista abri la boca en el momento en que Jnas entr por la puerta, pero volvi a cerrarla cuando l apart rpidamente la mirada y aceler el paso. Ella y Vigds, la recepcionista, siguieron decepcionadas las rpidas zancadas con que cruz por delante de ellas, sin decir una palabra ni preguntar nada. Aquella situacin no durara mucho, al final la
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curiosidad las empujara a preguntar, aunque para ello tuvieran que echar a correr detrs de l por el pasillo. Pero mientras tanto..., pens Jnas, entrando a toda prisa en su despacho y cerrando la puerta con llave. Se sent sumido en oscuros pensamientos. Quiz las cosas podan dar un vuelco. Quin sabe si aquel terrible suceso acabara por resultar beneficioso para el hotel y para l mismo? Agarr el telfono y marc un nmero.
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ra estaba sentada a los pies de la cama de su habitacin, abochornada. El diario de Birna descansaba en su regazo. An no haba decidido qu hacer con l, si podra volver a entrar a escondidas en el cuarto de Birna para dejarlo otra vez all o si sera mejor abandonarlo en algn otro lugar. Pens en el tiempo que tena: deba librarse del diario inmediatamente, o esperar hasta haberlo estudiado? El rubor cubri sus mejillas al recordar que, a fin de cuentas, Birna poda seguir estando entre los vivos. En qu estaba pensando? Se haba hartado tanto de bocacartas y otras estupideces como para lanzarse a la caza de casos ms emocionantes, puesto que stos no venan por s solos? Haba ido all para quitarle de la cabeza al chiflado dueo de un hotel un pleito sin perspectiva alguna, no para entrometerse en una investigacin policial que a ella no le ataa en lo ms mnimo. Son su telfono y se estir hacia l, encantada de tener algo distinto en que pensar. Podras pasarte un momento por mi despacho? pregunt Jnas en un tono misterioso. Ha sucedido algo inesperado y no s si estar relacionado con los fantasmas. Qu me dices? pregunt ra, extraada. Te lo explicar cuando vengas, pero creo que el cadver que ha aparecido es de Birna, la arquitecta. Estoy all en diez minutos le cort ra, y se despidi. Vaya. Apart la mirada del telfono y la dirigi al diario. Se sinti aliviada. Por lo menos no le haba robado el diario a una mujer viva. Abri la agenda con la manga y utiliz el pulgar para pasar las pginas. Era un dietario poco convencional, eso estaba bien claro. En lugar de tener una anotacin aqu y otra all, cada pgina estaba cubierta de escritura apretada, y bien aprovechada. Haba muchos dibujos de casas, edificios y partes de edificios. Algunos esbozos parecan surgidos de la mente de Birna, pero otros, ms probablemente, correspondan a ejemplos reales. Obviamente, Birna no haba dedicado una pgina a cada da, porque tena llenas las pginas hasta bien entrado septiembre... cuatro meses ms tarde. ra mir las ltimas anotaciones, con la esperanza de encontrar una frase del estilo de: Cita con X en la playa tengo que andar con cuidado. Pero no haba nada de eso. En la mayor parte de las hojas pona cosas como: Aniversario Bergur no olvidar, Arreglo de cuentas de abril, y una legin de nombres de empresas que ra desconoca por completo. Al lado de cada nombre estaba escrito un nmero de telfono y algunas indicaciones en milmetros, y al final de todo en coronas. Al final de cada lnea haba series variables de abreviaturas que ra fue incapaz de descifrar: Sv, Hv, R, Gr, Sil, etc. Por encima de estas lneas apareca: Revestimiento, la palabra estaba subrayada. Birna pareca haber estado buscando datos sobre distintos tipos de revestimiento y haba escrito la lnea que mostraba uno de los presupuestos ms bajos. Los revestimientos no podan tener relacin alguna con la muerte de la mujer, de modo que
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ra abri el siguiente par de pginas. All haba un esquema que mostraba, por lo que ella poda ver, la parcela que rodeaba el hotel y la ubicacin del nuevo edificio. Estaban escritas en letra apresurada las dimensiones y distancias principales, y una flecha cuidadosamente dibujada sealaba el norte. Alrededor del esquema, se encontraban diversas observaciones, la mayor parte de ellas referentes a las pendientes del terreno y las luces. Pero una cosa llam la atencin de ra: Qu sitio es se??? Planos antiguos??? Por debajo estaba escrito con otra pluma Toma. Detrs de la palabra haba tambin tres signos de interrogacin. No entenda nada. Aunque lo que ms le apeteca era seguir examinando la agenda, tena que ir a ver a Jnas, que deba de saber que ra no tena ninguna ocupacin especial, de modo que sera difcil explicar un retraso tan largo. Sin embargo, pas unas cuantas pginas ms, hasta que lleg a unas que eran similares a las que contenan los esquemas. Se encontraba all bocetos del plano de una casa, dos cuadrados parecidos, uno al lado del otro, que representaban una habitacin cada uno. Se mostraba una escalera en el mismo lugar, en el interior de ambos. Se trataba, claramente, de una casa de dos pisos. Las habitaciones estaban cuidadosamente indicadas: sala, comedor, cocina, despacho, dormitorio, retrete, etctera. Haba diversas cosas garabateadas en los espacios. Entre otras cosas se poda leer: Ao de construccin 1920? Humedad en la pared exterior SO? Zcalos? Birna tambin haba escrito una pregunta que, evidentemente, le resultaba inquietante, porque la haba enmarcado y subrayado varias veces: Quin era Kristn? ra volvi a mirar el plano de la casa. Una de las habitaciones del piso superior estaba marcada Dormitorio, como las otras dos, pero en aquella estaba escrito con letra ms pequea: Kristn? Pas pginas en busca de algo que indicase que aquellos esquemas correspondieran a una casa vecina, pero no vio nada. En lo ms alto de la pgina anterior pona, en cambio, Kreppa que, si recordaba bien, era el nombre de la granja, y no una especulacin de Birna sobre el futuro econmico de Islandia. Aunque ese fuera el significado de la palabra, aquello no iba de ninguna crisis. Cerr el libro y lo dej encima de su maleta. El personal de limpieza no se pondra a cotillear.
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Jnas pareca preocupado y menos satisfecho de s mismo que de costumbre. Le pidi a ra que se sentara en una de las incmodas sillas para visitantes que haba delante de su mesa de escritorio, mientras l se reclinaba en su mullido silln de cuero detrs de la mesa. Esta vez no le ofreci t de hierbas, para gran alivio de ra. Qu quera la polica, Jnas? pregunt ra para romper el hielo. Jnas suspir. Todo el mundo sabe que estuvieron aqu? Bueno, yo no puedo hablar por los dems, pero no creo que sea la nica que lo sabe. La gente ms inverosmil es capaz de reconocer a la polica en cuanto la ve respondi ra. Qu queran? Jnas suspir de nuevo, aunque ahora el suspiro fue ms profundo que la primera vez. Sac de su mueca izquierda un reloj de pulsera de acero con una gran piedra marrn, y se puso a frotarlo pensando en otra cosa antes de responder a la pregunta. Han encontrado un cadver en la playa. El cuerpo de una mujer.
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Creen que se trata de Birna, la arquitecta de la que te habl ayer. Volvi a centrar su atencin en el reloj de pulsera, acaricindolo tranquilamente, ahora con los ojos cerrados. Vaya dijo ra. Mencionaron algo sobre la causa de la muerte? Puede haber razones muy diversas para la aparicin de personas muertas en una playa. Con frecuencia se trata de suicidios. No creo que se haya suicidado replic Jnas, abatido. No era de ese tipo de persona. ra no pudo objetar que no eran slo las personas de un tipo determinado quienes se quitaban la vida. Qu te ha dicho la polica? Eso es lo ms importante. Es de suponer que habrn estado en el lugar donde la encontraron. Jnas apart los ojos de su reloj y mir a ra No dijeron nada directamente. Fue ms su forma de comportarse y lo que no dijeron. Se concentr de nuevo en el reloj. Por ejemplo, si se hubiera ahogado, si se hubiera golpeado contra una piedra o cualquier otra cosa que apuntara a un accidente, seguramente me habran interrogado sobre sus costumbres. Pasaba mucho tiempo en la playa? Paseos en barca? Nadaba en el mar? Pero no me preguntaron absolutamente nada. Lo nico que queran saber era si habamos echado a alguien en falta y si reconoca a una mujer que describieron a muy grandes rasgos. Jnas mir repentinamente a ra. Ahora que me doy cuenta, fue muy extrao que no describieran ningn rasgo del rostro. Le faltara la cabeza? Se apresur a aadir, antes de que ra consiguiera responder algo: No, seguro que no, describieron el pelo. Abri mucho los ojos. A lo mejor alguien le cort la cabeza, le quit el cuero cabelludo y lo puso encima del cadver? ra puso fin a aquella sucesin de ideas absurdas. Me parece que ests dejando volar la imaginacin, pensando toda clase de disparates. Pero s que estoy completamente de acuerdo en que todo parece indicar que lo sucedido es algo ms que un simple accidente. ra hizo un esfuerzo para aadir lo que dijo a continuacin: Los policas han registrado su habitacin? Uno de ellos ech un vistazo al interior. El otro esper conmigo en el pasillo. Slo estuvo dentro un minuto o algo as, y cuando volvi se limit a sacudir la cabeza. No dijo nada de si haba pasado algo anmalo en la habitacin, ni pregunt quines tenan llave? Un leve rubor recorri las mejillas de ra. No, ni una palabra de todo eso. Prohibieron taxativamente que nadie entrase all hasta que la polica cientfica hubiera terminado de hacer su trabajo en ella, y luego me pidieron que les enseara el coche de Birna. Llevaban en una bolsita una llave electrnica que lo abra. ra asinti pensativa. Realmente no pareca haber duda sobre la identidad de la muerta. Vaya, venga. Mir a Jnas y esper, incmoda, a que terminase de juguetear con aquel dichoso reloj. Sin duda tendra algo que ver con las terapias no convencionales, los campos de energa o algo por el estilo. Alguien deseaba la muerte de Birna? Estaba metida en algn lo? Jnas sacudi la cabeza lentamente. No, era una persona normal. ra fue incapaz de imaginarse lo que aquel hombre poda considerar normal, pero concluy que su escala de valores sera distinta a la suya propia. Una persona excelente y una arquitecta brillantsima. Jnas sonri con dificultad. Era Capricornio,
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constante y sincera. Sobre todo, una persona estupenda. Toda una persona de honor. Pero nadie tuvo nunca un problema con ella? pregunt ra. No se te ocurre nadie que hubiera podido tener algn enfrentamiento con ella que pudiera desembocar en semejante barbaridad? Jnas volvi a ponerse el reloj en la mueca y ahora dedic a ra toda su atencin. Hombre. Se me pas por la cabeza si poda tener alguna relacin con las apariciones. ra ni siquiera sonri. Ests insinuando que uno de los fantasmas que aparecen por aqu ha cometido un crimen? Jnas se encogi de hombros y levant las manos abiertas. Qu s yo? Sencillamente, todo esto parece demasiada casualidad. Esta casa est embrujada. Birna aparece muerta justo ah delante. Ella estaba trabajando en las reformas. Los fantasmas quieren mantener su entorno exactamente igual a como era cuando fallecieron. Luchan con uas y dientes contra cualquier clase de alteracin. Qu va a pensar uno? ra nunca haba odo nada semejante ni tena ningn inters especial en los fantasmas. Jnas, creo que est completamente excluida la posibilidad de que aqu hayan participado fantasmas. Ests segura? pregunt el propietario del hotel. Birna estaba muy intrigada con la historia de este lugar. Deca que tena que conocerlo bien porque, de otro modo, le resultara difcil establecer relaciones afectivas con el espacio. No puede excluirse que haya removido las iras reprimidas de algn difunto y que haya acabado pagndolo con la vida. Quiz no directamente... pero quiz s indirectamente. Al ver que ra no saba qu decir, continu: Puede que no exista una relacin directa entre una cosa y otra. Y adems tenemos que tener en cuenta este lugar. Esto est embrujado y los vendedores no dijeron nada al respecto. Una mujer ha muerto trgicamente... tal vez por algo relacionado con las apariciones. Ser difcil no pensar en esta posibilidad, porque no sera ni mucho menos imposible que el asesino hubiera estado dirigido por fuerzas del ms all. Comprendes? ra no pudo menos que negar con la cabeza. Claro que s, no lo ves? T les cuentas a los vendedores que una mujer ha fallecido y que corren rumores de que ha sido el fantasma quien lo ha hecho. Toda esa cuestin puede llegar a dilucidarse en un juicio. Pero algo me dice que esa gente no tendr el ms mnimo inters en verse envuelta en un caso de asesinato, aunque sea de forma indirecta. T querras ser testigo en un caso de asesinato en el que el defensor del asesino d a entender que callaste los hechos que acabaran por dar lugar al crimen? Jnas sacudi la cabeza. No, no te gustara ni pizca. A ellos tampoco. Quiz as se consiga que acepten pagar compensacin. ra le interrumpi. Qu ms da si consigues una compensacin? T tendrs que seguir con el hotel, no pretenders volverte atrs en la compra por este motivo? Si dices en serio lo del fantasma, dudo que consigas sobornarlo para que se largue. Jnas sonri. Naturalmente que no puedo hacerlo. Pero preveo que tendr que aumentar el sueldo de los empleados para que no se despidan y se larguen. ste es un pueblo espiritual, sensible con las cosas
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sobrenaturales. Ya he empezado a preocuparme porque algunos han dado a entender que estn pensando en dejar el trabajo. Mi presupuesto de operaciones se est viniendo abajo, y bien podra resultar que se evapore el escaso beneficio que tena calculado. Los huspedes de sitios como ste son tambin sensibles. No les interesa para nada tener que vrselas con seres del otro mundo. Y mucho menos, si puede costarles la vida. ra tena que digerir todo aquello. No le apeteca lo ms mnimo intentar forzar a la gente a llegar a un acuerdo amenazndoles con involucrar sus nombres en un caso de asesinato, pero las palabras de Jnas sobre sus empleados eran un argumento de peso. Permteme que lo piense ms tranquilamente. Hizo ademn de ponerse en pie, pero se detuvo. Aunque todava tienes que decirme algo sobre esas apariciones fantasmales. Cmo se manifiesta el fantasma, en realidad?Jnas resopl. Puf. No s por dnde empezar. Por el principio, por ejemplo dijo ra un poco molesta. S, seguramente es lo mejor respondi Jnas, a quien las palabras de ra no parecan haberle afectado en lo ms mnimo. Como ya te he dicho, la mayor parte de los empleados perciben ms de lo que se ve a primera vista. ra asinti. Empezaron a sentir una presencia desagradable. Recuerdo que el lector de auras, que se llama Eirkur, fue el primero que la not. Luego fueron otros quienes la percibieron, y posteriormente todos los dems. Yo tard mucho en darme cuenta, al principio pens que seran simples imaginaciones. Jnas mir a ra con cara de preocupacin. En realidad, es imposible explicrselo a quienes no son receptivos a estas cosas, pero s que puedo afirmar que es algo que dista mucho de ser una sensacin placentera. A lo que mejor se puede comparar es a cuando sientes que hay alguien siguindote. Como si estuviera ah sentado mirndote desde algn rincn oscuro, por ejemplo. Eso es lo que me pas a m, al menos. Aquel relato no hizo ms que confirmar la opinin de ra de que se trataba de un caso de histeria colectiva. Uno haba empezado con una historia confusa y luego fueron siguiendo los dems, uno tras otro, hasta que la imaginacin de la gente acab convirtindola en un hecho real y palpable. Jnas dijo ra. Tendrs que buscar algo mejor. Este pleito no tiene muchas posibilidades de salir adelante, si voy a ver a los vendedores y les repito lo que me has estado contando. Tendremos que contar con algn buen argumento, no basta con una historia de miedo por aqu y otra por all. Jnas la mir escandalizado. Pero es mucho ms que eso. Una historia de miedo te hace temblar un momento. Esta sensacin es permanente. Opresiva, es quiz la palabra ms adecuada. La mayora, por no decir todos, han odo llantos por las noches, gemidos de nios. De pronto puso un gesto triunfante. Y yo he visto un fantasma autntico. Ms de una vez, adems. Su presencia ha ido aumentando ltimamente. Y dnde has visto ese fantasma? pregunt ra escptica. Fuera, sobre todo. Aqu delante Jnas agit la mano hacia la ventana que haba detrs de l, sin mirar hacia all. No me resulta fcil explicar exactamente dnde estaba situado el fantasma, pues siempre que lo vi haba neblina. Algunos fantasmas slo aparecen en determinadas condiciones atmosfricas, y ste viene cuando hay niebla. As que, me imagino, no podrs describirlo con detalle, verdad?
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pregunt ra. No, en realidad no. Excepto que s perfectamente que se trata de una nia o una mujer. El ser era demasiado pequeo para ser un varn. Jnas se ech hacia atrs en el silln. Aparte de que la vi aparecerse en el espejo de mi habitacin. Entonces no me cupo duda alguna de que se trataba de una chica. Sucedi bastante rpido, pero... Dijiste que habas reconocido a la chica en una foto que encontraste. Difcilmente sucedera tan deprisa como para que no pudieras conservar en la memoria los rasgos de su rostro, no? Ya, no s exactamente cmo explicarlo. Estaba cepillndome los dientes y o un leve crujido. Me qued como petrificado, me incorpor y entonces vi al ente en el espejo, pasando por delante de la puerta. Mi subconsciente consigui percibir suficientemente los rasgos de su cara, aunque me resultara muy difcil describirla, pero reconoc el rostro en una de las fotos. Jnas abri uno de los cajones del escritorio y se puso a rebuscar algo mientras segua hablando: Ni siquiera pude seguir con la foto en la mano despus de aquello. La met en la caja y la cerr. Para ti no representar problema alguno mirarla, pero yo no puedo. Dudo que me quite el sueo dijo ra, sonrindole. Me gustara hablar con alguno de tus empleados sobre este asunto. Con ese tal Eirkur, el lector de auras, por ejemplo. Ningn problema. En este momento no est aqu pero volver maana, creo. Jnas encontr por fin lo que estaba buscando en el cajn. Le entreg a ra una llave vieja y pesada, metida en un gran aro metlico. sta es la llave del viejo stano. Las cajas de las que te he hablado estn all abajo. chales un vistazo. Hay muchas cosas curiosas que pueden explicar las apariciones. ra agarr la llave. No me engaa la memoria si la vieja granja se llamaba Kreppa? pregunt con gesto inocente. El dueo del hotel la mir extraado. S, es cierto. Originalmente eran dos terrenos que se fusionaron. Uno se llamaba Kreppa, el otro Kirkjusttt. Jnas se encogi de hombros con indiferencia. Birna se pas mucho tiempo estudiando las peculiaridades de la propiedad. S? Y por qu? pregunt ra, con ms curiosidad todava. Sigue en pie la vieja granja? S, est todava en su sitio. Originalmente bamos a construir el nuevo edificio al lado, como hicimos aqu, pero a Birna no le pareci bien. Pensaba que haba demasiada distancia de un sitio a otro, y adems le pareca que la casa estaba demasiado deteriorada. Puedes echarle un vistazo maana, si quieres. Las llaves estn debajo de una piedra, al lado de la entrada de la casa. Es interesante de ver, porque an tiene todo el mobiliario antiguo. Cmo es posible? pregunt ra. Cuando se realiz la venta, nadie viva en las tierras. Ni idea respondi Jnas. En realidad, puede ser que ya se hayan llevado parte de esos trastos viejos, porque la hermana... Jnas busc en los recovecos de su memoria el nombre de la mujer. Hizo un crculo tras otro con el dedo mientras pensaba. Te refieres a Eln Prardttir? La que te vendi las tierras? intervino ra. S, justo exclam Jnas. El dedo ndice se detuvo en mitad de un crculo. Eln, la hermana! Llam aqu hace un par de meses y dijo que
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por fin podran llevarse los trastos. Yo estaba en el pueblo, as que no habl personalmente con la mujer, slo recib el recado, me lo dio Vigds, la de recepcin. Su hija vino un poco despus y le explicaron dnde podra encontrar la llave. Quiz lo mejor haya sido que ninguno de los dos se reuniera conmigo, porque yo les habra soltado unas cuantas cosas sobre las apariciones. ra se senta incapaz de seguir hablando de fantasmas. Cmo es que queran el mobiliario? pregunt. No recuerdo que se discutiera ese asunto al cerrar la venta. Ya, fue cosa de palabra explic Jnas. Lo discutieron conmigo en algn momento del proceso, y yo les dije que se llevaran lo que quisieran. Y aadi triunfante: En realidad, les indiqu que prefera que lo hicieran lo antes posible, porque quera utilizar la casa o derribarla. ra asinti con la cabeza. Mir el reloj de la pared. Quiz vaya a verla durante el fin de semana. Quin sabe si me encuentro a la tal Eln o a su hermano. Ech un vistazo a su reloj de pulsera. Creo que esperar hasta maana para revisar las cajas. Ya se ha hecho demasiado tarde. Jnas estuvo de acuerdo. No son cosas que convenga mirar antes de dormir, te lo aseguro. Sonri estpidamente. Crea uno en fantasmas, o no.
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La ropa de cama era la mejor que ra haba usado nunca. Bostez y se estir, decidida a disfrutar al mximo del sueo. El grueso almohadn de plumas encajaba perfectamente en su cuello, y se propuso preguntarle a Jnas dnde haba comprado aquella maravilla. Alarg la mano hacia la mesilla para agarrar el mando a distancia y apag la televisin. Sinti cmo el sueo la iba invadiendo mientras cerraba los ojos, y poco despus su respiracin era ya regular y sus pensamientos haban perdido todo contacto con lo terrenal. Por eso, ni siquiera se despert por un instante cuando un dbil gemido infantil penetr por la ventana abierta.
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SBADO
10
de junio de 2006
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Captulo 6
Pocas cosas le disgustaban ms a Gauti que trabajar en una autopsia un sbado por la maana temprano, y peor an si haba tenido que hacer los preparativos la noche anterior. Las noches de los viernes se podan dedicar mil veces mejor a cualquier cosa que no fuera el olor de desinfectante y la compaa de los muertos en el stano del Hospital General. A esas horas tena que estar en un bar rodeado de mujeres fciles, envuelto en una espesa nube de humo de los cigarrillos. Gauti pens si debera cambiar de trabajo de una vez por todas. Ahora todos parecan encontrar empleos bien pagados. Ms o menos. No estaba seguro de que el gremio bancario fuera a aceptar sin ms sus cinco aos de experiencia como ayudante de autopsias, pero todos sus colegas parecan haber conseguido algn trabajo. Intent imaginarse a s mismo con chaqueta y corbata detrs de una mesa, un ejecutivo dedicado a hacer la autopsia de la situacin financiera de los clientes y a darles despus buenos consejos que, a fin de cuentas, les conduciran al aumento de sus deudas. No, de momento, la convivencia con los muertos era ms variada y entretenida. Examin la bandeja del instrumental y comprob que todo estaba en su sitio, tambin el cadver, cubierto con una sbana blanca. Slo faltaba el forense. Gauti mir el reloj que colgaba en la pared detrs de l. El mdico llegaba tarde. Hrannar Ptursson. Suspir. Todo lo malo siempre poda empeorar. Era un engredo de lo ms fastidioso y que, encima, era un especialista poco serio. Sus descuidos en el trabajo no le haban acarreado nunca ninguna consecuencia, pero algunas veces Gauti haba tenido que sealarle algunos errores tan evidentes que incluso l se haba percatado de ellos. Que Gauti le indicara sus equivocaciones pona de los nervios a Hrannar, pero haca como si nada, e incluso se diverta sacndole de quicio. La puerta de la sala de autopsias se abri y Hrannar entr con grandes aspavientos. Iba acompaado de un joven al que Gauti ya conoca, pero cuyo nombre no recordaba. Haba estado haciendo algo en el departamento la semana anterior, pero Gauti saba que nunca haba asistido a una autopsia. Buenos das salud Hrannar con altanera, sealando con la mano a su acompaante. ste es Sigurgeir, estudiante de quinto ao de medicina, al que he autorizado a acompaarme. No todos los das podemos examinar un cadver como ste. Gauti hizo una seal con la cabeza dirigida a Sigurgeir, que sonrea tenso, y levant la sbana que cubra el cuerpo. Observ la reaccin del estudiante. El joven apenas pudo contener las ganas de vomitar que se aduearon de l. Hrannar hizo como si no se diera cuenta, inclinndose tanto sobre la cabeza de la muerta que su nariz casi la roz. Luego se incorpor, sac el dictfono y comenz la clase. Sobre la mesa yace una mujer desconocida que fue hallada muerta en una playa del sur de Snfellsnes. Los rasgos del rostro son irreconocibles a causa de considerables heridas que pueden haber sido infligidas post mortem por algn animal...
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Pap no es nada divertido. Lo nico que hace es dormir. Y Gylfi, lo mismo. Quiero irme contigo. ra se quit las legaas de los ojos y se incorpor en la cama, apoyada en la almohada. Haba agarrado el mvil que estaba sobre la mesilla de noche, respondiendo sin haber conseguido despertar del todo, y carraspe antes de contestar a su hija. Recordaba muy vagamente algo sobre un sueo de fantasmas y nios que lloraban, pero aquella imagen se le escapaba y no consigui recuperarla. Hola, Sley. Te has despertado ya? Mir el reloj y vio que eran las ocho menos veinte. Uf. Pero si es tempransimo, cario. Hoy es sbado. Pap y Gylfi quieren dormir bien para poder ser ms divertidos el resto del da. Puf. La suave vocecita estaba llena de reproche. No sern nada divertidos. Slo me lo paso bien contigo. T s que eres divertida. La conexin era tan mala que la voz de Sley pareca salir del interior de un barril. Las cosas son como son, pens ra, que conoca por propia experiencia que aquella admiracin tardara en desaparecer. Sley slo tena seis aos, y aunque estaba a punto de cumplir los siete, quedaban por delante bastantes aos en los que ra desempeara el papel primordial en su vida. Regresar a casa pasado maana por la tarde. Entonces haremos algo divertido. Te llevar conchitas de la playa, si quieres. La playa! Ests en la playa? Sley suspir. Por qu no puedo estar contigo? Tengo muchsimas ganas de ir a la playa. ra se mordi el dorso de la mano por haber mencionado la playa. Como vivan cerca del mar, ni siquiera se le haba ocurrido pensar que una playa pudiera llamarle la atencin. Ay, cario, sabes que tienes que pasar el fin de semana con pap. A lo mejor podemos venir aqu juntas este verano. Con la caravana? pregunt Sley entusiasmada. ra suspir para sus adentros. A lo mejor. Ya veremos. No conoca nada ms horrible que conducir con aquel trasto a remolque, y ni siquiera haba aprendido an a dar marcha atrs. Los escasos viajes que haban hecho con la caravana los haba organizado de tal forma que no haba tenido necesidad de dar marcha atrs. Ahora pon la tele, porque acaba de empezar el programa infantil. Pap y Gylfi se despertarn enseguida. Vale? Vale dijo Sley con voz muy mustia. Adis. Adis, cario. Te echo de menos se despidi ra, y colg. Se qued un rato mirando el telfono, preguntndose cmo haba llegado a aquella situacin. Su matrimonio se haba ido al garete relativamente pronto, pero ella se haba obstinado en no reconocerlo, impidiendo as un final decente. Durante once aos todo haba transcurrido ms o menos normal, pero el final del camino haba llegado rpidamente muy poco despus. Hannes y ella se separaron ao y medio ms tarde. Ella senta ciertos remordimientos de conciencia al ver a los nios siempre de un lado a otro, y de que tuvieran dos casas. Pero no haba mucho que se pudiera hacer al respecto, y jams volvera con Hannes, aunque fuera campen mundial en dar marcha atrs con una caravana. Se levant de la cama, se quit de encima aquellos opresivos pensamientos y se meti en la ducha. Despus se visti con unos vaqueros, unas deportivas y un gastado jersey
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con capucha, preparada para bajar a cualquier stano polvoriento. Al mirarse en el gran espejo, comprob que slo le faltaba la mascarilla de motonieve para ponerse a atracar bancos como Dios manda. En el comedor la esperaba un buf de desayuno muy bien surtido. ra no estaba acostumbrada a comer mucho por las maanas, pero todo estaba tan bien presentado y resultaba tan apetitoso que no pudo resistirse, y llen un plato grande con huevos revueltos, beicon y pan tostado. Tambin se decidi por algunas frutas para darle un toquecito de color. La dieta que se haba impuesto haba quedado definitivamente olvidada. En el restaurante estaban ocupadas la mitad de las mesas. ra sinti curiosidad por saber qu clase de gente se alojaba en un hotel como aqul, que no slo era carsimo sino que encima ofreca todos aquellos elementos new age. No consigui descubrir ninguna caracterstica peculiar en los huspedes. Eran de todas las edades y de distintas nacionalidades, aunque la mayora parecan islandeses. En tres de las mesas haba personas solas, como ra: dos hombres, uno joven y el otro anciano, y una mujer de mediana edad. ra supuso que todos deban de ser compatriotas. El hombre mayor pareca fuera de lugar entre los huspedes. ra imagin que sera abogado o inspector de hacienda. La mujer pareca encajar todava menos, tan silenciosa y con un aspecto tan triste, con los ojos clavados en la taza de caf que tena ante ella sobre la mesa. En el plato haba un montn de comida que no pareca haber tocado. Aquella mujer tena un aspecto tan penoso que ra no pudo evitar sentir compasin por ella. El joven, en cambio, era como una parte ms del entorno y ra dej que sus ojos se detuvieran en l. Lo hizo nica y exclusivamente porque era guapsimo, moreno, bronceado, y con todo el aspecto de practicar culturismo de competicin sin necesidad de esteroides. ra sonri para s, nostlgica, pero cambi el gesto en cuanto el joven mir hacia ella y le devolvi la sonrisa. Avergonzada, se bebi el caf de un sorbo y se puso en pie. El muchacho hizo lo mismo. Llevaba una pierna vendada, y agarr una muleta que tena apoyada sobre la silla de al lado. Se dirigi cojeando detrs de ella hacia la salida. Eres islandesa? oy ra que decan detrs de ella. ra se dio la vuelta y vio que, a corta distancia, el joven no era, en absoluto, ms feo que de lejos. Yo? S, claro respondi ella, deseando no ir vestida de atracadora de bancos. Y t? aadi con una sonrisa. l devolvi la sonrisa y le tendi la mano. No, yo soy chino, interesado por la lengua islandesa. Me llamo Teitur. ra. Aferr la mano que le tenda el joven. Tienes que ser recin llegada dijo l, mirndola directamente a los ojos. Si no, me habra dado cuenta de que estabas por aqu. As que sas tenemos, pens ra, aunque sin dejar traslucir nada. Llegu ayer. Y t? Llevas mucho aqu? El joven volvi a sonrer. Una semana. Y te gusta? pregunt ra como una tonta. Siempre se comportaba de una forma un tanto patosa en la relacin con el sexo opuesto, sobre todo si se trataba de hombres ms jvenes que ella. Levant las cejas con gesto alegre. Ah, s. Esto es estupendo. Estoy realizando una especie de viaje de trabajo y de placer, y me parece estupendo poder unir las dos cosas. Con la excepcin de esto. Se apoy en la muleta y levant la pierna
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enyesada. Oh dijo ra. Qu te ha sucedido? Me ca de un caballo como un autntico burro respondi. Puedo con todo lo que hay aqu excepto con los paseos a caballo. En realidad no me ca, el caballo se desboc y me tir al suelo. Y as me torc el tobillo, aunque puedo considerarme afortunado de que gracias a ello pueda librarme de los caballos antes de que las cosas fueran a peor. Mantente lo ms alejada que puedas de ellos. ra sonri. No te preocupes. No pienso ni remotamente acercarme por all. ra se dedicara a los trineos tirados por perros antes que a hacer una excursin a caballo. Has dicho que estabas trabajando. A qu te dedicas? pregunt, ms que nada, por mera curiosidad. No le pareca muy probable que aqul fuera un lugar muy cmodo para trabajar, excepto si el hombre era escritor. Soy corredor de bolsa. Un trabajo bastante estresante, pero que tiene la gran ventaja de que se puede practicar en cualquier sitio donde ests, lo nico que hace falta es un ordenador y una conexin a Internet. Y t? Qu haces? Soy abogada explic ra, afirmando con la cabeza como para asegurarse de que la creyera. Dios mo, que poco refinada era a veces. Bueno dijo Teitur. Oye, qu te parece si te enseo la zona? Despus de la semana que llevo aqu, me conozco hasta el ltimo rincn. ra le sonri. Dudaba de que, en slo una semana, se hubiera podido convertir en un especialista en aquel lugar, Adems, el joven no pareca capaz de pasear mucho con un solo pie. Quin sabe? Ya veremos. Estoy ms o menos libre dijo Teitur sonriente. No tienes ms que darme un toque. ra le devolvi la sonrisa y se despidi. En aquel momento, iba a dedicarse a algo muy distinto que a pasear tan contenta por los alrededores en compaa de aquel hombre tan guapo: tena que encerrarse en un stano polvoriento a ver viejas fotos. Por muy despacio que pudiera caminar el chico. Pues s.
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La mayor parte de los rganos internos de la muerta reposaban en las bandejas metlicas. El cerebro estaba en una, los pulmones en otra mayor, el hgado en la tercera y as sucesivamente. El buf de la muerte, que haca ya mucho tiempo que haba dejado de incomodar a Gauti. Sin embargo, tuvo que rebobinar su pasado hacia atrs muchos aos para recordar un cadver tan maltratado como aqul. Confiaba en que la mujer hubiera muerto rpidamente, o que hubiera perdido la consciencia antes de que le hicieran todo aquello. Hrannar se dirigi hacia el lavabo, quitndose los guantes. Bueno. La mujer fue violada brutalmente pero su muerte puede achacarse a golpes reiterados en el rostro. A causa de ellos, los rasgos de la cara son irreconocibles y tambin por la agresin post mortem de algn animal, seguramente un zorro. No es posible determinar si la mujer conservaba la consciencia mientras se produca la violacin, pero en el cuerpo no se encontraron heridas que pudieran indicar que haba opuesto resistencia. Probablemente recibi un golpe antes del inicio de la violacin y est claro que falleci antes de la conclusin de sta. Igualmente puede
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suponerse que los golpes se propinaron en el transcurso de la misma. Presencia de semen, presumiblemente del autor, en la vagina, y cuyo anlisis, as como el de unos cabellos hallados al rasurar sus genitales, podrn indicar en su momento quin es el culpable. No me parece posible otra cosa. La cantidad de semen es realmente sorprendente, lo que da pie a pensar que se trata de ms de un culpable. Sus palabras iban dirigidas al estudiante de medicina, que estaba plido y silencioso al lado de Gauti . Y es necesario redactar con mucho cuidado la descripcin de los alfileres en el informe de la autopsia. No todos los das nos traen un cadver con algo semejante en las plantas de los pies. Algo me dice que el asesino quiso indicar algo con tal accin. Lo nico que se me ocurre es que se trate de un enfermo mental o algn sdico. Al menos, no puedo imaginar ninguna razn simple que pueda explicar por qu actu de semejante forma. Seal diez alfileres sanguinolentos que haba extrado de las plantas de los pies de la mujer y haba metido en un frasco de plstico transparente. Se quit la bata pringosa y se pas los dedos por el pelo. Podrais redactarlo todo bien y enviar el informe inmediatamente a investigacin? La polica est esperando impaciente las conclusiones. Dicho esto, se dirigi hacia la puerta. Uno se acostumbra, no te preocupes le dijo Gauti al muchacho, dndole una palmadita en la espalda para animarlo. Dej los guantes ensangrentados en la batea de plstico blanco. Te has portado muy bien. Asqueroso balbuce el estudiante en voz muy baja para que slo llegara a odos de Gauti. Cmo pudo ocurrrseme que esto sera mejor que el servicio de salud de Hvammstangir?
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ra mir fijamente las estanteras llenas de cajas en el stano que acababa de iluminar. Un resplandor mortecino surga de una araa rusa en medio de la habitacin, y haba una diminuta ventana, tan sucia que la escasa luz que se filtraba por ella era de color parduzco. El olor a moho se le meta por la nariz y la boca. Vaya. Estaba tentada de pedirle a Jnas que le subiera las cajas a su habitacin. Para colmo de males, los puntales de madera que sostenan el techo parecan estar carcomidos y a punto de desplomarse. ra hizo una mueca al pensar en la cantidad de animalillos que, sin duda, viviran all, pero se seren y se acerc al estante ms bajo. Le pareci que se trataba en total de doce cajas de madera, grandes y antiqusimas, pero era difcil ver con claridad su nmero, por la forma en que estaban colocadas. Levant con cuidado la tapa de la caja superior y tuvo la precaucin de echarse un poco hacia atrs por si algo saltaba de ella. No pas nada, de modo que mir con cuidado. Abri los ojos de par en par. Haba esperado de todo, menos aquello.
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Captulo 7
En lo ms alto de la caja haba una bandera doblada, con la cruz gamada. El crculo blanco que rodeaba la cruz estaba un poco amarillento y la tela spera al tacto. ra no pudo evitar una mueca de asombro cuando la levant con mucho cuidado y la puso a un lado. Debajo de la bandera haba un montn de peridicos y revistas, an ms amarillentos que la bandera. La primera revista se llamaba Island y tena el smbolo nazi justo en el centro, debajo del nombre. Jnas no le haba mencionado nada de eso en su ridculo discurso sobre los fantasmas y las historias tenebrosas de la casa. Levant la revista y vio que otros ejemplares del montn eran similares. Estaba editada por el Partido Nacional. ra sacudi la cabeza. Recordaba que en Islandia haba existido un reducido grupo, simpatizante de los nazis, antes de la guerra, pero era incapaz de acordarse de lo que haban hecho. Evidentemente, haban editado algunas cosas, aunque las revistas tenan pocas pginas y no incluan nada demasiado interesante, a juzgar por aquellos ejemplares. Al hojear el montn, vio tambin algunos nmeros de la revista estudiantil Mjlnir, editada, segn se indicaba en la portada, por la Asociacin de Estudiantes Nacionales. ra sac de la caja el montn de revistas para ver lo que se esconda debajo, y encontr una camisa doblada, un brazalete con la cruz gamada y un cinturn unido a una correa de cuero que pareca destinada a cruzarse sobre el hombro. Eso era todo. Haba llegado al fondo de la caja, cuando descubri un objeto de latn, que result ser otra esvstica, y una especie de vaina, cuya funcin, si es que tena alguna, ra no alcanz a comprender. All haba tambin una multitud de recortes de peridico con anuncios de bailes, acampadas y reuniones, aparentemente organizados por los nacionalistas, junto con cosas que no tenan mucho que ver con la poltica, como una billetera vieja, zapatos y fotos de personas que no parecan llevar ninguna cruz gamada. En las fotos no se vea ningn nio, pero eran casi todas del mismo estilo, con personas endomingadas y en la flor de su edad, unas veces sentados sobre mantas en excursiones campestres, otras veces de pie, al lado de la pared de una casa. ra no supo discernir si la pared que se vea en varias fotos formaba parte de la vieja granja en la que estaba en aquel momento, pues slo se vea una pequea parte. A juzgar por las ropas, las fotos haban sido tomadas antes de la guerra. ra intent volver a colocar las cosas en el mismo orden en que las haba sacado. Estaba segura de que la caja no haba sido abierta desde haca muchos aos, y que dara igual el orden en que lo dejara todo. Pero pens que lo ms correcto sera dejarlo tal y como lo haba encontrado. En la siguiente caja que examin encontr pocas cosas que le llamaran la atencin. All haba principalmente paos de ganchillo con dibujos de flores y cenefas doradas. En la tercera caja, en cambio, haba un viejo lbum de fotos. La abuela de ra tena un lbum parecido y quiz por ello la invadi una cierta sensacin de tristeza, hacindole pensar en la brevedad de la vida y lo rpidamente que se borran los recuerdos. Por ejemplo, sera difcil encontrar a alguien que hubiera conocido a las
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personas de las fotos del lbum, y dentro de muy poco sera prcticamente imposible. Se sent sobre una de las cajas para poder mirar las fotos con tranquilidad. Levant la gruesa tapa de la cubierta. En la primera pgina, y debajo de una especie de guarda, que ms bien pareca papel cebolla, aparecan fotografas relacionadas con la antigua granja. La casa, que en ellas tena un aspecto casi nuevo, no haba cambiado prcticamente nada, y en una placa de madera grabada delante de la entrada se poda leer Kirkjusttt. ra tom con mucho cuidado una esquina de la foto y la sac de la bolsita que la protega. Detrs de ella haba un sello que indicaba que haba sido tomada, o revelada, en el ao 1919. Con una caligrafa muy cuidada, que tena que pertenecer a una mujer, estaba escrito: Bjarni Prlfsson y Aalheiur Jnsdttir. ra estudi la foto con ms detenimiento y vio que el fotgrafo estaba de espaldas al sol, porque la pareja intentaba como poda poner un gesto natural al tiempo que se protegan de la luz. Eran gente apuesta, un hombre de elevada estatura con cabello espeso y abundante, que le caa por detrs del cuello, y una mujer joven y delgada vestida con una falda hasta los tobillos, zapatos de domingo de tacn bajo y un sombrero de estilo antiguo que le cubra la cabeza completamente. Bajo el sombrero asomaba su cabello rubio. Por su parte, l vesta unos pantalones anchos de color claro, con grandes y llamativas vueltas, camisa y tirantes. Estaban los dos bien envarados uno junto al otro, frente a la pared de la casa, con los brazos a los costados. Posiblemente seran los dueos de la casa en otra poca. En la misma pgina haba otra foto con el mismo tema aunque ahora se haba sumado otra pareja. ra volvi a colocar la primera foto en su lugar y sac la otra. Con la misma caligrafa se poda leer que adems de Bjarni y Aalheiur, estaban all tambin Grmur Prlfsson y Kristn Valgeirsdttir. No haca falta comprobar que tenan el mismo patronmico para darse cuenta de que Bjarni y Grmur eran hermanos. Haba escasa diferencia en su aspecto, aunque vistieran ropas bastante diferentes. Observ detenidamente la imagen, pero no pudo leer nada en el gesto de aquellas personas, porque el sol les haca tener la cara arrugada. S que vio, sin embargo, que la que deba de ser la esposa de Grmur era muy distinta a la rubia Aalheiur. Pareca mayor en edad y bienestar, si tal descripcin existiera. Era ms gruesa y una cabeza ms baja, e iba vestida con una falda de diario, un grueso jersey y zapatos planos. El cabello oscuro estaba recogido detrs de forma muy sencilla. ra se pregunt cmo habran acabado juntas aquellas dos mujeres tan distintas. Pas pgina. En la plana siguiente haba tres fotos de la joven pareja, Bjarni y Aalheiur, todas en el exterior. Haba pocas variaciones con respecto a las primeras fotos, con la excepcin de que la joven ya no llevaba sombrero en la cabeza. ra sigui pasando pginas y estudi dos fotografas en las que el hermano mayor y su esposa estaban junto a la pareja ms joven, pero al grupo se haba aadido un nio pequeo: una muchachita de cabello oscuro, gordita, como era costumbre en aquellos tiempos. ra mir detrs de la foto y vio que la nia se llamaba Edda Grmsdttir, hija del hermano mayor. La foto haba sido tomada el ao 1922, y la criatura pareca tener un ao de edad. Las fotos siguientes haban sido tomadas con intervalos de varios aos. En una, que tena la indicacin del ao 1923, ra tuvo la clara sensacin de que Aalheiur, la ms joven de las dos mujeres, se encontraba en estado, pero en las fotografas posteriores no haba ni huella de un nio. Nada hasta que dio
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con una foto del ao 1924. Haba all una foto de una pareja joven con un beb de meses en brazos. Haba sido tomada en un taller de fotografa. El beb estaba envuelto en un mar de puntillas, y en la parte de atrs de la foto se comprobaba que era una nia de nombre Gun. A continuacin, vena otra foto de una nia, pero era extrasima. La pequea pareca dormida, vestida con un gorro de ganchillo que le cubra la coronilla, y un vestidito de ganchillo. El cuerpo estaba en una posicin sorprendente, si es que la nia estaba realmente dormida. Ninguno de los dos hijos de ra haba dormido jams en aquella postura, con las manos cruzadas sobre el pecho y las piernas estiradas. ra despeg la foto y mir lo que pona detrs. Estaba escrito el nombre de la nia, Edda Grmsdttir, y dos aos, con una cruz negra trazada delante del segundo. Haba muerto el mismo ao que Bjarni y Aalheiur haban tenido a su pequea. ra volvi a colocar la foto en su sitio y resopl. Saba que en aquella poca se tena por costumbre fotografiar a los difuntos, pero nunca haba visto una imagen como aqulla, y mucho menos la haba tenido en las manos. Pens si se tratara de la fotografa a la que se refera Jnas cuando dijo que haba visto una foto del fantasma. Tuvo la sensacin de que ya haba empezado a conocer a la gente de la granja cuando hoje el resto de las pginas. En realidad, aquella imaginada familiaridad tuvo el efecto de que se quedara un tanto mustia al ver lo mal que se haba portado el tiempo con aquella familia. Por ejemplo, no se vean fotos del hermano mayor posteriores al ao 1925. Seguramente l y su esposa se haban trasladado a otro lugar o haban desaparecido de la vida del matrimonio ms joven, por algn motivo. Tal vez la prdida de su hija Edda haba sido la causa de su abandono del hogar. Aalheiur desapareca tambin de las fotos a partir de 1927. La ltima foto en la que se la vea mostraba claramente que estaba en estado de buena esperanza, pero era de 1926. La caligrafa del dorso de las fotos cambiaba tambin a partir de esa fecha; era una escritura mucho ms descuidada y no haca falta ser un experto graflogo para comprender que se trataba de escritura masculina. ra crey vislumbrar un gesto apenado en Bjarni, el marido de ella, a partir de entonces. En las fotos, sin embargo, estaba siempre sonriendo cariosamente a Gun, quien, a juzgar por las fotos, iba creciendo estupendamente, bella como su madre y, al mismo tiempo, muy parecida a la familia de su padre. El lbum de fotos no estaba lleno. Las ltimas dos imgenes de Gun la mostraban de pie frente a la pared de la casa, que pareca el lugar favorito de la familia a la hora de sacarse fotos. Ahora se haba convertido en una muchachita adolescente, de formas bien marcadas y con el cabello rubio ondulado. ra se imagin que deban de haberla considerado una preciosidad, ya que su aspecto no desmereca en lo ms mnimo del de las poqusimas estrellas de cine que ra recordaba de aquella poca. Las dos fotos eran del ao 1941, y habran sido deliciosas si Gun hubiera estado sola en ellas. No era as, porque la muchacha estaba flanqueada por dos hombres jvenes, con la espalda tiesa como un palo y rostro solemne. No era la estpida pose de los jvenes lo que haca extraa aquella foto, sino sus ropas. Los dos llevaban unos sencillos pantalones oscuros y camisas blancas, y en el brazo una banda con la cruz gamada. En el pecho se cruzaba un extrao cinturn con una correa, y en una mano sujetaban un gran mstil de bandera, que no ondeaba, sino que colgaba inmvil. Pero no haca falta verla para sacar la conclusin de que sera la bandera del partido nazi, porque lo ms alto del mstil estaba coronado por la cruz gamada que ra haba encontrado en la primera
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caja. La vaina estaba destinada, evidentemente, a insertarla en aquel lugar. El nombre de aquellos hombres no estaba anotado en la parte posterior de la foto, solamente el ao y el nombre de Gun. A continuacin venan solamente tres planas vacas. En la primera de ellas resultaba evidente que haban quitado una foto, la superficie oscura que marcaba el lugar donde haba estado pegada llamaba la atencin con sus bordes levantados y las bolsitas triangulares de las esquinas an pegadas. ra sacudi el lbum con la esperanza de que alguien hubiera metido alguna otra foto entre las pginas, pero nada cay. Lo dej a un lado. Se puso en pie. La luz de aquel stano en tinieblas era tan mortecina que, sin duda, estudiara mejor las fotos en su habitacin. Adems, quera preguntarle a Jnas si alguna de las nias del lbum era el fantasma que deca haber reconocido en una foto. Se produjo un chirrido en cada escaln de la escalera de madera que llevaba al exterior, y ra dio gracias por no tener sobrepeso. Cuando lleg al nivel del hotel respir hondo, contenta de haber dejado atrs el olor a moho. Disfrut del aire fresco unos instantes y luego dirigi sus pasos hacia la puerta de entrada. Delante de una ventana del pasillo vio a Slds, la muchacha que la haba acompaado a la habitacin a su llegada, el da anterior. Estaba fumando, apoyada en la pared de la casa. ra decidi dar un rodeo para charlar con ella un poco ms tranquilamente sobre las historias que, segn haba insinuado, circulaban sobre la casa o el terreno. Hola, Slds! La muchacha se dio la vuelta. Su gesto era tan inexpresivo que ra no pudo distinguir si se alegraba o se senta molesta de volver a verla. En todo caso, no huy. S? ra se dirigi hacia la muchacha. Hola, no me recuerdas? S, s, claro que s. Ests alojada aqu. Una amiga de Jnas. Exacto. ra sonri amistosa. Oye, ayer mencionaste algo sobre unas viejas historias acerca de este lugar, y dijiste que en otro momento me las contaras. Tienes tiempo ahora? La muchacha torci el gesto pero consigui no mirar a ra a los ojos. Tengo que volver al trabajo. A Jnas le parecer bien. Estoy intentando ayudarle, y aunque pueda parecer improbable, puede ser que esas historias sobre este lugar me faciliten las cosas para hacerlo. ra esperaba que aquello funcionara. La muchacha se removi en el sitio, incmoda, pero se encogi de hombros con indiferencia. Vale. A m me da completamente igual. Magnfico exclam ra. Te parece que entremos? El tiempo segua un tanto desapacible aunque la niebla se hubiera despejado un poco. En realidad, era como si slo hubiera subido unos cuantos metros, porque an se vea nicamente la parte ms baja de los montes cercanos La muchacha volvi a encogerse de hombros. Vale. Como te he dicho, a m me da igual. Se puso en marcha y ra la sigui. Entraron por la puerta destinada a los empleados y desembocaron en una gran cocina que seguramente serva al restaurante. All, Slds se sent al lado de una mesita de cocina destinada a los empleados y le hizo una sea a ra para que hiciera lo mismo. Extendi la mano hacia un termo de considerable tamao y agarr dos tazas de un
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enorme montn de tazas y vasos que estaban en un extremo de la mesa. Yo me cri aqu, y mi abuela me cont toda clase de historias sobre la comarca. Trols y todo eso, ya sabes. La mayor parte son simples tonteras, pero algunas tienen una base verdadera, por lo que me cont explic Slds, dndole a ra una humeante taza de caf. ra asinti. Como qu? Alarg el brazo hacia un pequeo cartn de leche y verti unas gotitas en su caf. Bueno, como lo de estas tierras de aqu. Mi abuela me dijo que sobre ellas pesa una maldicin. Una maldicin? ra no pudo evitar enarcar las cejas con un gesto de sorpresa. En otros tiempos, este malpas era conocido por sus expsitos. Las mujeres de la regin que no podan mantener a sus hijos se los llevaban y los abandonaban aqu. Mir a ra y se estremeci. Horrible. La gente todava puede orlos. Ms an, yo misma los he odo. ra tuvo que hacer lo posible por no atragantarse con el caf. Se inclin para acercarse a ella. Me ests diciendo que has odo el llanto de un nio, o de varios nios, que fueron abandonados en la lava hace cientos de aos? pregunt. Slds mir a ra con gesto pensativo. No soy la nica que lo ha hecho, creme. Casi todo el mundo de por aqu ha odo el llanto. Incluso ha sucedido hace poco. Nunca lo haba odo hasta que empec a trabajar aqu. Y cmo es posible? pregunt ra. Eso no lo s. Mi abuela me dijo que pasa y luego llega un momento en que deja de suceder. Ella recordaba historias de un llanto espantoso que sala de aqu mismo, en los aos cuarenta. Uno de los granjeros vino a intentar averiguar qu era, porque pensaba que sera un nio de carne y hueso, y lleg a orlo llorar dbilmente justo a su lado, pero no pudo encontrarlo por ningn lado. Se fue pitando a su casa y nunca se atrevi a acercarse a esta granja otra vez. Mi abuela me cont que poco despus termin la guerra y quiz los nios abandonados lo notaron y estaban manifestando su alegra. O su furia. A lo mejor est a punto de pasar algo malo. Claro, o algo bueno, tambin puede ser. ra llamaba a aquello rezar a Dios y al diablo. Estaba claro que siempre pasan cosas y, en consecuencia, siempre hay algo a punto de suceder. Da igual que sea bueno o malo. Por esa regla de tres siempre se podra explicar por qu volvan a llorar los nios abandonados, los expsitos. No era de extraar que las apariciones del fantasma se hubiesen extendido como el fuego entre los empleados, pues la explicacin serva tanto para un roto como para un descosido. Has visto algn expsito? pregunt ra. O alguna otra cosa en el hotel? No, por Dios exclam Slds. Afortunadamente no. Son espantosos. A lo mejor hasta me volva loca al verlos, comprndeme. Tranquila dijo ra, maternalmente. Esa historia de que el malpas era un sitio habitual para abandonar a los nios... la conoce todo el mundo? S, desde luego respondi Slds. Se dice que ningn nio de aqu ha llegado a adulto. Todos lo saben. Vio que ra tena dificultades para digerir aquello. Mira en el cementerio. Mira las lpidas. Vers que no es ningn bulo.
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ra pens involuntariamente en la foto de la nia muerta, Edda Grmsdttir. Digamos entonces que la aparicin del fantasma est relacionada con los expsitos dijo ra. Cmo explicas la aparicin que vio Jnas, y tambin otros ms, segn tengo entendido? Ese fantasma no era un beb. Ese espectro no es un nio abandonado afirm Sldis. Podra haber sido la madre de alguno de los nios, condenada a buscarlo hasta el fin de los tiempos. O quiz sea el fantasma de la vieja errante. El fantasma de la vieja errante? repiti ra sin comprender nada en absoluto. As que hay otros fantasmas en la regin, no slo los de los nios abandonados? Srespondi Slds. Un montn. Pero los nios abandonados y el espectro de la vieja errante son los nicos que conozco que son exactamente de estas tierras. Esa historia sucedi aqu, pero antes de que se construyeran las dos granjas, cuando aqu haba un perchel. Un perchel? pregunt ra. Bueno, esas chabolas de pescadores. Marinos y dems respondi Slds. Un montn de trabajadores, sabes. Marineros, en realidad. Y qu tiene que ver eso con el encantamiento? pregunt ra cautelosa. Muchsimo dijo la chica de sopetn. Mi abuela me dijo que los percheleros de all mataron a una mujer errante y encima utilizaron su carne como carnada. Como carnada? dijo ra con una mueca. S, carnada repiti la chica, feliz con su reaccin. Con ella pescaban estupendamente y decidieron no volver a tierra, sino seguir remando en la oscuridad, para pescar ms. Cuando la noche los envolvi del todo, el bote volc. Slo se salv uno de los hombres, el que se haba opuesto a todo aquello. Explic que el barco haba sido volcado desde abajo, ya sabes, como si hubiera en el mar algo que lo hizo zozobrar, y l crey siempre que haba sido el espectro de la mujer. Ya dijo ra extraada. Y es se el fantasma? La mujer que utilizaron como carnada? Slds neg con la cabeza. Tambin podra ser el espectro de uno de los pescadores a los que mat, porque los cuerpos de los otros marineros fueron arrojados a la costa y seguramente fueran condenados a vagar por aqu. Se inclin hacia ra en plan confidencial. Y sabes una cosa? No. Qu? pregunt ra. Los cuerpos llegaron a la playa que acaba de registrar la polica. Donde han encontrado el cadver Slds se irgui. Cmo sabes que la polica ha estado all? pregunt ra. Slds mir desconcertada a ra. Conozco a todo el mundo. Una prima ma me llam por telfono y me lo cont. Crees que la gente no se da cuenta de que la polica anda investigando? Claro, claro replic ra. Claro que se dan cuenta. Reflexion un instante. Pero esos marineros eran hombres, imagino. En este sitio no hay ninguna historia sobre el fantasma de un nio? De una nia, ms exactamente? Slds hizo memoria con gesto pensativo. Quieres decir, el fantasma del que habla la gente del hotel? S, eso es respondi ra esperanzada. Qu opinas de ese
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fantasma? Tu abuela te cont algo sobre l? Bueno, le pregunt, pero ella no saba nada. S que he odo hablar de otra mujer que a lo mejor poda ser una hija del granjero que viva aqu antes. Se llamaba Bjarni, si recuerdo bien. Slds hizo una pausa antes de continuar. Todo el mundo hablaba de que abusaba de su hija. Incesto. Anda exclam ra. A su memoria acudieron las imgenes del lbum, sobre todo de Gun y su padre Bjarni. Ni se le haba pasado por la cabeza algo as. La chica se encogi de hombros. Murieron los dos. De tuberculosis. ra asinti moviendo la cabeza lentamente. Ya, ya veo. Pero t qu piensas? Qu el fantasma es esa chica de la granja? Slds mir a ra a los ojos. Yo he visto al fantasma, pero a ella no la he visto nunca, de modo que qu s yo? T has visto al fantasma? pregunt ra, atnita. S fue la engreda respuesta. La mirada de Slds era provocadora, como si estuviera retando a ra a que osara poner en duda la veracidad de aquello. Comprendo dijo ra con prudencia. Dnde viste el fantasma, si puedo preguntar? Ah fuera. En la niebla. No la vi con detalle, pero estoy totalmente segura de que se trataba de una nia. ra asinti. No sera el nio de alguno de los vecinos? pregunt con prudencia. Slds ri burlona. De alguno de los vecinos? Qu vecinos? Hay cinco kilmetros hasta la granja ms cercana, y ellos tienen un chico, entiendes? Y no creo que se le pase por la cabeza venir aqu a pasear entre la niebla. Para qu? ra tuvo que confesar que sera poco lgico. Estaba pensando en hacerle alguna pregunta ms, cuando son su mvil. Hola, ra dijo la familiar voz de Matthew. Ya has decidido si me dices dnde ests, o tengo que organizar un equipo de bsqueda? Estoy en el aeropuerto de Keflavk. Acabamos de aterrizar.
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Captulo 8
Te estoy diciendo que alguien ha asaltado mi almacn dijo Stefana, golpendose furiosa los muslos con las manos. Intentaba que la maliciosa risita de Vigds, la recepcionista, no la pusiera an ms nerviosa. Ya estaba bien. Alguien haba forzado el candado del pequeo almacn donde guardaba sus artculos, y aunque no pareca haber desaparecido nada, ese detalle no alteraba la seriedad del caso. Stefana estaba acostumbrada a que las mujeres no la comprendieran. No estaba segura de si se deba a su aspecto, o si tena algo que ver con su especialidad laboral: consejera sexual. Muchas veces tena la sensacin de que sus compaeras de gnero pensaban que haba optado por aquella disciplina nica y exclusivamente para poder ligar, lo que, efectivamente, suceda de vez en cuando. Pero eso no era culpa suya. Hizo una mueca de furia. No es broma. El candado est destrozado. Puedes venir y verlo t misma si no me crees. Vigds enarc las cejas. No es necesario ponerse tan alterada. Tienes que comprender que no existe ningn motivo para montar este numerito sobre el asalto, porque no han robado nada. Se volvi nuevamente hacia el ordenador. No aguantaba a Stefana y su rollo sexolgico. Fuese a donde fuese aquella mujer, siempre haba algn lo, y esa estupidez del asalto se la haba inventado nada ms que para llamar la atencin. Pero esta vez no crea que fuera a conseguirlo, pues tena que competir con el hallazgo de un cadver. Apart los ojos de la pantalla para mirar a Stefana, y los clav en ella. De modo que no s qu buscas aqu, en realidad. A Stefana le habra encantado ms que nada en el mundo que aquella idiota de Vigds se tirara a un estanque lleno de piraas, pero decidi no mostrarse afectada. Qu busco? No lo s. Pero no sera correcto, por lo menos, que Jnas se enterase de que alguien ha forzado el candado de un almacn cerrado bajo llave? Quin sabe si era algn drogadicto en busca de droga? Podra volver. De droga? exclam Vigds escandalizada. Quin iba a ponerse a buscar droga en ese cuartucho tuyo? Esto es un hotel especializado en terapias naturales y temas espirituales. No hay en todo Snfellsnes un sitio ms improbable para almacenar estupefacientes o medicinas. Stefana respir hondo. Perdona, pero los que estn metidos hasta las cachas en las drogas puede que no estn enterados de la especialidad del hotel. Aparte de que podra haber sido alguno de los huspedes. Y aadi con una sonrisa empalagosa: O algn empleado. La reaccin de Vigds fue bronca: Un empleado? Ests loca? Lo digo por decir. Si no ha sido un drogadicto, entonces tuvo que ser una persona normal y corriente. Quiz se mora de ganas por poseer alguna de las cosas que vendo, pero le daba vergenza pedirla de modo normal. Quin sabe? Stefana abri mucho los ojos en artificial
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asombro. Vigds estaba decidida a no dejarse enredar en charlas sobre cremas sexuales e instrumentos auxiliares de la vida amorosa. Stefana saba que aquel tema de conversacin le resultaba desagradable, y Vigds no quera hacerle el favor de ponerse colorada. Y entonces, por qu no robaron nada? Stefana vacil por un momento. Bueno, no lo s. Naturalmente no he mirado en todas las cajas ni he comprobado si estaba absolutamente todo. A lo mejor se llevaron algo. No lleg ms all en sus especulaciones. Es excesivo, con lo que est pasando, empearse en darle vueltas a un asalto en el que quiz pueden haber robado algo. Vigds hizo un gesto con los dedos dibujando las comillas en el aire, al tiempo que deca quiz. Y entonces? pregunt Stefana inquisitiva. Qu ha pasado? Le fastidiaba la frecuencia con que suceda algo cuando ella no estaba. Por las noches se iba a Hellnar, a su casa, y rara vez trabajaba en festivo. A lo mejor sa era la nica razn por la que encajaba tan mal con los dems los empleados, que en su mayora se alojaban en unos bungals que Jnas haba hecho construir al lado del hotel. Han encontrado un cadver en la playa. Ah abajo, en la playa, justo al lado de las rocas. Vigds hizo un silencio dramtico antes de continuar . Seguramente se trata de Birna, la arquitecta. Volvi a quedarse en silencio por un momento. Probablemente la asesinaron. Se llev una alegra al ver que Stefana palideca y se pona las manos en el pecho. Te lo ests inventando? pregunt Stefana, articulando las palabras con dificultad. Noooo. Tal como te lo cuento. Muerta, probablemente asesinada. Vigds se volvi de nuevo hacia el ordenador y cambi de tema para fastidiar a Stefana. Te sobra alguna caja vaca para la abogada? Necesita una grande para meter unas cosas. Eh? S, s, claro respondi Stefana con la cabeza en otro sitio. Qu demonios haba pasado? Pens en los consejos que le haba dado a la pobre mujer muy poco tiempo atrs. Habran sido la causa de que perdiera la vida? Stefana farfull algo incoherente, haciendo que se despeda, y se apresur a marcharse. No quera que vieran cmo le haba afectado la noticia. Pero haba algo que s precisaba saber exactamente. Se dio media vuelta. El sexo tuvo algo que ver en el asunto? Sabes si la violaron, o algo por el estilo? S, creo que s respondi Vigds sin tener ni idea al respecto. Algo le deca que aquella respuesta le sentara como un mazazo. Stefana fue directamente, con el rostro completamente rojo, hacia su despacho. No necesitaba ms datos.
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ra dej caer la pesada caja sobre la cama recin hecha de su habitacin del hotel. No entenda muy bien las indicaciones que llevaba en los laterales. Cuando recogi la caja en recepcin pens, en un principio, que seran objetos de broma, cmaras fotogrficas de pega o cosas por el estilo. En todos los laterales de la caja pona en grandes letras negras: Vibrating Dildo - Genuine Rubber - New Aloe Vera Action! Para quienes no tuvieran buenos conocimientos de ingls, debajo del texto haba un dibujo del contenido. ra se haba puesto colorada hasta la raz de los cabellos
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cuando, en la recepcin, tom la caja de manos de Vigds, que le dijo, aprovechando la ocasin: sta me pareci ms apropiada que la de vulvas artificiales. Sonri y continu: La nica persona que tena una caja vaca era la sexloga. Perdona. A ra le haba llevado la mayor parte de la maana revisar el resto de los trastos del stano y reunir lo que le pareci ms interesante. Se qued nicamente con los documentos viejos, cartas y fotos, y dej el resto: tazas, un reloj, candelabros y otros objetos decorativos. Los papeles que no tenan relacin directa con el caso quedaron tambin en su sitio, en las tinieblas de las cajas, pero se llev todas las fotos, independientemente de lo que representaba cada una, pues nunca se poda saber lo que poda aparecer despus de estudiarlas con mejor luz. No resultaron ser muchas, pero una de ellas atrajo especialmente su atencin: una imagen, en un bonito marco antiguo, de la muchacha que ra estaba convencida que era la chica de la vieja granja, Gun Bjarnadttir. Apareca sentada sobre las rodillas, encima de la hierba, sonriendo, hermosa y jovial, al fotgrafo. Llevaba puesta una blusa blanca de cuello ancho, sujeta con una larga cinta que bajaba desde el cuello. Aquella blusa mostraba, de alguna forma inexplicable, que se trataba de una chica, no de una mujer joven. ra estaba ms o menos segura de que la sensacin que quera provocar con aquella prenda deba de ser muy distinta. Coloc la foto en la mesilla de noche al lado de la cama. Le llev largo tiempo equilibrarla, porque el soporte que tena pegado a la parte trasera del marco no haba resistido bien el almacenaje. La mir un momento y dese de todo corazn que lo que le haba dicho Slds sobre el incesto en la granja fuera una simple invencin. De otro modo, aqulla sera, muy probablemente, la vctima. Las tripas de ra hicieron ruido. Mir el reloj y vio que ya era la una. Llam a la recepcin y le dijeron que la cocina estaba abierta hasta la una y media, as que tena que darse prisa. Se lav las manos a todo correr y se cepill un poco el cabello desordenado. Su estancia en el stano no haba favorecido precisamente su aspecto, pero no quiso cambiarse aquellas ropas polvorientas para poder llegar al comedor antes de que cerraran. Siempre se podra poner de punta en blanco para la cena, pens al salir. En el saln slo haba un husped cuando entr ra. Era un hombre mayor, el que ella haba pensado en el desayuno que deba de ser inspector de hacienda o abogado. No la mir ni dio seal alguna de que tuviera intencin de saludarla. Estaba absorto, mirando tristemente por la ventana y no pareci darse cuenta de que en el comedor, los comensales se haban duplicado con la llegada de ra. De qu conoca a aquel hombre? ra eligi una mesa bastante distanciada de la suya. No haba hecho ms que sentarse cuando un joven con sonrisa fingida apareci de la nada y le entreg el men. ra le dio las gracias y pidi agua con gas para empezar. Mientras el camarero iba a buscarla, ley el men de medioda y eligi una tortilla con ensalada verde. Segn la descripcin, la ensalada inclua diente de len y acedera, y la curiosidad la impuls a elegir aquel plato. El camarero apareci con la bebida en el momento en que ella volva a dejar la carta sobre la mesa, y alab su eleccin cuando ella le dijo lo que deseaba. ra sospechaba que habra hecho lo mismo aunque hubiera elegido una chuleta de cerdo cruda, si hubiera habido algo similar en el men. No pareca precisamente sincero. Se sabe algo ms del hallazgo del cadver? pregunt mientras el
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camarero le serva agua en el vaso. ste se sobresalt, dejando caer un poco de agua sobre el mantel. Ay, perdn. Mira que soy torpe se disculp mientras agarraba una servilleta de la mesa vecina. No pasa nada respondi ra con una sonrisa. No es ms que agua. Esper a que terminara de secar la mancha. Pero se sabe algo? El camarero arrug la servilleta entre las manos y se movi inquieto. Dios mo, es de lo ms incmodo. En realidad, no s qu debo decir y qu no. El dueo se reunir con nosotros dentro de un rato y nos indicar exactamente lo que podemos decir a los clientes. No queremos dar pbulo a historias que puedan provocarles un estrs innecesario. La gente viene aqu a descansar. Yo no soy un husped corriente. Puede decirme lo que hay. Trabajo para Jnas. Soy su abogada. As que lo que me mueve no es la mera curiosidad. El camarero pareca escptico. Ah. Comprendo. Obviamente no comprenda del todo, porque no dijo nada ms. As que no sabe nada ms del asunto? Ya se sabe quin era? No, oficialmente no. Pero todo el mundo dice que se trata de Birna, la arquitecta. Se encogi de hombros. Pero todo son rumores, y bien puede ser que al final se trate de otra persona. La conoca usted? pregunt ra. Un poco respondi el camarero con gesto impenetrable. Estaba mucho aqu, y uno no poda evitar tener trato con ella. No parece que le resultara demasiado simptica. ra bebi un sorbo de agua y not cmo el polvo del stano que se le haba quedado en la boca bajaba con el lquido. Resultaba evidente que el camarero ya se haba cansado de aquella conversacin. Tengo que llevar el pedido a la cocina. El cocinero se enfadar si tiene que seguir aqu despus de la una y media. Le sonri. A decir verdad, no la aguantaba. Era una mala bruja y eso no cambia aunque est muerta. Era una bruja. Se march. ra mir su espalda hasta que desapareci en la cocina con el pedido. Estaba claro que no todos estaban de acuerdo con Jnas en que Birna fuera una persona de honor. Si se trataba de Birna.
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Despus del almuerzo, ra regres a la habitacin. No haba logrado sacarle nada ms al camarero, excepto que se llamaba Jkull. Y haba acabado comiendo sola en el saln, porque poco despus de que el camarero desapareciera con su pedido, el anciano se haba levantado y haba abandonado la sala sin prestarle la ms mnima atencin. En cambio, ra le haba mirado mientras se marchaba, y no pudo evitar la sensacin de que haba algo conocido en el rostro de aquel hombre. Pero no consegua recordar de quin se trataba. Poda haber sido cualquiera, un conductor de autobs de los tiempos de su infancia, o cualquier otro, pero sigui teniendo la sensacin de que lo conoca. Comprendi que lo ms juicioso sera dedicarse a estudiar a fondo el contenido de la caja, o ponerse a leer la agenda de Birna, pero la tentacin de darse una ducha era demasiado fuerte: quitarse de encima el polvo del stano, y luego tumbarse un ratito a descansar. La siesta era un
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placer que poda practicar en muy pocas ocasiones. En casa siempre tena mucho que hacer y la cama no era tan atractiva ni tan mullida, ni estaba tan bien hecha ni era tan estupenda. No renunci a ninguna de las dos cosas.
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ra dio un respingo. Haba puesto la alarma del mvil para que la despertara una hora despus, pero no haba sonado. Mir extraada a su alrededor, pero slo cuando llamaron a la puerta volvi realmente en s. Se puso el albornoz que haba utilizado tras la ducha y dijo en voz alta: Quin es? Nadie respondi, pero volvieron a golpear la puerta. Se acerc a la puerta. La entreabri y asom la cabeza. S? Hola, cario salud Matthew. No me dejas entrar? ra se maldijo a s misma por no haberse pintado, por tener el pelo mojado y, adems, por haber dormido con el pelo sin secar. Se pas la mano por la cabeza en un fallido intento de dominar los enmaraados rizos. Anda, hola. Has encontrado el sitio. Matthew entr sonriente. Naturalmente. Tampoco ha sido tan complicado. Mir en torno suyo. Bonita habitacin. Sus ojos se detuvieron en los envoltorios de la sexloga. ra no tuvo tiempo de darle un empujn a la caja para hacerla desaparecer. Sonri incmoda. Ya veo que no poda retrasarme ms dijo el alemn.
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Captulo 9
ra nunca haba probado nada similar a lo que aquella caja estaba destinada a contener en su vida anterior. Pero s que estaba bastante segura de que aquellos artilugios no resistiran la comparacin con el original, como suele suceder en este mundo con todas las imitaciones. Sonri para s y se sent en la cama. El albornoz estaba all todo arrugado y extendi una mano para cogerlo. Qu extrao que no lo hiciera ms, pens al tiempo que se lo pona por encima y buscaba sus ropas. Aunque hasta aquel momento no le haba importado ni lo ms mnimo, prefera tener algo de ropa encima cuando Matthew volviera a aparecer. Haba salido un momento al coche de alquiler a recoger su equipaje, que pensaba dejar en la habitacin que haba tomado para l. ra opinaba que no tena mucho sentido haber hecho otra reserva, pero le agradeca la cortesa que demostraba al no querer dar la impresin de que se meta en su habitacin de buenas a primeras... aunque realmente eso era lo que haba pasado. Volvi a sonrer cuando se dio cuenta de que estaba contentsima de volver a verle, y feliz de que hubiera ido all a pesar de sus objeciones. Lo peor de su relacin, en realidad, era la falta de costumbre. l era extranjero y seguramente sera incapaz de instalarse en Islandia. Cuando apareci, ella, en su torpeza, haba intentado hilar algn tema intrascendente de conversacin, y le pregunt si le haba gustado el Festival de Eurovisin. l la mir incrdulo y le pregunt si estaba bromeando. Una persona que no tena inters por Eurovisin no conseguira vivir en aquel pas ms de siete das. Se visti a toda prisa. Matthew apareci justo cuando se estaba poniendo los calcetines. Ay exclam l, decepcionado. Haba olvidado que tienes el rcord mundial en vestirte deprisa. Le sonri. Lo que evidentemente tiene sus ventajas, porque tambin eres un rayo a la hora de desnudarte. Muy gracioso dijo ra. Qu te parece el hotel? Matthew mir a su alrededor y se encogi de hombros. Est bien. Un poco apartado. Pero, por cierto, qu ests haciendo t aqu? Se apresur a aadir: No protesto. En absoluto. Trabajo para el propietario, est pensando en entablar un litigio contra los que le vendieron la propiedad. Aj. Lo han engaado? pregunt Matthew. Se acerc a la ventana y descorri la cortina para contemplar el paisaje. Muy bonito dijo, y se volvi hacia ra. Bueno, es una estupidez total. Est convencido de que este lugar est embrujado y que los antiguos dueos tenan que haberle informado de ello. Embrujado, vaya por Dios. Matthew puso la misma cara que ra esperaba que pondra el juez si el caso llegaba hasta l. Nada menos. La actividad del hotel va muy acorde a todas esas cosas, de modo que no es tan absurdo como se podra pensar. ra le sonri. ste es uno de esos hoteles new age. Aqu se da especial nfasis a cosas como las terapias alternativas, la relajacin, los alimentos biolgicos, la lectura de auras y cosas por el estilo. La mayor parte de los empleados son muy
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espirituales o algo an peor. Por eso no les hacen ninguna gracia los fantasmas. As que es eso declar Matthew con una mueca. Todo de lo ms natural, claro. Por Dios, qu va respondi ra a toda prisa. A decir verdad, no resulta tan absurdo en este lugar, porque desde hace mucho tiempo existe la creencia en lo sobrenatural, si se puede expresar as. Hay una historia que dice, por ejemplo, que dentro del glaciar vive un hombre llamado Brur que se march all tremendamente deprimido despus de que su hija fuese arrastrada hasta Groenlandia en un tmpano de hielo. Se le considera el protector de la comarca. Naturalmente, se dice que el glaciar posee poderes sobrenaturales. Aunque, en realidad, no s si esas fuerzas tienen que ver con el tal Brur, o con el glaciar mismo. Las fuerzas sobrenaturales del glaciar? Era obvio que Matthew no crea en esas cosas. Una montaa cubierta de nieve que no se derrite, no? Ja, ja dijo ra. Slo estoy contndote cmo estn las cosas. No mi opinin. La creencia en las fuerzas de este glaciar es muy antigua en Islandia, aqu vino gente de todas partes para recibir a los extraterrestres a fines del siglo pasado. Y naturalmente no hubo ningn mensaje, verdad? ra se encogi de hombros. No estn todos de acuerdo al respecto. El portavoz del grupo dijo que s se haba recibido un mensaje. Aunque slo espiritualmente. No hubo ninguna nave espacial ni nada por el estilo. Una especie de viaje espiritual. O una fantasa, quiz? Matthew sonri. ra devolvi la sonrisa. Seguramente, aunque hay que decir que es una montaa esplndida. Y qu relacin tiene todo esto con el cadver? Ah, eso. No creo que el cadver tenga nada que ver con estas historias sobrenaturales. En mi opinin, al menos. El dueo no est completamente de acuerdo conmigo en esta cuestin. Piensa que el fantasma est involucrado en el caso. Sonri con embarazo. Es un personaje bastante peculiar. No me digas repuso Matthew alzando las cejas. Encontraron el cadver aqu en el hotel? ra le cont en pocas palabras dnde haban encontrado el cuerpo, que se trataba de una mujer que trabajaba para Jnas, y que pensaban que haba sido asesinada. Y hay algn sospechoso? pregunt Matthew. No, que yo sepa respondi ra. Dudo que la polica haya llegado a formarse una opinin todava. El caso est an dando los primeros pasos. Por tu bien, espero que no sea Jnas dijo Matthew. No, seguramente no fue l replic ra, distrada. Y aadi, con cautela: En realidad tengo algo que quiz podra arrojar alguna luz en el caso. Sonri incmoda. Que tienes algo? A qu te refieres? pregunt Matthew, mirndola atentamente. Bueno, tengo un diario de la mujer que, segn todos los indicios, es la vctima. Un dietario, en realidad respondi ra con la cara roja como un tomate, aunque intentando sonar lo despreocupada posible.
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Qu? pregunt Matthew. Conocas a esa mujer? Nunca la he visto respondi ra. Pero tienes su agenda. Cmo es posible? Me la encontr contest ra, pero enseguida decidi ser sincera y aadi: En realidad la rob, aunque sin darme cuenta. Matthew sacudi la cabeza. Sin darte cuenta, vaya. Abri las manos y mir al cielo. Dios mo, que no haya sido ella quien mat a la arquitecta a causa de esa agenda. Aunque haya sido sin darse cuenta.
