Luis Melgar Indigenismo Literatura XX

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

Segundo Encuentro de Historia

Universidad de El Salvador
16-20 de julio de 2007
CORTES HISTRICOS DEL INDIGENISMO EN LA NARRATIVA
SALVADOREA (Siglo XX)

Dr. Luis Melgar Brizuela,
Docente-Investigador del Departamento de Letras,
Universidad de El Salvador.




Enfoque, periodos v proposito

Esta ponencia explora, a grandes trazos, el hilo estetico-historico del indigenismo como una de
las tematicas principales en la narrativa salvadorea. Pretendo dar un vistazo a la productividad de
las raices autoctonas, particularmente la nahua y la maya, en la evolucion del cuento y la novela
salvadoreos, desde el periodo modernista, a Iinales del siglo XIX, hasta los primeros aos del
siglo XXI. El enIoque es sobre todo tematico, si bien se tocan algunos aspectos tecnicos o
estilisticos y ciertas relaciones pragmatico-contextuales.

El tema como tal, que yo sepa, no ha sido hasta ahora especiIicamente estudiado en nuestro
pais, aunque si se han publicado algunas indagaciones sobre autores o periodos literarios en
relacion con la cuestion indigena.
1
Estoy convencido de la pertinencia actual de esta busqueda,
sobre todo para un mejor esclarecimiento del problema de la identidad como Iuente de la narrativa
nacional. Parece haber en los inicios del siglo XXI un renovado interes por la herencia de las

1
Veanse en especial estos dos libros del doctor RaIael Lara Martinez: Historia sagrada e historia proIana. El
sentido de la historia salvadorea en la obra de Francisco Gavidia. DPI. San Salvador, 1991; y Salarrue o el mito de la
creacion de la sociedad mestiza salvadorea. DPI. San Salvador. 1991. En ambas obras la cuestion indigena esta
lucidamente considerada por el eminente investigador como una tematica determinante en el sentido de nacion que uno
y otro narrador desarrollan, cada uno en su propio momento.
2
culturas ancestrales de nuestro continente, cuya antigedad sobrepasa, con mucho, a la herencia
hispano-europea, bien que aquella haya estado subestimada entre las tematicas que la parte oIicial
ha establecido, para el caso, en el sistema educativo. Se trata, pues, de una primera panoramica que
planteo en cuatro etapas o cortes estetico-historicos del indigenismo literario nacional:

1) La era romantico-modernista, con Francisco Gavidia (1863-1955) como modelo de la
naciente narrativa salvadorea;
2) El momento regionalista-costumbrista, con Salarrue (1899-1975) como paradigma del
relato autoctonista;
3) El momento realista-social-vanguardista de la Generacion Comprometida, sobre todo en
Roque Dalton (1935-1975) y Jose Roberto Cea (1939), y
4) El indigenismo de la pos-guerra (1992-2005) representado por diversos autores, entre
ellos principalmente Miguel Angel Chinchilla (1956) y los del Grupo Amate, Benjamin
Palomo y otros.


Primer indigenismo. La narrativa salvadorea, segun el consenso de diversos estudiosos, se
inicia con Francisco Gavidia, particularmente en el genero del cuento. Una buena parte de sus
relatos, escritos aproximadamente entre 1901 y 1930, se centran en temas indigenas tomados por el
de las culturas maya o nahua-pipil, entre los cuales destacan: La loba, El pastor y el rey, La vuelta
del heroe y El testamento de Kicab.
2


La vision que sobre el indigena salvadoreo presenta en esos textos el patriarca de nuestras
letras y Iundador de nuestro modernismo poetico, es romantica: exalta la grandeza del pasado
prehispanico, ve a los heroes mayas o toltecas como dechados de paciIismo, unionismo y nobleza
espiritual, tales como Kicab el Tigre, Tutecot:imit o Citlali (la Princesa Estrella). Pero no ve en
absoluto al indio contemporaneo suyo: mientras canta las grandezas de Acaxual, Copan, Tlapallan
o Gijar, dadas en epocas anteriores a la conquista espaola o coincidentes con ella, ignora a la vez
al indigena que desde mediados del siglo XIX hasta el cruel exterminio de 1932 en el occidente
salvadoreo (Sonsonate, Ahuachapan) habia venido siendo despojado de sus tierras comunales, de

