Resumen de Jaeger Werner
Resumen de Jaeger Werner
Resumen de Jaeger Werner
La Ilada nos habla de un mundo situado en una poca en que domina de modo exclusivo el espritu heroico de la aret y encarna aquel ideal en todos sus hroes. Junta, en una unidad ideal indisoluble, la imagen tradicional de los antiguos hroes, trasmitida por las sagas e incorporada a los cantos, y las tradiciones vivas de la aristocracia de su tiempo, que conoce ya una vida organizada en la ciudad, como lo demuestran ante todo las pinturas de Hctor y los troyanos, El valiente es siempre el noble, el hombre de rango. La lucha y la victoria son su ms alta distincin y el contenido propio de su vida. La Ilada describe sobre todo este tipo de existencia. A ello obliga su material. Si algo resulta definitivamente establecido sobre el origen de la epopeya, es el hecho de que los ms antiguos cantos heroicos celebraban las luchas y los hechos de los hroes y que la Ilada tom sus materiales de canciones y tradiciones de este gnero. Los hroes de la Ilada, que se revelan en su gusto por la guerra y en su aspiracin al honor como autnticos representantes de su clase, son, sin embargo, en el resto de su conducta, ante todo grandes seores con todas sus preeminencias, pero tambin con todas sus imprescindibles debilidades. No es posible imaginarlos viviendo en paz. Pertenecen al campo de batalla. Aparte de ello, los vemos slo en las pausas de la lucha, en sus comidas, en sus sacrificios o en sus consejos. A los hroes su forma de vida es inseparable de su conducta y maneras y les otorga una dignidad especial que se muestra mediante sus nobles y grandes hechos y por su irreprochable actitud ante la felicidad y la miseria ajenas. Su destino privilegiado se halla en armona con el orden divino del mundo y los dioses les confieren su proteccin. Un valor puramente humano irradia constantemente de la nobleza de su vida. Presuposiciones de la cultura aristocrtica son la vida sedentaria, la posesin de bienes y la tradicin. Estas tres caractersticas hacen posible la trasmisin de las formas de vida de padres a hijos. A ellas es preciso aadir una "educacin" distinguida, una formacin consciente de los jvenes de acuerdo con los imperativos de las costumbres cortesanas. En efecto, es difcil representarse a los hroes de la Ilada de otro modo que en el campo de batalla y en su figura madura y acabada. Pocos lectores de la Ilada se formularn la pregunta de cmo aquellos hroes crecieron y se desarrollaron y por qu caminos los habr conducido la sabidura de sus mayores y maestros desde los das de su infancia hasta el trmino de su madurez heroica.