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Jnas estaba en la puerta principal observando a tres policas vestidos de civil, dedicados a investigar el coche de Birna. Haban venido en una furgoneta especial que haban aparcado en un rincn apartado. All bajaron y, sin anunciarse a nadie del hotel, empezaron a fotografiar el pequeo automvil deportivo y el terreno a su alrededor. Vigds, la de recepcin, avis a Jnas para informarle tan pronto se dio cuenta de la llegada del vehculo, y l acudi a toda prisa a la entrada. Qu estn haciendo? pregunt Vigds. Jnas dio un respingo. Estaba tan enfrascado en mirar lo que hacan los policas, que no haba notado la presencia de Vigds. Se puso una mano en el corazn y la mir. Uf, vaya susto. Se dio la vuelta para seguir mirando al exterior. Estn examinando el coche de Birna, me parece. Dios sabe por qu. Vigds entorn los ojos para ver mejor. Ser que sospechan que la mataron en el coche, a lo mejor? Jnas sacudi la cabeza. No creo. Hace das que el coche no se ha movido de all. Recuerdo que se lo dije. Y eso qu cambia? pregunt Vigds. Quiero decir, la podran haber matado en el coche ah fuera. Jnas se volvi hacia ella enfadado. Qu estupideces dices? Ante todo, no tenemos ni idea de si se trata de un crimen, de modo que no nos tenemos que preocupar lo ms mnimo sobre el lugar donde haya podido cometerse. Vigds se encogi de hombros. Quin crees que puede ahogarse en esa playa? Es as de honda. Marc un centmetro de distancia entre el ndice y el pulgar. Tienen que haberla asesinado. Jnas iba a responder a Vigds y a pedirle que no exagerase tanto, cuando vio a uno de los policas sacar un telfono del bolsillo. El dbil sonido de la llamada lleg hasta ellos. El polica respondi y pudieron ver que hablaba con alguien. Enseguida levant los ojos y mir hacia la puerta de entrada. Se qued con los ojos fijos en Jnas, que estaba al lado del cristal y empez a notar un desagradable cosquilleo en el estmago. El agente de polica concluy la conversacin sin apartar los ojos del propietario del hotel, y se dirigi a la entrada. Jo! le susurr Vigds a Jnas. Lo has visto? Parece que viene a hablar contigo.
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ra se dirigi a toda prisa a la oficina de Jnas. La haba llamado
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requiriendo su presencia, dicindole nicamente que la polica estaba preguntndole unas cosas de las que no tena ni idea. Las palabras de Matthew acerca de Jnas parecan haber sido premonitorias, y ella no pudo evitar pensar en que, a fin de cuentas, quiz el glaciar s posea una fuerza sobrenatural. Perdn dijo despus de tocar en la puerta del despacho y abrir. Jnas estaba sentado detrs de su escritorio, frente a otro hombre con el rostro enrojecido. ste se encontraba de espaldas a ella, pero se gir cuando la oy decir, en tono tranquilizador: Va todo bien? No, no va todo bien, en absoluto bram el propietario del hotel, que se levant para arrastrar una tercera silla hacia su mesa. El agente de polica era de mediana edad y con aspecto rudo. Se levant cinco centmetros en su silla y le dio la mano a ra. Aquello fue suficiente para que ella pudiese comprobar que era un hombre extraordinariamente grande y fuerte. Hola. Me llamo Prur Kjartansson. Polica de investigacin. Hola. ra Gumundsdttir, abogada. Se estrecharon la mano. Cul es el problema? pregunt a Jnas. Pues que resulta que creen que yo tuve algo que ver con la muerte de esa mujer exclam Jnas fuera de s. Hizo un gesto con la mano para sealar al hombre que tena delante, y aadi: Les dejo revisar mi ordenador y mi impresora, y ahora dice que tambin tiene una orden para llevarse mi telfono mvil. Jnas estaba tan furioso que hasta le faltaron las palabras adecuadas y se content con mirar a rlfur con los ojos cargados de odio.Comprendo dijo ra con tranquilidad. Puedo ver la orden? Soy la abogada de Jnas y l ha solicitado mis servicios legales. rlfur le entreg el papel sin decir una sola palabra. ra ley rpidamente el texto y vio que era una orden del Juzgado de Distrito de Vesturland para requisar el telfono mvil de Jnas Jlusson. La justificacin era el inters del mismo para la investigacin del asesinato de Birna Halldrsdttir. El corazn de ra dio un brinco. Ahora ya lo saba con toda claridad. Puedo preguntar por qu es necesario el telfono? pregunt con tranquilidad. Consideramos que el telfono puede contener informacin que pueda sernos de utilidad respondi Prlfur sin gesto alguno. En un telfono como ste hay informacin de muchos tipos replic ra con tranquilidad, intentando recordar qu clase de secretos podra tener Jnas. Si hubieran querido averiguar a quin haba telefoneado, lo hubieran conseguido en la compaa telefnica. De modo que tenan que andar detrs de alguna otra cosa, el calendario o quiz las fotos, si dispona de cmara. Lo que era realmente extrao en la orden era que la polica tuviera inters slo en el telfono. No iban a realizar el tpico registro domiciliario, a menos que existiera otra orden diferente. Aqu dice que pueden llevarse el telfono, pero no menciona para nada la tarjeta. Puede conservarla? pregunt ra con la dbil esperanza de que lo que queran tuviese relacin con la tarjeta telefnica y no con el propio telfono. rlfur le arrebat la orden. Dice el telfono mvil de nmero.... Pas la pgina y cuando encontr lo que buscaba se volvi victorioso hacia ra y puso un dedo sobre el texto. 667-6767. Ya ve, es el nmero de Jnas. Adems, se indica que l es el usuario registrado del mismo. Si me entrega el telfono sin la tarjeta, no estar entregndome lo que aqu se estipula. Se ech
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atrs en la silla, satisfecho, y se dirigi a Jnas: No tiene ms remedio que entregarme el telfono. ra mir a Jnas. No te parece conveniente hacerlo? Jnas resopl como una ballena. Por supuesto que no. Qu voy a hacer sin telfono? Claro que la cobertura en este sitio no da para mucho, pero me es igual. Este telfono es mo. Le recomiendo que aconseje a su cliente que me entregue lo que estipula la orden. No hacerlo sera un gravsimo error. rlfur no poda disimular que tanto tira y afloja le estaba poniendo nervioso. Yo no mat a Birna. Jnas dio un puetazo sobre la mesa. Cmo puede habrseles pasado semejante cosa por la cabeza? Nadie afirma tal cosa. Y yo, menos que nadie respondi Prlfur, algo ms tranquilo. Pero su forma de comportarse suscita ciertas dudas. Pero qu est insinuando? bram Jnas, dando otro golpe en la mesa, ahora con tanta fuerza que el soporte de plumas y algunos otros objetos saltaron sobre la superficie. Yo no tengo nada que ver con este crimen y exijo que me hagan la prueba del detector de mentiras para demostrarlo. El telfono no se lo llevan. ra se inclin hacia Jnas y le agarr la mano suavemente. Querido Jnas, en Islandia no se utiliza el detector de mentiras. En este pas carece de toda fuerza probatoria. Te aconsejo que le entregues el telfono. Sobre todo si no has hecho nada malo. Ni hablar se neg Jnas con vehemencia. Cruz los brazos sobre el pecho y se ech atrs en su silla como para enfatizar todava ms su decisin. Luego se inclin hacia ra y le susurr al odo: No se pueden llevar el telfono. Creme, de verdad, sera terrible. Volvi a echarse atrs y sonri al polica. Perfecto. Comprendo. Dame tu telfono. Le mir fijamente a los ojos. Confa en m. Jnas la mir confundido. No. T no se lo dars a la polica. Jnas. Te repito que confies en m. ra extendi la mano abierta hacia arriba. Jnas la mir sin saber muy bien a qu atenerse. Tras una breve reflexin sac su telfono de un bolsillo de la chaqueta que colgaba en el respaldo del silln, pasndoselo a ra, pero sin soltarlo. No puedes dejar que se lleve el telfono. La abogada asinti. Ya lo s. Puedes soltarlo. Dio un suspiro de alivio cuando Jnas se lo entreg, por fin. Se alegr al ver que el mvil no tena cmara de fotos. Haga el favor de entregarme el telfono orden rlfur, alargndole el papel como confirmacin de sus derechos en el caso. Un momento dijo ra, poniendo su propio telfono sobre la mesa. Lo abri y sac la tarjeta. Despus hizo lo mismo con el de Jnas, e intercambi las tarjetas. Aqu tiene. El telfono con el nmero 667-6767, usuario legal Jnas Jlusson. Entreg su propio mvil al polica. Totalmente conforme con la orden judicial, si no he entendido mal. Sonri a rlfur.
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Magnfico, esplndido! exclam Jnas cuando entraron a todo
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correr en la habitacin de ra. Haba salido hacia all con el telfono en la mano en cuanto rlfur hizo una llamada y recibi la confirmacin de que poda considerarse que Jnas haba satisfecho las exigencias de la orden judicial. Pero se estaba redactando una nueva orden que expresara las cosas mejor. En el intervalo, ra podra enterarse de la razn que haba impulsado a Jnas a negarse a entregar su mvil a la polica. Matthew, Jnas; Jnas, Matthew. ra se limit a presentarlos con brevedad porque ella y Jnas no tenan mucho tiempo. Matthew asinti con la cabeza, visiblemente extraado de todo aquello, pero no pregunt nada. ra se volvi hacia Jnas. Por qu demonios no dejaste que ese hombre se llevara el telfono sin ms? Contiene nmeros que no estoy dispuesto a que sean descubiertos. Y tambin mensajes de SMS. Jnas se inclin hacia ra y susurr: De vez en cuando me fumo un porrito. Hay dos vecinos con los que trapicheo y sus nmeros estn en mi telfono. Adems, en l hay probablemente algn mensaje que les envo cuando no contestan. En ellos se puede comprobar exactamente de qu naturaleza son nuestras relaciones. ra asinti con la cabeza, anonadada ante aquella estupidez de Jnas. En realidad, vea en ello una prueba clara de que era inocente de la muerte de Birna. En comparacin con la compra de hachs, habra hecho falta un papel con su nombre encima del cadver. Le entreg el mvil. No puedo aconsejarte que hagas nada ilegal, pero aqu est el telfono. Te recuerdo que apenas hay tiempo. Mi PIN es 4036. Jnas encendi el telfono y marc el PIN. Fue de inmediato a su propia agenda y borr dos nmeros que ra se ocup de no mirar. Luego fue al archivo de SMS y elimin varios mensajes recibidos. Cuando se puso a mirar los mensajes enviados, dej escapar una exclamacin y alej el mvil de su cara para enfocar mejor. Pero qu demonios es esto? ra se inclin sobre l y agarr el telfono. Qu es? Qu hay ah? Jnas solt el telfono. Esto est mal. Estaba visiblemente alterado. ra ley el ttulo de los mensajes de ms arriba, que deban de ser los ltimos. Ns vmos en la playa.... En la pantalla no se vea ms, de modo que ra decidi examinarlo ms detenidamente. Qued asombrada al ver el mensaje en su totalidad. Ns vmos en la playa dnde la cueva a Is 9 sta noxe tngo q discutir tu idea - Jnas. ra vio que el mensaje haba sido enviado el jueves pasado, a las 19:25 de la tarde anterior al hallazgo del cadver. No me digas que ste es el nmero de Birna dijo ra asustada, devolvindole el telfono a Jnas. ste mir el telfono, luego a ra y asinti moviendo lentamente la cabeza.
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Captulo 10
Algo va mal? pregunt Matthew en ingls, mirando alternativamente a ra y a Jnas, que estaban en pie con los ojos clavados en el telfono. Transcurri un rato hasta que ambos recuperaron el uso de la palabra. Matthew haba estado observando lo que hacan sin entender nada, aunque pudo darse cuenta de que no todo iba como debiera. Jnas, que segua boquiabierto y sin poder articular palabra, se volvi hacia l. Y quin eres t, en realidad? pregunt, visiblemente contento de poder pensar en algo que no fueran sus propios problemas. Es un amigo mo de Alemania. Trabaj en la polica, y ahora lleva los asuntos de seguridad de un banco alemn. Le conoc en otro caso respondi ra. Puedes confiar en l, no le contar nada a nadie. Eso dices t repuso Jnas, que pareca ponerlo en duda. No entiendo nada. Yo no envi ese mensaje. Lo juro. ra juguete con el telfono, pensativa. Alguien lo hizo, Jnas, y no puede negarse que t eres quien ms posibilidades tenas de hacerlo. Se volvi hacia Matthew y le explic el asunto. Jnas asista en silencio, movindose intranquilo. Cuando ra concluy sus explicaciones, volvi a intervenir l. Te repito que yo no envi ese mensaje. Punto. Jnas diriga sus palabras a Matthew, esperando recibir su apoyo. Dej el telfono en algn sitio esa tarde? pregunt Matthew. Si no fue usted quien envi el mensaje, alguna otra persona tiene que haber utilizado el mvil para hacerlo. Con la intencin de hacer recaer las sospechas sobre usted o para atraer a Birna hasta la playa. Quiz se trate de alguien con quien ella no habra querido citarse, de otro modo. Cualquiera de esas dos posibilidades explica que se trata de un asesino que actu con total sangre fra. Alguien que tena intencin de asesinar a Birna y que lo planific todo dijo ra. Hay que decir que eso es bastante infrecuente en Islandia. Por regla general, los asesinatos se producen en la cocina, cuando unos cuantos borrachos acaban a palos y alguno echa mano de un cuchillo. As que lo de Birna viene a ser un caso muy excepcional. ra y Matthew se volvieron hacia Jnas. Es de extrema importancia que recuerdes dnde estabas cuando se envi el mensaje de SMS dijo ella. Por ejemplo, tienes costumbre de dejar el mvil por ah? se es el problema respondi Jnas. La cobertura de mvil en esta zona es muy variable, y por eso resulta intil llevarlo encima a todas partes. Pero adnde fue usted? Lo recuerda? pregunt Matthew. Jnas se rasc la coronilla. No lo recuerdo. En este momento, no. Necesito algo de tiempo para poder recordarlo con tranquilidad. Desgraciadamente, no s lo que estaba haciendo entonces. Tampoco tengo costumbre de fijarme mucho en esas
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cosas. El hachs no es bueno para la memoria, Jnas advirti ra. Tienes que conseguir recordar dnde estuviste, fue hace slo dos das. No fue la tarde en que hubo aqu una reunin con un mdium? Vi el cartel en la recepcin. Jnas se dio una palmada en la frente. S, s. Claro. El jueves por la tarde. Pero mir a ra con un gesto tan vaco como antes. Pero sigo sin recordar nada de lo que estuve haciendo. Yo no asist a la reunin, hasta ah est claro. Estupendo dijo ra. Pero intenta hacer memoria. Es muy importante. Le quit el telfono y volvi a repasar la lista de mensajes. Hay algo que me resulta extrao en todo esto dijo pensativa despus de volver a leerla. Por qu iba a hacer caso Birna a estos mensajes? Si yo recibiera un mensaje tuyo, Jnas, para que nos viramos en una playa, te llamara para preguntarte qu quieres. No le habra extraado demasiado. Acababa de recomendarme la construccin de un pequeo restaurante en ese lugar pero yo no estaba excesivamente entusiasmado con la idea. Se habra ido para all sin pensarlo, con la esperanza de que yo hubiera cambiado de opinin explic Jnas. Y eso lo saban todos? pregunt Matthew. Prcticamente s respondi Jnas. Birna hablaba un montn. La discrecin no era su principal virtud, que digamos. ra mir preocupada a Jnas. Dime una cosa. Ya que t no la mataste, quin podra haberlo hecho? T me la describiste como un angelito que se llevaba bien con todo el mundo. No puedo creer que hubiera mucha gente con motivos para matar a una arquitecta relativamente normal. Jnas mir turbado a Matthew y a ella alternativamente. Hummm. Lo que dije quiz no fuera la pura verdad. Era una fiera tremenda. No conozco a ningn empleado que la aguantara. Les hablaba en tono condescendiente, no otorgaba importancia alguna a lo que tenamos por delante, y as sucesivamente. De modo que existe una larga lista de personas que se llevaban mal con ella. Pero no s cuntos de ellos habran llegado al punto de matarla. Despus de pensar un instante, aadi: No se me ocurre nadie, es demasiado rocambolesco. Por su bien, espero que est pasando por alto algo muy evidente dijo Matthew. De otro modo, la polica dirigir su atencin hacia usted y nadie ms. Ve a intentar recordar dnde estuviste el jueves por la tarde le pidi ra. Mientras tanto, Matthew y yo intentaremos enterarnos de algo ms sobre Birna. Vete haciendo a la idea de entregarles el telfono. No te resistas. Seguramente habrn conseguido ya la lista de mensajes de Birna y querrn tu mvil como confirmacin. No los borres, bajo ninguna circunstancia. Lo nico que conseguirs es aumentar las sospechas en tu contra. Vaya, as estn las cosas? dijo Jnas con los nimos por los suelos. Ahora dame mi tarjeta SIM. No hay ninguna necesidad de que acabe en manos de la polica.
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Por algn motivo, estoy totalmente segura de que el crimen tiene
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relacin con la casa o con los terrenos dijo ra, arrancando ensimismada una brizna de hierba. Por qu piensas eso? pregunt Matthew, tomando un sorbo de su caf. Estaban sentados en unas hamacas en el patio de la parte posterior del hotel, gozando de las vistas sobre la baha de Faxafli. Es mucho ms probable que el motivo se encuentre en el presente y no en el pasado: amor, dinero, locura. A lo mejor, ella ni siquiera conoca al asesino, quiz vio a una mujer caminando sola por la playa y perdi el control. ra se meti la brizna de hierba en la boca. El SMS apunta a otra cosa. Mordisque la hierba y luego aadi: Sencillamente, tengo la sensacin de que existe alguna relacin con el hotel. Es algo relacionado con esta casa. Tambin con la agenda. No hay una sola palabra sobre dinero o amor. Si nos atenemos a ella, Birna no pensaba nada ms que en el trabajo. No poda tratarse simplemente de la agenda que utilizaba para su trabajo? A lo mejor tena otra para las cosas de su vida privada? Matthew vio que la brizna de hierba suba y bajaba en la comisura de la boca de ra. No saba que las mujeres islandesas fuerais herbvoras dijo, haciendo una mueca. Est buena? Prubala. Ayuda a pensar respondi ra, arrancando otra pajita. Se la pas y sonri cuando l puso un gesto raro, pero se decidi a probar . Seguramente, en ese diario hay algo que puede ayudarnos a descubrir al asesino. Observ a Matthew masticar la hierbecita. No te gusta? Slo te faltan unas botas de goma para convertirte en todo un granjero islands. La goma la usamos en mi pas para tapas, cintas elsticas y pelotas. No para el calzado. Matthew se quit la hierba de la boca con aprensin. Echamos un vistazo al diario? ra se sent en la hamaca con el respaldo inclinado. A lo mejor tendramos que hacer una cosa. En el librito haba un dibujo de la otra granja que hay en este terreno, acompaado de toda clase de anotaciones que quiz podramos entender si visitamos el lugar. Matthew se incorpor tambin. T decides. Yo te sigo y ejerzo de guardaespaldas. Le gui un ojo . Tengo la sensacin de que esta investigacin tuya va a acabar llevndote a toda clase de caminos indeseados. Ya has empezado violando la habitacin de la difunta, saqueando sus pertenencias y obstaculizando la justicia al permitir a Jnas que destruyera datos sospechosos de su telfono. Ardo en deseos de ver adonde conducir todo esto.
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Aqu pone Kristn, con un signo de interrogacin detrs del nombre. Qu tal si empezamos por aqu? ra seal la hoja con el plano de la casa. Estaban los dos en la habitacin a la que se acceda desde la entrada de la vieja granja y estaban decidiendo si seguir por la escalera hasta el segundo piso o inspeccionar la planta baja, donde, segn el plano, tena que haber dos salas, cocina, despensa, retrete y despacho. Eso no est arriba? No deberamos hacer un recorrido por el piso inferior, primero? pregunt Matthew, mirando por la puerta que daba a la izquierda. Pues muy bien asinti ra, cerrando de nuevo el libro de golpe. Haba dejado de preocuparse por no dejar huellas dactilares en l, pues no
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tena intencin de abandonarlo excepto en caso de absoluta necesidad. Uf, aqu apesta! La casa exhalaba un olor extrao, que ra era incapaz de identificar. Era como una combinacin de moho, polvo seco y bolitas antipolilla. Por lo menos, estaba claro que no haban aireado aquel lugar en aos. Caray dijo ponindose una mano sobre la boca. Matthew respir hondo. Si yo fuera t, intentara acostumbrarme. Dentro de un rato, dejars de notar el olor. Pese a sus grandilocuentes palabras, torci el gesto al hablar. Uf! No podemos abrir una ventana? Entraron en la habitacin situada a mano derecha que, de acuerdo con el plano de Birna, era una biblioteca. El tirador de la puerta era prehistrico, un picaporte de madera, grueso y corto, que haba que sujetar con fuerza. La puerta pareca abombada, y a ra le llam la atencin que las puertas interiores actuales fueran mucho ms gruesas. Entr detrs de Matthew y echaron un vistazo alrededor sin decir una palabra. Aqu no hay mucho que ver mascull Matthew despus de repasar unos estantes vacos colocados a lo largo de las paredes, y de abrir los cajones de una gran mesa de escritorio debajo de una ventana tremendamente sucia, y que resultaron estar tan vacos como las estanteras, con la nica excepcin de un lpiz antiqusimo. Le haban sacado punta con cuchillo, y el extremo no tena goma de borrar. Pero fjate observ ra. Es como si hubiera habido libros en estas estanteras hasta no hace demasiado tiempo. Seal el polvo de los estantes. Era espeso en los bordes, pero la capa que cubra la parte interior era mucho ms fina, apenas distinguible. Matthew se acerc a las estanteras y mir. Tienes razn. Sera Birna quien se habr llevado los libros? A lo mejor haba algo valioso en ellos. ra se encogi de hombros. No me parece lgico. No mencionaba libros en su plano. Claro que a lo mejor no los mencionara si tena intencin de robarlos. Seguramente se los habrn llevado los anteriores propietarios. Jnas dijo que le haban avisado de que pensaban llevarse los enseres. Salieron de aquella estancia y se dirigieron ms al interior de la casa. Encontraron dos salas adyacentes con muebles antiguos, unos desgastados sofs, que en tiempos haban tenido adornos, un inmenso carrito de t y una mesa y sillas de comedor en madera oscura, con filigranas doradas en el respaldo. Haba mesitas auxiliares aqu y all, pero no se vean objetos. En las paredes colgaban dos cuadros, uno de un barco, otro del glaciar Snfelssjkull. Los dos estaban tan sucios que no se poda distinguir el nombre del pintor. El aparador estaba vaco, lo mismo que la alacena. Te reto a que te dejes caer en el sof dijo Matthew, indicando la polvorienta tapicera. A travs de la suciedad, se apreciaban las formas de unos dibujos floreados en colores plidos. Me encantara ver la nube que se alzara, formando graciosas volutas. No, gracias contest ra. Hazlo t mismo. Te dar cien coronas. Matthew la agarr suavemente por el brazo. Ahora estoy pensando en algo muy diferente al pago en dinero en efectivo. ra le sonri. Siempre es posible llegar a un acuerdo. Volvi a mirar el sof e hizo una mueca. Pero me temo que eso tendrs que olvidarlo, no estoy
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segura de que el polvo se asentara antes de la llegada de la noche, y entonces quiz no seramos capaces de desenterrarnos. Ven, vamos a ver la cocina. No estaba tan vaca como las otras habitaciones, pero era igual de anticuada, con armarios sencillos y pintados de blanco, el fregadero pequeo y poco profundo. El lugar de trabajo no era muy grande en comparacin con una cocina actual, pero el espacio para la mesa de la cocina era mucho mayor de lo que ra estaba acostumbrada. De unos ganchos colgaban cucharones y espumaderas de acero, una cafetera antigua de peltre reposaba sobre del fogn. Qu raro, abandonar todo esto dijo ra, mirando a su alrededor. Matthew abri uno de los armarios de cocina y se encontr ante toda una coleccin de tazas y vasos, todos diferentes. Quiz todo esto sea indicativo de alguna otra cosa mucho ms desagradable. Es probable que pensaran hacer algo, pero que luego no result posible. A lo mejor murieron y por eso no necesitaron llevarse todas estas cosas. Los herederos, sin duda, ya tenan cafeteras y utensilios de cocina, y no necesitaron recoger lo que haba aqu. Se call y seal una caja de cartn que haba sobre una de las sillas de la cocina . Mira, qu es eso? Se acercaron a la caja y vieron que contena objetos envueltos en hojas de peridico. Al lado de la caja haba tambin un montn de hojas. ra cogi una de ellas y busc la fecha. Esto es de mayo. Parece que los antiguos propietarios estuvieron aqu hace poco, empaquetando. Pero qu es esto? dijo, sealando un termo que estaba colocado a la sombra de la caja. Esto no es antiguo agarr el termo y lo agit. Dentro son el lquido al moverse, y ra abri la tapa. Oli con precaucin el contenido. Caf revel. Esto tiene que ser de Eln y Brkur, o de la persona que enviaron aqu para llevarse sus pertenencias. Volvi a dejar el termo en el suelo. Quines son Eln y Brkur? Los antiguos propietarios? Vivan aqu? pregunt Matthew. Son hermanos, los herederos de las tierras, un hombre y una mujer de mediana edad. Si vivan aqu, lo ignoro, pero lo dudo, a la vista de lo antiguo que es todo lo que hay aqu dentro. ra observ el anticuado mobiliario. Como mucho andarn por los cincuenta. Todos estos utensilios son mucho ms antiguos, de modo que no pudieron criarse aqu. Pero por qu han decidido llevarse todo esto ahora? pregunt Matthew. La venta de la propiedad se tuvo que realizar hace algunos aos. La parte nueva del hotel no puede haberse levantado en unos pocos meses. No, no, eso es cierto. Supongo que la idea de Jnas de construir en esta casa no les llam la atencin al principio, pero luego cayeron en la cuenta. ra abri los cajones de la cocina uno tras otro y los examin. No contenan nada que despertara su inters. Terminaron de examinar el piso inferior sin encontrar nada. En la despensa haba diversos objetos que haban pasado aos y aos en las estanteras, pero tambin algunas cajas de cartn recientes, con viejos libros polvorientos. No abrieron ms que dos cajas, pensando que las que estaban cerradas contendran objetos de la sala que haban quitado para llevrselos, igual que el resto de los libros de las estanteras. ra dej que Matthew inspeccionara el cuarto de bao y, a juzgar por el gesto que puso al volver, no se haba perdido nada al no ir ella tambin. Vamos arriba dijo l con cara de asco, dirigindose hacia la
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escalera. Primero miraron por la puerta que daba al stano pero no haba luz y ra decidi que all no tenan necesidad imperiosa de ir. De modo que se dirigieron al piso superior. En el rellano encontraron cinco puertas, todas ellas cerradas. La primera que Matthew intent abrir result estar cerrada con llave. Dej de intentarlo en la siguiente puerta, cuando ya tena la mano sobre el picaporte. Mira un momento el plano y dime qu puerta da al cuarto de bao. ra mir el diario de Birna y propuso entonces que mirasen la habitacin marcada con la palabra Kristn. Creo que es la que ms le interesaba a Birna dijo ra, indicndole a Matthew la puerta correspondiente. Nunca te perdonar si me ests tomando el pelo y esta puerta da a otro cuarto de bao exclam Matthew antes de abrir. Mira y ya est dijo ra, que empuj la puerta mientras l pona la mano sobre el tirador. Entraron en una habitacin infantil, que seguramente habra pertenecido a la nia. Sobre la cabecera de la cama de listones de madera pintados de blanco estaba apoyado un desgarbado oso de peluche al que le faltaba un ojo. Era de color marrn claro y peludo por todas partes excepto en el vientre, que era de tela griscea. Las costuras que unan el tronco a los miembros estaban descosidas, de modo que se vea un alambre negro en los hombros y los muslos del osito. Al cuello tena atado un descolorido lacito rojo. ra sinti una punzada en el corazn al ver cmo, con el paso de los aos, el lazo haba ido sufriendo los efectos de las leyes de Newton y ahora colgaba en mitad del pecho. Al lado del oso haba una mueca zarrapastrosa, mirando con sus ojos pintados hacia la pared de enfrente. Pero qu extrao es todo esto dijo ra, muy afectada. S asinti Matthew. Evidentemente, esta gente se fue a toda prisa. Mira. Se acerc a una estantera sobre la que estaban colocados varios libros polvorientos. Debajo de ella haba una mesa de escritorio pintada en laca blanca con una hoja de papel en la que haba un dibujo a medio acabar. Sobre ella y el resto de la mesa haba unos lpices de colores de cera. Matthew levant el dibujo y lo examin. Las esquinas estaban retorcidas y una capa de polvo grisceo cubra el papel. Matthew sopl con fuerza sobre la hoja de papel y se levant una nube de polvo que alej con la mano. Luego le dio el dibujo a ra. La nia ni siquiera tuvo tiempo de acabar su dibujo. ra mir el papel. Se apreciaba claramente que era de una nia poco mayor que Sley, su hija de seis aos. El dibujo representaba una casa ardiendo, con unas espesas llamas que se alzaban hacia el cielo desde el tejado. La casa tena una gran puerta y una ventana. Slo la mitad estaba coloreada. Curioso motivo para un dibujo dijo ra, dejando el papel. Estara dibujando esta casa? Matthew sacudi la cabeza. No, no lo creo. Aunque el dibujo lo haya hecho una nia pequea, parece claro que se trata de una casa de una sola planta. Torci el gesto . Tiene una puerta curiosamente grande. ra seal la ventana. Es eso un ojo? Se inclin para ver el dibujo ms de cerca. Anda, la nia dibuj a alguien dentro de la casa. Mira, aqu hay tambin una boca abierta. Pero nariz no hay. Matthew se inclin tambin.
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Y que lo digas, si que es un motivo extrao para un dibujo. A lo mejor, esa nia era algo rara. O vio algo espantoso seal ra, apartndose de la mesa. Creo que tendramos que intentar averiguar quin vivi aqu y cundo se trasladaron. S que el dueo se llamaba Grmur, pero creo que tuvo una nica hija, que muri tan joven que difcilmente habra podido hacer este dibujo. Puede ser que despus de l y su mujer viviera aqu alguna otra familia. Se dirigi hacia una puertecita disimulada en la pared. La abri con cuidado y vio que se trataba de un armario ropero. De la barra colgaban muchas perchas. En dos de ellas haba ropas finas, un elegante jersey y un delicado vestido de algodn sin costuras. Las dos prendas eran demasiado grandes para haber pertenecido a Edda, que muri a los cuatro aos de edad, segn el lbum de fotos del stano del hotel. Qu es eso de ah detrs? pregunt Matthew sealando el fondo del armario. ra meti ms la cabeza y vio que en el fondo del armario haba unos listones que rodeaban un espacio que no coincida del todo con el resto de la pared. Empuj y aquel espacio cedi. Anda! exclam. Es una puertecita disimulada. Mira, hay unos escalones que suben. Se alternaron para mirar por la oscura abertura, y Matthew sac la llave del coche. Tena una bombillita que serva de linterna. Ilumin la escalera. Mira dijo Matthew, sealando el escaln con la linterna. Huellas de pasos en el polvo. Alguien ha subido por aqu. Birna. Sin duda alguna, Birna declar ra con decisin. En la agenda seal la posicin de vigas y dems. Querra ver en qu estado se encontraba el armazn del tejado. Esto tiene que llevar a una especie de desvn. Ven, allanamos tambin esa parte de la residencia? Mir a Matthew, que le sonri. Bueno, espera aqu mientras bajo a buscar un cuchillo. Slo tendr que quitarme un brazo y probablemente tambin el hombro. Seal la abertura. Es totalmente imposible que yo consiga pasar por ah. Dame la llave, entonces pidi ra. Se la puso en la boca mientras entraba encogida por el armario y atravesaba el estrecho agujero. Antes de empezar a subir las escaleras se volvi hacia Matthew y le regal una amplia sonrisa. Hasta ahora. Te matar si me encuentro a una rata. Subi el primer escaln, se lo pens mejor y retrocedi hacia el agujero. O un ratn. Te matar tambin si piso un ratn. El desvn estaba totalmente vaco. ra pas el dbil rayo de luz por el suelo y vio que Birna haba estado por all. ra no pisaba con demasiada confianza, porque no tena ni idea de si el entablado soportara su peso. La arquitecta deba de ser ms pequea que ella, o al menos sus pies eran muy pequeos en comparacin con los de ra. Por eso habra preferido examinar el desvn desde la escalera en la que se encontraba, pero cuando el rayo de luz dio con algo que brillaba en una viga, no pudo resistir la tentacin. Puso un pie sobre el suelo del desvn con mucho cuidado. A cada paso que daba, se oan crujidos y chirridos, y temi que si se abra el suelo caera encima de Matthew, en el piso de abajo. O peor an... en un cuarto de bao. Pas el rayo de luz por el suelo y vio que Birna o quien hubiera dejado aquellas huellas tambin haba pasado por all. Eso la hizo respirar ms tranquila, y por fin pudo llegar a la viga. Se inclin e ilumin el suelo. Oro. Un juguete, en realidad. ra sonri y recogi una insignia con
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alas. Sin duda se trataba de una insignia de aviador. La examin a la dbil luz. Volvi a dejarla en su lugar y agarr una taza de porcelana descascarillada. Haba ms objetos: una cuchara de plata que se haba vuelto negra, dos blancos dientes de leche, un collar con una cruz y unas cuantas fotos de estrellas de cine colocadas en un cuidadoso montn. ra se levant, pero se detuvo al instante cuando estaba a punto de estirar las rodillas. Ilumin la viga de madera del techo y se inclin sobre ella. Haba algo grabado. Se percat de que poda leer lo que pona. Matthew! grit. Aqu est el nombre de Kristn! Eh? oy su respuesta en la lejana. Volvi a inclinarse y ley la inscripcin por ltima vez, para fijarla en su memoria y poder repetrsela a Matthew. l no la oa con claridad: pap mat a kristn odio a pap
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Captulo 11
S, por fin decidieron llevarse todos los cachivaches que haba en la casa, como te dije explic Jnas, reclinndose sobre el respaldo de la silla. Estaban muy cmodos junto a la chimenea del bar, rodeados de fotos antiguas que decoraban las paredes. Le ped a Birna que les avisara de que habamos decidido construir en la vieja granja, para que pudieran recoger lo que quisieran antes de empezar las obras de remodelacin. Lo del anexo estaba descartado, en realidad, pero de todos modos se pusieron a ello. No tengo ni idea de lo que se han llevado. Al menos, nadie le comunic a ella, ni tampoco a m, que hubieran terminado. Matthew tom un sorbo de su cerveza. Se alojaron aqu? No, nunca pidieron una habitacin. Pero s vinieron varias veces a comer al restaurante. Vinieron los dos hermanos a retirar las cosas, o slo Eln? pregunt ra. Ni idea respondi Jnas. Recuerdo que una vez vinieron varios a la vez, el hermano y su mujer, la hermana y dos jvenes, el hijo de l y la hija de ella. No s si fue un viaje de un da, o si se alojaron por aqu cerca. An poseen varios terrenos en la pennsula, creo recordar, de modo que bien podran haberse hospedado por all. Creo que tienen tambin una casa en Stykkishlmur o en lafsvk, que utilizan como residencia de verano. Tuvieron quiz alguna discusin seria con Birna?pregunt ra. No, ni puedo imaginrmelo contest Jnas. S que discuti de algo con el hermano, pero tengo entendido que todo se desarroll por cauces estrictamente amistosos. Ella estuvo buscando datos sobre las caractersticas del terreno durante la construccin del hotel. Creo que esperaba que tuvieran planos antiguos o algo por el estilo. Y los consigui? pregunt ra. No, creo que no respondi Jnas. Recuerdo que el hombre no tena nada, aunque s le dio algunas cosas que podan ser de utilidad. S que le permiti buscar entre los trastos viejos, los que estn en el stano de Kirkjusttt, y tambin los del otro sitio, Kreppa. Recuerdas si Birna mencion alguna vez el nombre Kristn? pregunt ra. O que preguntara por alguien con ese nombre? Jnas sacudi la cabeza. No, no recuerdo nada de eso. Quin es esa Kristn? Ni idea respondi ra. Sin duda, no tiene nada que ver con esto. Encontramos el nombre en... ra consigui contenerse justo a tiempo, antes de mencionar la agenda de Birna... grabado en una viga de la granja. A lo mejor no es ms que el nombre de algn animalito de compaa, una gata o quiz el corderito criado en la casa. Creemos que lo escribi un nio. Pues Kristn es un nombre bastante raro para un gato dijo Jnas. No recuerdo que Birna mencionara nunca a una Kristn, ni a una mujer con ese nombre ni tampoco a un gato.
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Guardaron silencio durante un instante. ra tom un sorbito del vino blanco que Jnas haba pedido para ella y ech un vistazo a su alrededor. La sala de la chimenea era muy confortable, de estilo antiguo, aunque formaba parte de un ala del hotel de estilo moderno. Son de aqu? pregunt, sealando las viejas fotos de las paredes. No, las compr en anticuarios. No tengo ni idea de quines son. Birna se ocup de eso Jnas mir alrededor. Esas cosas se le daban muy bien Matthew y ra movieron la cabeza en seal de acuerdo. Quiz podras conseguir el permiso de la familia para utilizar alguna de las fotos que hay en las cajas del stano. Hay varios lbumes y algunas fotos enmarcadas, y creo que son de los antiguos habitantes. Podran darle an ms encanto al lugar. Me llev un montn a la habitacin para examinarlas mejor. Puedes echarles un vistazo, si quieres. Jnas se sobrecogi. No, muchas gracias, ni hablar. No quiero saber nada de ellas. En qu foto exactamente creste reconocer al fantasma? pregunt ra. Las he revisado todas y hay varias posibles candidatas. Era una foto enmarcada de una chica jovencita respondi Jnas. Rubia. Hasta el ltimo cabello, era igual al ser que se me apareci. De modo que no se trata de una nia dijo ra. Tena entendido que se trataba de una nia. La nica foto enmarcada que haba encontrado ra era la de Gun, la que haba colocado en su habitacin. En ella, Gun no era una nia, sino una adolescente bastante crecidita. Nia o no replic Jnas decidido. Una chica joven, mucho ms joven que yo. Para m, eso es una nia. Y sigues manteniendo que eso sucedi realmente interrumpi Matthew. En su gesto apareca claramente su opinin sobre aquellos sucesos. No lo habrs soado? No exclam Jnas con decisin. En absoluto. Volv a casa cansado y eso puede explicar mejor la situacin. Cuando ests en ese estado, descienden las barreras de la mente y puedes contactar ms fcilmente con lo que no es de este mundo. Sucedi, os lo puedo jurar. Estupendo dijo ra. Dejmoslo as de momento. Pero has conseguido recordar dnde estuviste el jueves por la tarde? Ya, eso contest Jnas. Slo de forma muy fragmentaria. Recuerdo que estaba aqu al empezar la reunin con el mdium, pero luego me march. Me daba miedo lo que poda pasar. Miedo? exclam Matthew sin poderse contener. A qu? A lo que poda pasar. Este es un sitio maligno y no me apeteca lo ms mnimo or a los difuntos confirmarlo explic Jnas como si no hubiera nada ms natural. As que decid irme a dar un paseo a pie y renovar mis energas espirituales. Haba bancos de niebla, una condicin atmosfrica que siempre me viene estupendamente para hacerlo. ra se apresur a quitarle la palabra a Matthew antes de que fuera a preguntar por la renovacin de las energas espirituales. Te encontraste con alguien durante el paseo? No dijo Jnas. A nadie. Haca un tiempo bastante desagradable y aqu no hay ahora mucha gente, de modo que no haba ms alma viviente que yo mismo ah fuera. Olvidas a Birna apostill ra. Y al asesino. Seguramente estaran por ah a la misma hora. Mir a Jnas con ojos implorantes. No me irs a decir que bajaste a la ensenada en donde encontraron el cuerpo de Birna.
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No, no fui all dijo Jnas. Tom esa direccin pero no llegu hasta all. Tena un cabreo fenomenal y, en realidad, iba sin rumbo fijo. Haba venido un tipo del ayuntamiento porque tena que hacer una obra en la carretera de acceso, y precisamente haba elegido ese da para hacer la zanja, y al final se march dejndolo todo sin terminar. Por eso, los que acudieron esa tarde a la reunin espiritista tuvieron que dejar sus coches en la carretera y hacer a pie el resto del camino. Dos kilmetros. Estoy seguro de que muchos no asistieron por ese motivo, por no mencionar lo molestos que estaban los clientes del hotel cuando se enteraron de que no podan sacar los coches. Cundo se solucion el problema? pregunt Matthew. Bueno, a la maana siguiente dijo Jnas, que segua enfadadsimo con el operario. Aquel tipo no se atrevi a no hacerlo, despus de la bronca que le solt. Eso significa que del hotel no sali ningn coche hacia la playa en la que apareci Birna esa misma noche? pregunt ra. No, fue totalmente imposible respondi Jnas. Era una zanja de mil demonios. Llevabas el telfono cuando saliste a pasear? pregunt Matthew. Jnas no necesit pensarlo mucho. No, con total y absoluta seguridad, no. Emite unas ondas que me alteran siempre en la renovacin de las energas espirituales. Matthew se incorpor de una forma que daba a entender claramente que iba a interrogar ms detenidamente a Jnas sobre el particular. Pero, de pronto, apareci Vigds y se dirigi directamente a ellos con unas hojas impresas en las manos. Aqu est lo que me pediste dijo, entregndole dos hojas de papel a Jnas. En la primera pgina estn los nombres de los que se alojaron aqu las noches del jueves y el viernes, y en la otra los que haban hecho una reserva pero no pudieron venir o la cancelaron. Sonri servicial a ra y Matthew. Tengo que volver a la recepcin para atender el telfono. Se march y Jnas le grit gracias mientras se iba. Ech un breve vistazo a los papeles y despus se los dio a ra. sta es una lista impresa del archivo informtico, aunque probablemente nos resultar de escasa ayuda. No me puedo imaginar que a Birna la asesinara ningn cliente. Me parece bastante absurdo. Nunca se sabe respondi ra, mientras empezaba a leer. La lista no era muy larga. Hay pocas reservas? pregunt. No son muchos nombres. Desde luego que no respondi Jnas, un poco dolido, ante su expresin incrdula. No es posible pretender que tengamos todo reservado, excepto justo antes de pleno verano. El periodo turstico es tan breve que casi no se puede denominar as. He pensado en toda clase de eventos para atraer visitantes en invierno. O de lo contrario, esto va a resultar de lo ms deprimente. ra asinti sin apartar la mirada de la lista. A juzgar por esto, hubo ocho habitaciones ocupadas la noche del jueves y diez la del viernes. Si ah lo dice respondi Jnas. Naturalmente no guardo esas cosas en la memoria, pero probablemente sa es la proporcin. Agarr su vaso de cerveza y tom un trago. Esta cerveza procede de agricultura biolgica explic mientras dejaba el vaso sobre la mesa y se quitaba la espuma del labio superior. ra se dio cuenta de que las cejas de Matthew se levantaron un
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poco, y que ola su vaso con gesto receloso. Se apresur a tomar la palabra antes de que consiguiera preguntar por el cultivo en cuestin. Conoces a alguno de los clientes? pregunt inclinndose hacia Jnas con la lista por delante. Por ejemplo, la lista contiene nombres de clientes estables? Hace tan poco tiempo que empezamos, que an no nos hemos hecho con clientes estables, por desgracia. Pero, de todas formas, creo que podr recordar quines eran. Jnas puso un dedo sobre el primero de los nombres y empez con l. Veamos, el seor y la seora Brietnes, no, stos eran un matrimonio mayor, de Noruega. Es muy poco probable que tengan relacin alguna con este asunto. Siguen aqu, por si queris hablar con ellos. Desplaz el dedo. Karl Hermannsson. No le recuerdo, parece que slo se aloj aqu esa noche. Pero de esta pareja s que me acuerdo, rn Fririksson y sads Henrsdttir, ya haban venido antes, son gente interesada por lo que hacemos aqu y saben disfrutar de lo que ofrecemos. No pueden estar relacionados con esto de ninguna forma. Espera un momento. Quin era ste? Prstur Laufeyjarson. Reflexion un momento. S, claro que s, el del kayak. Ha venido a remar, a entrenar para un campeonato de remo. Tiene reserva hasta el mircoles. Muy distante y grun. As que podra perfectamente ser un asesino. O no dijo ra. Nunca haba odo que los asesinos fueran ms distantes que el resto de la gente en las relaciones personales. Y estos extranjeros? Seal los nombres siguientes. El seor Takahashi y su hijo. Jnas levant los ojos para mirar a ra y sonri. Demasiado educados como para matar a nadie. Muy tranquilos los dos, y el padre est convaleciente de un tratamiento contra el cncer. Su hijo no se separa de l. Olvdalos. Dirigi la mirada a los siguientes nombres. No s quines son stos, Bjrn Einarsson y Gun Sveinbjrnsdttir, no caigo. Pero a ste tendras que conocerle, ra: Magns Baldvinsson, viejo poltico de izquierdas. Cuando ra oy el nombre, se le vino a la mente el rostro del hombre que haba visto en el comedor a la hora del almuerzo. S, claro. Le vi hoy a medioda. Precisamente estuve leyendo un artculo sobre l en un peridico. Es el abuelo de Baldvin Baldvinsson, del que dicen tiene un gran futuro. Pero qu est haciendo aqu ese hombre? Descansando simplemente, creo. No es precisamente muy hablador, pero me dijo que se haba criado en la comarca. Supongo que el corazn y la mente buscan la tierra de la infancia cuando llega la vejez dijo Jnas. Continu bajando por la lista. No me acuerdo de esta Prds Eggertsdttir, no tengo ni idea de quin es. Pero a este s que le recuerdo, Robin Kohman, es fotgrafo y ha venido a hacer fotos para un artculo sobre las provincias de Vesturland y Vesturfjrur para una revista de viajes. Le acompaaba un periodista que ya se march. Se fue el martes, no el mircoles. Este Teitur es un corredor de bolsa que lleva aqu varios das, parece bastante simptico, aunque un poco esnob. Se lesion montando a caballo al poco de llegar, y pens que se ira en cuanto sufri el accidente, pero aqu sigue. El resto de los nombres no los conozco. Ni los que llegaron el viernes ni los que cancelaron las reservas. Dej los papeles sobre la mesa delante de l, y ra los recogi. Hay algn problema en que intente charlar con estas personas? pregunt ra. En absoluto afirm Jnas ponindose en pie. Pero procura tratar bien a los clientes. No los ahuyentes. Mir por un instante a Matthew y luego aadi a media voz, en islands: Que se no se ponga a interrogar
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a nadie. Haz todo lo posible para que parezca una conversacin intrascendente. Se incorpor, se dio una palmada en los muslos. Voy a ver qu tal le va a la polica. Ahora estn registrando la habitacin de Birna, no s qu creen que puede esconder all. Matthew le gui un ojo a ra y dibuj una fugaz sonrisita. No, seguramente no encontrarn nada dijo tan tranquilo. Pero ahora ya tienen mi telfono dijo Jnas, y por lo menos pueden entretenerse en hacer una lista de todo lo que contiene.
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Steini estaba sumido en oscuros pensamientos, con la mirada fija en el camino de acceso, al otro lado de la ventana. Habra podido estar solo, a juzgar por el trfico. Ni un solo coche, ni una sola persona. Haba pasado el rato viendo la televisin como un tonto. Y eso que slo tena veintitrs aos. Si su vida hubiera transcurrido de la forma habitual, las cosas seran distintas. No tena que ser as. No poda ser. En realidad, an segua confiando en que alguien fuera a decirle que todo era un malentendido. Que aquello no le haba pasado a l, sino a alguna otra persona. Perdona, amigo, que te hayamos hecho pasar por esto sin necesidad, pero son cosas que suceden, a veces. Levntate. Puedes hacerlo. No ha sido ms que un malentendido. Tu coche no es un desastre total. Era el coche de otro. Y t no ibas en l. Un borbotn de risa absurda y extraa surgi de su interior. Seguro. Se irgui y al hacerlo apareci la imagen de su rostro reflejada en la ventana. Se asust y se cubri ms la cabeza con la capucha para que se viera lo menos posible. Nunca se acostumbrara a aquello. Nunca. Steini aferr, con sus manos ya expertas, las ruedas de la silla y se apart de la ventana. Dnde estaba Bertha? Haba prometido venir, y siempre cumpla lo que deca. Querida, preciosa Bertha. Sin ella, sera incapaz de hacer nada. Enfermeras, mdicos, psiclogos y como se llamara toda esa gente, se empeaban en insistir en que se fuera a la capital, que se matriculara en la universidad, que hiciera algo. Que la vida no se acababa all, aunque, en aquel momento, se sintiera tremendamente mal. Con la rehabilitacin adecuada era posible que se viese prcticamente libre de la silla de ruedas, aunque el proceso fuese laborioso y doloroso. Esa gente no le comprenda. Tena que quedarse all. All estaba su casa, aqul era su hogar. Por aquella zona pasaba poca gente y casi todo el mundo le conoca. Nadie se asustaba cuando le vean aparecer con aquella horrible mscara que se supona era su rostro. En Reikiavik, en cambio, sucedera un da s y otro tambin. Se consumira y acabara matndose en un tiempo rcord. Tena tanto que agradecer a Bertha. Ella era la principal responsable de que pudiera seguir all, con las dificultades que tena para valerse por s solo. Quiz Bertha le haba abandonado? Ya se haba hartado? No iba a ayudarle ms? Steini se acerc en su silla hasta la televisin y agarr el mando a distancia. Prefera ver aquellos espantosos programas que seguir con sus negros pensamientos. Subi el volumen y fij la mirada en la pantalla. No pensar. No pensar.
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ra y Matthew hicieron un brindis. Realmente, espero que esto no proceda de agricultura ecolgica
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dijo l antes de tomar un trago. ra le sonri. No, esperemos que se haya cultivado con la habitual porquera de los pesticidas, mejor an si se les ha aadido algo de mercurio. Bebi un sorbo de vino. Da igual cmo se ha cultivado, el resultado es muy bueno. Dej su copa sobre el mantel blanco y comi un bocado de pan para tener algo que morder. Estoy muerta de hambre. Muerta. Mmmm dijo Matthew. Me alegro mucho de que eso no haya cambiado. Y de que t no hayas cambiado. Le gui un ojo. Adems, tu forma de vestir sigue siendo tan... cmo decirlo... ra se mir su sencillo jersey y sac la lengua. No iras a pensar que habra venido aqu con vestido largo esperando que alguien me invitara a comer? Me permito dudar que te hubieras puesto vestido largo aunque te hubieran invitado. Se recoloc la corbata con gran ceremonia. Ja, ja. ra se ri. Tengo demasiada hambre para responder a los chistecitos de un tarugo como t. Y dnde est la comida? Mir el reloj. Maldita sea. Tengo que llamar a casa antes de que se duerma Sley. Alarg la mano para agarrar su bolso, pero antes de abrirlo record que su telfono estaba en poder de la polica. Vaya, me puedes dejar tu mvil? Claro dijo Matthew, ofrecindole un elegante telfono. Algo no va bien con tus nios? Casi ni me atrevo a preguntar, pero... ya eres abuela? ra alarg la mano para tomar el mvil. Puedes respirar tranquilo, an ests cenando con una mujer joven. Era un telfono con tapa, y lo abri. En la pantalla apareci la foto de una nia negra con montones de trencitas en el pelo. Quin es sta? pregunt extraada, dirigiendo el telfono hacia Matthew. Nunca haba mencionado que estuviera casado o viviendo con alguien. Matthew sonri. Es mi hija. Ah, s? dijo ra. No se te parece mucho. Volvi a contemplar la foto. Excepto en el pelo, quiz. No saba muy bien qu ms decir. Matthew se ri y se pas la mano por el cabello, con perfecto corte de caballero. No, no somos parientes consanguneos. La adopt a travs de una ONG. Oh, qu bonito. ra bebi un sorbo para disimular el peso que se le haba quitado de encima. Por un momento cre que estabas casado o que vivas con alguien. No me gustan demasiado los hombres casados. En la escala de atractivo del cero al diez, les pongo un menos dos. Qu raras sois las mujeres dijo Matthew. A m, t me pareces atractiva y eso no cambiara, estuvieras casada o no. Tienes la suerte de que estoy divorciada dijo ra, mirando de nuevo la foto. No vive contigo, no? Era totalmente incapaz de imaginarse a Matthew lavando las ropitas de un nio, y mucho menos haciendo una serie de apretadas trenzas en una cabecita. No, no respondi Matthew. Vive en Ruanda. Conozco a una mujer que trabaja en ese pueblo con la Cruz Roja, ayudando a los necesitados. Fue ella quien me convenci. Cmo se llama? pregunt ra. La mujer, o la nia? pregunt Matthew. La nia, claro contest ra.
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Laya dijo Matthew. Un nombre muy bonito afirm ra, poniendo sus manos sobre una de las de l, que descansaba sobre la mesa. Voy a hacer una llamada breve, porque cuando llega la hora de comer le cuelgo hasta a mis propios hijos. Marc el nmero de su hijo. Hola, Gylfi, qu tal ests? Ests en el extranjero? pregunt la voz extraada de su hijo. No, no dijo ra, que se apresur a aadir: He tomado prestado un mvil a un extranjero que est aqu en el hotel, porque tuve que dejar el mo. Pero qu tal todo? Una mierda. Esto es espantosamente aburrido. Quiero irme a casa respondi Gylfi convencido. No, no respondi ra, maternalmente. Si es muy divertido. Est contenta Sley? Ella est siempre contenta, no tienes que preguntar replic Gylfi cabreado. Pero yo me voy a morir de aburrimiento aqu. Pap se ha puesto como loco a jugar con el Sing Star de los 80, de Sley, y si vuelvo a orle otra vez cantando Eye of the Tiger, me largo. De verdad. Venga, hombre dijo ra. Ya queda poco. Djame hablar un momentito con Sley, cario. No se atreva a decir nada en favor del karaoke de su padre. Habla con ella pero no te alargues mucho. Tengo que llamar a Sigga. Antes se puso el telfono en la barriga para que el nio me mandara un SMS con sus pataditas. Ah, s? dijo ra, que ya no se asombraba por nada. Y qu escribi? jt respondi Gylfi orgulloso. Le pas el telfono a su hermana sin ms prembulos, y una vocecita grit: Mami, hola, mami! Hola, ratoncito salud ra. Te lo pasas bien? S, s, muy bien. Pero tengo ganas de estar en casa contigo. Pap y Gylfi siempre estn pelendose. Ya queda poco, cario. Tengo muchsimas ganas de que volvamos a estar juntos los tres. Dile hola a tu padre de mi parte, nos vemos maana. ra se despidi. Cerr el telfono y se lo pas a Matthew. No entend ni una palabra dijo ste, volviendo a meter el telfono en el bolsillo de la americana. Piensas hablarme en islands luego? En la cama? Claro que s, corderito mo dijo ra lo ms cariosamente que pudo, y levant un pie del suelo para ponerlo en un lugar mucho ms clido. El vino blanco estaba empezando a hacerle efecto. No te alegras, al menos, de que no lleve zapatos de tacn?
* * *
Rsa estaba junto a la cocina colando caf al estilo antiguo. No necesitaba estar muy pendiente y dej vagar sus pensamientos, pero, por desgracia, su mente iba demasiado rpido y lo nico que consigui fue desencadenar ideas an ms negras sobre todas las cosas que ella no poda cambiar. Hizo un esfuerzo por pensar en su corderito, Stubbur, y lo fuerte que haba chupado el bibern aquella maana, pero aquella tierna visin se disip enseguida. En su lugar, se interpuso el recuerdo de la vuelta a casa de Bergur la noche anterior, y el gesto que tena cuando le habl del cadver que haba encontrado en la playa. Ella intent alejar
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aquella imagen, obligndose a pensar en la inminente visita de su hermano. Seguramente, servira para alegrar la vida domstica, porque era un hombre muy simptico y siempre estaba de broma. No caba la menor duda de que les vendra estupendamente, la casa era tan silenciosa que los desconocidos deban de pensar que ella y su marido eran mudos. Sonri triste e irnica ante semejante idea. Como si por all pasara algn desconocido. A aquella casa no iban ni siquiera los conocidos. Slo a los parientes ms prximos se les pasaba por la cabeza ir de visita. Era lgico. La gente no visitaba un lugar donde incluso las plantas de las macetas se haban vuelto tan tristonas como ellos dos. Rsa suspir. No tena ni una amiga ntima a la que recurrir cuando necesitaba consejo. Bergur era desdichado porque viva con ella y no la quera. Y ella tambin era desdichada porque viva con l y le quera, sin que su amor se viera correspondido. No saba exactamente cundo haba dejado de quererla, si hubiera podido hablarse de amor alguna vez, pero recordaba bien cundo empez a quererle ella a l. El da en que se conocieron. An poda recordar lo guapo que era y tan distinto a los dems jvenes que haba tratado hasta entonces. Haba llegado a la comarca para ayudar en los trabajos de primavera en las granjas, y en un abrir y cerrar de ojos la haba embrujado hasta la mdula. Trabajaron juntos, ensangrentados hasta los codos en la poca de nacimiento de los corderos, y su fascinacin fue creciendo a medida que descubra, a lo largo de sus conversaciones, lo culto que era el joven y cunto saba de todo. Adems, l hablaba con mucho ms cuidado que el resto de la gente, y segua hacindolo. Aquello le daba un cierto aire cosmopolita, aunque nunca hubiera puesto un pie fuera de la regin. En esa poca, y en realidad todava hoy, ella se senta como una palurda a su lado. Siempre haba sabido que no le llegaba a la suela de los zapatos. Llegara el momento en que se marchara, y aquello la llenaba de una tristeza y un pesar que contribuan a asfixiar an ms su relacin. Qu fue primero, el huevo, o la gallina? Uf. Se estremeci ligeramente y se maldijo a s misma por su cobarda y su autocompasin. Not el aroma del caf ascender hasta su nariz y slo con ello se sinti mejor. Quiz vinieran tiempos mejores, con las flores llenando los prados. Fue a buscar el bizcocho y un cuchillo para cortarlo. Bergur estaba a punto de llegar y quera tenerlo todo dispuesto para cuando apareciera en casa, cansado de las labores de la tarde. Estaba arreglando el techo del granero, que estaba lleno de goteras, y ella saba perfectamente que aquel trabajo no le gustaba nada y le resultaba muy difcil. Estaba claro que no era precisamente un manitas. Pero a ella le daba igual. No era su destreza en el trabajo lo que la atraa de l. Haba echado a cocer la ltima morcilla congelada que quedaba del otoo anterior, y unas patatas. Pensndolo bien, no era una cena excesivamente apetecible, y por eso se le ocurri alegrar un poco la existencia ofrecindole a su marido un bizcocho. Mir el puchero y vio que el hervor estaba subiendo. De pronto, una lgrima empez a correr por su rostro. Maldita zorra del demonio. Se sec la lgrima, sorbi por la nariz y blandi el cuchillo. Maldita zorra del demonio. l perteneca a otra, eso no significaba nada para ella? La tapa del puchero tintine, y Rsa dio un respingo. Sonri brevemente al tiempo que la levantaba y bajaba el fuego. Maldita zorra del demonio muerta. Muerta, muerta, zorra muerta. Rsa recuper el buen humor y amenaz al bizcocho con el cuchillo. Muerta, y muy pronto enterrada. Ella no haba odo de nadie que abandonara a su esposa por una zorra muerta.
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Matthew se sent en la cama. Estaba sediento y se pregunt si haba sido la sed lo que le haba despertado, o algo procedente del exterior. Sonri para s ante aquella tontera cuando se dio cuenta que desde el otro lado de la ventana abierta no llegaba otra cosa que silencio. Bostez y se levant con todo cuidado para no despertar a ra. Le result un tanto complicado, porque ella haba conseguido, de una forma admirable, ocupar tanto espacio en la cama que l se las vio y se las dese para no caer encima de ella al salir. Fue al bao y dej correr el agua mientras sostena un vaso. Lo haba puesto debajo del chorro cuando lleg a sus odos un sonido extrao. Cerr el grifo inmediatamente y aguz el odo. Era el llanto lastimero de un nio. Matthew sali receloso del bao e intent identificar la procedencia del sonido. ste ces de pronto y l levant las cejas, extraado. Quiz en el hotel haba huspedes con un nio que no poda dormir. Tena que ser eso. Sonri por su sandez y fue hacia la ventana para cerrarla mejor. ra prefera tenerla abierta de par en par, pero la habitacin se haba quedado ya bastante fra. No estaba habituado a dormir con tanto fro. Cuando estaba colocando el cierre de la ventana, el llanto volvi a comenzar. Ahora no caba duda de que llegaba de fuera. Matthew abri ms la cortina y observ atentamente la clara noche. No vio nada y el ruido ces otra vez, tan de repente como la primera vez. Esper largo rato junto a la ventana por si volva a orse, pero no sucedi nada y finalmente regres a la cama, tan seguro de que haba odo un llanto como de que ese llanto no proceda de ningn nio del ms all.
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Captulo 12
Los dos japoneses, padre e hijo, eran tan exageradamente corteses que ra se sinti como un camionero borracho en su presencia. Hizo todo lo posible por comportarse debidamente, habl despacio, se movi sin brusquedades y evit gestos y muecas, pero no lo consigui. Matthew seguramente lo hara mejor, y ra empez a sospechar que su experiencia en el banco alemn podra venir estupendamente. De modo que hizo una pausa en la conversacin y dej que fuera l quien hablara con los japoneses. Les haban abordado a la entrada del hotel cuando volvan del breve paseo que, segn Vigds, acostumbraban a dar todas las maanas. Ahora estaban sentados en unas sillas de madera instaladas delante del hotel, gozando del excepcional sol. De modo que no la conocan? pregunt Matthew en voz baja pero clara. An estaba un poco molesto con ra por haber reaccionado con una burlona sonrisita de conmiseracin ante la historia del llanto del nio aquella noche, aadiendo que deba de haberlo soado. El hijo tradujo las palabras de Matthew al japons para su padre. Luego se volvi de nuevo hacia ellos. No, lo sentimos. No sabemos bien a quin se refieren. Era arquitecta, trabajaba para el dueo del hotel. Una mujer joven, de cabello oscuro aadi Matthew. El hombre mayor puso una delgada mano sobre el hombro de su hijo y dijo algo incomprensible. El hijo escuch con gesto de conformidad, y luego asinti con la cabeza. Su mirada se traslad del padre a Matthew. Es posible que mi padre haya visto a la mujer de que hablan. Estaba aqu mismo, en las dependencias del hotel charlando con un hombre en silla de ruedas y una muchacha joven. Dice que la mujer sostena en la mano unos dibujos y que se los estaba mostrando. Es posible que sea ella? Matthew mir a ra y puso gesto interrogante. Tena ella relacin con alguien en silla de ruedas? ra sacudi la cabeza. No, que yo sepa. Matthew le pidi al hijo que preguntara a su padre si saba de qu personas se trataba. Se produjo un nuevo intercambio de palabras entre padre e hijo, que este tradujo enseguida para Matthew y ra. No, mi padre no conoca a esas personas pero haba visto a la mujer antes en el hotel, y a los jvenes en el sendero. Inclin la cabeza ligeramente antes de continuar. Mi padre dice que prest cierta atencin a la joven pareja por la especial amabilidad que mostraba la muchacha hacia el invlido. Por lo dems, no sabe nada de esas personas, ni tampoco de la arquitecta. Yo personalmente nunca me encontr con esa mujer, de modo que no puedo ayudarles. Matthew y ra se miraron brevemente. No haba motivo para seguir importunando a aquellas personas, y se dispusieron a levantarse. Seor Takahashi, muchsimas gracias por su amabilidad
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agradeci Matthew inclinando la cabeza. ra le imit. Esperamos que su estancia aqu sea placentera. Muchas gracias respondi el hijo, ponindose en pie. Ayud a levantarse a su padre convaleciente. Este lugar es agradable. Mi padre ha estado enfermo, pero el aire fresco le fortalece. Espero que se mejore intervino ra, dedicando una de sus sonrisas al anciano. ste se la devolvi y se despidieron. Cuando estuvieron ya dentro del hotel, ra se volvi hacia Matthew. Desgraciadamente, no hemos sacado mucho en claro. Matthew se encogi de hombros. No esperaras que supieran quin es el asesino? Frunci el ceo . Pero s que me parece extrao que el hijo afirmara no tener ni idea de quin era Birna hasta que el padre dijo que la haba visto. Recuerdas lo que dijo Vigds sobre los japoneses? Que el hijo segua a su padre como una sombra. Dnde estaba cuando el padre vio a a la arquitecta y a la pareja de jvenes? A lo mejor, el padre los vio por la ventana respondi ra. El hijo nos lo habra dicho si la recordara. Por qu no iba a hacerlo? No lo s replic Matthew pensativo. Pero es curioso todo lo que hablaron padre e hijo en comparacin con la brevedad de las respuestas en la traduccin del hijo. Tambin me pareci extrao que no preguntaran por qu nos interesamos por Birna. No tendr algo que ver con las normas de cortesa en Japn? A lo mejor, curiosear y robar son dos cosas igual de mal consideradas en ese pas. ra tena hambre y mir el reloj que colgaba en la pared por encima de ellos. Ven. Vamos a comer algo antes de que retiren el desayuno. Matthew la mir extraado, y luego mir su propio reloj de pulsera. No cerrarn el comedor a las ocho, verdad? Ven dijo ra, movindose impaciente. Me morir si no me tomo un caf. Adems, all habr algunos huspedes ms con los que podemos hablar. Se haban levantado tempransimo, con la esperanza de ver a todos los clientes posibles antes de que se fueran. No quiero que te mueras dijo Matthew, siguindola. Aunque no hayas credo lo del llanto. Uuuh brome ra con voz cavernosa. Fantasma... uuuh. Se ri del agrio gesto de Matthew. No te pongas as. Estaremos mucho mejor despus de desayunar. En el comedor slo haba tres mesas ocupadas. Un matrimonio mayor, que ra no haba visto hasta entonces, estaba sentado en una de ellas, en la otra se encontraba Magns Baldvinsson, el viejo poltico del que haba hablado Jnas, y en la tercera estaba un hombre joven enfrascado en sus pensamientos. Estaba bronceado y pareca una persona acomodada, pero sus ropas juveniles trataban de ocultarlo. ra decidi hablar primero con el joven. Le dio un codazo a Matthew y le dijo en voz baja sin que se notara mucho: se debe de ser, seguramente, el del kayak, rstur Laufeyjarson, el que segn Jnas bien podra estar relacionado con la muerte de Birna. Ves lo enfadado que est? Vamos a sentarnos a una mesa al lado de la suya. Se acercaron al mostrador y ra coloc algo al azar en su plato. Se sinti molesta de que Matthew pareciera tener intencin de tomarse el tiempo necesario para examinar todo lo que haba en el buf, pasando lentamente por delante de los alimentos expuestos. ra volvi a darle otro codazo. Rpido. No puede marcharse antes de que nos sentemos
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nosotros. Matthew la mir frustrado, pero sin pensrselo ms agarr un yogur. Se dirigieron hacia la mesa que estaba justo al lado de la del piragista. ra le sonri cuando se estaban sentando. Buenos das, un tiempo estupendo. El hombre no la mir, ni pareci darse cuenta de que se estaba dirigiendo a l. Bostez y tom un sorbo de zumo de naranja. ra volvi a intentarlo. Perdona dijo en voz alta para que no cupiese duda alguna de que diriga sus palabras a alguien que no era su compaero de mesa. Sabes si se pueden alquilar barcas por aqu cerca? Estbamos pensando en alquilar una. O un kayak. El hombre trag el zumo y mir extraado a ra. Perdona, me hablabas a m? Desgraciadamente, no comprendo el islands.Oh. ra se qued confusa. Evidentemente no se trataba de rstur Laufeyjarson. Sonri para disculparse. Lo siento, crea que eras otra persona. Intent hilar algn otro tema de conversacin para no perder a aquel hombre. Has llegado hace poco? l sacudi la cabeza. No, llevo aqu un tiempo, aunque con interrupciones, pues he estado viajando. ra fingi inters por sus viajes, intentando parecer natural. Y por dnde has estado? Aqu hay mucho que ver. El hombre pareci alegrarse de tener compaa. Se gir un poco en la silla para ver mejor a ra y Matthew. Principalmente por Vestfjrur. Trabajo para una revista de viajes que trata de destinos interesantes y cosas similares. No parece un trabajo aburrido coment ra, bebiendo el primer sorbo de caf. No recordaba cmo se llamaba aquel hombre, pero tena que tratarse del fotgrafo que Jnas haba reconocido en la lista de clientes. El joven se ri. Bueno, puede resultar cansado, como todo. Soy fotgrafo y mis das se me hacen a veces de lo ms largos y difciles. ra extendi la mano derecha. Pero qu torpe soy. Me llamo ra. Seal a Matthew con una inclinacin de cabeza. Y ste es Matthew, de Alemania. El joven se levant un poco para saludar. Hola. Yo me llamo Robin. Robin Kohman. De Estados Unidos. ra fingi un autntico gesto de curiosidad. Oye, espera, puede ser que te haya visto con Birna? Robin se encogi de hombros. Con Birna? S, con Birna, la arquitecta que viva aqu... Se le qued mirando esperanzada. Ah s, Birna, la arquitecta dijo Robin contento. Pronunci el nombre de forma completamente diferente a como lo haba hecho ra. S, claro que la conozco, slo que no entend el nombre cuando lo dijiste. Soy totalmente incapaz de pronunciarlo bien. Todas esas palabras vuestras suenan igual. Robin se tom el ltimo sorbo de zumo y se sec los labios con la servilleta. S, nos conocemos. Me encarg que le hiciera algunas fotos, y me indic algunos sitios de los alrededores en donde podra encontrar material interesante para mis fotografas. Recuerdas cundo la viste por ltima vez? pregunt Matthew. An no haba tenido ocasin de abrir el yogur.
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Robin reflexion un momento. Bueno, hace varios das. Pasa algo? No, creo que no minti ra. Slo que queramos verla. Vio por el rabillo del ojo que Magns Baldvinsson se levantaba y sala. Si os tropezis con ella, decidle por favor que an tengo sus fotos. Robin se puso en pie. Lo haremos, si se da el caso dijo Matthew con una sonrisa ambigua. Cuando Robin se hubo marchado, levant el yogur en el aire y lo blandi ante el rostro de ra. Ahora ya puedo ir a buscar algo decente para comer?
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Magns Baldvinsson iba por el terreno del hotel en busca de un lugar donde hubiese buena cobertura para el mvil. Desde su habitacin era imposible intentar conectar, y no quera charlar por el telfono delante de extraos en el pasillo o el comedor, donde saba que tambin era mala la cobertura. Estuvo a punto de caer dos veces a causa de las piedras sueltas. Era difcil tener la mirada puesta a la vez en la pantalla del telfono y en el suelo. Respir ms aliviado cuando el mvil mostr que haba cobertura, y se apresur a marcar el nmero de casa. Estaba en el aparcamiento y supona que enseguida empezara a aparecer gente. Esper impaciente mientras sonaban las llamadas. Por fin hubo respuesta. Mi querida Fra. Te he despertado? Magns? Pero qu hora es? La esposa de Magns acompa sus palabras con un sonoro bostezo. Son las ocho, ms o menos respondi l, molesto. Pasa algo? pregunt Fra preocupada. El sueo haba desaparecido de su voz. No, nada. Slo quera decirte que voy a quedarme aqu algunos das ms. Magns vio que se abra la puerta del hotel, y sala un hombre joven en chndal. Respir tranquilo al ver que se diriga hacia la playa en vez de al aparcamiento. Por aqu hay unas personas preguntando por Birna. Preguntando? Qu es lo que estn preguntando? Han hablado contigo? Fra habra seguido bombardendole a preguntas si Magns no la hubiera interrumpido. Casi se palpaba la angustia en la voz de la mujer. Fra, estate tranquila. Respir hondo e hizo un esfuerzo por no perder el control. A medida que pasaban los aos, Fra se iba haciendo cada vez ms dbil de los nervios, y no era necesario un crimen para desequilibrarla. Pensndolo bien, la verdad es que haba reaccionado increblemente bien, cuando tuvo que enfrentarse a algo realmente serio . No s lo que anda husmeando esa gente, an no han venido a hablar conmigo. Llamaba solamente para decirte que pienso quedarme un poco ms aqu. Si echo a correr, puede resultar de lo ms sospechoso. La polica ha venido dos veces y estoy esperando a que vengan a hablar conmigo de un momento a otro. Suspir. Supongo que querrn hablar con todos los que estaban aqu. Fra call un momento y luego volvi a tomar la palabra con voz ms suave. Ha llamado Baldvin. Y qu quera? pregunt Magns. No poda evitar sentirse henchido de orgullo cada vez que oa el nombre de su nieto. Estaba
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seguro de que su abuelo haba sentido algo parecido cuando l era joven. Para rematar, se parecan como dos gotas de agua, y un periodista haba publicado incluso una foto de Magns joven en una entrevista que le hicieron a Baldvin, para poner de relieve el gran parecido que exista entre los dos. Magns sonri para s, ahora ya sera difcil que alguien los confundiera, l era un viejo y Baldvin un apuesto joven. Pregunt por ti. Quera saber cundo volvas a casa respondi Fra. Creo que tiene intencin de ir por ah. No! exclam Magns enfadado. Bajo ninguna circunstancia debe venir aqu. Eso slo servira para empeorar las cosas. Hubiera sido mejor que se hubiera quedado en casa el otro da en vez de pretender echarme una mano. Sus intenciones son buenas respondi la esposa. Quiz no tenga importancia. Si esa Birna hubiese hablado con alguien, ya lo habras sabido. Tal vez todo haya muerto con ella. La mujer suspir. No ser mejor dejar las cosas como estn? Magns dej escapar un dbil suspiro. De eso no podemos estar seguros, Fra. He invertido ya demasiado como para detenerme ahora en los ltimos metros. Y no digamos Baldvin. Yo seguir aqu y ver por dnde sopla el viento. En los prximos das, esto se aclarar. No puede ser de otro modo. Quieres que vaya yo? Te has llevado medicinas suficientes? Fra estaba a punto de perder el control. No vengas. De ninguna manera. Y por todos los dioses, deten a Baldvin para que no vuelva a entrometerse. Magns respir hondo. Mi querida Fra, la cobertura es muy mala aqu y no creo que consigas contactar conmigo por el mvil. Pero no me llames tampoco al telfono del hotel. Nunca se sabe quin est escuchando. Yo me encargar de contactar contigo. Cort la conversacin. Mir a su alrededor, hacia la bella lnea de la costa, y se dio la vuelta para contemplar las montaas al norte. Albergaba la esperanza de sentirse lleno de felicidad y paz, pero no fue as. Una ira de profundas races se inflam de repente en su interior. Con sus intrigas y su infamia, Birna haba destruido lo que l ms amaba: las tierras de su infancia. Ahora no senta ms que ansiedad. Ya era demasiado viejo para dominar el miedo, y su confianza en s mismo haba desaparecido. Aquello acabara mal. Para l y para Baldvin. La ira fue diluyndose, para dejar paso a una enorme tristeza. Quiz Birna haba sido la raz del problema, y su asesinato marcara el principio del fin. Pero si miraba las cosas realmente a fondo, l era el nico que tena la culpa. Una vez haba ledo que las sombras de los viejos pecados son infinitas, que uno no puede esconderse de ellas. Debera haberlo pensado bien en su momento.
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Captulo 13
Desde su asiento tras del mostrador de recepcin, Vigds sigui con la vista a ra y Matthew, que caminaban en direccin al despacho de Jnas. Pens si deba informarles de que Jnas no estaba, pero decidi no hacerlo. Ya se daran cuenta ellos solos. Se volvi hacia la pantalla del ordenador y se puso de nuevo a leer las noticias en la red. En realidad, los artculos que lea tenan poco de noticias propiamente dichas, pero Vigds haca mucho que haba dejado de interesarse por las cuestiones de Oriente Prximo, la poltica, las tonteras de la inflacin y ese tipo de cosas que ocupaban la mayor parte del tiempo de los periodistas. Esa clase de informaciones eran una especie de crculo vicioso sin fin, mientras que las noticias que lea Vigds era difanas y tenan principio y fin. Siempre estaba claro quin era el malo y quin el bueno, e iban acompaadas de fotografas que resultaba entretenido mirar. Y estaban centradas, sobre todo, en los ricos y famosos. Fue leyendo emocionada una pantalla tras otra y se enter, sin ningn gnero de duda, de que Nicole Ritchie y Keira Knightly tenan anorexia. Estudi a fondo la fotografa ampliada de las costillas de las dos, que asomaban por el escote de sus vestidos de noche. Vigds sacudi la cabeza con gesto entristecido. Perdona se oy, y aquello la desvi durante un rato de su preocupacin por la salud de las jvenes actrices. La recepcionista levant la mirada. Sabes algo de Jnas? pregunt ra. Vigds cerr la ventana del ordenador para que la pantalla mostrara las reservas. Jnas hizo una escapada a la capital. Estar de vuelta por la tarde. Puso un gesto servicial. Puedo ayudaros? ra mir a Matthew y luego de nuevo a Vigds. Slo queramos saber si estaban aqu algunas personas. Estamos intentando contactar con todos los que pudieran conocer a Birna. El piragista, por ejemplo. Prostur Laufeyjarson? pregunt Vigds, que tena gran facilidad para recordar nombres. Era una aptitud de la que haca gala en su trabajo en la recepcin, y una de las razones por las que Jnas estaba tan satisfecho con ella. Adems, Vigds conoca estupendamente la red informtica, as que Jnas ni se planteaba cambiarla de puesto de trabajo. S, justo respondi ra. Est ahora en el hotel? No, siempre sale muy temprano a entrenar. Y vi el kayak en la playa de abajo ayer por la tarde. Quiz est remando en esa zona. Si el kayak no est en el pequeo embarcadero, es que est en el mar. Siempre lo deja ah. ra le tradujo a Matthew lo que haba dicho y decidieron bajar a la playa con la esperanza de encontrar a Prstur. Antes de salir, ra se volvi hacia Vigds. Y a Magns Baldvinsson? Lo has visto? Vigds se encogi de hombros. No s adnde ha ido. Hace poco estaba dando vueltas por aqu. No
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suele ir muy lejos. Sale a pasear, pero nunca pasa fuera ms de una hora. Ya es bastante mayor. Es viudo? pregunt ra. Jnas dijo que haba venido l solo. No, creo que no respondi Vigds. Su esposa le ha llamado varias veces. Qu raro que no le acompaara. A lo mejor est enferma seal Vigds. O no puede salir de casa por alguna razn. Quiz nos encontremos con l en cualquier sitio, ms tarde dijo ra. Vigds asinti con un gesto que delataba que saba ms de lo que haba dicho. S, no dejis de intentarlo. Por qu? pregunt. Bueno, por nada. El conoca a Birna respondi Vigds. Dej pasar un momento de silencio antes de aadir: O creo que la conoca. Por lo menos, al registrarse pregunt expresamente por ella. Ah, s? pregunt ra extraada. Jnas no haba mencionado ninguna relacin entre Magns y Birna. Sabes de qu se conocan? Vigds sacudi la cabeza. Ni idea. En realidad, no s nada de nada. l pregunt por ella y yo le contest. Nunca vi que hablaran ni nada por el estilo. Pero l no volvi a preguntar por ella, y ella nunca pregunt por l.
