1sobre Igualdad y Diferencia Jelin Mod 10
1sobre Igualdad y Diferencia Jelin Mod 10
1sobre Igualdad y Diferencia Jelin Mod 10
cono sur, por Elizabeth Jelin. CONICET Argentina. Teresa Valds. FLACSO Chile. Taller Gnero y Desarrollo. Montevideo, 6 y 7 de septiembre de 1999. Oficina Regional para Amrica Latina y el Caribe .CIID/IDRC
El nfasis en la norma de la igualdad, es efectiva polticamente en tanto permite combatir ciertas formas de discriminacin, afirmar la individualidad y poner lmites al poder. Sin embargo, la otra cara de la realidad social se impone: los individuos no somos todos iguales y, en ltima instancia, ocultar o negar las diferencias sirve para perpetuar el sobreentendido de que hay dos clases de personas esencialmente distintas, las normales y las diferentes(=inferiores). Mantener la ilusin de la igualdad y plantearla en trminos de derechos universales tiene sus riesgos: puede llevar a una formalizacin excesiva de los derechos, aislndolos de las estructuras sociales en que existen y cobran sentido. En ese paradigma, el pasaje de lo universal hacia lo social, histrico y contingente se torna difcil.
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NECESIDADES DE INVESTIGACION EN LA TEMATICA DE GENERO EN LOS PAISES DEL CONO SUR. Elizabeth Jelin.CONICET Argentina. Teresa Valds. FLACSO Chile. Taller Gnero y Desarrollo. Montevideo, 6 y 7 de septiembre de 1999. Oficina Regional para Amrica Latina y el Caribe .CIID/IDRC
Uno de los grandes aportes del feminismo ha sido la profunda crtica y el desenmascaramiento de los supuestos del paradigma dominante, que toma a los hombres (occidentales) como punto de referencia universal y que transforma a las mujeres (y a otro/as) en diferentes o invisibles. La crtica feminista al androcentrismo de la visin dominante de la igualdad ha sido clara y explcita, debido a que cuando se habla de igualdad de los sexos, generalmente se est pensando en elevar la condicin de las mujeres para acercarla a la del hombre, paradigma de lo humano.
Al hacer esta crtica, el feminismo se ha movido en un espacio contradictorio: el reclamo de derechos iguales a los de los hombres y un tratamiento igualitario por un lado; el derecho a un tratamiento diferenciado y a la valorizacin de las
especificidades de la mujer por el otro. Estamos aqu en presencia una tensin inevitable, entre el principio de la igualdad y el derecho a la diferencia. Reconocerla tiene un beneficio importante, ya que estimula el debate y la creatividad y ayuda a evitar los dogmatismos.
Hay otra dimensin de la tensin entre igualdad y diferencia, que requiere atencin y anlisis. En efecto, la crtica de la universalizacin de la visin masculina corre el riesgo de caer en simplificaciones peligrosas, donde la diferencia es utilizada solamente para hombres y mujeres y no para el anlisis de las diferencias dentro de cada uno de los gneros. Existe una enorme diversidad de experiencias, diferencias de raza, de clase, de nacionalidad, de etnia, de edad, entre mujeres, as como entre hombres. En los inicios del movimiento feminista, LA MUJER pareca cobrar vida. La reflexin sobre la condicin femenina se haca contrastndola con la condicin masculina, es decir, se trataba de descubrir y nombrar la diferencia de gnero. Necesariamente, las diferencias entre mujeres quedaban relegadas cuando de lo que se trataba era de incorporar una perspectiva diferente al anlisis y a la prctica social. Por el propio desarrollo de la actividad social y poltica sobre el tema, por la experiencia ganada en la prctica de acciones de desarrollo dirigidas a mujeres, as como por la creciente madurez y el decantamiento histrico del movimiento, las diferencias ENTRE mujeres aparecen como un nuevo eje articulador del anlisis.
Cules son las diferencias que cuentan? Mujeres urbanas y rurales tienen demandas y oportunidades diferentes; las diferencias de clase son enormes y tienden a crecer
La heterogeneidad
socioeconmica dentro de cada pas, regin o ciudad, es bien conocida, aunque muchas veces est oculta por la dificultad que tienen las mujeres pobres de hacerse presentes en el espacio pblico (nacional e internacional). Esta dimensin de la diferencia, sin embargo, tiene sus intermediaria/os y vocera/os en los agentes de promocin del desarrollo y en algunas estadsticas e ndices que alertan sobre esta polarizacin.
El tema de la pobreza y las desigualdades, tanto en el acceso a recursos como a beneficios del desarrollo, es, entonces, un tema prioritario, especialmente cuando se considera la situacin de polarizacin social y la ausencia de polticas orientadas a la redistribucin del ingreso en la regin. Hay diferencias entre pases. El crecimiento numrico de la pobreza y las tendencias hacia una peor distribucin del ingreso son ms claras en Argentina que en Chile o Uruguay. Pero aunque la desigualdad no est creciendo, las dificultades en revertir la situacin y la estructura de la desigualdad en estos dos pases tornan el tema en urgencia.