2
Francisco Gavidia. Cuentos y narraciones. UCA editores. San Salvador. 1993.
3
su riqueza cultural (idioma, religion, cocina, vestuario), diz que para civilizarlo. De ahi que Roque
Dalton Garcia (1935-1975), el poeta de la revolucion nacional, acusara a Don Francisco de no
haber cumplido su papel moral por no haber dicho una palabra cuando en 1932 la ultima gran etnia
salvadorea, los nahua-pipiles, suIrian el genocidio mas brutal de la historia salvadorea. Roque le
reclama asi en 'Dos poemas sobre nuestro mas Iamoso escritor, de Las historias prohibidas del
Pulgarcito:


Viejito loco...
a saber si tuviste tiempo para pensar en tu papel moral...
... caiste en un pais de tontos a tu medida...
te construiste un tunel exclusivo
hacia el bunker de la metrica
y otro hacia el reIugio antiaereo de los Olimpos
de Grecia y de Tlapallan...

El indigenismo gavidiano se nutre de arduas indagaciones historiograIicas, literarias y
arqueologicas sobre las artes y creencias de los mayas y nahuas de Mesoamerica. Reivindica, ante
todo, la religion de Quetzalcoatl, enemiga de los sacriIicios humanos y de la guerra; y llega a
mestizarla con el evangelismo autentico de Bartolome de Las Casas (vease, por ejemplo, al
respecto, su cuento 'El encomendero) y aun con el culto a la Virgen Maria (por ejemplo, al Iinal
de 'La Princesa Estrella, en Soteer o Tierra de Preseas), como puede advertirse en esta breve
muestra:

'Escuchadnos, pues, Ceacatl Quetzalcohuatl (que este era el nombre de la Estrella de la
Maana en su idioma, que era el tolteca o nahual o nahuate) a Iin de que luego nos
reIirais como ha sido vuestro largo combate con la Luna. Aqui en Tlapallan el rey de
Cuscatlan, llamado el Pez-Aguila, quiso restablecer el culto de vuestro enemigo; pero
llenos de horror por los sacriIicios humanos, los hijos del pais de los collares alzaron en
alto sus escudos de oro, y, elevando al trono un pastor, se restablecio la religion de la
Estrella de la Maana...
('La vuelta del heroe, 1929).

4
Considero que si puede sealarse a Gavidia de idealismo extremo, sobre todo por rehuir una
toma de posicion acerca del drama real de los indigenas de su epoca llevados al exterminio por la
modernizacion capitalista que en alguna Iorma alabara aquel poeta y narrador nuestro (vease, para
el caso, su poema 'Los aeronautas); pero tambien encuentro justo reconocerlo como el primer
gran indigenista de nuestras letras, el que rescato, con denodada entrega a la investigacion de las
culturas ancestrales, valiosos contenidos de nuestra raiz mas proIunda.

Segundo indigenismo. Mucho mas a Iondo en el ser nacional, sobre todo en su autoctonia
nahua y maya, penetra la narrativa de Salarrue (Salvador Salazar Arrue: 1899 1975), el 'Sagatara
de Cuscatlan, el cuentista numero uno, creo, de nuestra madre tierra. A diIerencia de Gavidia, este
si se identiIico con los indios contemporaneos suyos llegando a ser, segun lo reIieren conocedores,
'El Nagual de Cuscatlan, por la relacion tan cercana que con ellos vivio. Cuando en 1932 amigos
y colegas le reclamaron que dijera lo suyo sobre el drama politico que se vivia, o sea que tomara
partido por los capitalistas o por los comunistas, El Sagatara declaro tajantemente, en su Iamosa
'Respuesta a los Patriotas, escrita el 21 de enero de ese ao terrible, un dia antes de que estallara
la rebelion de los izalcos y la consecuente masacre gubernamental ordenada por el general
Maximiliano Hernandez Martinez y propiciada por los grandes caIetaleros de la epoca:

No tengo El Salvador... tengo Cuscatlan, una region del mundo y no una nacion (cosa
vaga). Yo amo a Cuscatlan... canto a la tierra y a la raza... raza de soadores creadores
que sin discutir labran el suelo, modelan la tinaja, tejen el perraje y abren el camino.
Raza de artistas como yo...