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rstur Laufeyjarson coloc el remo de doble pala sobre el kayak y mir el cronmetro que rodeaba su mueca. Aunque llevaba ya un buen rato de entrenamiento, an no le apeteca volver. El bote se meca tranquilamente en el mar mientras l pensaba en cmo mejorar el plan de entrenamiento, que no pareca dar los resultados apetecidos. Respir hondo y dej escapar un pesado suspiro. Tena que reconocer que el entrenamiento no marchaba bien, no consegua aprovechar al mximo su potencial. El pequeo gimnasio del hotel no tena mucho que ofrecer y eso haca difcil mantener la masa corpral en el nivel ptimo, y mucho menos aumentarla. rstur gir los hombros haciendo tres crculos para disolver la tensin y not que una gota de sudor le bajaba por la espalda, por dentro del traje de neopreno. La idea de una ducha caliente, e incluso un masaje a continuacin, fue suficiente para hacerle llevar el kayak tranquilamente hacia la orilla. An tena tiempo. Volvera despus del medioda y lo aprovechara mejor. Cuando la proa del kayak se dirigi hacia el hotel, vacil un momento antes de mover el remo. Afloj un poco la presin sobre ste y aguz la vista. Quines eran aquellas personas que estaban en la playa? Era evidente que le estaban haciendo seas; suspir. Turistas. No haba nada ms fastidioso que los turistas y sus estpidas preguntas: Cazas ballenas con eso? Has ido a remo hasta Groenlandia? Consider la situacin. Iba a dejarse atrapar por aquellos imbciles, o sera mejor desembarcar en otro sitio? As le dejaran en paz, aunque tardara mucho ms en llegar al hotel. Se humedeci los labios resecos y not un fuerte sabor a sal en la lengua. Aquella gente segua saludando con la mano, ms enrgicamente incluso que antes, y Prstur tuvo la sensacin de que conoca a la mujer, una husped del hotel, recin llegada. Ojal no fuera la que estaba preguntando por la arquitecta en la recepcin cuando pas por all el da
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anterior. No tena ninguna gana de charlar con ella. En absoluto. Era imposible adivinar qu clase de preguntas se le iban a ocurrir. Dio la vuelta al kayak con toda tranquilidad. Antes de empezar a remar con fuerza, mir sin querer el remo, como si esperase verlo todava manchado de sangre. Naturalmente, sta haba desaparecido. l mismo la haba quitado, y lo haba hecho a conciencia. Se alej remando vigorosamente.
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Qu pasa? grit ra hacia el mar cuando el kayak dio repentinamente la vuelta y se alej con rapidez impulsado por el remo. Haba hecho todo lo posible por llamar la atencin del deportista, pero tuvo que bajar el brazo. Nos ha visto con toda claridad. Qu le pasa? Matthew se puso una mano sobre la frente y sigui con la mirada el decidido recorrido de a embarcacin hacia el oeste, a lo largo de la playa. S, claro que nos ha visto. O su entrenamiento le deja poco tiempo para hablar con nosotros, o simplemente lo ha hecho para evitarnos. El kayak desapareci de su vista detrs de unas rocas y Matthew se volvi hacia ra. Creo que no ha querido hablar con nosotros. A lo mejor es muy tmido. Nos quedamos por aqu a esperarle? pregunt ra, ansiosa por hablar con aquel tipo fastidioso lo antes posible. Jnas poda tener muchos defectos, pero era bastante intuitivo con las personas, y Prstur le haba parecido sospechoso. Me parece evidente que esconde algo, o no tendra problema para hablar con nosotros. No del todo repuso Matthew. A lo mejor sencillamente est cansado y no tiene ganas de charlar. No creo que pueda saber qu queremos de l. Qu tal si volvemos? Ya le veremos luego. Venga, vamos a buscar al anciano, a ese tal Magns. ra tena que reconocer que era un plan mucho ms razonable que quedarse en la playa por si acaso, de modo que regresaron al hotel. Vigds les dijo que no haba visto a Magns, pero que posiblemente estara en su habitacin, as que se dirigieron al piso de arriba. Yo hablar dijo ra en voz baja mientras llamaba a la puerta con decisin. Oyeron movimiento en el interior. Es tan mayor que no estoy segura de que pueda manejarse bien en otros idiomas que no sean el islands y quiz el dans. Se abri una rendija en la puerta y por ella asom Magns Baldvinsson. Buenos das, Magns, me llamo ra y ste es Matthew. Podramos hablar con usted un momentito? Por qu? respondi l con voz ronca. Quiero decir, quines son ustedes? Perdone, yo soy la abogada de Jnas, el propietario del hotel, y ste es mi ayudante. ra reprimi su deseo de meter el pie en el umbral para obligarle a dejar la puerta abierta. Slo le robaremos unos minutos. Quiz pueda ayudarnos usted un poco. La rendija se hizo ms pequea pero luego Magns abri la puerta del todo. Pasen. Estn en su casa. Muchas gracias dijo ra, sentndose. No le entretendremos mucho. Magns la mir rgido. No tengo mucho que hacer, de modo que no tiene que preocuparse. La experiencia me ha enseado que el tiempo slo se considera valioso cuando uno es joven. Ya se darn cuenta ustedes mismos.
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No estoy del todo segura de estar de acuerdo con ese proverbio replic ra cortsmente. Pero desearamos hablar un poco con usted sobre Birna, la arquitecta, que fue encontrada muerta en la playa. Observ con atencin la posible reaccin de Magns. S, me he enterado. Espantoso dijo Magns sin mostrar gran emocin. Me dijeron que con casi total seguridad se trata de un crimen, lo que lo hace an ms doloroso. S, eso parece dijo ra a Magns con una sonrisa. Estamos intentando averiguar quines podran desear su muerte. Y creen que yo soy uno de ellos? pregunt Magns secamente. No, de ninguna manera se apresur a responder ra. Tenemos entendido que usted la conoca, y confibamos en que a lo mejor poda saber algo que nos sirviera de ayuda. Qu yo la conoca? dijo Magns extraado, aunque sin poder disimular del todo su enfado. Quin ha dicho que la conoca? No es cierto. Conocerla es quiz un trmino excesivo explic ra. Tengo entendido que pregunt por ella en la recepcin. Cre que lo haba hecho porque la conoca. Magns guard silencio un momento. Pues no lo recuerdo, aunque mi memoria ya no est para muchos trotes. Si pregunt por ella tuvo que ser porque haba visto su nombre en alguna lista en el mostrador, por ejemplo. Mi mujer y yo estamos buscando un arquitecto, y a lo mejor el nombre hizo sonar alguna campanita en mi cabeza. Recuerdo muy vagamente algo as, pero no estoy nada seguro de que sa sea la explicacin. No podra ser que la recepcionista se refiriese a otra persona? ra se dio cuenta de que estaba mintiendo. Trat de calcular su edad, y lleg a la conclusin de que no poda tener menos de ochenta aos. Desde cuando una pareja de ms de ochenta aos se pone a buscar un arquitecto? Sus padres acababan de cumplir los sesenta y la simple idea de cambiar de coche se les haca tremendamente cuesta arriba, as que ni hablar de un proyecto de construccin. Piensan construir? pregunt. Cmo? No, no respondi Magns con cierta vacilacin. Tenemos una vieja residencia de verano en Pingvallavatn que querramos transformar en casa de reposo. Necesitamos asesoramiento. Mir a ra con cara inexpresiva. No ha habido forma de encontrar un arquitecto. Vivimos ya en un tiempo de cuenta atrs. Supongo que no habr venido aqu con idea de buscar un arquitecto pregunt ra, decidida a no dejar escapar tan fcilmente al anciano. Magns la mir con gesto cansado. No, naturalmente que no. El motivo de mi estancia aqu no es de su incumbencia, y preferira concluir esta conversacin ahora mismo. Guard silencio, a la espera de su reaccin. Ellos siguieron sentados, con gesto inexpresivo, Matthew porque no entenda ni una sola palabra, y ra porque no quera asustar ms al buen hombre. Cuando vio con claridad que no pensaban decir nada, Magns volvi a tomar la palabra. Pareca que se le haba pasado un poco el enfado. Aunque, a decir verdad, s que puedo decirles por qu estoy aqu. A lo mejor con eso me dejan en paz. Si no, pensaran que tengo algo que ocultar, y no hay nada ms lejos de la realidad. No, por supuesto que no pensamos tal cosa dijo ra con cordialidad. Simplemente estamos intentando averiguar lo que pas.
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Nada ms. Le sonri. Perdnenos si parecemos demasiado insistentes o acusadores, no era sa nuestra intencin. Slo estamos intentando hacernos una composicin de lugar sobre lo sucedido. Es lo nico que nos interesa. Eso es lo que usted dice repuso Magns con vacilacin. Pues la explicacin consiste en que he estado enfermo y quera descansar un poco. La experiencia me ha enseado que la soledad es lo ms beneficioso para el alma. Pero sta no es fcil de conseguir. La sociedad contempornea es demasiado ajetreada. Pero por qu eligi este hotel? Esta empresa se basa en las terapias de medicina alternativa y en cuestiones espirituales, y espero no ofenderle diciendo que ninguna de esas cosas debe de atraer demasiado a una persona de su generacin. Magns sonri por primera vez desde que abri la puerta. Tiene toda la razn. Yo no tengo fe alguna en todo lo que ofrecen aqu. Vine simplemente porque stas son las tierras de mi infancia. Crec en una granja no muy lejos de aqu. Los lazos que te arrastran a la patria de tus padres son muy poderosos. ra abri mucho los ojos. Ah, s? Conoca usted a la gente de la granja? Magns vacil un momento. S, desde luego. Tiene eso alguna importancia? Probablemente no. Slo s que Birna estaba muy interesada por la historia de la granja, y creo que eso tiene alguna relacin con su muerte. Pero lo cierto es que no tengo demasiada base para sostener semejante idea. Magns palideci. No es demasiado arriesgado hacer semejantes conjeturas sin fundamento? Su voz temblaba ligeramente. ra decidi aparentar que no tena importancia. Claro, claro, sin duda. Pero es estupendo que usted conociera a los habitantes de este lugar. Tal vez pueda informarme usted sobre la historia. Pero no me refiero a las historias de fantasmas y apariciones. Magns pareca incmodo. Carraspe como si quisiera recuperar la compostura. No me van mucho los fantasmas, y esa clase de cosas no me ha vuelto a preocupar desde que era nio. Aqu han circulado historias durante mucho tiempo, pero para conocerlas ser mejor que pregunten a cualquier otro, no a m. Magns estaba hundido en la silla, pero se estir antes de continuar: No soy historiador, y en mis tiempos no tena suficiente inters por la genealoga y cosas similares como para prestar atencin a los cuentos de lo que haba pasado aqu con anterioridad. Por eso no creo que pueda decirles demasiado. Pero conoci a los propietarios, verdad? Cmo se llamaba... ra intent recordar los nombres escritos en la parte de atrs de las fotos que haba en la caja ... Bjrn algo. Magns segua sentado como una estatua. Bjarni. Bjarni rlfsson de Kirkjusttt. Eso es exclamo ra, contenta. Y el hermano habitaba la granja de al lado? S, Bjarni era hermano de Grmur de Kreppa. Magns apret los labios. Grmur tena ttulo de mdico y era mayor que Bjarni. Lo que les pas a los dos fue lamentable. Pero cada uno tiene su cruz. Y eso? Ahora se haba despertado la curiosidad de ra. Las
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fotografas transmitan una cierta imagen de personas golpeadas por el destino, pero ra pens que se deba a que haban desaparecido en las brumas del tiempo, y que sus victorias y sus derrotas haban cado ya en el olvido. Era de lo ms desagradable tener ante los ojos, impreso en imgenes, la velocidad con que se cae en las sombras del olvido. Pero quiz detrs de aquella sensacin de inutilidad haba algo ms. A qu se refiere? Magns dej escapar un profundo suspiro. El padre de esos dos hermanos fue uno de los armadores ms importantes de la pennsula. Incluso construy un par de percheles, con los que salan a faenar, entonces eran barcos de remo, y gan bastante dinero. Por supuesto, nada comparable a lo que se ve hoy da en los grandes accionistas y en esa nueva generacin de banqueros, pero en su tiempo consigui una posicin muy acomodada. No recuerdo cuntos barcos tena, pero en todo caso eran muchos. Era propietario de la factora en Stykkishlmur. Los hermanos continuaron con el negocio de su padre? pregunt ra. No respondi Magns. Antes de llegar a adultos, l ya haba dejado la pesca y haba invertido en tierras. Adquiri una buena extensin de tierras por aqu, en el sur de la pennsula. Fue una decisin muy inteligente, pues poco despus la pesca empez a ir mal. Aparecieron los arrastreros y todas las viejas empresas desaparecieron. Saba que iban a torcerse las cosas? pregunt ra. No, no era ningn adivino, si se refiere usted a esto. Sencillamente, no quera que sus hijos salieran al mar. Haba visto perecer a demasiados hombres jvenes para desear que sus hijos corrieran la misma suerte. As que mand a los jvenes a la capital, a estudiar. Grmur era un buen estudiante y se hizo mdico, como ya le dije, pero a Bjarni no le iban mucho los libros. Era un tipo extraordinariamente alegre y divertido, y tambin caprichoso. No era tan serio como el hermano mayor. Casi podra decir que es raro encontrar a dos hermanos tan diferentes. Claro que hay que tener en cuenta que desconozco los detalles sobre aquellos jvenes, todo lo supe por mi padre, que nunca menta y que tampoco era dado a inventarse historias. Grmur ejerci como mdico en la provincia? pregunt ra. S, se instal aqu y construy la granja llamada Kreppa. Se dedicaba, en parte, a la agricultura adems de su trabajo como mdico, pues ste no le daba para mantenerse adecuadamente. Aqu viva poca gente, al igual que ocurre hoy en da. As que prob con los trabajos agrcolas como ocupacin principal, pero no le fue del todo bien. Bjarni, en cambio, se consagr totalmente a la granja. Y le funcion esplndidamente. De modo que fue enriquecindose, con eso y con sus inversiones. Y dnde est la desgracia de todo esto? pregunt ra. En conjunto, lo sucedido pareca bastante positivo. La desgracia, s dijo Magns muy serio. En realidad estaba en los asuntos del amor, como tantas veces sucede. Bjarni se cas muy joven con una mujer de excepcional belleza. Aalheiur, se llamaba. A Magns se le puso un gesto casi de ensoacin. Yo era un chaval entonces pero nunca la olvidar. Quiz por el contraste tan enorme entre ella y este entorno. Era bellsima, alegre y divertida. Tambin hacendosa. Bjarni la haba conocido en Reikiavik, y cuando se trasladaron aqu, ella no saba absolutamente nada de las labores de un ama de casa. Siempre iba
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vestida como si fuera a asistir a una fiesta. Como es comprensible, la gente de la comarca no tena demasiada confianza en ella como ama de casa, pero las cosas acabaron resultando muy distintas a lo esperado. Se empe en aprender, y lo hizo estupendamente. Con laboriosidad y a costa de mucho esfuerzo, hizo callar enseguida a los murmuradores, se lo aseguro. Kristrn, la esposa de Grmur, era completamente distinta. Ella era de aqu, esplndida trabajadora igual que Aalheiur, pero de una manera diferente. Ella cumpla sus obligaciones con total adustez, a conciencia y en silencio, y Aalheiur siempre con una sonrisa en los labios, y siempre se echaba a rer de forma encantadora si algo suceda como no deba. Se llevaban muy bien con sus maridos, eso seguro. Bjarni alegre y superficial, Grmur siempre como un cielo de tormenta. Aalheiur muri joven? pregunt ra, recordando que haba desaparecido de las fotos. S respondi Magns con gesto apenado. Tuvieron una hija, una nia que bautizaron con el nombre de Gun. Una chiquita preciosa, la viva imagen de su madre. Grmur y su mujer haban tenido tambin una hija poco tiempo antes, pero muri. Aquella combinacin de dolor y felicidad tuvo el efecto de que se abriera un abismo entre las dos mujeres, la esposa de Grmur acus a Aalheiur de envenenar a su hija, lo que no tena el mnimo asomo de verdad, pero la mujer estaba destrozada por el dolor y seguramente fue incapaz de controlar sus palabras cuando lanz semejante acusacin. Como consecuencia de todo ello, la relacin entre los dos hermanos se enfri. De modo que haban dejado de hablarse cuando sobrevinieron las desgracias. Desgracias?pregunt ra. S, Aalheiur muri de una septicemia, y en cuanto a la mujer de Grmur, todo parece indicar que enloqueci. Durante aos, no volvi a saberse de ella, y quedaron slo los hermanos, uno convertido en joven viudo con una hija pequea, y el otro con una mujer trastornada, y sin hijos. No podan ir a buscar consuelo uno en el otro por culpa de su orgullo, y cada uno tuvo que bregar con sus propios demonios. En realidad, Grmur se cas ms tarde con Kristrn y tuvieron otra hija, Mlfri, que naci justo antes de la guerra. La mujer muri de fiebres puerperales, aunque se dice que se quit la vida despus del nacimiento, pero Grmur falsific el certificado de defuncin. Lo firm l mismo. De todas formas, creo que esas cosas son invenciones sin ningn fundamento; Kristrn era ya entonces de muy dbil constitucin, y a las mujeres, segn se van haciendo mayores, se les va haciendo todo cada vez ms difcil, como saben ustedes. Ya, claro dijo ra. Y los hermanos nunca se reconciliaron? No, aunque empez a ver cierto contacto entre las dos casas cuando Bjarni enferm. De tuberculosis? pregunt ra. S, en efecto respondi Magns. Se encerr, negndose a ir a Reikiavik para someterse a tratamiento. Muri varios aos ms tarde. Magns respir hondo. Pero no antes de haber contagiado a Gun, su hija, que le estuvo cuidando. No pas mucho tiempo entre la muerte del padre y la de su hija. El hermano de l se encarg de todo lo necesario durante su enfermedad, pero no sirvi de nada. Todo habra sido completamente distinto si Bjarni hubiera ido a la capital para que le curasen all. Magns sacudi su canosa cabeza con gesto apesadumbrado. Grmur recogi las cosas poco despus y se mud a Reikiavik con su hija Mlfri. Hered de su hermano y por eso no tuvo que
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vender las tierras ni otras propiedades que tenan en la pennsula. Aunque no vivi mucho tiempo, falleci unos aos despus de instalarse en la capital. Tuvo muchos problemas psicolgicos, ms o menos como su esposa. Y Kristn? pregunt ra. Magns se puso rgido. Abri la boca como para decir algo pero la cerr inmediatamente. Haba alguna Kristn en alguna de las granjas? repiti. Magns puso un gesto duro. No. No hubo ninguna Kristn carraspe. Creo que hemos terminado. Pero sabe por casualidad quin de los de estas granjas estuvo relacionado con el Partido Nacional? se apresur a preguntar, antes de que los invitaran a abandonar la habitacin. No tengo nada ms que aadir a lo que ya he dicho repuso Magns ponindose en pie. Se tambaleaba sin moverse del sitio, y ra temi por un momento que se fuera a desmayar, pero recuper el equilibrio y se qued tieso, rgido, sealando con el dedo la puerta de la habitacin. Por favor. ra se dio cuenta de que no servira de nada gastar ms energas en aquel hombre. Pero qu conexin exista entre los nazis y las cosas que haban pasado en aquel lugar? O con Kristn? Y quin era, en realidad, aquella Kristn?
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Captulo 14
Le aconsejo que aplace sus actividades de los prximos das deca desde Reikiavik rlfur, el comisario, con voz reposada. Es decir, si tiene intencin de proteger los derechos de su cliente. Puf resopl ra. No s si podr hacerlo. Tendra que volver a Reikiavik hoy mismo. No, es preferible que no lo haga dijo rlfur secamente. Quera que supiera que en los prximos das estaremos en el hotel para tomar declaracin a la gente, sobre todo a los clientes que no podamos localizar ms tarde. Puedo asegurarle que tendremos que hablar bastante con Jnas. Usted se present como su abogada, y por eso queramos dejar las cosas bien claras. Pero, naturalmente, puede usted hacer lo que mejor le parezca. No me diga respondi ella malhumorada. Si haba algo que la pona frentica era que le hablaran en plan condescendiente. Pero, por otra parte, tena que mantener buenas relaciones con la polica por el bien de Jnas, as que trat de dejar a un lado su enfado. Muchas gracias por proporcionarme la informacin. Ver si puedo solucionar el asunto. Se despidieron y ra marc el nmero de Jnas. Naturalmente se trataba del nmero de Vigds, la recepcionista, que le haba prestado su mvil al dueo del hotel, pues la polica segua teniendo el suyo retenido. Jnas le haba dejado a ra un telfono prehistrico que pareca ms bien una cinta de vdeo, en el que ella haba metido su tarjeta SIM. ra tena el presentimiento de que la polica no se dara demasiada prisa en devolverle su mvil, despus de lo sucedido. Jnas respondi al cabo de varias llamadas, y son como si estuviera en un coche en marcha. Le dijo que la polica tena intencin de hablar con l la semana siguiente y que tomaran declaracin a los huspedes. Hablar conmigo? Jnas sonaba realmente extraado. S, contigo respondi ra. Ya has olvidado el mensaje de SMS? Probablemente ests bajo sospecha. Pero yo no lo envi. Ya te lo he dicho. Jnas pareca dolido. S perfectamente lo que me dijiste. Pero eso no cambia nada en el hecho de que parezcas sospechoso por varios motivos. ra oy a Jnas soltar un silbido al otro lado de la lnea. Quieres que yo te ayude en la declaracin, o te ocupas t solo? No puedo estar solo dijo Jnas, y su voz dejaba traslucir el miedo . No s nada de todas esas cosas. Tienes que ayudarme. Se llen de alegra al aadir: Te pagar. ra no pudo evitar una sonrisa. La polica encontrar al asesino, Jnas. No te preocupes. Si eres inocente, no te pasar nada. No estoy tan seguro dijo Jnas dudoso. Insisto en que necesito que ests a mi lado en los interrogatorios. Estupendo dijo ra. Entonces tengo que hacer una serie de diligencias para prolongar mi estancia. Hay espacio libre en el hotel? S, no hay problema. No estar completo hasta el mes de julio.
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Tendr que pensar qu hacer con los nios anunci ra. Este fin de semana estaban con su padre, pero hoy es domingo y tienen que volver a casa. Cario, mndalos para aqu exclam Jnas con voz alegre. A los chicos les encanta la naturaleza y en la playa encontrarn muchas cosas que hacer. ra sonri. Gylfi se lo pasara de miedo en la playa si hubiera ordenador y conexin a Internet. Espero que no sea necesario. Ya te dir. Se despidieron, y ra se volvi hacia Matthew y suspir. Qu pasa? pregunt l, lleno de curiosidad. Me temo que ese suspiro no anuncia nada bueno. No dijo ra, blandiendo el pesado telfono. Jnas desea que le asista profesionalmente en los interrogatorios que se avecinan. Matthew sonri de oreja a oreja. Y no es estupendo? Yo no tengo ninguna prisa. ra no devolvi la sonrisa ni siquiera a medias. Claro, claro. Sera estupendo si no tuviera un problema con los nios. Estn con su padre, pero tengo que ir a recogerlos. Aj dijo Matthew en tono de sabelotodo, lo que indicaba que era totalmente incapaz de identificarse con la situacin. No puedes llamar y preguntar si pueden quedarse ms tiempo? S, si no me queda ms remedio contest ra con fastidio. No soportaba tener que pedirle un favor a Hannes, porque saba que l disfrutaba cuando ella necesitaba hacerlo y, sobre todo, porque a ella le suceda exactamente lo mismo, pero en sentido contrario. Tras un prolongado tira y afloja en el telfono, ra y Hannes acordaron que los nios se quedaran otra noche en casa de su padre. Pero no ms. Hannes tena que ir al gimnasio y hacer otras muchas cosas que haba tenido que aplazar por la visita de sus hijos. ra no tuvo ms remedio que soltarle que lo entenda perfectamente, minti diciendo que le haba dado muchas vueltas al asunto, porque estaba segura de que l ya haba hecho un esfuerzo enorme. Colg con la esperanza de que se estampara contra el trampoln del gimnasio. Incluso se permiti sacarle la lengua al telfono antes de dejar el aparato. Me encanta ver lo madura que eres en la relacin con tu ex marido brome Matthew. No todo el mundo tiene una ex esposa tan magnfica. ra le hizo una mueca. Hablas por experiencia? Pero aadi entonces en otro tono: Los nios pueden quedarse solamente una noche ms. As que tengo que buscar otra solucin o marcharme a casa. Yo no estoy separado, he tenido problemas para encontrar una mujer que me agradara explic Matthew. En realidad nunca se me han dado muy bien estos asuntos. Dio una palmada al ver en la cara de ra que no se haba tragado ni una sola palabra. Bueno, vale. Ya que no tenemos demasiado tiempo, deberas intentar aprovecharlo al mximo. Ya basta de paseos. Qu te apetece hacer? Una de las pocas cosas que tengo claras es que cuanto ms sepa, en mejor situacin estar para apoyar a Jnas en los interrogatorios dijo ra, reflexionando. Deberamos intentar hablar con otros huspedes ms, o buscar a Eirkur, el lector de auras, que es la persona de referencia en historias de fantasmas. Jnas dijo que ayer no haba venido. Matthew puso gesto de pena.
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Yo no me refera precisamente a eso. Y en lo que pensaba no tienen cabida otros huspedes del hotel, ni tampoco los lectores de auras. ra se ruboriz, pero fingi que no le haba odo. Ven, pongmonos en marcha. Como dijiste t mismo, tenemos que aprovechar bien el tiempo.
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Eirkur se qued mirando la baraja del tarot que haba extendido delante de l. Dinero... bueno. Muerte... malo. Pas el dedo ndice por los bordes de la carta de la Parca y dej vagar la mente. Haban salido las mismas cartas dos veces seguidas, y aunque l distara de ser un especialista en el tarot, saba que la probabilidad de semejante repeticin era realmente mnima. Qu trataban de decirle aquellas cartas? Pens si debera recurrir a alguien que supiese interpretar mejor el tarot, pero lleg a la conclusin de que sera una complicacin tremenda. Tendra que entrar en el hotel, abandonar las agradables viviendas de los empleados y, sencillamente, no le apeteca hacerlo. All no se poda utilizar el telfono, y la cobertura de los mviles era la misma que aqu. En realidad, Eirkur nunca utilizaba telfono mvil. Lea las auras de la gente y saba que las ondas emitidas por aquellos aparatos podan tener efectos nocivos sobre ellas, lo que impeda decir nada a ciencia cierta. Prefera ir al telfono pblico ms cercano en vez de dedicarse a parlotear con el aparatito sabiendo que el aura se oscureca con cada palabra. No, tena que ser capaz de interpretar aquello por su cuenta y riesgo. Apoy la frente sobre la palma de su mano y fij los ojos en las cartas. Dinero. Muerte. Estir la espalda. Quiz la muerte no significaba su propia muerte o la de alguien prximo, sino simplemente la muerte de la arquitecta? Movi la cabeza en una seal de asentimiento dirigida a s mismo. Naturalmente. Aquello significaba que el suceso tendra una gran influencia en su vida. Por eso haban salido las mismas cartas dos veces seguidas. Y el dinero? Qu relacin haba entre ste y la muerte de la arquitecta? Se lo haba advertido. El aura de Birna pareca una nube de carbn, y estaba ms que claro que aquello no poda anunciar nada bueno. Tal vez pudiera aprovechar aquella prediccin para hacerse publicidad. Se maldijo por no habrselo dicho a alguna otra persona adems de a ella. Ahora slo quedaba l para contarlo. Le entraron ganas de fumar un cigarrillo y suspir. Jnas no vea buenos ojos que los empleados fumasen, y l no aguantaba verse obligado a hacerlo en secreto como un adolescente cualquiera. Ya era demasiado viejo para eso. Apoyado sobre una pared del edificio con la esperanza de que nadie se diera cuenta de que estaba all. Lo ridculo que sera hacer algo as. Tal vez era justificable prohibir a los dietistas y a los asesores individuales que echaran un cigarro de vez en cuando, pero qu cliente iba a ponerse a sealar con el dedo a un lector de auras? Nadie, claro que no. Eirkur se qued rgido. Sus reflexiones sobre el tabaco haban tocado algn resorte oculto en lo ms profundo de su mente. Qu era aquello que haba dicho Vigds? Que el cadver lo haban encontrado el viernes y que nadie haba visto a Birna desde el jueves por la tarde? La tarde que l se escap a escondidas de la reunin espiritista para echar un cigarrito en una esquina sombra donde nadie pudiera verle. Ahora entenda lo que no logr comprender entonces, y supo qu haca aquella persona buscando algo a tientas. La persona que vio aquella noche era el asesino. Naturalmente. As que fumar no vale para nada, pens satisfecho de s.
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Recogi las cartas y sonri. Por supuesto. Ahora saba cul era la relacin entre el dinero y el crimen. El dinero era para l, porque todo tiene su precio. El precio estara estipulado en el contrato, ya que el silencio tambin se paga. Pero era una persona optimista por naturaleza, y no le preocupaba mucho la posibilidad de no llegar a un acuerdo satisfactorio. Slo tena que pasar un momentito al hotel para llamar. Y luego tambin tendra que tener unas palabritas con su jefe, Jnas. Sera divertido charlar con l sin tener que ser siempre el que deca a todo que s, para no quedarse sin trabajo. Ahora tena al alcance de la mano la independencia econmica tanto tiempo deseada y, por eso, no haba motivo alguno para humillarse ante aquel hombre, para hacer de felpudo ante l. Guard la baraja, se puso en pie y sali. No tena tiempo que perder, porque tena que redactar el contrato. Tena tanta prisa que no tuvo tiempo ni para detenerse un momento a mirarse en el espejito que colgaba junto al perchero de la puerta. Aunque su aura tena un aspecto denso y oscuro. Casi negro.
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ra dej escapar un suspiro. O sea que estn todos fuera? Vigds la mir sin emocin alguna. Bueno, no digo tanto, pero la mayora siempre hacen alguna excursin o bien ocupan su tiempo en alguna actividad durante el tiempo que permanecen aqu. Es rarsimo que tengamos un husped que se registre y luego se quede sin hacer nada en su habitacin esperando a que vayas a verle. Matthew dirigi una hermosa sonrisa a Vigds, pues no haba entendido ni una palabra de lo que sta haba dicho. Bonito da le solt en ingls. S, mucho respondi Vigds. Por eso hay tan poca gente dentro del hotel ahora. Mir a ra. No lo digo con mala intencin, pero no puedo hacer nada por vosotros. Lo siento. La gente volver a aparecer a la hora de la cena. Los que quieran abandonar el hotel pasarn antes por aqu, naturalmente, pero creo que no va a haber nadie en esa situacin. Maldita sea exclam ra. Y tampoco hay empleados libres de servicio que estn dispuestos a charlar un poco? Vigds sacudi la cabeza. Como hay poca gente, no tienen mucho trabajo, y estarn descansando un poco en sus habitaciones hasta la hora de la cena. Les mir desconfiada. Qu estis buscando, en realidad? Nada concreto dijo ra. Slo queramos preguntar algunas cosas relativas a Birna. Lo que haca y a quines trataba. Ver si alguien tiene alguna informacin que pudiera aclararnos su muerte. Su asesinato, querrs decir interrumpi Vigds. Si andis perdidos podis ir a la iglesia. S que Birna iba all a veces, porque yo le di la llave. Una iglesia? pregunt ra, sorprendida. Qu iglesia? Bueno, una iglesita que est justo aqu al lado. En realidad no pertenece a estas tierras, pero nosotros tenemos las llaves. A veces llegan autocares con gente que quiere verla. A los extranjeros les encanta, les parece una monada. Vigds estir un brazo por debajo del mostrador de recepcin y sac una llave antigua. Tenis que empujar un poco la
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puerta al girar la llave. Matthew la tom y Vigds les indic el camino que deban seguir. Aunque la iglesia sea del ao 1864, sigue siendo utilizada por los habitantes de las granjas de los alrededores, de modo que sed cuidadosos. Vigds bostez. Recuerdo que Birna estaba tremendamente interesada en el cementerio. Creo que estuvo buscando cierta lpida.
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La habitacin era un desastre. Lo haba puesto todo patas arriba pero sin encontrar nada. Qu haba hecho aquella mujer con aquello? Suspir para dar una va de escape a su frustracin, pero procur hacerlo de forma casi inaudible. Por qu no poda encontrarlo y acabar aquella miserable historia? Peg la oreja a la puerta y escuch. Todo pareca en silencio en el pasillo. Volvi al interior de la habitacin. Deba seguir registrando o contentarse con la situacin? Aquello no estaba all. No tena sentido seguir buscndolo. Se dirigi hacia la puerta que daba al patio y mir atentamente entre las cortinas. Nadie. Abri la puerta con mucho cuidado y sali al aire libre. Luego cerr la puerta tras de s y se march. En el sendero se quit los guantes y los meti en el bolsillo. Pero qu era aquello?
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Captulo 15
La iglesia estaba en un terrenito cubierto de hierba, a poca distancia de la playa. Estaba encaramada en lo ms alto de una loma de escasa altura; era pequea y negruzca, de madera, y a ra le record, sobre todo, a las iglesias que sola dibujar en la escuela infantil: una casita con una pequea torre y una cruz en lo alto. Aunque tena que decir que los templos de sus dibujos eran bastante ms alegres y coloridos, pero haba que reconocer que el negro le iba muy bien a aquella iglesia. Las ventanas y la puerta pintadas de blanco proporcionaban el contraste necesario, y el conjunto pona de manifiesto que el edificio estaba bastante bien conservado. ra no recordaba haber visto nunca una iglesia de aquel color negro, y se pregunt si sera su color original. Tampoco saba mucho sobre la historia de la arquitectura en Islandia, pero las paredes parecan embreadas, lo que probablemente indicaba que cubran alguna pintura original. Decidi para s que aqulla tena que ser la explicacin, y transmiti a Matthew su idea como si se tratase de un hecho perfectamente constatado. l lo acept sin ms. En torno al edificio se extenda un amplio atrio cubierto casi completamente de hierba y musgo, de modo que slo se vea el pavimento de piedra en algunos lugares. Frente a la puerta haba un portn de hierro que daba acceso al atrio. Abrieron el portn, que chirri horriblemente, y lo cruzaron. Mira dijo ra, sealando algo con la mano. El cementerio. Se vean algunas lpidas. Claramente, aqu han muerto menos personas de lo que cabra de esperar observ Matthew al ver un espacio vaco entre la iglesia y las tumbas. S respondi ra. Es extrao. Vigds dijo que la iglesia segua siendo utilizada por los habitantes de la comarca, con lo que quiz esto debera estar ms lleno. Pues parece que no dijo Matthew. Mir la cerradura de la puerta de la iglesia. Qu es lo que tena que hacer? Empujar o tirar? Empujar, creo. O tirar. Una de dos respondi ra con la mente en otro lugar, sin prestar atencin a los forcejeos de Matthew, con la vista puesta en el cementerio y las lpidas. Crees que encontraremos la tumba de esa Kristn? pregunt, volvindose hacia Matthew, que peleaba frenticamente con la puerta. Birna debi de estar buscndola cuando estuvo aqu. No lo s respondi l, molesto. Qu le pasa a esta puerta? Apoy un hombro sobre la gruesa puerta e hizo girar la llave. Se escuch un dbil chasquido. Na endlich! exclam triunfante, empujando la puerta para abrirla. Si es usted tan amable, seora. La puerta se abri repentinamente de par en par. Pudieron ver entonces la nave, con su altar, sus bancos y su plpito. Prcticamente todo era de madera, y aunque el interior estaba pintado con tonos apagados, le daba un ligero colorido un friso floreado a lo largo del techo y
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en los laterales de los bancos. El resultado era elegante y acogedor, excepto el retablo del altar, en el que apareca Cristo crucificado sobre la colina del Glgota. Por qu son tan estrechos estos bancos? pregunt Matthew al sentarse. Apenas le caba el trasero en el asiento, y por si fuera poco las piernas le chocaban con el banco de delante. Seguramente para asegurarse de que la gente no se quedaba dormida respondi ra. O para ahorrar sitio. No creo que haya otra explicacin ms probable. O eso, o que muchsimos islandeses eran enanos dijo Matthew ponindose en pie. Se dirigi hacia ra, que estaba junto a la escalera que conduca al coro. Echamos un vistazo por arriba? pregunt. Me temo que tardaremos quince segundos en ver todo lo de aqu abajo. Subieron por una angosta escalera y llegaron al coro. Todo estaba pintado en los mismos colores suaves. Por encima de la balaustrada se vea toda la nave de la iglesia, y lo primero que llam la atencin de ra fue una gran araa de latn en medio del techo. Miraron a su alrededor, pero no pareca que hubiera mucho ms que ver; all haba un rgano excelente sobre el que descansaba una partitura abierta y una cajita de madera que ra abri y vio que guardaba libros de himnos y otras cosas para el coro. No haba nada ms. Pero qu msero es esto dijo ra desilusionada. Esperaba algo ms historiado. Como qu? pregunt Matthew. Difcilmente habr aqu algo relacionado con el crimen. Seguramente, a Birna slo le interesaba la iglesia como edificio. A fin de cuentas, era arquitecta. ra hizo una mueca. No tendra que haber aqu una sacrista o algo semejante? No creo que los curas tengan que acarrear todo lo necesario para la liturgia cada vez que vengan a celebrar misa. Matthew se encogi de hombros. Hay una Biblia en el altar, ah abajo. Quiz les baste con eso. Y tambin candelabros. Y los registros parroquiales? No tienen todas las iglesias obligacin de llevar registros parroquiales? ra volvi a asomarse a la balaustrada para echar un vistazo ms detallado a la iglesia. Quiz hubiera algn armarito colgado de la pared, o un arcn. Pero no vio nada parecido. Hay que registrar todo lo que sucede. Matthew la mir sin comprender. A qu te refieres? Bodas, bautizos, confirmaciones. Todo se recoge en los registros parroquiales. ra se dirigi hacia la pared interior del estrado, junto a la escalera. Fue caminando junto a ella con la esperanza de encontrar alguna puertecilla disimulada. Lo saba! exclam emocionada al descubrir una trampilla cuadrada en el techo, justo en mitad de la pared. Aqu hay algo. Matthew se dirigi hacia donde estaba ella y mir hacia arriba. El techo era all bastante bajo, de modo que no tuvo problema ninguno para empujar la trampilla y abrirla. Los dos miraron el negro agujero. Me parece que hay un escaln dijo. Tiene que haber alguna forma de iluminar este espacio. ra presion una anticuada pera que haba al lado de la escalera. Con ello se encendieron varias bombillas en la pared. Est mejor?
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S y no respondi Matthew. Es mejor porque me permite ver el interior, pero es peor porque veo que no hay nada. Nada? No hay libros? pregunt ra decepcionada mientras intentaba ponerse de puntillas para mirar el interior del agujero. No dijo Matthew. Esto no es ms que un hueco que da al campanario, creo. Me permito dudar que aqu haya algn libro guardado. Agarr con ambas manos el borde del agujero y se aup. No. Totalmente vaco. Aqu no hay nada. Se dej caer al suelo y dio una palmada para quitarse el polvo de las manos. Quiz Vigds sepa dnde se guardan esos registros parroquiales. Ella tiene las llaves y quin sabe si la han encargado de algo ms. Voy a mirar mejor junto al altar dijo ra. Tiene que estar aqu, en algn sitio. Se alej de Matthew en direccin al Jess crucificado. A primera vista no pareca haber nada ms que la Biblia, dos candelabros grandes y macizos y un pao de color prpura, delicadamente bordado, colocado sobre una mesita auxiliar adosada a la pared debajo de la tabla de altar. Levant el pao y vio que la mesita era en realidad una arqueta . Matthew, mira dijo en voz alta. Esto es un arcn. Se inclin y tir del asa con ambas manos. No estaba cerrado con llave, y la tapa se abri con un leve crujido. ra levant la cabeza con gesto victorioso. Extrajo tres grandes libros encuadernados en piel. El de la parte superior tena aspecto reciente, y cuando ra lo abri, vio, por las fechas de las anotaciones, que no mereca la pena perder el tiempo en investigarlas. La nota ms antigua, en la primera pgina, era de 1966. Abri el siguiente libro y fue pasando hojas hasta encontrar los aos cuarenta del siglo XX. Yo dira que Kristn debi de vivir durante los aos de la guerra le dijo a Matthew. Las fotos de las estrellas de cine que encontr all, debajo de las vigas del desvn, eran de aquella poca. Fue pasando todas las pginas de aquellos aos pero no encontr nada. Aunque haba habido algunos nacimientos, bautizos, bodas y fallecimientos, por ningn sitio apareca ninguna Kristn. Haba una laguna extraa en el registro del ao 1941, cuya pgina terminaba con el nombre de una novia, mientras que en la pgina opuesta, el registro anotado pareca tener ms que ver con un entierro. ra hizo una mueca. Qu raro dijo, forzando la apertura del libro para ver mejor si haba algo junto al margen interior. Le pas el libro a Matthew. Mira. Han quitado una pgina. Quiz dos. Matthew examin el libro y se mostr de acuerdo. Es evidente asinti, devolvindole el libro a ra. Quin hara algo as? Alguien deseoso de borrar toda huella de su propio matrimonio? O alguien que quera borrar el bautismo de un nio conjetur ra . En aquella poca, si eliminabas a un nio de los registros parroquiales, en cierto modo habas conseguido borrarlo de los documentos de la historia. No s si existan registros estatales en esos aos, ni si ese tipo de registro se llevaba en las zonas rurales. No debe de haber sido difcil hacerse desaparecer a uno mismo o a otro cualquiera. Volvieron a dejar en su sitio los libros una vez que ra los hubo hojeado todos sin encontrar tampoco ninguna referencia al entierro de la misteriosa Kristn. Se desplazaron al cementerio y no tuvieron que pasar delante de muchas lpidas para darse cuenta de cunto haban cambiado los tiempos. En las cruces de aquel pequeo cementerio se hallaban inscripciones de lo ms conmovedoras, del estilo de: Un muchacho nacido muerto, Una muchacha sin bautizar. Por regla general, haba varios hijos de los mismos padres uno al lado del otro, o bien varios
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hermanos difuntos yacan bajo la misma losa. ra examin a conciencia todas las inscripciones con la esperanza de hallar nombres conocidos. Encontr dos lpidas con el nombre de Kristn. Ambas haban muerto a edad avanzada. ra consider improbable que aquellas mujeres guardaran alguna relacin con la inscripcin de la viga del desvn. Finalmente, se dirigieron hasta dos sepulturas adyacentes, rodeadas por una verja. Ambas mostraban lpidas de tamao y calidad mayores de lo habitual. Las losas eran sencillas, de piedra y metro y medio de altura. Un musgo o una planta de color anaranjado se haba extendido sobre las dos. En una de las piedras estaba grabada una serpiente que se retorca sobre s misma y se morda su propia cola, y una lmpara de Aladino. ra no reconoci ninguno de los dos smbolos, pero record que en el Nuevo Testamento de la sociedad de los Gedeones haba una lmpara de Aladino. Pregunt a Matthew si los conoca, pero l no saba mucho ms que ella. Ley la inscripcin en su totalidad. En la piedra estaban escritos los nombres de los habitantes de Kirkjusttt, que ahora formaba parte del complejo hotelero de Jnas. En la parte superior estaba escrito el nombre del granjero: Bjarni rlfsson, terrateniente de Kirkjusttt, n. 1896 - 1944. Debajo pona: Su esposa Aalheiur Jnsdttir, n. 1900 - 1928. Debajo de estos dos haba dos nombres ms: Bjarni n. 1923 - 1923 y Gun n. 1924 - 1945. Estas son las personas de las fotos de que te habl, las que conoci Magns Baldvinsson. No hacan falta conocimientos de islands para comprender lo que pona en las piedras, y Matthew se inclin para leerlas. ra prosigui: Segn lo que cont Magns, el granjero y su hija murieron de tuberculosis, y su mujer de una septicemia, cuando era an muy joven. Le indic con el dedo las fechas que haba debajo del nombre de Aalheiur. Segn cuenta una de las chicas que trabaja para Jnas, en la granja hubo prcticas incestuosas. Probablemente se trataba de Bjarni y su hija Gun. Si lo que ella dijo es cierto dijo Matthew. Cmo puede saber algo una chica de hoy sobre unos incestos que tuvieron lugar hace setenta aos? Se lo cont su abuela respondi ra. No creo que la abuela le mintiera. La abuela puede ser de la misma cuerda dijo Matthew con una sonrisa irnica. Por lo menos, yo no me arriesgara a creer sin ms esa clase de historias, aunque procedan de una ancianita. Naturalmente asinti ra. Ms an, espero, por el bien de Gun, que fueran simplemente habladuras. Seal la inscripcin con el nombre del hijo que no haba alcanzado el ao de edad. En las fotos me di cuenta de que Aalheiur pareca estar embarazada, pero no vi fotos de ningn nio. Quiz slo viviera unos pocos das. l y la mayora de los nios de por aqu dijo Matthew sealando las tumbas a su alrededor. Ms de la mitad de los muertos son nios que no lo consiguieron. Todo indica que esta gente no tena mucho xito en criar a sus hijos para que llegaran a adultos dijo ella mirando en torno suyo. A menos que la mortalidad infantil fuera igual de elevada en todo el pas. ra sinti un escalofro. Afortunadamente esos tiempos han pasado ya dijo acercndose a la piedra de al lado, que era an ms sencilla. Qu extrao. Seal la piedra, que estaba medio vaca. Slo dos inscripciones: Su esposa Kristrn Valgeirsdttir n. 1894 - 1940, y debajo:
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Edda Grmsdttir n. 1921 - 1924. ra mir a Matthew. No dice quin es l. No ser el padre que mat a Kristn? pregunt Matthew. Obviamente sigue vivo o, por lo menos, no est enterrado aqu. ra sacudi la cabeza. No, no puede ser. Magns dijo que Grmur muri varios aos despus de irse a vivir a la capital. Pero quin era, entonces? pregunt Matthew. Se supone que se tratara de l. Y aqu tiene un estupendo espacio libre para su nombre. Es raro, verlo tan vaco. ra mir a su alrededor. No creo que est enterrado aqu, pues no se le menciona en la lpida. Dieron una vuelta para mirar el resto del cementerio pero no encontraron la lpida de Grmur ni la de Kristn. A lo mejor, al final resulta que la dichosa Kristn no es ms que una gatita dijo ra decepcionada cuando salieron del cementerio cruzando el chirriante portn. Y qu pasa con la pgina que falta en el libro de registro? Creo que en estos momentos, lo ms sensato ser ir a ver a esos hermanos que le vendieron las tierras a Jnas dijo Matthew. Podras utilizar el asunto del fantasma como excusa para interrogarles a fondo sobre la historia del lugar, sobre Grmur, Kristn y dems. ra asinti, pensativa. No era ninguna tontera.
* * *
Eln rardttir colg el telfono sin quitar la mano del auricular. Exhal un profundo suspiro, luego volvi a descolgar y se lo puso en el odo. Con giles dedos marc un nmero y esper impaciente la respuesta. Brkurdijo rpidamente. Qu pasa? No lo s, Eln. No tiene buena pinta. Brkur estaba enfadado, como siempre que su hermana le llamaba por telfono. Ha pasado algo en casa. Qu? pregunt Eln con curiosidad. Tena que tratarse de Svava, la mujer de Brkur, que no sala de una crisis para entrar en otra, siempre perdiendo los nervios por cualquier nimiedad. Nada que quiera discutir contigo respondi Brkur, ms enfadado an que antes. Qu queras? Eln no se dej intimidar por el tono de frialdad, al que ya estaba ms que acostumbrada. En realidad, estaba deseosa de poder agitar un poco la vida de su hermano. Ella siempre se haba opuesto a vender las tierras, pero tuvo que acabar cediendo ante su insistencia. Lo peor fue que su madre no se haba negado, y todo era de ella, aunque el dinero fuera a parar al bolsillo de los dos hermanos. Brkur haba conseguido convencerla con su labia. Pero ahora podra vengarse de la codicia de su hermano. ra, la abogada del dichoso Jnas, el que compr Kirkjusttt y Kreppa, acaba de llamar. Disfrut de la pausa que introdujo, para que l tuviera que pedirle que continuara. Y? pregunt Brkur con malos modos pero intrigado. Qu quera? Ha surgido una pega, hermanito inform Eln, sonriendo para s. Quiere vernos por un defecto oculto que dice que ha encontrado Jnas.
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Qu estupidez es sa? Un defecto oculto en los terrenos? Esa gente est mal de la cabeza? Qu demonios puede ser? Contaminacin del humus? Eln le dej desahogarse antes de intervenir. No entramos en detalles. Slo quera que furamos a una reunin. A Vesturland, a ser posible. A Vesturland? Como si uno no tuviera nada mejor que hacer que echar a correr a Snfellsnes! exclam Brkur, casi gritando. Tengo mucho que hacer! Muchsimo que hacer! Ay, qu fastidio dijo Eln fingiendo compasin. Entonces ser mejor que vaya yo sola. Brkur call por un momento antes de responder. No. Yo tambin ir. Cundo tenemos que vernos? Maana respondi Eln. Quiz lo ms fcil sea acercarnos a Stykkishlmur esta noche en vez de viajar maana por la maana. Ya ver lo que hago. Llmame ms tarde, esta noche. Quiz lo haga, si puedo solucionar unos compromisos aqu esta tarde. Brkur dijo Eln. Una cosa ms para acabar. Estoy prcticamente segura de que eso que llaman defecto oculto debe de tener relacin con algo extrao. La abogada me son realmente rara al telfono. Y eso? pregunt Brkur. Pues nada, rara respondi Eln. Debe de haber algo, eso est claro, aunque no s qu es. Piensas que puede tratarse de algo relacionado con el cadver del que han hablado en las noticias? pregunt Brkur con una voz repentinamente ms suave. No, eso ni se me haba ocurrido replic Eln extraada. El cambio en la voz de su hermano la pill desprevenida. Se despidieron y Eln se qued sentada junto al telfono, pensativa. Intent recordar lo que haba visto y odo acerca del hallazgo de aquel cadver, que haba salido en el informativo justo antes del fin de semana. Enarc las cejas. Haba coincidido con un viaje relmpago a Snfellsnes que Brkur haba tenido que hacer para no s qu tontera. Qu extrao.
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Captulo 16
Este tiene que ser el lugar. ra mir a su alrededor, por la playa . En realidad no hay mucho que sacar de aqu. Los guijarros brillaban a sus pies. Estaba bajando la marea y las piedras seguan hmedas despus de la pleamar. Nada en el majestuoso paisaje dejaba traslucir que all mismo haba sido encontrado un cadver poco tiempo atrs, y ra pens que no saba lo que haba esperado descubrir all. Quiz carteles amarillos de advertencia colocados por la polica? Matthew mir su reloj. No, lo nico que podemos sacar en claro es que estamos exactamente a treinta y cinco minutos a pie del hotel. Pero no hemos caminado deprisa dijo ra. Cunto es el mnimo que habramos podido tardar? Matthew se encogi de hombros. No lo s. Tal vez podramos haber llegado en veinticinco minutos. En menos tiempo es difcil, excepto corriendo. As que alguien pudo haber venido aqu desde el hotel, matar a Birna y regresar en menos de una hora apunt ra pensativa. Matthew sonri. S, pero eso no le deja mucho tiempo al asesino para empezar y terminar el trabajo, porque significara que habra tenido que venir hasta aqu ex profeso para matar a la mujer, no para una charla que acabara complicndose de mala manera. Qu ruido tan espantoso hacen esos pjaros dijo ra, volvindose hacia el acantilado. Pobres polluelos. Contempl la frentica vida de las aves un ratito antes de volverse de nuevo hacia Matthew. Nadie habra podido or gritos ni llamadas de auxilio con ese estruendo infernal. Matthew movi las manos sealando a su alrededor. Y quin iba a or nada? No creo que esta zona sea muy concurrida. ra mir en torno suyo, y ya estaba a punto mostrarse de acuerdo, cuando not la presencia de dos personas en lo ms alto del borde del acantilado. Pues... dijo, sealando con la barbilla en direccin a las dos figuras. Observaron el pausado descenso de la pareja por la pendiente pedregosa. Una mujer joven empujaba una silla de ruedas, pero no se poda distinguir al pasajero, porque una gran capucha ocultaba su cabeza y su rostro. La mujer pareca hacer considerables esfuerzos para hacer avanzar la silla por los cantos sueltos de la ladera. sos deben de ser los jvenes que mencion el anciano japons dijo ra. Los que vio charlando con Birna. Vamos a hablar un poco con ellos? Mir a Matthew. Y por qu no? dijo Matthew con una sonrisa. No ser una tontera mayor que otras de esta peculiar investigacin tuya. Se apresur a aadir: Pero no me malinterpretes. No me estoy quejando, en absoluto. Todo esto me encanta, aunque no tenga ni la menor idea de
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adonde nos lleva. ra le dio un codazo. De pronto te has vuelto crata, ahora de viejo? Vamos. Se alejaron lentamente cuesta arriba en direccin a la pareja. Cuando se acercaron, ra crey al principio que tena algo en el ojo. Era incapaz de enfocar el rostro que asomaba apenas por la capucha. Pero a cada paso iba confirmando ms y ms que a su vista no le pasaba nada. Su estmago se encogi involuntariamente, y tuvo que luchar contra el deseo de echar a correr para escapar de aquello. Pero qu suceda realmente con el rostro de la persona de la silla? Se concentr en la chica, que tena las mejillas coloradas y sonrea. Pero sus ojos volvan una y otra vez, en contra de sus deseos, hacia el rostro bajo la capucha y a la reluciente piel, plida y tensa, que cubra toda su parte izquierda. ra no era capaz de mirar mucho tiempo el desfigurado contorno de los ojos, los escalofriantes restos de nariz y la piel llena de cicatrices y con un aspecto como de plstico, que llegaba desde la barbilla hasta la frente, que era lo que poda verse por debajo de la capucha. Confi en que aquel desgraciado ser humano, que pareca an joven, no se percatara de la impresin que causaba en quienes le vean, aunque en el fondo de su alma saba que era una esperanza intil. ra dese que Matthew soportara mejor que ella aquella inesperada situacin, pero no se atreva a mirarle por miedo a hacer algn gesto que delatara su propio horror. Se oblig a esbozar una sonrisa. Buenos das salud a la muchacha. Hola respondi la chica, con una clida sonrisa. Era rubia, con el espeso cabello recogido en una cola que se mova cuando hablaba. ra tuvo la sensacin de que haba en ella algo familiar, pero no fue capaz de recordar de qu poda conocerla. No estoy segura de que consigamos bajar aadi la muchacha. Y desde luego no va a ser fcil subir. Por aqu no hay mucho que ver dijo ra. Si queris, Matthew puede ayudaros a bajar. Seal al alemn con el dedo sin mirarle. Y luego a volver a subir, claro. S, mejor respondi la muchacha, inclinando la cabeza sobre la silla. T qu dices? pregunt al hombre que iba all sentado. Aceptamos su ayuda, o damos la vuelta y ya est? No hay nada que ver. El joven farfull algo que ra no capt, pero que la muchacha pareci comprender. Vale, t mandas. Mir a ra. Creo que nos damos la vuelta. Me podra ayudar? Matthew agarr los brazos de la silla y subieron hasta el final de la cuesta. No me habra venido mal esa ayudita el jueves pasado dijo la muchacha sonriendo. Estuvisteis aqu el jueves? pregunt ra extraada. Por la noche, quiz? Sera posible que la chica y el joven hubiesen sido testigos de algo inusual sin darse cuenta de su importancia? O poda ser que estuvieran involucrados de alguna forma en el asesinato de Birna? ra aguard expectante una respuesta que cuando lleg trajo consigo una decepcin. No, no estuvimos aqu replic la chica, an un tanto cansada por el esfuerzo. Pensbamos ir juntos a la reunin espiritista del hotel, pero al final acab yendo yo sola porque no consegu hacer pasar la silla por un agujero enorme que haban excavado a travs del camino de acceso. Fue un autntico fastidio, porque aqu no hay muchos sitios a donde ir y a Steini le apeteca mucho. Mir a ra y torci el gesto un poco. Aunque, en realidad, no se perdi mucho. Fue un rollo espantoso, y el
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mdium me pareci de lo ms falso. ra no se atrevi a preguntar si otros mdiums no estaran tambin cortados por idntico patrn. Volvi la cabeza para mirar la playa y la baha. Estis de excursin? pregunt. Slo queramos ver dnde haban encontrado el cuerpo explic la muchacha como si fuera lo ms normal del mundo. Conocamos a la mujer que muri. En el fondo de su alma, ra respir aliviada. Ahora no tendra que andar dando rodeos para conseguir llegar hasta Birna. Ah, eso dijo con toda la despreocupacin de que fue capaz. Nosotros hemos venido por el mismo motivo. Queramos ver el lugar de los hechos con nuestros propios ojos. La muchacha abri mucho los ojos. S? Vosotros tambin la conocais? ra sacudi la cabeza. No, no es eso. Tenemos cierta relacin con ella. Me llamo ra. La muchacha extendi la mano. Bertha. Se dio la vuelta para mirar la playa. Espantoso dijo con voz apagada. En las noticias dijeron que la haban asesinado. Mir a ra. Por qu iba a querer alguien matarla? Bueno, no lo s replic ra como quien no sabe nada. A lo mejor no fue por nada especial que tuviera que ver con ella misma. Puede que slo tuviera la mala suerte de encontrarse con un psicpata. T crees? pregunt Bertha, de cuyo gesto an no haba desaparecido el gesto de temor. Aqu? No, seguro que no respondi ra. Es absurdo. Pero mejor eso que pensar que es culpa de un fantasma. Un fantasma repiti Bertha con el semblante tenso. Quiz los marineros? sta es precisamente la playa a la que llegaron sus cuerpos. Se estremeci. Siempre me ha dado escalofros este lugar. ra mir extraada a la muchacha. Haba esperado que sonriera o que hiciera alguna mueca irnica al or sus palabras, no que se tomara con total seriedad lo del fantasma. Era evidente que en esa comarca no haba que tomarse a broma las apariciones. T crees en fantasmas? pregunt con cautela. S respondi Bertha, su rostro dejaba bien claro que lo que deca era cierto. Esto est maldito. Sin ningn gnero de dudas. Muchas veces me muero de miedo en la oscuridad. ra no supo qu decir, pero se le pas fugazmente por la cabeza la idea de que podra servir de testigo si se llegaba a un pleito por las apariciones. Estaban ya casi en lo alto de la cresta cuando ra decidi dejarse de fantasmas e ir directamente al grano. De qu la conocas? Era la arquitecta del hotel. Est en unas tierras que pertenecieron a mi madre, y yo la ayud un poco. Mir a ra y desplaz luego los ojos hacia la silla de ruedas, que Matthew se esforzaba en empujar cuesta arriba. Era muy simptica. ra no pregunt ms detalles, pero no le result fcil imaginar que Birna se hubiera llevado bien con el joven de la silla de ruedas. En cambio, se dio cuenta por fin de por qu le haba resultado conocida la muchacha, y es que era igual a su madre Eln, a la que ra conoci cuando haban cerrado el contrato de compraventa. De modo que no sera muy prctico utilizarla como testigo contra su propia familia ante un tribunal, y ra
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decidi que no lo hara. Pero no vendra mal recabar de ella algo de informacin. En qu ayudaste a Birna? pregunt. Estaba interesada en la historia del lugar, y ni mi madre ni mi to Brkur tenan tiempo ni ganas de hablar mucho con ella. Yo le cont lo que saba y busqu planos antiguos para ella. En realidad no los encontr, pero s que le pude dar algunas fotos viejas. Estaba encantada con ellas. Recuerdas de qu eran? pregunt ra sorprendida. En el stano haba fotos de sobra, y resultaba extrao que a Birna no le hubieran parecido suficientes. A lo mejor los temas eran demasiado repetitivos, la misma pared... distintas personas. Bueno, eran sobre todo fotos de la antigua granja, del bisabuelo y la bisabuela. Tambin haba en las fotos algunas otras personas que yo no conoca. La muchacha call de pronto y mir a ra con gesto preocupado. Me las devolvern? Ni mi madre ni Brkur saben que se las prest. Seguro que sdijo ra. Dselo a la polica. Tienen que venir por aqu maana. Vives por aqu cerca? No. Tenemos una casa en Stykkishlmur donde me quedo cuando vengo. Intento venir todo lo que puedo. Mir a ra y aadi en voz ms baja: Por Steini. l no quiere estar en Reikiavik. ra asinti con la cabeza. Sois parientes? pregunt. Estaban a cierta distancia de los otros dos, pero no suficientemente lejos como para que ra se atreviera a preguntar qu le haba sucedido al joven. Bajo ningn concepto quera que se percatara de la curiosidad que le despertaba su aspecto. S, somos primos. Y aadi: Por parte de padre. Ms adelante, Matthew se detuvo y mir alrededor, con aspecto cansado. Haban llegado a lo ms alto de la cresta. ra se apresur a cambiar de tema de conversacin, y volvi al hallazgo del cuerpo. Tienes alguna idea de quin puede haber matado a Birna? Estaba liada con alguien, o peleada con alguna persona? La chica sacudi la cabeza. No estaba peleada con nadie, creo. Por lo menos, nunca habl de eso. Pero nos vimos varias veces, yo estoy recogiendo las cosas que dej la familia en la vieja granja de Kreppa, justo ah al lado, y ella iba bastante por all. Era muy entretenido charlar con ella. No s si tiene importancia, pero me dijo que tena un novio o algo por el estilo. Un novio? pregunt ra intrigada. Sabes algo ms sobre l? Bertha puso gesto de inseguridad y pens por un momento antes de responder. Bueno, no s si debera contarlo. l est casado, de modo que lo llevaban en secreto. Me lo dijo confidencialmente, era obvio que quera contrselo a alguien. No quiero traicionar la confianza de Birna, aunque est muerta. ra sinti que la arquitecta deba de sentirse tremendamente sola para confiar sus secretos a una chica tan joven. No crea que Bertha tuviera ms de veinte aos. Me temo que todo esto acabar saliendo a la luz. Aunque pueda parecer una tontera, muchas veces son precisamente esas relaciones amorosas las que conducen a sucesos como ste. No querrs que escape el que lo hizo? Bertha sacudi enrgicamente la cabeza. No, por Dios. Se movi inquieta. Estaban ya al lado de Matthew y
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Steini. Vamos se oy decir speramente a una voz por debajo de la capucha. Quiero irme ya. Bertha se dirigi hacia la silla y la agarr para empujarla. Muy bien, Steini dijo, y le dio las gracias a Matthew por su ayuda. Luego se volvi hacia ra. A lo mejor nos volvemos a ver. Vivs aqu? No, estamos en el hotel inform ra, decepcionada por no haber conseguido el nombre del amante. Vio a la muchacha despedirse con la mano y empezar a caminar lentamente con la silla por delante. Cuando Bertha haba caminado unos pasos, se detuvo y se volvi bruscamente. Se llama Bergur. Es granjero, en Tunga. Y continu adelante sin decir nada ms. ra y Matthew se quedaron quietos mirando la trabajosa marcha de la joven con la silla por aquel irregular terreno. Cuando se hubieron alejado suficiente, Matthew se volvi hacia ra. Qu demonios puede haberle pasado a ese chico?
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Vigds sac la cabeza por encima del mostrador de recepcin y mir a su alrededor. Nadie. Mir el reloj de la pared y vio que los huspedes an tardaran un rato en llegar. A pesar de sus diferencias de nacionalidad y de aficiones, la mayor parte de ellos pareca llevar a cabo la misma rutina una vez se haban inscrito: levantarse entre las ocho y las nueve y salir al aire libre a gozar de la naturaleza despus del desayuno. De modo que no haba que esperar que estuvieran de vuelta hasta tarde. Saba que aquello le haba acarreado a Jnas cierta preocupacin, pues su idea original era que la gente pasara ms tiempo (y gastara ms dinero) entre las paredes del hotel. Masajistas, terapeutas, sexloga, lector de auras y como se llamaran todos esos especialistas, no estaban menos decepcionados porque les pagaban segn los servicios prestados. Era sobre todo por las tardes y los fines de semana cuando estaban realmente ocupados, y la mayora de ellos haban empezado a hacer publicidad de su trabajo para no morirse de hambre. Pero Jnas estaba empeado en que empezaran a tener ms actividad en cuanto los islandeses se quedaran ms tiempo dentro de casa, cuando el da se hiciera ms corto y comenzaran a celebrarse las habituales fiestas. El verano estaba llegando a su fin, y era obvio que algunos empleados se iran a la calle si no aumentaba la demanda por sus servicios. Pero aunque el futuro laboral de aquellos hechiceros fuese bastante negro en aquellos momentos, el de Vigds pareca estupendo. Pero la curiosidad la estaba matando. Una vez que la polica obtuvo de ella y de Jnas la promesa de que nadie entrara en la habitacin de Birna, le haban entrado unas ganas insoportables de desobedecer la orden. Jnas ech un fugaz vistazo cuando les abri la puerta a los policas, y dijo que all dentro no haba nada interesante. Pero Vigds tena que verlo con sus propios ojos. A lo mejor haba sangre por todas partes, o algo an ms desagradable, que Jnas no pudo ver desde el lugar en el que se encontraba. O algo de lo que no poda o no quera hablar. Vigds se puso en pie y cogi la llave maestra. Ech un vistazo al pasillo y se march decidida. Se detuvo ante la puerta de la habitacin y meti la llave sin vacilar. La empuj con manos rpidas, se col adentro y cerr la puerta a sus espaldas. En cuanto oy el clic de la cerradura se dio
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cuenta del error que haba cometido. All dentro todo estaba patas arriba. De sangre, nada, pero haba ropas como rboles cados por todas partes, y todo un caos de papeles. Vigds se dio cuenta de que tena que informar inmediatamente a la polica de que alguien haba entrado en la habitacin. Pero cmo les iba a explicar que haba ido ella a hacer all? A limpiar? A lo mejor poda contarles la trola de que haba odo ruidos, pero aquello complicara la investigacin... podran pensar que haba sucedido justo en ese momento. Dej escapar un pesado suspiro y ech las manos hacia atrs para tantear en busca del pomo de la puerta. Mientras sala a hurtadillas, intent desesperadamente encontrar una justificacin plausible para su irregular presencia all dentro. Tendra que inventarse algo.
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Es una broma? Pero quin se ocup del escenario? rlfur se arrellan en la silla y se volvi hacia su subordinado. Agit las manos, sealando una serie de estanteras de acero en las que tena que guardarse todo lo encontrado en el lugar de aparicin del cadver de Snfellsnes. Conchas y cangrejos muertos! Cerr los ojos y se frot con el dedo una de las sienes. Sinti que lo peor de la jaqueca todava no haba llegado. Puf, fue Gumundur. Es nuevo respondi Lrus con voz apagada. Igual que unos chavales de diez aos de excursin con el colegio. Qu se crea ese Gumundur que tena que hacer? Limpiar la playa para tumbarse un rato? A lo mejor hasta tengo que agradecer que no me echaran toda la arena encima de mi mesa. Dio la vuelta al escritorio y mir el contenido de varias bandejas. Piedras murmur Lrus, pero enseguida procur arreglarlo, al ver que rlfur le pona mala cara. La playa es pedregosa... no de arena. Piedras, arena, qu ms da? grit rlfur fuera de s, y sigui mirando cosas. Gumundur parece haberse confundido radicalmente de oficio. Supongo que primero le habr parecido que tena que revisar un escenario inmenso, pero luego parece que se dedic a recoger piedrecitas y cosas ligeras. rlfur meti el bolgrafo en una lata de cerveza vieja y retorcida. Como esto dijo, levantando la lata. Cualquier imbcil puede ver que una lata como sta lleva meses a la intemperie. Y esto... rlfur se desplaz hasta la siguiente bandeja y levant las manos desesperado. Un pez lobo muerto! Se volvi hacia Lrus. Has visto las fotos del cadver? Qu relacin poda tener un pez lobo muerto con lo que le sucedi a esa mujer? Acaso cree Gumundur que la mujer resbal sobre el cadver del pez y se cay sobre las piedras? Crees t que eso podra explicar las lesiones? Lrus se limit a sacudir la cabeza. rlfur haba empezado a gritar y aquello no presagiaba nada bueno. Se movi incmodo y abri la boca para decir algo pero, antes de pensar en nada coherente, su jefe volvi a hablar, aunque ahora mucho ms calmado. Qu es esto? Un vibrador? Lrus se acerc a rlfur y se coloc a su lado para poder ver lo que haba en la bandeja. Exacto. En la viscosa boca del pez lobo se poda ver un estropeado cilindro de plstico que pareca un pene artificial.
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Captulo 17
ra le dio un golpecito con el codo a Matthew y seal con la cabeza en direccin a un hombre joven que pasaba delante de ellos se es el camarero, Jkull, que me habl tan mal de Birna explic a media voz, ponindose en pie. Tengo mis sospechas de que sabe algo. Estaban tomando caf en el vestbulo de entrada del hotel, donde haban estado planificando los siguientes pasos a dar, sin llegar a ninguna conclusin, aparte de que tenan que encontrar al amante de Birna, Bergur, dueo de una granja en Tunga. Haban estado discutiendo cmo abordarlo, y ra haba acabado por aburrirse de tanto darle vueltas a las cosas. Por eso, el camarero le pareci una tabla de salvacin, y se acerc a l con rapidez. Iba hacia el comedor, pero ra consigui darle un golpecito en el hombro antes de que se escapara. Hola le dijo sonriente. Me recuerda? El joven se dio la vuelta extraado. Eh? Ah s, claro. Usted es la abogada, no? Eso es, me llamo ra. Tendra cinco minutos? Querra preguntarle un par de cositas ms sobre Birna. El camarero mir su reloj. Bueno, venga. Aunque no es mucho lo que puedo contar. Ya le dije la opinin que tena de ella. En realidad, no tengo mucho ms que aadir. Nunca se sabe respondi ra. Nos sentamos aqu? Seal un sof colocado en el pasillo y que pareca estar all simplemente como decoracin. Aqulla sera probablemente la primera vez que se utilizaba, pens al sentarse. Dio un golpecito en el asiento del sof a su lado, para indicarle al joven que tomara asiento junto a ella. Una nubcula de polvo se elev en volutas a ambos lados de la palma de su mano cuando golpe la tapicera. Cmo la conoci? Slo en el comedor? El camarero se sent en el borde del sof. Para ser sincero, yo no la conoca, pero ste no es un lugar tan grande como para que uno no acabara conocindola. Pero lo cierto es que llevo poco tiempo trabajando aqu y adems procuraba evitarla, de modo que nunca llegamos a establecer contacto. Sacar usted mucho ms hablando con cualquier otro empleado antes que conmigo. ra frunci el ceo. Pero sigo sin entender que, aunque ponga de relieve que prcticamente no conoca a Birna, pareca haberse formado una opinin muy clara sobre ella. Muy clara y negativa. Tendra que haber algn motivo para ello. En el rostro del camarero se dibuj un gesto de ira. Yo conozco a la gente exclam, sin dar ms detalles. ra decidi dirigir sus preguntas por otros derroteros, con la esperanza de no espantar a aquel hombre. Me equivoco al pensar que se llama Jkull? No, no, es cierto respondi el camarero, que an saba controlarse. Jkull Gumundsson. Muy apropiado para estos lugares, eso de llamarse glaciar dijo
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ra amistosamente, con una sonrisa. Es usted de la zona? S, en efecto respondi Jkull. Crec en una granja muy cerca de aqu. Pero me fui a Reikiavik a estudiar hostelera y estuve all mucho tiempo. Pero luego me encontr con una oportunidad de regresar cuando Jnas public un anuncio pidiendo personal. Comprendo dijo ra. Esta regin es extraordinariamente hermosa, y estoy segura de que si has nacido aqu tienes que estar siempre deseando volver. S, esto es muy distinto a Reikiavik respondi Jkull, que sonrea por primera vez. Y supongo que conocer la historia de la zona pregun-t ra. Sabe, por ejemplo, algo sobre las apariciones que dicen que hubo en estas granjas? El rostro de Jkull se ensombreci. No me apetece lo ms mnimo hablar de fantasmas con gente de Reikiavik dijo. All no entienden estas cosas. Cuando no se trata de asfalto o cualquier otra cosa tangible, no son capaces de comprender nada y se burlan de todo esto. ra torci el gesto. Yo no tena intencin alguna de rerme de la creencia en fantasmas. Estoy preparando a cuenta de Jnas un pleito en el que los fantasmas tienen un papel importante. Eso es todo. Cualquier testimonio sobre ese asunto en estas tierras me vendr muy bien. Puede ser. Jkull dud. Pero tendr que ir a buscarlo en otro sitio. No puedo ayudarle. Yo no soy especialista en historias de fantasmas, aunque conozco algunas y creo que el mundo es demasiado complejo como para que los de Reikiavik puedan saber todo lo que se puede saber. Pero conoce algo de la historia del lugar, aparte de espritus y fantasmas? Por ejemplo, sabe algo sobre las personas que vivieron en estas granjas? Jkull sacudi la cabeza. No, nada. No soy suficientemente viejo para interesarme por la historia. No deja de tener sentido, pens ra, que decidi intentar obtener la informacin de los ancianos que conocieran la comarca. An tiene parientes aqu? Una hermana respondi Jkull. Sus padres se marcharon a la ciudad? pregunt ra. No, murieron respondi Jkull, con ms sequedad an que antes. Ah dijo ra, que no quiso preguntar nada ms al respecto. Tiene que perdonar mi insistencia sobre la historia del lugar, pero sabe si el movimiento nazi estuvo actuando aqu, o algo por el estilo? Jkull abri mucho los ojos, y ra supo que no menta cuando contest al instante: No, jams he odo nada al respecto. Aunque no me interese demasiado el pasado, eso lo recordara, seguro. Debe de tratarse de alguna tontera de esas que se cuentan. S, supongo respondi ra. Pero ya que est usted aqu y es el nico que puede informarme... quisiera hacerle otra pregunta que no tiene relacin alguna con el pasado. Cul? pregunt Jkull con suspicacia. Esta maana me encontr con un joven que creo que es de por aqu. No pude enterarme de los aos que tena, pero yo dira que es ms o menos de su misma edad. Iba en silla de ruedas y posiblemente ha sufrido
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quemaduras de algn tipo. No sabr qu le ha pasado? Jkull se levant sin decir una sola palabra. Tengo que volver al trabajo. Los cinco minutos han pasado ya de sobra. Apret con fuerza los labios, como para asegurarse de que su boca no se pondra a soltar nada por su cuenta. De modo que no sabe nada de l? pregunt ra, que se puso tambin en pie. Tengo trabajo. Hasta luego dijo Jkull, y se march. ra le mir pensativa mientras se alejaba. Evidentemente, haba tocado un punto dbil.
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Es muy extrao dijo ra, dejando el caf, que ya se le haba quedado completamente fro. Al tragar un sorbo haba hecho una mueca involuntaria. Crees que puede estar relacionado con el crimen? pregunt Matthew. O simplemente que es un muchacho raro? No puedo decir a ciencia cierta si est involucrado en el tema de alguna manera. Est claro que Birna le resultaba odiosa, pero no quiso confesar el motivo, slo dijo que conoca bien a las personas. No ser un antiguo amante al que ella abandon por el campesino? O un conocedor de la gente tan bueno como afirma ser observ Matthew, encogindose de hombros. Estoy desfallecido de hambre, qu hora es ya? ra ignor la pregunta. No, hay algo en todo esto. Le puse en un buen aprieto al preguntarle por el joven de la silla de ruedas. Matthew hizo un gesto de indignacin. Le preguntaste por l? Cmo se te ocurri? Por nada dijo ra. Es que soy tremendamente curiosa y no me esperaba en absoluto una reaccin como la que tuvo. Ni se me pas por la cabeza que le pudiera resultar incmodo. Ahora, por lo menos, est claro que tengo que averiguar qu es lo que pas. A m me parece total y absolutamente improcedente seal Matthew, tan indignado como antes. Preguntar por las desgracias de una persona totalmente desconocida que, por si fuera poco, est invlido. Y qu? Est prohibido preguntar sobre los invlidos? se defendi ra. Lo que te pasa es que tienes hambre y eso te pone de mal humor. Vamos a comer algo. Se levant del sof. Aquello alegr a Matthew. Qu tal si vamos a comer algo distinto? pregunt. No hay ms restaurantes por aqu cerca? S respondi ra. Por ejemplo, podemos acercarnos a Hellnir. Tal vez podamos encontrar a alguien que conozca a los fantasmas de la comarca o que sepa algo sobre el tal Bergur de Tunga. Matthew suspir pesadamente. Ay, espero que no.
