El documento analiza la nueva novela histórica latinoamericana. Surge a partir de 1979 sin un manifiesto evidente, inaugurada por autores como Carpentier, Fuentes y Roa Bastos. Se caracteriza por subordinar la representación mimética a ideas filosóficas, distorsionar la historia mediante omisiones y anacronismos, y desacralizar iconos históricos mostrándolos de forma humana. Utiliza recursos como la metaficción, intertextualidad y dialogismo para cuestionar versiones oficiales e imponer pluralidad
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El documento analiza la nueva novela histórica latinoamericana. Surge a partir de 1979 sin un manifiesto evidente, inaugurada por autores como Carpentier, Fuentes y Roa Bastos. Se caracteriza por subordinar la representación mimética a ideas filosóficas, distorsionar la historia mediante omisiones y anacronismos, y desacralizar iconos históricos mostrándolos de forma humana. Utiliza recursos como la metaficción, intertextualidad y dialogismo para cuestionar versiones oficiales e imponer pluralidad
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3.
Otra historia: nueva novela histrica latinoamericana
La novela histrica en Amrica Latina surge a finales del siglo XIX y principios del XX, con el propsito de configurar nacionalidades emergentes (Ansa, Invencin histrica 113), como es el conocido y estudiado caso de la novela de la Revolucin Mexicana, en la que se narran las historias de los hroes revolucionarios, con la finalidad de darles a los mexicanos elementos que acentuaran su identidad patria. Dentro de este tipo de novelas pueden encontrarse desde los testimonios que fueron escribindose de manera simultnea al movimiento, como es el caso de Los de debajo (1916) de Mariano Azuela, hasta relatos posteriores con una perspectiva crtica como es el caso de La sombra del caudillo (1929) de Martn Luis Guzmn, que tambin es considerada como novela poltica. Como antecedente, la novela histrica latinoamericana puede dividirse en tres etapas: la novela forjadora y legitimadora de nacionalidades durante el romanticismo; la crnica rigurosa de acontecimientos pasados en el perodo realista o positivista y la narracin de altas pretensiones estticas en el modernismo. La nueva novela histrica latinoamericana no surge a partir de un manifiesto o con una intencin cultural o poltica evidente. Novelas de este tipo empiezan a publicarse a partir de 1979, aunque para Seymour Menton, la primera nueva novela histrica fue El reino de este mundo (1949) de Alejo Carpentier, que trata el tema de la independencia de Hait. Treinta aos despus, el mismo autor inaugura esta singular forma de hacer literatura con El arpa y la sombra, cuyo protagonista es Cristbal Coln. Carpentier, junto con Carlos Fuentes, que publica Terra Nostra y con Augusto Roa Bastos con la Vigilia del Almirante, inauguran a finales de los aos setenta esta narrativa histrica de caractersticas muy particulares, que luego se han de presentar en otros autores como Fernando del Paso (Noticias del Imperio), Reynaldo Arenas (El mundo alucinante) o Abel Posse (Daimn, Los perros y Largo atardecer). Aqu considero importante hacer nfasis en que algunos escritores incluidos en el Boom, como Garca Mrquez y Vargas Llosa, hacen nueva novela histrica (El general en su laberinto y La guerra del fin del mundo respectivamente), de la misma forma que escritores posteriores a ellos, como los antes mencionados y muchos otros autores de la parte hispnica del continente, como Pedro Orgambide, Edgardo Rodrguez Juli, Juan Jos Saer, Toms Eloy Martnez, entre otros. Para Karl Kohut es el fenmeno narrativo ms importante de los ltimos aos, y lo ubica en el marco de la posmodernidad: Se puede constatar que la novela histrica constituye el fenmeno ms saliente y ms importante de la produccin novelesca de los ltimos aos. Lo que es ms, la novelstica del boom se revela, a posteriori, como profundamente histrica, lo que no se vea en los aos contemporneos. De modo general y desde ya se puede sostener que la novela histrica actual es la segunda en importancia desde la aparicin de la novela histrica en el romanticismo [...] La posmodernidad condiciona la novela histrica y, al mismo