La opcion de Salarrue por los indigenas es clara y contundente desde los inicios de su carrera
literaria y artistica ( Iue, ademas, pintor, escultor, poeta y musico). Ya en 1926, a los 27 aos de
edad, presenta en El Cristo negro, su primera novela, una magica y proIunda mirada sobre el
mestizaje, particularmente en el personaje San Uraco, hijo de un espaol malvado y de una india
loca, a quien los brujos negros consagran para el mal pero con propositos de bien:

--Tu seras el protegido de Quetzalcoatl, tu seras gloriIicado. Arranca del leo a ese
intruso dios blanco de los blancos y hecho para escarnio de nuestra raza, que no supo
hacer perdurar la inIluencia de sus dioses. Maana Cuculcan coronara el altar de esa
5
ermita y en su loor se sacriIicaran tres Irailes barbudos. Todo esta dispuesto para el
motin.
(Salarrue, El Cristo negro)
3


Lo maya y lo nahua-pipil son pintados y exaltados en la narrativa de Salarrue de modo singular,
a Iondo. Por ejemplo, su cuento 'Xibalbaila, de O`Yarkandal (1929), recrea poeticamente el
Iamoso pasaje de Xibalba y de la princesa Ixquic, del Popol-Vuh. Estas obras plasman el primer
tramo del indigenismo salarrueriano.

Luego, un ao despues de la tragedia del 32, aparece su obra mas conocida dentro y Iuera del
pais, Cuentos de barro (1933), el modelo maximo del regionalismo salvadoreo, cuyos temas y
estilos se continuan en Trasmallo (1954). En ambas el personaje central es el campesino
salvadoreo de raiz indigena. Tal seria un segundo tramo en la narrativa de Salarrue, no
especiIicamente indigena pero si con elementos y rasgos de las culturas ancestrales puestos ante
todo en el tipo de personajes, en su habla, en su pensar y sentir populares y agrestes. Estudiosos del
tema, como RaIael Lara Martinez y Sergio Ramirez, coinciden en que en estos libros Salarrue
devuelve al indigena la voz que la cultura dominante (caIetaleros, militares, la hegemonia
norteamericana) le negaban, despues de haberlo exterminado Iisica y culturalmente. Dice Ramirez
a este respecto:

... el personaje de Cuentos de barro es el indio de Izalco, dueo de un habla vernacula
que Salarrue tamiza a traves de un Iiltro poetico, de unas costumbres y unas creencias
que aIloran en los relatos...
4


A un tercer tramo en el indigenismo del Sagatara corresponden dos cuentos claramente
dedicados a la etnia pipil, ambos del libro La espada y otras narraciones (1960): 'Matapalo y 'El
angel del espejo. El primero de estos plasma el 'racismo indigena, el rechazo de los aborigenes a
los mestizos oportunistas, al par que es un homenaje a la Iigura de Feliciano Ama, el cacique
izalqueo que lidero la revuelta de 1932. El segundo desarrolla una singular alegoria acerca de los
indios caidos en esa misma Iecha, cuyas almas, convertidas en el Carbunco, Pajaro de Fuego o

3
Roque Dalton. Las historias prohibidas del Pulgarcito. Siglo XXI. Mexico. 1974.
4
Sergio Ramirez. 'Prologo a: Salarrue. El angel del espejo y otros relatos. Biblioteca Ayacucho. Venezuela.
1977.
6
Angel del Espejo, emanan de las proIundidades del volcan de Izalco y reclaman, simbolicamente,
justicia por aquel despiadado genocidio. El mito de Itzpapalotl, la Mariposa de Obsidiana,
representacion de la madre tierra, luego convertida en Mariposa de Cristal, sirve aqui de trasIondo
etnocultural:

Las mariposas en quietud, palpitan como corazones agonicos, levemente, con un palpitar
que es mas un estremecimiento, un escaloIrio casi imperceptible. |El gran reptil, Nuestro
Seor Culebra Tornadiza, el Viento, duerme tambien, enroscado en yagual: Tepelishpan
nemi tutecuvo Quet:alcohuat-Ehecate, sobre la montaa en descanso.
5


La penetracion en el espiritu de la raza ha crecido: lo autoctono y lo esoterico se combinan
magistralmente para dar una imagen lucida, vivida, de la sabiduria nahua-pipil y, por contrapunto,
de la barbarie capitalista y militarista que acabo casi del todo con esa cultura primigenia.