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Eirkur hizo un enorme esfuerzo y abri los ojos. El especialista en lectura de auras tena el peor dolor de cabeza que haba sufrido en muchos aos. Intent moverse, pero enseguida abandon el intento
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cuando sinti tales nuseas que no tuvo ms remedio que volver a cerrar los ojos antes de conseguir enfocar lo que haba a su alrededor. Cuando lo peor hubo pasado, intent concentrarse en cmo le haba entrado aquella jaqueca. Qu haba sucedido? Haba estado bebiendo? No recordaba nada que apuntara a semejante cosa, ni perciba en la boca el gusto del alcohol. Enseguida se le apareci en la memoria el brumoso recuerdo del tarot en el alojamiento de empleados del hotel, haba estado echndose las cartas a s mismo. O haba sido para algn otro? Crea recordar que haba tenido una fuerte discusin con Jnas, pero no saba por qu motivo. Por el trabajo, o por el tarot? Su mente estaba en blanco. Sus pensamientos se dispersaron cuando sinti un espantoso pinchazo. Suba desde sus pies, y era de tal magnitud que, al principio, Eirkur tuvo dificultad para darse cuenta con exactitud de cul era el origen. No saba si se haba roto los tobillos o se trataba de alguna otra cosa. El dolor fue disminuyendo en intensidad y entonces pudo darse cuenta de que las punzadas procedan de la planta de los pies. Pero qu haba pasado? Estaba en el hotel? Tuvo la sensacin de estar tumbado sobre algo clido pero duro. Tante con ambas manos a sus lados y pens que tena que tratarse de hierba o de heno. El desagradable olor que se le meta por la nariz, sin embargo, no indicaba en absoluto que estuviera al aire libre. Un sonido extrao lleg adems hasta l, pero no pudo identificarlo. Era una respiracin? Haba quiz alguien a su lado? Con mucho cuidado, Eirkur entreabri un ojo y vio que se encontraba en el interior de un edificio. Estaba sumergido en la oscuridad, pero desde algn lugar detrs de l llegaba un dbil resplandor. No haba fuerza humana capaz de hacerle darse la vuelta para comprobar de dnde proceda la luz. En aquellos momentos, le resultaba ya suficientemente difcil respirar. Se concentr en hacerlo con mucho cuidado: dentro, fuera, dentro, fuera. Luchaba contra la nusea que no dejaba de acosarle. Aunque fuera una estupidez, no poda ni pensar en vomitar antes de saber dnde estaba y qu le haba sucedido. Enseguida vio las cosas ms claras. Dinero. Dinero y muerte. El corazn dio un salto en su pecho y movi la cabeza tan despacio como fue capaz con la esperanza de que todo fuera una alucinacin. Pero no. Estaba en una caballeriza. No haba dinero alguno, y le fue invadiendo la sospecha de que, en cambio, era la muerte la que estaba all a su lado. Perdi el control de su respiracin y al mismo tiempo el control de la nusea. Vomit con todas sus fuerzas, y toda su atencin estuvo centrada en ello durante un rato. Pero pas pronto, y el miedo volvi a apoderarse de l. Se oy un poderoso relincho, seguido por el estampido de unos cascos. De dnde proceda aquel ruido? A qu lado estaba el animal? Quiso sentarse y abrir los ojos. Al intentarlo, volvi a vomitar, pero el primer acceso haba sido tan violento que prcticamente nada ms pudo salir de l. Cuando pas lo peor, logr incorporarse sobre los codos y mirar cautelosamente a su alrededor. Su mirada recorri su propio pecho y, a pesar de su extrao estado, se pudo dar cuenta al instante del lugar de donde proceda aquel hedor insoportable. Luch consigo mismo para reprimir el alarido que se form en su garganta, y lo logr. Se oblig tambin a apartar los ojos de aquel pellejo ensangrentado y de aquellas fauces abiertas en aquel crneo que se mova sin control, para concentrarse en lo que tena encima. El instinto de supervivencia fue ms fuerte que el deseo de quitarse de encima aquella porquera, aunque le ardiera en la piel la cuerda basta con la que estaba atado a su cuerpo aquel horror. Mir despacio por encima de su
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propio cuerpo. Patas. Cuatro patas finas pero robustas. Qu le haban dicho? Que nadie se lo imaginara, que todos diran que haba sido un accidente. Un accidente mortal muy desgraciado provocado por l mismo. No poda ser. La gente tena que saber que era un asesinato, y no una simple estupidez por su parte. Eirkur ya haba tenido que aguantar suficientes burlas un da tras otro a causa de su trabajo como lector de auras. Tendra que hacer lo que fuera para que las bromas no le acompaaran hasta ms all de la tumba. Al poco, aquello le lleg a parecer ms acuciante que conservar la vida. Ahora que se haba dado perfecta cuenta de la situacin, tena que hallar algn medio de darla a conocer. Intent concentrarse. Estaba en la cuadra de una caballeriza, as que no haba mucho donde escoger. No servira de nada colocar la paja a su alrededor, porque cuando alguien apareciera finalmente por all volvera a quedar desperdigada. No, tendra que garabatear alguna cosa en algn sitio llano que no pudieran pisotear los animales. Recorri el espacio a su alrededor con ojos atentos y vio que la pared no estaba lejos. Con una decisin que ignoraba poseer, consigui sobreponerse a su sufrimiento y arrastrarse hasta ella. Por el camino rog a Dios que le permitiera escribir unas pocas letras en la pared con el anillo antes de que todo acabara. El ritmo del jadeo del animal creci, y Eirkur se qued agarrotado. Qu era lo que le haban dicho? Que en cuanto aquel semental se percatara de lo que haba en el suelo, se llenara de miedo, empezara a cocear y lo matara a patadas. Cuando el ritmo de la respiracin se calm, esper para mayor seguridad un momento ms y luego sigui avanzando hacia la pared con extremada lentitud. No haba forma de que se pudiera poner en pie, el dolor en las plantas de los pies era como si los estuvieran quemando con agua hirviendo. Eirkur not que su hombro tocaba la pared y extendi hacia ella la mano con el anillo. Empez a raspar el revestimiento, pero, en ese mismo instante, el caballo resopl al or el chirrido del anillo rasgando la pared. Eirkur vio con horror cmo la bestia diriga sus ojos pardos hacia l y relinchaba. Se apresur todo lo que pudo para grabar en la pared, pero sin atreverse a apartar los ojos de aquella bestia enfurecida. El caballo agit sus patas delanteras, gir luego sus cuartos traseros hacia Eirkur y le golpe. Lo nico que pas por la mente del hombre fue si la pareja conseguira descubrir al asesino. Si hubiera tenido un poco ms de tiempo... Nadie entendera aquello. Un ruido espantoso surgi del semental y Eirkur se cubri la cabeza con la mano casi instintivamente. Pero, en realidad, era algo tan intil como creer que habra alguien capaz de leer lo que haba escrito en la pared: RER
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Captulo 18
El potro es de mi mujer. A m no me gustan mucho los caballos dijo Bergur mirando al suelo. rlfur se inclin sobre la vieja mesa de la cocina, procurando no meter la manga de la chaqueta en la mancha de caf que se form cuando Bergur se llen la taza con mano temblorosa. Y qu estaba usted haciendo ah dentro? Si tan poco le gustan los caballos, segn acaba de decir. Les damos de comer por la tarde. Yo me encargo de eso respondi Bergur sin levantar los ojos. Para eso no hace falta tener aficin a los caballos. rlfur haba aprendido muchas cosas a lo largo de los aos pasados en la polica, y una de ellas era que poda fiarse de sus propias intuiciones acerca de las personas a las que interrogaba. Tena una clara sensacin de que el hombre inclinado delante de l tena algo que ocultar. Slo Dios saba lo que era, pero rlfur se propuso averiguarlo. No, desde luego que no asinti, y empez a preguntar apuntando bien: Cmo siguen teniendo el caballo en la cuadra, en vez de libre en el campo? Por lo que s, eso no es nada habitual en junio. Alquilamos caballos respondi Bergur. En realidad es mi mujer la que se ocupa de los animales y yo echo una mano en lo que es necesario. Me encargo de alimentarles y poco ms. Bergur se mordisque una ua de la mano izquierda. En realidad, ese semental est aqu de paso, apareci por aqu. rlfur anot algo en su cuaderno y cuando hubo terminado levant la vista. Cmo se dio cuenta de que haba algo que no iba como deba? Bergur se encogi de hombros. No s la hora con exactitud, si es a eso a lo que se refiere. No llevo ni reloj ni mvil. Seal con el dedo el telfono mvil de rlfur, que estaba en medio de ambos, sobre la mesa. Pero s que est claro que lo vi muy poco despus de entrar en la caballeriza. Bergur call y trag saliva ruidosamente. Ah, ya dijo rlfur como si entendiera. Cmo se dio cuenta tan rpidamente? Esa cuadra est en el otro extremo del edificio. Haba algn motivo especial para que fuera directamente hasta all? Bergur volvi a tragar con esfuerzo. Siempre empiezo dndole al macho. Es medio salvaje todava y es impetuoso y molesto. Y est siempre a la expectativa mientras estoy yo dentro. Si le doy primero a l, se queda tranquilo mientras atiendo a las otras caballeras. Comprendo dijo rlfur. Est en la cuadra ms grande, la que tiene las paredes ms altas. Me equivoco? Bergur asinti con la cabeza sin decir una palabra y rlfur continu: Y eso por qu? Es porque ese caballo es, cmo dijo usted, impetuoso y molesto? No, no exactamente. Los machos sin castrar siempre se encierran mejor que los dems. As se evita que puedan acercarse a los dems caballos... eso podra tener psimas consecuencias.
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De modo que el semental en cuestin quiz no era especial? pregunt rlfur. Quiero decir, todos son iguales, los dems caballos siempre les tienen miedo a este tipo de animales? S, los sementales son ms agresivos que los castrados y que las yeguas respondi Bergur en voz baja. Pero ese potro en particular es ms fiero de lo habitual. Puedo asegurarlo casi sin ninguna duda, aunque no soy especialista en estos temas. Perfecto dijo rlfur sin referirse a nada en particular. Y al ir usted, como acaba de decir, directamente hasta el corral... La cuadra interrumpi Bergur. A la cuadra, entonces se corrigi rlfur un poco molesto, al momento ve que hay un hombre en el suelo, no? S, as es respondi Bergur. Me resulta tan inverosmil que no me es fcil explicarlo en detalle. Intntelo, de todos modos alent rlfur. Creo que antes que nada vi al zorro, luego al hombre. Recuerdo que vi sangre en las tablas y primero pens que el caballo se haba hecho dao. Luego vi al zorro y pens que la sangre era suya, pero luego... Bergur jade apresuradamente mientras intentaba controlarse. Fue horroroso. Estaba all tumbado y pens si estara vivo, pero cuando me inclin para ver mejor comprend enseguida que tena que estar muerto. Respir hondo y repiti: Fue horroroso. Y aquellos pies. Dios mo. De modo que uno no se acostumbra a estas cosas? pregunt rlfur, dando un golpecito en el borde de la mesa. Bergur levant la vista, extraado, y con gesto de miedo. Cmo? Es el segundo cadver que se encuentra usted por casualidad en pocos das. Pensaba que sera menos malo la segunda vez, quiz dijo rlfur. Resulta una casualidad bastante sorprendente, no cree? Yo no decido qu cosas me voy a encontrar replic Bergur con voz apagada. Nunca me habra imaginado que volvera a vivir algo parecido, ojal no me hubiera pasado a m. Ninguna de las dos veces. Levant los ojos y mir a rlfur a la cara. Yo no tengo nada que ver con esto, si eso es lo que cree usted. No, no. Quiz no. Pero no deja de ser curioso seal rlfur, devolviendo la mirada de Bergur con expresin decidida. Tiene que haber sido un accidente dijo Bergur en tono dolorido. Sospechan de alguien? Cmo explicara usted un accidente as? pregunt rlfur. Bueno, no s dijo Bergur, que reflexion por unos momentos. Quiz fue ese cazador de zorros quien trajo al animal. O quiz fue por alguna otra cosa an ms rara. Qu quiere decir, con ms rara? Ha habido casos de hombres que entran en los establos para aliviar sus necesidades. Quiz ese hombre entr para eso respondi Bergur, ruborizndose un poco. Pero entonces habra llevado una banqueta, o una caja, o algo a lo que subirse, no? Y cmo encaja el zorro en todo esto? Y los alfileres? pregunt rlfur con gesto duro. Esas explicaciones suyas son demasiado rebuscadas. Bergur se incorpor y se sent con la espalda bien estirada. No soy yo quien investiga el caso. Usted me pregunt y yo le he respondido. No tengo ni idea de cmo lleg ah ese hombre. Slo s que yo no tengo nada que ver.
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Muy bien, pero es su establo... Caballeriza. Los establos son para las vacas dijo Bergur, irritado. Enseguida se le disip la ira y aadi, ya ms calmado: No estoy seguro de querer seguir hablando de esto por ahora. An no tengo superado este horror. Baj la cabeza y volvi a mirar el suelo. Enseguida terminamos anunci rlfur, su voz no mostraba el menor asomo de simpata hacia el hombre que estaba sentado delante de l. He visto que hay un rifle en esa pared. Es suyo? S dijo Bergur. Es mo. Dudo mucho que encuentre por estas tierras un solo granjero que no tenga un rifle. Levant la mirada enfadado. A ese hombre no lo mataron a tiros. A qu viene esa pregunta? rlfur sonri con fingida inocencia. No, pero al zorro s que le pegaron un tiro, si no me equivoco. Mat usted al zorro? Bergur pellizc el borde del mantel de plstico coloreado de la mesa. No. O s. No lo s. Cmo? pregunt rlfur extraado. Puede explicrmelo mejor? No estoy seguro de haberle entendido bien. No sabe si fue usted quien le peg un tiro a ese zorro? Bergur dej de juguetear con el mantel y mir a rlfur. Mato a los zorros en cuanto los veo. Tenemos una zona de puesta de eideres, y no podemos permitirnos el lujo de dejar que ande por ah una alimaa suelta. Pero resulta que hace varios meses que no le disparo a ninguno, con la excepcin de un da en que se me escap uno. Le alcanc, porque encontr sangre y algunos jirones de pelo, pero no consegu hallar el cadver por ningn sitio. Pes que haba escapado vivo, pero quin sabe? A lo mejor aquel zorro es ste. S, quin sabe dud rlfur. Tal vez nos lo pueda explicar ms detenidamente y, por supuesto, hay muchsimas cosas ms que necesitaremos repasar mejor. Ahora no puedo dijo Bergur claramente molesto con la idea. Sencillamente, no puedo. No tiene importancia dijo rlfur, ponindose las manos abiertas sobre los muslos. Slo dos cosas ms para terminar y ya volveremos a hablar ms tarde. En primer lugar... la caballeriza suele estar habitualmente abierta, o cerrada con llave? En segundo lugar... conoca usted al difunto?, pudo reconocerle? Bergur no levant la mirada. Nunca cerramos la caballeriza con llave. Hasta ahora jams ha sido necesario. Levant los ojos y los clav cansinamente en rlfur. No tengo ni idea de si conoca o no a ese hombre. Podra ser cualquiera... ya vio lo desfigurado que estaba. Tiene toda la razn dijo rlfur, disponindose a levantarse. Ay, perdone, una cosa ms, la ltima. Bergur mir al hombre con gesto de resignacin. Qu es? Encontramos algo escrito en una pared de la cuadra, ms exactamente, algo grabado. Eran unas letras y estuvimos dndole vueltas a si llevaran all mucho tiempo o si seran algo reciente. Unas letras? pregunt Bergur con extraeza. No recuerdo que hubiera all ninguna letra grabada. Qu pona? Bueno, creo que era R-E-R. Le dice eso algo? Bergur sacudi la cabeza.
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Nada. No lo he visto nunca, y no s qu puede significar. A juzgar por su gesto, pareca responder con total sinceridad. Pero rlfur no pudo evitar la sensacin de que Bergur tena algo que ocultar. Pero qu?
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Si no tuviera tanta hambre, propondra que siguiramos buscando dijo Matthew mientras abra la puerta del restaurante para dejar pasar a ra. Aquel local estaba especializado en comida vegetariana y pese a la burda traduccin de ra de toda clase de recortes de peridico enmarcados que haba en la ventana, alabando la excelencia del lugar, Matthew no estaba demasiado ilusionado. La cerveza es vegetal dijo ra, envindole una sonrisa. O est hecha con vegetales, por lo menos. Matthew sacudi la cabeza, escandalizado. No s qu informacin tendrs sobre la cerveza, pero creme, ests equivocada. Entr tras ella. La cerveza es, si acaso, de cereales. Cereales... vegetales dijo ra mientras le haca seas a un camarero para que les diera una mesa. No hay diferencia. Descubri una mujer a la que reconoci, sentada en la barra. Le dio un codazo a Matthew. Esa mujer trabaja en el hotel. Quiz deberamos charlar un poco con ella. Yo no me acerco a esa barra a menos que me den una carta y que pueda pedir desde all declar Matthew. Y con la condicin de que den galletitas.De acuerdo asinti ra, sonrindole al camarero que llegaba en aquel mismo instante. Nos apetece empezar en la barra, si no hay problema le dijo. Pero tenemos bastante hambre, as que preferiramos que nos trajera ya la carta. Entraron en el bar, que era pequeo en relacin con el tamao del local, y ra se sent en un taburete alto al lado de la mujer. No haba ms que cuatro asientos, y Matthew se instal junto a ra, justo delante de un pequeo cuenco con frutos secos. Hola salud la abogada, inclinndose para que la mujer le viera la cara. No te conozco del hotel? Del de Jnas? Saltaba a la vista que la mujer ya haba bebido demasiado. Delante de ella haba un vaso de lo ms rococ lleno de un cctel de venenoso color verde, y a su lado descansaban varias varillas rojas, todas coronadas por una pequea cereza de cristal. La mujer necesit un poco de tiempo para hacerse cargo de la pregunta, y aprovech para controlar unos ojos que parecan nadar dentro de unas grandes rbitas pintadas. Cuando empez a hablar, no sonaba en absoluto tan borracha como ra haba pensado. Espera, te conozco? pregunt con voz considerablemente potente. No, no nos conocemos, pero te he visto. Me llamo ra y estoy haciendo un trabajito para Jnas. ra extendi su mano. El apretn de manos de la mujer fue bastante flojo. Ah, s, es verdad. Ahora te recuerdo. Yo soy Stefana, asesora sexual. En el fondo, ra se qued asombrada, pero no se atrevi a dejar traslucir ningn gesto. Estaba bastante segura de que a la mujer no le gustara en absoluto. Ah, vaya. Tienes mucho trabajo? pregunt. La mujer se encogi de hombros y bebi un sorbito de cctel.
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A veces s. A veces no. Dej el vaso y se pas la lengua por los labios pintados de rojo. Jnas se empea en que todo llegar. Pero, a decir verdad, esto ha empezado de una forma demasiado tranquila. No me digas dijo ra compasiva. Pero, por lo dems, es agradable trabajar all? Es un lugar con un encanto muy especial. La mujer resopl mientras haca una mueca. Pues no, no es agradable. Mir a ra y se esforz por mirarla a los ojos. Lo dices por las apariciones del fantasma? pregunt ra. Te preocupa eso? Stefana neg enrgicamente con la cabeza. No, por suerte nunca estoy all de noche. Yo no he percibido ningn fantasma, porque slo aparecen en el turno de noche. Nunca he odo hablar de apariciones que asusten a la gente durante el da. Se ech hacia atrs un mechn de pelo que le haba cado sobre un ojo. No, mi problema en ese bendito centro de trabajo son las mujeres. Suspir profundamente. Las mujeres siempre son un fastidio. El sitio sera estupendo si slo trabajaran hombres. Solt un hipo. Y yo, claro. S, claro dijo ra. Pero qu mujeres son esas que tan insoportables te resultan? No he conocido a muchas, pero s que he charlado con Vigds de recepcin. Vigds, dichosa Vigds murmur Stefana. Es un bicho. Ah exclam ra extraada. Naturalmente, yo no la conozco, pero parece buena chica. A lo mejor me equivoco. Da lo mismo dijo Stefana irritada. Por lo menos, a m no me aguanta, aunque yo nunca le he hecho absolutamente nada. Mir preocupada a ra y aadi: He estado analizando el asunto y ya s qu es lo que le pasa. Hizo un silencio breve pero teatral. Me tiene un miedo cerval... miedo sexual. Mir triunfante a ra. Y eso? pregunt ra sin comprender. Tiene miedo a que la violes? Stefana se ech a rer. Su risa era ligera y sin afectacin, completamente distinta a la persona misma. No, tonta. Como mujer, su temor primigenio va dirigido hacia las mujeres que son ms atractivas que ella. Sonri de una forma empalagosa. No hace falta tener rayos X en los ojos para darse cuenta de que yo soy sexualmente mucho ms atractiva que ella. Bebi un trago. Siempre llego a la misma conclusin. Conozco a esa clase de gente como la palma de mi mano. Matthew le dio un tironcito de la manga a ra. Podramos pedir algo? Yo ya he elegido y te recuerdo que soy capaz de asesinar cuando el hambre me acucia. ra mir el vaco cuenco de las almendras. No importa, llama al camarero y pide t. Iba a darse la vuelta hacia Stefana, pero Matthew la detuvo. Y t? T, qu quieres comer? Matthew seal la carta, que le puso a ra delante de la cara, y que ella ni siquiera se dign mirar. Cualquier cosa respondi ra. Pdeme algo. Se dio la vuelta hacia Stefana y Matthew hizo seas al camarero. Hablando de mujeres sigui, conocas a Birna, la arquitecta? El gesto de Stefana cambi como si le hubieran dado un bofetn. Se encogi y, en una fraccin de segundo, ra not cmo se le descompona el rostro. Dios mo santsimo dijo Stefana, que pareca tener un nudo en la
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garganta. Es espantoso. Desde luego asinti ra. Ella no era una de esas mujeres tan fastidiosas? No, en absoluto. Era un cielo afirm Stefana. Ech un largo trago, hasta vaciar el vaso. Despus quit la varilla con la cereza, se la meti en la boca y la chup un momento. Luego la dej con todo cuidado en el borde de la barra, junto a las dems. Estoy tan afectada por todo esto, que ya no s qu me pasa. Mir a ra. No tengo costumbre de venir por aqu los domingos por la tarde. Aunque vivo cerca. Comprendo dijo ra, que no comprenda nada en absoluto. Parece que t conocas muy bien a Birna, tienes alguna idea de quien habra podido albergar malos deseos hacia ella? Stefana levant el vaso vaco y lo movi formando un pequeo anillo. Las pocas gotas que quedaban cayeron hasta el fondo. S, tengo una idea dijo con tranquilidad. S? ra no pudo ocultar su excitacin. De quin se trata? Stefana mir a ra. Estoy atada por un juramento de silencio. Los sexlogos somos como los mdicos en ese aspecto. Y como los abogados. ra procur no echarse a rer con la comparacin. Aunque tampoco resultaba tan absurda: a Bragi, su socio y copropietario del bufete, no le vendra nada mal aproximarse a las fronteras de la asesora sexual cuando tena entre manos uno de sus pleitos de divorcio. Yo soy abogada, y esa norma tiene sus excepciones. El bien general, por ejemplo. Stefana reflexion un momento, pero slo un momento. Si eres abogada, entonces puedo hablarte a ti del asunto, verdad? Pero no son ms que nombres, y no se los dirs a nadie. Aqu no se ve afectado ese bien general. ra no poda creer que hubiera tenido tanta suerte. Haba contado con una larga sesin en la barra, pendiente de que Stefana se emborrachara lo suficiente para olvidar el juramento de silencio de los sexlogos. No se lo puedo decir a nadie. De eso puedes estar segura. Estupendo exclam Stefana. Se me puso un nudo en el estmago cuando me enter, porque no le puedo contar nada a nadie. Ahora quiz podr sentirme mejor. Mir a ra. Lo prometes? Lo prometo asegur ra. Cruz los dedos en la espalda porque sera incapaz de no contrselo a Matthew. Quin le deseaba algo malo a Birna? Stefana haba sido sincera, sin duda, al decir que se sentira ms aliviada. Cuando empez a hablar, lo hizo tres veces ms rpido de lo normal. Tena una relacin con un granjero casado de por aqu. Se llama Bergur y vive en Tunga. Eran de lo ms desenfrenados en su relacin sexual, y ella vino a pedirme consejo. Pensaba que las cosas haban llegado demasiado lejos. Y pudiste ayudarla? pregunt ra. Tal vez le recomendaste que dejara de verse con l? La ruptura de una relacin podra ser motivo suficiente para que un hombre enloquecido cometiera un crimen. Stefana apart el vaso. No. Se meti en la boca una ua pintada de rojo y la mordi con fuerza. Volvi a sacar la ua; en el extremo se vea una mancha blanca: haba arrancado el esmalte con los dientes. No, no lo hice. Se qued
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mirando el vaso como absorta. Le dije que dejara las cosas seguir su curso. Que el sexo duro no hace dao alguno, por regla general. Oh exclam ra. Comprendo que te sientas mal. Stefana asinti con un lento movimiento de la cabeza. Mir a ra y sus ojos dieron al mismo tiempo con Matthew. Hasta aquel momento, haba estado tan ensimismada en sus propios sufrimientos que no se haba fijado bien en l. Sonri y puso un gesto que a ra no le hizo ninguna gracia. Quin es se? Tu amigo? pregunt melosa. ra decidi garantizar su derecho exclusivo a l, escudndose en el idioma. Es extranjero. Est aqu para descansar. Se inclin hacia Stefana, bajando el tono de voz. Sida. Luego movi la cabeza con gesto cmplice y se ech hacia atrs en su taburete. La sexloga abri los ojos de par en par. Jo! exclam decepcionada. Si queris puedo daros algunos consejos que os podrn ayudar. Hay muchas cosas divertidas que se pueden hacer en el sexo sin llegar a la penetracin. No, gracias dijo ra con una sonrisa corts. Te lo agradezco de todos modos. Se volvi hacia Matthew. Vamos. La comida estar a punto de llegar. Stefana le sonri al alemn. Es muy importante que comas bien y no te saltes ninguna comida le recomend amistosa. Desde luego dijo Matthew sorprendido. ra agarr por el hombro a Stefana un instante. Muchsimas gracias. Seguramente nos volveremos a ver ms tarde, porque tengo que seguir haciendo algunas cosas ms para Jnas. Stefana la mir con extraeza. No quieres saber quin es el otro? El otro qu? pregunt ra desconcertada. Bueno, el otro hombre que deseara perjudicar a Birna explic Stefana medio disgustada. ra asinti moviendo enrgicamente la cabeza: S, por supuesto. Stefana se inclin para hablarle al odo. Cuando estuvo tan cerca que ra qued convencida de que la haba manchado de lpiz de labios, dijo en un susurro: Jnas.
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ra sigui con la vista los coches de polica uno detrs del otro. Tres coches... Evidentemente, all pasaba algo muy grave. Entraron tranquilamente en la explanada de grava delante del hotel y aparcaron uno junto al otro en una esquina. Los golpes de las puertas al cerrarse resonaron en la oscuridad cuando seis agentes de polica salieron de ellos; uno era una mujer. Y ahora? pregunt ra, mirando extraada a Matthew. Dijeron que no pensaban venir por aqu hasta maana. Luego mir silenciosa a aquella pequea tropa, que se acercaba a paso ligero hacia la puerta principal, donde Matthew y ella estaban sentados al sol vespertino, cada uno con su vaso de vino. Ella segua con hambre, pues Matthew se haba vengado de su indiferencia ante la carta del restaurante encargndole
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nica y exclusivamente una ensalada verde. Tampoco es que l hubiera salido mucho mejor parado, con la lasaa vegetariana que haba pedido. No le haba dado para nada. Repitieron pan dos veces ms, pero tampoco quedaron demasiado satisfechos. ra reconoci a dos de los policas. Se trataba de los que haban hablado con Jnas y se llevaron su telfono. Record que el mayor se llamaba rlfur. Buenas tardes dijo, dirigiendo a ste su saludo. Buenas fue la seca respuesta. Tena entendido que no volveran hasta maana dijo ra. Sucede algo malo? rlfur respondi brevemente sin detenerse ni siquiera a mirarles hasta que lleg delante de su mesa. Todo es efmero en este mundo. E inmediatamente desapareci con el resto del grupo en el interior del edificio.
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Captulo 19
ra carraspe. Hay una cosa que no consigo comprender en todo esto. Mir a Jnas, que estaba sentado, plido, a su lado, antes de continuar: Por qu quieren hablar con mi cliente? l no tiene caballeriza y no puedo imaginarme que haya surgido en su investigacin inicial nada que pueda indicar que l tuviera parte alguna en lo que parece haber sucedido all. Dirigi una dura mirada a rlfur a los ojos. O hay algo ms? Le lleg entonces a rlfur el turno de carraspear, y lo hizo con ganas. Ahora mismo se lo explico bien claro. El cadver encontrado cerca de aqu result que se trataba de una mujer que trabajaba para su cliente. En vista de que han pasado slo muy pocos das, las cosas parecen indicar que aqu hay algo que no va como debera. Tenemos motivos para sospechar que es la misma persona la que ha intervenido en las dos ocasiones. Jnas se inclin hacia adelante en su silla. Hagan el favor de referirse a m por mi nombre. Estoy harto de que me llamen cliente. ra suspir, pero mir a Jnas y asinti con la cabeza. Luego se dirigi de nuevo a rlfur. En todo caso, ustedes estn aqu exclusivamente para preguntar a Jnas si el difunto era cliente o empleado del hotel, no porque consideren que est relacionado de alguna otra forma con este caso, supongo. rlfur abri las manos. No he dicho nada de eso, pues la investigacin se encuentra en una fase preliminar en estos momentos. Pero es evidente que por ahora slo estamos intentando averiguar quin es el difunto. Lo que suceda al final no lo podemos predecir. Y esa caballeriza dijo ra, puedo preguntar quin es el dueo? Pregunte lo que quiera respondi rlfur molesto. Yo le responder si lo considero oportuno. Hizo crujir los huesos de las manos . Pero, por otra parte, no es ningn secreto que la cuadra en cuestin pertenece a la granja llamada Tunga. ra dio un respingo, pero confi en que rlfur no se hubiese dado cuenta. Esa granja est cerca de aqu? pregunt ra, intentando aparentar que no saba nada. Es la siguiente granja al oeste de aqu respondi Jnas, feliz de poder decir algo. Comprendo dijo ra. Entonces debe de estar bastante prxima a la playa, donde apareci el cadver de Birna, no? Dirigi su pregunta a rlfur. Al ver que ste no responda, prosigui: No deberan estar en la granja hablando con sus propietarios, en vez de haber venido aqu? Resolvi esperar antes de contarle a la polica la relacin entre el granjero y Birna, hasta que ella misma hubiera hablado con l. Tom la
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determinacin de reunirse con Bergur inmediatamente, a la maana siguiente, antes de que la relacin hubiera salido a la superficie. En cuanto esto sucediera, no estara nada claro que fuera a tener la ms mnima oportunidad de hablar con l. Vayamos al tema dijo rlfur irritado, volvindose hacia Jnas. Supongo que usted conoce la cuadra en cuestin, no? S, desde luego respondi Jnas. S perfectamente dnde est y he entrado en ella. Entiende usted de caballos? pregunt rlfur. No, en absoluto respondi Jnas. Slo soy algo aficionado. Pero tengo intencin de meterme en ello ms a fondo en el futuro. Ahora tengo ms que suficiente con la construccin del complejo. Y qu fue a hacer a la caballeriza? pregunt rlfur. Rsa tuvo la amabilidad de ensearme los caballos dijo Jnas, que se apresur a aadir: Rsa es la duea de la granja, la esposa de Bergur. Habamos estado hablando algo de caballos las pocas veces que nos habamos visto, y dijo que quera ensearme un joven semental que tenan. Eso fue hace bastante tiempo, medio ao o ms. Se acuerda del nombre del caballo en cuestin? pregunt rlfur. S dijo Jnas. Recuerdo que se llamaba Hielo. Sonri. Pero ms bien habra debido llamarse Fuego, porque nunca he visto un caballo con un genio tan vivo. rlfur se tom su tiempo antes de hacer la siguiente pregunta, y aprovech para contrastar algo que haba escrito en el cuaderno que tena delante. ra se empez a intranquilizar. En aquellas preguntas sobre el caballo haba alguna cosa que apuntaba a que, en el fondo de todo, se ocultaba algo ms que una simple bsqueda de informacin. Pero decidi no dejarse alterar, y esperar a ver el curso que tomaban los acontecimientos. rlfur apart finalmente los ojos de su cuaderno de notas y los clav en Jnas. En otras palabras, usted afirma que hace aproximadamente seis meses, en la caballeriza en cuestin, haba un caballo bastante temperamental o difcil. Me equivoco? Eso es asinti Jnas, enarcando las cejas. Por qu lo pregunta? Por nada especial dijo rlfur, anotando algo. Y zorros? pregunt. Puede decirme algo sobre la presencia de zorros en la comarca? Jnas mir a rlfur y luego a ra, con cara de extraeza. Tengo que contestar a eso? pregunt desconcertado. ra asinti. Estaba deseosa de ver adonde iba a parar todo aquello. Jnas se volvi de nuevo hacia rlfur. No comprendo la pregunta, en absoluto. Quiere saber algo en general sobre los zorros, o si yo tengo un zorro? Bueno dijo rlfur, sera estupendo, por ejemplo, saber si hay zorros por aqu cerca, o si usted tiene zorros, tambin estara bien que me lo dijera. Jnas se ech hacia atrs en su silla y frunci el entrecejo. No tengo ningn zorro. Por qu iba a tener zorros? sta no es una granja de animales de peletera. Se dirigi a ra, que se encogi de hombros y le hizo una sea de que continuara respondiendo. Jnas acept, aunque muy a desgana. Pero por aqu s que hay zorros. Lo s porque saquean los nidos de eider y los granjeros estn siempre quejndose. A decir verdad, es lo nico que s sobre esos animales. Jnas call y reflexion un momento antes de continuar. Bueno, aparte de que eran
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los nicos mamferos que vivan en Islandia cuando la colonizacin. rlfur sonri con frialdad. No le he pedido una leccin de ciencias naturales. Se pas la mano derecha por el pelo. Dgame otra cosa, las letras R-E-R tienen algn significado para usted? Jnas sacudi la cabeza. No. Me temo que no. Mir a ra. Qu significan? Ni idea respondi ella, mirando a rlfur. Qu significado tiene? No importa dijo sin aadir nada ms. Tienen ustedes sala de costura en el hotel? pregunt luego. No contest Jnas. Tiene algn botn suelto o algo descosido? pregunt un momento despus, aparentemente con total sinceridad. rlfur no respondi, sino que continu con sus preguntas. Practican aqu la acupuntura? Yo personalmente, no, pero, en alguna ocasin, hemos hablado de traer temporalmente algn especialista en esa materia respondi Jnas con extraeza. Con esa antiqusima forma de terapia se pueden conseguir resultados increbles en algunas afecciones. S de un hombre que haba estado fumando un paquete de Camel sin filtro al da durante treinta aos... No consigui terminar. No s si se habr dado cuenta de que sta no es una simple charla amistosa le interrumpi rlfur enfadado. Yo pregunto y usted responde. Preferiblemente s y no, siempre que sea posible. Se frot un hombro mientras hablaba, y ra rog a Dios que Jnas no fuera a ofrecerle un masaje con piedras. La pregunta es sta: Existe aqu sala de costura, hay agujas de acupuntura o se ofrece algn servicio que precise la utilizacin de agujas o alfileres? Jnas pens un momento y luego contest, de acuerdo con las instrucciones de rlfur: S dijo, y luego call. rlfur suspir. S, qu? De qu servicios se trata? ra le hizo una seal a Jnas para que respondiera. En todas las habitaciones hay unos pequeos costureros del tamao de una caja de cerillas. Estn para los huspedes que necesiten hacer algn arreglo en sus ropas. Puedo ir a buscar uno, si quiere. Contienen unos rollitos de hilo de colores, una aguja, dos o tres botones y un imperdible, si no recuerdo mal. Es lo nico que hay. Alfileres, no? No neg Jnas, sacudiendo la cabeza. Creo, casi con total seguridad, que no. Me gustara ver uno antes de irme solicit rlfur. Y ver dnde los almacena. Hizo una breve pausa y mir fijamente a Jnas a los ojos . Una ltima cosa, para terminar. Me han informado de que alguien ha entrado en la habitacin de Birna. Cmo? exclam Jnas asombrado. No tena ni idea. De dnde ha sacado esa informacin? Eso no le afecta a usted. Lo que s le afecta es la pregunta de si sabe quin lo hizo o cundo sucedi. No s nada de nada. No he entrado all desde que ustedes hicieron cerrar con llave la habitacin el viernes por la noche y prohibieron que nadie entrara. Puedo responderle que yo no fui. Jnas hablaba deprisa. No se me ha perdido nada all.
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Eso lo dice usted repuso rlfur, apartando la mirada de Jnas y dirigindola a su cuaderno de notas. Alguien pens que tena motivo para entrar all. Eso est claro. Si no fue usted... quin, entonces? Volvi a mirar a Jnas. Bueno, no lo s. El asesino, o alguien respondi Jnas con torpeza. Hemos acabado ya? intervino ra. Dijo que una ltima cosa para acabar, y Jnas ya ha respondido. Podemos irnos ya? rlfur agit la mano. Por favor. Pero seguramente tendr que volver a hablar con usted maana le dijo a Jnas. No se marche. Jnas abri mucho los ojos, desconcertado, as que fue ra la que habl en su lugar: No, no. Claro que no. Pero le recuerdo que deseo estar presente en todos los interrogatorios de Jnas, y confo en que eso no plantear problema alguno. No, no dijo rlfur. Por qu iba a resultar un problema? ra y Jnas salieron del despacho que Jnas les haba prestado a los agentes de polica. Si se poda llamar despacho. Era un almacn de material de limpieza, en donde haba tambin un escritorio para el que no haban encontrado hueco en ningn otro sitio. Haban trado unas sillas y las haban colocado lo mejor que permita el escaso espacio disponible, pero el resultado no era nada convencional, en ningn sentido de la palabra. Cuando haban comenzado, a ra le llam la atencin lo poco amenazadora que resultaba la habitacin, y se pregunt si le servira a la polica para sus primeros interrogatorios. Despus de llevar all un ratito, se dio cuenta de que el olor a desinfectante era tan insoportable que compensaba por completo el aspecto inocente de la habitacin. Al salir se sinti total y absolutamente encantada. Y pensativa. Zorros? Alfileres? R-E-R?
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Jnas tomaba su coac a grandes sorbos, contraviniendo todas las reglas de la moderacin. Haba invitado a ra y a Matthew a ir a su apartamento cuando ella le dijo que tena que hablar con l, despus del interrogatorio. El apartamento, que era bastante pequeo pero acogedor, formaba parte del edificio del hotel. La vista hacia el oeste, en direccin al glaciar, era esplndida desde el lugar en donde estaba sentada ra, al lado de Matthew, en un mullido sof de cuero, con un vaso de agua en la mano. Sabes algo ms de lo que le dijiste a la polica? pregunt ra. Por ejemplo, qu era eso del zorro y las agujas? Y las letras? No tengo ni la ms remota idea. Puedo jurarlo asegur Jnas. No s nada en absoluto sobre ese hombre y mucho menos sobre zorros, alfileres o letras. Flipaba. Pens que se trataba de una trampa. No, no lo creo dijo ra. Pero s que result todo un tanto raro, de eso no hay duda. Esper mientras Jnas apuraba su vaso y alargaba una mano hacia la botella para servirse un poco ms. Dime una cosa, Jnas. ste la mir. Sabes que Birna tena una relacin con un campesino de por aqu cerca? Un campesino casado? Jnas se ruboriz. S, lo sospechaba dijo con un gesto extrao. Y te habrs dado cuenta, supongo, de que se trata del granjero de
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la caballeriza de la que estuvo hablando la polica seal ra. S, me he dado cuenta afirm Jnas. Pero no quise decir nada. Por qu no? pregunt ra. Bueno, no s respondi Jnas, que bebi un largo trago. Es quiz porque t tambin tuviste una relacin con ella y no queras arriesgarte a verte ms involucrado en el asunto? Tal vez respondi Jnas, con un rencor en la voz que recordaba totalmente al de un chaval. Por qu no me contaste que habais estado juntos? pregunt ra enfadada. No fue nada, nada en absoluto respondi Jnas. En todo caso, no fue motivo suficiente para querer hacerle dao. As que rompisteis la relacin por las buenas? pregunt ra. Mir de reojo a Matthew, que en aquel momento bostezaba. ra estaba llevando la conversacin en islands para que las reacciones de Jnas fueran lo ms naturales posible. De modo que Matthew estaba all sentado como un intil, contemplando el glaciar. ra estaba asombrada de la calma con que se lo estaba tomando, su ex marido habra estado dndole codazos todo el rato para dejarle bien claro que ya estaba harto. Pues s contest Jnas. Tena los ojos un poco vidriosos, pero ra no saba si era por el cansancio, pues ya era medianoche, o por el alcohol . Desde luego, yo habra preferido que siguiramos juntos, pero ella prefiri buscar nuevos aires. Dijo que era demasiado viejo para ella. Suena como si no te hubiera resultado demasiado agradable observ ra. Se fue de tus brazos a los de Bergur? S afirm Jnas cariacontecido, realmente se puede describir as. Me parece que todo eso no te gust ni pizca dijo ra. Quiz no tenga derecho a mencionarlo, pero me resulta extrao que quisieras que ella siguiera trabajando aqu despus de eso. Da igual que os hubierais separado por las buenas o por las malas. Fue por las buenas. No miento replic Jnas. Qu poda hacer? Ella ya no me quera, y qu? As es la vida a veces. Era una buena arquitecta y comprenda mis ideas sobre el resto de las construcciones del complejo. Soy suficientemente maduro como para saber separar negocios y vida privada. Suerte que tienes dijo ra. Esperemos que no aparezca ninguna versin distinta en los interrogatorios de los dems testigos. Mir a Jnas. Eso no te favorecera mucho. Por qu? pregunt Jnas extraado. Es que no puedo ser amigo de una mujer? Claro que s dijo ra molesta. Sabes perfectamente a lo que me refiero. Y luego est lo otro. Quin es el hombre de la cuadra? A lo mejor es el tal Bergur. Y entonces? Jnas palideci. Bueno, no s. ra se dio una palmada en el muslo y se dispuso a ponerse en pie. Yo no me habra puesto a escribir cosas en las paredes. No dijeron nada que indicara si se trata de un accidente o de algo peor. Jnas la mir. T crees que la polica se pondra a hacerme preguntas sobre zorros y letras si un caballerizo se hubiera cado en el granero? No, detrs de todo eso hay algo ms.
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Matthew haba pasado el brazo por el hombro de ra mientras miraban el ir y venir de las olas en la orilla del mar. Ella le haba pedido que fueran a dar un paseo antes de acostarse, pues segua con el olor de los productos de limpieza inundndole la nariz, anunciando una jaqueca si no un ataque de nervios. Cerr los ojos y estaba a punto de decir algo bonito cuando son su mvil. Todo parece indicar que el hotel es el nico lugar de la zona que carece de cobertura dijo Matthew suspirando. ra se apresur a responder. Hola, ra, perdona por llamarte tan tarde dijo una voz femenina . Soy Dsa, tu vecina. Ya, hola dijo ra extraada. Se le habra incendiado la casa? Intent localizarte antes, pero probablemente tenas el mvil apagado dijo Dsa para disculparse. No, estoy en Snfellsnes y la cobertura es infame por aqu explic ra, confiando en que la mujer fuera por fin al grano. Viene y va todo el rato. S, saba que estabas en el campo. Por eso te llamo. Es que he visto que alguien se llevaba tu todoterreno con la caravana a remolque, hacia las once. Me pareci de lo ms extrao. Se lo has prestado a alguien? No dijo ra irritada. Oye, Dsa, muchas gracias. Voy a comprobar si alguien se lo ha llevado prestado. Si no, tendr que llamar a la polica. Gracias otra vez. Colg y vio que tena seis mensajes esperndola. Abri el ms reciente. Deca: llmame enseguida - Gylfi se ha largado llevndose a Soley. ra dej escapar un profundsimo suspiro. Mir a Matthew y dijo con voz fnebre: Nunca tengas hijos. Contntate con la nia africana.
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LUNES
12
de junio de 2006
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Captulo 20
ra caminaba en crculos por el aparcamiento en busca de una buena conexin para su mvil. Matthew la segua extraado. Por qu no usas el telfono de la habitacin? pregunt, tiritando para quitarse el fro. La maana era bastante desapacible y ra no saba muy bien si estaban en medio de un banco de niebla o simplemente haba nubes bajas. Haba intentado contactar con su hijo Gylfi la noche anterior sin conseguirlo, y quera comenzar el da sabiendo dnde estaban l y la caravana. El muchacho no tena an carn de conducir, aunque ya haba hecho los cursos. ra estaba espantada pensando que poda haberles ocurrido algo. Los mensajes de su mvil haban eliminado de un plumazo el bienestar de que estaba disfrutando hasta entonces. Primero llegaron tres de Gylfi. En el primero, la informaba de su enfado al no poder irse a casa como haban acordado, en el segundo que se marchaba de casa de su padre, y el tercero deca solamente: Eye of the Tiger - me fui. A continuacin, haban llegado varios mensajes de su ex, en los que explicaba que Gylfi era inaguantable e indisciplinado y que todo era culpa de ella. ra los borr. Gylfi era un estudiante bastante tranquilo y aplicado, y muy lejos de los defectos que le achacaba su padre. Pero era joven y a veces le resultaba difcil controlarse cuando se le obligaba a hacer algo que no le gustaba y, sobre todo, si tena que asistir calladito a las espantosas canciones de su padre. Eye of the Tiger haba sido, evidentemente, la gota que colm el vaso. ra no recordaba que Gylfi se hubiera sentido nunca encantado de ir a casa de su padre. Fueran acompaados o no por la consola de juegos de Sley y su Sing Star. Despus del divorcio, Hannes haba comenzado una relacin con una mujer a la que le enloquecan los caballos, mana que l haba empezado a compartir. Ni Gylfi ni Sley compartan la aficin, y adems Gylfi les tena miedo a los caballos, miedo que haba mamado con la leche de su madre. Por eso, le fastidiaba siempre muchsimo ir con su padre, con la amenaza constante de un paseo a caballo en cualquier momento. Hannes era incapaz de comprenderlo, por mucho que ra se esforz en explicrselo, y deca que haba que quitarle esa mana al chico. ra suspir y esper respuesta. Estuvo pensando si llamar a los padres de la novia, en caso de que Gylfi no respondiese, pero no le apeteca nada. Evidentemente, Gylfi se la haba llevado en su fuga con la caravana, porque a ra le haba llegado tambin un mensaje de la madre de la chica, y lo ltimo que quera era dar pie a sus explosiones de soberbia. Pero poda comprender perfectamente que la mujer estuviera furiosa, a ella misma no le habra hecho ninguna gracia si Sley estuviera a punto de dar a luz a los diecisis aos, y anduviera en un todoterreno, con una caravana a remolque, en compaa de un novio poco mayor que ella. Agradeci que los padres de Sigga no supieran que Gylfi no tena carn. Por fin respondieron, y la somnolienta voz de su hijo son al otro lado de la lnea. S? Dnde ests? bram ra a pesar de que intentaba mantener la
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compostura. Qu? Yo? pregunt Gylfi como un tonto. S, claro que t. Dnde ests? Gylfi bostez. En algn sitio cerca de Hverageri, creo. Pasamos ayer por ah. ra ech sapos y culebras contra s misma por no haberse aplicado ms en viajar con sus hijos por el pas. Saba por experiencia propia que toda la regin sur del pas era, en la mente de su hijo, por Hvergari, igual que toda la regin norte era por Akureyri. Ests en la caravana? pregunt ra, que se apresur a aadir: Y con quin ests? Ah, Sigga y yodijo Gylfi, que aadi arrastrando las palabras: bueno, y Sley. Sley! grit ra. Cmo se te ha podido pasar por la cabeza llevrtela a ella? Ni siquiera tienes carn de conducir, y aunque lo tuvieras, mucho me temo que no estaras autorizado para llevar una caravana durante los primeros meses. Cmo se te ocurre llevarte el coche con una novia embarazada y con tu hermana de seis aos? Conducir no tiene ningn truco respondi Gylfi con seguridad varonil. Y para que lo sepas, Sley est aqu porque se neg a decirme dnde guardas las llaves del todoterreno si no me la llevaba a ella tambin. Adems, ya estaba ms que harta de los alaridos de pap. La pobre ni siquiera poda jugar con su propia consola. ra exhal un profundo suspiro. Mira, Gylfi, cario dijo con toda la calma de que fue capaz. No muevas la caravana ni un metro ms. Esta tarde ir a buscaros. Estis en un camping? Ah, no respondi Gylfi. Creo que no. Estamos en un sitio en el que he parado. Comprendo dijo ra. Cerr los ojos y sacudi la cabeza para quitarse de encima las ganas de chillar. Entrate de dnde ests exactamente y dmelo. Envame un SMS, porque la cobertura aqu es terrible. No sigas viaje. No querrs acabar herido en un accidente, t o cualquier otra persona. Una vez que Gylfi lo prometi, se despidieron. ra tena que confiar en que la obedeciera. Por regla general, su hijo era obediente, pero si haban aparcado a un lado de la carretera o en lugar igual de inteligente acabaran por tener hambre o se veran obligados a desplazarse a algn sitio mejor. Se meti el mvil en el bolsillo y se volvi hacia Matthew. Repito lo que te dije anoche. No tengas hijos.
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ra dio rpidos golpecitos en el borde de la mesa con la pluma que sostena entre el pulgar y el ndice. Eso te ayuda a pensar? pregunt Matthew. Eso espero, al menos, porque yo no consigo hilar ni una sola idea hasta el final con ese golpeteo en los odos. ra dej la pluma, se volvi hacia Matthew e hizo una mueca. Esto es importante. Estoy intentando mantener la concentracin, pero mis hijos metidos en la caravana se me vienen una y otra vez a la cabeza. Cerr los ojos y respir hondo. Cmo se me pudo ocurrir comprar semejante monstruosidad? Porque en cuestiones de dinero eres tan previsora como un
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pececito dorado dijo Matthew sonrindole. Se encontraban en la habitacin del hotel, ra a la mesa y Matthew sentado en la cama. Estaba apoyado contra la cabecera, disfrutando de la vida. Ella estaba sentada en una silla estilo new age elegida, sin ningn gnero de dudas, por su aspecto y no por su utilidad o su comodidad. Ponte a escribir lo que ya sabes a ciencia cierta le orden suavemente Matthew, acomodndose an mejor. Lo dems vendr despus. ra empu la pluma y estuvo pensando un ratito. Se haba empeado en que Matthew y ella repasaran las circunstancias para preparar su reunin con Brkur y Eln, los hermanos que le haban vendido los terrenos a Jnas. Tena la sensacin de que no tendra ninguna otra oportunidad de interrogarlos a fondo, y quera tener las cosas bien claras. Vale asinti, y empez a escribir. Cuando levant la vista, haba llenado tres hojas de tamao DIN-4. Claro que haba bastante espacio entre las lneas, as que no era un texto demasiado largo, pero haba querido separar bien los detalles que recordaba. Se volvi hacia la cama, encantada consigo misma. Despierta dijo en voz alta al comprobar que Matthew estaba echando una cabezadita. Matthew se despert con un respingo. Estaba despierto dijo inmediatamente. Has acabado? S afirm ra, enarbolando sus papeles. Por lo menos, de momento no recuerdo nada ms. Cuntame pidi Matthew, adoptando una postura ms erguida. Al dormirse haba ido escurrindose por la cabecera abajo. En primer lugar, estn las apariciones del fantasma. He hablado con bastante gente y todos estn de acuerdo en que el lugar est embrujado. Aunque la mayora de la gente de la zona cree en esas cosas, me inclino a pensar que aqu est pasando algo, efectivamente... Matthew la interrumpi. Bromeas? pregunt. Crees que la historia de los fantasmas tiene cabida en la realidad? No, claro que norespondi ra molesta. No me has dejado explicarme. Lo que iba a decir era que seguramente se trata de algo que tiene una explicacin natural. Gran parte de los habitantes de la zona creen en lo sobrenatural y a lo mejor interpretan de esa forma algn fenmeno extrao: un fenmeno que seguramente se podra explicar de otra forma ms racional. Creo que deberamos intentar descubrirlo. Fantasmas en el jardn, gritos a medianoche, apariciones en las habitaciones. Pero fue precisamente en la de Jnas donde apareci el espritu dijo Matthew, para aportar ms detalles. Y aunque eso no afecte a lo principal, cmo explicaras esos sucesos? pregunt entonces. No ser sencillamente cosa de extraterrestres? Ja, ja se ri ra. Lo que yo pensaba era que, a lo mejor, se trataba de Birna y Bergur haciendo el amor por ah. La sexloga dijo que practicaban el sexo duro. Quin sabe si soltaban unos gritos tremendos, y los fantasmas que se vieron fugazmente no eran ms que ellos buscando lugares apropiados. Yo o esos gritos, y no tenan nada que ver con relaciones sexuales de ningn tipo dijo Matthew, ruborizndose un poco, porque saba que ra estaba convencida de que haban sido simples imaginaciones suyas . Adems, cuando llegaron a mis odos, Birna ya estaba muerta. ra lo mir con gesto impenetrable.
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No s qu decir, pero me permito dudar de que hayas odo nada. Ms bien, sospecho que debes de haberlo soado. Vio que Matthew estaba a punto de poner algn reparo, y se apresur a continuar: Sea como fuere, estoy segura de que aparecer alguna explicacin plausible, y estoy decidida a encontrarla, porque es posible que tenga alguna relacin con los crmenes. No estaras arruinando al mismo tiempo el pleito de Jnas? Me refiero al del defecto oculto pregunt Matthew. Si explicas las apariciones, no habr nada en lo que basar la reclamacin de daos y perjuicios. No, naturalmente eso cambiara todo de forma radical respondi ra. Pero, en cambio, creo que a Jnas, en realidad, lo que ms le saca de quicio en este asunto es que el fantasma ejerce una influencia negativa sobre sus empleados, con las correspondientes consecuencias econmicas. Si consigo explicar las apariciones y demostrar que en todo esto no hay nada sobrenatural, se habr obtenido el resultado deseado. Los empleados recuperarn la tranquilidad y Jnas podr dejar de preocuparse por las dimisiones y las exigencias de aumento de sueldo. Si te creen seal Matthew. Aunque te escuchen, no est claro que te oigan. ra dej el papel que tena en las manos, y agarr otro. No importa. Al menos, creo que eso lo clarificar todo. Pas los ojos por el texto y despus levant la vista. Y lego est el asesinato de Birna. En ese asunto hay una serie de cosas que tenemos que ver con ms detalle. Como qu? pregunt Matthew. Ese peculiar cliente tuyo? ra estuvo pensando si lanzarle a la cabeza el cenicero que haba sobre la mesa, pero renunci a ello. S, desde luego. Entre otras cosas respondi, contenindose. Bien puede ser que est ms involucrado de lo que quiere reconocer. Por ejemplo, nunca me habl de su relacin con Birna. No estara nada mal saber algo ms sobre sus relaciones y sobre su ruptura por culpa de una tercera persona. Qu opinas sobre el mensaje que le enviaron a Birna desde el telfono de Jnas? pregunt Matthew. Crees que lo hicieron sin que l lo supiera? ra se encogi de hombros. No lo s, realmente no lo s. Me cuesta mucho creer que Jnas haya asesinado a Birna, le enviase el mensaje o no. Naturalmente, no estar dispuesto a reconocer que ha sido l quien lo escribi, a la vista de lo sucedido. No tiene por qu haberse reunido con ella en ese lugar, aunque haya sido l quien le enviara el mensaje. Quiz sucedi algo que se lo impidi, sencillamente reflexion ra, que hizo una breve pausa. De ser as, se podra pensar que Jnas mencion ante el asesino la cita prevista, y que ste aprovech la ocasin. Quin pudo ser? Eso no lo s, pero quiz pueda recordarlo Jnas ra sacudi la cabeza. No, qu va. No lo dir a menos que se vea obligado a reconocer que fue l mismo quien envi el mensaje. No resultar nada fcil obligarle. La otra posibilidad es, naturalmente, que el asesino se apoderase del telfono y enviara el mensaje como si fuera Jnas. Dijo que sola dejarse el mvil en la habitacin record Matthew. Hubo bastantes personas que tuvieron ocasin de hacerlo. Huspedes del hotel, empleados e incluso asistentes a la reunin espiritista. El problema de
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esta hiptesis es que la gente del hotel, al menos los que estaban en la reunin, no habran tenido tiempo de ir hasta all abajo andando o corriendo y matar a Birna. Es imposible si el crimen se produjo hacia las nueve, como indica la lista de mensajes. De acuerdo dijo ra, volviendo a mirar su papel. Pero tambin est el granjero, Bergur. Lo he puesto en la parte de abajo del papel, porque est implicado, no slo por su relacin con Birna sino tambin por ese hombre que encontraron muerto en sus caballerizas. Mir a Matthew . Me parece una casualidad muy extraa. Dos cadveres en tres das, uno el de su amante, y el otro aparece en una de las dependencias de su granja. Me gustara mucho conocer a ese hombre. Matthew se limit a levantar las cejas. Has pensado en la mujer de Bergur? Ella tiene un motivo ms que suficiente para querer librarse de Birna, ya que convirti su matrimonio en una pura farsa. ra asinti lentamente con la cabeza. S, s que es verdad. Quiz deberamos ir a visitarla. Qu excusa podemos alegar? Podramos ir con el pretexto de hacer una excursin a caballo propuso Matthew sonriendo. Supongo que estar encantada de prestar ese tipo de servicios. ra devolvi la sonrisa. Eso podra funcionar si la mujer fuera ciega y tonta. Nadie creera que t vas preparado para embadurnarte de estircol. Lo mismo podras ofrecerte a impartir clases de islands. Dirigi los ojos hacia los pantalones perfectamente planchados y la camisa blanca que Matthew llevaba puestos. O tal vez podras presentarte como misionero mormn. Ni siquiera tendras que cambiarte de ropa. Matthew hizo como si no oyera aquellas palabras. Y decir la verdad, sencillamente? prosigui. Reunirnos con ellos sobre esa base, aunque los dos por separado. Y cul es la verdad? Que sospechamos de ella como culpable de un asesinato? ra sacudi la cabeza. No, gracias. Eso no sirve. La verdad tiene muchas caras dijo Matthew. Le dices simplemente que ests investigando las apariciones. Eso no es mentira. ra medit un instante. Pues es verdad. Adems, es bastante posible que sepan algo sobre la historia de la granja y de la comarca. No es una idea tan disparatada. Qu ms has escrito? pregunt Matthew. No habrs pensado solamente en esas tres personas? ra ley rpidamente el papel. No, qu va. El piragista, rstur Laufeyjarson, me parece muy misterioso. Mir a Matthew. Tendremos que hablar con l. Matthew se encogi de hombros. Lo dices porque se escap al vernos en la playa? Entre otras cosas, s respondi ra. Y tambin los dos japoneses resultan un tanto extraos, pero seguramente son simples imaginaciones mas. Baj los ojos hacia el papel. El camarero, Jkull, es tambin increblemente negativo en lo tocante a Birna. Desliz la mirada por el texto. Luego est el viejo poltico, Magns. Est claro que oculta algo. Por ejemplo, por qu no reconoci que pregunt por Birna al registrarse en el hotel? Ests bromeando dijo Matthew. Ese hombre es tan anciano que no sera capaz de matar ni a la planta de una maceta. Puede ser que
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tenga algo que ocultar, por qu no, pero yo no le veo enviando un SMS y luego bajando a gatas hasta la playa con la intencin de matar a esa mujer. Y por qu tienes la fijacin de que se trata de un hombre? El asesino podra ser perfectamente una mujer. Como quin? pregunt ra. Vigds, la de recepcin? O la sexloga beoda, Stefana? S, precisamente contest Matthew. O la mujer de Bergur, como seal antes. Slo estoy indicando que sabes demasiado poco para poder excluir a nadie. ra suspir. Lo s. Lo siento. Agarr la ltima de las hojas. Y luego hay cosas que quiz no afecten para nada al asesinato de Birna pero que, sin embargo, merece la pena que las tengamos en cuenta. Sultalas dijo Matthew. Esto empieza a resultar divertido. Deseo saber quin era Kristn dijo ra. Su nombre est en la agenda de Birna, de modo que es posible que tenga algo que ver con el crimen. Matthew ri, pero se detuvo de inmediato al comprobar que ra le miraba con mala cara. Sigue. Otra cosa que quiero saber es dnde estaba el estudio de Birna. Estuve en su habitacin del hotel, y aunque no soy arquitecta es evidente que no trabajaba all, o si lo haca era de forma muy limitada. Ni siquiera haba ordenador, por ejemplo. Le preguntaste a Jnas por ese detalle? Pues no. Slo pens en ello cuando estaba poniendo estas cosas por escrito. Pero lo har, de eso puedes estar seguro. Y si alguien registr su habitacin fue porque tena que andar detrs de algo. En eso estoy de acuerdo dijo Matthew. Pero si su estudio est en Reikiavik, seguramente la polica lo habr precintado. En realidad, estoy segura de que trabajaba en algn sitio aqu, a juzgar por algunas cosas que dijo Jnas, al menos seal ra, blandiendo la ltima hoja. Y tengo ms cosas dijo mientras lea lo ltimo que haba anotado: Me habra gustado saber dnde est enterrado Grmur. Levant la vista para mirar a Matthew. Y me muero por saber qu le sucedi al joven de la silla de ruedas. Cielo santo exclam Matthew. No empieces por ah. Pues s que lo har, tengo que saberlo dijo ra con determinacin. Aunque slo sea porque el camarero se alter terriblemente cuando mencion al muchacho. Me pareci muy extrao. Volvi a mirar el papel. Tambin tenemos que enterarnos de por qu le pregunt la polica a Jnas por zorros y alfileres y, naturalmente, lo que es ese R-E-R. Y tambin necesito saber dnde encaja, en todas estas cosas, el hombre muerto. Siempre es una ventaja saber lo que quieres afirm Matthew. Algunos no llegan ms que a eso. ra no le escuchaba. Tambin me gustara saber un poco ms sobre los nazis en Islandia dijo mientras plegaba los papeles. El suspiro de Matthew fue tan fuerte que ra tuvo la sensacin de que le haba dado un ataque de apendicitis. Nazis repiti Matthew con cara de pocos amigos. Tampoco podan faltar.
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Captulo 21
ra tuvo la sensacin de haber retrocedido en el tiempo cincuenta aos por lo menos. Estaba sentada en una sala repleta de muebles de madera barnizados. Digamos que Jnas est bastante disgustado por el hecho de que no mencionaran este asunto al realizar la compraventa deca ra ligeramente recostada en el respaldo, haciendo crujir los muelles del viejo sof. Era un armatoste, con asientos ms profundos de lo habitual, de modo que cuando por fin consigui encontrar el respaldo, se dio cuenta de que estaba estpidamente echada hacia atrs, y se apresur a incorporarse. Lo peor era que su estatura le habra permitido inclinarse hacia el respaldo del sof sin que los pies se le quedaran colgando en el aire, pero ya importaba poco. Los dos hermanos, Brkur y Eln, la haban llamado aquella misma maana para rogarle que fuera a su casa de Stykkishlmur. ra decidi aceptar en lugar de hacerles acudir al hotel. En realidad, acogi aquel cambio con satisfaccin, pues estaba deseando salir del entorno del hotel, aunque slo fuera para aclararse las ideas. La alta casa era una de las ms seoriales de la ciudad. Resultaba evidente que haban invertido en ella mucho dinero, y estaba bien conservada. ra pens que probablemente se tratara de la casa del bisabuelo, el que se haba enriquecido como armador de barcos de pesca y haba conseguido sacarle todo el jugo posible a aquel negocio antes de la llegada de los tiempos de los arrastreros. Matthew se haba quedado admirado por aquella casa de chapa de zinc. Estaba elegantemente pintada y el frontispicio, las paredes y los aleros, todos blancos, llamaban la atencin. Haba preferido quedarse fuera para que la conversacin pudiera llevarse a cabo en islands y para tener, adems, ocasin de echar un vistazo a la ciudad. De modo que ra estaba sola, bajo la mirada escrutadora de Brkur y Eln, sentados frente a ella, con las manos sobre los imponentes brazos de sus sillones, en actitud autoritaria. Eso no son ms que viejas habladuras. Jams se me habra ocurrido pensar que tuvieran nada que ver con el presente. Sandeces. Es que no s ni qu decir exclam secamente Brkur. Y lo nico que puedo pensar es si mencionarlo hubiera cambiado algo. Prosigui: Ese hombre tena unas ganas terribles de cerrar la compra. Ni siquiera mostr inters alguno por la licencia de pesca de salmn en el ro, ni otras cosas que podan haberle sido tiles. Teniendo en cuenta la clase de actividad a la que se dedica, estoy segura de que a Jnas le habra parecido importante, de haberlo sabido dijo ra con una sonrisa de cortesa. Y mucho. Los salmones y otras cosas similares estn en un segundo plano en este contexto, pero lo sobrenatural no. Brkur resopl. Y qu piensa hacer con esta estupidez? Conseguir una rebaja en el precio de compra? Por ejemplo respondi ra. Esa sera una posibilidad. Jams he odo una cosa semejante dijo Brkur indignado.
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Deberamos buscarnos un abogado? Mir a su hermana, en cuyo rostro pareca haber una nube de tormenta. Eln estaba sentada al lado de su hermano, sin hacer un solo gesto. Quiz debiramos hablar del asunto un poco ms. A ver si es posible encontrar alguna salida. Se dirigi a ra: O no? O a lo mejor Brkur tiene razn? Si yo pensara que la nica solucin es una rebaja o una compensacin por daos y perjuicios, me habra limitado a enviarles una carta respondi ra. He venido para discutir el asunto y ver si podemos solucionarlo de alguna otra forma. Daos y perjuicios refunfu Brkur. Soy yo quien tendra que reclamar daos y perjuicios. Tendra que estar trabajando, en vez de estar aqu sentado hablando de estas estupideces. Venga, hombre dijo su hermana Eln, molesta. Tus empleados estarn contentos de librarse de ti durante un rato. A lo mejor hacen un fondo comn para que no vuelvas. El rostro de Brkur se puso rojo como la sangre, pero decidi no responder. En lugar de eso, volvi a dirigirse a ra. Tengo una propuesta bram. Dgale a Jnas que nos remos de esta estupidez suya y que todo el mundo har lo mismo. Dudo mucho que haya un solo juez hoy en da que est dispuesto a admitir un pleito por daos y perjuicios basado en apariciones fantasmales. Jade durante un momento antes de continuar: Tiene que ser bastante difcil encontrar abogados como usted, dispuestos a aceptar casos tan estpidos como ste. A ra no le hizo ninguna gracia que la consideraran una abogaducha de. tercera, pero decidi controlarse. Saba por experiencia propia que quien pierde los estribos en una discusin, acaba derrotado. Naturalmente, ustedes son muy libres de decidir qu prefieren hacer dijo imperturbable. Pero me permito sealarles que a los jueces les pone muy nerviosos que la gente no haga un esfuerzo por solucionar sus asuntos antes de llegar hasta ellos. Los tribunales son el ltimo recurso, no el primer escaln, para casos como ste. Eln puso la mano sobre los dedos de su hermano, que apretaban con fuerza el tapete de la butaca. Entiendo le dijo a ra sin mirar a su hermano. Pero de qu otra manera se puede solucionar? Tiene usted alguna propuesta que hacernos al respecto? Mir a su hermano y le sonri con calma. Estamos abiertos a todo. Contratar un exorcista, quiz? gru Brkur. No sera lo ms prctico? ra fingi no haberle odo, y se dirigi a Eln: Quiz una forma de empezar sera que me contasen, por ejemplo, si ustedes mismos vieron apariciones en el lugar. S, por qu no? respondi Eln, aflojando un poco la presin sobre los dedos de su hermano. Porque a eso es muy fcil responder. Yo jams he notado absolutamente nada extrao all, aunque no haya vivido mucho tiempo en la casa. Nuestra madre creci en Kreppa con el abuelo Grmur. Nuestro to abuelo Bjarni era el dueo de Kirkjusttt, donde se construy el hotel, pero muri hace mucho. Si hubo historias asociadas a la propiedad, no hay muchas posibilidades de que nosotros llegramos a orlas. Y usted? pregunt ra a Brkur. Percibi alguna cosa u oy hablar de algo relativo a apariciones en cualquiera de las granjas, o en la
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comarca? Brkur sacudi la cabeza. Claro que no. All no hay nada que notar ni que or. Yo no me pliego a hablar de semejantes estupideces. Y aadi tormentoso: Y adems, yo he vivido all menos an que Eln. ra se volvi de nuevo hacia la hermana. Y cmo es posible que las granjas estn en tan buen estado de conservacin? Yo no vi Kirkjusttt antes de que se construyera el hotel, pero estuvimos visitando Kreppa y puedo imaginar que la casa estar en un estado similar al que tena Kirkjusttt. S, es cierto respondi Eln con calma. Nos ocupamos de que se atendiera al mantenimiento de las casas. Movi en crculo una mano para llamar su atencin al saln en el que se encontraban. Esta casa pertenece a la familia desde que la construy mi bisabuelo. La utilizamos como segunda residencia cuando venimos a la regin. Es mucho ms grande y no est tan aislada como las dos viejas granjas. Mi hermano y yo no visitamos este lugar con tanta frecuencia como para que resultara conveniente dividirla. Pero entonces, por qu mantener las otras granjas? No era un gasto superfluo? pregunt ra. Bahdijo Eln. Para nuestra madre eran importantes cuando tena salud y energa para ello. No quera deshacerse de nada, su intencin era volverse al campo cuando envejeciera, y estaba empeada en que todo siguiera como haba estado siempre. Pero no pudo hacerlo, porque aqu no hay tantos servicios como en las ciudades para los ciudadanos de la tercera edad. Levant la cabeza con orgullo. Pese a todo, conservamos las casas incluso despus que nuestra madre enfermase, porque se nos ocurri la idea de que, con el tiempo, los hijos de Brkur y los mos tuvieran cada uno su granja. Aunque mi hermano y yo no hemos tenido problema para compartir la casa, pensamos que tal vez ms adelante nuestros hijos desearan poder venir aqu con sus familias. Y por qu las vendieron, entonces? pregunt ra. Conservaron las granjas durante decenios para sus hijos, pero cuando stos se hicieron adultos, decidieron deshacerse de ellas. Aadi, para explicarse: He conocido a su hija Bertha, y calculo que el resto de sus hijos tendrn edades similares. Eln sonri de forma calculada. S, as son las cosas. Yo slo tengo una hija, pero Brkur tiene dos hijos. Ninguno de los dos ha mostrado inters alguno por Snfellsnes, de modo que es intil seguir conservndolo todo. Pero y su hija Bertha? pregunt ra. La conoc aqu y he credo entender que viene bastante por la regin. En el rostro de Eln volvi a dibujarse la misma sonrisa fra. Bertha viene mucho por aqu, tiene razn. Pero Brkur y yo hemos acordado que yo le comprar su parte de esta casa, y no es necesario que mi hija y yo tengamos dos residencias en la comarca. En realidad, ya nos estamos deshaciendo de algunas cosillas. As que tienen ms tierras en la pennsula? pregunt ra. S respondi Brkur, muy satisfecho. S que las tenemos. ra frunci el entrecejo. Pero entonces por qu le vendieron a Jnas slo una parte? pregunt extraada. Siempre haba pensado que lo ltimo que se vende es lo que tiene valor sentimental para la familia. Jnas estaba buscando tierras con antiguas edificaciones
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respondi Brkur, tan enfadado como antes. Se qued entusiasmado con esos terrenos en cuanto supo que no haba una, sino dos granjas. Nos hizo una oferta muy buena, como sabe usted perfectamente aadi Eln. Haba llegado el momento de tomar una decisin definitiva, y el resultado fue el que todos conocemos. ra medit si deba indagar ms sobre las circunstancias de fondo de la venta. Todo aquello le resultaba bastante inverosmil, y su impresin se vio reforzada por la frialdad con que Eln le responda. Por miedo a que la mujer se molestara por tantas preguntas sobre el mismo asunto, ra decidi cambiar de tema. Conocen bien la historia de las dos granjas? Bien? exclam Eln con tono de sorpresa. Naturalmente que la conocemos, pero, por desgracia, yo soy psima en genealoga e historia. Levant las manos y volvi las palmas hacia Brkur. Y lo mismo puede decirse de mi hermano. Brkur se limit a erguirse y carraspear. Siempre he pensado dedicarme ms a fondo a esos asuntos, pero estoy tan ocupado que nunca encuentro el tiempo para hacerlo. Pero tienen que haber odo historias a lo largo de los aos; de su madre, por ejemplo indag ra. No recordarn algo concerniente a las granjas? Nuestra madre no hablaba mucho de su vida aqu respondi Eln . Se traslad a Reikiavik con el abuelo cuando era todava muy joven. Eln baj la vista hacia su regazo. Su vida no fue precisamente un camino de rosas. La abuela Kristrn se muri cuando ella no era ms que un beb, y tenemos entendido que el abuelo Grmur no fue un padre, digamos, modlico. Tuvo que bregar con muchos problemas, nunca volvi a ser el mismo tras la muerte de la abuela. Eln levant los ojos y mir de nuevo a ra a la cara. Pero, por desgracia, no le recuerdo, de modo que no puedo juzgar si era o no una mala persona. ra torci el gesto. Por qu habla as de l? Le hizo algo malo a su madre? A su manera, s contest Eln. Se suicid. Mam tena slo diecinueve aos, y lo nico que s es que nunca dejara que un hijo mo descubriera que he muerto de esa forma. En mi opinin, no fue un buen padre, a pesar de todo lo dems que se pueda decir de l. No seas as intervino bruscamente Brkur. Sabes perfectamente que el buen hombre estaba enfermo. No puedes pretender que un hombre psicolgicamente hundido vaya a cumplir hasta la ltima norma moral de la sociedad. Eso son puros y simples prejuicios, nada ms. Eln le mir con enfado, pero no le respondi. Se volvi hacia ra. Naturalmente, mi hermano ve las cosas de forma diferente. Yo quiero tanto a mi madre que no puedo evitar la ira al pensar en el dao que le hizo. Ech un vistazo a su alrededor. Estoy segura de que mam tena un enorme aprecio a las tierras de la pennsula, pues mientras vivi aqu todo iba a pedir de boca. Pero, cuando se trasladaron a la capital, el abuelo enferm. Ella quiso conservar en la memoria sus recuerdos de una infancia llena de felicidad. Comprendo dijo ra. Sera difcil. Dirigi una sonrisa de simpata a los dos hermanos, y continu: Estuve viendo la lpida de su abuela en el cementerio prximo al hotel, y su abuelo Grmur no parece estar enterrado a su lado. Si me permiten la pregunta, a qu se debe? Los labios de Eln se apretaron un poco. Mam siempre dijo que haba tomado esa decisin tras su muerte.
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l nunca expres deseo alguno sobre el lugar dnde quera ser sepultado, y ella tampoco tena el menor deseo de que lo enterraran en la regin. Yo dira que prefiri tenerlo cerca de ella, y por entonces vivan en Reikiavik. ra pens que era una explicacin extraa. Se acomod en el sof. Y dganme, saben algo sobre la historia de su to abuelo Bjarni, que vivi originalmente en Kirkjusttt? Muri joven, de tuberculosis respondi Brkur, contento de ser el primero en responder. Perdi a su mujer tambin joven, de modo que la historia de los dos hermanos no deja de ser parecida. Ella tambin muri dijo ra... me refiero a su hija Gun. De tuberculosis, no? S. Eln se apresur a intervenir. A juzgar por su gesto, no le gustaba nada que su hermano le quitara la palabra. Los dos enfermaron y se negaron a ir a la capital a recibir tratamiento al hospital. A saber si aquello hubiera podido cambiar las cosas. No s prcticamente nada sobre la tuberculosis. S que nuestro abuelo les estuvo tratando lo mejor que pudo, porque era mdico. Pero, desgraciadamente, no sirvi de nada. ra se inclin un poco hacia delante. S que les parecer una pregunta muy incmoda, pero tengo que hacerla, de todos modos. Hizo una breve pausa. Los hermanos se quedaron inmviles, tensos. He odo hablar de que en la granja hubo prcticas incestuosas, que Bjarni abusaba de su hija. Puede ser cierto eso? No replic Eln con voz dura. Todava siguen con esa cuestin. Es una demostracin de lo poco que haba que hacer aqu en aquellos tiempos. La gente no tena otra ocupacin que inventarse chismes sobre las personas respetables que ya haban muerto y no podan defenderse de las habladuras. Eln call, con el rostro prpura. Evidentemente, no era la primera vez que oa aquello. Cmo puede estar tan segura? pregunt ra con toda la cautela que pudo. Quiz su madre no hablaba de ello por lo joven que era ella en aquella poca y, como usted misma dijo, usted no conoci a su abuelo, de modo que difcilmente se lo habra podido contar l. Eln mir fijamente a ra, con furia en los ojos. O a mi madre rechazar esa historia con tal determinacin, que no me cabe la ms mnima duda de que es un puro y simple infundio. Apret los labios. Pero no veo el objeto de esta conversacin. Si no tiene usted nada ms inteligente que preguntarnos, creo que deberamos concluir esta entrevista ahora mismo. Le pido mil disculpas dijo ra, compungida. No necesito seguir hablando de estas cosas. Intent desesperadamente sacar a colacin cualquier otra cosa para evitar que la echaran sin ms. Saben ustedes si los hermanos tuvieron algn desencuentro? pregunt a toda prisa. Tengo entendido que estuvieron aos sin hablarse. Eln estaba an demasiado enfadada para responder, as que quien lo hizo fue Brkur. Fue cosa de sus esposas. Chocaron entre ellas y arrastraron a los dos hermanos. Creo que nadie sabe exactamente cul fue el motivo de la disputa entre la abuela y su cuada, pero fue suficientemente serio como para que no pudieran solucionarlo entre los hermanos, incluso despus de la muerte de las dos mujeres. La familia es conocida por su intransigencia y su afn de venganza. Eln intervino. Mam me dijo que la abuela Kristrn perdi un nio, y que en su
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desesperacin le ech la culpa de haberle matado a su cuada Aalheiur. Semejante acusacin careca del ms mnimo fundamento, el nio enferm y muri, ya est, pero el estado psquico de la abuela empezaba ya a ser delicado en aquel entonces. Bjarni, el hermano del abuelo, se sinti enormemente ofendido al ver a su mujer acusada de semejante atrocidad, y tuvieron los dos un enfrentamiento tremendo, aunque creo que se haban reconciliado cuando muri Bjarni, pues tengo entendido que el abuelo se port muy bien con l, y lo atendi durante su enfermedad, en una poca en que nadie se atreva a acercarse por miedo al contagio. ra asinti. Saben si hubo un incendio en alguna de las granjas? pregunt; ante sus ojos vea el dibujo de una casa en llamas que haban encontrado en la mesa de la habitacin infantil de Kreppa. Un incendio? dijeron los hermanos a coro. Eln sacudi la cabeza . No, jams he odo nada al respecto. Las granjas son las originales. ra asinti. Y les suena el nombre de Kristn en relacin con las granjas? No haba ninguna Kristn, que yo recuerde dijo Brkur sin alterarse lo ms mnimo con la pregunta. Pero tiene que haber existido alguna Kristn en el vecindario. Slo que no recuerdo haberla odo mencionar nunca. Eln se content con sacudir la cabeza. ra se esforz todo cuanto pudo en la formulacin de la siguiente pregunta, que prevea que sera la ltima. Saben si alguno de los dos hermanos, o los dos, fueron miembros del Partido Nacional durante los aos de la guerra? El Partido Nacional? repiti Brkur con el rostro enrojecido. Se refiere a los nazis? S dijo ra. Esto ya es demasiado dijo Eln, que golpe las manos contra los brazos del silln y se puso en pie. Me niego a seguir perdiendo el tiempo con estas imbecilidades. ra se levant tambin. Para hablar de otra cosa, finalmente, supongo que habrn odo hablar de la mujer que asesinaron all cerca justo antes del fin de semana. Ahora se ha cometido otro crimen. Todo parece indicar que ayer por la tarde. Estaban ustedes de camino hacia aqu la noche en cuestin? En el fondo, los dos hermanos eran exactamente iguales. El gesto de ira que se dibuj en ambos rostros casi al mismo tiempo puso de relieve su enorme parecido. La nica respuesta educada que se me ocurre a esa pregunta tan ambigua es no: ninguno de nosotros tiene nada que ver con esos crmenes. Es mejor que se marche dijo Eln con sequedad. Fantasmas, incesto, nazis y asesinatos. No aguanto ms majaderas.
* * *
Matthew se encontraba esperando en la calle delante de la casa, apoyado confortablemente sobre una farola, pero se enderez cuando ra apareci en la puerta. Oy un sonoro portazo cuando lleg a la escalera de la calle, lo que provoc que una amplia sonrisa se dibujara en los labios del alemn. Preguntaste por el muchacho quemado? dijo mientras caminaba hacia ella. No contest ra decepcionada. Desgraciadamente no me dio
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tiempo. La sonrisa de Matthew se hizo an ms amplia. No importa dijo. Ven. Tengo que ensearte una cosa.