El tema es todava mas complejo. Porque si la pobreza en s no genera actoras colectivas o identidades fuertes, con una voz directa en la esfera pblica, las diferencias entre mujeres que se tornan visibles son otras las diferencias en identidades colectivas. Cada vez se hacen ms visible en los encuentros internacionales las minoras religiosas, las diferencias tnicas, raciales y de orientacin sexual, que se constituyen en criterios de identidad. Las mujeres negras o las indgenas o las lesbianas buscan sus propios espacios de construccin de identidad y de formulacin de agendas y estrategias, cuestionando los mecanismos de representacin y de articulacin de demandas que fueron generadas por las mujeres (educadas, blancas, urbanas, heterosexuales) que se haban convertido en voceras de los intereses de LA MUJER. Adems de reclamar por su pobreza y por la discriminacin, hay una afirmacin del derecho a mantener su propia forma de vida y su propia cultura. Y esto, a su vez, implica distintas formas de comprensin de su condicin y nuevas formas de plantear demandas relacionadas con ciertos derechos universales de las mujeres, como por ejemplo los derechos sexuales y reproductivos.
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. En su anlisis centrado en las acciones orientadas al desarrollo de mujeres, Maruja Barrig plantea tres retos de las diferencias entre mujeres: las brechas sociales, los derechos y el mercado. Los datos peruanos que presenta sobre diferencias en educacin (tasas de analfabetismo de 9.8% entre mujeres urbanas; de 51.5% en lugares como Huancavelica) o sobre mortalidad materna (489 por 100 mil entre mujeres analfabetas; 49 por 100 mil entre mujeres con educacin superior) dan una indicacin de la enorme magnitud de las brechas sociales entre mujeres en el Per (Barrig, 1996).
Adems de estas diferencias y desigualdades entre mujeres de distintas clases sociales, de grupos tnicos dominantes y oprimidos, con distinto bagaje cultural e histrico, hay otro criterio de diferenciacin entre mujeres: la edad y la cohorte. Aqu se combinan dos fuentes de heterogeneidad: el curso de vida, o sea, las diferencias entre mujeres segn la etapa de la vida que transitan (nias, jvenes, adultas en el momento de reproductivo, adultas mayores, viejas), y el impacto de los diversos momentos histricos, que marcan patrones de vida e interaccin especficos segn cohorte: nuestras abuelas y nosotras; las jvenes de hoy y las de ayer; el diferente sentido de ser madre; la aceptacin social de la eleccin de preferencia sexual -libertades y restricciones que se van transformando.
Si estas dimensiones etarias cruzan las categoras de la diversidad social, las dimensiones tnico-culturales tienden a superponerse, sin ser idnticas, a las brechas sociales. De ah que, al hablar de igualdad de derechos, de ciudadana, o de oportunidades, adems de mirar las diferencias entre mujeres y hombres, o las diferencias entre mujeres de distintos pases, hay que atender a las diferencias entre mujeres dentro de un mismo pas, regin o ciudad.
Nos referimos, entonces, a dos mbitos: la desigualdad y la diferencia cultural identitaria. En este sentido, se reafirma que cultura y economa pueden actuar conjuntamente para producir injusticias. Esto significa que se requiere un modelo analtico que permita abordar de manera simultnea ambos ejes. Slo a partir de estos anlisis integrados se podr elaborar polticas para remediar las injusticias, integrando las exigencias de reconocimiento con las pretensiones de redistribucin.
Tanto las injusticias socio-econmicas como las culturales o simblicas estn ampliamente difundidas en las sociedades contemporneas. Estn arraigadas en procesos y prcticas que sistemticamente ponen a ciertos grupos de personas en desventaja frente a otros. Ambas injusticias se entrecruzan, ya que las instituciones econmicas tienen una dimensin cultural constitutiva, irreductible, atravesadas como lo estn por significaciones y normas. Y por el otro lado, an las prcticas culturales ms discursivas tienen una dimensin poltico-econmica constitutiva, irreductible, en tanto estn atadas a bases materiales. Se entrelazan y refuerzan mutuamente de manera dialctica. De ah la necesidad de integrar lo social y lo cultural, lo econmico y lo discursivo, conectando la teora de la justicia cultural con la de la justicia distributiva. Esto significa no disociar el orden simblico de la economa poltica, sino 4
cultivar modelos alternativos que conecten el estudio de la significacin de las instituciones y las estructuras sociales.
En esta perspectiva, la equidad de gnero no puede ser identificada mediante un nico valor o norma, ya sea de la igualdad, la diferencia o alguna otra cosa. Ms bien, habra que tratarla como una nocin compleja que comprende una pluralidad de principios normativos distintos: algunos asociados con la parte igualitaria del debate, otros con la parte que defiende la diferencia. Podr haber otras no consideradas hasta ahora. Lo central es que todas deben ser respetadas simultneamente. Si no se satisface alguna de ellas, no se materializa el pleno significado de la equidad de gnero.
deben ser investigadas, para dimensionar el complejo fenmeno de los grados de equidad de gnero. En efecto, la autora propone siete ejes o criterios importantes para el diagnstico y evaluacin de la equidad de gnero: o o o o o o o
los criterios antipobreza, antiexplotacin, de igualdad en el ingreso, de igualdad en el tiempo libre, de igualdad de respeto, de antimarginacin y de antiandrocentrismo.