Un tramo Iinal, el cuarto, en la narrativa salarrueriana, esta realizado en su novela cumbre,
Catleya luna (1974), salida a luz un ao antes de la muerte del autor (octubre de 1975). Aqui otra
vez, Iruto de la maduracion del Sagatara, el relato esoterico que se desarrolla en la mayor parte de
la novela se articula con un relato menor, 'Balsamera (capitulos 7 y 8), el mas paradigmatico
relato de la matanza de 1932, contado desde la mirada indigena, una epopeya-elegia de los izalcos.
Sobresale en esta parte el pasaje de Higinio Naba, el brujo blanco, el hoisil o jeIe supremo
espiritual de los izalcos, a quien los brujos negros, llevados por la desesperacion de la raza, dan
muerte a bala y machete cuando aquel abrevaba, convertido en venado blanco, en un recodo del rio,
el 2 de noviembre de 1931, dos meses antes apenas de la matanza. El, como un Cristo pipil, acepto
muy determinadamente su muerte. Tiempo despues se aparecio a una hermana suya de raza para
contarle la verdad de su asesinato:

... Ellos me contrariaron, ellos vinieron a que les diera suelta para su levantamiento de
venganza porque andaban perdidos de pacencia y resinacion por el mal trato. Yo
miopuse de jondo porque se la ley de mi raza de Cuscatlan que se me encomendo y la ley
esta escrita: Que los cuscatlanes anden la resinacion del venado indeIenso y den su
sangre como el hoisil de las montaas.

5
Salarrue. Obras escogidas, tomo II. Edit. Univ. San Salvador. 1970.
7
(Salarrue. Catleya luna)
6



Tercer indigenismo. La llamada 'Generacion Comprometida, que irrumpe con Iuerza
innovadora, revolucionaria, entre 1950 y 1956, realizo, entre sus muchos y contundentes aportes a
la literatura y al arte salvadoreos, un tercer indigenismo con sentido de lucha de clases, sobre todo
en varios textos de Roque Dalton, el lider indiscutible de esta promocion de escritores. Su libro
mas indigenista, Los testimonios (1964), escrito entre Mexico y Cuba, dedicado por cierto al
Partido Comunista Salvadoreo, es un rico muestrario de la penetracion del poeta en la cultura
ancestral mesoamericana, sobre todo en las culturas nahua y maya. Si bien se trata de poemas, no
propiamente de relatos, muchos de ellos, sea en prosa o en verso, contienen no solo anecdotas o
pasajes sino tambien un estilo narrativo digno de atencion. Ahi se plasman diversos mitos y
coyunturas historicas que provienen del indigenismo roqueano. Textos como 'Restauracion del
hombre por Quetzalcoatl, 'El tlamatini, 'Las emigraciones, 'El humo, 'El nahual, 'Tata,
'La Siguanaba, de sabor narrativo, revelan el proIundo amor de Dalton a la raza autoctona.

Tambien en Las historias prohibidas del Pulgarcito, la obra que mejor retrata el alma de los
salvadoreos, sintesis-collage de la terrible evolucion de esta tierra desde la llegada de los
espaoles (en 1524) hasta la llamada 'Guerra del Iutbol entre Honduras y El Salvador (1969),
encontramos la veta indigena en sabrosos textos, algunos verdaderos relatos, en prosa, como 'La
enseanza de la historia, por demas ironico y jocoso:

... pues, como ibamos diciendo, tenian los pipiles en sus sacriIicios algunas
especialidades y cues y teupas de gran autoridad, de los que aun hoy hay grandes
iniciados. Allende del Cacique y seor natural, tenian un Papa que llamaban Ticti, el cual
se vestia de una ropa larga, azul, y traia en la cabeza una diadema y a veces una mitra
labrada de diIerentes colores, y en los cabos de ella un manojo de plumas muy buenas,
plumas de ese pajaro que cada dia escasea mas y que se llama quetzal...
7