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Captulo 22
Qu es eso? pregunt ra, dndose media vuelta delante del pequeo escaparate de la tienda. No le resultaba fcil comprender la sincera alegra de Matthew al ensearle aquellos cachivaches dispuestos sobre las polvorientas y blancas estanteras de madera del escaparate. Un montn de tazas viejas, y qu? Mira dijo l decepcionado, sealando un objeto pequeo que estaba entre la figurita de una perdiz nival y un florero con una Rsa pintada. ra se acerc ms al escaparate y pudo ver que se trataba de una medalla de plata con un casco y dos espadas. Por el lugar de la estantera en que se encontraba, ra apenas poda verla sin ponerse de puntillas. Qu es eso? pregunt. Es una condecoracin alemana de la Segunda Guerra Mundial explic Matthew satisfecho de s. Y? pregunt ra. Quieres comprarla? Matthew se ech a rer. En realidad, no dijo, sealando la puerta de la tienda. Pero he visto pasar al vendedor y parece ms viejo que los trastos que vende. Se me ocurri que podramos entrar y preguntarle sobre los nazis de Snfellsnes. Seguramente l sabr algo de cualquier cosa que le preguntemos. Esa condecoracin nos proporcionar una excusa estupenda para hablar con l. Aj exclam ra. Ya voy comprendiendo. Al entrar en la tienda, les recibi un sonoro timbrazo, procedente de una campanilla que haba en la puerta. ra no comprendi para qu haca falta un timbre, pues la tienda era tan pequea que difcilmente pasara desapercibida cualquier persona que entrara. No haba un palmo de espacio que no estuviese repleto de cosas, con lo que el lugar pareca ms pequeo todava. Las atiborradas estanteras que cubran todas las paredes casi llegaban al techo. Haba una escalera apoyada sobre una de ellas. Los objetos estaban llenos de polvo, lo que no indicaba precisamente que el negocio fuera viento en popa. En la parte interior de la tienda estaba un anciano canoso detrs de una mesa igual de vieja, sobre la que se apoyaba una caja registradora tan antigua que ra dud que cumpliera las normas del Ministerio de Hacienda. Despus de echar un vistazo, se fueron aproximando al mostrador, pasando por el medio de toda clase de mueblecitos viejos que estaban amontonados por el suelo para aprovechar al mximo el reducido espacio. Buenos das salud ra, sonriendo al vendedor, cuando llegaron por fin hasta el mostrador sin romper nada milagrosamente. Buenas respondi tranquilo el hombre, sin sonrer. En qu puedo ayudarles? Este amigo mo es de Alemania, y ha visto en el escaparate una insignia que le ha llamado la atencin respondi ra. Podramos echarle un vistazo? El anciano asinti y fue hasta el escaparate, abrindose paso entre
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los trastos. S, esto lleva aqu mucho tiempo, se lo aseguro dijo mientras alargaba un brazo para coger el objeto. En realidad es una condecoracin, no una insignia. Se dio la vuelta con la plaquita de plata en la mano y la puso sobre el mostrador. Una condecoracin que se conceda a los heridos. Ah exclam ra levantando el objeto. La condecoracin, como haba podido ver, tena grabado un casco y dos espadas, pero ahora se daba cuenta de que en el casco haba una cruz gamada. La medalla estaba orlada con hojas de laurel. As que se la concedan a los soldados que resultaban heridos en la guerra? Pues habr muchas en circulacin, supongo. El anciano puso un gesto de reproche y ra se arrepinti de haberlo dicho. Sin duda, el hombre pensara que estaba regateando. Le quit la medalla. S que se concedieron muchas, es cierto. En el momento lgido de la guerra empezaron a honrar tambin a civiles heridos en los bombardeos. Pero sta es especial, porque es de plata. De acuerdo con la gravedad de las heridas, haba tres clases. Normal, plata y oro. La normal se sola conceder por heridas en el campo de batalla. Era la ms corriente. Qu clase de herida haba que tener para conseguir la de plata? pregunt ra. Haba diversas heridas que proporcionaban la condecoracin en plata, por ejemplo la prdida de algn miembro. Tambin por daos cerebrales leves. El hombre levant la medalla e hizo que la luz del sol cayera sobre ella. Esta condecoracin no es de las que ms codiciaba la gente, se lo aseguro. Y la de oro, entonces? aadi ra. Creo que prefiero no saber lo que haba que sufrir para ganarse una de oro. Sonri al anciano. Mi amigo est muy interesado en comprarla. Seal a Matthew con el dedo . Sabe algo sobre su origen? El anciano sonri. Desgraciadamente, no. La consegu hace varios decenios con otras pertenencias procedentes del legado de un difunto. No iba acompaada de historia alguna sobre cmo lleg a l. Pensaba que quiz pudiera haber pertenecido a algn islands dijo ra. Eso la hara an ms interesante. No tengo ni idea explic el anciano. Puede ser, pero lo pongo en duda. Creo que slo la reciban los alemanes, al menos si se trataba de civiles. No hubo islandeses que lucharon junto a los alemanes? A lo mejor esta medalla se la dieron a uno de ellos seal ra, confiada en que aquello le diera pie a hablar de los nazis de Snfellsnes. Creo que fueron muy, muy pocos. Un puado de locos fue a la guerra junto a los alemanes en Noruega, e incluso en Dinamarca, pero creo que ninguno de ellos puso jams un pie en el campo de batalla. El hombre dej la insignia sobre el mostrador. No fueron hroes precisamente los que hicieron esas grandes hazaas en este pas. Unos tontos de cuidado. Creo que les atraa sobre todo el uniforme. Ah, s? dijo ra. Tengo que reconocer que no s prcticamente nada sobre lo que pas en Islandia. Acaso hubo un movimiento nazi en este pas? S, s que lo hubo inform el anciano. Eran los nacionales, sobre todo chicos jvenes que se divertan desfilando con banderas y pegndose
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con los socialistas. Creo que estaban movidos, mucho ms que por algn ideal, por puros sentimientos infantiles. Ese movimiento estuvo extendido por aqu, en Snfellsnes? pregunt con cara de inocente. El anciano se rasc la cabeza. ra se percat de que tena el pelo bastante espeso para un hombre de su edad, aunque ya estuviera todo canoso. Afortunadamente, aquella locura nunca se asent con fuerza en esta zona dijo, mirando a ra con unos ojos incoloros y acuosos. Hubo un hombre aqu, al sur de la pennsula, que se impuso la misin de hacer proselitismo y reunir gente, pero enferm antes de conseguir nada. Los jvenes de esta regin con los que intent formar un grupo de nacionales perdieron el inters enseguida, en cuanto l dej de intervenir directamente. Nunca se lleg a nada. ra sinti ganas de gritar hurra, pero se content con decir, con tono de indiferencia: S, tiene razn. No sera quiz Grmur Prlfsson, granjero de Kreppa? dijo, cruzando los dedos con la esperanza de acertar. Aquello explicara los objetos nazis de la caja, si el individuo en cuestin haba sido el abuelo de Brkur y Eln. El anciano entorn los ojos y mir dubitativo a ra. Yo crea que usted no saba nada de esto dijo. A la vista de lo que sabe, me parece que estoy haciendo el tonto. Bueno, slo s algo sobre esa familia se apresur a responder ra. No s nada sobre el movimiento nacional. Se volvi hacia Matthew y le gui un ojo en tono cmplice que el hombre no vio. Bueno, qu, compramos la insignia? Condecoracin. La corrigi, sacando su cartera con reticencia. Cunto cuesta? El vendedor mencion una cantidad que, a juzgar por el gesto de Matthew, no era ninguna ganga. Pero pag sin decir nada y se dio la vuelta hacia ra mientras el hombre empaquetaba la condecoracin, y le pregunt: Cundo es tu cumpleaos? Tengo un regalo para ti. ra le sac la lengua y se volvi entonces hacia el hombre para recoger la medalla empaquetada. Muchas gracias dijo, y se dirigieron a la salida por una escalera que cruji bajo su peso. Cuando llegaron a la puerta, ra se volvi, decidida a hacer un ltimo intento de sacarle el nombre del campesino. Pero no tuvo ni que abrir la boca. El anciano segua en su lugar, detrs del mostrador, sobre el que tena apoyadas las manos. Mir fijamente a ra, con gesto impenetrable, pero habl antes de que surgiera la pregunta. Bjarni dijo el anciano en voz alta y clara. El hermano de Grmur. Bjarni Prlfsson, que viva en Kirkjusttt.
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No hay duda de que Bjarni fue un tipo simpatiqusimo dijo Matthew, dejando la medalla sobre la mesa que les separaba. Abusa de su hija y difunde el nazismo. Dio la vuelta a la medalla para que el casco y las espadas apuntaran en direccin contraria a ra. Creo que estars realmente guapa con esto al cuello. ra empuj la medalla a un lado.
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Ests loco? pregunt. Nunca me pondra eso. Es un objeto maldito. Podra hacer creer que he sufrido daos cerebrales leves. Agit las manos hacia el plato que estaba delante de Matthew. Come, no suelo invitar nunca a nadie. Estaban en un pequeo restaurante, al que ra haba invitado a Matthew como compensacin por el dinero gastado en la compra. Esto es por la medalla, recuerda. Llen de pasta su tenedor y se lo meti en la boca. Despus de tragar, levant la vista y dijo: Pues sigo sin tener clara la relacin de todo esto con Birna. En realidad, estoy igual que antes. Tengo que decir que no se puede construir mucho sobre la foto de una cruz gamada. No, quiz no respondi ra. Pero tengo la sensacin de que todo esto tiene importancia. A veces vale la pena hacer caso a las intuiciones seal Matthew . Pero por desgracia no siempre es as. Tom un sorbo de agua con gas. Lo mejor sera que pudieras proporcionar alguna base a tu intuicin. Preferiblemente algo tangible. ra jugueteaba en la pasta con el tenedor. Levant los ojos con gesto alegre. Sabes lo que tendra que hacer? Ummm, dejar de darle vueltas a todas estas cosas y que la polica se encargue de la investigacin?respondi Matthew esperanzado. No contest ra. Tendra que entrar en la red y sentarme ms rato a leer el diario de Birna. No lo estudi demasiado a fondo porque tena mala conciencia. Puede ser que haya pasado por alto alguna cosa. Choc su vaso de agua con gas con el de Matthew. Brindo por ello.
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ra estaba en la recepcin delante de un ordenador que los huspedes utilizaban para conectarse a Internet. Tena un porttil en la habitacin, que deba permitir la conexin inalmbrica a la red, pero despus de diez intentos intiles de conectarse, se rindi y arrastr consigo a Matthew. Seal la pantalla. ste tiene que ser. Grmur Prlfsson nace el ao 1890 en Stykkishlmur y muere el ao 1957 en Reikiavik. Haba entrado en la pgina web de los registros de enterramientos de los cementerios de Reikiavik y all haba encontrado el nombre de Grmur. Hizo clic en el nombre y ley en la pantalla: Cementerio de Fossvogur. Parcela H-360077. Mir triunfante a Matthew. No tengo ninguna intencin de destruir tu felicidad, pero qu sacamos de eso? pregunt. Me gua la curiosidad de saber lo que pone en su lpida. Quin sabe si a su lado est enterrada Kristn. Desgraciadamente, no se puede buscar en los nmeros de parcela, de modo que tengo que enviar a alguien a averiguarlo. A quin? pregunt Matthew. Espero que no sea a los fugados de la caravana. No respondi ra. Al ngel de la guarda, Bella.
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S, Bella. Te estoy pidiendo que vayas al cementerio de Fossvogur y
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me busques una lpida. ra suspir en silencio y puso cara de desesperacin para que la viera Matthew. S, y que me digas lo que pone en la lpida y si hay enterrada alguna Kristn con l o a su lado. Guard silencio un momento mientras escuchaba las objeciones de la secretaria, pero enseguida acab por interrumpirla. Claro que me doy cuenta de que no puedes estar al mismo tiempo en la oficina y en el cementerio de Fossvogur. No te llevar mucho tiempo. Puedes desviar las llamadas a tu mvil, y antes de que te des cuenta estars de vuelta en tu sillita. ra tena la mano en la frente mientras escuchaba. Estupendo. Y dime lo que encuentras. Colg. Puf Por qu no podr tener tina secretaria normal, de las que se alegran de salir al aire libre de vez en cuando? Aunque sea para ir a un cementerio. Matthew sonri. Es una chica estupenda. Slo tienes que darle una oportunidad. Estaba tumbado en la cama y feliz con la creacin y todas sus criaturas, Bella incluida. Gracias a ella, ra y l dispondran de un tiempo para ellos mismos, pues de otro modo le habra tocado a l hacer la comprobacin. Bella no respondi al telfono cuando ra intent localizarla por primera vez. Tampoco a la segunda ni a la tercera. As que ra decidi darle media hora antes de realizar el cuarto intento. ra tena el albornoz puesto y estaba bebiendo caf que haba preparado en una diminuta cafetera que haba en la habitacin del hotel. Delante de ella, en una mesita auxiliar, estaba la agenda de Birna. Movi el dedo con energa sobre una de las pginas. Esto resulta un tanto extrao. Mir a Matthew, que estaba adormilado debajo del edredn de la gran cama. Ests asegurndote de que tus huellas dactilares queden bien visibles en la agenda, por si cae en manos de la polica? pregunt somnoliento. No, escucha dijo ra excitada. En esta plana, debajo de la cruz gamada, ha estado apuntando cosas de las cajas que yo estuve mirando en el stano. Reconozco las descripciones de algunos objetos que haba en ellas. Levant el librito y le ense a Matthew las pginas en cuestin. Mira, aqu hay una lista en la que apunt los objetos que contenan. Quiz anot lo que pensaba que podra utilizar, o las cosas que le interesaron por el motivo que fuera. Tiene que haber visto lo mismo que yo, incluyendo la bandera nazi. Aunque aqulla fue la primera caja que abr, ella no tuvo por qu ir vindolas en el mismo orden. Y? pregunt Matthew. Qu significa este esplndido descubrimiento que has hecho? ra dej la agenda. No lo s respondi, pasndola la pgina en la que estaba dibujada la cruz gamada. Pero lo que est perfectamente claro es que tena algo muy metido en la cabeza, a la vista del cuidado con que dibuj el smbolo y las veces que lo repas. Mira. Levant la agenda y se la puso a Matthew delante de los ojos. Espera a cumplir los cuarenta dijo l sentndose en la cama para ver mejor el librito. Entorn los ojos y luego volvi a recostarse en la almohada. S, se esforz mucho en ese dibujo, eso es totalmente cierto. Qu escribi ah, alrededor de l? Cosas diversas dijo ra. Parte no resulta legible porque ha hecho unos garabatos, pero veo que pone Cruz gamada?? Y despus Y quin era se?? Luego hay un nmero de telfono, pero desgraciadamente no puedo leerlo bien, porque lo tach.
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Quiz despus de llamar dijo Matthew. Cinco, ocho, algo ms ley ra, con la nariz encima del libro. Se incorpor entonces y se dio una palmada con las manos en los muslos. Espera, anot los nmeros de telfono a los que llam Birna desde el telfono de su habitacin. Podra intentar llamar. ra sac la lista del bolsillo. Se levant y se dirigi al telfono. Marc el primer nmero y esper mientras sonaban las llamadas. Finalmente contestaron Banco BK, buenos das!, se oy al otro lado de la lnea. ra colg. De ah no sacaramos nada. Le dijo a Matthew, y prob el nmero siguiente. Se llev el dedo a los labios para indicarle que guardara silencio mientras llegaba la respuesta. Reykjalundur, buenos das respondi una clida voz femenina. Buenos das, mi nombre es ra. Hola, en qu puedo ayudarla? pregunt la mujer. Llamo porque estoy buscando informacin sobre Birna Halldrsdttir, arquitecta. Tena anotado este nmero, y me preguntaba si usted sabra algo o podra dirigirme a alguna otra persona. ra se sinti un tanto descorazonada, porque seguramente as no conseguira nada. La mujer del otro lado pens cuidadosamente el asunto. Desgraciadamente, no llevamos una lista de visitas de los residentes, ni tampoco de llamadas telefnicas. Tenemos un elevado nmero de enfermos, y no hay modo de acceder a toda esa informacin. Pero no tiene por qu ser un enfermo seal ra con una dbil esperanza de que a quien Birna haba intentado localizar fuera un empleado. Entonces me lo pone todava ms difcil respondi la mujer. Siento no poder ayudarla. Disclpeme, pero tengo que atender otra llamada. Adis. Reykjalundur le dijo a Matthew, con un suspiro. Un sanatorio. No hay forma de averiguar a quin llam all. Volvi a levantar el telfono. Bueno, el tercer nmero, el ltimo. Qu mal lo escrib. Es esto un cinco, o un seis? Levant el auricular y marc. Cuatro, uno, uno... Concluy el nmero y esper mientras sonaban las llamadas. Cuando se aproximaban a la decena, estuvo a punto de abandonar toda esperanza. En ese mismo instante, se escuch una voz mecnica decir que la llamada se desviaba. Un solo timbrazo antes de que sonara la respuesta. Ayuntamiento, buenos das. Buenos das dijo ra. Con quin hablo, por favor? El ayuntamiento de Reikiavik? S dijo la chica. Quera hablar con Baldvin? pregunt entonces. Al ver que ra dudaba, la muchacha continu: Veo que ha marcado su nmero privado. Sus horas de atencin telefnica son de cuatro a seis, todos los mircoles. Tendr que volver a intentarlo. Se despidi con amabilidad. ra se volvi hacia Matthew. Era el nmero de telfono del despacho de Baldvin Baldvinsson, en el ayuntamiento. Es concejal y parece ocupar un cargo de cierta importancia. Y quin es ese Baldvin? pregunt Matthew sin mucho inters. El nieto del viejo Magns respondi ra, echando mano a la agenda. Estudi el nmero tachado. Es uno de los polticos ms prometedores de la actualidad. Me permito dudar que Birna le haya llamado para discutir la transformacin de la residencia de verano de su abuelo en una casa de reposo. Adems estoy segura de que este nmero
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es uno de los que Birna anot en la agenda. Sigui hojeando el diario. Recuerdo que en algn sitio encontr una direccin de Internet que podra ser la suya. Pas rpidamente las pginas de la agenda hasta encontrar una en la estaba escrito en el margen: baldvin.baldvinsson@reykjavik.is. Aqu est. No puede tratarse de ningn otro. Para qu crees que le querra? pregunt Matthew. No lo s, pero veo que tendremos que volver a charlar con el viejo dijo ra. Volvi a la agenda y pas las pginas rpidamente. Realmente est repleto de descripciones importantes, ojal consiguiera separar el trigo de la paja. Puedes imaginarte lo feliz que estara la polica de tener esa agenda? pregunt Matthew. A lo mejor ya tendran al asesino entre rejas. Qu quieres decir? pregunt ra. Ests diciendo que la polica es ms lista que yo? No, no respondi Matthew. Slo que t tienes menos gente a tu disposicin y ests menos preparada para investigar estas cosas. ra cogi la agenda y hoje algunas pginas. No tena respuesta posible a aquello y se limit a elegir una plana al azar. Result ser la que mostraba la eleccin de solar para la construccin. Qu es este punto??? Planos antiguos??? A continuacin, pona: Tiene que haber planos - hablarlo con Jnas. ra se levant y se dirigi hacia la ventana. Desde all mir el terreno que tanto interesaba a Birna, e intent comprobar si sera posible distinguir algo extrao en aquel solar. Abri la cortina totalmente y mir la verde extensin de hierba. El terreno era relativamente llano, y a ra le pareci esplndido para construir. Volvi a concentrarse en la pgina e intent hacerse una idea de la situacin del nuevo edificio. El solar estaba en el lado este de la parcela, suficientemente alejado como para no entorpecer la vista al mar de las habitaciones ya construidas. No hay nada especial en ese terreno seal, hablando para s misma ms que para Matthew. Es un prado normal y corriente como el que hay en todas las granjas. No muy bien segado. Entorn los ojos. Lo nico que destacaba en aquella superficie de hierba que se meca con el viento era una piedra gris. Vamos le dijo a Matthew, lanzndose hacia el borde la cama. Vstete enseguida. Tenemos que ir a ver una piedra.
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Captulo 23
Pretendes decirme que me has sacado de la cama para venir a ver esto? dijo Matthew mirando a su alrededor. Estaban en medio de la alta hierba de la explanada que haba detrs del hotel. Esto es hierba dijo, avanzando unos cuantos pasos. No estoy mirando la hierba replic ra, inclinndose sobre una piedra que destacaba en medio del campo. Sino esto. Ah, entonces es muy distinto brome Matthew, acercndose a ra y sacudiendo la cabeza. Esto, ra, es una piedra gris dijo, y aadi al momento: no necesitas tocarla para confirmarlo. S, pero no es de aqu dijo ra, que empez a arrancar la hierba de la raz de la roca. Tena el aspecto de una imagen en miniatura del pico Toblerone... o una imagen ampliada de la chocolatina. Mira a tu alrededor seal. Ves alguna otra piedra en la explanada? No respondi Matthew tras echar un rpido vistazo en torno suyo . Eso es lo ms misterioso de todo aadi, irnico. No, en serio dijo ra levantando la vista y dejando su tarea un instante. La gente tena mucho cuidado en quitar las piedras de las explanadas en los viejos tiempos. Por qu iban a dejar una piedra tan enorme en medio de la hierba? Porque pesaba demasiado? la interrumpi Matthew, inclinndose sobre ella. No ser una de esas piedras debajo de las cuales viven los elfos? ra sacudi la cabeza. No, esas piedras tienen que ser mucho mayores; rocas de verdad. Se incorpor y se dirigi al otro lado de la piedra. No soy ninguna especialista, pero me da la sensacin de que este lado est pulido. Mira. Matthew se asom por encima de ra y vio que tena razn. En el otro lado, la superficie era basta e irregular, pero all la piedra pareca cortada o rota, y adems estaba lisa y pulida. ra pas la palma de la mano por la superficie. Vaya exclam, mirando excitada a Matthew. Hay algo grabado. Apart la alta hierba y vieron unas letras medio desgastadas en mitad de la piedra. Qu pone? pregunt Matthew. ra se inclin y estudi la inscripcin. Lo primero que pens es que se trataba de una lpida, pero enseguida comprob que la inscripcin era un poema, no un nombre con sus fechas correspondientes. Murmur: La tona habra de cuidar, familia crear deba un esposo, mi destino igual que el tuyo sera Qu significa? pregunt Matthew intrigado. Es algo especial?
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ra se incorpor. Pues no lo s dijo. Me parece que es un poema, pero no lo entiendo del todo. Hay una palabra que no s lo que significa. ra volvi a inclinarse sobre la piedra para cerciorarse de que haba ledo correctamente la palabra tona. Se incorpor y mir a Matthew. Sera esto lo que tanto molestaba a Birna de este lugar? Esta piedra? dijo Matthew riendo. Me parece absurdo. Sera facilsimo quitarla, as que no veo de qu forma podra impedir las obras de construccin en este solar. Volvi a pasar la vista por la explanada. ste es un prado de lo ms normal, con una piedra. A lo mejor ese poema es de los dueos, que tenan en mucho aprecio su propia poesa. Tal vez haba aqu un macizo de flores, o la tumba de algn animalito domstico. El poema tiene que ver con animales? No dijo ra, que se puso en pie. Tona. Se qued pensativa. A lo mejor la palabra toma de la agenda de Birna se refera, en realidad, a sta? Pues no s replic Matthew. Pero por qu no siegan el csped aqu? pregunt de repente, mirando al suelo. La hierba era tan alta que no se vea sus zapatos. Eh? dijo ra. Por qu iban a hacerlo? Est muy bien as. Muy natural. Si miras la explanada del otro lado del hotel, all la hierba est segada indic Matthew, sealando con el dedo en esa direccin. Tienes toda la razn seal un montoncito de tierra marrn a poca distancia de donde se encontraban. Qu es eso? pregunt mientras se aproximaba. Tus pasmosos descubrimientos no concluyen nunca se burl Matthew, mirando fijamente el montn de tierra a sus pies. Has descubierto el mantillo. Ya s que es mantillo dijo ra. La pregunta es qu hace ah, encima de la hierba? Matthew mir a su alrededor. Parece que alguien ha estado excavando por el prado dijo. Hay ms montones como ste por otros sitios. Y eso? Tendr algo que ver con el edificio nuevo? Se alej. Quiz Vigds sepa algo al respecto, y por qu no siegan este lugar. De paso puedes preguntarle tambin si Birna trabajaba en algn otro sitio que no fuera su habitacin apunt Matthew al echar a andar detrs de ra. ra se dio la vuelta. Ya empiezas a darte cuenta de que voy por buen camino? pregunt s onriente. Matthew le devolvi la sonrisa. Vas tan bien como un cojo bailando el vals.
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Vigds estaba sentada en su lugar habitual en la recepcin, con las mejillas encendidas. Al principio, ra crey que tena fiebre. Adems, tena los ojos vidriosos y le temblaban los dedos. Para colmo, estaba tan fuera de s que no se dio cuenta de su presencia hasta que recurrieron a un violento carraspeo para llamar su atencin. Vigds les mir por fin, con la boca abierta, apart la mirada del auricular del telfono que sostena en la mano y lo colg con violencia.
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Jess! exclam mientras se incorporaba en su silla. Hay algn problema? pregunt ra. Vigds la mir con los ojos desmesuradamente abiertos. No, qu va respondi con asombro en la voz. Todo est tan perfectamente que ni s qu decir. Qu ha pasado? pregunt ra, preocupada. No habrn encontrado otro cadver? No, en realidad, no contest Vigds. Slo que acabo de enterarme de quin era el muerto de las cuadras. El rojo de sus mejillas se hizo ms intenso. Eirkur anunci, sacudiendo la cabeza con gesto triste. Eirkur? repiti ra en tono interrogante. Quin es? Era corrigi Vigds. Ahora habr que acostumbrarse a hablar de l en pasado. Dios mo, qu extrao. Primero Birna, ahora Eirkur. Pero quin es? repiti ra, que se apresur a corregirse ella sola: Quin era, quiero decir. Era el lector de auras del hotel respondi Vigds. Delgado, alto y medio calvo. Suspir. ra le explic la situacin a Matthew. No tena ni idea de cmo se deca aura en alemn, de modo que utiliz un gesto muy teatral que Matthew interpret como anillo de rayos. ra dijo impaciente que luego le explicara mejor a qu se dedicaba el muerto. Se volvi de nuevo hacia Vigds. Y cmo lo sabes? pregunt. Alguien te llam para decrtelo? S replic Vigds, jadeante. Su hermana. Encontraron un recibo de una tarjeta de crdito en un bolsillo, y as dieron con el nombre. Llamaron a su hermana y le pidieron que fuera a reconocer el cuerpo. Era la ms cercana a l. Lo han llevado a Reikiavik. Dej escapar un hondo suspiro, como si aquello fuera lo peor de todo. Su hermana estaba totalmente destrozada, dijo que le haban matado a coces. Fue un caballo, entonces? pregunt ra. Cuando los policas hablaron con Jnas, no mencionaron cul haba sido la causa de la muerte. Eso no lo dijo. Me qued tan muda que no fui capaz ni de preguntrselo Vigds mir a ra con cara de susto. Crees que ser peligroso continuar aqu? Qu es lo que est pasando? Cada uno tendr que decidir por s mismo dijo, pero aadi enseguida, para animarla: Pero no creo que por aqu ande suelto ningn asesino en serie, si te refieres a eso. Ni siquiera se sabe si ese hombre muri por un accidente o por alguna otra causa. Puede tratarse de una simple casualidad. ra reflexion un instante. Su hermana mencion si haba algo que le hubiera parecido sospechoso a la polica? No, no dijo nada. Vigds vacil. Aunque s que mencion algo. Por ejemplo, al despedirse me dijo que tuviera mucho cuidado. Era como si estuviera dando a entender que las cosas no estaban nada claras. Vigds puso cara interrogante. Pero quin iba a querer matar a Eirkur? pregunt. No era el hombre ms gracioso del mundo, pero tampoco era mala persona. Uf, pobre hombre. Apret los ojos, y ra lo interpret como que se estaba esforzando por detener las lgrimas. A lo mejor tena que haberme portado mejor con l. Pero era tan raro, y tena la mana de venrseme encima de improviso, cuando yo estaba adormilada. ra no tena ganas de seguir con juegos melodramticos ni de perder el tiempo consolando a Vigds. Le gustaba montar a caballo? Qu va, no puedo ni imaginrmelo respondi Vigds. Estaba
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siempre tan plido y macilento que me parece imposible que saliera al aire libre si no era para fumarse un pitillo. Y aadi decidida: l, de caballos, nada. Y le gustaban los zorros? pregunt ra, intentando no pensar en lo estpida que sonaba aquella pregunta. Los zorros? pregunt Vigds asombrada. Y eso? Nada, no es nada dijo ra. Lanz otra pregunta sobre zorros, ya que haba empezado con el tema. Su hermana no mencion nada sobre zorros, verdad? No dijo Vigds, mirando a ra de una forma tal que pareca haber empezado a poner en duda su equilibrio mental. Ya te he dicho todo lo que me cont. Crees que Eirkur fue a la caballeriza por algn motivo en especial? pregunt ra, decidida a no seguir preguntando por los zorros. Era amigo del dueo, Bergur? Vigds arque una de las cejas. No era amigo de Bergur afirm, aadiendo enseguida, con gesto de chismorreo: En cambio, Birna... Birna y Bergur eran amigos... muy ntimos. S, eso he odo dijo ra, que vio cmo se esfumaba la satisfaccin de Vigds, que ya se vea confindole un secreto. Eirkur hablaba mucho con Birna, o sobre ella? Eran amigos, o colegas? En absoluto dijo Vigds con total seguridad. No haba en toda la regin dos tipos ms distintos que ellos dos. l era ms bien, vaya, cmo decirlo... Se qued pensando. Dime la verdad la interrumpi ra. No vas a hacer ningn favor a nadie dorando la imagen del muerto. Aquello pareci alegrar a Vigds. Tienes toda la razn dijo. Si tengo que hablar claramente, Eirkur era un autntico guarro. Iba sucio y muchas veces mal afeitado. Si haba algo de especial en su forma de vestir es que vesta con un descuido absoluto. Era bastante prepotente y exigente. Obviamente, no era preciso decirle a Vigds dos veces que no adornara demasiado sus descripciones. En cambio, Birna era elegantsima, guapa y cuidada por fuera. Por dentro era muy diferente. Simpatiqusima si quera utilizarte para algo, pero enseguida enseaba su otra cara, en cuanto se daba cuenta de que no le servas para sus intereses. Tena a Jnas bailando en la punta de un dedo. Vigds se call para recuperar el resuello. En realidad, tena en comn con Eirkur que ambos eran despiadados. Pero en el resto, eran como el agua y el aceite. ra movi la cabeza para asentir, con gesto muy serio, intentando dejarle ver a Vigds lo asombrada que la haba dejado aquel vapuleo tan terrible. De modo que no se trataban? pregunt. Digamos, Eirkur no sabra ms que los dems sobre los los en que poda andar metida ella? No, imposible replic Vigds categrica. Birna no se habra mezclado con Eirkur aunque hubieran estado solos en una isla desierta. Comprendo dijo ra. Dime otra cosa, Eirkur o Birna haban cambiado de alguna forma antes de morir? Recuerdas si hicieron o dijeron algo poco habitual en ellos? Vigds reflexion un momento, pero enseguida sacudi la cabeza. No, no recuerdo nada de eso. Pero en realidad tampoco recuerdo cundo vi por ltima vez a Birna; aunque si hubiera habido algo extrao, seguramente me acordara. La ltima vez que habl con Eirkur fue
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cuando vino por aqu buscando a Jnas. Se tap la boca con la mano. Huy, eso debi de ser justo antes de morir. ra respir hondo. Y estuvo con Jnas? pregunt tranquila. Bueno, no lo s respondi Vigds. Le dije que fuera a mirar a su despacho. Pero no me fij en lo que haca, ni vi si se reunan. ra no saba si preguntar algo ms sobre Eirkur. Slo se le ocurri volver a lo que les haba llevado all inicialmente. Oye, detrs del edificio parece que han segado la parte de poniente del prado, pero no la de levante. Sabes por qu? Vigds abri mucho los ojos. No, ni idea. Entorn la vista. Por qu lo preguntas? No, por nada contest ra. Simple curiosidad. Se apresur a aadir: Y sabes si Jnas hizo perforaciones en esa misma zona? O quiz Birna? Vigds la mir sin comprender. Perforaciones? Te refieres a agujeros normales y corrientes que se cavan en la tierra? ra asinti. Unos agujeros pequeos. Que yo sepa, no se deben de haber hecho con mquinas, seguro. Vigds sacudi vehemente la cabeza. En absoluto. Si le hubieran dicho a alguien que fuera a excavar en ese lugar, yo lo habra sabido. S todo lo que se hace aqu. Jnas est empeado en que vigile. Birna tena algn estudio en las proximidades? interrumpi Matthew. Aparte de su habitacin. No lo s, pero no sera extrao respondi Vigds. Sola salir por las maanas o por las tardes y no se quedaba por aqu cerca, de modo que deba de tener su refugio. Vigds mir con complicidad a ra. A lo mejor slo se iba a ver a Bergur. Quin sabe? dijo ra, sonrindole con picarda. Mir su reloj. Una ltima pregunta, de verdad, y dejamos de molestarte. Quin siega el prado? Vigds la mir escptica, pero se encogi de hombros y respondi sin pensarlo dos veces. Jkull. Trabaja tambin de camarero.
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Es una broma? pregunt Jkull, mirando a su alrededor como si buscara alguna cmara oculta. Quiere saber por qu no est segada esa parte? S dijo ra con una sonrisa. Me han dicho que usted se encarga de eso. Jkull puso una cara de mal humor que no encajaba nada con su uniforme blanco y negro de camarero. S, as me gano un dinero extra. No hay nada que hacer fuera de las horas de las comidas, as que puedo sacarme un extra haciendo eso. Chico trabajador dijo ra. Pero cul es el motivo para que est as? Esa piedra tan grande que hay? No, eso no es problema balbuce Jkull. Hay alguna otra cosa rara en la hierba que hace que la segadora no corte bien. Irregularidades. No hace ms que pararse y estoy harto de tener que empujarla a la
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fuerza. Nadie se fija en ese sitio. Se ha quejado Jnas? No, en absoluto dijo ra con una sonrisa. Iba a marcharse, pero se detuvo de pronto. Podra prestarnos una pala?
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Lo digo totalmente en serio protest Matthew, arrojando una palada de tierra a su espalda. No se puede negar que eres una mujer especial. No hay muchas personas de tu sexo capaces de hacerme empuar una pala. Baah dijo ra. Menos charlar. Ms cavar. Haban vuelto al prado, donde ra estuvo atareada hasta que encontr una irregularidad en la tierra, y all puso a Matthew a cavar. Sin duda, aqu hay algo interesante. Matthew suspir. Estupendo. Clav con energa la pala en la tierra y se puso las manos en las caderas. Aqu tiene usted. ra se puso a su lado y mir el estrecho agujero. Es una trampilla? Matthew se rasc la frente. No sern unos cimientos? No habr habido una casa en este sitio? Aferr de nuevo la pala y excav ms a los dos lados. Anda. Ves t lo que estoy viendo yo? dijo ra, inclinndose. Se incorpor y le ense la mano abierta. Ceniza. Mir a Matthew. Esta casa se quem. Igual que en el dibujo? pregunt Matthew. Call por un momento . En el dibujo, no haba unos ojos dentro de la casa incendiada?
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Captulo 24
Ha colgado dijo ra con una mueca, mirando la pantalla de su mvil. A menos que se haya ido la conexin. Apart la vista de la pantalla y sacudi la cabeza. No, ha colgado. Esperabas otra cosa? pregunt Matthew. Esta maana te echan de su casa, y ahora esperabas que estuvieran encantados de hablar contigo por telfono? No, claro dijo ra, decepcionada, metiendo el telfono en el bolsillo. Pero habra sido estupendo que supieran qu edificio haba en este lugar. Matthew y ella seguan en el prado, en realidad en un extremo del mismo, pues cerca de la piedra no haba cobertura para el mvil. A lo mejor, Bertha, la hija, sabe algo aadi ra pensativa. Esperemos que no est molesta conmigo ella tambin. Imagino que no declar Matthew. Pero enseguida te pondr mala cara si te pones a hacer preguntas sobre su amigo, el de la silla de ruedas. No, no dijo ra. De momento, ese tema no lo voy a tocar. Lo que quiero ahora es saber algo sobre esta casa. Se dirigieron hacia el hotel. Al pasar por el lugar donde Matthew haba cavado hasta encontrar los cimientos, ra se detuvo. Y si Birna no tena ni idea de esto? Aunque parece que le dio muchas vueltas al lugar, a juzgar por lo que pone en su diario. Hay algo claro? dijo Matthew. Jkull, el que se encarga de segar esta zona, debera ser el nico que supiera algo. Pero no te dijo ni po cuando hablaste con l sobre Birna. Es de suponer que tampoco le habra dicho nada a ella, si los dos hubieran llegado a hablar. Pero alguien ha estado excavando por el prado. Si esa misma persona ha estado buscando los cimientos, no tena las ideas muy claras. Ninguno de los agujeros est cerca. A esas cosas no se les puede llamar realmente agujeros observ Matthew. Pero estoy de acuerdo contigo en que si el desconocido excavador estaba buscando la casa quemada, no se puede decir que acertara. Creo que me apetece volver a echar un vistazo al stano, para registrar las cajas ms detenidamente dijo ra con la mente en otro sitio. A lo mejor hay algo que pueda indicarnos qu haba aqu. Una foto, o algo por el estilo. Matthew mir su reloj. No s si ser muy recomendable. No tenas que ir a buscar a tus hijos a la caravana? Eso puede esperar hasta la tarde respondi ra. Llam a Gylfi hace un rato y, de momento, estn bien. Van a ir a una tiendecita no muy lejos de donde aparcaron. Cruz los dedos. Slo espero que Sigga, su novia, avise a sus padres. Yo no pienso llamarlos, lo tengo muy claro. No consiguen asumir que Gylfi haya causado un problema semejante a su nia. Y luego siempre acaban remachando que todo ha sido culpa ma. Y qu pasa con tu ex marido? pregunt Matthew. Crees que
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Gylfi le avisar? Espero que no exclam ra. A m me da igual si Hannes lo pasa mal. Fue culpa suya que se fugaran. Dio una palmadita en el bolsillo donde guardaba su mvil, y sonri. Tengo como un centenar de mensajes suyos sin leer. Les echar un vistazo cuando tenga oportunidad, o cuando... Son su telfono y dej de hablar mientras lo sacaba del bolsillo. Era Bella. Hola salud ra. Qu tal te ha ido? Mientras hablaba con la secretaria, sac una pluma del bolsillo del chaquetn y un papel. Ninguna Kristn, dices? Escuch y fue anotando lo que le contaba Bella. Luego se despidi y se volvi hacia Matthew. Est enterrado all l solo. No hay ninguna Kristn, ni en su tumba ni en las cercanas. Suspir decepcionada. En la lpida est el nombre, sus fechas de nacimiento y defuncin, y un breve poema. Qu bien dijo Matthew. Ms poemas. Rectamelo. ra ley el papel en el que haba escrito lo que le haba dictado Bella: El hogar es mejor, aunque sea pequeo, en casa se es el rey. Sangra el corazn de quien debe limosnear, a toda hora, la comida. Levant los ojos hacia Matthew. Pero este poema s me resulta familiar, a diferencia del otro, que no lo he odo nunca. A lo mejor puedo encontrar su origen en la red. Es posible que sea del Hvaml. Matthew toc el hombro de ra e indic con la mano en direccin al hotel. Parece que te llegan refuerzos dijo, sealando un coche de polica que se diriga hacia el hotel. Me parece que, por el momento, no vas a poder volver al stano.
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Por qu no quieres salir? pregunt Bertha extraada, y corri la cortina de la ventana. Al instante, la oscura habitacin se llen de claridad . Hace un tiempo realmente esplndido. Mir fugazmente hacia el exterior y luego se volvi de espaldas a la ventana. Vamos, te vendr bien. Ve t dijo Steini secamente, tirando con la mano sana de un trozo de goma que se haba soltado en la cubierta de una de las ruedas de la silla. A m no me apetece. No seas as rog Bertha, dirigindose hacia l. Se puso en cuclillas y sus rostros quedaron a la misma altura. Bertha senta que le era ms fcil conseguir que se abriera un poco cuando se miraban a los ojos. Te prometo que te encontrars mejor si sales a tomar un poco el aire. Hay
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algo que te atormenta y quin sabe si se te ir si consigues pensar en cualquier otra cosa. No se ir dijo Steini agobiado. Bertha estaba ya ms que acostumbrada a las cortantes respuestas de Steini, que tena dificultad para hablar a causa de las quemaduras que le rodeaban la boca. Era como si tuviera los labios quemados, y Bertha segua tan extraada como al principio de que los mdicos no se lo hubieran arreglado un poco mejor. En realidad, tena la sospecha de que Steini se haba negado a someterse a ms operaciones; al menos, cuando Bertha le preguntaba, nunca quera hablar de las que le quedaban todava. Era imposible que siguiera an en lista de espera, como le dijo en una ocasin. Mucho ms probable era que an no hubiera superado los dolores y las molestias que siguieron a las primeras operaciones, y no tena el menor deseo de pasar otra vez por lo mismo. La semana anterior haba odo un mensaje de la fisioterapeuta en su buzn de voz. Le peda a Steini que la llamara, y le animaba a reincorporarse a la rehabilitacin. Pero cuando Bertha le pidi que hablara con la enfermera, Steini se neg tajantemente. Necesitaba ms tiempo para recuperarse, fsica y psicolgicamente. Podemos ir a dar un paseo en coche, si lo prefieres dijo Bertha con una sonrisa. Estoy dispuesta a ir a cualquier sitio, pero tenemos que salir. A cualquier sitio? pregunt Steini, mirndola a los ojos sin pestaear. Casi dijo Bertha con tranquilidad forzada, incorporndose. Saba perfectamente adonde quera ir Steini, pero aquello no le pareca nada bien. Ahora no, y mejor nunca. Sabes a lo que me refiero. Le puso una mano sobre la rodilla. Venga. Anmate. Steini arranc la tira de goma con un tirn violento. Nunca tienes miedo? pregunt. Miedo? pregunt Bertha con extraeza. Por qu iba a tener miedo? Sonri. Se acerca el verano. Steini la mir un momento en silencio. Luego se cubri la cara con las manos. Me siento mal. Bertha sinti una punzada en el estmago. No soportaba verle as. Pero as eran las cosas. Todo era tan injusto. Por qu no haba salido mejor parado de aquel accidente? Mucha gente tena accidentes sin que las consecuencias fuesen tan graves como las del suyo. Si no le hubiera telefoneado... Hizo lo posible por mantener la sonrisa. Ya lo s dijo con gesto alegre. Vamos a Kreppa. An me quedan muchas cosas que empaquetar, y quin sabe si encontramos algo curioso. Recuerda lo bien que te lo pasaste la ltima vez. Steini ri framente. Bien, dices? repuso con un suspiro. Me da igual. Vamos. Estupendo exclam Bertha. Te prometo que no te arrepentirs. Respir aliviada. En cuanto salieran, l recuperara su alegra. As suceda siempre. Se sobresalt cuando de repente la aferr con fuerza por la mueca. Podrs perdonarme? pregunt con voz apagada. Perdonarte? se extra Bertha. Perdonarte qu? Bueno dijo l. Si todo sale mal, podrs perdonarme? Bertha sacudi la cabeza, molesta. Era la frase ms larga que le haba odo pronunciar en meses.
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Qu tonteras dices? Con cara alegre quit su mano de la mueca y se coloc detrs de la silla de ruedas. Eres un pelma. Te perdono dijo, empujando la silla. Qu tonto eres. Y aadi amistosa : Qu es lo que me has hecho?Espero que nada dijo Steini echndose la capucha del jersey sobre la cabeza mientras Bertha abra la puerta de la calle y pasaba la silla por el umbral. Eso espero.
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rlfur torci el gesto y se apoy sobre la puerta que daba a la oficina provisional en el hotel. Hemos progresado bastante. Dejaremos las cosas as. ra estaba en el pasillo delante de l, con los brazos cruzados. Hablaba en voz baja para que no les oyera Jnas, que esperaba al otro lado de la puerta. El dueo del hotel haba expresado su deseo de que ra estuviera presente cuando rlfur le convoc. No pudieron ponerse de acuerdo hasta que rlfur record a Jnas que tena que decir la verdad y aadi que como acusado no tena obligacin de testimoniar sobre los asuntos objeto de acusacin. Cundo el polica acab, ra se puso en pie y expres su deseo de hablar con l en privado. All estaba ahora, discutiendo con el polica. Pero no ha respondido a mi pregunta. Por qu se da a Jnas, de pronto, tratamiento de sospechoso? pregunt. Qu es lo que ha cambiado? rlfur imit a ra y cruz los brazos sobre el pecho l tambin, con gesto serio. Hemos hablado con varios testigos, tanto ayer como hoy mismo. El cuadro que se ha ido formando no es muy favorable para su cliente. ra respir hondo. Y eso qu quiere decir? Tiene intencin de detenerle? Eso depender de lo que diga en el interrogatorio respondi rlfur, encogindose de hombros. Quin sabe, quiz lo pueda aclarar todo sin problema. Aclarar? pregunt ra. Aclarar qu? No se le ha pedido ninguna aclaracin hasta el momento. Como acabo de decirle, han salido a la luz una serie de cosas, ayer y hoy, que se desconocan la ltima vez que hablamos con l. No es que lo que nos ha explicado hasta ahora me parezca insuficiente contest rlfur. Pero no ser mejor ponernos manos a la obra, para que usted pueda saber tambin a qu queremos que nos responda? Djeme dos minutos a solas con l solicit ra. Tengo que explicarle el cambio de la situacin. A rlfur no pareci gustarle mucho la idea, pero accedi. Dijo a su ayudante que saliera del despacho para que entrase ra. sta se apresur a sentarse al lado de Jnas, que la miraba enfadado. Qu pasa? pregunt preocupado. Por qu has salido? ra le puso una mano sobre la rodilla. Jnas, las cosas han cambiado. Hasta ahora te han estado interrogando como testigo, y en los primeros interrogatorios te trataron en consecuencia. Ahora te has convertido en sospechoso, o imputado. Qu? bram Jnas. Yo? S, t respondi ra. Tenemos muy poco tiempo, de modo que es mejor no perderlo en tonteras. Escchame. Mir a Jnas a los ojos. rlfur acaba de decirme que han salido a la luz ciertas cosas, en las
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declaraciones de los testigos, que te sitan a ti como sospechoso. Qu? Yo no he hecho nada, ya se lo he dicho exclam Jnas, casi gritando. Tienen que ser falsos testimonios. ra not que le temblaba la pierna. Siempre puede ser que los testigos no hayan dicho la verdad, Jnas dijo ra, que apret su presin sobre la rodilla de Jnas, con la esperanza de calmarlo un poco. Lo que importa en estos momentos es que recuerdes bien adnde has ido y dnde has estado, y que puedas responder de manera convincente a las preguntas que te pueda hacer rlfur. Si no est satisfecho o de acuerdo con tus respuestas, corres el peligro de que te detengan. La pierna de Jnas se puso rgida. Su rostro palideci. Que me detengan? Qu quieres decir? Que te lleven preso, Jnas explic ra, inclinndose sobre l. Que te metan en el coche de la polica y te lleven a la comisara, te conduzcan al da siguiente ante el juez y le pidan que decrete prisin provisional. ra slo haba asistido tres veces a casos en los que se haba procedido a decretar prisin preventiva de corta duracin, de modo que no tena un conocimiento en profundidad del procedimiento. Los casos en cuestin no haban sido especialmente importantes, as que ra decidi que aqul no era el mejor momento para recordarle a Jnas las posibles limitaciones de su defensa. Yo no puedo ir a la crcel dijo Jnas, estremecindose de tal forma, que ra no tuvo la menor duda sobre sus palabras. No puedo. Hoy es lunes. ra enarc las cejas. Lunes? Es peor un lunes que cualquier otro da? No, no dijo Jnas, que pareca ensimismado. Pero no quiero acabar as. Los lunes son das malos para m. ra le interrumpi antes de que se pusiera a disertar sobre estrellas y auras. Escchame con atencin. Ahora les diremos a los agentes que entren para interrogarte. Y, si eres capaz de explicar todo lo que ellos creen que hace recaer sus sospechas sobre ti, te prometo que podrs salir de aqu conmigo. Pero y si no lo consigo? pregunt Jnas, aferrando la mano de ra. Entonces, qu? Entonces haremos lo que se pueda dijo ra, dndole una palmada en el hombro. Anmate e intenta parecer tan natural como puedas, dadas las circunstancias. Se puso en pie y se dirigi a la puerta . Ests listo? pregunt con una mano sobre el pomo. Jnas asinti con la cabeza. Pero no pareca ni remotamente preparado para lo que le esperaba.
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Hum... no lo s dijo Jnas, mirando de reojo a ra, sentada a su lado. rlfur puso cara de enorme asombro. Cmo que no? Si a m me preguntaran si haba tenido relaciones sexuales con una mujer joven y guapa el jueves pasado, no tendra dificultad alguna en recordarlo. O es que usted slo piensa en el trabajo? ra suspir en su interior. Prefiere no responder a la pregunta dijo sin cambiar el gesto.
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Perfecto dijo rlfur. Practicaremos anlisis de ADN, de modo que su respuesta tampoco es totalmente necesaria. No haca falta prueba de ADN para hallar la respuesta a la pregunta. Jnas estaba sentado a su lado, completamente tenso, y la culpabilidad se lea en todos los rasgos de su rostro. No caba duda alguna de que haba tenido relaciones sexuales con Birna el jueves en cuestin... que, por desgracia, era tambin el da en que la mujer encontr la muerte. Se encontr semen en la vagina de Birna? pregunt ra. Les recuerdo que tendr acceso a todas las diligencias si le detienen y se decreta prisin provisional, ya que pueden estar seguros de que recuriremos, y si hace falta llegar hasta el Tribunal Supremo. Oy a Jnas suspirar. rlfur sac un lpiz y lo mordi mientras pensaba. No puedo negar que se encontr semen en la vagina de la difunta. Puedo preguntar si sus investigaciones han sacado a la luz la relacin de Birna con un granjero vecino? pregunt ra, con la esperanza de que la polica no se hubiera enterado an. El semen en cuestin podra corresponder a ese hombre. Lo sabemos todo al respecto afirm rlfur, y un gesto extrao apareci en su cara. Y? pregunt ra. No sera ms prctico interrogarle a l en vez de a Jnas? Ya lo hemos hecho explic rlfur, haciendo girar el lpiz entre sus dedos con gran habilidad. Independientemente del resultado que obtengamos con las muestras biolgicas de ese hombre, necesitamos tambin las de su cliente. Y por qu? pregunt ra. Si el semen resulta pertenecer al granjero, no puede ser de Jnas. rlfur dej traslucir una sonrisita perversa, lo que encendi una lucecita en la mente de ra. O quiz haba semen de dos hombres en los rganos sexuales de Birna? rlfur dej inmediatamente de juguetear con el lpiz. Tal vez respondi tras un instante de vacilacin. ra no necesit ms precisiones. Birna haba tenido relaciones sexuales con dos hombres el da que fue asesinada. Seguramente Jnas era uno de ellos, y el otro sera Bergur o el asesino, a menos que ambos fueran la misma persona. Sinti que Jnas se pona tenso a su lado, y saba suficiente sobre los hombres para saber qu le haba molestado. Se inclin hacia l y le susurr al odo, para que los agentes no la oyeran: Seguro que t fuiste el primero. Aquello no poda poner a Jnas ms nervioso de lo que ya estaba. ra not que se relajaba un poco. Pero hay que dejar bien claro que no es lo mismo tener relaciones sexuales con una persona que matarla, no es as? le dijo a rlfur, y aadi enseguida: Supongo que no se est acusando a Jnas de semejante cosa en estos momentos. No, no, no de modo definitivo contest rlfur. Pero si la difunta revela, por la presencia de lesiones internas y externas en los rganos sexuales, que ha sido violada, el caso, naturalmente, es distinto, no es cierto? ra decidi no responder. Hay algo ms que quieran aclarar, o slo queran una explicacin sobre el semen de Jnas? Hay ms cosas seal rlfur. Vamos a estudiar los mensajes enviados desde su telfono, Jnas. Puede explicarlos? Decirnos, por ejemplo, dnde estaba usted entre las nueve y las diez de esa noche? Jnas se volvi hacia ra, con gesto de desesperacin. Ella movi la
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cabeza con energa y parpade, indicndole as que deba responder. No puedo explicar ese mensaje. Yo no lo envi, de modo que alguien tiene que haberme robado el mvil y haberlo utilizado. Yo fui a caminar un rato hacia las siete y me dej el telfono. Alguien lo rob mientras yo estaba fuera. Robado, claro dijo rlfur, pero su voz dejaba traslucir cierta burla. Lo robaron y luego lo volvieron a dejar en su sitio, no? S replic Jnas con nfasis. No siempre lo llevo encima, ni mucho menos, me lo dejo aqu, de modo que no tuvo que ser nada difcil. Se masaje las sienes, nervioso. El hotel estaba repleto de gente. Haba una reunin espiritista, y cualquiera habra podido hacerlo. Qu curioso, que recuerde precisamente eso observ rlfur pensativo. Esa circunstancia en particular nos ha causado ciertas dificultades. Como dice usted, esto estaba lleno de gente, pero nadie recuerda haberle visto a usted esa noche. Hasta dnde lleg en su caminata? Hasta la playa? No! exclam Jnas, a la vez que daba un fuerte golpe con las manos abiertas sobre la mesa, para poner ms nfasis en sus palabras. Deambul sin rumbo fijo. Empec por acercarme a la zanja del camino de acceso, para comprobar si haban avanzado en el arreglo, y luego camin una hora ms o menos. Cuando volv, fui directamente a mi despacho y luego a mi apartamento. Alguien me habr visto en el hotel, con toda seguridad. No iba por ah con la cabeza tapada. Volv justo antes de las diez. La reunin continuaba, si recuerdo bien. Pues resulta que nadie dice haberle visto a usted. Ni dentro del hotel ni en el exterior, en todo ese rato. Hubo una pausa en la reunin a las nueve y media, y ciertamente dur hasta las diez. La gente de la reunin estaba por todas partes, algunos salieron a fumar, otros fueron a tomar un caf, pero nadie le vio. Sin embargo, debi regresar en ese intervalo dijo rlfur. Pero pasemos a otro asunto. Ayer por la noche encontraron otro cadver en unas caballerizas cerca de aqu. Puede decirme dnde estaba ayer domingo hacia la hora de la cena? Yo? Estaba en Reikiavik dijo Jnas. Cundo sali para la capital? Me march hacia las dos, ms o menos. La voz de Jnas temblaba un poco. Y supongo que habr pasado por los tneles, no? S dijo Jnas antes de que ra consiguiera detenerle. Haba algo que a ella no le gustaba nada. Supongo que viajaba en su propio coche, verdad? pregunt rlfur entonces. Tena el gesto de un nio ante una gran fuente de dulces. Prefiere no responder a esa pregunta se apresur a decir ra. Puso la mano sobre el muslo de Jnas y apret con fuerza. Perfectamente dijo rlfur, con una sonrisa burlona. Pero ya sabemos que fue a Reikiavik por los tneles. En ellos est terminantemente prohibido circular a caballo, a pie o en bicicleta, de modo que habr que pensar que fue en un vehculo de alguna clase. Fui en mi propio coche afirm Jnas como un tonto, a pesar de la fuerza con que ra le apretaba en la pierna. No pudo resistir la tentacin de clavarle las uas por aquella estupidez. Jnas se quej un poco y mir molesto a ra, que aparent que no haba hecho nada. En el rostro de rlfur apareci la sonrisa ms amplia que les haba dedicado hasta entonces. Y el gesto de desprecio de su rostro se hizo ms
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marcado. Cogi unos papeles que tena en un montn, y los dej caer sobre la mesa, delante de Jnas. Tengo aqu un listado de todos los vehculos que pasaron ayer por los tneles de Hvalfjrur. Pero entre ellos no est la matrcula de su coche. Guard silencio y mir a Jnas a los ojos. Cmo lo explica? Esta vez, por fin, Jnas supo contenerse. Opta por no responder a esa pregunta dijo ra. Es evidente que Jnas se encuentra en un estado de considerable nerviosismo, lo que sin duda hace que su anterior respuesta se pueda explicar como un error de memoria. Eso pas ayer dijo rlfur. Se encogi de hombros cuando ni ra ni Jnas reaccionaron ante sus palabras. En todo caso, pasemos a otro tema. Otro ms? ra intent aparentar una calma total, pese a la angustia que la domin, y al miedo por Jnas. Qu ms cosas tenan contra l?
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Y encima resulta que se haba peleado con Eirkur, el que encontraron muerto en la caballeriza le dijo ra a Matthew. Justo antes de que Eirkur saliera del hotel. Y encima, se descubri que tena una cantidad enorme de somnfero en la sangre, el mismo somnfero que tena Jnas en su mesita de noche. Dej escapar un suspiro. Tenan una orden de registro, maldita sea. Matthew solt un silbido. No ser que es simplemente culpable? pregunt. No lo s, no sabra decirte dijo ra. En el cinturn de Birna se encontraron huellas dactilares suyas, y l haba tenido relaciones sexuales con ella el da que la asesinaron, o esa misma noche, aunque l lo neg. Encima minti diciendo que ayer haba ido a Reikiavik. Suspir y le dio a Matthew la lista con las matrculas. Mandaron hacer un listado de todos los coches que pasaron por los tneles. Habrn empleado a mucha gente toda la noche comprobando las cmaras de seguridad. Se dejaron la lista, de modo que me la qued. Y luego? pregunt Matthew. Adnde se lo han llevado? A Borgarnes respondi ra. Maana por la maana comparecer ante el Tribunal de Distrito de Vesturland. Se pas los dedos por el pelo. Y conseguirn lo que quieren, a menos que el juez est borracho. Ese juez suele estar borracho? pregunt Matthew escandalizado. No, es slo una forma de hablar explic ra, que se acomod en su butaca. Pero no nos vendra nada mal. Ah, olvid decirte lo que pas mientras estabas fuera inform Matthew de repente. Me estaba tomando un caf en el bar, y cuando fui a buscar el dinero en el bolsillo para pagar, encontr la condecoracin que te compr en Stykkishlmur. La puse en la mesa, con las monedas, y el que estaba sentado a mi lado se puso frentico. Era el viejo, Magnus Baldvinsson. S? dijo ra asombrada. Qu dijo? No tengo ni idea contest Matthew. Habl en islands, pero no son nada amistoso. Acab agarrando la medalla y tirndola al suelo en el otro extremo del bar. Luego se levant y se larg. El camarero se qued boquiabierto, y me dijo que el viejo haba gritado que yo estaba provocndole. Me devolvi la medalla, tan asombrado como yo.
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Pues s dijo ra, extraada. Tambin se puso muy raro cuando le preguntamos por los nazis, recuerdas? No son reacciones nada normales aqu en Islandia. El nazismo tuvo muy poca influencia en este pas, aunque a la gente no le parece nada bien lo que hicieron. No sera conveniente que volviramos a charlar con l? Alarg la mano para coger el telfono, que estaba encima de la mesa. Pero ahora necesito arreglar todo lo necesario para que mi hijo vuelva a casa. Me parece que yo no voy a poder regresar por el momento. Marc el nmero de su hijo. Hola, Gylfi, soy mam. Te lo pasas bien en Selfoss?
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Captulo 25
Ve t delante dijo ra, dndole un empujoncito a Matthew. Puedes hacerte pasar por un aficionado a los caballos. Se lo creern a pies juntillas porque eres alemn. Estaban en la explanada de la alquera de Tunga, donde ra esperaba poder hablar con Bergur. Aqulla le pareci la excusa ms aceptable para poder llegar hasta los crmenes de los que acusaban a Jnas. Se encontraban ya junto a la vivienda, de construccin prctica y sencilla. Pareca una de tantas casitas unifamiliares de los aos setenta, con la diferencia de que se encontraba en un psimo estado de conservacin. Haba desconchones en el revestimiento, pues la pintura se haba desprendido; regueros de orn bajaban por las sucias paredes blanquecinas desde los soportes de hierro forjado. Venga, no seas tmido le anim ra. Ni hablar del peluqun, cario dijo Matthew, arrugando la nariz. Qu mal huele aqu aadi, y mir a su alrededor con la esperanza de encontrar la fuente de tanta fetidez. No ser puro y simple olor a campo? dijo ra, respirando hondo por la nariz. A menos que el viento venga de la ballena muerta. Yo hablar por los dos. De todos modos, lo mejor es no fingir demasiado. Llam a la deteriorada puerta exterior. Sobre la jamba haba una plaquita de madera en la que estaban pintados, con bonitas letras, los nombres de los dueos: Bergur y Rsa. ra esperaba de todo corazn que no fuera la seora quien abriese. Necesitaban hablar con Bergur, y ra no tena ni idea de si la esposa conoca su relacin con Birna. No le apeteca nada tener que ser ella quien le diese la noticia, y no tendran muchas opciones de hablar con el marido sin que saliese a relucir el tema. Cruz los dedos. Se abri la puerta y apareci un hombre entre los treinta y los cuarenta aos de edad. Era bastante delgado pero pareca robusto, con hombros anchos y grandes bceps. ra pudo comprender que Birna se hubiera sentido atrada por aquel hombre, pues en los marcados rasgos de su rostro y en su rizado cabello oscuro haba algo que le haca resultar tremendamente atractivo. Buenos das salud ra. Es usted Bergur? S respondi el hombre, mirando interrogante a los recin llegados. ra sonri. Yo me llamo ra, y soy abogada de Jnas, el del hotel. ste es Matthew, de Alemania, que me est ayudando en el trabajo, por as decirlo. Indic con el dedo a Matthew, que inclin la cabeza con cortesa . Nos gustara hablar un momentito con usted. Le mir a los ojos. Sobre el asesinato de Birna y el reciente hallazgo del otro cadver. Bergur les clav los ojos. Como ra sospechaba, no se alegraba, precisamente, de su visita. No s si debo hablar con ustedes replic secamente. La polica me ha sometido a interminables interrogatorios y estoy exhausto. No pueden solicitar las declaraciones de los testigos, y ya est? No tengo
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nada que hablar con ustedes. ra borr la sonrisa. En realidad, prefiero hablar yo misma con la gente en vez de leer en un papel lo que han contado. Adems, seguramente, muchas de las preguntas que ms me interesan no se las habrn hecho todava. Dej escapar un leve suspiro. Pero si no quiere hablar con nosotros, intentaremos hacerlo maana con su mujer. Espero que ella no est tan cansada como usted. Bergur se puso nervioso. No creo que ella tenga ms inters que yo en hablar con ustedes. Ya se ver en su momento, no? dijo ra. La llamar por telfono y le explicar por qu quiero hablar con ella. Estoy segura de que querr verme. ra esperaba que bastara con aquello, y puso cara de poker para que Bergur no sospechara que estaba echndose un farol. El granjero mir hacia atrs, al interior de la casa. Luego se volvi y le dirigi a ra una furiosa mirada. Hizo como que no vea a Matthew. De acuerdo asinti irritado. Hablar con ustedes, pero no aqu. Hay un cuartucho en las caballerizas, podemos sentarnos all. Entr en la casa y se puso los zapatos mientras deca en voz alta: Rsa! Salgo un momento. Luego cerr sin decir nada ms, aunque su mujer le respondi algo, que ra no lleg a distinguir. Bergur ech a andar en silencio. La caballeriza... dijo ra en voz bien alta mientras le segua casi corriendo en direccin a un edificio con un recubrimiento de chapa recientemente construido... es la misma en la que encontr el cuerpo de Eirkur? Bergur no respondi, as que ra mir a Matthew y abri mucho los ojos para indicarle que el asunto no iba del todo bien, y que tendra que participar l tambin en la conversacin. Matthew se limit a sonrer y a sacudir la cabeza. Siguieron al granjero hasta el portn, que abri con gran esfuerzo. Entren dijo. Gracias respondi ra, que no pudo evitar una sonrisa al ver la mueca de Matthew cuando el olor a excrementos de caballo les golpe como una violenta coz. Qu rico olor dijo sin que Bergur la oyera, guiando un ojo. Matthew tena los labios tan apretados que no pudo ni sonrer. Su gesto slo se relaj al entrar en el cuarto. Pueden sentarse aqu dijo Bergur, sealando tres sillas de lona colocadas alrededor de una vieja mesa de cocina. l se apoy contra un pequeo fregadero en el que haba una cafetera roosa y una caja de cartuchos. Muchas gracias dijo ra al sentarse. Vio la extraeza con que Bergur segua los movimientos de Matthew, que no se sent en la silla hasta haberle quitado el polvo con las manos. No s si me oy antes continu, es sta la misma cuadra en la que se encontr el cadver de Eirkur? Bergur asinti con la cabeza. S. Y fue usted quien lo encontr, no? pregunt ra. l volvi a asentir en silencio con la cabeza, as que continu: Y tambin fue usted quien se top con el cadver de Birna. Qu curioso aadi, con un gesto de extraeza. Bergur no respondi al momento, sino que fij en ella sus ojos enmarcados por unas espesas cejas negras, hasta que ra se vio obligada a pestaear. Entonces habl.
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Est insinuando algo? pregunt secamente. Si es as, le dir lo mismo que le dije a la polica: que no tengo absolutamente nada que ver con esas dos muertes. Esos asesinatos le corrigi ra. Porque a los dos los asesinaron. En todo caso, sabemos perfectamente que usted tena una relacin amorosa con Birna. Iba todo bien entre ustedes? Bergur se sonroj ligeramente, pero ra no supo si era de indignacin o de vergenza por tener que hablar de su adulterio con unos desconocidos. Pero cuando por fin habl, su voz indic que se trataba ms bien de esto ltimo Iba bien dijo, volviendo a cerrar los labios con fuerza. Su mujer estaba al tanto? Cmo se llama...? dijo Pora, que prosigui al momento: Ah, s, Rsa. Estaba Rsa al tanto? El rubor se hizo ahora muy evidente. No respondi Bergur. No estaba enterada, y an no se ha enterado, creo. Por lo menos, yo no se lo he dicho. De modo que era una aventura temporal pregunt ra. Se lo pregunto en vista de que prefiri ocultrselo a su mujer. Ya era ms que eso respondi Bergur, irritado. Tena intencin de separarme de Rsa. Pero an no haba llegado el momento de decrselo. Comprendo dijo ra. Entonces quiz no sea conveniente tener que hablarlo con ella precisamente ahora, no? Eso a usted no le importa declar Bergur con el rostro encendido. No, claro que no repuso ra. Se sent mejor en la incmoda silla, que solt un crujido. Hoy me he enterado de algo sobre Birna que me parece bastante raro, a la vista de lo que me est contando usted. Call como si estuviera reflexionando sobre la conveniencia de confiar a Bergur aquel dato. De qu se trata? pregunt Bergur con curiosidad. No, quiz no sea ms que una tontera dijo ra, mirndose las uas. Luego levant los ojos y los clav en los de Bergur. El da en que fue asesinada, Birna haba tenido relaciones sexuales con dos hombres. Con usted, supongo, y con otro. Quiz con el asesino... quiz no. Puede ser que la relacin que tenan ustedes dos no fuera ms que una aventura pasajera, para ella. Bergur se irgui y exhal con fuerza. No s de dnde habr sacado sus informes, pero a m me dijeron que la haban violado. Creo que no hace falta ser demasiado listo para comprender que ese ltimo coito fue en contra de su voluntad bram fuera de s. De modo que reconoce que fue usted uno de los dos? pregunt ra. Bergur se dej caer de nuevo sobre el fregadero. S. Fue con pleno consentimiento de ella y mucho antes de que la asesinaran. Lo hicimos por la tarde, y la asesinaron por la noche. ra reflexion un momento. Quin cree que puede haber matado a Birna? pregunt. Eran muy ntimos, tendr que haberle dado muchas vueltas al asunto. Jnas vocifer fuera de s. Quin si no? ra se encogi de hombros. l asegura que es inocente. Exactamente igual que usted revel . Y por qu iba a desearle l la muerte? Birna trabajaba para l en algo que le resultaba especialmente querido. Ahora todo se ha ido a hacer
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grgaras, o por lo menos se ha complicado muchsimo. Adems, tengo entendido que acababan de acordar poner fin a su relacin amorosa, de modo que no deba de haber problema de celos. O no es as? No tenan ninguna relacin amorosa explic Bergur muy enfadado . Se haban acostado, pero no tenan una relacin. Se detuvo un instante para respirar. Pero l estaba loco por ella y es mentira que hubiera aceptado la ruptura, porque era ella quien le haba rechazado. Cmo sabe usted eso? pregunt ra. Me lo cont Birna respondi Bergur, ingenuo. l la persegua como si fuera su sombra. sa fue la razn de que Birna dejara de usar su habitacin del hotel como estudio. No la dejaba en paz. ra era todo odos. Y adnde iba, entonces? pregunt. Supongo que a algn sitio cerca, no? Bergur comprendi al instante la causa del inters de Pora. Aprovech para dejar pasar un tiempo antes de responderle, pero finalmente lo hizo. Se traslad a Kreppa dijo. La granja pertenece al hotel pero all no vive nadie. Se instal all. S a qu granja se refiere replic ra. Y he estado all, pero no vi nada que indicara que alguien hubiera estado trabajando all recientemente dijo con un gesto de duda. Sabe quiz qu habitacin utilizaba? Una de las del piso de arriba contest Bergur, sin dar ms detalles.Comprendo dijo ra, que decidi volver a la granja lo antes posible. Tena que haber all algo que perteneciera a Birna, quiz algo que arrojara luz sobre su muerte, aunque el deseo era quiz demasiado optimista. Dgame una cosa continu. Conoce usted la historia de las dos granjas, Kreppa y Kirkjusttt? Bergur sacudi la cabeza. No. Yo soy de Vestfjrur. Vine aqu a los veinte aos. Nunca ha odo hablar de algn incendio en Kirkjusttt? pregunt ra con escasas esperanzas. No, nuncarespondi Bergur. Las granjas no han sufrido renovaciones, de modo que no puede haber habido un incendio all, a menos que la reconstruccin se hiciera muy rpidamente y se reparasen todos los daos. Pero lo dudo, porque Birna estaba muy interesada en la historia de las granjas y nunca me lo mencion. Habl con usted sobre la historia de las granjas? pregunt ra, con la esperanza de obtener una respuesta positiva. Y le mencion alguna vez a los nazis en relacin con ellas? Bergur levant las cejas. S contest. En realidad no dijo nada, pero me pregunt si yo saba algo sobre la historia de los nazis en esta zona. Naturalmente, yo no saba nada, pero cuando le pregunt por qu quera saberlo, me dijo que no me preocupase, que no era nada importante. Qu extrao que usted vuelva a mencionarlo ahora. Ya casi lo tena olvidado por completo. Y Kristn?pregunt. Mencion alguna vez el nombre de Kristn? Bergur ri con frialdad y sonri burln. Dgame un solo islands que no ha tenido en los labios el nombre de Kristn al menos una vez en la vida. Borr la sonrisa. Pero no recuerdo nada especial que tuviera relacin con ese nombre. Muy bien asinti ra. Si no le importa, me gustara preguntarle
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por Eirkur, el lector de auras. No esper a su respuesta, sino que prosigui: Se conocan? No respondi Bergur. Saba quin era. Eso era todo. Nunca habl con l. Podra decirme, quiz, cmo lo encontr y, tal vez, cmo es el lugar? No prefieren verlo con sus propios ojos? dijo Bergur. Matthew y ra se levantaron y le siguieron hasta la caballeriza propiamente dicha. ra se haba acostumbrado al olor, de modo que no le afect mucho, pero Matthew hizo grandes aspavientos nada ms abandonar el cuartucho. Caminaron hasta una de las cuadras, que tena paredes ms altas que las dems. Es aqu indic Bergur, con el rostro un tanto plido. El semental estaba en el pesebre y lo haba matado a coces. Al menos sa es la impresin que tuve. Abri el cubculo. El caballo no est aqu ahora. ra ech un vistazo al interior. No haba mucho que ver, pues lo haban quitado todo, dejando el suelo libre. Supongo que la polica habr registrado el escenario a fondo. S, se pasaron aqu toda la nocherespondi Bergur. No dejaron las cosas muy ordenadas, precisamente. Me lo imagino dijo ra. Por qu entr usted aqu? A darles de comer respondi conciso. Por desgracia. Por desgracia? pregunt ra. Qu quiere decir? Ojal no hubiera tenido que ver aquella atrocidad contest Bergur con sinceridad. El cuadro era espantoso. El zorro, las agujas y la sangre, por no hablar del hombre destrozado. El zorro? ra no pudo evitar un gesto de sorpresa. Haba un zorro aqu dentro? S respondi Bergur. Atado al pecho del cadver. Al principio pens que se trataba de una estola de piel, pero luego me di cuenta de lo que era realmente. Me qued como petrificado un buen rato antes de reaccionar. Mirando. Cerr la puerta de la cuadra. Por qu va alguien a atarse al pecho un zorro, a s mismo o a otra persona? pens ra en voz alta. Tienen algn significado especial los zorros en esta comarca? No, no que yo sepa respondi Bergur. No tengo ni la menor idea de qu podra significar o representar. A lo mejor era slo para hacerlo todo ms horrible an. El olor del zorro era repulsivo. Llevaba muerto mucho ms tiempo que Eirkur. ra asinti, pensativa. No consegua imaginar ninguna explicacin. Y qu agujas son sas que mencion? Se haba estado inyectando algo ese hombre? A lo mejor era aqul el motivo de las extraas preguntas de rlfur sobre agujas y costura. Bergur entorn los ojos, visiblemente contrariado por tener que recordarlo. Trag saliva antes de hablar. El cadver tena alfileres clavados en las plantas de los pies. Vacil un momento, pero prosigui: A Birna le haban hecho lo mismo. Tuvo un estremecimiento y aadi: Quienquiera que fuese el que les clav aquello en los pies, no les tena ninguna simpata, eso est claro. Alfileres? pregunt ra desconcertada. Alfileres? S dijo Bergur, volviendo a apretar los labios. Prefiero no hablar de eso. No tengo ganas de recordar todos esos detalles. ra lo dej correr, pues estaba tan confusa que no tena ni idea de qu ms preguntar. Qu poda llevar a alguien a clavarles alfileres en los
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pies a unas personas a las que quiere matar? Quiz haban torturado a Birna y Eirkur para sacarles informacin? ra dej de darle vueltas a la idea y pas a otro asunto. Puedo preguntarle si consigui explicarle a la polica dnde estaba usted a la hora en que creen que murieron Birna y Eirkur? S y no respondi Bergur. Pude explicar dnde estaba, pero por regla general voy solo, de manera que nadie puede confirmarlo excepto mi mujer. Mir a ra como advirtindole que no deba poner en duda lo que le estaba diciendo. A ra ni se le pas por la cabeza hacerlo, y pens que haba sido ms sensato que Jnas, que se invent unas ausencias que se pudieron desmontar con facilidad. No creo que ella le vaya a mentir a la polica aadi secamente, como si aquello fuera un inconveniente. Una cosa ms se apresur a decir ra. Qu significa RER? Bergur alarg una mano al pestillo de la cuadra y volvi a abrirlo. No tengo ni idea de su significado. Seal con el dedo la pared del fondo de la cuadra del semental. Eirkur lo grab en la chapa antes de morir. ra entr, y Matthew detrs de ella; le explic lo que haba dicho Bergur, y los dos se agacharon sobre la porquera para mirar mejor. Matthew sac su mvil e hizo una foto. RER dijo ra, saliendo de la cuadra detrs de l. Qu palabra querra escribir? A lo mejor la segunda R es en realidad una B. Bergur se encogi de hombros. Como ya le dije... no tengo ni la ms remota idea de lo que puede significar. Cerr la cuadra. Tendra que volver a mis obligaciones. Tienen ya suficiente? Se escuch un leve crujido y la puerta de la caballeriza se abri. Entr titubeante una mujer de edad similar a la de Bergur. Su aspecto le llam la atencin a ra. No era ni fea ni desgarbada, pero haba algo en su forma de moverse y en su ropa, que la haca tremendamente poco atractiva. Su cabello estaba como muerto y descolorido, sujeto por detrs de la cabeza con una cinta que no contribua demasiado a su belleza. En sus cortas pestaas no haba ni huella de rmel. Era una mujer a la que no sera fcil describir cinco minutos despus de que se hubiera marchado, y daba la sensacin de que ella misma era tambin consciente de su aspecto, y prefera pasar desapercibida. ra hizo un intento de sonrer para tranquilizarla un poco, pues se la vea nerviosa e indecisa en medio de la puerta abierta. La mujer carraspe y dijo luego en voz baja: No vienes? Haba dirigido sus palabras a Bergur, como si no viera a ra y Matthew. Ahora mismo respondi Bergur. En su voz no haba ni un mnimo asomo de cario. Vuelve a casa. Ya voy yo. Ah, vaya dijo ra con alegra. Es hora de irnos. Se volvi hacia Bergur. Muchsimas gracias. Ha sido muy amable al dejarnos ver el escenario de los hechos. Apart la mirada de Bergur y dirigi sus ojos hacia la mujer, que supona era Rsa. Su marido ha sido muy amable al ensearnos la cuadra en la que se encontr el cadver. Soy abogada y estoy en el caso por mi cliente. Rsa asinti indiferente. Adis, Rsa. Tendi la mano a la vez que se presentaba. Los ojos de la mujer slo se detuvieron en ra por una fraccin de segundo, volvindose inmediatamente hacia su marido. Vienes ya? repiti. Bergur no respondi. ra intent romper aquel difcil momento con una pregunta final,
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aprovechando que Matthew no comprenda. Una ltima cosa. Vi a un chico joven en silla de ruedas muy cerca del hotel. Creo que es de aqu. Sabe usted qu accidente le caus esas heridas? Bergur y Rsa se quedaron mirndola, petrificados. Ya saben, un muchacho que tiene unas quemaduras horribles aadi para ser ms precisa. No tuvo que decir nada ms, porque los insultos que empezaron a salir como escupitajos por la boca de Rsa le indicaron sin asomo de duda que saban de quin estaba hablando. ra se qued atnita y vio, sin decir una sola palabra, cmo Bergur agarraba a su esposa por el brazo y se la llevaba a rastras. Matthew le puso la mano sobre el hombro a ra. Tengo tantas ganas de largarme de este lugar apestoso, que no te puedes ni imaginar. Pero he de reconocer que me gustara saber qu barbaridad acabas de decirle a esa buena mujer.
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Magns Baldvinsson sonri para s. Aunque ya estaba viejo y cansado, haba momentos en los que se olvidaba de la decadencia de su cuerpo y se senta como en sus aos mozos. Y aqul era uno de esos momentos. Marc el nmero de su casa y esper de buen humor a que su esposa respondiera, se tom un generoso trago del coac que haba comprado en el bar y disfrut al sentir el lquido dorado calentar su boca antes de pasar a la garganta. Hola, Fra salud. Ya se acab. Qu? se oy preguntar a su mujer. Vuelves ya a casa? Qu ha sucedido? La polica acaba de detener a un hombre por el asesinato de Birna inform Magns, haciendo girar la copa ante sus ojos. Puedes decirle a Baldvin que venga a buscarme cuando mejor le convenga. Est en el este, preparando el congreso del partido. Si recuerdo bien, no estar en su casa hasta por la noche, tarde respondi su mujer con miedo en la voz. Quieres que le pida a alguien que vaya a recogerte? No, no respondi Magns, an contento. A la alegra que acompaaba a la relajacin de la tensin y el miedo de los das pasados, se sumaba el orgullo por su nieto. Me apetece ir con l, y tambin que me cuente qu tal fue la reunin. Siempre est preguntando por ti, desde que te llev a Snfellsnes dijo su mujer. Se alegrar de traerte l a casa. Aquellas palabras fueron seguidas por un breve silencio, pero luego aadi, desconfiada y asustada a la vez: Tenis algn plan? No contest Magns sin dudarlo. Bueno, no puedo alargar esto. Dile a Baldvin que venga cuando mejor le convenga. Yo estar aqu. Se despidieron, y Magns colg. Dej la mano encima del telfono un breve instante, antes de retirarla. No supo si fue la visin de su mano avejentada lo que le devolvi de golpe a la realidad, o el alcohol, pero, de repente, volvi a sentirse como un anciano. Not con extraeza cmo una lgrima se deslizaba por su mejilla llena de arrugas, y la vio caer sobre la pernera del pantaln. Se qued mirando la manchita, mientras le invada una sensacin de culpa y de malestar. Kristn.