tiempo, es condicionada por ella. Me parecera incompleta una concepcin de la posmodernidad que no incluira la dimensin histrica. (20) El estudio de la nueva novela histrica como una manifestacin de la posmodernidad es una forma comn de abordar el fenmeno, sin embargo, esta perspectiva no vara mucho de los parmetros propuestos por autores como Fernando Ansa o Seymour Menton, quienes no utilizan ese trmino en sus estudios. Debido a esto y a que la crtica posmoderna abarca tpicos que se salen de lo meramente literario, no se ahondar en este tipo de anlisis, aunque s considero pertinente mencionarlo como una corriente importante dentro del estudio de este tipo de novelas. Marco Aurelio Larios resume lo posmoderno de la nueva novela histrica en el descreimiento que facilita la invencin imaginativa. Lyotard en La condicin posmoderna habla del desmoronamiento de los grandes relatos que edific la modernidad y de cmo, a partir de su disentimiento, surge el relato posmoderno que desacraliza la historia oficial legitimadora y abre paso a un relato plural, dialgico y cuestionador de las estructuras impuestas desde el poder. Sin embargo, Pons marca una diferencia entre la literatura posmoderna y la latinoamericana: Est ms preocupada por la crtica poltica y por evitar una fragmentacin y despolitizacin de la historia, por una reivindicacin de lo marginal, por una prctica poltica de sobrevivencia a travs de la escritura testimonial, que por una estetizacin de los mrgenes y la pobreza, y es que en Amrica Latina la realidad de aniquilacin, la pobreza y la marginalidad histrica no es un objeto esttico o de consumo, y mucho menos de ficcin. (cit. en Saucedo 219) Pons enfatiza la importancia de escribir desde los mrgenes, que finalmente tambin es parte de la posmodernidad, aunque atina al encontrar en la pobreza y la marginacin algo ms que un objeto esttico, ya que la creacin literaria tambin es un vehculo poltico, y en el caso de estas novelas, la poltica es un factor muy importante, en tanto que cuestiona las estructuras de poder y sus mecanismos legitimadores. Por otro lado, Fernando Ansa afirma, en relacin con la deslegitimizacin de la historia oficial, que en la nueva novela histrica se vertebran con mayor eficacia los grandes principios identitarios americanos o se coagulan mejor las denuncias sobre las versiones oficiales de la historiografa, ya que en la libertad que da la creacin se llenan vacos y silencios o se pone en evidencia la falsedad de un discurso. (Nueva novela histrica y relativizacin 10) De la misma manera, las caractersticas que para Menton definen la nueva novela histrica latinoamericana son la subordinacin de la representacin mimtica de la realidad a la presentacin de algunas ideas filosficas como el carcter cclico de la historia; y la distorsin consciente de la misma, mediante la omisin, la exageracin y el anacronismo. Este ltimo se expresa sobre todo en lo que Ansa denomina: superposicin de tiempos histricos diferentes. Hay un tiempo novelesco presente histrico de la narracin sobre el cual inciden otros tiempos. Las interferencias pueden ser del pasado, pero tambin del futuro en forma de anacronas deliberadas. (La nueva novela 84) A diferencia de la novela antiilusionista que intenta democratizar el texto al darle voz a colectividades generalmente olvidadas, la ficcionalizacin de personajes histricos est enfocada a desacralizar a los grandes iconos que ha construido la historia oficial, al mostrarlos en una dimensin ms humana y, en ocasiones, en forma caricaturizada, irnica y hasta grotesca. Otro rasgo importante es la metaficcin, como pueden ser los comentarios del narrador acerca del proceso de la creacin, las frases parentticas en las que se hacen reflexiones al margen de la narracin y las citas falsas son recursos comunes para provocar extraamiento y poner en evidencia el carcter ficticio de una historia, que en este caso tambin puede ser la Historia. Como en otras novelas del siglo XX, en la nueva novela histrica la intertextualidad es una caracterstica importante, sta puede definirse como las referencias a otros textos que pueden encontrarse en un escrito. De esta forma, toda obra puede entenderse como una red intertextual, en