6
Salarrue. Catleya luna. DP. San Salvador. 1974. p. 176. Hoisil, en el lenguaje del Sagatara, signiIica al mismo
tiempo balsamo y sacerdote supremo o lider espiritual.
7
Roque Dalton. Las historias prohibidas..., op. cit. p. 148
8
En varias otras partes de la extensa y abigarrada produccion daltoniana encontramos la cuestion
indigena o 'guanaca, que el poeta deIendia a capa y espada. Un rasgo particular a este respecto es
la Iiliacion, mas bien implicita, que Dalton asume con respecto a Salarrue, a quien reconoce como
el unico clasico vivo entre los autores anteriores a los de su generacion, pues a otros, como
Francisco Gavidia y Alberto MasIerrer (1968-1932), mas bien los niega, los acusa de no haber
comprendido la realidad historica del pais y haber servido mas a la cultura dominante que a los
intereses del pueblo. Roque reivindico como pocos al Sagatara, en varios modos. Pero mas alla de
ello, diria yo, retomo la lucha de aquel por reivindicar el alma de Cuscatlan, el sentido proIundo de
la madre tierra, especialmente por su penetracion en las culturas indigenas de El Salvador y
Mexico.

La unica novela publicada de Dalton, Pobrecito poeta que era yo (1976; ed. postuma), oIrece,
bien que levemente, algun pasaje relativo al indigenismo, sobre todo en el capitulo I, 'Alvaro y
Arturo (v. pp. 41-49):

... pomulos de lama tibetano... las canas duras como las espinas de un tunco de monte,
los ojillos de vibora matrera, el costal de huesos... higio y trementina... el Tata Higinio, el
brujo con cara de santo o el santo con cara de brujo... del volcan Lamatepec...
8


Otro escritor de Iuerte relieve, entre los de la Generacion Comprometida, modelo sui generis
del indigenismo nacional, es el poeta, narrador, dramaturgo e investigador Jose Roberto Cea
(1939), de ascendencia pipil, nacido en Izalco. Varios de sus libros de poesia, entre ellos el que
considero su obra cumbre, Todo el codice (1968), potencian los valores proIundos del indigena
salvadoreo. Lo mismo ocurre, aunque en menor medida, en algunos de sus libros de relato, entre
los cuales puedo destacar: Sihuapil Taquetsali (novela, 1997), Dime con quien andas (novela,
1989) y En este paisito nos toco y no me corro (novela, 1990). Por ejemplo, este ultimo libro inicia
asi:

Todos eramos indios. No! No es cierto. Eramos, somos mestizos, pero a Tula, Jose
Antonio Tula, le deciamos el Indio Tula, como a Velasquez, Juan Velasquez, el Indio

8
Roque Dalton. Pobrecito poeta que era yo (novela). EDUCA. Costa Rica. 1976.
9
Velasquez; al Curro Ruiz, Chancho Indio, al Pollo Barillas, Pollo Indio, y todo por joder,
porque si...

El indigenismo de Cea se las trae, con su tematica revolucionaria y su estilo entre jodedor y
conversacional, ameno casi siempre, accesible a un gran publico clasemediero. Otros miembros de
la misma generacion que incursionaron, quizas un tanto de paso o mas bien implicitamente, en la
cuestion indigena, dejando de ella alguna constancia en sus textos narrativos, son Manlio Argueta
(1935), el mas importante novelista nacional de las ultimas decadas del pasado siglo, y AlIonso
Quijada Urias, (cuyos textos al respecto ameritarian mas amplias consideraciones si no Iuese por la
Ialta de espacio en esta ponencia).

Cuarto indigenismo. Finalmente, ya en la etapa de la posguerra salvadorea (1992-2007),
tenemos en la actualidad una produccion si bien no cuantiosa si notable en su devocion y regusto
por lo ancestral, que retoma los caminos anteriores, sobre todo el de los comprometidos y el de
Salarrue, ahora con una nueva tonica y mayor desenIado, para oponer los valores autoctonos a los
de la devastadora globalizacion que nos llega principalmente del Norte. Se trata de unos cuantos
autores y varios libros, entre los cuales destaca Miguel Angel Chinchilla (1956) con La codorniz
del paraiso. Historias con sexo (1999), Fabulas de mais (sic; 1984), Aventuras de Cipitio (1983), D
la dicha suprema (1993), El cuento de como Cipitio y Pulgarcito se hicieron amigos (2006).
Jodedor y critico de la cultura oIicial, de prosa Iacil y versatilidad en la Iraseologia (ha obtenido
buen reconocimiento en varios generos literarios), Chinchilla es un estudioso de las culturas
ancestrales de Mesoamerica.