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ra se masaje las sienes. No s si servir de mucho o de poco el saberlo, pero la estrofa de la lpida de Grmur Prlfsson es del Hvaml anunci, reclinndose sobre el respaldo de su silla, delante del ordenador. Mir orgullosa a Matthew, sabiendo que l no tena ni idea de qu le estaba hablando. El Hvaml es una serie de versos aforsticos medievales que se suponen compuestos por Odn. Muchas de las cosas que se dicen en el poema siguen siendo increblemente sensatas hoy da. ra reconoci en el gesto de desinters de Matthew el suyo propio en los aos de instituto, cuando oy hablar del Hvaml en serio por primera vez. De verdad continu. Aqu pone que esta estrofa en particular se refiere a las desgracias que le sobrevienen a quien acaba vindose obligado a depender de otras personas. Lo que no nos aclara nada en s mismo seal Matthew. Eso lo sabe todo hijo de vecino. Pues a m me parece que es muy revelador repuso Pora. Por ejemplo, me parece evidente que lo grabaron en la lpida de Grmur por algn motivo. No lo eligieron al azar, estoy segura. Volvi de nuevo a la red e intent encontrar la estrofa que estaba en la piedra del prado del hotel. No fue fcil sacar nada en claro, lo nico que consigui fue una referencia a los cuentos populares de Jn rnason, en una pgina que trataba del abandono de nios y, a pesar de varios intentos, no consigui hallar la coleccin de historias en la red en forma accesible. Esta estrofa tiene que ver con el abandono de nios dijo ra, explicando lo que haba encontrado. Aqu pone que los nios sin bautizar que eran expuestos se convertan en fantasmas y que sus lamentos, el lamento de los expsitos, se oye cuando el viento sopla sobre su pira, que es el lugar donde fueron abandonados. Incluso se cuenta aqu que los expsitos pueden viajar apoyndose en una rodilla y empujndose con una mano. Apart la vista de la pantalla y mir a Matthew. T viste algo as por la ventana? Matthew le puso muy mala cara y ra se gir de nuevo hacia la pantalla, con una sonrisita. Pero la prxima vez que te encuentres con un expsito debes tener cuidado de que no haga tres crculos a tu alrededor, porque entonces perders la razn. Intenta que se aleje, as se marchar en busca de su madre. Mir de nuevo a Matthew, con una sonrisa de oreja a oreja. Eres muy graciosa dijo Matthew enfadado. Lo de aquel ruido no era broma, lo o de verdad. Tendra que localizar la coleccin de cuentos y leyendas populares y buscar all. ra bostez. Pero eso puede esperar. Estoy de acuerdo contigo en que no corre ninguna prisa asinti Matthew. Algo me dice que eso no te va a aproximar al asesino. Nunca se sabe, amigo mo dijo ra, que inici una nueva bsqueda, ahora sobre la tuberculosis. Ley algunas de las pocas pginas que encontr sobre el tema. Eso se llama mala suerte dijo. El antibitico contra la tuberculosis lleg al mercado en 1946. Un ao despus de la muerte de Gun. Sigui leyendo y luego cerr el navegador y se puso en pie. En realidad, despus lo que he ledo, puedo comprender por qu ni Gun ni su padre, Bjarni, quisieron ir al hospital para tuberculosos. Segn lo que he encontrado, los intentos que se hacan para detener el avance de la tuberculosis, o para curarla, eran de todo menos agradables. Comprimir por completo un pulmn, extirpar costillas y cosas por el estilo, pero no servan de nada y en muchos casos el enfermo quedaba mutilado.
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Matthew le dio un golpecito en el hombro. Todo eso es terriblemente apasionante, pero creo que deberas darte la vuelta y ver quin acaba de entrar. ra se gir hacia la entrada principal, pero enseguida se volvi otra vez hacia Matthew. Qu querr? Crees que me habr visto? No ser que viene a darte una paliza? le susurr Matthew al odo . Pero creo, a pesar de todo, que deberas hablar con ella. ra no respondi, pero se volvi de nuevo a mirar. Vio cmo Jkull, el camarero y segador, se acercaba a la seora de Tunga, visiblemente nerviosa delante del mostrador de recepcin, que estaba vaco. Iba vestido con un chaquetn y botas y trat a Rsa con gran afabilidad antes de salir los dos juntos. Ninguno de ellos pareci fijarse en la presencia de Matthew o de ra. sta se volvi hacia Matthew. Qu demonios de relacin hay entre esos dos?
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Captulo 26
S que tu jornada laboral est a punto de acabar, Bella dijo ra con el cansancio en la voz. Y no te estoy pidiendo que trabajes esta noche. Puedes hacerlo maana por la maana. Sacudi la cabeza para comunicarle su desesperacin a Matthew, mientras escuchaba las protestas de su secretaria. Mi querida Bella, yo pensaba que sta era una tarea que te vena que ni pintada, por lo aficionada que eres a los caballos. ra no acababa de comprender que Bella, con sus abundantes carnes, lograra subirse a lomos de un caballo. Lo nico que tienes que hacer es averiguar si existe alguna relacin entre caballos y zorros, o entre zorros y asesinatos. Suspir y cerr los ojos cuando Bella la interrumpi. Bella, no s cmo puedes encontrarlo. Intenta comprobar si los zorros y los caballos, especialmente los sementales, tienen algo en comn. ra se daba perfecta cuenta de que tendra que explicarlo un poco mejor. La cuestin es que han encontrado en una caballeriza a un hombre, al que un semental haba matado a coces. El cadver tena atado al pecho un zorro muerto. Me imagino, y quiero comprobarlo, que lo hicieron con alguna intencin. Matthew le gui el ojo a ra y sonri. Conoca perfectamente lo tensa que era la relacin de ra con su secretaria y se diverta mucho oyndolas, aunque no comprendiera una sola palabra de lo que hablaban. Dale recuerdos de mi parte interrumpi. ra hizo una mueca. S, Bella, s. Lo encontrars. Hiciste muy bien el encargo del cementerio, y estoy segura de que lo mismo pasar ahora con esto. Matthew te enva recuerdos. Mir a Matthew y sonri. Le apetece mucho ir contigo a visitar unas caballerizas en cuanto volvamos. Ya hemos estado en unas, y le han encantado. En estos momentos, su mayor ilusin es tener la oportunidad de dar de comer a los caballos y recoger el estircol. Ya sabes cmo les gustan a los alemanes los caballos islandeses. Se despidi y se volvi hacia Matthew. Bella quiere invitarte a ir con ella a ver una caballeriza cuando volvamos dijo, con una sonrisa de oreja a oreja. Dice que te d las gracias por la ltima vez que os visteis. Ja, ja exclam Matthew. Muy graciosa. Supongo que le habrs contado lo bien que lo pasaste t en la cuadra. Conseguiste decir tres palabras seguidas antes de que Rsa se pusiera hecha un basilisco? Tienes que reconocer que reaccion de una manera muy extraa observ ra. Da igual que la pregunta fuera o no agradable. Pero tengo que descubrir qu relacin existe entre ella y Jkull. Su reaccin en la cuadra fue un poco exagerada dijo Matthew. Pero ya te advert que no debas meter las narices en ese asunto. Lo divertido es que yo intentaba ser amable, porque me dio la sensacin de que Bergur estaba muy molesto con ella dijo ra. Lo del joven de la silla de ruedas fue lo nico que se me ocurri. Por desgracia sealo Mathew. No se podr encontrar algo al respecto en la red? Est tan destrozado que no puede haber nacido as, tiene que haber estado en un incendio y los incendios suelen ser noticia
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casi siempre. Sobre todo cuando alguien sale herido aadi. Tiene que poderse acceder de alguna forma a las noticias antiguas en las pginas de los peridicos. S, probablemente dijo ra. Pero sera muchsimo ms sencillo si alguien de aqu pudiera contrmelo. No s qu buscar, ni siquiera s si sucedi hace diez aos o hace un mes. Los peridicos no suelen especificar las heridas, se contentan con decir si alguien est grave o de pronstico reservado, y cosas por el estilo. Aparte de que ni siquiera s si fue el incendio de una casa o si el joven se cay sin ms dentro de un geiser. Dej escapar un hondo suspiro. Adems de que tendra que dedicarme ms bien a intentar hacer algo por el pobre Jnas. Matthew gru. Si se puede dijo. Tienes que reconocer que podra ser culpable. S, desgraciadamente asinti ra. Pero de alguna forma, estoy segura de que no fue l quien cometi esos crmenes. Y quin, entonces? pregunt Matthew. Todo tendra mejor pinta si hubiera algn sospechoso ms. ra reflexion un momento. El siguiente sera Bergur, pero no tendra, aparentemente, ningn motivo para matar a Eirkur. Se mordi el labio inferior. Estaban en la explanada frente al hotel, adonde haban ido porque ra quera hablar con Bella. Se encontraban uno al lado del otro, apoyados en el coche de alquiler de Matthew. No podemos excluir a todos los que estaban en la reunin espiritista? pregunt ra. Se estaba celebrando justo en el lapso de tiempo en que fue asesinada Birna, a juzgar por lo que dijo la polica. Se ha sabido algo ms preciso sobre la hora de la muerte? pregunt Matthew. rlfur dijo que entre las nueve y las diez del jueves por la noche respondi ra. Tena que basarse en las conclusiones de la autopsia. Coincide adems con el mensaje en el que la citaban a las nueve. ra suspir. La reunin empez a las ocho. Nosotros tardamos media hora en llegar a la playa, as que si el asesino fue all desde la reunin, no habra podido estar de vuelta antes de la pausa, que fue a las nueve y media. El acceso estaba cortado, de modo que nadie habra podido llegar en coche... habra tardado demasiado tiempo en llegar a la carretera general. Sabes quienes estuvieron en la reunin? pregunt Matthew. De nada sirve excluir a un montn de gente si no tienes ms informacin sobre quines eran. No, pero estoy segura de que, de una u otra forma, Vigds sabr quines asistieron. Ella cobraba la entrada dijo ra. Y adems, muchos debieron de pagar con tarjeta, de forma que podremos encontrar los nombres de algunos de ellos. Pero no deberas concentrarte en los posibles sospechosos, en lugar de en los que no son sospechosos?seal Matthew. S, pero de esta forma podr descartar a bastantes. Y al mismo tiempo, tendr una lista de los que pudieron haber visto a Jnas paseando durante la pausa, y que podran servir como testigos de su ausencia dijo ra. Observ una gaviota que volaba por encima de ellos. A menos que el asesino se haya marchado volando dijo pensativa, pero de repente se irgui y se apart del coche. Y por qu no en barco? No podra haber tenido el asesino una motora con la que entr en la ensenada? Matthew no pareca igual de entusiasmado con la idea.
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No es un poco absurdo? la contradijo. T y yo estuvimos en la ensenada y viendo la playa no me pareci que fuera posible desembarcar all. Las piedras del fondo no hacan ms que moverse. Y aadi pensativo: Aunque, en realidad, haba un posible embarcadero. A lo mejor s que se puede. Sigui reflexionando. Pero la barca habra tenido que estar amarrada aqu al lado, en el embarcadero del hotel, antes de la reunin. Quiz haya alguien que recuerde si fue as. Vamos all y veamos cmo es. Bajaron desde el hotel al pequeo muelle que haba al este de los terrenos. Matthew se volvi y mir al hotel, cuando ya estaban casi llegando al lugar. Aqu no se nos ve mucho dijo, sealando con el dedo. Desde donde estaban se vea el tejado del hotel, pero ni las puertas ni las ventanas. Sera fcil hacer cualquier cosa aqu sin que te molesten. Mir a su alrededor. Y eso que me da la sensacin de que este embarcadero no parece usarse mucho. No hay cabos ni postes para amarrar botes. ra mir por debajo de los lados de la pasarela pero no vio nada que pudiera indicar que el muelle estuviera en uso. De acuerdo dijo. Pero de todos modos le preguntar a Vigds si recuerda alguna barca esa noche. Se levant viento, envolvindoles en el olor de la ballena muerta. Dios mo exclam ra, mirando el borde de la playa en direccin al lugar de donde soplaba el viento. All est el cadver, mira! seal con el dedo hacia una gran masa negra, informe, a bastante distancia. Matthew se cubri la boca y la nariz con la mano, pero aguz la vista en direccin al lugar que sealaba ra. Pero qu es eso? No puede haber en el mundo un olor ms horrible. Vamos a echar un vistazo? pregunt ra. Si atajamos por esa pequea ensenada, estaremos all en poco tiempo. Matthew dej de mirar la lnea de la playa, y se concentr en ra. Ests hablando en serio? Quieres ir hasta all para ver esa monstruosidad asquerosa? Pues, claro dijo ra, pero en ese momento son su telfono. Suspir al ver el nmero. Hola. No se te ha pasado por la cabeza contestar a los mensajes que te he estado enviando ininterrumpidamente, o te limitas a borrarlos? grit su ex marido, furioso. No s dnde diablos ests, pero esta eterna falta de comunicacin se ha vuelto un tanto fastidiosa. No me chupo el dedo, y s perfectamente que tienes apagado el mvil para poder enredarte con el primero que te encuentres. ra intent contenerse, pero no pudo mantener del todo la prudencia ante semejante perorata. Cllate, Hannes le orden. Estoy aqu trabajando, y si alguna vez hubieras llegado ms all de la circunvalacin de Reikiavik, sabras que no en todas partes hay cobertura para el mvil. Esto ltimo lo dijo con toda frialdad, aunque ella misma lo haba descubierto muy pocos das atrs. Lo nico que tengo que decirte es que Gylfi y Sley estn justo a las afueras de Selfoss y que hay que ir all a buscarles. Sigga est con ellos. Y a m qu me cuentas? vocifer Hannes. Yo tambin trabajo y no puedo andar de un lado para otro segn a ti te convenga. Puedes ir a buscarles, o no? pregunt ra. Si no puedes,
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llamo a mis padres y les pido que vayan ellos. Pero quiero recordarte que es culpa tuya. Si no hubieras estado cantando Eye of the Tiger una vez tras otra, no se habran marchado. ra subi el volumen, porque le pareca or msica. Estoy oyendo Final Countdown dijo, escandalizada . An ests con el Sing Star? Se despidieron cuando Hannes acept ir a buscarles, y ra colg, enfadada por haberse irritado. Abri el telfono y llam a Gylfi para decirle que su padre ira a buscarles. Tuvo que hacer un buen esfuerzo para calmarse del todo. Drama familiar le dijo a Matthew, que la miraba con mucha curiosidad. Iremos a Kreppa a buscar el estudio de Birna. Por fin exclam Matthew. Estoy dispuesto a todo menos a estudiar el cadver de la ballena. Y quin sabe? A lo mejor encontramos ms nombres de personas asesinadas grabados en esa casa. Subieron al muelle y volvieron hacia el hotel, donde ra vio un hombre que les haca seas con las manos. Era el fotgrafo de la revista de viajes, Robin Kohman. ra respondi a sus seas, y l se dirigi hacia ellos. Hi les grit. Os estaba buscando. Y eso? le grit ra, a su vez, acelerando el paso. Estbamos echando un vistazo por ah. Me marcho esta noche anunci el fotgrafo despus de los saludos, y quera daros las fotos de Birna. Y aadi con un gesto mucho ms triste: Me he enterado de lo sucedido, y quera entregrselas a alguien que la conociera. Sacudi la cabeza, apesadumbrado. Ha sido tan repentino y, desde luego, me resulta enormemente sorprendente en este pas. S, es espantoso dijo ra. Esperemos que capturen pronto al culpable. Ha hablado contigo la polica? pregunt Matthew. Supongo que desearn entrevistarse con todos los huspedes antes de que se vayan. Robin asinti. S, charlaron conmigo esta maana, pero no pude decirles nada. No les quisiste dar las fotos a ellos?pregunt ra. Aunque nosotros s las queremos, por supuesto. No; pens que estas cosas no tenan nada que ver con el asunto dijo Robin. No creo que las fotos tengan ninguna relacin con el asesinato de Birna. Son de lo ms inocentes. Sonri cordial. Quiz con excepcin de una, la de un zorro muerto.
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Matthew dej la foto. Estaban sentados con Robin en el bar, y sobre la mesa, delante de ellos, haba un montn de fotografas que el hombre haba extrado de un sobre grande con el nombre de Birna. Dnde tomaste sta? pregunt Matthew, sealando el zorro muerto que ocupaba el centro de la imagen. La esbelta criatura yaca de lado sobre la hierba. La lengua colgaba por un lado de la boca, y la piel rojiza estaba desgarrada y ensangrentada en un costado. Estaba al lado del sendero que llevaba a la vieja granja, que est justo ah al lado respondi Robin. Birna me pidi que la acompaara hasta all a hacer algunas fotos y nos encontramos con el pobre bicho. Me pidi ella que la hiciera, le pareca de lo ms triste. En esta foto no se ve, pero todo lo que haba alrededor indicaba que el zorro se haba arrastrado
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hasta all gravemente herido. Robin seal la herida en el costado del animal. Escap al cazador, pero el disparo result ser mortal. Os llevasteis el zorro? pregunt ra. No, ests loca? dijo Robin. Ni lo tocamos. Ola espantosamente mal, y no tenamos el menor deseo de recoger el cadver. Crees que alguna persona, o algunas personas, habran podido pasar despus de vosotros y habrselo llevado? pregunt ra. Robin mir alternativamente a uno y otro, extraado. No acierto a comprender este inters, pero claro que es posible. El zorro estaba a la vista de todos los que pasaran por all. Se irgui. Slo que no puedo imaginarme que nadie pueda tener inters en recoger un cadver como se. A menos que la piel sea muy valiosa. Mir a ra. Tienen los islandeses debilidad por los zorros? ra sonri. No, no como para ponerse a recoger cadveres. El inters que tenemos Matthew y yo por el zorro tiene otra motivacin, muy diferente, pero sera demasiado largo de explicar. Agarr las fotos y empez a mirarlas. Birna no te dijo por qu eligi estos temas precisamente? le pregunt a Robin. Veo que muchas fotos son de la vieja granja y del terreno que hay detrs de hotel, pero tambin hay una de una trampilla de metal y otras de paredes interiores, al parecer. Te explic algo? Le ense a Robin las fotos en cuestin. El fotgrafo las mir y asinti con la cabeza. Recuerdo bien que haba esa trampilla en el prado de la vieja granja, ah al lado de las rocas explic. La foto de las paredes, en cambio, la tom aqu, en el stano, en la parte vieja del hotel. Me pidi que la tomara un da despus de las otras, pero no me dio ms explicacin sobre su inters por la trampilla. Pens que tendra algo que ver con la arquitectura, pero no entend del todo por qu quera precisamente esas fotos. Te coment algo sobre esta piedra? pregunt Matthew, sealando tres fotos de la roca con la inscripcin que haban encontrado detrs del hotel. Robin estudi las fotos. S, qu curioso. Le pregunt por ella, mientras la fotografibamos por delante y por detrs. Me tradujo el poema y, como me pareci bastante raro, le pregunt si era una costumbre islandesa escribir poemas en las piedras. Dej las fotos sobre la mesa. Contest que no, y se mostr bastante extraada de encontrar all una piedra con inscripcin. Se le ocurri alguna explicacin, o estuvo pensando cmo habra llegado all la piedra? pregunt ra. No directamente respondi Robin. Estuvo intentando comprobar si el poema lo podan haber grabado los habitantes, o si en la casa habra podido vivir algn artista. Luego pens que tal vez se tratara de la tumba de algn animal domstico, aunque el poema no le pareca que encajara con eso. Que yo sepa, no lleg a ninguna conclusin. Matthew le dio un golpecito a ra. Aqu hay una interesante dijo, dndole una foto de Birna hablando con un anciano en la explanada de delante de la puerta principal del hotel. ra la tom. A lo mejor estaban hablando de la remodelacin de su residencia dijo Matthew con una sonrisa. Robin se inclin sobre ra para ver lo que tanto les haba llamado la atencin. S, esta foto dijo. Se la tom por mi cuenta. Estbamos yendo
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hacia la vieja granja, cuando ese hombre sali del hotel y se puso a hablar con Birna. S que es un cliente, porque le he visto varias veces en el comedor. ra asinti. Sabes de qu hablaron? No, ni idea dijo Robin. Hablaban en islands. Pero no haca falta entender nada para darse cuenta de que no era una charla de amigos normal y corriente. Slo hice esta foto, porque enseguida empezaron a discutir y no me pareci muy apropiado. Te dijo ella algo sobre el motivo de la discusin? pregunt Matthew. S, dijo algo sobre que la gente tendra que darse cuenta de una vez por todas de que cada uno era responsable de sus propios actos revel Robin. Estaba bastante enfadada, as que no pregunt ms. Se lo pens mejor. Pero luego aadi algo as como que los viejos pecados crecan igual que las viejas deudas. No comprend a qu se refera, y me limit a cambiar de tema. ra y Matthew se miraron a los ojos. Magns Baldvinsson. Viejos pecados?
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La enfermera se dirigi hacia la cama de la anciana y le dio un amable golpecito en el hombro para despertarla. Malla, bonitadijo suavemente. Despierta. Tienes que tomar tus medicinas. La anciana abri los ojos sin decir una palabra. Mir al aire, parpade varias veces y tosi dbilmente. La enfermera la mir en silencio. Saba que, a veces, la anciana necesitaba mucho tiempo para volver en s. Se limit a permanecer tranquila a su lado, con una mano an sobre el flaco hombro y un vasito de plstico en la otra. El vasito contena pastillas blancas y rojas que iba a darle a la mujer. Vamos dijo con voz alegre. Dentro de un momentito podrs volver a tumbarte. Ha venido dijo de repente la anciana. Segua con los ojos en el aire, y an no haba mirado a la mujer que esperaba, paciente, al lado de la cama. Quin ha venido? pregunt la enfermera sin mucho inters. Ya haca mucho tiempo que se haba acostumbrado a toda clase de desvarios de los ancianos, sobre todo cuando se debatan entre el sueo y la vigilia. Era como si regresaran a los largos das del pasado, cuando eran ms jvenes, ms giles y no tenan que depender de otros para las cosas ms insignificantes. Ha venido repiti la anciana, sonriendo. Me ha perdonado. Mir a su interlocutora por primera vez, an con la sonrisa en los labios. No estaba enfadada. Siempre tan alegre. Estupendo respondi con alegra la enfermera. No es nada bueno estar enfadado. Agit el vasito de las medicinas. Venga, incorprate y tmate las medicinas. La anciana no mir el vaso de pastillas, sino a la joven, directamente a los ojos Le pregunt si estaba enfadada dijo. Ella me pregunt que por qu iba a estar enfadada. Se incorpor sobre los codos con gran esfuerzo. Siempre tan alegre.
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Quieres que te sostenga el agua, o lo puedes hacer t sola? pregunt la enfermera, echando mano al vaso que haba en la mesilla de noche. Le dio agua a la anciana. Naturalmente, le dije que por qu iba a que estar enfadada continu la anciana, sin prestar la ms mnima atencin al agua o a las medicinas. Y eso que siempre pens que lo saba todo sobre m. Sacudi la cabeza extraada, agitando su cabello blanco. Pareca que nunca haba estado enfadada dijo luego, y cerr los ojos. Pero lo importante es que me ha perdonado a pesar de todo. Pues eso es estupendo dijo la enfermera, dejando en la mesilla el vaso de medicinas y el agua. Vamos. Sujet por debajo de los brazos a la anciana. Tienes que incorporarte mejor. Alz a la mujer para que se pudiera sentar bien. Tena la espalda torcida y no poda esperarse que se sentara perfectamente recta, pero aquello sera suficiente. Ahora nos tomaremos las medicinas. Agarr las pastillas. Hay otras personas esperando, as que tendremos que darnos un poquito de prisa. Llev el vaso a los finos y descoloridos labios de la mujer. La anciana abri la boca y dej que la joven le introdujera las pastillas. Conoca el procedimiento y esper a que le diera un poco de agua para tragar. Las pldoras bajaron por su garganta con unos ruidos que la mujer no hizo nada por reprimir. Finalmente se sec la boca con el dorso de la mano y mir a la enfermera. Era buena y alegre. Imagnate. Imagnate qu, cario? pregunt la enfermera por cortesa, sin acabar de aclararse de si la anciana estaba plenamente consciente. Me perdon repiti una vez ms, con la misma voz de extraeza de antes. Y yo que no hice nada por ella. Ests segura, cario? dijo la enfermera con una sonrisa. Estoy convencida de que hiciste muchsimo por ella. Slo que ya no te acuerdas. La anciana frunci el ceo. Claro que me acuerdo. Muri. Como podra olvidarlo? La enfermera sonri en su interior y acarici afable sus cabellos grises. Era lo que se tema, la pobre anciana estaba delirando. La visita de una mujer muerta? No se preocup por mantener la sonrisa, sino que volvi a acostar a la mujer en una postura ms cmoda. Venga, Malla. Ahora intenta volver a dormir. La anciana cerr inmediatamente los ojos, en el mismo momento en que su cabeza caa sobre la almohada. Asesinada. La maldad est por todas partes. Chasque los labios y luego musit, adormilada: Querida ma. Mi querida Kristn.
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Captulo 27
Debe de tratarse del mismo animal que le ataron a Eirkur dijo Matthew. Por lo menos, no veo al zorro por ninguna parte. ra y l haban ido siguiendo los pasos de Birna y Robin hasta Kreppa, y estaban en el lugar donde l les dijo que haban encontrado el zorro. No se le vea por ningn sitio. Tal vez otros animales han dado buena cuenta de sus restos, pero seguramente tienes razn dijo ra. Los nicos animales que se ven por estos alrededores son ovejas, y dudo que se dediquen a comer zorros. Mir al cielo. Quiz los pjaros, pero entonces habran dejado los huesos. De modo que el asesino pas por aqu conjetur Matthew, revolviendo un poco la hierba del borde del sendero, con una rama que haba cogido mientras estaban buscando el cadver. O eso, o mat al zorro y lo sigui hasta aqu, cuando Birna y Robin ya se haban ido dijo ra. Ya me gustara saber qu significado tena ese zorro. Quin sabe, a menos que Bella, tu ngel de la guardia, consiga descubrirlo observ Matthew. El zorro debera significar algo, supongo. Transmitir algn mensaje, quieres decir? repuso ra dubitativa . De las asociaciones de defensa de los animales, o algo por el estilo? No, del asesino dijo Matthew. A lo mejor es un perturbado que intenta decir algo con todo esto. Sabemos con toda seguridad que no haba nada atado a Birna? No, que yo sepa respondi ra. Al menos, nunca se ha mencionado. Los dos tenan alfileres en las plantas de los pies, pero nadie ha mencionado ningn zorro, ni ningn otro animal, en relacin con ella. Se detuvieron en el patio de grava de delante de la casa. De quin es ese coche? pregunt Matthew, sealando un Renault Mgane nuevo, aparcado en el patio. ra se encogi de hombros. Ni idea dijo. No debera haber nadie aqu. Mir las ventanas de la casa y vio que dentro haba haz. A lo mejor han venido los hermanos a acabar de llevarse sus pertenencias. Eso espero. Sac la llave de la casa y se dirigieron hacia la puerta, que no estaba cerrada con llave. ra abri y meti la cabeza. Hola! grit. Hay alguien? Hola! gritaron como respuesta, y se oyeron unos pasos que se aproximaban. Ah, hola se oy decir a una voz alegre al tiempo que apareca Bertha, la hija de Eln. Se haba recogido el pelo en una coleta, y llevaba en la mano una bayeta de quitar el polvo. Me asust. Bienvenidos, estoy empaquetando cosas para mam y el to Brkur. Agit la bayeta. Hay tanto polvo que intento ir limpiando cada cosa antes de guardarla, aunque me eternice. Matthew le devolvi la sonrisa, feliz de encontrar a alguien que recordaba que era extranjero y aceptaba hablar con l en ingls. Hola le dijo tendindole la mano. Gracias por el otro da. Lo mismo digo respondi Bertha. He tenido la gran idea de traer
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una cafetera y estaba sirvindome un caf. Llegis que ni pintados, porque Steini no quiere caf y siempre hago de sobra. La siguieron hasta la cocina, donde estaba el joven, sentado en su silla de ruedas. Como la vez anterior, ocultaba el rostro con la capucha cubrindole la cabeza, aunque al entrar se le vio dirigir sus ojos hacia ellos. Pero no dijo nada. Invitados, Steini dijo Bertha, a lo que l respondi con un murmullo inaudible. Servios, por favor invit Bertha, sealando unas tazas de porcelana colocadas junto al fregadero. Acabo de limpiarlas aadi con una sonrisa. Gracias dijo ra. Ni me haba dado cuenta de lo que me apeteca un caf. Se llen la taza y luego sirvi a Matthew. No es una barbaridad de trabajo para vosotros? pregunt despus de tomar un primer sorbo. S que lo es dijo Bertha sin dudarlo. No s en qu estaba pensando cuando me ofrec a encargarme yo. Aunque en realidad no deja de ser entretenido. Es una sensacin especial, tocar estos objetos a los que los bisabuelos Grmur y Kristrn les tuvieron tanto aprecio. Me lo imagino dijo ra. A decir verdad, hemos venido a echar un vistazo al estudio de Birna. Tenemos entendido que se haba preparado un refugio aqu arriba. Es cierto? S respondi Bertha. Queris que os lo ensee? No hay muchas cosas, slo dibujos, pero no hay ordenador. Utilizaba un porttil y no lo quera enchufar aqu. Seal el cable de la cafetera. Los enchufes son tan viejos que hace falta siempre un conector especial, Birna tena miedo de que la corriente no fuera estable y no quera correr el riesgo de estropear su porttil. Siempre lo cargaba a tope en el hotel antes de venir. No importa dijo Matthew. Tampoco estamos buscando un ordenador a toda costa. Slo queramos ver en qu andaba trabajando. Bertha entorn los ojos. Pensis que el crimen pueda tener algo que ver con el edificio que estaba diseando? El tono de su voz indicaba que albergaba dudas de que pudiera ser as. No est ya claro que el asesino era un psicpata sexual? No, eso no est nada claro respondi ra, aunque decidi no mencionar la detencin de Jnas. La muchacha podra pensar que ra y Matthew estaban apoyando al asesino, y negarse a colaborar con quienes torturaron a su amiga. Pero es absurdo pensar que sus bocetos tengan algo que ver con el crimen. Slo estamos interesados en ver si aqu puede haber algo que arroje alguna luz sobre el caso. Comprendo respondi Bertha. No he vuelto a entrar desde que se cometi el crimen aadi. Esperaba que la polica registrase el cuarto, por eso no quise tocar nada. Pero, hasta ahora, no han venido, as que probablemente esa habitacin no tendr ninguna importancia. Se volvi hacia ra. T eres abogada, verdad? La abogada de Jnas y del hotel? pregunt. S respondi ra, cruzando los dedos para que la chica no fuera a preguntar sobre la situacin de su cliente. Entonces no habr problema para que entres t dijo. No irs a entorpecer la labor de la polica, verdad? No, por Dios. Minti ra con aire inocente. Nunca hara algo as. No nos llevaremos nada. Slo miraremos. Tom un sorbo de caf. Este caf est riqusimo dijo con una sonrisa. Gracias respondi Bertha. A algunos, mi caf les parece
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demasiado fuerte. Seal con la barbilla a Steini. Es demasiado fuerte se oy debajo de la capucha. Demasiado fuerte. Matthew no se senta tan incmodo como ra con aquella situacin, pues respondi a Steini enseguida: Ponle leche. se es el truco dijo con total naturalidad. Tendras que probarlo. Con crema es an ms rico. Quiz dijo Steini. Pero prefiero los refrescos. Bertha sonri a Matthew con alegra y ra pens que ojal se le ocurriera a ella algo que decirle al joven. Haba algo doloroso en el afecto que senta la muchacha por l. Os lo enseo? pregunt Bertha de pronto. Steini y yo tendramos que ir acabando esto. Se dirigi a la puerta que daba al pasillo. S, desde luego respondi ra, dejando la taza. Matthew hizo lo mismo. Os podis quedar aqu abajo, si queris dijo ra, caminando detrs de Bertha. No nos llevaremos ni estropearemos nada. No hay problema respondi Bertha. Todava tengo cosas por organizar. Los tres subieron en fila india por la escalera y llegaron hasta la puerta del cuarto de Birna. Result ser la habitacin que ra y Matthew no haban podido abrir cuando fueron a la casa por primera vez. Cerr con llave en cuanto me enter del asesinato explic Bertha mientras peleaba con una llave que se atascaba en la cerradura. Finalmente, consigui introducirla bien, la hizo girar y empuj la puerta. Sobre el escritorio haba una lata de refresco, en el alfizar de la ventana un cenicero y por diversos lugares de la habitacin haba otros restos de poca actual. Haba unos dibujos clavados en la pared, igual que en la habitacin de Birna en el hotel, la mayor parte eran bocetos a mano, pero tambin haba otros a ordenador. ra contempl los dibujos, que mostraban la configuracin prevista del nuevo edificio y varios cortes en distintos lugares. Qu es esto? pregunt, sealando el boceto de una casa con un bosque de pinos al fondo. Junto a la casa haba autocares y gente paseando. No creo que ste fuera el proyecto del nuevo edificio de Jnas. La construccin era una estructura de cristal y no resultara nada fcil organizar habitaciones para huspedes detrs de semejantes paredes transparentes. Bertha se acerc. No, no lo creo dijo. Bertha me ense sus proyectos del edificio, y no se parecan nada a ste. Se inclin hacia una esquina del dibujo. Tiene fecha de hace una semana anunci con una mueca. La ltima vez que Birna me invit a entrar, no estaba aqu. Pero s que estaba cuando cerraste con llave, no? pregunt Matthew. No lo pusieron despus de morir ella, verdad? Bertha enarc las cejas mientras intentaba hacer memoria. Realmente, no lo s dijo. Met la cabeza antes de cerrar y no recuerdo si estaba ah el dibujo. Les mir preocupada, como si aquello hubiera sido una tremenda estupidez por su parte. Pero nadie ha entrado aqu desde que cerr con llave. De eso no hay duda. Cundo fue eso, exactamente? pregunt ra. El sbado respondi Bertha. No s qu hora sera, pero fue por la tarde. Importa mucho? pregunt con gesto de preocupacin. Creis que el asesino ha podido venir aqu?
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No dijo ra. Claro que no. No parece que mucha gente supiera de la existencia de este refugio de Birna. Se dirigi a la mesa. Sobre ella haba varios bosquejos y en medio de todo varios recibos de tarjetas de crdito. No parecan revelar nada especial, aparte de que Birna compraba en Esso y en Spl. Tuvo que hacer fuerza para abrir los cajones de la mesa, que estaban bastante arqueados. Dos estaban completamente vacos, uno contena material de escritorio y cuadernos, y en el tercero haba una llavecita en un llavero con una placa de metal en la que estaba grabada una marca comercial que ra no conoca. Levant la llave. Era pequea y no serva para una puerta ni para un coche, ni para ninguna otra cosa que se le pudiera ocurrir a Pora. Sabes de qu es esta llave? pregunt a Bertha, que neg con la cabeza. Ni idea dijo. Pero tiene que ser de Birna, seguro, porque en ese cajn no haba ninguna llave cuando se instal en la habitacin. Los vaci antes de que se viniera para aqu con sus cosas. ra se guard la llave en un bolsillo. Me la llevo prestada le dijo a Bertha. No te preocupes por la polica. Si la quieren, se la dar. A m me da igual replic Bertha. Lo nico que quiero es que encuentren al asesino. Me da lo mismo quin lo haga. Pues nada, estupendo dijo Matthew poco despus, cuando acabaron de examinar el cuarto. Hay en la casa algo ms que perteneciera a Birna? Quiz un vaso, abajo dijo Bertha. S, y unas botas que hay en el zagun. Queris esas cosas? ra sonri. No, no. Pero dime una cosa. Birna parece que estaba especialmente interesada por una trampilla que haba aqu. Sabes algo? Bertha sacudi lentamente la cabeza. No, pero se me ocurre que debi de ser cuando estaba pensando si hacer el edificio al lado de esta casa respondi. Fue hace casi dos meses, cuando me encontr con ella aqu la primera vez. No, es algo de mucho ms tarde, algo muy reciente dijo Matthew . Sabes de qu trampilla estamos hablando? S asinti Bertha. O, ms exactamente, creo que s. Por aqu slo hay una trampilla. Queris verla? ra mir a Matthew y se encogi de hombros. Por qu no? dijo. Salieron de la habitacin con Bertha y se quedaron junto a ella mientras cerraba concienzudamente la puerta con llave. Al salir, ra aprovech la ocasin para preguntarle a la muchacha si se haba encontrado objetos nazis al preparar las cajas para llevrselas, o si Birna haba mencionado algo al respecto en alguna ocasin. Bertha se dio la vuelta en la escalera de salida del edificio y mir a ra con cara de extraeza. No, cmo se te puede ocurrir semejante cosa? No es nada dijo ra. Las cajas que hay en el stano del hotel s que contienen algunas cosas de sas. S? exclam Bertha, sin poder ocultar su asombro. Me parece rarsimo. Quiz pertenecan a otros, no a mi familia? Puede ser dijo ra, aunque estaba convencida de lo contrario. Y otra cosa aadi, te suena el nombre de Kristn? Kristn Sveins? pregunt Bertha sin volverse a mirarla. El corazn de ra dio un vuelco. Estuvo en mi misma clase durante muchos aos.
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Hace tiempo que no la veo. Se volvi a ra con un gesto de extraeza . La conoces? ra intent disimular su decepcin. No, pensaba en otra Kristn. Alguien que vivi aqu, o por aqu cerca, hace mucho, mucho tiempo. Bertha sacudi la cabeza No, no recuerdo a nadie con ese nombre. Pero yo no soy la persona adecuada para preguntar por gente de otra poca. Quizs mam pueda ayudarte. Segursimo, pens ra. Es sta la trampilla? pregunt, sealando una tapa metlica con el asa levantada, que Bertha agarr con fuerza. Estaban a unos veinte metros detrs de la casa. S dijo Bertha. No tiene nada de especial. Queris abrirla? pregunt, y le hizo una seal a Matthew para que abriera l mismo si quera. Matthew se inclin e hizo un esfuerzo para levantar la pesada trampilla. Los viejos goznes chirriaron cuando el alemn intent infructuosamente abrirlo. Qu hay aqu abajo? pregunt. Nada dijo Bertha. Es un almacn anejo, si recuerdo bien. Hay acceso desde el stano. Creo que guardaban ah el carbn para la calefaccin. Ni se sabe cundo lo abrieron por ltima vez. Desde que tengo memoria, la casa siempre ha tenido calefaccin elctrica. Podramos echar un vistazo al stano? pregunt Matthew, limpindose en la hierba las manos, que se le haban ensuciado. Bertha asinti, pero insisti en que all no haba nada. Les acompa y despus de entrar por una puertecita que haba en un extremo del stano y atravesar un pequeo pasillo, que en realidad pareca un tnel, llegaron a una puerta metlica que Bertha abri de un empujn. All delante no haba nada ms que oscuridad. Con el escaso resplandor que llegaba desde el stano, se poda ver, sin embargo, que la carbonera estaba cubierta de polvo negro y que en el suelo haba an algunos pedazos de carbn negro. Bastante desagradable dijo Bertha, cerrando la puerta. Birna no era precisamente el tipo de gente que se interesa por estas cosas aadi luego. El caso es que no recuerdo que bajara nunca a este stano. Empez a subir la escalera. Claro que muchas veces estaba aqu sola, y pudo bajar alguna vez a echar un vistazo. Para qu, ni idea. Cuando estuvieron de nuevo en la superficie, ra y Matthew decidieron que ya era suficiente. Se despidieron de Bertha y le dieron las gracias por su ayuda. Matthew le pidi que les despidiera de Steini, y ra luch contra el deseo de preguntarle qu le haba sucedido. Pero no fue capaz de guardarse la pregunta Bertha, no te lo tomes a mal, pero qu le pas a tu amigo? dijo en voz suficientemente baja para que no se la pudiera or desde la cocina. Bertha sopl ruidosamente. Tuvo un accidente. Otro coche choc contra el suyo, y se incendi. Iba fumando dijo Bertha, tambin en voz baja. Dios mo exclam ra. Qu horror. Est invlido? No respondi Bertha. Al menos no tiene afectada la mdula. Lo que pasa es que tiene tan mal las piernas que no puede andar con normalidad. Se le quemaron varios msculos, y el injerto de piel sigue dolindole mucho. Espero conseguir pronto que vuelva a empezar la fisioterapia. Pero hace falta tiempo. Mir fugazmente hacia la esquina
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para asegurarse de que Steini no estuviera por all cerca. Lo peor es que el hombre que choc con l estaba borracho. Steini estaba completamente sobrio. Y qu le pas al otro? pregunt ra. No le condenaron? Bertha sonri con frialdad. Puede decirse que recibi su merecido. Pereci en el accidente. Su mujer tambin. Call un momento como para decidir si deba contarles algo ms o dejarlo all. Eran unos granjeros de la comarca. Los padres de Rsa, la mujer de Bergur. Nada menos, pens ra. Parece que todos los caminos llevaban a Bergur y a su granja, Tunga.
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Captulo 28
ra estaba sentada delante del ordenador que estaba en la mesa de despacho de Jnas, con el auricular del telfono en el odo. La polica explicar las diligencias al juez, as como cualquier otra cosa que apunte a tu culpabilidad, y yo intentar quitarles fuerza o demostrar que no son suficientes. A continuacin, el juez te har unas preguntas y t tendrs oportunidad de responder. No es imprescindible que lo hagas, pero yo te recomendara que no te negaras a responder excepto en casos excepcionales. No tendr oportunidad de decir que soy inocente? pregunt Jnas, amedrentado. Estoy totalmente seguro de que el juez se dar cuenta de que digo la verdad. Los jueces tienen que ser extraordinariamente intuitivos para esas cosas. ra no pudo evitar echarse a rer, aunque apartando el aparato. Mi querido Jnas empez, los jueces son personas normales y pueden tomar decisiones equivocadas, como todo el mundo. Adems, el juez ha de tener en cuenta las diligencias que se le presentan. Si apuntan inequvocamente a tu culpabilidad, o si t pareces cmplice de algo, entonces tiene que tomar su decisin basndose en esas cosas, por muy convincente que puedas parecer al declararte inocente. Todo esto me da un miedo horroroso dijo Jnas, hablando con el corazn en la mano. ra esperaba que fuese capaz de causar una impresin semejante cuando se declarase inocente la maana siguiente. Nunca se poda saber cmo iban a reaccionar los jueces. Lo comprendo perfectamente, Jnas dijo ra. Pero no te derrumbes. Recuerda que yo estar a tu lado maana por la maana, y esperemos que todo vaya lo mejor posible. Qu piensas decir? pregunt Jnas. Sacars algo nuevo? Nos espera una noche muy larga. Te conducirn ante el juez a las diez, y dudo que para esa hora haya podido encontrar algo. La desesperacin no se disimulaba en el silencio que se produjo al otro lado de la lnea. Pero har todo lo que pueda. Te lo prometo. Algo, cualquier cosa suplic Jnas. No puedes encontrar al asesino, o a alguien que finja serlo? Puedo hacer cualquier cosa menos contratar a un actor que acepte acusarse a s mismo de un crimen delante del juez. ra movi el ratn, y la pantalla del ordenador se encendi. Cul es la clave de tu ordenador, Jnas? Lo he encendido pero no puedo entrar sin la clave. Hachs dijo Jnas. Todo en minsculas. ra suspir. Ests mal de la cabeza? le rega. La voy a cambiar. Si la polica te requisa el ordenador, no es sa precisamente la clave que nos gustara que hubiera. Pondr algo ms inocente. Se despidieron y ra cambi inmediatamente la clave. Amnesty dijo para s. Todo en minsculas. Con quin hablas? pregunt Matthew al entrar. Con el fantasma?
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ra apart los ojos de la pantalla y sonri. S, no estara mal. A lo mejor l podra decirme quin es el asesino, antes de la diez de maana. Matthew se sent solemne en la silla frente a ra. Dej caer sobre la mesa un grueso montn de papeles. He encontrado algunos de los coches anunci. ra agarr los papeles. Matthew haba salido al aparcamiento con la lista para comprobar si algunos de los vehculos pertenecientes a los huspedes y a los empleados haban circulado por los tneles el da que Eirkur muri coceado. Cmo conseguiste repasar toda esa cantidad de matrculas y de nombres? pregunt ra. Y cuntos son, en realidad? Unos cinco mil, pero la bienaventurada polica se entretuvo sealando en la lista todos los coches que pudieran tener alguna relacin con el crimen. Entre ellos estn los de algunos empleados de la zona inform Matthew. El problema radicaba en los coches de alquiler, en ellos la que aparece como duea es la empresa, de modo que de sos no se puede sacar mucho. Y te has dedicado a comprobar las listas con los coches del aparcamiento? pregunt ra. S, encontr ah delante varias matrculas de coches alquilados, que figuraban en la lista. As que le ped a Vigds que me echara una mano respondi Matthew. Sali conmigo al aparcamiento y me dijo de quin era cada coche. Pareca saberlo a las mil maravillas. Agarr la lista de nuevo y pas las pginas. Por desgracia, no pudimos sacar mucho en claro. Los de los coches de alquiler son todos extranjeros, y ninguno de ellos est directamente bajo sospecha. Pero es bastante evidente que ni el coche de los japoneses ni el de Robin, el fotgrafo, pasaron ese da por los tneles. Robin dijo que estuvo en Vestfjrur record ra. Que l no pasara por los tneles encajara con su historia, porque Vestfjrur est en direccin contraria. Los dos japoneses nunca salen, segn dice Vigds, de modo que no me extraa nada que no viajaran. Y los dems? No s si servir de mucho, pero en uno de los coches que la polica tena marcados viaj Bergur ida y vuelta a lo largo de la maana, de forma que l parece excluido explic Matthew, que sigui pasando hojas. El corredor de bolsa, el que est lesionado, no viaj tampoco, o por lo menos no he podido encontrar su nombre en la lista. Pero dudo mucho que pueda conducir muy lejos en el estado en que est. El del kayak, Prstur, s que sali hacia las seis, y el crimen se perpetr hacia la hora de la cena, de forma que parece tener coartada. Regres mucho ms tarde. Cunto tiempo pas de la ida a la vuelta? pregunt ra. Porque se puede bordear Hvalfjrur, sin atravesar los tneles, volver, matar a Eirkur, volver otra vez rodeando el fiordo y luego regresar por los tneles. Hizo una mueca. Suena demasiado complicado. Si pas por los tneles una hora antes de la hora en que se cometi el crimen, es bastante improbable que en ese tiempo pueda llegar hasta aqu, arrastrar a Eirkur hasta la cuadra, dejarlo all y volver a rehacer el crculo. No s cul es el margen de error al calcular la hora de la muerte, que dicen tuvo lugar en torno a las seis. Pero no es demasiado preciso. Matthew compar la hora de salida y de regreso de Prstur. Volvi dos horas y media despus de pasar por primera vez. Pues entonces excluido dijo ra. Habra tenido que correr muchsimo. Pero de todos modos deberamos ir a verle. A lo mejor sabe
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algo. Qu ms tienes por ah? Los empleados parece que se quedaron aqu en su mayora, por lo menos en la lista hay pocos coches pertenecientes a ellos. Naturalmente, no descarto que se me haya pasado algo por alto, pero creo que slo dos cruzaron los tneles ese da. El coche de Jkull, el camarero, fue por los tneles hacia las dos y regres dos horas ms tarde, de modo que an no se le puede excluir. Y est un coche sealado por la polica, que Vigds dice que pertenece a la masajista. Se fue hacia el medioda y no volvi. Y tambin hay otra mujer que la polica tena marcada y que Vigds me dijo que trabajaba aqu. Se llama Slds y se dedica sobre todo a la limpieza, pas poco despus de la hora en que se perpetr el crimen. Vigds dice que iba a llevar el coche a un taller de Reikiavik el domingo, y que alguien la iba a traer de vuelta. Yo no conozco a esa mujer, pero puede haber regresado a cualquier hora, porque no se sabe quin la trajo. Slds no es ms que una chica jovencita. Es poco probable que tenga nada que ver con todo esto afirm ra. Habl con ella antes de que t llegaras, y pareca buena gente. Y creo que el culpable difcilmente habra podido ser una mujer dijo Pora. Al menos si pensamos que el asesino fue el mismo en los dos crmenes. Recuerda que Birna fue violada. Quiz la polica haya marcado los coches de mujeres y hombres por un igual dijo Matthew. Porque no se puede saber si el que conduca era el dueo. A lo mejor, las mujeres podan haberle prestado a alguien el coche, y entonces el asesino utiliz un vehculo que no era de su propiedad. Lo mismo puede decirse de los coches propiedad de hombres, claro. Nada garantiza que quien iba al volante fuera su propietario oficial. No, en eso tienes toda la razn asinti ra. Eso no nos ayuda demasiado, verdad? Bueno dijo Matthew. Revis otros nombres de la lista, porque no se sabe qu estaba buscando la polica. Pas varias hojas. Encontr a los dos hermanos que le vendieron las tierras a Jnas, y que vimos en Stykkishlmur, Brkur y Eln; pasaron por los tneles en direccin hacia aqu poco antes de cometerse el crimen. No volvieron. Tambin est esa chica, Bertha, que fue hacia el sur una hora antes del asesinato y no regres ese da. Crees que esos dos podran ser los asesinos? pregunt Bertha. Los dos hermanos? Frunci los labios. No haba pensado en esa posibilidad. En realidad es difcil imaginar por qu iban a querer matar a esas personas. Nunca se sabe dijo Matthew. Y bueno, tambin le pregunt a Vigds por el anciano, Magns Baldvinsson, y me dijo que no haba venido en coche, que le haba trado su nieto. As que el da en cuestin no se movi ni un milmetro, aparte de que no resulta un buen candidato a asesino. Hay una pregunta sobre la mujer de Bergur dijo ra, pensativa. Me parece totalmente inverosmil que pudieran suceder todas esas cosas prcticamente delante de la puerta de su casa sin que ni ella ni su marido se enterasen de nada. l es el amante de Birna, se encuentra con su cadver y luego matan a Eirkur en su caballeriza. Su mujer tena motivos suficientes para desear la muerte de Birna, pero no acabo de imaginar qu podra haberla llevado a matar a Eirkur. ra mir a Matthew. No sera ella quien mat a Birna? Hoy en la cuadra se la vea tremendamente alterada. Matthew se encogi de hombros. S, sin duda, pero la pregunta es quin era el hombre que estuvo
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con ella. Quiz Jkull? ra dej escapar un suspiro y se volvi hacia el ordenador. Estoy muerta de hambre dijo, mirando el reloj que apareca en una esquina de la pantalla. Y si vamos a comer algo? Me temo que si esperamos mucho ms, nos encontraremos la cocina cerrada. Y el ordenador no se nos va a escapar. Se pusieron en pie y salieron del despacho. Matthew dej la lista y ra tuvo la precaucin de cerrar con llave, para que no entrase nadie a llevrsela. No tena nada claro si la polica le dara otra copia si aqulla desapareca, sobre todo en vista de que ella no tena ninguna razn para tenerla. Adems, era improbable que le entregaran una copia que incluyera aquellas marcas, y volver a empezar desde el principio sera un trabajo enorme. Ojal haya marisco dijo ra cuando le sonaron las tripas. O aunque sea albndigas. Yo votara por un sndwich y una cerveza replic Matthew. Pero nada de ballena, y tampoco tienes necesidad de compartir conmigo tu marisco. Se call cuando ra la dio un tironcito de la manga. Hizo una seal con la cabeza en direccin a una chica delgada que iba hacia la puerta principal, acompaada de una mujer mayor. sa es Slds coment ra en voz baja. La que no reconociste en la lista. Pasaron cerca de ellos y ra salud amigablemente a la muchacha. Hola, Slds dijo, y se detuvo. Slds y la mujer que iba con ella se detuvieron tambin, y la muchacha puso un gesto que se pareca a una sonrisa. Ah s, hola. ra se present a la anciana, tendindole la mano. Soy abogada y trabajo para el dueo del hotel. Slds me ayud bastante en diversos asuntos. La anciana se present, dijo que se llamaba Lra. ra sonri a la muchacha. Me gustara preguntarte una cosa ms, si no tenis demasiada prisa. Yo no, por lo menos repuso la anciana. Slo he venido a buscarla a ella, y no tengo ninguna prisa. Respndele, Slds, anda. S, claro. A m me da igual dijo Slds con un gesto de indiferencia que slo los adolescentes son capaces de reflejar. Estaba mascando chicle, evidentemente un trozo grande, lo que le haca hablar de forma un poco inarticulada. Qu quieres saber? No es nada especialmente importante respondi Pora. Tenemos una lista de los coches que pasaron por los tneles de Hvalfjrur el domingo, y nos encontramos con que t ibas en uno de ellos hacia Reikiavik, a un taller. Exacto afirm Slds. Utiliz el pulgar para sealar a la anciana. No me lo devuelven hasta el mircoles, y por eso viene mi abuela a buscarme. La pregunta es dijo ra con quin regresaste. Estamos intentando aclarar las idas y venidas de la gente ese da, y quines se quedaron por aqu cerca. A Slds, aquella pregunta le result extraa, a juzgar por el gesto que puso. Volv con Prstur respondi. El piragista? pregunt ra sorprendida. S, le haba odo decir que tena que pasarse por Reikiavik y yo tena un buen lo encima, as que le pregunt si me poda traer a casa. Dijo que sin problema. Hinch un gran globo de chicle y dej que explotara en su
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cara. Luego volvi a meterse los restos de chicle en la boca con la lengua, con gran habilidad. Steini me dej colgada y tuve suerte de que Prstur me rescatara. Steini? pregunt ra. Quin es Steini? Mi novio respondi Slds. O algo as. Iba a ir a buscarme pero se ech atrs a ltima hora. En realidad es bastante raro. Antes no lo era, pero tuvo el accidente y... Movi el dedo ndice haciendo un crculo junto a la sien. Te refieres al chico de la silla de ruedas, ese que est todo quemado? pregunt ra, asombrada. Puede conducir? S, claro respondi Slds. Slo est quemado en el costado derecho, y tiene una mano en perfecto estado. Los pies estn bastante mal, pero lleva un chisme en el coche que le facilita el uso de los pedales. El coche est adaptado. Debe de ser muy importante para l dijo ra, intentando ocultar su asombro. Estaba convencida de que el chico sera incapaz de manejar un coche. Haba credo que era completamente dependiente, ya que se desplazaba en silla de ruedas. Cmo os conocisteis? pregunt entonces. Fuimos a la misma clase desde los seis aos explic Slds. Slo haba un grupo ese ao, sabes, de modo que tenamos que coincidir porque nacimos el mismo ao. Luego se traslad a vivir cerca de aqu, justo despus del accidente, y empec a fijarme en l. Primero porque me daba lstima, sabes, pero luego porque me gustaba charlar con l. As que es un buen chico? pregunt ra, intentando disimular su extraeza. Aadi, para explicarse: Las dos veces que coincid con l, me pareci una persona de muy pocas palabras. S, es majo, aunque no le gustan mucho los forasteros respondi Slds, explotando un globo de chicle. Creo que se siente incmodo cuando la gente le mira. En realidad, slo somos dos las que tratamos mucho con l. Su prima Bertha y yo. La conozco repuso ra. Tambin sois amigas? S, claro respondi Slds. Antes no la trataba, porque ella es de Reikiavik. La conoc en casa de Steini. Es muy buena con l y se porta de miedo. Creo que la culpa del accidente fue de una pareja mayor, de una granja muy cerca de aqu explic ra. S, fue algo terrible intervino la anciana. Lo ms lamentable de todo fue que Gvendur condujera borracho. No habra pasado lo que pas si Baco no hubiera sido su copiloto. Todo aquello afect muchsimo a su hija Rsa. Se qued un poco trastornada. Tampoco es que fuera una persona demasiado sociable, pero despus del accidente, se encerr en su concha. Y fue una completa tontera, porque nadie iba a culparla de lo sucedido. ra asinti. Usted es de la comarca, verdad? pregunt a Lra. S, nac y me cri aqu respondi sonriente. ra vio que Sldis se pareca bastante a ella. Pese a los sesenta aos de diferencia, los rasgos faciales eran los mismos. Me traslad a Reikiavik hace aos, cuando era joven, pero enseguida me di perfecta cuenta de que me encontraba mucho mejor aqu. Y ya nunca he querido buscar ningn otro sitio. Cada da que pasa lo tengo ms claro. ra sonri. He encontrado una serie de cosas que me han llamado mucho la atencin. Conoca usted a los propietarios de las dos granjas que
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pertenecen a estos terrenos? Los de Kreppa y Kirkjusttt? Claro que los conoc afirm Lra, orgullosa. Yo era muy amiga de Gun, la chica de Kirkjusttt. Por eso me encanta venir por aqu, aunque sea difcil distinguir dnde acaba lo antiguo y dnde empieza lo nuevo. Recuerda bien esa poca? pregunt ra mientras trataba de formular preguntas que pudieran resultar significativas. S; claro que mi memoria, como todo lo dems, ha empezado a deteriorarse, pero es curioso que los recuerdos que mejor se mantienen son los ms antiguos. Pregunta todo lo que quieras. Grmur y su hermano Bjarni no fueron nunca gente normal, as que no me extraar ni pizca de que las preguntas sean raras. La vida en estas granjas era extraa, as que no se puede esperar otra cosa. ra le habra dado un beso a la abuela de Slds. Vaya, cmo me alegro de or lo que est diciendo. No he tenido mucha suerte cuando he intentado hablar con la gente sobre este asunto, algunos se niegan en redondo o simplemente prefieren no hablar de ello. ra tom aire y fue directa al grano. Recuerda si la granja tuvo algo que ver con los nazis, de una forma o de otra? Vi una bandera y otros objetos que me llamaron muchsimo la atencin, por eso me result extrao encontrrmelos en el stano de una granja aqu en Islandia. Sabe algo relacionado con ese asunto? Lra exhal el aire con un gesto de cansancio. S, desgraciadamente tiene razn. Bjarni estaba fascinado con eso. No hay que olvidar que desde que muri su mujer, Aalheiur, a finales de los aos veinte, nunca volvi a ser el mismo. Ella significaba todo para l, e incluso se puede decir que al perderla a ella, el buen hombre perdi tambin el juicio o la sensatez. La anciana sonri, socarrona. Aunque hay que decir que no le vino del todo mal, porque se enriqueci gracias, precisamente, a lo raro que se haba vuelto. Se puso a invertir en toda clase de empresas descabelladas, que, en realidad, tendran que haberle llevado a la ruina, pero que acabaron por darle oro a espuertas, gracias al momento histrico. Estall la guerra justo en el periodo en que estaba haciendo esas inversiones, y la suerte le acompa. Fue por pura casualidad, pues la economa mejor muchsimo inmediatamente despus, con todos los militares extranjeros y el crecimiento de la poblacin en el pas. Pero el pobre Grmur no tuvo la misma suerte, l fue siempre la voz de la razn. Se arruin?pregunt ra. No, las cosas no llegaron a tanto, pero yo creo que no anduvo muy lejos. Era mdico, y como mdico de distrito no tena nunca trabajo suficiente en la comarca, y se dedicaba cada vez ms a la agricultura. Al final dej de trabajar como mdico y se dedic plenamente a la granja, pero no consigui gente que trabajara para l. Todos se haban ido a Reikiavik, porque all los salarios eran mejores, trabajando para el ejrcito ingls. Bjarni acab salvando de la bancarrota a su hermano, compr todas sus propiedades pero le permiti seguir como si an fuera l el propietario. Bjarni lo hizo a pesar de las tensiones que seguan existiendo entre l y su hermano, de modo que para Grmur tuvo que ser difcil aceptar su ayuda. Para colmo de males muri Kristrn, la mujer de Grmur, al igual que su hija. Kristrn no andaba muy bien de la cabeza, de manera que prcticamente no la llegu a conocer. No se relacionaba mucho con la gente continu la anciana, tras detenerse un minuto a tomar aliento. Por lo que respecta al nazismo, Bjarni recibi la visita de unos hombres de
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Reikiavik que estaban empeados en transformarlo en una especie de jefe del movimiento nacional islands en la provincia de Vesturland. Tena que reunir un grupo de hombres jvenes para convertirlos en una fuerza poltica importante en estas tierras. Algo as pas en la capital, y creo que tambin en el norte, aunque nunca tuvieron el viento muy a favor. Y lo hizo? pregunt ra. Entr en el partido y reuni gente? Empez. Y hay que decir que hizo bastantes progresos. Lra volvi a sonrer. Pero no era la ideologa, ni el partido, ni la cruz gamada lo que atraa a los hombres que venan aqu. Todos venan por la hija de Bjarni, Gun. La amiga que mencion antes? pregunt ra. S, Gun. En aquellos tiempos las amistades eran muy diferentes a como son ahora. Nos veamos mucho menos que las amigas de hoy da. Pero, en cambio, a esa amistad no le faltaba nada, no poda ser mejor, ni ms estrecha. La anciana mir al infinito, en una ensoacin. Era tan bonita. Una nia preciosa que se convirti en una muchacha preciosa. Exactamente como su madre. Los jvenes de la comarca beban los vientos por ella desde que haba entrado en la pubertad. As que aprovechaban la menor oportunidad para entrar en su casa, aunque se pensara que estaban con los nacionales por una noche. No creo que supieran una palabra de nazismo. Lo nico que queran era estar cerca de Gun. Asista ella a las reuniones o los encuentros? pregunt ra. No, cario respondi la anciana. Ella preparaba el caf y se lo llevaba a la mesa a los otros. A veces la ayudaba yo. Estudibamos a los chicos por delante y por detrs y nos lo pasbamos fenomenal. Un gesto de tristeza se dibuj en el rostro de Lra, que sacudi la cabeza. No s adnde habra llegado todo aquello, pero se fren en seco y luego pas lo que pas. Se refiere a la tisis? pregunt ra. S, y a otras cosas ms contest ella. Bjarni enferm y se aisl... y Gun tambin. Suspir. Yo me traslad al sur con mi prima en esa misma poca y perd el contacto con ella, aparte de algunas cartas que nos escribimos. Todo aquel lo del partido nacional se derrumb como un castillo de naipes. Qu piensa de los rumores que afirman que Bjarni abusaba de Gun?pregunt ra. Lra mir a ra a los ojos. Dej escapar l aire y entorn los ojos. Dios mo, hace tanto tiempo. Aunque he pensado mucho en Gun ltimamente. Seal a Slds, que estaba concentrada en su chicle a su lado, sin hacerles mucho caso. Cuando Slds empez a trabajar aqu, se me vino todo a la memoria a la vez. Vacil, pero luego mir a ra con determinacin. Creo que Bjarni nunca le puso una mano encima a su hija, ni por enfado ni por ningn otro motivo que no fuera decente. Era un buen hombre, por muy raro que fuera, y en las cartas de Gun se poda ver que ella le quera muchsimo. Por eso no puedo dar crdito a semejantes habladuras. Baj los ojos. Pero algo s que sucedi. Cuando Gun enferm, las cartas se hicieron ms espaciadas, pero en la ltima me confi un secreto, dijo que haba tenido un nio. La carta la haba escrito poco despus de morir su padre, y cuando el nio tena ya cuatro aos. Dijo que no se haba atrevido a contrmelo antes. En esos aos, aquello era un escndalo tremendo. Slo tena diecisis aos cuando naci su hijo. No mencionaba al padre de aquel nio ni directa ni indirectamente, pero me dijo que ms tarde me contara toda la historia.
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Nunca pudo hacerlo, porque lo siguiente que supe es que haba muerto. Quin pudo ser el padre pregunt ra si no fue su propio padre? Hay otros posibles candidatos, se lo aseguro respondi Lra. La tisis no era una enfermedad que comprendiera mucha gente, porque es contagiosa, y en esa poca no tena cura. Se quedaron totalmente aislados cuando su padre decidi quedarse en casa en vez de ir a la capital. Ella no quera dejarlo, pasara lo que pasara. La nica persona que los visitaba era Grmur, el hermano de Bjarni. Siempre he sospechado que abusaba de Gun, aunque no lo puedo asegurar, porque no hay forma de probarlo. Excepto quiz por el hecho de que no era una buena persona. Qu fue del hijo? pregunt ra. Era nio, o nia? Era una nia. No s qu fue de ella, porque cuando volv a la regin nadie pareca conocer su existencia. El cura que la haba bautizado haba fallecido haca poco, al parecer, y las personas a las que pregunt no saban nada de ninguna nia. Pero algunos reconocieron que Gun haba encargado algunos productos que slo podran explicarse de haber habido un nio en la granja. Los rumores en el pueblo se inclinaban a pensar que la nia haba muerto, que la haban abandonado o que haba enfermado de tuberculosis como la madre. La historia del incesto slo empez despus de la muerte de Gun y Bjarni. A lo mejor fue el resultado de los esfuerzos que hice por encontrar a la nia. Se lo coment a Grmur? pregunt ra. Lo intent, pero l no quiso hablar conmigo. Se traslad a Reikiavik poco despus de mi regreso. Nadie quiso ayudarme a descubrir nada, porque del incesto ni se hablaba: se consideraba algo terriblemente bochornoso. Cmo se llamaba la nia? Lo sabe? pregunt ra. Kristn. En la carta me dijo que se llamaba Kristn respondi Lra . He removido cielo y tierra buscando una lpida con ese nombre, pero no la he encontrado. As que ignoro qu fue de ella. Kristndijo ra. Existi. Existi? repiti Lra; yo an albergo la esperanza de que est viva. Todo este tiempo he credo que Gun se la debi de dejar a algunas buenas personas, en secreto. No quera que la gente tuviera miedo de que la nia les pegara la tuberculosis. Me imagino que habra pensado hacerlo desde que naci la nia, y que le pedira a Grmur que no enviara el certificado de nacimiento a las autoridades, o que lo falsificara de algn modo. Supongo que su to se encargara de la nia cuando naci, pues toda relacin de otras personas con Gun y su padre haba cesado. El rostro de Lra se haba endurecido. Gun era temerosa de Dios y si la nia hubiera muerto slo habra aceptado que fuera enterrada en tierra consagrada, de modo que estara en el cementerio de ah al lado. ra asinti. Ninguna madre en su sano juicio abandonara en cualquier sitio el cadver de un hijo suyo, habiendo un cementerio tan cerca. Kristn debi de haber sobrevivido a su madre. No quiso comentarle a la mujer lo que estaba grabado en la viga del tejado, y le dijo que seguramente deban de haber matado a Kristn. Era mejor que la mujer pensara eso, y no que segua con vida. As que ra cambi de tema. Sabe quiz si ah detrs haba una casa? Debi de quemarse hasta los cimientos hace mucho tiempo. Una casa? pregunt Lra con extraeza. Aqu no haba ms que una casa y sigue en pie, aunque ahora pertenezca al hotel. Frunci el entrecejo, pensativa. A menos que se refiera al almacn dijo de
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pronto. Ahora que lo dice, me doy cuenta de que ha desaparecido. Volvi la cabeza en busca de la ventana que daba a la parte trasera del hotel, pero no vio nada. Aqu al lado de la casa haba un almacn y un establo. A lo mejor se quemaron esas dependencias, pero eso sucedi antes de que yo volviera, porque no s nada de ningn incendio. Tampoco puedo decir si los edificios seguan en pie cuando volv a la comarca. S que puede sonar extrao, pero recuerda algo especial sobre la carbonera de Kreppa? pregunt ra. Es subterrnea y se accede a ella desde el stano y tambin a travs de una trampilla que hay en el patio. Lra hizo una mueca, pensativa. No, no lo recuerdo. Es importante? Qu hace esa gente? se oy de pronto a Slds, antes de que ra consiguiera responder. No saben que aqu est prohibido acampar? Hay un cartel bien grande en el desvo. Esta es una reserva natural. Oh, no! exclam ra. A travs del cristal de la puerta vio un todoterreno con una caravana a remolque, que entraban entre una nube de polvo en el aparcamiento, justo frente a ellos.
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Captulo 29
La caravana llamaba mucho la atencin en medio del aparcamiento. ra se qued all parada viendo a Gylfi salir del todoterreno y abrir la puerta a su hermanita y a Sigga, que iban en los asientos de atrs. Evidentemente no haba querido que el cinturn de seguridad de delante pudiera causar dao alguno a su an nonato heredero, en caso de accidente. Debera haber tenido en cuenta tambin la seguridad en otras cuestiones, ya que conduca ilegalmente. Sigga se dobl, molesta, al bajar, y la barriga result todava ms desproporcionada con su cuerpecito. ra esperaba, por bien de ella, que en la criatura no primaran los genes de su padre: al nacer, las cabezas de Gylfi y Sley tenan el tamao de calabazas. Pens cmo podra mandarles de vuelta a casa, pero record que eran casi las diez de la noche, demasiado tarde ya para buscar un chfer que les viniera a buscar. Por qu no habis ido con vuestro padre? le dijo a gritos a Gylfi mientras corra hacia ellos por el aparcamiento. Tena que ir a buscaros a Selfoss. Puaj exclam Gylfi, cerrando cuidadosamente el coche con la llave. Ninguno de nosotros tiene ganas de volver a su casa, ni a la de los padres de Sigga, as que decidimos largarnos de acampada. Se lo dije a pap para que no hiciera un viaje intil si te ponas nerviosa. A ra aquello le habra importado bien poco. Por ella, Hannes poda hacer todos los viajes intiles hasta el fin del mundo si era preciso, que no por eso iba a preocuparse ni lo ms mnimo. Pero no saba cmo iba a arreglrselas con Jnas, Matthew y sus dos hijos, sin olvidar a su nuera con su avanzadsimo embarazo, para hacer lo que tena que hacer sin fastidiar a alguno de ellos... o a todos. Cmo ests, Sigga, cario? salud a la muchachita embarazada, mientras abrazaba a Sley, que envolvi a su madre entre sus brazos, con una sonrisa luminosa. Bueeeno respondi Sigga. Me duele la espalda. ra not que una mueca de temor recorra su rostro. Crees que el nio est a punto de llegar? pregunt. Porque si es as no podemos quedarnos aqu. No, mam dijo Gylfi, escandalizado. An no ha cumplido los nueve meses. Evidentemente, su hijo nunca haba odo hablar de los partos prematuros. Entrad dijo ra, dirigiendo a aquella tropa hacia la puerta principal. Gylfi, t y yo tenemos que hablar de este viajecito tuyo en coche; pero eso tendr que esperar a otro momento le susurr a su hijo al odo. Estoy tremendamente decepcionada contigo; cmo se te ocurrido semejante idea? Luego aadi, para que todos pudieran orla: Voy a ver si consigo una habitacin para vosotros. Se acabaron las acampadas. Para eso habr que esperar a que el nio haya venido al mundo. Se imagin a Gylfi con un beb en brazos, intentando colocar la carpa de la caravana, y aadi a toda prisa: Y a que haya empezado a ir
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al colegio. Matthew esperaba sonriente en la puerta. ra hizo una mueca que slo l pudo ver. Chicos, os acordis de Matthew, verdad? Est aqu ayudndome en un caso relacionado con el hotel. Tendris que portaros muy bien, porque tengo que trabajar. No iris a ningn sitio ni romperis nada. Pens aadir y no pariris, pero se contuvo en el ltimo momento. Ya iba a resultar suficientemente difcil que cumplieran las dos primeras rdenes.
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No te preocupesdijo Matthew cuando acababan de sentarse delante del ordenador, en el despacho de Jnas. Todo va bien. Me encantan tus chicos. Aunque no sean, de ninguna manera, las vacaciones que yo esperaba, creo que esto se est poniendo interesante. Le hizo un guio cmplice. Quiz puedas contratar a una canguro en Reikiavik, para que podamos irnos a un restaurante donde no ofrezcan slo hierbas de cultivo biolgico. ra apart los ojos del monitor. Cmo es posible que los Cuentos y Leyendas de Jn rnason no estn disponibles en la red? farfull. Puedo tomar eso como un s? pregunt Matthew. Eh? dijo ra con la mente en otro sitio, bajando por la pgina que estaba viendo. S, s aadi, sin tener la menor idea de a qu estaba accediendo. Por mucho que busco, no encuentro la historia en cuestin, slo el poema. Tengo que ir a una biblioteca. Matthew mir su reloj. Va a ser difcil a estas horas afirm. Crees en serio que la inscripcin de la piedra tiene alguna relacin con el caso? ra levant los ojos y le mir. No respondi. Tengo que reconocer que lo que pasa es que no hay nada ms que pueda hacer. Estoy buscando un ltimo recurso para maana, y no tengo mucho donde elegir. Si el asesino es Bergur, o su mujer, como parecas inclinada a pensar, seguramente la piedra no presente ningn inters para esta historia dijo Matthew. El sentido comn dice que deberas concentrarte en algo ms cercano en el tiempo Matthew se acerc a la ventana y mir un coche que se acercaba al hotel. Se fue aproximando al edificio hasta detenerse justo delante de la ventana. Los faros se apagaron y el sonido del motor call. Conozco esa matrcula asegur Matthew mientras descorra la cortina. Dnde est la lista? ra le mir incrdula. Ests diciendo que recuerdas una matrcula entre los miles que repasaste? pregunt, alargando una mano hacia la lista. Es una matrcula especial respondi Matthew. Adems no eran tantas, y sta destacaba totalmente entre el resto. Pas las pginas de la lista. Aqu est. Una hora antes de que mataran a Eirkur, este coche pas por los tneles procedente Reikiavik. Le devolvi la lista a ra e indic una lnea. Ah. VERITAS seal. Recuerdo esta matrcula porque estuve pensando a qu trabajo poda dedicarse el dueo. No se me ocurri nada relacionado con la verdad, sino algo que tuviera que ver con la enseanza de las matemticas. ra agarr la lista y ley el nombre del propietario. Nada menos dijo, poniendo la hoja sobre la mesa. Es un poltico. Baldvin Baldvinsson, nieto del viejo Magns, con el que estuvimos
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hablando. ra se puso en pie. A qu vendr tanto por aqu? Tal vez a recoger a su abuelo? propuso Matthew. O quiz a la caza de votos? Lo mejor es preguntrselo dijo ra. A juzgar por su matrcula, nos responder la verdad y nada ms que la verdad.
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En la recepcin se encontraba Baldvin dando golpecitos rtmicamente sobre el mostrador mientras aguardaba. Vigds estaba de espaldas a l, delante del ordenador. ra esperaba que tuviera un sueldo decente, porque aquella chica pareca pasarse de guardia en la recepcin las veinticuatro horas del da. Nadie te releva? pregunt cuando ella y Matthew llegaron junto a Baldvin. ra no quera abordar directamente al hombre, y le pareci estupendo poder empezar hablando con Vigds. l pareca esperar algo, de modo que no se ira enseguida. Vigds mir a ra por encima del hombro. S, s. Jnas iba a encargarse de este turno, pero... Vacil... ya sabes. Tena idea de sustituirme, pero no ha podido ser. Introdujo algn dato en el ordenador y se volvi hacia Baldvin: Le puedo dar el la habitacin 14. Est al lado de la de su abuelo. Alarg la mano para agarrar una llave, y se la dio. ra mir a Baldvin. No es usted el nieto de Magns? El concejal? Baldvin mir a ra, extraado. Tena aspecto cansado y pareci no darse cuenta del enorme parecido que tena con su abuelo. ra recordaba las fotos de Magns de joven, y pens qu sensacin se tendra al saber, con toda exactitud, cmo te trataran los aos. Ah, s, s respondi. Nos conocemos? ra le ofreci la mano. No, pero conozco a su abuelo. Yo era amiga de Birna. No interrumpi su afectuoso apretn, pero lo afloj un poco y pregunt sin ms: Usted la conoca, no es as? Pareci como si Baldvin se hubiera tragado una mosca. Se aclar la garganta y consigui quitrsela. Amiga de Birna, dice? Me temo que no conozco a ninguna Birna. No? dijo ra, sin intencin de discutir el asunto. An no haba soltado la mano de Baldvin y not cmo sta empeza a sudar. Y eso? No estuvo usted aqu el domingo? Se dio cuenta de que Baldvin se senta inseguro, ya fuera por la larga duracin del apretn de manos o por la pregunta. Yo? No, tiene que haber alguna confusin contest con una sonrisa viscosa. De verdad? exclam ra, aparentando sorpresa. Me pareci que iba detrs de usted por los tneles, justo hasta aqu. Seguramente me confundo. Le solt la mano y Baldvin se la acerc al cuerpo como si la mujer fuera una leprosa. S, debe de ser eso. Lo cierto es que estaba en otro sitio. Apart los ojos de ra y mir a Vigds. Muchas gracias dijo, apartndose del mostrador. Encantado de conocerla se dirigi luego a ra, dejando ver sus brillantes dientes. Un autntico hombre pblico. Lo mismo digo respondi ra, sonrindole a su vez. Se volvi hacia Matthew. Miente como un descosido dijo en voz baja. Se volvi
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entonces hacia Vigds. Recuerdas si estuvo aqu el domingo por la noche? Vigds sacudi la cabeza y bostez. No; slo le he visto dos veces antes explic. El da que trajo a su abuelo y la noche que se celebr la reunin espiritista. ra se agarr al borde del mostrador. Estuvo aqu ese da? S, ya te lo he dicho respondi Vigds, sorprendida. Vino a cenar con su abuelo y luego fueron los dos a la reunin. Creo que enseguida se dieron cuenta de que no era cosa para ellos, porque desaparecieron en cuanto lleg la pausa. ra abri mucho los ojos, mirando a Matthew, que hizo un rpido movimiento del dedo en direccin a Vigds, que pareca estar a punto de marcharse. ra comprendi al momento a qu se refera Matthew. La chica tena en la mano una llave muy parecida a la que haban encontrado en el escritorio de Kreppa. Pasa algo? pregunt, extraada de que no se hubieran ido ya. Algn problema con la habitacin de los chicos? Eh? No, no contest ra, con los ojos fijos en la llave. Me dejas ver esa llave? Sac la que tena ella. Es que tengo una exactamente igual, y me preguntaba de dnde sera. Es la llave de mi taquilla en la zona de empleados inform, dndosela con desgana. Si has encontrado una llave como sta, tiene que ser de alguien que trabaja aqu. No sera la primera vez que alguien la pierde. ra cogi las llaves y las compar. Eran casi exactamente iguales. Mir a Vigds y le devolvi su llave. Creo que no es de ningn empleado dijo. Sabes si Birna tena acceso a alguna taquilla? Vigds torci la boca mientras pensaba. No, que yo sepa, pero podra ser perfectamente. No hace mucho tiempo que las pusieron. Ella se encarg de elegirlas. A lo mejor se qued con una. Pas al otro lado del mostrador. No hay muchas, as que no os costar demasiado comprobar a dnde pertenece. ra y Matthew siguieron a Vigds a la zona reservada a los empleados, donde haba una hilera de armaritos metlicos junto a una pared. Podemos empezar ya? pregunt ra, blandiendo la llavecita. Cuando quieras dijo Vigds. Puedes olvidarte de la nmero siete, que es mi taquilla. ra prob las cerraduras. No tuvo que hacer muchos intentos porque la llave encaj en el tercer armario. Oy un dbil chasquido al girar la llave. Agarr con mucho cuidado la manija metlica y abri. Respir hondo, mir a Matthew y observ el interior de la taquilla. Se volvi casi al momento, decepcionada. Vaco. Maldita sea. Dej sitio a Matthew para que mirase. Al ver que no se apartaba enseguida, sino que meta la cabeza ms adentro, le dio un golpecito en la espalda, impaciente. Qu? Ves algo? Matthew estaba mirando el techo del armarito. Hay algo pegado aqu dijo con voz cavernosa desde el interior del armario metlico. Tienes unas pinzas? pregunt irguindose. No ser muy inteligente dejar nuestras huellas aqu, por si este papelito resulta ser importante. ra mir a Vigds.