la que diferentes discursos dialogan entre s, aunque hay textos en los que la intertextualidad es deliberada, como es el caso de las novelas estudiadas en este trabajo. En el caso concreto de la nueva novela histrica, la intertextualidad puede encontrarse en la insercin de personajes de otros relatos o referencias a otras obras, que llega hasta sus ltimas consecuencias con el uso del palimpsesto o reescritura de fragmentos de otros textos como parte de la novela, algunas veces con comillas o cursivas, aunque en ciertos casos es tan evidente que no es necesario llamar la atencin sobre lo que es tomado de otros textos, para que el lector lo identifique. Por otro lado, algunos de los conceptos que introduce Mijal Bajtin al estudio de la novela, tambin son aplicables a la nueva novela histrica, como lo dialgico, que establece igualdad jerrquica entre diferentes voces, que implica la existencia del dilogo (en sentido amplio) en la narracin y por lo tanto la presencia del Otro u otros. El dialogismo determina pluralidad y otredad; se opone a la voz monolgica que impone el discurso del poder. Lo dialgico implica la aceptacin de que no hay un lenguaje nico, ni una sola versin de ningn acontecimiento. En este sentido, todas las voces tienen el mismo valor; por lo tanto, se proyectan varias interpretaciones de los sucesos, los personajes y las ideologas. Otro concepto bajtiniano aplicable a la novela histrica es la nocin de lo carnavalesco. El carnaval, tal como lo entiende Bajtin, es un acto subversivo en el que se transgreden las estructuras de poder; se ofende a Dios y se desfiguran las convenciones sociales para mostrar irreverentemente lo grotesco, entendido como aspecto positivo de la realidad humana. Con esta nocin, el autor muestra que la novela vuelve a lo dionisiaco de la Edad Media, que haba quedado marginado desde la entrada del logocentrismo que trajo consigo la modernidad. En trminos muy generales, lo carnavalesco puede encontrarse en la nueva novela histrica en la exageracin humorstica de situaciones y personajes; la parodia y la risa; adems del nfasis en los aspectos carnales del hombre, como el sexo o la gula. El tercer concepto bajtiniano aplicable a la nueva novela histrica es la heteroglosia o polifona, manifestada en las focalizaciones distintas dentro de un mismo texto, y en el manejo de diferentes niveles de lenguaje. Cabe mencionar que aplicar la teora Bajtiniana a la novela latinoamericana es un asunto delicado, ya que los conocimientos que se tienen de esta teora son a partir de traducciones, generalmente del ruso al ingls, por lo que sus conceptos llegan al espaol ampliamente deformados. Rodrguez Monegal acierta al decir que el mundo occidental tiene tantos bakhtines como lenguas a las que ha sido traducido (403). Considero importante mencionar las aportaciones del terico ruso, ya que la mayora de los autores citados en este trabajo las toman en cuenta, pero no sern parte medular de este estudio, debido a que los presupuestos de Bajtin obedecen sobre todo a criterios formales, que en este trabajo juegan un papel secundario. Para Fernando Ansa los rasgos sobresalientes de la nueva novela histrica son la relectura de la historia fundada en un historicismo crtico, que intenta dar coherencia al presente a travs de una visin crtica del pasado. Esta relectura intenta deslegitimar la historia oficial y pretende acercarse a la verdad por medio de la ficcin. La relectura tambin ayuda a contrarrestar la dimensin pica de la historia. Gracias a recursos como el uso de la primera persona, o la narracin en tiempo presente, se logra un acercamiento a los hechos narrados y por lo tanto una posicin dialctica frente al pasado. El autor cree que los escritores latinoamericanos Despus de las obras complejas, experimentales y abiertas a todo tipo de influencias que caracterizaron la novelstica de los dos ltimos decenios, necesitaran profundizar en su propia historia, incorporando el imaginario individual y colectivo del pasado a la ficcin. (La nueva novela 82) Esto no quiere decir que los narradores hayan dejado de experimentar y que la nueva novela histrica sea ms convencional. La diferencia es que en sta adems se ha incluido la