Este autor es miembro del grupo literario Amate, en el que militan como combatientes de la
palabra, tambien a ratos con opcion preIerencial por los indios, otros tres autores: Miguel Angel
Azucena (1933), Luis Melgar Brizuela (1943) y Joaquin Mesa Rodezno (1956). Este ultimo tiene
varios cuentos de elementos indigenistas y una especie de cronica en verso, 'El adelantado,
dedicada al conquistador de Cuscatlan, Pedro de Alvarado, en un tono epico-burlesco. Todos los
del grupo Amate escribieron, en conjunto, a raiz de la oIensiva guerrillera del Frente Farabundo
Marti para la Liberacion Nacional, de noviembre de 1989, una cronica-collage que narra esa
oIensiva articulando la mitologia pipil con las inIormaciones de prensa y otros juegos narrativo-
poeticos: El Cipitio en El Salvador-Sheraton, obrita que ha tenido buena acogida librera y acaba de
10
alcanzar, en convenio con el Frente Farabundo Marti, una sexta edicion modiIicada, con motivo del
25 aniversario de Iundacion de este instituto politico.

Tambien merece especial mencion el escritor, musico e investigador academico Benjamin
Palomo, quien ha publicado varias obras a partir de sus indagaciones de la cultura indigena
salvadorea. Hablan los nahuales. Mito y testimonio es su mejor libro en esa tematica. Reune aqui
una breve antologia de testimonios miticos de tradicion oral con un estudio suyo acerca de las
creencias y valores principales de Cuscatlan, sobre todo de sus duendes, entre ellos principalmente
La Mujer Nahual o Siguanaba. Ha compuesto tambien canciones indigenistas derivadas de las
investigaciones de campo.

Aunque de modo muy panoramico y apretado, este recorrido por la evolucion de la narrativa
indigenista de nuestro siglo XX, permite veriIicar la productividad Iuerte y sostenida de tal
corriente literaria en El Salvador. El tema da para muchos debates y reexamenes por cuanto la
cuestion indigena sigue siendo en general relegada por parte de la cultura oIicial. Pero si nos
atenemos a los repuntes que de ella se dan en diversas regiones de nuestro continente, podemos
esperar nuevas producciones, estudios y polemicas, dada la pertinencia que cobra ante la creciente
crisis de identidad cultural derivada de la transculturacion que sobre nosotros ejerce el primer
mundo. Si a ello agregamos el Iactor politico en que los indigenas de America parecen cobrar
protagonismo y el renovado entusiasmo sobre los sitios arqueologicos y demas realizaciones del
pasado ancestral indigena, podemos asegurar que el tema seguira siendo ampliamente productivo.

Bibliografa.


RaIael Lara Martinez. Historia sagrada e historia proIana. El sentido de la historia salvadorea
en la obra de Francisco Gavidia. DPI. San Salvador, 1991. Salarrue o el mito de la creacion de la
sociedad mestiza salvadorea. DPI. San Salvador, 1991.

Francisco Gavidia. Cuentos y narraciones. UCA editores. San Salvador. 1993.
11
Salarrue. El Cristo Negro. UCA editores. San Salvador. 1981. Obras escogidas. Editorial
Universitaria. San Salvador. 1970. El Angel del espejo. Biblioteca Ayacucho, Venezuela, 1977.
Catleya luna. DP. San Salvador. 1974

Roque Dalton. Los testimonios. UNEAC. La Habana, 1964; Las historias prohibidas del
Pulgarcito. Ed. Siglo XXI. Mexico, 1974. Pobrecito poeta que era yo (novela). EDUCA. Costa
Rica. 1976.

Miguel Angel Chinchilla. La codorniz del paraiso. Ed. Amate Vos. San Salvador, 1999;
Fabulas de mais. Ed. Abril Uno, San Salvador, 1984; Aventuras de Cipitio (auto sacramental),
Editorial Sombrero Azul, San Salvador, 1977. D la dicha suprema. Ediciones Arco Iris. San
Salvador. 1993. El cuento de como Cipitio y Pulgarcito se hicieron amigos. Ediciones Amate Vos.
San Salvador. 2006.

También podría gustarte