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Hay un botiqun aqu? Meti la cabeza en el armario y vio un pequeo cuadrado blanco pegado con cinta adhesiva. Los bordes del papel no eran lisos, sino que estaban un poco arrugados. Pero qu es eso? se pregunt a s misma, mientras agarraba las pinzas que le pasaba Vigds. Matthew y Vigds miraron cmo iba soltando la cinta adhesiva, aunque apenas podan ver nada ms que su espalda. Bingo! exclam ra, que se volvi de espaldas al armario con el rectngulo blanco sujeto con las pinzas. Es una foto. Dio la vuelta a la fotografa para poder ver qu representaba. Oh! fue lo nico que pudo decir antes de ensersela a Vigds y Matthew. Vlgame el cielo! exclam Vigds. Baldvin Baldvinsson! No saba que fuera neonazi. Este no es Baldvin explic ra, poniendo la foto sobre la mesa de la cocina. Es su abuelo Magns. Esta foto fue tomada hace muchos aos. Pues cmo se parecen, Dios mo! dijo Vigds. Yo habra destruido esta foto si fuera Magns. O Baldvin. A lo mejor no tuvieron ocasin de hacerlo conjetur ra, girndose hacia la recepcionista. No hables de esto con nadie en absoluto. Dios mo, qu va respondi Vigds. Claro que no. Por su mente pasaron al instante el nmero de telfono de su amiga Gulla y el momento en que apareciera Kata por el saln de belleza a la maana siguiente. A ellas se les poda confiar un secreto. Todo el mundo saba que los mejores amigos de uno, por definicin, no eran nadie. Se dirigi hacia su armario, recogi su monedero y volvi a la recepcin. Al pasar delante de Matthew le puso una mano en el hombro y le dijo amistosamente que en Islandia todo el mundo estaba muy bien informado, y que no deba tener miedo a los prejuicios. Matthew se qued mirndola asombrado mientras se marchaba. Qu ha querido decir con eso? pregunt a ra, boquiabierto. ra tuvo la sospecha de que Stefana, la sexloga, no era tan reservada como haba querido dar a entender. ra se encogi de hombros. Aqu son todos muy raros dijo con cara de inocencia, sonriendo dbilmente. Me parece que va siendo hora de meter a Sley en la cama. Yo no creo que pueda dormirme en un rato, despus de todo lo que ha pasado.
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ra estaba otra vez sentada al ordenador de Jnas. Todo encaja dijo mientras lea lo que el buscador de la red haba encontrado sobre Baldvin Baldvinsson. Abri varios enlaces, pero pocos de ellos le parecieron interesantes. Fue mirando algunos, por si acaso, mientras charlaban. Y qu? pregunt Matthew. Te concedo que esa foto en ese lugar indica que Birna pretenda evitar que la encontrasen. La nica persona que podra tener inters en conseguir esa imagen es Magns, pero es demasiado viejo para matar a nadie. Y no tengo nada claro, en absoluto, el motivo que tendra para a matar a Birna, aunque supiera que ella la tena en su poder. Creo que l no es el nico, en realidad dijo ra. El joven Baldvin tiene mucho ms que perder. Resulta que va a participar en unas
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primarias para las elecciones al parlamento, y hace poco sali en los peridicos un artculo sobre lo parecidos que eran, tanto en lo que decan como en lo que hacan, su abuelo y l. Una foto del abuelo con uniforme nazi, que habra podido ser perfectamente una foto suya, hara muchsimo dao a su candidatura. Apart los ojos de la pantalla y mir a Matthew . El buen hombre conduce un coche matriculado VERITAS. Puedes imaginarte perfectamente la imagen que quiere que tenga de l la gente. Los nazis no encajan demasiado bien en ella. Su rpida ascensin en la poltica se debe, en parte, a su abuelo. Si el prestigio del abuelo sufre un duro revs, afectara tambin a Baldvin, aunque l no existiera ni como embrin en aquella poca. Pero qu le importaba eso a Birna? pregunt Matthew. Por qu no le dio la foto, sin ms? Quiz pensaba chantajearles? Ninguno de los dos parece particularmente rico. Cuando encontr la foto, supongo que en el viejo lbum del stano, en el que faltaba una, lo ms probable es que quisiera mirarla mejor y por eso se la llev. Naturalmente le llamara la atencin, porque es una cara conocida. De modo que se dara cuenta de que tena en las manos algo que podra utilizar en provecho propio, pero dudo mucho que tuviera intencin de sacarle dinero a ninguno de los dos dijo ra, abriendo otro enlace. Ley un momento y levant la mirada. Aqu hay algo interesante. Baldvin est en el comit de seleccin, como miembro del ayuntamiento, para una nueva estacin de autobuses que van a construir en Oskjuhl. Apart la mirada de la pantalla. Recuerdas el dibujo de la casa de cristal que haba en una pared de Kreppa? En Islandia no hay muchos sitios con bosque. Oskjuhl es uno de ellos. En la foto haba autocares. Junt las manos. Obviamente, quera conseguir a toda costa ese encargo. Eso podra explicar, adems, la llamada telefnica que le hizo. Matthew pareca dudoso. Ests dicindome que iba a chantajear a Baldvin para que influyera en la decisin, de forma que el encargo se lo hicieran a ella? Sacudi la cabeza. Me permito poner un gran signo de interrogacin a tu teora. Para un arquitecto en Islandia, un encargo como se es el premio gordo de la lotera explic ra. Es un edificio grande en un lugar muy transitado, y el nombre de su arquitecto pasara a ser conocido al momento. Luego llegaran ms encargos uno detrs de otro. As funcionan las cosas aqu, y seguramente tambin en otros muchos sitios. Pero cmo puede tener una sola persona una influencia tan determinante en una decisin como esa? pregunt Matthew. Tendr que haber ms personas que decidan. Naturalmente contest ra. Pero l tiene acceso a informacin que no es accesible a los concursantes, y podra sacarles a otros miembros del comit informacin adicional sobre lo que a ellos les parece ms importante, y otras cosas por el estilo. Aunque hay que cumplir todos los requisitos para optar a esos concursos, lo ms normal es que a la hora de decidir se tenga en cuenta algo que slo cumple algn proyecto que vena recomendado desde el principio. Si el arquitecto sabe que los miembros del comit prefieren, por ejemplo, un edificio algo ms grande de lo que estipulan las condiciones... ra se encogi de hombros... entonces tiene una ventaja decisiva. Adems, estoy segura de que una persona puede convencer a las dems si se ve en clara necesidad de hacerlo... y est segura de lo que quiere. En una de estas pginas, acabo
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de ver que Baldvin fue elegido en su tiempo el mejor orador en una competicin de debates de bachillerato durante dos aos consecutivos. Tiene que poseer un gran poder de conviccin. Y qu piensas hacer? pregunt Matthew. No es una explicacin demasiado firme y adems no explica el asesinato de Eirkur. Recuerdas la pgina web de Baldvin en la agenda de Birna? pregunt ra. S asinti Matthew. Piensas mandarle un correo? No replic ra. Estoy pensando en hacer una apuesta. Ech mano al telfono. Voy a pedirle a la polica que investigue los correos de Birna a Baldvin en el ordenador de ella. Deben de tenerlo, y seguramente no se habrn fijado demasiado en el mensaje que le envi. Cuando recibi respuesta, tras una larga espera, ra dijo quin era e intent sonar lo ms respetable que pudo. Puede hacer el favor de ponerme con rlfur Kjartansson? Es respecto al caso de asesinato de Snfellsnes. Tengo que hacerle llegar un mensaje urgentemente, o, mejor an, hablar con l en persona. Se puso a silbar la chabacana meloda que sonaba en el sistema telefnico pblico mientras esperaba. Tras un rato considerable, se dej de or al sonar la voz cansada de rlfur: Diga?
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ra se encontraba tumbada en la cama, abrazada a su hija. La haba sacado de la habitacin de Gylfi y Sigga completamente dormida y se la haba llevado a la suya, ms por miedo a que Sigga se pusiera de parto y soltara el nio encima de Sley, que por cualquier otro motivo. Matthew se haba vuelto a su propia habitacin sin ms discusin. Comprendi perfectamente su posicin y no se sinti incmodo con ella en absoluto. ra se mostr profundamente agradecida de que la dejara un rato sola para seguir dndole vueltas a las cosas. Lo que ms le dola era lo que podra suceder a la maana siguiente; tena miedo de que rlfur no mordiera el anzuelo, y entonces no habra mucho que pudiera hacer por Jnas, aparte de atenerse a algn formalismo. Y aquella idea no le agradaba demasiado. Pero haba ms cosas que la atormentaban. Si Magns o Baldvin eran los asesinos de Birna, no haba modo de entender por qu haban matado tambin a Eirkur, ni qu relacin tena ste con ellos. Quiz era cmplice de Birna? Qu objeto tena entonces el zorro, y qu significaba aquel RER? Si es que aquella inscripcin tena alguna importancia. La cuestin de Kristn la preocupaba igualmente. Haba conseguido averiguar que era hija de Gun Bjarnadttir, pero al mismo tiempo haba quedado claro que difcilmente poda relacionarse con el caso. Haba todava ms cosas que danzaban por su mente, acosndola, pero estaba demasiado cansada como para poder fijar su pensamiento en ninguna de ellas, y al final todo se fue mezclando hasta convertirse en un batiburrillo: carbn, paredes, caballos, contratos, depreciacin de las acciones, rotura de una pierna... Se despert de aquellas reflexiones onricas con un llanto infantil. Extraada, apart de su brazo la cabeza de su hija, que segua dormida, y se sent en la cama. El sonido volvi a orse. Sali de la cama y se acerc a la ventana, pero en la penumbra no consigui distinguir nada. El extrao llanto empez de nuevo en algn lugar, en el exterior. Pero ces tan
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repentinamente como haba comenzado. ra cerr la ventana y se apart de la cortina, de forma que no poda ver nada fuera. Un nio an sin bautizar, plido como un cadver, arrastrndose con una mano ensangrentada sobre la tierra, dej de parecerle, de pronto, una idea tan absurda como le haba dicho a Matthew para burlarse de l. Regres al lado de su hija, decidida a no hablar de aquello con nadie. Seguramente se trataba de una jugada de su imaginacin. A travs de la ventana cerrada, oy que el dbil y lastimero gemido comenzaba de nuevo.
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Captulo 30
El juez estaba sentado, vestido con su toga negra orlada en raso, y los ojos clavados en ra. Tena las manos juntas delante de la boca, como si quisiera evitar que en algn momento se le escapara sacarle la lengua o hacer algn gesto de aburrimiento. Si la seora letrada tiene la amabilidad de continuar dijo con voz profunda. Esto se est poniendo interesante. ra le sonri cortsmente. Como acabo de indicarle, di con este objeto de modo totalmente casual e inmediatamente inform a la polica de su existencia. En consecuencia, no se puede alegar que habra tenido que informar antes de despegar la foto, pues hasta que la mir no pude saber la importancia que podra tener para el caso. Para ello tuve que sacarla. Pero, por si acaso, tuve la precaucin de no alterar nada innecesariamente y slo la toqu con pinzas. Tcnicas del CSI Miami? pregunt el juez, apartando la mano de la boca, mientras sonrea a ra. En realidad, s respondi ra, devolvindole la sonrisa. El juez se volvi hacia el fiscal, que haba solicitado prisin provisional para Jnas. Me parece que el ministerio fiscal no ha investigado el caso como es debido. En lugar de oponerse a los argumentos de la defensa, deberan agradecerle su colaboracin. No est claro en absoluto que la fotografa en cuestin hubiera llegado a manos de las autoridades de otro modo. El fiscal pidi la palabra y se puso en pie. Ciertamente nos alegramos de haber podido acceder a este objeto, y procederemos a estudiar este nuevo aspecto del caso. La seccin de investigacin envi de inmediato a una persona en cuanto se tuvo conocimiento del hallazgo ayer por la noche, y la foto est siendo estudiada en estos mismos momentos. Carraspe. Por otra parte, no vemos motivo alguno para desestimar nuestra peticin de prisin provisional para el sospechoso, sobre esta nica base. El imputado no ha explicado las circunstancias de modo suficiente y an existen sospechas muy fundadas de su participacin en los hechos delictivos. Qu responde usted, letrada? pregunt el juez, mirando a ra. Es absurdo considerar que la foto es lo nico nuevo que tenemos. El vehculo de Baldvin Baldvinsson pas por los tneles de Hvalfjrur el domingo a las 17:51. Eso quiere decir que estuvo en la zona con tiempo suficiente para perpetrar el segundo de los asesinatos, aunque ante m no haya querido reconocer dicho viaje. Supongo que la polica dispondr de una lista semejante del trfico en el da en que Birna fue asesinada, y de acuerdo con mis fuentes, el mencionado Baldvin estaba tambin en la zona. Particip en una reunin espiritista que se celebr esa noche, pero sali antes de la pausa, lo que quiere decir que tuvo posibilidades de llegar hasta Birna y matarla. La polica dispone tambin, sin duda, del correo electrnico cruzado entre Baldvin y Birna, aunque yo no he sido autorizada a acceder a l todava, como tampoco a las dems diligencias
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de la investigacin, con excepcin de la lista del trfico de vehculos por los tneles el domingo, que la polica tuvo la amabilidad de dejarme. ra vio a rlfur removerse en su asiento en la sala de audiencias. Ansiaba, visiblemente nervioso, poder corregir aquel error, pero la nica forma de hacerlo era admitir que se haban olvidado la lista encima de la mesa. Se domin. ra continu: Tambin he hecho notar que quiz Eirkur tuvo intencin de escribir abreviadamente Reikiavik en la pared, pero no consigui grabar el ltimo trazo correctamente. La K puede haber resultado escrita como R. Es preciso recordar que mientras estaba intentando escribir, un semental furioso estaba a punto de matarle a coces. REK podra haber sido una alusin a la ocupacin de Baldvin como concejal. El juez movi lentamente la cabeza, asintiendo. He de reconocer que no podemos apresurarnos a sacar conclusiones. Baldvin Baldvinsson es concejal y su abuelo Magns fue alcalde. Por ello, es muy arriesgado airear unas confusas ideas en el sentido de que sea culpable de violar tan gravemente las leyes. No necesito extenderme mucho para sealar cules podran ser las consecuencias si estas cosas llegaran a los medios de comunicacin sin ser verificadas debidamente. Para mi cliente no es menos grave encontrarse en esa misma situacin afirm ra. Tambin se est atentando contra su reputacin. Dio gracias a Dios de que la contrasea del ordenador de Jnas no fuera conocida por todo el mundo. Mi defendido ha reconocido que tuvo relaciones sexuales con la difunta el jueves de autos, pero mucho antes de la hora a la que se calcula tuvo lugar el crimen. Eso explica sus huellas dactilares en el cinturn de la interfecta; pero sta no se cambi de ropa a lo largo del da, al menos no se me ha informado de que lo hiciera. Mi defendido explic, adems, sus viajes en ambos das, aunque no haya habido tiempo de confirmar su relato. Al prestar declaracin ante la polica, se equivoc acerca de su viaje a Reikiavik el domingo pasado, pero eso es algo que le puede suceder a cualquiera. El juez mir al fiscal del distrito y le otorg la palabra. Lo nico que ha quedado claramente establecido en esta discusin dijo el fiscal es que la investigacin de los escenarios est lejos de haber sido concluida, en vista de que an estn apareciendo nuevas pruebas. Pero eso, de ningn modo, puede llevar a la puesta en libertad del sospechoso en estos momentos. No sabemos si ser exculpado por las nuevas diligencias. Esa teora de Baldvin, sin duda, es interesante, pero resulta demasiado rebuscada y no libra de sospecha al imputado. Por ejemplo, no se ha demostrado relacin alguna entre Baldvin y Eirkur. Por todo ello, nos mantenemos en la solicitud de catorce das de prisin preventiva. En referencia al prrafo primero del artculo ciento tres de la ley de procedimiento dijo ra, consideramos que las sospechas sobre mi cliente no estn suficientemente fundadas, teniendo en cuenta, adems, que no obran las excepciones establecidas en el mencionado artculo. A la luz de las dudas que despierta la incompleta investigacin de la polica, quiero sealar especialmente, en este contexto, que es totalmente imposible que el imputado pueda dificultar la investigacin destruyendo pruebas, como se estipula en el apartado (a) del mencionado artculo. Si mi cliente hubiera conocido la existencia de la foto en cuestin, habra tenido tiempo suficiente para destruirla o entregarla. Por ello, no se puede aducir que exista peligro de que destruya pruebas ni cualquier otra cosa,
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pues habra podido hacerlo en los das pasados. Pero no lo ha hecho, como demuestra esta fotografa, y por ello solicitamos que no se atienda a la solicitud de la polica o que, en su caso, se seale un periodo de prisin preventiva ms breve del solicitado. En caso de tomarse esta decisin, sigo solicitando el acceso sin restricciones a todas las diligencias policiales en el caso. Si puedo intervenir, seor juez interrumpi el fiscal, est claro que dos personas han muerto a manos de un asesino, y existen sospechas razonables de que ese asesino puede haber sido el detenido. Delitos como stos, obviamente, despiertan una gran alarma social, pues no est claro si el homicida elige a sus vctimas empujado por sus propios deseos irracionales, o por algn otro motivo. De forma que cualquier persona podra ser la prxima vctima. Si se considera que no se cumplen las condiciones establecidas en el prrafo primero, solicitamos que se decrete prisin preventiva en base al prrafo segundo, por la alarma social causada. El juez dio por concluida la vista y se puso en pie. Dijo que se tomara un tiempo para deliberar hasta el medioda, que sera entonces cuando dara a conocer su decisin, y que no se marcharan muy lejos. Sali seguido por el secretario judicial. ra se volvi hacia Jnas. No podemos hacer ms que esperar le dijo en voz baja. Qu crees que dir? le susurr Jnas. Me parece que lo hiciste estupendamente, y la alineacin de los astros es favorable, para hablar sin exageracin alguna. Estoy convencido de que rechazar esa absurda solicitud de prisin preventiva. La mir orgulloso. Fue tremendo cuando mencionaste los nmeros de los artculos. ra sonri a Jnas. Por fin haba alguien que saba valorar sus enumeraciones. ra llevaba mucho tiempo esperando aquel momento. Lo nico que estropeaba la alegra ligeramente era que quien tanto la haba alabado mencionase la posicin de los astros en el mismo contexto, y que encima fuera sospechoso de asesinato. No ha sido nada replic. Tendras que orme recitar los nmeros de los artculos del reglamento de Correos y de las disposiciones sobre las bocacartas.
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ra se dej caer sobre una de las sillas de madera delante de la puerta del hotel, y puso la gruesa cartera con los documentos del caso sobre la mesa, mientras suspiraba cansinamente. El juez de distrito haba ordenado que se la entregaran, metida en una bolsa de supermercado. Desgraciadamente, no fue todo lo bien que esperaba le dijo a Matthew, que estaba sentado a su lado. Han decretado siete das de prisin preventiva. Mir a su alrededor. Dnde estn los nios? Se fueron a ver la ballena muerta inform Matthew. Pero no estoy seguro de que hayan comprendido mis explicaciones, de modo que a lo mejor aparecen en el momento ms inoportuno. ra no tena duda alguna al respecto. Seguro que no te entendieron dijo. Conoca suficientemente bien a sus hijos como para saber que ninguno de ellos ira jams a ver un animal en estado de descomposicin, y mucho menos si se trataba de una ballena gigantesca. Pero no conoca a Sigga lo bastante para saber si a ella le iban ese tipo de cosas. ra dio un golpecito sobre la bolsa de plstico de color naranja. Pero me han entregado las diligencias. rlfur
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intent impedirlo, diciendo que mandara gente a copiarlas en Reikiavik a la primera oportunidad, pero el juez solicit la ayuda de su secretario, les quit la carpeta y mand que lo fotocopiaran todo para drmelo. El fiscal tena, naturalmente, su propio ejemplar. Sonri ante aquella victoria, pequea pero dulce. Tengo que revisar todo esto sin perder ni un minuto, a ver si aqu hay algo que no sepamos. Espero que no sea nada que perjudique a Jnas dese Matthew. Puede ser que la polica tenga contra l algo ms de lo que os hayan dicho a ti o a l? Te aseguro que lo expusieron todo en el juzgado dijo ra. Lo han hecho por precaucin, te lo aseguro. Confiaba en que sus conclusiones no fueran exageradas, pero el hecho de que el juez hubiera acortado el tiempo de detencin provisional, del medio mes solicitado a una sola semana, tena que significar que haba sido por su causa. Por lo menos, eso es lo que tena que pensar. El pobre Jnas no se tom nada bien la noticia aadi. No creo que se pudiera esperar otra cosa dijo Matthew. Dnde est ahora? Lo han llevado a la prisin de Litla-Hraun con escolta policial. Es un fastidio que los presos preventivos estn retenidos all. Se tarda un montn en llegar desde la capitaldijo ra, y no digamos desde aqu. Y no tendras que volver ya a Reikiavik? pregunt Matthew. Por el momento, estoy mejor aqu respondi ra. rlfur dijo que no interrogaran a Jnas en los dos prximos das. Pensaban concentrarse en la investigacin del escenario y acabar de tomar declaracin a los testigos, y otras cosas que no especificaron. No estaba demasiado contento con el juicio que mereci su investigacin del escenario. Hay algo ms que ver aqu? pregunt Matthew. La verdad es que encontramos la llave de la taquilla por pura casualidad. Difcilmente volver a tocarnos la lotera. Yo no estoy tan segura. Hay algo que me preocupa. Y no me refiero a todos los cabos sueltos del caso. Se puso en pie y coloc la bolsa entre los brazos. Voy a echar un vistazo rpido a todo esto, a ver si encuentro algo que pueda darle la vuelta al caso. Tambin estuve en la biblioteca y me he trado un ejemplar de los Cuentos y Leyendas, por si la historia que hay detrs del poema puede explicar algo. No tardar mucho, pero sera estupendo que mandaras a mis chicos a otra excursin en cuanto aparezcan; si aparecen.
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Dos horas ms tarde, ra sali del despacho de Jnas. Estaba un poco desalentada, ya que no haba avanzado mucho. Haba ledo hasta el final cada referencia de la carpeta, donde haba innumerables declaraciones de testigos, algunos resmenes sobre la investigacin del escenario, dos informes de autopsia y los resultados de los anlisis de sangre y otros fluidos corporales. Los resultados de las pruebas de ADN sobre el semen hallado en los rganos sexuales de Birna no estaban incluidos en la carpeta, pero la solicitud de dichos anlisis s se encontraba entre las diligencias. Tambin estaban los resultados del anlisis del grupo sanguneo del que haba dejado el semen, que indicaban que se trataba de semen de dos hombres distintos. A ra no le qued claro si este hallazgo haba sido pura casualidad o si alguien haba solicitado los
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anlisis impulsado por alguna sospecha concreta. Estuvo pensando en si sera habitual que una mujer tuviese relaciones sexuales con dos hombres diferentes el mismo da sin que se dedicara al oficio. Hubo un detalle que no comprendi con exactitud. Se trataba de una explicacin que sealaba que, adems del semen, se haba encontrado otra sustancia biolgica en los rganos sexuales de Birna; se le daba el nombre de A. Barbadensis Mili, A. vulgaris Lam. ra lo anot con la esperanza de que Matthew lo conociera, aunque lo dudaba. Seguramente se trataba de algo que Birna haba utilizado por su cuenta, aunque ra no saba con qu finalidad. Le hizo una sea a Matthew, dirigindose hacia l, que se encontraba tranquilamente en el bar bebiendo una cerveza. Dej la carpeta sobre la mesa y se sent. Sigue habiendo slo tres nios? No est del todo claro dijo Matthew. Tus dos hijos tenan la cara verde cuando volvieron de su paseo a la playa. La chica embarazada era la nica con buen aspecto. Los invit a tomar un refresco en el bar y se lo llevaron a la habitacin, tenan intencin de ver una pelcula. Me refera a si el grupo no ha aumentado todava brome ra, que hizo una seal al camarero para pedirle un refresco. An no eres abuela, as que disfruta de la vida dijo Matthew, haciendo chocar su vaso de cerveza con el refresco de ra. Has encontrado algo interesante? pregunt, inclinando un poco el vaso hacia la carpeta antes de beber un trago. No, en realidad, no. Hay varias cosas que confirman lo que hemos odo o encontrado nosotros. A los dos cadveres les clavaron agujas o alfileres en las plantas de los pies, a Eirkur le ataron un zorro y segn la autopsia que le hicieron al animal, ste llevaba ya muerto algn tiempo de un tiro de rifle. Desgraciadamente, no aparece ninguna explicacin de por qu el zorro estaba atado al pecho de Eirkur. Has sabido algo de nuestra preciosa Bella? pregunt Matthew. No iba a encargarse ella de averigurtelo? Maldita sea, se me haba olvidado dijo ra. Sac su telfono y marc el nmero del bufete. Diga se oy decir a Bella al otro extremo de la lnea. Nada de Bufete Centro, buenos das ni ninguna otra cosa que indicara que quien haba llamado estaba en comunicacin con un respetable bufete de abogados y no con una casa particular. Hola, Bella, soy ra. Has descubierto algo sobre el asunto de los zorros y los caballos? ra no se atrevi a reirle de nuevo por su forma de responder al telfono. Qu? se oy decir a una voz zafia y torpe. Ah, ya, eso. Guard silencio un momento y ra tuvo la sensacin de que se oa un ruido como si inhalara e inmediatamente despus soltara el aire con rapidez. Bella, ests fumando en la oficina? pregunt ra, enfadada. Ya sabes que est prohibido. No respondi Bella. Ests loca? ra crey estar oyendo con toda seguridad el chisporroteo de un cigarrillo al arder. A lo mejor aquella chica haba empezado a fumar en pipa? Antes de que pudiera preguntrselo, Bella continu: Los caballistas con los que contact nunca haban odo mencionar ninguna relacin. Pero tambin habl con un cazador de zorros que conozco y de ese to pude sacar algo ms. ra olvid completamente el tabaco. Qu te ha dicho? pregunt interesadsima. A lo mejor aquella
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secretaria serva finalmente para algo? Bueno dijo Bella. Dijo que los caballos se ponan rabiosos de miedo si perciban el olor a zorro muerto. Y que se dedicaban a darle coces a la carroa. Eso es algo que slo saben los cazadores de zorros? pregunt ra en suspense. Ningn caballista suele saberlo, o crees que los caballistas con los que hablaste eran particularmente ignorantes? Ignorantes sobre los zorros? pregunt Bella burlona. No tengo ni idea. Yo dira que, en general, no lo saben. Cundo se encuentra uno con un zorro? Gracias, Bella dijo ra, seguramente por primera vez con total sinceridad. Puedes tomarte el resto del da libre. Aquello no era una generosidad exagerada, ya que la ausencia de la secretaria no alterara en lo ms mnimo la actividad del bufete. Colg y le cont a Matthew la conversacin telefnica. As que el asesino at el zorro a Eirkur para excitar al caballo, seguro de que el pobre hombre no slo resultara herido, sino muerto. Matthew frunci el ceo. Qu frialdad. En general, los caballistas no saben lo furiosos que se ponen los caballos con las carroas de zorro dijo ra, pensativa. Lo saben sobre todo los cazadores de zorros. Pens un momento y luego aadi: No ser Bergur cazador de zorros? Tiene nidos de eider. Mir a Matthew a los ojos. Haba una caja de cartuchos de fusil en la salita de la caballeriza. Matthew la mir a ella tambin a los ojos, fijamente. A lo mejor RER tena que ser BER o, ms exactamente, BERGUR, pero Eirkur empez a recibir coces y no pudo seguir. Matthew sac su mvil y recuper la fotografa que haba tomado de las letras grabadas en la pared. Estuvo un ratito ampliando la foto y situando las letras en mitad de la pantalla. Vaya dijo despus de mirar con todo detenimiento la fotografa, pasndole el telfono a ra. El trazo descendente de la primera erre no es tan recto como el de la segunda.
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ra colg el telfono y se volvi hacia Matthew. Me parece que a rlfur no le ha disgustado la noticia dijo. Aparentaba estar perfectamente tranquilo pero not que se alegr cuando se lo cont. Puedo predecir que Bergur recibir una visita de la polica dentro de poco. Bueno, o su mujer apostill Matthew. Nunca se sabe. S, claro asinti ra. Pero algo s que se sabe. Le el informe de la autopsia, y est bastante claro que Birna fue violada brutalmente. En eso no encajan las mujeres, excepto como cmplices, quiz. Podra ser que Rsa participara en el asesinato, pero no en compaa de su marido. Dudo mucho que hayan sido capaces de ponerse de acuerdo en la hora, y no creo que fueran capaces de meterse juntos en semejante lo. En ese momento, Slds apareci dirigindose hacia ellos. Mi abuela quiere hablar contigo dijo incmoda. Pregunta si puedes llamarla. Se trata de algo relacionado con vuestra conversacin de ayer. Slds se mir los pies. No ests obligada a hacerlo, pero ste es su nmero. Le dio a ra una nota en un papelito amarillo. ra le dio las gracias muy sinceramente y sac inmediatamente el telfono. Slds se dio media vuelta y desapareci del bar a toda prisa. Respondieron
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despus de una sola llamada. Hola, Lra, aqu ra. La abogada del hotel. Slds me dijo que quera que la llamara. S, hola. Me alegro mucho de que me llames. No he podido pensar ms que en Gun desde que charlamos ayer. Creo que te gustara que el destino de la nia quedara aclarado finalmente. ra tuvo la sensacin de que la mujer estaba muy alterada, aunque su voz no lo dejaba traslucir . Tengo aqu la carta de Gun de la que te habl ayer dijo la mujer, dejando escapar un dbilsimo sollozo. La estuve buscando por todas partes y al final la encontr guardada con algunas otras cosillas que conservo de esa poca. La he ledo una y otra vez y ahora creo poder decir que he conseguido leer entre lneas. Y eso? pregunt ra. Dice en un sitio que la nia es igualita a su padre, y que me dar cuenta del parecido enseguida explic Lra. En su poca, cuando empezaron las habladuras sobre el incesto, estuve casi a punto de crermelo y pens que ella se haba acostado con su padre o con su to. Ahora soy una persona ms madura y veo que eso nunca lo dira una mujer sobre su propio hijo si se encontrara en tal situacin. En otro lugar, pregunta por un muchacho del que haba estado enamoriscada antes de que yo me marchara de la comarca, y me pide su direccin. Quera enviarle unas lneas Lra call y respir hondo. Creo que ese joven era el padre. Se fue a vivir a Reikiavik poco despus que yo, y recuerdo que reaccion de forma muy rara cuando me lo encontr un ao ms tarde, y no quiso hablar mucho conmigo. Entonces no lo comprend, y an sigo sin entenderlo. Tal vez la nia podra explicar su reaccin. A lo mejor pensaba que yo conoca la existencia de la pequea, o que Gun se haba quedado embarazada y no le apeteca hablar de ello. Llevaba del brazo a una mujer joven. Quin era? pregunt ra. Est vivo todava? Desde luego que est vivo respondi Lra. Se habl mucho de l cuando se retir. Fue alcalde hace unos aos. ra not que sus dedos se aferraban con fuerza al aparato telefnico. Magns Baldvinsson? pregunt con toda la tranquilidad de que fue capaz. S, cmo lo sabes? pregunt Lra, asombrada. Le conoces? Est alojado en el hotel respondi ra. Pero podra haberse marchado ya, su nieto vino a buscarle ayer por la noche. Qu extrao dijo Lra. En todos estos aos, desde que se traslad a Reikiavik, no ha venido a la regin ms que en algn viaje relmpago. Ya, vaya fue lo nico que se le ocurri a ra. Se puede pensar que la llegada de la nia le hizo tan poca gracia, que... ra vacil mientras buscaba las palabras apropiadas. Los adultos son una cosa y los nios otra muy distinta... que se las debi de ingeniar para darla en adopcin tras la muerte de Gun, o que simple y llanamente la mat. Confi en que as resultara ms fcil de digerir. No lo s replic Lra. La anciana voz se quebr de nuevo. Dios mo, es imposible creer que pueda pasar algo as. Magns no tena mucha personalidad. Pero podra haber sido tan mezquino? De verdad, no lo s. No puedo ni imaginarme que alguien pueda ser tan malvado. En nuestra sociedad ni nos damos cuenta de que estn entre nosotros. Ni hoy ni en aquella poca. Lra call y se son. Y tambin est la otra cosa que
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me preguntaste. Lo de la carbonera. Me puse a darle vueltas y record que se pasaron a la calefaccin elctrica en las dos granjas antes de que yo me marchara a Reikiavik. Decan que era estupenda, pero Bjarni mand instalar un generador en un hoyo en el ala norte, junto a la carretera. No s si te servir de algo, pero despus de eso, el carbn dej de usarse en las dos granjas, y abandonaron las carboneras. La voz de Lra se haba vuelto ms fuerte al hablar de cosas cotidianas como la calefaccin, aunque se notaba cierta melancola en sus palabras. En la caja en que estaba la carta encontr una foto antigua en la que estamos Gun y yo detrs de la granja, y record todo eso mientras estaba mirndola. Porque en la foto se ve la entrada a la carbonera, y eso me desat los recuerdos. ra interrumpi a Lra. Cuando dice que estaban detrs de la granja, a cul de las dos se refieres? A Kirkjusttt contest Lra. No subamos mucho a Kreppa en esos aos. Bjarni y Grmur casi no se hablaban, y creo poder afirmar con cierta seguridad que la nica relacin que seguan manteniendo era por el generador, que utilizaban ambos. As que haba una carbonera igual detrs de Kirkjusttt? pregunt ra. No hay rastro de semejante cosa detrs del hotel. Puede ser que la carbonera acabase debajo del edificio anexo? No, eso no puede ser dijo Lra. Si no recuerdo mal, estaba bastante lejos de la casa, y no es el sitio donde se construy el anexo. La trampilla de entrada tendra que estar en el prado que hay detrs del hotel. Era igual en las dos granjas. Se consideraba de lo ms moderno tener la carbonera lejos de la casa, aunque era ms caro que guardar el carbn en el stano. Era mucho ms refinado hacer una entrada a la carbonera desde el stano, aunque estuviera tan lejos de la casa. ra mir a Matthew con los ojos muy abiertos. Cort la conversacin con Lra, sintiendo de pronto la necesidad de bajar al stano a buscar la puerta que daba a la carbonera. Antes de despedirse, le dijo a la anciana que la informara de cualquier cosa que llegara a averiguar sobre el destino de la misteriosa nia. Tengo que hacer una breve llamada le dijo ra a Matthew mientras marcaba el nmero de la prisin de Litla-Hraun. Prometo que te lo explico todo enseguida. Lo que recordaba de la foto de una pared del stano que Birna haba mandado hacer al fotgrafo extranjero no contena nada que pudiera indicar la existencia de una puerta all abajo. En cuanto Jnas se puso al telfono, ra fue directamente al grano: Jnas, probablemente tendr que tirar un trozo de una pared del stano debajo de la parte antigua del hotel. Slo quera que lo supieras. Por lo dems, todo bien?
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ra, Matthew y Gylfi estaban delante de una de las paredes del stano; haban llegado al acuerdo de que aqulla era la que daba hacia el prado de la parte posterior del edificio. Les haba llevado un tiempo considerable orientarse y decidir cul era la pared adecuada, pues tuvieron que ir haciendo pruebas mientras levantaban en el aire a Sley para que mirase por las sucsimas ventanas; al final decidieron que la pared de la foto de Birna deba de ser la correcta. Matthew dej la fotografa y aferr el mazo. ra se ech para atrs, reunindose con Sigga y Sley, que estaban esperando emocionadsimas. Gylfi estaba al
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lado de Matthew, dispuesto a relevar al alemn. Gylfi haba exigido acompaarles cuando los vio salir al prado con las palas, para cerciorarse de que la carbonera estaba realmente all antes de poner manos a la obra y hacer el agujero, y las chicas se empearon en acompaarles, encantadas con la novedad. La carbonera haba aparecido a unos 30 centmetros de profundidad, justo al lado de la piedra grabada, pero en lugar de malgastar el tiempo excavando para liberar toda la trampilla, se dirigieron inmediatamente al stano a buscar la puerta, que tena que estar all oculta. Matthew se tema que abrir una trampilla que llevaba decenas de aos enterrada no sera ms fcil que cuando lo haban intentado en Kreppa. Qu pensis que vais a encontrar ah detrs? pregunt Gylfi, no del todo seguro de que fuera demasiado divertido ponerse a tirar abajo una pared. A decir verdad, no tengo ni idea dijo ra. Pero, a juzgar por el cuidado con que disimularon la puerta, alguien deba de querer que no se acercara nadie. No hay ninguna razn plausible para tapiar una puerta en el stano. Se habra podido cegar de otro modo si la intencin no hubiera sido ocultarla. Y si no hay nada? pregunt Gylfi. Qu dir el dueo de todo esto? Nada respondi ra. Acabo de contarle lo que sucede, y en el peor de los casos slo tendr que gastar un poco en unos cuantos metros cuadrados de pared. Le hizo seas con las manos para que se pusiera delante. Empieza! Empezaron a golpear la pared. ra y las nias miraban expectantes, pero enseguida pudieron comprobar que las cosas no iran tan deprisa como esperaban. Media hora ms tarde, cuando Sley se haba dormido ya de aburrimiento sobre un montn de cajas, y los bostezos de Sigga se sucedan sin pausa, el agujero a travs del revestimiento de la pared, la madera y la piedra, haba alcanzado unas dimensiones considerables como para poder acceder al otro lado. Matthew y Gylfi estaban sucios y sudorosos con las mangas remangadas, recuperando el resuello. Yo no entro la primera dijo ra, sacando la cabeza del agujero. El aire est viciadsimo ah dentro. Huele a quemado, no? Ya voy yo dijo Gylfi. ra le conoca suficientemente bien para saber que no lo deca de verdad. Matthew, ve t delante dijo, empujndole hacia la abertura. Dnde est la linterna? Tras meterse a duras penas los tres por el agujero, ra y Gylfi siguieron a Matthew por el estrecho tnel. La dbil luz de la linterna slo iluminaba al alemn, que iba en primer lugar. Madre e hijo se acercaron a l cuando se detuvo delante de la puerta que haba al final del tnel. Se volvi hacia ellos, con la linterna colocada debajo de la barbilla. ra y Gylfi se llevaron un susto terrible, mientras Matthew se echaba a rer. Se quit la linterna de la cara e ilumin la puerta. Abro? Deberan haber dicho que no.
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Captulo 31
Y, naturalmente, fue por pura casualidad, igual que la foto pregunt rlfur. Bajaron al stano armados, casualmente, de unas mazas y les apeteci tirar abajo justo esa pared, porque s? ra se quit una astilla del pelo, contenta de comprobar que no era un diente, como haba temido. No respondi. Crea que haba hablado con suficiente claridad. Queramos asegurarnos de que no los bamos a avisar para cualquier estupidez, malgastando con ello el dinero pblico. No haba forma de comprobar lo que haba ah abajo sin derribar la pared. Tengo que reconocer que no me esperaba esto. Se estremeci cuando dos hombres de la seccin de investigacin pasaron con unas carretillas llenas de huesos. Un penetrante olor a quemado las acompaaba. Haba policas pululando por todo el hotel; haban acudido de las comisaras cercanas pero tambin un grupo de especialistas llegados de Reikiavik. ra sospechaba que la mayora careca de una funcin especfica, y que estaban all movidos ms bien por la curiosidad. Hizo una mueca. Como ya le dije, esperaba encontrar el esqueleto de un nio, y no un montn de huesos de la altura de una persona. No se dio cuenta de que eran huesos de animales? pregunt rlfur. Era difcil ver claramente las cosas en la oscuridad de ah abajo? Los huesos que ms me llamaron la atencin no eran de animales explic ra con decisin. Antes de que se viniera abajo el montn de huesos, la luz de la linterna alumbr una pequea manopla de borra, y tambin un hueso justo en la abertura de la manopla, de modo que me di cuenta de que ah abajo hay un nio muerto. Lo nico que poda haber dentro de la manopla era una mano. Estaba justo debajo del montn antes de que ste se desmoronara, de modo que no aparecer hasta que hayan retirado los dems huesos. Si yo fuera usted, le dira a los hombres que fueran con cuidado cuando lleguen abajo... no concluy la frase. Puede comprobar usted misma que actuamos despacio dijo rlfur, mirando a su alrededor. Nos atenemos a todas las normas relativas a la investigacin de escenarios, encontremos o no huesos humanos. Tenemos que averiguar lo que ha sucedido aqu, pues es algo bastante anmalo disponer en esta forma de cadveres de animales medio quemados. As que no necesita preocuparse de que vayamos a destruir prueba alguna. Debera preocuparse ms bien por Jnas, ya que esto no afecta en lo ms mnimo a su posible culpabilidad. Y si le dijera que ah estaran los huesos de una hija de Magns Baldvinsson, sin bautizar siquiera, de finales de la guerra mundial? dijo ra. Eso cambiara algo? pregunt rlfur indiferente, aunque se notaba que su inters haba aumentado. O quiz pretende usted insinuar que l mat a su propia hija y luego ech encima decenas de cadveres de animales? Sonri y continu: Y que regresa al lugar del
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crimen sesenta aos despus para comprobar que ha desaparecido por completo? Est usted interpretando las cosas a su conveniencia, pero seguramente se descubrir quin era el padre en cuanto se realice el anlisis de ADN de los restos del nio. Aunque por s mismo eso no indique quin lo mat, la paternidad abrir muchos interrogantes, y creo que Magns Baldvinsson no saldr muy bien parado de esa investigacin. De modo que sigue manteniendo la teora de que fueron Magns o Baldvin los asesinos de Birna y Eirkur? pregunt rlfur. ra se quit ms suciedad del pelo. En realidad, tambin he estado plantendome si habra sido Bergur, o su esposa, con ayuda de l o de otra persona conjetur ra, que explic la conversacin que haba tenido con Matthew sobre el rifle, el zorro y la extraa inscripcin RER de Eirkur. Matthew y yo la vimos salir del hotel con un camarero que trabaja aqu. Parecan muy amigos. Pensamos que Rsa podra haberle convencido para matar a Birna. Ella podra haber querido hacerlo para vengarse del adulterio. rlfur levant las cejas hasta las races del cabello. Usted conoce a la esposa de Bergur dijo. Le parece posible que tenga tal capacidad de conviccin? No, en realidad, no respondi ra. Pero si alguien tiene ms inters del debido por conseguir algo de otra persona, nunca se sabe. rlfur sonri con perversidad. Ese camarero se llama quiz Jkull Gumundsson? pregunt. S contest ra extraada. En realidad desconozco su patronmico, pero se llama Jkull. Tiene idea de por qu andan juntos? rlfur dej escapar una risita. Son hermanos revel. Seguramente, eso explica que se traten tan amistosamente. ra no dijo nada. Ahora entenda la antipata que Jkull tena a Birna, se deba simple y llanamente a que su cuado engaaba a su hermana con ella. Aquello explicaba tambin la reaccin a sus preguntas sobre Steini. Haba sido su padre el causante del accidente, y, sin duda, le afectaba hablar de aquello tanto como a su hermana. Aj exclam ra. Eso cambia un poco las cosas. S, verdad? dijo rlfur. Por otra parte, puedo asegurarle que an seguimos investigando la posible participacin de Bergur en el caso aadi sin especificar si el granjero estaba bajo sospecha o si Jnas segua siendo el nico sospechoso. Creo que no va a importar mucho, pero le dir tambin que estamos comparando el rifle y la bala que encontramos en el zorro. No tenemos medios para hacer ese estudio en la provincia, de modo que lo hemos enviado a Reikiavik. Desgraciadamente, harn falta unos cuantos das hasta que recibamos los resultados, pero mientras tanto examinaremos un par de cosas ms. Despus dijo que iba a bajar al stano a comprobar cmo iba todo. ra se levant y se dirigi hacia Matthew, que estaba terminando de explicar lo que haba pasado en el stano. Haba hecho falta mucho ms tiempo del habitual, porque la polica quiso hacer el interrogatorio con ayuda de un intrprete. Crees que nos mandarn a la trena a hacer compaa a Jnas? brome Matthew con una risita mientras salan los dos juntos. En vista del aspecto que tengo, encajara all perfectamente aadi. Sus ropas estaban cubiertas de polvo y suciedad, puesto que no haban tenido tiempo para cambiarse desde que les haba cado encima una montaa de
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huesos. ra lo mir de arriba abajo y sonri. Cunto tiempo haca que no estabas as de sucio? pregunt, quitndole del jersey algo que result ser un fragmento de hueso. Aos y aos respondi l. En el banco no hay escombros, y mucho menos montones de huesos como el de ah abajo. ra se estremeci. Le habl de la relacin entre Rsa y Jkull, y que difcilmente seran la pareja sanguinaria que haban empezado a sospechar. Sabes? dijo entonces. Pondra la mano en el fuego a que quien coloc la piedra grabada encima de la carbonera saba lo que haba debajo. Su intencin deba de ser erigir una especie de monumento funerario. Una lpida secreta. Eso quiere decir entonces que el nio no muri de muerte natural. Si no, por qu disimular una lpida? dijo Matthew, que esper a que ra abriese la puerta de su habitacin. Aparte de que nadie hara algo as por un nio muerto a menos que tuviera algo que ocultar. Tengo la sospecha de que la piedra la erigi el viejo Magns seal ra en el momento en que se abra la puerta. Fue directamente hacia el telfono que estaba encima de la mesita de noche. Voy a llamar a Eln para preguntarle si sabe algo de la piedra. A lo mejor, ella o su hermano recuerdan cundo la pusieron y quin se encarg de ello. Crees que querr hablar contigo? pregunt Matthew. No creo que me cuelgue esta vez afirm ra. Porque resulta que se ha encontrado un esqueleto de nio en unos terrenos que pertenecieron a su abuelo y a su to abuelo, y que son propiedad de su propia familia desde hace decenios. Busc el nmero de mvil de Eln. Adems la voy a despistar usando el telfono del hotel, porque el nmero de mi mvil lo conoce. Volvi a dirigir su atencin al telfono. Hola, soy ra dijo en cuanto respondieron. Qu quiere ahora? pregunt Eln enfadada. Se poda or que iba en un coche. Antes que nada, quera informarla de que ahora mismo acaban de encontrar todo un montn de huesos en la granja. La mayor parte son de animales, pero todo parece indicar que tambin puede encontrarse el esqueleto de una persona. De un nio. Y a m qu me cuenta? pregunt Eln casi en un chillido. No es eso lo que lleva pasando todo este tiempo? Desde que ese Jnas nos compr las tierras no paran de aparecer cadveres. O en la radio que esta maana han decretado su prisin provisional. S, s, cierto replic ra, nada contenta con que el caso de Jnas hubiera llegado ya a los medios de comunicacin. Pero estos huesos no tienen nada que ver con l, porque muy probablemente estaban aqu mucho tiempo antes de que l comprase las tierras explic ra. Me equivoco al pensar que fue su familia la que construy la granja actual y que ha sido su propietaria ininterrumpidamente desde entonces? Por desgracia, creo que esto les afecta a usted y a su hermano mucho ms que a Jnas. Pero qu est diciendo? grit Eln. Huesos de nio? Pareca realmente asombrada, sin acabar de entender lo que suceda. Qu nio? Ya se sabr contest ra. La polica querr hablar con ustedes, y tal vez lo mejor sea que yo no siga molestndoles sobre este particular. Slo quera preguntarle una cosa. Esper, pero Eln no dijo nada, de
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modo que continu: Detrs del edificio, hacia el este, hay una piedra grande en la que grabaron un poema que creo que procede de una leyenda popular. Alguien tuvo que colocar esa piedra, porque desde luego no lo hicieron las fuerzas de la naturaleza. Conoce esa especie de lpida, o sabe quin la puso all? La piedra? pregunt Eln sorprendida. Qu tiene que ver con el caso? Quiz nada minti ra. Slo quera conocer su origen, para cerciorarme de que no est relacionada. Cruz los dedos con la esperanza de que Eln se tragase su explicacin. Puedo prometerle que no tiene relacin alguna respondi Eln con determinacin. Mi madre la coloc hace muchos aos. Era un regalo de bodas anticipado que se hizo ella misma, segn me cont. No me pregunte por qu, nunca me dio ms detalles. Puede estar totalmente segura de que no tiene relacin alguna con la muerte de ningn nio. ra ocult su extraeza ante la noticia de que hubiese sido Mlfrur, la hija de Grmur, quien haba colocado la piedra. Una cosa para terminar, de verdad dijo. Por qu vinieron su hermano y usted a la regin el domingo por la noche? Tengo una lista elaborada por la polica con los vehculos que pasaron por los tneles ese da, y ustedes dos estn en ella. Vinimos porque tenamos una reunin con usted respondi Eln, furiosa. Ya no se acuerda? Vino a nuestra casa el lunes, y nosotros decidimos no tener que viajar por la maana, sino llegar a Stykkishlmur la noche anterior. No se le habr pasado por la cabeza pensar que Brkur y yo hayamos cometido esos crmenes? ra dijo que no, incomodsima. Era slo uno de tantos detalles que quera dejar resueltos. Tambin puede dejar resuelto que Brkur no vino por aqu el jueves por la noche a matar a nadie dijo bruscamente Eln. ra call un instante, porque no quera dejar ver que desconoca totalmente aquel viaje de su hermano. Seguramente, Eln deba de creer que ra tendra tambin una lista del trfico de ese da. Bueno, y a qu vino, entonces? pregunt cautelosa. No creo que l me vaya a dar las gracias por contrselo respondi Eln. Ya me cost a m bastante sacrselo. Un estruendoso bocinazo interrumpi la conversacin, y cuando Eln volvi a hablar, maldijo furiosa . Malditos viejos, por qu no les quitarn el carn de conducir antes de que se queden dormidos al volante? protest enfadada, antes de volver al tema. La nica razn por la que le cuento qu vino a hacer es para librarme de usted y eliminar ms sospechas estpidas sobre nosotros. A m me importan poco las razones que la impulsan a contrmelo contest ra con sequedad. Qu vino a hacer? Fue a una reunin con unos agentes inmobiliarios que estn locos por ver las tierras que quedan, para su posible compra dijo Eln. Mi hermano sabe que yo prefiero esperar, pero l lo hizo en contra de mis deseos. Los de la inmobiliaria se lo podrn confirmar, si tiene usted alguna duda al respecto. ra se despidi y colg el telfono. Fue su madre quien hizo poner la piedra dijo. Es una gente de lo ms extraa; el caso es que tienen antecedentes en la familia de problemas mentales, tanto el abuelo como la abuela estuvieron aquejados de enfermedades de ese tipo. ra se puso en pie. Pero probablemente son inocentes de los dos asesinatos, al menos esta mujer
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acaba de darme unas explicaciones bastante razonables de las idas y venidas de ambos. ra agarr la bolsa de plstico que contena los Cuentos y Leyendas de Jn rnason. Si encuentro ese poema, es de suponer que ir acompaado de un texto que explique mejor su significado. Podra arrojar alguna luz sobre los motivos que tuvo la madre de Brkur y Eln para grabarlo en la piedra y por qu la coloc. Dej la bolsa sobre la mesa. Tengo que acordarme de devolver los libros cuando regresemos a Reikiavik dijo. En la biblioteca a la que suelo ir van a construir un edificio nuevo con las multas que he pagado ya por mis retrasos en las devoluciones. No tengo ningunas ganas de encontrarme con los mismos problemas por todo el pas. Piensas leerte todos los volmenes? pregunt Matthew mientras observaba a ra amontonar un tomo encima de otro. Creo que, mientras tanto, yo voy a ir dndome una ducha. Tengo que revisar esto rpidamente dijo ra. Mir el ndice del primer volumen y busc expsitos. Aqu est observ encantada, apartando los ojos del libro. Aqu hay una historia que se llama Un esposo era mi destino. Tiene que ser sta. ra ley de un tirn la breve leyenda y luego dej el libro abierto encima de las rodillas. Qu? pregunt Matthew. No estoy seguro de si ese gesto significa algo bueno o algo malo. Yo tampoco replic ra. La historia habla de una madre que abandon a su hija. Aos despus tuvo otra hija, a la que s cri. Cuando la nia lleg a la edad nubil, un joven pidi su mano y se casaron. En el momento lgido de la fiesta de bodas llamaron a la ventana y se oy recitar el poema: La tona habra de cuidar, familia crear deba, un esposo, mi destino igual que el tuyo sera. Mir a Matthew. Dicen que el poema lo compuso la expsita para su hermana. Quiz el poema alude a que la hermana disfruta de lo que habra tenido que pertenecer a la nia abandonada? pregunt Matthew. S, no se puede interpretar de otra forma dijo ra. Tendra Gun otro hijo? Sacudi la cabeza mientras pronunciaba esas palabras . No, no creo. Y a quin fue a parar lo que legalmente habra pertenecido a esa nia? pregunt Matthew. Es de suponer que ella habra sido la heredera de su madre. ra hinch las mejillas y fue echando el aire lentamente. Naturalmente, depende de cundo muriera Gun. Si la hija muri antes que ella, entonces no habra podido heredar a su madre. Si hubiera muerto despus de ella, las cosas seran diferentes. El padre de Gun muri antes que ella, y como era viudo y no se haba vuelto a casar, ella era su nico descendiente, Gun sera su heredera universal. De modo que la nia habra heredado todos los bienes de su madre a la muerte de sta. En ese caso, alguien se benefici de la muerte de la nia afirm Matthew, quedndose con la herencia de Gun, que legalmente le perteneca a ella. Quin podra estar en esa situacin? El pariente ms prximo de la madre dijo ra. Grmur, el to de Gun. Cerr el libro. Lra, la abuela de Slds, dijo que la situacin econmica de Grmur era bastante precaria. Por eso, habra podido matarla para impedir que se casara. En cuanto la chica contrajese matrimonio, Grmur perdera todo derecho a la herencia. Muy bien pensado asinti Matthew. Pero no fue l quien erigi
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la piedra, de modo que, si fue l quien la mat, Mlfrur, su hija, la madre de Eln y Brkur, saba por lo menos que el cuerpo estaba all debajo. Es demasiada casualidad que levantara esa piedra con esa inscripcin precisamente en ese lugar. Mlfrur dijo ra, pensativa. Mlfrur hered lo que perteneca a la nia. Si se trata de una nia y si, adems, es la hija de Gun. No faltan cabos sueltos en todo esto seal Matthew. Pero tengo que reconocer que suena estupendamente. Quiz sea ella la asesina, y no el padre, Grmur? No lo creo. Durante la guerra era una nia. Cuando Lra volvi a la comarca despus de la contienda, la hija de Gun haba desaparecido de la faz de la tierra. Pero puede ser perfectamente que Kristn, la hija de Gun, sea la Kristn mencionada en la viga del desvn. De ser as, es ms que probable que Mlfrur hubiera grabado la frase: pap mat a Kristn. Odio a pap. Quiz se enter de alguna forma. Pudo haber sido testigo del crimen o se lo cont su padre. Has progresado mucho en la explicacin de este caso tan antiguo dijo Matthew, entrando en el bao para quitarse la suciedad de las manos. Sigui hablando desde all intentando hacerse or por encima del ruido del grifo: Lo peor es que todo eso no le sirve para nada a Jnas. No creo que a Birna y a Eirkur les mataran por eso. Ya, no s dijo ra, gritando tambin. A lo mejor, Birna se enter de todo y eso hizo que alguien quisiera verla muerta? Porque no queran que se supiera. Ella estaba escarbando en esas cosas, como demuestra la foto de Magns. A lo mejor encontr algo que la puso sobre la pista. Matthew apareci en la puerta, secndose las manos con una toalla. Pero quin iba a querer matarla por eso? Eln y Brkur? No creo reflexion ra. Sera absurdo que vendieran las tierras si queran mantener estas cosas en secreto. Es probable que no tengan la menor idea de todo este asunto seal Matthew, volviendo a desaparecer en el bao con la toalla. Birna podra habrselo contado para intentar chantajearlos y sacarles dinero. No hay duda de que intent extorsionar a Magns y Baldvin, de modo que no habra tenido demasiados escrpulos para hacerlo tambin con los otros. Podra ser dijo ra. Pero mi impresin es que no lo saba. Si algo se puede concluir a partir de su agenda es que sospechaba que haba sucedido algo extrao en esta casa, pero en ningn sitio hay el ms mnimo indicio de que hubiera llegado a descubrir de qu se trataba. Fue a buscar el diario y pas lentamente las pginas. Recuerdas dnde estaba situado el edificio nuevo, en los planos que estaban colgados de las paredes de Kreppa? pregunt. No ocupaba toda la zona, incluidas la piedra y la trampilla? Matthew intent refrescar su memoria. Claro que s afirm. Por qu lo preguntas? Quiz mataron a Birna para impedir la reforma? dijo ra. En el momento en que empezaran a construir, se descubrira esa parte secreta del stano. A lo mejor fue una medida preventiva. Recordars que haban estado excavando en distintas partes del patio. Tal vez estaban intentando encontrar la trampilla y sacar los restos de la nia antes de las reformas, pero no lo consiguieron y, en consecuencia, recurrieron al drstico sistema de eliminar a Birna. Pero sigue en pie la pregunta de por qu iban a querer mantenerlo
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en secreto dijo Matthew. Los dos hermanos querran evitar a toda costa que el asunto saliera a la luz. A nadie le apetece que se sepa que su abuelo ha asesinado a un nio. Pero no parece muy normal que la gente cometa un crimen para evitar ese gnero de cosas. Si hubieran querido mantenerlo en secreto no habran vendido, recuerda dijo ra. Tambin estoy de acuerdo en que quiz es demasiado, eso de matar a alguien para evitar un escndalo. Cerr los ojos. Hay algo que se me escapa. Es algo de lo ms evidente pero no consigo averiguarlo. Alarg la mano hacia la carpeta que contena las diligencias de la polica y hoje los documentos. Ni siquiera tengo idea de qu es lo que debera buscar dijo con un profundo suspiro. Matthew se acerc a su lado. Tom de la otra mesilla la lista de los vehculos que haban pasado por los tneles de Hvalfjrur Y si el asesino no tiene ninguna relacin directa con esto? Y si se trata de alguien que quiere proteger a la familia? ra levant la vista e inclin la cabeza hacia un lado. Quin, entonces? Matthew le entreg la lista y seal una de las matrculas. Mientras estabas fuera ayer, le pregunt a Slds si tena idea de cul era el nombre completo de Steini. Ya que puede conducir, se me ocurri comprobar si estaba en la lista. Result que s. Seal un coche que haba pasado por los tneles, viniendo de Reikiavik, el propietario era Porsteinn Kjartansson. Steini es un diminutivo de Porsteinn, no? Recuerdas que dijo que no poda ir a recoger a Slds porque no pensaba ir a Reikiavik aadi Matthew. Sin embargo, s que fue, y parece que regres por el tnel una hora antes de que Birna fuera asesinada. Crees que ha podido asesinarla para evitarle una conmocin a Bertha por todo aquel escndalo? pregunt ra. Es un tanto absurdo. Adems, est lisiado. Cmo iba a poder hacerlo? Me parece que ltimamente slo nos han llegado noticias de que no est tan lisiado como creamos observ Matthew. Si miras sus movimientos desde aqu hacia Reikiavik, vers que el coche de Bertha sali de aqu ms o menos a la misma hora, tambin. Puede ser perfectamente que Steini tomara la precaucin de que ella no pudiera quedar en ningn momento bajo sospecha, y cometi el crimen despus de que se marchara. De poco servira matar a Birna y Eirkur para acabar metiendo a Bertha en un problema todava mayor que el que le estaba intentando evitar. ra frunci el ceo. Aunque est menos lisiado de lo que creamos, no le veo arrastrando a un hombre hasta la caballeriza y luego metindolo en la cuadra de un semental furioso. A lo mejor, Eirkur no estaba totalmente inconsciente dijo Matthew. Tal vez, la droga slo lo dej atontado. Suficientemente atontado como para hacer que le siguiera por las buenas. Puede que se estuviera vengando del accidente al meter a Eirkur en la caballeriza de Bergur y su mujer. De esa forma, se estara tomando la revancha a causa de que el padre de stos hubiera causado el accidente al conducir en estado de embriaguez. A lo mejor pensaba que las sospechas recaeran sobre Bergur o su mujer. No tiene por qu haberlo hecho, necesariamente, slo para proteger a Bertha. ra asinti, pensativa. Pero y la violacin? pregunt entonces. Steini habra tenido que ser capaz de violar a Birna, y ella no estaba bajo los efectos de
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ninguna droga. Busc el informe de la autopsia. Aqu dice que la atacaron desde atrs y la golpearon con una piedra en la cabeza. Quiz estaba inconsciente cuando la violaron. Sigui leyendo. No sabrs qu es A. Barbadensis Mill, A. Vulgaris Lam? pregunt al llegar de nuevo a la sustancia hallada en los rganos sexuales de Birna. No te lo puedo decir as sin ms respondi Matthew con una sonrisa. Vulgaris significa vulgar, pero eso no ayuda demasiado. No puedes buscarlo en Internet? S, seguro dijo ra. Pero ahora no tengo tiempo. Quiz le pida a Gylfi que lo busque. Le vendr muy bien para relajar la cabeza, despus de tantos huesos. Telefone al cuarto de su hijo y le pidi que mirase en el ordenador para huspedes que haba en recepcin. l lo encontrar enseguida dijo ra, al colgar. Mir a Matthew y sonri. Cuando los nios cumplen los doce aos, nunca dejan de hacer las cosas de inmediato. Es lo habitual. Mi padre dice que yo era exactamente igual... y que su padre deca lo mismo de l. Quiz sea hereditario. Intentamos echarle el guante a Steini, o incluso a Bertha? propuso Matthew. Quiz ella pueda decirnos algo que apoye mi teora. Aunque sea amiga suya y parezca que le tiene mucho aprecio, no se puede estar seguro de que vaya a ponerse de su lado sin ms, si las cosas se ponen demasiado mal. Probablemente tengas razn dijo ra, dispuesta a levantarse. Estoy lista. T echaste abajo una pared por m, de manera que lo menos que puedo hacer yo para pagarte el favor es comprobar si esas absurdas suposiciones tuyas resultan tan buenas como las mas. Eres libre de pagarme de alguna otra forma brome Matthew sonriente. ra no respondi. Estaba con un volumen de los cuentos populares abierto en las manos, leyendo algo. Espera un momento dijo, turbada. Qu es esto?
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Captulo 32
ra estaba sealando emocionada el texto, que Matthew miraba sin entender nada. Aqu, antes de la historia del expsito, dice que si quieres evitar que alguien vuelva como fantasma, hay que clavarle alfileres en las plantas de los pies. Volvi a cerrar el libro. El asesino quiso impedir que sus vctimas regresaran. Matthew la mir con gesto dubitativo. Pero para qu? Nosotros quiz no lo comprendamos, pero seguramente l cree en fantasmas dijo ra, ruborizndose un poco al pensar en el llanto de expsito que haba odo. Haba mantenido su promesa de no mencionrselo a nadie, y a Matthew menos que nadie. Por qu te has ruborizado? pregunt. Tal vez al acercarte a la vejez empiezas a creer en fantasmas? Le dio un golpecito en el brazo. T tambin oste el llanto? A ra no le resultaba nada fcil mentir cuando se trataba de sus sentimientos, as que decidi que no intentara disfrazar lo sucedido. S, o algo respondi con reticencia. Naturalmente no se trataba de un expsito, pero s que era un llanto, como de un nio pequeo. Estupendo exclam Matthew, visiblemente encantado del rumbo que haban tomado las cosas. Tendras cuidado de evitar los tres crculos, verdad? Aunque de momento no pareces excesivamente chiflada. ra le sac la lengua. Vamos dijo. Tenemos cosas mucho ms importantes que hacer, en lugar de hablar de fantasmas. Vamos a buscar a Bertha o a Steini. Pero antes intenta devolver el expsito a su madre continu Matthew. Sera lo mejor.
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ra tena prisa por salir de la recepcin del hotel. El olor a quemado procedente de los cargamentos de animales carbonizados que iban sacando del stano lo haba invadido todo, y al cruzar por delante de Vigds casi no pudo resistir la necesidad imperiosa de taparse la nariz. As que opt por acelerar el paso y contener la respiracin. Al pasar a toda velocidad se dio de bruces con Prstur Laufeyjarson. Perdona se disculp, intentando esquivarle. No te haba visto. No pasa nada dijo el piragista, con cara de perro. Llevaba puesto el traje de neopreno y tena el pelo mojado. No ha pasado nada. Todo lo contrario que con mi kayak aadi despus enfadado. Cmo? pregunt ra. Ha sufrido algn dao? Al ver el gesto de rstur, solt sin poderlo evitar: Yo ni me he acercado a l! Ya, ya lo s dijo Prstur, dispuesto a seguir su camino. Espera, querra preguntarte un par de cosas dijo ra, agarrndole por el brazo. Dio un respingo al notar lo grandes que eran los bceps de aquel hombre. Hasta ahora no he conseguido pillarte ni un
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momento. Qu me quieres preguntar? dijo Prstur; ra no se atrevi a seguir tocndole el brazo. Si alguna vez se me ha quedado la cabeza debajo del agua cuando estaba en el kayak? Mmmm, no contest ra extraada. Ni se me haba pasado por la cabeza. No, no, mis preguntas se refieren a los dos crmenes que se han cometido por aqu cerca, que supongo ya conoces. El gesto de Prstur mostr al mismo tiempo ira y miedo. La puerta del hotel se abri, y su atencin se dirigi hacia las carretillas con huesos que pasaban por delante. En su rostro apareci reflejada una enorme sorpresa. Qu est pasando aqu? De todo replic ra. Pero nada bueno. Estaras dispuesto a charlar un momento? Podra ser importante. Confiaba en que la capacidad de conviccin de aquellos huesos consiguiera hacerle aceptar. S, s respondi l enseguida. Precisamente iba a hablar con la polica. Como el kayak est daado, no hay ningn motivo para seguir callando. Cmo? dijo ra, sealando las hamacas que haba fuera. Qu tal si nos sentamos? Se dirigieron hacia la mesa y se sentaron, y ra aprovech la ocasin para presentarle a Matthew. Qu ibas a contarle a la polica? le pregunt despus. Prstur puso gesto de entendido. El viernes por la maana sal a entrenar, y me encontr el kayak todo lleno de sangre. De pronto, se arrepinti. En realidad no estaba todo lleno de sangre, haba sangre en el remo y en el asiento, y luego algunas manchas dispersas. La sangre no era ma, as que me imagin que podra tener alguna relacin con el crimen que se cometi el jueves por la noche. Los ojos de ra parecan a punto de salrsele de las rbitas. Hoy es martes dijo. Por qu demonios no lo has contado hasta ahora? No me enter del crimen hasta el sbado, cuando me lo cont la recepcionista. Para entonces ya lo haba limpiado casi todo respondi Prstur irritado. De modo que an queda algo de sangre? pregunt Pora, con la esperanza de que as fuera. Quiz all habra restos del asesino. Eh... no contest rstur con muy mala cara, y aadi enseguida en tono de disculpa: Tengo que ir al campeonato del mundo dentro de quince das. No poda permitirme el lujo de dejar el kayak en alguna sala de la polica cientfica, as que limpi lo que quedaba y opt por no decir nada. De todos modos, el dao estaba hecho, porque ya lo haba limpiado casi todo. ra no envidi a rstur tener que contarle todo aquello a rlfur. Pero por qu has cambiado de opinin ahora precisamente? pregunt. Algn imbcil dej el kayak en la playa en marea baja, encima de las piedras, y el fondo se ha estropeado. No entenda por qu estaba haciendo unos tiempos tan malos, hasta que vi lo que haba pasado. El fondo estaba en buen estado cuando lo inspeccion la semana pasada, de modo que ese asqueroso asesino me ha causado un perjuicio enorme. ra no tuvo duda alguna de que lo que ms le fastidiaba a rstur en todo aquello era que el asesino le hubiera estropeado el kayak. No te das cuenta de que si hubieras informado el sbado mismo nada ms saberlo, a lo mejor se podra haber evitado el crimen que
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cometieron el domingo por la noche? Puf rezong rstur. No era mucha la sangre que quedaba. Ya te lo he dicho. Mir a Matthew en busca de apoyo, y luego intent cambiar de tema. Estoy decidido a denunciar al asesino en cuanto lo atrapen, y a pedir una compensacin por los daos. Estaba prcticamente seguro de subir al podio. Es un perjuicio enorme dijo ra, aunque logr no sonar demasiado irnica. Una pregunta ms. Pasaste por los tneles de Hvalfjrur el domingo por la noche, verdad? S afirm Prstur con brusquedad. Se me haba terminado la bebida protenica y tuve que buscar una farmacia. Mir desafiante a ra. No me crees? Tengo un recibo de Lyfja, en Lgmli. S, s, faltara ms dijo ra distrada. Estaba pensando en algo totalmente distinto: que no podan seguir excluyendo a la gente de la reunin espiritista ni a los empleados del hotel que se encontraban all esa noche. Cunto se tarda en ir remando desde aqu a la ensenada donde asesinaron a la arquitecta? pregunt. Ssss, nada dijo rstur. Por mar no hay distancia. Te ahorras los rodeos que hay que ir dando cuando vas por tierra. Yo tardara cinco minutos con mar tranquila. Una persona sin entrenamiento, quiz diez minutos o algo as. Una persona que no est acostumbrada puede llevar un kayak sin dificultad? pregunt Matthew, que hasta aquel momento se haba contentado con escuchar. S, si no es ms torpe de lo debido dijo Prstur. Es necesaria cierta prctica para hacerlo bien. Pero para un trayecto corto con mar tranquila, no hace falta saber nada especial. Basta con ser fuerte. Se puso en pie. Mejor me voy a dar una ducha antes de ir a ver a la poli. Quiero que se tomen en serio mi queja, porque no es ninguna broma. Empuj la pesada silla de madera hacia la mesa y se dispuso a marcharse. De pronto record algo y se volvi hacia ellos. Ah, y seguramente se acordar de m el chico del coche que estaba all parado dijo. No tendra que ser difcil dar con l. Qu chico? A qu te refieres? pregunt ra. Al salir de los tneles lo vi aparcado en el arcn, y pens que tendra algn problema. Par y fui a ofrecerme a ayudarle, pero resulta que se trataba de ese chico accidentado, que me dijo que no pasaba nada. Que quera quedarse un ratito all parado. Que no haba ningn problema. Luego subi la ventanilla y no quiso seguir hablando conmigo. A qu hora fue eso, aproximadamente? pregunt Matthew. Hacia las seis, creo respondi rstur. Cuando volv a pasar por all despus, esa misma tarde, ya no estaba. Supongo que se habra cansado de decirle a la gente que no haba ningn problema. Porque yo no fui el nico que pens que pasaba algo, pues nada ms irme yo, se detuvo otro coche aadi, y entr en el hotel. Matthew le dio una patadita a ra por debajo de la mesa. Estoy seguro de que Steini pas por los tneles detrs de Bertha para cerciorarse de que se haba marchado, luego se qued un rato en el arcn por si regresaba, despus dio media vuelta y quit de en medio a Eirkur. rstur pas mientras estaba haciendo tiempo. Todo puede encajar. Pero es de lo ms absurdo dijo ra. Si estaba en los tneles hacia las seis, an tena que llegar hasta aqu, y hay una buena tirada. La hora de la muerte de Eirkur no es muy precisa seal Matthew
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. Hacia la hora de la cena. La gente cena a distintas horas. Se puso en pie. Voy un momento a por la lista. Quiero comprobar cundo se dirigi hacia el sur, porque al mirar su nombre no me fij en eso, no era lo que estaba buscando. A ra no le haca ninguna gracia tener que volver a meterse en medio del hedor que reinaba en la recepcin, as que opt por esperar fuera. Matthew volvi enseguida, a todo correr, con la lista en la mano. Pas por los tneles en direccin a Reikiavik cinco coches detrs de Bertha. Encaja perfectamente con mi teora. Quera asegurarse de que se marchaba. Deposit el montn de papeles sobre la mesa, delante de ra. Creo que tendramos que hablar con ella, y esperar que sepa algo que pueda desatar el ltimo nudo de todo este enredo. No slo esperemos que sepa algo, sino que quiera compartirlo con nosotros dijo ra, ponindose en pie. No est nada claro que vaya a estar dispuesta a traicionarle cuando sepa lo que hizo. No creo que se nos eche en los brazos si le decimos que su primo y amigo es un asesino. Podra necesitar un tiempo para digerir las cosas tan horribles que ha hecho Steini. Sonri. Si es que ha hecho algo. De lo cual no estoy nada convencida.
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ra se agarr la frente con las manos. Ya s qu es lo que tanto me irrita dijo. La lista de sucesin de herederos. Si la nia sobrevivi a su madre y a su abuelo, todas las propiedades que le pertenecan estn en manos ilcitas. Grmur, naturalmente, no habra podido heredar a la nia. Iban en el coche, volviendo de Kreppa, donde haban esperado encontrar a Bertha. Su coche no estaba, y la casa estaba vaca. Qu quieres decir? pregunt Matthew. No era el pariente ms prximo de la nia, una vez muertos la madre y el abuelo? ra sacudi la cabeza. Lo era el padre, naturalmente. El padre de la nia lo habra heredado todo a la muerte de sta. Y todo parece indicar que el padre es Magns seal Matthew. No se me haba ocurrido. Naturalmente, a Grmur no le habra correspondido nada. Por eso escondi a la nia e intent destruir los registros de su corta vida. ra respir hondo. Y lo que es ms, si Mlfrur, la hija de Grmur, conoca el crimen, ella tambin se apropi indebidamente de la herencia. Claro asinti Matthew. Si su padre consigui la herencia ilcitamente, careca de derechos a ella, y lo mismo sucedera con su hija. De eso no estoy tan segura, porque si ella no saba nada y actu de buena fe, el asunto tomara otro cariz. Pero no deba de ignorarlo por completo, si mis suposiciones estn fundadas. Ms todava, sigue viva. Sus hijos, Brkur y Eln, tenan un poder notarial para firmar en su nombre el traspaso de las tierras a Jnas. En realidad, formalmente, ellos no han heredado nada todava. En el poder se sealaba que la propiedad de su madre es indivisa, de modo que la existencia o no de buena fe no les afecta a ellos dos. Pues tienen muchsimo que perder observ Matthew. Pero tambin tiene mucho que ganar el padre de la nia, el viejo Magns. S, no cabe duda de que se habra beneficiado muchsimo matando
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a Birna para evitar que fuera encontrada la criatura. Pero, al mismo tiempo... ra mir por el parabrisas la vieja granja. El caso tiene otro aspecto muy distinto si tenemos en cuenta la oposicin de Eln al resto de la familia. Por ejemplo, Bertha dejara de tener una casa para cuando quisiera venir a la comarca. La casa de Stykkishlmur se convirti en propiedad de Bjarni cuando las cosas empezaron a irle mal a Grmur, y lo mismo pas con la granja de ste continu ra. Si Bertha no tiene casa en la que quedarse en la regin, Steini corre el riesgo de quedarse completamente solo. Mir a Matthew. No deberamos ir a hablar directamente con l? No tenemos ni idea de dnde ni cundo encontrar a Bertha. Pero, seguramente, Slds sabr dnde vive Steini, de modo que no deberamos tener problemas para encontrarle. Y rlfur? pregunt Matthew. No deberamos informarle, y que sea l quien vaya a hablar con el chico? ra reflexion un instante. No, no. Esto es igual que lo de la pared. Tenemos que asegurarnos de que tenemos razn antes de molestar a la polica. Mientras tanto, ellos ya tienen bastante que hacer.