bsqueda de identidad a travs del pasado: La nueva narrativa se ha embarcado as en la aventura de releer la historia, especialmente crnicas y relaciones, ejercitndose en modalidades anacrnicas de la escritura, en el pastiche, la parodia y el grotesco (sic), con la finalidad de deconstruir la historia oficial. (82) Respecto a las crnicas de la conquista, este autor reconoce en ellas el primer antecedente de la narrativa latinoamericana, al igual que otros, como Cornejo Polar, y considera que una de las causas de la renovacin de la novela histrica es la crisis epistemolgica del estudio de la historia, que adems, reconoce, no surge en Latinoamrica sino en Europa: La ficcin ha sido el complemento necesario de la historia de las Crnicas y Relaciones del perodo de la conquista y colonizacin, cuya vocacin literaria se reconoce no slo a nivel de la lectura lingstica contempornea, sino de la intencin literaria de sus autores. La relacin es tambin evidente en el entrecruzamiento de los gneros a partir de la ficcionalizacin y reescritura de la historia [...] Varios factores han coadyuvado a esta renovacin de la novela histrica. Entre otros, el de la propia historia como disciplina, sumergida en una crisis epistemolgica de interesantes repercusiones en las relaciones entre imaginario e historiografa, renovacin disciplinaria originada en Europa, pero con repercusiones y desarrollo propio en Amrica Latina, donde la narrativa ha cumplido tradicionalmente una importante funcin crtica. (Nueva novela histrica y relativizacin 10) De igual manera, Mara Cristina Pons concluye en su libro titulado Memorias del olvido que la nueva novela histrica se relaciona con la historiografa contempornea, con la que comparte 1) la subjetividad y la no neutralidad de la escritura de la historia (White), 2) la relatividad del objeto de la historiografa (Burke), y 3) la reescritura de la historia (De Certeau) (cit. en Saucedo 217). Menton considera que este auge de la novela histrica se debe a la celebracin del Quinto Centenario del descubrimiento de Amrica, y Cristbal Coln es precisamente uno de los personajes protagnicos ms importantes de esta corriente. A pesar de que esta conmemoracin dio lugar a un replanteamiento generalizado del papel de la historia, no slo en el mbito literario, sino tambin en otros contextos; la hiptesis de Menton resulta insuficiente, ya que desde principios de los aos 70 se empezaron publicar novelas con estas caractersticas. Considero que la celebracin del Quinto Centenario fue slo una estrategia publicitaria que le dio ms difusin a la novela histrica que vena hacindose dcadas atrs. Pons considera que el horror de las dictaduras, el desarrollismo y el eurocentrismo, que acentan las desigualdades en Amrica Latina, llevaron al criollismo y a la novela histrica tradicional a perder su validez, para abrir paso a una novela histrica ms crtica y deslegitimadora. Por esta razn, puede entenderse que uno de los caracteres que definen la nueva novela histrica sea el revisionismo de los hechos pasados, para dar sentido y coherencia a los hechos presentes y de esta manera impugnar la legitimacin del poder instaurada en las versiones oficiales de la historia: la nueva novela histrica toma distancia en forma deliberada y consciente con relacin a la historiografa oficial, cuyos mitos fundacionales se han degradado [...] La historicidad del discurso ficcional puede ser textual y sus referentes documentarse con minucia o, por el contrario, la textualidad revestirse de las modalidades expresivas del historicismo a partir de una pura invencin mimtica de crnicas y relaciones. (Ansa, Nueva novela 84) En la nueva novela histrica se pueden encontrar personajes annimos o marginales convertidos en protagonistas, o bien, lo que es la tendencia ms comn, figuras identificables convertidas en seres humanos derrotados, incomprendidos y hasta dementes, como es el caso de los tres protagonistas de la Triloga del Descubrimiento de Posse. Para Alejandra Saucedo, el pasado Se recuerda desde los mrgenes, desde los lmites, desde la exclusin, desde abajo, desde el exilio y, lo ms asombroso, desde la locura. De igual manera, la identidad se cuestiona tambin desde la exclusin. Y