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Matthew y ra se encontraban delante de la puerta de casa de Steini, esperando. Les haba gritado que ya iba a abrir, pero la espera se estaba haciendo muy larga. Eso no indica que est precisamente en plena forma dijo Matthew, envolvindose mejor en el chaquetn. Haba empezado de repente a hacer fro, y el aire glido se le estaba metiendo por todos los huesos. Ests segura de que estamos en junio? Antes de que ra pudiera responder, se abri la puerta, pero slo parcialmente. Qu? se oy decir desde la ya archiconocida capucha. Hola salud ra con toda la amabilidad de que fue capaz. Te acuerdas de nosotros? Estuvimos en Kreppa y all os conocimos a ti y a Bertha. Tambin nos vimos en la ensenada. S, ya, qu queris? Sus palabras sonaban de una forma muy confusa, como si Steini hablara con la boca llena. ra sospech que sera porque tena dificultades para abrir la boca, y confi en que hablar no le causara dolor. Independientemente de lo que pudiera haber hecho, senta mucha lstima por l. Queramos hablar contigo un momento pidi la abogada, confiando en que les dejara pasar. Es sobre la tarde del domingo pasado. La silla de ruedas se desplaz hacia atrs para dejar que la puerta se abriera por completo. Entrad dijo Steini, aunque el extrao sonido de su voz no permita saber si le molestaba tener que charlar con ellos. ra y Matthew intercambiaron, al entrar, miradas disimuladas, pero no dijeron nada. Hace mucho tiempo que vives aqu? pregunt ra en tono cordial, cuando estuvieron en el silencioso saln. A primera vista, la casa causaba una impresin un tanto lgubre. Todo estaba perfectamente limpio y ordenado, pero no haba seal alguna que indicase que viviera alguien en ella, no haba ni fotos en las paredes ni objetos personales, aparte de unas muletas apoyadas contra la entrada del pequeo cuarto de estar, que era mucho ms agradable que el pasillo y el vestbulo, ya que,
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por ejemplo, haba un florero con flores silvestres de la zona. ra imagin que se las habra trado Bertha, pues no era muy probable que un joven postrado en una silla de ruedas pudiera dedicarse a recoger flores para llevrselas a casa. S respondi Steini, sin entrar en ms detalles. Comprendo dijo ra, sonriente. Lo mejor es ir al grano prosigui. Queramos saber si pasaste en tu coche por los tneles el domingo por la tarde. Un vehculo matriculado a tu nombre pas por all hacia la hora de la cena. Steini call y baj la cabeza an ms. Luego habl. S, era yo dijo; y como antes, el tono de su voz no permita saber si deca la verdad. Puedo preguntarte qu fuiste a hacer a Reikiavik? pregunt ra. No contest Steini. Ech una fugaz mirada desde debajo de su capucha, y ra tuvo que esforzarse para no mostrar reaccin alguna. Creis que fui yo quien mat a ese hombre? pregunt entonces, y ahora s qued bien patente el sufrimiento de Steini. Era evidente que estaba fuera de s de ira. Eso creis? Se levant de la silla y apoyndose en uno de los brazos consigui mantener el equilibrio. Tena un pie completamente torcido, intil para cualquier esfuerzo. Era totalmente imposible forzar un pie sano a adoptar aquella posicin. No se apresur ra a responder. Por supuesto que no pensamos semejante cosa. Solt aquella mentira piadosa para hacerlo todo un poco menos difcil. Pensbamos que podas haberle prestado tu coche a alguien. Estamos intentando saber quin estaba en la zona cuando se perpetr el asesinato de Eirkur. Yo no estaba por aqu. Y tampoco cuando asesinaron a Birna revel Steini, dejndose caer en la silla de ruedas. Su extraa forma de hablar se hizo algo ms clara, de modo que ra pudo distinguir casi todas las palabras. El joven pareca todava furioso, y jadeaba. ra confi que no le fuera a dar un ataque. Han encontrado una tumba antigua en la vieja granja, junto al hotel continu ra, con la esperanza de que pensara en otra cosa y se pudiera tranquilizar un poco. Marchaos dijo de repente. No os quiero aqu. Movi la silla en direccin a ra. Matthew, que no haba comprendido nada de lo que haban hablado hasta ese instante, se dio cuenta al momento de que la conversacin haba concluido, y que la relacin entre ra y Steini no llevaba a buen puerto. Se puso en pie y se acerc a ra. Venga dijo. Tenemos que marcharnos. La agarr de la mano y le dio una patadita en un pie. Luego se volvi hacia Steini, le dio las gracias y sali de inmediato, ocupndose de que ra fuese por delante. No todo est claro, pero difcilmente podra cometer un crimen coment una vez que cerr la puerta a sus espaldas. Steini no les haba acompaado a la salida. Pero todo esto es un tanto raro dijo ra. Su reaccin cuando le habl de la tumba no fue natural, en absoluto, eso est bien claro. Ni tampoco lo que dijo sobre los tneles, si lo analizamos con cuidado. Quiz est protegiendo al asesino? Lo dudo dijo Matthew, abriendo la portezuela del coche para que entrase ra. Si l no es el asesino, el culpable tiene que haber sido Bergur, o Baldvin. De acuerdo con tu teora sobre el accidente, Steini guarda un profundo rencor hacia Bergur por su relacin con el causante de
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la colisin, y no tenemos ni idea de si conoce o no a Baldvin. De modo que es difcil que est protegindoles. Maldita sea exclam ra. Esto tendra que haber funcionado. Se sent en su asiento y esper a que Matthew se pusiera al volante. Pero estoy de acuerdo contigo en que l no pudo haberlo hecho. Le falta la fuerza fsica necesaria. Tambin tengo mis dudas sobre Bergur. Claro que habra podido ir andando al hotel, robar el kayak e ir remando hasta la ensenada para matar a Birna, pero eso es demasiado complicado. Por qu no fue en coche hasta all? Y cundo iba a robarle el mvil a Jnas para enviarle el mensaje a Birna? Sacudi la cabeza. Pienso que a l hay que descartarlo. En cambio, Baldvin estaba en el hotel y no le habra sido difcil apropiarse del telfono. l tambin estuvo en la reunin, pero desapareci antes del descanso, de modo que habra podido ir corriendo al embarcadero, robar el kayak y atacar a Birna. Motivos tena de sobra. Son el mvil de ra. Hola. Ya te lo he encontrado dijo Gylfi. Es la denominacin cientfica del loe vera. ra le dio las gracias y colg. Mir a Matthew, que estaba atareado ajustndose el cinturn de seguridad. Qu pasa? pregunt al darse cuenta de que ra le estaba mirando fijamente. Para qu se pondra una mujer loe vera en sus partes ntimas? Se utiliza como lubricante? Matthew se ri. Perdona, pero por qu me preguntas eso a m? Tengo pinta de dedicarme a esas cosas? Habla con tu amiga la sexloga, no conmigo. Sali marcha atrs. El coche de VERITAS segua delante del hotel cuando salimos nosotros dijo. Y si hablamos con ese buen hombre? Y por qu no? replic ra con una sonrisa. Tendr que decirnos la verdad, no? Matthew dio media vuelta y sali hacia la carretera por el camino de grava. De eso, nada. Es un poltico.
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Captulo 33
Matthew estaba llamando con fuerza a la puerta de la habitacin de Magns, en el hotel. Nadie haba respondido en el cuarto de Baldvin, de modo que Matthew y ra pensaron que estara con su abuelo. El todoterreno matriculado VERITAS segua en su sitio en el aparcamiento, as que los dos hombres tenan que seguir en el hotel. ra dio una palmada cuando en el interior se escuch un sonido apagado. Inmediatamente despus, se abri la puerta y Magns apareci en el umbral. Al ver quines eran los visitantes, puso cara de enfado. Pero los rasgos de su rostro estaban demasiado flcidos y descoloridos como para que pudieran resultar amenazantes. Recordaba sobre todo a un mal maquillaje teatral. Qu quieren ustedes? bram. En realidad, estamos buscando a Baldvin dijo ra con sus mejores maneras. Est aqu, por casualidad? Quin lo pregunta? se oy en el interior de la habitacin. Son la abogada y el alemn respondi Magns al instante, con su arrugada manaza an en el pomo de la puerta. Hazles pasar dijo Baldvin. No tenemos nada que ocultar. Magns abri, y ra y Matthew entraron. Sintense. Baldvin seal dos sillas. l se sent en una tercera, mientras su abuelo se instalaba en el borde de la cama. Qu se les ofrece? pregunt, poniendo las manos sobre la mesa que tena delante. Los ojos de ra se quedaron fijos en ellas, por lo grandes y fuertes que eran, y le recordaron las palabras de Prstur, que tenas que ser fuerte para llevar un kayak por el mar. Baldvin podra hacerlo sin problema, aunque hubiera oleaje. Slo querra que me respondiera a algunas preguntas comenz ra, acomodndose en su silla. Como seguramente saben, soy la abogada de Jnas, el propietario del hotel, que se encuentra en prisin provisional, creo que injustamente, a causa de los crmenes que se han cometido aqu cerca. Estamos perfectamente enterados dijo Magns irritado. Si han venido a intentar cargarnos esos crmenes a cualquiera de nosotros dos, no se saldrn con la suya. Ni Baldvin ni yo tenemos nada que ver. Por regla general, en prisin provisional se mete a quien hay que meter, seora ma. A lo mejor tendra que ir hacindose a la idea en lugar de venir a fastidiarnos imponindonos su presencia. Venga, no seas as dijo Baldvin a su abuelo mientras sonrea a ra para disculparse. Pero en sus ojos no se vea reflejada aquella sonrisa . Los dos estamos un poco fastidiados por no poder irnos a casa. La polica nos ha pedido que esperemos, porque tienen que hablar con nosotros. Yo no tengo argumentos para hablar de la culpabilidad o la inocencia de Jnas, pero puedo confirmar, con toda mi buena conciencia, igual que mi abuelo, que nosotros no tenemos nada que ver con esto. Suelte sus preguntas y a lo mejor puedo convencerla de lo que estoy diciendo. Qu vino a hacer aqu el domingo por la tarde? pregunt ra de improviso. Su coche pas por los tneles de Hvalfjrur.
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Baldvin se reclin en su silla y quit las manos de la mesa. No se anda usted con rodeos. No vine para matar a ese pobre desgraciado, si es eso a lo que se refiere. Y a qu, entonces? pregunt ra con mordacidad. No hara todo ese viaje slo para visitar a su abuelo, supongo. No contest Baldvin. Se lo puedo decir. Estoy decidido a dejarlo todo perfectamente claro. Aunque lo que vine a hacer no sea cosa de la que pueda uno jactarse, no intentar ocultarla. Enderez la espalda. Seguramente ustedes han encontrado la foto, y tengo entendido por la polica que conocen el intento de Birna de forzarme a asegurarle el triunfo en el concurso para la construccin de la nueva estacin. ra asinti. Esa mujer tena una ambicin sin lmites dijo Baldvin, que se apresur a continuar: Con esto no intento justificar, en absoluto, que la asesinaran. Ni mucho menos. Me telefoneaba, me enviaba correos y, sencillamente, no me dejaba en paz. Hizo lo mismo con mi abuelo, que acab dejando la residencia de Reykjalund para venir a intentar hablar directamente con ella. Estaba abrumado ante la idea de que su pasado pudiera acabar arrojando una sombra sobre mi vida. Muy lamentable dijo ra en tono irnico. Pero an no me ha aclarado qu vino a hacer aqu el domingo por la tarde. Vine a registrar la habitacin de Birna respondi Baldvin sin ms rodeos. Mi abuelo se haba enterado de que la polica an no haba hecho un registro a fondo, y yo confiaba en encontrar la foto. No estaba all. Y el jueves? pregunt ra. Salieron de la reunin espiritista justo despus de que empezara, y no volvieron. Qu pas? Baldvin sonri y movi las manos sealando a su abuelo. Mi abuelo tuvo un desfallecimiento. Se encontr mal, as que sal para acompaarle. Adems, la reunin no era de nuestro agrado. Slo fuimos con la esperanza de ver a Birna. Hay alguien que pueda confirmarlo? pregunt ra. S, claro que s afirm Baldvin con una sonrisa de satisfaccin. Llev a mi abuelo a la habitacin y llam a un mdico. Me dio el nmero de un colega suyo que estaba de guardia en la zona, y que vino a verle. Supongo que llegara hacia las nueve y se ira hacia las diez. ra se dio cuenta al momento de que aquello los exculpaba a los dos. No se atrevi a preguntar por el nombre del mdico, dejara a rlfur que confirmara su historia. Comprendo dijo, mirando a Matthew. Creo que no hay nada ms. Se levant. Aunque, en realidad, hay una cosa que querra comentarle a usted, Magns. Aqu detrs se ha encontrado los huesos de un nio. Creo que se trata de Kristn, la hija que tuvo usted con Gun Bjarnadttir. Qu quiere usted decir? pregunt el anciano con la voz rota. Mi hija? S, la que Gun le mencion en su carta dijo ra, jugndoselo todo a que realmente haba sido as. Creo que Grmur, el hermano de Bjarni, que viva en la granja de al lado, la mat para asegurarse la herencia de su hermano, evitando que fuera a parar a usted. A m? dijo Magns con el rostro an ms gris. ra se percat de que no haba negado la existencia de la carta. De todas formas, creo continu ra antes de que el anciano pudiera preguntar nada ms que su indiferencia le hizo perder todo derecho a la herencia. Usted conoca la existencia de esa nia y habra
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tenido que reclamar su herencia en el momento debido. Tambin habra tenido que hacer otras cosas ms, como interesarse por lo que haba pasado con ella, o reconocerla en su da. Se dirigi hacia la puerta, con Matthew pisndole los talones. Estoy segura de que si usted hubiera cumplido con su obligacin, no habra ningn esqueleto infantil en ese stano. Pero... dijo el anciano, sin terminar la frase. Baldvin no intervino, se limit a mirar a su abuelo con gesto impenetrable. Cmo puede decir tal cosa? ra estaba ya en la puerta, pero se volvi. Porque si Grmur hubiera sabido que Kristn tena un padre que no pretenda ignorar su existencia, no habra tenido ocasin de hacerla desaparecer. Envi una sonrisa a los dos hombres. Adis. Encantada de haberles conocido. Salieron y cerraron la puerta, dejando a los dos hombres sentados all, como petrificados. Pues ya slo queda Bergur dijo ra con un suspiro. Aunque sea el ms improbable de todos. Yo no consigo imaginrmelo remando en kayak sin necesidad ninguna, y mucho menos le veo tan preocupado por la posibilidad de apariciones fantasmales como para dedicarse a clavarle a la gente alfileres en las plantas de los pies. La vida da muchas vueltas repuso Matthew, ponindole una mano sobre el hombro. Por ejemplo, quin iba a imaginar que yo me iba a enamorar de una mujer que calza unas asquerosas zapatillas de deporte? ra se mir los pies y sonri. Sus zapatos estaban bastante gastados, en comparacin con los de Matthew, impecables. A lo mejor, la misma persona que podra haber pensado que yo iba a liarme con un hombre que usa zapatos de charol.
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ra paseaba como una leona enjaulada intentando poner en orden sus pensamientos, que parecan completamente bloqueados. Matthew y ella haban vuelto a la habitacin, donde esperaba encontrar alguna escapatoria en aquel callejn sin salida. Caminaba arriba y abajo por delante de la cama, mientras Matthew estaba sentado tan tranquilo en el silln, al lado de la ventana, con una cerveza en la mano. Tiene que ser Bergur. Es el nico que queda dijo, dejando el vaso sobre la mesita. A menos que fuera Jnas. ra suspir. Las cosas se pondran fatal para l si no hubiera otra explicacin. Se puso las manos en la cabeza y continu con sus paseos. Realmente no hay nadie ms en quien podamos pensar? A m me parece que no. Creo adems que slo puede ser obra de dos hombres: Bergur y Jnas continu Matthew. Son los nicos que quedan. Lstima que el asesino no pueda ser una mujer dijo Pora. Rsa y Jkull me parecan una especie de Bonnie and Clyde. Todo se estrope al enterarnos de que son hermanos. Se detuvo y mir a Matthew. Has sabido alguna vez de un hermano y una hermana que formaran una pareja criminal? Matthew sacudi la cabeza. No, nunca. Slo hombres. Los hermanos Dalton, por ejemplo. Jams de diferente sexo. Tan absurdo es que Rsa llegara al lugar donde se encontraba
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Birna, despus de la violacin, y la matara? dijo ra sin dar demasiado nfasis a sus palabras. No, no vale aadi. Llamaron a la puerta. ra imagin que sera uno de sus hijos, por eso se qued un poco extraada al abrir y ver a Stefana en el pasillo. Hola salud la sexloga con una sonrisa incmoda. Slo vengo a traeros una cosa. En realidad esperaba que vinieseis vosotros a verme por propia iniciativa, pero parece que no. Se mova inquieta, con las manos a la espalda. ra se pregunt qu llevara all escondido. Yo podra ayudaros aadi Stefana, sonriendo de nuevo. A ra se le puso un nudo en el estmago. La mujer estaba all para aconsejarles a Matthew y ella a fin de que pudiesen practicar el sexo seguro. Trag saliva, que de pronto le haba inundado la boca. Ahora sera difcil esconderse tras barreras lingsticas y malentendidos. Muchas gracias fue lo nico que se le ocurri. Pero sigui tapando la puerta, por miedo a que Stefana entrase y se pusiera a hablar con Matthew. De nada dijo Stefana. Veo que ests ocupada, as que te doy esto y me marcho. Le entreg una cajita. Puedes llamarme cuando quieras aadi Stefana. Puse mi tarjeta dentro de la caja. El aparato se explica solo. Es un consolador pero no del tipo habitual, porque al moverlo repetidas veces se produce la eyaculacin de un gel. Eso lo hace muchsimo ms realista. Es un producto que acaba de salir al mercado. Sonri. ra se qued boquiabierta mirando la caja. Ah, qu bien consigui articular, levantando la mirada, turbada. De pronto, se le encendi una lucecita. Le devolvi la caja a Stefana y volvi a entrar en la habitacin a toda prisa. Espera un momento le dijo a la mujer, que se haba quedado en la puerta, mirndola asombrada. Volvi con la caja que le haban dejado en recepcin para meter las cosas del stano. Es el mismo producto? pregunt, sealando el texto de la caja: Aloe Vera Action. Stefana se qued mirando a ra, y a juzgar por el gesto que puso deba de pensar que le faltaba un tornillo. Eh, no respondi, viendo con enorme extraeza la cara de decepcin de ra. se es el modelo antiguo. El tuyo es nuevo aadi. Mir a ra con aire curioso. Los otros se acabaron enseguida. Tuvieron un xito enorme. Incluso, el ltimo me lo robaron prosigui. La semana pasada asaltaron mi almacn y por fin consegu descubrir lo que se haban llevado. Quera daros lo ms nuevo. Mir a ra, an con gesto de asombro. Esta marca es igual de buena. La nica diferencia es que el gel de ste no es loe vera. Un asalto? pregunt ra muy alterada. Cundo fue eso? La semana pasada respondi Stefana. Vamos a ver, yo libr el martes y entonces estaba todo, pero cuando volv el jueves me encontr con el asalto. Haban roto el candado, pero el asesinato de Birna hizo que este delito sin importancia pasara completamente desapercibido. Aparte de que al principio pens que no faltaba nada. Slo me di cuenta cuando fui a buscar este vibrador para vosotros. ra se volvi hacia el interior de la habitacin, con la caja en los brazos. Adivina le dijo a Matthew, llena de entusiasmo. Rsa vuelve a estar en la lista. En lo ms alto de la lista, por si fuera poco. Matthew la mir tranquilo, en contraste con la excitacin de ella. Y cmo es eso?pregunt.
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El asesino de Birna no fue un hombre sino una mujer. La violacin fue simulada, para confundir a la polica. ra puso la caja en el suelo. Quin poda hacer algo as? se respondi a s misma. Una mujer, naturalmente. Una mujer que no tena ni idea de los efectos del Aloe Vera Action. Matthew se qued mirando fijamente a ra. Creo que eso necesita una explicacin ms detallada repuso con tranquilidad, bebiendo otro trago de cerveza. ra cogi la carpeta de las diligencias policiales, busc una hoja y se la mostr a Matthew. Le seal la fotografa fotocopiada de un consolador en una bandeja de metal. Esto lo encontraron en la playa, junto a muchsimas otras cosas, pero no est nada claro que la polica se diera cuenta de lo que tenan entre manos. ra mir la caja en la que haban puesto las cosas del stano. Es del mismo tipo que el de esta caja, por si acaso ests pensando que soy una experta en artilugios sexuales. Matthew mir la caja con una sonrisita. Comprendo dijo, volviendo los ojos hacia ra. Pero no acabo de captar la relacin. Segn la descripcin de la caja, este aparatito suelta un gel de loe vera explic, ponindose un poco colorada. No me preguntes por qu. Volvi a sealar la foto. Puede ser que encontraran semen de dos hombres en la vagina de Birna, pero no procedan de ninguna violacin. Y cmo lo sabes? pregunt Matthew. Aunque dos hombres hayan reconocido haber mantenido relaciones sexuales con ella, eso no quiere decir que fuera necesariamente con su consentimiento. Creo que el asesino intent hacer creer que la haban violado seal ra. Y para ello utiliz este aparato. Es la nica explicacin racional para la presencia de loe vera. Una mujer que ha tenido sexo con dos hombres en un periodo de tiempo bastante corto, no se va a ir a la playa con un aparato de stos. Seal una vez ms la foto. Y por qu iba a querer alguien que pareciese que haba habido una violacin? pregunt, y al momento se respondi ella misma: Para despistar a la polica. Slo puede significar que el asesino era una mujer. Las mujeres no violan a otras mujeres. No dijo Matthew, eso es cierto. Pero, por otro lado, hay muchas ms mujeres que habran podido asesinarla. No tuvo que ser necesariamente Rsa. Desde luego dijo ra. Pero tiene que haber sido una mujer con un buen motivo para hacerlo. Y Rsa lo tena, hasta ah no hay duda. As es asinti Matthew, pero no dijo nada ms. Mir extraado a Stefana, que entraba en la habitacin. Les sonrea, y en la mano segua llevando la caja, que entreg a Matthew. Con tanta emocin, ra se haba olvidado por completo de la sexloga. Toma, esto es para ti. Te lo puedes quedar. Creme, ha ayudado a mucha gente en tu situacin le dijo a Matthew en un ingls de pronunciacin defectuosa, se despidi y se fue. Matthew se qued pegado a la silla. En una mano sostena el vaso de cerveza, y en la otra la caja con el accesorio sexual, al que miraba fijamente. En un primer momento, el asombro le impidi decir nada, pero cuando la puerta se cerr detrs de Stefana, mir a ra. No le habrs dicho a esa mujer que yo estaba pensando en salir del armario, verdad? No, ests loco? dijo ra con total y absoluta sinceridad. Jams
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hara algo as. Venga, vamos a ver a rlfur. A lo mejor no se ha enterado an de todo esto. A menos que esta mujer tan peculiar est dedicada de lleno a la difusin de este mgico aparato dijo Matthew, dejando la caja y ponindose en pie.
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En la puerta principal, Vigds les dijo que rlfur y otro polica haban ido con Prstur a buscar el kayak para organizar su traslado. ra supona que lo enviaran a investigacin con la esperanza de que rstur no hubiera conseguido eliminar todas las pruebas. Aunque, por desgracia, y a juzgar por lo que haba contado el deportista, era prcticamente imposible que quedara algo. Mientras estaban con Vigds pensando si esperar o ir a buscar a algn otro polica, ra vio al corredor de bolsa acercarse cojeando hacia la recepcin. Llevaba a rastras una maleta, con grandes dificultades. Voy a echarle una mano le dijo a Matthew, dirigindose a Teitur. Deja, yo me encargo le grit al acercarse, y fue recompensada con una sonrisa cuando l la vio llegar. Muchas gracias dijo encantado, dejando que ra agarrara su maleta. Sigo hecho un asco, pero tengo que llegar a mi casa. Viene a buscarte alguien? pregunt ra. No poda imaginar que pudiera conducir, en el estado en que se encontraba. S, mi hermano contest Teitur, jadeante. Ms tarde mandar a alguien a buscar mi coche. No necesitas un coche para ir a la capital? ra ri. No, en realidad no respondi, pensando en el todoterreno, que no saba cmo llevar a Reikiavik. Desde luego, no pensaba dejar que Gylfi volviera conducirlo. Teitur se dej caer con una queja. Maldito jamelgo dijo. Dudo que vuelva a montar jams en un caballo. Tienes suerte de no haber salido peor parado replic ra. No entiendo cmo los del alquiler de caballos te pudieron dar uno que no fuera totalmente seguro. Dnde lo alquilaste, por cierto? Ah, en una granja cerca de aqu, se llama Tunga, si no recuerdo mal. Pero en realidad no fue culpa de ellos dijo Teitur. La mujer se qued consternadsima. No fue una buena forma de empezar una actividad nueva. Tunga? dijo ra. Era la granja de Bergur y Rsa, que ella estaba ya bastante segura de que tenan bastante que ocultar. Alquilaste el caballo all? No sera un macho un tanto indmito? Teitur ri. No, no estoy tan loco. Era un caballo normal. Sencillamente, tuve una suerte psima. Es decir, qu probabilidades hay de que te encuentres con un zorro muerto? El caballo segua nerviossimo mucho despus de que yo me hubiera cado. ra se qued inmvil. Pas justo aqu al lado? El cadver estaba junto al sendero de la vieja granja? pregunt. Teitur asinti. As es. Un zorro muerto. No tena ni idea de que los caballos se pusieran tan nerviosos al verlos. Se lo contaste a los dueos del caballo? ra intentaba mantener
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la calma. S contest Teitur, sorprendido por la emocin de ra. Tuve que volver para avisarles de que el caballo haba desaparecido. Y naturalmente, les explicaste lo que haba pasado y dnde fue, no? pregunt ra. Les hablaste del zorro y de la reaccin del caballo? S respondi Teitur. La mujer pareca desesperada. Porque el caballo se haba escapado, y yo haba resultado herido. Esa mujer dijo ra, se llamaba Rsa? Teitur asinti sonriente. Haba alguien con ella que hubiera podido or la historia del zorro? pregunt. Como su marido, por ejemplo. No respondi Teitur. Estaba ella sola. No tengo ni idea de si luego se lo cont a l, pero me imagino que s. Mir a ra con curiosidad. Por qu lo preguntas? No, por nada dijo ra, distrada. Bueno, espero que llegues a casa sin ms problemas y que te mejores. Coloc la maleta junto al mostrador de recepcin. Seguro dijo Teitur. Meti la mano en el bolsillo de su chaqueta y sac su billetera. Durante un instante, ra pens que iba a darle una propina por su ayuda, pero tom una tarjeta. No dudes en ponerte en contacto conmigo si no sabes qu hacer con tu dinero dijo con una sonrisa. Se me dan bastante bien las inversiones de mis clientes. ra cogi la tarjeta, la ley por cortesa y se la meti en el bolsillo. Tendran que pasar muchas cosas en su vida antes de que consiguiera reunir dinero suficiente para poder invertir. Muchas gracias dijo. Nunca se sabe.
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Hay una cosa que no encaja seal Matthew. No tenemos conocimiento de que Rsa viniera aqu la noche en que se celebr la reunin espiritista. Y cmo encajamos lo del telfono de Jnas y lo del kayak? ra mir cmo se abra la puerta exterior, con la esperanza de que rlfur apareciera por fin. Pero result que no era l, sino que se trataba de una pareja arrastrando una maleta, nuevos huspedes camino de la recepcin. ra se volvi hacia Matthew. A lo mejor Jkull pudo robar el mvil para que ella enviase el mensaje. Eso no explica lo del kayak insisti Matthew. Ella tendra que haber estado aqu para que la va martima tuviese algn sentido. A lo mejor estuvo aqudijo ra. Pero no tiene por qu haber asistido a la reunin. Matthew no pareca convencido. Tal como yo lo veo, la nica razn para usar el kayak era poder escapar de la reunin sin ser visto y estar de vuelta en un corto espacio de tiempo para llegar antes de la pausa, sin que nadie se diera cuenta de que haba salido. A lo mejor existe otra explicacin, pero yo no consigo encontrarla. ra se levant. Se haban instalado en las sillas que haba frente a la entrada para asegurarse de que vean a rlfur. Seal la recepcin. Voy a hablar con Vigds. Se dirigi hacia ella y esper mientras acababa los trmites con la joven pareja, que por fin desaparecieron con una llave en la mano y una
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sonrisa en los labios. Oye, Vigds pregunt ra, conoces de vista a la hermana de Jkull? Vigds quit el papel de la impresora que haba en el mostrador delante de ella y alarg una mano hacia el taladrador. Violeta, o como se llame? S, claro dijo mientras perforaba la hoja de papel. Por qu? Ests buscndola? Se llama Rsa la corrigi ra. No, no estoy buscndola. Slo quera preguntarte si recuerdas que viniera a la sesin espiritista del jueves pasado. No dijo Vigds con pleno convencimiento. No asisti. Abri una carpeta y meti en ella la hoja de papel. Se detuvo a mitad de la operacin y mir a ra. No asisti. Pero s estuvo aqu. S? dijo ra, intentando ocultar su agitacin. S, recuerdo que casi me dio pena. Traa un ramo de flores para el hombre que se lesion al caerse del caballo. Teitur, el que acaba de dejar el hotel. ra asinti. Tuvo que hacer a pie todo el camino desde la carretera con el ramo, porque estaba cortado, y el ramo lleg ya bastante marchito. Y eso fue la noche del jueves? pregunt ra. Sin ninguna duda replic Vigds. Recuerdo que no tuve ni tiempo de hablar con ella, porque estaba liadsima atendiendo un montn de gente, llegaron todos a la vez. Me limit a recoger las flores y a decirle que hara que se las entregaran. Me dio las gracias y pidi permiso para entrar un momentito en la cocina a ver a su hermano. Viste cundo se fue? pregunt ra. No, creo que no respondi Vigds. A m tambin me apeteca ir a la sesin, as que puse una nota en recepcin pidindole a la gente que fueran a la sala si necesitaban algo. No era probable que llegara nadie, a causa de las obras en la carretera. Y me llev el inalmbrico por su llamaba alguien. Sabes si tena trato con Eirkur, el lector de auras? pregunt ra. En realidad, Eirkur vino a verme antes de ir a buscar a Jnas para discutir por el sueldo y las condiciones del contrato. Andaba buscando informacin sobre los propietarios de los alrededores. Quera el nmero de telfono de los dos hermanos, Eln y cmo se llama l Brkur la interrumpi ra. Para qu les buscaba? Eso no lo s dijo Vigds. Creo que tena algo que ver con las apariciones, l estaba completamente enloquecido con ese rollo. Naturalmente, yo no tena el telfono de los hermanos, pero s el de Bertha, la chica que est recogiendo las cosas de la vieja granja, y le dije que la llamara y que ella le dara los nmeros. Cerr la carpeta y la coloc en su sitio. Eirkur intent llamarla desde el telfono de la recepcin pero no contest. As que le di otro nmero que tena de unos propietarios de por aqu cerca, el nico que tena aparte del de la chica. De qu nmero se trataba? pregunt ra. El de Rsa respondi Vigds. Tom una hoja de papel DIN-A4 de la mesa y se la entreg a ra. ste es un anuncio del alquiler de caballos, que Jkull me pidi que pusiera por aqu. Ah estn el nombre de ella y el nmero de telfono. Vigds volvi a agarrar el papel. Saqu el anuncio cuando se lesion el corredor de bolsa. No quera que se accidentaran ms clientes Vigds se dio cuenta de que aquello haba despertado el inters de ra. Se lo cont a la polica, porque pas justo antes de que Eirkur
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fuera asesinado en la caballeriza. Sabes si Eirkur llam? pregunt ra, inquieta. Ni idea dijo Vigds. Escrib los dos nmeros en un papel y se los d. Sac el cuerpo por el mostrador y seal con el dedo. Se fue all a llamar. Desde ese telfono de ah. Debe de ser la primera y nica vez que se ha usado, est en un sitio totalmente intil. Volvi a sentarse. Le o hablar mucho rato, de modo que debi de haber conectado con alguien. Garabate algo en un papelito amarillo y se lo dio a ra. stos son los nmeros, por si quieres preguntarles a Rsa y Bertha. El telfono estaba colocado en una mesita, en un rincn, debajo de una inmensa cabeza de alce disecada que colgaba demasiado baja para su tamao. ra agarr el auricular, tratando de evitar que se le metiera un asta de alce en el ojo. Apret el botn de listado de llamadas. El primer nmero que apareci en la pantalla no coincida con ninguno de los del papel, pero luego apareci el nmero del telfono fijo de Rsa y a continuacin el del mvil de Bertha. ra se hizo idea de que el primer nmero era el ms reciente, y que no tendra nada que ver con Eirkur. ste haba intentado llamar a Bertha, que no haba respondido, y luego se puso en contacto con Rsa. Todo haba empezado a encajar.
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ra se dej caer en la silla. Ya ves que todo encaja dijo, satisfecha de s misma. No tendramos que haber pillado ya a rlfur? pregunt Matthew, mirando su reloj. Empiezo a pensar que se ha marchado. Ha pasado demasiado tiempo. Supongo que la niebla lo estar reteniendo conjetur ra, sealando la puerta exterior. All fuera, la visibilidad haba empeorado enormemente. Se volvi hacia la puerta del stano, que estaba abierta de par en par. Y ahora? dijo ra. Siguen con eso? Notaron que la actividad de los investigadores en el stano aumentaba. El traslado de los huesos pareca haber concluido, porque los hombres volvan con las manos vacas. Pasaron por delante de ra y Matthew hacia la salida sin mirarles siquiera, y volvieron al momento, ahora con toda clase de equipos: cmaras fotogrficas, aspiradoras, palas y otras cosas. Me da la sensacin de que han aparecido los huesos de la nia dijo Matthew. Hay ms ajetreo que cuando se trataba de los animales. Uff exclam ra con un escalofro. Por mucho que lo intento, soy incapaz de comprender cmo le pudieron hacer eso a una nia pequea. Encerrarla en una carbonera y dejarla morir all, por una herencia. Ese Grmur no actuaba de manera normal, por eso es imposible comprender lo que hizo repuso Matthew, mirando a un hombre con un gran reflector a cuestas, que desapareci por la puerta del stano. rlfur se instal en la silla delante de ellos. Se mova de manera increblemente silenciosa para un hombre tan corpulento. Vaya, seores dijo. Me han dicho que queran hablar conmigo. Seal hacia la puerta del stano con el pulgar. No tengo mucho tiempo. Requieren mi presencia en el stano. De qu se trata? ra sac la carpeta de las diligencias de la investigacin. Creo que s quin asesin a Birna y a Eirkur dijo. Pero necesitaremos algo ms que unos pocos minutos para explicarlo, aunque
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creo que al final no le parecer que haya sido una prdida de tiempo. rlfur dej escapar un gruido. No est tan segura dijo, reclinndose sobre el respaldo. Vamos all prosigui, y se apresur a aadir a toda prisa: Pero nada de detalles. Slo los puntos principales, por favor. Una vez que ra termin su relato sobre Rsa, el zorro, el gel de loe vera, las conversaciones telefnicas de Eirkur y los dems datos, le mir inquieta. Seguramente, Rsa es la asesina, y su hermano pudo ser cmplice, si no algo ms. Usted podr investigarlo hasta el final, yo no. rlfur mir a la abogada, pensativo. La haba escuchado con paciencia y sin preguntar nada. En realidad ya he hablado con ella sobre la conversacin con Eirkur dijo. Me cont que le haba llamado para preguntar por el alquiler de caballos, y si estaba en su casa o en algn otro sitio. ra hizo una mueca. Para qu? rlfur se encogi de hombros. No lo s; todo eso me pareci muy raro. Lo de las flores y el aparatito del gel resulta muy interesante. Se puso en pie y bostez. Y yo que pensaba que el da de hoy acabara pronto. No s si ir a ver a la pareja. Mir hacia la puerta del stano. Lo que hay en el stano ha tardado aos en aparecer. No creo que importe demasiado esperar media hora ms. ra no pudo ocultar cunto se alegraba de orle. rlfur pareca haberse tomado en serio su teora, fuese cual fuese su resultado final. Muchas gracias, rlfur. Ya me informar de cmo se desarrollan los acontecimientos. Se levant. El polica hizo una seal al agente para que le acompaara. Mir a ra. Yo no he dicho eso. Se fue sin despedirse.
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ra acab de desmenuzar con el tenedor las patatas y el pescado de su hija, que vigilaba con atencin si la mantequilla estaba uniformemente extendida en la crema. El cocinero no haba prestado atencin a aquel detalle al distribuir cuidadosamente la comida en el plato. En el comedor haba poca gente, as que los atendieron de inmediato y la comida lleg rpidamente. No s si podr comerme eso dijo Sigga, mirando fijamente el montn de almejas que tena delante. Yo crea que haba pedido conchas de pasta. Gylfi, que tena pasta, mir hacia el plato de ella, debatindose en una terrible lucha interior sobre la conveniencia de ofrecerle a la madre de su futuro hijo cambiar de plato. Al final le propuso compartir su comida, y las almejas acabaron siendo para Matthew, que no tuvo el ms mnimo problema en considerarlas una racin extra de lo que l haba pedido, un gran filete que ya haba comenzado a degustar. ra coloc el plato de patatas y pescado delante de su hija, que empez a comer sin ms dilacin, y luego tambin ella se concentr en su comida. Se alegraba de poder comer algo, cansada ya de darle vueltas a todo aquel asunto y de tratar de encontrar culpables y motivos para serlo. Dio gracias a Dios por haberse topado con el corredor de bolsa en la puerta del hotel. Les haba ayudado en la bsqueda del asesino mucho
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ms que cualquiera de las otras cosas a las que se haban dedicado los das anteriores. De pronto, dej los cubiertos sobre la mesa. Cmo volvi a la granja donde le haban alquilado el caballo despus de la cada? pregunt con cara de tonta. Quin? dijo Matthew, dejando en el plato una almeja vaca. Teitur, el corredor de bolsa. Estaba lesionado y no poda conducir. No creo que fuera caminando dijo ra. Alguien tiene que haberle llevado. S afirm Matthew. Y qu? Sigga y Gylfi les miraban sin comprender. Sley, en cambio, estaba enfrascada en comparar el nivel de su refresco con los vasos de su hermano y su cuada. Si alguien le llev, o le ayud de alguna forma a llegar hasta all, esa persona tambin se habr enterado del efecto que producen los zorros muertos sobre los caballos, y tambin sabra dnde encontrar el cadver del animal. Ech mano al telfono y sac del bolsillo la tarjeta de Teitur. Hola, soy ra, la abogada del hotel. Me preguntaba quin te ayud a ir del lugar del accidente a la granja. Ah, s, hola respondi Teitur. Y yo que esperaba que hubieras decidido invertir. Es el mejor momento. Pues no, parece que no... de momento slo quiero saber eso del accidente. Vale contest Teitur, obviamente decepcionado. Fue esa chica. Crea que te lo haba contado, cuando me preguntaste la primera vez por el accidente. Ella me salv, consigui sacarme antes de que el caballo me hiciera ms dao. El animal estaba completamente desbocado. A qu chica te refieres? pregunt ra con calma. Sabes su nombre? S respondi l. Pero no me acuerdo. Estaba all cerca, metiendo unas cajas en la vieja casa que haba al final del sendero. Muchas veces he pensado en lo que podra haber pasado si el cadver del zorro hubiera estado algo ms lejos, y ella no me hubiera visto. Fue muy amable al llevarme a la granja donde haba alquilado el caballo y luego de vuelta al hotel. Se llamaba Bertha? pregunt ra, con la voz an tranquila, aunque dentro de ella se agitaba toda una tormenta. S! exclam Teitur con alegra. Eso es. Se llamaba Bertha.
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Captulo 34
R-E-R. B-E-R. Bertha. ra dej el telfono sobre la mesa y se qued mirando al infinito. Matthew, Gylfi y Sigga esperaban en silencio, con los cubiertos en el aire, a que reaccionara. No fue Rsa dijo ra de repente. Bertha saba lo del zorro. Recuerda que, aunque lo supiera, eso no la convierte en culpable repuso Matthew. Gylfi y Sigga miraban en suspenso, aunque no entendan ni una palabra de lo que hablaban. No es slo eso dijo ra. En primer lugar, es la que ms tena que perder, aparte de su madre, Eln, y de su to Brkur. Estuvo en la sesin espiritista y tiene miedo a los fantasmas, de modo que, seguramente, cree que clavar agujas en la planta de los pies de sus vctimas impedira que volviesen como espectros. Pero no ests olvidando que Bertha no estaba aqu cuando mataron a Eirkur? pregunt Matthew. Se haba ido a Reikiavik. Lo demuestra la lista de los tneles. O quiz crees que se trata de dos asesinos diferentes? No, en absoluto contest ra. Si se piensa ms detenidamente el asunto, probablemente ella nunca fue a Reikiavik. Matthew arque las cejas. Crees que le prest su coche a alguien? No, creo que cambi de coche con Steini dijo ra. Es demasiada casualidad que pasaran los dos por los tneles cada uno en una direccin. Steini no fue a comprobar que ella se hubiera ido, como pensamos nosotros, sino que fue a su encuentro, la esper, cambiaron de coche en un extremo de los tneles y ella vino aqu para matar a Eirkur. Cuando Prstur, el piragista, vio a Steini, ste estaba esperando a que ella diese la vuelta, no sera Bertha la que iba en el vehculo que Prstur dijo que lleg justo cuando l estaba a punto de marcharse? Eso le proporcionaba a ella una buena coartada. Y l? pregunt Matthew. Se mete hasta el cuello en su lugar. ra sacudi la cabeza. Quin iba a creer que l poda haber metido a Eirkur en la cuadra del semental? Ya le viste antes. No hay ni la ms remota posibilidad. Ella, en cambio, est fuerte como un toro, de tanto empujar la silla de ruedas de ac para all. ra se agarr la frente con las manos. Recuerdas la foto de su ta Gun, la que estaba enmarcada y que tena yo en mi mesita de noche? Matthew asinti. Fijndose bien, ella y Bertha se parecen un poco. Sobre todo si uno se imagina a Gun con el pelo diferente. Matthew sonri. La verdad es que no recuerdo el rostro, y mucho menos el peinado. Eso importa? sa fue la foto que disgust tanto a Jnas explic Pora. Dijo que haba visto un fantasma que era exactamente igual a la mujer de esa imagen. La ltima vez que vio el fantasma, Jnas estaba en su apartamento. Cerr los ojos y trajo a su memoria la foto con el hermoso
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rostro de Gun. Apuesto a que se trataba de Bertha, que aprovech la ocasin para robar los somnferos. No s a qu vendra, a lo mejor intentaba encontrar algo que le revelara lo que proyectaba hacer Jnas en el edificio nuevo. l se la encontr inesperadamente, pero supongo que estara un poco ido y no sabra si aquello se trataba de algo de este mundo o del otro, si estaba viendo a una persona vivita y coleando o a un espectro. Tal vez quisiera utilizar los somnferos con Birna, pero no se atrevi a cogerlos cuando Jnas se dio cuenta de su presencia. Y ms tarde, cuando lleg el momento de matar a Eirkur, se acord de ellos, y entonces le resultara ms fcil robrselos, o no le qued ms remedio, pues aquellas pastillas eran los nicos tranquilizantes a los que tena acceso. Y supongo que tambin sera ella el fantasma que se vea detrs del hotel, en medio de la niebla. Y algo me dice que debi de andar por all atrs con la pala en busca de la trampilla. A lo mejor esperaba poder sacar los huesos de Kristn antes de que los encontraran. Y qu piensas hacer con eso? pregunt Matthew. Tengo la sensacin de que todas esas cabalas no lo resuelven todo. Por ejemplo, por qu iba a matar a Eirkur? ra resopl. No lo s, de verdad. A lo mejor era su cmplice, o la vio. Quiz no fuera ella la nica que saba lo que haba pasado. No deberamos dejar esa pregunta a la polica? pregunt Matthew. rlfur pareca bien encauzado ya con los huesos y no creo que le vaya a sentar demasiado bien que ahora pretendas hacerle cambiar de direccin otra vez. En estos momentos, estar hablando con Rsa, a la que acusaste hace un ratito nada ms. ra suspir y se puso en pie. Tengo que ir a informarle. Cuanto antes me enfrente a l, mejor. Cat dijo la nica persona que no estaba dndole vueltas a las cosas. Sley sonri a Matthew y luego mir a su madre. Dile que s ingls explic encantada consigo misma. Estupendo, cario replic ra, acaricindole suavemente la cabeza. Vas a poder practicar un poco ms, porque tengo que salir un momentito. Matthew se quedar con vosotros. Dog oy que deca Sley de lo ms orgullosa, mientras ra sala del restaurante en direccin a su coche.
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Lra se acomod lo mejor posible sobre la dura silla, procurando no arrugar el abrigo que tena doblado en el regazo. Las flores que haba trado no parecan haber revivido al meterlas en agua, y presentaban un aspecto bastante marchito en el jarrn metlico de la mesita de noche. Salud a la anciana Mlfrur Grmsdttir. Carraspe y tom en la suya la reseca mano de la anciana. No he podido pensar en otra cosa ltimamente. Los recuerdos me han estado acosando desde que mi nieta Slds empez a trabajar en el hotel que han hecho all, en tus tierras. T sabes la verdad y esperaba que quisieras contrmelo todo ahora. Antes de que sea demasiado tarde. Mir el infeliz rostro de la mujer de la cama, y no pudo evitar pensar, extraada, en la forma tan distinta en que la edad trataba a las personas. Mlfrur era bastante ms joven que ella, pero all estaba, condenada a la cama y apenas pareca capaz de mantener levantada la cabeza, mientras que Lra estaba sentada con la espalda perfectamente recta. Confiaba en
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que, cuando llegara el momento, las cosas fueran deprisa. No le apeteca lo ms mnimo que su vida terminase como la de aquella mujer. Una lgrima apareci en un ojo de la anciana. Como estaba tumbada, no pudo correr por la flcida mejilla, sino que se qued all, formando un charquito. Espero que Dios me perdone dijo, cerrando los prpados. Al hacerlo, la lgrima cay sobre la almohada. Yo era muy joven. No me atreva a disgustar a pap, y luego enferm y tuve otras cosas en que pensar. No te estoy acusando a ti de ninguna de las maneras, mi querida Mlfrur dijo Lra con cario, apretndole la mano. Comprendo perfectamente que no pudieras contrmelo en su momento, pero ahora ya nos queda poco tiempo a las dos y no puedo dejar este mundo sin saber qu fue de la nia. Se lo debo a Gun. Las lgrimas brotaron ahora en abundancia de los ojos de Mlfrur, que seguan cerrados. Est muerta afirm con la voz rota. Pap lo hizo. Solt un hipo y Lra esper impaciente a que se recuperara. La encerr en la carbonera, y muri all durante la noche. Yo haba ido a Kirkjusttt a buscar una mueca suya a la que echaba mucho de menos, y lo vi por la ventana. Dios mo dijo Mlfrur, que call al recordarlo. Tom aire y prosigui: Despus de quemar el establo, donde no qued nada con vida, recogi los restos de los animales y los ech a la carbonera, y esa primavera dej que creciera la hierba sobre la trampilla. Cerr a conciencia la puerta que llevaba de la carbonera al tnel y luego tapi la del otro lado, el que daba al stano, para que nadie pudiera saber que all exista otra puerta. Por qu? pregunt Lra al borde del llanto. Los animales murieron porque Gun no pudo ocuparse de ellos despus de la muerte de su padre, cuando ella estaba ya enferma de muerte. Cuando pap se la llev, al final, ya no se poda salvar a los animales. El olor era espantoso. Prendi fuego al establo y tapi la puerta para que la gente no se enterase de lo mal que quera, realmente, a su hermano Bjarni y a su sobrina. Naturalmente, habra tenido que encargarse l de los animales en lugar de Gun, cuando ella ya no poda levantarse. La anciana volvi a apretar los ojos. Ni siquiera se tom tiempo para comprobar si todos los animales estaban muertos. Haba por lo menos una vaca que no lo estaba. La vi por la ventana, enloquecida de terror. Aquella visin se me sigue apareciendo todava cuando cierro los ojos. No estoy hablando del establo dijo Lra. Por qu le hizo eso a la hija de Gun? Estoy intentando comprenderlo. Not cmo las lgrimas haban empezado a descender por sus propias mejillas. Kristn dijo Mlfrur, abriendo los ojos y clavndolos en el techo blanco. Pap la odiaba. Al principio, yo no lo comprenda. Era tan alegre y tan buena, de lo ms calladita, preciosa. Era algunos aos menor que yo, y los pocos das que estuvo en nuestra casa no hizo ms que atender a su madre. Pap no quera entrar en su cuarto, porque tena miedo a contagiarse, pero la nia se pasaba todo el rato con ella, le daba de comer y procuraba que se sintiera lo mejor posible. Hasta que una noche su madre muri. Kristn era especial, pero pap no lo vea. Yo me senta tan feliz de tenerla a ella en casa, y en mi ingenuidad pensaba que seguira viviendo con nosotros despus de la muerte de su madre. No fue as. Mlfrur hizo una breve pausa. En vez de dejarla vivir con nosotros,
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pap decidi quitarle la vida y borrar todas sus huellas, como si nunca hubiera existido. Cuando naci Kristn, l esperaba que la contagiara su abuelo y que muriera de tisis antes de poderse casar. Por eso nunca escribi el certificado de nacimiento, pues un nio ilegtimo le pareci una afrenta horrorosa a la familia. Ms adelante, aquello le vino muy bien. Pero por qu enloqueci de esa forma? pregunt Lra. Yo me habra quedado encantada con la hija de Gun, y la habra querido como si fuese mi propia hija. l no habra tenido que encargarse de ella. Mlfrur volvi la cabeza hacia Lra. Estaba loco de furia de haberse tenido que quedar de pronto con ella. Pap lo haba perdido todo. Su hermano Bjarni le haba ayudado comprando nuestra granja y avalando todos sus prstamos, pero en lugar de agradecerle su generosidad, aquello sembr una cizaa que al final acab con pap. Se quit la vida, enfermo de odio y de vergenza contra s mismo por todo lo que haba hecho por dinero. Antes de suicidarse, me lo cont todo. Creo que buscaba la paz de su alma, pero yo no pude proporcionrsela. Su frialdad me produjo un autntico shock, y aunque yo lo haba visto casi todo en el momento en que sucedi, para m fue demasiado que l mismo me lo confirmara. Mlfrur se qued de nuevo con la vista fija en el techo. Eleg la inscripcin de su lpida de acorde a su vida. Un corazn sanguinario Volvi a callar, y tosi dbilmente. Eso ha marcado toda mi existencia. Yo la traicion, y he vivido con el miedo constante de que se volviera contra m. Y a su manera, lo ha hecho. Hasta hoy, slo se apareca en mi mala conciencia, pero ahora me ha visitado en sueos. La har exhumar dijo Lra, que no quera prolongar aquella conversacin. Ya tena suficiente, para enterrarla al lado de su madre. Es lo menos que puedo hacer. Mlfrur se incorpor por primera vez desde la entrada de Lra. No necesitas hacerlo. Ya me he encargado de ello. Lra la mir sin comprender. An no han encontrado a la nia. Ha pasado algo dijo la anciana. Se lo cont todo a mi nieta Bertha, la hija de Eln, y ella dijo que lo solucionara. Prometi encargarse ella. Mlfrur sonri dbilmente a Lra. Resulta extrao que no les haya podido contar nada de esto a mis hijos, pero de pronto lleg Bertha, y esa chica tiene algo que me recuerda a Gun y a la nia. Bertha es un alma buena. Ella har lo necesario. Lra mir a Mlfrur y se puso en pie. La furia coloreaba de rojo sus mejillas. No me extraara nada que se pareciese ms a tu padre que a su madre y a su abuela.
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Esperemos que el arrepentimiento de Mlfrur Grmsdttir sea duradero. No veo nada claro que decida mantener su versin cuando se halle ante el hecho consumado de lo que le espera a su propia nieta dijo ra, y colg. Ya no hacan falta ms pruebas. La llamada telefnica de Lra le haba quitado todo asomo de duda sobre la culpabilidad de Bertha. ra detuvo el coche en el arcn cuando son la llamada de la anciana, y ahora se haba puesto en marcha de nuevo, a velocidad de tortuga a causa de la espesa niebla, en direccin a Tunga. Al girar en una curva, la niebla
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pareci levantarse un momento y entonces aparecieron toda clase de visiones irreales en el malpas musgoso que caracterizaba aquella comarca. Un escalofro inesperado la recorri de arriba abajo cuando la niebla volvio a hacerse ms densa y se trag aquellas extraas formaciones rocosas. ra esperaba no hacer el camino intilmente, no era mucha distancia pero a causa de la psima visibilidad, iba muy despacio y no le resultaba nada fcil orientarse y saber dnde estaba exactamente. De pronto, crey ver un hombre con un brazo extendido en medio de la carretera, pero se trataba del poste que sealaba la granja de Tunga. Torci por el desvo y aument la velocidad. Tras un breve recorrido, vio que estaba frente a la granja. En la explanada de delante estaba el coche de rlfur, y se detuvo a su lado. No haba nadie en el vehculo. Baj y se dirigi a la puerta principal, pero no haba dado ms que unos pasos cuando se detuvo. De la niebla surga un dbil llanto infantil. ra se volvi e intent identificar el lugar de origen del sonido, pero sin xito. El sollozo se detuvo tan repentinamente como haba empezado, y ra se frot el brazo para quitarse la carne de gallina. Qu demonios era aquello? Poda ser que una mujer con un beb anduviera paseando por all, en medio de toda aquella niebla? Entorn los ojos con la esperanza de ver mejor. Slo consigui llevarse un nuevo sobresalto cuando crey percibir movimiento en el lugar donde crea que tena que estar la caballeriza. La curiosidad la hizo avanzar, pero a mitad de camino tuvo la precaucin de pisar con mucho cuidado para que no se oyeran sus pasos en la grava. Haba llegado junto a la caballeriza, cuando el llanto empez de nuevo. ra mir a su espalda y no vio nada. Se llev un susto tremendo al escuchar ante ella un violento estrpito. La puerta de la cuadra no estaba cerrada y haba chocado contra la pared. Alguien se la haba dejado abierta. Se peg al muro todo lo que pudo con la esperanza de que no la vieran entre la niebla. En el hueco de la puerta, delante de ella, apareci la silueta de una persona. Lo vio salir y cerrar la puerta. ra no tard en darse cuenta de que no poda seguir oculta. Hola, Bertha salud. Qu haces t aqu? La muchacha se sobresalt. Se dio la vuelta y se qued mirando fijamente a ra, con el miedo dibujado en su rostro. Yo? dijo. Nada. Te he visto salir de la cuadra dijo ra. Conoces a los dueos de la granja? El llanto infantil comenz de nuevo, y Bertha dirigi toda su atencin a la niebla. O ese gimoteo y quera saber qu era dijo, movindose nerviosa en el sitio. Dentro de la cuadra? pregunt ra. Ese ruido viene de fuera. En eso no hay confusin posible. Mir a la muchacha, que haba empezado a morderse el labio inferior. yeme, Bertha, creo que sabes muy bien que ya se ha acabado todo continu con calma. El cadver de Kristn ha aparecido y no tiene sentido intentar evitar lo inevitable. No prefieres acompaarme a hablar con rlfur, de la polica? Est aqu, en la granja. ra seal el lugar donde recordaba que estaba la vivienda. Ahora, en medio de la niebla, no poda ver prcticamente nada. Qu quieres decir? pregunt Bertha. El gesto de indiferencia no serva de mucho, porque la voz le temblaba. Qu es eso? pregunt luego, al or el llanto crecer poco a poco. No ser un expsito? dijo ra con tranquilidad. O Kristn, la
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hija de tu ta abuela. Tengo entendido que ha estado visitando a tu abuela. ra esperaba que Bertha no pusiera en duda la poco clara descripcin que haba hecho Lra del sueo de Mlfrur, en el que se le haba aparecido Kristn. Ven. Ser mejor que entremos, en vez de quedarnos aqu esperando a que el fantasma d tres vueltas alrededor de nosotras. No tengo del todo claro que ya se haya marchado. Bertha mir a ra, casi como si estuviera totalmente borracha. Estaba plida como un cadver, y tena los ojos enrojecidos. Cmo encontraron a Kristn? pregunt con la voz espesa. Eso no importa replic ra. Tena que aparecer. Afortunadamente, todo ha terminado. Ahora hay que afrontar lo que venga. Mam y yo lo perderamos todo solt Bertha de pronto, y ra no saba bien si hablaba con ella, o consigo misma. Steini tambin. La casa en la que vive es propiedad nuestra. Sus padres vendieron las tierras y se marcharon a Reikiavik. l tendra que irse a vivir con ellos. Mir hacia la niebla y respir hondo. ra vio que unas diminutas perlas de sudor se haban formado en su frente y alrededor de sus ojos. El llanto disminuy y ces por completo. Aquello pareci calmar un poco a Bertha. Hay cosas mucho peores que perder las propiedades declar ra, que no pudo contenerse y aadi: Por ejemplo, perder la vida. Bertha la mir entonces por primera vez. Ni Eirkur ni Birna merecan vivir. No eran buenas personas. Ella le pidi un montn de dinero al viejo, y Eirkur intent chantajearme a m. Me llam y dijo que me haba visto salir de la sesin espiritista. Iba a decrselo a mi madre y a exigirle que le pagara por su silencio. Pensaba que ramos millonarias, por todas las tierras que tenemos en la regin. Le dije que viniera a verme aqu, a las caballerizas, y luego... ya lo sabes. S, por desgracia afirm ra. No entenda cmo aquella chica poda tener un comportamiento tan normal y tan natural, cuando era evidente que haba perdido todo contacto con la realidad. Le la autopsia de Birna, y all deca que la golpearon repetidamente con una piedra en la cara. Esperabas que as no pudieran identificarla? pregunt. No contest Bertha sin vacilar. Mi intencin era darle un golpe en la nuca, pero se gir justo en ese momento y la piedra le dio en la cara. Supongo que me oy cuando me acerqu. Pensaba hacer creer que se haba golpeado la cabeza contra una roca en la playa mientras la estaban violando, pero aquello me arruin el plan. Todo tena que salir perfecto, eleg el da, aprovechando la sesin, y procur que la gente me viese all. Me sent en la ltima fila y sal sin que nadie se diera cuenta cuando el mdium haba atrado toda la atencin sobre l, y us el kayak para hacerlo todo en el menor tiempo posible. Slds me haba hablado de la embarcacin, y tambin de que su dueo se ira dentro de poco. Por eso tuve que darme prisa. Bertha apret los dientes. Slds habla mucho. La o hablar de las pastillas de Jnas, y que de vez en cuando se dejaba el mvil por all. Tambin me dijo lo que venda la sexloga y otras cosas que me vinieron muy bien. Bertha suspir y sus ojos se humedecieron. Todo tena que salir a la perfeccin, pero acab yndose a la mierda. Birna no muri instantneamente, y tuve que golpearla una y otra vez. Bertha baj la vista al suelo. Cuando vinieron las gaviotas cre que iba a vomitar. El estmago de ra tambin dio un vuelco, pero se contuvo y sigui preguntando. Era evidente que no volvera a presentrsele una oportunidad semejante.
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Por qu les clavaste alfileres en las plantas de los pies? Quera evitar que regresaran como fantasmas. Volviendo no le hacen ningn favor a nadie, ni a los muertos ni a los vivos explic Bertha, que pareca incapaz de mantenerse en pie. Ests bien? pregunt ra, preocupada. Qu estabas haciendo realmente ah dentro? Lo nico que se le ocurra era que haba tomado o bebido algo que le haba causado aquel efecto. Se dio cuenta entonces de que el motivo deba de ser que su vida se estaba desmoronando. Vine a dejar las pastillas aqu respondi Bertha con una voz sorda . Esperaba que eso hiciera recaer las sospechas sobre Bergur y Rsa, si acababan soltando a Jnas. Empec a preocuparme cuando la polica descubri que el mensaje de mvil lo haba enviado otra persona. Suspir y mir a ra a los ojos. Fui yo la que utiliz el telfono. Llegue a esa conclusin despus de pensar en la mejor manera de hacerlo. As resultara todo ms fcil. Haba que detener a Birna. No me escuch cuando le dije que este lugar no era bueno para construir el edificio. Si me hubiera hecho caso, no habra habido ningn problema. Bertha vacil. Pero yo lo hice para salvar a Steini aadi, y ra no supo con seguridad si estaba intentando justificarse ante ella o si quera calmar su propia conciencia. Era lo mnimo que poda hacer. Lo que le pas fue culpa ma, porque yo le llam por telfono y le ped que fuera a recogerme la tarde del accidente. No puede vivir en Reikiavik. Ahora se siente an peor, porque cree que l es el causante de que yo haya hecho todo esto, y siempre est pidindome que le perdone. Pero yo decid por mi cuenta arreglar este asunto, as que no hay nada que perdonar. Lo hice por l. Se derrumb. Vamos, vamos dijo ra con calma, apresurndose a ayudar a la chica a ponerse de nuevo en pie. Vamos. Se pusieron en camino hacia la granja. ra sosteniendo a Bertha por el brazo para evitar que volviera a caerse. El llanto empez de nuevo pero desapareci poco despus. La abogada estaba perdiendo ya la calma cuando llegaron a las escaleras. La muchacha temblaba como un flan. ra mir hacia atrs en el momento en que tocaba el timbre, con la esperanza de que no tardasen en abrir. Por fin, Rsa apareci en el umbral. No dijo nada, se qued mirando fijamente algo detrs de ellas. ra se volvi, casi segura de ver un expsito arrastrndose escaleras arriba sobre uno de sus bracitos. Gulli!exclam Rsa. Ests aqu, gatito malo. Dnde te habas metido? El llanto ces en el momento en que ella pronunci su nombre . Mi gatito! dijo luego en un carioso falsete. Ven aqu, bicho malo. El gato macho de color amarillento maull contento mientras suba por las escaleras como un buen chico.
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DOMINGO
18
de junio de 2006
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Captulo 35
El refresco del minibar era caro, pero para ra vala cada corona de su precio. Dej la lata y se envolvi mejor en el grueso albornoz blanco. Se acerc a la ventana de su habitacin del hotel, descorri las cortinas y mir hacia la plaza de Austurvllur. Haba poca gente en la calle, y las pocas personas que deambulaban por all parecan en su mayor parte rezagadas de la noche anterior. ra sonri para s. Solt la cortina y volvi a la cama, donde Matthew dorma. No poda creer que ahora que haba encontrado a alguien que no era divorciado ni borracho, ni un sabihondo ni un hincha de los deportes, se tratara de un extranjero que seguramente nunca se ira a vivir a Islandia. Pero a lo mejor aqul era precisamente el motivo de que le gustara tanto aquel hombre. Se oy la amortiguada llamada de su mvil, en algn lugar de la habitacin. Tuvo que prestar mucha atencin para saber de dnde llegaba el sonido. Finalmente encontr el telfono en su bolso, que estaba colgado del respaldo de una silla, junto a los pies de la cama. Se apresur a responder. Diga respondi en voz baja mientras se diriga hacia el cuarto de bao, donde se encerr para no despertar a Matthew. Mam grit Gylfi. Sigga se est muriendo. ra cerr los ojos y se puso la mano sobre la frente. Haba dejado a Gylfi y Sigga solos en casa con Sley para que Matthew consiguiera pasar tranquilamente su ltima noche en el pas. Su hijo y su novia haban sido capaces de encargar un beb, de modo que bien podran cuidar de una nia de seis aos por una sola noche. Adems, Sigga no pareca en absoluto a punto de ponerse de parto. Mira, Gylfi dijo ra. No se est muriendo. Simplemente va a tener el nio. Los gemidos de Sigga llegaban a travs del telfono. Lo est pasando muy mal? Se est muriendo, mam replic Gylfi. De verdad. Escucha. Los gritos aumentaron, pero de pronto cesaron. Viene y va aadi. Ha empezado el parto, cario dijo ra con calma, aunque por dentro estaba de todo menos tranquila. Voy para all. Vstete y viste a tu hermana, y si Sigga puede vestirse, mejor, y si no, que vaya como est. ra abri la puerta del bao y entr en la habitacin. Ha llamado Sigga a su madre? Est ya de camino? pregunt mientras recoga sus ropas. No respondi Gylfi. Sigga quiere que llame yo, pero ni hablar. Esa ta es un rollo. ra no poda contradecir a su hijo, pero le anim a llamar, pese a todo; seguramente los padres de Sigga querran estar al lado de su hija. Aadi que si se empeaba en no avisarles, aquello sera la guinda de la tarta en las difciles relaciones de Gylfi con sus suegros. Estar all en un momento afirm ra. Estad preparados. Si ellos quieren recoger a Sigga, que lo hagan. T vers si prefieres ir con ellos o conmigo, pero Sley viene conmigo.
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Corri y se puso la falda. Nunca se acostumbrara a aquella forma de vestir. Se haba puesto falda y zapatos de tacn, porque quera que la ltima noche de Matthew fuera un poco especial. Mir sus medias que colgaban del televisor. Hizo una mueca, pero decidi ponrselas en vez de ir con las blancuzcas piernas al aire. Matthew susurr, dndole un golpecito. Tengo que marcharme a toda prisa. Sigga se ha puesto de parto. El alemn, que estaba tumbado boca abajo, levant la cara de la almohada y la mir somnoliento. Qu? Tengo que ir al hospital repiti ra. A juzgar por los alaridos de Sigga, no creo que tarde mucho. Ya te llamar para tenerte al tanto. ra condujo ms rpido de lo que tena por costumbre. Sonri al entrar en el acceso de su casa, recordando la ignorancia con que Gylfi y Sigga hablaban del parto. Unas veces, Sigga deca que quera parir en una baera, otras, de pie en medio de la naturaleza, como la mujer de Tom Cruise. Sus preferencias variaban segn el ltimo artculo que hubiera ledo en la red. Todos aquellos partos de ensueo se producan sin ayuda de anestesia de ninguna clase, aunque ra se tema que cambiara de opinin por completo en cuanto llegara la hora. Los dos se haban negado a seguir asistiendo a los cursos de preparacin al parto despus de la primera clase. La comadrona se qued escandalizada cuando Sigga pregunt si en el paritorio tendran MTV. Ya estoy aqu grit ra al entrar, pero no se la oy por los gritos de Sigga. Nunca la admitiran en la Iglesia de la Cienciologa. Algo pasa! grit Gylfi cuando vio aparecer a su madre. Seguro que el nio est intentando nacer de lado. No pasa nada dijo ra. Las cosas son as, por desgracia. Se acerc a Sigga, que estaba sentada en el comedor con la cabeza entre las manos. Entonces es que tiene las caderas demasiado estrechas replic Gylfi, desesperado. Todo el mundo dice que parir con unas caderas como las suyas es complicadsimo. Las caderas no son como el cuello de una botella a la hora de parir, Gylfi. El nio sale ms abajo. Se inclin sobre Sigga. Procura respirar con calma, Sigga dijo. Venga, vamos al coche. Ya has roto aguas? Sigga levant el rostro para mirar a ra sin comprender. Qu aguas? Vamos apremi ra, dando una palmada. Enseguida os enteraris de todo. Sostuvo a Sigga mientras salan, y Gylfi se adelant para abrir la puerta. Sley iba detrs, adormilada, sin hacerse una idea muy clara de lo que estaba pasando. Sigga, si te ofrecen la epidural, diles que s. Ahora lo hacen siempre dijo ra, ayudndola a tumbarse en el asiento posterior del todoterreno. Haba tomado ya la decisin de venderlo junto a la caravana para quitarse las deudas de encima, pero el todoterreno era ms grande que su viejo cacharro, e iran ms cmodos en l. ra se puso al volante y arranc. Cuando haba abandonado el acceso marcha atrs, Sigga solt tal grito que ra fren bruscamente. Gylfi y ella miraron hacia atrs. ra suspir. Tendra que rebajar el precio del todoterreno, despus de la inundacin del asiento trasero.
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Sley balanceaba los pies que le colgaban del asiento. No tena mucho ms que hacer para matar el tiempo en la sala de espera. ra estaba extraada de lo bien que se estaba portando y de lo calladita que estaba, sobre todo a la vista de que llevaban casi tres horas esperando en aquella salita. La espera no se llevaba mejor con la presencia del padre de Sigga, que apenas hablaba, pero que le haba puesto a ra una cara bastante elocuente. Por eso, ra se alegr al or el timbre de su mvil, que rasg el opresivo silencio. Lo agarr y sali al pasillo. Hola, ra, soy Lra, de Snfellsnes. La abuela de Slds anunci la voz reposada y de bello timbre de la anciana. Espero no llamar en mal momento. No, en absoluto dijo ra. Me alegro de orla. Pensaba llamarla, porque no consegu localizarla antes de volver a casa. Haban pasado cinco das desde que la polica haba detenido a Bertha y Steini, y ra haba tenido que dedicar toda su atencin a resolver los flecos pendientes del caso y concluir las cosas en los tribunales. Adems, Jnas, afortunadamente, haba renunciado al pleito contra los hermanos, una vez que se supo que el fantasma que l crea que andaba aparecindose era Bertha. Naturalmente, ya sabr que Kristn ha aparecido. S, por eso llamaba dijo Lra. En realidad, por eso y por otra cosa prosigui. Estoy organizando su entierro para que repose junto a su madre, y me gustara que estuvieras presente en la ceremonia. T has tenido una participacin fundamental en el hallazgo de la nia. La pobre no tiene muchos parientes precisamente, y me gustara que, adems del cura y yo, tambin estuvieras t. Para m ser un autntico honor contest ra con cario. Estupendo exclam Lra. Tambin quera decirte que an no est fijado el da. Carraspe cortsmente. Y est lo otro. El polica que llevaba la investigacin acaba de llamar a mi puerta. rlfur? pregunt ra, extraada. Qu quera? Me traa una carta, o mejor dicho la fotocopia de una carta explic Lra. Una carta que ha tardado sesenta aos en llegarme. Es de Gun. Dnde estaba? pregunt ra con sorpresa. La encontraron en la carbonera? Estaba en el bolsillo del abrigo de Kristn dijo Lra. ra not que la anciana estaba al borde de las lgrimas, pero volvi a hablarle con la voz ms relajada. Muchas de las cosas que pone en la carta slo me afectan a m, pero hay ciertos detalles que me gustara compartir contigo. Faltara ms dijo ra. Me imagino que aclararn muchas cosas. Cuando Gun escribi la carta, saba perfectamente que estaba a punto de morir, y que aqulla sera su ltima oportunidad de contar su historia. Me pide disculpas, al principio, por no haberme contado la verdad en sus cartas anteriores, no se haba atrevido porque tema que yo acudiera a su lado y me contagiara. Adems, yo haba comenzado una nueva vida en Reikiavik y no quera estropermela con lloriqueos por sus propias desdichas. Supongo que se refera a la tuberculosis dijo ra. O la desgracia era la nia? No respondi Lra. Amaba con locura a su hijita, y la llamaba su luz en la oscuridad y otras cosas por el estilo. Dice que era una nia increblemente buena y linda, a pesar de haberse criado aislada de todo el mundo, sola con su madre y su abuelo. No se puede negar que Gun se avergonzaba de haber tenido una hija ilegtima, pero aquello no se tradujo en resentimiento alguno hacia Kristn.
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Los nios tienen una increble capacidad de adaptacin dijo ra, pensando en su nietecito que ya vena de camino, quiz de costado. Es cierto asinti Lra. Kristn tuvo la suerte de tener una madre tan alegre, y no tena que pensar en nada ms. Lra vacil un momento y ra supuso que estara mirando la carta, en busca de algo. Gun afirma con total claridad que el padre de Kristn es Magns Baldvinsson prosigui. Haban tenido relaciones ntimas una vez que asisti a una reunin del Partido Nacional organizada por su padre y se qued embarazada. Dice que no se haba acostado con ningn otro hombre, ni antes ni despus, e incluso bromea diciendo que no deban de existir muchos ms candidatos. Le comenta en algn sitio si l supo de la existencia de la nia? pregunt ra. Si fuera as, habra tenido pleno derecho a heredarla. Dice que l se fue a estudiar a Reikiavik antes de que ella se diera cuenta de su estado, pero que le envi una carta despus del nacimiento de Kristn. Pero l jams respondi. Lra suspir. La carta deja ver con toda claridad que aquello le doli muchsimo, sobre todo pensando en su hija. Si en algn momento lleg a querer a aquel hombre, el amor se acab, como es natural. Ya, en las relaciones personales hay cosas que no se pueden perdonar repuso ra; incluso cosas mucho menos serias que negarse a aceptar el propio hijo. En la carta, Gun me pide que me haga cargo de su hija dijo Lra. Cuando la escribi, su padre ya haba muerto, y ella y su hija se haban trasladado a la casa de su to Grmur. Gun dice que no se fa de l, porque aquel hombre era un neurastnico, que las mira con tal odio, a ella y a su hija, que no quiere que de ninguna manera sea l quien se quede a cargo de Kristn. Adems, me pregunta si podra hacer algo por Mlfrur, la hija de Grmur, por la que tambin est preocupada, aunque es mayor que Kristn y ms capaz de cuidarse a s misma. Vaya. Sabra l que Gun intentaba dejar a Kristn a tu cargo? pregunt ra. Con la pequea se iran todas las posesiones de Grmur, naturalmente. No lo s contest Lra. Finaliza dicindome que no sabe cundo recibir la carta, porque no cree que Grmur la eche al correo, y que tiene pensado drsela a Kristn con la esperanza de que ella se la pueda entregar a alguien. Ya haba hablado con Kristn, contndole que yo era muy buena y que a lo mejor iba a conocerme muy pronto. Aade que tiene plena confianza en que Kristn entregar la carta, aunque sea muy pequea, porque es muy cuidadosa y aplicada. Al menos consigui mantener la carta escondida dijo ra. S. Al otro lado de la lnea, ya no caba duda de que la anciana se haba echado a llorar. Me ser ms fcil hablar de todo esto contigo despus del entierro continu Lra, con la voz completamente quebrada . Creo que por ahora ya es suficiente. No se preocupe dijo ra. Estar all. Puede estar segura. Se despidi de la anciana, y colg. ra haba estado caminando arriba y abajo por el pasillo mientras hablaba, sin prestar mucha atencin a ninguna otra cosa. En aquel momento, se volvi a dar cuenta de que al otro lado de la mayora de aquellas puertas que daban al pasillo haba mujeres concentradas, nica y exclusivamente, en aumentar la especie humana. Crey reconocer los gritos que salan del paritorio C, y prest atencin con la esperanza de or el llanto de un beb. No fue as, pues era absurdo pensar que unos
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diminutos pulmones pudieran sonar ms fuerte que aquellas mujeres en vas de convertirse en madres. ra logr distinguir una frase en medio de los gritos: No puedo creer que sea as!. Mentalmente, ra expres su acuerdo con Sigga, y sonri. Evidentemente, el parto estaba en marcha. Esper con la oreja pegada a la puerta y tras varios sonoros lamentos y ms gritos, se pudo or el lastimero llanto de un beb. Los ojos de ra se llenaron de lgrimas, y se apart de la puerta. Esperaba que, aunque no se hubiera odo nada de Gylfi, aquello no significara que se haba desmayado. De modo que se sinti aliviada al or su voz diciendo: Eh, tira esa porquera!. ra se llev un susto, pero se tranquiliz al or a la madre de Sigga decirle escandalizada: No seas as. Slo est saliendo la placenta. Hay quienes la secan y hacen pantallas de lmpara. ra confi en que su regalo de Pap Noel de ese ao no incluyera una pantalla de aqullas. Se abri la puerta y sali Gylfi. Abraz a su madre. Estaba deslumbrante, como el sol sobre el brezal. Ha sido asqueroso, pero ya soy padre! Es un nio. ra lo cubri de besos. Cario, Gylfi, cario dijo entre los besos. Mi ms sincera enhorabuena, mi nio querido. Es guapo? Por fuera es como si estuviera cubierto de harina respondi Gylfi con un escalofro. Y el cordn umbilical es un poco... No acab la frase, sino que ech la mano al pomo de la puerta y abri. Mralo t misma dijo, entrando l delante. ra no quiso entrar del todo, se content con meter la cabeza por la puerta. Vio apenas a la madre de Sigga y a la comadrona a un lado de la mesa de partos, pero el beb en brazos de su madre las dejaba completamente en un segundo plano. ra entr en la sala de espera como hipnotizada. Acababa de ser abuela. De alguna extraa forma, despus de haber visto a su nieto, sinti unos deseos inmensos de echar a correr al hotel, con Matthew.
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SABADO
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de junio de 2006
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Le lleg el turno a ra, que se acerc a la fosa abierta. Polvo eres y en polvo te convertirs dijo en voz baja, y dej que la tierra cayera lentamente desde la palma de su mano sobre la pequea caja. Se santigu y se ech hacia atrs. Caa una fina llovizna sobre el reducido grupo que se haba congregado en la pequea iglesia y haba seguido en silencio el atad hasta el cementerio. Haba llevado de la mano a Lra durante el breve recorrido. ra not que aquello le haba gustado a la anciana, de modo que no le solt la mano hasta que Lra se acerc encorvada al atad para testimoniar su aprecio a la niita muerta. Ella y un hombre mayor eran los nicos del grupo que parecan autnticamente afectados. La visin del anciano encoga el corazn. Era Magns Baldvinsson. Haba aparecido justo cuando la ceremonia estaba a punto de empezar, y se haba sentado en silencio en la ltima fila de la iglesia. En el cortejo fnebre procur mantenerse varios pasos por detrs de los dems. Llevaba un sombrero que tena agarrado con fuerza con ambas manos, y baj los ojos al suelo cuando ra le mir por casualidad. Sinti compasin por l. Pens en acercarse, pero decidi seguir junto a Lra. Tena que acompaarla, y ra no saba cmo reaccionara Magns si se acercaba a l. Mir al sacerdote, que cerr los ojos y comenz a entonar un antiguo himno. ra sigui su ejemplo y tuvo la sensacin de que a Kristn le habra gustado la eleccin: Cierro mis ojos, confiada que siempre ser guardada mi vida por Tu Gracia. Mas si quieres llevarme contigo, que tu ngel sea mi amigo para proteger mi infancia. Despus, el grupo cant Igual que la nica flor antes de que los asistentes fueran marchndose uno tras otro, recibiendo, al despedirse, la bendicin del sacerdote. Al final quedaron tres: Lra, ra y Magns. l segua aparte, avergonzado. Ven dijo Lra en voz baja. Te preparar un caf. Dio un ligero apretn en el brazo de ra. Quiero ensearte la carta. Tienes prisa? No respondi ra. Salieron del cementerio dejando atrs a Magns Baldvinsson, que se qued completamente solo ante la fosa de su hija, muerta tanto tiempo atrs. ra sonri al or un leve llanto infantil que llegaba desde el malpas cercano al cementerio. Un gato pens, y entonces record haber visto al
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animalillo al pasar por Tunga camino del cementerio. Nunca podra haber recorrido tanta distancia en un tiempo tan corto. El llanto cada vez sonaba ms fuerte, y ra apret el flaco y debilitado brazo de la anciana. Puede caminar ms deprisa? pregunt. Estoy tiritando.
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RESEA BIBLIOGRFICA
YRSA SIGURARDTTIR
Yrsa Sigurardttir naci Reykjavk el 24 de agosto de 1963. Se gradu en la escuela superior en 1983 y termin ingeniera civil en la Universidad de Islandia en 1988. Posteriormente realiz un master en el mismo campo en la Universidad Concordia de Montreal (Canad) en 1997. Yrsa trabaja como ingeniero civil en la compaa Fjarhitun, y aprovecha las largas estancias en zonas remotas de su pas para escribir. Yrsa vive en el barrio residencial de Seltjarnarnes en Reykjavk. Est casada y tiene dos hijos. En 1998 Yrsa public su primer libro para nios, "ar lgu Danir v". Hasta la fecha ha escrito cinco libros para nios y jvenes, el ms reciente es "Biobrn", publicado en el 2003. En el 2000 el Icelandic department of IBBY (International Board on Books for Young People) premi a Yrsa por su libro "Vi viljum jlin jl". Su primera novela para adultos, una historia criminal "rija tkni" ( El ltimo ritual), fue publicada en el 2005, y traducida a 20 idiomas. As como su secuela, Sr grefur grf, escrita en el 2006, con una nueva aventura de ra y Matthew. Por su personalsimo estilo, original, irnico e impredecible, y sus originales tramas, en las que se mezcla la vida cotidiana de la Islandia actual con apasionantes episodios de la historia del pas, Yrsa Sigurardttir (1963) est considerada la nueva reina del thriller..
LADRN DE ALMAS
Jnas, el propietario de un moderno complejo hotelero especializado en terapias alternativas, acude a ra, una ahogada de Reykiavik, para que investigue una serie de sucesos relacionados con lo sobrenatural, pero el mismo da de su llegada a Snfellsnes encuentran el cadver de Birna, la arquitecto a la que Jnas haba encargado la construccin de un ala del hotel. ra, con la inestimable ayuda de su compaero Matthew, se propone demostrar la inocencia de su cliente, pero nada es lo que parece en aquel paraje idlico, repleto de leyendas y misterios y donde se concentra una fuerte carga telrica y espiritual. No dejan de circular historias de desapariciones, se producen nuevos crmenes y las pistas, por extrao que pueda parecer, conducen a los antiguos propietarios de las tierras donde esta ubicado el hotel, en cuyo pasado se oculta un terrible secreto que alguien parece interesado en ocultar.
RA Y MATTHEW
1. 2. 3. 4. rija tkni (2005)- El ltimo ritual. Sr grefur grf (2006) - Ladrn de almas Aska (2007) - Ceniza Aunin (2008)
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2006, Yrsa Sigurardttir Ttulo original: Sr grefur grf Editor original Verld Publising, Reikiavik, Islandia, Diciembre/2006 2006, de la traduccin: Enrique Bernrdez De esta edicin: 2007, Santillana Ediciones Generales, S. L. Sello editorial: sumadeletras Primera edicin: septiembre de 2007 Diseo de cubierta: Ragnar Helgi Olafsson Diseo de interiores: Raquel Can ISBN: 978-84-8365-001-1 Depsito legal: M-29.761-2007 Printed in Spain
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