es que al recuperar lo particular, lo singular, lo heterogneo; al privilegiar lo regional y lo local, lo nacional adquiere un nuevo semblante: la novela histrica de finales de siglo reclama una identidad desde la diferencia, o en todo caso, una identidad regional. (Saucedo 218) Marco Aurelio Larios observa que la novela histrica contrasta la ficcin con el acopio exhaustivo de documentos y datos histricos que se yuxtaponen con los anacronismos y exageraciones antes mencionados, adems de la superposicin de tiempos histricos diferentes: La nueva novela histrica s tiene una pretendida cientificidad alcanzada por el laborioso acopio de documentos y referencias histricas que le permite no supeditar el nivel histrico al novelesco, incluso, las ms de las veces, ste cede a la construccin histrica. (133) Es para estos efectos que la nueva novela histrica se inclina ms por personajes conocidos. Basta mencionar a la Carlota de Fernando del Paso, el Bolvar de Gabriel Garca Mrquez o el Fray Servando Teresa de Mier de Reynaldo Arenas: Sus personajes histricos son de primera fila, pues los prefiere bastante conocidos para que le permitan establecer una profunda red intertextual de conocimientos previos, y no teme establecer disenciones historiogrficas [...]. Se vuelve crtica del presente e intenta, en el orden consciente de su generacin, a travs de la impugnacin, la parodia, la irona, la deconstruccin, el anacronismo, la simultaneidad de un pasado alterno, una visin totalizadora del mundo. Instaura en su nuevo saber narrativo lenguajes especializados, exclusivos, intertextualizados, con los que disputa al saber cientfico de la historia la tarea final con el pasado histrico: su comprensin. (133) Es necesario aclarar que la nueva novela histrica no surge solamente en Latinoamrica. Como antecedente europeo est Orlando (Inglaterra, 1928), de Virginia Woolf; que es una parodia de las biografas decimonnicas, adems de una stira de la sociedad inglesa desde el siglo XVI hasta el XX. Como ejemplos contemporneos estn El nombre de la rosa (Italia, 1980), de Umberto Eco, que es una historia policiaca desarrollada en un monasterio del siglo XVI; o Los nios de la medianoche (India, 1981) de Salman Rushdie, cuyo tema es la independencia de la India, por nombrar tres casos conocidos. Tanto en Amrica como en Europa, la nueva novela histrica explora cul es la posibilidad de conocer el pasado; an ms, para Fernando Ansa implica tambin una forma de llenar vacos que la historia oficial ha dejado intencionalmente. Esta vocacin subversiva de la ficcin en relacin con la historia oficial se convierte en caracterstica fundamental de la obra (Invencin literaria 115) . No existen muchas hiptesis respecto a las causas de este fenmeno literario, que (al parecer) ha tenido una buena acogida entre la crtica y las editoriales; las ms acertadas son las anteriormente mencionadas, una en relacin con el quinto centenario del descubrimiento (Menton), otra asociada con la necesidad de los escritores latinoamericanos, despus de tres dcadas de exploracin literaria, de buscar en la historia nuevas formas de expresin (Ansa) y una tercera que la ve como una manifestacin en contra de las dictaduras y otros fenmenos represivos en Amrica Latina (Pons). Esta nueva narrativa es producto de la bsqueda de la identidad latinoamericana, y el cuestionamiento de lo que la historia oficial y legitimadora del poder ha aportado como cimiento de la misma; es tambin resultado de las nuevas corrientes historiogrficas generadas en Europa por autores como Hyden White, Raymond Aron y Robin Collingwood, quienes han abordado la disciplina histrica desde una perspectiva plural, adimitiendo la subjetividad y la variedad de versiones e interpretaciones de los hechos, como nico camino para comprender el pasado. Finalmente se est frente a un fenmeno literario cuyas novelas presentan una visin crtica y desacralizada de los grandes episodios histricos, es decir, la historia se percibe como un proceso de ficcionalizacin, donde el centro de gravedad es el presente y donde la realidad histrica ya no es una memoria histrica nica, ni totalizante ni mtica, sino una complejidad de mil historias ficcionalizadas (Saucedo 217).